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40 Ae oe ‘ gar 028 P Berne El absolutismo (1550-1700), gun mito? Revisi6n de un concepto historiogrifico clave Ronald G. Asch Heinz Duchhardt (eds.) ery “, ULray eo om IDEA BOOKS B cote ncsemsnnes iNDICE Presentacién Fernando Sanchez Marcos Capitulo T EI nacimiento del “absolutismo” ca el siglo XVIL eCambio de época de la historia europea o iusién Sptica? Ronald G. Asch y Heinz Duchhard: Capitulo 1 Elabsolutismo de la Edad Moderna 1550-1700 ‘®ealidad politica o propaganda? ‘Nicholas Henshall ‘Capitulo mt #Adi6s al absolutismo? ‘Una respuesta a Nicholas Henshall Ems Hinriclss 13 % PRESENTACION 1a obra que presento offece Ia tradvecin de los articlos ‘ms emblemiticos y panorimicos incluidos en el volumen colee- tivo editado por Ronald G. Asch y Heinz Duchhardt, en 1996, tulado Der Absolutismus ~ein Mytbos? Strubturwandel monar- cbischer Herschafl in West- und Misteleuropa (ea. 1550-1700), ‘on numetosas contrbuciones en alemin ¢ inglés Hina Duchhard: es uno de los mas prostigiosos especialis- tas alemanes sobre los siglos XVII y XVIII, Como profesor de Historia Moderna en la Wesfalische Wilbelms-Universtat de ‘Munster, ha impulsido los estucios sobre el sistema politico ex ropeo y el papel, dentro de él, del antiguo Imperio Germinico, asi como sobre las aspizaciones a la paz y su laboriosa plasma ids en los grandes congresos internacionales ~dlesde ol de West- fala hasta el de Viena- celebradas a tal efecto en esa epoca, Duchhardt es uno de los pocos historiadores alemanes que fa sic do traducido al castellano. Muchos de fos lectores conocer probablemente su lograda y ttl sintesis La gpoca del Absolutis- ‘mo. Precisamente, la obra Griginal de la que pare el libro que el lector tiene en sus manos leva tarabién un clento sello de Mians- ‘er, pues aparecié en el volumen 9 de la colecci6n *"Munstersche Historische Forschungen”. En los titimos afos, H. Duchhardts be potenciando la aproximacion comparativisia @ la Histor Moderna de Europa como Director de una de las secciones del reputado centro de investigacion Institut flr Europaiscbe Ges= ‘cbichte de Maguncia, Por lo que respecta a Ronald G. Asch, nacido en Hambur- 420, aunque menos conocido en Pspana, es también un gran in- ‘vestigador, con un enfoque irenisa, de la historia politica, soci! OER * ae i, pulls por Als 2 en 1952, coos 1 ae 8 en 98 Och A laa) sp a cone aumentc| 3 Babel 1550-1700), un mito? y cultural europea de la Edad Moderna, Ha trabajaco especial: ‘mente sobre Inglaterra, Iranda y el Imperio Germainico, Entre ‘aus numerosas obras cabe destacar quizas su monogratia (Colo. nia, 1994) sobre la cone de Carlos I Estuardo (16251640) como centro de poder politico y de irradiacién de patronazgo, publica dla tas su estancia en el Instituto Histérico Aleman de Londres Actualmente, el Dr. Asch es eatedritico de historia modema en a Universidad de Osnabritck, libro que presento constituye mis que una tradicci6n en ‘sentido estrcro, una introduccién a (0 una version extractada de) Ja obta original y adquiere, en cierto modo, un pethl propio res- ppecto a Ia ediciGn alemana. Por esta raztn, al offecer los lecto- tes este texto, hemos optado por incosporay al waduck el dese flamte trulo de la edicién original, la referencia a la €poca mas dlirectamente concernida como tema de estudio y de debate. La acotaeion eronoldgica se hacta tanto mis necesaria cvanto que hhemos prescindido dei mencionado subciulo de la edicion onige ral y