En los ltimos das he saludado a los compaeros dirigentes de ocho
ciudades, desde Huacho hasta Chiclayo, con el propsito de impulsar la unin y motivar el nimo y la accin de sus comits. Puedo decir con entusiasmo que el partido, en su estructura esencial, est en pie, con voluntad de recuperar el terreno perdido, y con fe para celebrar el pronto centenario del aprismo. En todo lugar he encontrado la conviccin de que el partido pronto volver a jugar su rol gravitante. Conocedores de la historia de alegras y momentos trgicos del movimiento, saben que esta circunstancia ser pequea y pasajera comparada a los ms graves captulos de su largo camino. Saben que la obra espiritual del aprismo y de Haya de la Torre se mantendrn como un ejemplo y que, adems, estn las muchas obras materiales que las juventudes podrn enarbolar como ejemplo de eficacia. Escuchan a los ministros del actual gobierno sealar cuan distinta era la situacin del 2011 y como, para esa fecha, el pas haba crecido, la pobreza se haba reducido y la situacin de las finanzas pblicas era superavitaria, muy distinta del dficit que ahora reciben. Entienden que se, es un homenaje, aunque tardo, al gobierno aprista despus de 5 aos de demolicin gubernativa y meditica. Saben que recomienza el camino. Coinciden en que, en estos momentos iniciales de un nuevo rgimen, el rol del aprismo con su experiencia y lealtad popular es impulsar iniciativas y obras que satisfagan las espectativas del pueblo y ayudar, en la medida en que se acepte, al gobierno que comienza, para que el pas y el empleo crezcan, la pobreza y la enfermedad se reduzcan, la educacin avance y la justicia social se incremente. Los compaeros se preparan a elegir nuevas autoridades partidarias, y desean hacerlo de manera fraterna sin oponer bandos o personas, ni enarbolar rencores, sino, articulando lo mejor que el movimiento tiene. Y saben que participando todos, con el voto universal y directo de los apristas inscritos, las nuevas autoridades tendrn mplia legitimidad. Para mi, nada ha sido ni ser ms grato que reencontrar el cario de las compaeras y los compaeros, ver la Cruz de Arvalo, como recuerdo del hermoso y heroco camino del partido, y llegar a la tumba de nuestro Jefe, Vctor Ral, con el compromiso de seguir apoyando hasta la muerte la obra de este movimiento popular que, lo quieran o no, continuar luchando por sus grandes objetivos. Y con l, quien esto escribe, como un aprista ms. Su compaero de siempre,