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EI petroleo, los megaproyectos y la gestion ambiental Por: Ernesto Falla Duran Asesor del Ministerio del Medio Ambiente Uno de Tos grandes temas de discusién actualmente vigente en nues- tro pafs tiene que ver con la construecién de la paz y su articulacién a los procesos de desarrollo. Lasustentabilidadentendida como la apli- cacién de un modelo de desarrollo que busca el equilibrio entre el crecimiento econdmico, la elevacién de la calidad de vida y la con- servacién de nuestros recursos naturales, tiene en la guerra un factor «que atenta contra la estabilidad de Ia economia, la satisfacci6n de las necesidades basicas de la poblacién, la defensa de los derechos hu- ‘manos y el deterioro del medio ambiente en las diferentes regiones del pais. Abordar el tema de la paz. significa involucrar otras variables del desarrollo afectadas por el conflicto armado, tales como el factor social, cultural, politico, econémico y ambiental, factores que también se expresan en los diferentes escenarios geogréficos y territoriales en donde se desenvuelve la guerra. De ahi que el tema ambien- tal en una posible Agenda de Paz se deba supeditar a una visidn del Desarrollo Humano Sostenible, y concre- tamente a la bdsqueda de concensos y recomendaciones sobre éste, no s6lo con los voceros de la insurgencia sino con las propias organizaciones y representantes de la sociedad civil, ya que su discusién y tratamiento supera el mbito de las negociaciones entre las partes del conflicto armado y lo hace extensivo al conjunto de la sociedad colombiana. Por esta raz6n, plantearse el disefio de una politica ambiental articulada a una estrategia de paz significa enten- der la relaci6n entre los ecosistemas y las culturas, entre la naturaleza y el hombre, entre el territorio y el desarrollo, relaciones que colocan la preservacin de la vida humana y su entorno en el centro de las preocupa- ciones ambientales, En este sentido, merece especial atencién analizar las implicaciones de los procesos de globalizacién y de apertura econdmica que afectan al pais y sus impactos sobre el medio ambiente, como factores determinantes y generadores de las dificiles condiciones culturales, sociales, econémicas, poblacionales y ambientales con las cuales el pafs enfrenta su desarrollo, debido a las condiciones limitadas de competitividad tecnolégica, produc- \ividad y acceso a los mercados internacionales para responder de manera adecuada a las demandas externas y a las exigencias de la economia global. Al especto, es importante sefalar los fenémenos mas significativos que se han consolidado como resultado de este proceso, los cuales fueron registrados en las Bases de la Politica de Poblacién y Medio Ambiente del Ministerio del Medio Ambiente: * Por los efectos de la apertura, Colombia necesita desarrollar obras y proyectos en sectores como los de la explotaci6n de hidrocarburos, portuatio, vial, minero y de telecomunicaciones, como estrategia bisi- cca para lograr su insercién en los mercados internacionales. Al respecto, hay que sefialar Jos grandes impactos ambientales y poblacionales que han tenido y tendrén los procesos como la expansién nacio- nal de la red vial en el pais, Ia construccién de importantes puertos en el pacifico como el de Bahia Malaga y Tribugé y proyectos como el Canal Interoceénico y la carretera Panamericana del Tapén del Darién, 201 * Los megaproyectos energéticos (termoeléctricas, gasoductos, refinerfas) propuestos para el Magdalena medio y los cruces viales de las troncales como Bogoté - Santa Marta - Medellin — Venezuela atraerdn poblacién a los asentamientos circunvecinos, en donde ya la deforestacién sufrida por las explotaciones madereras y la ganaderfa extensiva afecta la produccién de agua para esas mismas comunidades. La construcci6n de infraestructura energética, en especial de las centrales hidroeléetricas, provocard cam- bios en los usos del suelo, desplazamientos de poblacién y asentamientos, alteraciones microclimaticas, cambios migratorios de fauna, entre otros. Por su parte, el Valle central del Magdalena se constituye en el corredor vial y de integracién de esta macroregi6n y es previsible que se den alli nuevas dindmicas econsmicas y poblacionales. * Los proyectos que mejoran la accesibilidad de la zona Andina al Atléntico generaréin corredores turisti ccos en zonas de Urabé, Cérdoba y Antioquia, con los resultados poblacionales y ambientales previsi- bles. ‘En la zona cafetera se viene presentando una integraci6n urbana y de servicios entre Pereira, Manizales, ‘Armenia y Cartago, proceso que ejercerd una gran influencia sobre el norte del Tolima, conectando a este grupo por el ttinel y el anillo vial de occidente + EI piedemonte orinocense y amazénico seguiré creciendo asociado a Ia actividad petrolera, en una estrecha relacién funcional con Bogota. En ese contexto es previsible la consolidacién de asentamientos intermedios como Yopal. El futuro de este desarrollo depende de otras actividades urbanas, distintas a la petrolera, que se logren desarrollar en la regién. + La carretera “marginal de la selva” que conectaré a través de Colombia a Venezuela con el Ecuador y el Pacifico movilizard a grupos importantes de poblacién. Asentamientos menores se consolidarén en el eje de los rfos Meta, Arauca y Guaviare, * Los corredores viales y la influencia de nuevas vias en la zona Tumaco - Florencia y otras salidas al Pacifico como la del eje cafetero, Medellin o Cali se constituyen en un factor decisivo en las dindmicas ‘de la poblacién de esta regién, donde son previsibles procesos de deterioro social, especialmente de los ‘grupos étnicos (indigenas y negros) y deterioro de los frdgiles ecosistemas de selva, costas y humedales. ‘Tumaco y Buenaventura se proyectan como centros intermedios de servicios y de concentracién de poblacién. La construccién de puertos, canales y vias de trifico pesado, ademés de atraer poblaci6n, acarrean cambios ambientales y culturales de importancia El cuadro anteriormente descrito expresa las contradicciones existentes entre las tendencias econémicas co- rrespondientes al proceso de globalizacién y apertura del pais, las presiones ejercidas por las mismas en cuanto aa logro, a la mayor velocidad de las condiciones necesarias para una eficaz.y eficiente insercién internacional, y la necesidad de conservar los recursos naturales de manera sostenible y a la vez. responder a las demandas de participacién de las comunidades en las decisiones que afectan su entoro econémico, social, cultural y am- biental. Ademés, confirma que el reto del Estado al proponerse 1a articulacién, fomento y conciliacién de los tres ‘grandes objetivos que conforman el desarrollo sostenible, el crecimiento econdmico, la elevacién de la calidad de la vida y la sustentabilidad ambiental, encuentra un terreno adverso en su realizaci6n, ya que por el momen- to s6lo se vislumbra la posibilidad de que el campo econémico sirva de articulador y casi que Unico referente en el desarrollo del pais. En esta perspectiva, no se puede negar que el pafs requiere alcanzar un crecimiento més equilibrado a través del ‘mejoramiento de su productividad, la incorporacién de nuevas tecnologias, el aumento de la especializacién, la creacién y la consolidacién del sistema nacional de infraestructura y contar con ambientes propicios que supe- renel dmbito econdmico. En fin, requiere cualificar sus capacidades y condiciones para el logro de una mejor competitividad. Sin embargo, en Ja bisqueda del desarrollo humano sostenible se requiere que la competitividad sea abordada desde una perspectiva que asuma que las sociedades y los gobiernos aspiran a objetivos cada vez més amplios, 5 202 Energia y medio ambiente Y que los imperativos sociales referidos a la equidad y la sostenibilidad del desarrollo tienen que ser contesta- dos desde un contexto democritico de participacién social creciente, de respeto de los derechos humanos y proteccién del medio ambiente. Ast la competitividad gana peso en la medida en que establece relaciones con otros conceptos (equidad, sostenibilidad) y otros valores (democracia, derechos humanos, medio ambiente, participacién social, diversidad cultural, etc.) De la misma manera, plantearse el logro de la competitividad en las diferentes regiones del pats, especialmente en las més afectadas por el fenémeno de la violencia (Caqueté, Putumayo, Guaviare, Vaupés, Sur de Bolivar), sin tener en cuenta el desarrollo desigual en su proceso de configuracién y las desventajas comparativas que tienen con relacién a otras zonas de mayor desarrollo econdmico, social y cultural, levaria a la adopeién de politicas que desconocerian el apoyo necesario de la comunidad internacional, del Estado y del gobierno central, como el requisito fundamental para que éstas logren la igualdad de condiciones, o por lo menos de aproximacién, al nivel de productividad y competitividad requeridos, tanto por el contexto intemacional como nacional El petrdleo y la gestién ambiental Si se tiene en cuenta que uno de los factores fundamentales de crecimiento de la economia colombiana esta relacionado con la existencia de la industria petrolera, en este contexto es importante sefalar la erftica situacién por la que este sector atraviesa y su relacién con