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ANÁLISIS
INSTITUCIONAL
Marzo - Año 2009 No. 3
INTRODUCCIÓN
El autor es Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan
Carlos de Madrid y miembro full time del Departamento de Investigaciones de la
Fundación Friedrich A. von Hayek. Correo Electrónico: a_ravier@hayek.org.ar
Véase Richard Cantillon, Ensayos sobre la naturaleza del comercio en general,
Fondo de Cultura Económica, México, 1950, primera reimpresión 1978. Título
original: Essai sur la nature du commerce en général, Fletcher Gyles, Londres, 1755.
98 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
Véase Joseph A. Schumpeter, Historia del análisis económico, Editorial
Ariel, S.A., Barcelona, 1995, p. 260. Publicada sobre la base del manuscrito por
Elizabeth Boody Schumpeter. Título original: History of economic analysis, Oxford
University Press, 1954.
Véase Henry Higgs, “A note on Cantillon”, The Economic Journal, Vol. 42,
No. 166, (Jun., 1932), p. 271.
Esta nota biográfica permite confirmar que Richard Cantillon, el econo-
mista y banquero, se casó con Mary Ann Mahony, y que tuvieron una hija, a
la que llamaron Henrietta. Véase Joseph Hone, “Richard Cantillon, economist:
biographical note”, The Economic Journal, vol. 54, No. 213 (Apr., 1944), pp. 96-
100.
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Véase Antoin Murphy, “Richard Cantillon: banker and economist”, The
Journal of Libertarian Studies, Vol. VII, No. 2 (Fall 1985), p. 200. En el mismo
ensayo, Murphy (pp. 198-199) explica que “Unfortunately, notwithstanding the
new information obtained on his family Cantillon’s date of birth still proves to be
elusive. As Betham confused Cantillon’s parents it may be argued that the date of
birth he gives of the 16th of March 1697 is incorrect. This date is apparently based
on a Terry Manuscript that Betham saw in the British Library. Unfortunately,
I have been unable to find this Terry Manuscript in the British Library and so
cannot comment on its authenticity”.
Adrián O. Ravier 101
Figura No. 1
102 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
“There is little doubt in my mind that Cantillon’s parents were Irish and
the O’Connell manuscript helps confirm the impression that the economist was
born in Ireland. In a legal brief published on behalf of Richard Cantillon in Paris
it is contended that Cantillon was ‘Irlandois d’Origine’, while Freron states in the
L’Annk Littirake that Cantillon was Irish”. Véase A. Murphy, Op. Cit., p.198.
Véase W. Stanley Jevons, “Richard Cantillon y la nacionalidad de la eco-
nomía política”, en Richard Cantillon, Ensayos sobre la naturaleza del comercio en
general, Fondo de Cultura Económica, México, 1950, pp. 210-211.
“Cantillon, according to Mirabeau, ‘had houses in seven of the principal
towns of Europe, and the slightest point of information to acquire or calculation
to verify made him cross Europe from one end to the other.’ Such Cosmopolitan
experience must have greatly assisted an economist in the infancy of the science
to winnow the local, accidental, and particular from the general and ‘natural’
causes of wealth, even if it did not afford the advantage of access to the literature
of trade in other tongues than his own”. Véase Henry Higgs, “Cantillon´s place
in economics”, The Quarterly Journal of Economics, Vol. 6, No. 4 (Jul., 1982), pp.
436-456. A este respecto, es importante señalar los países a los cuales Cantillon se
refiere en su Essai, y siempre de modo apropiado: Inglaterra, Francia, Alemania,
Bélgica, Holanda, Suecia, España, Portugal, Italia, Hungría, Turquía, Grecia,
Polonia, Rusia, Chipre, Arabia, China, Japón, India, Brasil y América.
Adrián O. Ravier 103
lingotes (de hecho, puede estimarse que Francia, junto con la India,
es uno de los países donde los particulares mantienen el stock de oro
más importante) 10.
10
Véase Jesús Huerta de Soto, Dinero, Crédito Bancario y Ciclos Económicos,
Unión Editorial, Madrid, 1998, segunda edición, 2002, pp. 90-91. Existe una
traducción al inglés.