le hemos dado uno nuevo. Con éste subttulo queremos re Fear a ta vez el sentido que tiene esta edicion espatola y su fe- Jatva alteridad respecto a la obra original (de 371 pags.) bastante ids extensa, HI sentido de esta edicion es claro: proporcionar cuanto antes una aporacion de entidad al estado actual del de- bate internacional sobre el absolutsmo. Antes de explicar el critesio que ha guiada auestra selec- cin de los textos de la extensa obra original, aluditemos breve= mente a ésta, Para anticipar de manera autorizada sv contenido, ‘nos valdremos de la taduccién del texto de su contracubierta: el ‘bro acepea la nueva critica del historiador inglés Nicolas Hens- hall al concepto de absolutismo e investiga, con base en casos etinentes escogidos, el cambio estructural en el gobierno (o Soberania) monarquico desde el tardio siglo XVI hasta comien- 208 del siglo XVIII. Ante todo se abordan en él res problemas: los efectos politicos del proceso de confesionalizacion, el fené= meno de la coxificaci6n (Verechilichung ¥ de las notmas socia- = Vereen es un concen de ay del, po no dei img, ls uve lately elses del tating 2 de ann ee ‘sadn tn a obra fe bt daca abolnete por eaeacon, uu ‘er os mclagmesfthackn rien passer ambien propa 8 Prssomactin les y poltticas y los efectos de la guerra sobre las finanzas y la ‘administacién de los extados europecs. Junto a contebuciones sobre Francia, Inglaterr, Espana, y el Imperio aleman, se incaye ‘ambién 2 las Provincias Unidas, las cuales en la Bdad Moderna ‘consttayen un efective contramodelo a la soberana monirquica, 4 libro presta una importante conuibucién al debate sobre le formacisn y el desarrollo del estado moderna. Tin el primero de los capitulos de nuestra edicién (el que fofrcce la triducci6n del arsculo firmado conjuntamente por Ro- nad G, Asch y Heinz Duchherdd, el lector encontrar la‘sintesis de todas y cada una de las contribuciones de los diversas histo- riadores ¢ historiadoras recogidas en la edicion alemana comple 'a (hemos intercalado en la traduccion s6lo los teulos y subtity- los de dichos articulos). Este texto constituye lz primera parte de la introdueciGn de la obra original. En dicha introduceién, los ceditores dle Der Absolurismus ein Mythos comentan las mencio- znadas contribuciones en el contexio del debate general sobre el absolutismo. Todas ‘ess colaboraciones fueron. pesentadas en lun congreso de especiaistas celebrado por iniciatva de R. Asch yH. Duchharet, ‘Como se pod comprobar, la obra original se estructura de la siguiente manera: a modo de introducci6n, aparccen el atic lo que acabamos de mencionar y un texto de Nicholas Henshall, en el cual este profesor de ensefianza media britinico sintetza su ya célebre y provocativo libro The Ayth of absolutism: Change ‘and Continuity in Early Modern European Monarchy (Londres, 1992). La sewunda pare, tiulada Konfessionsbildung wnd Staat- ‘entwickhung, ofrece las coetribuciones de Arlete Jouanna (Mont pelle), e propio Ronald G. Asch (Munster) y Olaf Morke (Gies- sen), En la tercera parte, Monarchische Herrschaft und Herr schaf des Rechts, se rede los anicuios de David {. Smith (Came bridge), 1.A. A. Thompson (Keele), Wolgang Schmale QMGnich) y Johannes Amdt. El bloque temdlico siguiente, sobre Krieg, F- ‘nanzen und Verwaltung (cuarta parte), comprende los capitulos redacaades por Wolgang Reisharde Gibuigo), Sn Kroener oS fim ©. 