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El "Rey" de Araucania y Patagonia
François Lepot

Historia y leyenda del aventurero francés Orélie Antoine de Tounens en


el siglo pasado y... la insólita corte actual en París de un autollamado
"Príncipe de Araucanía y Patagonia", que se autoproclama heredero del
"reino".
Se trata del ciudadano francés Philippe Boiry. François Lepot le negó
sus "títulos". El falso príncipe le hizo juicio en Francia y lo perdió con
costas.
La justicia francesa descalificó al "pretendiente".

El Escritor

François Lepot es el seudónimo del Dr. Enrique Oliva, profesor,


periodista y escritor. Por quince años fue corresponsal del diario
"Clarín" en Europa, con base en París. Debió usar ese alias afrancesado
porque su nombre estuvo prohibido por la última dictadura militar, por
defender el orden constitucional.

Fue uno de los fundadores del Consejo Nacional de Investigaciones


Científicas y Técnicas en 1951. Ha sido Director de Asuntos Culturales
de la cancillería. Enseñó historia en varias universidades y fue el Rector
fundador de la Universidad del Neuquén, convertida años después en la
actual Universidad Nacional del Comahue.

Lepot ha publicado una decena de libros. Los dos últimos son:


"Malvinas, el colonialismo de las Multinacionales" y " En el Golfo" (sus
vivencias en la guerra Irak - Kuwait).

Su último libro, "El Rey de Araucania y Patagonia", es una obra


histórica, política, fruto de una investigación bien documentada, donde
deslinda cuanto hay de leyenda y verdad sobre el tema. Este trabajo es
el único que abarca desde la biografía de Orélie Antoine de Tounens
(Orélie Antoine I), sus aventuras y seguidores extinguidos en 1902,
hasta la aparición de un curioso personaje, Philippe Boiry, que pretende
hoy desde París, ser el heredero y sucesor del "reino" cuya
reivindicación reclama. Se adjudica infinidad de títulos de fantasía,
como el de "Príncipe Protector de los Pueblos de Araucanía y Patagonia
y de las Tierras Australes del Continente Americano".

Maurice Druon, actual Secretario Perpetuo de la Academia Francesa y


conocedor del tema, ha calificado al libro de François Lepot de
"investigación paciente y erudita".
El "Rey" de Araucania y Patagonia

El señor Philippe Boiry inició demanda contra el periodista Enrique


Oliva que había escrito el artículo "Le Roi de Patagonie" del libro
"Patagonie – Une Tempete d'Imaginaire", aparecido en 1996 en una
reducida síntesis en francés en la colección Autrement de París.

El capítulo escrito por Enrique Oliva hizo sentirse ofendido al señor


Philippe Boiry y por ese motivo inició la demanda.

Luego de la sentencia Philippe Boiry no puede decirse más "príncipe" ni


"rey en el exilio", ni ostentar una cantidad de títulos autoasignados, que
por otra parte, salvo algunos incautos (o cómplices), nadie lo toma en
serio.

Demanda y defensa

Motivo de la demanda

Es sabido que Enrique Oliva, con el seudónimo de Francois Lepot,


escribió el libro titulado "El Rey de Araucanía y Patagonia" (Editorial
Corregidor – ediciones de 1995 y 1996), transcripto en Internet. En esa
documentada obra, deslinda lo que hay de historia y de leyenda en este
tema.

Sin embargo, no fue por ese libro la demanda sino por lo publicado en
una reducida síntesis en francés en la colección Autrement de París.
Oliva sólo escribió el capítulo titulado "Le Roi de Patagonie" del libro
"Patagonie – Une Tempete d'Imaginaire", aparecido en 1996. Allí
colaboran otros autores argentinos como César Vapñarsky, Rodolfo
Casamiquela, Osvaldo Bayer, Alicia Dujovne Ortíz y Graciela Schneier
Madanes, ésta a cargo de la edición. También participaron algunos
escritores franceses, entre ellos el prestigioso Jean Raspail.

En fin, el capítulo escrito por Enrique Oliva ("El Rey de la Patagonia")


hizo sentirse ofendido al señor Philippe Boiry y por ese motivo inició la
demanda.

La demanda del señor Boiry

El señor Philippe, Paul, Alexandre, Henri Boiry, nacido el 19 de abril de


1929, con domicilio particular en 138, boulevard Murat, Paris 75016, el
31 de julio de 1996 inició demanda contra el periodista Enrique Oliva y
contra sus editores señor Henry Dougier, la Société Autrement y la
Société Nouvelles Expérimentations Sociales.
La causa quedó radicada en el Tribunal de Instancia de Paris 1°.

El señor Boiry, representado por el abogado Stephen A. Monod, aclara


que "se trata de una persona honorable, conocida y estimada en los
medios socio profesionales donde él ejerce su actividad". También se
dice "consejero de relaciones públicas", pero fundamentalmente
"ejerciendo la
profesión de decano de la facultad libre de ciencias de la comunicación".

(La mencionada facultad es una empresa particular y su propietario


puede asignarse cuantos cargos desee, sin necesidad de poseer títulos
profesionales. En el caso del demandante no acredita ningún tipo de
estudios).

Enrique Oliva y los otros tres demandados, se hicieron representar en el


juico por el abogado Dominique de Leusse.

Los argumentos del señor Boiry

I - El señor Boiry en su demanda comienza autollamándose "heredero


legítimo del reino desaparecido de Araucanía-Patagonia", estado que
según él "fue conquistado y destruido por Chile y la Argentina". Luego
relata los sucesivos supuestos sucesores del reino de fantasía ideado
por el pintoresco aventurero francés Orélie Antoine de Tounens, hasta
llegar al demandante. Boiry dice haber recibido esa herencia por
abdicación en su favor de otro ciudadano francés ya fallecido, Jacques
Alexandre Antoine Bernard, a quien llama "rey Jacques-Antoine III".
Este señor Bernard, nunca se consideró monarca ni utilizó títulos de
ninguna especie y menos del "reino" citado, como lo ratifican sus
familiares. Pero el demandante presenta un grotesco documento
privado, en copia fotográfica, de la supuesta abdicación en su favor, de
fecha 12 de mayo de 1951.

II - Dice también el señor Boiry que "desde su ascención al trono de


Araucanía-Patagonia se ha consagrado de forma constante y
desinteresada a los indios Mapuches".

III - Alega el señor Boiry ser miembro de una asociación indígena no


gubernamental; que ha hecho presentaciones internacionales "en
interés de las minorías étnicas de la América Austral"; que es
interlocutor de parlamentarios argentinos para las cuestiones
relacionadas con los indios mapuches; que ha sido atendido por el
gobierno argentino; que ha sido recibido calurosamente en la visita que
efectuó a "su ex reino de Araucanía-Patagonia, no obstante la
reticencias aisladas de un diario de Buenos Aires".
Aclaración

a) Ninguna de las afirmaciones precedentes del señor Boiry fueron


probadas con documentación fehaciente.

b) El señor Boiry no ha demostrado que el destino final de lo recaudado


por las diversas fundaciones que creó "para ayudar a los indios",
quienes nunca se enteraron.

Los cargos concretos que formula el señor Boiry

I - Que la obra de Enrique Oliva presenta al demandante como


mentiroso al decirse sobrino nieto del originario "Rey" Orélie Antoine de
Tounens, sosteniendo el señor Boiry que "no ha pretendido ni pretende
de ninguna manera" tal parentesco.

II - Que se califica de mentira la abdicación en su favor.

III - Que en la publicación objetada se citan afirmaciones del señor


Maurice Druon, actual Secretario Perpetuo de la Academia Francesa (a
quien no demanda), y quien niega con fundamentos, la autenticidad de
la abdicación, como del reino mismo.

IV - Que el señor Oliva manifiesta que, durante la visita de Philippe


Boiry a Chile y Argentina "fue maltratado por la prensa y los indígenas".

V - Que el señor Oliva ha tratado de "dudosos" los títulos del señor


Boiry.

Indemnizaciones que solicita el señor Boiry

1 - La suma de 8.000 (ocho mil) francos por perjuicios morales por


difamación.

2 - La suma de 2.000 (dos mil) francos por perjuicios morales por


injurias.

3 - La suma de 2.000 (dos mil) francos en base al artículo 700 del


Nuevo Código de Procedimientos Civiles.

4 - Disponer por el Tribunal la publicación de la sentencia en un


diario a elección del señor Boiry, a pagar in solidum por los
demandados.
5 - Condenar in solidum a los demandados al pago de gastos y
honorarios.

Consideración: Como se puede apreciar, el honor del "príncipe y "rey en


el exilio" es poco cotizado por el señor Boiry.

Reclama en conjunto a dos personas y dos empresas a pagarle por


injurias y difamación, la suma de doce mil francos, unos dos mil
dólares, o sea a razón de quinientos dólares por demandado.

La defensa de los demandados

Punto I - La parte demandada presentó numerosos artículos de


prensa de Chile y Argentina, donde el señor Boiry se dice sobrino nieto
de Orélie Antoine de Tounens, como la grabación de un reportaje
otorgado al periodista Mauricio Latorre, donde el "Príncipe" lo dice y
repite con su propia voz.

Punto II - La mentira de la abdicación se probó con la no


presentación de un documento válido, sin individualización precisa de
los testigos y, además, no en su original sino en una fotocopia.

Punto III - Por los motivos del punto II no pueden objetarse las
expresiones del señor Maurice Druon.

Punto IV - Que la prensa y los indígenas "maltrataron" al señor Boiry


durante su visita a Chile y Argentina, también fue probado con
publicaciones periodísticas y, muy especialmente, con cables de la
Agencia France Presse (AFP), procedentes de las capitales de los dos
países citados.

Punto V - Con las alegaciones de los puntos precedentes, la


calificación de noble "dudoso" quedó bien justificada.

La sentencia del Tribunal de Instancia

Luego de considerar no probada ninguna de las afirmaciones ni


derechos invocados pór el señor Philippe Boiry, el 29 de abril de 1997 el
Tribunal de Instancia de París I°, presidido por Madame M. C. De
Duvehat, dictó sentencia.

En primer lugar el Tribunal dejó fuera de la causa al señor Henri


Dougier y las dos empresas acusadas. Es decir, dejaba como único
demandado al periodista Enrique Oliva. Con consideraciones bien
claras, fundamentar la decisión del Tribunal, la parte dispositiva dice:
"Desestimar al señor Philippe, Paul, Alexandre, Henri Boiry, sus fines,
demandas y conclusiones.

"Rechazar las demandas convencionales.

"Dejar las costas a cargo del demandante.

Apelación y posterior desestimiento

El 13 de octubre de 1997, pese a la contundente sentencia del Tribunal


de Instancia de París I°, el señor Philippe Boiry recurrió a la Corte de
Apelación de París , Primera Cámara B, R.G. 97.013279, siempre
representado por el abogado Stephen A. Monod.

Esta vez, el "príncipe" aumentaba sus demandas de indemnizaciones a


50.000 francos (unos 8.300 dólares).

En su escrito de apelación no ofrecía elementos nuevos que pudieran


aportar la más mínima prueba de ser heredero de los ya falsos títulos
invocados por Orélie Antoine de Tounens, como tampoco lo había
probado en la primer instancia.

El abogado patrocinante de Enrique Oliva, Dominique de Leusse


contestó aduciendo en especial que la apelación había sido presentada
fuera de término, cuando la sentencia del Tribunal de Instancia estaba
firme y nada podía hacerse contra ella.

Ante tal situación, que no admitía recurso alguno, con el inminente


rechazo de la Corte de Apelación y para evitar más gastos y honorarios
a su cargo, el señor Philippe Boiry presentó un escrito desistiendo de su
demanda.

Conclusión

Ahora el señor Philippe Boiry no puede decirse más "príncipe" ni "rey en


el exilio", ni ostentar una cantidad de títulos autoasignados, que por
otra parte, salvo algunos incautos (o cómplices), nadie lo toma en serio.

Tampoco puede decirse "barón" francés, título falso que se atribuía


cuando tenía poco más de 20 años de edad y que no pudo probar, como
lo dicen los considerandos de la sentencia del Tribunal de Instancia.
Esto demuestra su manía nobiliaria a cualquier costo, incluido el riesgo
de ser condenado a prisión como lo establecen las leyes francesas para
ese tipo de delito de usurpación de títulos (ver declaraciones del general
Pierre Mary, Jefe de Gabinete de la Gran Cancillería de la Legión de
Honor (que se refiere al señor Philippe Boiry). Capítulo VIII del libro de
Enrique Oliva, con seudónimo Francois Lepot).
En definitiva, quedan vigentes, y legalmente, las palabras del señor
Maurice Druon, Secretario Perpetuo de la Academia Francesa, cuando
expresa:

"Boiry es un fanático impostor de vocación a repetición, permanente y


progresivo".

El libro puede leerse completo online en: http://www.lepot.com.ar


email autor: eoliva@lepot.com.ar
Edición digital: www.elortiba.org
El "Rey" de Araucania y
Patagonia
François Lepot

CAPITULO I
PRIMERAS NOTICIAS DEL REINO DE ARAUCANIA Y PATAGONIA

A mediados de los años 60 llegó a mis manos el libro de Armando


Braun Menéndez "El Reino de Araucanía y Patagonia", en una de su
veintena de ediciones (la primera es de 1936). Me apasionó su increíble
contenido donde se narra la aventura de un francés llamado Orélie
Antoine de Tounens. Un personaje con el delirio de ser rey y de ofrecerle
a su país una colonia: "Nueva Francia".

Esto ocurría a mediados del siglo pasado. En esa época las potencias
europeas se habían lanzado a una desenfrenada carrera colonialista,
"en nombre de la civilización".

El protagonista inicial de esta historia abandona sus aburridas tareas


de procurador de pueblo para viajar por primera vez a Chile en 1858.

Desde antes de partir de Francia, ya se autollamaba Príncipe de


Araucanía. Trajo consigo una constitución monárquica redactada en
francés (mejor dicho copiada de su país, con unas pocas innovaciones
que la hacían menos liberal aún). También portaba una bandera propia
y diversas leyes monárquicas para aplicar en tierras del Arauco.

Imaginaba que, en esa enorme extensión sería coronado rey. Había leído
que los indígenas eran independientes y rebeldes, y creía que
dominaban desde el río Bío Bío hasta el extremo Sur. Ignoraba, y quizás
murió en esa ignorancia, al igual que el pretendiente actual a su
sucesión, que los araucanos llegaban sólo a Chiloé, es decir, a 1.250
kilómetros de Punta Arenas, en línea recta. Una vez en Chile, estimó
que en la Argentina sucedía algo parecido con la Patagonia y decidió
extender a ella sus dominios, autotitulándose Rey de Araucanía y
Patagonia.

De la Patagonia, Orélie Antoine de Tounens sólo conoció, en tránsito en


un único viaje de ida y vuelta, el trayecto que va desde Carmen de
Patagones hasta Neuquén en su límite con Chile, sin que ningún
cacique lo reconociera como rey, ni nadie lo recordara jamás, pero él se
adjudicó en los papeles hasta Tierra del Fuego. Este quijote sin Sancho
ni Dulcinea, no venía como "desfacedor de entuertos ni a proteger
doncellas, sino a hacerse de un reino, a ser rey.

No hizo nada concreto ni gobernó, pero escribió infinidad de


"documentos", un libro y varios folletos que distribuyó por redacciones
de diarios de Francia para que hablaran de él. Entre viaje y viaje (4
fracasos de los que regresó con pasaje de repatriado por caridad), en su
país se hacía llamar "rey en el exilio", diciendo que precisaba la ayuda
económica de sus compatriotas (o de cualquiera, sin importarle la
nacionalidad) para montar un ejército y venir a combatir contra el
gobierno de Chile, que insistía en "invadir" las tierras de Arauco, y el de
la Argentina, que hacía lo mismo con la Patagonia. Inventó una corte
con leyes y actas en francés, nunca traducidas. Creó en el papel
gabinetes con personas inexistentes y con nombres falsos o mal escritos
de caciques que jamás se enteraron de ello.

En Europa, Orélie Antoine de Tounens, u Orélie Antoine I, puso en


venta todos "sus" dominios. Distribuyó en vida un abundante material
escrito sobre sus aventuras, la riqueza del reino y la posibilidad de
recibir allí a "los desheredados de Europa en un territorio varias veces
mayor que Francia". Lo cierto es que no convenció a nadie. Ninguno de
sus conocidos quiso acompañarlo en sus viajes, pese a sus ruegos y
promesas de fortuna y honores. Ni uno solo de sus poquísimos y nada
calificados amigos creyó en su cordura.

Recaudó, eso si, algunas ayudas por suscripciones. En general, la


prensa y sus compatriotas se burlaron sin piedad de él. Pero nada,
absolutamente nada, le hizo abandonar sus pretensiones, hasta la
muerte, que le llegó en forma lamentable, solitario y en la miseria,
rechazado hasta por su familia.

Con el tiempo, ya desaparecido, su imagen ganó la curiosidad simpática


de quien persiguió una quimera sin reparar en medios, con mentiras
mas o menos ingeniosas y con picardías tales como emitir vales de una
supuesta Tesorería del Reino para pagar cuentas. Vendió títulos de
nobleza, aparatosas condecoraciones y órdenes de caballería. También
mercó monedas, que fabricaba en Francia para desprevenidos
coleccionistas, que nunca llegaron ni menos aún circularon en sus
hipotéticos dominios.

En París a estos manejos se le aliaron bandas de pillos que explotaban


el figurar en una corte junto a un rey en el exilio, siempre con la
promesa de recuperar un trono jamás tenido.

Buena parte de esto lo cuenta en su libro Armando Braun Menéndez


como una curiosidad hallada en sus investigaciones. La poca
documentación que existe, proviene más bien de fuentes policiales
porque sus relatos no se basan en testimonios fiables. También el autor
habla de algunos personajes que se llamaron "sucesores" de Orélie
Antoine I y que califica de "caballeros de industria".

En esos tiempos, yo también tomé la historia como una curiosidad,


como la aventura de un alucinado. Estaba lejos de imaginarme que el
tema llegaría a interesarme profundamente un cuarto de siglo después,
cuando comencé a ocuparme de los pasos de "sucesores" del Reino y
sus actividades reivindicacionistas, alentadas por personajes que
recibían títulos de nobleza y condecoraciones en pago de sus
adhesiones y simpatías, o contribuciones. Ya no era una simple
diversión de un grupo de amigos selectos, como los que declaran
república o reino la ciudad o el barrio en que residen.

Yo viví en Neuquén, en tierras mapuches, desde 1964 a 1974, donde


nació uno de mis hijos. En esa provincia fui el primer rector fundador
de la Universidad del Neuquén (hoy Nacional del Comahue), casa de
estudios que desde un primer momento creó institutos y cátedras para
la reivindicación de la historia y cultura mapuche, incorporando a
indígenas para revivir la difusión de la lengua, como las artes del tejido
y la cerámica. El principal asesor de todo ello era mi amigo el
investigador doctor Gregorio Alvarez, la máxima autoridad en la
materia, y quien fuera el primer araucano patagónico doctorado en
medicina. Este científico, que publicó tanto sobre la historia de su
pueblo, nada concreto encontró sobre el "Rey".

La eminente investigadora del mundo mapuche, señora Bertha de


Koessler Ilg, alemana de nacimiento, radicada durante más de 40 años
en San Martín de los Andes, desde 1920 recogió abundante material y
realizó profundos estudios de los araucanos, su historia y folklore, sin
mencionar en ningún momento nada referente a un supuesto rey. Sus
libros tuvieron gran difusión en Europa, donde varias universidades le
dieron honores académicos. Los indios la llamaban "Papaí" (madrecita).
Se verá más adelante un caso similar, el del ingeniero Juan Benigar,
investigador y científico croata, que vivió 40 años entre los mapuches.
En sus múltiples escritos no hace ninguna referencia al supuesto rey.

Hice varios comentarios a pobladores y estudiosos sobre este tema, sin


obtener más que una u otra referencia ligera, sólo por lo leído en el libro
de Braun Menéndez. Y nada más. Ni los indígenas ni los investigadores
conocían otras fuentes. Hablé repetidas veces con varios caciques
mapuches, con los que traté durante muchos años. Dispongo de cartas
y testimonios de agradecimiento por modestas ayudas que les aportara
y por solidarizarme con sus causas.

También recorrí detenidamente, por dos veces, todo el territorio


araucano, es decir, entre Chiloé y el río Bío Bío, sin encontrar ningún
vestigio entre los mapuches, ni siquiera oral, de Orélie Antoine.
Más importante aún: conocí y traté a Doña María Namuncurá y su
familia, hermana de Ceferino Namuncurá, hija del cacique Manuel
Namuncurá (el "tigre de las Salinas Grandes") y nieta del cacique Juan
Calfucurá, fundador de la dinastía de los "piedra", quien por muchos
años fuera el jefe indiscutido de la Federación Araucana en la
Patagonia.

Esta mujer ejemplar, que en 1965 estimaba tener 80 años, de excelente


memoria, vivía pobremente produciendo su propio alimento que
cultivaba en una pequeña parcela de tierra alta, protegida de los vientos
por pilcas de piedras y ramas. Humilde y de buen humor, nunca
especuló con su condición de última hermana viviente del "santito", el
"lirio de la Patagonia". Tampoco nadie se acordaba de ella. Tuve la
satisfacción de prestarle alguna asistencia durante su última
enfermedad y muerte en el Hospital de Neuquén, colaborando para el
traslado de sus restos al cementerio de su tribu en San Ignacio, cerca
de Junín de los Andes.

Pues bien, tanto doña María Namuncurá como sus familiares y gente de
su tribu, coincidían unánimemente en ignorar la existencia de un
supuesto rey, vocablo por otra parte desconocido en mapuche. Si ellos
no lo sabían, precisamente donde está la mayor concentración de
araucanos del país, junto con Chile, menos podía suponérselo en el
resto de la Patagonia, hasta Tierra del Fuego. Además, tanto Calfucurá
como su hijo Namuncurá, habían nacido en Chile, en el Arauco.

Sin embargo, el actual pretendiente al "trono", Philippe Boiry, nombra


frecuentemente a personas que, según él, habrían guerreado bajo las
ordenes o de acuerdo con Orélie Antoine, como Namuncurá y su padre
Calfucurá. De ambos hay centenares de cartas en las que nunca
mencionan, ni una sola vez, al "rey" o el "reino".

Las consultas con sacerdotes, tanto jesuitas como muy especialmente


salesianos, también fueron negativas. Estos últimos sí recuerdan que
un supuesto sucesor del rey anduvo recolectando dinero por el mundo
para apoyar la obra de Don Bosco; una verdadera estafa a la credulidad
y bondad pública ya que los fondos nunca llegaron a Roma. Por mi
parte, me esforcé por averiguar si alguna vez las tribus habían recibido
ayuda del "rey en exilio" en París, donde desde un siglo atrás se pedía
para ellos. No encontré ningún antecedente, ni la menor mención.

Aún con esas evidencias, no tomé muy en serio esta cuestión y publiqué
entonces un artículo en la revista dominical de "Clarín", en tono irónico
y con el título de "Felipe, Rey de la Patagonia". La nota atrajo la
atención por ser en ese entonces gobernador de Neuquén el popular
Don Felipe Sapag. La pionera familia de éste, arraigada en la región
desde fines del siglo pasado, tampoco tenía noticias de la existencia del
rey o el príncipe francés.
Como periodista, fui corresponsal en París del diario "Clarín" de Buenos
Aires durante 15 años. En esa capital busqué contactarme con el
"Príncipe Heredero Felipe" y conseguí entrevistarlo el 4 de diciembre de
1980. Las declaraciones que me formuló resultaron inquietantes. Más
inquietante aún el libro que me dedicó (previo pago), "Histoire du
Royaume d'Araucanie - (1860-1979) - Une dynastie de Princes francais
en Amérique Latine". La tapa tiene el nombre del autor "Philippe, Prince
d'Araucanie". Como pie de editorial: S.F.A. 1979, cuyos rastros no pude
encontrar en listas de editoriales o guías telefónicas. Me comuniqué con
la imprenta, "L'Imprimerie de l"Ouest à la Rochelle", donde me
informaron que no conocían la editorial S.F.A. y que el encargo de 300
ejemplares provenía del Sr. Boiry, de París. En 1993 el "príncipe" dijo
que esas iniciales significaban "Le Souvenir Franco Araucano", entidad
con carácter de fundación.

En marzo-abril de 1989, el actual aspirante Philippe Boiry decidió


visitar por primera y única vez Argentina y Chile. Había hecho
contactos a través de una organización de Bristol (Inglaterra) que decía
tener doce miembros araucanos, y estaba "invitado" por ellos. Es decir,
la preparación de la gira venía de Gran Bretaña. Extraño detalle.

Ante el anuncio de ese viaje del "Príncipe Philippe" a "sus" tierras, me vi


en la necesidad de escribir varias notas sobre el tema, aclarando que,
de acuerdo a la documentación obtenida en Francia sobre este
personaje y sus actividades, se revelaba la improcedencia de
considerarse descendiente o sucesor de Orélie Antoine I.

A raíz de mis artículos, el señor Philippe Boiry envió abogados al diario


"Clarín". Exigía mi retractación, amenazando que, de no hacerlo,
iniciaría juicio por calumnias e injurias, con el reclamo consiguiente de
una principesca indemnización. Por supuesto, no me retracté ni el
diario me desautorizó. El juicio nunca se inició. Con ello conservé mi
invicto de no haber sido llevado jamás a tribunales por algo incorrecto
que hubiera escrito en medio siglo de cotidiano periodismo de
compromiso.

En previsión a una posible demanda del "Príncipe", amplié mis


investigaciones sobre el tema. Con ello comprendí la necesidad de
escribir este libro, en honor a la verdad y al respeto de la soberanía y
dignidad de Argentina y Chile y, muy especialmente, de los indígenas.
Todo ello ofendido y agredido por mitómanos y pillos que se han
adjudicado y vendido títulos de falsa nobleza con nombres de lugares
arauco patagónicos, generalmente mal escritos o afrancesados.

Debo advertir que este pretendiente se presenta desde hace años como
"príncipe de Araucanía y Patagonia", junto a numerosos otros
principados. Al comienzo de su obra consigna solemnemente: "He
tomado, en las páginas que siguen, el más grande cuidado de no
adelantar un hecho, una idea, una gestión, un documento, del cual yo
no tenga la fuente o el medio de verificar su autenticidad" (Boiry 9).

Al respecto, conviene prevenir que el autor menciona con frecuencia y


cita como fuente a supuestos autores o investigadores más que
fantasiosos, cuando en se trata de personajes con títulos nobiliarios
acordados por la increíble dinastía de opereta.

Por otra parte, nos encontraremos con nombres inexistentes de


inexistentes investigadores y correspondencia tramposa, más
adhesiones y reconocimientos de diversas "familias nobles", algunas
verdaderas organizaciones delictivas. Todo ello tiende a aparentar
legitimidad, inventando antecedentes y títulos que el Gotha no
reconocerá jamás.

Con persistente habilidad, Philippe Boiry trata, no siempre con éxito, de


derivar a esos "investigadores" a periodistas y escritores interesados en
el tema, como lo ha logrado con algunos argentinos de buena fe..

Hasta se crea una fantasmal "Academia de Altos Estudios Araucanos".


Con la excusa de la última guerra mundial, encuentra el pretexto de la
quema de los más discutidos documentos, según dice lamentarse el
"príncipe".

Asimismo, en Argentina y en Chile, intelectuales y periodistas, con la


mejor voluntad, han recreado cosas oídas o publicadas sin rigor
histórico. Pues bien, el señor Boiry y sus "académicos", coleccionan
hasta la mas mínima de esas palabras para fundamentar los fueros
utópicos del supuesto rey y sus "sucesores", como sus reivindicaciones.

Creo que la fuente de estas especulaciones y equívocos, surgen de las


investigaciones iniciales de Armando Braun Menéndez, quien comenzó
a publicar su historia en 1936 (primera de más de veinte ediciones).
Este escritor chileno y académico de la historia de su país y de
Argentina, ya fallecido, destapó la curiosidad e inspiró numerosos
trabajos imaginativos, novelas, poemas y piezas de teatro y cine.

En 1947 el escritor André Maurois, de la Academia de Francia, visitó


Buenos Aires. Como lo dice en el prólogo a la obra de Leo Magne, fue en
esa oportunidad que conoció a Braun Menéndez y éste le habló de
Antoine de Tounens, dándole su libro. Maurois se interesó por esta
historia, de la que recibía las primeras noticias. De regreso en Francia,
alentó a su amigo Leo Magne para que buscara en los archivos de
Périgord, región de la cual era nativo, a fin de escribir una biografía.
Magne encontró algunas cosas, pero nada que variara radicalmente los
pasos de Orélie Antoine por Araucanía y Patagonia, tramo en que sigue
a Braun Menéndez.
El libro se llama "L'Extraordinaire Aventure d'Antoine de Tounens
(gentilhome périgordin, avoué, conquistador) Roi d'Araucanie-
Patagonie". Fué publicado por Editions Latino-Americaine con apoyo del
Ministerio de Educación de Francia, del Consejo General de la Dordogne
y de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses. Lo encontré en la
Biblioteca Nacional de París.

Leo Magne edita su trabajo en 1950, hablando de una monarquía que


concluyó en 1903 con la muerte del tercer "rey" Antoine Cros (Antoine
II). Allí da por terminada la historia y su leyenda, sin sospechar que su
libro (al igual que el de Braun Menéndez), serviría para despertar
enfermizos delirios de nobleza, al encontrar un reino vacante. Así
aparece poco después, Philippe Boiry, diciéndose sin pudor ni
fundamentos, pariente de Orélie Antoine de Tounens, cuando tenía sólo
24 años de edad.

Tanto Magne como Maurois, nunca reconocieron tal "sucesión", ni


mucho menos los descendientes de la honorable

familia de Antoine Cros, entre ellos su auténtico biznieto el escritor


Maurice Druon, actual Secretario Perpetuo de la Academia Francesa.

Justamente a partir de la obra de Leo Magne es que el actual


pretendiente modifica su ya falso título de "barón", para erigirse en
príncipe, mejor dicho en multipríncipe, y especular con ello. Su
discurso, que refina y repite hace más de 40 años con solemnes
modales, ha logrado impresionar a algunos chilenos y argentinos poco
advertidos.

En fin, este trabajo me ha forzado a incursionar en el apasionante tema


del negocio de vanidades, el tráfico de falsos y hasta verdaderos títulos
de nobleza y sus maniobras, de las cuales son víctimas incautos de
todas las latitudes.

Como las leyendas crecen y se deforman, me he creido en la obligación


de historiar documentadamente el pasado y presente del "reino" para
delimitar fabulación de realidad.
CAPITULO II
EL NACIMIENTO DE UN "REY"

Quien da origen a esta historia, inicia sus días el 12 de mayo de 1825


en La Chèze, una diminuta aldea de alrededor de seis casas de familias
más o menos entrelazadas entre si.

Hoy La Chèze no existe. Era parte de la comuna de Chourgnac (la que


distaba un km., y a 150 km. al Oeste de Bordeaux), cantón de
Hautefort, distrito de Périgueux, departamento de la Dordogne.

Hijo de una familia campesina de pequeños propietarios, sus padres


fueron Jean Tounens y Catherine Hardon, agricultores. Inscriben al
noveno de sus vástagos con el nombre de Antoine Tounens. Nace como
el Quijote en un medio pobre y gris, propicio para dejar vagar la
fantasía, único medio de escapar del tedio y la chatura.

Como era habitual en la época, los padres asignaban a sus proles


distintos sobrenombres o nombres no registrados en sus documentos
legales. De allí que antepusieran el de Orélie, que éste utilizará toda su
vida, incluso en el título que se asignara de Orélie Antoine I, aunque en
algunas oportunidades escribiera "Orrlie Antoine".

El muy dudoso biógrafo del futuro rey, Augier de Saint Loup ("barón"
araucano, por supuesto), deseoso de ornamentar los orígenes del futuro
monarca, le inventa ascendencias imposibles de verificar, ni siquiera
sustentadas por el interesado que ya poseía su propia inventiva. La
base de esa hipótesis no se encuentra en documentación alguna sino en
"la tradición oral" de una aldeucha, que sólo ese autor parece haber
escuchado: "La tradición oral dice que los Tounens descienden de
Tonantius Férreolus, senador galo-romano, nacido hacia 420, prefecto
del pretorio "per Galias" en 450...de una familia poderosa de celtas
arvernes, este galo romanizado, fundador presunto de la ciudad de
Tonneins, es el héroe epónimo de la familia del poderoso señor de
Ferréol de Tonneins..."(Vergnespág.15).

Lo cierto es que el joven campesino Orélie Antoine habría tenido


privilegios (o aptitudes) para instruirse mas, declarando: "Fui elegido
entre mis hermanos para ser el intelectual de la familia...con el objeto
de prepararme para mi futuro oficio de rey".

Entre 1841 y 1846 el futuro monarca hace su bachillerato en el colegio


real de Périgueux, donde él dice que fue "el mejor de la clase". Es el
único Tounens que posee ese título.

Su primera intención era ser oficial del ejército, donde confiaba ganar
galones para lanzarse a la conquista de reinos lejanos. Si bien lucía
varonil, fue calificado "impotente" a causa de un mal de nacimiento,
una várice (tumor formado por la dilatación varicosa de las venas del
cordón espermático y del escroto), como dice Jean Raspail. Ello
explicaría porqué en toda su vida no se le conocieron amores, a pesar
de soñar con una "reina" y herederos. Pero el mal le sirve para
exceptuarse del servicio militar. Entonces, dice que estudió durante dos
años en la escuela de derecho de Bordeaux, sin graduarse.

Berta de Tabbush, la autora de la historia novelada "El Intruso", es la


única, que nosotros sepamos, que atribuye a de Tounens el haberse
recibido de notario en Avignon, donde "a los 22 años presentó su tesis
que versaba sobre "la conquista y propiedad ante el derecho de gentes"
(pág. 50). No hay ninguna prueba de ello. En cambio, es cierto que a
fines de 1846 entra a trabajar como escribiente para el notario Léon
Gilles Lagrange, de Périgueux, cerca de Tourtoirac.

PROCURADOR DE PUEBLO

En 1851 su padre vendió algunos terrenos e hipotecó otros. Con esos


fondos le compra a su hijo Orélie una oficina para ejercer como "avoué",
una especie de procurador. Se instala en el número 13 de la calle
Mieras de Périgueux. Estos arreglos económicos disgustan a toda su
familia a excepción de su hermano mayor Jean. Las quejas de sus otros
siete hermanos se deben a que la inversión compromete la magra
herencia a dividir entre tantos.

Desde ese trabajo muy poco rendidor, el joven Orélie desarrolla


incesantemente sus planes para ser Rey, nutrido por libros de
aventuras y conquistas. Alimenta así su imaginación como le ocurrió
con las lecturas de obras de caballería a Don Quijote.

Desde su oficina, Orélie Antoine trata de vincularse y conoce a notables


del pueblo. Según su pretendido sucesor actual, se distinguía como
hombre seductor y amable. Lo de seductor es muy improbable, porque
no se registra una sola persona cuerda a quien lograra adherir a su
empresa. Ni siquiera consiguió un Sancho. Allí, en Périgueux, es
admitido como hermano de la logia masónica "Amigos Perseverantes de
la Estrella de Vésone".

Como procurador, su pieza judicial mas notable se refiere a las


gestiones encaradas para que se le reconozca a su padre la rectificación
del apellido deformado con el tiempo y, muy especialmente, recuperar el
uso de la "particule", el distinguido "de" precediendo su nombre y que
muy comunmente señala un origen noble. Presenta abundante
documentación en juicio y apelación que no convence a los jueces,
aunque le admiten en apelación que un siglo atrás, los Tounens usaban
el "de" pero "como parte del apellido y no como signo de nobleza". Este
documento oficial desmiente a quienes le atribuyen provenir de "de una
familia de rancio abolengo dordoñés".

Además, no se encuentra por ninguna parte, no ya una ciudad sino la


mas mínima aldea o paraje que lleve el nombre de Tounens, "Ni aún
agregándole variaciones ortográficas", dice André des Vergnes. Y el
tribunal señala categóricamente que los Tounens fueron "simples
braceros y labradores". Orélie se indigna por tales consideraciones pero
acepta el "de" que se asigna a su padre y, por ende, a él, cuando nadie
de la familia ha luchado por la "particule", porque se prestaba a
malévolas burlas del vecindario.

Orélie Antoine nació bajo la monarquía constitucional de Carlos X, a


quien sucede Luis Felipe I. A los 23 años vive las turbulentas
convulsiones de una revolución obrera que deroga la esclavitud en las
colonias y establece el sufragio universal. Nace, a continuación, la
segunda república. Ve después la llegada de Carlos Luís Napoleón
Bonaparte como presidente y los episodios del golpe que llevan a éste a
la cabeza del segundo imperio como Napoleón III, desde 1851 hasta la
tercera república, en 1870. Los últimos ocho años de vida de Orélie
Antoine transcurren bajo la restaurada trilogía republicana de libertad,
igualdad, confraternidad.

SUEÑOS COLONIALES

A Orélie Antoine le dolía que Francia hubiese abandonado el Río de la


Plata, luego de un largo conflicto y bloqueo de 12 años, aliada a
Inglaterra y al Imperio del Brasil, con la colaboración de ciudadanos de
Italia y otras potencias (oficialmente o a través de piratas y corsarios).

En tenidas masónicas y en los lugares donde asistían los notables de


Périgueux, de Tounens expresa con frecuencia su indignación porque
Francia no hubiera conservado sus colonias de Canadá y la Luisiana y
continuara asediada por los británicos en otras campañas de
conquistas.

Sin aportar fuentes, Gerardo Mauger de la Brannière, en su "relato


histórico" (pág. 11), habla de un misterioso noble español (y masón)
que, quizás enterado de las fantasías que a nadie ocultaba, un día visitó
al "hermano" Orélie Antoine en Périgueux para ofrecerle el encargo de
una misión en nombre de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de
Napoleón III, consistente en lanzarse a la conquista de Araucanía. Para
ello le brindaría todo el apoyo posible pero discreto, adelantándole que
de fracasar, la responsabilidad sería sólo del provinciano procurador.
Este habría aceptado el imperial encargo. De estas tratativas no se
encuentra el menor rastro en los archivos franceses. La versión, sin
embargo, ha hecho carrera entre escritores y periodistas. De ello no
habla Orélie Antoine.

Su delirio era ser rey y, como lo veremos, utilizó en su intento todos los
medios imaginables, incluidos los non santos. El procurador se gana el
ridículo entre cuantos lo conocían porque empezó a llamarse príncipe
antes de comenzar la empresa. Al fin, en 1858, a los 33 años de edad,
se lanza a la conquista.

PRIMER VIAJE A CHILE

Antes de moverse de Périgueux, Orélie Antoine ha hecho mil intentos


por conseguir compañeros para su aventura. Primero busca entre
quienes pudieran aportar fondos y luego, desesperadamente, a
cualquiera. Nadie lo toma en serio. No ceja en su empeño y se decide a
partir.

Quema las naves vendiendo su estudio de procurador. Su hermano


mayor Jean hipoteca otros bienes de la familia, con gran disgusto de
sus numerosos miembros que ven perdida -con razón- toda posibilidad
de alguna herencia. Reúne así una pequeña fortuna.

Antes de viajar ha pedido por intermedio de su Venerable, el escribano


Léon Gilles Lagrange, que el Gran Oriente de Francia le extienda un
diploma que consigne: "de Tounens, Antoine-Orélie, sin profesión, ex
procurador, nacido el 12 de mayo de 1825 en Chourgnac". Este diploma
le llega a París pero sin consignar el importante "de" antes de su
apellido. Pide otro rectificado, que no arribará nunca.

El citado Mauger de la Brannière, escribe que Orélie Antoine "lleva una


misión de la Academia de Ciencias para presentar ante el
Consulado".(pág.21). No hay, sin embargo, ninguna constancia de ello
ni lo menciona el interesado.

La salida exacta de Francia, no la consignan ninguno de cuantos han


escrito sobre el rey. Solo se sabe que pasó por París, luego por Le Havre
y de allí a Inglaterra. Se embarca en Southampton en la nave "La Plata",
hace escala en Santo Tomás el 15 de julio de 1858, primera fecha
concreta, desde donde escribe a su amigo Pouyadou a quien en la
capital francesa ha dejado su perro.

Sin embargo, Berta Tabbush sostiene equivocadamente que de Tounens


parte desde Marsella en una nave llamada "Avenir" y, con varios
transbordos, toca Río de Janeiro, Buenos Aires, los canales fueguinos,
Valparaíso y por fin Coquimbo.
Lo verificado es que el 26 de julio arriba a Panamá. Aunque el viajero no
lo cuenta, lo más probable es que se trasladara a la costa pacífica en
tren (demoraba sólo 7 horas el viaje), en el recién inaugurado ferrocarril
de la empresa norteamericana Panamá Railroad Company, obra que
costó la vida de miles de trabajadores, gran parte de ellos chinos y no
precisamente voluntarios.

Días después se embarca en el "Acapulco", un steamer yanqui que


partiendo de San Francisco, con varias escalas, llega Valparaíso. De
Tounens desciende antes, en Coquimbo, el 22 de agosto de 1858.

A partir de entonces, tanto durante este viaje como en los que le


siguieron, siempre estuvo, prácticamente en soledad. Todas las noticias
sobre sus aventuras y desventuras dependen de sus propias
referencias, si bien se conocen algunos detalles de conflictos que tiene
con las autoridades de Chile o las circunstancias en que interviene el
consulado de Francia. Los comentarios de prensa en Francia, están
nutridos con informaciones dadas por el mismo Orélie Antoine, sin que
fueran tomadas en serio.

Se dice que nuestro personaje compra a su llegada un caballo


("Artaban") y toma un doméstico. Pero se conoce muy poco de sus
actividades durante los 27 meses que vive en Coquimbo, o más
precisamente en la vecina La Serena. Allí se entera Orélie Antoine que
poco antes otro francés, llamado Mushgay, hizo una estafa recaudando
dinero para un proyecto de colonización y con el dinero reunido instaló
un prostíbulo, para luego radicarse en tierras de indios donde fue
reconocido cacique y vivía con numerosas esposas. Hace viajes y
estadías al puerto de Valparaíso, presumiblemente en barco, distante
400 kilómetros hacia el Sur. Se ve con residentes y marinos franceses.
También viaja a Santiago, la capital de Chile. Pero poco dice en sus
cartas del cómo y para qué.

En su primer regreso a Francia, hace breves referencias de aquella


época, cuando publica en 1863 en París su libro titulado "Orélie Antoine
I, rey de Araucanía y Patagonia, su advenimiento al trono y su
cautividad en Chile". Aporta muy escasas precisiones, lo cual no es su
costumbre. "Salí de Francia -dice- a fines del mes de junio de 1858, y,
habiéndome embarcado en Southampton en un paquebote inglés que
partía para Chile, arribando el 22 de agosto a Coquimbo, donde me
detuve ante todo no sólo para aprender el español, sino también
estudiar el país y adquirir informaciones de toda naturaleza sobre
cuanto yo había resuelto visitar" (pág. 16). Y nada más. En ese tiempo
se ejercita en equitación.

En "historia del Reino de Araucanía", del actual "príncipe" Philippe,


consta el siguiente párrafo: "En una carta fechada el 15 de octubre de
1859, él (Orélie Antoine) expone su "gran proyecto" -así lo llama- que,
en nuestros días, puede parecer digno de atención pero que en aquella
época, si bien fue visionario, carecía verdaderamente de realismo.
Consideraba el cavado (sic) de un canal en la América del Sur, la unión,
por via férrea, del viejo y nuevo mundo (sic), todo ello gracias a los
ingresos que esperaba de monasterios de hombres, enjambrados en el
mundo entero!".

A tres meses de su llegada a Chile escribe a su amigo Desmartin


ofreciéndole un negocio de cobre, del que nunca se ocupó.

A un año y medio de encontrarse en Chile no se ha contactado con los


hermanos masones de ese país, pidiendo para hacerlo una "ayuda
masónica" al Venerable Lagrange (de Périgueux), por intermedio de su
amigo Desmartin. "No he buscado visitarles -escribe- porque: Parece
que los malos masones hormiguean en las américas; en consecuencia
todo masón que no es portador de su título es admitido con
desconfianza...no he osado presentarme ante el temor de ser objeto de
investigaciones...No puedes hacerte una idea de cuánto los americanos
del Sur son desconfiados, hasta entre ellos mismos..."

En esa misma correspondencia expresa: "En la carta de recomendación


yo no debo figurar como ex avoué (procurador); porque en el país donde
me encuentro, esta profesión es muy mal vista..." (Boiry, pág. 45).

Sin la carta de recomendación que no llegará nunca, de Tounens se


incorpora finalmente a la logia "Estrella del Pacífico" de Valparaíso,
adherida a la Gran Logia de Chile".

Orélie Antoine no deja de exponer proyectos que no logra concretar por


falta de asociados con dinero. Uno de ellos consistió en fundar un diario
francés en Santiago de Chile.

MEDIDAS REALES ANTES DE ENTRAR EN ARAUCO

Si fuera preciso dar una sola prueba de la temeridad imaginativa de


Orélie Antoine de Tounens, bastará con la lectura de una larguísima
carta fechada en la ciudad chilena de La Serena el 18 de julio de 1860,
es decir, cuatro meses antes de iniciar su primer viaje a Araucanía. El
texto íntegro de este documento, lo transcribe en su libro André des
Vergnes (pág.63).

Imagínese el lector el desconcierto que habrá experimentado quien la


recibió, el notario de pueblo Léon Gilles Lagrange que, sin previo aviso
ni otra correspondencia anterior, leyó el extenso y delirante texto de su
ex escribiente. La resumimos. Lo resumimos:

"Al señor encargado de negocios de Araucanía


"Señor,

"Tengo el honor de enviarle en este sobre su designación de Encargado


de Negocios del gobierno araucano ante el gobierno francés, con una
carta autógrafa de Su Majestad el Rey de los Araucanos por la cual él
anuncia a Su Majestad el Emperador de los Franceses, la fundación de
un reino en Araucanía y su advenimiento al trono de esta potencia.

"Quiera Vd. señor Encargado de Negocios:

"Hacer las gestiones necesarias para obtener de Su Majestad el


Emperador de los Franceses una audiencia, a los efectos de poner entre
sus manos la carta autógrafa de Su Majestad el Rey de los Araucanos y
de hacer reconocer la fundación de su reino y su advenimiento al trono.

- "Hacer los trámites necesarios para contratar un empréstito para el


gobierno de Su Majestad por la suma que Vd. pueda hasta la cantidad
de cincuenta millones, en las mejores condiciones posibles y para un
plazo bastante lejano.... Del empréstito obtenido, esta autorizado desde
luego, a tomar o hacer tomar las sumas necesarias para hacer
provisiones de guerra u otras compras, o para fletar o

comprar vapores para el gobierno de Su Majestad y para vuestro sueldo


personal...(da características del empréstito).

"Vd hará reclutar de inmediato, en Francia o en otras partes de Europa,


entre los ex oficiales y soldados, un ejército de quince mil a veinte mil
hombres, enviándolos a medida que los tenga... (se extiende en
pormenores sobre altos sueldos, ascensos de grados y el otorgamiento
de tierras a los militares).

Luego de ofrecer también tierras a los colonos que quieran venir al


Arauco, agrega:

"El gobierno araucano les dará también gratis las bestias y utensilios
necesarios para las primeras explotaciones agrícolas..." (y da
minuciosos detalles).

"Su Majestad decidirá que su ejército esté dividido como sigue: Una
marina compuesta de un barco de guerra de 80 a 90 cañones, dos
fragatas de alrededor de 36 cañones cada una y dos corbetas de unos
26 cañones cada una. Todos los cañones del mayor alcance posible y
los barcos a vapor. La marina se compondrá entonces de 214 cañones
para diez hombres por pieza, o sean: 2.140 hombres; similar fuerza de
artillería de tierra o más si es posible. El resto en caballería e infantería.

"Será inútil hacer provisión de caballos en Europa para la caballería,


visto que aquí en el país los hay en grandes cantidades y más baratos
que en Francia. Lo que es indispensable procurarse en Europa, es el
equipo de la caballería y de todos los abastecimientos de la tropa, ropas,
armas y municiones, porque concerniente a todo ello aqui no hay nada
que no se importe de Europa.

"Vd. designará funcionarios o empleados franceses en todas las ramas


administrativas, judiciales, ejército, gendarmería, policía, educación,
eclesiásticos u otros, siguiendo las bases ya establecidas en
Francia...(siguen largas disposiciones menores, como el ofrecer el doble
de sueldo a los funcionarios franceses para prestar servicios en la
administración de Araucanía).

- "El gobierno de Su Majestad le da poder, señor Encargado de


Negocios, de cambiar o modificar todas o parte de las condiciones
precedentes en favor del público mientras sea posible, como tomar
gente joven u hombres que no han sido jamás soldados, haciendo
abstracción de edad, mientras sean ligeros de piernas.

La Serena, el 18 de julio de 1860

(fdo) Orélie Antoine I, (Rey de Araucanía)"

El "documento" precedente, hecho público recién en 1967, es por demás


insólito. En primer lugar está escrito en Chile, país al cual Orélie
Antoine piensa combatir con las fuerzas que encarga. Asimismo, la cifra
pedida (50 millones de francos) era astronómica para la época.

No obstante estas evidencias de delirio, no han faltado panegiristas de


la increíble "corte de Araucanía que, desde París, han visto en este
documento grandes rasgos de la "genialidad" del rey, ponderando sus
previsiones para colonizar sus nunca poseídos ni vistos territorios,
suponiendo que podía disponer de esos espacios para su distribución
arbitraria entre europeos. ¿Acaso los mapuches no peleaban contra los
chilenos, precisamente para no perder sus tierras, como lo hicieran
antes por más de cuatro siglos contra incas y españoles?.

Asi por el estilo son las descabelladas elucubraciones de Orélie Antoine,


de las cuales veremos múltiples ejemplos en su copiosa creatividad
plumífera. Sin pruebas, como cuando escribe: "Tengo todo el clero
conmigo, que tiene una gran influencia en el país". Curiosa confianza de
un masón.

La respuesta del notario Léon Gilles Lagrange, Venerable de la logia


"Los Amigos Perseverantes" de Périgueux, no se hace esperar,
recibiéndola Orélie Antoine en La Serena a principios de octubre de
1860, a menos de un mes de hacer la primer entrada en sus "estados".
Dice así:

"Mi querido señor:


"Lo que Vd. me pide es una tarea imposible de cumplir, por grande que
sea mi deseo de ayudarle. Le confieso francamente que no creo en nada
que pueda darle satisfacciones y estoy convencido que sus esfuerzos se
mantendrán impotentes contra la inercia de los despreocupados, contra
el deseo y celo de los malos y contra la maledicencia y la murmuración
de los egoístas.

"No dudo entonces decirle cuánto lamento por Vd., por su familia y por
sus amigos, que se haya arriesgado en una empresa peligrosa que no
puede llevar sino a disminuir vuestra fortuna, y que lejos de darle en su
país la consideración que merece una iniciativa como la suya, lo llevará
sólo a la calificación de ambicioso, de insensato, de hombre ridículo por
exceso de orgullo, de vanidad e ineptitud.

"Abandone entonces esas empresas que no pueden conducirle al bien,


expulse de su espíritu esperanzas que no puede realizar, salga de un
país donde Vd. no puede hacer nada para su futuro y vuelva con su
familia que lo espera y que acaba de hacer aún un último sacrificio para
facilitar su regreso a Francia.

"Le ruego, mi querido señor, querer creerme su

"Léon Guilles Lagrange" (Raspail 159).

Por supuesto, de estas dos cartas, la de Orélie Antoine y la del notario,


publicadas también por André des Vergnes, Philippe Boiry hace solo
una referencia resumida de la primera e ignora totalmente la segunda.

Sin embargo, el "príncipe", supo ganarse la confianza del embajador


argentino en París Adolfo Galatoire, y le aportó "documentación"
proveniente de escribas de su corte, haciéndole caer en gruesos errores
en su libro como en publicaciones de artículos posteriores en Buenos
Aires. Así le hace decir en el número 8 de "Todo es Historia": "A pesar
del cumplimiento de las gestiones encomendadas, el emisario
(Lagrange) no obtuvo el reconocimiento del emperador Napoleón,
seguramente porque éste se sentiría escéptico sobre las posibilidades
monárquicas en los países de América, después del resultado poco
favorable de su aventura en México con Maximiliano de Austria".

Evidentemente, Galatoire confunde las épocas, porque Maximiliano


recién llega a México el 12 de junio de 1864, es decir, cuatro años
después que el notario Lagrange hubiera rechazado su designación
como encargado de negocios de Orélie Antoine. Además, el fracaso de
esa aventura colonial se concreta posteriormente con el fusilamiento del
"rey" traído de Austria por Napoleón.
PUBLICACION DE ORELIE ANTOINE EN CHILE

En la monumental obra bibliográfica de Antonio Palau y Dulcet,


"Manual del Librero Hispanoamericano", comenzada a publicar en
Barcelona en 1958, en su tomo XIII, trae la siguiente nota bajo el
número 204.272:

"Orllie-Antoine I, roi d'Araucanie et de Patagonie. Historia de la


introducción de los animales domésticos en América. Procedimientos
para mejorar las razas caballares por el señor O.A.A. Príncipe de
Tounens. Santiago, Imprenta del Ferrocarril, 1859, 48 pág.".

Esta curiosa referencia puede ser un equívoco. En especial porque no la


consigna el propio interesado ni ninguno de sus sospechosos
panegiristas, quienes no pierden oportunidad de atribuirle méritos
fantasiosos. Además, Orélie Antoine recién aprendió a montar a partir
de su llegada a Chile el 22 de agosto de 1858.

PRIMER ENTRADA DE ORELIE ANTOINE EN ARAUCANIA

Los últimos días pasados en Santiago de Chile, Valparaíso y La Serena,


según su correspondencia, fueron patéticos para Orélie Antoine.

A más de la dura carta del notario Lagrange rechazando el nebuloso


título de encargado de negocios de un inexistente rey de un inexistente
reino, recibe noticias de sus dos únicos amigos en Périgueux. Una es
del depresivo y vulgar Hericord Lamothe, un pobre ujier de los
tribunales de ese pueblo, mostrándose desconsolado por su reciente
viudez que lo deja con tres hijos pequeños y relatando sus angustias
por un diminuto ascenso que anhela y se demora. El bueno de
Desmartin le ha escrito una que otra carta, sin resolverle nada.

A Lamothe y Desmartin les ruega reiteradamente que le consigan


financistas, tratando que viajen a Chile para acompañarlo en su
empresa, hablándoles del oro, plata y cobre que existen en sus
territorios. Les asegura riquezas y honores si integran su consejo
privado. Desde Santiago dice no tener fondos para poder salir del hotel.

Sin embargo, algún dinerillo debe haber conseguido para los gastos
mínimos, quizás ayudado por hermanos masones, para decidir lanzarse
al Arauco. A punto de partir, más cartas. Una para el cónsul general de
Francia con asiento en Valparaíso, vizconde Henri Nicolas Scivole de
Cazotte, diciéndole simplemente: "Estoy en ruta para mis estados y le
daré pronto ulteriores novedades, para que tenga a bien trasmitirlas a
su gobierno. La lectura de la prensa chilena completará su
información". Tras ese brevísimo texto firma: "Orélie Antoine de
Tounens, Rey de Patagonia y Araucanía" (Raspail 164).
Observamos que vuelve a llamarse monarca de tierras y pueblos que
aún no conoce. En segundo término, destaca otra manía inseparable de
su personalidad, la de especular con la prensa, a la que piensa recurrir
desde ese momento en más, hasta su muerte. Tanto lo que él escribía
fruto de su imaginación, más lo que lograba que otros publicaran, eran
para Orélie Antoine la única realidad.

En otra carta dirigida al pobre Lamothe, le encarga que en lo sucesivo le


escriba a nombre de Juan Pedro Ferred, pues dice temer estar vigilado.
Con esa falsa identidad viaja de Tounens a Valdivia y se desplaza
declarando ser comerciante viajero de algodón. Había llegado a ese
puerto en la goleta "Aurelia", de 300 toneladas y para 10 pasajeros.

DOS MINISTROS FANTASMAS

En Valdivia Orélie Antoine tomó a su sevicio, como traductor


(lenguaraz, más bien) y "valet", a un mestizo llamado Yanchetruz (habrá
querido decir Yanquetruz) a quien provee de una mula. El se ha
procurado un caballo.

De Tounens se agrega a un pequeño grupo de mercachifles que con


frecuencia entraba en tierras de indios llevando algunas mercaderías y
bebidas alcohólicas, que cambiaban por cueros y pieles. Este detalle
demuestra la poca peligrosidad de la travesía de civiles más allá del río
Bío Bío y la existencia de cierta seguridad para circular con bienes y sin
escolta armada.

Sin claridad ni convicción, dirá mas tarde que también lo acompañaban


dos franceses enganchados en Chile, a quienes llama simplemente
Lachaise y Desfontaine.

En los "decretos" que el rey difundiera posteriormente, aparecen esos


apellidos como ministros, pero no existieron nunca. El actual
pretendiente al trono debe admitir la duda, suponiendo que los
nombres de Lachaise y Desfontaine, por sus similitudes, reemplazaban
imaginativamente a sus ausentes y pobres amigos Lamothe y
Desmartin que no se movieron de Périgueux. En decretos y documentos
escritos como rey, Orélie Antoine hace figurar a esos ministros
fantasmas como rubricando sus firmas. ¡A qué osadías lo lleva su
inconfesable soledad y la terquedad de dar solemnidad europea a sus
supuestos actos!.

Berta de Tabbush da existencia real, pero sin pruebas, a Lachaise y


Desfontaine.
CONTACTOS CON EL CACIQUE MAÑIL

De Tounens dice en sus memorias haber tenido en Valparaíso y La


Serena, contactos discretos y frecuentes con un "lugarteniente" del
cacique Mañil y haber arreglado una entrevista con él en su tribu. Los
panegiristas del monarca hablan de idas y venidas del mensajero entre
el "rey francés" y el jefe araucano sin tener en cuenta las enormes
distancias y dificultades naturales para viajar por esas épocas.

La Serena queda a 850 accidentados kilómetros del Bío Bío. Muy lejos
para estar allí 27 meses y para contactarse con los indígenas a tantas
jornadas de caballo.

El famoso cacique Mañil se manifestó interesado en conocerlo, ya que le


reiteraba promesas de proveerle armas, municiones, poderosos cañones
y hasta un ejército de miles de hombres, así como barcos para asegurar
la independencia de los indios ante el peligro de una nueva e inminente
ofensiva militar chilena.

Mañil tiene viejas cuentas no olvidadas por los republicanos chilenos,


pues en las luchas de la independencia, él combatió a favor de los
españoles.

Asi decide internarse hacia el Sur. Mañil, según él, le enviaría un


"mocetón" para servirle como guía.

Hablando de su séquito, la revista "Diners" (noviembre 1983) dice que


Orélie Antoine llevaba "apenas dos mujeres serviciales en todos los
órdenes" y que "la columna arrastra dos baúles enormes...". Esto es
falso.

Es de imaginar asimismo, las lógicas dificultades para entenderse con


los indios, hasta con su traductor analfabeto. Primero porque éste no
hablaba francés y el rey conocía muy poco de español y nada de
araucano.

RELATOS POCO FIABLES

A partir del momento en que Orélie Antoine penetra en tierra de Arauco,


cuanto realiza y ocurre proviene de sus propios relatos que fueron
modificándose con el tiempo. Estos, pues, deben tomarse con pinzas.
No hay otro testimonio sobre esta parte de su aventura.

La imprecisión y falta de fuentes documentales fehacientes, imparciales,


de real valor histórico, hizo que el escritor francés Jean Raspail
decidiera darle carácter de novela a sus investigaciones sobre Orélie
Antoine de Tounens. Sin embargo, trata sus delirios con simpatía, ya
que literariamente hablando, son ricos.

Hasta las descripciones que hace Orélie Antoine del paisaje son
dudosas. No obstante, en otras oportunidades da a entender que había
leído a su admirado compatriota Alcide d'Orbigny, notable geógrafo y
naturalista, quien recorrió el Arauco sin riesgos importantes en la
década de 1830, escribiendo un libro sobre sus experiencias, que el
actual pretendiente califica de "biblia del reino".

También recuerda a otro francés que parece haber leído y tenido en alto
concepto. Se trata del almirante Dumont d'Urville. Pero tanto éste como
Alcide d'Orbigny, han muerto: el primero en 1842 y el segundo en 1857.
En otro momento, de Tounens diría que, de estar vivos, ambos se
hubieran puesto de su lado en el "gran proyecto".

Orélie Antoine de Tounens no cruza el Bío Bío. Evita asi a las fuerzas
militares chilenas de frontera. Como dijimos, ha salido de Valparaíso en
barco hacia Valdivia, a más de 900 kilómetros en línea recta. Esa
ciudad fortaleza está a unas pocas millas de la costa pacífica, a la vera
del ancho río del mismo nombre. En sus alrededores residen tribus
araucanas "reducidas" y más o menos cristianizadas.

Al partir de Valdivia, el 6 de noviembre de 1860, se dirige al Este con la


caravana de comerciantes chilenos, sin indicar los lugares de su
recorrido. En el camino recibe una mala noticia: el cacique Mañil ha
muerto y lo reemplaza en el mando Quilapán, uno de sus 32 hijos.

Gerardo Mauger de la Brannière, a quien el actual pretendiente Philippe


Boiry trata como vizconde (título inverificable para nosotros porque este
autor no lo usa), hace una descripción de Quilapán en su libro "Un
Quijote Patagónico": "Quilapán era un hombre leal e inteligente; más o
menos de la misma edad que Orélie Antoine de Tounens, había sido
formado en la escuela de su padre, el toqui Mañil célebre entre todas las
tribus. Excepción sorprendente, tenemos un retrato de este jefe indio.
Es una pintura ejecutada al óleo en 1869 por el pintor Martín L. Boltes
que se encuentra en un museo de Rosario. Los rasgos de la cara se
acercan mucho a un semblante europeo. Demuestran energía, pero sin
dureza, y con un reflejo de tristeza en los ojos como de uno de los
últimos descendientes de una raza condenada...pero, ¿quién habrá sido
su madre? Se dice que fue una mujer blanca, una de esas numerosas
cautivas que los indios anhelaban como esposas..."(Mauger de la
Brannière, pág. 24). La versión más común es que Quilapán era hijo de
una "nutun" (cautiva) chilena llamada Ayquén.

"Fue en 1860 -escribe en su libro- que cruzo la frontera araucana.


Antes había hecho parte al cacique Magnil (querrá decir Mañil) del
proyecto que había preparado, y había recibido una respuesta por
demás alentadora. Para asegurarme de sus buenas disposiciones, me
interné hacia el Sur y tomé el camino de su residencia; pero me
anuncian, en ruta, la muerte de ese jefe, y, sin otro intermediario que
mi intérprete, fui derecho a los otros caciques, que todos, como Magnil,
darán su asentimiento a mi proyecto" (Orélie Antoine, pág. 15).

A renglón seguido, de Tounens expresa: "Me determiné entonces a dar


el decreto siguiente:...". Y pasa a transcribir documentos en francés que
iremos viendo más adelante.

ENCUENTRO CON EL CACIQUE QUILAPAN

Finalmente se habría producido el encuentro con Quilapán. Otro


panegirista dudoso, el "barón" Augier de Saint Loup, frecuentemente
citado por el "príncipe" Philippe, hace descripciones vagas de la travesía,
hablando de montañas, lagos y ríos, omitiendo muchos nombres.

Como lugar del encuentro entre Orélie Antoine y Quilapán, donde


habría llegado con los mercachifles chilenos, Saint Loup indica "un
anfiteatro de Los Andes", sin ninguna precisión (otro comentarista poco
fiable dirá que fue en un sitio llamado Salinas del Gualicho).

Al relato de los acontecimientos, sin decir fuentes, Saint Loup dedica


una buena cantidad de párrafos dándolos por ciertos como si hubiera
estado viendo y grabando todos sus detalles. Describe a Quilapán: "Su
mirada insostenible...su actitud de extrema nobleza..."

"Antoine de Tounens -continúa- le opone (a Quilapán) el fuego de una


mirada también insostenible, los mismos anchos hombros, los mismos
brazos musculosos envueltos en el poncho, una nobleza de igual
calidad...el más grande silencio cae sobre el anfiteatro donde jamás los
conquistadores y los chilenos han podido penetrar después de tres
siglos, para recibir la arenga que Antoine de Tounens improvisa en su
mal español, rápidamente traducido en frases mapuches, guturales y
breves..." Y comenta:

"Conquistar un reino, completamente solo, en tierra de indios con odio


secular y justificado contra los blancos, expresándose en una lengua
extranjera, sin dinero, escolta ni pompa de ninguna suerte, es un
suceso que ningún misionero, explorador o marino ha registrado en la
historia de nuestra civilización" (Boiry, pág. 79/80).¡Nada más, ni nada
menos!.

"¡VIVA EL REY!"
El texto de la supuesta arenga, que habría hecho subordinarse a los
indios al "rey francés", dice:

"Vds. están divididos en tribus independientes en torno de estados


centralizados. ¡He aquí el origen de vuestra debilidad!. ¡Haced de mi el
rey de la Araucanía y yo reuniré todas las fuerzas de la nación
araucana!. ¡Vds. son más valientes que vuestros adversarios, pero
oponen todavía sus lanzas a los fusiles!. Mi ministro de la guerra les
proveerá de armas modernas. ¿Vuestras costas están expuestas todavía
a los bombardeos? Mi ministro de la marina os dará barcos. Como rey
de Araucanía, yo hago el juramento de mantener sus fronteras sobre el
río Bío Bío y de expulsar los colonos chilenos de la "Tierra". Gritad
conmigo "¡Viva el Rey!" (Boiry, pág. 80).