11
Observaremos más adelante cómo Cantillon, haciendo referencias al pe-
ríodo 1718-1721, en Francia, critica explícitamente la política monetaria de John
Law y su intento por evitar que la burbuja se desinfle, mostrando un profundo
conocimiento de teoría económica, y en particular de teoría monetaria y de ciclos
económicos.
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12
Véase W. Stanley Jevons, Op. Cit., p. 206.
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13
Véase Murray N. Rothbard, Historia del pensamiento económico, Volumen I:
El pensamiento económico hasta Adam Smith, Unión Editorial, Madrid, 1999, p. 387.
Luigi Einaudi, por su parte, explica que Cantillon no buscó o no pudo conseguir
protección por un possible atentado de sus clientes: “Cantillon, who was mostly
absent from Paris between 1720 and 1726, did not care, or was not able to search for
protection among the aristocracy, and his noble clients were, moreover, too angry
with him to allow his name to be dropped from the larger provisional list, as hap-
pened with several other big financiers. […] The estimate of the fortune acquired by
Cantillon was, as for other profiteers, largely a matter of guess, as it was based on the
examination of deeds or transactions registered in public notaries´ offices or in the
India Company´s books and other public sources, supplemented by a roused public
opinion. Véase Luigi Einaudi, “On a forgotten quotation about Cantillon´s life”,
The Economic Journal, Vol. 43, No. 171, (Sep., 1933), p. 536.
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14
Véase Jesús Huerta de Soto, Op. Cit., p.92.
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15
Véase Friedrich A. von Hayek, “Richard Cantillon”, The Journal of
Libertarian Studies, Vol. VII, No. 2 (Fall 1985), pp. 236-237. No podemos
dedicarnos aquí a analizar si Cantillon debió haber sido considerado culpable o
inocente de los cargos, pero es importante señalar que este es un debate ejemplar
en el que las herramientas del análisis económico sirven para tomar una correcta
decisión en el ámbito del derecho. Esta área de investigación, conocida como Law
& Economics, hoy está en pleno auge.
110 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
16
Véase Antoin Murphy, Richard Cantillon: Entrepreneur and Economist,
New York: Oxford University Press, 1986.
17
“Ricardo Cantillón fue, además, el primer teórico de la economía que trató
de justificar la práctica del negocio bancario con reserva fraccionaria (en concreto
10 %) (véase la p. 400 de la edición original del Essai sur la nature du commerce
en général, publicada en 1755). No entiendo cómo Murray N. Rothbard, uno de
los críticos más agudos de la banca con reserva fraccionaria, haya podido pasar
por alto este extremo en el brillante estudio sobre Cantillón que incluye en su
obra”. Véase el prólogo a la edición española de Murray N. Rothbard, Op. Cit.
pp. 11-12. Esta referencia de Huerta de Soto que muestra a Cantillon a favor
del free banking nos dice lo siguiente: “En estas circunstancias el banquero podrá
prestar a menudo noventa mil onzas de plata (de las cien mil que debe) durante
todo el año, y no tendrá necesidad de guardar en caja más de diez mil onzas,
para hacer frente a los reintegros que puedan solicitarle. Sus negocios son con
personas opulentas y económicas; a medida que le piden mil onzas por un lado,
le llevan ordinariamente mil onzas, por otro. Basta pues, por lo común, mantener
en efectivo la décima parte de sus depósitos. Ejemplos y experiencias de esta forma
de operar se han podido reunir en Londres. Esto hace que en lugar de que los
particulares guarden en sus arcas durante todo el año la mayor parte de las cien
mil onzas, se acostumbren a depositarlas en manos de un banquero, y que noventa
mil de esas cien mil onzas se pongan en circulación. Tal es, primordialmente, la
idea que podemos formarnos de la utilidad de esta clase de Bancos; los banqueros
u orfebres contribuyen a acelerar la circulación del dinero. Lo prestan a interés, a
su propio riesgo y peligro, y sin embargo siempre están o deben estar dispuestos
Adrián O. Ravier 111
II. EL ESSAI
19
Otro caso lo representa Bruno Leoni, pero no era economista sino un
filósofo del derecho.
20
En el capítulo V de la tercera parte del Essai, Cantillon hace tres referencias
al año 1726, lo que al menos nos permite saber que su trabajo tuvo que haber sido
completado con posterioridad a esa fecha.