2 roc desputs des pulsacén de exaoba, Hil seta Horie Zc 298990, ISS 9 1 aboltomo (1550-1700), gun mito? (iburgo) y Marolein Ct Har (Amsterdam), La obra se cera con el epilogo escrito por Fnst Hinsichs (Brunswick). En él se oftece ‘un anilisis desde cl contexto alemvén, y una respuesta explicita & la tesis de Henshall segin la cual debemos prescindir del absolu- Uismo como concepto historioarifica vilido, pues éste es mis un instrumento de polémica politica del siglo XIX que una realidad verificable y consistente en la Epoca que pretende designar En esta eicidn abreviada de la obra original, hemos relent do y taducido la introduccion global, el anfculo de Henshall en tomno al cual gira la eiscusion de la que es fruto la obra onginal; ya respuesta de Frnst Hinsichs Cuando nos ha parecido muy conveniente aclarar alga t- ‘mino 0 expresién de la obra original, esta explicacién va entre corchetes o en nota a pie de pagina. Bl libro que presentames tiene, 2 nuestro juicio, un doble interés, Desde e! punto de vista de la historia de Ia Edad Moder- za, nos permite acercamnos a conceptualizaciones, investigacio~ res y referencias bibliograficas recientes de la historiagraia euro pea, especialmente anglosajona, francesa y alemana, Si bien, pa- tel caso de las dos primeras, a necesidad de familiarizacion puede ser menor, estz obra resultaré especialmente sil por [0 ‘que hace @ las aporaciones germénicas, siempre mas excéntnicas fen nuestra cultura histérica. En este plano, y siguiendo lt lines de reflexion de Hinrichs, el cual cuestiona la conveniencia de prescindir del concepto de absolutismo (en buena parte por la Ccarencia de otro alternative satisfucrorio para designar las ten ddencias de concentracién en la cone ¥ de intensifiacion del po- der monirquico), me gustaria aventurar, aunque sea de pasad, aque tal vez éste podria encontrarse en el neologismo “acortesa- ‘miento", con sus connotaciones de wransformacién dinémica (de proceso} y de referencia a la core. pero una definicién wal difctimente puede abarcar adecuadamen- te lo que precisamente es mas especifico de la evolueion de Fran cia “a pretendida patria modelo del absolutismo-, en lt que los Estados Generales, eambign antes de 1614, la fecha de sa ima ‘onvocatoria antes de 1789, eran s6lo un (relatvamente extraAo) fenémeno y no una instituciin real. Pero tampoco esta defnicon, resulta exacta con respecto a Espafia o, respectivamente, a Cast lia, ya que cuando aqui desaparecieron las Cones en 1064, esto ‘sucedia en un momento en que la autoridad de la corona habia 2 Nee rnd an 3 3 Mesum eran Paton 12. pin ye 2 Boi, teaunggeble (3, p26, era combo defaamos, cam see co erst, a bo fe gobiern esata, no esaranes hacen jens Imeno de gic pa 3 7 ‘absclsomo (1350-1700), gun tor alcanzado su panto més bajo, de modo que la péatida de poder de los estamentos apenas supuso una ganancia para la realeza.'6 Como tambien subzayo la Investigacion alemana reciente, gone- Innes cosiye oh ero seca ef craters rons nice ls pinipes los examenos como una eopete de a suma cen que fs ganmnciade na pare on se fecvay foe ara inponeaesighificata sempre una pei 4a can pee Por con, Heda concaye suc “ae aoe ‘ling and sate-uiling were selproca action De igual manera Hensal relat la capcided de os mo- nares de cea, meant el efecto de su propia iia, us ‘evo derecho en el sentido de una legslacon como eter de, Gisvo para la monarquiaabeolta, Durante demasiado tempo, tencit hisrin se ba regldo agul por un modelo, que fea Por lo denis la tuz de las nuevas lavesigacione, de Bowlin como el supuesto primer gran