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En Eley de los atunes, con un dejo de iron, se narran 3 Jos esfuerzos, si asf pueden llamarse, de Mister Pompén ara legar a ser millonario, Bsterelato es un ejemplo balpante del talento narrative de Henn del Solar, un lésico de la literatura infantil chilena, de IAI Hernén del Solar LIustrgciones de ‘ ) El rey de los atunes ina . coleccién moby dick ii FRR hernan del solar el rey de los atunes © Bernin de Solas, 1946 y 1947 © Pehuén Eaiiore, 1984 Maria Luisa Santander 537, Providencia, Fono: (56-2) 225 62 64 - 264 93 99 editorial @pehuenel Inscripcién N? 59.123 t : ISBN'978.956-16-0109-3 Primera edicién, abril de 1984 ‘Séptima edicin, mayo de 2007 Sustraciones Merndnt Vidal (HERVI) Disenioy disgramacign, Pehuéi Bdiones ‘Mis informacién, actividades sobre éste libro y otras lecturas recomendadas por edad en “Motivacién para la lectura”, motepehuen.cl ‘Se proibe le reproduccin o emisin total oporial de este libro, ya sea a Leavis de sistemas eléctriacs,eletrénins, means, quimics,Spicas de sralncén, fotagrifics ode ftocopa sila autorizacin previa de editor Impreso en jos talleres de t Inprenta Salesianas 5.4, IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE / “I DONDE CONOCEMOS.A MISTER POMPON | UANDO MISTER POMPON tenia dieci- | icte aflos era lavaplatos del Hotel Vir- Binia. Alto, macizo, de fuertes hombros ¥ manos grandes, velludas, poderosas, estaba aburrido de su oficio. Ya habia pasado por mu- chos otros y ahora pensaba seriamente cambiar de nuevo. No era posible que un hombre como 1, recio como un. toro, perdiera su vida en un hotel de quinto orden, Ganaba poguisimo dine- ro y mister Pomp6n ambicionaba una fantistica fortuna, Todas las tardes, mientras lavaba distraida- Mente platos y tazas de todos los tamafos, reflexionaba en su destino, “Hay hombres nacidos para vivir contentos de su suerte ~pensaba—. Un minimo salario les satisface. Yo no soy como ellos. Dfa ha de llegar en que tenga automéviles, un barco, un avién, hermosas casas de cincuenta pisos, y coma tan Copiosamente que desde mi dormitorio, mientras duerma la siesta, oiga el apagado rumor de cien lavaplatos que trabajan para mi”. Este halagador pensamiento distrajo de tal modo a mister Pompén, que uno de los platos que lavaba en aquel instante se vino ruidosamen- teal suelo, ~(Es asi como trabajas? —le gritd, furioso, el mayordomo del hotel, que casualmente pasaba Por alli en tan inoportuno momento—. Lo page- 4s, bellaco, Asi aprenderds a ser mas cuidadoso. Mister Pompén miré al mayordomo. con la més perfecta cara de bobo que pudo haberse encontrado a aquella hora por toda Ja ciudad. El mayordomo era gordo, colorado, y tenfa una voi desagradablemente rones. A dos pasos de mister Pompén, gesticulando como un energi- meno, continuaba diciendo su largo discurso de improperios y reproches. Ha sido la primera vez que rompo algo —murmnuré mister Pompén, frunciendo el ceflo-. No me insulte usted, porque no he de petmitizlo, El mayordomo estaba acostumbrado a que nadie le respondiera, de modo que su c6lera cre- ci hasta convertirse en €l més descomunal estruendo, Sus gritoy se ofan lejos, vibrando 8 Como trompetzs de un prematuro Juicio Final. Mister Pompén sintié un hondo hastio y se encogid de hombros. Este gesto fue interpretado Por el miayordomo-de 1a manera menos acepta- ble para su dignidad de jefe respetado y temido, — {De mi ‘no te burlas, cangrejo! —le grité, alzando una mano violentisima. Mister Pomp6n no ‘supo qué decir, y tal vex Por eso estiré fuertemente su brazo en diteccion del mayordomo. Dio su pufio en la mandibula del jefe. Se oy6 la caida de un cuerpo; ¥ después hubo un silencio més aterrador que el bullicio. ~Estoy perdido. irremediablemente —mur muré en voz baja mister Pompén—. Acabo de perder mi empleo, Y asi fue, realmente, pues en el Hotel Virginia como en todos los hoteles del mundo—, no se Permite que un lavaplatos obligue a dormir a un mayordomo en horas de trabajo, Se Ie paso a mister Pompén lo que se le debia, descontén- dole el cajero el plato roto, y se le eché a la calle, Tba Pompén saliendo del hotel, con leritos Pesos, cuando Je alcanzé una camarera para © decizle a media voz, precipitadamente:

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