Sunteți pe pagina 1din 13
Seno VENsSS Marta José Vega (ed.) é = 4 é q 3 E i a produce textos hasta ahora Literatura hipertextual 794 , 4S e ~ teoria literaria festacion artistica que wente, como heredera y LITERATURA HIPERTEXTUAL, Y TEORIA LITERARIA Maria José Vega a nuevos textos, y asf sueesivamente, Ei ni fin: cada hipertext » relacionan entre no verbales. Se at hipertexto es proc de que una de sus caractei enlaces asociativos: esto adquisicién de cor 10 LiveRATORA WPERTEXTUAL Y TEOWIA LTERARIA abreviada, parcial ional q 10 de notas y pasajes ‘comentaristas, dispuestos separadamente en los cuadrantes ra (en un tipo menor y con llamadas al MARIA José vec. 1 -ttos, 0 xilografias cortadas a partir de otras mas anti Co textos preliminares, que de forma exenta (son or y la obra que tanto abundan en las + siglo de la imprenta), y, desde Ia segunda mitad del siglo XVI, un complejtsimo apartado de indices, que permite «desplazarse transversalmente» por estos blogues de textos y figuras. Es veros le) sino también de Ia libertad del lector en la eleccién de un recorrido de lectura, de Ia superposicién de blogues de textos relacionados entre sf mediante enlaces y sistemas de informacién vis pucde ser eno secuene zacin de bloques de textos ya eseri- tes, Habra que hablar, mis ben, de textos no secuencadoso, quizdcon mds exactitud, de textos con una secuenciacién flexible o n Estas reflexiones no quieren c dde que todo esti ya previsto o es posible con la tecnologta de la impre texto nprenta, No son turaleza del hipertexto, sino que tri- y celebran aspectos, ria mAs semejante que se desenvuelve cevidentemente, el wy yorque, en efecto, varia el soporte, ahora electrénico, la 12 LireeaTURA HIPERTEXTUAL ¥ TEORIA LITERARIA las canciones incluidas en un ‘que puedan examinarse y escucharse las partituras de las piezas musicales insertas en una obra de teatro. La literatura hipertextual ‘Ahora bien, no es el objeto de esta breve presentacién examinar lades del hipertexto en su aplicaci6n a la edicién y a la crt imarse al punto de vista espé teratura ante los usos gue algunos han dado en llam textual (0, traduciendo rezas y previsiones. A todo ello han de sumarse las pre raria se formula sobre s{ misma, la indagaci6n de sila MARIA Jose vec 13, eva tecnologia de Ia escritura y la reproduccién debe no compor: variaciones de sustancia en Ios instrumentos de andlisis de Ia criti- ca, y la reflexién sobre la necesidad de nuevos términos y conceptos para dar cuenta de los nuevos fendmenos literarios. Son éstas las cu tiones que interesan en esta sede, y a las que se refieren Io los ‘buen escritor crea sus predecesores, la rueva escritura hipertextual tambign ha creado o ha reconstruido su tra dicin y sus antecedent aria hipertextual ha revisad de 1976, se entretejen vari eros y pere ne de imagenes, o de piezas, que se corresponden con las cartas del ‘Tarot. Calvino observa: 6, més bien, una maquina de narrar: esa . cebir un relato a partir de marcos mudos -el bosque, la posada, la torre— {ya conjugar todas las historias posibles que estan encerradas en la com: binatoria de un mazo de naipes. 1 Tarot es una forma préximo a la tradicién de los Cuentos de Canterbury, con los viajeros ina posada, y las historias que al “4 Lien relato construido sobre de Diderot, que, por ci (or de Sterne s ‘mente, bay una cruz, elqueel ccooperativas que requiere el en bl teratura hipertex. co libro chino que describe un cosas suceden, vida, © @ los libros, en los que un acto constituye ui usa im slo acto, por nimio que fuer. ARIA Jose vEcA 15 estin compensadas con muchas la fatalidad, 0 la unbién la de dejar suponer las ope centre otras, los di das (si Edipo n el lector hipert te, un lector que siga un enlace, y que Tue sobre ascuas po naturales. éHacla la teoria de la hiperliteratura? to modo, textos te6ricos y Por otra parte, la existen exige la cooperacién de los lectores, que dictible vida péstuma a algunos ingenios de ese bros y que ahora se despliegan ante el fa que mudar de ‘en nada Ia sus- tancia de los poemas n de la composicién, Ahora bien, el ipertexto y las posibilidades visuales de Ia red conceden a esta vieja peradas vi s6lo porque sea combinac {que pueda combinarse el artficio del hiperte al, de tal modo que cualquier fragmento del poema figura oa un cs iverso. Las nuevas te niento y la tercera dimensi la posil y contemplar holopoemas, y lade alterar la relacién visual y del objeto postico. texto y, i digolverse en la y lugar. El holopoema va a poesfa visual e poema Astray in Deim aunque imperfectamer ‘mos es un satéite de Marte cuyo nombre Lirenaruna nirenText se metamorfosea, o entre el hiperautor, su nove rativos que intervienen en el texto y lo modifican, El reto del futuro Estas textual, de cos parecen haber comenzado a ania Jost VEGA red han creado ya una termi hiper- y de algunos otros~ se ba le que asi os y planteami algunos, al adv a literatura que alin no her Tas cdmaras de cine de finales del siglo XIX: es EL HIPERTEXTO, LA TRADICION Y EL CANON EL HIPERTEXTO Y LA POLITICA DE LA INTERPRETACION Stuart Moulthrop una enciclopedia: esto