El turismo es una industria esencial para el desarrollo del país y
en especial de las diferentes entidades territoriales, regiones,
provincias y que cumple una función social. (LEY 300 DE 1996) El turismo es un factor realmente importante para el desarrollo socio-económico y cultural del país, dada la diversidad de actividades favorables que traen bonanzas económicas: Es un instrumento generador de divisas, al ser una actividad que canaliza una inversión para producir una expansión económica general; genera así mismo un mercado de empleos diversificados con una inversión relativamente baja en comparación con otros sectores de la economía; genera una balanza de pagos favorables y sobre todo desarrolla las actividades económicas locales. El turismo es un medio de intercambio social, ya que muestra efectivamente que la sociedad que desarrolla más actividad se capacita hacia la comprensión, para la adaptación de sus medios habituales, juzgando de una manera positiva su propia sociedad. Entonces generalizando el turismo es la industria del futuro de todos aquellos países en vías de desarrollo que sepan aprovechar al máximo todos sus recursos naturales y culturales. Los recursos que conforman el contexto físico y cultural de un territorio son la base del patrimonio. Mediante la interpretación adecuada, estos recursos se convierten en un producto patrimonial sujeto de estudio y también de explotación turística. De todas maneras, un producto turístico no es exactamente lo mismo que un producto patrimonial. Para convertir un objeto patrimonial en un producto turístico hay que establecer y estructurar un circuito de itinerarios que contextualicen y presenten al patrimonio de modo asequible y comprensible. La otra característica del producto turístico frente al objeto patrimonial es la prestación de servicios al público visitante. Esta prestación de servicios se puede hacer desde el sector público o utilizando alguna forma de colaboración con el sector privado Algunas autores y sobre todo algunas empresas turísticas tienden a equiparar el concepto de turismo sostenible con el ecoturismo, lo cual es incorrecto. El concepto de sostenibilidad y los principios que este implica deben de aplicarse a todas las formas de turismo, ya sea a la motivación del viaje, el tipo de destinos o las actividades que el turista realice en ellos (Yunis Ahúes. E, 2004). El autor refiere que para alcanzar un desarrollo sostenible de la actividad turística se requiere normalmente satisfacer una serie de condiciones, que significan el equilibrio entre las dimensiones ambientales, económicas y socioculturales. Uno de los conceptos más abarcadores de la psicología del consumidor de este tipo de atractivos es el de Ceballos- Lascuráin, 1987; el cual define al turismo de naturaleza como "la ejecución de un viaje a áreas naturales que están relativamente sin perturbar o contaminar, con el objetivo específico de estudiar, admirar y gozar el panorama junto con sus plantas y animales silvestres y así mismo cualquier manifestación cultural (pasada y presente) que se encuentre en estas áreas". El turismo de naturaleza puede mostrar el mejor modelo de desarrollo sostenible del sector turístico, ya que conserva y protege los recursos naturales, valora las manifestaciones culturales locales e integra las poblaciones a la oferta, crea conciencia acerca de la protección del medio ambiente, y tiende a mejorar la calidad de vida de los pobladores del destino. Sin embargo, responde a un segmento de mercado muy especializado, aún pequeño en arribos e ingresos, a pesar de que el turista de naturaleza gasta más que el promedio del turista común.