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captruto nr 2Adi6s al absolutismo? ‘Una respuesta a Nicholas Henshall Ernst Hinichs, Qué ha ocurTdo con nuestm buen y viejo absolutism? Mien- tras que el editor de un libro colectivo en 1986 todavia pocia constatar que la discusiGn alrededor de este objeto clisico de la historograia alemana “se habia calmado"* hoy hay que ir mucho mis lejos: clertamente, no hablar de "calma” para caracterizar el estado actual de la discusion del absolutismo en fa historiografa, sino todo lo contrari, de una actividad inquiet, Sin embargo, par rece que ella sélo afecta al pequefio crculo de historiadores que se imeresa por la historia politica y de sistemas en la Edad Moder- na, ¥ aparentemente, se trata de aquella forma de actividad que precede a la muerte ¥ al entieno de tn coetineo anciano e impor- tante en todos los aspectos, pero puiesto al margen del interés por |b evolucién y el conccimicnto. Silas aparencias no engaan, te rnemos que decile adi6s al absolutismo. Esto al menos deca el 6 tulo de un breve articulo de Heinz Duchhacdt en la Historische Zeitschrift hace algin tiempo? que en cirtos aspectos ya tenia el ‘cricter de una necrologia y merece atencién justamente porque ‘aqui un hisoriador se acuerda de un compatiero de camino, al {que le debe mucho, y que, por lo tanto, no aconsejeria el abantlo- ro de esta consolidada denominacion de una epoca 2 la igera. Sin embargo, para el estado actual. de lz investigacion orientada hacia teorfas y problemas sobre el absolutismo, es sig- rifcaivo el hecho de que la “necrologia” de Duchhardt no hays Mirch chr 8 0990 MT 85 | abetatime 2350-170).gm mine sido causada por un debate correspondiente dentro del campo de Ia investigacién del absolutismo propiamente dicho. la cause ‘era, todo al contraio, alguien de fuera ~el profesor de instinto inglés Nicholas Henshall con su pequefio estudio brilanremente {serio “The Myth of Absolutism’,? cuya contibycin al inminen fe entirro consiste sélo en tatar de demastrares alos asistentes al funeral que en el ata, alrededor del cual se han reunido con mas © menos recogimiento, no yace nadie: segin Henshal, el absolutismo en el sentido de concepto de época histériea no It existido nunca, y este mensaje no se diige como uno pode suponer~ a la'investigacion del absolutismo alemana, 1g cual Henshall en su soberana actitud inglesa s6lo registra de paso, si- fo @ los historiadores especializados en Inglaterra y Francia. Y con esto, Henshall revela una paradoja. Pues al menos en Frat ia exist ~a diferencia de Alemania~ desde el comienzo una aversién considerable contra el uso del concepto det absolutatsa como concepto de época, tanto en obras especiizadas como en ‘manuales u obras generales ~"absolutisme” es una palabra del todo no-francesa, casi imposible de pronunciet. ¥ justamente ahora, cuando aqui (en Alemania] empieza a sonar el toque a di. funtos, esto ha cambiado de manera decisiva en Franca: tal vez para no oponerse a una visién de la Edad Moderna difuncdlida en toda Europa, tal vez también porque mientras tanto se haya lle- ‘vado a cabo la recepcin de las tradiciones sociolOgiea ¢ histo. Fiogréfica alemanas, el impronunciable “absolutisme” se encucn: tua cada vez més en obras generales serias y reemplaza “la mor narchie absolue’, érmino mucho més cercano al pensamicnto y al idioma franceses.