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INTERVENCIÓN CLINICA EN EL

PACIENTE NEUROLÓGICO PEDIÁTRICO

Autor: Francisco Javier Fernández Rego

BASES DE LA TERAPIA DE LA REGULACIÓN


OROFACIAL SEÚN EL CONCEPTO
CASTILLO MORALES.

INTRODUCCIÓN

El objetivo del tratamiento del complejo orofacial es iniciar un modelo de movimiento normal
o lo más próximo posible a la normalidad. Para lograr este objetivo es imprescindible tener en
cuenta tres elementos:

1.- Estructura y funcionamiento de la articulación temporomandibular (ATM): Para comprender


mejor las estructuras y los mecanismos de funcionamiento con los que trabajamos y la manera
en que lo hacemos, generando patrones motores funcionales, es necesario conocer la
anatomía, la biomecánica y la neurofisiología de los movimientos de las articulaciones
temporomandibulares (ATM).

2.-El control de la cabeza y de la ATM: Para explicar el significado del control de la cabeza y la
mandíbula seguimos el esquema de Brodie, modificado por Castillo-Morales, que muestra que
la posición de la mandíbula, el hioides y la lengua depende, directamente, de la postura de la
cabeza y del cuerpo. El objetivo consiste en facilitar una postura activa del tronco y de la
cabeza, que deberá integrarse en el esquema corporal con el paso del tiempo.

3.- Técnicas manuales utilizadas en la terapia: Los recursos técnicos utilizados en la terapia
consisten, principalmente, en contacto, presión, deslizamiento, tracción y vibración. Como
refuerzo estimulamos también los sentidos del gusto, olfato, oído y vista.

EL CONTROL DE LA CABEZA Y DE LA ATM

Cuando tratamos a recién nacidos o niños pequeños, es indispensable una postura correcta de
la cabeza con apoyo en la región occipital. Si dejáramos la cabeza del bebé libre, se
desencadenarían muchos movimientos globales como respuesta a múltiples aferencias, entre
ellas, estímulos propioceptivos, vestibulares y visuales. Al estimular estos receptores, se
provocan reacciones primarias (reflejo de Moro, reflejo tónico cervical asimétrico y simétrico,
reacciones laberínticas, etc) que tienen una influencia negativa sobre el patrón de movimiento
funcional, que es justamente el patrón que queremos provocar, o cuya cualidad queremos
mejorar.

La postura de cabeza y cuerpo que será descrita a continuación estimula un “reposo motor” en
el bebé (sano o con alteraciones de la coordinación central).

Se coloca una mano abierta en la región occipital del bebé y se realizan movimientos rítmicos e
intermitentes en dirección craneal. Se coloca la otra mano sobre el esternón y se realiza una
presión intermitente en sentido dorso-caudal. En este momento el bebé alcanza la “calma
motora”, lo que no es más que el control de las aferencias antes mencionadas. En esta
situación de calma motora, ya es posible que el bebé fije los ojos en una persona o en un
objeto, que lleve las manos a la línea media y que coja el objeto que se le ofrece. En esta
postura, el niño presenta excelentes condiciones para el tratamiento orofacial.

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Utilizamos este principio de calma motora con gran éxito también en niños menores y adultos,
adaptándolo a las distintas necesidades del paciente.

CALMA MOTORA.

El control de la mandíbula

Se entiende como control de mandíbula su estabilización manual conjuntamente con el control


de la cabeza.

La postura es adecuada a la función que deseamos iniciar, apoyar o corregir. Para comprender
mejor la orientación de la fuerza y de dónde debemos colocar los dedos exactamente,
tendremos en cuento algunos elementos de la cefalometría clínica. Aplicamos en el esquema
de un cefalograma, según Steiner, algunas líneas importantes para la comprensión de lo
expuesto anteriormente. La primera línea la trazamos horizontalmente por los puntos
craneométricos S (silla turca) y N (nasal). La segunda línea es paralela a esta última, pasando
por el punto A (espina nasal). La tercera es vertical, en ángulo recto a las dos primeras, por el
punto central de la fosa mandibular de la ATM. De esta manera se forman dos cuadrantes
superpuestos y dos ángulos: el alfa ,, situado en la parte superior y el beta, , situado en la
parte inferior. A continuación se traza el radio del ángulo  , que pasa por el centro del
mentón y el radio del ángulo , que pasa por el centro del suelo de la boca.

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Cefalograma: Dos líneas horizontales y


una vertical forman dos cuadrantes con
los respectivos radios.

Posibilidades del control de mandíbula

 Control clásico de mandíbula propuesto en el concepto Bobath: Si el niño está en una


buena postura, colocamos una mano en la región occipital con el fin de erguir la
cabeza y extender axialmente el cuello y conseguir estabilizar la postura global del
cuerpo. Con la otra mano se estabiliza la mandíbula de la siguiente manera: el dedo
medio se coloca en el suelo de la boca, el índice se coloca lateralmente a lo largo del
cuerpo de la mandíbula y el pulgar sobre el mentón, debajo del surco mento-labial. El
dedo medio y el pulgar ejercen una presión sobre los dos radios y se distribuye sobre
las dos ATMs. El índice, está más suelto, realizando el control lateral. Las direcciones
de las presiones de este tipo de control de mandíbula pueden ser modificadas y
adecuadas a las distintas patologías.
Niño con Síndrome de Down: El control clásico de mandíbula está
contraindicado, pues el niño reacciona a un estímulo simétrico en la ATM con
una protrusión de mandíbula, lo que causaría un empeoramiento en su
patología. Por eso, las orientaciones relativas a la presión son modificadas: el
dedo medio realiza una ligera presión en dirección craneal y el pulgar en
dirección dorsal. El dedo índice auxilia lateralmente. Otra posibilidad es que el
dedo medio haga una presión en el suelo de la boca en dirección craneal,
manteniendo la mandíbula elevada. Los dedos índice y pulgar, en extensión,
forman una especie de gancho que es colocado sobre la mandíbula. Se efectúa
una leve presión en dirección dorsal y se empuja el tejido en dirección craneal.
Niño con alteraciones centrales del movimiento y reflejo de mordida: Las
direcciones de las presiones son las mismas que en el control clásico de
mandíbula, con la diferencia de que el dedo medio debe ejercer una vibración
intermitente en el suelo de la boca con un movimiento complementario en
dirección cráneo-dorsal para activar los grupos musculares responsables de la
apertura de la boca.

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Niño con alteraciones centrales del movimiento y reflejo de extensión: En este


tipo de control de mandíbula, el dedo índice es el más activo. Se ejecuta una
vibración intermitente sobre los músculos maseteros en dirección caudo-
dorsal para activar los elevadores de la mandíbula.
Paciente con parálisis facial: Además del control de mandíbula realizado por el
terapeuta, se le enseña a estos pacientes una posibilidad de autocontrol. La
base es el control clásico de mandíbula. El dedo índice es el más activo.
Levanta el tejido de las mejillas y proporciona un mayor contacto con la
superficie vestibular de los molares, impidiendo que el alimento caiga en el
espacio vestibular durante la masticación en virtud de la insuficiencia del
mecanismo buccinador.