teonce del ead mo. ern res mas bien dado, yu ie, por Gemplo, no cues. 26 en su esencia el papel de los poderce intemal ver ‘en el campo del dominio doméstico y territorial, 2? Ta imagen de Hensal dela mosagula ances del siglo 161 A A Tompson, Cue, Absolute, Contam and tibery. fr lp Hoan Kathryn Nore Co), Poca tr Lary and Mpc, Genero 150190 Sk, EX 1D TES, Yeas, por esata eer Pe, Farmen ds Stndeweses io den de ‘ceo Terubraanen de 6nd 17 Jashundene ty: Pace Bega (6d), Sune sks oud Sls Brande Progen. Ben 18, 20238 el "yo Suda sm Alston 90 Tes ur Ew des Sandee ‘Sou n Delon po 19206 "esl Cn 8p. eine Dold Py, Sven, Aoki 4 the Funcion of th aw Scene Cetiy Parc. Ex Pa ad Prat 122 (1980) 3674 eae lm ‘90 Taw, Sc ad he Sen the Thug of Jen oc, Br Fy of Palen! ‘Thou 2 ie) 254285. Vase nds de! mio, Te ane of Pcs Ate i gees 1989, Sa ee epee Bk “Absa wo modes Sa” (. #, pp. 5946, _Enacitento dl abstutomo en el ilo XVI {XVII viene determinada por la acentvacion de la supenvivencia de pcticas tradicionales de consulta y consenso, que, como mucho, sufseron una tansformacion en sus formas externas; si se produyo Jun eambio mas profundo, no fue esencialmente en lo institicio~ nal, es decir, en el Ambito de la estructura de las autoridades, i en ta posicién de los cargos pablicos ni en sus competencias of ales, sino mas bien en lo informal, en la construccién de nuevas cesructuras de clientela y patronazgo, que a lo sumo favorecieron ala larga aquel ‘shift to the centre" del que hababa Mettam. ‘No repetitemos aqui en detalle los argumentos de Henshall, ya que en las paginas siguientes le cederemos la palabra. Sin ‘embargo, su libro The Mytb of Absolutism represents una casiin ‘muy oportuna para someter de nuevo 2 julcio el concepto traci- ‘ional de absolutismo. Los artcalos de este volumen surgieron orante la celebracion de un congreso dedicado a fa discusion de las tesis de Henshall, En ese momento, por supuesto, deter ‘minados dmbitos de problemas ruvieron que ser defacos de lado ‘en consideracién al aleance de las sesiones, como, por ejemplo, la cuestién de la eficacia de las instinaciones gubernamentales y administativas en c} plano local o el extraordinariamente com pilejo tema de las relciones entre monarquia © principado y las lites poltico-sociales, que hubiera requeride de por si un sime pposium aparte. El congreso se concentrS, en cambio, en una €poca limitada y en un ntimero también limitado de problemas ccentrales. Como époce se wrmind eligiendo el periado temporal comprendido entze el tardio siglo XVI hasta finales del siglo XVI Si se contempla, en el sentido de Ia interpretacién tradicio- nal, la historia de la constitucién del eszdo europeo moderno ‘come marcada por una oposicién entve absolutsmo y tradicion libera-estamentaria, la polatizacion del desarrollo politico que cesta oposicion deberia de haber engendrado comienza bien avanzado ¢] siglo XVI, para llegar aproximadamente a t€smino hacia 1700, es decir, después de la Glorious Revolution en Ingla- terra y durante el reinado de Luis XIV en Francia 1 a Ja primera fase del pertodo temporal aqui elegido le co- sresponde tn significado especial al proceso -que abarca a toda 0 Hlabolutime (1550-1700), un mito? Europa~ de formacién de las confesiones religiosasy de la conto sionalizacin. Tradicionalmente ~y en este caso, se sucle aceptar la lisica nacién del absolutsmo, Francia, como‘paradigma se ‘entiende la formacion de la monarquia absoluta como tuna res: puesta a la guera civil