Y pareciera que esas santas palabras de dudosa traducción, repetidas


como documentales por el actual pretendiente, convencieron a todo el
mundo. ¡Abracadabra!. Araucanía ya es un reino unido, posee un rey y
adopta la constitución y la bandera (azul, blanca, verde), todo traído de
Francia por el procurador de Périgueux.

"Antoine de Tounens y Quilapán -continúa Saint Loup -siempre citado


por Boiry- se abrazan. El entusiasmo es indescriptible. Los jinetes se
arremolinan levantando nubes de polvo. Las mujeres de la tribu dan
gritos agudos, los niños lloran, los perros ladran. El retumbar del
culthum (sic) cubre el ruido de los torrentes. La chicha corre...".

A partir de allí, el "príncipe" actual Philippe describe la fiesta con sus


comilonas, etc. terminando asi una larga frase: "Mientras, apacible,
hierático, estatuario en su dignidad, Quilapán, Ministro de la Guerra
del nuevo reino, contempla al soberano...".

En la descripción de la fiesta este "historiador", como los demás


panegiristas, evidentemente inventan. No cuentan detalles
fundamentales de los festejos mapuches, como el juego a caballo de la
chueca. Entre otras cosas que no parece haber llamado la atención,
está la tarea de masticación del maíz (a cargo de las mujeres), que
escupen con su saliva en un recipiente donde fermenta y se transforma
en chicha.

Varios meses después, con motivo del juicio seguido a Orélie Antoine,
un mestizo que le hiciera de traductor en su segunda entrada al
Arauco, dirá que en un parlamento los indios gritaron ¡viva el rey! con
los sombreros puestos, siendo reprendidos por el monarca, quien les
indicó que lo hicieran descubiertos o con una venia militar.
MONARQUIA POR DECRETO

El mismo 17 de noviembre de 1860, el ya "proclamado" rey, firma su


primer documento real, en francés. Es su "autoproclamación", según
Braun Menéndez ("La Nación" 14 enero 1940):

"Nous, Príncipe Orrlie Antoine de Tounens,

"Considerando que la Araucanía no depende de ningún otro estado, que


ella esta dividida por tribus, y que un gobierno central es reclamado por
el interés particular como también por el interés general;

"Decretamos lo siguiente:

Art. primero - Una monarquía constitucional y hereditaria es fundada


en Araucanía: el Príncipe Orrlie Antoine de Tounens es designado Rey.

Art. segundo - En caso que el rey no tenga descendientes, sus


herederos serán tomados en las otras líneas de su familia, siguiendo el
orden que será establecido ulteriormente por una ordenanza real.

Art. tercero - Hasta que los grandes cuerpos del Estado sean
constituidos, las ordenanzas reales tendrán fuerza de ley.

Art. cuarto - Nuestro Ministro Secretario de Estado esta a cargo desde


este momento.

"Hecho en Araucanía, el 17 de noviembre de 1860.

"Fdo. Orrlie Antoine I.

"Por el Rey: El Ministro de Estado del Departamento de la Justicia.

"Fdo. F. Desfontaine". (O.A. 16-17)

A continuación, en la misma jornada, el flamante rey dice enviar dos


documentos a las autoridades chilenas, siempre en francés, que dicen
así:

"Al señor Ministro de Asuntos Extranjeros de Chile (por entonces señor


Antonio Varas),

"Señor Ministro:

"Le ruego depositar en manos de Su Excelencia el Presidente de la


República de Chile, la carta autografiada de Su Majestad el Rey de
Araucanía que le adjunto a la presente.
"Le ruego, señor Ministro, recibir las seguridades de mi consideración
mas distinguida.

"Hecho en Araucanía, el 17 de noviembre de 1860.

"El Ministro de Asuntos Extranjeros de Araucanía,

"P. Desfontaine" (O.A. 4546)

Como se puede apreciar, los dos documentos precedentes están


refrendados por el inexistente Desfontaine, una vez precedido su
apellido por una F y otra por una P. El de la F es Ministro de Justicia y
el de la P es canciller.

La carta personal al Presidente de Chile (por entonces Manuel Montt


Torres), dice:

"Excelencia,

"Nous, Orrlie Antoine I, por la gracia de Dios, rey de Araucanía,

"Tengo el honor de hacerle conocer mi advenimiento al trono que acabo


de fundar en Araucanía.

"Ruego a Dios, Excelencia, que El os tenga en Su santa y digna guarda.

"Hecho en Araucanía, el 17 de noviembre de 1860.

"Fdo. Orrlie Antoine I." (O.A., pág. 45)

Obsérvese que en los precedentes "documentos" el Rey firma Orrlie en


lugar de Orélie.

Inmediatamente, siempre el 17 de noviembre de 1860, dice el aspirante


Philippe Boiry, "otros emisarios salen a galope tendido hacia la
Patagonia para anunciar a los indios Tehuelches y Puelches el feliz
inicio de la empresa. Calfucurá es invitado a integrarse, como todos sus
pueblos, al nuevo reino" (Boiry, pág. 85).

Luego vuelve Boiry a transcribir floripondiosas frases del insólito Saint-


Loup que entre otras cosas dice: "¡El (el rey) ha madurado su reino
durante veinte años, y recogido sus frutos en cuatro días!. La idea de
incorporar la Patagonia a la Araucanía es propia del gran jefe de estado.
La Patagonia es un espacio de cuarenta millones de kilómetros
cuadrados (sic, 40 millones de Km2) reivindicados por la República
Argentina...Pero falta conquistar, tal como la Araucanía. Uniendo los
territorios perseguidos por Santiago y Buenos Aires, de Tounens opone
a cada república el espacio hostil y los neutraliza al uno por el otro
porque, en 1860, Argentina y Chile están profundamente divididos en
cuanto a los territorios del Sur, y listos a guerrear..." (Boiry, pág. 85).

El "príncipe" actual, siguiendo la costumbre de citar a sus amigos


"nobles del reino", hace suyas las palabras de Saint-Loup y repite sus
errores, como ese de la dimensión de la Patagonia.

Con la misma intención reproduce otras frases del mismo panegirista,


que dicen: "El señor de Tounens no es el dulce soñador, el maníaco de
la idea real que cierto historiador se ha esforzado de construir...". Esto
le permite hacer una llamada: "Sin dudas, Saint Loup hace alusión a.
Braun Menéndez, uno de los mas grandes propietarios de la Patagonia,
en la cual su abuelo se edificó un verdadero reino y que, si él ha tenido
el mérito de escribir una de las primeras obras consagradas a Orélie
Antoine de Tounens, lo hace con comentarios de gran prejuicio" (Boiry
85).

En otra llamada hecha por el "príncipe" en su libro, dice: "Es


interesante hacer notar que Saint Loup, quien vivió en Chile, donde él
entrenaba las tropas de alta montaña, escribe su libro con un
conocimiento excepcional de la Araucanía y sus habitantes".
Comentario dudoso, porque Saint Loup estuvo en Chile por los años
1950 y no cita las fuentes de sus afirmaciones.

En fin, un territorio enorme, montañoso y selvático, cruzado de ríos casi


insalvables que bajan torrentosos por profundas hendiduras desde las
altas cumbres hacia el Pacífico, es "conquistado" en solo cuatro días y
proclamado el Rey francés por tres o cuatro de las 81 tribus tan
distantes unas de otras. ¡Imposible suponerlo!.

!GRAN FECHA "PATRIA" GRAN!

Esa "fecha patria" esta cargada de acontecimientos trascendentales, a


saber:

a) Orélie Antoine arenga en francés a los indios que caen rendidos a sus
pies.

b) Las tribus designan al rey francés recién llegado y aceptan su


bandera traída de Francia sin interesarse por la simbología de sus
colores que nunca se explicaron: verde, blanco y rojo.

c) Se producen los documentos de creación del reino y las


comunicaciones a las autoridades de Chile y a los caciques de la
Patagonia.
d) Se dicta una larga y leguleya constitución, siendo imposible que haya
sido tratada ni menos comprendida por los araucanos, pues su texto en
francés fue escrito años atrás por Orélie Antoine de Tounens en
Périgueux. No hay constancia que pruebe su traducción al araucano, ni
al español.

e) Escribe -¡el masón!- una reforma eclesiástica en tierras aun no


cristianizadas; dicta normas que reducen los derechos del clero católico.
Dispone que "bautismos, matrimonios, dispensas, entierros y demás
sacramentos serán gratuitos para todo el pueblo". Condena a "los
usureros que por su fortuna tienen honras fúnebres de lujo". Estas,
establece, "serán iguales en el culto católico, sin excepción alguna, para
las diversas clases de la sociedad, incluso el rey y la familia real".

f) Ordena el desconocido y enorme territorio bajo el modelo francés en


comunas, cantones, distritos y departamentos.

Es imposible que todas estas medidas tan importantes, con engorrosas


traducciones, si las hubo, hayan tenido lugar en una sola jornada,
cuando los indios deliberan a caballo, haciendo círculo móvil y
acostumbran a pronunciar discursos interminables, que ampliaban sus
capitanejos.

Además, todo se hace con abundantes libaciones de la terrible chicha,


servida en cuernos, y que debe absorberse totalmente a cada invite
(brindis). No hacerlo así, significa demostrar ofensivo desprecio y poca
hombría.

¡LA PATAGONIA TAMBIEN!

Tres días después, el 20 de noviembre de 1860, (¡vaya Dios a saber


dónde!), aunque se feche en Araucanía, se concreta, solo en los papeles,
otro acontecimiento "histórico": El "reino" se extiende a la Patagonia.
Nadie se explicaría cómo pudieron llegar tan rápido los consentimientos
de los caciques patagónicos, desde Choele Choel a Tierra del Fuego,
para que el Rey decida solemnemente la integración a su reino. El
actual "príncipe", en su libro editado en 1979, por ignorancia o picardía,
escribe: "Tres días después de la promulgación de la Constitución, los
mensajeros regresan de Argentina. Los indios Techuelches (sic) han
dado una respuesta favorable a la proposición del nuevo Estado para
federarse con él" (Boiry, pág. 98).

Llama la atención que Adolfo Galatoire (siempre influenciado por Boiry),


comprara la versión de la velocísima respuesta de los patagones,
"aceptando unánimemente este acontecimiento extraordinario".
INOCULTABLE MALA FE

En primer lugar, se ubica sin ningún fundamento a los tehuelches "en


las pampas" para decir luego que los mismos "han dado una respuesta
favorable a la proposición del nuevo estado para federarse con él". Esto
es impensable. Los tehuelches, venidos en especial del sur del Arauco y
Chiloé, emigraron al otro lado de la cordillera porque se sentían
permanentemente agredidos y menospreciados por los mapuches.

Los tehuelches lucharon contra los araucanos desde antes que llegaran
los conquistadores españoles a suelo chileno. Cuando los mapuches
penetraron en Neuquén, los tehuelches instalados allí se fueron hacia
Santa Cruz y Chubut, donde los de esas tribus eran mayoría absoluta.

Además, tanto el pobre de Orélie Antoine como el pretendiente actual,


ignoran u ocultan hechos muy sangrientos registrados en 1822 que aún
no habían cicatrizado, oportunidad en que los mapuches hicieron una
matanza de tehuelches (según estos), en el valle de Languiñeo, junto al
río Santa Cruz, matando a 2.500 indios que se llamaban "pacíficos y
sorprendidos". Al respecto, el investigador Alberto Iannamico escribió en
el Diario "La Nueva Provincia" de Bahía Blanca, calificando el hecho de
sangre como "la mas inmisericorde carnicería de patagones que
recuerde la historia argentina". Aunque la estricta verdad histórica sea
discutible, lo innegable es la existencia de una vieja enemistad.

Tampoco podían imaginarse, de haberse enterado, que se integrarían a


un reino dirigido desde Araucanía, donde se llamaba (siempre según los
tehuelches) "tierra de mala suerte" a la actual Patagonia. "Te" viene de
"tue" que en mapuche quiere decir de la tierra o tierra, "huel" es
fantasma de la desgracia, y "che" es gente, según el especialista Dr.
Federico Escalada lo consigna en su libro "El Complejo Tehuelche". Fue
quizás inspirado en el interés de diferenciarse, que los tehuelches
masivamente y en diversos lugares, desde los límites de Tierra del
Fuego hasta la costa atlántica de Río Negro, pidieron ser declarados
argentinos y juraron su bandera, en 1864. Es probable que tomaran
esa actitud en busca de protección de Buenos Aires, ya que la matanza
del valle de Languiñeo fue realizada (continuamos refiriéndonos a
afirmaciones del Dr. Escalada) por mapuches con apoyo de "oficiales y
miñocos de Chile".

Pero Orélie Antoine tampoco tuvo noción de la naturaleza y sus


distancias. Según él, "para ir de la Argentina a Chile, no hay más que
atravesar la cordillera de los Andes".

Pues bien, el "documento" dice así:

"Nosotros, Orélie Antoine I, por la gracia de Dios, Rey de Araucanía, a


todos los presentes y por venir, salud!.
"Considerando que los indígenas de la Patagonia tienen el mismo
derecho e interés que los araucanos, y que ellos declaran quererse unir
para formar solo una nación bajo nuestro gobierno monárquico
constitucional.

"Hemos ordenado y ordenamos lo siguiente:

"Art. primero - La Patagonia se une desde hoy a nuestro Reino de


Araucanía y forma parte integrante en las formas y condiciones
anunciadas en nuestra ordenanza del 17 de noviembre corriente.

"Art. segundo - Nuestro Ministro de Estado del Departamento de la


Justicia esta encargado de la ejecución del presente.

"Hecho en Araucanía, el 20 de noviembre de 1860.

"Firmado: Orrlie Antoine Ier." (O.A. pág.31)

Nótese que en este documento utiliza en el encabezamiento el nombre


de "Orélie y al final del mismo firma Orrlie.

El mismo "Príncipe" Philippe, otra vez utilizando una cita cómplice,


escribe luego de transcribir la ordenanza de anexión de la Patagonia al
reino: "Esta medida del nuevo soberano no es solamente muy hábil,
políticamente hablando, como lo destaca Saint Loup, sino que además
ella se inscribe en una lógica étnica perfecta". Y avanza otra teoría como
afirmación categórica: "El conjunto de tribus que habitan las vastas
pampas de la Patagonia están compuestas por descendientes de
araucanos que, en otros tiempos, atravesaron los Andes para poblar
esos territorios. Ellos son, a nivel de la política tribal, fuertemente
influenciados por los araucanos de Chile, que se consideran un poco
como los soberanos¡!. En todos los casos, que sean primos raciales no
esta por demostrar...Justo hasta el fin del siglo pasado, los indios se
han mantenido como los verdaderos dueños de la pampa...el campo en
torno de Buenos Aires no estuvo nunca seguro a más de dos jornadas
de jinete..." (Boiry, pág. 99). Y en ese tiempo, ¿qué camino europeo era
seguro?

En primer lugar, ni los araucanos ocupaban tradicional ni


históricamente todo el Sur de Chile, sino desde el río Copiapó
(retrocediendo con los años al Bío Bío) hasta Chiloé. Caso similar
ocurría con la Patagonia, donde los asentamientos mapuches se
reducían en especial a la precordillera de Neuquén y Río Negro, con
ramificaciones menores en otras zonas de esas provincias, una posición
adelantada en Choele Choel, en la "frontera" y un asentamiento
pacífico, que se asimiló pronto, en Carhué.
CONSTITUCION FRANCESA PARA ARAUCANIA

La constitución dictada por el Rey esta precedida por una especie de


preámbulo, escrito en francés como todos los documentos del reino.

Esta "carta magna" se divide en nueve capítulos y 66 artículos. En


verdad, la constitución está inspirada, y en gran parte casi
íntegramente copiada, de la francesa del 14 de enero de 1852,
otorgándose Orélie Antoine mayores poderes que los acordados a
Napoleón III. El agregado sería un parlamento al estilo británico, pero
no independiente. André des Vergnes (pág. 95), opina que la
constitución de Tounens, era "menos liberal que la del Segundo Imperio
francés". Además, se trató de un "decretazo" personal, sin ninguna
discusión o consulta previa.

"Por nuestro decreto de fecha de hoy -dice el preámbulo-, he establecido


en Araucanía una monarquía constitucional, y decretado que el trono
sobre el cual he montado será ocupado, después de mi muerte, por mis
descendientes en línea directa, y, en su defecto, por herederos tomados
de las otras ramas de mi familia, según el orden ulteriormente fijado.

"Las bases de la Constitución son:

"1 - Un rey o una reina, siguiendo el orden hereditario;

"2 - Ministros, dependientes solo del rey;

"3 - Un Consejo del Reino, formado de notables del país;

"4 - Un Consejo de Estado, preparará los proyectos de leyes

y los defenderá ante el Cuerpo Legislativo, conjuntamen-

te con los ministros encargados de tomar la palabra en

nombre del Gobierno;

"5 - Un Cuerpo Legislativo nombrado por sufragio universal,

que discute y vota las leyes (O.A. 17-18).

De la lectura de estos principios, parecería una constitución


verdaderamente democrática, pero no es así, pues el Rey se reserva las
decisiones finales. Veamos cómo.

Integra el gobierno un Cuerpo Legislativo, llamado también Cámara de


Diputados, cuyos miembros son elegidos por "sufragio universal" que
"discute y vota las leyes". Pero... pero, todo proyecto o ley, antes de
tratarse entre los legisladores, debe ser aprobado por el Consejo de
Estado y el Consejo del Reino, a cuyos integrantes los designa el
monarca y dependen de él. Es decir, los diputados no son libres de
discutir y aprobar lo que ellos quieran. Un evidente retroceso con
respecto a los usos tribales y sus parlamentos.

A más de imponer la pena de muerte, dedica ocho artículos para crear


una curiosa institución: el estado de sitio "automático".

Por otra parte, el rey se declara jefe del estado, comandante de las
fuerzas armadas y quien declara la guerra y hace los tratados de paz, de
alianzas y de comercio, y nombra a todos los funcionarios sin
intervención del parlamento. También le corresponde sancionar y
promulgar las leyes, otorgar gracias y decretar amnistías. Asimismo,
hace nobles a su voluntad, con el ingenuo agregado de: "simplemente
honoríficos, sin derechos de casta ni privilegios".

Otro principio "democrático" que establece es el de dotarse a sí mismo


(o a la corona) de bienes inmobiliarios y mobiliarios y su presupuesto
por la duración de cada reinado, "por una decisión especial del Consejo
de Estado del Reino", que depende directamente del Rey.

El "príncipe" actual se extiende en elogios al modernismo y ecuanimidad


de esta carta magna. "Es -escribe muy elaborada y contiene ciertas vías
originales, adelantándose a nuestra época, tales como la gratuidad de
los bautismos, matrimonios y entierros, lo que nos ha precisado esperar
un siglo para ver instaurados" (pág. 94).

"¡Qué ingenuidad de este hombre de hablarle de constitución y de


regímenes parlamentarios a los indios!" exclama con razón Braun
Menéndez, concepto que compartimos.

REGRESO A VALPARAISO

Nadie puede precisar exactamente dónde ni cuánto tiempo estuvo en


"sus estados" el monarca, ni cuántas tribus contactó. Varios autores
dicen que fueron "algunos días". Efectivamente, deben haber sido muy
pocos, quizás dos semanas, incluyendo los cuatro días como "Rey" y el
tránsito a caballo por territorios muy accidentados.

"Yo envié copia de las dos actas", escribe Orélie Antoine refiriéndose a la
creación de la monarquía y su constitución (O.A. pág. 29).

Lo cierto es que a mediados de diciembre de 1860, luego de cabalgar


hasta Valdivia y embarcarse en la pequeña nave "Fortuna", lo
encontramos en Valparaíso, principal puerto militar de Chile.
Durante la travesía marítima y su llegada a destino, debe haber
trabajado intensamente con su pluma, escribiendo varios centenares de
páginas en cartas, nuevas disposiciones imaginativas y preparando
carpetas para diarios de Chile y Francia (de Périgueux, Bordeaux y
París, en especial). En cada "dossier", Orélie Antoine de Tounens
acompaña copia de los "documentos" reales y de los mensajes enviados
a las autoridades chilenas, etc. etc. Todo ello ha sido publicado por el
"Mercurio" de Valparaíso el 29 de diciembre de 1862, en tono irónico,
sin tomarlo en serio. Luego hicieron lo propio la "Revista Católica" y "El
Ferrocarril", ambos medios de Santiago.

Desde su regreso de Arauco, Orélie Antoine de Tounens no mencionará


nunca más a sus "ministros" Desfontaine y Lachaise. Indiscreto
parlanchín, desliza que su Ministro de la Guerra es el Cacique
Quilapán, el "toqui" araucano, en esos momentos quejoso por los
avances del ejército chileno de frontera.

En notas a sus compatriotas, a quienes anuncia su advenimiento al


trono de "La Nouvelle France" (Nueva Francia), relata las cualidades de
sus súbditos que lo han admitido libremente y las riquezas inmensas de
tan dilatados territorios (oro, plata, cobre, pieles, etc,), estimando que
conforman una "segunda patria" para los galos a quienes invita a unirse
a él. Sus "súbditos" no se enterarán nunca del cambio de nombre de su
tierra.

En 1524 ya existió otra "Nueva Francia" en el continente americano. La


creó en los mapas el italiano Giovanni de Verrazano, el primer
navegante que exploró las costas del actual Estados Unidos, en nombre
del rey francés Francisco I, para quien trabajaba entonces. Este
descubridor luego se independiza adoptando la bandera de la calavera y
dos tibias, y bajo el nombre de Florentín, se convierte en uno de los más
feroces y afortunados piratas que registra la historia.

Sin buenas noticias de Francia, sin amigos ni nadie que crea en su


empresa, Orélie Antoine desespera por la indiferencia del gobierno
chileno que nada dice de las notas que envió a Santiago anunciando
que ha formado el reino de Araucanía, las que han sido reproducidas en
la prensa. Ni respuesta ni comentario público. Se consuela pensando
que deja la presidencia Don Manuel Montt Torres por haber sido elegido
a fines de enero de 1861 el General José Joaquín Pérez. Pero el cambio
ocurre y no genera ninguna reacción.

Al respecto, Orélie Antoine escribe en su libro: "Las autoridades


chilenas no pueden ignorar lo que yo acabo de hacer en Araucanía,
porque he instruido al Presidente de la República, sabiendo que yo he
estado acá a su merced; y por tanto, durante una residencia de
alrededor de nueve meses, no pensaron absolutamente en inquietarme.
En consecuencia, pregunto, si el gobierno de Chile hubiera
efectivamente regido y administrado la Araucanía, no se habría
apresurado a hacer arrestar a quien se intitulaba rey de Araucanía?.
Dejándome en plena libertad, no era claramente confesar que no tenía
ningún derecho sobre ese país, o que sus leyes allí eran de efecto nulo?.
Hay un solo rey o emperador del mundo que no se apresure a echar en
prisión a un individuo bastante osado para venir en alguna forma a
desafiarlo después de haber levantado un reino en su territorio?" (O.A.
pág. 33-34).

Este razonamiento hace pensar en una provocación, o el deseo de


Tounens de ser buscado para "negociar", de lo cual podría sacar algún
provecho político o económico. Pero los chilenos no lo consideraban
interlocutor válido ante ningún cacique.

"De qué sirve el poder sin signos exteriores" se pregunta Raspail. Y


nuestro héroe trata de hacerse ver lo mas posible por los lugares
públicos de Valparaíso. Se pasea caminando con su afectada dignidad.
Viste levita francesa con poncho mapuche, gran sombrero y sable corvo
de caballería.

¿GALLARDO O ESMIRRIADO?

Refiriéndose al efecto o impresión que causaba la presencia y el paso de


Orélie Antoine en sus andanzas en Chile, el "príncipe" Philippe, como
otros panegiristas, repite elogios admirativos a su "imponente"
prestancia y la "gallardía" de ese hombre "fuerte y atractivo"..."de
abundante pelo oscuro que le caía sobre los hombros, con gran
mostacho cubriéndole la boca, y barba de profeta...".

Sin embargo, Braun Menéndez, que ha manejado abundante


documentación en Chile, califica al pretendido rey de "figura
estrafalaria" y "figura escuálida de picapleitos".

Jean Raspail lo describe como "esmirriado". El coronel Cornelio


Saavedra Rodríguez, intendente de fronteras en Chile, que poco después
lo tuviera prisionero, lo califica de "polichinela". En cuanto al cónsul de
Francia en Valparaíso, el vizconde de Cazotte, lo trata reiteradamente
de "loco" y no lo considera un connacional presentable, con "ridículas
pretensiones". De "cara de loco" lo llaman varios que lo conocieron.

Torres Fernández dice que "Su Majestad tenía una admirable presencia
de loco". Y la citada revista "Diners" lo aprecia "seco de carnes y
conversador infatigable". También se lo describe, parangonándolo con
Don Quijote, como personaje de "triste figura".

La ficha del expediente que le instruyeran al "intruso" meses mas tarde,


debe tomarse, por lo menos, como un aproximado retrato. Allí se dice:
"Don Orllie Antonio I (sic), natural de Francia, como de cuarenta años
de edad; su estado soltero, sabe leer y escribir. Estatura, cinco pies seis
pulgadas - cara grande y gorda - ojos pardos cejas negras - nariz afilada
- color blanco rosado - pelo y barba negra crespa - boca regular - labios
delgados. Tiene por seña las piernas un poco torcidas" (Braun
Menéndez, 67).

Philippe Boiry, como varios de sus biógrafos amigos, insisten y reiteran


los rasgos "atractivos" del monarca, señalándolo como "alto", "fuerte",
"grande", "bien formado", de "nobles rasgos". Pero la precedente
minuciosa descripción oficial, cuando Orélie Antoine tenía solo 36 años
y aparentaba 40, no es muy halagadora. Medía solo 1,68 metros.

La "cabellera abundante", que se menciona varias veces, tampoco


parece haber sido muy así, aunque fuera larga según los coincidentes
retratos publicados, incluso por el propio Boiry, donde muestra
pronunciadas entradas. Leo Magne hace figurar una foto del
"procurador de Périgueux, de 1857, a los 32 años de edad", donde ya
muestra su frente y parte superior de la cabeza poco poblada, de cuello
corto y bastante regordete.

Como pasatiempo, Orélie Antoine dibuja y redibuja su escudo, pero


siempre con una corona real arriba. "Justicia y paz" es su divisa.

También lo entretiene el escribir y escribir cartas pidiendo ayuda o


solicitando encargos, pero casi no obtiene respuestas, menos aún
positivas. Así lo admite Philippe Boiry.

Hace proyectos tras proyectos, pero no consigue fondos ni en Chile ni


en Périgueux, como escribe a Desmartin. Por momentos es optimista,
pero las promesas económicas quedan en la nada. Todo le sale mal.
Incluso no le publican una carta abierta a los diputados chilenos que
ha enviado al "Mercurio". Ya no interesa a los lectores. Sin embargo,
Boiry habla de "200 artículos publicados en el estado chileno,
repartidos en varios meses, donde se cuenta todo lo que hizo el rey". El
"Mercurio", en esa época, insiste en la necesidad de que el gobierno
apresure la guerra de Araucanía "para extender la colonización y
pacificar al país".

LAMENTABLES REPERCUSIONES EN FRANCIA

"Las respuestas de los amigos lo llenaron de amargura. Según ellos, en


los círculos y en las redacciones de los periódicos la noticia de su
advenimiento al trono araucopatagónico no originaba sino chistes. En
lugar de detenerse a pensar en su éxito, que abría -según él-
"insospechados horizontes a la colonización francesa", se solazaban con
su antigua condición de procurador ante un juzgado de Périgueux"
(Braun Menéndez, pág. 23).
"En Francia -advertía dolido el monarca- "no se buscan sino las
ocasiones para reírse, sacrificando a menudo con este objeto los
intereses más graves y las más serias esperanzas" (Boiry, pág. 112).

Entre tanta mofa aparece una que otra nota o frase amable en medios
amigos nada relevantes que los biógrafos recopilan y difunden
cuidadosamente hasta hoy. "La Revista del Mundo Colonial" (su título
es bien significativo), dice:

"El hecho de la proclamación de su reino por S.M. Orélie Antoine I no es


sino una consagración por demás legítima de la autoridad absoluta que
ha sabido conquistar, por su coraje sin duda y por una administración
sabia y esclarecida, sobre los pueblos hoy sometidos a su dominación.

"Nuestras informaciones no son bastante completas

para que podamos apreciar el nuevo orden de cosas establecido. De


todas formas no podemos menos que desear, con la bienvenida, todas
las virtudes de Salomón, sin sus debilidades, al nuevo rey que ha
sabido, en un país semi salvaje, hacer aceptar los principios admirables
y fecundos de las instituciones francesas..." (Boiry, pág. 116).

Un lector que desea comunicarse por correo con el "rey" pregunta dónde
puede hacerlo. Encuentra extraño que su anunciada dirección sea en
Chile. Esto se lo comunica preocupado Amédée Matagrin, director del
periódico "Le Périgord", así como otros interrogantes similares, al ver
que no pueden dirigirse directamente al estado araucano sino a la
"enemiga" República de Chile. ¡Precisamente para combatir a esta
nación, Orélie Antoine está pidiendo suscripciones de dinero, que debe
enviársele a Chile para formar un ejército!.

Las reacciones adversas de los periodistas franceses no desalientan a


Orélie Antoine e insiste una y otra vez. El 18 de julio de 1861 envía
desde Valparaíso una nueva nota a Amédée Matagrin, que reproduce
para los jefes de redacción de numerosas publicaciones de su país. Allí
vuelve sobre sus argumentos y...pedidos.

"...Hago un llamado a nuestra nación para solicitar una suscripción


nacional destinada a hacer frente a sus primeros gastos: Reunir una
fuerza de tierra o de mar a fin de hacer respetar las leyes y las
autoridades de mi reino y, en fin, para ayudarme a fundar un pueblo
francés en todo el Sur de América, bajo el nombre de "Nueva Francia",
independiente de todo otro, con derecho de autonomía, bajo mi
dinastía...Es necesario no olvidar el hacer saber los intereses que hay
para Francia de fundar un pueblo francés en el Sur de América, y sobre
todo la facilidad de comunicación que tendrá por la línea de vapores
que yo establezco de Bordeaux a Araucanía, por el estrecho de
Magallanes y todos los puertos de Sudamérica".
Antes del saludo, pide: "Para el caso que Vd. no pueda o no quiera
sostener la suscripción nacional y mi dinastía, le ruego no serme
contrario".

Luego de la firma, hace una larga posdata, más extensa que la carta,
donde se queja del "desborde de sarcasmos" y "bromas indignas" que
han despertado en los periodistas sus anteriores comunicaciones,
cuando "me parece que toda la prensa francesa debería estar unánime
en mi favor" (Vergnes, pág. 244).

Entre los elogios a sus inmensas posesiones en ambos océanos, dice de


sus tierras: "Un país, en fin, dos veces mas grande que Francia, de una
rara fertilidad, regado por numerosos cursos de agua, rico en pasturas
y en minerales de toda suerte, favorecido por un clima excelente y
donde no se encuentra una sola bestia feroz, ni un solo reptil
venenoso..." (Galatoire, pág. 49).

A todo esto, la economía del aventurero esta tocando fondo. Pero el


bueno de su hermano Jean, no lo abandona. En esos momentos le
envía una carta que tiene una sola palabra: "Vuelve!" y le adjunta una
nueva letra de cambio por 3.000 francos sobre un banco de Valparaíso.
Este debe ser "el último sacrificio" a que se refería el notario Lagrange
en su carta. En otra correspondencia, Jean repite su pedido de que
regrese Orélie Antoine... Le ruega que vuelva para que, trabajando "de
cualquier cosa", le ayude a pagar la hipoteca sobre los bienes familiares.

Quien sufre horrores con la presencia del señor de Tounens en Chile es


el vizconde de Cazotte, cónsul general de Francia en Valparaíso. Según
lo informa expresamente, considera loco a de Tounens y desea sacárselo
de encima. Es que Orélie Antoine entrevista a miembros de la colonia
francesa para interesarlos en su proyecto y dice cosas "imprudentes"
que llegan al cónsul. "En esa época, -escribe el historiador chileno Luis
Vitale- estuvieron también en la Araucanía dos franceses: Portalier y el
teniente coronel del ejército francés Pertuiset". (?).

"¡INGRATA PATRIA!"

Es tan cruda e inocultable la mofa de la prensa y la indiferencia del


gobierno y pueblo francés, que el actual pretendiente le dedica un
capítulo de su libro, con este título: "¡Ingrate Patrie!" (pág. 107).

En él comienza quejándose: "Algún tiempo después fui a Valparaíso y


desde allí escribo varias cartas a mis amigos de Francia para rogarles
hacer trámites ante el gobierno a fin de obtener se reconozca el reino
que yo acabo de fundar, y que quieran ayudarme a fortificar mi poder,
aclamado por los Araucanos, y a proteger mis súbditos contra toda
eventualidad. Esperando la respuesta, elaboro proyectos de leyes
calcadas de los códigos franceses" (pág. 33)
CAPÍTULO III
SEGUNDA ENTRADA DE DIEZ DIAS EN EL ARAUCO

La intensa actividad que despliega habitualmente Orélie Antoine es


fatigante para sus interlocutores. Es recibido en diversos círculos por
personas que desean escuchar sus fantásticas historias, como una
diversión, un entretenimiento pasajero que llega a aburrir por
reiterativo. Sus interlocutores terminan por eludirlo, sin aportarle nada
concreto.

En sus charlas agita recortes periodísticos, hace comentarios


pormenorizados de las obligadas acciones que el ejército chileno ejecuta
en tierras de indígenas, aclarando que las rebeldías responden a
instrucciones dadas por él al ministro de la guerra, el cacique toqui
Quilapán. Pero este jefe araucano no se contacta con él desde su fugaz
estada anterior en "la Tierra".

Por supuesto, las andanzas del "Rey" en esos ambientes pequeños


donde los rumores son el inevitable condimento, están en boca de
todos. Los comentarios llegan a diario a oídas del cónsul de Francia,
quien se preocupa y quiere evitar incidentes con el gobierno chileno.

"De Cazotte -escribe Raspail- hace suya una virtud cardinal de la


diplomacia francesa que he descubierto rápido entre todos sus
representantes: Sobretodo, evitar disgustos y todo aquello que puede
comprometer su carrera" (Raspail 148). Este diplomático, cuyas
funciones en Chile se extendieran desde 1837 a 1863, estaba muy
vinculado a la sociedad de Valparaíso y Santiago, y se casaría con una
dama chilena, María del Carmen Alcalde, constituyendo una familia
hasta hoy conocida. De Vergnes, que trata a Cazotte de "holgazán y
mediocre", dice que el cónsul adquirió luego la nacionalidad chilena
(pag.236).

De Cazotte trata de convencerlo de regresar a Francia, ofreciéndose a


conseguirle un pasaje gratis de retorno. De Tounens lo acepta. Pero,
cuando el Cónsul le envía el billete, lo rechaza airado porque sólo dice
su nombre civil sin el agregado de príncipe. Días después, le hace llegar
por intermedio de su segundo en el consulado, el señor Aninot, otra
orden de embarque extendida como "Príncipe Orélie Antoine de
Tounens". Lo cierto es que nuestro personaje no pensó usarlo en
ningún momento. Ya tenía elaborado otro plan de retorno al Arauco.
Siempre con pocos medios y sin asociados. Su determinación la explica
así en su libro escrito al regresar a Francia en 1863 (pág.36):

"Mal comprendido por el gobierno francés, ridiculizado por los diarios,


resuelvo volver a entrar en Araucanía y hacer ratificar mi elección por
todas las poblaciones independientes del Sur. Propongo a algunos
franceses que me acompañen, pero no encuentro a nadie que tenga el
coraje de seguirme. Parto pues solo y gano Concepción. Allá, un
compatriota me da una carta para otro francés de Los Anjeles (sic),
capital de la provincia de Arauco, donde debo pronto correr peligros de
muerte. Este último me presta el mismo servicio, dirigiéndome a otro
compatriota, negociante en Nacimiento. Arribo a su casa el 19 de
diciembre de 1861, en la mañana; él esta de viaje. Su mujer toma mi
carta de introducción, la lee, y muestra su contenido a un chileno
amigo de su marido, Lorenzo Leiton, quien, a pedido de esta dama, me
ofrece hospitalidad de muy buen agrado.

"Pasé la jornada en casa del señor Leiton, donde encontré un informe


sobre los chilenos, a quienes yo no oculté nada de mis
proyectos...ninguna observación se me hizo, aunque nuestra entrevista
tuvo por testigo un personaje oficial, el señor Faes, gobernador del
departamento. Como puede verse, mi conducta no fue la de un
conspirador." (pág.37)

En Nacimiento, dice contratar por 15 "piastras" a un doméstico que se


le ofrece, Juan Bautista Rosales, y este sugiere agregar a dos personas
más, el indio Lorenzo López (que hará de intérprete) y el mestizo Santos
Bejar conocido como Quilamán. A estos dos últimos les paga, como lo
hace cuantas veces puede, con "vales de la Tesorería Real". Con ellos
cruza el Bío Bío y se interna en Arauco.

Lo convenido es que será llevado a la tribu Canglo de los indios


pehuenches, cuyo cacique es Leviú. Allí llega el 24 de diciembre. Al día
siguiente participa de un parlamento convocado por el jefe del lugar,
donde Orélie Antoine lanza una arenga, posiblemente en su mal
español, que su intérprete mestizo traduce a los indígenas, ¡sabe Dios
cómo!. El texto, según Philippe Boiry, habría sido el siguiente:

"Mapuches! La energía con la cual combaten por vuestra independencia


hace volver sobre Vds. todos los ojos. Sin embargo, es necesario conocer
las estratagemas del gobierno chileno. Vds. se dejan insensiblemente
subyugar por él. Ese gobierno os ha traicionado siempre y no cesará
jamás de traicionarlos. Acaban de votar 500.000 "pesetas" a fin de llevar
la frontera hasta el Malleco. Para detenerlos en su marcha y mantener
vuestra independencia, les ofrezco mi protección y ayuda. Si la aceptan,
yo los proveeré de armas y los conduciré a la victoria!.

"¡Repitan conmigo: "Viva la unión de todas las tribus bajo un mismo jefe
y una misma bandera!

"¡Es necesario estar dispuestos a morir por esta bandera, porque quien
la sostiene no retrocede jamás!" (pág.120).

Luego vienen los festejos, algarabía ruidosa, bebidas, chivateos, etc. En


medio del alboroto y polvareda, Orélie Antoine levanta un acta, en
francés::
"Hoy 25 de diciembre de 1861, día de Navidad.

"Los electores de la tribu de Canglo se reunieron bajo la presidencia del


cacique Leviú, a los efectos de deliberar sobre mi proposición de
establecer en Araucanía y Patagonia una monarquía constitucional y
elegirme rey, con derechos perpetuos de herencia en mi familia,
siguiendo un orden ulteriormente a determinar.

"Luego de haber deliberado, dichos electores me eligieron y proclamaron


rey de Araucanía y Patagonia, en los términos indicados.

"Hecho en Araucanía, el día, mes y año arriba indicados.

(firmado) Orrlie Antoine Iro." (O.A. 38).

El acta, como otras similares y "documentos" que nadie vió, aa más de


la firma precedente, como lo haría en otros parlamentos, lleva también
las de los caciques respectivos, haciéndolo todos con una cruz. Cada
una de esas cruces tiene debajo la aclaración del nombre del jefe de
tribu, con el título agregado de "coronel".

El monarca se manifiesta muy contento. Deduce que los caciques y sus


capitanejos le creen y están dispuestos a luchar a sus órdenes. El
ofrecimiento de armas es un argumento alentador. Ante tanta alegría,
Rosales aprovecha para hacer subir su paga "de 15 a 50 piastras".

¿ARAUCANIA ESPERABA UN SALVADOR BLANCO?

Ante el entusiasmo que cree haber despertado (es Orélie Antoine quien
lo dice), André des Vergnes, con buena dosis de su propia imaginación,
estima que ha tenido la suerte de Cortés en México, y escribe:

"Ante todo, los brujos habían predicho, antes de la primera expedición


de Tounens sobre su territorio, la venida al país de un hombre blanco
de alta talla que sería como la aurora del renacimiento de la tetrarquía y
la garantía de la paz en la independencia" (pág. 107).

Braun Menéndez (en "Argentina Austral") se refiere también al tema: "Es


que corría a la sazón entre los araucanos, divulgada por los cantos de
los "machis", curanderos y adivinos, la leyenda de que el fin de las
guerras y de la esclavitud tan temida, ocurriría simultáneamente con la
aparición en la comarca de un hombre blanco".

Luego veremos, por futuras declaraciones de los acompañantes


contratados por Orélie Antoine, afirmando que los indígenas visitados
se entusiasmaban con las arengas del francés cuando les ofrecía armas.
MAS PARLAMENTOS

A partir de ese 25 de diciembre, según Orélie Antoine (pags.38-40),se


realizan otros tres parlamentos, otras arengas, otras actas de
aceptación del rey y las firmas (cruces) de los caciques coroneles.

En su libro, Orélie Antoine sólo menciona, luego del citado Quilapán, a


los caciques Leviou (tribu Canglo), Melin (representado por su hijo
Peouconb), Millavil (tribu Quicheregua), y Guentucol (tribu Traguien).
Estos nombres no están confirmados, ni siquiera en la forma de
escribirlos.

"En algunos días, Orélie Antoine ha sido solemnemente proclamado rey


por el pueblo mismo, recibiendo así una soberanía innegable, popular,
entusiasta y libremente consentida. En algunos días ha visto cerca de
100.000 combatientes puestos a su disposición..." (pag.123).

En verdad, si los mapuches, en esa época, hubieran estado en


condiciones de juntar alguna vez 100.000 combatientes, se quedaban
con todo Chile.

Pero no fue todo tan fácil para Orélie Antoine. Sus acompañantes
declararán poco tiempo más tarde ante la justicia: "Poco después
adelanta camino, y pasando a la orilla norte del río Traiguén, se dirige a
los lares del cacique Namuncurá (Namouncura, escribe el monarca). Es
allí donde tiene su primer contraste: Este cacique pone oídos sordos a
sus cálidas insinuaciones. Lo único que puede obtener de él es un
estafeta para que se adelante a la reducción del cacique Guantecol y
prevenirle de la próxima llegada del rey francés, con el fin de darle
tiempo para reunir indiadas" (Braun Menéndez, pág. 31).

En las cercanías de la vivienda de Guantecol, éste recibe al francés con


jinetes indígenas formados en cuadro para escuchar otra arenga, según
texto provisto por Orélie Antoine:

"He venido a constituirme en padre de todos, para ayudarlos a sostener


vuestros derechos usurpados por el gobierno chileno y para impedir a
éste que establezca población alguna más acá del Bío Bío. Las escasas
fuerzas chilenas estan diseminadas en Santa Bárbara, San Carlos,
Nacimiento y Arauco, y en Santiago no hay más fuerzas que los "pacos"
y los cívicos, por lo que no es difícil que con pocas cargas nos tomemos
a Santiago. Por otra parte, las cajas del gobierno se hallan muy escasas
de plata para sostener la guerra, porque el señor Montt (el ex
presidente) ha dejado las arcas vacías por haberlas gastado en trenes..."
(Braun Menéndez 31).

Luego Guantecol habría asegurado a Orélie Antoine, siempre según


éste, que podía contar desde ya con 12.000 indios combatientes, que
pronto podría aumentar a 30.000. También le pide algo al rey ya
transformado en Toqui (Jefe militar), una promesa que, por supuesto,
es acordada: Desterrar al cacique Catrileo, a quien considera "vendido a
los chilenos" y no quería volverlo a ver porque "era muy diablo".

"Por el momento -escribe Boiry- lo que es totalmente notable, es que


con un acuerdo popular innegable, en medio de grandes asambleas, de
multitudes considerables, Orélie Antoine I ha sido confirmado rey por
su pueblo mismo.

"No hay muchos jefes de estado, pasados, presentes y por venir que
puedan lisonjearse de semejante legitimidad.

"Porque, si la "vox populi" es bien la "vox dei", es a justo título y sin


ninguna fanfarronería que Orélie Antoine no puede menos que
intitularse en adelante "Rey de Araucanía y de Patagonia, por la gracia
de Dios..." (pág. 125).

DETENCION DE ORELIE ANTOINE

El monarca sigue su marcha. En Angol decide que ese bello lugar será
la capital de su reino. Desde allí proyecta llevar un gran número de
indígenas hasta orillas del Bío Bío (la frontera). Con esa posición de
fuerza piensa negociar con los chilenos, dispuesto a hacerles algunas
concesiones, que serían "las últimas".

El rey le cuenta estos propósitos al mestizo Quilamán que lo viene


acompañando. Este se lo trasmite a Juan Bautista Rosales, el
doméstico que Orélie Antoine tomara en Nacimiento. Pero Rosales es
chileno y se siente patriota ("espía" lo llama Philippe Boiry) y de
inmediato escribe a su mujer a quien trata de "muy distinguida señora",
con encargo de avisar a "mi mayor Cortés". Le dice que tiene orden del
francés de llevarlo a la tribu costina (de la costa)del cacique Juan
Trintre, cercana al Bío Bío, a quien piensa sumar a su campaña.

Esto ya sobrepasa la paciencia de la comandancia de Arauco, a cargo


del un entonces coronel Cornelio Saavedra Rodríguez, político y escritor,
nieto del prócer argentino Cornelio Saavedra. Su cargo era de
Intendente de Frontera y luego, ya general de división, se lo llamará
"pacificador de Arauco", después de imponerse a los indígenas. Braun
Menéndez lo califica de "distinguido y culto".

El guía Rosales, en vez de llevarlo a la tribu de Juan Trintre lo conduce


a las riberas del río Malleco. Allí, en el paraje denominado "Los Perales",
Orélie Antoine es detenido por una partida chilena, contándolo así:

"LLegando a este lugar, observo hombres armados. No me inquieté,


pensando que serían comerciantes chilenos que irían a traficar al
interior de Araucanía, donde nadie se aventura sin armas. Luego,
mientras me ponía a la sombra de un peral, veo que Rosales habla a
esos hombres armados. Voy solo a refrescarme a orillas del Malleco.
Todos los ojos están fijos en mi, que atribuyo a un simple movimiento
de curiosidad. De regreso bajo los árboles, me siento, la cabeza apoyada
sobre la mano derecha, y pronto siento una mano abatirse sobre cada
uno de mis hombros como para impedir que me levantase; al mismo
momento dos hombres me toman de los brazos, y otros dos me
despojan de mis armas y mis papeles. En cuanto al resto de la banda
me esconden el juego o me amenazan con sables. Como ninguno de
ellos no lanza palabra, tomándoles por ladrones, les pregunto si quieren
asesinarme. No -me contestó uno- no se resista y no tendrá nada que
temer" (págs. 114-115).

Algo llamativo: ¿Cómo el monarca viaja sin nadie de escolta cuando


dispone de tantos miles de súbditos guerreros?. Ni un simple cacique se
desplaza solo.

La partida inicia viaje con el detenido a la población fotaleza de


Nacimiento y al llegar a destino, sus captores hacen un inventario de
las pertenencias de Tounens: "Un colchón y una almohada. Un paletot
(saco) de paño. Un pantalón. Un chaleco, otro mas chaleco. Dos
pantalones mas. Una camisa. Un paquete con pañuelos de seda. Un
pedazo de tocuyo (tela ordinaria de algodón). Otro bulto. Dos banderas.
Una camisa. Un paquete de rapé y un pañuelo. Un par de pantalones.
Una levita negra. Un paletot. Una bota. Otro paquete. Una levita, una
otra levita. Un frac. Un pantalón. Tres chalecos, medias, una camisa y
un par de zapatillas. Otro bulto, ropa sucia. Un diccionario. Zapatos
viejos y demás trastos inútiles. Una maleta. Un paquete de manuscritos
en francés. Una otra maleta con ropa, ambas cerradas con llave, y la
llave esta en poder del francés. Y no habiendo mas que inventariar se
suspendió esta diligencia. Nacimiento, enero 5 de 1862. (firmado)
Jervasio Sanhueza". (Braun Menéndez pág.25)

Por esta fecha, salvo el viaje desde "Los Perales" a Nacimiento, y la del
primer encuentro con caciques el día de Navidad, Orélie Antoine habría
"reinado" en esta oportunidad escasos 10 días que, sumados a los 4 de
la aventura anterior, llegaría a dos semanas como supuesto rey. Sin
embargo, sin explicar su cálculo, Galatoire dice: "Un año y días había
durado su reinado" (Todo es Historia número 8).

PRISION Y JUICIO DEL PRESUNTO REY

Orélie Antoine de Tounens fue detenido por orden militar, impartida por
el Coronel Cornelio Saavedra Rodríguez, quien además, con
autorización de la Presidencia de la República, había ofrecido una
recompensa (250 "piastras", según el monarca) al destacamento que
detuviera al francés. La piastra no existió nunca en Chile, pero a ella se
refiere Orélie Antoine y lo repiten sus sucesores y panegiristas.

El detenido fue puesto a disposición de la justicia militar de Nacimiento,


pero su comandante de armas, don Manuel A. Faes, se sacó el problema
enviando al reo a la ciudad de Los Angeles, una población-base militar
más importante. Esta se conformaba por dos calles paralelas habitadas
y la anterior de sólo una.

"Para que su señoría se sirva aprobarlo -escribe Faes al Coronel


Saavedra- si lo tiene a bien, i ordena el pago, pongo en su conocimiento
que hasta hoy y sin contar los gastos que originará la conducción de
Orélie a Los Angeles, he gastado de mi bolsillo, 50 pesos. He creído
justo premiar con un obsequio la buena voluntad y desinterés de Don
Lorenzo Villagra que fue el encargado de la empresa. A Rosales he dado
10 pesos i a los cívicos una gratificación correspondiente". Sin ninguna
prueba, el pretendiente actual dice que Saavedra se adjudicó también
una "pequeña comisión" (Boiry, pág. 130).

De su llegada a Nacimiento, escribe el coronel Saavedra: "...rodeado de


la multitud que compadecía ya a un loco que pudo ser de funestas
consecuencias, por la ignorancia de los indios tan propensos a dar
crédito a lo fabuloso y embustero".

En cuanto al proceso, debemos guiarnos por Armando Braun


Menéndez, que como nadie ha tenido acceso y ha expurgado toda la
documentación chilena sobre el tema, y que compró en un remate las
carpetas completas del juicio al monarca. El escritor nos dice que el
Coronel Saavedra "mostraba aquel continente amable que es privilegio
de los hombres bien nacidos; y estaba penetrado, además, de ejemplar
paciencia, patrimonio indiscutido de su corazón bondadoso". Sin
embargo, como todo tiene su límite, el primer encuentro con de
Tounens fue borrascoso, pues se transformó en un insoportable
monólogo del detenido.

El militar abrió la entrevista diciendo: "Vd. ha fomentado una sedición


en territorio chileno, explíquese!". Pero la larga exposición del rey le
molestó, como le chocara "la altivez desmedida de Orélie Antoine, quien
sin abandonar un instante su real importancia y sin serle ello
requerido, explica a su sorprendido interlocutor los fundamentos de sus
aspiraciones monárquicas sobre las provincias araucanas, que están
justamente bajo la jurisdicción de éste. Reclama airadamente por su
arbitraria detención y termina prometiendo, magnánimo, a trueque de
su libertad, "volver directamente al seno de su familia"..."Ya lo creo que
no quería Vd. otra cosa que volver al seno de su familia", contesta con
fuertes voces el amostazado coronel, pero en cambio va Vd. a ser
juzgado como un criminal, para que esto sirva de ejemplo a los demás
bandidos que quieran imitarlo...". Y ordenó enviar al reo a la cárcel
pública. Allí es alojado en la única celda existente. En esta entrevista,
pese a que Orélie Antoine dice saber español, pidió un traductor, que lo
fue el mayor Manuel Sotomayor (Braun Menéndez, pág. 51).

El 8 de enero, el Coronel Saavedra decide pasar al detenido a la justicia


civil, poniendo el caso en manos del juez civil Pedro Matus. Y escribe:
"Aunque a la simple vista hace creer sea un demente el dicho rey, sin
embargo hay motivos para juzgarlo como un aventurero bien
criminal..." (Braun Menéndez, pág. 51).

DECLARACIONES Y CAREOS

El juez Matus hace careos y toma declaraciones a Juan Bautista


Rosales y a los auxiliares de éste, el indio Lorenzo López y el mestizo
Santos Quilamán. Asimismo es interrogado un comerciante ambulante
llamado Juan de Dios Varigua, que estuvo en algún momento con los
viajeros.

Rosales se refiere a "los inflamados discursos del proyecto enunciado y


aprobado por aclamación de expulsar a los chilenos al otro lado del Bío
Bío, a sangre y fuego". Lorenzo López declara que "se lo dice venido del
cielo...en las diversas reuniones organizadas por los caciques
Guentucol, Quilapán y otros ofrecen al rey 9.000 indios para atacar
Negrete, Nacimiento y la costa, y dispersar todos los españoles que se
encuentren del otro costado del Bío Bío, como el rey lo había propuesto
él mismo".

Orélie Antoine niega firmemente esa imputación, calificando a Rosales y


los otros dos compañeros de "tres miserables", aunque defiende sus
"derechos" y los de los indígenas a conformar una nación independiente
bajo su reinado. Insiste una y otra vez que los gobiernos de Santiago y
Buenos Aires no tienen ningún derecho ni ejercicio cierto de soberanía
sobre Araucanía y Patagonia, respectivamente. Sin embargo, pese a esa
negativa en juicio, en sus posteriores memorias, como entre sus
panegiristas, se reproducen sus arengas guerreras contra el gobierno de
Chile y sus ofrecimientos de armas para combatirlo.

Orélie Antoine expone otro proyecto mas ambicioso aún, el de llegar a


concretar una "Confederación de los Estados Sudamericanos", como ya
lo habían sostenido Bolívar, San Martín, O'Higgins, etc. En un raro
intento de seducción, dice que "Santiago debía ser la capital provisoria".
En un momento el reo confiesa: "Mi objetivo, puramente filantrópico,
tiende a civilizar este país, introduciendo allí la religión, la instrucción
elemental, la agricultura y las artes". Se dice "un misionero con ideas
pacifistas...Era mi deseo arreglar la paz con el gobierno de Chile por
medio de tratados, en cuanto fueran reconocidos mis derechos" (Orélie
Antoine, pág. 80).
Aprovechando una ausencia del Coronel Saavedra, pide y obtiene una
entrevista con su segundo a cargo, el Coronel Pantoja, "manifestando
que desea hacer una proposición al Gobierno de Chile", según escribe
Galatoire. En esa oportunidad el reo expresa que "obtenida la libertad
que deberá ser inmediata, abandonará Chile dirigiéndose a Francia. El
coronel Pantoja -siempre según el mismo autor- prometió elevar esta
propuesta al General Bulnes y por su intermedio a la Superioridad"
(pág. 73). Nunca se tuvieron noticias ni ulterioridades de la gestión.

Es de destacar que en todos sus escritos firma el acusado como "Orrlie


Antoine I" y "bajo total reserva". En la causa se lo llama "monarca",
haciendo la prensa generalmente lo mismo.

TESTAMENTO REAL

Hecha la instrucción, el juez Matus se declara incompetente y pide que


vuelvan las actuaciones al fuero militar. Notificada esta decisión al
inculpado, el monarca es ganado por el temor a morir expeditivamente y
decide escribir su testamento político, en francés: "Hecho en la prisión
de Los Anjeles, el 25 de enero de 1862". Comienza así: "Nosotros, Orrlie
Antoine I, soltero, nacido el 12 de mayo de 1825 en el paraje La Chaise,
comuna de Chourgnac, cantón de Hautefort, distrito de Périgueux, del
departamento de Dordogne (Francia), por la gracia de Dios y de la
voluntad nacional, rey de los araucanos y los patagones; considerando
que...". A continuación reitera sus "derechos" y que ha sido
"secuestrado" por los chilenos. Pero la mayor extensión de este
testamento está dedicada a organizar su sucesión, por supuesto, para
su familia francesa.

En primer lugar pone a Jean de Tounens, "nuestro padre bien amado".


Luego a su hermano Jean y a continuación a sus otros cuatro
hermanos "o sus descendientes en línea directa a perpetuidad", y por
último a sus tres hermanas.

Escribidor incansable, pero sin recibir respuestas, el rey envía


numerosa correspondencia a amigos, periodistas, autoridades,
"hermanos y venerables masones". También lo hace a todos los
diplomáticos extranjeros acreditados en la capital de Chile. Una y otra
vez se refiere a sus derechos y al "secuestro" que presenta como una
"violación de mi libertad individual, contra la violación de mi persona y
los derechos que le corresponden, tanto como particular, como rey de
Araucanía y Patagonia, en fin, contra la violación del derecho de gentes,
teniendo en cuenta que todo hombre nace o debe nacer libre por
derecho natural y que él puede disponer de sí mismo como lo entienda".

"Chile -dice mas adelante- no ha tenido jamás derecho sobre esos dos
países, ni por conquista ni por sumisión voluntaria; sus leyes allí han
sido siempre desconocidas; luego, yo no puedo violarlas, ni
directamente ni indirectamente".

Termina su comunicación así: "...yo me coloco bajo la protección de


todos los encargados de negocios en Chile, y hago un particular llamado
al apoyo de Francia, tanto para la conservación de mis derechos como
para la conservación de mi persona y mi puesta en libertad" (Vergnes,
pág. 127-129).

Sólo en alguno que otro medio de su país se hacen ligeras menciones a


su situación de detenido en Chile.

CONDICIONES EN PRISION

El preso goza de ciertos privilegios. Dispone de todas sus cosas y


escritos y dirige cartas a quien desee. Se queja de la humedad de la
celda, donde ha extendido su colchón sobre una madera (una hoja de
puerta), confesando que no ha sido torturado en ningún momento. En
cuanto a la humedad, ésta es común a toda la región, donde llueve
nueve meses al año.

Orélie Antoine lleva un diario, que nunca le retiraron, donde escribe día
a día, según él lo cuenta en su libro, salvo durante un mes y medio en
que la fiebre se lo impidió.

Cuenta además que después de detenido, en viaje desde "Los Perales" a


Nacimiento, en una parada para cambiar un caballo, en la propiedad de
un señor Francisco Serrano (el escribe Zerano), suegro del cónsul
francés en Concepción, Antonio Aninat, tuvo la oportunidad de escribir
a éste y al encargado de negocios de su país en Santiago. Es decir que
no fue muy vigilado ni se lo mantuvo demasiado incomunicado.

Aunque más de un autor habla de la "detestable" comida en prisión,


quien haya leído el libro del monarca, verá que no fue tan así. Allí dice
que lo atendían de fuera del penal, "por intermedio de un francés, que
tuvo la afabilidad de enviar mi alimentación durante todo el tiempo de
mi cautividad" (O.A., pág.75). Es extraño pero no da el nombre de tan
gentil compatriota. ¿Alguien por encargo del consulado? ¿Algún
masón?.

Asimismo, según Berta de Tabbush (pág. 177), a Orélie Antoine "se le


permite tomar sol todas las mañanas", fuera de su celda.

No obstante, Orélie Antoine padece serias molestias. Quizás de origen


nervioso o por las altas fiebres padecidas, pierde gran parte del cabello.
Se hace rapar y con el tiempo vuelve a crecerle el pelo y la barba. Sufre
de disentería.
Así describió su celda:: "Esta prisión no era otra que una enorme sala
de 11 metros de largo por 7 de ancho, muy alto plafond -si se puede
llamar plafond al techo que la corona y donde el piso de ladrillos estaba
a dos escalones debajo del corredor. El sol no penetraba jamás allí:
Reinaba una humedad glacial" (pág.72).

Finalmente el peligro de pasar a una corte marcial se desvanece. La


Corte de Concepción decide que la causa continúe en el fuero civil y la
devuelve al Juez Matus.

El fiscal Esteban Moreno, que en un primer momento ha pedido la pena


de muerte para el reo, en una segunda vista cambia su actitud,
pidiendo la internación de Orélie Antoine en un asilo de alienados. Con
variados argumentos llega a la conclusión que "sólo un loco podía haber
tenido tal comportamiento". Se pide una pericia médica y dos
facultativos (Enrique Burk y Santiago Reygnault), declaran que el
imputado "está en su sana razón y juicio, y capaz de conocer todos sus
actos". Entonces el fiscal se ve obligado a un nuevo requerimiento al
Juez, pidiendo ahora "diez años de cárcel penitenciaria", acusándolo de
"perturbador del orden público".

NOTA DE "LE MONDE ILLUSTRE"

El semanario "Le Monde Illustre" de París publicó una curiosa e irónica


nota el 10 de mayo de 1862, mientras de Tonens estaba preso en Chile,
titulada "Orélie I Rey de Araucanía", firmada por Achile Arnaud, que
dice

"...Han leído sus apacibles ciudadanos, que un ex procurador de


Périgueux, luego de ver que su patria, bastante ingrata por no
permitirle hacerse millonario, se embarcó para Chile; que luego de
algún tiempo pasado bajo los cocoteros (sic) y los cedros rojos de ese
país, el ex empleado ministerial de Périgueux residió entre los
araucanos que le brindaron gran estima. La Araucanía, parece, es la
Normandía de la América del Sur...La fama de nuestro conciudadano se
agranda rápido y toma tales proporciones que los moluches le nombran
rey, reemplazando su jefe muerto sin posteridad. Antoine Orélie I (sic)
no se siente cómodo sobre el trono y piensa ahora concluir una alianza
con Francia. El no contó con el celo de los chilenos que, un buen día,
mientras dormía a la sombra de un pehuen, lo secuestran y conducen a
prisión a Santiago (sic) donde esta todavía, meditando sobre el reverso y
los sueños de medallas reales".

Con la precedente nota, el semanario parisino publica una rara foto del
monarca con el siguiente epígrafe: "Antoine Orélie I, ex rey de
Araucanía, actualmente preso en Santiago de Chile (de una prueba
fotográfica enviada por el señor Santos Tornero, director de El Mercurio
de Valparaíso). Esta foto difiere bastante de la publicada por de
Tounens en su libro, que dice haber sido tomada "durante su
cautiverio" en Chile.

GESTIONES CONSULARES FRANCESAS

El cónsul general francés en Valparaíso, Vizconde de Cazotte, no duda


en ningún momento que se trata de un loco, o quizás desea
considerarlo así para evitarse complicaciones.

El 16 de enero de 1861, a once días de la detención de Orélie Antoine y


ya trasladado a Nacimiento, el Cónsul envía desde Santiago la primer
comunicación oficial a su Canciller en Paris, señor Thouvenel, cuya
referencia dice: "Arrestación del señor de Tounens que se llama Rey de
Araucanía bajo el nombre de Orélie Antoine I", expresando:

"Hasta el presente yo no he hablado a Su Excelencia de un francés


residente desde hace varios años en Chile que se autotitula Príncipe de
Tounens. Este individuo semi-cómico, semi-serio, afecta en sus
gestiones la más grande gravedad y una reserva estudiada. Ha habitado
largo tiempo entre las tribus indias de la Araucanía donde se ha
declarado el rey constitucional bajo el nombre de Orélie Antoine I,
haciendo reconocer su autoridad por algunos caciques aislados
mediante amplias y generosas libaciones.

"Todo el mundo ríe de las pretensiones poco comunes del señor de


Tounens y los diarios hacen bromas sobre sus idas y venidas en las
tierras de Araucanía.

"Parece que en momentos en que el gobierno chileno viene de enviar


tropas sobre la frontera, él se ha introducido en el país utilizando su
influencia para excitar a los indios a la resistencia comprometiendo a
los principales caciques a oponerse...luego de ciertas revelaciones más o
menos plausibles, ha sido arrestado en una de sus excursiones y
conducido a Nacimiento donde se encuentra actualmente en prisión.

"Cuando crea la ocasión favorable, haré ante el Ministerio chileno


algunas gestiones oficiales para frenar las consecuencias de este asunto
en lo que respeta al señor de Tounens si se toma en serio el rol que él se
ha dado y que es probablemente el resultado de un cerebro enfermo.

"El señor de Tounens se encontraba, hace algunos meses en Valparaíso,


en una situación financiera muy molesta y, como yo conocía sus ideas
extravagantes, le ofrecí, para alejarlo de Chile, su repatriación a bordo
de un barco del estado entonces próximo a partir para Francia. El
aceptó, pero cuando le remití su billete de embarque donde me había
abstenido de darle el título de Príncipe, no quiso más partir,
pretextando que esta omisión voluntaria de mi parte podría ser un
precedente perjudicial a sus intereses y desde entonces, no he vuelto a
verlo".

El 30 de julio del mismo año el Cónsul de Cazotte vuelve a dirigirse a su


Ministro en París informándole del proceso contra Orélie Antoine por
"tentativa de excitación a la rebelión de tribus de Araucanía". El caso
está en apelación ante la Corte de Concepción con pedido del fiscal de
una condena de diez años de trabajos forzados. Pero aclara que "usaré
toda mi influencia para obtener una conmutación de pena y hacer
considerar la prisión preventiva sufrida como suficiente. El señor de
Tounens sería entonces puesto a mi disposición con el encargo de
repatriarlo en la ocasión mas favorable".

También de Cazotte interviene ante el Ministro de Relaciones Exteriores


de Chile, señor Tucornal, para acelerar el proceso, recibiendo cordial y
afirmativa respuesta.

Para ese entonces, el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia había


cambiado, desempeñando el cargo el señor Pierre Magne, nacido como
de Tounens en Périgueux, quien se interesa por la suerte personal de su
paisano, aunque nunca respondiera sus cartas o lo recibiera ni antes ni
después de esta aventura.

El cónsul se esmera más que nunca en sus gestiones, recomendando a


las autoridades judiciales tener en cuenta que "el procesado no se halla
en el goce de sus facultades".

Toda esta documentación citada por des Vergnes, a partir de la pág.


