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El documento describe el caso del Sr. C., un hombre de negocios que sufrió dos ataques cerebrales que le impidieron leer. Aunque podía ver, hablar y escribir, no podía reconocer letras o palabras escritas. La autopsia reveló que las áreas visual y lingüística de su cerebro estaban intactas, pero había una interrupción entre ellas. El caso del Sr. C. ayudó a entender la dislexia del desarrollo y su causa en deficiencias en las conexiones cerebrales entre las zonas visual y lingüí
El documento describe el caso del Sr. C., un hombre de negocios que sufrió dos ataques cerebrales que le impidieron leer. Aunque podía ver, hablar y escribir, no podía reconocer letras o palabras escritas. La autopsia reveló que las áreas visual y lingüística de su cerebro estaban intactas, pero había una interrupción entre ellas. El caso del Sr. C. ayudó a entender la dislexia del desarrollo y su causa en deficiencias en las conexiones cerebrales entre las zonas visual y lingüí
El documento describe el caso del Sr. C., un hombre de negocios que sufrió dos ataques cerebrales que le impidieron leer. Aunque podía ver, hablar y escribir, no podía reconocer letras o palabras escritas. La autopsia reveló que las áreas visual y lingüística de su cerebro estaban intactas, pero había una interrupción entre ellas. El caso del Sr. C. ayudó a entender la dislexia del desarrollo y su causa en deficiencias en las conexiones cerebrales entre las zonas visual y lingüí
La lectura ha sido una aptitud importante en la sociedad occidental por muchos
cientos de aos. Pero incluso en esta poca en que tanto valor se otorga al alfabetismo, una cantidad considerable de personas parece tener serias dificultades para aprender a leer. Algunos de estos casos se deben a carencias educativas o bloqueos emocionales; otros a retraso mental o lesiones cerebrales. Pero algunos de los individuos que no pueden leer son de inteligencia normal o supero, han ido a los mejores colegios y al parecer no sufren problemas personales, ni retardo mental ni dao cerebral. Parecen estar ciegos a las palabras, estos individuos exhiben un sndrome que se ha llamado dislexia del desarrollo. En octubre de 1887, el seor C., un hombre de negocios de cerca de setenta aos, sufri varios accesos de entumecimiento de la pierna derecha, cierta debilidad en los brazos y algunos problemas para hablar. Cuando estos sntomas desaparecieron, volvi al trabajo y no pens mas en ellos, hasta que descubri que no poda leer ni una sola palabra. Su oftalmlogo no le recet anteojos sino que lo deriv al doctor Joseph Dejerine, neurlogo. Ambos concordaron que la dificultad del seor C. para leer no se poda remediar por medio de anteojos, ya que no tena nada que ver con la vista. El seor C haba sufrido de un ataque relativamente infrecuente, y curioso, que le impeda ver objetos ubicados en una mitad de su campo visual y que haba destruido su capacidad de leer, sin afectar nada ma. Dejerine descubri que este poda copiar letras fcilmente pero que no poda reconocerlas ni nombrarlas, trataba a las letras cmo si fueran dibujos no las entenda como unidades graficas que poda reproducir con su propia caligrafa. El seor C saba que las letras eran signos pero no poda identificarlos. Segua siendo capaz de expresarse con fluidez, de reconocer y nombrar complejos instrumentos tcnicos y cientficos y recordar acontecimientos pasados hasta en sus menores detalles y comprender todo lo que se le deca. Lo que es ms sorprendente poda escribir sin dificultad, tanto lo que pensaba de forma espontnea como para transcribir lo que le dictaban. Pero no lograba descifrar su propia escritura, a menos que pudiera recordar lo que haba escrito. Cuando alguien le presionaba la mano trazando el contorno de una letra, o guiaba sus dedos para formar una palabra en el aire, poda identificarlas al instante. En suma. Conservaba todas sus funciones lingsticas, excepto la capacidad de descifrar palabras y letras presentadas a su vista. A principios de 1892 el seor C. sufri un segundo ataque, que tampoco afect su inteligencia general pero que lo dej incapaz de escribir: se volvi agrfico, a de ms de alxico. Diez das ms tarde muri y Dejerine tuvo autorizacin para extirpar y examinar su cerebro. Parte de la zona visual del paciente- la corteza occipital derecha- estaba intacta; de ah que pudiera ver lneas y objetos. Su zona lingstica las cortezas frontal y temporal izquierdas- tambin estaban inalteradas, por lo cual
poda hablar, comprender y escribir. Pero debido a la estructura del sistema
nervioso humano, el seor C. no poda transmitir informacin desde la parte intacta del cerebro visual en el hemisferio derecho hasta las zonas del hemisferio izquierdo en que se procesan los conceptos y los nombres de las unidades lxicas. Por el mismo motivo el seor C. poda ver formas y copiarlas correctamente pero debido a una interrupcin de las vas fundamentales de su cerebro, esta informacin visual no poda desplazarse a la zona del lenguaje. El seor C. poda escribir lo que se le dictaba y hasta reconocer letras indicadas a presin en su mano, porque las vas correspondientes dentro de su sistema lingstico, y entre sus sistemas lingstico y tctil no haban sido afectadas, pero no era capaz de reconocer o nombrar una letra o una palabra escrita. El rol que cumple el cerebro en la actividad lingstica fue aclarado por primera vez en 1861, cuando Paul Broca demostr que exista una conexin entre el dao al hemisferio izquierdo del cerebro humano y la prdida de la capacidad lingstica. Broca encontr que un dao similar al hemisferio derecho por lo general no producira ningn deterioro del lenguaje. En 1917James Hinshelwood, oftalmlogo, indic que los trastornos en la lectura causados por el dao cerebral eran de dos clases principales. La primera ejemplificada por la condicin del seor C. tras su primer ataque se poda llamar alexia pura o ceguera de la palabra. El paciente con esta afeccin es enteramente normal en sus funciones lingsticas excepto por padecer una ceguera selectiva a la palabra escrita. Conserva la capacidad de comprender letras y palabras como entidades grficas, pero no puede relacionar las imgenes de estas con sus sonidos y sus significados. La segunda variedad, sintetizada por la condicin del seor C tas sus segundo ataque, se podra llamar alexia con agrafia. El paciente puede hablar y comprender perfectamente, pero no puede leer, escribir ni deletrear, ya no entiende las palabras ni las letras como entidades grficas. El principal inters de Hinshelwood era el grupo de pacientes que describi como congnitamente ciegos a las palabras. Estos pacientes eran nios que no podan aprender a leer. Eran como el seor C, en sus ltimos das de vida. En su opinin estos chicos carecan de ciertas conexiones entre los centro visuales y del habla de sus cerebros, por lo que tenan las mismas dificultades de los adultos que haban sufrido lesiones en el hemisferio izquierdo. Estos chicos tienen dificultades para leer debido a que sus cerebros maduran con mas lentitud que o presenta deficiencias en las conecc