* We qué se trata para Henshall, y cOmo debemos reaccionat desde un punto de vista alemin a este desafio en la definicon, y con ello justz- ‘mente hasta Prusia, aquel estado que habia tenido que servis con ciera plausibilidad como un ejemplo “absolutista” especialmente represeniativo de entre los estados alemanes. Sin embargo, con lun afin de misionero y un conocimiento abrumador de la mate- Fia en el campo de la historia instiuicional y fa historia de la ed ‘acin, Neugebauer se esfuerza por mostrar que el “absolutisno" fen Pius constnuia un fendmeno sumamente superficial, es de- i, limftado 2 la cima del estado, mientras que en la estucturt profunda de la sociedad, naturalmente de manera especial en las regiones de haciendas seftoriales de explotacion directa (Gutsbe- tke), dominadas por la nobleza al ese del Elba, no se notaba nada de él, De’ manera comespondiente, en su contibuciSn al presente volumen y sin tener un conocimiento detallado de fa Ii feratura sobre Prusia, Henshall expresa, al menos de una manera lgdico-experimenral, a suposicion de que posiblemente en Pru. sia hubo menos abolutismo de lo que se erey6, sélo que los his- toriadores alemanes a lo mejor todavia no se han dado cuenta de allo, No se puede negar que ~con el tasfondo de todos los ar gumentos que Henshall aduce para fondamentar su tess y m- chas otras prucbas ulteriores~ st razonamiento entero tiene algo a ete spec ot programs Ie desipién de Rol Visine eof smaco de la Pron Genes Botham Son ind Sd om Me ‘chon su Mibu rn 1648 173, bn 184 " Wolgang megs, asolticbr Sat wd Selec ron nba Preson.Desn 14S, con enamine supe en mc a Gelos crema. Bs anblen moran equate de Neuen ue i {3 Bop centro. Sandi als respon. ie bosch Grnagen nde Partaton i atten Ronen, Ch 2 {Adios al absolute? Una 2 Nicolas Henshall de un ataque a un enemigo inexistent se pretende que la clen- ‘ia todavia afirma que exisé el absolutismo, y luego se derrum- ba todo el exificio con argumentos que lz clencia ya habia logs cdo hace tiempo ~una forma de presentacién con la que uno se encuentra frecuentemente en trabajos anglosajones y que tiene su valor didictico y parece legitima, mientras que los concepts {y categorias cientificos no han seguido la ampliaciga y los cam bios de los conocimientos y de la comprensién que ralenteas tan to han cenido lugar en la cencia, ¥ efectivamente, en el caso del absolutsmo esto no ha ocuride, como he sefialado brevemente arriba. En las aclaraciones didcticas a los dkimos planes de en- Ssenanza secundaria del land Renania cel Nore-Westfalia, con elegante atrevimiento incluso se habla del "alto absolutismo?, tuna fase anterior al derrumbamiento del Antiguo Régimen, Ia cual, por dima vez, combinaba, hasta cierto punto, as fuerza5 de Jo antiguo en toda su intensidad., Pero a0 queda claro a qué ‘poca se reflere: Ja Francia de Luis XIV? a época de a “monar- ‘quia adminiswativa" bajo Luis XV? da Francia de Luis XVP 0 in- ‘luso la Prusa del absolutismo iustrado? F incluso respecto los logros de fas monarquias absolutes para el proceso de buroeratizacién de la Edad Moderna existen, iments a favor de na vision relativizante en el sentido de Henshall, también desde el punto de vista y la wadicién alema- ras, El propio Max Weber indica el camino Con sus capitulos s0- bie el estado estamental y el patrimonialismo en “Economia y Sociedad”: con su ayuda, los procesos de burocratizacion centralizacién que caracterzaban Ia monarqula francesa del siglo “XVIII se pueden entender como antimodernos 0 modernos s6i0 ten apariencis,!® que no indicaben el camino hacia el estado inst tucionalizado’ moderno, justamente porque la monarquta retenia conscientemente la estructura legitimadora del derecho divino y Runnin dos andes Non Wetien ig) Miner de Ca ‘ura del ln Renan de Noe Mee, Reno en ope fr dat ‘Gras Ssundaanfe = m Roribtr aon Gach, Dildo 193, meeps Fax weber, oom y olen de Scot Coup. 2 4, Mego DF Fondo de Cla Eznsniea 16h S EB Sobre cl tie is tinh Ase Monarch ike, cop. 3 3 3 Spore Bs arotome (1550-1700); gun mito? 10 quiso ni pudo aveptar una burocracia verdaderamente aut6= noma © independiente. Un intendente francés del sigio XVI, tuna institueién modelo del nuevo tipo burberitico segtn las in ‘vestigaciones antiguas, ea una figura débil en cuanto a su legit ‘macién, ya que dependia por completo del rey como un sit- vente patrimonial. Mientras que lz monazquia fue fuerte y su fuerza legtimadora fue suficiente para apoyarlo, el