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Los tres documentos tratan sobre temas de amor y desamor. El primero describe los dolores de un amor perdido y las ilusiones del pasado que ya no se pueden recuperar. El segundo habla sobre una conversación telefónica donde dos extraños charlan sobre el amor para aliviar sus penas. El tercero narra el regreso de un antiguo amor arrepentido pidiendo perdón, aunque ya no es posible revivir el pasado.
Los tres documentos tratan sobre temas de amor y desamor. El primero describe los dolores de un amor perdido y las ilusiones del pasado que ya no se pueden recuperar. El segundo habla sobre una conversación telefónica donde dos extraños charlan sobre el amor para aliviar sus penas. El tercero narra el regreso de un antiguo amor arrepentido pidiendo perdón, aunque ya no es posible revivir el pasado.
Los tres documentos tratan sobre temas de amor y desamor. El primero describe los dolores de un amor perdido y las ilusiones del pasado que ya no se pueden recuperar. El segundo habla sobre una conversación telefónica donde dos extraños charlan sobre el amor para aliviar sus penas. El tercero narra el regreso de un antiguo amor arrepentido pidiendo perdón, aunque ya no es posible revivir el pasado.
Msica: Carlos Gardel Compuesta en 1934 Si arrastr por este mundo la vergenza de haber sido y el dolor de ya no ser, bajo el ala del sombrero cuntas veces embozada una lagrima asomada yo no pude contener. Si cruc por los caminos como un paria que el destino se empe en deshacer; si fui flojo, si fui ciego, slo quiero que comprendan el valor que representa el coraje de querer. Era para m la vida entera, como un sol de primavera, mi esperanza y mi pasin. Saba que en el mundo no caba toda la humilde alegra de mi pobre corazn. Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas ya no las puedo arrancar. Sueo con el pasado que aoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volver... Por seguir tras de sus huellas yo beb incansablemente en mi copa de dolor; pero nadie comprenda que si todo yo lo daba, en cada vuelta dejaba pedazos de corazn... Ahora, triste en la pendiente, solitario y ya vencido, yo me quiero confesar; si aquella boca menta el amor que me ofreca por aquellos ojos brujos
yo habra dado siempre
ms...Charlemos Letra y msica: Luis Rubistein Compuesta en 1940 Belgrano sesenta once? Quisiera hablar con Rene... No vive all?... No, no corte... Podra hablar con usted? No cuelgue... La tarde es triste. Me siento sentimental. Rene ya s que no existe... Charlemos... Usted es igual... Charlando soy feliz... La vida es breve... Soemos en la gris tarde que llueve. Hablemos de un amor... Seremos ella y l y con su voz mi angustia cruel ser ms leve... Charlemos, nada ms. Soy el cautivo de un sueo tan fugaz que ni lo vivo. Charlemos, nada ms, que aqu, en mi corazn, oyndola siento latir otra emocin... Qu dice? Tratar de vernos? Sigamos con la ilusin... Hablemos sin conocernos corazn a corazn... No puedo... No puedo verla... Es doloroso, lo s... Cmo quisiera quererla! Soy ciego... Perdneme. . .
Rubias de New York
como un cascabel.Volvi
Msica: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera Compuesta en 1934
noche
Peggy, Betty, July, Mary,
rubias de New York, cabecitas adoradas que mienten amor. Dan envidia a las estrellas, yo no se vivir sin ellas. Betty, July, Mary, Peggy, de labios en flor. Es como el cristal la risa loca de July, es como el cantar de un manantial. Turba mi soar el dulce hechizo de Peggy, su mirar azul hondo como el mar. Deliciosas criaturas perfumadas, quiero el beso de sus boquitas pintadas. Frgiles muecas del olvido y del placer; ren su alegra, como un cascabel. Rubio cocktail que emborracha, as es Mary. Tu melena que es de plata quiero para m. Si el amor que me ofrecas slo dura un breve da, tiene el fuego de una brasa tu pasin, Betty. Deliciosas criaturas perfumadas, quiero el beso de sus boquitas pintadas. Frgiles muecas del olvido y del placer, ren su alegra,
una
Msica: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera Compuesta en 1935 Volvi una noche, no la esperaba, haba en su rostro tanta ansiedad que tuve pena de recordarle su felona y su crueldad. Me dijo humilde, si me perdons, el tiempo viejo otra vez vendr, la primavera de nuestra vida, vers que todo nos sonreir. Mentira, mentira, yo quise decirle, las horas que pasan ya no vuelven ms, y as mi cario al tuyo enlazado es como un fantasma del viejo pasado que ya no se puede resucitar. Call mi amargura, y tuve piedad, sus ojos azules muy grandes se abrieron, mi pena inaudita pronto comprendieron y con una mueca de mujer vencida me dijo es la vida, y no la vi ms... Volvi esa noche, nunca la olvido, con la mirada triste y sin luz, y tuve miedo de aquel espectro que fue mi locura en mi juventud. Se fue en silencio, sin un reproche, busqu un espejo y me quise mirar; haba en mi frente tantos inviernos que tambin ella tuvo piedad.