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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSIDAD PEDAGOGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
NUCLEO ACADEMICO TACHIRA

Función Orientadora
Del Docente

Integrantes:
Finol Carlos C.I. 11.215213
Ramírez, Yadilka C.I. 9.412.472
Kasandra Pérez C.I. 12.818.500
Manuel A. Guerrero C.I. 14.605.892
Karelis S. Useche C.I 19.502.611

Tutor: María Eufenia Rosales

Materia: Orientación Familiar


San Cristóbal, Mayo de 2010
INTRODUCCIÓN

Desde hace mucho tiempo, la orientación en sus distintos aspectos ha


existido y ha contribuido con el ser humano, sirviendo como guía en las diferentes
situaciones que ha tendido que hacer frente el hombre. Es por ello, que la
orientación desde que apareció como disciplina independiente a comienzos del
siglo pasado se ha ido desarrollando y fortaleciendo en distintos ámbitos familiar y
educativo.
En la actualidad, se solicita al orientador para temas personales, escolares,
o familiares que van más allá de las funciones tradicionales de apoyo vocacional.
Esto no es extraño, si se piensa que la labor del orientador debe ser lo
suficientemente dinámica como para entender la rapidez de los procesos de
cambio de la sociedad y ser capaz de hacer comprensibles estos cambios a la
comunidad educativa formada por alumnos, docentes, padres, representantes y
sociedad.
En el ámbito educativo, el orientador es un puente que comunica espacios,
agentes, actores de la educación; genera enlaces entre el establecimiento con la
familia; entre los alumnos, los profesores; entre los alumnos, con su propia
identidad. De esta forma, los especialistas conviven diferentes maneras de ver a la
orientación y a sus profesionales. Hay quienes la inscriben en una única persona,
otros modelos asumen que este trabajo debe ser desarrollado por todos los que
conforman la institución, especialmente por los profesores, ya que son quienes
más conocen a los alumnos.

En relación a lo expuesto, se centra el objetivo de la presente investigación


desarrollar un documento relacionado con las temáticas sobre las implicaciones
éticas de la función orientadora, el devenir histórico y su impacto en el estudio de
la familia, fundamentación teórica de la orientación familiar y su pertinencia e
incidencia en el ámbito psico-socio – educativo. Sin obviar la importancia de los
demás tremas tratados en la discusión de la Unidad II que fundamenta este
informe.

IMPLICACIONES ÉTICAS DE LA FUNCIÓN ORIENTADORA

Las implicaciones éticas de la función orientadora se inician según Rus,


(1996; p.89) en:
El ejercicio de ordenar a una finalidad humana y social, que puede expresarse en
objetivos tales como: el bienestar, la salud, la calidad de vida, la plenitud del
desarrollo de las personas y de losgrupos en los distintos ámbitos de la vida
individual y social.

Puesto que los orientadores, no son los únicos profesionales que persigue
estos objetivos humanitarios, sociales, siendo conveniente, en algunos casos es
precisa, la colaboración interdisciplinar con otros profesionales, sin perjuicio de las
competencias y saber de cada uno de ellos.

En tal sentido, la profesión del orientado se rige por principios comunes a


toda deontología o ética profesional: respecto a la persona, protección de los
derechos humanos, sentido de la responsabilidad, honestidad, sinceridad para con
los implicados, prudencia en la aplicación de las técnicas, competencia
profesional, solidez de la fundamentación objetiva y científica de sus
intervenciones profesionales. Por ello, el orientador según Arroyo, (1991) no
realizará por sí mismo ni contribuirá, a prácticas que atenten a la libertad e
integridad física y psíquica de las personas. La intervención directa o la
cooperación en la tortura y malos tratos, además de delito, constituye la más grave
violación de la ética profesional de los orientadores. Simplifica el autor, que éstos
no participarán en ningún modo, tampoco como investigadores, como asesores o
como encubridores, en la práctica de la tortura, ni en otros procedimientos crueles,
inhumanos o degradantes, cualesquiera que sean las personas víctimas de los
mismos.
Por el contrario, el orientador respecto a su devenir ético al igual que
cualquier otro profesional independientemente sea su especialización (médicos,
ingenieros, publicista, entre otros), debe ajustarse al objetivo de todo código
deontológico, que refiere como deber informar, a la autoridad competente, acerca
de violaciones de los derechos humanos, malos tratos o condiciones de reclusión
crueles, inhumanas o degradantes de que sea víctima cualquier persona y de los
que tuviere conocimiento en el ejercicio de su profesión.