En algunos pacientes es recomendable que se combine el control de cabeza y mandíbula con


una presión en el esternón.

DIFERENTES FORMAS DE CONTROL DE MANDÍBULA

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Control de mandíbula en Parálisis


Facial.

RECURSOS TÉCNICOS DE LA TERAPIA DE REGULACIÓN OROFACIAL

En la terapia de la regulación orofacial según el concepto Castillo Morales, se estimulan


diversos sistemas sensoriales.

Luria afirma que la información sensitiva sensorial es la fuente principal para nuestro
conocimiento sobre el medio y sobre nuestro propio cuerpo. Son los canales básicos por los
cuales nuestro cerebro obtiene información sobre el medio o sobre el estado de nuestro
organismo. El ser humano adquiere, de esta forma, la posibilidad de relacionarse con su propio
cuerpo y con el medio ambiente. La sensibilidad es un proceso activo y selectivo que siempre
incluye componentes motores. No siempre se manifiestan como reacciones musculares
(contracciones); a veces, son solo respuestas vegetativas.

Las diversas técnicas, en cada uno de los ejercicios, son aplicadas en la preparación y en la
ejecución de las más variadas combinaciones.

 Contacto: debe ser agradable y seguro. Tocamos con la punta de los dedos o con toda
la palma de la mano. Con el contacto son activados principalmente, los receptores:
terminaciones nerviosas libres y receptores de Merkel.
 Deslizamiento: Debe ser realizado enérgica y lentamente. Generalmente deslizamos a
lo largo del punto fijo de un músculo hasta el punto móvil. Con este deslizamiento son
activados principalmente los receptores de las raíces de los pelos. El deslizamiento
provoca el movimiento de los pelos sobre la piel. Éstos, a su vez, actúan como
pequeños sistemas de palanca que estimulan las terminaciones nerviosas. Los
receptores son activados solamente durante el deslizamiento.
 Tracción: Se trata de una tracción suave y lenta sobre un músculo aislado o sobre una
cadena muscular sinérgica, proximal o distal a la parte del cuerpo que será estimulada.
Con la tracción son activados, principalmente, receptores primarios y secundarios que
se encuentran en los husos neuromusculares y receptores articulares de tipo I y II. Las
sensibilidades propioceptivas que parten de estos receptores son las bases aferentes
de la postura y del movimiento y despeñan un importante papel en la regulación de los
mismos.
 Presión: se debe, en primer lugar, definir con mucha precisión la zona de estimulación
en la que será aplicada la presión en una determinada dirección, adecuada a la

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reacción deseada. Debe ser consistente pero no debe causar dolor. Son activados,
principalmente, los corpúsculos de Vater-Pacini y los corpúsculos de Meissner, que
tiene la propiedad de adaptarse rápidamente al estímulo. Por este motivo, la presión
es, generalmente, ejecutada con vibración para mantener el estímulo correcto.
 Vibración: Es el empleo de una presión intermitente, que es de gran importancia en la
preparación, el estímulo o activación y en la facilitación y después en la estabilización
durante cada uno de los ejercicios. Son activados, principalmente, los corpúsculos de
Vater-Pacini e Meissner, los cuales conducen impulsos permanentes a partir de las
modificaciones intermitentes de la superficie del cuerpo. Se evita, de esta manera, la
adaptación al estímulo.

Como la vibración es una de las técnicas más importantes, me centraré de manera más
detallada en las bases físicas y en sus influencias en el cuerpo.

Realizada manualmente en una parte del cuerpo, se extiende por todo el cuerpo en
dirección al punto fijo que queremos estimular.

El punto fijo forma el “punto de impacto”. La onda de presión choca contra él y regresa de
forma refleja al punto de partida de la vibración. El cuerpo se coloca de nuevo en
equilibrio y, para ello, precisa organizar una presión.

Si, por ejemplo, hiciésemos una vibración de modo intermitente partiendo de las
escápulas en dirección a las palmas de las manos, que se encuentran reposando sobre el
plano con los codos ligeramente flexionados, sentimos, inmediatamente, en nuestras
manos una readaptación de la postura de los distintos elementos que forman la cintura
escapular. Se observa, frecuentemente, que este fenómeno no existe o está especialmente
reducido en los niños hipotónicos.

La vibración provoca dos tipos de efectos distintos, según se realice:

 La vibración continua, por un largo período de tiempo causará una reducción del
tono muscular.
 La vibración intermitente, con pequeñas pausas y por un corto período de tiempo
causará un aumento del tono muscular.

Algunos factores a tener en cuenta en la vibración son:

 Los elementos que tienen que ser estimulados deben estar alineados de manera
correcta.
 El estímulo debe ser realizado en una dirección preestablecida.
 La vibración precisa tener siempre un punto de impacto, un punto fijo estable para
que la onda pueda regresar al punto de partida de la vibración.
 La intensidad y el tipo de vibración deben ser adecuadas a las necesidades del
paciente y a la patología respectiva.

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LA TERAPIA DE LA REGULACIÓN OROFACIAL SEGÚN EL CONCEPTO CASTILLO MORALES

La condición indispensable para la aplicación de la terapia de la regulación orofacial es una


postura corporal adecuada. Es de extrema importancia que, a través de nuestro trabajo, nunca
se fortalezca una patología ya existente. Es imposible describir todas las posturas corporales
adecuadas a cada paciente y a cada patología. Por eso, nos limitaremos a describir la
preparación del complejo orofacial a nivel muscular, articulatorio y sensoperceptivo.

1.- MEDIDAS PREPARATORIAS

Iniciamos siempre la intervención solucionando las compensaciones existentes y controlando


el tono. Debemos recordar que, en muchos casos, las compensaciones representan una
necesidad funcional para el niño, aunque por otro lado, pueden favorecer una patología
cuando se prolongan en el tiempo. Lo importante es que el terapeuta descubra el principal
problema del paciente y defina un programa de tratamiento, el cual debe ser iniciado
inmediatamente después de la preparación. De esta manera el paciente, libre de las
compensaciones, podrá sentir y percibir los patrones normales de movimiento de sus
funciones orofaciales.

En varias patologías es imposible, a veces, poder solucionar todas las compensaciones.


Podemos apenas reducirlas.

Los recursos técnicos utilizados en la preparación son: contacto, deslizamiento, presión,


tracción y vibración.

Llamamos modelaje a la preparación de varios grupos musculares, principalmente los


músculos de la mímica. Esto exige habilidades y capacidad perceptiva por parte del terapeuta,
así como también un conocimiento preciso de la función muscular. De esta manera, el
terapeuta podrá facilitar, con sus manos, las distintas sinergias musculares.

1.1.- Ejecución del modelaje

 Iniciamos la preparación con una profunda movilización del cuero cabelludo con las
puntas de los dedos y empujaremos la aponeurosis craneana hacia arriba por encima
del tejido celular elástico.
 En primer lugar, realizamos movimientos circulares sobre los músculos occipital y
frontal, también se realizarán estiramientos cuidadosos y lentos, distanciando de esta
manera el punto móvil del músculo de su punto fijo.

