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FLACSO CHILE POF See, MD. oF C.4 MATERIAL DE DISCUSION PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE NUMERO 67, Enero 1985, n “ LASS oy : ANTIAG regis jest W704 aS 06 i CAPACITACION Y EMPLEO EN JUVENTUD POPULAR: LOS LIMITES DE LA PLANIFI- CACION. * Carlos David Pifia * Una versién preliminar de este trabajo fue presentada como ponencia al Seminario-taller "Educacién e ingreso al trabajo de jévenes de sectores populares", PIIE/UNESCO, Stgo., CEPAL, 26-28 de noviembre de 1934, Esta Serie de Documentos es editada por el Programa de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en Santiago de Chile. Las opiniones que en los documento$ se presentan, asi como los andlisis e interpretaciones que en ellos se contienen, son de la responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Facultad. RESUMEN Tomando como antecedente algunos rasgos socio-econé- micos presentes en la juventud de sectores populares, este trabajo pretende indagar en la relacién existente entre ca- pacitacién y empleo en el sector informal urbano juvenil. Se postula aqui la necesidad de un cuestionamiento al su- puesto que relaciona causalmente ambos términos (capacita- cién-empleo), y se argumenta que su planificacién est su- bordinada a las caracterfsticas del modelo econdmico y po- 1ftico por el que se opte. { I. INTRODUCCION Estas p&ginas no son resultado de ningfin estudio siste- m&tico ni pretenden presentarse como producto elaborado a partir de una investigacién especffica, sino s61o como un conjunto de antecedentes y proposiciones tendientes a explo- var la relacién existente entre empleo y capacitacién en j6- venes del sector informal urbano en el Chile de hoy. La propuesta b&sica que en este documento -necesaria~ mente breve- se intenta mostrar (que no demostrar), es que el ejercicio de capacitacién para el empleo en jévenes de sectores populares est4 atado a limitaciones primeras de or- den econémico y socio-politico, las cuales determinan el arco de opciones posibles de pensar y planear. Tales limitaciones estructuran un 4rea de condiciones que otorgan a la planificacién su posibilidad histérica, su viabilidad. En otras palabras, tras y antes del proble- ma de la capacitacién para el empleo est& la cuestién de la definicién del estilo de desarrollo por el que se opte y el perfil especifico del modelo econémico con el cual la planificacién ser& 0 no coherente. La afirmaci6n precedente se basa en el supuesto de que toda planificacién sectorial a nivel nacional adquiere sen- tido s6lo al interior del conjunto de polfticas insertas en un esquema mayor de desarrollo, que le da validez y po- sibilidad de cristalizar en el tiempo. a j oe II. ALGUNOS ANTECEDENTES BASICOS Es iluminador’y necesario comenzar revisando, aunque {$sea someramente, algunos antecedentes globales que hablan de la actual situacién laboral y social de la juventud popu- qari’, En primer lugar, es importante recordar que la cuarta parte de la totalidad de la fuerza de trabajo en Chile esté wcmpuesta por jévenes de entre 15 y 24 afios, lo cual, en r de un millén de cantidades absolutas, significa alved iévenes. De este total, el porcentaje de desocupacién a~ ‘bierta. alcanza el’ 30%, con lo que se duplica la tasa corres- pondiente al resto de la fuerza de trabajo. Si a este por-' centaje se le suman los trabajadores del PEM, se convierte en un 40%, con lo que se est haciendo referencia a mas de 350,000 j6venes que no pueden encontrar un puesto de traba- jo. Cuadro N* 1 EVOLUCION DE LAS TASAS DE DESOCUPACION DE GRUPOS JOVENES ¥. TOTAL DE LA FUERZA DE TRABAJO, GRAN- SANTIAGO (1960-1982). Fuente: Encuesta de Ocupaci6n y Desocupaci6n de la Dniver- sidad de Chile (junio). E.Valenzuela,op.cit. Inwagando en el origen de esta situacién, es pertinen- te sefialar que en el transcurso de la filtima década sé ob- serva una notable disminucién del empleo obrero al interior del sector productive de bienes y, mis especificamente, al interior de la industria manufacturera. La proporeién de obreros industriales en la fuerza de trabajo no agricola entre 15 y 24 afios