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Emociones musicales La miisica suscita emociones moduladas por diversos parametros, como el tempo o el modo, mayor o menor. El estudio de estos parémetros hace posible la identificacton de los efectos psicolégicos producid Sandrine Vielllard aseamnos sin rumbo por ls barios antiguos de la ciudad. FI tiem- po, primavera, hace amable la ‘caminata. De pronto, las soni dos de una Nauta dulee nos envuelven co la claridad de su timbre; una grata sense cidn se apodera de nosotros al pasar frente al misicoealleero, Fl eorazin nos late un poco mis fuerte y del euello arranca un Teve estremecimiento que Ia espalda, Le sonrefmos al misico, cu Yyos sones nos acompafian hasta la esquina e Ia calle. Bl sonido de Ia flauta ya es muy débil; aun asf, seguimos paladean- do Ia emocién sentida, A qué se debe due esas notas nos hayan sumergido en tan beatifco estado? Los neurobiélogos que cstudian las emociones gue la misica provoca estén empezandoa penetraren su potencia y en sus funciones. Tales emociones son fruto, 2 la vez, de la experiencia personal y de un pla cer universal. No sélo evocan recuerdos, sino que tienen, ademas, taduceién en ‘manifestaciones corporaies: quizés un estremecimiento o la alteracién del ritmo cardiaco, La emocién musical es un dide a ira, alegria, tristeza 0 sosiego Jogo, una connunicacién no verbal; en este caso, entre el paseante y el flautist, EL placer que suscita regula comportamicn- 1s afctivos (pensemos cuintas veces he- 38 sentido la necesidad de misica para elajarnos), la miisica influye en nuestra a, pesa sobre nuestras emo- ciones. Vamos a examinar agui de qué iodo pereiben los eyentes, sean misicos ‘individuos sin experiencia musical, unas rmismas emociones musicales (gozo, tis- teza, serenidad, eleéters) y en qué medi dda etd fundado tal juicio en pardmetros ‘musicales, como el tempo, que son per- cibidos incluso por nifios muy pequetios Veremos, por éltime, en qué medide las lesiones cerebrales que privan & los pa- cientes de sus capacidades musicales (que Jes vuelven incapaces de reconocer, por ejemplo, las tonadas infantiles) ayudan 9 Jas neurobidlogos a explicer Ia formacién de las emociones musicales. EI estudio experimental de Is eapa- cidad de evocaciéa emocional de la musica es reciente, Las emociones han permanecido largo tempo sin explorar por los estudiosos de la cognicién, pues stos eludian abordar los aspectos ira cionales del comportamiento humane, {Acaso no postulaba Descartes que, para Penetrar en los secretos de le razén, cra rnecesario excluit antes la pasion’? Este principio ha influido desde hace mucho en la forma de articular los conceptos de emocién y de cognicién: se presumia que la cognicidn se encargaba de la gestibn de los procesos conscientes de alto nivel, mientras que la emocidn correspondia a mecanismos incontrolables, regidos por el sistema nervioso central Se suponia, ademés, que la cognicién y las emociones eran independientes, Sabemos ahora, merced sobre todo a los trabajos del neurobidlogo Antonio Da- ‘asio, de la Universidad de Towa, que I cognicién y la emocisn se hallan intima mente vinculadas, ¥ que, por ejemplo, los aspectos cmotivos desempefian un papel determinante en los comportamientas 3 cionales de toma de decisiones. Las emociones musicales, zocalo de la cohesion social Quienes niegan valor af estudio de las cemociones musicales oponen a menudo aque la experiencia emocional sea espe- cifica de cada oyente y, dems, variable Maney cerebro 5/2008 de una audicion a otra, Sin embargo, a investigacién reciente revels que los jui- cios emocionales de distintos oyentes, ‘aunque fundados en su historia personal y en su peculiar sensbilidad estética, no ‘dependen s6lo de Factores individuales, En un estudio dirigido por Emmanuel Bigand y sus cal titulo de Investigacién y Coordinacién ‘Aciistica-Masica) de