En muchos pacientes, el músculo occipito-frontal es muy rígido y presenta un aumento de


tono.

 A continuación iniciamos la movilización de:

 Los músculos temporales y maseteros: la ejecución depende de que los músculos


elevadores de la mandíbula estén hipertónicos o hipotónicos.
 El músculo orbicular del ojo: las fibras superiores e inferiores a lo largo del músculo,
desde el ángulo interno del ojo hacia el lateral.

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 La musculatura paranasal: Los músculos elevadores del labio superior y del ala de la
nariz, en dirección céfalo-caudal.
 El músculo orbicular de los labios recibe un tratamiento totalmente especial debido a
su estructura característica e inusual. Es un músculo afectado en casi todas las
patologías orofaciales. Son consideradas tanto las fibras labiales como las marginales.
Las fibras marginales del labio superior se modelan principalmente con presión y
vibración, pues trabajan de forma sinérgica con los músculos elevadores del labio
superior, empujando, de esta manera, el labio superior hacia arriba. Esto causa
problemas en el caso de pacientes con alteraciones motoras de origen cerebral o con
síndromes hipotónicos con labio superior hipoactivo. El labio superior colocado en una
posición elevada, no desempeña su función y no participa del proceso de
alimentación. En este caso, el modelado de la fase preparatoria deberá ser realizado
con mucho cuidado para evitar que se produzcan reacciones patológicas.

Debemos realizar el modelaje de las fibras marginales con mucha cautela y cuidado,
tomándonos el tiempo que sea necesario, pues la experiencia nos ha demostrado que un
“strech” del labio superior en dirección caudal (si no hay una adecuada preparación de las
fibras marginales) nos lleva a una reacción indeseable.

Debido a la actividad conjunta de diversas sinergias musculares, el labio inferior es preparado


conjuntamente con los músculos del mentón, triangular de los labios y cuadrado del mentón.

Concluimos con una presión y una vibración sobre los dos labios para mejorar las reacciones
posteriores.

 Movilización de las mejillas: Colocamos las palmas de las manos sobre las mejillas a lo
largo del radio de los ángulos Alfa y Beta. Se trabaja simétrica y asimétricamente, en
dirección al mentón, principalmente con presión, tracción y vibración.
 Movilización del suelo de la boca: Durante el trabajo en el suelo de la boca, es
necesario mantener un buen contacto entre los labios. Realizamos una vibración
continua e intermitente y un deslizamiento, alisando la musculatura.
 Después del modelaje, realizamos una vibración global sobre todo el rostro. La
vibración proporciona, por un lado, una regulación del tono muscular y, por otro lado,
favorece la propiocepción, propiciando una onda vibratoria en una postura correcta
del cuerpo. Se realiza colocando una palma de la mano en la zona del mentón y la otra
en la región frontal (zona epicraneana). Las dos manos vibran de manera simultánea.
Se lleva a cabo la vibración hasta que el tono de los músculos de la mímica se regule. El
tiempo de preparación depende del paciente y del tipo de patología. Después de estas
medidas, el paciente estará preparado para la estimulación orofacial por medio de
varios ejercicios. Si el terapeuta percibe durante los ejercicios, que el tono sufre una
disminución patológica, deberá retomar el modelado. Esto es muy importante en el
caso de niños con problemas de origen cerebral. La preparación deberá ser sólida y el
patrón postural global patológico deberá estar inhibido. Los trabajos realizados con
mucha rapidez o empleando mucha fuerza provocan reacciones asociadas indeseables
y el tono funcional obtenido se pierde.

Durante el tratamiento, los bebés y niños menores de un año están, en la mayoría de los casos,
en los brazos de sus madres. La madre debe sentarse en el suelo, el niño debe colocarse en
decúbito dorsal sobre las piernas de la madre, con la cabeza levemente flexionada y con la

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nuca apoyada sobre el abdomen de la madre. La madre coloca las palmas de sus manos sobre
los hombros del niño, próximas a la columna; las escápulas del niño están sobre los antebrazos
de la madre. Esto aproxima los hombros, brazos y manos del niño a la línea media. Acto
seguido, la madre realiza movimientos alternativos de flexión y extensión con las rodillas,
provocando, de esta manera movimientos de rotación en la columna del niño, relajándolo y
regulando el tono. En esta posición el terapeuta puede trabajar libremente.

2.- TRATAMIENTO CON EJERCICIOS

2.1.- Ejercicios básicos

Postura Inicial: El paciente se coloca en decúbito dorsal, con los brazos colocados a lo largo del
cuerpo, la columna vertebral alineada, las piernas ligeramente flexionadas con un rulo
colocado debajo de las rodillas para relajar los músculos abdominales.

 Se puede trabajar sobre una camilla, en este caso, el terapeuta se coloca de pie en la
cabecera del paciente y asegura su cabeza que se encuentra fuera de la camilla.
 Otra alternativa es trabajar sobre una colchoneta, en este caso, el terapeuta se sienta
con las piernas separadas, en la cabecera del paciente. Colocando la cabeza del
paciente entre sus piernas.

El terapeuta entrecruza sus dedos y sujeta, con sus manos colocadas sobre la región occipital,
la cabeza del paciente. La cabeza del paciente reposa sobre las manos del terapeuta mientras
este ejecuta los movimientos de flexión, extensión, lateralizaciones y rotaciones, con el
objetivo de relajar toda la musculatura del cuello.

Después de conseguir la relajación de la musculatura del cuello, continuamos con otro tipo de
manipulación. Colocamos una mano sobre la región occipital con los dedos pulgar e índice en
la prolongación de las apófisis mastoides. La otra mano, la colocamos sobre el mentón y con la
palma de la mano ejecutamos una ligera presión sobre el mentón en sentido de la ATM.

La cabeza del paciente está colocada en la línea media. Ejercemos una ligera tracción con
ambas manos en sentido craneal; colocando la cabeza en extensión para conseguir una
hiperlordosis cervical y, a continuación, realizamos una flexión y rotación de la cabeza, con
nuestra mano, de tal manera que el mentón del paciente se coloque próximo a su hombro.

Con la mano que se encuentra en la región nucal movemos el cuello con la mayor elasticidad
posible y le pedimos al paciente, si entiende órdenes verbales, que degluta. En el caso que el
paciente no pueda deglutir o no entienda órdenes verbales, hacemos un alisamiento del suelo
de la boca, con una leve presión y vibración en sentido dorso-craneal. La deglución puede,
también, ser desencadenada por el alisamiento y la vibración en bebés y en niños y adultos
con serio retraso mental. En niños pequeños, la deglución puede ser facilitada colocando un
líquido de sabor agradable en el ápice de la lengua o en el vestíbulo de la boca.

Después de la deglución, la cabeza del paciente es, nuevamente, colocada en línea media y, en
esta posición de flexión, se da nuevamente, la orden para que degluta.

A continuación se recoloca la cabeza en la posición inicial y se realiza el ejercicio para el lado


contrario.

