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de los MEdios
aragón
2ª edición, 2002-03
En palabras de Joan Ferrés, «No podemos decir que enseñar a ver la televisión sea una
posibilidad más que habría de ofrecer la escuela. Educar telespectadores es —habría de serlo—
una exigencia ineludible de la escuela, derivada de la especifidad de su misión. ... una escuela
que no enseña a ver la televisión es una escuela que no educa» (Com veure la TV?, material
didàctic per a infants i joves. CAC. Barcelona, 1998)
En este folleto, se ponen de manifiesto algunas claves desde las que poder empezar ese proceso
de reflexión. Si queremos hacerlo útil, es imprescindible primero que el educador –también
consumidor cotidiano e inconsciente de televisión- apague la tele como Mafalda y dedique unos
minutos a pensar en ella. La lectura previa y detenida de cada uno de los apartados del folleto
pensando en el grupo de alumnos a los que va a dirigir en ese proceso es el primer paso.
2. Destinatarios
El folleto está dirigido, sobre todo a padres y educadores, con el fin de suscitar en ellos algunas
dudas sobre el fenómeno audiovisual y su influencia educativa para que, en última instancia,
provoque actuaciones educativas concretas en sus hijos y alumnos en relación al uso de la
televisión. Por ello serían los CEP, los claustros y las Escuelas de Padres su destinatario natural.
No obstante—tal y como se ha puesto de manifiesto en la experiencia de la primera edición— su
uso en el aula para trabajar directamente con los alumnos no solamente es posible, sino muy
recomendable. Aunque el folleto no es una unidad didáctica propiamente dicha, su contenido es lo
suficientemente sugerente para provocar todo tipo de actividades en todos los niveles educativos
para conseguir una aproximación reflexiva de los alumnos al mundo de la televisión.
2. Estructura
El folleto consta de 14 páginas y pretende condensar en cada una de ellas un aspecto concreto
para la reflexión personal o grupal en el aula, de modo que se puedan trabajar aisladamente o
como un todo unitario. En cualquier caso, cada apartado está concebido como impulso para la
reflexión durante una o varias sesiones, dependiendo de la profundidad con que se aborde cada
uno de los temas propuestos y de las actividades que a partir de ellos se puedan generar.
3. Contenidos
cero
En la introducción están presentes las siguientes ideas que pueden trabajarse en el aula desde el desarrollo, el
debate, la investigación, el trabajo de campo, la entrevista, etc..:
¿Es la televisión el fenómeno cultural más importante del siglo XX? ¿En qué sentido? ¿Qué influencia ha
podido tener la televisión en la vida de las personas? ¿Cómo sería un mundo sin televisión? ¿Qué efectos
culturales produce positivos y negativos?...
¿Qué quiere decir que siendo fundamentalmente visual es a la vez invisible? ¿De dónde procede esa
dificultad para distanciarse de ella? ¿Qué es lo que hace que sea tan costoso analizarla, pensarla, verla como
objeto de estudio?
¿Lo importante es el medio y no el contenido?. Es decir, lo que la televisión es, su lenguaje, sus
características, su accesibilidad, etc... o lo que la televisión muestra, las imágenes, las historias. ¿Son
realidades separables? Quizá el resto del folleto nos aclare algo estas cuestiones.
Se afirma que la televisión produce un impacto social profundo y distorsionador. Podemos interrogarnos
también para ver si eso es cierto y en qué sentido lo es.
uno
Los datos estadísticos son sólo cifras. Corresponde a nosotros darles significado. Cada uno de los
aquí expuestos tiene mucho valor significativo y pueden ser muy útiles para la discusión y la
reflexión. La suma o combinación de todos ellos, también es muy jugosa para establecer cual es el
lugar social e individual de la televisión. Se trata de comprobar la potencia de la penetración
social del medio.
Aprovechemos para ver mediante encuesta o puesta en común, las cifras que salen en la clase
respecto de la presencia de la tele en cada una de las casas.
dos
El tiempo también es un valor numérico frío y aparentemente neutro. Se trata de hacer ver el
tiempo como algo vivo, como biotiempo, auténtica vida transcurrida o por transcurrir, llenada o por
llenar. De ahí la referencia a los hombres grises de Momo y su estrategia para tomar posesión de
los hombres. La televisión no sólo produce un impacto por lo que nos comunica, sino por lo que no
nos deja hacer mientras la vemos. ¿Qué dejamos de hacer para ver televisión? ¿Es siempre una
buena elección? ¿Merece la pena? ¿Qué podríamos hacer en 12 años de vida si la televisión nos
dejara hacerlo? ¿Qué otras actividades tienen en nuestra vida el mismo peso específico?
tres
¿Por qué vemos televisión? ¿Cómo decidimos encenderla? Podemos comparar el acto de ver la
tele con otras decisiones de ocio: ir al cine, leer, jugar, salir con los amigos... Pensemos cada uno
hasta qué punto es una decisión voluntaria o es un automatismo adquirido, programado y qué
consecuencias tiene esto en nuestra relación con el medio.