21
Manuel Sánchez Sarto, quien escribiera el prefacio a la versión española
del Essai, afirma que Jevons es el “verdadero descubridor de esta importante obra”.
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 7.
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22
Véase W. Stanley Jevons, Op. Cit., pp. 203-205.
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28
Véase J. A. Schumpeter, Op. Cit., pp. 258-261.
29
Véase H. Higgs, Op. Cit., pp. 439-441.
118 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
30
Esta es un área poco explorada en Cantillon, pero es importante señalar
que en su Essai observa que será necesaria la propiedad de las tierras para que
estas últimas sean explotadas, y para que, sobre ellas, se establezca una sociedad
de hombres. Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 15-16. Cantillon se ha preocupado
a lo largo del Essai por explicar que el origen de la propiedad, y los límites de los
reinos, han sido, a lo largo de la historia el fruto de cruentas batallas, y no de ori-
gen divino. Lo cierto es que una vez que se establecen los derechos de propiedad,
las tierras y las riquezas terminan siendo de unos pocos, como ha ejemplificado
Cantillon con el primer establecimiento de Roma, donde se dio a cada habitante
dos yugadas de tierra. Cantillon explica que “esto no impidió que muy pronto sur-
giera en los patrimonios una desigualdad tan grande como la que hoy advertimos
en todos los Estados de Europa. Y así las tierras pasaron a ser patrimonio de un
pequeño número de propietarios”.
Esta natural desigualdad de patrimonios, es lo que llevó a Cantillon a ahondar
luego en la necesaria desigualdad de salarios, que replicara más tarde Adam Smith
en su Riqueza de las Naciones (1776). Cantillon explica que algunos trabajos u ofi-
cios llevan consigo ciertos riesgos y peligros que deben ser pagados en proporción
a dichos riesgos. Si además se exige cierta habilidad, capacidad o confianza, desde
luego, la remuneración deberá compensar tales atributos del empleado, advirtien-
do “que la diferencia de precio que se paga por el trabajo cotidiano está fundado
por razones naturales y obvias”. Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 23-25.
Adrián O. Ravier 119
31
En su teoría de la población podemos incluir el mencionado aspecto de
la necesaria diferenciación de salarios. Rothbard agrega a lo dicho, que la teoría
del salario a largo plazo de Cantillon depende de la oferta de trabajo, que a su vez
depende de los niveles de crecimiento de la población. En contraste con el último
Malthus, no obstante, Cantillon desarrolló un sofisticado análisis de los deter-
minantes del crecimiento de la población. Detectó como relevantes los recursos
naturales, los factores culturales y el estado de la tecnología. Vio proféticamente
que la colonización de América del Norte no sería un simple desplazamiento de un
pueblo por otro, sino que la nueva tecnología agrícola sostendría a una población
mucho mayor por acre de tierra. Véase M. N. Rothbard, Op. Cit., pp. 394-395.
32
Rothbard afirma que Cantillon fue también el fundador de la economía
espacial, del análisis de la actividad económica en relación con el espacio geo-
gráfico. Véase M. N. Rothbard, Op. Cit., p. 395. El análisis espacial, como ha
señalado el Profesor Herbert, tiene que ver con la distancia (coste de transporte y
su relación con los precios, así como con la localización de las actividades econó-
micas), y con el área (el despliegue geográfico y los límites de los mercados). Véase
Robert f. Hébert, “Richard Cantillon´s early contributions to spatial economics”,
Economica, New Series, Vol. 48, No. 189 (Feb. 1981), pp. 71-77.
33
Friedrich A. von Hayek explica que Cantillon utiliza consistentemente el
término “natural” –unas treinta veces en todo el Essai– para expresar esta relación
de causa y efecto o, en otras palabras, como una explicación científica causal. De
allí uno puede comprender que este término esté presente incluso en el título
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del ensayo. Véase Friedrich A. von Hayek, “Richard Cantillon”, The Journal of
Libertarian Studies, Vol. VII, No. 2 (Fall 1985), p. 223.
34
Véase W. Stanley Jevons, Op. cit., p. 212.
35
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 38. La cursiva es nuestra.
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36
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 38. La cursiva es nuestra.
37
Véase J. A. Schumpeter, Op. Cit., p. 263.
38
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 36. La cursiva es nuestra.
