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curas catlicos. La primera vez tena seis aos", cuenta una de las 507 vctimas, cuyos
relatos estn disponibles en la pgina webwww.commissionabus.be.
"El cura, durante ciertas celebraciones, nos llevaba a su casa y nos dejaba probar alcohol",
aade. "Nos sentaba sobre sus rodillas y terminaba tocndonos y entrelazando sus piernas
con las nuestras. bamos uno detrs de otro y l se pona a temblar. Recuerdo que cuando lo
haca nos reamos. Nos pareca todo muy extrao, pero no veamos el mal. Haba que
obedecer a los adultos y respetarlos, porque ellos decan lo que haba que hacer".
A veces las pesadillas parecen superadas, pero reaparecen. En carne y hueso. Incluso mucho
tiempo despus, como le pas a una de las vctimas, que se top con su violador en un
aparcamiento de un supermercado cuando ya haban transcurrido 39 aos de los abusos.
"Cuando le vi, de inmediato me acord de las sesiones 'zim-bum-pan-pan'. Se trataba de
unos castigos de los que no tenamos que hablar.Todo se quedaba 'entre Jess y
nosotros'. El sacerdote nos haca esperar nuestro turno en el pasillo. Despus nos
confesaba, uno a uno. Me deca que me pusiera de rodillas, a cinco centmetros de su
repugnante boca", aade el relato.
Las violencias eran justificadas como 'expiacin': "'Para que seas purificada por Jess, tengo
que hacerte 'zim-bum'', me deca el cura. Entonces empezaba a levantarme la falda y a
tocarme las piernas, cada vez ms cerca de mi sexo, hasta la eyaculacin. Despus me
mandaba rezar un 'Padre Nuestro'".