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Reacción: En la descripción de la respuesta a los ejercicios, serán enumerados los músculos y


las cadenas musculares con la función de la cual son responsables. Ningún músculo es el único
responsable de un componente de movimiento. A través de los movimientos iniciales de la
cabeza conseguimos una normalización del tono muscular y, consecuentemente, una
disponibilidad para la adecuación. La extensión de la cabeza favorece un alargamiento de los
músculos cervicales anteriores (músculos anteriores del cuello). Es muy importante, el
alargamiento de los músculos supra e infra hioideos, que se preparan para estabilizar el
hioides durante la deglución.

La deglución se lleva a cabo por:

 Una tensión de todas las partes blandas de la cavidad bucal, elevación del suelo de la
boca e, indirectamente, de la lengua por la adecuación del músculo milo-hioideo;
adaptación de las mejillas y de los labios por la contracción de los músculos del
mecanismo buccinador y, finalmente, una elevación de la tensión del velo palatino por
el alargamiento de los músculos tensor y elevador del velo palatino. Todos estos
factores provocan un aumento de la presión negativa intraoral.
 La contracción del músculo milo-hioideo, con punto fijo en la línea milohioídea de la
mandíbula, empuja el hioides hacia delante y hacia arriba. Simultáneamente se
produce una sinergia muscular que lleva la lengua hacia atrás y hacia arriba. Comienza
con una contracción del músculo longitudinal superior, seguida de la contracción del
músculo palatogloso y, por último, del músculo estilogloso con punto fijo en la apófisis
estiloides.

Ejecución del Ejercicio Básico

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Ejercicio Básico en colchoneta

2.2.- Variantes de los ejercicios básicos

Variante I

En decúbito dorsal sin fijar la cintura escapular

Posición inicial: Paciente en decúbito dorsal sobre la colchoneta (ver ejercicio básico para la
postura del paciente y del terapeuta).

Se siguen las mismas etapas que en el ejercicio básico hasta el alargamiento del cuello. En esta
posición, el terapeuta se inclina sobe el paciente y fija la cabeza del paciente con su abdomen,
de tal manera que las manos del terapeuta queden libres.los dedos índice y medio se colocan
lateralmente sobre la línea oblicua externa de la mandíbula donde se fijan los músculos
depresor del labio inferior, triangular de los labios y platisma (largo del cuello).

Se realiza una presión y una vibración en la dirección del giro de la cabeza. Las arcadas
dentarias deben estar ligeramente separadas y los labios en contacto pasivo. Con la presión
ejercida por los dedos índice y medio, la mandíbula se desplaza un poco en la dirección de la
presión. Se le pide al paciente que gire la cabeza en dirección contraria a la presión ejercida
por el dedo índice, hacia la línea media. El terapeuta sentirá el movimiento lateral de la
mandíbula contra sus dedos. La cabeza debe girarse parcialmente, sin llegar a la línea media.
Los dos lados deben ser estimulados alternativamente. La ejecución dependerá de los
objetivos que se quieran conseguir.

Reacción:

 Lateralización de la mandíbula para el lado estimulado por la contracción del músculo


pteregoideo lateral del lado opuesto con punto fijo en la apófisis pteregoidea.
 Lateralización de la lengua en el sentido del estímulo por la contracción del músculo
geniogloso, del lado opuesto. La rotación de la lengua sobre su eje longitudinal con
elevación de una de sus mitades hacia el lado estimulado; la lengua se coloca en este
lado en la cara lingual de los dientes de la arcada superior a través de la contracción
simultánea del músculo estilogloso del lado del estímulo, con punto fijo en la apófisis
estiloides.

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 Rotación de la cabeza en posición flexionada (atlas sobre axis) por la tensión del
esternocleidomastoideo del lado opuesto.
 Activación del velo palatino por un aumento de la tensión de los músculos tensor y
elevador del velo así como también del músculo palatogloso. La contracción es mayor
del lado del estímulo.
 Desplazamiento conjugado de los ojos hacia el estímulo, por la contracción del
músculo recto lateral del ojo que se encuentra en el lado estimulado y del músculo
recto medial del otro ojo.
 Descenso del ángulo de la boca en el lado que está siendo estimulado por la activación
del músculo triangular de los labios, cuando los dedos que estimulan se desplazan de
la línea oblicua en sentido caudo-ventral. El tejido también puede ser desplazado de la
línea oblicua en sentido caudo-ventral. La reacción es una contracción de los músculos
elevadores del ángulo de la boca y cigomático mayor y menor.

En decúbito dorsal con cintura escapular fijada

Posición inicial: El inicio es el mismo de los ejercicios anteriores. Los brazos del paciente están
en abducción entre 45º y 90º, los codos están en extensión, los antebrazos en pronación. Es
importante que la cintura escapular esté relajada y las dos escápulas bien apoyadas en el
suelo.

El terapeuta coloca sus muslos sobre los hombros del paciente y realiza una presión
intermitente asimétrica o simétrica.

A continuación el ejercicio se realiza de la misma manera que el anterior. Durante la


estimulación con el dedo índice y medio, aumentamos la presión ejercida por los muslos del
terapeuta sobre los hombros del paciente para activar más el alargamiento de un lado de la
región cervical y reducir el del otro lado.

Reacción:

Ver ejercicio anterior. En esta variación el alargamiento y la contracción del músculo omo-
hioideo aumenta, lo que produce una mejor estabilización del hueso hioides durante la
deglución.

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Variante I del Ejercicio básico: decúbito


dorsal con cintura escapular fijada.

En decúbito dorsal sobre la camilla y sin apoyo de la cabeza

La ventaja de esta variante está en la posición inicial. El radio de movimiento de la cabeza en


extensión es mayor, lo que permite un alargamiento mayor de los músculos supra e infra
hióideos y permite que la contracción sea más efectiva.

Sentado con control en la región parieto-occipital

Posición inicial: El terapeuta está sentado con las piernas cruzadas. El niño está sentado de
lado sobre uno de sus muslos, con los isquios bien apoyados. El otro muslo sirve de apoyo a la
espalda del niño. Un adulto puede ser tratado sentado en el suelo o sobre una silla. La
columna vertebral se colocará recta, las caderas y la columna vertebral se colocaran en línea
recta. De esta manera, también, podemos controlar la cabeza.

El terapeuta coloca una de sus manos en la región occipital y otra en el mentón. Se realizan
todos los movimientos de la cabeza, después se realiza un leve impulso en dirección al cráneo
y, a continuación, se mueve la cabeza en extensión, flexión y rotación.

Cambio de la posición de la mano: El pulgar se coloca lateralmente en la mandíbula, los lados


internos de los otros cuatro dedos se colocan sobre el hombro hacia el cual esta girada la
cabeza, y ejercen una leve presión hacia abajo.

El dedo índice y medio de la otra mano del terapeuta se coloca sobre la región parieto-occipital
opuesta. Las dos manos hacen, simultáneamente, un estímulo usando presión y vibración. Las
fuerzas tienen una acción contraria; el pulgar estimula en dirección de la rotación y en sentido

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dorso-craneal; el dedo índice y medio, al contrario de la rotación de la cabeza, en sentido


ventral-craneal.

