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Auditoría al Desayuno

El editorial de El Caribe de hoy, 26 de mayo, titulado “Que se


aclare,” se refiere a la necesidad de que, ante la sospecha de que
estén envueltas manos criminales contaminando alimentos y
provocando la intoxicación de estudiantes que consumen el
desayuno escolar, pide a los organismos de inteligencia encargados
por la Educación para dilucidarla, la identificación de los
responsables de esa acción criminal y su sometimiento a la justicia.
Es una posición objetiva del medio que debería resolver el
problema.
El problema, sin embargo, es recurrente, y se hace obvio que los
esquemas de soluciones implantados no han sido capaces de
resolverlo.
Visité hace alrededor de un año la planta de procesamiento del
principal suplidor de envasados del desayuno escolar en compañía
de un articulista crítico de la calidad del procesamiento de los
envasados y un especialista en procesamiento de lácteos que en
Puerto Rico fue gerente de producción de dos plantas procesadoras y
en la RD tuvo el mismo cargo en Leche Fresca y en Pasteurizadora
Rica. Yo mismo he laborado en Leche Fresca y en el Grupo Rica.
Tanto Rica como el principal suplidor mencionado tienen
instalaciones capaces de atender el suministro a que se comprometan
sus administraciones con productos de indiscutible calidad sanitaria.
Sin embargo, no es el suministro a almacenes de los alimentos
usados en el desayuno escolar todo cuanto cuenta. Hay otros
factores que se necesita evaluar en todo el proceso desde la
importación, transporte y conservación de la calidad de las materias
primas, el mantenimiento de la sanitación de maquinarias, procesos,
envases, operadores, la manipulación y destino de los lotes
rechazados, y la entrega a la Secretaría, pasando por las operaciones
de conservación de éste y los demás suministros en la Secretaría,
hasta su almacenamiento y manipulación en los recintos escolares
para entregar una ración del desayuno al alumno.
En cualquier punto del proceso puede cometerse una pifia que
contamine el producto sin que medie necesariamente la intención de
dañar. Pero el sabotaje, la manipulación de los productos para que
haga daño, es también factible, especialmente si los procedimientos
de manejo y preparación de las raciones alimenticias son
vulnerables.
Una investigación que tenga por objeto encontrar manos criminales
nace chueca y mal intencionada, al considerar válida una hipótesis
que podría estar errada. Primero se requiere realizar una
investigación del tipo ISO9000 que examine el seguimiento de todos
los procesos para determinar violaciones a los instrumentos
administrativos y técnicos. Los resultados de ésta se podrían señalar
la dirección en donde deber centrarse la investigación de causas.
Por políticamente beneficioso que sea anunciar una investigación
sobre este tema, mucho más beneficioso sería resolver de una vez y
para siempre el problema, junto con el dolor de ver niños
recuperándose en un centro de salud o siendo llevados al cementerio
a resultas de haber ingerido raciones del desayuno escolar sin la
debida garantía sanitaria.
Marcos R. Taveras es consultor empresarial
marataveras@gmail.com

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