246 de su obra, está en los archivos de la cancillería francesa. Sin
embargo, el "príncipe" Boiry, en su historia, hace referencia a lo escrito
por el cónsul Cazotte, transcribiendo solamente algunas frases cortas.
Nada dice de las extravagancias que asigna el diplomático a la conducta
de Orélie Antoine ni sus opiniones sobre su estado de salud mental.
Sólo destaca que sus gestiones, en nombre del gobierno francés,
obtienen la libertad del preso.

RECLUSION EN CASA DE ORATES

Una vez más la causa pasa a vista del fiscal y éste apoya el
razonamiento de insania, pidiendo una nueva pericia de los mismos
médicos anteriores. Estos informan el 30 de junio: "Orélie Antoine está
abatido y enfermo, y sólo con la idea de salir de prisión para irse a su
país...No se encuentra como antes, con la idea extravagante de ser Rey;
más bien, por el contrario, parece que tal preocupación ha desaparecido
por completo. Es un monomaníaco que no estaba en su razón cuando
puso en práctica su pensamiento de hacerse rey, pero en este momento
ha desaparecido la enfermedad mental; sin embargo, puede volver a
presentarse de un momento a otro...".

Llamado por el juez nuevamente a declarar. Orélie Antoine insiste en


sus derechos como monarca, aunque esta vez con menos fuego y
convicción. Evidentemente esta disminuído en sus fuerzas síquicas y
físicas, por la enfermedad y la calvicie. En esa oportunidad y en una de
las visitas semanales del magistrado a la cárcel, termina pidiéndole, en
forma insistente, que lo ponga en libertad, prometiendo formalmente
que se dirigirá de inmediato "al seno de su familia".

Está solo, sin amigos ni protectores, sin comunicación con "mis


estados" y sus caciques, sin un centavo, con acreedores que le exigen
hacer efectivos sus "vales contra la Tesorería del Reino". El periodismo
chileno, cuando se ocupa de él, lo hace descomedidamente llamándolo
"el farsante francés" (González Arrili).

Finalmente, se conoce la sentencia del Juez Matus. Resuelve sobreseer


por no imputable al acusado y dispone su envío a "la Casa de Orates de
Santiago", agregando que podrán sacarlo de allí, si lo desearan,
"cualquier persona de su familia o el encargado de negocios de Francia,
a efectos de repatriarlo".

Notificado el monarca de la sentencia, se limita a decir que apelaba, sin


adelantar razones.

"El 13 de agosto -escribe Berta de Tabbush- el fiscal de la Corte de


Concepción, Manuel María Eguiguren declara que dado el estado
mental y moral del acusado resulta superflua la discusión de principios
sobre altas cuestiones de integridad territorial y de soberanía de
Estado, en que la justicia se ha empeñado con él, olvidando que en ese
Estado que la misma justicia reconoce y proclama, Tounens no pudo
invadir ninguno de esos derechos" (pág. 186).

Poco después, al ser informado de su traslado al manicomio de la


capital, firma con la siguiente aclaración: "Orélie Antoine I, detenido en
la prisión de Los Angeles como loco, aunque en posesión de todo su
juicio".

REPATRIACION A FRANCIA

El sentenciado es trasladado a Valparaíso sin pasar por Santiago,


donde esta la "casa de Orates", porque el cónsul de Cazotte lo toma a su
cargo, quien en ese entonces actuaba interinamente como encargado de
negocios de Francia. Lo embarca en el navío de guerra de la marina
imperial "Duguay-Trouin", a vapor y velas, de 90 cañones, con destino
al puerto de Brest, el 28 de octubre de 1862. Se ha dispuesto que el
repatriado viajará "en calidad de pasajero a la ración", es decir, con
alojamiento y comida junto con los simples marineros. Pero un grupo de
cadetes que va de instrucción pide permiso al capitán Kerdrain para
que Orélie Antoine comparta su mesa. Esto hace más llevadero su
retorno. En el largo viaje de mar (más de cuatro meses), pasa por los
canales fueguinos, islas Malvinas, Montevideo y otras escalas.

Termina así el cautiverio del rey, después de nueve meses y medio de


detención, de los cuales, según sus memorias, pasó cinco meses
postrado en su camastro, incluidos 45 días sin conocimiento.

Queda un interrogante: ¿Qué justificaba en esos momentos la presencia


de un poderoso barco de guerra del emperador francés frente a las
costas de Chile?.

MAS DE SEIS AÑOS DE "EXILIO" EN FRANCIA

Orélie Antoine llega al puerto de Brest el 6 de marzo de 1863, donde


nadie lo espera y pronto toma un tren a París. Allí se entera de que
durante su ausencia ha muerto el padre y uno de sus ocho hermanos.
El prolongado viaje en barco lo ha vitalizado física y síquicamente. Su
salud ha mejorado y ha recuperado la cabellera. Durante la travesía ha
escrito centenares de carillas para la prensa.

Su delirio monárquico no ha disminuído en lo más mínimo. Al


contrario, se supone con mayores títulos luego de creer que puede
demostrar que ha completado, en las dos incursiones en el Arauco,
unos quince días de reinado. Desde su llegada a Francia, supone que
su estada allí será corta pues piensa volver pronto al reino, lo cual no se
cansa de repetir.

Incursiona por despachos oficiales sin ser atendido personalmente por


nadie importante, ni logra ninguna respuesta escrita a sus minuciosos
alegatos patrioteros-colonialistas. Sin embargo, Galatoire, único en
decirlo, escribe que el ministro Bagne "demostró singular interés por los
hechos narrados".

Su principal tarea consiste en organizar una oficina de prensa, primero


con algunos colaboradores espontáneos, y luego solo, por falta de
continuidad en la consecuencia de sus adherentes. Fatiga a los
periodistas en su afán de promoción y escribe artículos laudatorios
sobre sí mismo con seudónimos. Recorre varias ciudades francesas en
busca de adeptos y financistas. Logra reducidos auditorios curiosos
pero pocas contribuciones en dinero.
Edita algunos pequeños folletos y hasta saca un periódico, de efímera
vida, llamado "La Corona de Acero" ("periódico político, literario y
comercial").

EL LIBRO DE ORELIE ANTOINE

En el libro ya citado, describe muy someramente la historia y el paisaje


de Araucanía, cuenta a su antojo sus aventuras, los fundamentos de
sus derechos y la falta de ellos por parte de Chile y Argentina. El
"secuestro" y encarcelamiento son largamente pormenorizados, con
indignación. En esa obra difunde todos sus escritos, desde la
constitución y otras leyes y proyectos, así como las actas fundacionales
de su reino.

En la primer página se indica que "se puede obtener la presente obra,


por correo, enviando 3,80 francos...dirigirse al autor -señor de Tounens-
a París, Plaza de la Bolsa, Hotel de Tours". No se conoce la tirada de esa
edición única. Luego viene a toda página un grabado del monarca
"durante su cautiverio".

Más abajo hay un escudo indescifrable con cuatro alegorías femeninas y


por último se lee: "Librairie de Thevelin - 1863" y la dirección de la
misma.

A modo de prefacio, dice: "Esperando la publicación de mis memorias


que yo preparo en este momento, creo deber dar, desde hoy, una
exposición rápida de las principales circunstancias que han precedido y
siguen mi advenimiento al trono de Araucanía y Patagonia...Se me
reprochará quizás de no haber fundado mas bien una república en
lugar de un reino, en un país rodeado de repúblicas. Me anticipo a
responder que esta forma de gobierno ha sido rechazada por los
araucanos, que guardan un buen recuerdo de la realeza española,
escrupulosa observadora de tratados concluidos con sus padres, y para
quienes la palabra república, por el caso de Chile, se ha convertido en
sinónimo de deslealtad...Cuento llamar junto a mi a los compatriotas
bien recomendables por su moralidad y por sus luces, que me prestarán
ayuda para cumplir la obra de civilización que he emprendido".

"Los araucanos -comienza diciendo- lo sabemos, son un pueblo valeroso


y celoso de su independencia, que Chile ha tratado vanamente de
domar".

El capítulo III se refiere a la indiferencia de las autoridades chilenas


durante los largos meses que pasa en Valparaíso, exhibiéndose. Se
lamenta de las reacciones de los diarios franceses y en especial por una
carta enviada al director de "Le Périgord", que éste "imprudentemente"
ha publicado completa, provocándole críticas.
Hasta la página 155, es decir el fin del libro, habla Orélie Antoine de su
juicio, y de los argumentos repetidos allí sobre sus "derechos". Pero se
detiene el escritor antes de concluirse la causa. No parece querer
explicar cómo termina, su liberación ni los previos prolegómenos en que
interviene el cónsul Cazotte, las pericias médicas y su declaración de
loco con orden de internación en un manicomio. Tampoco hace ninguna
referencia a las condiciones en que se dispone su repatriación a
Francia.

Como "apéndice", sin dar las múltiples notas adversas del periodismo
francés, transcribe las muy pocas y nada fiables que le son favorables.
Estas consisten en lo ya dicho por la "Revue du Monde Colonial"; una
carta de un señor H. M. de Morestel, probablemente un oficial francés,
publicada en "Le Temps", fechada el 17 de setiembre de 1863 en
Constantine, una ciudad de la colonia de Argelia.

Hay también una transcripción del "Annuaire Encyclopédique" (1862).


Esto parece escrito por el monarca, aunque se hable de
"correspondencia de Valparaíso". Allí se mencionan 40.000 guerreros
dispuestos por el cacique Guentucol. Mucho más moderada, hay una
mención en el Annuaire de Deux Mondes (1861-62). Una carta de un
misterioso Alexandre Bonneau, esta escrita en similares términos.

También esta allí la dudosa publicación aparecida en "L'Independence


Belge", a la que nos referiremos luego, y nada más. El libro se cierra con
una carta que Orélie Antoine dirige a un periodista cuyo nombre no
proporciona, repetitiva de argumentos ya conocidos.

"¡Qué importa la prisión que he soportado! -dice la última frase del


epílogo del libro- si no temiera que se equivocaran sobre el alcance de
mis palabras y que la grandeza de los nombres no comprometiera la
exactitud de la comparación, diría al terminar: Luis XI, después de
Perona, y Francisco I después de Pavia, ¿dejaron por eso de ser reyes de
Francia?" (O.A. pág.155).

SUSCRIPCIONES Y LLAMADOS A RECLUTAMIENTO

En sus publicaciones y avisos en periódicos lanza una tras otra


suscripciones y llamados a reclutamiento de voluntarios para
acompañarlo en su empresa. Algunos francos le llegan pero jamás logra
una subsistencia holgada ni los fondos necesarios para un retorno,
siempre declarado "inminente". Tampoco consigue aportar algún dinero
a su angustiado hermano Jean para levantar las hipotecas de los bienes
familiares.
El 5 de marzo de 1864, lanza su "Llamado a la Nación Francesa". Repite
allí su discurso sobre sus "derechos" y peripecias, terminando así:
"Considerando que en nuestro reino todo esta por construirse, desde la
base hasta la cima, abrimos un empréstito nacional con el fin de
implantar los beneficios de la civilización, y a los efectos de establecer
en esta parte de América del Sur, el idioma francés e implantar la
preponderancia francesa;

"Nos comprometemos formalmente, bajo nuestra responsabilidad real,


hacer reconocer, a título de deuda pública de nuestro reino, el monto de
un empréstito por 100.000.000 de francos y convertirlo en renta del
estado hasta cubrir el capital y los intereses del 6 por ciento, desde el
día de iniciación del empréstito. La conversión de rentas del Estado se
hará de acuerdo con los principios establecidos en Francia."

Difunde el "rey" inventados comunicados de batallas y triunfos de sus


súbditos en la lucha contra los "invasores" chilenos, cuando éstos, pese
a la heroica resistencia araucana, agrandan día a día los territorios
tomados al "salvaje" y cada vez lo arrinconan más contra la cordillera
haciendo muy penosa o imposible su supervivencia. Pero jamás puede
exhibir ninguna correspondencia con sus súbditos, ministros y
coroneles que dice haber dejado en Araucanía y Patagonia.

Con el paso del tiempo se pierde la curiosidad por el "rey" y menudean


las bromas. Tampoco prende la propaganda colonial. Y no es que
Francia, tanto su gobierno como sus fuerzas armadas, intelectuales y
hombres de negocios, no sean en su mayoría entusiastas colonialistas.
Pocos dejan de enorgullecerse cuando casi año a año,
ininterrumpidamente, se agranda el Imperio Colonial. Tampoco faltan
voces calificadas que critican y denuncian abusos. Era propio de la
época.

En ese mismo año 1864 España, en un desesperado intento de


reconquistar sus colonias en América, contando con el beneplácito de
otros reinos europeos, envía al Perú una importante flota que ocupa las
valiosas islas guaneras de Chincha. Ante tal peligrosa aventura que
durará dos años, Chile, Ecuador y Bolivia se ponen al lado de la
república atacada. Orélie Antoine ve una oportunidad en ese conflicto,
ofreciendo aliarse con la corona hispana. Con ese fin hace múltiples
gestiones para obtener un barco de guerra que, con bandera araucana,
atacaría a Chile unido a la armada de Isabel II, con la intención de
recuperar su "trono mapuche". Trata de interesar en su proyecto a la
española emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, pero
sus insistentes pedidos de audiencia no logran respuestas.

"La ingenuidad de esta correspondencia, lo absurdo de su pedido y lo


descabellado de la propuesta son tales que no se le tiene en cuenta
siquiera, y Orélie Antoine I continúa siendo tan ignorado en las
Tullerías como lo ha sido hasta ahora" (Tabbush, pág. 219).
El almirante hispano Méndez Núñez, en setiembre de 1865 bloqueó el
país. Estados Unidos ofrece mediación y para forzar su aceptación el
marino español da un plazo de 4 días que es rechazado. El 31 de marzo
de 1866, Méndez Núñez realiza un sangriento bombardeo del puerto de
Valparaíso, una ciudad abierta, donde incendia los depósitos aduaneros
destruyendo mercaderías extranjeras y chilenas por muchos millones
de dólares. Un barrio costero es reducido a cenizas, ocasionando una
masacre y daños por 75 millones. Este hecho, calificado de "inhumano",
conmocionó a la opinión pública europea, aunque los gobiernos
colonialistas estimaran que "no vulneraba el derecho de gentes".

La guerra termina con la batalla de El Callao, del 2 de mayo de 1866,


donde los españoles se retiran derrotados y se suicida el almirante
español Pareja. Para Chile este conflicto le significó grandes sacrificios
pero salió fortalecido. Dos años después, en 1868, se firma un tratado
de paz.

LAS EMPRESAS COLONIALISTAS EUROPEAS

La conquista de colonias era una preocupación constante de toda


Europa en el siglo XIX, y Francia no se quedaba atrás ante los avances
de su enemiga Inglaterra.

Durante su reinado, Luís Felipe de Orleans conquistó Argelia. Luego


ocurrió lo mismo con Costa de Marfil, Gabón, Madagascar y Mayotte. A
partir de 1851, con el emperador Napoleón Bonaparte III, se agregan las
colonias de Nueva Caledonia, Kabylia (uniéndola a Argelia), Senegal,
Cambodgia, Laos y Vietnam, región esta última donde se luchaba por
ese entonces para expandirse aún más.

Esas empresas colonialistas exigen la atención del gobierno imperial. Se


precisan muchas tropas para mantener las ocupaciones y proteger el
"comercio" y se las recluta en una colonia para pelear en otras.

En 1861, con la excusa de cobrarse deudas impagas de gobiernos


anteriores que Benito Juárez se niega a reconocer, Francia, junto a
Gran Bretaña Y España, intervienen militarmente y toman Veracruz en
México. Esta "conquista" fue muy dura debido a la resistencia armada
popular. De las tres potencias invasoras, dos de ellas se conforman con
gruesas indemnizaciones arbitrarias (más bien saqueos)y sólo los
franceses se quedan, a un elevado costo en hombres y medios. En
1863, los colonialistas manipulan a un grupo de "notables" (pequeña
clase muy útil para estos menesteres) y sostienen la constitución de
una monarquía cuyo trono ofrecen al archiduque austríaco Maximiliano
de Habsburgo, quien se instala allí en junio de 1864, para ser fusilado
poco después por los mexicanos.
Estados Unidos, que ya se ha adjudicado por la fuerza lo mas valioso de
México (Texas, California, Arizona, Nuevo México y La Mesilla), no
quiere competencias colonialistas. Washington actualiza al ex
presidente James Monroe que lanzara su famosa teoría de "América
para los americanos" y se niega a reconocer al emperador "fantoche"
Maximiliano. Alienta circunstancialmente así, hasta con armas, a su
enemigo declarado, el general independientista Benito Juárez. Hasta
1867 las cosas estarán de más en más complicadas para Francia, cuyo
costo le provoca problemas internos a Napoleón III.

De ahí que la corte imperial parisina no desee en esos momentos más


complicaciones en el Nuevo Mundo. De todos modos, como el
colonialismo era una ambición común en Europa, no resulta demasiado
casual que el barco de guerra francés "Duguay-Trouin" hubiera estado
frente a Santiago y embarcara hacia Francia a Orélie Antoine de
Tounens. Por supuesto que no tenía contacto directo con éste, pues lo
habría dicho, pero, ¿No podría haber permanecido atento, por si salía
bien y brindar una ayuda?. ¿Y el "D'Entrecasteaux", como veremos,
estuvo por casualidad anclado en aguas del Corral en el segundo viaje
del rey a Chile?.

"Lejos de considerar la aventura de Orélie como una mera anécdota,


habría que analizarla como un fracaso de la avanzada colonial francesa
en el cono sur", escribe el historiador chileno Luis Vitale. Lo mismo
expresa un comunicado reciente del Centro de la Mujer Aborígen de
Argentina.

MANIFIESTO

En ese ambiente procolonialista, de Tounens escribe, él mismo,


crónicas elogiosas hacia su persona y sus proezas, que unas pocas
veces logra se publiquen. Por eso, todos sus apologistas citan los
mismos artículos, en especial uno aparecido en Bélgica, en
"L'Indépendance Belge", el 13 de junio de 1863. Critica allí la falta de
respeto hacia su persona. Habla de su secuestro y "la conquista pacífica
de magníficas regiones, de las cuales él ha sido emperador, solo, sin
soldados, sin dinero, sin auxilios de ninguna suerte".

"De Tounens -continúa- es grande, bien formado, tiene en su persona,


en su figura, sus gracias armoniosas...esa dignidad soberana que
encanta y somete a su turno las almas simples...ha emprendido una
expedición, una obra que es toda una epopeya que merece ser
cantada..." Y hasta critica al emperador Napoleón III, que no puede
consolidar su intento de colonización en México (Orélie Antoine 168).

La burla mayoritaria de la prensa con calificativos irritantes para el


monarca, a raíz de la publicación de su libro, lo lleva a lanzar el 16 de
diciembre, un "Manifiesto dirigido al pueblo francés por Orélie Antoine I,
rey de Araucanía y Patagonia", diciendo: "Entre todos los errores
cometidos por algunos diarios que han tratado la cuestión de mis
derechos al trono...se me ha tratado de "rey en disponibilidad" y han
afirmado que sólo podré volver a entrar en mis Estados con la
intervención del gobierno francés...". Hace un llamado al patriotismo de
sus conciudadanos para que se unan y lo acompañen en "¡una cruzada
digna del siglo XIX, una cruzada de la idea y del trabajo contra la
ignorancia!" (Boiry 162). Les ofrece tierras, ayuda económica y honores
a cuantos quieran seguirlo. Y va más allá de su país, invitando a los
"desheredados de la vieja Europa, cuya inteligencia y brazos están
inactivos por no tener lugar al sol".

Este "Manifiesto" fue editado en un folleto de 16 páginas por la Librairie


de Thevelin en diciembre de 1863, y se encuentra en la Biblioteca
Nacional de París. Por esa época Orélie Antoine anuncia la próxima
aparición de folletos por entregas, que constituirán sus "Memorias",
conformando dos volúmenes de 300 a 400 páginas cada uno. "El precio
de cada folleto es de un franco y los dos tomos 12 francos", indicando
que "su producido será empleado en la fundación de una Nueva
Francia". También hace una oferta de 10 francos a quienes paguen los
tomos por adelantado. Esos libros no aparecieron nunca.

Otro folleto de 8 páginas, también editado (o impreso) por Thevelin, sale


el 5 de marzo de 1864, titulado "Llamado a la Nación Francesa". En
1865, da a conocer otro folleto (Dentu - París), de 16 páginas,
"protestando contra toda la prensa francesa, entre las manos de Su
Excelencia el ministro de Asuntos Extranjeros de Francia" Lo firma en
Périgueux el 21 de noviembre de 1865.

Como las cosas no marchan bien para el monarca, agobiado por deudas
propias más la penosa situación de su familia empeñada con hipotecas,
recurre a cualquier método para sobrevivir.

En la historia del actual "Príncipe", se ve obligado a reconocer que el


monarca ha emitido "algunos documentos imprudentemente firmados e
impagos que sus hospederos amenazan al rey con demandas
judiciales..." (pág. 171). Pero no se trata de algunas "ligerezas" sino de
muchas. Hasta ha mercado "títulos de nobleza" de su reino para pagar
deudas y servicios.

En agosto de 1864 se va a Londres, huyendo de peligros tribunalicios.


En esa capital también busca banqueros y políticos que se interesen en
otra colonia para la corona británica. El 3 de setiembre de ese año
escribe una patética carta a su hermano Jean pidiéndole socorro, pues
"debo cien francos y no tengo un centavo". No puede dejar el hotel por lo
poder pagarlo.
Regresa a París porque su posición mejora, en su aspecto legal, pues la
justicia reconoce de "buena fe" la emisión de documentos firmados
como Orélie Antoine I.

CONFLICTO CON LA MASONERIA

En 1866 reedita una nueva presentación de sus proyectos que dirige a


sus hermanos masones, nota precedida por una serie de símbolos
indescifrables por quien no forma parte de esa cofradía. Relata, en un
folleto de 10 páginas, las riquezas y cualidades de las tierras
prometidas y sus posibilidades, con algunos detalles más o menos
atractivos. Su título: "Llamado del francmasón de Tounens a todos los
francmasones", y es impreso en Bordeaux en la imprenta del
francmasón Lavertujon. Poco después, edita otro "ruego" masónico de
12 páginas (Dentu - París 1866).

El objeto de las presentaciones es solicitar apoyo para llamar a todos los


hermanos y logias a suscribir un empréstito "de honor" para su
empresa, reembolsable y con interés del 5 % anual. De Tounens envía
copias similares a todas las logias y masones pidiéndoles suscripciones.
Para apoyar sus demandas, acompañaba copia de la recomendación de
la logia de Périgueux que le dieron varios años atrás, y que no usara
antes porque no lo trataban como noble.

El Venerable de la logia "Amigos Perseverantes de la Estrella de


Vésone", Gilles Lagrange, había emitido el 15 de enero de 1860 una
recomendación a todas las logias y obediencias del Gran Oriente de
Francia, diciendo que "el hermano Orélie Antoine de Tounens, sin
profesión, miembro activo de la mencionada logia y merecedor, por su
celo y espíritu masónico, del favor de un recibimiento fraternal y
benévolo por parte de todos los miembros..." y siguen símbolos.

Cuando la logia de Périgueux se entera que utiliza la recomendación de


seis años atrás para pedir dinero, lanza otra circular a todos los
hermanos de Francia historiando antecedentes de Orélie Antoine:
"...Resumiendo, el aviso de la logia es el siguiente: Tounens entra en
una vía lamentable; sería mejor que cuidara más su dignidad de
hombre que su dignidad de ex monarca...Esto no es un préstamo sino
una donación que será hecha a Tounens; luego, debemos reservar las
ayudas para aquellos que las merecen, es decir, para las víctimas de la
suerte, para los ancianos y para aquellos que no tienen ni apoyo ni
medios de atenderse ellos mismos por el trabajo".

Para recurrir a tales calificativos, evidentemente los masones de


Périgueux debían tener en cuenta múltiples antecedentes de la falta de
seriedad y cordura de Orélie Antoine.
Al enterarse de esta circular, de Tounens trata de impedir que el Gran
Oriente la distribuya por todo el país, pero llega tarde. Ha sido dada a
conocer. Furioso, renuncia a todos sus estados masónicos, y declara:
"Yo juro ante Dios y ante los hombres de hacer todo lo posible para
ayudar a aniquilar las logias masónicas" (Boiry, pág. 181). Es entonces
que Orélie Antoine publica otro folleto de 21 páginas, como informe
dirigido a la logia de Périgueux "y a todos los masones del universo"
(Périgueux - Imprenta de J. Bounet - 1866).

Días después el monarca, en su condición de tal, se dirige al Papa


pidiendo le levante la excomunión que en 1865 Pio IX había extendido a
todos los masones. En su carta del 15 de julio de 1867 dice: "Yo me
había hecho recibir como francmasón sin conocer la
francmasonería...Por lo tanto, me siento agobiado por vuestra
condenación. Este estado de cosas me resulta penoso, deseo eximirme
de la excomunión y reconciliarme con la Iglesia...". El Papa le responde
en latín y la gracia le fue concedida.

En 1867, Orélie Antoine, siempre con graves problemas económicos,


apela al recurso de dirigirse al Senado. Esta vez no habla de la
recuperación de su trono ni de una expedición colonizadora.
Simplemente pide, a modo de ayuda, una especie de indemnización o
renta privada en su calidad de rey en el exilio, con carácter retroactivo,
es decir, desde el 5 de enero de 1862 en que fue "secuestrado" y sacado
de sus estados. De respuestas a esta solicitud no se tienen noticias.
CAPÍTULO IV
A ARAUCANIA VIA BUENOS AIRES

Más de seis años llevaba en Francia Orélie Antoine de Tounens. Los


diarios ya no se interesaban por sus incansables y repetidas historias,
argumentaciones y pedidos.

Como entretenimiento, lo recibían algunos círculos sociales e


intelectuales fiesteros. Invitaban al monarca a salones de moda.
Resultaba una figura curiosa actuando como "rey". Así lo trataron,
entre otros, el poeta e inventor Charles Cros (llevado por su hermano
Antoine), brillantes damas como Nina de Villard y Camille Frammarion,
los bardos "malditos" Arthur Rimbaud y Paul Verlaine, etc. Entre esas
personalidades no pudo progresar en sus proyectos, pero la pasaba bien
y acompañado.

De los ruegos reiterados al Emperador Napoleón III, y desoídos por éste,


pasa a criticar duramente su poco honrosa retirada de la campaña
mexicana, abandonando al emperador Maximiliano. Orélie Antoine no
deja de ofrecer su "Nueva Francia" como la mejor alternativa y consuelo.

REACCION DE LA DIPLOMACIA CHILENA

La representación diplomática chilena cada día responde con mayor


energía a las publicaciones del monarca que ofenden a su gobierno
desconociéndole soberanía sobre el Arauco. Una nota del enviado
extraordinario Rosales, destacado en París, dice:

"Creo un deber el prevenir a los compatriotas del señor de Tounens que


toda tentativa de invasión, de desembarco ilícito sobre el territorio de la
República, les expondrá a ser tratados como piratas, conforme a las
leyes internacionales". Y agrega: "Las tribus que habitan Araucanía
están sometidas a su gobierno, con idéntico título que las tribus árabes
de Argelia están sometidas a la dominación francesa" (Vergnes, pág.
147).

En los pocos años que de Tounens estuvo ausente de América, se


produjeron grandes novedades.

En Estados Unidos se había terminado la guerra civil y había triunfado


el antiesclavista Abraham Lincoln, luego asesinado.

En Chile la fuerza de los indios se había deteriorado considerablemente.


El gobierno y el ejército mejoraron su poderío y confianza cuando en
1866, como ya lo hemos dicho, unida su escuadra a las de Perú, Bolivia
y Ecuador, al mando del capitán de navío peruano Villar, derrotaron a
la flota del almirante español Méndez Núñez.

En el tono habitual de sus reclamos de apoyos (y reproches), Orélie


Antoine hace imprimir en 1867 en París, una carta-folleto de 16
páginas, dirigida a los diputados de Francia. Poco después hace lo
mismo con los senadores, en 6 páginas.

EL SOCIO ANTOINE PLANCHU

A fines de 1868, Orélie Antoine conoce a un personaje raro y misterioso,


el joven abogado normando Antoine Planchu, quien propone financiar
una expedición, con una cifra estimada por el monarca en 10.000
francos (con el tiempo ha bajado sus presupuestos al mínimo). Este
aventurero habría sido el único adquirente de un título de 500 francos
del último empréstito lanzado por el monarca.

Planchu en esos momentos dispone sólo de 3.000 francos prometiendo


agregar otros 7.000 con la ayuda de su acaudalado padre. de quien
además espera heredar una fortuna. En las pocas referencias que ha
dejado el monarca de su asociado, muestra con frecuencia que
desconfía de él.

Lo cierto es que Planchu, luciendo flamante designación de ministro de


estado del reino de Araucanía y Patagonia, se embarca con Orélie
Antoine. Salen el 8 de febrero de 1869, desde Southampton, en el barco
"Oneide" de la Compañía Inglesa del Pacífico. Desembarcan en
Montevideo y desde allí viajan a Buenos Aires. No hay documentación,
ni siquiera de los actores, hasta que André des Vergnes los hace en
Buenos Aires el 14 de marzo.

Philippe Boiry los localiza el 23 de ese mismo mes en Olabaria (sic). Hay
coincidencias en que los expedicionarios salieron a caballo hasta Azul
con una caravana de comerciantes, y desde allí se volvieron a Buenos
Aires.

Estimaron difícil sortear los problemas del camino y los fortines.


Además Planchu, poco diestro, montaba con mucha dificultad.

Tampoco se sabe cómo ni cuándo se embarcaron en "El Pampero" para


dirigirse a Carmen de Patagones, la ciudad sureña fortificada, ni qué
estuvieron haciendo allí durante varios meses. Sorprende también que
Orélie Antoine no haga ninguna referencia a su compatriota Alcides
d'Orbigny, quien estuvo en esa población 40 años antes, describiendo
muy bien al fuerte, la región y sus gentes.
Desde Carmen de Patagones Planchu habría regresado a Buenos Aires.
Según Philippe Boiry, en "misión secreta", o quizás esperando fondos de
su padre.

PERIPECIA EN CHOELE CHOEL

Vayamos a lo que está documentado. Orélie Antoine, siguiendo el curso


del Río Negro aparece en Choele Choel, "nido de feroces indiadas"
(Braun Menéndez), isla que divide ese cauce de agua. Allí tiene serias
dificultades. Se lo maltrata y su vida está en grave peligro. Es un
"trehua huinca" (perro cristiano), un "teoauiñecao" (espía). Al respecto,
Rómulo Quintana dice que en ese momento el monarca se encuentra "a
un punto de la esclavitud o la muerte". Jean Raspail hace una patética
descripción de los suplicios a que era sometido el monarca. "Su destino
-escribe Braun Menéndez- iba a troncharse con una muerte bien poco
elegante para su augusta persona". André des Vergnes dice que los
indios, "...se burlan del rey de Araucanía y Patagonia, admitiendo que
ellos no conocen su "existencia". Pero la información mas fidedigna,
obtenida de los propios testigos, la da el Coronel Saavedra: "Estuvo a
punto de morir a mano de cierta indiada que se hallaba reunida en
dicha isla".

El cacique Calfucurá, como varios de sus hijos capitanejos nacidos en


Chile, tiene constantes vínculos con los araucanos del otro lado de la
cordillera, a quienes les provee ganado, y jamás ha oído hablar del
monarca. Araucanos, pampas y tehuelches, no saben nada de la
existencia de un rey y menos de ellos.

¿Pero cómo? ¿No dice y repite Boiry que Calfucurá fue invitado a
adherirse al reino y aceptó unir la Patagonia a la corona?.

Por obra de la casualidad, está en esos momentos en la tribu de


Calfucurá el joven cacique araucano Lemunao quien, entre sus
recuerdos familiares de años atrás esta el paso de un "rey francés" por
sus tierras. Escucha el indio los gritos de desesperación de Orélie
Antoine, severamente maltratado e intercede ante el jefe local
salvándolo de su difícil situación. Ya no dormirá más a la intemperie,
con los perros, porque Lemunao lo lleva a su toldo. También este
cacique le permite agregarse en su viaje a Araucanía por la huella de
carretas Chadileuvú, como la llamaban los indios, que bordea el río
Negro hacia el Oeste. Todo esto está confirmado en detalle por el propio
Lemunao, pues así se lo confesó al escritor coronel Cornelio Saavedra.

Orélie Antoine permanece "varias semanas" en Choele Choel y en ese


lapso arriba al lugar, desde Carmen de Patagones, el coronel Julián
Murga, que viene investigando un robo de caballos. Enterado el militar
que un francés estaba en la isla, lo hace llamar a su presencia. Habla
con él, estimándolo "un loco", sin tomarlo en serio. Pero ante el militar,
Orélie Antoine no se dice "rey".

Por su parte, Philippe Boiry omite contar en su larga "historia" los


momentos desagradables que pasó Orélie Antoine en Choele Choel. En
cambio, narra cosas inventadas. Por ejemplo, dice que Murga acusa a
Lemunao del robo de los caballos y le toma algunos indios propios como
rehenes, actitud que el monarca condena con severidad el monarca
ante el coronel, algo improbable porque este curtido militar no se lo
habría permitido.

Dice luego el "príncipe" que en esos días llegan de Buenos Aires a la isla
dos hijos de Lemounaou (así lo escribe), trayendo un tratado que
firmara el padre con el gobierno argentino. Y agrega: "Los caciques
vecinos reprochan vehementemente a Lemounaou lo que ellos
consideran una traición. Nosotros no tratamos con los huincas
invasores. (Aunque más identificado con cristianos, el término huinca
se aplicaba también a los no indígenas, los extranjeros). Y para
castigarlo por haber hecho una tregua y dejado partir a los rehenes con
el coronel Murga, le roban una parte de los caballos. Ante tal hostilidad,
Lemounaou comprende su falta y decide romper la tregua con los
argentinos, si ellos no le devuelven los prisioneros..." (pág. 190). Todos
episodios imaginativos.

Sobre el paso de Orélie Antoine por Choele Choel, Adolfo Galatoire, en el


citado artículo de "Todo es Historia", dice sin prueba alguna, que en ese
lugar lo esperaba el cacique Lemunao, "enviado por el cacique
Quilapán".

Todas las crónicas coinciden en decir que Lemunao era muy joven, y
por tanto no podía tener hijos que viajaran solos a negociar convenios a
Buenos Aires. Tampoco se encuentra en los archivos argentinos la
mención del nombre de ese cacique chileno, menos aún haciendo
tratados con el gobierno. Por otra parte, no había ninguna razón para
que lo hiciera, pues Lemunao habitaba en Chile como cacique menor de
la tribu "reducida" Neculman, es decir, pacificada y en territorio
controlado por los militares del país vecino. Simplemente había ido a
Choele Choel a canjear mercaderías chilenas por caballos.

Otra vez nos encontramos con la falta de explicaciones sobre el largo


trayecto a caballo (alrededor de 1.000 kilómetros en línea recta) hasta la
frontera con Chile. Algunos relatan con mucha ligereza que la pequeña
caravana cruza los ríos Negro y Limay. Quien conoce esos cursos de
agua sabe que son de muy difícil travesía por ser caudalosos todo el año
y de fuerza torrencial. Todavía se recuerda que casi un cuarto de siglo
después atravesó el Río Neuquén (para obviar al Negro y Limay) el
entonces coronel Fotheringham que acompañaba las fuerzas del
expedicionario General Julio Argentino Roca. Lo hizo con varios
paisanos. Penetró en las aguas tomado de la cola del caballo y estuvo a
punto de perecer. Luego se colocaría allí un monolito recordatorio del
hecho.

Por un relato del propio cacique Lemunao, sabemos que después de


bordear el río Negro, y superar el río Neuquén, siguieron orillando el
Limay hasta el Picún Leufú. Allí pararon en Cura Charahuilla, los pagos
de Reuque Curá, hermano de Calfucurá. Luego enfrentaron la
cordillera. Atravesaron el boquete o paso de Llaima, a 1.450 metros
sobre el nivel del mar, en Lonquimay, para salir más adelante a las
rucas de Maipú (romper la tierra, o paraje de tierra cultivada), del
cacique Quilapán, a quien encuentran esperándolo en Tumen, por
haber sido advertido previamente por un mensajero.

EL CORONEL SAAVEDRA EN CAMPAÑA

El Coronel Cornelio Saavedra Rodríguez, en su sostenido avance por


tierras del Arauco, ha establecido su cuartel general a 270 kilómetros al
Sur del Bío Bío, entre los ríos Tolten e Imperial (en la desembocadura
de esta arteria fluvial hoy existe un puerto llamado Saavedra). Su
ejército había dejado atrás a varias reducciones de indios pacíficos o
pacificados e incluso muchos colaboradores. Las opciones que tenían
los indios no eran muchas: luchaban en forma desigual perdiendo
vidas, viviendas, ganados y sembradíos, o transaban "reduciéndose" a
territorios delimitados.

En los años de ausencia del monarca, las posiciones del Arauco habían
cambiado mucho. Numerosos fortines mostraban los avances chilenos.
Estos consistían en una construcción más o menos amplia, de barro,
con techo de paja, rústica atalaya, cerco de troncos de puntas filosas y
toda la circunferencia con un ancho y profundo foso con agua, más un
puente levadizo.

Pues bien, a Saavedra también le habían llegado noticias indicando que


"el aventurero Orélie Antoine viene de Argentina acompañado de un
cierto número de gauchos de la misma República...". Poco después
hablaría también este militar de otros intrusos en su territorio: "los
aventureros argentinos Roberto Martínez y Eleuterio Mendoza" (Braun
Menéndez, pág. 86), presumiblemente gauchos alzados, desertores del
ejército o reclamados por la justicia, de los cuales no logramos otras
informaciones.

Estos informes los menciona el Coronel Saavedra en un parlamento que


cita con tres docenas de tribus arribanas y costinas. En un primer
momento ningún indio hace comentarios sobre el particular. Poco
después, invita a sus visitantes "con mucho mosto y música". Estos
comprenden que el militar lo sabe todo y confirman la entrada desde
Argentina de Orélie Antoine en tierras de Arauco, acompañado de los
caciques Quilapán, Montri y Quilahueque. El primero en dar detalles de
esa situación, confesando que lo había guiado, es el mismísimo cacique
Lemunao. Tiempo después Saavedra, que también era escritor, publica
su documentación en la que figura una comunicación al Presidente
General Pérez, donde le cuenta los detalles de las informaciones
obtenidas "con mucho mosto y música" (Braun Menéndez, pág. 86).

Cornelio Saavedra anuncia entonces una recompensa de "dos almudes


o cutamas de pesos fuertes" para "quien me traiga la cabeza del
aventurero Orllie". En sus memorias escribirá: "El farsante francés
había llegado solo, pero como se presentase entre estos indios
halagando sus ya premeditados intentos de sublevación y ofreciéndoles
próximos contingentes de buques i soldados, aquellos habían aceptado
su alianza y conducción" (Braun Menéndez, pág. 91).

MAS ARENGAS Y FORMACION DE GABINETE

Quilapán habría recibido una carta fechada el 1 de febrero de 1870,


enviada por el General Pinto, diciéndole:

"El gobierno, fatigado de esperar que los indios cumplan el pacto del 25
de setiembre último...me ha ordenado decirte que él acuerda a los
indios solamente un plazo de quince días completos, a partir de
mañana, para que me entreguen todos los cautivos españoles y los
bandidos que hay entre ellos, sin exceptuar al aventurero Orélie
Antoine, que pretende hacerse nombrar rey de los indios..." (Vergnes,
pág. 165). En Perquenco, acompañado de Quilapán y otros caciques,
Orélie Antoine dice lanzar en un parlamento la siguiente arenga:

"Mi ausencia ha durado siete años y algunos meses, espacio de tiempo


que ha sido desdichado para todos; a mi regreso, los encuentro
cercados por todos los costados por los chilenos; Vds. han sufrido
guerras ruinosas. Ahora debemos hacer lo posible para reparar las
desgracias que hemos experimentado. En nuestro largo y penoso viaje,
he tenido numerosas entrevistas con los indios, yo les he hecho
comprender que deben unirse todos, para empujar lejos un enemigo
que quiere desposeerlos de sus propiedades y masacrarlos..." (Boiry,
pág. 191).

En ese lugar y emergencia, siempre según Boiry, el monarca funda "la


orden real de la Corona de Acero", siendo los primeros en recibirla:
Quilapán, Montret y Lemunao, aunque nada prueba que éste último lo
acompañara. La condecoración consiste en: "Los cuatro brazos de la
cruz de la nueva orden están terminados por una estrella, formando así
la Cruz del Sur, y reunidas por una guirnalda de roble. La medalla es
toda en acero cincelado y su cinta roja es completada de un ribete de
hierro". Es inexplicable cómo pudo confeccionarlas en plena cordillera y
en campamentos de emergencia, en retirada. De ellas no quedó ningún
rastro o mención en Araucanía.

Además, siguiendo su costumbre de escribir paquetes de resoluciones,


el rey forma su gobierno en el papel:

Ministro de Guerra: Quilapán,

Ministro de Asuntos Extranjeros: Montret,

Ministro del Interior: Quélaueque,

Ministro de Justicia: Calfouchanh,

Ministro de Agricultura: Marioual".

Tanto estos nombres como los textos de la arenga y la constitución de la


orden real, están escritos en francés. Tampoco parece que contara en
esa oportunidad con traductor, pues vemos como afrancesa nombres.

Mas sorprendente aún es otra realización que consigna el apologista,


quien escribe: "Sin lugar a dudas es en esta época que él (el rey) hace
acuñar una primera moneda de su reino". (Boiry, pág.195). Esto es
evidentemente falso, pues si bien es cierto que existen algunas monedas
similares, estas fueron hechas en Francia, en 1874, según lo constató
Braun Menéndez.

Días más tarde, estando Orélie Antoine con Quilapán, escribe el actual
pretendiente: "El (el monarca) emite a su pueblo una proclama que es
una verdadera declaración de guerra a Chile. El Rey en efecto ha
intentado todo, ha buscado la armonía y la conciliación, se le ha
respondido por el combate y las emboscadas, las tentativas de
asesinatos, de corrupción...". La proclama dice así:

"Nosotros, Orélie Antoine I, rey de Araucanía y Patagonia por la gracia


de Dios y la Voluntad de los pueblos del Extremo Sud;

"Considerando que las tropas chilenas violan el derecho de gentes


incendiando las cosechas, las poblaciones y tomando rehenes;

"Considerando que el presidente José Joaquín Pérez, y su ministro de la


Guerra Manuel García, violan el Derecho Internacional enviando tropas
armadas sobre el territorio de un Estado que se ha dado libremente una
constitución y un soberano, para apropiarse de bienes y personas
sometidas a las leyes de ese Estado;

"Decretamos lo que sigue:


"El General Pinto, el coronel Saavedra, sus oficiales y hombres de tropa
son puestos fuera de la ley.

"Se ordena a nuestros guerreros asegurarse de sus personas y tratarlos


como criminales de derecho común.

"A esos fines, el ejército de Nuestros Estados se organizará en grupos


ligeros, para compensar, por su rapidez y movilidad, la insuficiencia del
armamento que, por el momento, nos es imposible de remediar.

"Nosotros nos mantendremos a la cabeza del combate y entre nuestros


pueblos, hasta la victoria final o la muerte;

"Dado en el Gran Cuartel General de Araucanía (¿donde?), el 19 de


junio de 1870.

"Orélie Antoine I

"Para ejecución: Planchu" (Boiry 195).

Días antes, siempre de acuerdo a lo que escribe Philippe Boiry, era


esperado en Araucanía el tal Planchu, que con ese fin ya había partido
de Carmen de Patagones. Todo por demás dudoso. Sin embargo,
aparece el nombre de su "ministro".

En desconfiables citas de otros panegiristas, de la que se sirve Philippe


Boiry en su libro, pone en boca de Planchu que "...El 3 de abril de 1870,
parto para la Araucanía y, dos días después, estoy con de Tounens
(¿más de 1.000 kilómetros en línea recta pero muy alargados porque se
deben salvar escollos naturales como la travesía de torrentosos ríos,
sólo en dos días a caballo?). Su alegría fue grande. Lo creo...y hace una
llamada refiriéndose a una "carta fechada en Monco, Araucanía, el 31
de mayo de 1871" (Boiry, pág. 193). Las fechas tampoco coinciden ni se
explican.

De todos modos, entre los mapuches no quedó ni la más mínima señal


de tanta documentación manuscrita en francés del monarca.

"LOS "VALEROSOS" COMBATES DEL MONARCA

Las autoridades chilenas han recibido varias noticias de la presencia


del rey en el Arauco, pero ningún rastro concreto entre las múltiples
tribus dispersas, y Philippe Boiry, escribe que "...El general Pinto decide
enviar, bajo el comando de Sevin Arriagada, un batallón, con
recomendaciones de explicar bien a los araucanos que él no viene con la
intención de combatir, pero simplemente de capturar al rey y cortarle la
cabeza".(Boiry, pág. 192).
Braun Menéndez, en base a documentación chilena, escribe en la sexta
edición de su libro:

"El destacamento del comandante Muñoz emprendió la marcha el 19 de


febrero y se internó en el territorio araucano, realizando continuas
incursiones, que tuvieron la virtud de atemorizar y luego dispersar a las
tribus rebeldes. Y como esta división -de acuerdo con órdenes
superiores- fuese después trasladada a la línea de Malleco, a fin de no
perder las ventajas obtenidas, Saavedra dispuso la partida de una
columna bajo las órdenes del teniente coronel comandante del batallón
4 de línea, don José Domingo Amunátegui, compuesta por trescientos
soldados del citado cuerpo, cien hombres de caballería entre cívicos y
veteranos, y unos cincuenta indios aliados".

"Esta segunda expedición militar completó la labor de la primera, al


hacer incursión en territorio de las tribus alzadas, arrasando sus
sembrados y quemando sus rucas (casas). Como la anterior, ésta no
encontró más resistencia que la que le opusieron, con estéril audacia,
algunas pequeñas partidas.

"A pesar de la presuntuosa intimación escrita que dirigiera Orélie al


general Pinto, para que éste la hiciera llegar al supremo Gobierno -
verdadero ultimátum guerrero-, las columnas militares no hallaron ni
rastros de los firmantes: se habían hecho humo..." (Braun Menéndez,
pág. 89).

Como se apreciará, pese al extraordinario valor épico de los caciques y


sus tribus, la definición militar había llegado prácticamente al fin, sin
producirse desde hacía tiempo, encuentros o batallas de importancia,
como tampoco golpes de sorpresa de consideración. Téngase en cuenta
el reducido número de las fuerzas militares expedicionarias, que no
tropiezan con resistencia seria en su avance. Los "millares" de guerreros
de Orélie Antoine parece que no existieron o no lo siguieron.

Para esa época, Saavedra ha tomado sin ninguna oposición la localidad


de Angol, que había sido elegida capital de su reino por el monarca. Sin
embargo, el "príncipe" hace diversas citas de sus amigos de la corte
parisina en las que se relatan sin la mas mínima documentación, y sin
mencionar sitios o fechas, numerosas acciones de singular valor de
Orélie Antoine al frente de sus indios. Llama la atención que el propio
Orélie Antoine, no habla en concreto de posibles combates con su
participación personal.

Por su parte, el historiador chileno Luís Vitale, es terminante: "Ninguno


de los alzamientos -en que se combinaba la guerra de guerrillas con la
guerra móvil fue inspirado por Orélie Antoine...La historia no registra
ninguna acción militar o combate donde haya intervenido Orélie
Antoine". Esto lo publica Vitale con motivo de la visita de Philippe Boiry
a Chile en 1989. En realidad, durante esta permanencia del monarca en
Araucanía, no se producen encuentros armados que puedan calificarse
de batallas ni tampoco se sufren bajas de consideración entre los
militares.

Para ese entonces, Chile era un poder realmente sólido y decidido a


integrar todo su territorio. "Chile ya era un país serio, organizado, con
mucha estabilidad política (dice Braun Menéndez en reportaje al
periodista Fernando del Corro). No es el caso de Bolivia o Perú, por
ejemplo. Vd. sabe que en los primeros 40 años de vida de Chile, hubo
cuatro presidentes a razón de dos periodos cada uno. Además tenía un
ejército aguerrido como se demostró en las guerras que hubo luego en el
Pacífico, primero contra los españoles y luego contra los peruanos y los
bolivianos...". Por otra parte, los araucanos habían perdido posiciones y
estaban en abismal inferioridad de armamento. Sus lanzas de colihue
ya no servían para las epopeyas que realizaron Lautaro, Caupolicán,
Colo Colo y tantos otros a través de cuatro centurias. Es decir, un siglo
contra los incas venidos del Norte y tres siglos contra los españoles.

Unos 30.000 colonialistas hispanos perdieron sus vidas, 1.000 fueron


reducidos a la esclavitud, y 500 mujeres cautivas. Los araucanos, en
ese tiempo, registraron 200.000 muertos. Estas cifras las da el conocido
historiador chileno Eduardo Labarca en su reciente libro "Butamalón"
(en mapuche, "la gran guerra o alzamiento").

Pero el actual "príncipe" escribe por su cuenta: "Atacado, acosado por


las tropas chilenas, el rey y su tropa combaten cuerpo a cuerpo y logran
burlar la vigilancia del enemigo y pasar a través de las redes que le han
tendido... Se recuerda aun actualmente en Araucanía, los rasgos
excepcionales de la bravura física del rey (según dice haber escuchado
de "un venerable sacerdote francés")..."Se cuenta aún cómo, a la cabeza
de sus caballerías, carga sin la menor vacilación a las tropas chilenas,
sable en mano hacia el enemigo...Ha vivido (el rey) en medio de tribus
primitivas, combates incesantes, en una América Latina todavía mal
civilizada...el rey arriesga veinte veces su vida combatiendo en sus filas,
comprenderemos entonces lo indecente que es calificar de "pintorescos"
sus años dramáticos...seguido por una escolta de caciques, reinando de
facto y de derecho, asumiendo en los combates y a la cabeza de la
nación araucana, ebria de independencia y de amor a la libertad, su
verdadera legitimidad..." (Boiry, págs.196-199). Estas menciones a la
independencia y libertad suenan a broma, pues Orélie Antoine sólo
hablaba de una monarquía constitucional pero absolutista y colonia de
Francia.
EL MISTERIOSO CASO DEL "D'ENTRECASTEAUX"

Armando Braun Menéndez, en una llamada de su sexta edición


publicada en 1973, hace la siguiente aclaración al referirse al embarque
de Orélie Antoine y Planchu en Inglaterra con destino a Montevideo: "En
anteriores ediciones de este trabajo di como cierto el rumor generalizado
de que su segundo viaje lo realizó Orllie a bordo del navío de guerra
francés "D'Entrecasteaux", el que por sugestiva coincidencia -ya lo
veremos mas adelante- apareció navegando por las costas de Arauco
durante el tiempo que duró la estada del pretendiente en el interior. El
Barón Marc de Villiers de Terrage, en su libro "Rey sin corona" señala y
a su opinión me inclino ahora- que de Tounens se embarcó en el
"Oneida", buque de la Compañía Inglesa del Pacífico (PSNC), empresa
marítima que atendía por entonces y lo haría por muchos años, el
tráfico mercante entre Inglaterra y Francia con la América del Sur. El
"Oneida" terminó sus días como pontón en Punta Arenas" (Braun
Menéndez, pág. 78).

Este error inicial de Braun Menéndez ha servido a los panegiristas del


monarca para hacer múltiples especulaciones sobre un posible apoyo
para sostener a Orélie Antoine, por si su aventura ofreciera algunas
posibilidades. Otro autor (en Revista "Diners") hace llegar a Orélie
Antoine en dicho barco de guerra a San Antonio, en compañía de un
fantasmal secretario italiano llamado Pietro Tappia (o Trappa). Los
mismos errores, entre otros, repiten Leo Magne, Mauger de la Brannière
y Adolfo Galatoire, porque seguramente no vieron la aclaración de
Braun Menéndez en posteriores ediciones. Además, exacta repetición
del error involuntario se traduce en nota de "Clarín" del 6 de noviembre
de 1966.

Cuando el monarca consigna que Planchu ha partido de Carmen de


Patagones a Buenos Aires en una "misión secreta", Philippe Boiry
deduce que su tarea consistió en buscar dinero que esperaba de Europa
y trabar contacto con el "d'Entrecasteaux". "Según el escritor chileno
Braun Menéndez, es sobre el navío de guerra de la marina imperial
francesa "d'Entrecasteaux" dirigiéndose hacia las posesiones francesas
de Oceanía -en consecuencia con el apoyo oficial, pero discreto, del
gobierno de Napoleón III- que los dos hombres efectúan su viaje. Ellos
habrían sido desembarcados secretamente en la ensenada de San
Antonio, a cincuenta leguas de la desembocadura del Río Negro, es
decir, en Patagonia".

Boiry cita a Leo Magne cuando escribe: "Es probable que el


"d'Entrecasteaux" toma a Orélie a su bordo en Buenos Aires para
desembarcarlo, 900 kilómetros mas al Sur, en la ensenada de San
Antonio, luego el navío, atravesando el estrecho de Magallanes, va a
navegar a lo largo de la costa araucana..." (Leo Magne, pág. 185).
Berta de Tabbush también da por cierto el viaje de Orélie Antoine en el
"d'Entrecasteaux", dedicándole varias páginas de imaginativa
novelización. Asimismo, habla de "su compañero maltés Pietro Angelo
Trapa", de cuya existencia nadie posee pruebas.

Aunque Leo Magne confiesa que buscó sin encontrar nada oficial en el
Quai d'Orsay (cancillería francesa), las especulaciones siguen. Como no
hay ninguna documentación de la vinculación del citado navío de
guerra en la expedición de Orélie Antoine, Saint Loup dice:

"Es probable que el comandante del "d'Entrecasteaux" recibió simples


"instrucciones verbales" que le permitieran sostener o abandonar al rey-
aventurero según las circunstancias. Es la actitud clásica de un
gobernante en toda empresa donde su diplomacia y sus fuerzas
armadas no juegan ganadoras desde el comienzo. ¡Es evidente que con
un poco más de audacia de parte del Emperador Napoleón III, la
Araucanía se convertiría en tierra del imperio!" (Boiry, pág. 186).

Todas esas suposiciones no son totalmente descabelladas porque


entraban dentro de la política colonial de Francia en esos momentos.

El rey, desde que en 1859 en La Serena dice haber hecho sus primeros
contactos con un representante del Cacique Mañil, hizo ofrecimientos
fabulosos de ayuda militar a los rebeldes araucanos. Desde miles de
fusiles, cañones y barcos de guerra, hasta la posibilidad de fuerzas,
como la Legión Extranjera, o los 15 a 20.000 soldados propios que
ordenó reclutar a quien designó su Encargado de Negocios ante el
Emperador francés. Nunca concretó nada.

Tanto se difundieron estos embrollos, que hasta el ya victorioso coronel


Saavedra llegó a inquietarse.

Sin darle mayor importancia en un primer momento, el jefe militar,


"cuando le trajeron la nueva de la presencia del "d'Entrecasteaux" en la
costa araucana, tuvo entonces la intuición de algo extraño que bien
podía ser más que una simple coincidencia".

"Marco este detalle -escribe al ministro de guerra con el objeto de hacer


notar a V.S. la extraña coincidencia de haber recalado a las aguas del
Corral, en la fecha anunciada, el conocido vapor de guerra francés
"d'Entrecasteaux", según me lo comunicó el señor Intendente de
Valdivia, i que por la importancia ulterior que ello pudiera tener, dejo
consignado". De ahí que apresurara la penetración y que aconsejara al
gobierno, en nota que elevó en julio de 1870, las medidas que
considerara convenientes y seguras para concluir definitivamente la
guerra de Arauco, incorporando esa región a la vida nacional. Advierte
en aquella nota que sólo asi "se cerrarían las locas aspiraciones de
cualquier aventurero extraño" que pretendiera establecer un estado
independiente dentro del territorio chileno, para lo cual "¡quién sabe si
no contaría con alguna protección que no
sospechamos!...Evidentemente, expresa claros recelos de que "la
tentativa de Orllie pudiera muy bien haber servido de tanteo y de que
su éxito momentáneo hubiera tal vez motivado la intervención de la
nave de guerra, que, entretanto, atisbaba el resultado de sus pasos"
(Braun Menéndez, pág. 92).

Philippe Boiry toma la versión equivocada, diciendo: "Llega un momento


donde las vivas desavenencias oponen al rey y Planchu y el soberano se
ve obligado a ponerlo en estado de incomunicado. Luego las diferencias
se calman y, un buen día, el rey y su lugarteniente se ponen de acuerdo
sobre la oportunidad de retomar contacto con el "d'Entrecasteaux". La
cosa aparece por lo tanto más urgente desde que los chilenos
emprenden acciones militares...los araucanos no pueden menos que
replegarse lentamente ante el invasor, organizando emboscadas. Orélie
Antoine parte, a la cabeza de una partida de cincuenta jinetes para
demandar auxilios al "d'Entrecasteaux"..."(pág. 194).

Luego de frases elogiosas a los esfuerzos y astucias del rey, cuenta el


autor que la partida real llega a la rada de Lebu, de donde el barco
francés ya había levado anclas y partido. La promesa de volver a los
araucanos con mil fusiles, se desvanecía una vez más.

El monarca no mencionará nunca al "d'Entrecasteaux", pero Philippe


Boiry sí, declarando en 1993 que: "...es el barco de la marina imperial
que se puso a su disposición (del rey) para ir a la costa chilena" ¡!..

TRISTE HUIDA Y REGRESO A FRANCIA

Para Orélie Antoine, militarmente las cosas no podían ir peor. Está muy
solo. Los indios siguen con sus lanzas y algunas armas de fuego
tomadas a los chilenos en entreveros, pero sin municiones; muchos
hombres perdidos, aislados de sus familias, con sembrados destruídos y
ganados incautados, con los rigurosos fríos cordilleranos, en regiones
altas, muy húmedas y sin alimentos.

Según los militares chilenos ya es cuestión de hacer operaciones de


limpieza contra pequeños grupos aislados y en las peores condiciones,
desmoralizados por el sometimiento progresivo en el que las tribus van
siendo obligadas a caer.

"Para la óptica chilena -dice des Vergnes- el encarnizamiento que


muestra el coronel Saavedra para destruir la obra del rey francés, fue
admirable". También habla de las inmensas concesiones de tierras
araucanas que el gobierno le había otorgado y que, personalmente, era
dispendioso (pág.236).
Para Orélie Antoine la situación es peor. Ya no puede ofrecer armas ni
tampoco le creerían. Simplemente habla de volver a Francia a organizar
una fuerte expedición militar en acuerdo con "mi primo el emperador
Napoleón III", como repetía.

Teme por su vida, recordando que la recompensa ofrecida ahora por el


Coronel Saavedra es muy superior a la que llevó años atrás a su
doméstico Morales a entregarlo. Además, ya no se trata de detenerlo,
sino de obtener su cabeza, como lo dispuso el general Pintos. No faltan
algunos que ya no creen en la victoria y desearían volver con sus
familias; si es con dinero, mejor.

"El rey resolvió retirarse -según Galatoire declarando que lo hacía para
evitar a los araucanos los tremendos males que significaba la actitud de
las tropas victoriosas que empleaban los recursos de la tierra arrasada.
Luego tomó contacto con el cacique Quilapán, y le declaró que tras de
su persona llegarían de Francia armas, soldados y cañones para
combatir al gobierno de Chile. Pero esa promesa nunca fue cumplida y
posiblemente ello fue lo que trajo la defección de algunas tribus
desilusionadas por ese incumplimiento" (Galatoire, en "Todo es
Historia").

Gerardo Mauger de la Brannière, que trata generalmente bien a Orélie


Antoine, dice: "Poco gloriosa retirada del jefe francés... Efectivamente, al
enterarse del giro que tomaban las operaciones y del precio elevado que
se ofrecía por su captura, el rey, que acababa de demostrar su
incapacidad guerrera, sólo atinó a emprender la fuga. No vacilaba en
abandonar a las tribus que había incitado a alzarse, que le habían dado
su confianza y que habían creído en sus palabras. Les prometía apoyo y
armas por parte de los franceses" (pág.98). Braun Menéndez, en "La
Nación" del 14 de enero 1940, habla de "atropellada fuga".

Es decir, el "valeroso" jefe huye ante la inminencia de una batalla, o


desiste de continuar personalmente una guerra de hostigamiento y
desgaste. Galatoire dice que fue "derrotado antes de combatir". ¿Y
aquella promesa de luchar "hasta la victoria final o la muerte"?. Berta
Tabbush dice que su regreso es "virtualmente una fuga".

Orélie Antoine, según él mismo, va a la cordillera alta, donde está su


"ministro de la guerra", el cacique Quilapán. Trata con él el tema y
decide volver a Buenos Aires, "dejándolo a cargo de la comandancia".
"El "rey sin ningún súbdito" huyó sin amagos de presentar combate",
escribe el citado historiador chileno Luis Vitale. Sale por donde había
entrado, por el paso de Llaima. El jefe indio le brinda un guía para
conducirlo hasta los toldos de otro cacique amigo, Rouque Curá, luego
hasta Salinas Grandes y por fin a Bahía Blanca.

Del paso del monarca por Salinas Grandes, Boiry dice cosas
incompatibles con la realidad, al afirmar que: "Entre las personas que
residen en ese momento con el cacique Calfucurá, se encuentra el
coronel Murga, con el cual él (Orélie Antoine) reanuda
conocimiento...Desde Salinas Grandes, Calfucurá lo ayuda a ganar
Bahía Blanca..." (pág. 197). Ignora que, en esos momentos, junio de
1871, Calfucurá esta violentamente maloneando por la Provincia de
Buenos Aires, perseguido por el ejército del coronel Ignacio Rivas, a
quien apoyaban diversas tribus pampas, a escasos nueve meses de la
gran batalla de San Carlos, el 11 de marzo de 1872, donde el cacique
mapuche es vencido. Por esas razones de guerra, es totalmente
imposible que en junio de 1871 el coronel Murga pueda haber estado
parando junto a Calfucurá en Salinas Grandes. De haberse encontrado,
debían haber luchado.

Según Philippe Boiry, Orélie Antoine escribió respecto a su partida:


"Para salir de mi reino, las dificultades y los peligros se mantienen aun
mas grandes que para entrar: Será necesario obtener el acuerdo de los
jefes de tribus, pues franquear la frontera, es jugar mi cabeza..." (pág.
196). ¿Pero cómo? ¿No lo habían reconocido todos como rey?. Y Boiry
agrega por su cuenta: "Pues si, en efecto, el pudo entrar secretamente
en sus Estados, con presencia entre ellos. los combates y las batallas
(sic) que él ha conducido, los actos solemnes cumplidos son conocidos
tanto en Argentina como en Chile...Deja a Plachu en el lugar, pero con
consignas muy estrictas a Quilapán de vigilarle de cerca, porque
desconfía de sus iniciativas. Este reino efectivo había durado cerca de
dos años" (pág. 197). Tal lapso ya exagerado es, sin ninguna prueba, es
elevado por el "príncipe" en 1993, a 8 años (Latorre).

Si Orélie Antoine llega de Southamton a Buenos Aire s el 4 de marzo de


1869 y regresa a la capital argentina el 2 de julio de 1871, median entre
ambas fechas 28 meses. A ese tiempo debe descontarse lo transcurrido
en las largas travesías a caballo, primero hasta Azul (ida y vuelta) y
luego desde Carmen de Patagones a Chile, más las extensas estadías en
las etapas y el viaje en viaje en un pequeño barco. Esto indicaría que
Orélie Antoine permaneció en Araucanía muy pocos meses.

Y cabe preguntarse: ¿Si las actividades de Orélie Antoine son conocidas


en Argentina, como dice el "príncipe", cómo no lo detuvo esta vez el
coronel Murga como lo haría dos años después al encontrarlo en Bahía
Blanca?. Lo mas probable es que no hubo un segundo encuentro entre
ambos en las Salinas Grandes, donde tampoco podía encontrarse
Calfucurá.

En cuanto Orélie Antoine llega a Bahía Blanca, se embarca en el


"Patagones" y desciende en Buenos Aires el 2 de julio de 1871. Una vez
en esa capital y, exhibicionista como era, prepara largas crónicas y se
encamina de inmediato a diarios tales como "La Prensa", "La Nación" y
"La Tribuna". Los dos primeros simplemente dan la noticia escueta, sin
mayores comentarios, pero "la Tribuna" ironiza preguntándose cómo el
Gobierno no ha brindado el recibimiento que el monarca se merece.
M. A. Torres Fernández (revista "Atlántida"), transcribe parte de una de
esas crónicas: "Buenos Aires hospeda en estos momentos a un rey
destronado que, declarado loco antes de ahora por los tribunales, viene
hoy huyendo de sus súbditos. El famoso Orllie I, que se había dado el
título de rey de la Araucanía, y cuyas aventuras son bien conocidas,
habiendo efectuado su viaje por Salinas, de manera que este personaje
ha entrado y salido de sus estados por la Puerta de la República
Argentina, pues antes de ahora pasó la cordillera por el camino de
Patagones. Parece que el gobierno nacional tiene la intención de dar a
este personaje una morada regia, como la que le brindó en otro tiempo
el gobierno de Chile".

Eso de que "viene huyendo de sus súbditos" es muy probable porque los
caciques alzados le habrían exigido explicaciones sobre las prometidas
armas, durante años. Con esas armas habían contado, determinándolos
a emprender un nuevo levantamiento, que les costaba muy caro en
vidas y posiciones.

Quizás la mencionada nota periodística, insinuando que el gobierno


puede enviar a prisión al monarca, le hace sentirse en peligro,
embarcándose para Montevideo en el "Edward Everett". Antes en
Buenos Aires, según Mauger de la Brannière, trata de entrevistar al
entonces presidente Sarmiento que no lo recibe, en momentos en que el
mandatario argentino ha creado una administración provincial para la
Patagonia y para Santa Cruz, que comprende Tierra del Fuego.