Paris, y del LEAD (Laboratorio de Estudio del Aprendiza- jey del Desarrollo) de Dijon, se le pre- sents @ un grupo integrade por misicos ¥ por individuos sin formacién musical ‘una coleccién de 27 extractos de misica clisica, Las piezas se habjan seleccio- nado con l fin de suscitar en los oyentes determinadas emociones bésicas, como la alegria, la tristeza, Ia ira 0 el sosi £0, asi como otros estados emocionales sutiles, que dificilmente podriamos clasifiar en la categoria de estas emo- cones de base. ichos extractos estaban asociados 4 peguetios iconos representados en la pantalla de un ordenador. Los oyentes tenian que escuchar los extractos y, a ccontinuaciéa, reagrupar los fragmenios dante los que experimentaban el mismo Meatey cerebro 18/2005, tipo de emocién. Esta tarce les incitaba 4 definir categorias emocionales sin re- ccuriral lengua y, por consiguiente, sin verse obligados a utilizar un léxico emo- ional que, como es sabido, varia de unos 4 otros oyentes en funcién de su destreza musical y de sus aptitudes verbales. Une vez realizada esta tarea de cate sgorizaciGn libre, se invit6 alos oyentes a Volver dos semanas mis tarde para efec- tuar un segundo test. Consistia éste en repetir exactamente la misma tarea eon Tos mismos fragmentos musicales que la primera ver, sin que estuvieran previa ‘mente informados. Este procedimiento de testy repeticién hha permitido demostrar que los juicios musicales de los ayentes, misicos y no Iisicos, son muy parecidos, y que los ‘grupamientos efeetuados en una y otra sesiones son casi idénticos, Tales resul- tados demuestran Ia estabilided dela per- cepeién de las emociones musicales, lo ‘mismo en el plano individual que entre distintos oyentes, En consecuencia, las respuestas emo- cionales ala misc son reproductibies de unos momentos a els en una misina per ‘entre individuos. Tales resultados 1. Las RESPUESTAS EMOCIONALES 1a misica son reproductibles de unos momentos a otros en una misma persona ¥ entre individuos. son coherentes con a idea de que las emo- ciones musicales aseguran una funcidn de coherencia social en una cultura dada, ‘Yloque es mis, la utlizacin del lenguaje podria ser la causa de las diferencias indi- Viduales observadas ‘Tras esta experiencia, E. Bigand y sus ccolegas se han aprestado a describ la or- {ganizaciénmental delasrepresentaciones ‘emocionales desencadenadas por lami sica y han puesto a prucba las principales dimensiones psicoldgicas en las que se fundan, El examen de las reagrupacio- nies emocionales ba demostrado que los ‘oyentes reconocen las grandes categorias ‘emocién, como le legria, latristeza, Ia eélera o la serenidad: se ha revelado, dems, que pereiben diferencias emo- cionales muy sutilesemirefragmentos que ‘duran 30 segundos e incluso solo I segun- do, Esta capacidad de reconacimiento muy répido de emociones musicales fue puesto de manifiesto por Isabelle Peretz, 9 el laboratorio de neuropsicologia de la iiisica y de la cognicién auditiva de la Universidad de Montreal, Por iltimo, el andlisis de las reaccio- nes de los sujetos experimentaleshaper- 1mitido comprobar que fos fragmentos se reagrupan atendiende a su cardcter po- sitivo (que les confiere el modo mayor) 6 negativo (asociado al modo menor), ces decir, de su valencia emocional. Re- cibe el nombre de modo una secuencia de nolas sucesivas organizadas segin tun patrn definido de intervalos, patrén que difere entre los dos modos, mayor y ‘menor. Aesta valencia emocional se su ‘man las variaciones de umbra fsiologi- 0 (arousal, en la terminologia inglesa), es decir, las modificacionesfisiologicas vinculadas a I dinémica musical, En efecto, los momentos de tensién mu- sical pueden provocar una aceleracién del ritmo cardiaco, Las dimensiones de valencia y las variaciones de umbral fisiologico permiten prever Ia emocién comunieada: un fragmento lento y sus- ve suscita, por