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POLÍTICA ANALÍTICA

Por Juan Fernando Perdomo*


RÉGIMEN FISCAL DE PEMEX:
UN VETO… ¿DE BOLSILLO?
Dos temas dominan la agenda nacional respecto a Petróleos Mexicanos (PEMEX)
1. La posibilidad del veto presidencial a las Reformas al Régimen Fiscal de PEMEX.
2. Los frecuentes accidentes que evidencian el mal mantenimiento en PEMEX.

En cuanto al primer tema, lo central es que existe la percepción de que el Ejecutivo no


aceptará la Reforma que aprobó el Senado a finales de abril y la Cámara de Diputados
a finales de junio, y que aun no ha sido publicada en el Diario Oficial de la Federación.
Pero ni el Presidente, ni nadie de su administración, han reconocido que van a vetarla.
Se ha creado un “VACÍO” que no beneficia los intereses del País.

Lo anterior es una lástima porque se trata de una reforma importante, parte de lo que el
ejecutivo llamó “la REFORMA ESTRUCTURAL ENERGÉTICA”, en la que se pusieron
de acuerdo las fuerzas políticas representadas en el Congreso; Y es una medida que
beneficiaría el desarrollo futuro de PEMEX. Además, la Reforma fue ampliamente
apoyada por la propia paraestatal y vista con buenos ojos en el ámbito externo.
La Reforma a la Ley Federal de Derechos fue aprobada con 83 votos a favor por
senadores de todos los partidos y 8 en contra de senadores del PRI. La Cámara de
Diputados aprobó la medida con 330 votos a favor y 131 en contra, con la cual se
reduciría el pago de impuestos de la paraestatal y le implicaría ahorros de hasta 25 mil
millones de pesos en el 2006 y garantizaría que PEMEX aumente su gasto de inversión
al obligarlo a reportar cada uno de los cambios y proyectos de inversión a fin de
combatir el uso discrecional de recursos.
El régimen modifica la Ley Federal de Derechos en un plazo de cuatro años (en la
propuesta original de los diputados era de 7 años), que se regirá en una tabla de tasas
que varían con base al precio del petróleo crudo y al año de aplicación, y así de manera
gradual, se reduzcan los pagos de impuestos. Los ahorros de PEMEX llegarían para el
2010 a 94 mil millones de pesos, que estarían disponibles para las obras de inversión
en exploración y producción, y auditados por la Auditoría Superior de la Federación.
En el artículo 259 de esa ley se establece la modalidad del pago anual de Derechos
Ordinario sobre Hidrocarburos (DOH). Éste plantea un costo límite de 6.5 dólares por
barril de petróleo y gas asociado y de 2.7 dólares por cada millar de pies cúbicos para
el gas no asociado, que busca otorgar mayores beneficios económicos a PEMEX y no
afectar abruptamente la recaudación de la Hacienda pública. Luego de que la empresa
deduzca los 6.5 dólares por barril, en el 2010 la tasa que pagará a Hacienda por la
extracción de hidrocarburos deberá llegar a un 79 por ciento del precio del crudo.
El artículo 258 establece que a propuesta de la Secretaría de Energía, el Congreso de
la Unión pueda aprobar cada año las plataformas máximas de extracción y de
exportación de hidrocarburos. También se crearon dos fondos para fortalecer el Instituto
Mexicano del Petróleo y uno para la Auditoría Superior de la Federación, a fin de que
pueda supervisar permanentemente a PEMEX.
Pese a sus bondades, la Reforma ha encontrado la oposición de la Secretaría de
Hacienda y de varios Gobernadores de estados petroleros1 con una campaña contra la
medida aprobada por el Congreso, con el argumento FALSO de que las entidades
dejarán de obtener recursos. Por otro lado, parece que se le ha pedido al Presidente
Fox que no firme la reforma, con lo cual ésta carece de carácter oficial.
“El nuevo régimen”, dice Hacienda, “significaría que los estados y municipios dejarán de
percibir recursos por 110 mil millones de pesos entre los años de 2006 y 2013” (la
reducción para los estados sería por participaciones, fondos de aportaciones para
infraestructura social, para el fortalecimiento de los municipios y DF, y de aportaciones
múltiples). Hacienda acepta que el esquema tributario del que gozaría PEMEX daría
mayores recursos para que PEMEX los invierta en sus propios proyectos.
Sin embargo los diputados aclaran que NO sólo no perderán NI UN CENTAVO sino
que, en caso de sostenerse el alto precio -32 DÓLARES el BARRIL, por ejemplo-
tendrían hasta un 30% en el 2006. Claro, si el precio baja, todos perderíamos.
Mientras no se haga “oficial” la Reforma, la paraestatal tiene detenidos varios proyectos
que había previsto iniciar en el 2006 y que solamente son rentables a la luz del nuevo
esquema; como todos los proyectos de recuperación secundaria de crudo que emplean
fluidos o gases. Este tipo de proyectos son Antonio J. Bermúdez, Jujo-Tecominoacán,
Ku-Maloob-Zaap, Chicontepec y Abkatún-Pol-Chuc. Incluso proyectos de gas seco que
hoy se desarrollan como Burgos, Veracruz y Lankahuasa no podrían seguir sin un
nuevo régimen fiscal; tampoco podrían realizarse proyectos en aguas profundas, las
cuencas de gas no asociado y los yacimientos con crudos pesados y extra pesados.
Sin el nuevo régimen fiscal, según PEMEX, la producción petrolera declinaría a partir
del 2006 y sufriría una caída de 12.7 por ciento en los próximos 7 años. Esto significaría
una reducción en la producción de crudo de 455 mil barriles diarios del 2006 al 2013,
pues la producción pasaría de 3 millones 578 mil barriles diarios a 3 millones 123 mil
barriles. Según esos cálculos, sin el régimen fiscal, habría una caída en la inversión de
18.6% del 2006 al 2009, mientras que con él, aumentaría 5.9% en el mismo periodo.
A quienes se oponen habría que decirles que la reducción del pago de impuestos es
gradual y se hace estimando un precio alto de los hidrocarburos en el plazo señalado
de cuatro años. Es necesario que México aproveche la coyuntura de los altos precios
del petróleo para aplicar el nuevo régimen fiscal. Además, la reforma no debe
prorrogarse, pues los accidentes de PEMEX demuestran que necesita más recursos.
Hay que tener conciencia de La urgencia ya que PEMEX tiene pasivos acumulados por
170 mil millones de pesos, mientras que sus activos son, apenas de 58 mil millones.
Es imposible no ver en la maniobra del Ejecutivo cierto interés electoral de cara al 2006
de no tomar medidas que, aunque necesarias, generen impopularidad.

