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Luchino Visconti
Primer estado: una versin alemana de dos horas diez (una verdadera
masacre por lo que dicen). Segundo estado: una versin inglesa de tres horas
(sta es la que se estren en Francia para salir del paso: ya pasaron diez aos).
Tercer estado: una versin italiana de cuatro horas cinco minutos (se estrena hoy).
Viscontianos, un esfuerzo ms si queris dar la vuelta a este Ludwig en todos sus
estados que cambia de idioma, de piel y de duracin sin dejar nunca de ser
vuestro monumento preferido! La versin larga, "obra piadosa" debida a Ruggiero
Mastroianni (el ms clebre montajista italiano) y a Suso Cecchi d'Amico (uno de
los ms clebres guionistas italianos), es sin duda ms "fiel al original". Slo que la
idea de un original aplicada a un film ya de por s tan original (para decirlo sin
vueltas: un monstruo), digamos que no tiene mucho sentido. En su
verdaderamente mala hagiobiografia de Visconti, Monica Stirling hace alusin a
una media docena de escenas que el autor de Senso se vio obligado a cortar.
Abarcaban una representacin "privada" del Tristn, la muerte de Wagner, la
reaccin de Elisabeth "Sissi" de Austria ante la noticia de la muerte de su primo:
"Lo mataron! Traidores! Asesinos!", gritaba.
Nada impide imaginar todos los cuadros intercalados que Visconti habra
muy bien podido agregar, sin perjudicarlo, a su prolfico fresco. Nada impide
sospechar la verdad: con Luis II de Baviera (1845-1886), el hombre-pintor-Visconti
(1906-1976) haba encontrado su tema ideal; el pintor-Visconti, su motivo
predilecto; el artista comprometido-Visconti, su hroe negativo preferido. Que
hubiera resultado de ello un cortometraje, un dptico, o un folletn de doce o de
setenta y dos horas, a fin de cuentas poco importaba, el efecto hubiera sido el
mismo. Este film es infinito, as como es infinita la paciencia de aquel que,
habindonos invitado, nos hace los honores del dueo de casa y nos gua en su
(gran) pequeo mundo. Visitaremos siempre a Ludwig por ensima vez. Al
comienzo, slo habamos visto los detalles de gala, para sorprender all una
consagracin filmada como si estuviramos en la cocina. Luego encontramos la
llave de la torre en que el dueo de casa guarda sus recuerdos de infancia. Tarde
o temprano, tropezaremos con recintos sellados, aposentos prohibidos, vapores
[6 de julio de 1983]