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Este documento presenta varias leyendas y cuentos populares de Nicaragua. La primera historia describe La Carretanagua, una carreta fantasmal tirada por bueyes esqueléticos que anuncia la muerte de alguien. La segunda habla de una gran serpiente que yace bajo la ciudad de León y será liberada para destruir la ciudad. La tercera cuenta sobre un gran cangrejo dorado que emerge de la playa dos veces al año cargando un tesoro enterrado. La última narra sobre un espanto que se oye en el cer
Este documento presenta varias leyendas y cuentos populares de Nicaragua. La primera historia describe La Carretanagua, una carreta fantasmal tirada por bueyes esqueléticos que anuncia la muerte de alguien. La segunda habla de una gran serpiente que yace bajo la ciudad de León y será liberada para destruir la ciudad. La tercera cuenta sobre un gran cangrejo dorado que emerge de la playa dos veces al año cargando un tesoro enterrado. La última narra sobre un espanto que se oye en el cer
Este documento presenta varias leyendas y cuentos populares de Nicaragua. La primera historia describe La Carretanagua, una carreta fantasmal tirada por bueyes esqueléticos que anuncia la muerte de alguien. La segunda habla de una gran serpiente que yace bajo la ciudad de León y será liberada para destruir la ciudad. La tercera cuenta sobre un gran cangrejo dorado que emerge de la playa dos veces al año cargando un tesoro enterrado. La última narra sobre un espanto que se oye en el cer
La Carretanagua - Carreta Nagua, por Cony Gmez (1992). Cortesa / END -
En las noches tenebrosas, como a la una de la madrugada, sale la Carretanagua
haciendo una gran ruidaje. Parece que recibe golpes y sacudidas, como si las ruedas tuviesen chateaduras. Quienes, valerosos se han atrevido desde alguna ventana a verla pasar, han dicho que es una carreta desvencijada, cubierta por una sbana blanca a manera de toldo y conducida por una Muerte Quirina. Esta porta su guadaa sobre el hombro izquierdo. La carreta va tirada por dos bueyes flacos, con las costillas casi de fuera; uno de ellos es de color negro y el otro overo. No da vueltas en las esquinas. Si llega a una, desaparece; luego se la oye transitando en la otra calle. Se ignora el motivo de sus andanzas. Algunos creen que pasa anunciando la muerte de alguien, pues se ha visto que al da siguiente de haber pasado, alguna persona enferma de pronto, se pone mala y fallece. De esa dice la gente: Se la llev la Carretanagua. La Serpiente iracunda de Catedral Una iracunda Serpiente yace en las aguas debajo de Catedral. Es tan larga y enorme que su cola termina en la iglesia de Sutiaba. Pero la sujeta, para evitar su furia, un pelo milagroso de la Virgen de la Merced. La Serpiente se estira, se encoge y se sacude, sin romper nunca el pelo de la patroncita de Len. Cuando se rompa, la ciudad ser destruida por los movimientos de la Serpiente, que har temblar la tierra como un gran terremoto; y se inundar por las aguas que saldrn a la superficie. El Punche de Oro de los Sutiabas En Sutiaba existe un tesoro enterrado y el espritu de ese tesoro sale por las noches dos veces al ao: antesitos de la Semana Santa y en agosto, durante la mera mitad del invierno. Es un inmenso cangrejo que brilla como el oro. Emergiendo del furibundo oleaje del Ocano Pacfico, enciende las playas de Poneloya y todo su largo itinerario, arrastrndose entre montarascales, hasta llegar a la comunidad indgena de Sutiaba y detenerse ante la puerta mayor de la iglesia. Pasa luego a reverenciar el Sol suspendido en la bveda del vetusto templo. Todos los que han tratado de perseguir al Punche de Oro se quedan sin habla durante varios das. Cuando lo agarren, van a desencantar al Cacique Anahuac, a quien los espaoles ahorcaron en un palo de tamarindo que todava se admira en Sutiaba. Dicen que el palencn vive permanentemente cargado, dando tamarindos gigantes que no se pueden comer. El Punche tambin sale para que un sutiabeo lo agarre, encuentre el tesoro y se haga rico. El Espanto del Roldn en Cosigina Cerro zacataloso en parte y en otras de vegetacin espesa, es el Roldn, ubicado en la regin comarcana de Cosigina. Hasta su pequea cumbre fue un campista de la hacienda San Cayetano a levantar una punta de ganado. Y no volvi. Era un Jueves Santo, cuando el Nazareno permanece en el suelo y no est permitido, por piadosa costumbre, cabalgar ni transportarse en otra forma. Por ello se oye un grito macabro, espeluznante, cuyo eco invade la vastedad del llano: uyyyyyhooooo. Los hombres reflejan el pnico en sus rostros y llenas de pavor, las mujeres estrechan a sus hijos tiernos contra el pecho, a la vez que musitan el Trisagio (santo Dios, santo fuerte, santo inmortal) para ahuyentar el Espanto.
Los Cadejos de Monimb
Cuando regresan a sus posadas, despus de visitar queridas, los hombres son custodiados por un perro blanco y fuerte: el Cadejo bueno. Pero existe otro perrote de color negro que deambula en Monimb. Es el cadejo malo. Al encontrarse con un trasnochador, el malo se le abalanza, derriba, golpea y deja maltrecho, sin morderlo. As el tunante queda insulso, dundo, tartamudo. Y se muere pronto. Lo jug el Cadejo, exclama la gente. Si el Cadejo blanco, acompaando a un hombre, se topa con el negro, se traba entre ellos una encarnizada lucha, hasta que cae vencido el negro. Los ojos de ambos canes brillan muchsimo. Parecen candelas, segn el decir de los monimboseos.