Al mismo tiempo, en la prestación de sus servicios, el orientador no hará


ninguna discriminación de personas por razón de nacimiento, edad, raza, sexo,
credo, ideología, nacionalidad, clase social, o cualquier otra diferencia. Por lo
tanto, ha de ser totalmente estricto a la hora de aceptar los casos en los cuales
sepa que no va a haber un prejuicio de cualquier tipo por su parte y que afecte al
asesoramiento o tratamiento de las personas. Seguidamente, el orientador durante
su ejercicio y cualesquiera sean sus responsabilidades de orientación en el
contexto familiar, escolar o comunitario no aprovechará, para lucro o beneficio
propio o de terceros,
cualquier situación de poder o superioridad que el ejercicio de la profesión pueda
conferirle sobre los clientes. Especialmente en sus informes escritos el orientador
deberá ser sumamente cauto, prudente, crítico, frente a nociones que fácilmente
degeneran en etiquetas de valuadoras y discriminatorias.

Finalmente, es posible que le orientador tenga que cumplir muchas más


funciones que tienen implicaciones en su profesión, pero es necesario que
canalice por todos los medios el papel que está desempeñando en los casos a su
cargo. Por ello demanda, la reflexión constante de lo que hace, cómo lo hace y de
qué forma está influyendo su aporte para el cambio de las personas.

EL DEVENIR HISTÓRICO Y SU IMPACTO EN EL ESTUDIO DE LA FAMILIA

En general, la familia se define para García, (2000; p.203) como el grupo


social básico, creado por los vínculos del matrimonio o parentesco que se
encuentra presenta en todas las sociedades y es considerada por muchos como
base y célula de la sociedad. Durante un prolongado periodo la sociedad estuvo
formada por un conjunto de familias que cumplía con la mayoría de las funciones
sociales, inclusive las políticas, las religiosas y las económicas.

Actualmente, la familia sigue cumpliendo funciones sociales importantes


aun cuando con el correr del tiempo haya delegado funciones en otras
instituciones. En todas las culturas la familia se encarga de la socialización
primaria de los nuevos miembros, de la satisfacción de las necesidades básicas
de sus integrantes. Aunque los orígenes sociales están ciertamente “perdidos en
el misterio”, resulta seguro decir para Molina, (2001) que casi en todas partes la
formación de instituciones comenzó con la familia. En todas las sociedades a lo
largo de la historia humana, las familias han sido el principal vehículo de identidad
de grupo y el principal receptáculo de los intereses creados.

Es indispensable tener en cuenta que la etapa inicial en la formación de


toda persona se produce en el hogar, en el seno de la familia. Los valores se
captan por primera vez en la infancia; se sigue el ejemplo de los mayores y se
inician los hábitos que luego conformarán la conducta y afianzarán la
personalidad.

Este período inicial de la vida determina los trayectos del posterior


comportamiento moral; donde tendremos arraigadas, o no, las nociones del bien y
del mal. Más tarde, la convivencia con los diversos ambientes con los que nos
interrelacionemos como: la escuela primaria, las amistades, la enseñanza
secundaria y superior, el trabajo, entre otros; irán moldeando las actitudes
individuales de cada persona. Pero ante todo, lo realmente importante es la
inevitable y grandiosa tarea de formarlos con todo el soporte de valores y
principios cristianos que a su vez legarán a las generaciones del mañana.
En tal sentido, los inicios se encuentran en las encuestas de la Sociedad
Real de Medicina, que desde 1744 llevan a cabo los médicos en los domicilios de
sus pacientes para observar las condiciones concretas en las cuales viven, así
como en las encuestas de los filántropos del siglo XIX que franquean las puertas
de los tugurios obreros.
Estas primeras observaciones que conducen a los primeros análisis no
están exentas de una teoría implícita de la familia cargada de ideología que se
dejará sentir en las aplicaciones sociales y políticas. En 1835 Comité formula una
sociología de la familia en un contexto positivista enfrentado a los defensores del
antiguo sistema como a los reformadores socialistas. A pesar de su positivismo y
cientificismo al abordar este problema, su visión sigue preñada del moralismo de
la época. Como Louis de Bonald antes que él, y como Ramses; (1993)
simultáneamente, Comte denuncia el debilitamiento de la autoridad parental y
reivindica la unidad de la familia simple que es el germen de la sociedad, su base
esencial. La familia se estructura según el principio de subordinación: la
subordinación de los sexos y la de las edades, una instituye la familia, la otra la
mantiene. Carencia de base documental o empírica, más tarde la novedad de Le
Play es documentar con encuestas sus proposiciones en cuanto a la constitución
de la familia que atribuyen a la supresión del derecho de primogenitura.