la problemética ambiental, al punto que de no modificar las actuales condiciones de exploracin, el pafs se verfa abocado al reto de tener que importar el crudo en unos cinco aitos. La Asociacién Colombiana de Petréleo ACP estima que en caso de continuar esta tendencia a la inercia total, entre los afios 2.005 y 2.010 el pats dejaria de recibir USS 19.200 millones. Los estudios realizados hasta ahora por los mismo gremios petroleros indican que Colombia dejaré de recibir cerca de US$ 4.500 millones en cuatro afios a partir del 2.000 por concepto de ingresos por exportaciones no realizables. Asi mismo, el presu- puesto calculado por las empresas petroleras para desarrollar en 1,999 es cercano a los USS 9.415 millones que involucran 52 proyectos con el propésito de incentivar la actividad exploratoria en el pais. (El Espectador, 19 nov/98) Ademés de Jo anterior, el sector petrolero ha manifestado que la actividad -exploratoria en el pais viene en franco retroceso como consecuencia del bajo precio de la sobreoferta del petrleo en los mercados internacio- nales y de los problemas generados en el proceso de adjudicacién de las licencias ambientales. Por esta raz6n, la reciente declaracién de los representantes de las compaiifas petroleras extranjeras que tienen presencia en el pafs, al manifestar la necesidad de flexibilizar las normas ambientales en el proceso de explotacién y procesa- miento de los hidrocarburos, hace alusi6n no s6lo a la velocidad del trémite y a la calidad del andlisis para ‘otorgar la licencia, sino también al tema de la participaciGn ciudadana (consultas a comunidades indigenas y negras) al considerarlo como un factor que dilata los procesos de ejecucién de los proyectos y por lo tanto puede obstaculizar el “desarrollo”. De allf que por casos como el de Urrd, la represa de Betania y la segunda pista de El Dorado se expide el Decreto 1320 sobre el proceso de consulta a las comunidades indigenas (megaproyectos diferentes al del sector petrolero), y la prospeccién del bloque Samoré donde los U'wa reclaman sus derechos sobre un territorio que Jes pertenece y que la compafifa Occidental pretende explotar para encontrar petréleo. Todos éstos forman parte de los conflictos sociales y ambientales generados por un tratamiento inadecuado a esta problemitica, los cuales arrojan pistas sobre el tipo de medidas correctivas a implementar en la formulacién y ejecucién de los planes de manejo ambiental en su componente participativo. Igualmente, al analizar la actual situacién de regiones afectadas por la explotacién petrolera como las del ‘Magdalena medio, Arauca, Casanare y Putumayo, el Congreso Nacional Ambiental sefial6 que en la mayorfa de los casos, a la sombra de las bonanzas'se generaron fendmenos de corrupcién, violencia (guerrillera y 203 paramilitar), migraciones, hiperinflaci6n y un alto deterioro ambiental, para no hablar de otros impactos indi- rectos en lo social o cultural. Por esta raz6n, hacer el andllisis de manera integral en el tratamiento de esta problemiitica implica reconocer la existencia de diferentes intereses y puntos de vista (Estado, compafifas petroleras, comunidades, actores armados), y la necesidad de construir espacios de concertacién para la solu- cidn de conflictos en este tipo de escenarios, Un claro ejemplo de c6mo se manifiestan estas visiones en el campo ambiental se da en el uso de indicadores de gestién relacionadas con la adjudicacién de licencias ambientales, los cuales se podrian medir por el ntimero: y rapidez, de expedicién de éstas, sin tomar en consideracién los provesos de participacién de la comunidad y ‘Sus posibles efectos en el surgimiento de conflictos sociales y ambientales. Se podria tomar en consideracién el caso contrario referente a los criterios relacionados exclusivamente con los procesos de consulta y participa cin ciudadana para otorgar las licencias respectivas, sin reparar que todo proyecto tiene unos costos y plazos que cumplir, y genera unos beneficios que se producen con su desarrollo. En esta misma direccién, la participacién debe ser concebida y aplicada no s6lo de manera reactiva para resolver los problemas o impactos suscitados por la realizacién de este tipo de proyectos de desarrollo, sino que debe estar guiada por criterios de precaucién, prevencién y evaluacién ex-post de los mismos. De alli que la formulacién del componente participativo debe superar aquellos criterios que lo reducen en su aplicacién al ‘cumplimiento de las formalidades y requisitos legales, al campo exclusivo de las campafias, la instrumentalizacion formalista y la respuesta coyuntural a la expresin de fenémenos sociales y ambientales que requieren de un tratamiento de mediano y largo plazo. Por tiltimo, con relacién al tema petrolero hay que mencionar el tema de la voladura de oleoductos como un factor que afecta la calidad de vida de cientos de pobladores asentados en las zonas afectadas por este tipo de acciones de guerra, que deteriora los ecosistemas y conduce a millonarias pérdidas econémicas para el pais. En este sentido, el impacto sobre 6.000 Ha. con potencial agricola y pecuario, los 2.600 Km. de rios y quebra- das, las 1.600 Ha. de ciénagas y humedales, tos 70 municipios de 13 departamentos del tertitorio nacional y el desarrollo de recientes acontecimientos como el de Machuca, con su consecuente pérdida de vidas humanas, biodiversidad, alimentos y energfa, son apenas una pequeiia muestra del contrasentido de una guerilla que tiene en la aplicacién del Derecho Internacional Humanitario una de sus principales banderas. ‘Sin embargo, dada la urgencia de resolver los conflictos generados por este tipo de “acciones militares” para mitigar sus impactos sobre la poblacién civil y el medio ambiente, se hace necesario plantear de cara al pais el tema de la voladura de oleoductos y sus impactos ambientales y sociales como parte fundamental de la biisque- da de acuerdos parciales de cumplimiento inmediato entre las partes, en el marco de Ta aplicacién del Derecho Intemacional Humanitario y como parte de ta realizacién del Pacto por la Vida, planteados por el mismo ELN. ‘Alrespecto, la préxima realizacién de la Convenci6n Nacional Demoerdtica se convierte en un escenario ideal para lograr un compromiso del pafs en este tema y para colocar sobre el tapete la viabilidad y los caminos tendientes al logro del Desarrollo Humano Sostenible, En este contexto, en las mesas de trabajo sobre Petréleo y Medio Ambiente del Congreso Nacional Ambiental se expresaron varios puntos de vista que abarcaron desde la exposicién de representantes de la institucionalidad como el Viceministro de Minas y Energia, Dr. Germén Corredor, el delegado de la Oficina del Alto Comisio- nado para la Paz, Dr. Pedro Galindo, el representante del Ministerio del Medio Ambiente, Dr. Carlos Herrera, Dr. Carlos Hernando Vargas de Corporinoquia (recientemente asesinado), hasta los representantes de las com- paihias petroleras como la GHK, las ONGs, la Unidn Sindical Obrera USO, y la propia comunidad de Guaduas. Todo esto demostré el amplio espiritu de participacién y de discusién sobre el tema y el pluralismo imperante en las deliberaciones del Congreso. 204 Energie y medio ambiente 205 Energia, medio ambiente y paz Por: Angela Cadena y Alberto Henao Unidad de Planeacién Minero - Energética UPME Antecedentes En Colombia se ha venido adelantando tun proceso de reorganizacién social © institucional, como respuesta a la agudizaci6n de conflictos sociales y po- # Iiticos, consecuencia de la insuficiente * capacidad del Estado para crear condi- ciones y Sy opertiides Yy para garantizar una efect va patticipacién y responsabilidad social en Ia con- cepcién y elaboracién de un desarrollo sostenible desde el punto de vista econémico, social y ambier tal. Si bien estos conflictos son seculares, hay que reco- nocer su agudizacién en fa ttima mitad de Ta pasada década. A pesar de los esfuerzos gubernamentales para propiciar un proceso de paz y el establecimien- to deacuerdos, estos fueron insuficientes y poco efec- tivos y solo logran materializarse parcialmente en los acuerdos de la Nueva Constitucién Colombiana. Hoy asistimos a un nuevo intento de conciliacién nacional que se espera involucre a todos los actores del conflicto y agentes de la sociedad con posibili- dad o responsabilidad de influir sobre los resultados del proceso, que reconozca las légicas de la paz y de la guerra y la importancia de una solucién negocia- da, que evite repetir los errores w olvidar las Tecci nes de pasados intentos nacionales y presentes éi tos internacionales, para que asf se materialicen las, renovadas “Ansias de Paz” del pats y se avance en la construceién de un consenso alrededor de un pro- yecto de desarrollo. El contexto de la planeacion, la gestion y el desarrollo energéticos Desde comienzos de los aifos 90, adems de los nue- vos acuerdos establecidos en la Constitucién del 91, 1 pats ha venido buscando una mejora de la eficien- cia econémica y de la competitividad. Estos 207 lineamientos definen el marco para la elaboracién € implementacién de una politica energética, ast: El marco normativo: La Constitucién Nacional fij6 pautas para avanzar en los procesos de paz. y desa- rrollo sostenible, siendo necesario destacar su cam- bio de enfoque en cuanto a la participacién