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Max Weber, en su clásica obra “Economía y Sociedad”1 entendía por “dominación” la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos). Esta “dominación”, entendida en el sinónimo de “autoridad”, puede descansar en los más diversos motivos de sumisión: desde la habituación inconsciente hasta los motivos que se consideran puramente racionales con arreglo a fines. En todo caso, como el mismo Weber significa, un determinado mínimo de voluntad de obediencia, o sea de interés (externo o interno) en obedecer, es esencial en toda relación auténtica de autoridad.
Max Weber, en su clásica obra “Economía y Sociedad”1 entendía por “dominación” la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos). Esta “dominación”, entendida en el sinónimo de “autoridad”, puede descansar en los más diversos motivos de sumisión: desde la habituación inconsciente hasta los motivos que se consideran puramente racionales con arreglo a fines. En todo caso, como el mismo Weber significa, un determinado mínimo de voluntad de obediencia, o sea de interés (externo o interno) en obedecer, es esencial en toda relación auténtica de autoridad.
Max Weber, en su clásica obra “Economía y Sociedad”1 entendía por “dominación” la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos). Esta “dominación”, entendida en el sinónimo de “autoridad”, puede descansar en los más diversos motivos de sumisión: desde la habituación inconsciente hasta los motivos que se consideran puramente racionales con arreglo a fines. En todo caso, como el mismo Weber significa, un determinado mínimo de voluntad de obediencia, o sea de interés (externo o interno) en obedecer, es esencial en toda relación auténtica de autoridad.
Max Weber, en su clsica obra Economa y Sociedad entenda
por dominacin la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos especficos (o para toda clase de mandatos). Esta dominacin, entendida en el sinnimo de autoridad, puede descansar en los ms diversos motivos de sumisin: desde la habituacin inconsciente hasta los motivos que se consideran puramente racionales con arreglo a fines. En todo caso, como el mismo Weber significa, un determinado mnimo de voluntad de obediencia, o sea de inters (externo o interno) en obedecer, es esencial en toda relacin autntica de autoridad. 1
Como antes decamos, son muy diversos los motivos de
sumisin a la autoridad. En lo cotidiano domina la costumbre y con ella intereses materiales, utilitarios. Junto a la costumbre encontramos motivos afectivos o racionales con arreglo a valores. Pero junto a todos ellos, como nuevamente advierte Weber, se aade otro factor: la creencia en la legitimidad.
No es nada casual que toda dominacin intente adicionar a
cualesquiera otros motivos la creencia en sulegitimidad. Esta creencia en la legitimidad de que habla Weber asegura la capacidad del gobierno para hacer cumplir las decisiones. Como parece obvio, en ningn gobierno todos los ciudadanos conceden legitimidad en este sentido, pero ningn gobierno puede sobrevivir sin esta creencia por parte de un nmero sustancial de ellos.
Como bien advierte Linz , los gobiernos democrticos requieren
esta creencia, con una intensidad ms o menos mayor, por lo menos dentro de las filas de la mayora, y normalmente deberan gozar de esta legitimidadincluso entre los que constituyen su oposicin. Como mnimo, la legitimidad es el creer que a pesar de los defectos y fallos, las instituciones polticas existentes son mejores que otras que pueden ser establecidas, y por tanto pueden exigir obediencia. De modo ms especfico, la legitimidad de los regmenes descansa en la creencia en el derecho de los que legalmente ejercen la autoridad para dar cierto tipo de rdenes, para esperar obediencia y hacerlas cumplir, si es necesario, con el uso de la fuerza. 2
Esta creencia no requiere estar de acuerdo con el contenido de
la norma ni apoyar un gobierno determinado, sino aceptar su carcter vinculante y su derecho a mandar, hasta que por procedimientos legales el rgimen los cambie. La legitimidad democrtica, ha dicho Linz , se basa en la creencia de que para un pas en concreto en una coyuntura histrica dada, ningn otro tipo de rgimen podra asegurar ms xito en la tarea de perseguir objetivos colectivos. 3
En las democracias los ciudadanos son libres de estar en
desacuerdo con la ley, pero no de desobedecerla, lo que entraa el intento de ganar el control del gobierno sin usar la fuerza, siguiendo el proceso constitucionalmente previsto, como competicin libre en orden a lograr el apoyo pacfico de la mayora de los ciudadanos.
Con el reconocimiento de la legitimidad del conflicto y el
establecimiento de reglas de juego claras por las que aquel debe discurrir, se establece, como bien seala Garca Laguardia un rgimen realmente democrtico en el cual se acepta el conflicto, se reconoce el pluralismo poltico y social, se establecen mecanismos de intermediacin y representacin, canales de conciliacin y formacin de consenso, instrumentos de movilizacin y participacin de los miembros de la comunidad para influir en la organizacin poltica. 4
Es por todo ello por lo que bien puede afirmarse que
la legitimidad democrtica requiere la adhesin a las reglas del juego tanto de la mayora de los ciudadanos que votan como de los que ocupan puestos de autoridad. En este marco, las elecciones desempean un papel fundamental; puede hablarse al respecto de su virtualidad legitimadora; como indican Carreras y Valles las elecciones son, en la sociedad poltica de tradicin liberal, el rito que consagra a los gobernantes, confirindoles aquel carisma que la victoria en el combate, la coronacin o la uncin sagrada otorgaba en otras comunidades polticas. Se ha llegado a afirmar por Mackenzie que las elecciones constituyen un fin en s mismas. Sin llegar tan lejos, puede afirmarse que las elecciones libres, aunque no constituyan un fin ltimo, son un instrumento de gran valor, pues nada mejor se ha inventado para asegurar en sociedades amplias y complejas las dos condiciones necesarias que mantienen la autoridad del gobierno en toda sociedad: las elecciones y la alternancia. 5
Las
elecciones
En primer trmino, las elecciones crean un sentir comn de apoyo
popular y de participacin en los asuntos pblicos, an cuando el gobierno sea algo tan complejo que escape a la comprensin directa del ciudadano corriente. Como en anloga direccin advierten Dowse y Hughes las elecciones pueden considerarse como un mtodo a cuyo travs las acciones de los gobernantes pueden estar sometidas a la influencia de los gobernados. Desde esta perspectiva, el rol esencial de la eleccin es actuar como mecanismo mediante el cual los gobernantes se encuentran limitados y se hacen conscientes de que su posicin es contingente, al menos por la existencia de una posibilidad real de que puedan perder el poder. Este es, naturalmente, un elemento esencial del mito democrtico, segn el cual, los gobernantes son elegidos por y gobiernan con la aprobacin del pueblo. 7