cay6 de un 24.2% en 1972 a 9.5% en 1980, Tal disminucién se aprecia especialmente en los sectores donde se concentra el empleo joven de la industria, es de~ cir, en la industria tradicional (alimentos, bebidas, taba- co, textiles, vestuario, cuero y calzado) y en la industria substitutiva moderna. (maderas, productos quimicos, cemento, caucho y plastico), También se constatan disminuciones re- levantes en la construceién y el transporte, y np asi en’ la industria estratégica y la minerfa, aunque estas filtimas no representan una proporcién importante del empleo juvenil. Cuadro N° 2 PARTICIPACION DEL EMPLEO OBRERO EN EL SECTOR PRODUCTIVO So~ “BRE EL TOTAL DE LA PEA NO AGRICOLA JOVEN (15-24 afios). 1971 1980 ‘Clase obrere industria trad. 14.7) (8404) 6.2 (49.7) Clase obrera seg. industrial 9.2 (52.9) 268 (21,9) Clase! dbrera sectcr estratégico - 0.5 ( 2.8) 0.5 (4.1) Obrerog ena construccién 5; «o> 5.5 (31.5) Bel. (24.4) Asalariados en minerfa 1.0 ( 6.2) 1,0 ( 8.1) fax tres 7830 A29D oS 2.6 (21.0) : 35.9 (20669) 16,2 (229.2) sok obsiient 3h ae Fuente : Inst’ to Nacional de Estadisticas. Chile, (Entre paréntesis se indicen las cifvas absolutas en miles). E.Valenzuela, op.cit. En resumen, en términos numéricos, puede afirmarse que en los Gltimos 10 afios el sector productivo ha expulsado al-~ rededor de 80.000 jévenes, ya que su proporcién en tales o- cupaciones cae desde un 35.9% a un 16.2%. Al disminuir las posibilidades de empleo obrero formal se condiciona la expansién del desempleo y el crecimiento de las labores informales. En efecto, en el perfodo 74-82, para el grupo 14-19 afios se aprecia un desempleo promedio de un 36.7%, mientras que llega a un 23.2% en el grupo de 20-24 afios. Incluso en aquellos perfodos de la década que podrfan caracterizarse como de prosperidad econémica, el desempleo abierto no ha bajado de un 25% de la fuerza de trabajo joven. Cuadro N° 3 PARTICIPACION DEL EMPLEO MARGINAL Y DEL DESEMPLEO SOBRE EL TOTAL DE LA PEA NO AGRICOLA JOVEN(15-24 afios) 1971 1980 Enpleadas donésticas 11.6 (66,5) 12 (89,1) Conerciantes marginales 3,4) (24,8) ‘Trab. en servicios marginales ( 6,4) ( 8,6) FEM 5.9 (W6,9) cesantes y BIPy=/ 8.3 (48,1) 24.3 (93,8) TOTAL 23.3 (13444) 45.5. (363,0) Fuente: Instituto Nacional de Estadfsticas. Chile. (Entre paréntesis se in dican las cifras absolutas en miles), a/ Incluye el total de cesantes en la fuerza de trabajo joven. ~ E.Valenzucla, op.cit. Segfin el citado trabajo de FE, Valenzuela "la magnitud de la exclusién ocupacional (desocupacién mfs ocupaciones marginales) puede ‘ser estimada en alrededor de 360.000 j6- venes (el 45% de la PEA no agricola entre 15 y 24 afios en 1980) Tal excTusié: zos de la década, que era slo 23.3%". Para usar una imagen simple: "a comienzos de la década,.por cada 10 jévenes con duplica el nivel registrado a comien~ empleos en el sector. productivo existfan s6élo 5 jévenes ex- cluidos; a finales del decenio, en.cambio, existir&n alrede- dor de 28 jévenes marginados". Por ota parte, la informacién disponible tiende a de- mostrar que la precariedad de la situacién en el campo la~ boral.no se-refiere solamente a la aguda escasez de puestos de trabajo disponibles. Adem4s de ello, al interior de la juventud que realiza algtin tipo dé oficio, los niveles de ingreso se han visto disminuidos, las.condiciones materia- les y sicolégicas en que se desarrolla ei trabajo est4n le- jos de cumplir los requisitos minimos, las posibilidades de seguridad social se han visto sevei iente vestringidas, existen serios impedimentos para una ‘sindicalizacién que permita expresar colectivamente las demandas y reivindica- ciones mediante la negociacién colectiva y‘sindical, ete. Toda esta situacién, que se ha caractérizado coro de atomi- zacién laboral, viene a representar el mundo del eripleo ju- venil como el de una realidad mareada por relaciones drés- ticamente asinétricas, desprotegida, inestable y sin posi- bilidades de que en su interior se produzca algin tipo de ascenso © movilidad. S ~ 8 Cuadro N°_4 PARTICIPACION DEL EMPLEO OBRERO EN LA INDUSTRIA MANUFACTURERA EN EL TOTAL DE LA PEA JOVEN OCUPADA. 