del Esta- do en la prestacién de los servicios pitblicos y al re- conocimiento del papel de los agentes econdmicos en dicha prestacién, y de las posibilidades de reorga- nizacién y Autonomfa de las Entidades Territoriales para promover el desarrollo en sus jurisdicciones, Reconocié la propiedad estatal de los recursos natu- rales renovables y no renovables y el papel de las, comunidades en la gestién del desarrollo, en la pres- tacién de los servicios ptblicos y las posibilidades de participacién en las decisiones que puedan afec- tar un ambiente sano, asf como las formas de partici- pacién democratica como el voto, el plebiscito, el referendo, el cabildo abierto, la consulta popular, la iniciativa legislativa, las audiencias pablicas y la revocatoria del mandato, principalmente. EI nuevo modelo de desarrollo: En concordancia con Ia tendencia intemacional, el pais ha adoptado recientemente, un modelo de apertura econdmica y fomento a la inversién privada, Aunque no hay con- senso sobre los beneficias y costos que traeri este proceso, se puede afirmar que la etapa de manejo cerrado y proteccionista de las economias, con Esta dos ejecutores parece quedar atras. La biisqueda de tuna mayor eficiencia y competitividad se impone, Se espera que sea el mercado el responsable de la asignacién eficiente de los recursos y que el Estado se concentre en las funciones de ‘conduecién gene- ral’, regulacién y control con miras a crear las condi- ciones y oportunidades para el crecimiento econ6- mico. Es claro, que una economfa como la nuestra, caracterizada por imperfecciones, limitaciones de informacién y marcados desequilibrios y de laciones productivas, regionales y sociales, esti I jos de oftecer las condiciones para que el libre me ticu- cado se constituya en un mecanismo apropiado para dirigir la economia hacia estados de Equilibrio. Se requiere, entonces, la intervencién de Estado en aque- Ilos sectores, regiones o segmentos de poblacién en Jos cuales el mercado no pueda contribuir por si mis- ‘mo a una asignaciGn equitativa de Ios recursos dis- ponibles, con miras a garantizar igualdad de condi- ciones y oportunidades. Enel marco de la Constituci6n Nacional y en el con- texto del nuevo modelo de desarrollo, se adoptaron las Leyes 99, 141, 142 y 143 Ambiental, de Rega- Ifas, de Servicios Piblicos y Eléctrica respectivamen- te, asf como de otras disposiciones complementarias, que asignaron al Estado la planeacién, la regulacién y el control y crearon espacios para la participacion privada en Ia ejecucién de importantes inversiones en infraestructura. Esta normatividad requiere de una estructura institucional acorde con las nuevas realidades eco- nnGmicas, sociales y politicas, particularmente en lo relativo a los procesos de consulta y participacién social con comunidades de alta vulnerabilidad, para dar viabilidad a los desarrollos y en lo relativo a la obtencién de la Licencia Ambiental de los proyec- tos. Con relacién al sector energético, se puede afirmar que, al menos en esta etapa de transicién, es indis pensable la formutacién de planes de referencia que expliciten la politica y orienten las acciones de los agentes pablicos y privados del sector, el estableci- miento de una funcién reguladora que cree las con- iciones para la competencia y la participacién pri- vada y el aseguramiento del abastecimiento y la rea- lizacién de evaluaciones permanentes e independien- tes de los resultados de la gestidn piiblica. Consecuente con esta direccién, la estrategia de re- organizacién institucional del sector energético con- templs la conformacién de organizaciones con roles bien definidos que facilitan 1a autonomfa y respon- sabilidad en la gestién y la creacién de unidades ad- ministrativas especiales, entre ellas: i) la Comisién de Regulaci6n de Energia y Gas -CREG-, encargada de regular la actividad de los subsectores energia eléc- ‘onl fin de garantizar la competencia en cursos energéticos y i) la Unidad de Planeacién Mi nero-Energética -UPME-, encargad de consolidar y perfeccionar el proceso de planeamiento del sector 208 minero-energético, con la finalidad de asegurar la utilizaciGn eficiente y equitativa de los recursos ener- xgéticos, de acuerdo con los requerimientos del pats. Ambito y preocupaciones de la politica energética A continu: se detallan algunos tépicos que de- ben ser considerados o que estin siendo considera dos por el Estado en materia de politica energét bajo un ‘nuevo’ concepto de planeacién, con el fin garantizar la calidad del servicio de energfa y asegu- rar niveles de cobertura estipulados en los Planes de Desarrollo: Estimacién integrada de los requerimientos de la poblacién y de los agentes econémicos: La asigna- cién eficiente y equitativa de los recursos considera estrategias Optima de decisiones de inversi6n. La pre- visién de las decisiones de expansién del abastec miento energético exige la consideracién de la de manda de energia, tanto final como Util, a nivel global, por subsector econémico y por regién. Una estimaci6n como ésta, permite evaluar distintas op- ciones de abastecimiento y de utilizacién racional de Jos recursos energéticos. Uso racional de la energfa: La gestién de la deman- da y el uso eficiente de la energfa es una estrategia para lograr una aprovechamiento éptimo de las ener- zgfas disponibles buscando el desarrollo sostenible de toda la cadena energética desde Ia fuente hasta la demanda itil. Le corresponde al Estado, ademas de asegurar un ambiente sano, informar acerca de los bienes de consumo de energfa, Para esto, conforme a Jas reglas de la libre iniciativa privada, deberé inter- venir mediante la promocién del uso racional y efi- ciente de la energia Abastecimiento de energia a zonas marginadas: Los programas de abastecimiento a zonas no interconectadas y marginadas requieren una consi- deracién del planeamiento energético como compo- nente del desarrollo regional. Estrategias como la sustitucién de lefia por briquetas o GLP, el incremen- to de la participacién de las fuentes no convenciona- Jes de energfa y laelectrificaciénrural deben seriden- tificadas a partir de un andlisis de las condiciones y posibilidades de desarrollo de la regién y deben ser implementadas dentro de una concepeién que garan- tice el mejoramiento de las condiciones de producti- Energia y medio ambiente vidad de la regi6n y por ende de sostenibilidad de la estrategia planteada. Desarrollo energético sostenible: Las medidas para lograr un adecuado manejo de los recursos naturales y controlar y prevenir los niveles de contaminacién y los efectos negativos sobre el ambiente, plantean modificaciones en el estilo de desarrollo, particular- mente en la toma de decisiones de expansién y ope- raci6n del sector energético. En nuestra condicién de pais en vias de desarrollo, el crecimiento econémico puede Ilevat a una presién creciente sobre los ecosis- temas y puede producir incrementos en los niveles de contatiinacién. Adicionalmente, la adopcién de medidas para reducir el nivel de emisiones por parte de otros paises, especialmente los paises europeos, podria afectar nuestras exportaciones de carbén, pe- tréleo y fuel-oil. Se requiere entonces, analizar las implicaciones que medidas de manejo de recursos naturales y de control de la contaminacién, tienen sobre el sector energético en particular y la econo- fa en general. No hay que olvidar, que el pais cuen- ta con un gran potencial de reservas forestales. Su adecuado manejo unido a politicas de reforestacién constituyen medidas altemnativas a ser consideradas. Incremento de la participacién de recursos abun- dantes en el balance energético: Con el fin de di minuit los riesgos en el abastecimiento de energté particularmente en la generacién de energfa eléct a, se requiere diversificar las fuentes de suministro. Por esta razén, se requiere contar con politicas de incremento de la participacién de energéticos abun- dantes como el carbén. En un pafs como Colombia, donde atin no existen condiciones de competenc perfecta, es funcién del Estado (y esta siendo), sefia- lar topes 0 metas para los precios de los combusti- bles y para las tarifas de la energia eléctrica. Como elemento de juicio, se pueden utilizar los costos ec némicos de los recursos energéticos. Su estimacién es una tarea que deben realizar las oficinas de planeacién, Formacién y capacitacién de investigadores, pro- fesionales y téenicos: A pesar de que el sector se precia de contar con un alto nivel de formacién en sus profesionales y técnicos, es conveniente crear programas de formacién transversales en las areas como Economia y Regulacién Energética, Gestion Energética Ambiental, Aspectos Sociales de la Ener- 209 gia, Nuevos materiales y Tecnologias y fortalecer y consolidar los centros de investigacién existentes, Los retos de la gestion energética A nivel de gestién los retos para la implementaci6n de las politicas anteriormente seftatadas son los si- guientes: Participacién social en la gestién energética: El proceso de sefialamiento de una estrategia energéti- ca reconoce el papel de la energia en el desarrollo econémico y social y en esa medida busca crear con- iciones para su aprovechamiento sostenible y para vincular a las comunidades en sus orientaciones ge- nerales, permitiendo su participacién en la toma de