noverse libremente en it tipo de puntero (o rat E] hipertexto autor docume 24 ¥ permite el acceso a la is que en fi esfuerzos puede sabado. Nos leva més Barthes, que se define como je a saly confesor, intrprete» (Barthes, 1979: 8 STUARY MOULTHRO 25 ‘a pensar en Ta hipertexto en el mundo académico. El concepto de hipertexto debe mucho a la de ppionero del hipertexto y director de Xana “ambiciosos de texto electrénico. Nelson se descri Jectual rebelde y como un critico social (Nelson, evo sistema de escritura c de usos del ordenador, usos que suprimido, pero que ya no pod }63), Nelson es una figura comy 1gica simple o Ginica, pero adopta a men la de Ia New Left, predicando la ex; upresién o la cooptacién, Nelson parece pues fomarse la expresi ‘evolucién informatica més en serio que sus cionales de interpret aspectos no era deseme Ja obra litera a fines de los sesent productor del text tratura como obra)», escrbia Roland ‘es hacer del leetor no un consumidor, sino un ‘Barthes, 1979: 4). A Bef egibe=r- cin de gran valor para entende “ idad de Ia xl objeto del estudio eampo discursivo que Barthes pugnaba por abrir. La obraes un cuerpo de escritura de red de lenguaje que une una obra con oir0s discursos, y también con las obras de std tejido en u in préctica de la nueva comprensi6n barthesiana .un hipertexto que care cen el que la funci6n patriarcal del autor, ia, Hasta ahora, esta anarqui aunque esto no habja mermado su capaei- J.F, Lyotard tenfa esta disposicién en propuso, a finales de los setenta, que el puiblico deberia tener libre acceso a la memoria de I o una especie de Muro de la Demoeracia, una fra, ala vez, un tablén de anuncios, en el que Jos usuarios podrian establecer c te © publicar sus silenciarlos ‘con mayor eficacia. Y aunque no es probable que suceda algo tan los sistemas hipertextuales ostensiblemente abiertos, El hiper- texto puede e c ‘Operacion Mar: sigo una Republica Popul Lyotard. Es més probable que permanezca en Jos aledatios de los canales tradi- el filtro. En prin nts de conocimiento> abruma. que se viera eblas podria muy bien querer saber algo mais storia de los vinjes de Conrad, id, 1987: 42-45). Una vez que se ha filtrado se se presen- tarse al lector de modo tal que preserve la coherencia de una Inea de pen sto y tad de explorar caminos alternatives. Los que »s han buscado la respues- 108, a los que lamé rasireadores, espet sddican a «establecer senderos practicables a través de ut fandemente a la progresién del conoeimient iento cientifico, pero suscita a la ver inidad de informacién de Bush es notoriamente jera Memex que habia previsto estaba claramente destinado a los que ocu de Ia escala, y no a «todos los demas». Por ello, tura del intelecto. Como con toda su futurologia, el nombre de esos navegadores, el Xanadu Hypercorps, es una marca, pues los miembros {de este cuerpo serfan trabajadores del sector de servicios. «No seri per- sonas que programen o reparen ordenadores: antes bien, ser como los ayudantes de vuelo le deben hacer que el usu se sienta a su gusto» 1987: 3/17). (..) sea la distancia entre el populismo textual de Nel- son y las ideas de Hirsch sobre la cultura general, el hipertexto es el entre ambas posiciones. Un sistema de leetura hipertextual ina herramienta extraordinaria para ensefar esa ica’ y esas ‘convenciones lingUisticas’, especialmente si esa aria. Un poco ae instruccion «ced de informacién que posee un lector competente» (Hirsch, 1987: 2) rezea en una base de datos cional y de tos cesas fronteras, siempre se abrirfan muchas oportunidades para que- Drantar las normas, ya que las pobilidades de publicacién electrénica ‘ean un medio ideal para la circulacion de textos y de escrtura no, auto- 10 puede, en efect tura general y enriquecer la educacidn y nos, a la vez que los protege de una normat Pero también hay alternativas mucho mas sombrias. Es posible, ciertamente, imaginar un sistema abierto de hipertexto académico y sgobernado por eyes arbi Pero estas especulaciones enfatizan demasiado las prevision: pesimistas. E1 hipertexto, sin duda, nunca producird la anarqufa ut6pica del discurso, pero si diseriamos nuestros sistemas con atencisn y cuida do tampoco se convertiré en un rigido imperio de los signos, Necesita- 10S con rg c ertexto, un conjunto de prin- lectores y escritores. Hay nas contribuciones ese teoria por parte de humanistas inte- 10 George Landow er. Sin embargo, no se ha producido un debate integral sobre las «inmensas consecuencias politicas» que Nelson vefa en su revolu: ci6n textual, Como primer paso de esa discusién, adelanto aqur tres prin. El hipertento noes un artefact incorporen de algin modo estas ideas, y espe lade las dreas independientes, podsfan lograr un punto de 9 académicos y en las instituciones as. Y aungue el hipertexto plural se parezs més aun sistema No puede negarse, po bilidad di cualgui hipertexto favorece la pluralidad sobre la singul ‘movimiento sobre Ia rigidez, la conexién sobre el aislamiento. Tales vvalozes son los que han sostenido el discurso humanista en el pasado y también, su futuro,

S-ar putea să vă placă și