En la capital uruguaya permanece varios días, y aunque no pierde


oportunidad para exhibirse, dice sentirse nuevamente en peligro. Piensa
embarcarse de regreso a Europa en el vapor inglés "Maske Lyne", cuyo
capitán Hayrby lo atiende bien. El Cónsul General de Francia, señor
Doazon, también se esmera con él.

"El representante de Estados Unidos en Montevideo -escribiría después


Orélie Antoine- me ofrece una fragata de guerra para mantenerme
seguro, en espera de un barco para el Brasil o para Europa; le
agradezco momentáneamente, diciéndole que, si mi presencia en
Montevideo se hace pública, aceptaré con reconocimiento su
benevolente hospitalidad. Agradezco igualmente al señor Doazon,
representante de Francia en Montevideo, que hace cuanto puede por
hacerme partir" (Boiry, pág. 197).

Al fin esta en camino para Francia, donde arriba a fines de agosto de


1871 a Marsella. La travesía duró 32 días. Nunca más volvería a pisar
tierra araucana o patagónica, aunque cruce otras dos veces el Atlántico.
OPINION DE UN DIPLOMATICO ARGENTINO

Aunque en los archivos de la Cancillería de Buenos Aires se insiste


curiosamente que no hay antecedentes de Orélie Antoine de Tounens ,
gracias a la investigadora de la Universidad de Buenos Aires, Lucila
Pagliai, hemos conocido una carta de Félix Frías, ministro
plenipotenciario del gobierno argentino en Chile, dirigida a Domingo
Faustino Sarmiento. Está fechada el 30 de mayo de 1870, cuando el
"rey" se encontraba en Araucanía, y refiriéndose al reciente asesinato
del gobernador de la provincia de Entre Ríos Justo José de Urquiza,
escribe:

"Habría sido una vergüenza para nuestro país la impunidad de un


crimen semejante; y más aún que el delincuente se hubiera sentado en
la silla misma del gobernador que asesinaba. Si el mismo, que en todo
país civilizado conduce a la horca, pudiera llevar en el nuestro al
supremo poder de una provincia, merecería ser mandado por
aventureros, como el francés Orélie y no por gente culta".

Esta mención hace pensar que Frías ya había hablado anteriormente


sobre de Tounens a Sarmiento. Y más adelante, dice:

"Temo mucho que la corte del nuevo rey caiga en la situación de


mantenerse con las vacas argentinas... y entiendo que sin quebrantar
ningún principio, habría pleno derecho para prenderle y castigarle, por
lo menos como perturbados de la paz de un país vecino y amigo".

Esto de las "vacas argentinas" se relaciona con el conflicto entonces


muy conocido, por el cual las tribus "arribanas" (mapuches chilenos de
la cordillera), incursionaban en las pampas argentinas robando ganado
que comerciaban en Chile. Esto le hace decir a la profesora Pagliai de
que el ministro Frías intuye, o sabe, que "el francés Orélie no es
peligroso en términos de soberanía sino en términos de contrabando...
La aventura de Tounens lo convertía, para los intereses argentinos, en
un vulgar ladrón de ganado... en esta carta (Frías) trata de que la
Argentina brinde su ayuda al país "vecino y amigo" con información y,
de ser posible, con alguna acción cuidadosa; de paso esta medida de
buena voluntad hacia la soberanía chilena permitiría sacar del ruedo a
de Tounens en un tema en apariencia mucho más prosaico".

BUSQUEDA DE BANQUEROS EN FRANCIA E INGLATERRA

Orélie Antoine de Tounens, como siempre, al retornar a Francia se


dedica a promocionar su persona y su proyecto. Nuevamente quiere
convencer a autoridades y conciudadanos de patrióticos beneficios
comunes con su "Nueva Francia". Por supuesto, invita a "colaborar en
la obra de civilización que he emprendido... La segunda patria que todos
de acuerdo crearemos, les recompensará largamente sus sacrificios".

La situación en Francia ha cambiado mucho en los meses de ausencia


del monarca. La guerra contra Prusia había concluido con la derrota de
Sedan el 1 de setiembre de 1870. El tratado de Francfort del 10 de
mayo de 1871 significó la pérdida de Alsacia y Lorena, el compromiso
de una pesada deuda de reparaciones y la cautividad de Napoleón III en
Alemania, en el castillo de Wilhelmströhe. Luego se produce la
sangrienta sublevación de los comuneros que proclaman la 3a.
república. Muchas heridas sin cicatrizar y en poco tiempo.

No encuentra buen ambiente sino burlas a sus expresiones. Quizás por


ello decide crear medios propios de difusión, esta vez en Marsella, a 700
kilómetros de la hostil París. En esa ciudad funda dos periódicos de
efímera vida. Uno bastante informal, "Les Pendus" (Los Ahorcados), del
que salieron sólo dos números. El otro, "La Couronne d'Acier" (La
Corona de Acero), con carácter de "Diario oficial de Araucanía", del que
aparecieron pocas ediciones, la primera el 13 de enero de 1872 y la
última el 16 de noviembre de ese mismo año.

En esas publicaciones vuelve a narrar sus experiencias, las


características y futuro de su "Nueva Francia", insistiendo en los
llamados para reclutar colonizadores y financistas.

En setiembre de 1871, al mes de llegar a Francia, publica un folleto


insólito de 31 páginas impreso en Marsella en la imprenta de H. Seren.
Allí expone el haber creado un elemento "para neutralizar los proyectiles
lanzados por las armas de fuego". Dice que el gobierno prusiano le ha
pedido comprarle su invento, y este respondió proponiendo un duelo.
También incluye en su escrito cartas a los oficiales franceses y al
presidente de la república. Esta publicación no mereció más que risas y
el disparate cayó en el olvido.

El 30 de abril de 1872 lanza en un folleto de 4 páginas, una nueva


suscripción por 30 millones de francos, con un interés del 10 % anual.
Con ese motivo propone una solución a los candentes problemas
sociales de Francia: "Que cada uno dé cinco francos por año, y me
encargo de desembarazarlos de todo el mundo de miembros de la
Internacional, partidarios de la comuna, comunistas y municipales...y
de todos los desheredados del mundo, llevándolos a mi reino. Veo allá
un gran bien para Francia y Europa que los rechaza de su seno y
también para mis estados donde todo esta a edificar, sin impedimento
de ninguna clase, de hecho, de costumbres y de prejuicios de un mundo
demasiado viejo..." (Boiry 200). ¿Con la escoria europea pensaba
civilizar la Araucanía y Patagonia?.

En carta que dirige al "Anuario Dos Mundos", expresa: "Francia ha


perdido sus más ricas posesiones de ultramar (se refiere al Quebec y
Luisiana). Yo espero ofrecerle pronto una admirablemente bien situada
al Sud de la América sobre dos océanos, el Atlántico y el Pacífico,
presentando todas las condiciones de una prosperidad sin
igual...Inglaterra podría ser destruída completamente y sin embargo no
dejará de existir. La raza inglesa esta repartida por todas partes...¿Y el
Portugal?, Si decae, no esta el Brasil para continuarla en su lengua y en
sus costumbres?...Se acusa a Francia que ignora los principales
principios de la colonización; bien, yo recojo el guante en su nombre y
demostraré lo contrario..."

Como se verá, ya no se trata de mantener la independencia de un


pueblo sino de someterlo a la colonización que aparece teniendo
"principios". Pero los principios no serían lo mas importante sino poseer
dinero para conquistar tierras, pues el monarca se las ofrece tanto a
católicos franceses o italianos como a luteranos alemanes y anglicanos
británicos, o mejor dicho, a sus banqueros.

En su periódico, Orélie Antoine pide colonizadores franceses y otros


europeos para su "Nueva Francia", sin importarle la categoría o
condición de los mismos, aunque sean criminales condenados y
prostitutas. Veamos cómo el pretendiente actual aprueba esa conducta
para con sus "súbditos"..."La idea no es nada mala, y buen número de
colonias francesas, bajo el régimen anterior, fueron pobladas de
presidiarios y "señoritas"..." (pág. 200). ¿Admira este tipo de "civilización
europea" el "príncipe"?.

TORTUOSA CORTE REAL

Una curiosidad publicada por Orélie Antoine en "La Corona de Acero",


tiene una bulliciosa trascendencia y da motivo a que muchos se ocupen
de él, pero ridiculizándolo. Firmó una nota que tituló "Epístola de amor
a las niñas casaderas de Francia y del Extranjero". Era un excéntrico
aviso matrimonial buscando una esposa. La pide "honesta, de familia
respetable, saludable, de buen carácter, inteligente, instruida y bien
bella...Deberá reunir la más grande suma de cualidades posibles para
convertirse en una reina perfecta..." (Boiry 198).

"La singular "epístola de amor" recibe respuesta...Una princesa, una


auténtica princesa del noble linaje de los Romanoff, le contesta. Sigue
una correspondencia asidua. La soñadora eslava, seducida por las
encendidas misivas del exótico soberano esta a punto de emprender
viaje desde su lejana y fastuosa corte y hasta le adelanta cierta ayuda
económica con el objeto de restaurar la caída monarquía. Pero al
enterarse el zar Alejandro II del "epistolar" romance, le pone
bruscamente punto final." (Tabbush, pág. 296).
Se instala en París a fines de 1872. En Marsella se agotaron las
posibilidades de obtener dinero en suscripciones. Cuantos habían
recibido órdenes de pago sobre el tesoro araucano le reclamaban su
efectivización. El negocio de venta de títulos y condecoraciones
comenzaba a ser investigado por la Legión de Honor. En París "vivió de
expedientes, que no fueron judiciales" (Braun Menéndez en diario "La
Nación" - 14 enero 1940).

El monarca crea una nueva condecoración, la Real Orden de la Estrella


del Sur, esta vez con un diploma y una medalla. Los "costos de
cancillería" o de matrícula, se cobran a los incautos. Los estatutos
fueron impresos por la editorial Alean Levy y las medallas fabricadas
por la casa Lemaître de la calle Saint Honoré.

También acuña algunas monedas, haciendo creer que circulan en


Araucanía. Mostrándolas lanza otro empréstito por intermedio de la
banca Lagrange y Cía, ignorándose si resultó un negocio demasiado
productivo.

Lo cierto es que Orélie subsiste con la venta de títulos nobiliarios,


monedas, suscripciones, empréstitos, vales sobre la tesorería del reino,
etc. etc. Diversos historiadores opinan que de Tounens recurría a esos
métodos para vivir, siempre con la idea fija de volver a sus ilusorias
posesiones.

Mauger de la Brannière, hablando de "los aprovechadores que rodearon


al rey" dice que quien traía un "cliente", cobraba su comisión. Narra que
a una viuda bilbaína con fama de muy rica, le acuerdan el título de
"condesa de Choele Choel" pero cuando van a cobrarle descubren que
está fundida y que en esos momentos la desalojaban de su palacio.

En la corte real en el exilio se suceden designaciones de todo tipo,


algunas de ministros que se superponen con anteriores
nombramientos, incluso de caciques fantasmales. El cargo de Gran
Chambelán le fue adjudicado a un señor llamado José A. de la Rosa (o
Joseph Rosa), judío de origen griego que se llenó de "honores" hasta
para regalar y revender. Ya venía luciendo un resonante y falso título de
príncipe de Maurocordato y otro de duque de Rosemburg. Orélie
Antoine lo hizo duque de San Valentín.

Se dedica bastante a la vida pública, exhibiéndose en paseos y lugares


de moda, en los grandes bulevares y sus cafés donde concurrían
famosos de la época. Es por entonces que traba relación con un
personaje que le será temporariamente útil, tanto por su pluma de
periodista como por sus influencias. Ha sido cónsul de Francia. Su
nombre: Mahon de Monhagan, quien juega su reputación con una serie
de artículos, que luego reúne en un folleto titulado "El Rey de Arauco",
extremadamente elogioso para el ya ridiculizado monarca. En una de
sus notas trata de justificar el muy conocido aviso matrimonial, pero
sin lograrlo. Tanto la adhesión del periodista, como su colaboración,
pronto desaparecen, pues el monarca es incontrolable, provocando más
burlas de la prensa. "Le Figaro" le dedica crueles ironías. "Se ríe de todo
en Francia -escribe Mahon de Monaghan- es una verdad pasada al
estado de axioma".

REAPARICION Y MUERTE DE PLANCHU

En esa época le llegan al rey enojosas noticias del olvidado Antoine


Planchu. Este, de representante de Orélie Antoine, pretende
transformarse en su sucesor en Araucanía, escribiendo:

"Estoy a la cabeza de los asuntos y he entrado en la vía de la paz.


Fundé un estado de cosas provisorias, esperando, si puedo abrir
comunicaciones, fundar un gobierno sobre bases sólidas. Trabajo para
la civilización de los indios. He estado dos veces en la guerra y he salido
bastante airoso. Negocio en este momento la paz y, si puedo arribar a
un buen resultado, todo irá bien; el país es muy rico en minas de oro y
plata, en frutos; la tierra es muy fértil; las lanas, el sebo y el cuero son
objetos de comercio muy brillantes" (Boiry, pág. 200).

El rey, impotente desde París, dice quitarle su representación y


amenaza al "desleal Planchu". Sus furias se calman cuando le llega un
ejemplar del "Mercurio" de Chile, fechado 2 de julio de 1872. Allí
encuentra la siguiente noticia: "El intendente de Valdivia acaba de
recibir una nota del subdelegado de San José, por la cual le informa
que vienen de encontrar en el río Humufidi un francés que pasaba por
ministro de Orélie, y se ha ahogado queriendo vadear el río. Del examen
de sus papeles, resulta que este individuo se llama Antoine Planchu...Se
ha encontrado sobre él una carta, fechada el 9 de julio de 1869,
proveniente de su padre, quien le anuncia la remisión de 10.000
francos, que deben serle pagados por una casa de Buenos Aires, y
anunciándole el envío de dos muestras de fusiles, sobre los 2.000 que
están listos para él..." (Boiry, pág. 200). Cae el telón para el insólito
Planchu que, al parecer, pretendió hacerse un lugar propio entre los
indios, también ofreciendo armas.

Sobre las circunstancias de la muerte de Planchú, Boiry plantea dudas:


"Habiendo sido encontrado su caballo sano y salvo y todos sus papeles
recogidos, es probable que fuera simplemente tirado al agua...Pero por
quién? Por parte de los chilenos? Un ejecutor araucano del Rey? Nadie
lo sabrá sin duda jamás..." (pág. 201).

BANQUERO SIN ESCRUPULOS Y REACCION CHILENA

"Y como nunca falta en la historia de una aventura -escribe Braun


Menéndez- un banquero condescendiente y sin escrúpulos, a éste lo
encontrará de Tounens en Londres, en la persona de Jacob Michaël,
con quien celebró contrato "para la emisión de un empréstito que iba a
asegurar a su empresa los elementos materiales de que había menester"
(pág. 99). Interviene en los contratos, en representación del monarca, su
agente en Londres, un tal J. M. de Almeida, caballero de industria que
se da el título araucano de vizconde de Palma". Este acuerdo para
lanzar el empréstito, es difundido ampliamente en "Le Gaulois",
reproducido en diversos medios franceses y tiene repercusión en
Londres, en especial en el "Pal Mall Gazette". El tema da que hablar y
promete cierta aceptación del público.

"Respecto de estas negociaciones -escribe Adolfo José Galatoire- se han


hecho publicaciones totalmente antagónicas, pues para sus
simpatizantes, las acciones de Orélie Antoine merecen la admiración
que despiertan los actos de hombres de valor; y para sus detractores,
no solamente Orélie Antoine I mismo no es más que un aventurero
audaz, sino que todos los que le rodearon o apoyaron también lo eran"
(Pág.115).

Jacob Michaël y el propio de Tounens, inician tratos para que la


conocida Banca Rothschild intervenga en la colocación del empréstito
en Francia, pero nada llegaría a concretarse. Lo mismo hace en varios
países.

La aventura había comenzado bien. Orélie Antoine estaba en boca de


todos como el monarca de "Nueva Francia" bajo la protección del
gobierno de París. Se hizo público que Jacob Michaël negociaba
contratos con empresas navieras para fletar dos barcos con hombres,
equipos y armamentos a Araucanía. Hasta se difundieron los nombres
de dos navíos ingleses: "The Pride of the Ocean" y "The Aurora".

Orélie Antoine está desbordante de felicidad porque la prensa, hasta "Le


Figaro", se ocupa de él. Se luce por todas partes y adquiere cierta
notoriedad y respetabilidad que hasta ese momento nunca había
logrado, a pesar de todos sus esfuerzos. Lo reconocen por la calle y los
grandes restaurantes se honran en atenderlo gratis.

EFECTIVA PROTESTA DIPLOMATICA CHILENA

El ministro plenipotenciario de Chile, señor Alberto Blest Gana (como lo


hiciera en Londres), presenta nuevas quejas muy enérgicas ante el
gobierno francés y difunde una violenta nota que publican varios
medios y en especial "Le Gaulois". Este diario venía ponderando la
creación de "Nueva Francia" y alentaba las suscripciones del empréstito,
sin dejar de lamentar que hubiera sido convenido en Londres en lugar
de París.
"La Araucanía -decía el diplomático- es una provincia de Chile,
enclavada en el territorio de ese Estado, provincia sobre la cual Chile
ejerce efectivamente su jurisdicción...todo individuo que, en violación de
las leyes chilenas vaya a Araucanía, será tratado como pirata...(habla
de) la circunstanciada y formal denuncia de los planes del consorcio
Orélie Antoine de Tounens-MonhagganMichaël...para apoderarse de
una fracción del territorio chileno". Asimismo, la embajada chilena
estimula el inicio de acciones judiciales contra la firma Nociles, Carter y
Cía. que comienza a promocionar la venta de títulos del empréstito para
formar la colonia "Nueva Francia".

No era la primera vez que el gobierno de Chile protestaba ante el francés


por dejar correr versiones tan delicadas sobre la situación en su Arauco
y los pretendidos "derechos" de de Tounens. El Quai d'Orsay, la
cancillería en París, respondió restándole importancia a la cuestión de
fondo. Pero el representante chileno insistió con otras comunicaciones y
las autoridades francesas lo autorizaron a expresarse libremente en los
diarios. Aseguraba que su gobierno "estaba resuelto a considerar como
filibustero a todo expedicionario que, procedente de Inglaterra o Francia
y cualquiera que fuese su nacionalidad, se presentase en actitud hostíl
en nuestras costas y fuese aprehendido en flagrante violación de
nuestras leyes".

Es curioso, pero no se registra ninguna reacción de los diplomáticos de


Buenos Aires sobre esta cuestión, ni solos ni acompañando a sus
colegas chilenos. Esa sorprendente actitud da pie para que los
adoradores de la corte de fantasía, insistan hasta hoy, en hablar de la
"indiferencia argentina" como si nunca hubiera tenido interés en
reclamar para defender su Patagonia. En la cancillería de Santiago
están registradas las intervenciones de Brest Gana, pero en la capital
del plata nadie sabe nada. Si ha habido condenas al pretendido príncipe
francés actual en su viaje de 1989, estas se originaron, debe destacarse,
en medios indígenas y en el periodismo.

Más de un siglo después, en 1979, el "príncipe" Philippe" refuta aquellas


argumentaciones, escribiendo: "El señor Alberto Brest Gana no carece,
sin embargo, de audacia. La Araucanía pertenece tan poco a Chile como
a la Argentina en 1873, que se deberá esperar 30 años, en 1903, para
que un arbitraje del rey de Inglaterra, decidido por el Tribunal de la
Haya, estableciese las fronteras exactas entre los dos países que se han
repartido, en fin, el reino de Orélie Antoine..." (Pág. 212)

La enérgica protesta-advertencia de Blest Gana echó por tierra el


proyecto. El dinero dejó de llegar a manos de Orélie Antoine y su
"Corte". También fue demoledor que la policía allanara el domicilio del
monarca en París, porque una compradora de bonos se sentía estafada.
Todo lo programado fracasó. Las autoridades prohibieron la salida de la
expedición, según de la Brannière (pag. 112).
Sin el menor resultado positivo, Orélie Antoine publica otro folleto más,
de 40 páginas, con peregrinas objeciones a los argumentos de la
diplomacia chilena (Lachaud - París 1873).

"A fines de 1873 la policía detiene a Giraud, primer ministro (de Orélie
Antoine), por estafa, tráfico de influencias y condecoraciones
fraudulentas...El "príncipe" Scanderberg esta prófugo y resulta ser un
estafador de nombre del Prato, que ha purgado 10 años de prisión en
Nápoles...El "príncipe" Ostanik der Marcariants había sido criado por la
asistencia pública (asilo)...El "príncipe" marroquí Abdallah el Guenneori
se llamaba en realidad Gory, un policía expulsado...El rey de los
Mosquitos había nacido en Faubourg Saint Antoine, cortada de la
Bonne-Graine...El conde de Bustelli había igualmente tomado la fuga.
Bajo el nombre de Bustelli, acaba de salir de prisión...Condenados:
Mahon de Monagan y Jiménez de la Rosa, por complicidad en extorsión
de fondos..." (Raspail, pág. 290).

No obstante lo aseverado por Philippe Boiry, éste cambia el libreto


después de publicado su libro. En un reportaje acordado a la periodista
y escritora Alicia Dujovne Ortíz, publicado en el diario "Río Negro", en
1979, dijo que el monarca "desechó" ofrecimientos de apoyo financiero
para su empresa de Gran Bretaña y Alemania.

Por ese entonces, para colmo de desgracias, de Tounens se entera de la


muerte de su madre y de que el Crédit Foncier ha ejecutado las
hipotecas sobre los bienes de su familia que garantizaban el crédito con
cuyos fondos financió su primer viaje a Araucanía. Como el responsable
de la deuda es su hermano mayor Jean, a éste lo demanda su cuñado
Mouneyx, colocándolo en difícil situación.

Lo que queda en el misterio es qué pasó con las numerosas acciones


que fueron vendidas.

A pesar del nuevo desastre, Orélie Antoine no se aquieta. Al contrario,


renueva sus esfuerzos. Ya famoso, aunque tristemente, logra convencer
a la banca Cordier y Cía. de París, asociada a la empresa armadora
Quesnel, de Le Havre, y a la agencia naviera (¿argentina?) Corti y Rivas,
y consigue algún dinero. Con esos fondos, cuyo monto se desconoce,
pero que no debió ser considerable, el monarca comienza a organizar
apresuradamente la tercera expedición a "sus" estados.
CAPÍTULO V
TERCER VIAJE VIA BUENOS AIRES

En abril de 1874 lo tenemos de nuevo a Orélie Antoine de Tounens en


viaje a "América". Otra vez ha elegido la ruta de Buenos Aires sostenido
por la banca Nicolas Cordier, de París. El año anterior ha muerto en un
dorado exilio en Londres el destronado emperador Napoleón III, pero la
tercera república francesa no renuncia al colonialismo, sino todo lo
contrario.

No se conocen detalles de las condiciones acordadas entre el monarca y


sus financistas. Estos le pusieron laderos con suficientes facultades
para tomar determinaciones y manejar con firmeza los fondos, que
habrían sido muy reducidos. La expedición la conforma el "rey"
apareciendo con el nombre de Jean Prat, unas veces como comerciante
y otras como empleado de la banca Cordier. Para no ser reconocido, se
ha recortado cabellera y barba. Alguien dice que se había sacado
totalmente la barba y usaba anteojos negros. Es acompañado por el
"barón" Henri de Coëllu, representante de los financistas, y el oficial de
la marina mercante Jules Peuchot, presentado en esta historia como
"sobrecargo". Ambos son flamantes nobles araucanos. Según Galatoire
(pág. 122), el "conde" Peuchot "será quien dirija las operaciones
militares cuando llegue el momento. El llamado barón Henri de Coëllu,
nacido en San Petersburgo, luce otro título de nobleza de dudoso
origen, que no figura en los registros rusos.

Se presentan como comerciantes que van a instalar una factoría en


Bahía Unión. Pese a esos detalles, no se sabe el nombre del barco en
que arribaron a Montevideo, ni las fechas de salida y llegada. Todas las
informaciones que da el actual pretendiente, se las agradece a su
amigo, el "doctor" Norberto de Castro y Tosi, un costarricense radicado
en París, que por su contribución y "servicios" al trono mereció el título
de conde de Charrabal y ser miembro de la Academia de Altos Estudios
Araucanos. Citándolo, cree que da veracidad a sus argumentaciones, "a
quien debemos el estudio mas completo de esta tentativa".

Por esa época el rey no tiene la menor información de lo que pasa en


Araucanía. Allí -según dice- dejó a cargo al ministro de Guerra cacique
Quilapán, a quien ahora dice Presidente del Consejo de Regencia, y
estaría instalado en Perquenco, en la cordillera, que llama "capital del
reino". Ya no es mas Angol, caída en poder de los militares chilenos,
"sin ninguna resistencia" como diría una información oficial del Coronel
Saavedra.

De paso, dice Boeryque el entonces presidente de Chile, don Federico


Errázuriz Zañartu, a quien califica de liberal-radical y anticlerical, ha
sido excomulgado por el arzobispo de Santiago monseñor Valdivieso y
que las autoridades de Santiago se encuentran ocupadas en planes de
expansión hacia el Norte, en perjuicio de Perú y Bolivia.

Hablando de los derechos siempre repetidos sobre los estados del


monarca, de Castro y Tosi menciona que sólo cuatro años después de
este viaje, en enero de 1878, Argentina y Chile firmarían el primer
tratado de límites sobre la Patagonia, reprochando que esas repúblicas
traten de disponer así de "la costa atlántica de Araucanía" (¡!).

Siempre según la misma fuente, sin precisarse fecha, los viajeros


arriban a Montevideo. Allí los espera un "avanzado" que se integra al
grupo. Este, un joven parisino de 25 años, llamado Joseph M.
Ferdinand Simonnet, vino en octubre del año anterior de 1873.

Aparecen asi colaboraciones de Antonio y Pablo Claraz, por intermedio


de la sociedad Corti y Riva. Se embarcan en la goleta "Pampita", cuyo
capitán y propietario es Lorenzo Macarello, con domicilio en calle 25 de
Mayo 98 de Buenos Aires. Frente a esta ciudad, "los cuatro hombres se
quedan varios días a bordo -por prudencia?- (sic) y luego desembarcan
en la capital argentina, donde se instalan en el Hotel de la Paz" (Boiry,
pag.218).

La primer fecha precisa es el 21 de mayo de 1874, día en que el grupo


se traslada a otra embarcación, para llevar a tierra la carga, que
consiste en "sus maletas, cajas de objetos para uso personal, víveres,
provisiones y 3 cajas de armas y municiones" (Boiry, pág. 118). Según
Leo Magne (pág. 146) y lo repite André des Verges, en la carga había
una cantidad de monedas acuñadas con el escudo del rey.

LA EXPEDICION TERMINA EN BAHIA BLANCA

El 31 de mayo llegan a Bahía Blanca. Orélie Antoine se hospeda solo y


los otros tres en Naposta, en la casa de Jorge Claraz (emparentado con
Antonio y Pablo Claraz de Buenos Aires). El monarca se instala en otro
sitio porque en el viaje anterior ha tratado a Claraz y teme ser
reconocido.

Mientras los acompañantes hacen "tratativas secretas", se quejaría


tiempo después el monarca: "Desgraciadamente aún, para la empresa y
para mi, los banqueros (de París) han enviado dos agentes que disponen
de todo. Ellos administran los fondos y dirigen mal la operación, sin
saber que me comprometen...". Evidentemente el curioso barón de
Coëllu ha tenido contactos frecuentes o amables con el ahora coronel
Julián Murga, porque existe una carta en que el primero le pide
prestado un coche a caballos, agregando en la misiva saludos cordiales
a la esposa del militar.
Desde Bahía Blanca, según Galatoire (pág. 123), Orélie Antoine "inicia
gestiones para tomar contacto con los indígenas, recorriendo a caballo
la región y logrando que se efectúe una primera reunión de nativos en el
lugar denominado Huachamapú...comienza una agitación inusitada en
las tribus de Percundo, Leuvuco, Gradichandihue y Caleovú, que no
pasa desapercibida a los comandantes de los fortines...". Estas
aseveraciones indocumentadas, originarias de Castro y Tosi. Además,
nada prueba que el monarca se haya movido, y menos a tan grandes
distancias, por tratarse Bahía Blanca de un fuerte con controles
estrictos.

El grupo esta en la ciudad del primero al 20 de junio de 1874, donde


Orélie Antoine no se oculta y se pasea exhibiendo su raro aspecto,
llamando la atención en ese medio pequeño. Esto lo pierde. Lo reconoce
a su paso por la calle Corrientes el mismísimo coronel Murga, quien lo
viera años atrás en la tribu de Calfucurá en Choele Choel, cuando
estaba allí el cacique araucano Lemunao. Después de aquel encuentro
en la isla, Murga se entera de las andanzas en Chile del "loco francés",
relatándole el caso a su amigo de la infancia el general Lucio V.
Mansilla. Este excelente narrador y humorista, al escribir su famoso
libro "Una Excursión a los Indios Ranqueles", misión que efectuara en
1870, y ante el antecedente, bromea con la idea de proclamarse
emperador de los ranqueles: "¡Escuchad la palabra de la experiencia;
hazte proclamar y coronar emperador! Imita a Aurelio I. Tienes un
nombre romano; Lucius Victorius imperator, sonará bien al oído de la
multitud".

DETENCION DE ORELIE ANTOINE DE TOUNENS

El 21 de junio, el coronel Murga hace arrestar al monarca por


intermedio del comisario de policía Melchor Gil, comunicándole la
medida al comandante de frontera de Bahía Blanca. Pero el barón de
Coëllu testimonia en el sentido que la persona detenida es Jean Prat
que, como ella dice, ha olvidado su pasaporte en Buenos Aires. Esto lo
expone ante el sargento mayor (jerarquía hoy inexistente que equivalía
antes a jefe de estado mayor) Felipe Caronti, a cargo del expediente
sobre: "Sumario instruido para establecer la identidad de la persona de
Juan Prat que se supone ser (Orllie I), Antonio Tounens Périgueux" (sic).
Este documento, fechado el 25 de junio de 1874, se conserva, junto a
varios otros sobre el paso del monarca por la ciudad, en la Biblioteca
Popular "Bernardino Rivadavia" de Bahía Blanca.

Orélie Antoine es dejado en libertad, pero queda incomunicado en su


lugar de residencia, con la casa rodeada por el subteniente Salvador
Correa de la Guardia Nacional. Mientras tanto, el barón de Coëllu
continua intercediendo por su compañero. Pero la investigación sigue y
debe testimoniar tanto él como Jules Peuchot y Joseph Simonnet.
Todos ratifican la identidad de Jean Prat, como tal. Orélie Antoine lo
hace diciendo ser de 40 años, cuando en verdad tiene entonces 49.
Como explicación de su situación, expresa: "en otra ocasión hubo quien
me tomó por ese señor, lo que hace suponer que se parece mucho a mi".

También declara el soldado Ezequiel Montiel, que había estado con


Murga en su encuentro de Choele Choel en 1871 y alli conoció al rey.
Otro llamado a testimoniar fue el francés Esteban Delrieux, quien en el
paso anterior de de Tounens por Bahía Blanca se había hospedado en
su casa. Si bien el monarca y sus acompañantes hablan solo de Jean
Prat, el soldado Montiel esta seguro que se trata de Orélie Antoine. En
cuanto al francés Delrieux no lo reconoce abiertamente.

El monarca, con su incontrolable manía de escribidor, envía protestas


al coronel Murga y al Ministro Plenipotenciario de Francia en Buenos
Aires. En esas cartas evidencia la altanería propia de su obsesión
principesca.

El coronel Murga no parece dudar y ordena al grupo partir para


Carmen de Patagones en el mismo "Pampita", indicando al capitán-
propietario Lorenzo Mascarello que al llegar a destino se ponga a
disposición del teniente coronel Bosch. A partir de ese momento hay
muchos vacíos en la documentación existente y el 17 de julio nos
encontramos de nuevo con Orélie Antoine preso en Buenos Aires en la
cárcel de Chibildo, (según Philippe Boiry). El "príncipe", quizás
confunde Chibildo en lugar de Cabildo, donde había una prisión.

Esta detención la describe tiempo después muy escuetamente el


monarca: "Un oficial me hace poner hierros en los pies; se me retiene
incomunicado cincuenta y dos días y cuatro meses y medio en prisión.
Se me acusa de haber atentado contra la soberanía de dos repúblicas.
Es completamente falso. Felizmente para mi, el caso esta en manos de
un magistrado honesto, Andrés Ugarriza, quien me hace justicia
reconociendo que yo no he violado ninguna ley de la República
Argentina y ordena mi puesta en libertad...". Lamentablemente en el
archivo judicial d e Buenos Aires ha sido imposible localizar
antecedente alguno de esta causa. Tampoco hay nada en Cancillería ni
la Policía.

Aquí tropezamos con algo incomprensible: ¿Cómo Orélie Antoine puede


estar preso durante más de seis meses, para encontrarse en París a
mediados de setiembre, si fue detenido en Bahía Blanca el 21 de junio?.

En los diarios de Buenos Aires, de 1874, si encontramos algunas pistas.


"La Nación" del 21 de julio se hace eco de una información de otro
medio de la tarde ("La Tribuna"), consigna: "Sin pompa y sin ruido ha
desembarcado esta mañana en nuestro puerto, S.A. el Rey de los
Araucanos, el célebre Orélie I. Su majestad trataba de pasar a sus
dominios cruzando la Patagonia. Más hete aquí que las autoridades
nacionales. sin respeto alguno por su real estirpe, se le echaron encima
y considerándolo peligroso para la seguridad de la república, juzgaron
prudente enviarlo a esta ciudad con una buena escolta.

"No habiéndose recibido con anticipación aviso de su próxima llegada,


no se había preparado alojamiento alguno, digno de tan augusto
monarca, así que por lo pronto se le ha tenido que dar una modesta
habitación en el cuartel del Retiro."

El 30 de julio, "La Tribuna" dice: "Ha sido puesto a disposición del juez
federal en lo criminal, para que sea procesado por orden del gobierno
nacional, el supuesto rey de Araucanía y Patagonia, Aurelio I. Este
individuo se encuentra preso en el cuartel del Retiro. Se ha remitido a
ese juzgado el equipaje y correspondencia detenidos a dicho individuo
en Patagonia, donde fue reducido a prisión, al pretender internarse en
la Patagonia".

El 31 de julio "La Nación" informa: "Ha sido sometido a la justicia


federal el individuo Aurelio Antonio, titulado rey de la Araucanía y
Patagonia, como dijimos, este individuo se encuentra preso en el cuartel
del Retiro desde hace algunos días".

El 8 de agosto de 1874, "La Tribuna" informa: "El gobierno nacional ha


resuelto ceder a los individuos que acompañaban al titulado rey de
Araucanía, varias tierras ubicadas en el punto denominado Colorado, al
Norete del Río Negro, con el objeto de que establezcan allí una nueva
colonia, como lo han prometido al gobierno".

El diario "La Nación" dice el 13 de agosto: "El fiscal del juzgado


nacional, a quien había pasado la causa de este célebre aventurero, se
ha expedido en la vista que le fue conferida. Poco más o menos son
éstos los términos en que se ha expedido: "El indicado detenido bajo el
nombre de Juan Prat es el célebre aventurero francés que ha dado en
llamarse rey de las Araucanía y Patagonia, con el título pomposo de
Aurelio I y que ha intentado públicamente en Europa organizar
expediciones, para conquistar sus pretendidos dominios en la Patagonia
y en el Sur de Chile.

"Hace algunos años fue hecho prisionero por las autoridades chilenas,
combatiendo a la cabeza de los indios araucanos, fue juzgado y
condenado a presidio, siendo luego desterrado por interposición del
ministro francés, según se ha visto publicado en la prensa chilena por
considerársele afectado de enajenación mental.

"El fiscal pide que s e lleve adelante el sumario, a fin de averiguar los
propósitos y conocer las ambiciones que dominan en su manía de
llamarse rey, a Mr. Aurelio Prat.
"Hoy a la una fue conducido desde el cuartel del Retiro, al juzgado
nacional, con el objeto de prestar declaración".

Por último, el 25 de agosto, bajo el título de "El Rey Antonio", "La


Nación" dice: "El juez federal se ha dirigido al señor ministro de
Relaciones Exteriores, pidiéndole todos los antecedentes que tenga del
rey Antoine".

"Como este señor ha negado ser él el rey de Araucanía, el juzgado


nacional hizo venir de Patagonia a un presidiario que lo conoce desde
mucho tiempo atrás.

"Al verlo exclamó: "Este e s el titulado rey de los Araucanos. Este es


quien en una invasión que llevó a Chile con varios millares de indios (?)
asesinó a un hermano mio. Por último, si se duda de lo que digo,
levántenle el bigote y le descubrirán un gran lunar que lleva oculto. Asi
se hizo y el lunar apareció. El rey esta perdido!".

Y aqui termina la documentación localizada. Quedamos intrigados por


saber cómo terminó este juicio, por no haber visto el material que pudo
acumularse en la causa. Otra vez sin detalles ni fechas, debemos
suponer que Orélie Antoine fue liberado por enfermo mental, como
ocurrió en Chile, y puesto a cargo del consulado de Francia para su
repatriación por caridad. Del "barón" de Coëllu que participara de esta
aventura hasta Bahía Blanca, y que incurriera en falso testimonio, no
hay datos sobre su destino.

Lo que queda claro es que el grupo no llevaba armas ni monedas


araucanas, porque hubieran sido incautadas. El "conde-doctor" esta
desmentido, como quienes lo han citado con carácter de "investigador".

NUEVO "EXILIO" REAL EN FRANCIA

Orélie Antoine de Tounens se encuentra de nuevo en su país, donde


varios biógrafos dicen que llegó a mediados de setiembre de 1874.

Con su habitual agresividad autopromocional, intercalando un breve


paso por Tourtoirac, frecuenta con insistencia las redacciones de diarios
para explicar su posición y expresar los agravios sufridos por la
arbitrariedad de las autoridades argentinas sin razones para atentar
contra los derechos de los indígenas, y suyos propios, en territorios
"ajenos a otra soberanía ni posesión efectiva". La embajada argentina en
París, no registra ninguna reacción.

Agotadas las posibilidades de insistir sobre su último viaje, sus


padeceres y derechos, Orélie Antoine vuelve a caer en graves problemas
económicos, con la persecución implacable de sus acreedores.
En ese momento encuentra un "salvador" en la persona de un sujeto
sainetesco del cual hablaremos en extenso posteriormente. Bástenos
decir por ahora que ese señor, Gustave Achille Laviarde, el 31 de enero
de 1874, a cambio de paliarle apremiantes necesidades a Orélie Antoine
de Tounens, se hace acordar "dignidades". ¡Ya veremos cómo!. Por
ahora, Laviarde queda en París con los títulos de príncipe de Aucas y
duque de Kialeou (entre otros), y el cargo de teniente general del reino.

Con magras asignaciones por parte de Laviarde, de Tounens viaja a


Londres. Sigue pensando que se encuentran en Inglaterra sus mayores
posibilidades de regresar con éxito a Araucanía y Patagonia, en base a
considerables aportes financieros y la disposición de una fuerza militar
que, en caso necesario, disuada (o enfrente) a los ejércitos de Argentina
y Chile.

La Francia "ingrata" no esta tampoco en condiciones de comprometerse


en su aventura. No se reponen gobernantes ni ciudadanos de la derrota
de 1871 ante los germanos. Además sus ejércitos están muy
entretenidos en defender posesiones en el golfo de Tomkin, en
Cochinchina. La tercera república, sin amenguar los tradicionales
afanes colonialistas, no mira hacia América. Ha perdido Quebec en
1763 por cesión obligada a Inglaterra, la Luisiana fue vendida a Estados
Unidos por 80 millones de francos, la sangrienta aventura mexicana
aun no cicatriza, como tampoco cicatriza el fracasado intento
rioplatense.

El rey pasa más o menos un año en la capital del Imperio Británico.


Esta larga estada en el exterior de su país es desconocida, sin
documentación que la explique en sus detalles. Vuelve el monarca a
París. Su "sucesor" es indiferente a sus necesidades para vivir y para
sostener la corte que ha formado con el objeto de mantener la ficción y
respetabilidad de rey en "pasajero exilio" y preparar un retorno triunfal
a sus territorios.

UNA CORTE SIN MILAGROS

Mientras su "protector" Laviarde cómodamente, Orélie Antoine ocupa


un destartalado departamento en la calle Lafayette, cerca de la Opera.
Allí vive en una pequeña habitación al lado de la "sala del trono",
compuesta por algunas lastimosas sillas apoyadas contra las paredes
de un reducido cuarto y un lamentable sillón real. "Daba recepciones
mas o menos ridículas en una salita donde cabían 20 personas; vendía
diplomas con títulos de nobleza...", escribe González Arrili. "Se
concedían audiencias a los fieles y allí acudían las visitas, los
aventureros de toda laya, algunos curiosos y sobre todo los
innumerables acreedores" (Braun Menéndez "La Nación" 14 enero
1940).
Rodea a de Tounens un grupo de aventureros sin escrúpulos, sin
ideales, de nacionalidades imprecisas, que inventan los recursos mas
insólitos para rapiñar a la sombra del monarca. Especulan con la
atracción como curiosidad que inspira en algunos ingenuos franceses y
extranjeros. Posee diversos "ministros", títulos que otorga para
complacer a todos. Hasta uno de bellas artes, otro de correos y de
transportes.

Se han adherido naturalmente allí, como ocurre en la actualidad en


diversos lugares del mundo, donde muchos otros falsos nobles o
aspirantes a sucesiones ficticias, se nuclean para el mutuo bombo y
explotación de incautos. Hoy en día también puede verse una variada
gama de "pretendientes" enfrentados a verdaderos y otros falsos, que
reclaman las coronas de países grandes y chicos, casi sin exceptuarse
ninguno en Europa. Una mezcla de mitómanos y delincuentes.

Los ocupantes de la corte de la calle Lafayette, hacían entonces


emisiones caprichosas de monedas, que ingenuos coleccionistas
adquirían. Lo mismo se hacía con medallas y objetos diciendo que
provenían del exótico extremo del continente americano, difundiendo
inventadas leyendas sobre sus desconocidos habitantes, lugares,
riquezas, etc. etc. Por esa época le rechazan nuevamente al monarca su
pedido de serle concedida la legión de honor. Baja sus pretensiones
solicitando la orden al mérito agrícola y vuelve a fracasar en el intento.

A más de vender títulos de nobleza, el monarca los discernía a


acreedores y a quienes le simpatizaban. A veces a aquellos que le
invitaban asiduamente a comer, como es el caso probado del jóven
inglés Edouard Michaël, quien por entonces estudiaba en París y tenía
sólo 21 años. Era hijo del banquero británico Jacob Michaël con quien
Orélie Antoine conviniera un ambicioso empréstito para la tercera
expedición. Pues bien, este muchacho resultó "barón de Belgrano".
Nadie se explica de dónde proviene la inspiración de ese nombre ni
araucano ni patagónico. Este caso está lejos de ser una excepción.

Años atrás Orélie Antoine había procedido de igual forma en París,


cuando era recibido en los grandes salones sociales e intelectuales
como un personaje raro que "brillaba" asistiendo a tenidas frívolas. En
una de esas fiestas elegantes, Jean Raspail, ironizando, pone en boca
del monarca: "Esa noche hice, vaso en mano, más de treinta condes,
duques, marqueses y barones. Había desplegado sobre mis rodillas una
gran carta marina de la Patagonia fueguina. Distribuí mis islas
desiertas en feudos. Navarino, Santa Inés, Dawson, Camden,
Evangelista, Hoste, Wollaston, Lennox, Picton, Nueva...¿Al anuncio de
mi muerte, quién, entre ellos, se acordará todavía...?".

Al menos en esa oportunidad el rey recurre a una carta marina para


ubicar sitios para quienes hará nobles, pero en otros momentos él,
como muy especialmente sus sucesores, han inventado nombres o
equivocado otros. La policía y los tribunales deben interesarse, en más
de una ocasión, en las actividades de la corte, con trascendencia
periodística.

Un personaje solemnemente ridículo hacía de introductor de candidatos


a esquilmar. Era el ya citado "gran Chambelán", duque (araucano) y
"príncipe" de Maurocordato Antonio Giménez de la Rosa. Braun
Menéndez intentó investigar sobre él en París: "Su tarjeta de visita,
extraída con alarde frente al más pequeño desdén o provocación,
llevaba debajo del nombre este título inquietante: "¡Duque de San
Valentín!; miembro de la Universidad de Esmirna y de varias
instituciones científicas" (instituciones cuyos nombres omitiría en
obsequio de la brevedad). Mediante esa "mise en scène" se mantenía la
ficción monárquica, lo que permitía a su vez cazar ingenuos, a costa de
los cuales se alimentaba el real presupuesto" (pág. 109).

"El rey da conferencias públicas pero la indiferencia que inspira es tal


que logra apenas reunir una decena de auditores. Los ingresos son
flacos y la miseria profunda. Sus acreedores lo presionan con crueldad
hasta perseguirlo en correccional bajo la inculpación de estafa" (Leo
Magne, págs. 149-150).

El 8 de setiembre de 1875, Orélie Antoine funda la real orden de la


Constelación del Sur. Se amplían así los bienes para negociar. Pero la
noticia, dada a los diarios, se presta a notas burlonas. De ellas Philippe
Boiry hace una ligera referencia diciendo: "Cruel artículo del "Gaulois"",
dice. Pero el monarca no se aviene a reinar sólo en la calle Lafayette y
sueña (como desde niño hasta su muerte) en ser un rey de verdad.

Piensa entonces en un cuarto viaje a sus estados. Y allí descubre, ante


todo, la deslealtad e insinceridad de sus cortesanos. Ninguno se presta
a acompañarlo. Nadie cree en él ni en su reino y sus riquezas.

CUARTO Y ULTIMO VIAJE DE ORELIE ANTOINE A AMERICA

La situación de Orélie Antoine es insostenible en París. Laviarde no lo


ayuda, pero, para sacárselo de encima, es probable que haya aportado
algo para la postrer "expedición" del monarca. Mauger de la Brannière,
sin aportar pruebas, dice que lo acompaña a Buenos Aires "su primo
Achille", donde se quedó en un hotel (pág. 140).

El monarca habría traído como acompañante a un misterioso "valet-


secretario" cuyo nombre no se ubica ni se sabe hasta cuando
exactamente siguió los pasos del rey, al que pronto se verá solitario. En
este tramo de la historia, nuevamente aparecen lagunas informativas y
debemos atenernos a lo escrito posteriormente por el propio rey hasta
que su vida en Buenos Aires se hace pública. No sabemos con exactitud
de dónde sale, la fecha ni el nombre del barco. De este sólo cuenta
alguna malhadada peripecia, como el robo de su equipaje, que recupera
después, aunque en un principio él y su acompañante son detenidos
como responsables.

Es posible que el viaje se inicie a principios de 1876 y "probablemente"


en el vapor "Douro", partiendo de Southampton. Orélie Antoine nos
cuenta que su objetivo era instalarse en la isla de Choele Choel, en
medio del Río Negro, que sigue creyendo frontera entre los indígenas y
la Argentina. Se supone que llegan a Montevideo y desde allí parten a
Buenos Aires en un velero, donde viaja "disfrazado de gaucho", según
Simon de Schryver, uno de los curiosos historiadores del reino, muy
citado por el "príncipe". Siguiendo a ese autor, una vez en la capital
argentina (de nuevo en el Hotel de la Paz), pronto inicia viaje al Sur
integrándose a una caravana de comerciantes en cueros.

"Arribado a Azul -siempre según Schryver- compra un caballo,


abandona a sus compañeros de viaje y, bravamente, solo, penetra en
las pampas...Después de haber corrido peligros sin nombre, vencer
dificultades infrahumanas, sufrir privaciones de toda suerte, el rey
entra al fin en su reino". Y sigue fantaseando sin dar más precisiones ni
sus fuentes, que tampoco provienen de su principal actor.

"Un gran consejo secreto tiene lugar; se decide que la isla de Chouelchel
(sic) sobre el río Negro, será ofrecida a los argentinos, a condición de
que ella sirva de estación de entrada y salida de mercaderías de los dos
estados. Por esta convención, los indios acarician la idea de poder
comunicarse con otros países y hacerse enviar armas." (Boiry, pág.
228).

Estas afirmaciones se contradicen incluso con el propio Orélie Antoine,


quien en ningún momento dice haber llegado a Choele Choel ni a
ninguna población más allá de Azul, ésta a 270 kilómetros al Sur de
Buenos Aires, faltándole 550 kilómetros más, y a caballo, para arribar a
Carmen de Patagones. Según Galatoire, el objeto de viajar a Azul era
"para tomar contacto con gente amiga", pero nada indica que las tuviera
en ese lugar.

"Después de tantas desgracias -dice el monarca me dirijo al gobierno


argentino para solicitarle establecerme en la isla Chuolechel (sic), sobre
el río Limay (debería decir Río Negro), donde haré pasar los elementos
de la civilización a los indios, mantenerlos en sus tierras e impedirles
hacer incursiones sobre territorio argentino. El gobierno reconocería
que yo podría brindarle esos grandes servicios, y posiblemente me daría
la autorización pedida. Pero, para colmo de infortunios, caigo
gravemente enfermo" (Boiry, pág. 228).

Con respecto a dicho trámite, dice Galatoire: "Es muy posible que tal
solicitud no haya sido ni considerada, pues las tierras que se otorgaban
no llegaban todavía hasta ese lugar, pues la conquista del desierto por
el General Julio Argentino Roca (1879) que llegó hasta el Limay, no se
había producido todavía. Es evidente que este pedido de Orélie se debió
al propósito de tomar contacto con sus viejos amigos indígenas y con el
Cacique Calfucurá, ignorando que éste último estaba en muy buenas
relaciones (entonces) con las autoridades argentinas" (pág. 131). Aquí se
confunde Galatoire, porque Calfucurá había muerto en 1873, siendo
sucedido por su hijo Namuncurá.

En cambio Raspail pone en duda que Orélie Antoine saliera para el Sur.
"Embarcó (dice en reportaje a Latorre) en un barco de inmigrantes, en
clase de pobres, y luego de haber errado en Buenos Aires, se lo
encontró casi muerto de hambre, en el arroyo. Fue repatriado
sanitario".

Berta de Tabbush, evidentemente novelando, escribe que Orélie Antoine


hace este viaje en compañía de Joseph Simonnet, a quien reencontrara
poco ante en París, viviendo con él insólitas aventuras. A ambos los dice
llegados a Colorado, desde donde el rey sigue solo a caballo hasta
Choele Choel. Allí, pasa "varias semanas", se siente enfermo y parte con
unos indios que se dirigen a Buenos Aires. Pero en Azul los indígenas le
dan dinero para continuar viaje en diligencia. "Toda su fortuna -dice- se
reduce a la ropa que lleva puesta".

¿DONDE PRETENDIA IR ORELIE ANTOINE?

Aquí debemos detenernos un momento para preguntarnos dónde


pretendía ir Orélie Antoine en su alocada cabalgata cuando, como se le
atribuye haber dicho, se dirigía al Sur. ¿A quién pensaba contactar?.
Porque las fuerzas gubernamentales, desde la derrota de Calfucurá en
1872, habían ocupado Choele Choel y Salinas Grandes, y Namuncurá
estaba en Neuquén.

Tampoco Orélie Antoine podía pretender encontrarse con el cacique


ranquel Pincén, aun rebelde, por ser éste fundamentalmente contrario a
los mapuches, a quienes consideraba "invasores". Por tales razones era
imposible imaginar que aceptara un rey de Araucanía, del cual, por otra
parte, no tuvo nunca la menor idea de su existencia. Además, por ese
entonces, Pincén era temido por sus peligrosos y rápidos
desplazamientos pero carecía de terreno estable propio. Era un guerrero
obligado a ser nómade condenado dramática y fatalmente a ser
destruído por el ejército, muy superior desde todo punto de vista, que
ya disponía de ametralladoras, telégrafo y ferrocarril. El bravo Pincén no
tenía armas ni posibilidades de recibirlas. Tampoco las quería, pues
despreciaba los pertrechos modernos y sólo confiaba en sus lanzas.
Pero, además, Pincén nunca había conocido al "rey" y era enemigo de
los araucanos.
Otra variante imposible sería suponer que Orélie Antoine pensara
cruzar el río Negro e internarse en tierras tehuelches. Allí también el
gran cacique Casimiro estaba ya aliado al gobierno de Buenos Aires,
con el grado de coronel y encargado de reprimir a los araucanos, de los
cuales fue un eterno rival.

Entonces, ¿dónde iba el monarca?. Solo y sin siquiera la compañía de


un baquiano o un lenguaraz. Evidentemente era una locura su marcha
hacia el Sur. Estaba muy mal (o nada) informado de la real situación.
Aún suponiendo que las autoridades de Buenos Aires le otorgaran la
ocupación de la isla Choele Choel, de qué le serviría si esa posición
estaba totalmente desconectada de los araucanos refugiados y
dispersos en las regiones montañosas del lejano Neuquén.

De todos modos, era demencial suponer que al gobierno le interesara


crearse un problema innecesario instalando un "rey" en Choele Choel,
cuando por no representar a nadie no podía prestarle utilidad alguna,
ni como probable colonizador rural, por ser insolvente y desacreditado.

EL MONARCA ENFERMO GRAVE EN BUENOS AIRES

A raíz de la enfermedad del monarca, volvemos a encontrar


documentación sobre sus pasos. Se lo ubica en Buenos Aires cuando el
21 de octubre de 1876, ingresa en el hospital francés como "enfermo
indigente". Su caso clínico obtiene publicidad, no sólo por tratarse del
curioso monarca, sino porque le hacen una operación divulgada en
medios médicos por su originalidad en esos momentos: fue el primer
ano artificial local.

Orélie Antoine es operado el 7 de noviembre a raíz de una seria


obstrucción intestinal provocada por un cáncer de colon, cuando su
estado se consideraba de "extrema gravedad". Se lucen en la emergencia
los doctores Quinche, Duchesnois y Lafitzondo. La primer noticia
periodística que encontramos sobre esta cuestión es publicada por el
diario "La Tribuna" el 9 de noviembre, bajo el título de "El rey de
Araucanía!". Allí se lee: "El señor Orélie Antoine, más conocido con el
nombre de Rey de Araucanía, se encuentra agonizando en el Hospital
Francés de esta ciudad. Los esfuerzos que ha hecho esta persona para
establecer una colonia en el Río Negro, han sido coronados con
resultados negativos".

Al día siguiente (10 de noviembre), "La Nación" expresa: "Hemos dado


noticias que el pretendido monarca de Araucanía se encontraba
enfermo en el Hospital Francés. Hoy tenemos el placer de comunicar
que el estado de su enfermedad no implica ya peligro. Es probable que
dentro de muy pocos días se encuentre restablecido completamente."
Esa misma tarde, "La Tribuna" dice: "El señor Antoine, conde de Tonnes
(sic), conocido por Aurelio I Rey de Araucanía, actualmente en el
Hospital Francés en cura de una grave enfermedad, ha sido operado por
los doctores Duchesnois, Quinche y Lafitsondo. En esta operación
peligra su vida; se le avisó que se preparase, no aceptó cloroformo y
soportó la operación con mucho coraje; actualmente se halla mejor."

La edición de "La Tribuna" correspondiente a los días 11, 12 y 14 de


noviembre, vuelve sobre el tema, titulando "Más sobre el Rey de
Araucanía", donde dice: "Este personaje que se encuentra enfermo en el
Hospital Francés, se halla ya mejorado.

"Aurelio Antonio tiene 49 años de edad, y todavía conserva en su rostro


la frescura de la juventud, a pesar de los inconvenientes de que fue
protagonista, durante los 20 años que ha vivido en Araucanía y
Patagonia (sic), y las prisiones sufridas por orden de los gobiernos de
Chile y de la República Argentina.

"Se dice que cuando se encuentre completamente restablecido, nuestro


gobierno piensa nombrarlo comisionado cerca de la tribu indígena que
habita el sur de esta Provincia."

Sería ilógico suponer que el gobierno pensara formularle tal


ofrecimiento, no ya por las razones expresadas anteriormente, sino
porque no podía ignorar su enfermedad incurable, que lo llevaría a la
tumba meses después. ¿Habrá sido una información proveniente del
propio Orélie Antoine que haya expresado así sus deseos?.

PEDIDO DE SUSCRIPCION DESDE EL HOSPITAL

Entre los días 12 y 13 de enero, los diarios "El Nacional", "La Tribuna",
"La Prensa" y "La Nación", por lo que hemos visto, publican una carta
de pedido de ayuda de Orélie Antoine a "mis amigos". Desde su cama de
enfermo la ha enviado con una misma frase de introducción a cada
director: "Le quedaré agradecido si inserta en su respetable diario el
llamado siguiente".

"El Nacional" (12 de enero), antes de transcribir el texto, bajo el titular


de "La voz de un desgraciado", comenta: "Abierto nuestro corazón a toda
voz doliente que demande auxilio, publicamos en seguida la carta que
nos dirige el señor de Tounens, pidiendo la cooperación de sus amigos,
para poder realizar un viaje a su patria, que a tal estado ha llegado,
quien soñó tal vez, ceñir sus sienes con una corona. Contrastes de la
suerte!".
"La Prensa", también el 12 de enero de 1877, dice: "El conocido Aurelio
Antonio de Tounens, a quien la prensa del Plata ha llamado muchas
veces rey de Araucanía y Patagonia, se encuentra actualmente casi
imposibilitado por completo a consecuencia de la enfermedad penosa
que le ha aquejado últimamente. Ha pasado bastante tiempo en el
Hospital Francés. Parece que trata de regresar a Francia a cuyo efecto
ha iniciado una suscripción para proporcionarse los auxilios necesarios.
Los franceses deben interesarse por su compañero desvalido".

"La Nación" (13 de enero), precede la nota con unos renglones que, bajo
el título de "La súplica de un desgraciado", expresa: "La carta que
publicamos a continuación encierra un llamado a la caridad que
seguramente no será desoído. por nuestra parte hacemos votos para
que cuanto antes, el despreciado ex-rey de Araucanía, señor de
Tounens, vea realizado su natural deseo de regresar al suelo patrio.

"Siquiera por lo que ha dado que hablar y por los malos ratos que se le
han proporcionado de vez en cuando, ya sea teniéndolo en la tipa por
largos meses, o haciéndolo expedicionar al lejano Sur cuando se hallaba
más muerto que vivo en un hotel de esta ciudad (?). Siquiera por todo
eso debe ayudársele hoy que el pobre hombre, vencido, postrado, sin
fuerzas y sin recursos y menos feliz que aquel sabio rey que supo
conservar su corona para venderla o empeñarla en caso de apuro, que
tiende a la santa caridad una mano suplicante. Lo que se pide es poco,
y bastarían muy pocos esfuerzos de sus compatriotas y demás personas
que se interesan en tan humanitaria obra para que en breves días
quede terminada."

He aquí la carta:

"A mis amigos y a aquellos que no son indiferentes a las desgracias de


un obrero de la civilización hoy inválido.

"Todo el mundo me conoce, al menos por mis nombres, Orelio Antonio.


Son conocidos también mis contratiempos y mi infortunio. Para colmo
de desgracias, el 5 de julio último pasado caí gravemente enfermo. El 22
de octubre entré al Hospital Francés donde estoy todavía. El 7 de
noviembre último estaba agonizando, me hicieron una operación que
me salvó la vida, pero la enfermedad y la cicatriz me dejan inválido por
el resto de mi vida, y estoy en la imposibilidad de trabajar.

"Yo desearía ir a Francia, pero estoy sin recursos. En presencia de este


gran infortunio y dolorosa situación, tengo el honor de dirigirme a mis
amigos, y a aquellos que no son indiferentes a las desgracias de un
obrero del progreso, que ha sacrificado 18 años de su vida para llevar la
civilización a los Araucanos, suplicándoles me ayuden por medio de una
suscripción.
"A los que me quieren ayudar les suplico se dirijan a la librería de los
señores Igon Hnos. libreros editores, calle Bolívar número 60, 62 y 64,
que han tenido la bondad de encargarse de la suscripción.

"Recibid señor Director la seguridad de mi consideración más


distinguida. Buenos Aires, enero 6 de 1977."

(firmado) Príncipe O. A. de Tounens

No sabemos qué suerte corrió esta suscripción, pero Orélie Antoine es


dado de alta en el hospital el 26 de enero de 1877 para ser repatriado
en el buque "Paraná" con destino a Bordeaux. Lleva consigo su historia
clínica en la que se aconseja una segunda operación considerada
"indispensable".

El capitán Varangaz brinda a Orélie Antoine atenciones especiales para


hacerle menos ingrata la travesía. A este le confiesa con dolor que
"¡nunca mas podré cabalgar!", lo que significaba mucho para él. En el
viaje su estado desmejora y al arribar es llevado directamente al
hospital Saint André de Bordeaux.

PENOSA AGONIA Y MUERTE DE TOUNENS

El estado físico del monarca se deterioraba visiblemente, encontrándose


además en la mayor indigencia. Su "sucesor", el dudosamente rico
Gustave Achille Laviarde hacía tiempo que lo había abandonado. Sin
embargo, le brindan compañía y ayuda algunos personajes sensibles a
las desgracias del hombre que durante casi veinte años ha alentado la
idea de una colonia más para su país, "Nueva Francia", y que creyó en
su condición de rey y civilizador. En cierta medida, una locura más o
menos clínica y emotivamente explicable.

A pesar de su enfermedad, de Tounens escribe desde su lecho un folleto


de 55 páginas sobre Araucanía, referido a sus costumbres y lengua,
publicado por Féret et Fils en Bordeaux. El rey, en dolorosa situación,
decide lanzar un llamado a la "caridad pública" para sobrellevar sus
últimos meses de vida. Sabe que tiene cáncer.

Envía patéticos llamados por medio de la prensa que comprende su


desdicha sostiniéndolo con notas de simpatía y hasta enviando
contribuciones. Es el caso de "La Guienne", "La Gironde", y "L'Ami du
Peuple". Le hacen aportes ciertas instituciones patrióticas y de
beneficencia. La Cámara de Procuradores de Francia, a la cual escribió,
le entrega 500 francos.
La nota dirigida a los diarios es conmovedora: "...En mis expediciones -
dice- he gastado todos mis bienes; me encuentro sin un rincón de tierra
para retirarme, sin una choza para abrigarme, sin recursos y sin
podérmelos procurar por un trabajo cualquiera. En esta dolorosa
situación es que tengo el honor de dirigirme a aquellos que no son
indiferentes a las desdichas de un pionero de la civilización, para
rogarles venir en mi ayuda por medio de una suscripción..."(Boiry, pág.
233). El Cardenal Donnet, arzobispo de Bordeaux, lo visita en varias
oportunidades y, según Leo Magne (pág.151), encabeza la suscripción
que, como lo dijera el diario "La Gironde", produce la suma de 3.519,25
francos.

Los médicos que lo asisten, coincidiendo con los argentinos, creen


indispensable una nueva intervención quirúrgica, pero Orélie Antoine se
opone. Deja el hospital y se traslada a Tourtoirac, a 5 kilómetros de
Chourgnac, en la Dordogne. Philippe Boiry dice que es hospedado en
casa de su sobrino Jean (llamado Adrien), carnicero y dedicado al
comercio de ganado en pequeña escala, cuya situación no es nada
holgada. Lo cierto es que los parientes no quieren ni acordarse de quien
los llevó a la pérdida total de los escasos bienes del conjunto familiar.
Mauger de la Brannière escribe que los últimos meses de su existencia,
Orélie Antoine "vivía en una piecita amueblada que alquilaba en la casa
de una viuda modesta y ya anciana". Es muy probable.

Solo, sin visitas, vive pobremente. Diversos escritores, como Adolfo José
Galatoire, dicen que en los meses anteriores a su muerte, Orélie Antoine
sobrevivió con un modesto empleo municipal. Afirman que su trabajo
era de humildísimo lamparero (encendía y apagaba los faroles de
iluminación callejero).

Entre muchas otras fantasías que nutren la leyenda, se llega a


extremos. Tal es el caso de Rómulo Quintana (en revista "El Hogar"),
diciendo que Orélie Antoine murió de hambre en el umbral de una casa
del barrio de Clichy en París y que, "según el médico que practicó la
autopsia, no ingería alimentos desde hacía una semana".

Orélie Antoine muere el 17 de setiembre de 1878 en el hospital de


Tourtoirac sin "ningún pariente presente" (de la Brannière, pág. 145).
Como dice Jean Raspail, que le demuestra simpatía, fue a la tierra sin
ninguno de cuantos lucraron a su costa y aún lucen títulos de nobleza
por él otorgados. Ni Gustave Achille Laviarde, lleno de principados y
ducados, se acordó de él en sus últimos penosos días.

"Cuando de Tounens ve aproximarse su fin, nos escribe el cura de


Tourtoirac, mi predecesor tiene la felicidad de ver despierta su fe
cristiana. De Tounens había
reclamado los socorros de la religión y antes de presentarse delante de
Dios, recibió los sacramentos de la Iglesia" (Philippe Descoux, citado por
Leo Magne, pág. 151)

El sepelio fue costeado por la caridad municipal, pues nadie de la


"familia real", los numerosos de Tounens, quisieron asistir al entierro ni
hacerse cargo de los gastos. Tampoco asistió amigo alguno. En
principio, como suele ocurrir en esos casos, estaba destinado a la fosa
común, pero a último momento se optó, simplemente por ahorro de
esfuerzos, ponerlo en una tumba vulgar abierta y abandonada, portado
por obreros sepultureros.

El Consejo Municipal de Tourtoirac, en 1937 y a pedido de algunos


intelectuales que simpatizaban con su figura quijotesca, hace construir
un modesto monumento, consistente en una cruz de piedra con la
inscripción: "Aquí reposa Tounens Orélie Antoine I, Rey de Araucanía y
Patagonia". Al respecto, André Maurois, en el prefacio al libro de Leo
Magne (pág. 13), dice que, cuando la comuna "decide hacer esculpir (la
lápida), el trabajo fue confiado a un tallador de piedra del lugar que, no
teniendo experiencia de coronas, toma un juego de cartas y copia la del
rey de corazones. No es éste un mal símbolo. El pobre Antoine de
Tounens tuvo el corazón de un hombre del mundo, pero el destino le
distribuyó malas cartas y, cuando al fin retorna a ser rey, no es más
que una lápida".