decisiones, asi como en los beneficios econémicos, sociales y ambientales de dicho desarrollo, No obstante, se constata que los desarrollos energé cos han encontrado obstaculos en los conflictos so- ciales y politicos en las zonas con altos potenciales, energéticos como hidrocarburos, que han condicio: nado la oferta del recurso para las necesidades ener- géticas del pafs, as{ como para las exportaciones y su participacién en el PIB como un factor de desarrollo. Se ha considerado en la politica energética, la posibi- lidad de promover procesos de participacién social, previendo dentro del proceso de la formulacién de la politica y en los trémites ambientales las consultas a las comunidades afectadas por los desarrollos ener- .géticos (Indfgenas, comunidades negras, campesina- do, colonizacién), asf como la participacién en las rentas por la utilizacién de recursos energéticos, con critetios de distribucién de beneficios a las regiones — con potenciales y de redistribucién con eriterios na- cionales, a través del Fondo Nacional de Regalias. No obstante rentas energéticas como las regalfas por Ja explotacién de hidrocarburos y carbén y las trans- ferencias del sector eléctrico a los municipios y las Corporaciones Auténomas Regionales, no han cum- plido su papel de mejoramiento ambiental y socioeconémico, por la dispersién de su utilizacién y |i falta de seguimiento a dichas inversiones. Los problemas generados hacen referencia a: - La magnitud de las participaciones, lo cual afecta las condiciones de entrada de capitales para la exploraciGn y desarrollo. Los criterios de distribucién, que generan fuen- tes de recursos en las regiones sin una ade~ ccuada capacidad de planeacién y ejecucién de las inversiones por parte de las Entidades Te- itoriales y por la conformacién del Fondo Nacional de Regalfas que redistribuye recur- 0s entre todo el pais, sin reglas de asignacién equitativas. E1 seguimiento de la inversién de dichos re- cursos lo cual hace que no se garantice una adecuada utilizacién de esas rentas, ni el 1o- gro de los objetivos de desarrollo regional y nacional en condiciones de sostenibilidad ambiental Finalmente, se ha considerado la necesidad de redefinir las condiciones de acceso de la poblacién urbana y rural de bajos recursos al uso de energia bajo nuevas consideraciones de desarrollo rural ur- ano regional, que incorporen la energia como un factor de desarrollo en conjuncién con otros factores, de infraestructura, ambientales, econémicos, socia- les e institucionales La descentralizacién en materia energética: El proceso de descentralizacién ha trafdo consigo nue~ vas responsabilidades y recursos para los municipios, y los departamentos en lo que tiene que ver con la prestacidn de servicios pablicos como agua potable, salud, educaci6n, transporte entre otros. Sin embar- {20,no ha sido claro el papel que deben jugar en cuanto al servicio de energfa, tanto en el mbito de la pro- duecién 0 generacién como en el del transporte 0 transmisi6n, distribucién y comercializacién, con cexcepcién de la prestacién del servicio en zonas no interconectadas donde la acci6n territorial y munici- pal es fundamental. Aquf cabe destacar como algunas empresas de base territorial o regional se han consolidado y mantienen condiciones de competitividad que sugieren la posi- bilidad de mantenerlas y fortalecerlas, mientras que otras contintian en condiciones de ineficiencia e in- adecuada administracién, lo que ha Ilevado al con- trol de gestién y a periddicas refinanciaciones por parte del Gobierno Nacional. Los procesos de descentralizacién encuentran en 0% siones barreras importantes en el contexto de las en- tidades de planeacién central, siendo necesario en- tender las nuevas concepciones de planeaciGn y ges- tidn planteadas en la Constitucién y en consecuencia | redefinir 0 adaptar sus roles y competencias. | Laprivatizacién y el mercado energético: La polt- tica energética se ha orientado a propiciar la vincula- cin del capital privado en los desarrollos energéti- cos, bajo consideraciones de eficiencia y rentabili- dad y de reduccién de fa carga pitblica en la inver- sign sectorial y ala creacién de un mercado energéti- co competitive que refleje costos reales de genera- cin, transmisin, transporte y distribucién, tendien- te a eliminar subsidios al consumo de energfa, que generen desigualdades entre distintos agentes, con- siderando solo subsidios a los estratos I, Il y Ill, por cuenta de los estratos altos a través de fondos de com- pensacién. En este sentido, es necesario evaluar los costos y be- neficios de las privatizaciones realizadas y en curso, tomando en consideracién la reorientacién de a in- versidn piiblica y el cumplimiento de la funcién so- cial del servicio puiblico por parte de los agentes pri- vados, asf como las posibilidades de desarrollo em- presarial de las entidades territoriales que presenten ventajas competitivas en mercados desregulados. La gestién ambiental: En e! marco de la politica cenergética se han realizado esfuerzos para incorpo- rar el criterio de sostenibilidad ambiental tanto de los desarrollos actuales como de los desarrollos energé- ticos previstos. En este sentido cabe destacar el es- fuerzo realizado para garantizar el cumplimiento de las politicas y la normatividad ambientales, propi- | ciando una cada vez mayor responsabilidad ambien- tal de Jas empresas, a la vez. que buscando facilitar el | tramite ambiental de proyectos previstos en los pla- | nes de expansién y desarrollo energéticos. ‘También se ha hecho un esfuerzo por internalizar las factores ambientales externos en los costos del desa- 210 rrollo energético, buscando la definicién de reglas del juego ambientales claras para todos los agentes econdmicos del sector energético, aunque es necesa- rio avanzar en la igualdad de condiciones ambienta- les para los distintos sectores econdmicos y sociales. Actualmente se espera avanzar en la formulacién de una politica ambiental para el sector energético que surja de un proceso de concertacién social e institucional y que comprometa a los distintos entes responsables tanto de su formulacién como de su implementacién. La estrategia energétic: Autosuficiencia energética sostenible En el proceso de modernizacién de 1a economfa, el Estado, ademis de su papel de orientador, regulador y controlador, debe dar especial atencién a los aspec- tos sociales del desarrollo. En este sentido, la formulacién de una politica energética contempla la elaboracién de variados anélisis que sirvan de refe- rencia para la actividad de los actores piiblicos y pri- vvados encargados del aprovechamiento de los recur- sos energéticos y del adecuado y oportuno suminis- trode energia con miras a lograr un aprovechamien- to 6ptimo de los recursos del pais hacia un desarrollo ambientalmente sostenible y socialmente equitativo. Laestrategia de Autosuficiencia Energética Sosteni- ble propuesta para el perfodo 1997-2010, refleja la politica de mantener el sector energético como base fundamental de la economéa colombiana hacia el fu- turo. Esta se orienta entonces a incrementar la activi- dad exploratoria en busqueda de volimenes de re- servas de hidrocarburos que permitan contar en el futuro con los niveles de produccién de petrbleo de gas natural y de carbén que garanticen no solo la continuidad de la autosuficiencia energética, sino el reciente aporte del sector energético al desarrollo econémico del pais y a su con- solidacién como exportador neto de ener- Adicionalmente, la estrategia se orienta a estimular acciones que contribuyan a la optimizacién de la asignacién de recur- sos energéticos para satisfacer la deman- da actual y futura de energia, mantenien- doen perspectivalladiversificacién del su- l= En este contexto, las estrategias especificas propues- tas son: * Optimizar la contribucién de las exportacio- nes energéticas, * Alcanzar un uso racional de la energéa y una eficiente gestién de la demanda, + Lograr un abastecimiento pleno y eficiente con ‘una adecuada infraestructura y una asignacién, * también fuera hombre de ‘muchas palabras. Nosotros nos preguntamos: ,acaso es costumbre del hombre blanco vender a su madre? {No lo sabemos!, pero lo que los UWA si sabemos es que el hombre blanco usa la mentira como si sintiera gusto por ella, sabe engafiar, mata a sus propias erfas sin siquiera permitirle a sus ojos ver el sol ni a su natiz oler la yerba. Eso es algo execrable, incluso para un “salva- ie Laley de nuestro pueblo se diferencia de la del blan- co porque la ley de riowa viene de los hombres y estd escrita en el papel, mientras que la ley de nues- tro pueblo fue Sira (Dios) quien la dicté y la escribié en el corazén de nuestros sabios Werjayas (Chama- nes). El respeto a lo vivo y alo no vivo, alo cono- ido y a lo “desconocido” hace parte de nuestra ley: nuestra misién en el mundo es narrarla, cantarla y cumplirla para sostener el equilibrio del universo. Nuestra ley u Wwehita es uno de los postes que sostie- nen al mundo. Nuestra ley es tan antigua como la misma tierra, Nuestra cultura se ha organizado si- guiendo el modelo de la creacién, Por eso nuestra ley es no tomar més de lo que se necesita y es la nai en todas partes porque es la ley de la tierra y latierra es una sola. ;No vamos a dejar morir nuestra ley! ... Si existen