122 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
39
El sentido que queremos darle al concepto “apriorista” es el que usual-
mente utiliza el filósofo Gabriel J. Zanotti. Véase G. J. Zanotti, El método de la
economía política, Ediciones Cooperativas, Facultad de Ciencias Económicas de la
Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Junio de 2004.
40
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 87. La cursiva es nuestra.
41
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 116. La cursiva es nuestra.
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42
Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 28-29.
43
Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 28-29. La cursiva es nuestra.
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45
Véase Murray N. Rothbard, Man, Economy and State. A Treatise on
Economic Principles. The Ludwig von Mises Institute, Auburn, Alabama, 2001,
primera edición 1962.
46
Véase Alberto Benegas Lynch (h.), Fundamentos de Análisis Económico, 11º
Edición, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1994.
47
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 19.
48
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 19.
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Costo de Oportunidad
Cantillon presenta, a su vez, una importante distinción entre
precio y precio de mercado, y entre valor y valor de mercado, que
más tarde fueron objeto de confusión. El precio de mercado y el va-
lor de mercado son para Cantillon los precios reales que ocurren en
el mercado, bajo las fuerzas de la oferta y la demanda. Precio y valor
están separados de aquellos y son relacionados con el desafortunado
término empleado por Cantillon de «valor intrínseco».
Mark Thornton explica que «valor intrínseco» es en Cantillon
«costo de producción», pero entendido como «costo de oportuni-
dad». Los recursos que se utilizan para producir un bien pueden
emplearse de otras numerosas maneras. Sacrificarlos para producir
un bien, implica que no podrán ser utilizados para producir otro
bien 49.
Se ha dicho, a nuestro modo de ver equivocadamente, que
Cantillon anticipa la «teoría del precio natural» y el «precio de merca-
do» de Adam Smith, utilizada también por Karl Marx, en el sentido
de que los precios de mercado tienden, a largo plazo, a aproximarse
al «valor intrínseco» de un bien. En última instancia, esto habría
llevado al famoso círculo vicioso en el que los precios finalmente es-
tarían determinados por los costos de producción, los cuales, siendo
49
Véase Mark Thornton, “Richard Cantillon and the discovery of opportu-
nity cost”, History of Political Economy, Vol. 39, No. 1 (Spring 2007) pp. 97-120.
128 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
50
“Decir que los costos determinan los precios llevó a Smith y a todos los
economistas clásicos al siguiente círculo vicioso, del cual no pudieron salir: El
precio de mercado tiende a igualarse con el natural, que está determinado por
los costos de producción. Pero los costos de producción también son precios y
mientras no se explique cómo se determinan éstos no se habrá dado una respuesta
definitiva a cómo se determinan los precios, sólo se habrá descendido un peldaño.
El círculo vicioso consiste en que Smith explica el precio natural de los costos
de producción en función de los precios naturales de los bienes finales, cuando
anteriormente había explicado éstos en función de los costos”. Véase Juan Carlos
Cachanosky, “Historias de las Teorías del Valor y del Precio”, Revista Académica
Libretas, No. 20, mayo de 1994, ESEADE, p. 64.
51
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 73.
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52
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 78.
53
Mark Thornton explica que este punto fue sugerido por primera vez por
el profesor Hebert; Véase Robert F. Hébert, “Was Richard Cantillon an Austrian
Economist?”, Journal of Libertarian Studies, Vol. 7, No. 2 (Fall 1985), p. 272.
Véase también Joseph J. Spengler, “Richard Cantillon: First of the Moderns. II”,
The Journal of Political Economy, Vol. 62, No. 5 (Oct., 1954), p. 407.
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54
Véase J. A. Schumpeter, Op. Cit., p. 265.
55
Véase M. N. Rothbard, Historia del pensamiento económico…, Op. Cit., p.
393.
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56
Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 39-40. En la cita se ha cambiado el
término “empresario” por “entrepreneur” para ser fiel al término empleado origi-
nalmente por Cantillon, y que hoy caracteriza a la función empresarial. Lo mismo
haremos en las citas subsiguientes.
57
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 40.
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58
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 41.
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60
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 15.
61
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 43.