1
Esto nos lleva la segundo tema: Para nadie es un secreto que la poca disponibilidad de
recursos de PEMEX ha provocado que no solamente declinen las reservas de que
podemos disponer, por falta de inversión, sino que ha además el rubro de gastos de
mantenimiento, seguridad y protección ecológica esté cada vez más rezagado (esta
reducción llega al 30% del gasto en cuidado de la zona sur, la más afectada por
accidentes, al pasar de 2 mil 460 a mil 721 millones de pesos2). Con los resultados en
accidentes que cuestan mucho dinero y lo que es más grave, la pérdida de vidas
humanas. O incluso conflictos políticos como el ocurrido con la decisión del gobierno de
Chiapas de clausurar un pozo petrolero ya que pone en riesgo a su población.
Según la Memoria de Labores de PEMEX, el índice de frecuencia de accidentes al
cierre del 2004 fue de 1.50 por millón de horas-hombre laboradas, lo que representa un
37.6 por ciento de incremento respecto al 2003. En PEP, el índice de frecuencia de
accidentes fue de 1.67 por millón de horas-hombre, ubicándose como líder en
accidentes sobre Petroquímica, Refinación y Gas y Petroquímica Básica.
Sin embargo, de enero a julio del 2005, las cuatro subsidiarias han registrado al menos
10 accidentes de derrames de combustibles o explosiones de gasoductos, dejando 13
muertos, 54 heridos y 72 hectáreas afectadas. En la mayoría de los casos, los
accidentes fueron provocados por la corrosión de ductos y por fallas en trabajos de
reparación ejecutados por contratistas.
El más grave fue de Pemex Refinación; Ocurrió el 13 de abril pasado en el municipio de
Nanchital, Veracruz, cuando por darle mantenimiento a ductos -que ya habían
registrado derrames-, se provocó una fuga de amoniaco que dejó 5 muertos, 30
intoxicados y 5 mil evacuados. El 9 de julio pasado, PEP registró una explosión en un
gasoducto en Villahermosa, Tabasco, que dejó 4 muertos y 11 heridos.
Se entiende que el riesgo es inherente a la existencia de un sistema de ductos que
transportan petróleo. Por eso se requieren políticas de mantenimiento y prevención que
reduzcan al mínimo los incidentes y controlen su impacto.
Del 2002 al 2003, el número de derrames y fugas de hidrocarburos al mar creció en
38.5 por ciento. En volumen, el crecimiento de estos derrames fue de 360 por ciento,
según los números de la propia paraestatal. En el año 2004 se produjeron 328
emergencias ambientales, 79 más que en el 2003.
La situación es grave. Lo es tanto que hay que considerar seriamente que el nuevo
régimen fiscal de PEMEX obligue a la empresa a invertir en mantenimiento y seguridad.
Y ojo: Independientemente de la Reforma, PEMEX debería replantear su manera de
gastar.
*Juan Fernando Perdomo es egresado del TEC DE MONTERREY.
Servidor publico, empresario y Político ( jperdomo@infosel.net.mx )
Estados que quieren nuevos cambios al Régimen Fiscal de PEMEX: Aguascalientes, Baja California, BC Sur,
Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Edomex, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Sonora, Tlaxcala,
Quintana Roo y Yucatán

2
Aunque en esta zona se redujeron las inversiones en mantenimiento, del 2003 al 2004 el presupuesto total ejercido
por PEP para las cuatro regiones aumentó 20 por ciento, al pasar de 14 mil 608 millones de pesos a 17 mil 528
millones de pesos, respectivamente. Esto fue derivado por un aumento en el gasto de mantenimiento a las regiones
norte y marina suroeste.

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