ejemplo, apaciguamiento o sosiego Para estudiar las emoviones musica- les se recurre a piezas que posibiliten el control de un pequefio nimero de fac ores musicales presuntamente impor tantes en la expresién y la percepcién deemociones. {De qué modo podremos sacar ala fur lo que determing el caric- ter emocional de la misica? Seguin una 3 PETS OMe Ceon* ce CMLL de las principales teorias que se han pro- puesto, las emociones nacen de las ex- pectativas musicales determinadas por Jos momentos de tensidn ¥ de relajacién que se suceden en las piezas de miisica clisica occidental. Le psivologia cog- nitiva, para precisar esta hipstesis, ha estudiad cuales son los elementos es- cructurales que determinan la expresion de las emociones, Las primeras aproximaciones experi rmentales, realizadas en 1936 por Kate Hevner, de la Universidad de Indiana, demostraron que las relaciones de altura tonal de las nolas, también Tamadas pa rimetros de modo, asi como el tempo, constituyen indices esencieles para de- terminar sivun aire musical es de cardeter triste 0 alegre. Recientemente, el grupo de I, Peretz ha abordado las respectivas aportacio- res de los parimetros de tempo y de modo. En una fase de la investigacién se repartieron unos mismos fragmentes enlve cuatro situaciones experimenta- les. Bn dos de las situaciones aisladas se hacia varia, ora el modo, ora el tempo de melodias sencillas; en las otras dos, se combinaban ambos parimettos, ya con Ta intencién de evoear una misma emocién (un tempo ripido y un modo mayor contribuyen ambos a la expre- sidn de la alegria, condicién llamada convergente), ya buseando evocar emo- ciones diferentes (un tempo répido y Para estudiar las emociones que la misica suscita presentamos a Tos suetos la audicién de dversos extractos de misica clisica ‘cldental (en este caso, 27, representados por puntos en la figura, seleccionados para evocar emociones bisicas, como la alegria, [a tristeza, la ira 0 la serenade incluso emociones mas sutles. Se les soicité a los probandos que agrupasen los lextractos que es hablan susctado la misma emocién. El anilsis rmatematico de los resultados revela reagrupamientos que po- nen de manifesto dos pardmetros implicados en la expresion femotiva: el tempo y el modo, Se comprueba que los sujetos reagrupan los distintos extractos en cuatro categorias, que corresponden a les siguientes combinaciones: un modo mentor Y un tempo lento confieren al extracto una valencia emotiva negativay una dindmica débl tranqullzadora, que es percibido como “‘riste’. Un modo menor y una dinsmica estimulante fevocan un sentimiento de ira 0 temor. Por el contratfo, un ‘modo mayor y un tempo estimulante resultanslegres 0 g0z0- 505, y una misicainterpretada en modo mayor con un tempo lento es tenida por apaciguante, Entre los extractos propuestos, Muerte y transfiguracién, de Richard Straus, fue clasficada en la categoria ira/temor; la Sinfonia italiana de Félix Mendelssohn evocaba alegris; el Concierto para violin de Brahms susct6 apaciguamiento y el TEMPO ESTINULANTE ‘TRANQUILZANTE NEGATWA adagio de ls Sinfonia n° 1S de Dmitri Shostakovich, tristeza, 7] tun modo menor, la Hamada condicién ivergente). Los oyentes debian valorar en una es- cala de 10 puntos si el fragmento escu- chado era de caréetertristoo gozoso, Este tipo de juicos revela ser partcularmente eficaz en la situacion experimental, pues se ha demostrado que las emociones de alegria y tristeza son las reconocibles ‘con mayor facilidad, Al proceder asi en condiciones de manipulacién aislada, los dos factores de modo y tempo facil la identificacién de la emocién, Por el contrari, cuando los dos parimetros s combinados y divergentes, los oyentes se valen del tempo para fundar su vac loracién emocional de las melodies. F1 tempo constituye tna informecisn mis fic de procesar que el modo, pues éste implica el tratamiento de informaciones