Adrián O. Ravier 135
El tableau économique
Así como las reflexiones de Schumpeter en relación con la epis-
temología de la economía en Cantillon fueron desafortunadas, in-
tentando mostrar en él un positivismo metodológico que para noso-
tros está ausente, creemos que también su vínculo con el tableau es
inconveniente.
Schumpeter afirma que,
Cantillon ha sido el primero en concretar y explicar ese flujo
circular, el primero en darnos un cuadro de vista de pájaro de la
vida económica. Dicho de otro modo: Cantillon ha sido el primero
en dibujar un tableau économique. Y, prescindiendo de diferencias
que no afectan realmente a lo esencial, ese tableau es el de Quesnay,
aunque Cantillon no lo condensara en un gráfico 62.
62
Véase J. A. Schumpeter, Op. Cit., p. 266.
63
Otros fisiócratas son el mencionado marqués de Mirabeau, Mercier
de La Rivière, Le Trosne, Baudeau y Dupont. Todos ellos fueron discípulos de
Quesnay.
64
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 13. Es importante destacar también la
importancia de este párrafo para el posterior desarrollo de una teoría del capital
subjetiva y austríaca, donde los bienes de capital son una combinación de tierra y
136 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
67
Wassily W. Leontieff, The Structure of the American Economy (1941, nueva
ed. revisada, 1951). Citado por A. Schumpeter.
68
Véase J. A. Schumpeter, Op. Cit., pp. 285-286.
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69
Este punto lo hemos tratado en detalle en otro lugar. Véase Adrián O.
Ravier, Hacia un estudio comparativo de las teorías económicas defendidas por Joseph
Schumpeter y Ludwig von Mises, Revista Académica Libertas No. 44, ESEADE,
Buenos Aires, mayo de 2006.
70
Véase Friedrich A. von Hayek, “The use of knowledge in society”, Economic
Review, XXXV, Nº 4 (septiembre, 1945), pp. 519-530.
Adrián O. Ravier 139
71
Véase Jesús Huerta de Soto, Socialismo, Cálculo Económico y Función
Empresarial, Unión Editorial, Madrid, 1992.
72
Los vicios resaltados en estos tres puntos se pueden observar en el trabajo de
Manuel Fernández López y Carlos A. Pascuzzo, “Cantillon´s Tableau”, Asociación
Argentina de Economía Política (AAEP), Rosario, 1999. Los autores se proponen
allí llevar adelante el objetivo de Schumpeter, de formalizar un tableau a la luz del
Essai de Cantillon, tarea enunciada por el historiador, pero no emprendida por él.
140 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
2.3.4. Macroeconomía
Hemos dicho al introducir el análisis microeconómico, que di-
cha disciplina junto con la macroeconomía, abarcan la mayor parte
de las áreas de estudio dentro de la economía moderna. Ha llegado el mo-
mento de introducirnos en esta segunda disciplina, aquella sobre la cual
Cantillon introduce numerosos aspectos originales a tener en cuenta.
El conocimiento moderno sobre esta materia nos dice que la
macroeconomía se asocia con una metodología agregada. Lo curioso
es que Cantillon, aún en las áreas que hacen a la macroeconomía
moderna, a saber, moneda, banca, mercado de créditos, tasas de in-
terés, ciclos económicos, entre otras, no utiliza, como se acostumbra
en la actualidad, a analizarlo mediante dicha metodología, sino con
una fundamentación microeconómica, aún hoy envidiable, y de la
que carecía justamente el Tableau de Quesnay.
73
En el mismo sentido argumenta Rothbard: “[E]l Tableau es holístico, agre-
gativo y macroeconómico, sin ningún fundamento sólido en el individualismo
metodológico de la buena microeconomía. El Tableau no sólo introdujo en la
economía un pensamiento infundado y poco sólido; también acumuló males para
el futuro al anticipar el keynesianismo, ya que glorificaba los gastos, incluso el con-
sumo, y le preocupaban los ahorros, que tendía a considerar como perjudiciales
para la economía al hacer que la corriente circular constante del gasto fluyera hacia
el exterior. […]El Tableau no hizo sino disminuir y desviar la atención del análisis
y la auténtica visión económica”. Véase M. N. Rothbard, Historia del pensamiento
económico…, Op. Cit., p. 418.