leyes del hombre blanco que prote- jan a la madre tierra y_a sus guardianes los pueblos indigenas, ;“qué se cumplan”! Si no se cumplen, se consideran no escritas. Sabemos que el riowa le ha puesto precio a todo lo vvivo y hasta a la misma piedra, comercia con su pro- pia sangre y quiere que nosotros hagamos lo mismo en nuestro territorio sagrado con ruira, la sangre de la tierra a la que ellos llaman petréleo... Todo esto es extrafio a nuestras costumbres... Todo ser vivo tiene sangre: todo drbol, todo vegetal, todo animal, la tie~ tra también y esta sangre de la tierra (ruira, el petré- Jeo) es la que nos da la fuerza a todos, a plantas, ani- males y hombres. Pero nosotros le preguntamos al riowa ; Cémo se le pone precio a la madre y cual es ese precio? Lo pre- guntamos no para desprendemos de la nuestra, sino para tratar de entenderlo més a él; porque después de todo, si el oso es nuestro hermano, mas lo es el hom- bre blanco. Preguntamos esto porque creemos que 1, por ser “civilizado”, tal vez.conozca una forma de ponerle precio a su madre y venderla sin caer en la vergiienza en que caerifa un primitivo porque la tierra que pisamos no es s6lo tierra, es polvo de nuestros antepasados. Por eso caminamos descalzos, para es- tar en contacto con ellos EI riowa no ha querido entender que si nos desliga- mos de nuestra madre tierra, el tiempo, donde quiera que se encuentre, se marcharfa junto con ella (el es- iritu de nuestros ancestros, nuestro presente, nues- ‘ro futuro). Todo ser vive hasta que cumple la por- cidn de tiempo que Sira le ha encomendado... ya no habrfa tiempo, ya no habria vida, dejarfamos de exis- tir, EL bosque es el cordén umbilical que nos une a la existencia; hemos sobrevivido gracias a él y él ha sobrevivido gracias a nuestro respeto. Nuestra sepa- raci6n traerfa un vacfo que tragarfa a todo menos all desierto El futuro del hombre blanco se enturbia con cada gota de aceite que él mismo vierte en Ta transparen- cia de nuestros rfos. Su destino se hace més letal con ada gota de pesticida que deposita en ellos. Nues- tos rfos no son solamente rfos; a través de ellos nos comunicamos con nuestras deidades, ellos son men- sajeros y los mensajes fluyen en ambas direcciones. Si se ensucian o se mueren ya no sabremos qué quie- ren los dioses, los dioses no escucharfan nuestros Ila- mados ni nuestras gratitudes y entonces provocarfa- mos su ira. ; Los rfos en toda la tierra ya estén muy bbravos con los riowa! Los jefes blancos les dicen a sus gentes que nuestro pueblo indio es salvaje; nos presentan como sus ene- migos y como enemigos de un riowa mayor al que ellos han Iamado progreso y ante quien los otros, riowa y todos los pueblos del mundo tenemos que arrodillamos. Nosotros preguntamos, {Qué es ms importante, la méquina 0 el hombre que inventa la méquina? Pero lo que sf sabemos es que todo aquel que atente contra la madre atenta contra los hijos, quien agrede a Ja madre tierra nos agrede a todos, a los que vivi- mos hoy y a los que luego vendrén. Para el indio la tierra es madre, para el blanco es ene- miga; para nosotros sus criaturas son nuestras her~ manas, para ellos son slo mercanefa. El riowa sien- te placer con la muerte; deja en los campos y en sus ciudades tantos hombres tendidos como Arboles ta- Jados en la selva. Nosotros nunca hemos cometido la insolencia de violar iglesias y templos del riowa pero ellos si han venido a profanar nuestras tierras. En- tonces nosoiros preguntamos, {Quin es salvaje? El hombre blanco le ha declarado la guerra a todo menos a su pobreza interior. Le ha declarado la gue- rra al tiempo y hasta se la ha declarado a sf mismo. Como dijera otro hermano indio de un pueblo lejano hace muchos aiios: “el hombre blanco cabalga sobre el progreso hacia su propia destruccién”. No conten- tocon declararle la guerra a la vida, se la ha declara- do también a la muerte. Los U“Wa hemos cuidado del mundo material y espiritual desde siempre; por eso entendemos esto. El riowa ha enviado pajaros gigantes a la luna; a él le decimos que la ame y la cuide, que no puede ir pore} universo haciéndole a cada astro lo que le hicieron a cada rbol del bosque acé en la tierra y_a sus hijos les preguntamos: {Quién hizo el metal con que se construy6 cada pluma que cubrié al gran pajaro? {Quién hizo el combustible con que se aliments? {.Quién hizo al mismo hombre que dirige y fabrica al péjaro? ... el riowa no debe engafiar ni mentir a sus hijos; debe ensefiar que atin para construir un mundo artificial el hombre necesita de la madre tierra... por eso hay que amarla y cuidarla... EI riowa insistird en que vendamos la tierra y nos dird: {Qué le importa la vergiienza a un salvaje que 218 ‘mantiene su cara escondida entre el espesor de la sel- vva, las sombras de las montafias y el velo de la nic- bla?... entonces una vez. més trataremos de hacerle entender que si eso sucediera no sélo la vergtienza cembargaria al UWA: la danta, el pajuil, la tijereta, el Jaguar, a zorra, la zarigileya, el mata, la coca, el yopo, Ta nuezkara y todos nuestros hermanos animales y nuestras hermanas plantas, quienes desde siempre han servido de compafifa y alimento a nuestro pueblo, moritfan de kigra (tristeza) pues en nuestra gran fa- mili no se conoce lo que el riowa llama traicién y la tierra lloraria tanto que del Gltimo pico del rubracha (nevado del Cocuy) bajaria abara, la deidad que cus- todia las aguas malignas; abara guiarfa las Iigrimas de la tierra y se uniria con cuiya , el duefto y sefior de Ia tierra y de su cépula surgiria desde la oscuridad del mundo de abajo iyara: Iyara es terremoto, cule- bray dolor y entonces iyara como una gigantesca serpiente de lodo, producto de la c6pula de la deidad, buscarfa los valles y a su paso se tragarfa por igual a indios y a blancos, a hierros y drboles, a malocas y a campamentos, arrastrarfa por igual la pava del U’Wa y el caballo de riowa. Para entonces ya la tristeza hhabria marchitado el espfritu del ultimo U’WA gue quedara sobre la tierra. Cuando eso suceda, el go- biemo quedard solo para que pelee con el mundo de Ia oscuridad y de los temblores... ya no habré quien cante para mantener en equilibrio del mundo de arti- ba y del mundo de abajo que es el mismo equilibrio del universo.. El hombre sigue buscando a ruira (el petréleo) y en cada explosién que recorre a selva ofmos la mons- truosa pisada de la muerte que nos persigue a través de las montat j Este es nuestro testamento! Al ritmo que marcha el mundo habré un dfa en que tun hombre reemplace las montafias del céndor por ‘montaiias de dinero; para ese entonces, ese hombre ya no tendré a quien comprarle nada, y si lo hubiera, ese alguien no tendrfa nada que venderle. Cuando Hlegue ese dia, ya sera demasiado tarde para que el hombre medite sobre su locura.. Todas sus ofertas econdmicas sobre lo que es sagra- do para nosotros, como la tierra o su sangre, son un insulto pars nuestros ofdos y un sobomo para nues- tras creencias, [Este mundo no lo creé el riowa ni ningiin gobierno suyo; por eso hay que respetar! El universo es de Sira y tinicamente los U’WA lo admi- nistramos. Somos tan sélo una cuerda del redondo Energio y medio ombiente tejido de la irokua (mochila), pero el tejedor es El. Por eso Jos U-WA no podemos ceder, maltratar, ni vender la tierra ni su sangre, ni tampoco sus criaturas, porque éstos son los principios del tejido. Pero el blan- 0 se cree el duefio, explota y esclaviza asu manera, Eso no esti bien: rompe el equilibrio, rompe irokua Si no podemos venderles lo que no nos pertenece, no se aduefien entonces de lo que no pueden comprar. De nuestra parte no habré traicién para con nuestra ‘madre tierra, ni para con sus hijos que son nuestros hermanos; tampoco traicionaremos el orgullo de rhuestros antepasados porque nuestro territorio es sa grado y todas las cosas dentro de él son sagradas. Pero si nuestro pensamiento cambiara, las cosas no volverfan a ser igual. Para nosotros es prohibido matar acuchillo, machete, bala; nuestras armas son el pen- samiento, la palabra; nuestro poder es la sabiduria. Antes que ver a nuestros sagrados mayores profana- dos (la tierra el petréleo, y otros) preferimos nuestra propia muerte, el suicidio colectivo det pueblo UWA. Si en la lucha por lo nuestro hemos de dar un gltimo paso, seré ese; si para defender la vida debemos dar Ja nuestra, Jo haremos. Algunos jefes blancos han horrorizado ante su pue- blo nuestra decisién de suicidio colectivo como tilti- mo recurso para defender nuestra madre tierra. Una vez mas nos presentan como salvajes, pero ellos bus- can confundir, buscan desacreditar. A todo su pue- blo le decimos: e] UWA se suicida por la vida; el blanco se suicida por monedas. ;Quién es salvaje? La humillacién del blanco para con el indio no tiene Iimites; no s6lo no nos permite vivir sino que nos dice cémo debemos morir... no nos dejaron elegir sobre la Vida... legimos entonces sobre nuestra muer- te. Durante més de cinco siglos cedimos ante el hombre blanco, ante su codicia y sus enfermedades, como la rivera cede en tiempo de verano, como el dfa cede a a noche... el riowa nos ha condenado a vivir como extrafios en nuestra propia tierra, Nos tiene acorrala- dos en tierras escarpadas muy cerca de las peiias sa- gradas de donde nuestro cacique Gticanito y su tribu saltaron para salvar el honor