confesional2* Por otta parte predomina, por lo que respecia alos teritorios alemanes, la perspectiva que contempla el proceso de formacién de las confesiones relgiosss ‘como un elemento de refuerzo de la autoriéad soberana de los principes, a la vez que un debilitamiento del imperio. En este sentido, Heinz. Schilling ha afirmado: “Las diferencias entre la confesionalizicion de los catsicas, los huteranos y los calvinistas fran de naturaleza contingente, no esencial: los tes forentaron, clestado principesco, territorial y del absoluismo temprano’. En otros paises, por ejemplo en Inglaterra ~y lo mismo vale para los Palses Rajos~ fue precisamente el conilico de confe- sionalidad el que propicié la decisiva legitimadion de la resisten- ia politica ditigida contra un poder monérquico considerado ti- nico 0, como minimo, arbitrario. Por un lado, parece que I ‘onfesionalizacién supuso un “proceso fundamental’ que sbar- 6 las capas mas profundas del orden poltico-social -las cuales ‘no podian conquistar sin mis ni la aceién politica monérquica ni la de los estamenios-, de modo que Ia distibucion del peso politico entre principe y estamentos results, gracias a este proce- so fundamental, modifcada y a la vez eclativizada en su signifi: ‘ead, Por our lado, permanece Ia sospecha de que mediante la formacién de las confesiones y la confesionalizacion se asenta- ‘on los rfles por los que discusrria el desarrollo politico y cons- tinucional del siglo XVI, de modo que la cuestién del contenico * Vee por semplo Reinhard Kose, Arie nd Kr Flue. 979 Uh bat ve se apis Nai oe, nase sung” fe Skurserun” bel de Eee es fabmesemen Se, Ei Comme 20985) 12 eng Sling, Die Konfesionlscurg in Bale, Reiger wd gsc ‘ehfcer Wand in Dean wich 1555 und 18. farce Za ‘edn 246 88 14, . 8; vase Wola Rar, 2vang or Knfssesi- ‘up Felepoment 2 cnet ‘Thte des Releendan Zaher Ei Zam {fir tore oslo 0 (83) 257-27, yh Sehn, Kone ‘in 16 Jerbundr DG 1, Minn 92 pp 8051 "Puan achanctn de ee cncapo ves m sponacin de Ot Mike ene edie gia de ee li, pp. 13 18 2 1 nacional absolute glo XVI de realidad del concepto de “absolutismo" necesariamente ha de remit a este proceso, De forma paralela, o mejor dicho, con una elerta continut- dad temporal con el proceso de confesionalizacin, también en U6 en accién tna codificacion de pricticas de soberaniatradicio- nales, que también atafia a las formas de resolucion del confic- ‘o, Ios informales mecanismos de poder, heredados del pasado, fueron reemplazados por estrucuras adinistrativas instisuciona lizadas, medidas administrativas y forma juridica A las relvinds- caciones, establecidas juridicamente, de los soberanos, natural- ‘mente se contrapusieron entonces principios jutdicos igualmen- te rigidos para Ia proteccién de la propiedad y de la libertad. El imperium de los soberancs y el domtniium de los sibeios, fre- ragative y property, entraron en conflicto 2 principios del siglo XVI, porque precisamente en una época en que las nuevas ne cesidades econémicas de los soberanos permitieron que las fron- teas entre ambos émbitos fueran especialmente permeables, la codificaciOn de estructuras politeas permitia que el deseo de tina dlimiicién clara de ambos ambyitos fuera més inzenso que nun ca. En este contexto, el conflcto confesional actu6 en muchas rnaciones de forma muy marcada como catalizador de Ia forma ion de concepciones del estado legalmente fijadas, Esto ¢¢ vl do tanto para las fis fondamentales en Francia como para las ‘concepeiones de una aicient constitution en Inglaterra, garantt- zada mediante la common law sf como pars el esaroll de un sistema de derecho imperial en Alemania. 