15-19 20-24 15-24 1960 12.8 21.4 34.2 1970 13.8 24.8 38.6 1980 5.3 21.2 26.8 Fuente: Encuesta de Ocupacién y Desocupacién de la Universi- dad de Chile. Gran Santiago. E. Valenzuela, op.cit. Podria expresarse que, desde un punto de vista "horizon tal", la atomizacién atenta contra la aglutinacién, la unién, la organizacién y la autovisualizacién grupal. Desde una Perspectiva "vertical", se coarta la proyeccién, la influen- cia, la participacién en el quehacer nacional a través de los canales partidarios y sindicales, No hay modo de vincu- lar la problemitica especffica del empleo con situaciones o proyecciones macrosociales. En efecto, con la implantaci6n del llamado Plan Labo= ral, la Reforma Previsional y 1a eliminacién de los Tribuna- les especiales del Trabajo, por ejemplo, se ha configurado una verdadera estrategia de reforma laboral. Esta rompe con las modalidades de relaciones politicas, con la intermedia- cién de las demandas laborales y bloquea sus mecanismos de vinculacién interna, de expresién y participacién. En otras palabras, se han roto los lazos de mediacién , existentes anteriormente entre-el Estado y la:sociedad ci- vil,..,Para los sectores obreros y poblacionales ms organi. 7 zados, esto se traduce, como se ha dicho, en que el conjun- to de sus reivindicaciones se parcializany'se descargan de sus.contenidos aglutinadores m4s politicos, no poseen exiss tencia piblica v&lida mediante mecanismos.de .representacié6n, weteay : 5 la.reduccién del aparato estatal en su-dimensién econé- .mica y socio-polftica,,abre las puertas a la regulacién’ del mundo’ del. trabajo porel: mercado. ‘De este modo se han sen+ -tado las bases para-la destruccién de: las identidades*colec- tivas.en el mundo del trabajo, .el aumento de 108 niveles. de competitividad y la pérdida de los clfsicos mecanismos de solidaridad. 19 a -te ,Los.antecedentes-resefiados anteriormente reflejan la graveded de.una Situacién que afectaavda totalidad de*la sociedad chilena, pero que'no obedece comexclusividad al fragagd estruendoso del: modelo neo-liberal:qué se desenca- dena a partir de 1a crisis de los Gltimos:meses en 19812/, Sin duda que en este filtimo perfodo se tiende a agravar la : situacién devmarginalidad, pobreza y-exclusién en que se desenvuelve-la juventud popular, pero’no es menos: cierto 6 que en 26 substancial sélo-se acentfian las tendencias pre- ‘ vias inscritas en la identidad basica del modelo de acumu- lacién vigente hasta la fecha. : La actual situacién de la juventud popular en el fm-~ bito especfficamente laboral es el resultado de un verda- dero proceso de desintegracién de los mercados de trabajo. -10- La vocaci6n neo-liberal ha provocado el quiebre del modélo de..industrializacién (no exento de limitaciones, contradic- ciones y desgastes previos) y con ello ha suprimido los tra- @icionales mecanismos de defensa’frente al mercado. Los nfimeros y. porcentajes ‘resefiados: no hacen mis que enfocar desde diferentes perspectivas un'solo fenémeno: ef proceso de exclusién ocupacional. Tal proceso puede desglosarse ha- ciendo referencia a la fuerte desalarizacién del trabajo; a las limitaciones legales:y sicopoliciales a 1a sindicali- zacién,.a la imposibilidad de tener accésd/a‘um Estado négo- ciador, a la desproletarizacién del empleo?’ j:a-1a evidente .y numérica extensién del desempleo y, ‘por Gltimo,’ ala nota- ble expansién de las actividades m&s bajas del mercado in- formait/, . Sobra insistir aquf en que lo ocurrido en la esfera del trabajo afecta la totalidad de la vida de cada joven y, si- mult&neamente, al conjunto de una generacién que ha visto cercenado ‘su futuro y sus posibilidades de satisfacer nece- sidades tan b&sicas como. las de alimentacién, educacién,~ salud, vivienda,. ete. Si todo to anterior es v&lido para el segmento formal del.mercado del trabajo, lo que ocurre en el sector ‘infor- mal. no puede sino ser. nfs extremo."'