Durante el medio siglo posterior a su muerte, la tumba quedó


abandonada por familiares y usufructuarios. Nadie se ocupó de honrar
o dignificar su postrer morada. Hoy, en la Guía Michelin de turismo, se
señala la recomendación de visitar en Tourtoirac "la tumba del rey de
Araucanía".

Como si fueran pocas todas las intrigas atribuidas a la azarosa vida de


Orélie Antoine, André des Vergnes encontró una más. Dice que en 1901
el "sucesor" Achille recibió una carta de su amigo Octave Fallardeau
("noble" cortesano), de Rochefort sur Mer, en la que transcribe unos
párrafos que le escribiera monseñor Auger Billiards, expresándole: "...Lo
felicito mi bien querido Fallardeau, de hacer entrar al Rey Achille al
areópago del cristianismo francés: "Orélie I, Rey de Araucanía, me hizo
comendador y conde de Lalma, porque le hice abjurar como
francmasón...los francmasones chilenos, celosos de ver al rey católico
sacarles la Patagonia, envenenaron limpiamente a ese verdadero gran
hombre muerto en santo, al regresar a Francia" (pág. 209). Luego el
mismo autor agrega: "La tesis del envenenamiento por los chilenos, es
admisible, si no probable, pero no existe ninguna prueba y por otra
parte, no hay ninguna razón para tomársela sólo con los masones. El
conde de Moulin-Peuillet, piensa como nosotros. Se trataba de una
época en que las relaciones de la Iglesia y las logias estaban
extremadamente tensas y descorteses...se comportaban como gatos y
perros..." (pág.209).
REQUIEM Y LEYENDA

Orélie Antoine de Tounens es ya una leyenda que tomó forma y se


divulgó, ante todo, por su propia actividad promocional.

Con el esforzado viaje de Carmen de Patagones al interior de Araucanía


demostró resistencia y temeridad. Nunca habló de cansancio ni de
abandonar su quimera, pese a los fracasos y las burlas, la miseria y
aún las enfermedades. Hasta soportó que su emperador Napoleón III
ironizara llamándolo "príncipe sin principado".

Sin embargo, nada de ello quiere decir que se aprueben sus intenciones
de establecer una vasta colonia francesa en el extremo sur del
continente, que Argentina y Chile la reivindicaban. Es cierto que los
indígenas tenían -y tienen- legítimos derechos a sus tierras despojadas
en nombre de la civilización. Pero esta es otra historia que espera
justicia a ambos lados de Los Andes.

Es verdad que las autoridades de Santiago y Buenos Aires no tenían el


dominio efectivo de toda la Araucanía y Patagonia en su dilatado
interior y en su precordillera, pero sí poseían una presencia efectiva en
las costas, con diversos puertos y poblaciones, algunos desde la época
colonial, siglos atrás.

Los chilenos habían fundado Punta Arenas en el extremo austral en


1847, o sea 21 años antes que viajara por primera vez de Tounens, a
más de 2.000 kilómetros de la llamada frontera terrestre del río Bío Bío.
Por su parte, Argentina estaba en igual situación en cuanto al dominio
real de sus costas atlánticas y pronto -como Chile con el Arauco-
extendería esa soberanía efectiva a toda la Patagonia, aunque aún haya
grandes extensiones despobladas, pero en paz, bajo control.

En 1869, George Chaworth Musters visita la isla Pavón, a 450


kilómetros de Punta Arenas, en el extremo sur argentino, encontrando
allí al capitán Luis Piedrabuena, quien a las órdenes de Buenos Aires
ejerce el control de la pesca en el Atlántico Sur (Musters, pág. 48).

Cuenta también el citado explorador inglés, que un amigo en Malvinas,


el señor Dean, "opinaba que era casi seguro que encontrara yo a Don
Luis (Piedrabuena) en el estrecho de Magallanes, y que éste pondría en
juego gustosamente su influencia con los indios para que pudiera
realizar yo mi proyectado viaje" (pág. 48). Asimismo consigna que el
capitán Piedrabuena tenía una factoría en la Isla del Medio, sobre el río
Santa Cruz. En rigor de verdad, hay más leyenda que historia. Según
Raspail, "la gran aventura de Tounens, en suma, es sobre todo en
Francia que se juega...él habló demasiado, en especial a la prensa; se
hizo un personaje célebre. Pero, si bien célebre, se burlaron de él", y
agrega: "Estuve en 1951 en la Argentina para una gran expedición. Vi
mapuches y estuve en Araucanía chilena. Conocía ya la historia y
pregunté a los indios si conocían a Tounens: No, ellos no habían jamás
oído hablar de él" (Latorre).

Aún en vida de Orélie Antoine, se compuso un himno en su honor. Su


autor fue Guillermo Frick, un terrateniente chileno de origen prusiano,
que fuera amigo de Bismarck. "La obra -escribe Raspail- fue
interpretada en un único concierto costeado por Frick en Valparaíso, el
8 de agosto de 1864, ante la incredulidad general, no suscitando más
que risas. Caído en el olvido y perdido (el himno), ha sido encontrado en
los archivos nacionales de Chile. En cuanto a Guillermo Frick, amigo de
la infancia de Bismarck, es un original talento de vida inteligente. Su
voluminosa correspondencia con Bismarck está por ser publicada en
Santiago de Chile" (pág. 212). Esto lo decía en 1981.

El cine argentino también se ha ocupado de Orélie Antoine con "La


Película del Rey" del laureado realizador Carlos Sorín, con libreto del
brillante autor Jorge Goldenberg. Esta obra, estrenada en 1986,
cosechó los mayores galardones nacionales y otros internacionales,
como el León de Plata de Venecia y el Goya de España, en los festivales
de Biarritz, Valladolid, La Habana, etc. etc. La televisión francesa
adaptó el conocido libro de Jean Raspail, "Moi, Antoine de Tounens, roi
de Patagonie".

Hubo otro film argentino inconcluso bajo guión de Jorge Goldenberg y


dirección de Juan Fresan. "El film, según la revista "Diners", prometía -
promete, si se tiene en cuenta el material logrado- uno de los buceos
más fascinantes en la realidad latinoamericana. La primera parte
consiste en reportajes y una entrevista al actual Rey de Araucanía, el
falso príncipe Philippe Antoine de Boiry (sic), quien también se dice
descendiente de Carlomagno".

"No hace mucho -escribe André des Vergnes en su libro aparecido en


1979- los mapuches fueron la punta de lanza de la revolución del
Presidente Salvador Allende. Este se interesa vivamente en la
monarquía franco-araucana-patagónica y ha nombrado una comisión
para realizar un gran film sobre el tema". (?)

El monarca tuvo por lo menos un poeta panegirista, el belga Francois


Picard. Escribió el "poema" titulado "L'Araucanie et Patagonie".

En teatro se han montado varias piezas. La última que conocemos, en


la Universidad de Chile en 1989. Unos 35 años antes, el famoso actor
trágico italiano Ernesto Rossi, caracterizó en las tablas a Orélie Antoine.

En 1991 apareció en Buenos Aires un libro ilustrado de Carlos Schlaen,


con abundantes dibujos, imaginativo y simpático, titulado "Orllie - La
viva imágen del rey de la Patagonia".
Todo este material escrito o filmado se irá reproduciendo, aumentando
las deformaciones de la verdadera historia. Esto no tendría mayor
importancia ni consecuencias si no surgieran personas y asociaciones
de aprovechados para especular y delinquir. Guillermo Tell, por
ejemplo, cuya existencia y sus posibles luchas son improbables, no
afecta si su leyenda se amplía o modifica, pues nadie se considera su
heredero ni reclama blasones o privilegios por ello, ni menos un reino.

El caso de Orélie Antoine podría ser lo mismo y extenderse por siglos


como atractivo para grandes y chicos, de no pretenderse inventar una
dinastía fantasiosa que usufructúa, a fines del siglo XX, de cuanto se
escriba o diga sobre el tema, sin que sean ajenas las razones
económicas disfrazadas tras un falso manto de filantropía o apego a
tradiciones de conveniencia y, usurpando identidades. La "estafa
moral". Peor aún, esconden sólo en parte, un peligroso oportunismo
político.

Y resulta que escritores serios, como el caso de Clemente Onelli


("Trepando Los Andes"), se hacen eco de ciertas fabulaciones, que otros
citan, como por ejemplo Daniel A. Del Pino. Ambos lo hacen de buena
fe. Cuenta Onelli que utilizó de baqueano en la Patagonia a un
marsellés de apellido Poivre, d, que dice: "había desembarcado en 1875
en Punta Arenas, cubierto de fierro de pies a cabeza, como un guerrero
antiguo, e iba acompañando a Su Majestad Aurelio I, rey de Patagonia y
de Araucanía..." (pág. 176). En esta historia nada encaja con la verdad,
ni los nombres, ni los lugares ni las fechas.

Aquiles D. Ygobone, más objetivo, en su libro "La Epopeya Patagónica",


no puede dejar de mencionar a Orélie Antoine. Le dedica poco más de
una página, diciendo entre otras cosas, sin confirmar en ningún
momento su reinado:

"La Patagonia fue siempre señuelo de aventureros. La ignota


inmensidad de sus horizontes con los misterios que dejaban entrever
las narraciones de los exploradores que se atrevían a internarse en su
soledad, fue una invitación constante y fascinadora para todos los
ilusos que eran atrapados por ansias de nuevas y emocionantes
aventuras. A principios del siglo XIX, cuando aún el indio mantenía su
posición firme para detener el avance de la civilización y asaltaba las
poblaciones que se aventuraban hacia la región meridional, la
Patagonia fue escenario de otros propósitos que tienen ciertos aspectos
pintorescos...

"Cabe mencionar la actitud de aquel descabellado ciudadano francés,


Aurelio Antonio Tounens, alias el "príncipe" de Tounens, que bajo el
título augusto de Orllie-Antoine Ier, quiso erigirse en rey a mediados de
octubre de 1860 "rey francés"- de la Araucanía y Patagonia en un reino
imaginario...En cuanto a la Patagonia, el aventurero no le atribuía
importancia porque entendía que esa inmensa extensión territorial
carecía de riquezas. Su tentativa concluyó en la cárcel..." (págs.121-
122).

PRECURSORES Y SEGUIDORES DE ORELIE ANTOINE

Las enormes extensiones patagónicas han desvelado las imaginaciones


más frondosas con planes delirantes. ¿No pensó Richard Williams en un
"Reino de Dios" en Tierra del Fuego?. ¿No se habló repetidas veces de la
Patagonia, sin conocerla, como una posibilidad de reunir allí a minorías
errantes? De estas ideas o frases tiradas al viento se han hecho
elucubraciones disparatadas.

Varias leyendas se localizan en ese vasto territorio casi despoblado,


donde había (y hay) enormes estancias o propiedades que algunos de
sus dueños prolongaban con otras también propias del lado opuesto de
la cordillera, en Chile, prestándose a todo tipo de especulaciones
fantasiosas.

¿No hace ya casi medio siglo que se habla y escribe sobre un tesoro de
los nazis que habría llegado en submarinos con altos jerarcas prófugos
y estaría en algún lugar del Sur?

¿Cuántas veces se habló, y lamentablemente en serio, por provenir la


versión de alocadas "investigaciones" de servicios secretos, que los
chinos en épocas de Mao Tse Tung preparaban un desembarco armado
en la Patagonia en complicidad con políticos argentinos?

Desde hace varios siglos se habla también de un supuesto reino que


habrían formado náufragos de la escuadra de Brower, donde había un
holandés y un negro que se hicieron cacique sy encabezaban malones.

La leyenda de la Ciudad de los Césares afiebró ambiciones por siglos,


hasta llevar a tragedias, y vinieron a buscarla de todas las latitudes.
Pedro Calvo, el español condenado por ladrón en Lima y se radicó entre
los indígenas incas del Norte chileno, donde fue recibido "como enviado
del cielo", convirtiéndose en gran cacique en el siglo XVI. El "Rey
Bohorques" (o Pedro Chamizo), un tramposo anbdaluz que a mediados
del siglo XVII nucleó millares de indígenas d e Chile y Argentina
formando una temida fuerza.

El inglés Dictionary of National Biography, llama "Rey de la Patagonia"


al explorador británico George Chaworth Musterss, aquel amigo de
Casimiro, el cacique vendió el Estrecho de Magallanes a un comerciante
que cobraba peaje.
Y entre muchos más, uno de este siglo, Julio Popper, que llegó a tener
un ejército propio y emitir monedas de oro con su nombre en Tierra del
Fuego.

REFLEXIONES DE ANDRE MAUROIS

André Maurois, dice: "Entre los triunfos y los sarcasmos, no hay más
que el estrecho espacio de una chance. Si Antoine de Tounens hubiera
sido sostenido por Napoleón III, lo que no podía ser nada imposible, si
la opinión pública francesa hubiera tomado en serio su proyecto, podría
ser que él fundara, como lo había soñado, una Nueva Francia...Pero
Orélie Antoine vino demasiado tarde, al momento que ya la Argentina y
Chile estaban bastante fuertes para aplicar una Doctrina Monroe a la
América del Sur..." (Magne 12-13).

Por su parte, Leo Magne cita una opinión de Philippe Descoux sobre
Orélie Antoine: "Nos hemos burlado demasiado; su facha de soberano
desposeido, el estilo de sus manifiestos y el de sus cartas, lleva
involuntariamente la sonrisa a los labios de gentes mejor prevenidas en
su favor y aparecen ante los otros como un cómico acabado. Fue un
hombre de ideas fijas, un maniático, dirán algunos, y que no vivió
jamás otra cosa que el objetivo que él perseguía con todo el ardor y la fe
de que un hombre es capaz. No obstante, es cierto que con un poco de
ayuda hubiera triunfado" (pág.183). Y Leo Magne se extiende en críticas
a Napoleón III por su indiferencia ante Orélie Antoine.

Y AHORA, ¿UNA "ESTAFA MORAL"?

Orélie Antoine I ha entrado en la historia, aunque sea como anécdota


curiosa pero viva. Mas ese es un capítulo aislado y cerrado. Nada que
ver con los que quisieron sucederle desde París y usaron -y usan-
banderas de verdaderos oportunistas.

Más triste aún, e inadmisible, es que se pretenda seguir la farsa, ya no


como pintoresco recuerdo, sino con aspiraciones a reivindicar
"derechos" y representaciones interesadas de regiones de Argentina y
Chile. No puede tampoco seguirse medrando en la búsqueda de fondos
para los "pobrecitos indios" como si sintieran sus padeceres o les
importara su suerte cuando jamás les aportaron nada de los dineros
recaudados en su nombre en más de un siglo.

Se podrá criticar y con razón la suerte corrida por nuestras


comunidades indígenas tanto de Chile como de Argentina. Sin que sirva
para consuelo, porque todo consuelo es reaccionario, hay algo seguro:
De haber sido colonizados por potencias europeas, su destino hubiera
sido mucho peor aún, como lo muestra la historia en todo el mundo.
Si observamos la lista de los 20 países más miserables del globo,
veremos que todos ellos, y algunos por siglos, fueron colonias europeas.
Cabe agregar que, luego de genocidios por inhumana explotación, esas
naciones que han poseído sus propias culturas, están vaciadas de sus
riquezas materiales y espirituales, y sus pobladores, en buena medida,
reducidos a subrazas, sin futuro, lamentablemente.

El Rey ha muerto. Varios escritores argentinos y chilenos se han


ocupado con curiosidad de él y entrará en el folklore. Decir que los
indígenas de verdad, los que viven en sus tierras ancestrales, lo
tuvieron o tienen presente como rey, es inexacto.

Si a Orélie Antoine I se lo recuerda y recrea como a un Quijote sin


Sancho, un fenómeno unipersonal y sin ulterioridades.

¡No a la "estafa moral" como la califica enérgica y fundadamente Jean


Raspail!.
CAPITULO VI

EL REY ACHILLE I Y SU FANTASIOSA BIOGRAFIA

Como en el caso de Orélie Antoine, los panegiristas indelicados de


Gustave Achille Laviarde, le inventan antepasados. Según un folleto de
propaganda firmado por Simón de Schryver, descendería de una familia
noble venida de Irlanda durante el reinado de Isabel I de Inglaterra,
aunque nadie aporte la menor prueba de ese linaje. En el diario "La
Nación" del 16 de junio 1940, Braun Menéndez dijo, equivocadamente,
que Achille era primo segundo de Orélie Antoine. Luego se rectificó.

Nacido en Reims el 7 de noviembre de 1841, es hijo único de Bertrand


Xavier Laviarde y Marie Jeanne Rosalie Colmart. Su padre habría tenido
alguna fortuna (Boiry dice que importaba lana de Argentina y la
convertía en tejidos). Lo cierto es que el "rey" nunca probó tener mucho
dinero, o no administró con suerte lo heredado, pues casi siempre
anduvo en trapisondas para sobrevivir y murió sólo con deudas..

Todo en la existencia de Achille es oscuro, mentiroso, contradictorio,


polémico, al punto que en varias etapas de su reinado, y con
anterioridad, se ve envuelto en escándalos que trascienden a la prensa.
"Personaje truculento" lo llaman en el libro "Ordenes y Contraórdenes
de Caballería".

El pretendiente actual se esfuerza en presentarlo como un dechado de


virtudes. En cambio, dicen todo lo contrario quienes se ocuparon de él
en serio, no encontrando vestigios de estudios comprobables, ni
siquiera del ciclo secundario. Eso si, se esmeró como "rey" para
coleccionar títulos de doctorados honoris causa de entidades fantasmas
que se decían culturales y científicas. Sin embargo, Boiry habla de su
"educación verdaderamente principesca", y de "un espíritu
enciclopédico".

Es cierto que Achille ingresó al Liceo Imperial de Reims, donde según


Galatoire, realizara "estudios superiores"..."adquiriendo amplio dominio
de los idiomas español, italiano, inglés y alemán, perfeccionándose
además en latín y griego". ¡Cuántos estudios en un colegio secundario!.
Para no dejar dudas del talento y cultura de su predecesor, la "Historia"
de Boiry dice que se instruyó con lecciones a domicilio, en más de 60
materias con 19 profesores. La cosa es que entre los 5 y los 22 años de
edad, de acuerdo a esas fuentes, habría recibido clases privadas de
todas las ciencias imaginables, incluidas las ocultas (SIC), medicina,
abogacía, astronomía, física, química, etc. etc.. En artes se capacita en
pintura, canto, danza, cornetín, trompa de caza, etc. etc. En idiomas
pasa del francés al alemán sin olvidar latín y griego. Se instruye en
industrias, agricultura, fabricación de champagne, etc. La lista de los
deportes aprendidos con instructores, abarca cuanto sea pensable:
patinaje, equitación, acrobacia, domesticación de animales, doma,
equilibrio, velocípedo, lucha, boxeo, montería, salto, trapecio, billar, etc.
etc. Como nadador, da la lista de personas a las cuales salvó de perecer
ahogadas. Y se consigna que, a los 19 años, obtiene un permiso de
caza.

Cuando las malas lenguas hablan reiteradamente de "estudios


incompletos", Boiry se subleva, pues su héroe es "un hombre increíble y
verdaderamente universal". El primer título que obtiene es el de
miembro de la sociedad de regatas de Reims en 1862 y, con los años de
reinado, sumaría docenas y docenas de cargos honoríficos de lo más
increíbles e insólitos que le gestionan sus cónsules en el exterior, junto
a numerosas condecoraciones y grados académicos dudosos (el primero
de éstos se lo envían de Bengala, India). Pero de su paso por la guerra
contra Prusia de 1870, no hay prueba de que estuviera en las
trincheras ni menos con grado de oficial. Philippe Boiry lo da como
"agregado al estado mayor del general d'Exéa", y cuenta algunas
acciones "peligrosas". Pero vuelve sin condecoraciones.

En la llamada "Banda del Gato Negro", el famoso cabaret de


Montmartre, Achille no ocupa un lugar importante entre los
intelectuales y artistas que lo frecuentaban, pero los seguía. "Solo
"había medrado en la órbita restringida y necesitada de Orélie", según
Braun Menéndez. Este autor, que expurgó los diarios de la época y tuvo
un pariente que conoció personalmente a Laviarde, dice sin temor a ser
demandado por injurias y calumnias, que Achille era un "vividor
callejero...vive de expedientes, en Montmartre, en el corazón de una
bohemia canalla...poltronería que contrasta con la divisa latina que ha
hecho suya: Vita Ardentis" (pág.129).

De su aspecto, comparándolo con Orélie Antoine, dice el investigador


chileno: "Mediaba entre ellos la distancia que separa a un Quijote de la
Mancha de un Sancho Panza; con más exactitud: la de un Godofredo de
Bouillon a un Tartarín de Tarascón...La figura de Achille puede
confundirse con la de cualquier meridional bien alimentado; del cuerpo
robusto arranca una cara mofletuda y satisfecha, que no tiene, para
afianzar una gravedad necesaria, más que la rúbrica de un bigote
enroscado con cosmético y una perita estilo Segundo Imperio"
(pág.128).

Raspail describe a Laviarde así: "negociante en champagne, se proclama


rey de Patagonia algún tiempo después de la muerte de Antonio
Tounens, sin haber asistido a sus funerales ni haberlo socorrido en su
miseria. Reina en rey de opereta sobre los cabarets de Montmartre y
Montparnasse mientras no paga. Jamás metió sus pies en Patagonia"
(pág.128).

Achille publica un aviso pago en "Le Figaro", en primera página,


diciendo: "Curica-huin eltun toldería Tourtoirac (Mapu France), Aylac
lujen, thipantu Warranca poura-pataca reuletmari aylac. Ay! carasken
antoine i pegny molouches aucas araucanos tehuelches, marry marry!
Laviarde." Luego viene la traducción, dada por Philippe Boiry: "Ruego a
Vd. asistir a la misa aniversario que será dicha el 17 de setiembre de
1880 a las once horas de la mañana en la Iglesia de Tourtoirac
(Dordogne) para el reposo del alma de Su Majestad Orélie Antoine I de
Tounens" (Boiry 271). Hemos consultado diccionarios araucanos,
especialistas e incluso indígenas, pero ninguno ha podido entender
estas frases en pretendido mapuche. Solo algunas palabras araucanas,
como "huin" (ir en fila), "eltun" (sepultar), "mapu" (patria o tierra),
"pataca" (cien o ciento) y "aucas" (rebeldes). ¡Una burla!. Este anuncio
es la primer noticia que se tiene de Achille como "rey". Desde la llegada
de Orélie Antoine a Bordeaux a fines de febrero de 1877, no lo visitó
nunca ni se comunicó con él.

UN FALSO GUERRERO

Aunque no existe la menor prueba ni posibilidad de obtenerla ni


simularla, ni él tampoco lo dice cuando era tan fanfarrón, deja escribir
a sus panegiristas de la corte que estuvo en una o dos de las últimas
expediciones de Orélie Antoine, esas en que llegó sólo a Bahía Blanca y
en la otra no pasó (y dudosamente) de Azul. Si hubiera sido así, ¿cómo
permitió que "nuestro amado rey" pasara tantas calamidades
económicas y enfermedades, siendo en ambas oportunidades repatriado
por caridad en cuarta clase?.

Pero a Achille le gustaba ver escritas esas fantasías, en especial por su


inseparable y falso "Príncipe" de Maurocordato, entre otros. Le da el
mismo placer lo publicado con el seudónimo de Melvius, por Gaston
Dugnoles de Montnoir, Presidente de Condecorados de la Estrella del
Sur, es decir, un amigo y colaborador inmediato, más bien un cómplice.
Este le dedica y hace pública una "biografía" donde, entre otras
barbaridades, dice: "...Orélie Antoine lo presentó al consejo de regencia
como su sucesor. La asamblea de caciques lo saluda como teniente
general...Laviarde, teniendo por segundo al príncipe de Maurocordato,
hijo del ministro griego (?)... se habría puesto a la cabeza de una tropa
de sudamericanos y de un contingente de 18 tribus. Habría combatido
las tribus de Mansos, apoyadas por regulares y las habría empujado
hasta el Bío Bío, haciéndoles sufrir una derrota definitiva" (Boiry, pag.
260). Aunque hubiese venido al Río de la Plata en esos dos viajes
limitados, tampoco hubiera tenido materialmente tiempo de pasar a
Chile y llegar hasta el Bío Bío. Todo fabulación pura. Y Orélie Antoine
jamás lo menciona en sus viajes, ni lo escribe.

Gaston Dugnoles de Montnoir, que a más de sus títulos de nobleza


araucana lucía una orden falsa de caballero del Santo Sepulcro, era
también director-propietario de una pequeña y lamentable publicación
periódica (salía cuando podía) llamada "L'Assurance", en la cual el reino
hacía prensa disparatada y guardaba celosamente los recortes, que se
siguen exhibiendo.

Ante tantos escritores de folletos y artículos laudatorios del "guerrero",


Philippe Boiry termina aclarando: "Debo decir que, en ese campo de
hipótesis, yo creería más voluntariamente, que fue durante la cuarta
expedición de Orélie Antoine que Achille fue -si la cosa es considerable-
su compañero de viaje" (pág. 261). Abierta impostura.

También Achille y sus panegiristas dejaban decir que el obeso monarca


era primo de Orélie Antoine de Tounens, lo mismo que Philippe Boiry no
se sonroja cuando se presenta como sobrino nieto del creador del reino.

METEORICA CARRERA AL TRONO

Gustave Achille Laviarde traba relación con Orélie Antoine de Tounens


y, mediante una pequeña ayuda pero que lo saca de apremiantes
compromisos económicos, el 7 de noviembre de 1873, a los 32 años, es
designado Teniente General, la máxima jerarquía militar del reino. El 30
de diciembre alcanza las dignidades de Príncipe de los Aucas y Duque
de Kialeou. Este último nombre, como tantos otros usados por la corte,
no figura ni figuró nunca en la toponimia de Araucanía ni Patagonia. El
1 de enero es caballero de la cruz del Sur, y el 31 del mismo mes, el
actual "príncipe" ya lo dice "sucesor". Indudablemente es este "un
hombre de audacia y coraje" (Boiry), quien en menos de 3 meses, de
"vividor callejero" pasa a príncipe heredero y comandante en jefe de las
fuerzas armadas de Araucanía y Patagonia. A.F.P., la agencia oficial
francesa, lo dice categóricamente en cable del 8 de abril de 1989:
"Vendió (Orélie Antoine) su título de "rey" de los mapuches a un
asociado en la aventura, Gustave Achille Laviarde, que durante 24 años
se hizo llamar Aquiles I".

Pese a todas las virtudes que le endilgan sus numerosos cómplices,


entre ellas las de "rico y generoso", cuatro años después deja morir en el
más penoso de los estados de miseria y soledad al monarca. No se
ocupa de sus funerales ni le importa que vaya a una tumba de caridad.

Tiempo después de morir Orélie Antoine, Laviarde muestra una


curiosísima y a todas luces falsa designación de sucesor. Se trata de
una disposición en caracteres criptográficos (¡!), cuya misteriosa
traducción también falsa, diría así: "...Considerando la afección y la
abnegación que no ha dejado de mostrarnos nuestro teniente general
Gustave Achile Laviarde, Príncipe de Aucas, duque de Kialeou, nacido
en Reims el 7 de noviembre de 1841, cuyas capacidades y rara energía
nos son perfectamente conocidas...es designado por nosotros y desde ya
como nuestro solo y legítimo sucesor al trono que hemos fundado en
Araucanía-Patagonia" (Boiry 238). ¿Qué razón existió para que de
Tounens recurriera, por primera y única vez en su vida, a utilizar la
engorrosa criptografía y la correspondiente explicación de cada símbolo
para traducirla, cuando él siempre escribió en francés?.

Vaya a saberse cuándo, abajo del curioso documento, Laviarde escribe:


"Su Majestad Orélie Antoine I, Rey de Araucanía y Patagonia, habiendo
muerto hoy 17 de setiembre de 1878, en Tourtoirac, departamento de la
Dordogne (Francia), yo Gustave Achille Laviarde, príncipe de los Aucas,
conociendo las soberanas disposiciones que preceden, y queriendo
conformarme a los deseos expresados por Su Majestad, declaro que
acepto la sucesión real de Orélie Antoine I y que tomo desde ahora el
nombre de Achille I. La publicación de esta aceptación será hecha tan
pronto como los acontecimientos lo permitan" (pág. 239). Estas líneas,
fechadas el mismo día del fallecimiento de Tounens, ¿no le dejaron
tiempo para interesarse por sus funerales?. ¿No las habrá escrito años
después?. Por su parte, Mauger de la Brannière dice que Achille
primero se hizo llamar Orélie Antoine II. Lo mismo escribió Braun
Menéndez en 1940.

Luego busca un traductor, le entrega el documento criptografiado (¡!) y


una clave para descifrarlo (ambas cosas inventadas por él), y le coloca:
"Yo, el firmante, certifico la traducción que precede conforme al original,
escrita en caracteres criptográficos, firmada y rubricada por mi, número
1631 y la cual es anexada a la clave de este criptograma, que yo he
igualmente firmado y sellado. París, 1 de enero de 1888. Fdo.
Wintermnitz, traductor judicial de París".

Posteriormente, hace legalizar la firma del traductor por el intendente


del distrito, lo que no significa aprobar su contenido ni menos su
calidad de "sucesor". Luego, viene la certificación del Ministerio del
interior, el de Relaciones Exteriores y la pasea por distintos países
acumulando certificaciones de firmas.

Al justificar el proceder de Orélie Antoine que designa sucesor a un


ajeno a su familia, de Castro y Tosi, no trepida en compararlo con
Alejandro el Grande, Napoleón I y Agustín I de México. Sin embargo,
Leo Magne rechaza la legitimidad de la sucesión de Achille, escribiendo:

"A la muerte de Orllie I, el trono de Araucanía Patagonia queda vacante.


La ordenanza del 25 de enero 1862 reglando el orden de sucesión del
trono es de nulo efecto porque ninguno de los herederos designados
entre los miembros de la familia Tounens presenta su candidatura.

"Sin embargo, un pretendiente se manifiesta. Contrariamente a lo que


han escrito ciertos historiógrafos de Orllie, él no tiene el menor lazo de
parentesco con el ex procurador de Périgueux. Nacido en Reims el 7 de
noviembre 1841, en el número 201 de la calle del Barbatre, el sucesor
se llama Gustave-Achille Laviarde. Su padre es "fabricante" y, según
L"Intermédiaire des Chercheurs et Curieux del 15 de mayo de 1936, su
madre, ya viuda, tendría largo tiempo un lavadero comúnmente llamado
"Chateau des Grenouilles Vertes" (castillo de las ranas verdes)" (Leo
Magne, pág.159).

PROCLAMACION DE OPERETA

Orélie Antoine tuvo una familia numerosa con 5 hermanos y tres


hermanas, más incontables sobrinos. Si bien distanciados y odiando las
aventuras económicamente ruinosas del difunto monarca, y sin que
nadie quisiera oír hablar de coronas o principados, igual Achille teme
que alguno de ellos pueda pedir la herencia. Entonces, cuatro años
después, busca al hijo del ya muerto hermano mayor, un joven rústico
que se gana la vida como carnicero de su pueblo, Adrien Jean de
Tounens, a quien llama "Monseñor", organizando un acto
simuladamente solemne y protocolar. Este trato de "Monseñor"
confunde a Mauger de la Brannière, quien dice: "Monseñor Adrien de
Tounens, un auténtico obispo" (pag. 165).

La realidad familiar autoriza a suponer que, para movilizar a Adrien de


Tourtoirac a París, acompañado de un par de amigos, debe haber
mediado algún monto en francos.

El acta de renuncia al trono, de fecha 26 de marzo 1882, como de


proclamación, fue firmada por unas tres docenas de "notables" del
reino, por lo general con títulos de nobleza falsos, tanto los traídos de
otros orígenes como los agregados araucanos. Estos "caballeros", en su
mayoría figuran desempeñándose como cónsules o encargados de
negocios del "reino" en algunos países de Europa y en el interior de
Francia.

Salvo los de Antoine Cros, que lo tomaba como una humorada podrían
ponerse en duda todos los antecedentes del resto de personajes
participantes.

La lista de signatarios que en copia tenemos a la vista, no tiene


desperdicios. Una antología de la farsa. Vayan algunos ejemplos: Alfred
Perron, conde de Santa Elena en Araucanía; Jules Henri Gourdon,
empleado de la instrucción pública, oficial y caballero de varias
órdenes; Auguste Meulemans, encargado de negocios de Araucanía en
Bélgica, ex cónsul general y secretario de legación de Nicaragua, ex
cónsul de Venezuela, de Ecuador, de Costa Rica, comendador de la
Corona de acero (y otras varias de similar relevancia), presidente de
honor y miembro correspondiente de varias sociedades científicas y
literarias, etc.; Edouard Serendat, encargado de negocios en la Isla
Mauricio (varias órdenes); Joseph Mazery, vice cónsul en Isla Mauricio;
Ignace Egermann, ciudadano honorario de San Petersburgo, cónsul en
Riga; Francois Victor, conde de Constantin, propietario, comendador de
la orden de San Estanislao de Rusia y la de Carlos III de España;
Manuel Baradas, conde de Amboise; J. Colin, vizconde de Constantin
(días antes de la muerte del rey se llamaba todavía Francois Constantin
y vivía en Tourtoirac, donde tenía un negocio de salchichas); Léon
Allain, subteniente del ejército territorial, ex miembro de la Sociedad
Hípica Francesa; Armand de Haerne, subprefecto belga en
disponibilidad; y así por el estilo.

El acta de fecha 6 de marzo de 1882, en su parte concreta, trae una


larguísima frase con la siguiente exposición de Adrien Jean de Tounens:
"Que como heredero directo y sobrino del difunto, Su Majestad Orélie
Antoine I, queriendo conformarse a las últimas disposiciones del difunto
rey, su augusto tío, viene ante nosotros, representantes legales en
Europa de la nación Arauco-Patagónica, para declarar, afirmar,
reconocer, por el presente instrumento, formalmente y solemnemente
él, monseñor Adrien Jean de Tounens declara, afirma y reconoce que,
por las últimas voluntades del difunto, Su Majestad el Rey Orélie
Antoine I, el solo y legítimo sucesor al trono de Araucanía Patagonia es
S.A.R. el príncipe Gustave Achille Laviarde, al cual Su Majestad Orélie
Antoine I había, en vida, conferido la alta dignidad de príncipe de los
Araucanos, y en esos últimos momentos designado como su heredero al
trono, legándole su sucesión política y la misión de continuar la obra de
civilización comenzada por él, el Augusto fundador de la monarquía
Arauco-Patagónica" (Boiry, pág. 278).

Más adelante se agrega: "...Monseñor Adrien Jean de Tounens, en su


calidad de heredero directo del difunto, Su Majestad el Rey de
Araucanía-Patagonia, y el único jefe de su Casa, por el presente acto,
cede, renuncia y abdica en favor de S.A.R. el príncipe Gustave Achille
Laviarde y de sus herederos y sucesores, todos los derechos que él,
monseñor de Tounens y los herederos de su Casa podrían
eventualmente tener a la sucesión política y real del difunto, Su
Majestad Orélie Anotine I" (Boiry, pág. 278)..

Al final están las firmas y las certificaciones de las mismas, nada más
que certificaciones de firmas que recorren ministerios y pasan al
exterior de Francia, sin que ello signifique autenticar las disposiciones
expresadas en la misma.

El acto de proclamación concluye con un discurso del nuevo monarca,


que termina así: "...Vds. verán, uno de estos días, en la cima orgullosa
de los Andes, flotar la bandera nacional, bajo el soplo poderoso del
Pampero (otra muestra de cultura e instrucción de este "hombre
universal", que traslada geográficamente al pampero). Y sigue: "Por ello,
también, aquellos que tengan el honor de defender con nosotros los
derechos nacionales de Araucanía-Patagonia, serán honrados por la
humanidad y sus nombres quedarán eternamente grabados en la
historia patriótica de los pueblos emancipados". Y agrega:
"aclamaciones, gritos: ¡Viva el Rey!" (Boiry, pág. 286).
Parece que este acto solo repercutió, 54 días después, en "La Patrie" del
1 de mayo de 1882, con un pequeño artículo titulado "Araucanie",
aunque las gacetillas se llevaron en mano a todos los medios como
acostumbraba a hacer Orélie Antoine. También Achille hace publicar un
aviso en "Le Courrier du Soir", donde se llama sucesor y continuador de
la obra de su predecesor: "...La trascendencia de lo realizado por Orélie
Antoine, sale de los límites de Francia; sus gloriosos actos no caerán
entonces en el olvido, pues él los continuará con indomable energía,
seguro de que otro vendrá a recoger el pesado cetro caído en mis manos
si la muerte viniera a buscarme" (Boiry, pág. 287). Allí se atribuyen al
rey Achille 2.600.000 súbditos (¡!).

ORGANIZACION DEL REINO

Comienza Achille su reinado con un reparto de títulos y caballerías, en


especial entre amigotes y amigotas de la vida nocturna parisina.
Muchos, entre broma y broma, se sienten halagados, como el poeta
François Copée, que acepta ser "duque". Crea y reglamenta una nueva
orden, "de la constelación del Sur".

La corte se organiza con la incorporación de numerosos nombres de


aventureros y algunas personalidades, varias de las cuales no se
enterarían nunca de los honores dispensados. Su gabinete de estado
(según lo toma Philippe Boiry de Castro y Tosi), esta teóricamente
integrado por cinco caciques mapuches que jamás tuvieran la menor
comunicación, ni verbal ni escrita o por intermedio de terceros, con la
corte de París: "General de División Don José Santos Quilapán (guerra),
Don Mountret (asuntos extranjeros), Don Francisco Quilahueque
(interior), Don Calfacourah (justicia), y Don Antonio Mariual", a quien
no le asigna cartera definida. De estos cinco nombres, por lo menos
cuatro están mal escritos.

Como ministro de justicia debe referirse a Calfucurá, a quien designa en


1882, sin saber que el cacique había muerto nueve años antes.

A los anteriores se agregan ministros consejeros del Reino, un


guardasellos, un consejo privado, un consejo de cancillería y un consejo
heráldico, más ayudantes de campo, capellanes, confesor, consejos de
cada una de las órdenes de condecoraciones, etc., etc.

"RED PARA CAZAR INCAUTOS"

"Desde París -escribe Braun Menéndez- Achille I ha de tender los hilos


de su red para cazar incautos...Preponderancia en su organización a las
oficinas de prensa y de representación exterior...Buena
propaganda...corresponsales en todo el mundo...hacer llegar (por sus
cónsules) a los diarios referencias sobre las hermosas posibilidades que
ofrece al comercio internacional su reino y consejos a los gobiernos para
que lo reconozcan oficialmente...folletos informativos que se han
impreso en varios idiomas...durante su reinado sólo se ocupará de
sacarle el mayor provecho a la actividad tumultuosa de su antecesor,
que ha creado la ficción monárquica araucopatagónica, especulando
con la candidez admirativa de algunos compatriotas y forasteros que
aún creen en ella..." (132 y siguientes). "En la nobiliriaria iba a
encontrar la principal fuente para cubrir el real presupuesto" (Braun
Menéndez - "La Nación", 16 junio 1940). De estas expresiones se queja
Boiry en su libro.

La suerte variada en sus maquinaciones, tiene altibajos con algunas


angustias económicas que lo obligan a cambiar el domicilio de su
residencia y la legación de Araucanía y Patagonia, calificada siempre de
"provisoria" porque la partida hacia "sus" estados era "inminente",
justificando así los pedidos de ayuda financiera.

A cada revés de fortuna, a cada nuevo pretexto para postergar planes y


promesas, culpaba generalmente a la diplomacia de Chile y sus
contactos en los diarios. Un miembro de la corte de Achille, el capitán
belga C. J. Tackels, escribió: "Nosotros no disimulamos las dificultades
a vencer por la vecindad de Chile y de Argentina, que muestran una
crueldad bárbara en toda la América del Sud...Es menester ser dotado
de una energía poco común, para sacrificar su existencia a la
autonomía de un pueblo rodeado de tales vecinos...Sabemos que el rey
es esperado con impaciencia en Araucanía". A este comentario, Philippe
Boiry agrega: "Como vemos, el ardoroso capitán belga, en un estilo bien
característico de ese fin de siglo, denuncia con gran vigor la política
agresiva de Chile y el colonialismo chilenoargentino, como las empresas
contra Bolivia y el Perú, sublevan, entonces, la indignación de Europa"
(pág. 267).

INTENTO DE EXPEDICION CON BANQUEROS INGLESES

Como lo intentara insistentemente Orélie Antoine años atrás, también


Achille cree ver posibilidades de financiamiento inglés para su empresa
de conquista. Con el fin de crear expectativas o alentar a otros
probables candidatos a poner dinero, maniobra con la prensa. Inventa
"filtraciones" y "trascendidos" por él montados. Por ejemplo, el 18 de
enero de 1882, se las arregla para hacer aparecer en "Le Commerce"
una pequeña nota con el atrayente título de "Un viaje misterioso", como
si la procedencia de la información proviniera de una indiscreción
captada por el periodista, diciendo: "El príncipe Achille Laviarde habría
ido a Brighton, 8 Rose-Hill Terrace, acompañado de Su Excelencia el
conde de la Rosa. Se pronuncia en voz baja el nombre de ciertos
banqueros de Londres y París que organizarían, con Su Alteza, una
expedición a Sudamérica. Si esta noticia es verdad, no podemos menos
que aplaudir con las dos manos la decisión del nuevo y simpático
príncipe que, siguiendo la obra civilizadora de Orélie Antoine en
Araucanía Patagonia, busca abrir al comercio europeo nuevos
mercados".

Dice Achille en repetidas oportunidades que dispone del dinero y barcos


mercantes para su expedición, previendo tres navíos "debidamente
tripulados y armados con oficiales expertos reclutados en Europa", pero
le falta protección armada naval, ya que los chilenos tienen acorazados.
"Si una potencia inteligente (no le importa cual), por el contrario, me
cubre con su pabellón, mi país podrá libremente volcarse al comercio y
a un comercio, tan ventajoso para ella que con 50.000 francos de
productos parisinos, cada barco reportaría por 600.000 francos de
plata, cobre, pieles, café, tabaco, guano, etc." (Boiry, pág. 268). Y, el
actual pretendiente Philippe Boiry, agrega: "Los argumentos,
perfectamente realistas, como vemos, no han cambiado desde Orélie
Antoine I".

En Londres llegó a firmar un principio de contrato con dudosos


banqueros que lanzarían un empréstito. Eran Sir Joseph Edward Blech
(designado por el artículo 3 del convenio, cónsul general y agente
financiero de Su Majestad el Rey de Araucanía y Patagonia); Charles
Furber (vice cónsul consejero financiero) y Frederick Pool (consejero
financiero).

El art. 4 disponía: "sostener la vuelta del Rey a sus estados, aun a costa
de una guerra con los países vecinos". (¡!)

Se formaba una "Sociedad Comercial de Emigración y Explotación" a la


cual se acordaba una concesión de 99 años para "explotar la mitad de
las tierras arables no cultivadas por los indígenas, quedando de su
propiedad el suelo y el subsuelo". Los ingleses, para atraer suscriptores
de acciones, imprimen un folleto detallando los "recursos agrícolas,
silvestres y mineros del reino" (Boiry, pág. 193). Por supuesto, el 5 % de
los ingresos se reservaban para Achille.

Según anotaciones del monarca, se tienen sus propias explicaciones


sobre la ruptura de las tratativas: "Las exigencias inglesas, habiendo
llegado a ser demasiado grandes, y absorben el negocio, fuera de la
colonización francesa a establecer, el presente contrato se ha convertido
en nulo de inmediato" (Leo Magne pag. 179).
CONFLICTOS Y ESCANDALOS JUDICIALES

Todo el transcurso del grotesco reinado de Achille I está nutrido de


escándalos por dinero, en los que actúa él o sus cómplices
lugartenientes. El llamado General Carmona, mexicano que también
alcanzara a ser "marqués", termina denunciando ante los tribunales a
Thierry du Fort Manoir, un personaje que, en nombre del monarca,
intenta chantajearlo. Esto alcanza bastante resonancia periodística.

Otro farsante que se hacía llamar El Hadj AbdélKrim Bey, es nombrado


por Achille I como encargado de negocios de Mogador, hoy Essaouira,
puerto pesquero atlántico de Marruecos. Las raras actividades de este
aventurero provocan problemas diplomáticos entre Francia y España y
complican al monarca.

Sin explicar por qué, Laviarde expulsa de la orden de la corona de acero


al abate Hilarión Charles Bousquet, monseñor, "prelado" de una iglesia
marginal en Niza.

Alfred Alexis Le Vasseur, estrecho colaborador de la banda, es


degradado como oficial de la corona de acero. Achille se ve forzado a
publicar esta medida, porque entre superlativos elogios a él, este señor
agravió a Argentina y Chile, acusando a ambas repúblicas de
"usurpadoras de territorios, de interceptar correspondencia, de oprimir
a los aborígenes", etc. A raíz de ello se levantó un gran escándalo en los
medios sudamericanos en Francia, con repercusiones en la prensa
criticando al "ridículo" Achille. "Le Figaro" estuvo muy duro contra el
"monarca en el exilio", al igual que Emilio Dalreaux en "Revue des Deux
Mondes".

Tuvo particular y valiente intervención en esa oportunidad el escritor


uruguayo Andrés S. Lamas, quien dio una "contraconferencia" en la
misma sala en que había hablado Le Vasseur, muy comentada por el
periodismo, defendiendo los derechos de Chile y Argentina.

¡EXHIBICION DE "ARAUCANOS ANTROPOFAGOS" EN PARIS!

"En el verano de 1883 (cuenta Philippe Boiry)...un grupo de araucanos


desembarca en Bordeaux para una "tournée" en Europa. Achille esta
allí para recibirlos e, inmediatamente, le reconocen como su rey
legítimo. Este hecho, informado por numerosos autores, provoca gran
impresión en la época...Esta familia araucana acampa, para el interés
de los parisinos, en el Jardín de Aclimatación, sobre el prado situado
detrás del pabellón de conciertos...Achille los entrevista diariamente y
les encarga mensajes para el Consejo de Regencia...Con la ayuda de
Rodolphe Salis, animador del cabaret "El Gato Negro", pasean a los
indios por los bulevares. La revista con el nombre de ese lugar nocturno
hace la crónica" (pág.303).

Hasta aquí la historia bonita que Boiry da por terminada. La verdad


completa es otra y repugnante. Los araucanos eran integrantes de un
núcleo familiar. Venían vestidos con ropas de pieles sucias y
andrajosas. Si observamos las fotos de los diarios de la época podemos
apreciar las caras de sorpresa y desolación de esos indígenas que no
sabían dónde estaban ni qué pasada alrededor de ellos, sin que nadie
entendiera su lengua.

Los araucanos presentados por Boiry como una especie de diplomáticos


o turistas en gira por Europa, no traían un solo centavo. De todos
modos, encuentra muy lógico que "acampen" en pleno París. ¿Así se
alojarían en todo el viejo mundo?.

EL VERDADERO CASO DE LOS "ARAUCANOS ANTROPOFAGOS"

Philippe Boiry ubica a los araucanos de "gira" por Europa en París en el


verano de 1883, aunque la verdadera "visita" se registró durante la
Exposición Universal de 1889 en la ciudad luz.

La versión de Jean Raspail no tan idílica, reproduce una nota


periodística de la época (pág. 248).

"El señor Maurice, cazador de ballenas, explorador y domador, ha traído


de sus últimas campañas en los helados mares australes, una familia
completa de antropófagos de la Tierra del Fuego. El la ofrece a las
miradas bajo una carpa, encerrada en una gran jaula para la seguridad
de los visitantes. Estos salvajes viven desnudos, comen sus pulgas,
hablan un lenguaje gutural parecido al vómito del perro, se pintan de
rojo si están felices. El señor Maurice los alimenta dos veces por día con
carne cruda de caballo, cuyo gusto, parece aparentarse al de la carne
humana que ellos comen de ordinario en los confines desérticos del
estrecho de Magallanes. Una lección de cosas vivas, edificantes para
pequeños y grandes. Precio de la entrada: diez centavos."

Los diarios de la época hablan también de la temeridad del "domador"


que entra sin armas a la jaula de los salvajes, llevando sólo un látigo.
Fue uno de los espectáculos más llamativo del momento, junto a la
inauguración de la Torre Eiffel.

Los infelices secuestrados, que no tenían medios para expresarse y


pedir explicaciones, eran poco y mal alimentados y por lo menos uno
murió de hambre en París.
Pero la historia es incompleta y vamos a dar sus detalles. Resumimos
pues lo publicado en aquella época por el padre saleciano José María
Beauvoir en su larga obra sobre los fueguinos en 1901, como las
investigaciones difundidas por Martín Gusinde ("Los Indios de Tierra del
Fuego" - tomo I - Vol. I, del Centro de Etnología Americana y el Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, 1982).
También puede recurrrise a la documentación de la South American
Missionary Society de Londres, como a los archivos de las embajadas de
Chile en París, Londres y Bruselas. Todas esas fuentes, y otras, las cita
Beatriz Seibel en "Todo es Historia" (número 270, de diciembre de
1989).

"A fines de 1888 -dice Beatriz Seibel- un aventurero, Maurice Maître,


con un grupo de individuos armados a su servicio, desembarcó en la
Bahía San Felipe, en el norte de la isla y raptó a once selk'nam,
llevándolos en un buque francés para exhibirlos en Europa. Con
pesadas cadenas, "cual tigres de Bengala", según Popper, dos de ellos
no pudieron soportar el viaje y murieron en la travesía. Los nueve
restantes fueron presentados en la Muestra Mundial de París de 1889 y
como "caníbales" o "salvajes antropófagos" en una jaula, ante la
curiosidad del público...

"Según Gusinde, poco después fueron expuestos en el Royal


Westminster Aquarium de Londres y al tomar conocimiento del hecho la
South American Missionary Society expresó una enérgica protesta por
la exhibición..." (El espectáculo se realizaba por "beneficio comercial",
según lo reconoció el propio Maurice Maître).

"La opinión pública inglesa se indignó con estos sucesos y el empresario


debió trasladarse con los indígenas a Bélgica. Una de las mujeres quedó
gravemente enferma, hospitalizada de Londres, donde murió el 21 de
enero de 1890, en la St. Georges Infirmary...

"En Bélgica no le permitieron a Maître presentar su exposición-


espectáculo y fue detenido. Los ocho aborígenes sobrevivientes pudieron
embarcar entonces de regreso a la Tierra del Fuego, bajo la protección
del gobierno belga y del embajador inglés, según la versión
reconstituida por Gusinde...

"Otra versión de los hechos que recoge el padre Beauvoir, sólo menciona
la exhibición de los araucanos en París, donde habrían intervenido el
ministro chileno en esa ciudad y el ministerio francés de Relaciones
Exteriores, al entrar en conocimiento el primero que los "presuntos
antropófagos" eran "cabalmente de la parte de la nación que él
representaba". Maître habría huido, dejando en libertad a los
aborígenes, que fueron embarcados de regreso.

Cuando llegaron a Punta Arenas eran sólo cuatro; tres de ellos habían
fallecido en el viaje y uno se había escapado. los que llegaron fueron:
una mujer anciana con un niño de cuatro o cinco años y un
matrimonio...".

De todos modos, no cabe la menor duda de que "los "antropófagos"


fueron una de las grandes "atracciones" pagas de la Exposición
Universal de París de 1889. Nada se registra de alguna intervención del
"rey en el exilio" de Araucanía Patagonia ni su asombrosa corte. Ni para
liberarlos ni para reducir sus sufrimientos.

Es cierto sin embargo que los "antropófagos" fueron paseados por los
bulevares de París, en compañía del obeso Achille Laviarde, para
promocionar al cabaret "El Gato Negro". Pero es falso de toda falsedad
que a través de ellos envió instrucciones a los mapuches del fantasmal
Consejo de Regencia, o que lo reconocieran como rey.

La verdad de estos episodios no puede ser ignorada por el actual


Philippe Boiry, el "príncipe protector de los pueblos de Araucanía y
Patagonia y de las tierras australes del continente americano".

EL NEGOCIO DE LAS CONDECORACIONES

Para advertir la mala fe inocencia del "rey" Achille, vale la pena ver
cómo estaba organizada la Asociación de Condecorados de la
Constelación del Sur, creada por él. Sus estatutos son publicados en el
apéndice de la obra de Leo Magne. El artículo 12 del capítulo II dice:

"El capital de la Asociación se compone de:

1) Cotizaciones de sus miembros (25 francos por año y 100 de ingreso).

2) Donaciones en dinero o mercaderías.

Concesiones hechas por el rey en virtud del decreto del 8 setiembre


1875".
El artículo 13 expresa que los egresos son: "Los gastos de impresión, de
correspondencia y oficinas; los gastos de viaje de los inmigrantes, de
instalación, de compras de mercaderías y su transporte". El art. 14
dice: "ningún gasto podrá ser hecho sin la aprobación del rey".
Es de imaginar las trapisondas que puede haber realizado Achille
durante su "reinado" de casi un cuarto de siglo. ¿Qué tipo de
concesiones habrá vendido? Sólo a su bolsillo pueden haber ido a parar
las donaciones para equipar y transportar emigrantes que nunca
existieron.

Al respecto, cabe señalar que el actual "príncipe" (Philippe Boiry), quien


admite la subsistencia de tal asociación, no menciona si estos estatutos
siguen hoy funcionando y...redituando.
LA ESTAFA A DON BOSCO

En 1886 el saleciano Don Bosco programó misiones para evangelizar la


Patagonia, pidiendo ayuda para ello a la cristiandad. Achille y su banda
ven la oportunidad de hacerse de fondos y lanzan un llamado "a
colaborar en la colecta mundial" a sus encargados de negocios y
cónsules que en un momento eran 260 y en otra oportunidad habla de
300, en su mayoría gente de averías que participaba de sus ganancias
al monarca.

El "generoso" cristiano colaborador Achille I inició una campaña


publicitaria internacional para que los fieles enviaran sus aportes..."a
los cónsules de Araucanía y Patagonia". Pero al poco tiempo se advirtió
que los dineros no llegaban a Don Bosco ni en mínima parte. Monseñor
Antonini, con alto cargo en la Secretaría de Estado del Vaticano, llamó
al Dr. Lenti (hermano de un sacerdote de la curia romana), que se decía
cónsul de Araucanía y Patagonia ante la Santa Sede. "Cinco minutos de
conversación con el doctor Lenti le bastaron a Monseñor, sacerdote
sagaz, para darse cuenta cabal de que se hallaba frente a un caballero
de industria", cuenta Braun Menéndez. (Pág. 135).

Monseñor Infante, de Chile, se encontraba circunstancialmente en


Roma y, preguntado por el "Reino", declaró que, "éste sólo existía en la
mente enfermiza de algunos mentecatos". Entonces Don Rua, el vicario
de Don Bosco, advirtió por todos los medios que "no se había conferido
autorización alguna a terceros para abrir suscripciones". Pero, comenta
Braun Menéndez, "entre nota y nota, mucho dinero de los fieles fue a
parar a bolsillos ajenos".(pág. 136).

El escritor francés Jean Raspail, con quien comentábamos éste y otros


incidentes, nos mostró en su casa de Neuilly, un libro escrito por el
comisario Gabriel Macé, ex jefe de servicio de la Sureté, titulado
"Aventurier de Génie", editado por la Bibliothéque Charpentier en 1902.
Trata sobre los casos delictivos mas resonantes de su época. En esa
selección figuraba el "honorable" Gustave Achille Laviarde, vinculado al
escándalo de estafa a Don Bosco, a la venta de títulos y "malas
relaciones".

INTENSA ACTIVIDAD "DIPLOMATICA" DE ACHILLE I

Achille, si bien astuto, no era culto ni se desenvolvía bien como escritor


ni expositor, pero tuvo siempre a su lado escribas que lo ayudaban en
su intensísima correspondencia, tanto con sus tres centenares de
cónsules (más que el Imperio Británico), como con personajes que
podían aportarle algo material y personal. Asimismo, agobiaba con
cartas y declaraciones a cuanto jefe de estado podía, a fin de pedir
reconocimiento a su reino. A otros, simplemente los adula para obtener
respuesta y probar trato con ellos.

En una oportunidad consigue atraer hasta la "legación" a una comitiva


que viajara a París en nombre del emperador Nazar el Dine, Cha de
Persia, obteniendo con ello algo de publicidad, más bien burlona para
los incautos visitantes, pero publicidad al fin. Luego también daría a
conocer una carta del monarca persa en la que le agradecía haberle
hecho llegar una condecoración para él y otras para todos y cada uno
de los miembros de su familia y su gabinete.

Estas prácticas "diplomáticas", ya veremos cómo las continúa


cometiendo el actual pretendiente al trono, quien hace decir a Galatoire
que los gobiernos de Estados Unidos y Brasil reconocieron al rey
Achille, cosa inexacta.

CHILENOS Y "REPTILES DE LA PRENSA FRANCESA PAGADA POR


ELLOS"

El desprestigio de Achille I va en aumento. Cada vez seduce a menos


incautos. Ya nadie cree en su famosa expedición para recuperar sus
estados. El dinero falta con frecuencia. Organiza recepciones ridículas
donde trata de atraer personalidades que pagan sus cortesanos ávidos
como él por vincularse y figurar.

Los periodistas dan trascendencia a sus pecados y pecadillos. Le


critican a su bella y temperamental esposa, la "Reina" María, ironizando
sobre su pasado. Se descubre que no estaban casados y él declara que
su matrimonio lo formalizó en Inglaterra pero había olvidado registrarlo
en Francia.

El 28 de enero de 1885 el monarca expone su estado de ánimo en una


carta que le publica el "Journal de la Marne": "...Necesito una gran
energía para defender una gran causa sin cesar atacada por los
chilenos y los reptiles de la prensa pagada por ellos, para trabar mis
movimientos progresistas, estos reptiles antipatrióticos tratan de
ridiculizar mis actos en Francia, sabiendo sobre todo que los franceses
ignoran la mayor parte del tiempo la historia y la geografía
extranjera...La prensa francesa porta una pesada responsabilidad en
este fracaso de una magnífica implantación de la influencia francesa en
América Latina" (Boiry, pág. 316).

Su cancillería y sus hombres de prensa coleccionan cuanto se pueda


haber dicho elogiosamente en cualquier lugar del mundo sobre el
monarca. Uno de esos amigos, toma ese material y publica un folleto
con "opiniones internacionales". Se trata del inefable Simon Schryver.
Entre otros transcribe párrafos de un diario llamado "La Nación", "de
América del Sud". Vaya a saberse de cuál país, cuando casi todos tienen
una publicación de ese nombre. Allí se lee: "...Chile ha ensayado echar
el ridículo sobre esta cuestión (el reino), para impedir encontrar alguna
salida; sus diarios pagos han ensayado también desnaturalizar los
hechos referidos al reino de Araucanía-Patagonia, haciendo correr la
versión que no existe, y que se trata de una provincia insignificante y
estéril que le pertenece...los habitantes son osados y valientes...El rey
Achille está actualmente en París..." (Boiry, pág. 328).

Buscando siempre una intervención armada en el sur argentino-


chileno, Schryver transcribe ejemplos: "En 1826 -dice la intervención de
Inglaterra, Francia y Rusia en Grecia, en nombre de la humanidad (sic).
En 1831, la intervención de Francia para sancionar la separación de
Bélgica y de Holanda. En 1859, intervención de Francia en Italia para
ayudar la Lombardia y Venecia a liberarse de Austria. En 1878, la
intervención de Rusia en Turquía en favor de Bosnia y Herzegovina. El
mismo año, intervención de Inglaterra para detener el avance de
rusos..."(Boiry, pág. 330).

AUDAZ PEDIDO DE ACHILLE A ESTADOS UNIDOS

El 8 de junio de 1885, Achille Laviarde escribe al Presidente Grove


Cleveland de los Estados Unidos. Es una carta especialmente dura
contra Chile y Argentina, pero tan insólita por su audacia, que merece
ser transcripta, como lo hace intencionadamente Philippe Boiry en su
libro, apoyando implícitamente sus argumentos (pag. 314).

"Señor Presidente,

"Por correo y bajo sobre recomendado, tengo el honor de hacerle llegar a


VE diversos documentos que pueden interesarle.

"Heredero legítimo de Su Majestad Orélie Antoine I, que fue bien


regularmente rey de Araucanía y Patagonia, tengo por misión el
continuar en Sudamérica la gran obra humanitaria y civilizadora
comenzada por mi real predecesor quien, no obstante su gran corazón,
fue muy frecuentemente objeto de los sarcasmos interesados de sus
vecinos autoritarios, los chilenos y los argentinos.

"Leyendo las declaraciones tan liberales que VE se ha dignado hacer


últimamente, sobre los territorios indios de Norteamérica, no puedo
menos que admirar el espíritu de justicia y de sabiduría que preside sus
generosas intenciones; confiando en la nobleza de esos sentimientos,
esperando encontrar de VE un apoyo por lo menos moral, le señalo a su
benévola atención el estado en el cual se encuentran las bravas
poblaciones que tengo el honor de representar; eso que existe en el
Norte de la América existe también en el Sur.
"Desde hace largo tiempo, las repúblicas autocráticas de Chile y de La
Plata, buscan por todos los medios posibles, apoderarse del rico y vasto
territorio araucopatagónico, en el cual ellos no han podido jamás
instalarse; el heroísmo de mi pueblo bien amado le oponen siempre una
barrera infranqueable.

"Luego, yo estimo, como VE, que es bien el tiempo de poner un término


a esas conquistas sangrientas, hechas a mano armada; la guerra en
efecto, es una herida horrible cuando ella no tiene por motivo la defensa
del suelo sagrado de la Patria.

"Es por el comercio, es por la industria que un pueblo libre y valiente


puede desarrollar sus facultades, es por la paz y la concordia, que un
Estado inteligente se hace próspero.

"Inspirándose en la doctrina de Monroe, corresponde a los Estados


unidos que marchan a la cabeza del progreso, establecer en torno de
ellos una armonía perfecta, una union que llevará pronto a la
federación de intereses generales.

"El reino de Araucanía-Patagonia siendo siempre libre e independiente,


no tiene sin embargo ninguna relación directa con las otras potencias,
porque no posee marina y porque sus enemigos seculares, los chileno-
argentinos, le tienen, por así decirlo, en una cuarentena forzada con
ayuda de sus cruceros; esto hace que las enormes producciones
naturales del país queden sin beneficio para nadie; VE comprenderá
que este estado de cosas debe forzosamente terminar un día, y si yo me
mantengo momentáneamente en Europa, es porque espero establecer
líneas de navegación o de protección, para que mi país tome su lugar en
medio de las otras naciones.

"Es por odio de las Repúblicas vecinas que los han perseguido, que los
araucanos han tomado la palabra reino para agrupar sus tribus; en
realidad, ellos están siempre en federación centralizada
constitucionalmente; el título de Protector me vendría quizás mejor que
este de Rey, pero yo he debido aceptar sin murmurar, la pesada y
gloriosa sucesión que me ha sido trasmitida; ello no impide
considerarme como el primer servidor de mi pueblo.

"El día que quiera el gobierno de los Estados Unidos reconocer


oficialmente la autonomía Arauco-Patagónica, me dará un lugar en los
congresos americanos, y me permitirá en fin hacer juzgar solemnemente
la cuestión araucana; si yo soy un aventurero, como lo pretenden
ciertos mestizos de Chile, será bien necesario que se me ejecute
públicamente; pero si soy realmente un hombre de corazón y un
civilizador, como lo dicen otros más avisados, la opinión pública sabrá
muy bien vengarme de las odiosas mentiras de esos chilenos ávidos,
que ya hemos visto en el Perú, golosos de guanos.
"No obstante los manejos malévolos de mis vecinos sembrando la
discordia, la verdad se impondrá ella misma, cuando yo tenga una
tribuna bien vista; yo podré entonces sacar a la vergüenza de la historia
a los detractores de mis fieles indios y la pacificación será puesta al
orden del día en la América del Sud.

"Esperando, soy feliz de dirigirle mis sinceras felicitaciones al grande y


noble presidente de los Estados Unidos, quien, con sabiduría e
inteligencia, acaba de inaugurar una política de pacificación en
beneficio de los indios de América. Por ese generoso ejemplo, da una
lección de civilización a aquellos que, en desprecio de todos los deberes
sociales, no temen violar a cada instante el derecho de gentes o las leyes
internacionales. Saludo..."

Podemos suponer que esta carta no tuvo respuesta o fue negativa,


porque nada se ha dado a conocer de fuentes "principescas".

JUEGOS CON LA MASONERIA

Achille Laviarde estuvo siempre vinculado a la masonería en sus


múltiples variantes. Mas, como no despreciaba ninguna alianza que
pudiera serle útil, también lució amistades (al menos lo decía él) con
jerarquías de la Iglesia Católica.

Los panegiristas de la corona registran varias distinciones, diplomas y


ascensos del rey entre los francmasones de Francia y los paises mas
remotos. Hasta ingresa al discutido (entre varias facciones) rito
Misraïm, que, en otros tiempos, lideró el célebre republicano italiano
Pessina y donde Garibaldi alcanzara el grado 97, creado solo para él.
Resulta pues contradictoria e inexplicable esa hermandad entre un
"rey" y una logia decididamente antimonárquica. Sin embargo, se
consigna que el venerable le envía el gran cordón de Giuseppe Garibaldi
"supremo Hierofante", a Achille Laviarde, convirtiéndolo en heredero del
cargo que poseía el desaparecido guerrero italiano.

Sin embargo, tiempo después, el monarca parece haber regresado a la


Iglesia Católica, de donde los francmasones eran excomulgados, pues
muere con todos los sacramentos y un funeral cristiano lo acompaña a
la tumba.