intendente s© ppodia dessrrolar bien, de manera efectiva y en sit provincia po fia conseguir por un tiempo la plenitud de poderes y también el prestigio de un vimrey. En cuanto dej6 de ser ast, como en lacie sis del Antiguo Régimen y sobre todo en las primeras semanas de la Revolucidn, todo el esplendor se acabé: no es sorprenden- te que los intendentes se encontraran entre las primeras victimas de la Revolucién, en un momento en el que le época de la mo- narquia todavia no se habia acabado de ninguna manera. NO es cde extrafiar, pues, que investigadores ameriéenos, con todo el _propo de intendentes franceses en la mente, 0 si se prefiere, en cl ordenador, haysn comprobado que esos personajes que tenian poca seguridad legitimadora estaban mucho mas ligados de lo ‘que hasta entonces se habia creigo a las élites tegionales loca. les de su distito, y que este proceso de integraciéa regional de ‘una insttucién del estado central no se redujo sino que se acre- ‘cent6 en el transcurso del siglo XVIEL® En fa invesigaci6n alemana sobre el absoludsmo, en reali dad siempre se tena fa idea, incluso en aquellos representantes ‘que mis destacaban el papel del estado, de que el absolutismo fen forma pura, mis que una realidad constinicional era un pro {gama de los principes, una concepcion tesrica de los jurists y los fil6sofos y, como mucho, de los ministos. Pero en fa traci cién alemana, esta idea notmalmente fue expresada de forma negatva y telcoligica, bajo el lema: en realidad se debia haber logrado mis, pero las circunstancias no lo peemitieron, Esto llega, hasta la formula Ge la conservacién de muchos elementos “no- alpsolutistas dentro del absoluismo",® que es mas bien defensiva, fen ei sentido de que retiene el modelo de partida y por es0 es a paP ya. 2 Gerad Oates, Siskrproblene dex eoichen Abwcasows, Es em, Gti Cel ramadan Sat, Be 1989, 179497 8, 94 flies al abeoutomo? Una regpuca Nicholas Henshall poco satisfactoria. En cambio, la investigaciGn anglosajona, y re entemente también la francesa, subrayo el comportamiento fle- sxble, sumamente doetl de los monareas llamados “absolutes” — el mantenimiento del absolutism como pretension de derecho y poder por un lado, [a adaptacin a las circunstancias por el otro “como si hubiera sido la efencia una condita sine qua nom de Ia ‘existencia politica de los principados en la Edad Moderna ® Slo ‘de paso quisiera recslear que esta diferencia muy relevante entre las intespretciones alemana y anglosajona tiene que ver también ‘con Ia integracion de la historia social y econGmica en la historia politica en general. Porque les mbitos, en los que fustamente en ¥ para Prancia se detectaron matiples resricciones de la libertad ‘absolutista™ de acciGn del rey francés, eran naturalmente los de a historia inanciera y econémica: el rey francés podiia portarse tan absolutstimente como quisiers, pero para la financiacion de su costosa politica exterior y de In corte dependia de expidients ‘continuados, y eso queria decir de una negociacin continuada ‘on los estatos sochales adinerados de su pals ‘Aqui parece que se llega al punto donde se ve que de las provocaciones de Henshall se puede sacar mucho provecho. ‘Creo que el renunciar al concepto global de absoluismo como cconcepto para designar una época y como concepto para carac- lerizar un sistema politica dominante ~cosa que no equivaldria a renunclar 2 caracterizar monarquis partculares de la Edad Mo- ‘derma como “absolutas" allznara el camino, en diferentes nive- les, hacia conocimientes y comprensiones nuevas 0 renovadas, y con ello también posbiliaria una vision renovada de la historia, politica de la Edad Moderna. El absolutismo como constructo abstracto de los historiadores sometio la realidad de las naciones feuropeas de la Edad Moderna a Ia uniformidad de un a prior! fepistemologico, la cual, como muestran las investigaciones mi recientes, no existia en esa realidad. Esto