y la dignidad de nuestro pueblo ante el feroz avance del espaitol y del misio- nero. ‘Antes a la codicia y a la ingnominia le daban el nom- bre de acciones evangelizadoras 0 civilizadoras, ahora Je llaman progreso, fantasma que nadie ve y que se ha dedicado a aterrorizar a la humanidad... Antes, el oscuro camino de saqueos, genocidios e injusticias contra nuestro pueblo era alumbrado con el cirial en nombre de Dios y de su Majestad, hoy es alumbrado con el petréleo en nombre del progreso y de la ma- yor de las majestades entre la mayorfa de los no indf- genas... el dinero. Antes el oro era amarillo, ahora es negro; pero el co- Jor de la sangre que se paga por él sigue siendo roja, sigue siendo india. Los UWA vamos a andar todos como los Siéntaros, por un mismo camino. Entre no- sotros pueblo y autoridades sf somos una misma fa- mila... si ha llegado el momento de que nuestro pue- blo parta de la tierra lo hard con dignidad!... Lo tinico que nos une con nuestros hermanos blan- cos es venir del mismo padre (Sira) y de la misma madre (raira) y ser amamantados por el mismo pe- 26n (la tierra). Compartimos el mismo mundo fisico ero nuestros sentimiento hacia él es distinto, La ti aes una flor. El U-Wa se acerca a ella para alimen- tarse con el mismo cuidado del colibri, mientras que para el hombre blanco es la flor que el Bdiguiro (cer- do montés) pisoteaen su camino. El camino delriowa ha sido el dinero; es su medio, es su fin, es su idioma, ha enfermado el corazén de nuestro hermano blanco y su enfermedad lo ha llevado a levantar fabricas igual (que armas, a derramar venenos igual que sangre; su enfermedad ha llegado al agua, al aire y a nuestras, selvas. Quiaa una vez mis el hombre blanco viole ls leyes de Sira, las de la tierra y ain sus propias leyes, pero Jo que sf no pod evadir jamas es la vergiienza que sus hijos sientan por los padres que marchitaron el planeta, baron la tierra del indio y lo levaron a st extincién porque al final de la fra, dolo- sg rosa y triste noche, aciaga para el planeta y para el indio y Ia que parecfa tan peren- ne como la yerba, el error del hombre ser £= tal queni sus propioshijos estan dispues- tosa seguirsus pasos y serd gracias alos, a estos nuevos hijos de la terra, que em- pezarila vida... porque no hay verano eter- ‘no, ni especie que pueda imponerse por sobre la vida misma El hombre de mala intencién tarde 0 tem- prano tendré que beber del veneno de su Biggss= i 219 propia hiel, porque no se puede cortar el érbol sin que mueran también las hojas y el paso de la vida. Nadie puede arrojar piedras sin romper la quietud y el equilibrio del agua. Por eso, cuando nuestros sitios, sagrados sean invadidos con el olor del hombre blan- co ya estar cerca el fin, no s6lo del U-WA sino tam- bién el del riowa. Cuando é1 haya exterminado la Ultima tribu del planeta, antes de empezar a contar sus genocidios, le sera més fécil empezar a contar sus titimos dias. Cuando estos tiempos se avecinen, los vientres de sus hijos no conocerdin el sosiego. cuando Ilegue el tiempo en que los indios se queden sin tierra también los Arboles se quedaréin sin hojas, entonces la humanidad se preguntaré ;Por qué? ... y s6lo muy pocos comprenderén que todo es princi- pio, porque en Ta vida no hay nada suelto, nada que no esté atado a las leyes de la existencia.. la serpien- te tendré que morder su propia cola para asf cerrar su lo de destruccién y muerte... porque todo esté en- trelazado como el sendero enramado del mono. Quiza los UWA podamos seguir nuestro camino, entonces, asf como las aves hacen sus largos viajes sin nada a cuestas. Nosotros seguiremos el nuestro sin guardar el més pequefio rencor contra el. riowa porque es nuestro hermano; seguiremos cantando para sostener el equilibrio del corazén de los UWA. Hay preocupaci6n por los hijos del hombre blanco tanto como por el de los nuestros, porque sabemos que ‘cuando los timos indios y las tltimas selvas estén cayendo, el destino de sus hijos y el de los nuestros serd uno solo, Si los UWA podemos seguir nuestro camino no re- tendremos las aves que nacen y anidan en nuestro territorio; ellas podrn visitar a su hermano blanco si asi lo quieren. Tampoco retendremos el aire que nace cen nuestras montafias, 61 podré seguir tonificando la alegria de los nifios blancos y nuestros rios deberdin partir de nuestras tierras tan limpios como Iegaron. Entonces la pureza de los rfos le hablaré a Jos hom- bres del mundo de abajo de la pureza de nuestro per- don. Cada vez. que se extingue una especie, el hombre se acerca a su propia extincién. Cada vez. que se extin- gue un pueblo indigena no es tan sélo una tribu quien se extingue, es un miembro més de la gran familia hhumana quien ha partido para siempre; es un viaje sin retomo. Cada especie extinguida es una grave herida para la vida. El hombre reducira la vida y en- tonces empezard In sobrevivencia... quizé antes la codicia se apiade de él y le permita ver la maravilla de un mundo y ta grandeza de un universo que se extienden més alld del didmetro de una moneda Cubaré (Boyacd) La experiencia del pueblo Embera frente al megaproyecto hidroeléctrico Urra | Nos encontramos nuevamente +{ hoy, como hace tres afios y medio, 2{ movilizados por lo mismo, pero * con una diferencia: antes no sabia- {Mos qué se nos venfa; ahora . En ese tiempo vefamos toneladas de promesas, vefamos pescado, vefamos seftas de solidaridad porque quienes nos apoyaban no sabfan que nos fbamos a quedar solos, vefamos el interés desmedido por los indfgenas y por el Alto Simi. Veta- ‘mos muchos y muy sonados estudios que decfan que todo estaba previsto y que no existirian problemas. En esa época no vefamos un rio desviado y a nuestro pueblo con hambre, no vefamos un muro construido con actitud soberbia y amenazante , no vefamos la inminente inundacién de nuestras mejores tierras. ‘Tampoco vefamos todo lo incierto de nuestro futuro. Ofamos muchas cosas: etnoeducacién, etno- desarrollo, mitigacién de impactos, continuidad, com- promiso, cumplimiento, transparencia, participacién, respeto a la cultura y a la autonomtfa de los indige- nas, amigos, socios, defensa de los recursos natura- les, eteétera (eteéteras como suele decit Lucindo Domic6). En estos tres afios y medio muchas cosas han pasado. En.ese momento, nos sentiamos respaldados por Urra {y por las entidades estatales que nos manifestaron su. colaboracién y apoyo. Iniciamos entonees la buisque- da de un mejor mafiana para nuestras generaciones, apostandéle a un mejor futuro, Empezamos en el afio de 1995 el saneamiento de ‘nuestro territorio con criterios muy claros de igual- dad y justicia, respetando la condicién de los campe- sinos colonos. El INCORA, entidad competente en esto, en gran medida cumpli6. Hoy en dfa, las casi 7.000 hectéreas saneadas cumplen con una impor- tante funci6n social y ecol6gica. 221 EI Alto Sind, la més importante selva del Caribe co- Jombiano, venta siendo herido de muerte. En nuestro propio territorio ocurrfa la mds grave explotacién de madera. Esto no s6lo_arrastraba los suelos al rfo y hacfa desaparecer formas de vida animal y vegetal, sino que trafa miseria y hambre a todos los poblado- res del Alto Sint, Amenazé seriamente la cultura Embera y nos sacé de una economia tradicional, que sin ser la ms desarrollada nos proporcionaba comi- da suficiente. Tniciamos entonces la defensa de los recursos natu- rales de la selva donde se fabrica el agua de Cérdo- ba, pensando en todos nosotros y en nuestras genera- ciones futuras. Se solicité apoyo que nunca recibi- mos. Sufrimos el sefialamiento y los malos tratos hacia el pueblo indigena y hacia los que valiente- ‘mente nos acompafiaron. La suspensién del corte de la madera signified un enorme costo para el pueblo Embera. Esto no fue valorado y mas bien fue apro- vechado para crear la chispa del desacuerdo, Tmpulsamos también el rescate y el fortalecimiento de nuestra identidad cultural. Nos enorgullece sen- timos y sabernos Indios. Lo que queremos es que nos dejen seguir siendo indios, con nuestra lengua, con nuestras costumbres y en nuestro tertitorio, y que se respeten nuestras autoridades. Nuestro gobierno asumié los intensos y complica- dos procesos que se nos presentaron en este recott do, El 23 de Octubre de 1996, cuando nuestras auto- ridades exigieron el respeto a nuestros derechos y el cumplimiento de los miiltiples y violados acuerdos, se teji6 sobre el pueblo Embera el més publicitado conflicto interno, gestado en el desacuerdo por la suspensién de la madera y en la solicitud que como “socio” le hicimos a Urra para que permitiera la par- ticipacién de los indfgenas en Ios ingresos obtenidos por la generacién de energfa. ;Por qué tan fuerte y enconada reaccién a una simple solicitud? ;Acaso no estamos en un pais libre y participativo? Desde ese momento, tanto nuestras aspiraciones y reclamos como nuestras autoridades fueron conside- radas ilegitimas y nos convertimos en los enemigos del desarrollo y del progreso de Cérdoba. Fuimos sefialados como los que no quieren trabajar y hacer nada pero que sf quieren, en cambio, recibir costalados de plata, Y ante esta “Indiamenta” dividida, el Alcal- de Tierralta, presumiendo de sabiduria saloménica, acomoda gobiemnos y fractura el territorio, Le tenemos estas preguntas al mundo Blanco, a uste- des hermanos