iis abstractas, como por ejemplo, fos intervalos de altara musical Los datos anteriores dan testimonio de nuestra capacidad para detectar in- Tormacién emocional por medio de 1a imiisica, Establecido este punto, nos pre guntamos si este tipo de capacidad se desarrollaba en las etapas iniciales del desarrollo o si requeria un prolongado aprendizaje. Una percepcién precoz De esa cuestién se ocupé el equipo de Peretz, En uno de sus estudios se hizo {ue nifios de tres a ocho aios eseucha- VALENGIA EWOGIONAL Maney eebro 8/2008 2. EN EL FLAUTISTA DE HAMELIN, 1 popular cuento aleman, I villa de Hamelin est Infestada de ratas. Sus habltantes han hecho lo imposible para eliminarlas, sn éxito. Se presenta fentonces un flautista que promete Tibrarles de los roedores a cambio de una szenerosa recompensa, Toma su flauta y Ia toca de tal mado que todas las ratas le siguen hasta el rio, ahogindose en él. Los villanos, sin embargo, se niegan a pagar lo prometido. El Mautsta vuelve entonces 4 tocar la Mauta y lo hace tan bien que todos los nifos dela vila se van tras él, ‘encantados por el sonido del instrumente. Tal es la potencia de la masica y de ls ‘emodiones que suscita, eee eee sen fragmentos de msiea en los gue los factores de tempo y modo habian sido ‘manipulados, sepin se ha explicado (de forma convergente o divergente), Se les pedi alos nifios que dijeran si les par cla gue la pieza era triste o alegre; sus juicios fueron cotejadas con los de los adultos (para ello se utlizaron dibujtos de rostros sonrientes 0 tristes, debiendo el nffo seflar el adecuado). Los resul- tados revelan que los juicins de los nifios de seis a ocho aos se dejan infiuir, lo mismo que en los adultos, por los fac- tores de modo y de tempo. En los nitlos de cinco afios, ios uicios depencen sola- ‘mente del tempo, y en Jos niles todavia imenores (entre tres y cuatro aflos), no parece que su respuesta esté guisda por hhinguno de estos parimetros. Se dedu- cce de agut que el tiempo representa un Indice perceptive mis importante y mis ripidamente adguirido para el ratamien- cin eleetrodérmica). Tal conductividad —subjetivos demuestra que el oyente 20 toddelas informaciones emocionales que ha sido medida en oyentes a quienes se necesatiamente tiene conciencia del la mlsica transporta. Estas observacio- les pedia que valorasen si los fragmen- efecto que la musica produce en él, y nes confirman, ademis, la idea de que el tos musicales expresaban miedo, alegria deja entreverel poder de la misica sobre tempo constituye un pardmetro musical 0 serenidad. Se comprob6 que en los ex- nuestra conducta de fail tratamiento. traclos que suscitaban temor o alegria Ia Otros estudios, por ikimo, ban demos= ‘Vemos, pues, que los niffos identi-reaccidn electrodérmica era mas intensa tradoque lamisicaactivalasmismastreas fican bastante pronto las indicaciones que en los extractos correspondientes a cerebrales que las que intervienen en el ‘emocionales dela estructura musical; su tristeza o serenidad. tratamiento de las emociones. De aqui se ppereepcion de tales indices aumenta al La mmisica produce @ buen seguro sigue—y este punto es esencial— que la crecer, Ello no obstante, gen qué medida respuestas fisiolégicas cuya amplitud musica no simplemente evoea emociones infuye la misica sobre nuestro estado parece depender del contenido emocio-dependientes de Ia historia personal de ‘emocional? Peretz y sus colegas se han nal. El miedo y Is alegris suseitan una cada uno, sino que las provocs de forms aprestado @ dar respuesta a esta euestion fuerte reaccidn cutainea (de sudoracidn), —intrinseea registrando las reacciones fisioldgicas Y el umbral fisioldgico se debe al tempo En definitiva, los datos experimentales de sujetos que escuchaban mésica. En el rapido y a le fuerte dinimica musical. recientes demuestran que la misica pro- ‘caso de reacciones emocionales (temor, Inversamente, los