"Las sucesivas rectificaciones -escribe Braun Menéndez que rastreó la


verdadera vida de Achille en Pariscon el correr del tiempo tuvieron el
efecto de desanimar a los cortesanos, prevenir a los periódicos e
iluminar a los modestos ciudadanos, siempre mas amigos de las
pompas que inclinados al estudio de la geografía.
"La causa de Achille fue de este modo cayendo de tumbo en tumbo
hasta alcanzar total desprestigio, si pudiéramos llamarlo, oficial, no
quedándole al seudo monarca otro camino -¡había que vivir! que
convertirse en un "número" que sirviera para atraer a los turistas
ingenuos.

"Y así fue como el segundo rey de Araucanía y Patagonia se convirtió en


una vedette a sueldo de los restaurantes de moda, donde su aparición,
precedida de estudiada expectativa, causaba siempre cierta
sensación..." (140). Y Braun Menéndez dirá en un reportaje que un
pariente de él lo vio en esas funciones en París. También existe una
carta del marqués Joseph-Toussaint de Villiers, de l'Isle-Adam, del 8 de
marzo de 1884, dirigida a su hijo Mathias, el autor de "Cuentos
Crueles", en la que habla de una visita al "Gato Negro", donde cenaron
"en compañía de ese mundo abyecto e infecto" con el Príncipe de
Araucanía". (Magne, pág. 181).

En noviembre de 1901, Achille organiza la última gran fiesta, la de su


cumpleaños número 60 (donde la mayoría de los invitados pagan su
cubierto). Entre los asistentes, Philippe Boiry destaca: "Saint Georges
Amstrong, ex diputado de la Asamblea Nacional de Chile, gran oficial de
la Orden de la Corona de Acero".

MUERTE DE ACHILLE I

Enfermo, sin recursos, sin corte ni amigos seguidores fieles, Achille


Laviarde vuelve a su Reims natal, solo con la compañía de su última
amiga, una joven que llama "marquesita", Terré de Raival. Muere allí el
17 de marzo de 1902. Esta es la versión de Philippe Boiry. Leo Magne
dice que el fallecimiento se registró el 16 de marzo en París (pag.
179).La causa del deceso es contradictoria según sus cronistas. Uno
dice nefritis, otro apoplejía y un último bronconeumonía.

La discutida fortuna del monarca hacia ya tiempo que había


desaparecido. "No queda prácticamente nada dice Philippe Boiry- toda
ella ha sido empleada en defender la herencia que él recibió de Orélie
Antoine I". Miembros de la corte, seguramente, dirían a Galatoire que
Achille "falleció en su lujoso palacete de París", pero ellos no lo
escribirían.

Nadie ha podido probar que la prensa francesa se ocupara de la


desaparición de Achille. Salvo se menciona una lamentable y pequeña
crónica del poco relevante periódico "La Libre Parole", del 22 de marzo
de 1902. Comienza así: "Las obsequias de Gustave Achille Laviarde, rey
de Araucanía y Patagonia, patricio irlandés. príncipe de Aucas, duque
de Kialéon (sic), conde de Alsena, han tenido lugar en Reims sin aparato
en el cementerio del Sur. Pocos amigos lo acompañaron a su última
morada..." (Magne, pág. 179).

Lo mismo que ocurriera con el primer monarca, su familia no quiere


saber nada con herencia material ni real ni título de nobleza de ningún
tipo. Evidentemente, entre los suyos tampoco tuvo buena prensa. Su
tumba es abandonada. Philippe Boiry en los años 60 formula duras
quejas contra la Municipalidad de Reims por no ocuparse de su ilustre
hijo brindándole un digno reposo para sus restos. No consigue placa ni
monumento, ni que limpien los yuyos de la tumba.

En 1976 Philippe Boiry logra colaboraciones para exhumar a la Reina


María, al Rey y los padres de éste, llevándolos a Tourtoirac para
sepultarlos junto a Orélie Antoine I, y donde él mismo se ha reservado
un lugar.
CAPÍTULO VII
EL REY ANTOINE II

Lo que queda de la "Banda de Charles Cros", o "Banda del Gato Negro",


el cabaret que atraía a intelectuales y calaveras del ruido, las luces y
oscuridades de Montmartre, no quiere olvidar ese motivo de diversión y
bromas, que por varias décadas había mantenido como ficción seguidos
por una comparsa de impresentables personajes que se unían a la farsa
y especulaban con ella. Tanto los primeros, como los segundos, se han
reducido en número con el tiempo.

De los bromistas intelectuales, hay uno solo que ha mantenido un


contacto más o menos permanente con esta fantasía y hasta lo ha
hecho con simpática consecuencia hacia el amigo y originario rey Orélie
Antoine I y, a cierta distancia -en especial en sus manejos económicos-
del poco recomendable Achille I. Ese es Antoine Hippolyte Cros, "duque"
de Niacalel, ministro secretario de estado.

Así pues, el 21 de marzo de 1902, a los cuatro días de morir Laviarde en


Reims, a cuyos funerales no hay prueba de que concurriera nadie de la
corte, se reúne en París el Consejo de Regencia y designa nuevo Rey a
Antoine Hippolyte Cros, como Antoine II. En ese momento, el nuevo
monarca (otro ajeno a la familia del

fundador de la corona hereditaria), tiene 69 años.

Antoine Cros integraba una familia de notables de antes, durante y


después de esta aventura, que consideran el tema como una travesura
o humorada de él y de su hermano Charles. El padre de Antoine era
Simon Charles Henri Cros, nacido probablemente en 1802, quien se
casa el 22 de agosto de 1832 con Joséphine Thor. Un profesor
progresista, decidido republicano, que nunca soñaría, ni en broma, que
sería padre de un rey. Su rigor de convicciones lo desarrolla en una de
sus obras: "La teoría del hombre intelectual y moral".

Antoine Hippolyte, nacido el 10 de mayo de 1833 en Lagrasse


(departamento del Aude) es el primogénito de la familia y tiene otros
tres hermanos: Henriette que nace en 1838, Henry (buen escultor)
venido al mundo en 1840 y, por último, Charles, que nace en 1842.

Si bien Antoine se destaca como escritor, investigador, polígrafo y poeta,


y Henry como artista, es Charles el más famoso y quien merece los
honores de todos los diccionarios franceses. Es que Charles Cros no
sólo llamó la atención como fino poeta, sino que también popularizó
internacionalmente su nombre como inventor. Entre sus creaciones se
lo recuerda como precursor del fonógrafo y la fotografía color. Murió a
los 46 años, en 1888, en plena gloria y capacidad, afectado
sentimentalmente por la desaparición del gran amor de su vida, la
conocida Nina de Villard, fallecida demente en Suiza, ese mismo año.

VIDA Y REINADO DE ANTOINE II

Antoine Cros se casa el 5 de marzo de 1856, a los 23 años, siendo aún


estudiante de medicina, con una bella joven dos años menor, llamada
Léonilla Mendes, hija de Manuel Edorico Mendes y Heliodora Perpetua
Texeira dos Santos, acaudalada familia brasileña. Una vez obtenido el
título profesional, se traslada con su esposa a Río de Janeiro. Las
vinculaciones familiares de su mujer, le permiten ubicarse como médico
personal del emperador Don Pedro II. Allí, en 1856, nace la única hija
del matrimonio, Laure Thérèse, el 22 de diciembre de 1856.

En 1870 Antoine está de vuelta instalado en París vinculándose


rápidamente con sus primeros pasos de lo que fue una carrera de
afortunado autor, investigador en medicina y cuestiones metafísicas y,
según Boiry, de ocultismo (¡!). Estas últimas inquietudes quizás
influyeron en su atracción sobre Orélie Antoine de Tounens, en las
alegres y habituales tenidas con intelectuales de la época que
frecuentaban la noche de Montmartre. Allí también intimaría con Paul
Verlaine (a cuya esposa Mathilde Mauté curó de viruelas), Jean Maéas,
Charles Maurras, Alphonse Allais, etc.

A su regreso de Brasil, de donde trae una pequeña fortuna, instala casa


en Asnières, junto a París, que por su carácter de abierta se transforma
en salón de intelectuales de buen humor. En 1882 se ve a Antoine Cros
participando del acto de proclamación de Achille I. Rompe por divorcio
su matrimonio el 25 de junio de 1885 y el 21 de marzo de 1888, a los
55 años de edad, se casa civilmente en segundas nupcias con Anna
Frederica Runzli, a quien nunca presentará como "Reina" ni la mezclará
en la humorada de noctámbulos.

El corto reinado de Antoine Cros, de menos de 20 meses, se limita en


especial a organizar algunas reuniones sociales y a otorgar
generosamente órdenes de caballería (unas ocho docenas, por lo
menos). En Estados Unidos y en Brasil nombra "cónsules".

Sólo en los primeros días de 1903, ya enfermo y a meses de su muerte,


tiene una actuación pero sin la menor trascendencia práctica. Es que el
25 de diciembre de 1902 el Rey Eduardo VII de Gran Bretaña, hijo de la
muy colonialista Reina Victoria, firma el laudo sobre límites entre
Argentina y Chile, en base a la línea divisoria de las altas cumbres de la
cordillera de Los Andes. Antoine II estima al laudo "violatorio de los
derechos de araucanos y patagones" y rechaza la decisión de anexarlos
a Chile y Argentina, respectivamente. Así lo expresa en protestas que
envía a diversos gobiernos de Europa y el resto del mundo, sin ninguna
respuesta favorable. y allí termina la cuestión.

Pero el actual pretendiente, Philippe Boiry, en su historia escrita en


1979, se extiende en este tema del laudo inglés. Lo llama "decisión
escandalosa", calificando a Argentina y Chile de "potencias
colonialistas". Pareciera querer replantear el conflicto en hipotética y
trasnochada defensa de derechos monárquicos.

Una decisión eminentemente enunciativa, sin ninguna posibilidad


práctica, por absurda en su momento, fue la creación de una
Asociación Francesa de Expansión Comercial, para el intercambio entre
Francia y Araucanía-Patagonia. Otras medidas de Antoine II consisten
en reformar los estatutos de las condecoraciones y crear una nueva, la
"noble y real orden de Saint George", más una medalla conmemorativa
de su coronación, y un Consejo de Ordenes Reales.

Los integrantes de la ya reducida corte, que con Antoine II no tuvieron


oportunidad de hacer las pillerías que acostumbraban montar a la
sombra de Orélie Antoine I y Achille I, toman la iniciativa de hacer una
suscripción (una más), pero esta vez para regalarle al monarca una
espada de honor y una corona de roble. Paralelamente se conforma el
"Comité de Estudios de la Corona y la Espada" en el décimo distrito de
París "para propagar la defensa de la causa araucana y reclutar nuevos
partidarios entre las personas honorables susceptibles de interesarse".

Todas estas minucias las recrea Philippe Boiry tratando de inflarlas,


pretendiendo darle trascendencia política al reinado de Antoine II.

El primero de noviembre de 1903, día de todos los santos, muere


Antoine Cros en su casa. Su deceso tiene bastante resonancia y algunos
consideraron sus funerales como "casi nacionales", lo cual se puso en
evidencia al ser sepultado en el cementerio de Montparnasse, donde
descansan muchas celebridades. Las crónicas periodísticas se ocuparon
de él por sus méritos personales, pero ignorando su condición de Rey de
Araucanía y Patagonia y sus títulos de nobleza sudamericanos.

Se conoce una excepción, un artículo aparecido 14 días después de su


fallecimiento, en "L'Evénement", publicación de escasa importancia,
bajo el título de "La muerte de un rey". La firma Léon Rétif, muy
presumiblemente miembro de la corte por los elogios que se hacen al
ilusorio reino, diciendo entre otras cosas: "...Antoine II ama a sus
súbitos, los instruye y gobierna de ejemplar suerte..."
LA SUPUESTA REINA LAURE THÉRÈSE I

Como esta dicho, Antoine II en su primer matrimonio tuvo una sola


hija, Laure Thérèse, nacida el 22 de diciembre de 1856. Pero de su
segundo matrimonio tuvo otros dos hijos, Thérence y Juliette. Como el
rey fallecido no dejó designado sucesor, de acuerdo a las reglas del
reino, Laure Thérèse, la mayor, se habría convertido en reina. Todo
según Boiry. Pero no fue así, pues nunca utilizó el título, ni habló de él,
ni jamás tampoco se consideró princesa de Aucas ni duquesa de
Niacalel, como tampoco su esposo Louis Marie Bernard.

Pues bien, a la muerte de Antoine Cros, cinco días después, el 6 de


noviembre de 1903, se reúne en Asnières, "a puertas cerradas", el
Consejo de Ordenes Reales bajo la presidencia de Georges Senechal de
la Grange, que lee un documento de fecha 2 de noviembre anunciando
el deceso de Antoine II, "por la gracia de Dios rey de Araucanía y
Patagonia, ha entregado su bella alma a Dios en el 70 aniversario de su
nacimiento, y 43 de la fundación del reino, habiendo reinado un año y
siete meses". Luego el mismo Consejo designa sucesor por unanimidad
al propio de la Grange, quien se desempeñaba como ministro secretario
de estado del difunto monarca. Este señor declara no aceptar la
función, pero si seguir siendo presidente de la sociedad de
condecorados de la constelación del Sud.

Philippe Boiry, muchos años después, cita al fantasmal Bernardo


Jiménez Abendanio, diciendo que la sucesión correspondía "ipso facto"
a la hija legítima Laure Thérèse, princesa de Aucas, duquesa de
Niacalel, siendo su esposo el duque de Niacalel", o sea Louis Marie
Bernard, con quien hace 23 años esta casada, habiendo tenido tres
hijos: Etienne, Jacques Antoine y André.

Hipotéticamente, entonces, Laure Thérèse, reinó durante casi 14 años,


hasta su muerte el 12 de mayo de 1916 en Issy les Molineaux. Pero no
se registra ninguna, absolutamente ninguna documentación sobre ese
largo reino. Ni la mas mínima prueba de que hubiera usado el título o
tomado una sola disposición "real", como tampoco lo hicieran sus hijos
o su esposo.

Sin embargo, el actual pretendiente Philippe Boiry, se las arregla, con


peregrinos argumentos, para intentar justificar ese abandono de la
corona o silencio de tantos años. Y vuelve a mencionar al misterioso
Jiménez Abendanio, transcribiéndole unos párrafos:

"Las únicas razones por las cuales la reina Laure Thérèse y su hijo el
príncipe de Aucas, Jacques Antoine (el futuro Antoine III) no juzgan
bien dar más publicidad a sus derechos y a sus reclamaciones
territoriales, son de orden internacional. El 25 de diciembre de 1902, la
Gran Bretaña, volviendo de su reconocimiento del reino de Araucanía
Patagonia, veinte años atrás (?), y por intereses comerciales, arbitró la
partición del reino entre Chile y Argentina, crimen comparable a la
partición de Polonia. Apenas tres meses después, el rey Achille moría,
bajo el fracaso de toda su obra diplomática considerable. Fue entonces
en esas circunstancias dramáticas que el rey Antoine II conduce la
última lucha por la independencia, bajo un plan verdaderamente
efectivo. Es el sentido de su proclamación para sus pueblos. Pero poco a
poco las diversas potencias reconocen el hecho consumado que no
permite más a las naciones sostener, mismo oficiosamente, los derechos
del reino de Araucanía-Patagonia. Estos son los hechos que dictaron a
la reina Laure Thérèse y a su sucesor el rey Antoine III la prudencia,
esperando días mejores..."(Boiry, pág. 397).

Luego, por su cuenta, Philippe Boiry da estas explicaciones infantiles:


"Hubo durante el reinado de Laure Thérèse I una actividad efectiva de la
cancillería araucana. Desgraciadamente, será imposible, mismo para
los historiadores mas avisados, de dar cuentas...En efecto, en 1940,
cuando las tropas alemanas se aproximaban a París, Isidore Louis
Dulong, que asumió las funciones de presidente de la sociedad de
condecorados de la constelación del Sur en 1933, tomado por una
incomprensible inquietud, destruye todos los archivos de la casa real de
Araucanía-Patagonia, que tenía en depósito!...Así, de dos reinos, no
quedan mas rastros!" (pág. 398).

¿Como es posible que no exista un comentario periodístico, una nota


enviada que debe tener su destinatario, un papel impreso o algún
testimonio familiar, aunque fuere oral, que pruebe alguna actividad real
de dos monarcas que habrían reinado durante casi medio siglo?. Es
cierto que los historiadores, como dice Boiry, no podrán encontrar
nada, simplemente porque nada existió.

Por su parte, Galatoire escribe: "...Tanto Laura Teresa como Jacques


Antoine, dejan de usar el título de reyes en el exilio, usando solamente
el de príncipes de Araucanía" ("Todo es Historia", número 8 - diciembre
1967). La incorrecta información debe provenir de Boiry o sus amigos,
porque nunca fueron usados esos títulos.

Por su parte, Leo Magne, que investigó la cuestión, afirma, como tantos
otros autores, que Antoine Cros fue el último rey de Araucanía-
Patagonia (pág. 180).

TESTIMONIO INCONTESTABLE DE MAURICE DRUON

En varias ocasiones fuimos recibidos por el señor Maurice Druon,


actual Secretario Perpétuo de la Academia Francesa, en la sede de esa
institución. Maurice Druon, escritor de renombre, fue Ministro de
Cultura del Presidente George Pompidou, desde 1972 a 1974. Por otra
parte es, nada más ni nada menos que biznieto de Antoine Cros, o sea
el llamado rey Antoine II. El nos dice:

"Orélie Antoine de Tounens fue un rey fantasma... En mi familia el reino


fue una broma, nacida del buen humor de Antoine y Charles Cros y la
barra de intelectuales que frecuentaba el cabaret "El Gato Negro" de
Montmartre...Antoine Cros tuvo tres hijos: Therence (el mayor que
murió joven), Laure Thérèse que se casó con Etienne Bernard y Juliette,
casada con un señor Samuel, mi abuelo... Etienne Bernard y Laure
Thérèse tuvieron varios hijos. Uno de ellos fue Jacques Antoine, el
menor, quien a su vez tuvo varios hijos...Ni la supuesta reina Laure
Thérèse ni Jacques, usaron jamás el título. De ello se hablaba en
familia como una broma de Antoine y Charles Cros...".

JACQUES ANTOINE III "ABDICA" EN FAVOR DE PHILIPPE BOIRY

Ya ha quedado bien claro que la "reina" Laure Thérèse I no existió como


tal. Exactamente la misma actitud de olvido y desinterés por continuar
la farsa de la barra de intelectuales y cabareteros de fin de siglo pasado,
observó su hijo Jacques Antoine, a quien el pretendido "príncipe
Philippe" dice heredar por "abdicación" en su favor.

"El 12 de mayo de 1916 -escribe Philippe Boiry- la reina Laure Thérèse,


que es viuda, muere en Issy les Moulineux, dejando como lo hemos
visto, tres hijos. Entre estos, usando las prerrogativas fundamentales de
los soberanos de Araucanía Patagonia, cuyo mecanismo ha sido
expuesto precedentemente, ella ha elegido a su hijo Jacques Alexandre
Antoine Bernard, nacido el 11 de abril de 1880 en París (XVIII), para
sucederle" (pág. 400)..

Por supuesto, esta designación de heredero no existe ni existió nunca,


ni menos la explicación del porqué olvidaría a sus otros dos hijos para
tal función, incluso al mayor y los hijos de éste. No habiendo
designación de heredero, la sucesión correspondería entonces al hijo
primogénito, y en caso de muerte, a uno de sus hijos. Luego, Jacques
Bernard, que con razón nunca se consideró rey ni le interesaba el título,
no podía abdicar ni ceder derechos que no tenía ni deseaba.

Pese a lo detallista de nimiedades, de su libro de "historia" de casi 500


páginas, a esta cuestión, desde la muerte de Laure Thérèse y ascensión
al trono de Jacques Antoine, su biografía, su relación con él y la cesión
de sus derechos monárquicos, le dedica un poco más de una página.
Allí no aporta ni transcribe ningún documento que pruebe sus dichos.
Vale la pena leer este condensado:

"Al momento en que accede a la sucesión real araucana, quien será


Jacques Antoine III, está en su segundo matrimonio. Antes desposó en
1907 a Andrée Emile Coquelin. El acaba de casarse el 29 de octubre de
1915 con Suzanne Anna Eugénie Legat que se convierte así, con la
ascensión a la sucesión monárquica de su marido, en la tercera reina
de Araucanía.

"Jacques Antoine III se casará una segunda vez, con Ingrid Moller en
1931, pero ese enlace se disolverá en 1946 y no tendrá consecuencias
dinásticas.

"De la muy atractiva personalidad del quinto príncipe heredero de


Araucanía, citaré, especialmente, que fue director del célebre "Mercure
de France" y que publica una interesante novela filosófica, en esa
misma editorial, recordando ciertas teorías científicas de su tío abuelo
Charles Cros.

"Su actividad como heredero, fue reducida como la de su difunta madre.


En lo privado, por el contrario, tuvo ciertas opciones políticas, durante
la segunda guerra mundial, que debieron ensombrecer el fin de su vida.

"Digamos simplemente que fue un partidario convencido de Europa, en


un tiempo donde la imagen que ofrecíamos estaba muy alejada de esa
por la cual muchos europeos militan actualmente.

"A la liberación de Francia conoce la prisión y, envejecido y pobre,


cumple, al fin de su vida, un acto destacable que quiero citar aquí.
Tenía, cuando tuve el honor de conocerlo, setenta años y vivía en una
encantadora pequeña casa cerca de París. Esta casa, la había, a esa
edad avanzada, construido él mismo con sus manos!.

"Pienso que es inútil de comentar este acto de coraje de un hombre


remarcable por su pensamiento, la intrepidez física y la filosofía
sonriente y desengañada.

"Es allí donde le encontré frecuentemente, viviendo solitario y


meditativo, y continuando su obra filosófica, plena de originalidad.

"Es aquí, también, que llego a los últimos tiempos de este relato.

"En nuestras conversaciones, revelé a Jacques Bernard que yo


descendía, por alianza, de la familia de Tounens y que mis antepasados
estaban emparentados directamente con los suyos. Esta información, y
la simpatía que él me brindaba, lo determinaron, usando, una vez más,
de ese derecho bien particular y fundamental de los soberanos de
Araucanía Patagonia a designar, como les parezca, aún descartando
una descendencia legítima o natural, el sucesor de su elección, a
elegirme como heredero de esta monarquía. También, para un curioso
retorno de las cosas, la sucesión real araucana, volvía a sus orígenes.
"El lo hizo por un acto solemne del 12 de mayo de 1951, en los términos
mismos empleados por Adrien Jean de Tounens para pronunciar la
renunciación de su familia en favor de Achille.

"El acta comienza por las palabras: "Yo, Jacques Bernard, en mi calidad
de heredero directo y nieto de Antoine Cros... precisa que "por el
presente acto cede, renuncia y abdica...todos los derechos que posee
sobre esta sucesión al trono de Araucanía Patagonia". Firmado delante
de dos testigos, y cumplidas todas las exigencias legales de un acto bajo
firma privado y su pleno efecto jurídico, es reconocido por los tribunales
franceses, como yo lo diré después.

"Jacques Antoine III muere, en París, el 26 de octubre de 1952" (pág.


401).

Aquí termina el abracadabrante ascenso al trono de Philippe Boiry,


según él mismo.

ACLARACIONES NECESARIAS:

No es seguro que Jacques Antoine Bernard y Philippe Boiry se hayan


conocido y tratado personalmente. Eso si, existió un cierto intercambio
de correspondencia en cuanto el pretendiente se declaraba interesado
en el tema y, probablemente, haya hecho alusión a una posible
descendencia (que también es falsa) con la familia de Tounens.

Es verdad que Jacques Antoine Bernard fue "partidario convencido de


Europa", pero en ningún momento menciona que ese señor, como otros
intelectuales de la época, fue colaboracionista de los nazis. Esa "idea de
Europa" fue inspirada por Hitler cuando Francia estaba ocupada por los
alemanes.

Es curioso eso de la simpatía despertada hacia Philippe Boiry, un joven


de 24 años que ya luce falso título de barón y diversas órdenes de
caballería ficticias, sin ninguna calificación intelectual ni estudios
completos.

Es falso también, como demostraremos más adelante, que lo hayan


reconocido los tribunales franceses.

De todos modos, a su designación como heredero y su vinculación


familiar con los Tounens, y sin mostrar ningún documento, le dedica
simplemente tres párrafos, cuando en igual proceso de Achille le
acuerda, sólo al acta de abdicación, más de 14 páginas y muchas otras
de detalles.
Cuando al "príncipe" Philippe se le pide copia del acta de abdicación en
su favor, invariablemente responde que se encuentra en la caja de un
banco. Es significativo que no disponga de ese material esencial para
intentar justificar sus "derechos", mientras distribuye por centenares
duplicados de otros "documentos del reino".

Entre las múltiples fotocopias que suele entregar a los periodistas, hay
una esquela manuscrita de Jacques Antoine Bernard, donde, sin
decirse príncipe ni abdicar a nada, expresa:

"15 de marzo 1951

jueves

"No tengo otra cualidad para pasar poderes, aun ideales, sobre la
continuidad de la alianza entre la Araucanía y Francia, que el ser nieto
del doctor Antoine Cros, él de Languedoc, yo de Montmartre.

"Si así fuera, le ruego creer que no veo ningún inconveniente para que
Vd. se ponga en las filas para dirigir ese pueblo de gigantes, como se
dice.

"Con mis mejores sentimientos, créalo bien, le ruego considerarme su

Jacques Bernard".

Como se aprecia, la carta transcripta, no muy coherente, no le aporta


ningún título ni derecho a Philippe Boiry. Solo responde a quien le ha
expresado su simpatía o interés por los araucanos.

Maurice Druon describe así a su primo Jacques Antoine: "Viejo hombre


venido a menos, de muy mala salud y viviendo en una gran miseria..."

OTRO TESTIMONIO DE MAURICE DRUON

Ante las manifiestas contradicciones de Philippe Boiry, que ofenden a la


familia Cros, el biznieto del llamado Antoine II, el ya citado Maurice
Druon, desde su despacho del Palacio Mazarin, nos declara:

"André Maurois (1885-1967), académico y gran amigo mío, un día me


lleva a Tourtoirac, mostrándome la tumba del "Rey", donde veo una
inscripción que menciona a Philippe Boiry, quien había construido la
tumba, como "Príncipe de Araucanía". Como ese nombre jamás se había
oído en mi familia, lo busqué e invité a mi casa. Allí le presenté a mi
primo Jacques Bernad hijo. ¡Gran Turbación!. Fue gracioso ver su
nerviosidad. ¿De dónde ha sacado Vd. el "Acta de abdicación" en su
favor?. Boiry respondió "que no había tal acta pero que su intención en
una carta dirigida a él así lo daba a entender".

"Puede haber existido alguna correspondencia sin contacto personal,


pero no hubo abdicación en su favor. De existir, la mostraría.

"Boiry me ofrece títulos de nobleza y condecoraciones que por supuesto


rechazo sin reconocerle derecho a ello.

"Por años Boiry se mantuvo silencioso, pero ha vuelto a reaparecer.

"Boiry es un maniático impostor de vocación a repetición, permanente y


progresivo.

"Jacques Bernard, condenado como colaboracionista, no consultó a su


hermano mayor ni a sus hijos."

Esta historia de Philippe Boiry debería terminar aquí, pero como dice el
Secretario Perpetuo de la Academia Francesa, su manía es "permanente
y progresiva".

EL CURIOSO ARBOL GENEALOGICO DE PHILIPPE BOIRY

Philippe se llama directamente sobrino nieto de Orélie Antoine de


Tounens y en ese parentesco con el originario "rey" funda las razones
por las cuales habría abdicado en su favor el inexistente Jacques
Antoine III.

Cuando se le piden precisiones se dice "tátara, tátara, tátara sobrino


nieto", agregando: "Yo llego a ser pariente, mientras que mis cuatro
predecesores no lo eran". Y para demostrarlo, difunde en los últimos
años un árbol genealógico, que tenemos a la vista.

. Arranca en 1630 por la rama que llega a Boiry y la de los Tounens en


1668. Es en 1746 que uno de los primeros, Leonard Joussein, se casa
con Aubine de Tounens. De esa forma, según Boiry, su bisabuela
paterna fue la prima en sexto grado de Orélie Antoine".

Lo llamativo de ese documento privado es una desprolijidad evidente.


Mientras todas las líneas de contacto están hechas con rayas rectas,
quizás con regla o a máquina, en la que une a las dos familias
verticales, por el casamiento de 1746, hay como un agregado en
bolígrafo, notoriamente irregular. ¿Casualidad o ligereza?.

Lo cierto es que todo árbol genealógico es dudoso en cualquier lugar del


mundo cuando se trata de familias de escasa o ninguna notoriedad, y
máxime remontándose a casi dos siglos y medio atrás, como por
ejemplo el caso de los Tounens que la justicia determinó como "simples
braceros y labradores", al hablar de los ascendientes de Orélie Antoine,
como lo hemos visto. En Francia los registros de casamientos,
nacimientos y defunciones eran llevados por las parroquias hasta que,
con motivo de la Revolución de 1789, pasaron a los municipios.

LA DELIRANTE MANIA NOBILIARIA DE PHILIPPE BOIRY

Philippe Boiry, al igual que sus "augustos predecesores", demostró


desde muy joven manías nobiliarias, coleccionando títulos inventados
por él, pero ninguno universitario, aunque se deje llamar abogado,
profesor, etc.

Con motivo de su visita a Argentina y Chile, en 1989 ganó cierta


actualidad caricaturesca en estos dos países, de lo cual se mostraba
muy satisfecho, pues en Francia su nombre aparece rara vez y en
particular para ser ridiculizado. En América se presentó solemnemente
como "príncipe de Araucanía y Patagonia", a cuyos "derechos
dinásticos, soberanos y políticos" ha jurado no renunciar jamás, según
su "historia".

A los 25 años de edad, en 1952, Philippe Boiry aparece ya en el cómico


"Annuaire Mondial de Cabalerie", una publicación donde se destacan
los falsos nobles, traficantes de honores y caballeros de industria. En
ese anuario, no se incluyen trabajos de expertos serios sino que se
transcriben "autobiografías" que se envían acompañadas de un cheque
"para reservar un ejemplar previo a su aparición". Un sistema
"comercial" de pillos para explotar vanidades y mitomanías. Allí este
señor figura asi:

"BOIRY, barón Philippe-Paul, Alexandre Henry. Caballero capitular


profesante y escribano de la orden Saint Michel, caballero de justicia y
de devoción y preboste de la orden noble de nuestra señora del
Chardon, caballero de justicia y de devoción de la orden de Saint Jean
de Jerusalém, etc... (sic).

"Miembro hereditario de la American Heraldy Society, miembro de la


sociedad heráldica y de sigilografía danesa.

"Periodista, escritor.

"El barón Boiry pertenece a una antigua familia caballeresca en la cual


las diferentes ramas se fijarán desde el siglo XVI en Languedoc,
Rouergue, Marche y Berry. Ciertos autores le acuerdan un origen
romano. Las actas que le conciernen aparecen desde el siglo XII. Por su
madre, el barón Boiry pertenece a una vieja familia del delfinado que
remonta al siglo XII, que da cónsules de Grenoble.

"las armas de la familia Boiry (antiguamente Boury, Boery, de Boiry)


son: azul en las espigas de oro y tres estrellas, ubicadas en dos y una.
En lo alto, de plata tostada en cinco barras coronadas por un escudo de
barón. Grito: Arboles.

"Divisa: Semper via recta.

"Casado el 24 de junio de 1950 con la señorita Jacquelinne Marquain"


(pág. 27).

En esta autobiografía, salvo su nombre propio, todo lo demás se estima


falso. La categoría de barón es la más comúnmente usurpable porque
no exige el "de" previo. Falsas las órdenes de caballería, no porque no
las tenga sino porque la procedencia es ilegal, inventada por
oportunistas al margen de la ley que rige en la materia en Francia. Es
falsa su ascendencia y escudo, pues el Gotha no lo reconoce. Hasta
aparece confusa la identidad de su esposa, que luego presentará como
"princesa Dominique" (enviudó?, se divorció?). También en forma astuta
da las variantes de su apellido. En ningún momento explica en razón de
qué méritos, a tan poca edad (24 años) y sin estudios superiores, le han
sido acordadas las órdenes de caballería que menciona y las que
contiene el "etc.". Su calidad de "escritor" no se avala con la mención de
libros publicados a esa fecha.

Más el imaginativo joven tiene mala memoria. Se olvida de las fantasías


publicadas por él mismo y vuelve a la carga. Solo tres años después, en
1955, a los 27 de edad, hace difundir otra biografía en que ya no es
barón y donde

cambia escudo y divisa.

Su nueva historia la envía a la prensa adjuntando su foto, con una


proclama sobre "El derecho absoluto de Araucanía-Patagonia a la
independencia y a la vida". Así aparecen artículos en "Le Miroir de
l'Histoire" y en "Les Cahiers de l'Histoire", curiosamente firmados por
"P.A.B." (¿Philippe Alexandre Boiry?). En ellos, él mismo se asigna los
siguientes títulos:

"Philippe, príncipe heredero de Araucanía, príncipe de los aucas, duque


de Kialeou, conde de Alsena, príncipe de Angol y de Arauco, príncipe de
Ushia (sic), duque de Chilos, príncipe de la Tierra del Fuego, conde de
Santa Inés, duque de la isla Cobo, príncipe de Pessimonte, príncipe de
Medelin, príncipe de Zota, príncipe de Monterno, barón de Lorne y
Torchefelon, príncipe protector de los pueblos de Araucanía y de
Patagonia y de las tierras australes del continente americano, vutha-
apotoqui y caraguen de los mapuches y los tehuelches, los chechechets,
los malouches, etc." (sic). (Las palabras vutha-apotoqui y caraguen, no
tienen iguales ni parecidas en araucanos. Lo de chechechets suena
también a broma al lector).
Este anuncio lo repite Jean Raspail en nota dirigida a la embajada
argentina en París, refiriendose al viaje que anunciaba a Buenos Aires
Philippe Boiry en 1989. .

Sin contar lo que pueda haber en los etcétera, renace Philippe Boiry con
un envidiable acopio de principados, digno del libro de los recprds. No
siendo heredados estos "títulos", porque sus "augustos antecesores" no
llegaron a tanto, evidentemente se los ha inventado y autoadjudicado.

Una reflexión merecen estos manejos. La negada y desconocida acta de


abdicación, sería del 12 de mayo de 1951. Pero en 1952 aparece en el
mencionado anuario de caballería solo con el título de "barón", sin
hablar de sus principados sudamericanos. Esto hace sospechar que la
supuesta acta, de existir, fue fabricada con posterioridad a la fecha
indicada.

El reconocimiento de sus títulos dice provenir de personajes e


instituciones tan serias como su reino, que cita: "El tribunal de armas y
colegio heráldico de Costa Rica, por intermedio de su presidente don
Norberto de Castro y Tosi, conde de Aguasanta. Del colegio heráldico del
reino de Dinamarca (?). de la casa imperial de Bizancio, gracias a los
príncipes Jules y Theodore Lascaris-Comneme (llamados en verdad
Lascorz). De la casa real de Paterno, pretendiente al trono de Baleares.
De la casa imperial azteca de su alteza imperial y real el príncipe
Guillermo Grau-Moctezuma. De la casa imperial de Nicee y Bitinie por
el príncipe Alexandre Licastro, duque de Chastre, príncipe titular de
Deols, pretendiente al trono del santo imperio romano de oriente, etc."
(¡otro etcétera para el suspenso!).

Todo lo precedente, puede leerse ampliado en el libro "Ordenes y


Contraordenes de Caballería", de Arnaud Chaffanjon y Bertrand
Galimard Flavigny - Mercure de France - 1982 (pag. 289 y siguientes).
Esta obra mereció ser prologada por Claude Ducourtial-Rey, prestigioso
conservador del Museo de la Legión de Honor y Ordenes de Caballería.

Podemos asegurar que ninguno de esos "nobles" citados lo son ni lo


fueron nunca. El más desprevenido no puede menos que reírse al
escuchar tales nombres, títulos y aspiraciones. La biografía del siciliano
"príncipe" Paterno,, cuando no tenía aún 40 años, es chaplinesca. Basta
transcribir una sola de sus aseveraciones: "gran cruz y collar de
alrededor de 250 órdenes de caballería italianas, francesas, españolas,
belgas, portuguesas, alemanas, polacas, sudamericanas (?), inglesas,
albanesas, griegas, etc. etc. etc." (sic).

S.A. imperial azteca, es un ridículo aventurero buscón nacido en


Cataluña, que por sus actividades dudosas desapareció de los lugares
que habitualmente frecuentaba cuando negociaba diplomas de una
inexistente Universidad de Moctezuma. El "pretendiente al trono del
Santo Imperio Romano de Oriente", con lo que significa que espera
volver a reinar, es sencillamente caricatural. Lo mismo puede decirse de
los "príncipes" de Bizancio. ¡Impresentables!.

En cuanto al presidente del "tribunal de armas y colegio heráldico de


Costa Rica, don Norberto de Castro y Tosi, que aparece aquí como
conde de Aguasanta, es el mismo

"duque" araucano de Charrabal, varias veces citado.

De Costa Rica se nos ha hecho llegar un curriculum de Castro y Tosi,


nacido en 1921 y muerto "trágicamente" en 1971. En dicho documento
no se hace la más mínima mención de que haya obtenido título alguno
de doctor o profesor. Sólo se indica que "terminó su educación primaria
y cursó toda la enseñanza secundaria en el Liceo Pasteur de Neuilly Sur
Saine". Dice haber iniciado estudios de derecho en Chile y también en
la Escuela de Letras y Filosofía de la Universidad de Costa Rica, sin
concluir ninguna de esas carreras. Pero, al igual que Achille Laviarde,
se consigna que realizó numerosos estudios con profesores particulares,
a partir del idioma inglés con una "nurse" británica. Así lo vemos
interesarse por la historia, mitología y genealogía, como en historia
medieval y bizantinología. Hombre de una "memoria fenomenal", sería
un "serio y profundo investigador de fama internacional"... "una de las
personas que más conocía en Costa Rica el arte del blasón"..."fue
miembro de gran número de sociedades y academias científicas del
mundo...".

En su biografía no se consigna el aristocrático "de" que Philippe Boiry


antepone al apellido de Castro y Tosi. Tampoco se mencionan sus
títulos nobiliarios mapuches ni las investigaciones que habría escrito
sobre Orélie Antoine y el actual pretendiente, cuando éste lo cita tanto y
se ha preocupado por difundir sus opiniones entre cuantos escritores se
han interesado en el "reino" araucano-patagónico. Llama la atención
esta omisión porque el curriculum consigna uno por uno la cuarentena
de artículos publicados en diarios y revistas de Costa Rica, en su casi
totalidad sobre genealogía de familias de su país.

TESTIMONIO DE LA SOCIEDAD HERALDICA ESCANDINAVA

En cuanto al reconocimiento que Philippe Boiry publica, de un "Colegio


Heráldico del reino de Dinamarca", merece comentario aparte. Tenemos
a la vista una nota firmada por el secretario de la Sociedad Heráldica
Escandinava, señor Carsten Frölich, de fecha 22 de marzo de 1993,
contestando un requerimiento de la embajada argentina en
Copenhague. Esta institución, dice, "reúne a las sociedades heráldicas
de los países escandinavos bajo un mismo régimen y bajo una
reglamentación que asegura una extrema seriedad en todos los asuntos
heráldicos sobre personas privadas como instituciones y está
reconocida oficialmente, figurando en el Libro Anual de la Corte y
Organizaciones Estatales de 1993, número 1677, página 1070".

Con respecto a lo afirmado por Philippe Boiry, el informe oficial dice:

"En Dinamarca no existe una institución con el nombre Colegio


Heráldico del Reino de Dinamarca. Al investigar ante el ex secretario Dr.
Ole Rostock que estuvo en esta Sociedad Heráldica muchos años,
hemos conseguido la siguiente información. Anteriormente existía una
institución enteramente privada, fundada y dirigida por un señor
Sjallung, ya fallecido. Esta organización ofrecía "investigaciones" (el
encomillado esta en el original) genealógicas y árboles genealógicos. El
Sr. Ole Rostock recordaba que también habían probado vender
"patentes de nobleza" (sic) para el francés señor Philippe Boiry
mencionado en la carta de la embajada, que porfiaba ser príncipe de
Araucanía y Patagonia. Todo parece indicar que no sólo el título sino
también toda relación con esa parte del continente sudamericano era
simplemente ficticio. No se cae en injuria al sostener que todo este
asunto era una forma primitiva de fraude. El mencionado "Colegio" cesó
de existir alrededor de 30 a 40 años atrás."

No para aquí la manía nobiliaria de Boiry. En su libro "Historia del


Reino de Araucanía", habla bastante de sí mismo y de su frondoso árbol
genealógico inventado. Dice que un bisabuelo "fue directo descendiente,
por diversas alianzas familiares y a través de 33 generaciones, del
emperador Carlomagno, del cual desciendo yo igualmente, al igual que
numerosas familias soberanas de Europa" (Boiry 404). Y aquí hace una
llamada, citando a un autor que avalaría esas afirmaciones: "Barón S.
de Benigsen, quien escribiera el trabajo "A propósito de algunos
ascendientes notables del príncipe Philippe de Araucanía", Cuadernos
de la Academia de Altos Estudios Araucanos, n' 17, París,
1970".Llamadas como la precedente se encuentran con frecuencia en el
libro de Philippe Boiry. Lo que no aclara es que el noble escritor citado
es "barón" de Araucanía.

NINGUN FALLO JUDICIAL FRANCES PUEDE RECONOCER AL


"PRINCIPE"

Ante las afirmaciones repetidas en Argentina y Chile por el pretendiente


Philippe Boiry, en el sentido de que un tribunal francés habría
reconocido sus "títulos y derechos" como príncipe de Araucanía y
Patagonia, consultamos con una autoridad en la materia, el escritor e
investigador en cuestiones de órdenes de caballería, el ya citado señor
Bertrand Galimard Fravigny. Este especialista, a nuestro pedido, repite
y amplía las argumentaciones de su libro. El trabajo dice así:
"La locura de Orélie Antoine de Tounens, "rey de Patagonia y Araucanía"
lo condujo a imaginar una corona, a crear condecoraciones y títulos de
nobleza. No tuvo herederos, pero uno de sus amigos retomó, "por
divertirse", la corona; otro camarada lo sucede a principio del siglo, y
eso fue todo, o casi.

"Luego, en los años cincuenta, un cierto Philippe Boiry, desconocido del


Gotha, a excepción de un inverosímil "Annuaire Mondiale de la
Chevalerie", publicado en Francia en 1952, donde él figura bajo el
simple título de barón adornado de una hermosa colección de órdenes
de caballería de fantasía, se presenta como príncipe heredero del reino
de Araucanía y Patagonia. Más tarde, avanza para intentar un
"reconocimiento" de los tribunales franceses.

"Este "reconocimiento" nace de la interpretación particular de varios


asuntos. El primero concierne a su estado civil. Philippe Boiry ha hecho
un acto de notoriedad ante el juez del Tribunal de Instancia del distrito
16 de París, el 25 de abril de 1966, en el que se reconoce, según dos
testigos, que es de su "conocimiento personal y de notoriedad pública
que el señor Philippe Boiry es igualmente conocido bajo el nombre de
Philippe de Araucanía y que en consecuencia había identidad de
persona entre Boiry y Araucanía". Este acto tan normal como pueda
aparecer, no evoca por tanto el título de príncipe del cual se adorna
Boiry y no significa que figure en los registros de sellos de Francia o de
otro país.

"El segundo concierne a un fallo dado por otro tribunal de instancia


para asuntos de injuria pública. Se condena por ausencia al presunto
autor de un artículo que había puesto en duda la calidad del "príncipe".

"La historia es interesante. Philippe du Puy de Clinchamps, ex


compañero en el diario "L'Aurore" de Philippe Boiry, publica una serie
de pequeñas obras esencialmente consagradas a la nobleza. Una de
ellas esta firmada con el seudónimo de Charondas, conteniendo la
injuria principesca. Hubo allí lugar eventualmente, para la justicia
francesa para el delito de difamación por vía de la prensa que
corresponde al tribunal de gran instancia. Philippe Boiry prefiere
utilizar "la injuria pública" que es resorte del tribunal de instancia en el
cual el procedimiento es más rápido y fácil. Es citado "el tal Charondas"
en su domicilio. Siendo Charondas un seudónimo, es evidentemente
desconocido en la dirección indicada. Boiry puede entonces volverse
contra el editor du Puy de Clinchamps, tanto más que él lo conocía
personalmente. No lo hace.

"El fallo fue dado por ausencia contra Charondas, el 4 de junio de 1971.
Los motivos se limitan únicamente a la denunciación pública por vía de
prensa y no confirma en nada la existencia ni la calidad invocada por
Philippe Boiry.
"El segundo caso, ocurre en 1972. Concierne también a una
denunciación por vía de prensa formulada por el mismo Philippe Boiry,
acusando al jefe de redacción de una pequeña revista, "L'Intermediaire
des Chercheurs et Curieux", por haberlo calificado de "príncipe de
opereta". Este juicio fue rechazado en primera instancia y Boiry apeló.
El fallo de la Corte de Apelación de París, del 4 de abril de 1973, admitió
que existió "irregularidad de procedimiento", señalando que el acusado
no había aportado la prueba de los "hechos difamatorios enunciados en
el artículo incriminado". Además, la Sociedad "Boiry y Asociados",
estimaba que "las informaciones bancarias aportadas por el acusado,
podían afectar la reputación de la empresa". Pero este fallo tampoco
confirma ningún principado.

"Esto no termina. Otra injuria pública fue llevada ante otro tribunal de
instancia de París. Este último, el 21 de abril de 1977, se declara
incompetente para dictaminar sobre la "calidad principesca" de Boiry,
pero sí sobre la demanda en reparación por la injuria y lo incita a
"dirigirse ante el tribunal de gran instancia", lo que él no hace.

"De cualquier forma, los tribunales franceses son efectivamente


incompetentes para reconocer una soberanía extranjera y un título de
nobleza. Ellos pueden dictaminar en materia de usurpación de nombre,
de título, de estado civil, lo que no es el caso en estos asuntos. Philippe
Boiry ha sabido explotar la ambigüedad que puede representar la salida
de estos pequeños procesos que en el fondo son todos extraños a su
"principado".

"Philippe Boiry no deja de enarbolar sus sentencias y juicios. No se


trata propiamente de un delito, solo de una interpretación de sus
motivos fundada sobre el

absurdo, gracias a un buen conocimiento del procedimiento. Y para qué


utilización?. El intento de dar a los ojos de un público no advertido, una
apariencia de legitimidad a su calidad de "príncipe heredero" de un
reino inexistente.

"Todos los medios son buenos para llegar. Después de la aparición de


"Ordres et contre-ordres de chevalerie" donde él ocupa un buen lugar,
intenta sin éxito, por vía de recurso de urgencia, hacer insertar un texto
"rectificativo". Ese texto llevaba ocho veces la mención "Boiry de
Araucanía, dos veces el título de "príncipe" y una vez la calidad de
"Alteza Real heredero legítimo y legal de los soberanos de Araucanía-
Patagonia y de los príncipes de Araucanía". Si el juez que se ocupó del
recurso de urgencia hubiera dado lugar a su demanda, él habría,
indirectamente, hecho la constatación de ese título aparentemente
nobiliario. Siempre el absurdo!. La sentencia sobre el recurso de
urgencia se dicta el 18 de enero de 1983 por el tribunal de gran
instancia de París que no ha servido al señor Boiry. Ella ha
simplemente motivado sus decisiones indicando que "existen
contradicciones serias sobre los diferentes puntos históricos y jurídicos
como sobre las calidades o títulos reivindicados por Philippe Boiry". Una
sentencia que él se cuida bien de mostrar".

Es decir, que según el autor citado, no existe ningún fallo judicial que
reconozca o legalice los títulos principescos de Philippe Boiry.
CAPITULO VIII
LAS LEYES FRANCESAS Y LAS ORDENES DE CABALLERIA

Por decreto 81-1163 del 4 de diciembre de 1981, que nos ha hecho


llegar el general Pierre Mary, jefe de gabinete de la Gran Cancillería de
la Legión de Honor, ampliatorio de anteriores similares, se disponen
sanciones penales a las personas físicas o morales que exhiban
condecoraciones no otorgadas por el gobierno francés o por otro estado
soberano.

La situación lo justifica por la gran cantidad de casos de imposturas de


mitómanos y estafadores que operan en ese campo. Los sicólogos se
han ocupado de estas manías como una enfermedad, una desviación
que altera personalidades y lleva a comportamientos raros, a veces
místicos. Inventan ritos y ceremonias, vestimentas y símbolos
indescifrables, porque gustan también del misterio. Suelen reunirse en
ruinas o conventos abandonados. También se vinculan a iglesias
marginales.

Es curioso pero la manía nobiliaria afecta en especial a personas que no


se destacan por sus virtudes intelectuales o por otras tareas y buscan
compensar sus carencias. Quien desee disfrutar de múltiples aspectos
sorprendentes y hasta cómicos en torno a los aventureros de las
órdenes de caballería, puede leer el citado libro de Chaffanjon y
Galimard Flavigny, que va desde los casos de delirios a los policiales.
Las peripecias de Fernand Legros, talentoso traficante de obras de arte
falsas y del escritor Roger Peyrefitte, son desopilantes. Los autores del
libro han mantenido graciosa correspondencia con las falsas órdenes
donde les proporcionan las tarifas según los títulos deseados y hasta se
los ofrecen en cómodas cuotas.

Las órdenes de caballería provienen del tiempo de las cruzadas,


teniendo pues un origen milenario. Algunas, exclusivamente religiosas,
han sido suprimidas por el Vaticano. Sólo en lengua francesa se han
censado 3.508 obras escritas sobre caballería. Y seguirán. Ante la
cantidad de impostores, otro especialista, Léon Gautier, escribió: "Hay
un último mandamiento de la antigua caballería que nos parece de
utilidad aún más contemporánea: No mentir".

ORDENES LEGALES E ILEGALES

Las órdenes de caballería legales, que reconoce el gobierno francés, son


únicamente dos, a saber:

a) Orden soberana, militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de


Rodas y de Malta. Tuvo su origen en el medioevo, en el Hospital de
Saint Jean de Jerusalén. Los monjes que atendían esa obra, en
determinado momento debieron tomar las armas para defenderse de
ataques de "infieles". Por eso se convirtieron en caballeros. Hoy es
conocida vulgarmente como orden de Malta y pertenecer a ella significa
una distinción que hace suponer signo de nobleza hereditaria, aunque
no sea así. Una característica de los caballeros de Malta es que exigían
en los combates las posiciones de primera línea, las más riesgosas.

Es un estado. Su iniciador fue el gran maestro francés Jean de la


Valette, fundador también en 1566 de la ciudad fortaleza que lleva su
nombre y es hasta hoy capital de la isla de Malta. En 1798 Napoleón
Bonaparte expulsa a la orden de ese país, convertida ahora en
república. Pasaron muchos años de exilio hasta volver a Malta y recién
a fines de 1989 se les acordó una pequeña porción de tierra para
constituir un simbólico gobierno soberano propio. Dispone de
embajadores acreditados en más de 40 países. Su prestigio también se
debe a "una contabilidad clara". Se la considera la organización
caritativa más "chic" del universo. Tiene 10.000 caballeros de todas las
nacionalidades y un millón de miembros asociados. Es sólo para
católicos, apostólicos y romanos y su Gran Maestro debe obtener el
acuerdo del Papa para acceder a esa máxima jerarquía. La orden se
dedica a la construcción y mantenimiento de hospitales por todo el
mundo.

Utilizando términos similares, con pocas o muchas variantes, se


registran numerosas órdenes falsas, por lo general todas con las
palabra Malta y Jerusalén. Vimos una lista de 90 "órdenes de Malta
ficticias".

b) Orden ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén, "oficialmente


reconocida por la gran cancillería de la Legión de Honor que autoriza a
llevar sus insignias y sus condecoraciones, porque cuenta con la
protección espiritual de la Santa Sede, estado soberano".

En el Museo de la Legión de Honor existe una lista de "órdenes falsas"


que pasan de las 400, "sin ser completa". Es delito su uso, aún en
forma de un pequeño botón en el ojal de la solapa. En esa nómina
"delictiva" figuran las propias tan mencionadas por el señor Philippe
Boiry, "la corona de acero" y "la constelación del Sur". Vale la pena
tenerlo en cuenta para que algunos argentinos y chilenos que las
poseen, no cometan el error de exhibirlas en Francia. La ley castiga este
delito hasta con dos años de cárcel.

En Sudamérica resulta generalmente ridículo el mostrar títulos


honoríficos salvo en muy particulares excepciones. Además, es sabido
que con frecuencia se consiguen pagando o prestando algún servicio
elogioso, o pidiéndolos. Por su extraordinaria difusión, desmereció el
antiguo significado representativo de acciones de gran valor, patriotismo
o actos civiles importantes. De todos
modos, hay innumerables personas que se desviven por adornarse con
tales muestras de snobismo (snobismo es precisamente falta de
nobleza). Otros crean una industria de esas fantasías, vendiéndolas o
canjeándolas por otras también falsas. Paul de Vernondière dice que
para los franceses, las condecoraciones son el máximo de la
"autosatisfacción" y sostiene que "podemos reconocer a Napoleón
(creador de la Legión de Honor en 1802) como el inventor de las
condecoraciones modernas".

"El tráfico de condecoraciones -dicen Chaffarjon y Galimard Flavigny-


disimula delitos más graves aún que los ya enumerados: libración de
falsos pasaportes diplomáticos, diplomas universitarios por la gracia de
academias fantasmas, falsas cartas de prensa, etc. Todo ello concierne
al art. 153 del código penal".

En la Gran Cancillería de la Legión de Honor nos aseguran que


anualmente se ocupan de unos cuarenta casos comprobados, "pero hay
muchos que por el momento se nos escapan... Hay oportunidades en
que llegamos tarde, como cuando observamos en avisos fúnebres a
difuntos atribuyéndoseles condecoraciones nunca otorgadas...".

Para deleite de coleccionistas, estos pueden comprar legalmente en


negocios especializados, cualquier tipo de medallas y condecoraciones
para tenerlas en sus casas, pero incurren en delito si dicen
públicamente que las han ganado o salen con ellas a la vista. Una cruz
de caballero de la Legión de Honor en bronce plateado se puede adquirir
en unos 250 dólares y los precios suben de acuerdo a los metales
utilizados; una de oro macizo puede llegar a más de 2.500 dólares. La
casa mss antigua y tradicional que fabrica condecoraciones y trofeos, a
veces creados por escultores famosos y con aplicaciones de joyas, está
ubicada en la Plaza Saint Germain des Prés. Fundada en 1803 por
Arthus Bertrand, continúa en manos de esa familia.

UN COLECCIONISTA A PARTIR DE TITULOS ARAUCANOS

Quien disponga de tiempo para utilizar en correspondencia, puede


llegar a hacer verdaderas colecciones de órdenes y condecoraciones
falsas y, a veces, alguna legítima.

Tenemos un ejemplar de la revista "Messages", de julio de 1980, editada


por el personal de correos y telégrafos de Francia. Allí sale una nota
sobre un empleado de ese organismo en la población de Chalons-sur-
Marne (a 150 kilómetros al Este de París), llamado Jacques Fontugne,
de 60 años, "convertido en historiador". Este señor se interesó por
ciertos aspectos de la vida de Achille I y envió su escrito al "príncipe"
Boiry. A raíz de ello, "el actual pretendiente a ese trono lo ha llenado de
títulos, de distinciones. Por ejemplo, legión de condecorados de la
constelación del Sur, orden real de la corona de acero, barón de Fonte-
Milla". El nuevo noble (fotografiado orgulloso y solemne mostrando su
título), aprendió el juego y se lanzó a "coleccionar títulos y distinciones".
Y agrega la nota: "Hoy Jacques Fontugne es un especialista reconocido
en materia de historia araucana. La Academia de Altos Estudios
Araucanos ha publicado un folleto con el resultado de sus
investigaciones bibliográficas". Philippe Boiry cita sus trabajos.

Bajo el subtítulo de "Los caminos de la gloria", la nota, medio en broma


con el compañero provinciano, dice: "Esos trabajos -los araucanos- le
han abierto otras puertas, como las de familias reales en exilio. Ellas
son numerosas y su actividad principal consiste en distribuir medallas,
títulos y distinciones, y Jacques Fontugne ha hecho una amplia
cosecha". A continuación da una lista de recompensas honoríficas,
donde se destacan algunas de las "casas reales" o imperiales ya citadas
con seriedad por Philippe Boiry, tales como un doctorado honoris causa
de la inexistente Universidad Internacional de Moctezuma (del catalán
Grau), y otro caballero de industria que lo designa comendador de la
orden imperial bizantina de Constantino el Gran. "El renombre de
Jacques Fontugne (hijo y nieto de carteros) alcanza a todos los
continentes. El pretendiente al trono de China le ha enviado un muy
bonito pergamino y le acuerda un nuevo título. Un príncipe japonés lo
ha incluido igualmente entre sus dignatarios. Medallas, libros,
pergaminos, cuidadosamente ordenados, ocupan varios estantes de un
armario..."

Un poco alevosamente con el compañero "barón", los editores de


"Messages" publican en ese mismo número una aclaración enviada a la
revista por el general de Boissieu, entonces Gran Canciller de la Legión
de Honor, en la que menciona otro artículo anterior sobre Jacques
Fontugne aparecido en marzo del mismo año, titulado "a la búsqueda
de reinos perdidos". Se refiere a las investigaciones históricas del
funcionario sobre el reino de Araucanía que, "en reconocimiento de
ellas, el Sr. Philippe Boiry le habría discernido un cierto número de
insignias...Estas seudo distinciones no tienen, por supuesto, ningún
carácter oficial...Toda condecoración extranjera, cualquiera sea la
denominación o la forma, que no haya sido conferida por una potencia
soberana, es declarada ilegal y abusivamente obtenida...".

EL "PRINCIPE" EN EL FILO DE LA NAVAJA

Evidentemente los editores de la revista "Messages" no carecen de


humor. En el mismo número en que sale la nota sobre el cartero
coleccionista y la protesta del Gran Canciller de la Legión de Honor,
agregaron un reportaje al propio Philippe Boiry titulado "El príncipe de
Araucanía: entre gente del Gotha". En el artículo habla el príncipe, muy
suelto de cuerpo, de "el fundador del reino Orélie Antoine I, mi tío
abuelo".

"A todo lo largo de la entrevista, menciona casas reales y distinciones


oficiales. A la menor ocasión, se adentra con virtuosismo en los árboles
genealógicos de los borbones y los Hasburgos", diciendo: "Familias con
las cuales yo mantengo las mejores relaciones".

"Toda discusión conduce inevitablemente a remontar, en línea directa,


hasta Luis XIV. En sus carpetas y sobre su escritorio, se esparcen como
al azar, cartas con encabezamientos cargados de coronas, testimonios
de estima de las más altas personalidades. Pero el príncipe muestra
todo eso en gran simplicidad, sin darle la menor importancia".

El "príncipe" explica su objetivo: "denunciar los verdaderos genocidios


de poblaciones perpetrados en Los Andes", y agrega: "Las medallas, los
títulos que yo otorgo me permiten recompensar a los amigos que me
ayudan en mi tarea..."

Según el propio Philippe Boiry, en 1971 había 226 miembros vivientes


de la condecoración de la constelación del Sur y, en 1965, agrega 413
con la "medalla conmemorativa de Philippe de Araucanía" creada por él,
también ilegal, por supuesto.

Este artículo volvió a molestar a las autoridades de la Gran Cancillería


de la Legión de Honor. Allí nadie oculta las preocupaciones que les
provoca el "príncipe", que lo saben haciendo travesuras. La nota que
nos dirigiera el general Mary es bastante expresiva. Por el ambiente que
observamos en esa institución, este personaje de "fantasía" está
pasando todos los límites.

BOIRY Y LA GRAN CANCILLERIA DE LA LEGION DE HONOR

El 24 de abril de 1989, el General Pierre Mary, jefe de gabinete de la


Gran Cancillería de la Legión de Honor, nos dirigió la nota que
reproducimos:

"Tengo el honor de acusar recibo de vuestra carta del 19 de abril del


corriente año, como continuación de nuestra reciente conversación
telefónica, sobre actividades del señor Pilippe Boiry, durante las visitas
que él acaba de efectuar a su país y a Chile, bajo el título de "Philippe,
príncipe de Araucanía y Patagonia" (sic).

"Cumplo en precisarle entonces que, desde 1872 era de conocimiento de


la Gran cancillería, una seudo "Orden de la Corona de Acero" que se
decía haber sido entonces conferida en Marsella por "Orélie-Antoine Ier,
rey de Araucanía y de Patagonia" (transcripción).
"Agrego que, hace cerca de diez años, la atención del señor Gran
Canciller fue llamada por frecuentes otorgamientos de un cierto número
de seudo distinciones, tales en especial como la "Orden noble y real de
la Estrella del Sur", la "orden real de la Corona de Acero" (ya citada) y
también, una "medalla de honor conmemorativa" que, bajo el nombre de
"Príncipe Philippe de Araucanía", discernía entonces el señor Philippe
Boiry, en particular sobre el territorio francés. La conducta de este
último, Caballero de la Orden Nacional del Mérito, llevó el 25 de febrero
de 1980, al señor General de Boissieu, entonces Gran Canciller de la
Legión de Honor, a señalar al señor Boiry que su calidad de miembro de
la segunda orden nacional era incompatible con prácticas comportando
perjuicio al prestigio de condecoraciones auténticas.

"En respuesta, el interesado aseguró al Gran Canciller que, "en tanto


que ciudadano francés, orgulloso de pertenecer a la Orden Nacional del
Mérito y estrictamente respetuoso de las leyes, (él) se conformaría sin
vacilación a esas directivas" (carta del 3 de marzo de 1980).

"Luego de una entrevista con el Secretario General de la Gran


Cancillería, el interesado confirmó al señor General de Boissieu, el 8 de
diciembre de 1980, que "había decidido cesar toda atribución de
distinciones de las cuales (él) detentaba la herencia histórica" (sic) y por
carta del 19 de enero de 1981, el señor General de Boissieu toma nota
de esta decisión del señor Boiry.

"La atención de la Gran Cancillería no fue más, desde entonces,


llamada sobre la persistencia de maniobras del interesado hasta que
este creyó bien, el 25 de agosto de 1988, de dirigir espontáneamente al
señor Secretario General una carta en la cual confirmaba que "conforme
a (su) compromiso tomado hace algunos años, (él) había suspendido las
atribuciones de las ordenes araucanas (sic) en Francia".

"Yo preciso que en respuesta le fue pedido al señor Boiry de tener a bien
hacer público este compromiso en el gran semanario francés que
acababa precisamente de señalar que el interesado atribuía "ordenes
dinásticas del reino de Araucanía" (transcripción). De allí la gestión de
precaución del interesado, en esa oportunidad, ante nuestra
administración.

"Después, el señor Boiry se conformó a esta sugestión del señor


Secretario General haciendo, algunos días mas tarde, llegar copia de la
correspondencia dirigida por él al autor del artículo de prensa del cual
se trataba.

"Yo no puedo más que deplorar que, sobre el territorio de vuestro país y
en Chile, el señor Boiry no haya creído deber observar el mismo
comportamiento que en Francia. Me parece sin embargo que, muy
felizmente, las alegaciones y actos que Vd. me señala, por muy
intempestivos que sean, no habrán podido engañar verdaderamente a
ninguna persona sensata.

"Si subsiste, sin embargo, la menor duda sobre gestos y pretensiones de


que se trata, cumplo en precisar, en conclusión, que en Francia, son
sólo consideradas como auténticas las distinciones conferidas por mi
país y los estados extranjeros soberanos. Agrego que la creación, la
colación, el uso y el portar seudas distinciones sobre el territorio
nacional son, bajo ciertas condiciones, reprimidas por el Libro IV del
Código de la Legión de Honor y de la Medalla Militar, de lo cual le
adjunto la reproducción para vuestra información.

"Espero haber, de esta suerte, respondido a vuestras interrogaciones en


la ocurrencia y le ruego, señor, de bien querer aceptar la expresión de
mi consideración distinguida". Firmado: General Pierre Mary.

Los entre paréntesis de esta transcripción corresponden al texto


original, mientras que el subrayado es nuestro.

El semanario a que hace referencia la nota del General Pierre Mary es la


revista "VSD" que en su número del 15 de agosto de 1988, que tenemos
a la vista, publicó un artículo sobre el "príncipe" Philippe. Este aparece
junto a una gran corona metálica que, según lo afirma Jean Raspail, la
ha hecho construir él mismo. No obstante la "desmentida", copias
fotográficas de ese artículo periodístico, las entrega aún hoy a cuantos
lo entrevistan.

Al comenzar su nota el periodista escribe: "Digamos que se llama "X",


porque no quiere que se dé su verdadero nombre, aunque él acepta
dejarse fotografiar". Y el articulista consigna: "Está rodeado (Boiry) de
un consejo del reino y suele otorgar títulos o acordar
parsimoniosamente la Orden Noble y Real de la Estrella del Sur", patra
agregar que esa dignidad se la entregó, recientemente, "a Monseñor
Ducaud-Bourget, brazo derecho de Monseñor Lefebvre, el papa de los
integristas".

ESTADOS UNIDOS NO HA RECONOCIDO AL "PRINCIPE"

Escribe Philippe Boiry en la pag. 416 de su "historia": "En los Estados


Unidos, mi representante está regularmente registrado, en virtud del
"Foreign Agents Registration Act" de 1938, como agente diplomático
oficialmente acreditado, bajo el número 2.099, documento firmado por
J. Walter Yeagley, asistente del procurador general, Internal Security
Division y Nathan B. Lenvin, jefe de la sección registros, en fecha 8 de
agosto de 1968" (Boiry 416).
Es cierto que registró un representante de acuerdo al "Foreign Agents
Registration Act", pero por audacia o ignorancia, o desprecio a sus
lectores, se permite decir que tiene un "agente diplomático oficialmente
acreditado". Esto es totalmente falso y mal intencionado. En primer
lugar, no es en la oficina del Procurador General ni en el departamento
de Justicia donde se acreditan diplomáticos sino en el Departamento de
Estado.