Kapunfa: {No estamos acaso en el mas polarizado y enemistado de los pafses del hemisfe- rio? {Cudntos muertos leva este intolerante pais? Cuntos colombianos se matriculan en abierta bron- ca contra uno u otro candidato presentes en el pais? Nos entristece entonces escuchara menudo que existe una seria y delicada divisién del pueblo Embera, pre- gonada a los cuatro vientos y utilizada como argu- mento por Unré para eludir los compromisos con el pueblo indigena, Si fuera tan grave esta situacién, no podria decirles a ustedes que nosotros los Embera hablamos, nos ref- mos e intercambiamos en medio de este “fuerte” con- flicto. No ha habido un s6lo rasguiio, para que Se n0s ponga en un campo de batalla, Respeto por favor. A causa de nuestras exigencias, nos convertimos en Jos enemigos de Urré y muchas instituciones se le unieron, Esa interpretaciGn amaiiada e irrespetuosa es un atropello a nuestro mundo. ;‘Tiene precio nues- tra lengua, que nos vivifica y orienta? ;Tiene precio nuestra tierra sagrada, madre de nuestros ancestros y madre de nuestras generaciones? ;Tienen precio nues- tros viejos y nuestros nifios? ¢Tiene precio la digni- dad de la gente? No. Como tampoco se ha entendido nuestro propésito de seguir siendo Indios, de mori en tierra no profanada, de percibir nuestro mundo de Jai y de asegurar que haya una vida digna y justa para que nuestro pueblo sobreviva, Con el conflicto interno todo el mundo entré a opi- nar, a decidir y a imponer sobre nuestras cosas. So- braron opiniones y desaciertos. ;Por qué no pasé lo mismo cuando se murieron recientemente 4 pesso- nas por gastroenteritis 0 célera, al. dispararse 1a ddesnutricién por falta de pescado y por ende de pro- tefnas? ,Cémo hay ninguna accién que mitigue los, impactos de la desviacién del Rio? Y ,Cémo se re- 222 curre a la misma estrategia de hace 500 afios: reducir y adoctrinar? Hoy, res afios y medio después, el pueblo Embera se encuentra solo, luchando por la autonomfa, nuestros derechos, nuestra cultura y la defensa de nuestro te- rritorio. No creemos en la transparencia de Unrd. ,Acaso es transparente realizar grabaciones no autorizadas con preguntas insinuantes y conducentes por funciona- rios del Ministerio de Minas y una contratista de Urré delegada para ese fin? ‘Tampoco es transparente grabar las reuniones a las «que se citaba a informar y terminaban en consultas y concertaciones. Noes posible pensar en un etnodesarrollo cuando no se nos propicia la autonomia, los proyectos se en- ccuentran totalmente suspendidos, se suspende la pro- duccién de proteina, se dice que hay proyectos de piscicultura en zona indfgena y nos encontramos con 16 estanques sin agua y sin peces. &Y donde esté el mencionado proceso de etno- educacién? {Por qué se ha retrocedido en salud lo que se logré avanzar en tres afios? Esta es la conti- nuidad que en ese entonces se nos pregonaba. Frente a lo del pescado mucho se ha dicho y poco o nada se ha hecho. Se hicieron los huecos y no fue mucho Io que se aleanz6 a hacer. F1 informe de una primera fase que se ejecut6 dice que no se mitigé la problemitica. No esta claro Jo del traslado de peces. Miremos también c6mo se han adelantado tas ges- tiones de mejoras y de concertacién con nuestro pte blo, Para las mejoras se avaluaron tablas obsoletas y se buscé presionar a las familias, de manera indivi- dual, para que aceptaran esto. ;Son acaso suficientes 700,000 pesos para compensar la hectérea de banano © boleja que alimentaron a tres generaciones y pue~ den alimentar a otras més a través de un manteni- miento minimo? Los tambos son nuestras viviendas; no unos ranchos ordinatios que no valen nada como Jo demuestran los avalos. Igualmente nos entristece Ja manera en que se especula con nuestro tertitorio y ‘c6mo no se tiene en cuenta nuestra cultura a la hora de un aval. No queremos que nos pase como a los, Embera que estaban por fuera del Resguardo, a los que se les trat6 como colons, llegando a renegar de su condicién indigena ante el dinero. Rechazamos e comentario de que en Rio Verde hicimos 20 tambos para cobrar mas mejoras como lo manifiesta en pti- blico una contratista de Ura y que ademés cobréba- ‘mos por adjudicar tierras en el recién saneado res- guardo de Iwagad6. Estas cosas que presentamos a ustedes constituyen una raz6n para que saquemos a relucir nuestra mali- cia indigena, para que pensemos en nuestro futuro, teniendo como base algunas cosas que nos han pasa- do en solo tres afios y medio, ahora que se busca la ampliacién de la licencia ambiental a Urré. ;Qué po- dremos entonces contar dentro de 25 aiios? Para finalizar queremos dejar muy claro varios pun- tos: 1. Esto no es una pelea de indios por plata; es el compromiso con muchas mujeres y hom- bres que viven y dependen del rio y su cuen- ca. Ellos también quieren el mejor futuro para sus hijos. Cuando decimos que vamos a cui- dar el ro, los suelos y los bosques pensamos también en el bienestar del pueblo de Cérdo- ba, Pensamos en los campesinos y pescado- res que habitan en (oda ta cuenca del Rio,en Jos colonos del Rio Manso y Verde, y en los pescadores del Bajo Sind y en los Zenués. De no tenerlos en cuenta, entrarfamos en deuda con ellos. 2. Establecimos una accién de tutela contra Urrdy la alcaldia para exigit la proteccién de nuestros derechos y cl respeto a nuestras ele- gidas autoridades del Rio Sind y Rio Verde, Emiliano Domicé y Narifto de Jestis Domi ©6sespectivamente, y el cumplimiento de los ‘compromisos por la utilizaciGn de nuestro te- ritorio, Esta es la hora que no existe claridad sobre las tierras que se inundardn, sobre la biomasa descompuesta y sobre la mitigacion de futuros impactos, mas avin cuando no estén mitigados los impactos ya causados. 3. Estamos dispuestos a conversar y a concer- tar con Urré pero las comunidades de Rio ‘Verde, Sinti y Beguid6 no adelantaremos has- ta que no existan claras y plenas garantias con nuestro pueblo, nuestro territorio y nuestra autonomia, pues estamos en muy desiguales condiciones. Hacemos un llamado a que no se prosiga con una consulta acompatiada de cevangelizacién. Energia y medio ambiente 4. Quién asegura la solucién a las crisis que Se nos vienen? Urri se va o se transforma y todo pasa, pero los indfgenas seguimos en ‘nuestro territorio. Somos gente de rfo, de mon- tafia y no gente de lago y de turismo. 5. Nos enteramos que habrén estudios, ordenamientos y mds cosas. Eso es bueno si le sirve al hombre. Los estudios deben ayudar a mejorar las condiciones de vida y para esto deben realizarse con la gente, teniendo en cuenta sus necesidades y aspiraciones, y no para cumplir requisitos. El estudio hombre-rio debe hacerse de manera objetiva y no por quie- nes, como la Universidad de Cérdoba, hayan conducido a resultados erréneos como pasé con lo del pescado. Hoy ustedes, sefiores asistentes, y en especial seiio- res del Ministerio del Medio Ambiente, tienen un ‘compromiso no sélo con el pueblo Embera sino tam- bién con todos los habitantes de la cuenca. Espera- ‘mos que en los préximos afios podamos contar otra situacién, 223 La gestion ambiental de Ecocarbén Antecedentes Rae explotacién de carbén se inicié en é el pais, de manera significativa, a co- mienzos del presente siglo con la § vapor. La produccién alcanzaba en ese entonces unas 250,000 toneladas anuales que eran consumidas por la pequefia red ferroviaria de 550 Km. las fébricas de cemento, las fabricas de textiles, los hhomos de sal y de ladrillos, y los hogares. Hasta la mitad de la década de los 50 con la creacién de Ja industria sidentngica de Paz del Rio y la instala- cién de las termoeléctrica de Paipa, Zipaquiré y ‘Yumbo, no se habfa producido un incremento signi ficativo en la produccién nacional de carbon, En 1956, Ja extraccién del carbén alcanz6 los 2 millones de toneladas y en 1962, lleg6 a 3 milllones. A comien- 208 de los aitos 70, el carbén constitufa el 16% de los requerimientos energéticos del pafs, representado en generacién termoeléctrica, consumo en plantas in: dustriales y combustible doméstico. La creacién de Carbocol en 1976, y su participacién como socio en el Proyecto de El Cerrején zona Nor- te, impuls6 la politica de exportacién del carbén y constituyé para el pafs un hecho importante que ori- giné un cambio tecnolégico en los sistemas de ex- plotacién minera, con el consecuente crecimiento de Ja participacién en el mercado intemacional del car- én, lo que le permiti6 pasar de 960 mil toneladas en 1984 a 27.5 millones de toneladas en 1997 Las reservas carboniferas colombianas se ubican en el interior del pais en las tres grandes cordilleras: Oriental, Central y en la Costa Atlantica. Los recur- sos y las reservas de carbén medidas son del orden de 6,600 millones de toneladas (Mt), mientras que las reservas indicadas son de 2600 Mt. La mayor cantidad del carbén colombiano es del tipo térmico; es decir, el que se utiliza para producir ca- 225 lor, vapor o generar energia; aunque también existen yyacimitentos de carbones coquizables que se desti- nan a muchos usos industriales entre los que se des- taca el renglén de la siderurgia. El desarrollo del subsector carbonffero, al igual que el de la gran mayorfa de los sectores econémicos del pais y del mundo, se ha realizado a expensas de unos significativos costos ambientales, generando un de~ terioro