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Cristina Godoy (1995)

ROBERT DARNTON, EL ROSTRO AMERICANO DE LA NUEVA HISTORIA

Los historiadores argentinos han quedado soldados sobre todo a los modelos francés y anglosajón de hacer historia. Clima
intelectual alrededor de la profesión de historiador que sesgó la receptividad hacia otros panoramas historiográficos. Insuficiencia de
los paradigmas tradicionales para alcanzar una explicación de las vicisitudes más cotidianas de la existencia en el pasado. Inevitable
estimulo para mirar hacia otras latitudes. Historiografía norteamericana. Análisis de algunos de los aspectos teórico-metodológicos
relativos a la obra de Robert Darnton. La gran matanza de gatos… (1987) es la obra que brindó al lector una perspectiva original
en la búsqueda de resolver el clivaje “cultura de elite”, “cultura popular”, por tan largo tiempo discutido. Autor que entrelaza en su
formación profesional tres tradiciones historiográficas fuertes: la norteamericana, la francesa y la anglosajona. Darnton se preocupa
siempre por situarse en un franja intermedia entre el historiador profesional y el gran público. Su formación profesional se desarrolla
justamente cuando los distintos ámbitos de producción historiográfica venían tratando de superar el procedimiento de transformar
los hechos en meros relatos. Para los años sesenta todo el esfuerzo de la historia puede ser abreviado en el programa de alcanzar el
status de “ciencia social”, de reemplazar los relatos por los modelos, los acontecimientos por series, etc. Sin embargo para Darnton
el periodismo y la historia tendrán siempre algo en común: el trabajar con indicios y “contar” historias.
El periodismo le transmitió la confianza en ciertas argucias que se necesitan para trabajar con lo pasado, con lo diferente y callado
que incluyen como vías de acceso a una “otredad” -que se subraya al tiempo que respeta las diferencias- la suspicacia, la sutileza, la
fe, la sospecha, el descreimiento, etc.
El quid de la cuestión es la diferencia entre la forma de ver el mundo de la gente del pasado y nuestra propia visión. La distancia
temporal es sólo la base de existencia del oficio de historiar, mientras que la percepción “extraña” de las culturas diferentes es un
rasgo que la historia debe aprender de otras disciplinas.
Su inmersión en sucesos cruciales como la caída del Muro de Berlín lo lleva a preguntarse sobre el carácter del acontecimiento,
tomándolo como lección para cuando el historiador hace historia en caliente, cuando se trata de bucearla en plena conmoción. Para
Darnton trabajar con la “historia suceso” no es una tarea lineal o superficial. Los hechos no tienen simplemente lugar, suceden
cargados de significados. La cuestión es tratar de combinar el registro de lo que “esta sucediendo” con el de cómo la gente
“entiende” estos hechos. Poner en matrimonio la “historia episódica” y la “historia de las mentalidades”
Darnton conserva la perspicacia que el periodismo le enseñó, pero permanentemente deslinda los terrenos específicos con la tarea
historiadora porque ésta encierra otro tipo de complejidad que la del reportero: desenhebrar temporalmente el acontecimiento y
engarzarlo en un sistema histórico de significados. Se adscribe un programa de historia viva, centrada en los acontecimientos y
percibida en el horizonte de quienes la sufrieron o gozaron. La especialidad de Darnton es la historia cultural, entendida a partir del
desplazamiento de los hábitos colectivos de lectura a fines del Antiguo Régimen y la época revolucionaria. La historia del libro:
Darnotn ubica su trabajo de historiar la lectura en una visión “desde abajo”, interesado en desgajar todos los significados de la
historia del libro: ¿Quién lee?, ¿En qué condiciones?, ¿En qué época?, ¿Por qué y cómo se lee?
La historia del libro goza de una larga tradición. La atracción del tema es su íntima ligazón con el sistema de comunicaciones,
remontarse a la relación entre la imprenta y el papel hasta llegar a sus pautas y circuitos de distribución, pasando por los códigos
culturales en lo referente a los temas más leídos, cambios de actitudes, adornos, imágenes, etc. La historia de los libros debe ser
internacional en escala e interdisciplinaria en método, con un tratamiento global del libro. Sugerencias:
• Conocer más los ideales y supuestos que yacen por debajo de la lectura en el pasado.
• Conocer las vías a través de las cuales la lectura era aprendida.
• Mejor conocimiento de los relatos autobiográficos.
• Atención a la posible correspondencia entre la “teoría literaria” y la “historia literaria”, estrategia dual que
combina análisis del texto con investigación empírica.
• “Análisis bibliográfico”, estudio del libro como un objeto físico.