En segundo término, los fundamentos de la creación de ese organismo,


oficialmente son: "La política y el objetivo de esta "Act" es proteger la
defensa nacional, la seguridad interna y las relaciones exteriores de los
Estados Unidos requiriendo el registro de toda persona que se dedique a
actividades de propaganda u otras actividades en nombre de gobiernos
extranjeros, partidos políticos extranjeros y otras actividades
extranjeras; de manera tal que, el gobierno y el pueblo de Estados
Unidos estén informados de la identidad de dichas personas y puedan
evaluar sus declaraciones y acciones a la luz de sus asociaciones y
actividades".

Como se ve, nada de ello implica obtener reconocimiento, derecho ni


carácter diplomático. El registro da cabida a cualquier representante de
personas o entidades del exterior, por extravagantes que sean. Es un
medio para conocer los distintos lobbys y a quienes trabajan por cuenta
de extranjeros. Allí se registran diversos ex agentes de la CIA que pasan
a trabajar para personas, gobiernos o empresas de otros países.

No es muy lucido para un norteamericano figurar en ese registro,


comunmente llamado de "espías acreditados". El ex secretario de estado
Henri Kissinger, que trabaja para Bancos y empresas de su país, tanto
allí como en el exterior, se ha negado a hacerlo públicamente para
gobiernos de otras naciones, por no figurar como "agente extranjero".

El ex secretario general de la OEA y ex embajador de Argentina en


Washington, Alejandro Orfila, tuvo serios problemas en la capital
norteamericana por haber trabajado, bajo paga, en relaciones públicas
para el ex presidente de Haiti, el "Bebe" Duvalier, sin estar registrado en
ese carácter.

Es también interesante descubrir quién era y es en 1993 el


representante en Estados Unidos de Philippe Boiry: El "príncipe" de
Badenburg. Se trata de un falso noble, cuyo verdadero y único nombre
es John Wilkinson, nacido en Houston (Texas), el 23 de agosto de 1935,
llamándose "consultor de relaciones públicas y vicepresidente de Javor
Invest", una curiosa empresa, En el formulario que debió llenar para
inscribirse, dejó en blanco las preguntas sobre personas a su cargo, y
no dice si posee propiedades ni empleados. En cuanto al domicilio que
da del "príncipe de Araucanía y Patagonia" es sólo una casilla postal
(B.P. 115 - París 16 Francia). Y como propio: Oficina 5423 - Chevy
Chase, Houston (77027).
Mas el "príncipe" de Badenburg, mejor dicho el texano John Wilkinson,
también se registró como representante en Estados Unidos de otro
insigne simulador de más que dudosas actividades, que asimismo se
dedica (o

dedicaba) al tráfico de falsos títulos nobiliarios, condecoraciones y aún


diplomas de una fantasmal universidad, sólo por él imaginada. Se trata,
textualmente según el registro, de: "R. H. el príncipe William III de Grau
Moctezuma y Rife - Tlatoani del Anahuac - en exilio". Como domicilio
da: "Cancillería de S.A.I. y R (su alteza imperial y real) - Balmes 161 -
Barcelona 8 - España.

¡OTRA VEZ LOS CHILENOS!

Es probable que se deba a gestiones del príncipe texano, lo que cuenta


en su libro Boiry, cuando dice que en 1967 fue invitado "a presidir en el
Hotel Sheraton de Houston una manifestación mundana", pero el
anuncio de la misma, "levanta en cólera al cónsul de Chile en Houston,
señor Rencoret" que protesta en los diarios, diciendo que su embajador
en Washington, señor Tomic hacía lo mismo ante el Departamento de
Estado.

"En efecto -explica Boiry-- tantas gestiones fueron hechas por los
chilenos, que me dieron así el más bello brevet de autenticidad que se
podía soñar, 107 años después de la fundación del reino, que esta
recepción fue anulada y no pude ir ese año a Estados Unidos" (pág.
417). A continuación presenta otra versión de ese hecho,
atribuyéndosela al ex embajador argentino en Francia Dr. Adolfo J.
Galatoire, "con quien tuve las relaciones más corteses durante su
residencia en la capital francesa". El texto citado está publicado en
"Todo es Historia" (417).

"Las actividades del príncipe Philippe -diría el Dr. Galatoire- tienen el


efecto de irritar de tiempo en tiempo a ciertos ciudadanos chilenos, que
intervienen en el debate histórico, negando los hechos iniciales
aceptados de la historia misma chilena...Y, por otra parte, las
actividades del príncipe provocan reacciones por lo menos
incomprensibles para nosotros. El 18 de octubre de ese año (1967) el
príncipe Philippe debía ir a la ciudad de Houston, en el estado de Texas,
América del Norte, para presidir un "baile de caballeros", en el curso del
cual debía entregar algunas medallas conmemorativas y otras
distinciones de recuerdo, recibiendo él mismo el título de ciudadano de
honor de Texas..." (?). El anuncio de este acontecimiento provoca
primero la protesta del embajador chileno ante el gobierno
norteamericano y luego la del cónsul en Texas...
"Nadie es por tanto autorizado a intentar minimizar moralmente a los
sucesores de Orélie Antoine I, que mantienen una tradición desprovista
de toda intención política. Ellos conservan, simplemente, por la belleza
misma de esta tradición, sin otro objetivo -en mi opinión- que el respeto
por la memoria de un personaje extraordinario, pero digno de respeto
por su coraje y perseverancia".

Como se aprecia, el pretendiente francés no pierde la menor


oportunidad de aprovechar cualquier expresión que pueda llevar agua a
su molino. Veamos otro ejemplo que narra a continuación. Dice que en
la revista "Hidalguía" de Madrid apareció una nota contraria a "su"
historia de Araucanía, escrita por Isidro Vazques Acuña, presidente de
la asociación de estudiantes chilenos de Madrid. En protesta, "y para
restablecer la verdad" , dice que escribió al embajador de Chile en
España, quien al avisarle recibo "me da sin discusión la condición de
príncipe".

Otro ejemplo más de abuso de citas: Con motivo del terremoto de Chile
de 1960, dice que dispuso en París un oficio religioso por las víctimas
del mismo y que envió una nota de condolencia al intendente de Nuble
(Chillan), señor Gonzalo Gasmuri Pesse. Este le contesta tratándolo de
"vuestra alteza" y en el saludo se manifiesta "su incondicional
servidor...". Y saca sus conclusiones: "Para ciertos chilenos yo no soy
nada, para otros soy evidentemente el heredero del rey Orélie Antoine I.
Pero comprendo que, en una cuestión tan delicada para Chile, sea
difícil armonizar sus violines". Estas citas oportunistas, le hacen decir
que no sabe jamás "con qué pie bailar con los chilenos" (pág.418).

EL MERCADO DE TITULOS DE NOBLEZA

El mercado de vanidades está en plena expansión mundial. Por eso


proliferan los vendedores de títulos de nobleza falsos y...aún los de
origen legítimo. Esos blasones tienen un no se qué de encanto para
cazar incautos frívolos. Sirven también para blanquear fortunas nuevas
o dudosas y entoldar con oropeles pasados a familiares oscuras. O, ¿por
qué no?, para atenuar complejos de inferioridad.

Un conde o duque, o un simple barón, puede asimismo alquilar a buen


sueldo su figuración en el directorio de una empresa, para darle lustre,
y son buscados en especial para bancos, joyerías, alta costura y
artículos de lujo en general.

El príncipe consorte Bernardo de Holanda, perdió muchas dignidades y


se le prohibió infamantemente el uso de uniformes de las fuerzas
armadas de su país, cuando se lo acusó de recibir una cuantiosa
"comisión" por la adquisición oficial de aviones a una firma
norteamericana. También se lo obligó a renunciar a mas de 300 cargos
en importantes empresas nacionales y multinacionales.

La máxima aspiración de algunos nuevos ricos europeos,


norteamericanos y de cierta tilinguería suramericana apunta a la
nobleza. En la Argentina hay varios ejemplos, en especial de los años
locos y algunos recientes, desesperados por casar sus hijas (o hijos) con
miembros de la nobleza, aunque fueran fundidos y se convirtieran en
azotes familiares. Se conocen nombres de europeos, hoy "estanciero por
alianza", y grandes castillos del viejo mundo que fueron salvados de la
ruina, y restaurados, al precio de inmensas sumas llegadas de la
pampa húmeda.

Arturo Jauretche, molesto por ciertas ostentaciones argentinas de


abolengos europeos, se complacía en demolerlos con documentación.
Fueron célebres los casos del "patriarca" que llegó al país tocando el
bombo en un circo; o aquel vendido como siervo de la gleba por el rey de
Prusia al emperador del Brasil y, caído prisionero en la batalla de
Ituzaingó, fue traído a Buenos Aires por el general Carlos M. de Alvear,
ocupándolo de doméstico.

Cuando pasó unos años en la Argentina un simpático y colorido


marqués español, fue una sensación social permanente, por ser
hermano de una reina y estar emparentado con un rey. El playboy, con
su economía deteriorada por un alocado tren de vida, se prestaba para
asistir a comidas organizadas por un avisado promotor porteño. La
reunión se hacía en la residencia de algún hispano que, llegado al país
como común inmigrante, se había enriquecido. El marqués, ante
familiares y amigos del dueño de casa, lo tuteaba y daba muestras de
ser viejos conocidos, desde la madre patria misma. Es decir, existe un
mercado de vanidades para explotar a quienes no reparan en ridículos
ni costos.

Parecerá inmoral el negocio de dignidades pero es una verdad a gritos.


Sin embargo, debe destacarse a aquellos nobles que llevan una
existencia discreta, hasta trabajando, y sobreviven con emotiva
hidalguía su pobreza. Uno de ellos, un profesor y escritor español nos
decía: "Mi padre no dejó ninguna fortuna, pero sí un título de nobleza
ganado luchando por mi país que lo considera un héroe. Yo no daño su
legado histórico llevando una vida de trabajo honrada. Es mucho más
decente mantener tales valores familiares ganados por el honor y el
coraje al servicio de una nación, que heredar y disfrutar riquezas
logradas de cualquier forma".

Los vendedores de títulos tienen montada una maquinaria de


"expertos", para la búsqueda y estudio de antiguos apellidos similares al
del candidato, o inventarlos, recurriendo a veces a ciertos libros raros,
por lo general incomprensibles, escritos en lenguas muertas o
criptografías, como el caso ya visto de Achille I. Luego se mercan los
accesorios de una nutrida boutique de símbolos nobles, tales como
viejos pergaminos, espadas, capas, pectorales, diademas, escudos,
cuadros, insignias de todo tipo, etc. Llegan estos etcéteras hasta
muebles y castillos.

Así el nuevo noble entra a circular ornamentando su casa, luciendo sus


armas en tarjetas de visita y papel de correspondencia, en la ropa, y
hasta en la puerta del auto. Y puede intentar con el tiempo, paciencia y
recursos mediantes, llegar a figurar en el "Geneologisches Handbuch
des Adels" u otros registros menos calificados de la nobleza, que los hay
al alcance de más bolsillos.

LA VENTA "LEGAL" DE TITULOS LEGITIMOS

Los interesados en adquirir títulos de nobleza, ahora pueden recurrir


cómodamente, a quien al menos hasta hace muy pocos años, vivía en
Paraguay. Este lugar fue elegido porque el empresario es alérgico a las
extradiciones y allí está a resguardo de las mismas, luego de dejar
apresuradamente su Alemania natal, perdiendo sin problemas una
depositada fianza de algo así como un millón de dólares.

Se trata del conocido personaje de nombre Hans Hermann Weyer, ahora


en la cincuentena, un apuesto playboy de fortuna personal como su
bella esposa y socia.

Hans Weyer no comete ningún delito con su profesión. Refinadamente


educado, conoce la nobleza y las historias de familias monárquicas al
detalle. Los blasones que intermedia son legítimos y las operaciones
legales. ¿Cómo?. Veamos.

Hay nobles empobrecidos que por herencia disponen de varios títulos


(docenas, a veces). Poseyendo o no descendencia, ellos pueden, de
acuerdo a las normas monárquicas, cederlos en vida a sus hijos.
Entonces recurren a la adopción de candidatos, sin importar la edad.
Con ese sencillo trámite, el nombre y el grado pasa a quien mejor lo
paga.

Weyer también negocia matrimonios ennoblecedores. Hace unos años,


según lo contó a la revista "Le Figaro", organizó el casamiento de la
anciana baronesa Ute von Richthoffen de Baden Baden, viuda de un
famoso héroe aviador germano de la primera guerra mundial, con un
millonario texano.

Un joven de 25 años llamado Rolf Quost fue adoptado por la princesa


Elisabeth von Sayn-Wittgenstein, de 51 años. Ahora Rolf es príncipe y
sus negocios en Hamburgo (clubes-discos) han prosperado aún más. Su
ascenso social le costó una elevada suma, pero la inversión es
redituable.

Hans Weyer ha hecho proezas que le trajeron algunos disgustos. La


reina Elisabeth de Inglaterra lo odia por haber casado a su prima la
princesa Alexandra von Arhalt con un riquísimo fabricante de
salchichas de Minden, Alemania, al costo de 300.000 marcos. La boda
fue facilitada por la falta de dinero de la novia, a pesar de que su
coronada prima es la mujer mas rica del mundo.

El rey Carl de Suecia debió interponerse para evitar que Weyer le


casara, en similar estilo, a una prima princesa. Pero no pudo impedir
que el mismo traficante le hiciera adoptar a su tia materna, la princesa
Alma von Sachsen Coburg Gotha, de 62 años, a un rico matarife
norteamericano, cobrándole 400.000 marcos.

Este playboy de refinado aspecto, se dice muy satisfecho. Cuando se


refugió en Paraguay declaró: "Soy feliz como un rey. Ulrike (su hermosa
mujer, abogada y verdadera baronesa Verike von Kaiserling) y yo hemos
traído en nuestras valijas 136 títulos de marqueses, 172 de barones y
baronesas, tres docenas de duques, y una buena docena de títulos
principescos. Le venderé a la colonia alemana de Paraguay".

Hans Weyer, que dispone de tantos títulos de nobleza auténticos, no se


ha adjudicado ninguno, pero "me divierto mucho", dice.

EL FETICHISMO DE LA "PARTICULE" EN FRANCIA

El seminario parisino "L'Evenement du Jeudi" del 23 de diciembre de


1993, publica una sabrosa investigación sobre la nobleza, dirigida por
Serge Faubert y Sébastian Fontenelle. Allí se destaca el interés de
muchos franceses por aparentar orígenes de sangre azul. Para ser
reconocidos legalmente como sucesores de títulos, merecidos o no, o
tener el derecho a usar el "de", se recurre a varios métodos.

Los títulos de nobleza fueron abolidos por la Revolución de 1789, quien


además prohibió los cambios de nombres. Todo ello fue restablecido por
Napoleón, Luis XVIII y Charles X. Un decreto de 1923 permite a
cualquier francés adoptar el nombre de un soldado "muerto por la
patria", sin descendientes. Otros lo hacen con ciudades o pueblos
desaparecidos. Con más justicia, se ha permitido a algunos agregar a
su nombre el usado en código durante la Resistencia.

Los trámites deben hacerse por medio del Bureau des Sceaux del
Ministerio de Justicia, quien eleva una investigación al Consejo de
Estado y, de acordarse, como ocurre en la mayoría de los casos, el
nombre o título lo firma el Ministro de Justicia, previo a un anuncio de
un año en el Boletín Oficial por si alguien se opone. Los derechos
cuestan 2.000 francos.

Por estas liberalidades legales, acentuadas después de la Segunda


Guerra Mundial, con el nuevo nombre muchos figuran así en la guía de
teléfonos y en las facturas de servicios.

Pero, existe la Association d'Entraide de la Nobleza Francaise, fundada


en 1932 y reconocida de utilidad pública en 1967, formada por

nobles auténticos, que no admite la entrada de intrusos ni su registro


en el Gotha, no obstante opinión en contra del gobierno..

Si bien hay nobles reales que no usan el "de" (como Rochechouart,


Oberkampf, Cochin, etc.), hay muchos otros que lo poseen como parte
del nombre, sin que ello le atribuya sangre azul. Este último caso es el
del productor de cine Daniel Toscan du Plantier, el escritor Martin du
Gard, Simone de Beauvoir, Honorato de Balzac y, entre muchos otros,
el del General Charles de Gaulle, aunque en otras épocas se lo hubieran
acordado. Y también de Antoine de Tounens.

La mania nobiliaria parece haberse acentuado últimamente como


instrumento para hacer carrera política. El gobierno del socialista
Michel Rocard en 1988 tenía 16 partículas "de", y el actual primer
ministro de derecha Edouard Balladur cuenta en su equipo con 30 (con
algunos dudosos). En la Cámara de Diputados hay 17 y en el Senado
12.

El caso que más crónicas ha producido es el de la familia Giscard (hoy


Giscard d'Estaing). Sus miembros intentaron sin éxito se les
reconociera el patronímico que suponían vacante de "de la Tour-
Fondue". Lo pidieron y naufragaron ante la aparición de un
descendiente auténtico. Más tarde recurrieron a un héroe francés de la
independencia norteamericana, el almirante y conde d'Estaing. Negado
en un primer intento, lo lograron más tarde por medio de René Giscard
(tío de Valery), quien era miembro del Consejo de Estado, organismo
que acuerda su voto favorable (o no) para un cambio de nombre.

Valery Giscard (ya d'Estaing) solicitó ingresar al club exclusivo de la


Association d'Entraide de la Noblesse Francaise (ANF), pero esta lo
rechaza. Una vez presidente de la República insiste en su demanda
para figurar en el Gotha, volviendo a recibir una rotunda negativa.
Entonces, lo que se ha visto como una venganza, prohibió usar títulos
de nobleza en actos oficiales.

François Mitterrand también ha sido objetado por coquetear en su


juventud en partidos monárquicos, pero fue pasajero.
LA CITY LONDINENSE REMATA TITUTOS DE NOBLEZA

En la mencionada investigación del semanario "L'Evenement du Jeudi",


figura una nota de Eric Dior sobre la nobleza "british" que comienza así:
"Después que las ocasiones de salvar la vida de un monarca en el
campo de batalla son raras, una cuenta de banco bien provista es aquí
el mayor acelerador de partículas".

Los métodos son antiguos y se remontan documentadamente a


Guillermo el Conquistador, que pagaba sus deudas rematando honores.
También se asegura que "en el siglo XVIII, un título de lord se
regocijaba en 10.000 libras, más una comisión para el intermediario
que obtenía una audiencia con el soberano".

Desde principios de este siglo, el político inglés Lloyd George, se


caracterizaba por sus críticas a los privilegios. pero al llegar a Primer
Ministro, negoció títulos para quienes aportaron ayudas para su
elección, enviando parte "a su propia cuenta de banco".

Es sabido que tradicionalmente el primer ministro eleva una vez al año


a la reina la famosa "lista de Honor" para nuevos nobles. "Nada de
bomberos heroicos ni enfermeras modelo -dice Dior- entre los felices
elegidos, pero un fuerte contingente de industriales que generosamente
han provisto la caja del partido conservador durante la campaña
electoral".

"Sir Clive Sinclair, presidente de Sinclair Research, negoció su título de


lord por un cheque de 39.000 libras". A George Audley le costó 150.000
libras. Pero hubo un "estafado", el millonario chipriota Asil Nadir, pagó
500.000 libras y nunca lo ennoblecieron.

A causa del krach de la Lloyd's en 1993, la "venerable" compañía de


seguros de fama mundial, ha puesto a varios de sus accionistas en la
necesidad de vender sus títulos. El conde de Carlisle lo cedió por
55.000 libras. Un barón costaba, hasta hace poco, menos de 5.000.
Más en los últimos meses las cotizaciones han subido en el mercado de
títulos ingleses por el ingreso al mismo de los norteamericanos.

Los interesados en estas operaciones, pueden recurrir a una firma


especializada en la venta de títulos de nobleza. La empresa se llama
Manorial Auctioneers.

INSTRUMENTOS DE LA FARSA CORTESANA

Toda fabulación o técnica para embaucar se esmera en crear la mayor


cantidad posible de detalles y mecanismos visibles para demostrar
credibilidad. De esa forma se llega a la exageración de "cositas"
entrelazadas, conformando una red en la que es fácil hacer caer a los
menos advertidos.

El mitómano tiene tendencia a la solemnidad y misticismo,


características que, mal manejadas, producen impresiones fáciles pero
hartantes que inducen al rechazo. A ese tipo de personajes no se le
puede exigir equilibrio ni capacidad para reconocer ridículos errores o
abandonar sus empeños. Pese a la realidad adversa, sólo la muerte los
sosiega, porque su mal es incurable y progresivo, como los grandes
vicios.

Esas particularidades las hemos visto en el obcecado Orélie Antoine de


Tounens (Orélie Antoine I) que dedicó su existencia a perseguir una
quimera, en forma tan absoluta, que ganó alguna simpatía.

Su "sucesor", Gustave Achille Laviarde (Achille I) es otra cosa. Es


simplemente un pillo oportunista, sin valor ni pudor, sin cultura ni
ningún atributo de grandeza. Orélie Antoine vivió para ser príncipe y
Achille se decía príncipe para vivir.

Antoine Cros (Antoine II) fue un intelectual farrista que tomó, como
tantos otros allegados, la cuestión de la monarquía araucano-
paragónica como un juego centrado en la bohemia "chic" de
Montmartre. Con su muerte se cerró un ciclo y el reino de fantasía
desapareció. Salían de escena el mitómano enfermizo, el pillo vividor y
el intelectual divertido.

Los "reinados" de Laure Thérèse Cros y de su hijo Jacques Antoine


Bernard, no existieron, borrando con el transcurso de casi medio siglo
de indiferente olvido, todo recuerdo de la "monarquía". No obstante,
Philippe Boiry crea una nueva orden, "Laure Thérèse", en 1958.

Llegamos por fin a un personaje singular. Philippe Boiry quiere revivir


la monarquía ilusoria de Araucanía Patagonia, llevado por una delirante
manía de nobleza, una vanidad sin límite que lo marcó desde muy
joven. Tercamente ha hecho un montaje espectacular que cultiva desde
hace varias décadas. Aunque sin bases formales, ha ido perfeccionando
un muy tejido discurso.

Colecciona recortes de medios argentinos y chilenos en los que se habla


de los indígenas, aunque no sean araucanos. No posee mucha
información pero la explota toda: Un artículo de "La Nación" de Buenos
Aires de 1968 sobre protestas de indios; otro similar del "Córdoba"; uno
de "La Nueva Provincia"; una declaración del Instituto de Historia de
Tierra del Fuego y un proyecto de ley del senador Fernando de la Rua
de 1975 "para la promoción y protección del indígena". Todo vale.
EL CASO DEL GENERAL JUAN PERON

Los citados escritores Arnaud Chaffanjon y Bertrand Galimard Flavigny


explican el modus operandi de los falsos nobles con correspondencia
tramposa. Le dirigen cartas a personalidades, incluso al Papa,
mostrándose interesados en construir hospitales o brindar ayuda a los
indígenas y obtienen respuestas de cortesía que después exhiben como
documentos de reconocimiento o relación personal.

Con similares argucias, Philippe Boiry ha escrito -años atrás- a otros


descendientes de la familia Cros para buscar respuestas y citarlas total
o parcialmente. Así consiguió algunas frases más o menos cordiales.
Pero cuando los sorprendidos se dieron cuenta del uso abusivo de sus
cartas de cortesía, reaccionaron violentamente contra tales maniobras
indelicadas. A un descendiente de Antoine Cros, pretendió hacerlo
aparecer diciéndose "príncipe François de Araucanía", cosa que aparece
dudosamente escrita sólo en el encabezamiento de una carta cuyo texto
no aporta, y puesto con máquina de escribir y no impreso o a mano. Al
preguntársele al "príncipe" porqué no respondió la carta con pedido de
explicaciones de François Cros, contesta no haberlo hecho por su
contenido "grosero".

La familia Cros, en varias oportunidades se opuso al "tráfico de


condecoraciones araucanas" por parte del falso heredero.

Maurice Druon nos expresa su "sorpresa" cuando, "luego de mi entrada


a la Academia Francesa, recibí una carta de él (Boiry) donde me envía
sus felicitaciones, ofreciendo hacerme Gran Cruz de la Orden de la
Estrella del Sur, fundada por Orélie Antoine Ier.".

Boiry, en su afán de atraer o comprometer personalidades para su


reconocimiento, menciona que con motivo del centenario del reino en
Tourtoirac, estuvo allí el cónsul de Chile, "originario de Bordeaux, señor
Clavières", sin dejar en claro si se adhería o no a los actos, aunque
saludara al "príncipe" en la calle.

Una de las más preciadas piezas de caza que exhibe Philippe Boiry es
una foto del General Juan Perón dedicada a la "princesa Dominique",
su difunta esposa, cuando el ex presidente argentino vivía exiliado en
Madrid, en 1964. Por supuesto, la reproduce a toda página en su libro.
Y en la contratapa transcribe un párrafo (que puede ser único) de una
carta del desaparecido mandatario. Vale la pena transcribirlo:

"Vuestra preocupación por las minorías autóctonas, particularmente de


las regiones australes de nuestra tierra americana, retuvieron mi
atención durante mi gobierno y comparto su interés en su favor, no
solamente por su aspecto humano y justo sino también por su valor
étnico, cultural, tradicional, que señala tan justamente. Le envío muy
cordialmente la expresión de mi amistad".
Como puede deducirse, ésta es una respuesta a una nota del "príncipe"
en que ha expresado su interés por los indígenas y ha recibido una
respuesta civilizada, sin ningún reconocimiento a sus pretensiones
monárquicas ni a sus "títulos". En cuanto al saludo es una fórmula y no
significa que lo considerara un amigo en todo el sentido de la palabra.

También al general Dwight Eisenhower, Boiry le envió una


condecoración, quien le respondió, según él, que "es para mi un gran
honor que me ha sido conferido..."

Asimismo nosotros también podríamos decir que gozamos de la


"simpatía" de Philippe Boiry porque en la dedicatoria de su libro, que
nos vendió, concluye: "con mi simpatía". Detalles como los indicados,
son explotados minuciosamente por el autor del libro, que en otro
pasaje transcribe sólo el saludo. En cuanto a la foto del general Perón,
fue remitida a pedido de la "princesa" y es una de las miles que el
político ha autografiado en su larga vida.

En la contratapa de su libro hay otras frases pertenecientes a


personajes citados en la obra, como el ex embajador argentino en
Francia Dr. Adolfo Galatoire, el escritor franco-argentino Mauger de la
Brannière y su cortesano Saint Loup. Otras pertenecen a un padre
jesuita francés desde Roma y a un doctor en teología. También hay una
frase de un juicio por calumnias donde dice fundar su tan discutido
"reconocimiento de su calidad de "príncipe" por la justicia francesa".

"PRUEBAS" DIVERSAS

Philippe Boiry dice ser reticente a los reportajes, en particular cuando


se trata de argentinos o, más especialmente, de chilenos, pero lo cierto
es que no rechaza ninguno. Hasta los busca.

Cuando, como a nosotros, ha recibido en sus oficinas comerciales, en el


primer piso de un deteriorado edificio del 132, rue Poissonnier, en
París, simulando espontaneidad e indiferencia, prepara el ambiente
para hacer ostentación de importancia y provocar preguntas. Es cierto,
como dice la revista "Messages", que deja sobre su escritorio papeles
con escudos "reales" para demostrar una activa correspondencia con
otras casas nobles. También tiene a mano su pasaporte donde antes de
su nombre verdadero se lee "S.A." (su alteza).

Su libreta de banco está a la vista del visitante para demostrar que en


sus cheques, a más de Philippe Boiry, dice "d'Araucanie". Esto puede
impresionar a un extranjero desprevenido. En cualquier banco en
Francia se puede abrir una cuenta corriente agregando un seudónimo,
sin ningún problema, hasta en la sucursal del Banco de la Nación
Argentina en París.

En su oficina hay algunos objetos sencillos que dice araucanos, unos


diplomas de "caballería" y dos banderas "históricas", con las cuales "mi
tío abuelo el rey Orélie Antoine hizo sus campañas guerreras por tierras
de Arauco".

La oportunidad de nuestra visita a Philippe Boiry debe haber sido en un


mal momento económico. Habían pasado los tiempos en que trabajó en
relaciones públicas para la Coca Cola. A este personaje le ocurre como a
Achille I, que cambiaba mucho de domicilio según las vicisitudes de la
suerte. También recurre con frecuencia a la utilización de casillas de
correo. Cuando el periodista Germán Sopeña le pidió una entrevista, lo
citó en un circo modesto y conversaron bajo la carpa, explicándole
confusamente que tenía intereses en la empresa. Su "augusto" y "rico"
predecesor Achille I también fue vinculado en algún momento a la
actividad circense, pero como caballerizo.

Nos habla de su libro, "Historia del Reino de Araucanía". "Allí


encontrará todo el material que pueda precisar", nos indica. Al ver
nuestro interés nos advierte que debemos pagar su costo: 100 francos.
Nos pareció barato y le compramos dos. Esta edición personal, la hizo
utilizando el tradicional sistema de suscripciones, una costumbre de la
casa. La comenzó a vender antes de aparecer, para lo cual había que
enviarle un cheque por 70 francos. Tenemos a la vista una curiosa hoja
en que anuncia la obra e indica cómo reservarse un ejemplar, indicando
que aparecería en 1978, pero salió en 1979.

La periodista y escritora argentina radicada en Francia, Alicia Dujovne


Ortíz, que le hizo una larga entrevista plena de finas ironías para la
revista del diario "Río Negro", cuenta otra divertida anécdota. El
"príncipe" la invitó a un baile de corte, pero debía abonar la entrada:
200 francos. No fue y debe lamentarlo, porque habría sido la
oportunidad de conocer atuendos y personajes balzacianos. Como tales
nobles no son invitados a reuniones sociales de la nobleza, diplomacia,
gobierno ni del jet set mundano, hacen las propias.

DECLARACIONES DE PHILIPPE BOIRY

En la entrevista que mantuvimos con Philippe Boiry el 4 de diciembre


de 1980 nos dijo:

- "Cuando Orélie Antoine viaja a Araucanía no hay ninguna autoridad


efectiva en la región. Ni chilena ni Argentina. Ninguna nación la
reivindicaba(?). Fue imposible para los españoles dominar a los
mapuches.
- "Los araucanos son una minoría étnica con caracteres específicos.

- "Yo se que hay servicios burocráticos que teóricamente se ocupan de


los indígenas, pero en la práctica nada se hace y continúa su
exterminación.

- "Las autoridades diplomáticas chilenas con frecuencia siguen mis


pasos y me critican. Las argentinas son indiferentes, aunque ha habido
periodistas que difundieron mentiras, obligándome en todos los casos a
defender la verdad histórica, poniendo las cosas en su lugar.

- "Soy viudo desde hace dos años. No tengo hijos ni sobrinos. Pero he
designado un sucesor, un joven llamado Philippe de la Valette, hijo del
barón de la Valette... ¿Porqué no es posible un rey araucano? Porque la
dinastía es francesa. (En 1993 Boiry dice que su sucesor tiene 24 años
y que lo designó en 1951. Un error de fechas?).

- "Nunca tuve tiempo de ir a la Argentina por mi intensa actividad


profesional aquí. Trabajo doce horas por día y me tomo sólo 16 días de
vacaciones.

- "Soy sobrino nieto de Orélie Antoine I.

- "Un doméstico de Orélie Antoine fue pagado por el gobierno chileno


para traicionarlo.

- "Toda la Araucanía lo reconoció Rey...Sí, cuando digo Araucanía hablo


de la región comprendida entre el río Bío Bío y el extremo Sur, y a toda
la Patagonia desde el Río Negro hasta Tierra del Fuego e islas del
Atlántico Sur.

- "La legitimidad de la monarquía fundada en Araucanía en 1860 y sus


derechos soberanos, es incuestionable.

"Hablo mucho de Calfucurá, un personaje extraordinario que ha estado


muy vinculado al rey Orélie Antoine I. Tenía un secretario chileno. Hay
que leer su correspondencia con el gobierno de Buenos Aires. Un
destacado guerrero. Fue el abuelo de Ceferino Namuncurá, cuya
canonización yo apoyo ante el Vaticano, pues tengo comunicación con
el Papa.

- "Un cura amigo argentino me acaba de escribir diciendo que el


gobierno ha celebrado la conquista del desierto, pero la verdad es que
antes de su arribo no existía el desierto. El desierto surgió con la
presencia militar. Fue una verdadera destrucción. No fue una conquista
satisfactoriamente moral. Fue la destrucción sistemática de una raza
fuerte. Hay documentos interesantes. Se da el caso de una invitación a
comer a una tribu. Los mataron a todos con alimentos con
estricnina...Los responsables? Un escocés llamado Mc Lean, "Chancho
Rojo", le decían, por cuenta de los antepasados de Armando Braun
Menéndez. Por eso su libro es parcial. Escribe contra Orélie Antoine por
defender los intereses de su familia.

- "La historia de Orélie Antoine es única, sin equivalentes. Su solo viaje


es incomparable. Francia y el mundo se lo reconocen.

- "Recibí un plan de desarrollo del Comahue. Me lo envió un profesor


rumano de la Universidad de Bahía Blanca. Otro profesor de la misma
universidad, de origen belga, me ha hablado mucho del tema y me ha
visitado.

- "Me ha escrito un primo de Braun Menéndez, director de los archivos


de Chile. Ha sido diputado. Esa familia es fundamentalmente chilena.
Me vendrá a ver. Parece más comprensivo.

- "Solo quiero prestar servicio a esa población que eligió rey a mi tio
abuelo. Como mis antecesores, dedico a ellos los mejores esfuerzos de
mi vida. Con mi título reconocido me siento con autoridad para opinar y
defenderlos.

- "Vd. no debe dramatizar con eso de la colonia francesa. ¿No hubiera


sido mejor para los indígenas nuestra cultura que el genocidio?.

- "No puede Vd. generalizar comparando la historia de otras colonias


con Araucanía y Patagonia. Algo ha dejado Francia en el mundo,
comenzando por su tradición de libertad y su lengua.

- "Si señor, el buen colonialismo se asienta en el buen funcionamiento


de las instituciones que garantizan los derechos humanos, que
vulneraron los ejércitos argentinos y chilenos contra los mapuches.

- "¿Que le dé ejemplos de colonias progresistas? Podría darle muchos


ejemplos, pero ¿no le parece que está insistiendo en un tema que no
viene al caso?

Luego el "príncipe" muestra carpetas con papeles y más papeles. Cartas


y más cartas. Habla de cardenales, de "numerosos" amigos chilenos y
argentinos que "me mantienen informado de las situaciones de
injusticias que padecen los indios...El General Pinochet acaba de
escribirme agradeciéndome el envío de mi libro" (agregando en 1993, en
reportaje a Latorre, que "el presidente me trató de príncipe...¡el
presidente!. Esto no se discute"). Otra vez tiene el pasaporte en sus
manos señalando las letras A.R. (alteza real) y un informe de su
representante diplomático en EE UU, otro "príncipe".

Por último, anuncia que esta por publicarse un libro del "notable"
escritor francés Jean Raspail que se titulará "Yo, Orélie Antoine, Rey de
Araucanía y Patagonia". Poco después, al conocer el texto y la
documentación de la mencionada obra, dejó de considerar "notable" a
su autor.

Jean Raspail publica "el libro del año". La historia novelada de Orélie
Antoine de Tounens enfurece a Philippe Boiry pero no se atreve a
intentar una querella contra quien habla tan crudo sobre su "augusto
tío abuelo": "...megalómano de rara magnitud...barbudo e
impotente...monomaníaco...especializado en el tráfico de falsas
condecoraciones...un esquizofrénico..."clochard" inspirado...".

Toda la prensa se ocupa del libro de Jean Raspail y nadie se acuerda


del "príncipe heredero" ni interesan sus opiniones. Es de esa época,
comienzos de 1981, que ya vemos al escritor bromeando
considerándose "cónsul de Patagonia", explicándolo asi: "Del cementerio
de Tourtoirac en Dordogne, donde Orélie Antoine ha transportado su
gobierno instalándose hasta el fin de los tiempos, yo he recibido mis
cartas credenciales, yo, Jean Raspail, Cónsul General de Patagonia..."
("Le Figaro" 23 de mayo 1981).

EL "DETALLE" DEL COLONIALISMO

Como lo hemos visto, a través de su libro y reportajes, para el "príncipe"


el fenómeno del colonialismo en nuestras tierras es un "detalle" al cual
le damos una importancia equivocada y prejuiciosa. El encuentra muy
natural que la monarquía sea francesa y hereditaria o negociada, sin
intervención de los supuestos súbditos. Un bien definido sentido
racista. El colonialismo le parece un derecho natural incuestionable que
los indígenas deben aceptar sin opinar. Hablando del tema, también a
la periodista citada, Alicia Dujovne Ortiz, le decía:

"¡Uf, el colonialismo! ¿Acaso los criollos no colonizaron a los indios y de


la manera más brutal?...¿Acaso un reino francés amplio, pacífico,
representante de la cultura europea y capaz de atraer capitales, brazos,
civilización, no habría sido mejor para los indios?...Defiendo los
derechos de esos pueblos por deber moral: he recibido la herencia del
título en 1951 y me debo a ella...".

Solo un irresponsable provocador puede hacer elogios públicos del


colonialismo a fines del siglo XX. Hasta las grandes potencias que
dominan a las Naciones Unidas y aun poseen territorios lejanos bajo su
poder, han dejado de utilizar ese término. Pero Boiry lo sigue haciendo,
intentando justificarlo con "paz", "cultura europea" y "civilización".
Recordemos que el Papa Juan Pablo II, en agosto de 1993, en el curso
de su visita pastoral a América Central y México, ha vuelto a condenar
con la mayor crudeza al colonialismo, su genocidio y destrucción
cultural.
LOS "BENEFICIOS" DE SER UN PROTECTORADO

El "príncipe" actual encuentra muy lógicos los delirios colonialistas de


Orélie Antoine hasta su muerte en 1878 y la continuación de ellos por
Achille Laviarde. Como fundamentación histórica, da ejemplos en su
libro, sacando insólitas reflexiones. Refiriéndose a 1878, dice:

"El año precedente, en 1877, el Transvaal se ha convertido en una


colonia inglesa. Ese mismo año ha tenido lugar la reorganización de los
Balcanes y Chipre es de los ingleses. "En los años a venir (1879-1893),
mientras se desarrolla la "guerra del salitre" entre Chile, Bolivia y Perú,
los ingleses ganan su guerra contra los zulúes en Africa (1879); Tahití
se convierte en francesa (1880); Francia extiende su protectorado sobre
Túnez (1881); Egipto es para Inglaterra (1882); Francia extiende su
protectorado sobre Annam (1883)...Y en los años que seguirán, todavía,
la Somalia se divide entre ingleses y franceses; Africa del SO, Togo y
Camerún son conquistadas por Alemania (1884); Tonkín y Madagascar
son franceses; el Africa Oriental y las Islas Marshall para Alemania;
Italia conquista la costa de Abisinia (1885); la Birmania es dominada
por Inglaterra (1886) y Nuevas Hébridas son un condominio franco-
inglés...

"Entonces, porqué Araucanía y Patagonia independientes, yo creo


haberlo demostrado y probado, constituidas en reino unificado
independiente, no podían beneficiarse ellas mismas también de un
protectorado francés?. Esta idea, que puede sorprender hoy, se
inscribía perfectamente en la naturaleza, en el clima de la época..." (pág.
270).".

¿Es que este multipríncipe sigue pensando como su ex rey Luis Felipe
que "son ilegítimas las repúblicas independizadas", y desea restaurarles
los "beneficios" (como él dice) de un protectorado?.

Tales despropósitos, escritos y publicados en París en 1979, diez años


después, cuando visita Buenos Aires y Santiago de Chile, ¿no deberían
haber merecido algún reproche oficial, en particular cuando viajaba con
un pasaporte que lo acredita como "príncipe de Araucanía?.

TESTIMONIO DE JEAN RASPAIL

"Nota sobre Antoine de Tounens, rey de Araucanía y Patagonia, y sobre


su pretendido heredero, el "príncipe" Felipe, dirigida por Jean Raspail a
la embajada argentina antes del viaje de Boiry a Argentina y Chile.

"Regresando de Argentina donde estuve siguiendo el rodaje de un film


en base a mi libro "Yo, Antoine de Tounens, Rey de la Patagonia", creo
útil precisar ciertos puntos de la historia.
"Sabemos que Antoine de Tounens, quien se proclamó en 1860 rey de
Patagonia y Araucanía, murió miserablemente en Tourtoirac, en
Dordogne, el 17 de setiembre de 1878. Ninguno de los príncipes,
duques y barones patagónicos que él había hecho en París, a su
regreso, en su delirio real, estuvieron allí para llevarlo a tierra. Ellos lo
habían olvidado limpiamente y debió esperarse el año 1947 para que, a
instigación de André Maurois, fuera puesta una estela en el cementerio
de Tourtoirac, señalando también el recuerdo de su dignidad real y
antojadiza.

"Antoine de Tounens muere sin descendientes. Su familia campesina


rechaza con horror esta herencia de la que todo el Périgord se ha
burlado villanamente.

"En París, Antoine había frecuentado un tiempo la famosa "Banda de


Charles Cross" (en franc‚s banda es equivalente a barra) que luego fuera
la "Banda del Gato Negro" (conocido cabaret de la capital francesa),
donde Verlaine, Rimbaud, Flammarion y otros le tratan de "Seigneur" y
se divierten bastante cruelmente de su majestad, bromeando. De esta
banda surge un obeso, amable y jovial bon vivant, rico y pródigo, que se
hizo proclamar "rey", cuatro años después de la muerte de Antoine, por
un consejo de barones ("grandes del reino"), tan caprichosa como
inconstitucional. Intervenía en el Consejo el delicioso Antoine Cros,
hermano de Charles.

"Así reina Achille Laviarde (este era el nombre del obeso "bon vivant"),
bajo el nombre de Achille Ier. Se hace confeccionar un bello uniforme de
almirante patagón y abre una legación sobre los bulevares. Esto no fue
una epopeya, pero por lo menos parte del surrealismo, un muy bello
juego del espíritu. Ellos se divierten como locos. Su mas bello golpe fue
atraer a la legación de Patagonia a una embajada persa que se aburría
en París.

"Achille Laviarde muere y Antoine Cros retoma la antorcha y se hace


proclamar "rey", bajo el nombre de Antoine II, por los sobrevivientes
envejecidos de la banda de barones. Este fue el único amigo sincero de
Antoine de Tounens. El lo hizo, me imagino, por fidelidad a un cierto
recuerdo. "Reina" un año solamente y muere en 1903.

"Desde entonces, los barones, muertos o dispersos, no escucharemos m


s hablar en París de un "rey" ni tampoco de un "príncipe" de Araucanía
y Patagonia.

"Sobrevivió algún tiempo a sus grandezas pérdidas la Sociedad de


Condecorados de la Constelación del Sur, una orden patagónica mirífica
de la cual Achille Laviarde y Antoine Cros habían hecho beneficiar
generosamente a sus amigos, entre los cuales se encuentran François
Coppée, Hérédia y Villiers de l Isle-Adam. El ultimo presidente y único
miembro de esta sociedad, Louis Girardot, barón patagón, murió
nonagenario en los años 50, llevándose a la tumba su conmovedora
fidelidad.

"En cuanto a la "dinastía" de Araucanía y Patagonia, ella desaparece


con Antoine Cros. Sus descendientes abandonaron el juego, que,
probablemente no les divertía más.

"Jacques Bernard, en especial, nieto de Antoine Cros, no se creía rey ni


príncipe patagón y se contentó con dirigir en los años 30 las ediciones
del Mercure de France, donde sus enredos con Léautaud son célebres.
Ninguno de los miembros actuales, y algunos muy conocidos, de esta
eminente familia, reivindican esta "herencia", la cual es ya fuertemente
dudosa, como nosotros lo hemos señalado.

"Y he aquí que nosotros caemos de lleno sobre un personaje que


aparece en la superficie en la prensa y parece querer sacar provecho de
la resurrección de Antoine de Tounens en el cine para reivindicar lo m s
seriamente del mundo la herencia abandonada después de casi un
siglo. Se trata del "príncipe" Philippe -su verdadero nombre es Philippe
Boiry- "príncipe heredero de Araucanía y Patagonia, príncipe de los
Aucas, duque de Kialeu, conde de Alsena, príncipe de Angol y de
Arauco, príncipe de Ushuaia, duque de Chilos, príncipe de la Tierra del
Fuego, conde de Santa In‚s, duque de Isla Coibo, príncipe de
Pessimonte, príncipe de Medelin, príncipe de Zota, barón de Lorme y de
Torchefelón -sic-, etc.", títulos extravagantes como el bueno de Antoine
de Tounens no inventó jamás y que figuran sobre sus actos oficiales de
"príncipe". Dignatario de un gran número de órdenes de caballería de
fantasía -‚l ha fundado por otra parte la suya- el príncipe mantiene
relaciones frecuentes con todo ese mundo de la mitomanía nobiliaria
que cuenta con pretendientes de fabulosos tronos imaginarios, ­el trono
de Baleares, el trono de Bizancio, el de Nicea, el del Santo Imperio, aún
el trono imperial Azteca!. Toda una sarta de Hamburgos milagrosos, de
Bragances improbables y de Borbón Borbón que harían sonreír
dubitativamente al duque de Anjou, frecuentan la "corte de Araucanía"
y comparten esta inocente manía.

"Después de todo, es necesario precisar, que bajo su identidad


verdadera, el "príncipe" es un hombre totalmente honorable y
honorablemente conocido en la profesión que ejerce con éxito, en las
relaciones públicas. Podemos igualmente saludar con una cierta
admiración el paciente "montage" que ha edificado minuciosamente
desde hace 30 años en torno a su "filiación" real, llegando hasta
comprar en la aldea de Courgnac d'Ans, en Dordogne, donde nació
Antoine de Tounens, una casa que presenta como la casa natal del rey y
donde ya ha hecho construir su propia tumba, con el grabado de su
nombre de Príncipe.
"Un despacho de AFP del 17 de setiembre nos informa que también va a
abrir un museo donde se podrá admirar la corona de acero y el cetro de
Antoine de Tounens que, en verdad, no poseyó jamás.

"Es necesario en efecto volver allí, a la verdad histórica.

""Descendiente directo de Carlomagno" -es otra de sus coqueterías que


recuerda en cada entrevista- el "príncipe", en realidad, no pertenece a la
familia de Antoine de Tounens. No pertenece tampoco a la de su ultimo
"soberano", Antoine Cros. El acta "secreta" que ‚l reivindica, y que nadie
vio jamás, por la cual Jacques Bernard -ver más arriba- le habría
trasmitido -en nombre de quién y por qué?- un reino de fantasía que ni
‚l mismo, ni su madre Laure Thérèse, hija de Antoine Cros, ejercieron ni
reivindicaron m s, llena de júbilo malicioso la descendencia actual de
Antoine Cros y de Jacques Bernard. Se ríen.

"Yo también. Hasta hoy. Porque he aquí una novedad de ultima hora: El
"príncipe" acaba de anunciar su intención de ir a visitar próximamente
a sus "fieles mapuches", los indios. Fotografiado con la frente coronada,
rodeado de monedas acuñadas en 1988 con su esfinge -Felipe Rey- lo
hemos visto aparecer recientemente en revistas argentinas y chilenas,
en Francia en "VSD" del 15 de agosto, donde se presenta
imperturbablemente, sin que nadie tuviera la idea de verificar, como el
sucesor natural de Antoine de Tounens...

"Yo no puedo admitir esta estafa moral, este capital de fidelidad


trampeado en beneficio de una cierta mitomanía, todo lo inocente que
ella fuera.

"Tal es la preocupación que ha inspirado esta nota."

(firmado) Jean Raspail

Nota: Lo subrayado en esta nota de principios de 1989, pertenece al


propio Jean Raspail, cuya copia nos entregó. Las aclaraciones entre
paréntesis son nuestras.

Jean Raspail es uno de los escritores actuales m s leídos de Francia y


traducido a diversos idiomas. Ha conquistado con sus m s de 30 libros
los principales premios, entre ellos dos de la Academia Francesa. Varias
de sus obras han sido llevadas al cine. Se ha distinguido también como
periodista y explorador. Fue de Quebec a Nueva Orleans en canoa. Su
conocimiento de la Argentina, país que adora, es muy profundo. Unió
Tierra del fuego con Alaska en automóvil. Estudioso de las minorías
étnicas se interesa desde hace años en los mapuches y es el m s serio
estudioso de Orélie Antoine de Tounens. Nadie lo ha refutado en este
campo en Francia.

Sin embargo, Philippe Boiry se refirió en Argentina y Chile, a Jean


Raspail, como una persona descalificable. Poco antes el escritor había
publicado una nota sobre Or‚lie Antoine de Tounens en "Le Figaro" de
París, que no mereciera respuesta alguna por parte del actual
pretendiente. Pero una vez en Buenos Aires, cuando se le habló de su
mala prensa, derivó la cuestión de los artículos aparecidos en Buenos
Aires, en especial en el diario "Clarín", atribuyéndolos a la confusión
creada por Jean Raspail. En "Página 12", del 2 de abril de 1989, lejos de
París, se permitió decir:

"He venido muy desprevenido para estos ataques, realizados


sencillamente porque un novelista, Jean Raspail, escribió un texto
donde ha desprestigiado a mi tío abuelo, Orélie Antoine de Tounens I y
a toda la familia. Raspail, en verdad, está un poco más loco -y sonríe-
que aquel fantástico rey de la Patagonia y sus sucesores".

El mismo periodista agrega: "La pelea entre el príncipe y el novelista


viene de 1982, en que el escritor -según relata el hombre que fue
reconocido como príncipe por un tribunal francés- aprovechando la
guerra de las Malvinas, se fue hasta un acantilado del Mar del Norte y
lo declaró consulado de la Patagonia. El mismo se nombró cónsul. Yo
desestimé ese arrebato".

Varias inexactitudes en estos pocos párrafos:

1 - Boiry no es ni remotamente pariente de Orélie Antoine de Tounens.


Si pudiera probarlo, aquí tiene una oportunidad de hacer una querella
por calumnias e injurias a Jean Raspail. "Por qué no lo enjuicia en
Francia si considera que este miente sobre la dinastía y sus derechos"?.

Jean Raspail si considera que éste miente sobre la dinastía y sus


"derechos"?.

2 - No es verdad que est‚ reconocido como príncipe por la justicia


francesa. Este tema ya lo vimos bien fundamentado.

3 - Eso de que fue a un acantilado a declararse "cónsul de la


Patagonia", fue una nota de humor muy celebrada en Francia, con la
cual Raspail quería demostrar su adhesión a Argentina en el conflicto
con Inglaterra. Y lo sigue haciendo sin pensar usurparle a Boiry
ninguno de sus docenas de títulos. En cambio, "qué actitud adoptó en
aquellos dramáticos momentos de 1982 el supuesto príncipe?. "Por qué
no hablo de eso en su visita a Argentina?. ¨O ya no estima que también
las Malvinas y todas las islas del Atlántico Sur y la Antártida son parte
de su reino y sólo con ‚l debe negociar la Gran Bretaña?.
CAPITULO IX
DE INGLATERRA INVITAN AL "PRINCIPE" A ARGENTINA Y CHILE

"El Comité Exterior Mapuche (CEM), con sede en Inglaterra, envió


comunicados a las organizaciones mapuches de Argentina y Chile,
firmados por su secretario general, Reynaldo Mariqueo, anunciando la
visita del príncipe a esos países". Así lo publica el "Diario Popular" de La
Plata del 30 de marzo de 1989, citando un cable de AFP,la agencia
oficial francesa.

Por supuesto, esa mención al reino de su graciosa majestad, hizo


pensar en algo "detrás de la información". ¿Por qué precisamente desde
Gran Bretaña? ¿Porqué de una potencia europea de tan larga tradición
colonialista?. ¿Las Malvinas tendrían algo que ver?.

Esta situación justifica suponer que el nuevo "Príncipe", podía ser


usado, o que se prestase, quizás involuntariamente, o llevado por su
delirio de grandeza, a una provocación creando problemas en la región.
Por eso decidimos recurrir a las fuentes, a Inglaterra.

LOS MAPUCHES EN LA GRAN BRETAÑA

Incursionamos entre las varias organizaciones chilenas en el exilio que


funcionaban en 1989 en el Reino Unido. Primero nos contactamos con
el señor Julio Concha, alto dirigente de "Chile Democrático", quien
declara: "El CEM (al que citaba el cable de AFP) está afiliado a "Chile
Democrático", pero son autónomos. Buscan preservar la cultura de su
pueblo y su identidad. Es gente seria".

Luego conversamos con el señor Nino Rivas, miembro del CISA (Consejo
Indio Sudamericano). Este organismo, como el anterior, tiene su sede
en Londres. El señor Rivas nos dice: "El CEM, que pertenece al CISA,
reconoce al sucesor del primer príncipe de Araucanía. El CEM, está
dirigido a promover la imagen mapuche en el exterior. Específicamente
repiten siempre no estar envueltos en partidismos políticos. A lo sumo,
lo que podría decirse es que buscan la autonomía pero nunca la
escisión. No

quieren rompimiento con otros criollos y mestizos. Están interesados en


temas ecológicos donde los indígenas tienen mucho que ofrecer al
mundo occidental que no ha sabido preservar el medio ambiente" (1).
HABLA EL MAPUCHE REYNALDO MARIQUEO,

El CEM es una organización mapuche instalada en el puerto de Bristol,


Gloucestershire. Allí el señor Reynaldo Mariqueo, secretario general del
Comité Exterior Mapuche, nos declaró:

"El objetivo del viaje del primer príncipe de Araucanía, que no fue
nombrado como consecuencia de una borrachera (2), sino que fue
nombrado por los jefes, llamados toquis, en una decisión meditada,
porque se sabía que tanto el ejército chileno como el argentino
planeaban campañas y buscaban defenderse. Decir lo contrario es caer
en el esteriotipo usual. En aquel entonces lo que buscaban por
intermedio del príncipe que eligieron era ver si contribuía a obtener
ayuda y armamentos. Había mucha desesperación. (3)

"El objetivo del viaje de Philippe Boiry era estrechar contactos con
organizaciones mapuches en Argentina y Chile. Tiene una natural
inquietud por conocer a sus dirigentes y el CEM lo puso en contacto
con organizaciones de los dos países, pero no lo promovimos. El no es
representante ni portavoz nuestro.

"Estuvo en marzo y abril en Argentina y Chile y había interés por


conocerlo. En Argentina se vio con la Asociación Indígena de la
República Argentina (AIRA) de Buenos Aires (4), donde entre otras
actividades, visitó el Museo de La Plata para ver los restos de los héroes
mapuches. Sabemos que estuvo en Trenque Lauquen, pero poco más.

"En el Reino Unido somos doce los miembros del CEM y hay otros
comités mapuches en distintos países. Buscamos dar a conocer la
realidad de nuestro pueblo, su cultura, su historia.

"Queremos preservarnos como pueblo. Nunca dejamos de ser pueblo


pese a lo que dicen muchos. Queremos también preservar nuestra
lengua y territorio que nos fue arrebatado y nos sigue siendo arrebatado
de muchas formas.

"No buscamos formar un estado independiente. Sería utópico. Se dijo


que buscábamos la independencia pero lo desmentimos
categóricamente. Queremos la autonomía, eso si, y, en todo caso, si los
mapuches fueran autónomos dentro de las dos naciones, buscaríamos
mejorar las relaciones entre los mapuches a ambos lados de la
cordillera.

"No tenemos nada que ver con los británicos de los cuales no recibimos
financiamiento alguno. Nos financiamos con nuestro propio esfuerzo.

"Lo publicado por Schönfeld es absurdo, ridículo". (5)


Por supuesto, las argumentaciones y propósitos mapuches expresados
por el señor Reynaldo Mariqueo merecen respeto. No está en discusión
su queja de araucano y sus deseos de reivindicaciones y mejor suerte y
trato para los suyos.

Sólo cabrían algunas aclaraciones:

(1) En preservar el medio ambiente estamos todos de acuerdo, pero


entre nosotros, entre chilenos y argentinos, mapuches o no. Lo
arriesgado es internacionalizar el tema permitiendo las ingerencias
foráneas. Esto se observa con la intoxicación informativa sobre el
Amazonas, por ejemplo, donde los desastres ecológicos fueron
producidos por las multinacionales occidentales que explotaron
irracionalmentemente las materias primas de la región. y ahora,
buscando otras riquezas, desean intervenir en nombre de la ecología, de
la "humanidad". El objetivo intervencionista es tan evidente que el ex
presidente brasileño José Sarney, debió advertir a las grandes potencias
que no deben inmiscuirse, por tratarse de su propia soberanía. Estas
protestas, ahora dirigidas contra los Estados Unidos, fueron reiteradas
en setiembre de 1993.

(2) Lo de las borracheras figura en varios libros y diarios de la época y


aún recientes, tanto franceses como argentinos y chilenos.

(3) El razonamiento de aceptar una alianza para mejor defenderse del


adversario en superioridad de armamentos es aceptable. Pero también
debe saberse que todo consistió en falsas promesas y nada justifica que,
130 años después, se reconozca a un falso sucesor de aquel monarca de
circunstancias.

(4) Es cierto que el AIRA, una de las tantas organizaciones indígenas


argentinas, se adhirió a saludar al "príncipe", pero antes que ella se
mencionó al Centro de la Mujer Aborigen, que ha desmentido tal
adhesión, calificando el acontecimiento como "circo", y agregando que
les ofrecía "espejitos de colores y promesas de limosnas" ("Clarín", abril
9 de 1989). En Chile, como lo veremos posteriormente, también se
registraron protestas muy significativas.

(5) Esta cita se refiere a una nota publicada en el diario "La Prensa" de
Buenos Aires por el señor Manfred Schönfeld, donde sostenía una tesis,
según la cual el gobierno de Chile estaría interesado en provocar
problemas entre los mapuches argentinos como un medio para formular
reclamaciones de límites. Esta teoría no tuvo ninguna trascendencia en
la Argentina.
EL COMITÉ EXTERIOR MAPUCHE (CEM) EN INGLATERRA

Con motivo de la visita a Argentina y Chile de Philippe Boiry, nos


conectamos con varias entidades indígenas y especialmente mapuches
de Europa. Nos interesamos en particular por el CEM (Comité Exterior
Mapuche) que aparecía, según fuentes parisinas allegadas al "príncipe",
como promoviendo su viaje, diciendo éste que lo hacía "a invitación" de
esa organización. En Buenos Aires no pudimos encontrar a ningún
miembro del CEM durante aquella quincena entre marzo y abril de
1989.

Por nuestra parte, tenemos a la vista una circular con membrete del
CEM, del 25 de febrero de 1989, fechada en Bristol (Inglaterra) y
firmada por su secretario general señor Reynaldo Mariqueo Q. Por la
misma, dirigida a "estimados compañeros/as", entre elogios a Orélie
Antoine y su pretendiente actual, se promueve la visita de Philippe
Boiry entre las distintas agrupaciones indígenas argentinas y chilenas.
Entre otras cosas, dice: "El CEM Inglaterra insta a las organizaciones
mapuches, a organizar coordinadamente con el ilustre y distinguido
visitante, encuentros de camaradería. Se adjunta su dirección postal.
Creemos que su viaje presenta una oportunidad única, para alternar
directamente con él, e informarse de un importante período de nuestra
historia, período deliberadamente

acallado y/o maliciosamente tergiversado, por la sociedad opresora".

Por intermedio de un amigo de la Universidad de Cambridge, el


periodista argentino Dr. Guillermo Makin, obtuvimos las declaraciones
que figuran en este libro, que hemos reproducido fielmente. Este
colaborador nos hizo llegar varios folletos y publicaciones del CEM,
donde se comprueba que cumple una intensa tarea, realizando
parlamentos y trabajos de difusión. En especial nos impresionó un
boletín trimestral, bien impreso, en dos ediciones, una en español y otra
en inglés, ambas con el nombre de "Aukiñ".

En el número 13 de dicho boletín, en su versión en castellano,


encontramos una nota interesante, con informaciones y argumentos de
peso, de Imelcan Marhiqueo. Se titula "Transculturización Mapuche".
Promueve la defensa de la cultura y derechos de los araucanos.

Ese mismo boletín trae otro artículo titulado "El Reino de la Araucanía y
la Patagonia", que no podemos menos que lamentar por las
contradicciones históricas y políticas que contiene. Hasta deja flotando
una añoranza de la perdida colonia "Nueva Francia".

Para ser una institución de sólo doce miembros, con sede en una
ciudad inglesa, el CEM posee amplias vinculaciones con varias
entidades similares de Europa y de las Naciones Unidas, participando
de congresos.

Vemos también que el CEM ha integrado y participado de la formación


del P.T.I. (Partido de la Tierra y la Identidad), en una reunión realizada
en Verviers, Bélgica, el 20 de marzo de 1989, con representantes
indígenas residentes en ese país, Alemania, Holanda, Francia e
Inglaterra. Una de las consideraciones acordadas, dice: "Que desde la
ocupación de nuestro territorio, a fines del siglo pasado, nuestro pueblo
ha sido eficazmente excluido de toda participación en la toma de
decisiones que nos afectan, cumpliendo un rol de sumisa obediencia y,
en contra de su voluntad, integrado a las estructuras de la sociedad
opresora".

El Partido de la Tierra y la Identidad -según sus promotores- está


formado por mapuches, aymaras y pascuenses y ya se ha dado a
conocer en Chile.

EL VIAJE DE BOIRY EN LA PRENSA FRANCESA

La gira de Philippe Boiry casi no tuvo repercusión en Francia, aunque la


"corte" en París distribuyó gacetillas. Sólo se destacaron los ataques al
"príncipe". Al regresar a Francia, el diario "Sud Ouest" del 12 de mayo
de 1989, bajo el título de "Felipe sin tierra", publica algunas
declaraciones del mismo:

"El viaje -explica Philippe de Araucanía- comenzó en Buenos Aires de


manera más bien dura con algunos ataques en la prensa. Pero, una vez
partido a las reservas del Sur de la Patagonia, he sido nombrado
delegado internacional de la Asociación Indígena de la República
Argentina. He entrevistado caciques inagotables sobre la tradición de
Orélie I y, además, comunidades aborígenes me han hecho el honor de
designarme como el defensor de sus intereses...".

¡Cuántas mentiras en tan pocas líneas! La verdad es que Boiry no fue


recibido por araucanos en Buenos Aires sino por indios kollas, que
habitan el Noroeste de Argentina y Bolivia, que nunca tuvieron relación
alguna con los mapuches, estos, los más próximos, a más de 750
kilómetros hacia el Sur. De esa organización eminentemente kolla y no
araucana, habría partido su designación de delegado. Además, la
Asociación Indígena de la República Argentina es una más, y no la
mayor representatividad, de las múltiples organizaciones indias.

No hay ninguna constancia de que estuviera en reservas del Sur de la


Patagonia. Visitó Trenque Lauquen, en la provincia de Buenos Aires, a
600 kilómetros en línea recta de Carmen de Patagones, donde puso la
piedra fundamental del futuro Panteón Mapuche. No se explica tampoco
el porqué de ese emplazamiento fuera de la tierra de los araucanos. En
1993, Boiry declara: "...es un pueblito que esta al Sur de la Patagonia
(sic), se llama Treuque Lauquen" (¡!). Reprobado en geografía.

En esa oportunidad estaba presente el cacique Lorenzo Cejas Pincén, a


quien el "príncipe" hizo "barón de Carhué". Carhué es otra población de
la Provincia de Buenos Aires, donde se afincaron algunos araucanos en
el siglo pasado. Allí existían otras tribus numerosas de distintas
procedencias, hasta guaraníes venidos del Paraguay, dando entre todas
origen a los pampas, siempre mayoritarios. La Patagonia comienza a
unos 500 kilómetros más al Sur.

A este paso, con tanta audacia o ignorancia para manejarse en


cuestiones de historia y geografía, así como designa "barón de Carhué",
pronto nombrará condes o duques de Buenos Aires o de Santiago
(Chile).

Lo curioso es que Lorenzo Pincén, es nieto del batallador cacique


ranquel Pincén, que tanto luchó contra los araucanos, por considerarlos
"usurpadores" de las pampas. Como es sabido, el famoso cacique
mapuche Calfucurá, como su hijo y sucesor Namuncurá, eran nacidos
en Chile y llegaron a estas tierras en 1833. ¿Cómo se explica que pueda
comprometerse este heredero de un heroico luchador ranquel, y muy
argentino, con un supuesto reino de Araucanía y Patagonia?. Y además,
colonial.

Sin embargo, se destaca otra contradicción que quizás sea una


rectificación. Tenemos a la vista un bien documentado libro de Juan
José Estévez ("Pincén - Vida y Leyenda"), aparecido después de la visita
de Philippe Boiry a Buenos Aires. En esa obra se transcriben
declaraciones de Lorenzo Pincén donde formula acusaciones muy duras
contra los araucanos.

Por otra parte, en la abundante correspondencia que dictó Pincén


abuelo y le escribieron a él otros caciques y autoridades durante su
larga vida, no se encuentra la más mínima mención a un reino ni se
habla del francés Orélie Antoine de Tounens.

LOS CABLES DE AFP

Del viaje de Philippe Boiry a Argentina y Chile, en total de quince días


entre marzo y abril de 1989, solo existen algunos cables de AFP, donde
no se hacen eco de las siempre desconfiables fuentes próximas al
"príncipe". Veamos un papel de la agencia oficial de noticias francesa.

