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Por medio de Malaquías Dios se dirige a una nación (nosotros), esperando encontrar

arrepentimiento, pero en lugar de ello, encuentra justificaciones y pretextos a saber:

1- ¿En que nos amaste?.. (Malaquías 1:1), se da poco o ningún valor al amor
incondicional del Señor Jesucristo, no se considera parte del plan de Dios, la
Salvación y vida eterna son regalos que merecen la rectitud del hombre y palabras y
actos de gratitud hacia Cristo.

2- ¿En que hemos menospreciado tu nombre? (Malaquías 1:6 -7). Se persiste en un


pecado, no convicción genuina ni actitud de cambio. Cómo nuestro Padre, Dios
merece honra, respeto y obediencia además de que lo amemos por encima de todo.
Es el caminar diario al final el que expresa cuanto tenemos de Dios.

3 - Cualquiera que hace mal agrada a Jehová (Mal. 1:7). Se llega a pecar deliberada y
conscientemente bajo el argumento de que como él es misericordioso, entonces debe
soportar indefinidamente la infidelidad de su pueblo. Pero Dios es SEÑOR, y así debe
honrársele, es necesario ir a la cruz para perdón con sinceridad y decisión de cambio.
Dios nos da lo mejor, así que no precisa de nosotros lo defectuoso o estropeado, es
decir el vivir en el pecado sin que ello nos importe (Deuteronomio 7:6), equivale a
entregar las sobras.

Para hacer la diferencia hay que caminar en santidad.

(Malaquías 2:17). Jesucristo entregó hasta la última gota de su preciosa sangre para
rescatarnos de la podredumbre del pecado, siendo inaceptable que habiéndonos
salvado, sigamos viviendo sin dignificarle con nuestra vida (Hebreos 2:3), Dios es
misericordioso y paciente para con todos pero se cansa de la deslealtad de los que
dicen ser sus hijos pero no viven como tales.

La vida espiritual genuina requiere compromiso continuo debe ser ajena a la levedad,
la desidia y la tibiesa propias de una simple consideración religiosa.

4 – ¿En qué hemos de volvernos? (Malaquías 3:6)


(Isaías 29:13) (Mateo 15: 8 – 9)

Dios espera que estemos con él no solo nominalmente sino en espíritu y en verdad,
para retornar a Cristo debe reconocerse la condición errática en la que solemos andar
y buscar en Él (Cristo), la perfección. La Bendición solo reposa en Jesucristo, por lo
cual cada día debemos correr y ampararnos en su presencia. (Romanos 1:7)

5 - ¿En qué te hemos robado? (Malaquías 3:8)

Nadie sensato puede decir suyo nada, porque todo lo que tenemos empezando por la
vida misma le pertenece a Dios, nuestra posición es de administradores y como tales
acertadamente entregarle lo que somos a Él. Quién presume de independiente u
autosuficiente no está más que cegado por el orgullo, con una pretensión consciente o
no, de robar la gloria que solo pertenece a Jesucristo.
6 – Por demás es servir a Dios. (Malaquías 3:13-16)
(Salmos 73) Cuando se tiene en poco los mandatos del Señor, es fácil conducirse
livianamente, y hacer del pecado un estilo de vida, pero quien ama a Cristo se guarda
para Dios y hace su voluntad. (Juan 14:21 – 23) (1 Corintios 15:58). En suma para
caminar con Dios se debe tener temor reverente hacia su persona, considerarlo como
el todo de nuestra existencia y a quién nos debemos porque solo Cristo es Luz, Vida y
Poder. (Malaquías 4:2)

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