cuando los dos se quedaban fritos, Leonardo se encerraba
BS) su cuarto con sus ibs y lela como una bestia. El colectivo
FANTASMA **
Ricardo Mario
ot etn de et 0 Fp Cae A1 peor de los muertos se lamaba Tomas Bondi.
Frecuentemente, el encargado del cementerio
encontraba tierra removida junto a la tumba de Tomas y
advertia que la lépida de marmol, donde decia “Tomis
Bondi (1923-1993), Premio Volante de Oro al mejor colec-
tivero”, estaba corrida un metro 0 dos.
El finado Tomas Bondi extrafaba su colectivo, A dife-
rencia de los demas muertos, que alo sumo se les daba por
aullaro salira dar una vuelta convertides en fantasmas, 1
necesitaba manejar un poco su colectivo,
Sala de la tumba, pasaba ante el encargado del cemen-
terio, que no lo veia porque los fantasmas son invisibes, y
caminaba treinta cuadras hasta la empresa de transporte
‘donde en vida habia trabajado. Se metia en el galp6n don-
de quedaban estacionadios los vehfculos y, cuando vefa a su
colectivo, el 121, casi lloraba de emocién.
Al rato se ponia a pasarle una franela. Limplaba los es-
pefitos, Iustraba los faros, les sacaba brillo alos vidrios. El
problema era el sereno. En cuanto vefa que un trapo lim-
plaba al colectivo, solo, sin ser sostendido por nadie, slia
corriendo y abandonaba el puesto de trabajo.
Después, Tomas Bondi ponta el 121 en marcha y salia
4 dar una vuelta, Se detenia en todas las paradas y la
gente aban que era un colectivo quenadie manejaba trataban de eseapar despavoridos, pe-
ro Tomas ya habia arrancado y cerraba las puertas. Re-
cién se podian bajar en la parada siguiente
‘or un tempo la gente habl6 con terror de aquel ¢o-
tectivo sin conductor, pero luego empezd a notar ue no
cera peigroso. Ades se detent junto al cordén de la ve-
eda como correspond, esperaba a que sublean ls ve-
tas y nunca pasaba un seméforo en rol.
“como si lo manejara el finado Tomas Bond ~co
menté una vez un jubilado.
‘a gente empez6 a dejar pasar los colectivos condu-
cidos por choferes y se quedaba esperando el 121 por
que en él, encima, no habia que pagar boleto.
in dia, los duefios de la empresa de transporte de-
idieron abandonar al colectivo “fantasma” en un de~
sarmadero donde se apilaban restos de camiones, autos
y otras chatarras,
‘4 siguiente vez que Tomas Bondi salié de su tum:
bay fue a buscar a su colectivo, no lo encontré. Fue te-
rrible para él y volvié lorando al cementerio, Se metié
en el ataiid, cerré la tapa, cortié la lépida con la mente
y acomodé la tierra, y comenz6 a emitir tristisimos att
Itidos que le ponian los pelos de punta al encargado del
‘comenterio.‘Ast pas6 una semana,
Para entonces, los empleados del lesarmadero termi-
nnaron de separar pieza por pieza del 121 y, flnalmente, un
‘domingo a la noche el colectivo muri6. Esa misma noche
se convirti6 en fantasma de colectivo, idéntico a como era
en vida, pero invisible. Encendi6 su motor, acomod6 los
espetos y salié marchando,
A las doce de la noche Tomas estaba aullando como
hacia ltimamente cuando, de pronto, escuché algo que le
parecié un suefio: la bocina del 121. ,Cémo podfa ser? Pe-
ro era. Tomas sali6 de la tumba a toda carrera y en la en:
‘rada al cementerio encontré al 121 fantasma,
Desde entonces, Tomés sale todas las noches a dar
‘una vuelta en el 121 y leva a pasear a todos los muer~
tos,
‘muchos tienen que ir parados, otros van colgados del
estribo y dos, que en vida trabajaron en un citco, van’
tos del cementerio. Como no alcanzan los
cen el techo haciendo acrobacias.
Ninguna persona viva puede ver ni ofr al 121, aun-
{que Tomés pone la radio a todo volumen, toca bocina-
208 en las esquinas y los muertos cantan canciones de
hhinchadas de fGtbol. Las noches en la ciudad volvieron
a ser silenciosas
El encargado del cementerio también pasa las noches,
tranquilo pone Tos muertos, cuando regresan del pa-
seo, avomodan sus tumbas prolijamente y se van a
dormir,