"Boiry se mostró "decepcionado" porque consideró casi nula la


importancia que se dió a su visita y se querelló criminalmente contra el
diario "Clarín", el de mayor tirada del país". (Eso de la querella no pasó
de amenaza y es solo una inexactitud más proporcionada por el
"príncipe" a AFP).

"Este matutino fue, sin embargo, el único que le dedicó importantes


espacios, aunque la mayoría de las veces, para desmitificarlo o
directamente tratarlo como un impostor".

"También el semanario "Ahora", solitario en su especie que dio cabida a


la información, se mostró duro y sarcástico con el francés:

"Como éramos pocos...un príncipe patagónico", tituló un comentario


que encabezó asi: "pese a que la capacidad de absorber disparates los
argentinos la tenemos virtualmente colmada, siempre hay lugar para
uno mas. Esta vez, el turno es de Philippe Boiry, un francés que llegó a
nuestras playas diciendo ser príncipe y heredero de aquel rey de
Patagonia y Araucanía. ¡Ay, ay, ay!".

"Boiry, cuyo tío abuelo (?) Orélie Antoine de Tounens I fue proclamado o
autoproclamado rey de la Patagonia y la Araucanía, llegó a Buenos
Aires invitado por el Comité Exterior Mapuche (CEM) para "Conocer los
problemas (indígenas) y continuar la acción que desarrollo en Europa
desde hace 40 años y en solitario".

"En medio de las múltiples actividades que desplegó, el visitante se


encontró, además, con dos furibundos comunicados de la Comisión
India 12 de Octubre (aborígenes radicados en Buenos Aires) y del
Centro de la Mujer Aborigen a través de los cuales no sólo
desconocieron su principado sino que también, repudiaron su visita.

"A modo de reflexión, Boiry confesó que "hace 30 años que esperaba
hacer este viaje" y que "creía que la recepción iba a ser más agradable,
sin agresiones relacionadas con mi identidad".

"Pero no todas fueron espinas para el heredero ya que el Centro Kolla de


Buenos Aires, que aglutina a indios kollas y otros del sur de Argentina,
lo recibió el sábado 1 de abril con mucha pompa". (Eso de "otros del sur
de Argentina" no es exacto).

"Entre los auditores de Boiry estaba, por ejemplo, Jorge Ñancucheo,


integrante de la organización mapuche Neuhuén Tuain y miembro de la
comunidad de Chiquilihuil, que "vine a averiguar quién era este señor,
para charlar con él". Agregó que "nuestro pueblo nunca tuvo rey, nunca
tuvo algún soberano así, sino el cacique, el capitanejo, que se elegían
por el esfuerzo de uno y era una cosa de familia. Yo quiero averiguar de
dónde viene esa raíz. Mi pueblo mapuche de Neuquén, de la cordillera,
no acepta tener títulos nobiliarios; nunca fue cosa de nuestros
mayores".
"En cambio, Santos Valdiviezo, miembro de la comunidad kolla y
representante del Consejo Coordinador de Naciones Indias de la
República Argentina, admitió que Boiry "para nosotros no es un
desconocido pues ya habían viajado a Europa dirigentes nuestros como
Pincén Viejo" (no mapuche, sino ranquel, etnia tradicionalmente
opuesta a los araucanos).

"Más drástico fue Martín Corimayo (tampoco araucano), presidente del


Centro Kolla: "Históricamente nuestros hermanos mapuches lo
reconocieron en aquella época como rey de la Araucanía; reconocemos
al hermano Philippe como Príncipe de la Araucanía entre nuestros
hermanos mapuches..."

Hasta aquí el cable de AFP, fechado en Buenos Aires el 7 de abril de


1989. Los entre paréntesis son nuestros.

LA VISITA DE BOIRY EN LA PRENSA ARGENTINA

Las repercusiones en la prensa argentina están reflejadas sucintamente


en el precedente cable de AFP. En general, no se lo tomó en serio y fue
objeto de ironías y mofas.

Asombró a los periodistas que, con casi 40 años de servicios activos en


favor de los aborígenes, como dice el "príncipe", no hablara una sola
palabra de araucano o español. Toda la programación de su agenda de
viaje que conoció el periodismo, estaba escrita en francés. Allí figuraba
una conferencia de prensa en la Alianza Francesa que no se realizó.

"Se han dicho -declaró- injurias y calumnias terribles, casi todas a


partir de la "realidad novelada" que escribió Raspail (Jean) sobre mi
familia". ¿Qué familia? se preguntaría Raspail como tantos otros en
Francia.

En la desaparecida revista "Siete Días", salió otro reportaje al "príncipe".


En el subtítulo se lee: "Philippe Boiry viene a reivindicar los derechos
indígenas y promete no abandonar la lucha para conseguir un territorio
autónomo para su gente". Entre otras cosas, el visitante declara: "...yo
hablé con Perón, con el que mantuve correspondencia...".

Philippe Boiry, que en Francia tiene fama de estar vinculado a la ultra


derecha política y al integrismo católico, en oportunidad de una nota
para un diario de izquierda argentino, con la visible intención de
congraciarse, hizo irónicas críticas, aunque traídas de los cabellos,
contra Estados Unidos, España y Francia.

"En un libro reciente -dijo- se realizó un estudio donde se muestra que


en los Estados Unidos se firmaron más de mil tratados con los
indígenas y ninguno de ellos fue respetado. El libro se llama justamente
"Un Siglo de Vergüenza". Refiriéndose a los entonces proyectados
festejos del quinto centenario del descubrimiento de América y
manifestándose contrario a ellos, expresó: "Es como si en Francia se
celebrara el 130 aniversario de la ocupación de Argelia, como si se
hicieran recordatorios por la construcción de los campos de
concentración del nazismo...".

En declaraciones a "Clarín", a quien concede una entrevista, repitió


todas las argumentaciones de su "título y derechos". Allí afirma: "Fui
invitado por el Comité Exterior Mapuche (CEM), defiendo la
autenticidad del reino fundado en 1860 y dedico mi vida a defenderlo".
Por supuesto, no explica nada concreto sobre esa acción paternal.

Dada su criticada costumbre y la de sus predecesores en la aventura,


"niega que su objetivo aquí sea el de obtener respuestas de cortesía de
los indios para luego mostrarlas como prueba de reconocimiento"
("Página 12", abril 2, 1989).

En una crónica de "Clarín" sobre el acto celebrado en el Centro Kolla, el


diario explica: "Pincén Viejo presenta al extranjero, de quien dice que
"es considerado en Europa como noble entre los nobles, una persona
que ahora ha llegado a este lugar, a través de su mandato como
heredero de la corona de acero del rey Antonio I, después de 12.000
kilómetros de viaje". Convoca a la unidad y afirma que "necesitamos
reforzar nuestra línea de lucha también en la representación
internacional, para que en las ciudades europeas haya una persona que
pueda representarnos..." ("Clarín", abril 2). ¡Qué más podría desear
Philippe Boiry!: Un reconocimiento de su monarquía de opereta en el
exilio y la posibilidad de "operar" con su corte, "cónsules" y
"embajadores" en el exterior. Por tal "servicio", ¿Lorenzo Pincén recibió
el título de "barón de Carhué"?.

Esa "representación" fue lo primero que declaró a los periodistas al


llegar a Chile y lo que trató de difundir sin éxito a su regreso a Francia,
donde organizó una suscripción más para formar una fundación de
ayuda a los indios. ¿Pasará con esos fondos lo que ocurrió con Don
Bosco?.

Los indios no tienen dudas para calificar el operativo. "El montaje de


este circo sirve a sus protagonistas para beneficio propio únicamente,
ya que este personaje demostrará en Francia haber conseguido apoyo
de los indios argentinos, lo que facilitará su negocio y el de los
cómplices locales". Esto lo afirmaron a los periodistas Antonio
Gerónimo, Walter Colque y Ana Tula, en nombre de la Comisión India
12 de Octubre, repudiando la visita.

Isaac Colqui, presidente de AINDARA (Asociación Indoamericana de la


República Argentina), expresa: "En la Argentina no hay títulos de
nobleza, y los indígenas tampoco los reconocemos". El documento de
AINDARA convoca "a las asociaciones mencionadas en la nota que
publicó el diario "Clarín" del 2 de abril como supuestos anfitriones y
agasajadores del falso monarca, a desmentir su participación y su
adhesión a la visita de este europeo que, a casi 500 años del
descubrimiento de América, viene a ofrecernos espejitos de colores y
promesas de limosnas".

"Esta Asociación -continúa- considera tal visita y tales pretensiones


como ofensas a nuestras comunidades, que con duros esfuerzos
trabajan aquí por mantener las tradiciones de los pueblos y defender
nuestros derechos, con una propuesta de cooperación con los hermanos
blancos y de integración de un país precisamente amenazado con la
libanización...No queremos otro 1492. Quienes lo vivimos ya sabemos
de su triste experiencia".

El Centro de la Mujer Aborigen, por medio de un comunicado,


desmintió su adhesión "a la recepción ofrecida al supuesto príncipe
Philippe de Araucanía". Y agrega: "...las conquistas conseguidas por el
pueblo mapuche en ambos países, relacionadas con la recuperación de
sus tierras y de su cultura, fueron gracias a su propia organización y
lucha".

La Comisión India 12 de Octubre, en un comunicado brinda su propia


interpretación sobre el rey: "La historieta comienza en 1860 cuando un
delirante francés llamado Orélie Antoine, aprovechando la
desesperación de los hermanos de la Patagonia por mantener sus
tierras promete armas y dinero para enfrentar a los ejércitos de Chile y
Argentina, quienes los estaban diezmando. Con esa excusa se nombró
rey de la Araucanía. A los dos días de su reino recibía de sus súbditos
unas reales patadas en su trasero, cuando comprobaron que el
franchute tenía mucho de loco y poco de libertador..."

El M.I.R.A., con las firmas de María Currumil (mapuche) y Fausto


Durán (kolla), dice sobre Philippe Boiry: "Este representante del Imperio
Francés, del cual nos podrían hablar los hermanos argelinos o
vietnamitas, quiere ponerse en defensa del patrimonio cultural aborigen
como si nuestros hermanos mapuches no pudieran defenderlo solo.
Evidentemente, a la frivolidad europea le gusta que se hagan negocios
en nombre de la humanidad, siempre en abstracto. El "príncipe" no se
quedó sólo aquí. En su periplo visitó Chile para buscar nuevos
adherentes y generar nuevos conflictos con nuestros vecinos".

Al criticar que hubieran recibido a Philippe Boiry el Centro Kolla y el


A.I.R.A., dicen: "Evidentemente, es un buen negocio montarse en
maniobras espúreas haciendo quedar a nuestros pueblos como
indefensos y faltos de capacidad para ejercer sus derechos".
PHILIPPE BOIRY EN CHILE

En Chile al "príncipe" no le fue mejor que en Argentina, también con


muy poca repercusión en la prensa. El 8 de abril de 1989, el diario "El
Mercurio", publicó una pequeña nota con foto tamaño carnet,
anunciando su llegada:

"Procedente de Argentina llegó ayer a nuestro país Philippe Boiry. quien


fue nombrado delegado de las comunidades indígenas argentinas ante
organismos internacionales, según dijo a los periodistas". (Lo dicho:
comenzó a especular con la designación que intenta difundir por todo el
mundo).

"Boiry, quien se hace llamar "Príncipe de la Araucanía y la Patagonia"


calificó su visita como "un viaje de estudio para ver en el terreno cuales
son los problemas reales de las comunidades indígenas". Planteó que
retornará a Europa para "estudiar la forma de organizar una ayuda
internacional a las minorías indígenas" (¡!).

"Boiry explicó también que su viaje se gestó por invitaciones especiales


de organizaciones indígenas de Argentina y Chile. "Me he reunido en
Buenos Aires, con el director de Asuntos Legales de la Casa Rosada
para hablar con él sobre estas comunidades y el problema de su
financiamiento" (¡!).

"Boiry dijo que es Decano de una Facultad de Ciencias de la


Comunicación, experto en comunicaciones y periodismo. Advirtió que
"estas funciones no son evidentemente las de un estafador", haciendo
alusión a diversas críticas en su contra debido al título que dice
ostentar."

El mismo diario publica el dia 11 de abril una foto de Boiry con una
indígena que le muestra un botijo.

"GO HOME" PRINCIPE PHILIPPE, DICEN INDIGENAS CHILENOS"

El precedente título encabeza un cable de AFP fechado 8 de abril en


Santiago de Chile, que dice:

"La Confederación Indígena de Chile (CICH) pidió hoy que el gobierno y


los partidos políticos repudien la presencia en el país del francés
Philippe Boiry, titulado

príncipe heredero del Reino de la Araucanía y la Patagonia, que su


aventurero compatriota Orélie Antoine de Tounens intentó fundar hace
130 años en tierras que la etnia mapuche ocupaba en el extremo
austral de Sudamérica.
"Boiry, 70 años, abogado (?), periodista, profesor y publicista en París,
arribó el viernes a Santiago desde Buenos Aires, para defender y
solidarizarse -dijo con las reivindicaciones de sus supuestos 500.000
súbditos.

"No dudamos de méritos personales, pero él no tiene tutela ni derechos


válidos sobre nuestra raza, en cuya tradición no figuran los soberanos",
dijo el historiador Lonco Quilapán, durante una rueda de prensa en la
Dirección del CICH.

"Tampoco hemos necesitado ni necesitamos de su ayuda para enfrentar


los problemas, agregó.

"Otros líderes de la CICH calificaron como "burla" y "estafa" las


actividades de Boiry, en cuyo programa en Chile figura un recorrido del
territorio que los mapuches dominaban a la llegada de los
conquistadores españoles.

"Boiry acuña monedas y medallas conmemorativas que vende, al igual


que ciertos títulos de nobleza del proclamado reino, y ello pudiera estar
demostrando un afan comercial, manifestó Lorenzo Lamunquier.

"La Confederación, que también cobija a las organizaciones culturales y


sociales de los otros grandes pueblos indígenas del Chile actual
(aymarás, pascuenses y huiliches), anunció la presentación de un
petitorio al Ministerio del Interior y la Cancillería, para que se frenen los
"injuriosos" actos de Boiry y se represente la situación ante la embajada
de Francia.

"Planeamos también denunciarlo a los tribunales, indicó Quilapán,


descendiente directo del "toqui" (jefe guerrero) de igual nombre que
quien en 1860, según la leyenda, apoyó la proclamación del Reino de
Araucanía (chilena) y la Patagonia (argentina).

"El fundador Orélie Antoine de Tounens fue detenido dos años más
tarde por las autoridades chilenas. Declarado insano y devuelto a
Francia en un buque velero.

"Antes de morir en su terruño, Orélie Antoine I, que no tuvo prole,


vendió su título de "rey" de los mapuches a un asociado en la aventura,
Gustave Achille Laviarde, que durante 24 años se hizo llamar Aquiles I.

"Después, sucesivamente, "la corona" pasó a manos de Antoine II y


Laure Thérèse.

"Laure Thérèse la entregó a su hijo Jacques Antoine y éste, finalmente,


la traspasó a Philippe Boiry, que no tiene lazos sanguíneos con sus
predecesores.
"A la muerte de Orélie Antoine I, su único sobrino, carnicero en el
pueblo de Tourtoirac, había renunciado a toda reclamación sobre la
sucesión de la dinastía.

Sería interesante conocer la impresión de Philippe Boiry ante las


declaraciones de Lonco Quilapán, dirigente mapuche, historiador
araucanista y descendiente directo del famoso cacique toqui Quilapán,
cuyo nombre fuera tan abusivamente explotado por Orélie Antoine y
Achille. Ahora ese legendario nombre no le sirve al actual "príncipe". Al
contrario, el heredero actual le niega todo derecho y asegura que nunca
existió un rey entre los suyos. ¡Qué testimonio!. No obstante, en 1993
Boiry declara en París que en 1989, en Chile fue apoyado por Quilapán
(Latorre). ¡Qué temeridad!.

La misma agencia France Press, difundió el 14 de abril, el siguiente


cable:

"El Príncipe de Araucanía, Philippe Boiry, concluyó hoy su visita a Chile


con el compromiso de organizar en Francia una fundación para ayudar
a las comunidades de los indios mapuches o araucanos, con las que se
reunió.

"Volveré", anunció el controvertido príncipe, antes de viajar hoy a


Buenos Aires para desarrollar en Argentina las últimas actividades de
esta gira de dos semanas y regresar a París el próximo lunes.

"Heredero del romántico Orélie Antoine de Tounens, que en 1860 fue


proclamado rey de la Araucanía y la Patagonia con el apoyo del cacique
Quilapán, Boiry inició su gira por Argentina, donde recibió críticas por
su título nobiliario pero se reunió con una decena de comunidades
mapuches de la región de Temuco (Chile), donde vive la mayor parte del
millón de indígenas que conforman una minoría étnica entre los 12
millones de habitantes del país.

"La conclusión de esta visita es que el más grave problema de los


mapuches es la posesión de la tierra", advirtió durante una rueda de
prensa, precisando que en esa región ellos representan el 63 % de la
población, pero sólo poseen el 1 % de las tierras.

"El fondo del problema es el respeto a la dignidad del individuo", agregó


Boiry, que proyecta regresar a Sudamérica dentro de dos años"...

"Algunos historiadores chilenos, como Francisco Antonio Encina,


atribuyen a esta aventura un carácter pintoresco, sin mayor
trascendencia para la "pacificación de la Araucanía" que sobrevino a
fines del siglo pasado. Otros investigadores, como Armando Braun
Menéndez, que escribió "El Reino de Araucanía y Patagonia", analizaron
más en profundidad a este personaje casi desconocido pero real.
"Su sucesor, Philippe Boiry, descubrió que las comunidades indígenas
de la región de Temuco, en el sur de Chile, y la austral, Patagonia en
Argentina, aún reclaman sus derechos a poseer la tierra y denuncian la
penetración cultural del "huinca", como lo hacían hace 130 años".

La fundación pronto comenzó a funcionar en París y a recaudar fondos.


La única utilización conocida de los mismos, consistió en llevar a
Francia, Suiza, Holanda y Bélgica en agosto de 1992, a Lorenzo Cejas
Pincén ("barón de Carhué"), para presentarlo junto a Boiry en
conferencias sobre la situación indígena ante la "invasión" de Argentina
y Chile, aunque no se logró ninguna repercusión.

En 1993, Philippe Boiry muestra una notoria prosperidad. Las ruinosa


propiedad que él comprara, y presenta ahora falsamente como casa
natal de Orélie Antoine, esta restaurada; es su residencia de campo. El
"museo" está bien puesto. También ha mejorado su vivienda parisina y
la corte se muestra muy activa. Las colectas no se detienen.

"VICTIMA DE CALUMNIAS E INJURIAS"

La siguiente es la lista de agravios que el "príncipe" reprocha al diario


"Clarín" y a su corresponsal en París François Lepot:

1 - Ofensa: "El artículo del 30-03-1989 de "Clarín" -dice el "príncipe"-


muestra una palmaria ignorancia en cuanto a conocimientos sobre los
títulos nobiliarios y a presuntos asesores en esa materia, cayendo en
absurdas contradicciones".

Respuesta: Todo lo dicho en esa nota lo ha publicado y repetido en


diversas oportunidades "Le Figaro" de París, entre otros medios, de lo
que se aportan precisiones en la publicación de "Clarín". Es curioso que
Philippe Boiry se dice ofendido por esas transcripciones y dispuesto a
iniciar causa criminal al periodista argentino, cuando no se le ocurrió
nunca demandar por iguales y mas repetidos "delitos" a "Le Figaro",
cuya nota ya citada está firmada por Patrice Plumkett, su jefe de
redacción.

La estafa contra los salecianos esta narrada con toda crudeza en el libro
de Armando Braun Menéndez, que trata a la banda del "rey Achille I", el
"vividor", y sus "260 cónsules y encargados de negocios" repartidos por
el mundo, de "haberse llenado los bolsillos". Braun Menéndez, que por
su fortuna tenía con qué responder materialmente de sus palabras,
tampoco nunca fue enjuiciado por Boiry y, por el contrario, lo hizo
"caballero de la orden de la Corona de Acero".
II - Ofensa: "Tras estos presuntos artículos escritos por un supuesto
François Lepot (seudónimo), se presenta a mis antecesores como una
farsa intelectual, satirizada por la "Barra de Charles Cros".

Respuesta: Esto lo ha dicho Jean Raspail en la nota ya citada, que


entregó en manos al ministro plenipontenciario de la embajada de
Argentina en París, Raúl Pajoni, a principios de 1989, de la que
disponemos de copia.

Exactamente lo mismo dice el conocido escritor Maurice Druon.

Lo de la "farsa intelectual" lo escriben numerosas personalidades y,


muy especialmente, la propia familia de Antoine y Charles Cros.

III - Ofensa: "Se usa este oscuro proceder para lograr que se omita
hablar en las tribunas públicas de la cuestión indígena argentina, que
involucra a casi un millón de argentinos".

Respuesta: El periodista y escritor François Lepot tiene un cúmulo de


artículos publicados, en especial cuando ejerció la profesión durante
mas de diez años precisamente en la Patagonia, donde llegó hasta
arriesgar su libertad en defensa de los mapuches.

IV - Ofensa: "El desprestigio que los artículos del señor Lepot le hace a
Francia y a su pretendida profesión".

Respuesta: Quien desprestigia a Francia utilizando títulos ilegales y


otorgando dignidades de nobleza y condecoraciones es el señor Boiry (lo
vimos en la nota de la Legión de Honor)

V - Ofensa: "Recomiendo leer el libro de Bernardo Jiménez Abendano,


titulado "Vérités et contrevérités sobre el reino de Araucanía", donde se
halla respuesta a cada una de las mentiras que figuran en los
mencionados artículos de "Clarín"."

Respuesta: El escritor Jean Raspail, habla de ese libro, explicando: "No


esta en librerías. Lo imprimió y vende el propio señor Boiry. El me lo
envió y yo le escribí diciéndole que suponía inexistente al autor y que
además, por el estilo, me parecía que lo había escrito él (el "príncipe").
Le agregaba que el trabajo "demostraba el delirio inofensivo de la
monarquía de Araucanía". Asimismo, es infantil, pues en el prefacio
escrito por Boiry, éste dice que lo conoció en una visita que Abendano
hizo a París y que falleció poco después. Pero no dice quién fue este
señor Abendano, su país ni ningún otro dato. Mi carta no fue
contestada".

Este fantasioso autor ya figura en la bibliografía que aparece en la


"historia" de 1879, pero llamándolo Abendanio, refiriéndose a un
trabajo de éste, titulado "Examen de fausses théses sur la succession
royale d'Araucanie-Patagonie" aclarando que esta editado en mimiógrafo
en Madrid, en junio 1956. Por supuesto, es inencontrable. Pero llama la
atención que en 1956 ya existiera un extranjero que no vivía en
Francia, interesado y documentado para defender precisamente a quien
recién comenzaba a decirse príncipe de Araucanía-Patagonia.

Este detalle, y el contenido del libro de Jiménez Abendano nos hace


darle la razón a Jean Raspail cuando piensa que esa persona no existió
nunca y que lo editado y lo mimiografiado, fue escrito por Philippe
Boiry.

Tenemos a la vista esa insólita obra. Son dos tomos que en conjunto
hacen 215 páginas. Fue editada por SFA (la fundación que con colectas
publicó la "historia" de Boiry), en la misma imprenta, en 1986. Esta
prologado elogiosamente por el "príncipe", quien dice haberle abierto
sus archivos y proporcionado infinidad de copias fotográficas de sus
documentos.

El libro esta íntegramente dedicado a defender a Philippe Boiry, sin


referirse para nada al reino ni los otros "soberanos". Utilizando a ese
tercero, dice responder el autor a todos los ataques que se hacen al
noble señor. De esa forma, hasta se mete contra la Gran Cancillería de
la Legión de Honor y contra todos cuantos han puesto en duda su
legitimidad. Los ofendidos pueden buscar en los cementerios y creemos
que jamás lo encontrarán.

Como el doctor Jiménez Abendano se dice argentino, hemos rastreado


todos los archivos sin encontrar su nombre, ni siquiera en los padrones
electorales ni el registro de las personas, ni aún en bibliotecas, donde
podrían estar sus obras. En los consulados argentinos de París y
Madrid tampoco figura. Pero el "principe" sigue repartiendo a los
periodistas ejemplares de los dos tomitos, "donde Vd. encontrará
respuesta a todas las dudas que puedan haber planteado mis críticos".

El libro de este autor fantasma trae varias fotografías de Boiry dándole


la mano a personalidades, tales como el rey Juan Carlos de España y el
Rey Balduino de Bélgica. Esas tomas, de parado y en fila, no son
difíciles de obtener con un carnet de periodista. Otro valor tendrían de
estar sentados y solos.

Entre varias fotos familiares (una de su madre en un hipódromo) y dos


"chateaux" de antepasados, hay una con "mapuches de Chile venidos a
exponerle los problemas de la minoría oprimida, al heredero de su rey".
Luego de decir que el "príncipe" "recibe visitantes araucanos de todas
las tendencias políticas", aclara que los fotografiados "son de
orientación más bien de izquierda...". Otras notas gráficas muestran al
cacique ranquel Pincén (ni araucano ni patagónico) visitando la tumba
de Orélie Antoine en 1987.
El doctor Jiménez de Abendano afirma que "es siempre en Francia
donde es más atacado (el "príncipe"), siendo difícilmente comprensible
para nosotros, latinoamericanos"...en cambio, "el príncipe es reconocido
por las organizaciones mapuches".

No conforme con esa defensa de Boiry, el autor agrega citas elogiosas


para el "príncipe". Una de ellas es parte de un artículo publicado en "El
Mercurio" (6-VI82) por el "notable escritor chileno" Enrique Lafourcade,
que dice de Boiry: "Refinado, elegante, cortés, amable, este caballero
vestido de tweed, de alrededor de 60 años, es el príncipe Philippe de
Araucanía, representante legítimo de la casa real fundada en 1860 por
Orélie Antoine de Tounens...él defiende sus derechos con argumentos
sólidos...no es un estafador ni un príncipe de opereta...".

Figuran también en el libro unos renglones de una nota aparecida en


"El Magallanes" de Punta Arena el 25 de julio 1982, escrita por el
profesor Mario Martinic, "presidente del Instituto de la Patagonia". Allí
se lee: "No podemos sino reconocerle la respetabilidad, la dignidad que
emana de su persona, su formación profesional y su cultura...Un día,
aunque no asuma el reino, será reconocido por las crónicas como "el
historiador", tanto por su remarcable gestión intelectual como por su
impresionante constancia para sostener su pretensión...". Eso es todo.

Por supuesto, aquí también son reproducidos los elogios del ex


embajador argentino Adolfo José Galatoire, como los de Mauger de la
Brannière.

Como el "príncipe" ha invocado su amistad con el doctor Conde de


Mirandes, "embajador de Costa rica", la embajada de Chile pidió
informes a su igual centroamericana, contestándole que "ese famoso
"doctor" y "Conde" jamás ha sido embajador, sino simplemente
empleado administrativo que, en algunas ocasiones, ha estado a cargo
de los archivos".

Es destacado asimismo que Boiry recibió una carta del General


Pinochet, agradeciéndole "el interesante libro del Príncipe Philippe de
Araucanía".

En cuanto a los ingresos por derechos para designaciones de caballeros


o por donaciones, "se consagran a obras caritativas, o sirven para
ilustrar el recuerdo de mis predecesores", según explica Boiry.

Entre multitud de fotocopias de "documentos", del "príncipe" se olvida


dar a conocer los más importantes, entre otros el referido a la
designación de Jacques Antoine (que no era el hijo mayor) por su madre
y el de éste abdicando en favor de Boiry. Pequeños detalles que los
"calumniadores" utilizan, junto a infinidad de otros argumentos, para
llamarlo impostor y fabulador, con delirio nobiliario.
OFENSAS A LA DIGNIDAD NACIONAL ARGENTINA

Además de las irreverencias publicadas por Philippe Boiry en su


"historia", como ya hemos visto, en suelo de la República Argentina se
ha atrevido a hacer y pronunciar verdaderas ofensas a la dignidad y
soberanía nacional, a un pueblo y gobierno unido por estrechos
vínculos a Francia.

Lamentablemente, las autoridades gubernamentales y en especial los


ministerios de Relaciones Exteriores e Interior, no tuvieron ninguna
reacción ante esas imposturas, con lo cual se ha dado, según el
"príncipe", asentimiento a sus expresiones, pues "el que calla otorga".
Veamos algunas.

- "Mi título esta reconocido por la justicia francesa".

Esto que no es rigurosamente cierto como lo decimos en otro capítulo,


es improcedente y ofensivo. ¿Cómo se puede invocar la justicia de otro
país para reconocer títulos políticos y de nobleza sobre territorios de
Chile y Argentina?. De ocurrírsele a algún tribunal francés, tan luego de
una república, cometer semejante desborde de jurisdicción, estaría
atentando contra toda noción de derecho y respeto a un estado
soberano con el cual se tienen relaciones diplomáticas.

- Decir que su título figura en su pasaporte.

Esto es cierto. Nosotros vimos en París un pasaporte donde a su


nombre se anteponen las letras A.R. (alteza real). Luego ha mostrado
otro donde después de su apellido se agrega "de Araucanía". ¿Cómo las
autoridades de Migraciones toleraron su ingreso con semejante
documento?, ¿Cómo la Cancillería no formuló al menos un tímido
pedido de explicaciones?.

El pasaporte con las letras "A.R." (alteza real), que lleva siempre en el
bolsillo, es del 3 de noviembre de 1981 y con ese vino a la Argentina en
1989. El 22 de abril de 1993 sacó el pasaporte de la Comunidad
Europea, donde sólo dice "Philippe Boiry de Araucanía", nacido el 19 de
febrero de 1927.

Cabe preguntarse ¿qué actitud adoptarían en Francia, o cualquier otra


nación en serio, si se presentara un argentino con un pasaporte
diciendo algo semejante con respecto al país a que arriba?.

- Hacer acusaciones sobre políticas internas.

Un extranjero no puede venir a nuestro país diciéndose defensor de los


araucanos y "príncipe reconocido" de los mismos, al afirmar: "El
desarrollo de la historia ha querido que dicha nación (la araucana) haya
sido sometida por las armas". Otra vez pongámonos en el caso de
Francia, en que alguien, no como persona privada, sino con un falso
título de "príncipe" de comunidades que piden autonomías o
independencias como los vascos y corsos (por citar solo dos), fuera a
París y otras ciudades a comportarse de igual forma.

- "Dedico mi existencia a preocuparme por los araucanos que sufren


discriminaciones, injusticias y viven en la miseria"..."apoyar a los indios
que defienden su identidad cultural amenazada".

¿Se podría ir a decir lo mismo a Francia con respecto a los corsos, en


cuya isla hay un movimiento subversivo reducido pero incontrolable
que desde hace veinte años reclama autonomía por medio de
sangrientos actos de terrorismo por considerarse colonizados por los
continentales?.

- "La acción que desarrollo en Europa desde hace 40 años en forma


solitaria".

Debería ser objeto de un pedido de explicaciones para saber ¿dónde han


ido tantos fondos recaudados para "los pobres indios" o "para combatir
a los ejércitos de Chile y Argentina", durante más de un siglo en su
falsa "dinastía". Esos dineros frutos del repetido método de
innumerables colectas o suscripciones públicas, parecen no merecer
ningún comentario. Luego, al dejar el país, declara que en Francia va a
crear, también por suscripción pública otra fundación para ayudar a los
indígenas. ¿Una más?.

- Su adhesión a un acto de protesta callejero.

Participó de una pequeña manifestación callejera frente al Museo de la


Plata, declarando luego ("Clarín" del 9 de abril): "Los cráneos de
caciques exhibidos son verdaderos trofeos de guerra". Esta expresión la
reprodujo un cable de la agencia oficial francesa AFP. "El domingo
participaré de un acto de protesta...", había anticipado el 1 de abril al
"Diario Popular".

- Presentarse en público con "funcionarios" de la UN.

El "príncipe" utilizó en sus manejos a una "funcionaria de las Naciones


Unidas", quien se interesa en cuestiones araucanas. Esto la Cancillería
debió haberlo protestado ante el organismo internacional.

Lo de funcionaria estaría por probarse, aunque ella se dice


"representante de la Organización Aborigen de las Naciones Unidas".
Fue presentada al público como descendiente de indios tobas (¡nada
que ver con los araucanos!), pero en el hotel estaba inscripta como
"Madame Lion", de nacionalidad belga. Vino como esposa de un
ciudadano de Bélgica, Gaston Lion, miembro de la comitiva "real" del
príncipe, y según Boiry, presidente de una Asociación Bélgica-América
Latina, que difunde en las escuelas un incendiario folleto ("S.O.S.")
sobre Araucanía-Patagonia.

Al respecto, tenemos a la vista una nota fechada el 21 de abril de 1989


en Lima (Perú), firmada por Asunción Ontiveros Yulquira, en su
carácter de coordinador general del CISA (Consejo Indio de Sudamérica,
reconocido por las Naciones Unidas), manifestando "mi más sentido
repudio contra el aventurero Gaston Lion". Según la misma carta,
también dicho personaje sería "un supuesto representante de los
aborígenes en las Naciones Unidas, que se dedicó a promocionar la
figura del señor Philippe Boiry como "príncipe" y "testigo fiel" de los
despojos que sufrió y sufre el pueblo mapuche dentro de la Argentina y
Chile...inició (Lion) su misión de sorprender y engañar a cuanta persona
india o descendiente de indio encontró en el camino, para cumplir con
su "príncipe Philippe", a cambio de "donaciones futuras"..." ¿Las malas
compañías son una constante?.

INTROMISION EN ASUNTOS INTERNOS CHILENOS

En su "historia", Philippe Boiry habla del período presidencial del


mandatario chileno Eduardo Frey, diciendo:

"En el mismo tiempo, periodistas latinoamericanos vienen a


encontrarme en París, para entrevistarme sobre mi posición con
referencia a la política chilena. Centenares (?) de artículos (la palabra
"centenares" destacada) fueron así publicados en América Latina y esto
no es el menor de mis orgullos por haber diagnosticado, quince años
antes, la evolución de la política chilena, las debilidades del presidente
Frey y la lógica accesión del presidente Allende al poder, con las
consecuencias que ello acarrearía.

"Para ese propósito, y porque estoy seguro que los archivos de las
embajadas norteamericanas son bien tenidos, evocaré igualmente, una
conversación que tuve con los especialistas de cuestiones
sudamericanas en la embajada de Estados Unidos en París que, 1965-
1966, en la cual les hice saber mis inquietudes en cuanto a la evolución
de la política interior chilena, analizada muy exactamente para mí por
mis corresponsales. No supieron más que oponer una duda cortés pero
firme, que recordarán, puede ser, hoy, La C.I.A., lo temo, no es tan
fuerte en esas regiones como una cierta propaganda, quisiera hacerlo
creer"(pág. 419).
¿Es o no esto una confesada injerencia en cuestiones políticas internas
de Chile y a través de otra potencia?. Y tan luego de un confeso
admirador de Pinochet.

EL JURAMENTO DEL "PRINCIPE"

El 17 de setiembre de 1978, Philippe Boiry, que no tiene descendencia,


modifica la constitución traída de

Francia por Orélie Antoine, para dejar bien en claro que él puede
designar sucesor a su antojo. El solemne decreto comienza así:

"Nosotros, Philippe, príncipe de Araucanía Patagonia, duque de Kialeou,


conde de Alsena, jefe soberano de la Casa Real y del Estado,

"Considerando la situación particular creada por nuestro exilio,


resultante de un acto arbitrario violatorio de la integridad y la voluntad
de la nación arauco patagónica y de los pueblos que la componen..."
(Boiry 449).

Evidentemente, el "exilio" continúa y no descarta que puede terminar


con un retorno al "trono".

Por si queda alguna duda sobre las verdaderas intenciones de Philippe


Boiry y las puertas que cree tener abiertas para aprovechar cualquier
situación internacional y lograr sus ambiciosos objetivos, veamos el
juramento que él ha instituido, para si y sus sucesores, por la
mencionada "acta adicional". El juramento dice así:

"Yo...heredero legítimo y legal de la monarquía de Araucanía-Patagonia,


juro libremente y sin ningún impedimento, ante Dios y ante los
hombres:

"Defender y mantener intactos los derechos soberanos de los pueblos de


Araucanía-Patagonia, sus libertades seculares y mantener por siempre
los derechos de la casa real de Araucanía Patagonia.

"Respetar, sin jamás faltar la Constitución del 17 de noviembre de 1860


y su Acta Adicional del 17 de setiembre de 1978 y todas las leyes, usos
y costumbres del Reino..." (Boiry 453).

¿Qué objeto tiene ese juramento solemne si a los periodistas argentinos


y chilenos les dice que no posee ambiciones políticas ni piensa en la
restauración de "su" corona?.
No obstante, en la página 439 de su "historia", Philippe Boiry transcribe
su respuesta a una pregunta del ya citado Mauger de la Brannière. Este
previamente hace la siguiente consideración:

"Los derechos (del reino) sin embargo subsisten

-más que nunca en una época que reprueba la violencia y se reclama de


derecho- y a ese propósito, nos ha parecido honesto consultar al
heredero actual de esos derechos, el príncipe Philippe de Araucanía.

"El príncipe Philippe de Araucanía es un gran amigo de la República


Argentina. Es un hombre todavía joven de una inteligencia y de una
cultura superiores, y depositario de una tradición infinitamente
respetable, él sabe mantener viva la llama del recuerdo, pero su actitud
es sin ambigüedades". Y va la pregunta:

"¿Qué pretende en nuestros días el heredero de los derechos del rey


Orélie Antoine I? ¿Tiene objetivos políticos sobre los territorios arauco
patagónicos, o reconoce que el tiempo ha cambiado todo y que esos
territorios son definitivamente argentinos de una parte y chilenos de la
otra?

"Respuesta: Mi posición política es clara: La fuerza esencial del


principio monárquico es la continuidad. Es pues, por razones de
doctrina evidentes, que esta fuera de cuestión para mí renunciar a los
derechos políticos creados en Araucanía Patagonia en 1860 por las
voluntades conjuntas de los pueblos habitantes de esos territorios y del
Rey Orélie Antoine I.

"Dicho esto, sería perfectamente irreal negar otra evidencia política que
es la reciente absorción de esos países por sus vecinos chileno-
argentinos. Yo me reservo el derecho de criticar, cortésmente, pero
firmemente, las condiciones de esa invasión, realizada contra el derecho
de gentes, como la opinión mundial lo ha constatado en la época, como
sus secuelas, y en especial las condiciones actuales de vida de minorías
autóctonas, constatadas por otra parte, deplorándolas, por la misma
prensa argentina.

"Considero tener la obligación de orden moral de defender las minorías


autóctonas. Aquí se limita, por otra parte, mi zona de intervención, que
es sin embargo activa. Es necesario reunir igualmente una acción de
defensa de todo lo que concierne a la herencia cultural y específica
indigenista de regiones consideradas, y una posición hostil a la
desaparición de razas de las que se trata, en un mestizaje destructor.
Posición conforme a las grandes decisiones de la UNESCO, sobre el
interés que hay en preservar las minorías étnicas que representan un
valor sobre el plan cultural e histórico".

Luego Mauger de la Brannière, agrega estas consideraciones propias:


"Nosotros pensamos que la inmensa mayoría de argentinos estarán de
acuerdo con el príncipe Philippe de Araucanía sobre las declaraciones
que él nos ha hecho en este centenario de la muerte de Orélie Antoine
de Tounens, nosotros pensamos que todos, franceses y argentinos,
mejor informados que ciertos periodistas apurados de producir notas,
prontos a la ironía o el sarcasmo, e inconscientes de la que muestran,
todos nosotros estaremos de acuerdo para saludar la memoria de un
hombre que fue un gran americano al mismo tiempo que un gran
francés".

Lamentablemente no podemos estar de acuerdo con ambos franceses.


Tanto no admitimos las ambigüedades políticas a las que no desea
renunciar el "príncipe", cuando nunca las tuvo ni le correspondieron,
como coincidir con las opiniones del vizconde escritor. La injerencia en
cuestiones argentino chilenas es inadmisible, como las rebuscadas
reservas que plantea y las amenazantes intenciones con múltiples
antecedentes de imposturas.

De la Brannière, que habla muy directamente del "invasor chileno", al


referirse al laudo limítrofe británico, que el "príncipe" no reconoce en
ningún momento, expresa: "...la Reina Victoria, produce un arbitraje
repartiendo los territorios componentes del reino de Araucanía y
Patagonia entre sus dos vecinos del Norte, Chile y Argentina..."

Hoy, terminando el siglo XX, intentar reflotar el fantasmal reino de


Araucanía y Patagonia, con una ridícula "corte" en París, con
pretensiones de "reivindicar sus derechos", es legal y moralmente una
locura, pero una locura que no debe hacer carrera.

Quizás se espera que alguna potencia, en circunstancias propicias en


este convulsionado mundo, vuelva a las políticas colonialistas que
nunca fueron abandonadas, aunque ahora se utilicen otros pretextos
como supuestas violaciones a los derechos humanos o de minorías,
nuevo orden internacional (mejor dicho desorden), defensa de la
ecología, enfrentamientos religiosos, "evitar" conflictos étnicos, etc. Para
eso, los estados poderosos han creado y utilizan las temibles "fuerzas de
intervención rápida". Estas bien pueden compararse con los corsarios
de antaño (reclutando escorias humanas mercenarias). Esas
profesionales F.I.A. no están destinadas precisamente para guerras
entre o contra grandes potencias sino para atropellar pequeñas.

A buen entendedor, el "príncipe" esta a disposición, para cualquier


negocio, ya sea para ofrecer "su" reino a una potencia colonialista o
para aprovechar alguna provocación o circunstancia internacional
propicia para sacar algún partido.
EL "PRINCIPE" PHILIPPE EN 1993

Hemos conocido una larga nota que le hiciera a Philippe Boiry el


periodista argentino Mauricio Latorre, corresponsal en París de la
Editorial Atlántida de Buenos Aires. De ese reportaje grabado, de mayo
1993, extraemos algunos pensamientos y relatos de actividades del
"príncipe", ahora de 66 años.

Con los mismos argumentos que remachara Orélie Antoine de Tounens,


Boiry expone los que él cree fundamentos de sus derechos. Según sus
curiosos cálculos, el fundador reinó ocho años en tierras araucanas.
Todo falso.

Repite el maltrato a las colectividades indígenas, el despojo sufrido "por


invasión de un territorio soberano" por parte de Argentina y Chile. El
último agravio que consigna proviene de un amigo informándole desde
Esquel, que la construcción de centros de esquí "empuja a los indios
más hacia la inhóspita cordillera".

Por supuesto, como es habitual en él, relata los "asesinatos de indios"


cometidos por los antepasados de Armando Braun Menéndez en la
Patagonia, cuyo abuelo "pagaba a un irlandés apodado "Chancho Rojo"
un dólar por par de orejas de indígenas". A esa realidad adjudica los
agravios que el citado escritor le formula. Ese es un agregado a los
tantos "crímenes contra la Humanidad" que adjudica en particular a los
ejércitos de Chile y Argentina.

Boiry muestra cartas y recortes donde se lo nombra, así como libros,


considerando todo ello un reconocimiento a su principado, aunque la
gran mayoría del material que se publica lo maltrata. Lo importante
para su vanidad es que lo citen. El film "La Película del Rey" también ha
entrado en sus archivos y cita los premios ganados por la película como
si fueran propios. Hasta enarbola orgulloso una carta de cierto cacique
menor que le otorga un nuevo título para su colección, el de "machi"
(brujo o curandero de la tribu).

Cuenta el aspirante al trono que en 1977, al fallecer su esposa, la


"princesa Dominique", recibió las condolencias del cuerpo consular de
Roma, con firmas y sellos, incluídos los representantes de Argentina y
Chile.

Se extiende Boiry en defensa del indefendible Achille I, adjudicándole


superlativos méritos, y pareciera inspirarse en sus procederes como
"príncipe": Edita folletos y cuanto hable de él, da conferencias y asiste o
envía informes a cuanto organismo internacional se lo permite. Lo
mismo hacen los miembros de su corte y los cónsules que tiene por
todo el mundo, incluidos en los países "invasores". Estos, dice, lo
mantienen informado de cuanto sucede. Se niega a dar el nombre de su
delegado argentino, pero lo dice "muy vinculado a organismos
internacionales de Ginebra y presidente de la Asociación de Jóvenes de
Argentina", institución de la cual lo ha designado representante
internacional".

Su accionar no omite ninguna denuncia que cree justificada sobre


atrocidades contra sus súbditos, aunque no parece tener mucha
aceptación. Dice que las Naciones Unidas "no se preocupan demasiado"
y que Amnesty "esta muy politizada".

Como miembro del Club de Leones francés, cuenta haber dado muchas
conferencias sobre su tema, pero que no trascienden a sus similares de
Argentina y Chile, pues estos "reúnen a la gente bien, la gente rica, los
matadores de indígenas de tres generaciones atrás, y no quieren que se
remueva esta historia...".

Ya no habla Boiry de acciones guerreras pero insiste en las "legales":


"Cuando se tiene la suerte de poseer toda una argumentación jurídica
que permite demostrar que se ha robado, no vale la pena ir a tomar
tierras por la fuerza; simplemente, hay que ir a los tribunales, porque
los tribunales internacionales me robaron" (se refiere al laudo sobre
fronteras de Argentina y Chile que continúa sin reconocer porque "se
repartió" su reino). Y comenta: "Los indios de los Estados Unidos
encontraron "pools" de abogados que se ocuparon de ellos; en general
fueron grupos de abogados judíos que se quedaban con el 80 % de lo
que sacaban".

Cree Boiry en dos modas, "que se integran y me esperanzan: las


independencias de indígenas y el renacimiento de las monarquías".
Justificando a Orélie Antoine, cosa que le viene bien a sus aspiraciones,
dice que, en 1860, "era necesario que tomase forma de monarquía para
ser comprendido en Europa, donde la fórmula republicana no se
comprendía...fuera de los Estados Unidos no había un país en el mundo
que fuese una república...(?). Napoleón III, que era el soberano de
Francia en esa época, entre sus objetivos sueña con una monarquía
católica en la América del Sur para contrabalancear la influencia
anglosajona protestante de Estados Unidos...". Se lamenta que el
dramático fracaso colonial en México impidió a Napoleón III ayudar a
Orélie Antoine.

No tiene el "príncipe" un buen concepto de las igualdades políticas.


"Pienso que la democracia debe realizarse en ciertos niveles,
municipales, regionales, pero cuando se trata de gobernar un país, me
parece un poco dudoso".

Aunque Boiry habla del apoyo del clero a su "augusto" creador del
reino, cosa nada probada, dice: "¿Vd. sabe que actualmente los
indígenas tienen una extraordinaria hostilidad hacia el cristianismo? Le
echan la culpa de haber contribuído a destruirlos".
Refiriéndose a su visita a Buenos Aires (donde "en el diario "Clarín" me
insultaron de la manera más baja"), cuenta que "me enteré con estupor,
por algunos periodistas, que los propietarios de la Patagonia decían que
sus propiedades estaban amenazadas. ¿Son tan inciertas esas
propiedades?. Es que están basadas en una invasión sin derecho
alguno. Es muy comprensible la inquietud de la gente".

Vuelve a relatar como un éxito más su entrevista con un funcionario de


la Presidencia Argentina, a quien titula "Director de Leyes", sin dar su
nombre, en marzo de 1989, bajo la administración de Raúl Alfonsín.
Habla del ceremonial de que fue objeto, siendo atendido durante dos
horas. Cuenta que en determinado momento llaman por teléfono y el
funcionario dice: "Estoy con el Príncipe de Araucanía, perdóneme, no
puedo verlo en estos momentos". ¡Otro antecedente!. También muestra
una foto que se sacó "en el balcón principal de la Presidencia", diciendo
que uno de sus acompañantes era "una diputada de la provincia del
Chubut". Todo ese material "histórico" se exhibe ya en el "museo"
instalado en una parte de su propiedad "de 17 habitaciones" (así lo
aclara), en Chourgnac D'Ans, que falsamente dice haber sido la casa
natal de Orélie Antoine. "Entrada: 10 francos" (unos dos dólares), según
un volante para el turismo. Allí se consigna que "el Rey Orélie Antoine
fue un precursor de la independencia de pueblos indígenas". ¿Qué
independencia?, si su idea expresa era constituir la colonia "Nueva
Francia".

El "museo de reyes de Araucanía", como lo llama, se ha financiado con


colectas y ayudas municipales, aunque las autoridades han debido
limitar las aspiraciones del "príncipe", porque "la comunidad no puede
hacer inversiones en una propiedad privada". Además, el predio está en
pleno campo y su acceso es complicado.

Como detalle insólito, afirma Boiry que en Araucanía y Patagonia


circulaban monedas propias de los indígenas. Tomaban las de plata de
Argentina y Chile, las martillaban y esculpían allí: "O.A. I" (Orélie
Antoine I).

MALVINAS Y EL "PRINCIPE"

Las opiniones del "Príncipe" sobre Malvinas son originales, por así
llamarlas:

"No comprendo -declara- esa emoción de la Argentina frente a ese


problema de las pequeñas islas Malvinas (él dice Malouines, "porque así
las llamamos en Francia"), mientras que prácticamente toda la
Patagonia pertenece a compañías inglesas, ya que toda la Patagonia es
inglesa, de propiedad de ingleses, la mitad de la Argentina la poseen
compañías inglesas. Entonces, las islas Malvinas, en relación a la
ocupación económica del territorio argentino por los ingleses, me
parecía un poco irrisorio...un problema que me parece muy trivial...la
propiedad económica es lo que cuenta...Cuando me detuve ante esos
territorios inmensos (¿cuándo?), cada vez que me paré en un lugar en
que se podía comer más o menos normalmente, había solo ingleses..."

La revista "Gente" de Buenos Aires (junio 3 de 1993), publica una foto


de Philippe Boiry, tomada días antes en su museo, sosteniendo la falsa
"corona de acero de Orélie Antoine". Sobre la pared se aprecia un gran
mapa de su "reino", que limita al Norte con los ríos Bío Bío (Chile) y
Negro (Argentina), extendiéndose hasta el extremo Sur, sin olvidar
ninguna isla, incluídas sus "Malouines".

Desgraciadamente no podemos decirlo aquí en forma categórica, pero


una fuente seria nos dio la versión de que el "príncipe" escribió a la
señora Margaret Thatcher durante el conflicto de Malvinas de 1982,
islas que él incluye en su "reino". ¿Habrá intentado negociar "el apoyo
de su pueblo indígena, único dueño histórico de esas tierras a cambio
de su reconocimiento como rey"?. Actitud similar adoptaron sin ningún
pudor tanto Orélie Antoine como Achille Laviarde, sus "augustos
predecesores".

Sabemos que la entonces primer ministro no respondió esa


correspondencia, pero debe conservarse. El ex Imperio Británico tiene
experiencias de otros precedentes, como inventar "descendientes de
Mahoma" para imponer como reyezuelos títeres en colonias de mayoría
islámica. Cuando dentro de unos años se abran los archivos ingleses,
podrá confirmarse o desmentirse esta versión.

DELICADO:

¿BOIRY EN LA ONU COMO REPRESENTANTE ARGENTINO?

El "príncipe" Philippe Boiry, desde hace muchos años, no pierde la


menor oportunidad de introducirse en cuanto organismo internacional
pueda hacerlo, en especial los dependientes de las Naciones Unidas que
admiten a entes no gubernamentales. Muchas de estas instituciones
financian estudios, invitan a reuniones por todo el mundo, otorgan
becas, etc. etc. Además, esas actividades le permiten, según él, legitimar
su principado.

Veamos entonces que, a tres meses de la visita del señor Philippe Boiry
a la Argentina y Chile, firma, presenta y difunde un documento con el
siguiente título: "Presentación del Príncipe de Araucanía Patagonia al
grupo de trabajo sobre los pueblos indígenas, O.N.U. Ginebra 31-VII-89
al 4-VIII-89".
El escrito, que no es el único de su tipo, evidencia el accionar de este
señor, invocando una representación gubernamental, a nivel de por lo
menos una provincia argentina, Chubut. El documento, de 1989, luego
del título citado, dice así:

"Señora Presidenta:

"En marzo-abril últimos, yo he visitado al pueblo mapuche, en los dos


países que se han repartido su territorio, la Argentina y Chile. (1)

"Este viaje de estudios me ha permitido apreciar los problemas a los


cuales este pueblo, al que me unen lazos históricos y morales, se
encuentra confrontado. (2)

"Ellos son bien numerosos y por eso no es cuestión de enumerarlos


aquí. Mi propósito se limita al orden del día de esta sesión y los
delegados mapuches presentes están mejor calificados que yo para
hacerlo. Yo quiero hablar, por el contrario, de la búsqueda de
soluciones que permitan tratarlos eficazmente.

"Un ejemplo introducirá al anuncio de mi sugestión.

"Mientras la República de Chile, que jamás ratificó la convención 107 de


la O.I.T. y donde la legislación nacional es extremadamente perjudicial a
los pueblos indígenas, en particular para la nación mapuche, (3) la
Argentina tiene ratificada esta convención desde 1959, convertida en ley
nacional 14.932, sin, desgraciadamente, aplicarla en el curso de los
treinta años ya pasados. (4)

"En el curso de los cinco últimos años, por el contrario, la ley nacional
23.302 sobre las comunidades indígenas y seis leyes provinciales han
sido adoptadas, por lo cual podemos saludar el espíritu generalmente
positivo.

"Infelizmente, el decreto de reglamentación de dicha ley nacional no ha


sido publicado hasta hace cuatro años, en febrero último y, dos meses
mas tarde, una conversación que yo tuve durante mi estada en Buenos
Aires, con el director del servicio de Leyes de la Presidencia de la
República de Argentina, (5), me fue confirmado que, de todas formas, el
decreto de reglamentación no tiene actualmente aplicación porque no
ha sido acompañado de ninguna partida presupuestaria.

"La situación es la misma en cuanto concierne a las leyes provinciales;


los créditos necesarios a su aplicación son prácticamente inexistentes.

"Es este punto vital que la Comisión Provincial de Identificación y


Adjudicación de Tierras a las Comunidades Aborígenes de la Provincia
del Chubut (Argentina), me ha debidamente encargado de exponerles a
Vds. (6).
"Recientemente la O.I.T. ha adoptado la revisión de la convención 107
sobre los pueblos indígenas y tribales. Ello me permite, mas allá de las
críticas justificadas sobre su contenido, emitir algunas inquietudes
sobre su aplicación concreta, en la actual situación económica de la
República Argentina, que afecta igualmente a la mayor parte de los
países de América Latina, como a numerosos estados del Tercer Mundo.

"Nadie ignora el terrible problema de la deuda exterior de numerosos de


esos países y el handicap que ella constituye, tanto para su desarrollo
general como para los cambios que esos países pudieran proyectar en
múltiples sectores, a la cabeza de los cuales se inscribe el mejoramiento
de las condiciones de vida de los pueblos indígenas que los integran.

"Para responder a ese problema mundial, algunos países ricos -y


acreedores- buscan actualmente soluciones equitativas y algunos gestos
efectivos recientemente han sido realizados.

"Por mi modesta parte, deseo someter al grupo de trabajo la proposición


de las recomendaciones siguientes:

"1 - Una disminución apreciable de su deuda podría ser acordada a los


países que adopten una legislación efectiva en favor de los pueblos
indígenas, traduciéndola en una práctica sin equívocos.

"2 - Todo o parte de la deuda así reducida, deberá, entonces, ser


invertida en un fondo específico, permitiendo poner en obra los medios
económicos necesarios al desarrollo de los pueblos indígenas en los
países involucrados.

"3 - Esos fondos podrían ser administrados conjuntamente por los


países interesados, los países acreedores, los representantes legítimos
de los pueblos indígenas y los organismos internacionales calificados
(ONU, FMI, UNESCO, FAO, OIT, etc.).

"Es en efecto perfectamente utópico esperar que, en una situación


frecuentemente vecina a la bancarrota, ciertos países sin ningún medio
financiero apropiado, puedan realmente poner en acción una política
eficaz en favor del desarrollo de naciones indígenas, si una ayuda
internacional controlada no viene a ayudarlos. (7)

"Una tal medida, de parte de los países ricos, será, en vísperas del 500
aniversario de la invasión del continente americano, mas allá de
discursos y declaraciones de intención, una manera concreta de
comenzar un auténtico proceso de reparación histórica hacia los
pueblos indígenas expoliados sobre todo el continente americano.

"Si la historia no se rehace, es siempre posible corregir los errores.


"Con este espíritu tengo el honor, señora Presidenta, de trasmitirles este
documento y sus anexos, formulando votos que si la idea así expresada
chocase con dificultades técnicas, ella sirva al menos de punto de
partida a una reflexión constructiva.

"En el mismo espíritu, lanzo un llamado a los representantes de


diversos países involucrados que comprenden ciertamente que, lejos de
serles opuestos, esta sugestión es igualmente presentada al servicio de
sus propios intereses, a fin que ellos la trasmitan, para estudio, a sus
gobiernos.

"Señora Presidenta, señoras y señores, les agradezco vuestra


benevolente atención.

Anexos:

1 - Reglamentación de la ley 23.302.

2 - Ley 3.247 de la Provincia del Chubut.

3 - Decreto 55 de la Provincia del Chubut.

4 - Acreditación del interviniente por la Comisión Provincial de


Identificación y Adjudicación de Tierras a las Comunidades Aborígenes
de la Provincia del Chubut (Argentina). (8)

Fdo: Príncipe Philippe de Araucanía-Patagonia. (9)

ALGUNOS INTERROGANTES:

(1) Nótese la intencionada palabra "repartido".

(2) Con total soltura cita inexistentes "lazos históricos y morales".

(3) ¿Un ataque muy severo a Chile, formulado por un "representante


gubernamental argentino"?.

(4) Un reproche a las autoridades argentinas. ¿No podría interesarse


con más razón en la devolución de tierras a los indígenas de colonias
europeas, cosa no efectivizada en ningún sitio?.

(5) ¿No se ha podido determinar el nombre y la verdadera función del


personaje que a fines de marzo de 1989) habría recibido a Philippe
Boiry, durante la administración del presidente Raúl Alfonsín?.

(6) Consultamos entre otros a los senadores nacionales por la provincia


del Chubut, doctores Hipólito Solari Yrigóyen (radical) y César Mac
Karthy (justicialista), coincidiendo ambos en el asombro por el título
invocado por el señor Boiry y el contenido de su presentación en
Ginebra. Y prometieron investigar.

Asimismo, siendo ambos senadores autores de diversas iniciativas en


favor de los indígenas, cuyo territorio conocen muy bien, manifestaron
que jamás oyeron hablar de un rey o príncipe de Araucanía y Patagonia
entre los indios.

(7) ¿Se esta ofreciendo el "príncipe" para participar en el manejo de un


gran programa, como "representante legítimo de los pueblos indígenas"?
y, además, ¿en nombre de la Provincia del Chubut? ¿Con qué autoridad
moral y qué antecedentes?. ¿No ha hubo ningún representante
diplomático argentino que se haya opuesto a esta representación, o
haya informado a la Cancillería?. En mayo 1993, en reportaje otorgado
al periodista Mauricio Latorre, Jean Raspail afirma: "Desde la embajada
argentina, parece que existieron cuestiones de dinero (¿tendrán
pruebas?). Los servicios de inteligencia están en el caso. Boiry haría
chanchullos con la ONU, con los ONG (organizaciones no
gubernamentales)...".

(8) Por informaciones provenientes del gobierno de Chubut, sabemos


que la mencionada Comisión Provincial ha sido disuelta. Es decir, que
si existió algún aval para Philippe Boiry, ya no tendría ninguna vigencia
y no puede continuar invocando ninguna representación. Además,
podemos decir que se está investigando cómo y quién habría otorgado
tal designación, sin conocimiento público.

(9) ¿Puede admitirse, moral o legalmente, que en nombre de un estado


argentino firme alguien como "Príncipe Philippe de Araucanía
Patagonia"? ¿Nos olvidamos de la Asamblea del Año 1813 que abolió los
títulos de nobleza?, medida ratificada por el artículo 16 de la
Constitución Nacional vigente desde 1853, cinco años antes de la
venida de Orélie Antoine a América.

LAS PROVOCACIONES DEL "PRINCIPE" NO SE DETIENEN

Pese a la inusitada audacia ya demostrada por el "Príncipe de


Araucanía Patagonia", éste continua utiliza a los cómplices de su
"corte", siempre buscando ventajas.

Para referirnos a uno de los últimos casos de que tenemos noticias,


volvemos sobre el insólito personaje belga GASTON LION, a quien ya
vimos integrando la comitiva de Philippe Boiry en su visita a Argentina
y Chile, a quien también denuncian organizaciones indígenas.
Ahora el señor Lion, como su "príncipe", están difundiendo un
documento firmado por el primero como "delegado internacional de la
Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA), a la undécima
sesión del Grupo de Trabajo sobre los Pueblos Indígenas en Ginebra, el
31 de julio de 1993". Allí, entre otras frases irresponsables, dice:

"Los derechos de tratados cubren cerca de tres cuartas partes de la


Argentina actual. Sobre esos territorios el título indio es claro, él no ha
sido jamás abolido legalmente, ninguno de sus pueblos jamás renunció
a esos derechos sobre la menor parcela de su territorio.

"Además, en lo que concierne a la mitad sur de esos territorios, un


estado independiente y moderno, bajo la forma de una monarquía
constitucional, establecida conforme a todas a las reglas del derecho
internacional de los estados fue proclamada allí y ratificada por el
pueblo Mapuche en 1860; el Reino de Araucanía-Patagonia, cuya Casa
Real existe siempre hoy en exilio en la persona de un ciudadano
francés, el Príncipe Philippe.

"Lo que ha pasado allí luego, no es solamente una violación de tratados


existentes, sino igualmente una invasión de un estado soberano por sus
dos vecinos. Fue una violación del derecho internacional de lo más
elemental, la repartición y la anexión del territorio de un estado
soberano. Políticas colonialistas genocidas y regímenes de ocupaciones
extranjeras, que duran desde hace más de un siglo.

"Argentina y Chile son bastante cándidos para creer que el tiempo ha


legitimado su situación de ocupante a los ojos de los pueblos indios, en
particular el pueblo Mapuche?.

"Creen ellos verdaderamente que las mujeres y los hombres indios de


esas regiones son de una especie diferente a las mujeres y hombres del
resto de la humanidad, para continuar pretendiendo negarles toda
justicia, todo derecho a la descolonización y la autodeterminación?".

Es decir, se insiste una vez más en sostener ante un foro internacional


que Argentina y Chile son invasores, genocidas, colonialistas y racistas,
y que no poseen derechos sobre Araucanía y Patagonia, mientras que
"la Casa Real (así en mayúsculas en el original) existe aún en el exilio
en la persona de un ciudadano francés, el "príncipe" Philippe.

LOS INDIGENAS EN LA NUEVA CONSTITUCION ARGENTINA

La nueva Constitución de la República Argentina, sancionada el 23 de


agosto de 1994, establece lo siguiente:
"Art. 75, inc. 17: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los
pueblos indígenas argentinos.

Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación


bilingüe e intercultural, reconocer la personería jurídica de sus
comunidades, y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que
tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y
suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será
enajenable, transmisible o susceptible de gravámenes o embargos.
Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos
naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias
pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones".

Esta norma redactada por la Comisión sobre comunidades Indígenas,


había producido despacho escuchando a representaciones de diversos
pueblos aborígenes, quienes en número superior a 300, asistieron a la
sesión en que la misma fue aprobada por unanimidad, el 11 de agosto
de 1994.

En fin los constituyentes, en representación de toda la Nación, y los


pueblos indígenas en particular, han acordado en la Carta Magna un
futuro solidario y justo como integrantes de la comunidad argentina.
Ahora hay que cumplirla.
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IMÁGENES

Philippe Boiry y su falsa corona.


Foto: gentileza Jorge Sclar
Retrato atribuído a la imagen de Orelie Antoine de Tounens. Este es
distribuído por el "príncipe" Philippe Boiry, con su imagen
atribuyéndose el título de "Philippe I"

La "Reina" de la Araucania y Patagonia


Diploma de comendador otorgado por el "Príncipe" Felipe. Reproducción
del Original. El círculo rojo señala la firma del Principe donde se dice en
"El Exilio".
Cacique Namuncurá. Hijo de Calfucurá. Nacido en Chile como su padre
y radicado la mayor parte de su vida en el área de Río Negro, Neuquén,
La Pampa y Provincia de Buenos Aires. En la foto está con el uniforme
de Coronel Argentino, rango que le otorgó el General Julio A. Roca.
Pincen. Cacique de los indios Ranqueles, que mantuvo largas luchas
contra los mapuches y el gobierno de Buenos Aires.

Philippe Boiry aparece en esta foto durante su visita de una semana a


la Argentina en 1989. Oportunidad en que fue recibido en el Centro
Koya (CENKO), una etnía del extremo norte del país y donde no
participaron comunidades mapuches, radicadas desde siempre en el
sur de la Argentina.
Esta foto es de 1964. Tomada en la Reducción San Ignacio, en Junín de
Los Andes. En primer plano aparece María Namuncurá, cercana a los
90 años. En ese momento era la única hermana sobreviviente de
Ceferino Namuncurá. Declaró no haber escuchado hablar jamás de un
Rey entre los mapuches, y menos extranjero. A la izquierda aparece el
Obispo Jaime De Nevares, junto al entonces Gobernador de la provincia
de Neuquén, Felipe Sapag. Detrás de ellos con anteojos ahumados, el
autor del libro, Enrique Oliva

El Beato Ceferino Namuncurá. Hijo del Cacique Namuncurá y nieto del


Cacique Calfucurá. Fundador este de la Dinastía de Los Piedra.
Aquiles Laviarde. Que se llamaba "Aquiles I". como "Rey en el Exilio", de
Araucanía y Patagonia. Murió en 1902.

Cacique Quilapán, según un cuadro de la época.


Cacique Calfucurá. Pintura de José Martorell.

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