El desplazamiento progresivo de funciones fuera del círculo familiar ha


producido disgusto a muchos, porque el modelo tradicional de familia ha adquirido
una cualidad ideal en los mores de toda separación de ese ideal se considera una
pérdida de valores sagrados. La familia de otros tiempos, con su ambiente rural,
sus muchos hijos, su carácter multifuncional y sus papeles patriarcales se convirtió
en el patrón ideal de cómo debiera ser la familia y la actual familia urbana es, por
todos conceptos totalmente distinta de este modelo, lo cual crea cierta
intranquilidad en las personas que todavía basan sus valores en él. No falta quien
la acuse de incapacidad para la misión encomendada, de que no cumple con su
deber, sea por negligencia deliberada o por torpeza moral. Pero, evidentemente,
esas recriminaciones son absurdas, porque la familia no es una persona ni una
cosa, sino un patrón cultural. Vive en el comportamiento de sus miembros, únicos
responsables de sus actos.

Además de esa transferencia de funciones no refleja tanto el fracaso de la


familia como la capacidad de las demás instituciones para desempeñarlas mejor
que ella. La antigua familia numerosa solía proporcionarse a sí misma diversiones
porque era el único patrón cultural organizado de que podía disponerse para ese
fin, pero hoy el cine del barrio o la televisión proporcionan una diversión mucho
más perfecta, en cierto aspecto, que la que puede darse a sí misma la familia más
genial. Encontrándose en este análisis el impacto del devenir histórico de la familia
al no solo considerar las instituciones como ejecutoras de ciertas funciones, sino
también como realizadoras de ciertos valores. El concepto de función implica que
las necesidades que satisface la institución son más o menos continuas. El
concepto de valor social implica que las posibilidades de satisfacer y fomentar
esos valores carecen virtualmente de límites de límites.

Como institución social, la familia puede considerarse correctora,


reafirmadora y ampliadora de valores de sus miembros, haciéndoles participar de
nuevas experiencias con otros. Las funciones familiares han sido transferidas a
otras instituciones, muchas veces, no porque la familia sea incapaz de cumplir con
su deber, sino porque esas otras instituciones proporcionan un medio mucho más
eficaz de conseguir los mismos propósitos

.
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA DE LA ORIENTACIÓN FAMILIAR
Y SU PERTINENCIA E INCIDENCIA
EN EL ÁMBITO PSICO-SOCIO – EDUCATIVO

Por Orientación familiar se entiende según Santacruz, (1990; 120). El


conjunto de técnicas que se encaminan a fortalecer las capacidades evidentes o
latentes que tienen como objetivo el fortalecimiento de los vínculos que unen a los
miembros de un mismo sistema familiar, con el fin de que resulten sanos, eficaces
y capaces de estimular el progreso de los miembros i de todo el contexto
emocional que los acoge. Con el fin, según esta definición de que ningún aspecto
de la realidad presentada por la familia quede fuera del radio de acción del ámbito
de la orientación, y tomando en cuenta el tipo de situación presentada, se puede
atender aspectos como:

a) Prevención:
Se puede considerar como un medio de prevención de conflictos intrafamiliares, al
mostrar a la familia la forma de construir una sana interacción. La intervención se
da a nivel educativo, por lo que el profesional no analiza la interacción propia de
una familia. Al considerar a la familia como uno de los núcleos principales para el
desarrollo personal y social de cada uno de sus miembros, es necesario dar a
conocer las formas más adecuadas de comunicarse e interrelacionar entres sus
componentes, así como las etapas de desarrollo que atravesara tanto
personalmente como de manera familiar. Generalmente este trabajo lo
desarrollamos a través de las escuelas de padres o la formación permanente de
adultos.

b. Asesoramiento:
Se pasa de un nivel más complejo en el que no se puede que dar limitado a
informar, si no que , dados los obstáculos del dinamismo familiar y de la evolución
de cada uno de sus miembros, las intervenciones van dirigidas a trazar líneas más
adecuadas de convivencia comunicación que permitan solventar los
inconvenientes. El profesional interviene sobre la demanda de una familia, por lo
que tendrá que analizar en profundidad la interacción de todo el sistema, para
replantear y formular reglas de interacción y de comunicación.