Se nos dice que cada persona hace lo que quiera y que todo es tan sencillo como apretar o no un
botón. ¿Es realmente tan sencillo? ¿Por qué entonces se producen las paradojas citadas?. ¿Por
qué tanta uniformidad?
¿Las audiencias o la audiencia?. Puede ser un buen momento para analizar la medición, el
significado y la influencia de la audiencia en los contenidos de la televisión. ¿Realmente la
tenemos la televisión que nos merecemos? ¿Los programadores no hacen buena televisión porque
las audiencias no la demandan? Si esto es así, ¿por qué es así? La fidelidad de la audiencia ¿es
consecuencia de la calidad de la programación? ¿Por qué baja la audiencia en verano? ¿quién es
responsable de los audímetros? ¿Por qué nadie cuestiona sus datos siendo que es una empresa
monopolística? ¿Quién controla al controlador? ¿Qué miden los audímetros, números o calidades?
cuatro
De nuevo una serie de afirmaciones, esta vez relacionadas con las características del medio.
Como habíamos dicho, no se trata sólo de lo que vemos sino del hecho mismo de verlo en
televisión.
De cada párrafo se puede hacer todo un trabajo de análisis respecto del medio televisivo.
Estimulemos a los alumnos para que lo hagan individualmente o en grupo.
De nuevo también la suma de todas estas características sumada a su vez a todo lo que ya antes
se ha dicho, constituye un producto fuertemente impactante.
Casi todas las características citadas son negativas. ¿Se nos han olvidado las positivas...?
Enumeremos las que se nos ocurran y confrontemos después con las que se citan.
También puede haber otras características que no están en esta relación y que son, como ellas,
negativas. ¿Se nos ocurre alguna?
cinco
Hemos destacado tres conceptos económicos en relación con el medio que nos parecen muy útiles
y reveladores para comprender mejor el mecanismo real que supone ver televisión: telesegundo,
telemercancía, nombres propios, los tres propuestos por Javier Echeverría en Telépolis (Ensayos-
Destino, Barcelona, 1994)
Vale la pena desmenuzar despacio cada uno para que los alumnos los entiendan bien y aumenten
así su percepción crítica del medio audiovisual: la televisión como actividad económica, el
producto tiempo, el peso de la publicidad en la televisión, el consumo de televisión en relación al
tiempo del usuario, el poder creador de valores económicos de la mirada multiplicada de los
telespectadores, el sinsentido y las contradicciones que se ocultan debajo del inocente acto de
encender la tele, los diferentes tipos de televisión según su financiación, el papel de la televisión
pública tanto en la primera como en la segunda cadena frente a las cadenas privadas... etc.
seis
La potencia de la televisión como referente informativo –que es casi un tópico- es puesta aquí en
duda tratando de desmitificar al medio. De nuevo en cada párrafo hay condensada toda una línea
de trabajo y de pensamiento. Al tratarse de informativos, quizá sea en los últimos cursos de
secundaria donde convenga afrontar este tema en profundidad. Aunque vale la pena cuestionar ya
en primaria la validez tópica de la realidad mostrada por los telediarios ¿Realmente una persona
que solo se informe a través de la televisión está bien informada? ¿Ver es lo mismo que
comprender? ¿Ser testigos en directo de la caída de las torres gemelas nos explica algo de lo que
está pasando?
siete
«Las imágenes muestran, pero necesitan ser explicadas» se decía en el apartado anterior.
Otro mito que se pone aquí ante el ojo crítico: el valor de la imagen. Una imagen vale más que mil
palabras sólo cuando puedo decir al menos mil palabras sobre ella.
La confrontación de imagen y palabra es muy expresiva y puede dar mucho juego no sólo para
desmitificar la imagen, sino sobre todo para prestigiar la palabra, el pensamiento.
En este apartado, junto con el tema del tiempo, está a nuestro juicio el segundo tema importante
de la televisión, el usuario y su influencia social. Vale la pena hincarle el diente con decisión para
intentar comprender el grave riesgo de nuestra libertad al renunciar al esfuerzo del pensamiento en
favor del placer de las emociones.
ocho
¿Cómo es el mundo que nos muestra la televisión? Una excelente base para realizar con algunos
cursos, un trabajo de campo para contrastar las afirmaciones que aquí se hacen. El papel de la
mujer, el peso específico de la imagen del cuerpo femenino y masculino frente al valor de la
inteligencia, el parecer frente al ser, el valor del esfuerzo... Aprovechar el impacto de Operación
Triunfo para debatir y cuestionar el mecanismo de la fama en relación con el esfuerzo personal...
nueve
Ya hemos hablado de la invisibilidad del fenómeno de la televisión. Una de sus opacidades más
curiosas es la sensación generalizada de que casi no la vemos. Nadie tiene conciencia de hasta
qué punto forma parte intensa de sus vidas. Pararse a pensar frente a un folio en el propio horario
cotidiano —como el de Juanito— es muy revelador.
diez y once
Estas dos páginas tienen un destinatario claramente adulto. Son una relación de propuestas
prácticas en la diez, teóricas en la once, para mejorar nuestra relación con el medio. Aún así,
pueden trabajarse igualmente con los alumnos desde otro punto de vista, por ejemplo, analizando
con ellos, hasta qué punto están cerca o lejos en sus respectivos ambientes, del usuario ideal de la
televisión que se deduce de estas dos páginas.