2 rar cfc vie Wied Sts, er Wien ind fe lle Por defen Nee Saga 58, p75 ee Babs ‘terre Goce Sao 197 pp. 66, We Seb, Gace dean ‘eben chi 3 vote Minch 3868, yp 127Y 6, M21 y 140 Ia eporanl (64 deco ene sien cofesnal i sb ogo sola pe Mace ie. Vese rs Heal, Sat wn Rech nach dow onde ene aren Deaths ner ren Hf cas 17 edn. March 156 er. De ‘eetce Bodeutang der Bekeninine in em, Gamma fn, ia Sach Tac, Gace Kas Shs vl Tang 198), op. PHT Sea ageie comes ost. Toca The Hy of Funan aly iT fam eh Rene tm Fen. Emer rea arc 7 (38 18, vee ie Nope, Die Uelve von. der “Lex Pudamerlis” und de Hausgosetaaebu Daan En Johan. Romine a), Dr donate ra 338 an Payor ‘absoltio (1550-1700), an mito? El paradigma de la codiicacién deserming, por cierto, en Alemania, de una manera especialmente persistente, la forma ion de conceptos y cuestiones por parte de los Investigaciones, En este sentido, encontramos un pacalelo® en Inglaterra -nacién fn gue la diseusin de los investigadores sobre el papel politico de lt common taw posce una tradicion larga-, en ajenor media, sin embargo, en Francia o en el resto de los pafses de la Europa Cccidental, Ciertamente, William Beik constat6, a:propésito de Francia, que: “The essence of local government was the pursuit (of large numbers of cases in the cours: suite against the non compliance of individuals, lengthy cases concerning financial ac- counting... it cannot be emplsised enough that law suits where the society's principal form of regulation and enforcement ant that their successful resolution required personal influence’!” A esta conclusién lega Beik teniendo en cuenta los Igios locales, la mayoria de las veces pertenecientes al ambitojuridico privaco. For el contrario, desde el punto de vista del derecho pablice, Mic chel Antoine sefial6 hasta qué punto la monarquta Mancesa del siglo XVI cludi cualquier tipo de precision juridica: los dere- hos de la corona debian ser conscientemente substaides de ‘cualquier intento de definicién clara en cuestiones de estado y, con ello, de delimitacién mediante los tbunales, especialmente de parlements: “Limprécision en matigre constitutionelle ait non seulement tolerée et suport, elle était souhaitée”. I modelo de absolutismo tradicional acus6 desde siempre Ja monarquia de los siglos XVI y XVIII de que se habria pod. do libra de la atadura al derecho, como implica la formula de Princepslegibus solutus. Sin embargo, las investigaciones mais re- entes han puesto en duda esta interpretacion. Cada vez con sms frecuencia se llama Ia atencion sobre el hecho de que tam. * Jn OA Pocock, the Anion Contin and te Boal Lv A Say Pals srl Thegbtt be Senso Contry. Cot “187, Sherk Suis The Pols fe Anco Comern an araecon Sige Fol ‘Poawsh 160-1682, Basngsake 1992 ace tambien Nowa Nene The Lact ‘Sut Age Ea: John GA Pocock et al Cede, he Yara of Br Pata! "Tho 150-1800, cave 19, 180508, 19¥298, bea, abot 1, p25 2 Michel Antsine Le Come a Bl ou ge de tu 2. Give 197, 2 Eas pr eligo3, Aurt N ameter, Toe Cota Pre te Pe: Ime i Ago outs IAS Pomc tes Plaela hW a 2 nacimionto del absolutism en eligloXVL bign los denominados monercas absolutos hacian so de su po= dder dentro de los limites del sistema de derecho establecido,® Por ello parece imprescindible cuestionarse de nuevo el papel sdesempeiiado por el derecho en el periodo temporal comprendi- do entre 