C. Tratamiento terapéutico:
Las situaciones que se abordan desde este nivel son aquellas que han
degenerado en crisis profundas de tipo personal o familiar de las cuales no son
capaces de salir por sí mismos y necesitan de apoyo y orientación específica para
sus circunstancias concretas. El conocimiento de la interacción familiar que haga
el profesional es fundamental, ya que tendrá que ilustrar los cambios y las posibles
estrategias para conseguir romper los dinamismos que están paralizando el sano
crecimiento de todo el sistema familiar.
De esta forma, cuando la familia requiera una intervención, bien sea como
asesoramiento bien como un tratamiento terapéutico, el profesional debe tratar de
captar todo el funcionamiento de la interacción familiar, pues cualquiera de los
estados de esa interacción puede ser el que esté interfiriendo en el sano
desarrollo del sistema. Además en ese análisis el profesional descubrirá las
potencialidades que le ofrece la familia y los puntos fuertes en los que podrá
apoyar toda su intervención.

Para esto le será de gran ayuda:

1. Intentar desmontar la linealidad y aprender a conocer y reflexionar con las


consecuencias distinciones e hipótesis desde una perspectiva sistémica.
2. Desde esa perspectiva planificar la intervención, tener un repertorio de técnicas
y estrategias, entre otras.
CONCLUSIÓN

No hay duda que, con la anterior investigación y análisis se proyecta que el


orientador es el que cumple una función trascendental en la detección de
dificultades de aprendizaje de los educando, ya que por ser la persona más
indicada, debe trabar conjunta y coordinadamente con docentes, directivos,
padres y representantes, comunidad en general en función de las necesidades e
intereses de los alumnos, pues es para ello y por ello que el acto educativo tiene
gran relevancia en el desarrollo del ser humano.

Una verdadera orientación en dificultad de los aprendizajes, conduce a favorecer


los únicos beneficiados del acto educativo, estos son los niños y niños a quienes
van dirigida todas las teorías, corrientes y paradigmas de la educación. El trabajo
conducente del orientador, es pensar en función de esta población tan vulnerable
a la que se le debe prestar la mayor atención posible.

Ya que, lo que se puede hacer por ellos a temprana edad los favorecerá en sus
procesos de aprendizaje, sólo si se actúa a tiempo se logrará conseguir guiar,
como dirigir cualquier dificultad detectada y sólo así se podrá ayudar a resolver,
previniendo mayores consecuencias, donde el niño ya se vea afectado y no es
que no tenga solución su problema, sino que su mejoría se verá afectada.

Asociado a los expuesto, el concepto de orientación va ligado a un proceso global


que contempla el desarrollo integral de la persona con relación a los aprendizajes
realizados, de manera que partiendo de la naturaleza multidimensional del ser
humano, incite al desarrollo de la capacidad de autodeterminación en la
construcción y reestructuración de un proyecto de vida basado en el conocimiento
de los determinantes personales y situacionales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Arroyo, L. (1991). Orientación e Intervención Psicopedagógica. Concepto,


Modelos, Programas y Evaluación. Ediciones ALJIBE. Málaga.
García, J. (2000). Mitos Sobre la Investigación en Orientación. Carabobo. UC
Molina, D. (2001). Material de Apoyo Instrucciónal. Orientación Familiar.
Barinas: Unellez.
Ramses (1993). Psicología de las Dificultades del Aprendizaje Escolar.
Introducción a la Educación de Necesidades Especiales (5a ed.). Bioma.
Santiago de Chile. Chile.
Rus, A. (1996). Departamento de Orientación y Equipos de Apoyo. UNA.
Servicio de Publicaciones de la Universidad.
Santacruz, D. (1990). La Definición de Orientación Familiar. Psiquiatría del
Niño y del Adolescente. Caracas. UCV.

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