fragmentos mas len- voca un respuesta emocional que depen- alegria o tristeza) el sistema nervioso tos y menos dinimicos, que expresan de de la percepcién de indices musicales feenttal responde con una aceleracién Ia tristeza o la serenidad, no conllevan tales come los parsmettos de tempo y de del ritmo cardiaco © con un aumento de reacciones cutdneas. ‘modo: las emociones musicales dependen la sudoracién, detectable midiendo la El hecho de gue estas reacciones cue del watamiento cognitivo de elementos de ‘conductividad eldctrica de Ia piel (reae-tineas sean independientes de juicios la estructura musical de una obra. Dicho Meatey cerebro 18/2005, a de otro modo, las emociones musicales n resultado de procesos cognitivos especiticos. Emocién sin reconocimiento Este punto ha sido asimismo objeto de otro estudio del equipo canadiense gue relaciona la actividad del cerebro y las reacciones conductuales en sujetos que presentan determinadas lesiones cerebrales. Los neurofisidlogos tatan de identificar las regiones cerebrales jmplicadas en Ia expresin de cada f caltad cogaitiva especifica mediante el examen de la naturaleza y extensién de Is lesiones observadas en pacientes que presentan deficiencias conductuales (por ejemplo, éificultades en el habla, déficit de la capacidad de reconocimien- to de melodias muy conocidas o de ros- ros familiares) El vinculo esiablecido entre las éreas cerebrales lesionadas y las deficiencias revoladas por los tests cognitivos saca a Ja luz Ia organizacién y funcionamiento el sistema cerebral. La neuropsicologia, fa través del estudio del impacto de ls le- siones verebrales, busca acotar el funcio- namiento cognitive normal Examinemos el ejemplo de Ia amusia, aque es Ta pérdida de las facultades que permiten procesar las informaciones mu scales, Por ejemplo, a consecuencia de tun accidente cerebrovascular que lesio- 1 ciertas reas de las regiones frontales smporales del cerebro, una paciente, fle que llamaremos I. R, ha dejado de poder tratar informaciones musicales, La paciente es ineapaz de entonar con precisién ninguna nota y no logra re conocer un fragmento de misica que le era familiar antes del accidente; sin em- barga, no ha sufrido ninguna merma de 4a memoria a lago plazo. y da pruebas de auténtico placer al escuchar misiea A pesar de si limitaciéa, juzga sin difi- caultad el caricter triste 0 alegre de las melodies que ya no reconoes, Dicho con tras palabras, esta paciente es capaz de identifcar emociones musicales, pese a su incapacidad de percibir determinados pardmetros musicales. {Es posible, pues, ue hayamos demostrado el papel de los parimetros de modo y de tempo en el juicio emocional? Para comprender mejor a naturslezs de las dificultades de esta paciente, el equipo de Peretz ha explorado las bases perceptivas del juicio emocional. Se u- taba de descubrir los indices musicales percibides y utilizades por la paciente pata decidir si un ffagmento musical es triste o alegre. En un primer experimen to les fueron presentados fragmentos de miisiea elisica tanto a la paciente como 2B a personas sanas. Los sujetos debian valorar el caricter triste o alegre de las piezas en una escala de 1 a 10, Nuestra paciente I. R., al igual que los pacientes, sanos, distingu‘a perfectamente Ia ale~ aria la tristeza En un segundo ensayo, se provedié a modificar las propiedades musicales de 1do y tempo. Ahora, todos Tos frag- rmentes tenian un tempo medio Unico: cada fragmento fue tanscrito al medo ‘opuesto al de su versiga original (con- vertide al modo mayor, si inicialmente estaba en modo menor, y reciprocamen- Estos cambios simalléneos de tempo y de modo cambiaron los uicios emocio- hales de IR. en la misma medida que en Jos oyentes sanos, Paradgjicamente, esta facultad parece incompatible con otros resultados, indicativos de la grandisima dificultad de la paciente para decidir