.En efecto, la indefen- cién y. precariedad en que ‘transcurren las actividades infor- males es afin mayor: allf se aglutinan los: sectores de mis escasos recursos y quienes padecen una situacién de miseria m&s aguda,, El grueso de-las actividades) del sector informal juvenil (vendedores ambulantes,! cuidadores de: atitos, lavan- deras, servicio doméstico, jardineros, modistas, carpinteros, -n- carretoneros, fleteros, pionetas, suplementeros, aseadores y cuidadores ocasionales, aprendices, etc.) son las que pre- sentan, en términos relativos, menores barreras de entrada (capital, clientela, conocimientos) y, por lo mismo, se caracterizan por desarrollar en su interior altos niveles de competitividad, mayores niveles de inestabilidad y rota- cién, menores ingresos, relaciones de contratacién e inter- cambio absolutamente desprotegidas, riesgo constante de traspasar el umbral de la legalidad vigente, imposibilidad de aglutinar demandas y reivindicaciones, En definitiva, allf predomina m&s una l6gica de sobrevivencia que de acumu- lacién, Se trata de un mercado laboral altamente desestruc- turado y compuesto en una gran proporeién por un sector que ingresa precozmente a la fuerza laboral, lo cual conlleva altos {indices de desercién escolar y de inestabilidad fami- liar. ow "= 13 - III, CAPACITAR...PARA QUE? A estas alturas vale el esfuerzo preguntarsé por el sentido que tiene la capacitacién para el empleo en la ju- ventud popular, perteneciente en una significati@a propor- cién, como se ha visto, a la masa de desempleadds 6 'a°las''da- tegorfas mis marginales del subempleo y del sector informal. Desde el punto de vista 6tico y légico es f4cil concluir sobre la legitimidad de valorar como positivo todo proceso de capacita¢ién-daboral, ya que es indudable que en alguna medida ella. contribuiré en aspectos tales como el desarro- 1lo, personal del :individuo, su mejor desenvolvimiento a par- tir del manejo de nuevos conocimientos, etc. Sin embargo, m&s.all& de esta legitimidad abstracta, la generalidad de” los. programas de capacitacién en el sector’ informal funda’ mentan explicita o impl{citamente su pertinencia en el su- puesto de que ella contribuird positivamente @ mejorar 1oé niveles de empleo, de productividad, de eficiencia o ingre- sos. En. el marco de los antecedentes presentados en 148’ p&- ginas iniciales, se hace necesario revisar en detalle esta” filtima proposicién,.ya que en ¢1 terreno econémico y en el” dela planificacién'de polfticas sociales se trata de tomar decisiones en un 4mbito donde est& en juego el uso de récur- sos. cuya potencial utilizacién alternativa no es indiferente. Menos que hipétesis, la proposicién particular aqui planteada es que el supuesto mencionado mfs arriba es de bastante dudosa aplicaci6n en el campo del sector informal -u- urbano juvenil. El argumento central es bastante simple: si hoy existe un alto desempleo y subempleo juvenil en el pais, el cual repercute obviamehte con mayor énfasis en los sectores populares, ello no se debe a que tal masa la- boral no posea 1a capacitacién necesaria para acceder a un puesto de trabajo, sino a la estrechez de la demanda de ma- .no de obra por la insuficiente din4mica de la economfa nha- cional. Punto central de esta argumentaci6n es que 1a demanda de mano de obra en el sector informal -y porénde ‘el’ nivel de empleo existente en é1- no depende del proceso 'de acumiu- lacién de capital que ha tenido lugar én’ su interior, sind que es funcién de 1a magnitud de 1a poblacién“no’ocupada en el sector formal y de las posibilidades que tienen esas personas de.desarrollar algin tipo dé actividad (de produc- cién, servicios 0 ‘comercio) que les signifiqué algin ingre- 80, Por pequefio que este sea. Especialmente en lo que dice relacién con el empleo es Galida la proposicién de que el problema vertebral de la economfa nacional.es la crisis no resuelta provocada por la disolucién del: modelo: de industrializacién, 1a cual encuentra su antecedente y corolario en eli\fracasado inten to neo-liberal, Tal.crisis ha evidenciado’de modo constan- te una muy escasa.capacidad: de la economfa’ para’ generar _Puestos de trabajo,-por tanto no es pertinente déducir que sea un objetivo prioritario el mejoramiento de las carac- terfsticas de la-oferta de mano de obra eilando el problema

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