Adrián O. Ravier 141
74
Véase Adrián O. Ravier, “Dos tradiciones y un debate en torno a la
neutralidad del dinero en el largo plazo”, Revista de Análisis Institucional, No. 2,
Fundación Friedrich A. von Hayek, Buenos Aires, marzo de 2008, pp. 213-288.
75
Véase Friedrich A. von Hayek, La tendencia del pensamiento económico,
Unión Editorial, Madrid, 1996, p. 276. Título original: The Trend of Economic
Thinking: Essays on Political Economists and Economic History, W.W. Bartley III y
Stephen Kresge (eds.) vol. III de The Collected Works of F. A. Hayek, Routledge,
Londres y Nueva York, 1991.
142 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
76
“[S]ólo podemos entender el origen del dinero si aprendemos a considerar
el establecimiento del procedimiento social del cual nos estamos ocupando como
un resultado espontáneo, como la consecuencia no prevista de los esfuerzos indivi-
duales y especiales de los miembros de una sociedad que poco a poco fue hallando
su camino hacia una discriminación de los diferentes grados de liquidez de los
productos”. Véase Carl Menger, Principios de Economía Política, Unión Editorial,
Madrid, 1997 [1871], p. 223.
77
“Es preciso reconocer, siguiendo a Carl Menger, que Law fue el primero en
enunciar una teoría correcta sobre el origen evolutivo y espontáneo del dinero”.
Véase J. Huerta de Soto, Dinero… Op. Cit., p. 91. Huerta de Soto aclara sin
embargo, lo erróneo de la tesis inflacionaria de este autor, y explica los problemas
que sus políticas generaron en la Francia del siglo XVIII, y que sintetizamos más
arriba.
Adrián O. Ravier 143
79
Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 73-75.
80
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 75.
Adrián O. Ravier 145
81
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 75.
82
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 71. A pesar de afirmar Cantillon que
“no son de mi incumbencia” las diferentes maneras de refinar la plata, procede a
explicar, a modo de ejemplo, pero con suficiente detalle para quienes el proceso
nos es completamente ajeno, en qué consiste uno de estos experimentos.
146 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
83
Véase Ludwig von Mises, La teoría del dinero y del crédito, Unión Editorial,
Madrid, 1997. Traducción de Juan Marcos de la Fuente. Título original: The theory
of money and credit, Yale University Press, 1953.
Adrián O. Ravier 147
“Efecto Cantillon”
El lector familiarizado con la historia del pensamiento econó-
mico en el campo monetario recordará que ya en 1556, en su libro
Comentario resolutorio de cambios, Martín de Azpilcueta, también
llamado Doctor Navarro, explicaba, observando los efectos que so-
bre los precios en España tuvo la llegada masiva de metales preciosos
provenientes de América, los efectos de la inflación, utilizando los
elementos básicos de la hoy famosa «teoría cuantitativa del dinero».
Tal concepción es similar a la que más tarde presentara John
Locke, en la que, por un lado, la cantidad de bienes, en proporción
a la cantidad de dinero en circulación, sirve para determinar el nivel
general de precios en el mercado; y por otro, donde el aumento de
la cantidad de dinero, eleva proporcionalmente este mismo nivel de
precios.
Pero Cantillon, si bien está de acuerdo con la conclusión «agre-
gada» de Locke, plantea que lo que se necesita hacer para obtener
conclusiones correctas sobre los efectos que produce un cambio en
86
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 76.
Adrián O. Ravier 149
88
Véase Friedrich A. von Hayek, Precios y producción. Una explicación de las
crisis de las economías capitalistas, Unión Editorial, Nueva Biblioteca de la Libertad
Vol. 16, Madrid, 1996, p. 31. Traducción de Carlos Rodríguez Braun. Título
original: Prices and Production, Routledge and Sons, Londres, 1931.
Adrián O. Ravier 151
89
Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 106-107.
152 REVISTA DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL
90
Véase Milton Friedman, “La contrarrevolución en la teoría monetaria”, en
La economía monetarista, Gedisa Editorial, Barcelona, noviembre de 1992.
Adrián O. Ravier 153
encarecerán más para ciertas especies que para otras, por abundante
que sea el dinero 92.
92
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 115.
93
Véase A. Ravier, Dos tradiciones…, Op. Cit.
Adrián O. Ravier 155
95
Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 127-128.
Adrián O. Ravier 157
98
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 128.