Cuando el paciente es capaz de entender órdenes, solicitamos su colaboración para que


mueva la cabeza contra la resistencia. Cuando el paciente no es capaz de responder a órdenes,
se aumenta la vibración y se da, automáticamente, un impulso opuesto.

Reacción:

 Lateralización de la mandíbula en dirección al estímulo.


 Lateralización de los ojos en dirección al estímulo.
 Lateralización de la lengua al estímulo.
 Activación del velo del paladar.

Esta variación tiene la ventaja de propiciar el control de tronco y de cabeza y la elevación


contra gravedad, necesarios para conseguir una postura correcta de la mandíbula y de la
lengua.

Sentado con control en la región occipital

Posición inicial: Ver ejercicio anterior.

No hay ningún cambio en la manera de colocar las manos para controlar la cabeza, aunque la
mano que estimula modifica el impulso en la región occipital en sentido craneal y coloca el
antebrazo a lo largo de la columna vertebral para facilitar la postura erecta.

El pulgar de la otra mano hace el estímulo de la misma manera descrita en el ejercicio anterior.

Reacción: Ver ejercicio anterior. La ventaja de esta posición de la mano es que la cabeza pude
ser guiada mejor y la postura erecta del tronco y de la cabeza reciben un mejor apoyo.

Variante 1 del ejercicio básico:


Sentado con control en la región
occipital.

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Variante II

Posición inicial: Ver posición de decúbito dorsal con cintura escapular fijada.

Después de conseguir la posición inicial los miembros inferiores se flexionan sobre el


abdomen. Cuando se trata de un niño pequeño, se sujetan los dos cóndilos femorales con una
mano, manteniendo el dedo índice entre las rodillas. Si el paciente es adulto, se le pide que
mantenga los miembros inferiores flexionados próximos al abdomen. Ofrecemos resistencia en
el lado del cóndilo femoral hacia donde esta girada la cabeza, en dirección a la articulación de
la cadera opuesta.

Se produce una elongación diagonal sobre todos los músculos ventrales y dorsales del tronco.
Se le pide al paciente que haga fuerza sobre los puntos de resistencia en la mandíbula y
cóndilo femoral. Los bebés tienen una reacción refleja.

Reacción: Además de las reacciones descritas en las variaciones I y II, podemos observar:

 La activación de los músculos: rectos abdominales, oblicuo externo, oblicuo interno,


transverso del abdomen, cuadrado lumbar, y rotadores de columna vertebral.
 Se produce una rotación entre la cintura escapular y pélvica.
 Se produce una presión de las masas intestinales sobre el diafragma.
 Se intensifican los movimientos respiratorios.
 Se produce una expiración más fuerte y profunda y se mejora la fonación.

Todos los ejercicios deben realizarse en los dos lados.

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

Variante II del Ejercicio Básico.

2.3.- Ejercicios para la protusión de la mandíbula

Posición inicial: El terapeuta se mantiene sentado con las piernas cruzadas, y el niño se sienta
sobre uno de sus muslos, con las piernas bien apoyadas. La otra pierna del terapeuta sirve de
apoyo para la espalda del niño. Los adultos deben sentarse en el suelo o en una silla. Lo ideal
es que los antebrazos estén apoyados.

Una de las manos del terapeuta debe estar en la región occipital y realizar un impulso
intermitente en dirección al cráneo, estando la cabeza levemente reclinada. Esto facilita el
desplazamiento de la mandíbula hacia delante. El antebrazo de paciente, del lado de esta
mano del terapeuta, se encuentra situado a lo lardo de la columna vertebral, ayudando a
mantener la postura erecta del tronco.

Con la otra mano, el terapeuta forma una “V”, separando bien el dedo índice del medio. La
cara interna de estos dedos se coloca en la parte blanda del borde de la mandíbula; los
extremos de los dedos llegan hasta el ángulo de la mandíbula.

El pulgar se coloca en el surco existente entre el mentón y los labios manteniendo de esta
manera los labios en contacto durante el ejercicio. Simultáneamente debe controlarse la
respiración nasal.

Estímulo: En primer lugar, se realiza una presión y vibración en dirección craneal. Con esto, los
músculos elevadores de la mandíbula se relajan, el hioides y la laringe se elevan por la
activación de los músculos supra e infrahioideos. Además, se elevan la raíz de la lengua y el
suelo de la boca.

A continuación, con la boca ligeramente abierta y con los dos dedos colocados en el borde de
la mandíbula, empujamos la mandíbula hacia delante por medio de vibración. En la cabeza se
produce una rotación pasiva hacia los dos lados y nuevamente se coloca en la posición inicial.

Reacción: Protusión de la mandíbula a través de la contracción simétrica de los músculos


pterigoideos laterales, con punto fijo en la apófisis pterigoidea.

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

Ejercicio para la protusión de mandíbula

2.4.- Ejercicios para la apertura activa de la boca, activación de los músculos supra e infra
hioideos.

Posición inicial: El terapeuta se sentará sobre una colchoneta con las piernas abiertas. El niño o
el adulto se colocarán en decúbito dorsal, con la cabeza entre las piernas del terapeuta. Los
brazos del paciente deben estar en abducción entre 45º y 90º.

El ejercicio se puede realizar con o sin fijación de la cintura escapular. En el caso de que se fije
la cintura escapular, el terapeuta coloca cada uno de sus muslos sobre los hombros del
paciente y ejerce una presión intermitente para regular el tono.

Una de las manos se coloca en la región occipital, situando el pulgar y el índice en la


prolongación de la apófisis mastoidea y la otra mano en el mentón.

Se realiza un impulso intermitente en la región neutral de la cabeza, y a continuación se realiza


una extensión de la cabeza para provocar la elongación de toda la cadena muscular de los
músculos supra e infra hioideos.

Estímulo: Cambiamos la manipulación: La mano que se encontraba debe colocarse en la zona


del esternón y realizar una presión y una vibración en sentido dorso-caudal. La otra mano
ejerce una leve presión con vibración en el mentón en sentido de la ATM. El paciente recibe la
orden de flexionar la cabeza, ejerciendo una leve presión del mentón sobre el esternón, sin
levantar la cabeza, y de abrir ligeramente la boca.

Reacción:

 Activación de toda la cadena muscular del hioides.


 Apertura de la boca por la contracción del platisma (m. largo del cuello) y del vientre
anterior del m. digástrico, con componente mínimo de protusión de mandíbula.
 Activación de los músculos responsables por la retracción y depresión del ángulo de la
boca.

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

2.5.- Ejercicios para la activación del labio superior y, simultáneamente, para la inhibición de
la hiperactividad del músculo del mentón.

Posición inicial: El terapeuta se sienta en una silla (si el paciente es un adulto) o en una
colchoneta (si es un niño). El niño se coloca sentado de lado sobre uno de los muslos del
terapeuta, con las piernas bien apoyadas. El terapeuta apoya el dorso del niño con la otra
pierna. Los miembros superiores e inferiores del niño se mantienen próximos a su cabeza. Si el
paciente fuese un adulto, el terapeuta deberá sentarse de frente o de lado.