si dos fragmentos musicales son idéaticas © difieren en tempo, por ejemplo. Por otra parte, la incapacidad de IR. para re conocer una melodia previamente oida, presentada entre owes melodias nuevas, estd encontradiccién con el hecho de que ella se apoye en el tempo y el modo para elaborar un juicio emocional En resumen, cada vez que Ia actividad de percepeién implica un juicio emocio- nal, IR se muestra sensible a los park rniciros musicales, siendo, al tiempo, in capaz de uilizarlos en las tareas que no ‘mplican un juicio emocional. Por otra parte, lo mismo que los sujetos norma- Jes, IR. diserimina emociones sobre Ia base de fragmentos de 500 milisegundos. La actividad de reconocimiento de me- Jodias —que requiere una durscién que nda en toro a 2500 milisogundos— es Ienta con respecto al juicio emocional, particularmente répido, Estos diferen- es resultadas induoen a pensar gue las propiedades perceptivas necesarias para Ja evaluacién emocional y para el reco nocimniento de melodias son de diferente naturaleza, y permiten suponer que el juicio emocional se efectia a partir de una magra informacion, Un circuito cerebral consagrado al tratamiento de la misica? Se trata, pues, de explicar esta situacin dde emocian sin reconocimiento, es decir, comprender de qué modo I. Rdistingue presto las emociones musicales de wisteza o alegria y, en cambio, no logra diferen- ciar dos melodias idéaticas interpretadas fen un modo o un tempo distinc. ‘Una de las hipdtesis neurobiologicas propuestas postula la existencia de una via cerebral especilica de tratamiento de Jas emociones musicales. Esta via, aut6- noma, permitiia alos oyentes reaccionar de inmediato ante los fragmentos musi eales tristes alegres. De resultar con- firmada tel hipétesis, habria de modifi- carse nuestra concepeién del tratamiento de las emociones musicales: la reaceiéa cemocional a la miisica resultaria ser in- mediata e independiente de los procesos requeridos para reconacer los elementos de estructura musical, {Cabria deducir que la emocién pose un estatuto particular en el plano de las funeiones adaplativas del organismo? {Podemos imaginar que le facultad de Teaccionar a las emociones. inducidas por la misica constituye una capacidad primaria del sistema cerebral? A estas, preguntas, todavia sin respuesta, se su rman otras referentes a la funcién de Ia inisiea: qué funcién tiene la misice, en cuanto abjeto cultural, en el comporta- rmiento bumene? El arte musical, prac- ticado desde antes de aparecer la agri- cultura, se encuentra. profundamente anclado en la historia de la Humanidad: no existen comunicaciones humanas sia actividad musical ‘De acuerdo con una hipstesis propues- ta para explicar a importaneia social de Ia misiea, ésta se encargaria dela cohe- sin social y de la “sincronizacisn” del estado de dnimo, favoreciendo la pre paracién de las acciones colectivas; tal seria el caso de la misica militar ode la Imisica religiosa, SANDRINE VIEILLARD Invesiga en el Labors torio de neuropsicologia de ln misicay de la cognilén avdia, drgid por babel Pere, nla Universidad de Montreal. Biblografia complementaria MUSIC AND EMOTION: PERCIPTUAL DE TERMINANTS, IMMEDIACY, AND ISOLATION. AFTER BRAN DAMAGE. I. Peretz tale Comin, vol. 6, pigs. U4 1998. ‘A DEvELOMENTAL STUDY OF THE ANTEC: TE VA OF TA4RO AND MODE IN Mu StS Dalla Bella eal en Cogn vol 8, pgs. BEBIO, 201, EVENT-RELATED SKIN CONDUCTANCE RE- SIONSES TO MUSICAL EMOTIONS IN HU MANS S.Khalfa otal. en Newosnce Lees, vol. 328, pigs. 145149; 2002. Move AND Tavro RELATIVE ConTRaU- TIONS To "HaPr-saD” JUDGEMENTS IN EQUITONE MODIS. L. Gagnon e | Peretz en Copiton and Emotion, vol. 17 (Pes. 25.40; 2008. MULTIMENSONAL SCALING OF EMOTION AL RESPONSES To Music: THe EFFECT OF Musical Buramise ano Excerts! Duka “HON, E,Blgand et al (en prensa). Maney eebro 8/2008

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