Adrián O. Ravier 159
99
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 108.
100
Véase R. Cantillon, Op. Cit., p. 193.
Adrián O. Ravier 161
Cantillon y el mercantilismo
Al margen del tiempo en que escribió, debiéramos decir que
Cantillon no pertenece ni a uno, ni a otro movimiento, conside-
rando, como ya se ha visto, que su Essai no fue un panfleto, sino
un tratado de economía política muy bien sistematizado, en el que
profundiza, de modo muy refinado, prácticamente todas las áreas de
estudio que hoy hacen a la economía política moderna.
Si nos trasladamos ahora a considerar la consistencia de ideas
entre las contenidas en el Essai, y las que uno y otro movimiento
han propuesto, sí podríamos decir que Cantillon ha comenzado a
diagramar en su trabajo las inconsistencias centrales del mercantilis-
mo, esbozando los principios sobre los que se construiría más tarde
Adrián O. Ravier 163
103
Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 148-149.
Adrián O. Ravier 165
Juventud, S.A., Barcelona, 1963. Traducción de José Rico Godoy y Joaquín Muns.
Título original: The development of economic thought, Prentice Hall, Inc., New
York, N. Y. Copyright, 1952.
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Joseph J. Spengler afirma que muchos de los que escribieron en el cam-
po económico en el siglo XVIII tomaron algún contacto, e incluso utilizaron el
Essai de Cantillon, procediendo a brindarnos el largo listado de nombres que lo
compone. Algunos nombres allí presentes podrían agregarse al listado que aquí
presentamos. Véase J. J. Spengler, “Richard Cantillon: First of the Moderns. I”,
The Journal of Political Economy, Vol. 62, No. 4 (Aug., 1954), pp. 281-295.
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110
Higgs agrega que es un testimonio, no sólo para el valor científico el Essai,
sino también para la historia del pensamiento económico entre 1734 y 1755, que
ninguna parte de su trabajo sería invalidada por este lapso de tiempo. Nosotros de-
bemos notar sin embargo que es importante en este campo advertir correctamente
si los escritos de David Hume, sobre moneda e interés, fueron inspirados o no en
las contribuciones del Essai. Véase H. Higgs, Op. Cit., p. 451.
111
Véase H. Higgs, Op. Cit., p. 453.
112
Véase W. Stanley Jevons, Op. Cit., pp. 224-225.
113
Véase Leonard P. Liggio, “Richad Cantillon and the french economists:
Distinctive french contributions to J. B. Say”, The Journal of Libertarian Studies,
Vol. VII, No. 2 (Fall 1985), pp. 295-304.
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114
Véase W. Stanley Jevons, Op. Cit., p. 220.
115
Véase M. N. Rothbard, Op. Cit., p. 403.
116
Véase L. P. Liggio, Op. Cit., pp. 300–301.
117
Véase L. P. Liggio, Op. Cit., p. 302.
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118
Véase M. N. Rothbard, Op. Cit., pp. 403-404.
119
Véase J. Schumpeter, Op. Cit., p. 266.
120
Véase, F. A. von Hayek, Precios y producción… Op. Cit., p. 30.
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121
“We know that Smith was familiar with Cantillon because Smith names
him in the Wealth of Nations. Second, we know that Cantillon heavily influ-
enced Smith because many scholars have identified many telling similarities in
their economics, such as in the case of wage rate differentials and their curious
endorsements of the Navigation Acts. Here we extend the connection between
Smith and Cantillon to the concept of the invisible hand through the use of tex-
tual evidence”. Véase Mark Thornton, “Cantillon and the Invisible Hand,” under
review at Quarterly Journal of Austrian Economics.
122
Véase R. Cantillon, Op. Cit., pp. 38-39.
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123
Véase M. N. Rothbard, Op. Cit., p. 404.
124
Véase M. N .Rothbard, Op. Cit., p. 404.
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Journal of Libertarian Studies, Vol. 7, No. 2 (Fall 1985), pp. 269-280 y Jörg Guido
Hülsmann, “More on Cantillon as a proto-austrian”, Journal des Economistes et des
Etudes Humaines. Bilingual Journal of Interdisciplinary Studies, Vol. XI, No. 4
(Dec., 2001), pp. 693-703.
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BIBLIOGRAFÍA