Una mano se coloca en la región occipital, y con un leve impulso, se coloca la cabeza en una
posición levemente reclinada.

Con la mano libre, el terapeuta forma una “V” y coloca el pulgar y el índice, externamente, en
la parte blanda, debajo del labio inferior y lateralmente en el cuerpo de la mandíbula. El dedo
medio, lo colocamos en el suelo de la boca para estabilizar la mandíbula.

Estímulo: Con los dedos índice y pulgar, el terapeuta levanta los tejidos blandos en dirección
craneal y con una leve presión los dirige en dirección a la ATM. De esta manera, los labios son
forzados a mantener un mayor contacto, mientras que el labio inferior y el músculo del
mentón se mantienen inactivos.

El terapeuta inclina la cabeza en la línea media; con la eminencia hipotenar de la mano que se
encuentra en el mentón, realiza una presión en el esternón, y con la mano que se encuentra
en la región occipital realiza un impulso en dirección cráneo-ventral. En este momento la
mandíbula se eleva y la lengua entra en contacto con el paladar. Se le pide al paciente que
sople, con la finalidad de provocar la vibración del labio superior.

A continuación se gira la cabeza del paciente hacia los dos lados, con la eminencia hipotenar
del terapeuta colocada sobre los hombros del paciente, a quien se le pide nuevamente que
sople.

Reacción:

 El paciente inspira por la nariz y expira por la boca.


 El impulso del aire que sale de la boca por el lado vestibular del labio superior lo hace
vibrar y lo alarga hacia el frente. De esta forma activamos el labio superior y
inactivamos el labio inferior y el músculo del mentón.
 Concluimos este ejercicio pidiéndole al paciente que degluta.

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Secuencia de activación del labio superior y de


inhibición de la hiperactividad del músculo del
mentón (borla).

2.6.- Vibración de la cara

En niños:

Posición inicial: El terapeuta se sienta en el suelo y coloca al niño lateralmente sobre su pierna.
Si se trata de un niño mayor puede sentarse en una silla delante de él. Una mano está colocada
en la región occipital y con ella realizamos un pequeño impulso en dirección craneal. Se
flexiona la cabeza del niño, manteniendo el cuello y el tronco erguidos. El pulgar y el índice de
la otra mano, se colocan, cada uno de ellos, sobre una hemifacie. El dedo medio se coloca
sobre el suelo de la boca y controla el cierre de la misma.

Estímulo: Se realiza una presión y una vibración concéntricas con desplazamiento mínimo de
los tejidos blandos de la cara en dirección caudo-ventral. Los labios deben permanecer
cerrados.

Reacción:

 Aumento de la presión intaoral negativa.


 Activación del mecanismo buccinador
 Protusión del músculo orbicular de la boca acompañado de leve protusión de la
lengua.
 Contracción del músculo transverso de la lengua, el cual estrecha el diámetro
transversal de la misma. Después de la contracción continua una distensión.
 Después de la vibración se realiza un alisamiento del suelo de la boca y un control de
mandíbula.

En adultos:

Posición inicial: En el caso de los adultos es más difícil mantener la cabeza en una postura
exacta y estable en sedestación. Una de las posibilidades para solucionar este problema es
utilizar la postura inicial del ejercicio básico, colocándose, el terapeuta, por detrás del paciente
que se encuentra sentado, apoya la cabeza del mismo sobre su tórax.

El terapeuta coloca sus manos sobre las hemifacies del paciente. El dedo medio se sitúa sobre
la bisectriz del ángulo alfa.

Estímulo: Se realiza una presión concéntrica y una vibración con leve protusión de los tejidos
blandos de la cara en dirección caudo-ventral. Se repite de tres a cuatro veces. A continuación,
se cambia el sentido de la vibración en dirección cráneo dorsal. En ambos casos concluimos
con el control de la mandíbula.

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Reacción:

 Aumento de a presión intraoral.


 Con la vibración se produce una protusión de la lengua, pero inmediatamente después
del estímulo, es empujada para arriba y atrás. El músculo longitudinal superior inicia
esta sinergia muscular.
 Con la vibración en sentido dorso-craneal, la lengua se desplaza ligeramente hacia
atrás. Después del estímulo se produce una protusión activa de la lengua por la
contracción simétrica del músculo geniogloso.
 Durante la presión concéntrica, el diámetro transversal de la lengua se estrecha por la
contracción del músculo transverso de la lengua con punto fijo en el septum lingual.
Después del estímulo se produce un ensanchamiento de la lengua.
 Una vibración asimétrica de la cara (mientras vibra una hemifacie la otra sirve de
apoyo) facilita el movimiento de rotación de la lengua.

Formas de vibración (de arriba a abajo): 1.- Ventro-


caudo-medial. 2.-Dorso-cráneo-medial. 3.-Asimétrica.

Vibración de la cara en sentido ventro-caudo-medial.

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2.7.- Vibración de los labios

Posición inicial: Ver apartado 2.5 (en niños y adultos).

El terapeuta forma “una concha” con la mano, flexiona ligeramente las articulaciones de los
dedos y coloca el pulgar sobre los demás. Coloca la mano sobre los labios del paciente, que
están en contacto y se asegura de no interrumpir la respiración nasal con su mano.

Estímulo: Se realiza una presión sobre los labios y las hemifacies y se produce un efecto de
vacío. A continuación, se realiza una vibración en sentido dorso-craneal. Las vibraciones son
intercaladas con pequeñas pausas.

Reacción:

 Aumento de la presión intraoral.


 Protusión de los labios.
 Aumento de la tensión e impulso con relajación final de la lengua.

2.8.- Puntos motores de la cara

Los puntos motores de la cara son zonas de reacción, a partir de las cuales podemos activar
respuestas motoras de un músculo o de una cadena muscular a través de estímulos táctiles y
propioceptivos.

2.8.1.- Estimulación aislada de los puntos motores

 Punto motor nasal superior.


 Punto motor nasal inferior o punto del labio superior.
 Punto motor de las alas de la nariz.
 Punto motor de los párpados.
 Punto motor de los labios.
 Punto motor del mentón.
 Punto motor del suelo de la boca.

Punto motor nasal superior

Localización: Parte medial de la raíz de la nariz.

Estímulo: Con la punta del dedo índice o medio, con un


movimiento de deslizamiento, presión y vibración en dirección
dorso-craneal.

Reacción:

 Cierre bilateral de los párpados seguido de una mayor apertura por la contracción del
músculo orbicular de los párpados con punto fijo en el ángulo interno de la órbita.
 Arrugas horizontales en la zona de la raíz nasal por la contracción del músculo
piramidal de la nariz con punto fijo en la raíz de la nariz. Esta reacción no es constante.

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

 En algunos casos ocurre una elevación de las cejas debido a la contracción del músculo
frontal, con punto fijo en la aponeurosis epicraneana.

Punto motor nasal inferior o punto del labio superior

Localización: Cubre el área central del labio superior.

Estímulo: Con la cara medial del dedo índice que, con leve curvatura, se ajusta sobre todo el
labio superior.