Darnton se ha especilizado en el estudio de la producción del texto y en las formas de lectura como espacio periférico al de los
grandes autores en el diseño cultural. Historia del libro y de la lectura en el siglo XVIII francés. Cambio brusco producido por la
revolución. Adentrarse en la visión del mundo de la gente a través del tipo de lecturas que eligen, las que dan idea del imaginario
colectivo de amplios sectores de la población hacia las formas sociales y políticas imperantes. La literatura “menor” es de su mayor
interés, centrándose en la producción de escritores con talento escaso para la creación, pero inspirados para la “copia”, o sea la
reconfiguarción y reinterpretación de obras de renombre. “Lecturas clasificadas”, mercado negro del libro “sedicioso”, con canales
propios de circulación. Temas: difusión de conocimientos alternativos a los convalidados.
Uso de fuentes inusuales como también de textos famosos. Uso de fuentes inusuales como también de textos famosos. Análisis de la
Enciclopedia de Diderot. Atiende aspectos relativos a la especulación económica e ideológica alrededor de la publicación de sus

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sucesivas ediciones. Aquí Darnton se separa de las tradiciones francesa y anglosajona del libro, o sea de la aproximación estadística
y sociológica de la primera, y de las investigaciones basadas en los libros contables de las casas editoras en el segundo. Noción de
“literatura clandestina” como parte de los orígenes de la revolución francesa. Toma la noción de literatura en el sentido de sistema
de comunicación y trabaja las fases y las personalidades claves en el proceso de comunicación: autores, editores, libreros y lectores.
Distintas clasificaciones para la literatura sediciosa en el siglo XVIII. Darnton pone a discusión la “fragilidad” de algunas categorías
tradicionales, como la relación entre iluminismo y revolución. Evita el esquematismo conceptualizador. Cierto “antiteoricismo” que
lo impulsa a poner en duda la aplicación eficaz de categorías teóricas diseñadas desde el presente para alcanzar la inteligibilidad de
comportamientos y formas de pensar del pasado. Comprender la extrañeza de la otredad desde una perspectiva más individualizante
y a través de la otredad. Eje problemático: las maneras de concebir la metodología comprensiva.
“Historia con textos” de Darnton sólo es posible a partir de los desarrollos o teorías de la lectura de distinto tipo han ido
produciendo con el objeto de alertarnos sobre la multiplicidad de mediaciones presentes en la comunicación textual. La observación
de Darnton requiere una sensibilidad de lo “diferente”, su modo de hacer historia se nutre con lo imprevisible. Fija la atención en
objetos factibles de microanálisis para desbrozar dentro de sus fronteras multitud de significados que nos resultan ambiguos. Su
búsqueda empalama con el creciente interés en el microanálisis; sin embargo en el tipo de estudio que él realiza es el “mundo
interior de los lectores y sus comportamientos” el aspecto que le presenta más impedimentos de acceso a la polisemia de sus
repliegues problemáticos.
Fuentes:

• Archivo de Neuchâtel: repertorio de 50000 cartas. Sociedad Tipográfica de Neuchâtel (STN), núcleo de
convergencia de la impresión y circulación comercial del libro dieciochesco.
• La France Litteraire: guía informal, de aparición regular, que brinda información sobre escritores de distinta
procedencia intelectual y geográfica, a lo que se agrega datos sobre la evolución de la producción literaria en distintos
lugares de Francia.
A partir del contenido de biografías de autores menores Darnton recorre los entretelones de la escritura y su relación con la
revolución francesa, ay que fueron estos escritores los que “elaboraron los guiones para una nueva sociedad” y llegaron a dar cuenta
de la política cultural de la revolución.
Estrategia que ha despertado polémicas. Propuesta que es una variante de la metodología “comprensiva”. La teorización clásica de
la ciencia interpretativa, la vertenen, aspiraba a producir la comunicación empática entre el pasado y el presente. Darnton propone
buscar lo inesperado; antes que la empatía, el extrañamiento, antes que la identificación, la alienación. Darnton se concentra en la
antropología comprensiva, con relación a su trayectoria de la historia del libro como representación colectiva de una época. Trabajo
conjunto con C. Geertz, con el propósito de borrar de la historia de la lectura todo atisbo de la vieja historia de las ideas y focalizar
con energía en la forma y los motivos que llevan a la gente a elegir leer determinados textos, autores, etc., etc. Todo esto impulsa a
Darnton a buscar en la antropología la base explicativa de estos cambios y movimientos. “Matrimonio” entre historia y
antropología. Acercar o suprimir la distancia entre cultura erudita y cultura popular, “exégesis”, metodología microanálitica.
Revalorización del símbolo como concepto central en su estudio del pasado, apartándose de lo meramente empírico por el bagaje
teórico de distinta procedencia que el contenido simbólico imprime al acontecimiento.

[Cristina Godoy, “Robert Darnton, el rostro americano de la nueva historia”, en Eduardo Hourcade y otros, Luz y contraluz
de una historia antropológica, Editorial Biblos, Buenos Aires, 1995, PP. 11-27.]

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