1550-1700. :Quit6 hierro 2 los conilictos estamentales y sociales al ofrecer la posbiidad de la decision judicial, o contr buyé a aqudizatlos?:Era la idea de una supremacia del derecho ‘especialmente csracteristica de los estados tradicionalmente con siderados no absolutistas (Paises Bajos, Inglaterta), 0 es comecto lo contratio, porque precisamente estos estados consiguieron ‘con antelacin hacerse con la idea de una soberania leaisatva Jncondicional, que mis tarde marcara también la praxis del esta- doa cing cas, no deers atibuite un valor exesivo& 4a significacién de la ‘soberunta legislatva” para los monarces sdenominados “absolutos"# $i la hora de la prictica, los sobe- tunes se encontraron ya a menudo con berteras dificlmente sal- vables ~cuanto mis que, de acuerdo con su concepcién, incluso fen el mejor de los casos eran legibus, pero no ttre solu, d cchas barrerss eran todavia ms evidentes en el dimbito de las = nnanzas. Hace ya bastantes afos, Jean Berenger lamaba ia aten= ibn, respecto a la monarquia de los Habsurgo bajo Leopoldo I, sobre el hecho de que a un soberano continuamente amenazado por la bancarrota sOlo se le podria caracterizar de absoluto, en Yodo caso, en un sentido muy abstracto Sin embargo, el deficit idnico era caracterstico del presupuesto de numerosas monar- 2 Ya en 1985 Mouser Heng hao ad eatin se aa nin ttre cf cose ne aca Sanig¥ Mowsis, Qulqis pote cnet mona ce Inemasionae de Scone Sohe Rana 1955 Raavont 1, Pens 1955 03, ‘Specainene p.2-"m t ne Chnee yl eset gue mona aes ‘ier pein depot pce ue repo emer 3 ase por flo Niel Med, Pam Sores Vey Bo ss Abele Ea; Noa Plzony Quen Sone Ce), Pica Dee [oe ar der an, Camb 995 9. Saker, Sure 19) 2 Jean Benger Fens ot Abcam aici dane In econe mois dur soe Tse sete der Tweet de Pe V 197.2 ey ace 781, 9.527 3 SQ > ‘absolutism (1550-1700), un mater ‘quias “absolut” del siglo XVII. No s6lo era éste el caso de la ‘monarguia de los Habsburgo, sino umbién el de Espasa, y con la excepeién de unos cuantos anos de la primera fase del reinado en solitario de Luts XIV- también cl de Francia "El efec- to de esta pemuria financiera fue, con todo, ambivalente. Por un Jado limitaba et campo de acruacion de los monaeas, pero por ‘110 propicis, ella de por si en primer lugar, aquellas medidas administrativas y polticas que comGnmente se consideran consti tutivas del *absolutismo": aumentos de impuestos unilatersies por parte de los soberanos, supresién de privilegios tradicionales ¥y derechos estamentales, pero también la erescion de nuevos Drivilegios, de los que so beneficiabsaa aquellos grupos sociales ‘cuya cooperacién permitio la expansion de los derechos de la soberania monarquica. Aqui habrfa que pensar tanto en determi- nada capas de la nobieza, como la noblesse de robe o quia tam biga el cuerpo de oficiales de Prusia-Brandenburgo,® como en los financieros que, en calidad de arrendtarios de impuestos y aranceles adhaneros, de monopolisas y bangueros, no remedia~ ban el deficit crénico de las monarquias de los sigios XVII y XVIII pero si fo aéministaban, y por lo menos fo neutralizaron de tal modo que se pudo evitar ~o al menos retasar siempre de ‘nuevo la quiebra econémica total 2° a causa de la mayoria de los problemas financieros ere, sobre todo, el incremento, ininterrurmpido desde el siglo XVI, de los cosies de mantenimiento del ejército y de la guerra (principalmente debido al continuamente ereciente alimero de ‘wopas). Los conflictos bélicos casi permanentes en algunas