Con alisamiento, presión y vibración en dirección dorso-caudal, haciendo al final del estímulo
un ligero movimiento para fuera con el dedo índice.

Reacción:

 Protusión y elevación de la parte media del labio superior por la contracción de la


porción superior del músculo orbicular de la boca, músculo elevador del labio superior
y del ala de la nariz.

Punto motor de las alas de la nariz

Localización: A ambos lados de las alas de la nariz, a la altura de la incisura nasal.

Estímulo: Los dos puntos son estimulados, simultáneamente, con el dedo índice y el pulgar en
dirección dorso-látero-craneal o caudal con alisamiento, presión y vibración.

Reacción:

 Las alas de la nariz se levantan y aumenta el diámetro anterior de las fosas nasales por
la contracción del músculo elevador del labio superior y del ala de la nariz

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

Punto motor de los párpados.

Localización: Ángulo externo de la órbita ocular, en el punto donde se cruzan las fibras del
párpado superior e inferior.

Estímulo: se realiza de manera simultánea en los dos puntos con la punta del dedo índice,
estirando, presionando y vibrando, en dirección:

 Dorso-cráneo-medial para un alisamiento más enérgico seguido de la activación del


párpado inferior.
 Dorso-caudo-medial para una mayor activación del párpado superior
 Dorso-medial para un alargamiento uniforme y activación de los dos párpados.

Reacción:

 Cierre bilateral de los párpados por la contracción bilateral del músculo orbicular de los
párpados.

Punto motor de los labios.

Localización: En ambas comisuras labiales.

Estímulo: Con la punta de los dedos índices y anulares, presionar y vibrar, simultáneamente,
las dos comisuras en dirección:

 Dorso-cráneo-medial para conseguir un estiramiento más enérgico seguido de una


contracción del labio inferior.

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

 Dorso-caudo-medial para lograr una mayor contracción del labio superior.


 Dorso-medial para un estiramiento uniforme y una contracción del músculo orbicular
de la boca.

Reacción:

 Se producen arrugas en el labio superior e inferior y una leve protusión

Punto motor del mentón

Localización: sobre el surco mento-labial.

Estímulo: Es importante colocar el dedo índice sobre el suelo de la boca antes de iniciar el
estímulo, con la finalidad de mantener la boca cerrada. El estímulo se realiza con la punta del
dedo pulgar en dirección dorso-caudal, con alisamiento, presión y vibración.

Reacción:

Por la contracción simétrica del músculo del mentón, ocurre una elevación del labio inferior y
de la piel del mentón.

Punto motor del suelo de la boca

Localización: en el centro del suelo de la boca sobre la masa muscular.

Estímulo: Con el pulgar o con el dedo índice o incluso con el dedo medio, en dirección dorso-
craneal con alisamiento, presión y vibración.

Reacción:

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

 El hueso hioides y la lengua se elevan a través de la activación de los músculos supra-


hioideos, principalmente del músculo milo-hioideo.

2.8.2.- Estímulos combinados de varios puntos motores.

Después del estímulo aislado unilateral y bilateral de los puntos motores, existe la posibilidad
de realizar combinaciones con la finalidad de obtener un sumatorio de estímulos.

De tres a cinco puntos pueden ser estimulados de forma simultánea. Estas combinaciones son
ejecutadas conjuntamente con los ejercicios básicos, o con las variantes I y II de estos
ejercicios.

Procedimiento:

 En primer lugar se preparan los músculos de la cintura escapular, del cuello, de la nuca
y de la cara.
 Se inicia con el ejercicio básico o con la variante seleccionada.
 Cuando, durante la flexión, la cabeza se encuentra en la línea media, los dedos se
colocan en los puntos motores que deseamos estimular. Cada punto motor recibe el
mismo estímulo que cuando es activado de forma aislada. Además toda la palma de la
mano se coloca en contacto con la mandíbula y la cara del paciente.

Posibilidades de combinación:

 El dedo medio en el punto del suelo de la boca, el dedo índice en el punto del mentón
y el pulgar en el punto de los párpados.
 El dedo anular en el punto del suelo de la boca, el dedo medio en el punto del mentón,
el índice en el punto del labio superior y el pulgar en el punto de los párpados.
 El dedo meñique en el punto del suelo de la boca, el dedo anular en el punto del
mentón, el medio en el punto del labio superior, el índice en el punto del ala de la
nariz y el pulgar en el punto motor de los párpados.

Después de escoger una de estas posibilidades, los dedos son colocados en los puntos
adecuados, la cabeza se mantiene en flexión con la otra mano que sostiene la apófisis
mastoidea, hacia el lado opuesto al estímulo.

Se realiza el estímulo respetando la dirección de cada punto y la presión y vibración en la


mandíbula y en la cara se realiza con la palma de la mano. Con esto, se produce una resistencia
y el paciente recibe el impulso de girar la cabeza contra esta resistencia en dirección medial. El
movimiento de rotación es mínimo; la cabeza no debe girarse nuevamente a la posición
central.

El estímulo es realizado en ambos lados. Cuando se trata, por ejemplo, de un paciente con
parálisis facial, se debe estimular dos veces el lado parético y una vez el lado sano.

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2.9.- Ejercicios en la región oral

2.9.1.-Masaje de las encías

Los niños deficientes con patologías neurológicas presentan, frecuentemente, alteraciones del
trofismo de las encías. Estas alteraciones provocan, en determinados casos, dificultades para la
realización de ejercicios en la boca. Este tipo de alteraciones tiene diversas causas. En algunos
casos ocurren por efectos secundarios de algunos medicamentos, como por ejemplo la encía
hiperplásica por fenobarbital. En la mayoría de los casos, la causa es la respiración por la boca,
una higiene bucal inadecuada y la permanencia de restos de alimentos en la boca que
representan el mejor medio para la proliferación y el aumento de bacterias. En el caso de estos
niños, también es importante trabajar en la boca y enseñar a los padres como hacerlo. Es
importante resaltar, que el dedo o cualquier otro objeto nunca deben ser introducidos en la
boca del niño con rapidez y contra su voluntad. Para introducir el dedo en la boca debemos
humedecerlo previamente y colocarlo, inicialmente, en el vestíbulo de la boca de tal manera
que el niño tenga tiempo de adaptarse al elemento extraño.

Posición inicial: El niño debe colocarse en una posición inicial adecuada, conforme a lo descrito
en los ejercicios anteriores. El tronco y la nuca deben estar erectos y en posición simétrica. Las
reacciones patológicas no deben ser reforzadas.

Estímulo: La punta del dedo se coloca sobre la encía. Realizamos movimientos rotatorios con el
dedo desde la parte media de la encía hacia atrás. Repetimos el ejercicio 2 o 3 veces a ambos
lados, tanto en el maxilar como en la mandíbula.

Reacción:

 Como el masaje de la encía aumenta la salivación, debemos realizar a continuación el


control de la mandíbula y un deslizamiento en el suelo de la boca para facilitar la
deglución.