La afirmación de la psicóloga Vallejo-Nájera es discutible. ¿Hasta qué punto ver televisión es una
actividad tan pasiva por parte del usuario infantil o no? Comparémosla con otras actividades de
ocio posibles o con las que la propia psicóloga contrapone al medio.
Hacer hincapié en la última de las propuestas a los adultos: «vivir en lugar de ver como otros
viven». Sacarle punta a esta reflexión final sobre la televisión y nuestra postura de espectadores.
Epílogo
Es interesante subrayar lo que se afirma respecto de la neutralidad del medio televisivo y analizar
la tesis que se establece respecto de la «perversidad de la relación que se ha establecido entre el
medio y el usuario de tal modo que, de hecho, está puesta en cuestión la libertad personal,
familiar y social de los ciudadanos». Es una toma de postura fuerte que puede servir para
provocar el debate.
Por último la distinción entre consumidor y usuario en cuanto términos que definen distintas
posturas en relación al medio televisivo también puede dar de sí.
Para saber más
Se trata de una bibliografía de consulta, de reflexión o de actividades que puede resultar muy útil
para profundizar en cada uno de los aspectos tratados a lo largo de todo el folleto.
¿QUÉ PASA CON LA TELE?
Algunas ideas para pensar la televisión
CERO
Por otra parte, cuando se habla de TV, el análisis, casi siempre negativo, se suele
centrar en los contenidos pasando por alto al medio en sí que, a nuestro juicio, es
lo verdaderamente relevante puesto que es el medio y no el contenido lo
que produce un impacto social profundo y distorsionador.
8 Los escolares españoles pasan más tiempo al año delante del televisor que
en clase.
A los 10 años, una persona con ese horario, habrá estado 530 días
La palabra
desarrolla habilidades mentales relacionada con la concreación, la síntesis.
El lenguaje verbal –oral o escrito- facilita el razonamiento, la fuerte articulación
del pensamiento, la clasificación. Pero la palabra es densa, difícil: el lector se
enfrenta a un universo abstracto y estático, a signos alejados de la realidad
material, signos áridos cuya descodificación exige complejas operaciones
mentales. Lo agradable del texto escrito no está en lo que se ve, sino en su
significado. El lector se ejercita en la paciencia, porque se le exige un placer
postergado, que se alcanza sólo a partir del esfuerzo. La lectura exige renunciar
a una satisfacción inmediata por una satisfacción más lejana.
La imagen
es el reino de la sugerencia, de la emoción, de la intuición. Se mide por su
punch, por su capacidad de impacto. Ante ella, el espectador se enfrenta a
signos concretos cercanos, materiales, gratificadores, que dan
recompensa sin apenas esfuerzo y potencian un sentimiento de inmediatez e
impaciencia. La televisión nos presenta un universo concreto y dinámico: no
se trata sólo de que sean imágenes en movimiento, sino que el espectador, ante
la pantalla, se somete a una hiperestimulación sonora y visual cada vez
más trepidante para mantener su interés, de modo que esa vorágine de
sensaciones acaba por hacerle aburrido todo aquello que es abstracto y estático
como la lectura, pero no sólo como la lectura...
… porque
VIERNES:
2 horas más por la noche 4,5 horas/día 14,5 horas/semana
SÁBADO:
1,5 horas por la mañana
2,5 horas a mediodía
2 horas por la noche 6 horas/día 20,5 horas/semana
DOMINGO:
1,5 horas por la mañana
2 horas a mediodía
30 min. por la noche 4 horas/día 24,5 horas/semana
o Con los pequeños, imponer sin miedo a lo que hagan los demás.
Con los mayores, negociar un horario selectivo semanal.
SELECCIONAR Evitar el ver por ver. Elegir entre la programación aquello que
queremos ver, verlo y cambiar después de actividad en vez de cambiar de canal y
navegar sin rumbo por la marea de imágenes.
LEER Sobre todo leer. La prensa, novelas, ensayos, cuentos. Leer: mejorar
nuestra capacidad verbal, comprensiva y expresiva que facilite y lubrifique nuestro
pensamiento.
PENSAR que una imagen vale más que mil palabras sólo cuando hemos sido
capaces de decir mil palabras sobre ella.
JOSÉ BOZA
Presidente de ATRA. Zaragoza, diciembre de 2000