socioambiental acumulado en el entorno don- de su ubican las actividades de las diferentes etapas de la cadena industrial y, con ello, una mala imagen para el recurso carbonifero. Es innegable el gran reto ambiental que enfrenta el subsector carbonifero, dada su complejidad y la im- portancia que tiene en el contexto nacional e interna- cional, Para ilustrar dicha complejidad e importancia basta enunciar, entre otras, las siguientes caracteris- ticas del subsector: Es un recurso energético abundante y barato. Esté estrechamente relacionado con los secto- res eléctrico, industrial y de infraestructura de transporte y embarque. La heterogeneidad de los agentes de la oferta y Ja demanda del recurso implican estudios y acuerdos comerciales particulares. Es un energético de exportacién que compite en el mercado intemacional. Esté asociado con aspectos ambientales inter- nacionales, especialmente los relacionados con el cambio climatico Es un renglén importante de la economia na- ional y un tipico promotor de desarrollo re- gional y nacional, en muchos casos atractivo para la inversion extranjera. La problemética ambiental del sector carbonifero tie- ne pues su propia complejidad, en atencidn a la gran diversidad de Factores teconol6gicos, ecolégicos, so- ciales y econémicos, inherentes al desarrollo de los proyectos, pero también porque son numerosas y di- versas las operaciones y procesos que conforman el ciclo industrial del mineral. Esta problemética se ma- nifiesta, principalmente, en la ocurrencia de situa- ciones de contaminacién de las aguas y del aire, el deterioro del paisaje, la intervencién de los suelos y la afectacin de comunidades; todo ello més acen- tuado en unas regiones que en otras, en virtud de la capacidad de asimilacién de los impactos o del gra- do de deterioro de los ecosistemas y de las estructu- ras socioecondmicas que sirven de soporte a los mis- mos. Politica ambiental para el subsector carbonifero En respuesta a la magnitud y naturaleza de los cita- dos problemas, la Empresa Colombiana de Carbén Lida (Ecocarb6n) como entidad encargada, entre otras, funciones, de la planificacién y racionalizacién de la explotacién y uso del carbén, y enmarcada en los, Jineamientos generales de la politica nacional am- biental y del Ministerio del Medio Ambiente, creado en 1993, ha venido liderando un proceso de gestién ambiental cuya piedra angular la con promulgacién de la politica ambiental del s carbonifero y, posteriormente, la articulacién con las autoridades ambientales y la convocatoria alos agen- tes econdmicos del sector (productores, lizadores y consumidores) para suscribir el convenio de concertacién orientado hacia la adopeién de un esquemna de produccién limpia, la aplicacién de los postulados de la politica y el cumplimiento de com- promisos institucionales y sectoriales concretos. Siguiendo el nuevo modelo de desarrollo sostenible adoptado por el Gobiemo Nacional y reconociendo que el tema del medio ambiente debe ocupar un Tu- 226 gar de importancia en la formulacién de las politicas sectoriales, Ecocarbén, utilizando el mecanismo de concertacién con las autoridades ambientales y el sector privado, elabord en 1994 el documento de po- litica ambiental para el subsector carbonifero, la cual ha sido promulgada ampliamente desde ese enton- ces y constituye el marco de todos los programas y proyectos realizados a la fecha, Dicha politica puede resumirse en cinco principios basicos de actuacién: Remediacién: consiste en promover solucio- nes a los problemas ambientales existentes Informacién: para mejorar el conocimiento de la problemética ambiental y sus soluciones Prevencién: con el objeto de optimizar ambientalmente los futuros desarrollos de la industria carbonffera Concientizaci6n: necesaria para generar ma- yor conciencia ambiental y cambio de acti- ud. Concertacién: para consolidar un trabajo inte- gral en materia ambiental con los sectores aso- ciados, especialmente con autoridades ambien- tales. Es claro que si la misién principal de Ecocarbén es administrar el recurso carbonifero y promover el de- sarrollo de la minerfa y de su industria asociada en el logro exitoso de esta tarea, ha dado un tratamiento serio y permanente a la variable ambiental, iniciando Ja transformacién de una de las mayores restriccio- nes actuales para el crecimiento del subsector hacia una importante potencialidad indispensable en el de- sarrollo sostenible de la industria del carbén. Ecocarbén, como entidad administradora del recur- so, tiene un compromiso importante en materia am- biental pues el subsector carbonifero no es ajeno a los problemas de deterioro ambiental actual, a la fal- ta de conciencia y capacidad de gestién, y a la inexistencia de un adecuado marco legal y normati- vo. Por tanto, Ecocarbén ha realizado un esfuerzo de considerable magnitud y continuaré haciéndolo, mientras el manejo de la variable ambiental es asu- ido por los propios actores y se generan las condi ciones necesarias sobre conocimiento, conciencia, normatividad, recursos, ete. El objetivo superior de la mencionada politica am- biental para el subsector carbonifero es contribuir al __Energia y medio ambiente establecimiento de las condiciones generales nece- sarias para lograr el desarrollo sostenible del subsector, internalizando la variable ambiental en la ejecucién de los proyectos y creando una nueva cul- ‘ura entre los empresarios carboniferos, con miras a ‘minimizar los efectos negativos y maximizar los be- neficios generados en virtud del desarrollo de la in- dustria del carbén, El resultado esperado con el disefio, puesta en mar- cha y evaluacién de la politica ambiental para el subsector en el mediano y largo plazo es tener, en un horizonte no mayor a 10 afios, un subsector con pro- esos operativos arménicos con su entomno social y natural, un marco regulatorio adecuado, una concien- imbiental arraigada, una buena informacién am- biental y una adecuada capacidad de gestién. Todo ello se reflejard en el mejoramiento de la imagen am- biental del recurso carbonifero como consecuencia de contar con una industria sostenible. Los objetivos especificos que se derivan de lo ante- rior, pueden resumirse de la siguiente manera: Mejorar la imagen ambiental del recurso carbonifero: el deterioro de la imagen del car- bn es uno de los principales factores que li- mita y restringe el desarrollo integral del mis- mo. Esta situaci6n es producto de los inade- ‘cuados manejos técnicos, ambientales y eco- némicos realizados en las diferentes activida- des del subsector y es, sin duda, el reflejo de Ja falta de conciencia ambiental que ha existi- do entre los actores involuerados. + Reducir la contaminacién y el deterioro am- biental: 1a puesta en marcha de acciones de politica ambiental, que conduzcan a mejorar €l nivel de conocimiento de la problematica y aidentificar las soluciones, generaré en el me- iano y largo plazo una mejora en los indices de calidad ambiental (social y natural) asocia- dos a la industria del carbén, Este objetivo podré ser verifiable en buena parte, si se cuen- tacon sistemas de informacién ambiental pre- cisos y confiables que puedan usarse para com- parar los niveles de contaminacién, los valo- res de las cargas contaminantes, los benefi cios sociales regionales y el crecimiento socio- econémico de los proyectos o a nivel regional en diferentes periodos de tiempo. v Mejorar el nivel tecnol6gico del subsector: el proceso de legalizacién de la pequefta mine- ria, laexistencia de reglamentaciones y norma- tividad ajustada a la realidad del subsector carbonifero, y la generacién de herramientas técnicas que orienten las actividades de los agentes privados facilitan el camino para po- der tener un subsector con adecuados niveles de tecnologia en sus procesos productivos. Esto implica la necesidad de trabajar en la ge- neracién de una legislacién aplicable, en la de- finicién de gufas y manuales ambientales, y en la identificacién de prioridades de investi- gaciGn y desarrollo tecnolégico, entre otros. Generar conciencia ambiental: en buena me- dida, este objetivo especifico puede conside- rarse como uno de as ms importantes, si se piensa que la existencia de un alto nivel de compromiso frente a la aplicacién de politi- cas y normas ambientales, y al criterio de sos- tenibilidad viabiliza muchas de las acciones encaminadas a solucionar los problemas de imagen y deterioro ambiental mencionados anterionmente. Se trata de generar un cambio de actitud, por parte del subsector y de la opi- nién piblica en general, hacia una nueva con- cepcién y posibilidad de desarrollo de las di- ferentes actividades carboniferas y su armo- nfa con el entomo natural y social. Este obje- tivo especifico es tal vez. él que requiere ma- ‘yores recursos humanos, técnicos y econémi- cos, y mayores plazos para su cumplimiento. Desarrollar un trabajo concertado y parti- Cipativo: este objetivo especifico se refiere a la necesidad que tiene Ecocarbén de trabajar en forma concertada, tanto con las autorida- des ambientales como con los actores priva- dos y otros sectores afines. Una discusiGn part- cipativa sobre la planificacién del subsector, la identificacién y evaluacién de nuevos pro- yyectos, la normatividad ambiental, ec. redun-

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