Dos palabras griegas se utilizan para conocer en el Nuevo Testamento: ginosko y
oida. Ginosko: (sustantivo: gnosis) significa conocimiento objetivo, lo que un hombre ha aprendido o adquirido. Oida: transmite la idea de lo que es interior, la conciencia interior en la propia mente de uno, conocimiento intuitivo, no derivado inmediatamente de lo que es exterior. La diferencia entre las dos palabras puede verse ilustrada en Juan 8,55: No le conocis (ginosko), pero yo le conozco (oida) 55kai; oujk ejgnwvkate aujtovn, ejgw; de; oi\da aujtovn Juan 13:7: Lo que yo hago, t no sabes (oida) ahora, pero (lo) sabrs (ginosko) despus 7ajpekrivqh jIhsou`" kai; ei\pen aujtw`/: o} ejgw; poiw` su; oujk oi\da" a[rti, gnwvsh/ de; meta; tau`ta. Pablo la emplea respecto de conocer un hombre en Cristo, Juan respecto del conocimiento de los cristianos del hecho de que tienen vida eterna. En 2 Timoteo 1:12 el apstol Pablo dice: yo s a quin he credo, esto es, tengo el conocimiento consciente interior de quin es la persona (vase tambin 1 Corintios 16:15; 2 Timoteo 3:14 y 15, los cuales se refieren tambin al conocimiento consciente interior). La diferencia de significado entre ambas palabras es a menudo imperceptible, y el conocimiento objetivo puede pasar a conocimiento conciente, pero no viceversa. La palabra griega para conciencia deriva de oida: vase 1 Corintios 4:4: No soy consciente de nada en m, es decir, que no es consciente de ninguna falta (no pesa ninguna falta sobre su conciencia); en 1 Corintios 8:4: Sabemos (oida) que un dolo no es nada, se trata de conocimiento conciente; en 8:1: todos tenemos conocimiento y el conocimiento infla se trata de conocimiento objetivo; al final del versculo: si alguno piensa que sabe (conocimiento consciente), no conoce (objetivamente) nada todava como debe conocer (objetivamente), es conocido (objetivamente) de l, lo mismo que conocimiento (v. 10).