Epocas, entre las potencias europeas durante el siglo XVII, son 21, AA, Thompson, Castile: Polity, Fiesty and Heal Cris, En oon, Fal Cres 18) 140180 5 eae po pees Cain, Maa! i of tion Dine Tsaton ‘in Bry So Crry Broce Rly. CA 198 bard Bone, The SOG tse Bnance and Pein France 189 16 Oued 98), cm, he Sate ‘is nevntes in ancien rine ane Ee Hira ure 3 (99D 150176, 5 Sobre este us vee Perel Hahn rtcatrng nd Peles slterng, crusty cer Oizo 38 nr mitochon wid heen ef ‘ranec-reen vm 16804723 ta Roce sur rondo nd Prowfigbon cbc Reus Foe {DD 1ea0e * Pangose San, Le ome Fino a XP ace. ats 1988, y a se) ess, agent, puso sce au Gd Sl Pe 4 m nacinlonto del abssutsmo en el siglo XVI ‘considerados cominmente como el catalizador del desarrollo del estado.” “a lucha politica ~creciente de forma intermitente- ene las ‘mayores potencias dentro del sistema de la politica exterior euro pea facili6, sin duds hasta cieno punto, la concentracion en ma~ ros de los monareas de las competencias,y el déficit que com> ppafaba cast ineviablemente a las guerras y, que, en consecuen- cis, acab6 convirtiéndose en un deficit financiero-estructural ‘también influy6, como se ha senalado, en el desarrollo interno de los estados, en tanto en cuanto obligaba, por ejemplo, a desha- cerse de insinuciones estamentales que se mostiaban inlicaces |i hora de proporcionar los medias financieros necesarios para la guerra. Pero la tess de que la guerra no habria sido a6lo el motor ‘del desarrollo del esado, sino que, a la hora de la vercad, habia ayudado, a la larga, al foralecimiento de la autoridad mondrqui- ca, aunque parezca confirmada, en wn primer momento y le is- ta dl desarollo tanto en Francia como en algunos tertorios ale- ‘manes ~durante la Guerra de los Tinta Afos y todavia mas des- de el afi 1646-, sigue siendo, por el contrario, cuestionable st ‘observamos las circunstancias de los Patses Bajos e Inglaterra, Los Paises Bajos pudieron mantenerse frmes en la hicha entre las po fencias europeas, no pese 2 que, sino precisamente porque ha- bian conservado y huabian seguido desarrollando antiguas institue ciones estamentales y por eso, entre ots Coss, tenian acceso a cxéditos bajo condiciones mucho més favorables. Algo parecido se podria afirmar de Inglaterra, desde el sfc 1688" Por otto Indo, en Espaia (y esto lo sefalo de forma plausi- bie 1A.A. Thompson), las permanentes guerras condujeron mis bien hacia la desintegracion del estada monérquico, os cometidos del estado eran delegados, cada ver com ma- 2 para ene comple de probeaas vase en eine Inge Cio Rogers (Gd), 100 htiy son ‘Dben, Dooler, O y Oxlon 199. Ves Johannes inch cd, Sautverteng end Heeresesin n dr eutvoicnen Gxt te dar in Newz. el 868, yp cyte sien bn de on DowaigTe tory auton and Fea ange Peon 19% ‘ru es Pcs Bar wee Mulan Gt ee Te tng of Duro Sa: Wr Paton one rig te Dc Re Mat 19% fo pe tn energie ee i, sun“ Paneer and he Seco the Dues Sate pp. 939. Pam Inga vee Drewes, Sma 9 Pon An 1, 2s Brabtutiomo (0550.1 700), um mio? Yor frecuencia, en representantes locales del poder, inancieros y alta nobleza. Al final se lego a un punto, que Thompson descr be asi: “Seventeenth-ceniury Castile was a ‘mach governed’ ‘country .. Bt it was not governed by the king”. Esto pone clax ramente de manifiesto que el efecto de las guctras largas sobre <1 desarrollo del estado, como minim, fue diferente, un argu. ‘mento que, mediante la referencia al papel desempetad por os

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