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2.9.2.-Masaje del paladar

Posición inicial: Véase en el punto anterior. El dedo índice, humedecido y con la punta palmar
para arriba se coloca sobre los pliegues del paladar.

Estímulo: Se realizan movimientos circulares y movimientos de alisamiento hacia un lateral, en


sentido antero-posterior, con una leve presión y vibración. Inicialmente, realizamos el masaje
en la parte anterior y, paulatinamente, vamos avanzando en las maniobras hacia la parte
posterior, hasta llegar al límite con el paladar blando. Es importante que no se provoque el
reflejo de vómito.

Seguidamente, retiramos el dedo, controlamos la mandíbula y realizamos un deslizamiento en


el suelo de la boca para provocar la deglución.

Reacción:

 La lengua se orienta hacia el estímulo.


 La zona que despierta el reflejo del vómito es reducida por desensibilización.
 Se mejora la sensopercepción del paladar.

2.9.3.- Elevación del ápice de la lengua

Posición inicial: Ver puntos anteriores. Una de las manos se sitúa en la región posterior de la
cabeza, realizando una leve tracción en sentido craneal y flexionando, ligeramente, la cabeza.
La boca del paciente se encuentra entreabierta. La falange distal del terapeuta se coloca por
detrás de la encía en la parte inferior de la boca (m. mili-hioideo), sin tocar los dientes, y el
pulgar en la parte externa del suelo de la boca.

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

Estímulo: Se tira levemente de la mandíbula hacia delante; en la parte interna se realiza una
leve presión con el dedo índice en el suelo de la boca.

A continuación, se levanta la falange distal del dedo índice y se eleva la punta de la lengua
hacia la cara lingual de los dientes incisivos.

Para concluir se realiza, nuevamente, el control de mandíbula y alisamiento del suelo de la


boca.

Reacción: Elevación y retracción de la lengua por la contracción simétrica de los músculos


longitudinal superior y estilogloso con punto fijo en la apófisis estiloides. Al final del ejercicio,
los músculos milo-hioideo y palatogloso actúan sinérgicamente en la deglución.

2.9.4.- Variante para la elevación del ápice de la lengua

Posición inicial: Ver ejercicio 3. Después de ejecutar el estímulo (primero, presión interna en el
suelo de la boca, y después, elevación del ápice de la lengua) se coloca el dedo índice en el
dorso de la lengua.

Estímulo: Presión y vibración en dirección al suelo de la boca. Se retira el dodo índice con un
movimiento de alisamiento y leve presión en dirección antero-superior.

Para concluir realizamos un control de mandíbula y alisamiento del suelo de la boca.

Reacción: Facilitación de la elevación del ápice de la lengua, lo que representa un factor


importante en la succión, la deglución, así como también en la articulación linguo-dental y
línguo-palatina.

2.9.5.- Activación de la rotación de la lengua

Posición inicial: Ver ejercicio anterior. Una mano se coloca en la parte posterior de la cabeza; la
cabeza la reclinamos a la vez que ejercemos una ligera tracción. Esto proporciona un descenso
de la mandíbula y de la lengua. La boca del paciente se encuentra abierta y el dedo índice se
coloca en el medio de la cara interna gengival inferior. (Borde interno de la encía).

Estímulo: Con una leve presión, se realizan movimientos con el dedo índice en los dos lados de
la parte inferior e interna de la encía, del centro hacia atrás, hasta la apófisis
pterigomandibular. Control de la boca, movimiento en el suelo de la boca. Realizaremos el
mismo procedimiento en el borde gengival superior interno.

Reacción: la lengua obedece al estímulo, primero se dirige hacia un lado y, después, rota sobre
su propio eje axial. Este movimiento de la lengua se produce, principalmente, por la
contracción contralateral del músculo geniogloso, y por la contracción del mismo lado del
músculo estilogloso.

2.9.6.- Activación de los movimientos laterales de la lengua

Posición inicial: Ver ejercicios anteriores. El dedo índice se coloca en el borde anterior de la
lengua.

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

Estimulo: El dedo índice se mueve a lo largo del borde de la lengua, en sentido antero-
posterior, ejerciendo una ligera presión.

Reacción: Lateralización de la lengua a través de la contracción del músculo geniogloso del


lado opuesto.

2.9.7.- Vibración intermitente de la lengua

Posición inicial: ver ejercicio 2.9.3. Se coloca la cara palmar del dedo índice en la línea media
del dorso de la lengua. Es muy importante, el contacto con el tercio posterior de la lengua.

Estímulo: presión y vibración intermitente en dirección caudo-ventral con movimientos del


dedo de atrás hacia adelante. A continuación se realiza control de mandíbula y se mueve el
suelo de la boca para estimular el acto de deglutir.

Reacción: El músculo longitudinal superior se alarga ligeramente alejándose de su punto fijo. Al


retirar el dedo índice, los músculos se contraen en dirección al punto fijo y se prepara la
sinergia para que la lengua se contraiga hacia arriba y hacia atrás.

Vibración de la lengua en sentido caudo-ventral.

2.9.8.- Estimulo de succión

Se coloca el dedo anular y el meñique en la parte anterior del suelo de la boca. El pulgar y el
dedo medio se colocan en las hemifacies; y el dedo índice está preparado para ser introducido
en la boca.

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

Con el dedo medio y el pulgar ejercemos presión y vibración en las mejillas para activar el
mecanismo buccinador y posibilitar un buen contacto de los labios. La presión negativa
intraoral se aumenta con la activación de esta sinergia muscular, que es necesaria para extraer
la leche.

Los dedos en el suelo de la boca ejercen presión y vibración en dirección craneal asegurando el
cierre de la boca.

A continuación, se coloca la punta del dedo índice en la boca del niño, teniendo cuidado de
que no se produzca la protusión lingual. Se realiza una presión y vibración intermitente en
dirección caudo-ventral y a continuación, se retira el dedo de la boca con un movimiento en
dirección craneal. Con esto se facilita una retracción y elevación de la lengua, necesarias para
alargar el pezón y colocarlo en la posición correcta.

Finalizamos el ejercicio con un movimiento en el suelo de la boca en dirección cráneo-dorsal.


El músculo milohioideo es activado iniciando la sinergia de la deglución.

En cuanto el niño degluta, realizamos un control de mandíbula con el dedo medio en el suelo
de la boca, el pulgar en el mentón y el índice, lateralmente, sobre la mandíbula. Con la
eminencia hipotenar de la mano ejercemos una presión en la zona del esternón.

Este procedimiento debe ser ejecutado de tres a cuatro veces antes de la alimentación.

Utilización de calma motora en la vibración simultánea de las mejillas

Vibración del suelo de la boca (izquierda) y de los labios (derecha)

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Autor: Francisco Javier Fernández Rego

Cavidad Bucal. A: Dedo Medio y Pulgar. B:


Dedo Anular. C: Dedo índice. Las flechas
indican la dirección del estímulo.

Posición de la mano para estimular la succión

Secuencia del estímulo para la succión.

Fuente: Castillo Morales, R. Terapia de Regulaçao Orofacial. Conceito RCM. Memnon ediçoes
científicas, Sao Paulo, 1999.

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