es vilido para los cor cernidos, en ambos lados, por el paradigmma del absolutism: pax 2 mapa dees os inporaes se aig 2 oe cap. 15 de Heal ‘The Asn 3) Vee aes soccer el le props de creeaen pen eid Brey, Te imi han mace ine ae ce Ree ep, yc pao obo de ans Clin, Fa nt of bolt De Tan Bart Seeing Banc Bee, 1988 8 HLabolutiono (95501700) un mito? 1 os gobernants tanto como para los gobemados, sobre cya xiencia hist, no regsrada por el paradgma, ns infor feciente historia constiucional, socal yecondmica. Ia veracicad de al afumacion no se puede probar en el marco de un breve en- sayo, como tampoco se puede complementar Ia propuesia de se fnunciaralconoepio con una propuesia de una ausva denomins- ‘ion para designar una €poca : si nos decidimos a abandonar un {concepto para una epoca introducido hace mucho yen toda si amplitud, Recesariamente ha de aparecer na nueva consign, al ‘menos por un tempo En cambio, st es posble mencionar unos planteamienos de cvestionesy contextes que cpaciemen ala mo- parguia de la Edad Moderna, la mds afeead portal revi. (NO piers la imagen de aquell sus contornos, con est visi, ten furuo no hablames ya ms de “absoluismo"? 1a renuncia al concepto de absolutimo‘no priva «a monat- quia de Ia Edad Modema de su claro ped histrico, como se po- dfs supones, sino justamente ayuda a que éste uparezca de verdad, «i bien con clas gradaciones segdn el tamano, la stuacion geogrt= fica el peso internacional de cada pais considerzio. Como pruebs, Yoy a enisar en tres puntes que me parecen centrale, y en ello voy «hablar ante todo sobre Francis, segin el lema de Henshall de que, sien Francia no habia absolutisno, no lo habia en ninguna pane. 1. "La primacta de la poltica exterior" Si seguimos los intereses cognitivos propios del concepso 2 ete cada de ect de saat concep de “bast lira oa épsca = Duar, dsl 3) p87 Ya el bo 62 Ser ue pempecis queers ole enor ona ems 1S" eeunmente opus sno il pam cf coneriesn el ee de he ‘ia del nc en conse cn or tena ole do Edad Moder, in ab {5 dee quer sor vers sinen somo mina epoca pete aoe probe Bi de a apacha cao. A ene fp “bon aun ie jolie ‘erect A pode ene sete etl vein os aad ‘concep de bareco bien sae nc, cos pee en mn fais ben prSlenitce pa Fan as que su spc & la plc samete ‘terion ple que en I ass dsb rex ap ee pe ‘on das cna ees eel sin ly Seg endo um pase pea ‘lo por postin gents deeputs do 138. 6 Adis a abvclsismo? Una respuesta a Nicboles Henshall historiogréfico del absolutismo, un gobernante absolut estaria ‘ceupado por completo por los asuntos de la politica interior. Se trataba de liberar au poder de la intervencién feudal o estamen= tal, de concentar la autoridad ea manos de uno, de reclutar ua aparato leal de Funcionarios para controlar la comunidad de los, stbdites, antano inclinada « disturbios y revuekas, Ya se ve en Jos tres crteros de Henshall ~desp6tico, autocttico, buroerético: cada uno de ellos se refiere a la relacién de un gobernane con sus sibdites ya la manera en la que se onganizaba y se ejercia el poder en el ambito teritorial de su estado. Pues bien, si ohserva- mas el e350 clisico de dominio absoluto en Europe ~el de 1s XIV-, hemos de comprobar tpidimente que las cuestiones in- temas solo desempefiaron un papel secundario o al menos deri- vvado, tanto en la autointerpretacién como en la imagen que da- ba de si. ¥ el ejemplo de Luls XIV incluso se puede generalizes: Tos monareas absolntos del siglo XVI, también 0 justamente por- ‘que crearon su propia imagen, en la gran mayoria de los casos ‘no eran politicos dedicados a ia poliies interior, sino a Ia exte- tor, mejor seria tal vez decit: politicos de! poder, es decir, que todo su pensamiento y comportamiento se dirgian no hacia la construccién del mayor dominio posible en el interior, sino hacia Ja mxima importancia posible de su pals (y cone) asf como de su dinastia en el exterior y hacia los msimos éxitos posibles en Ta lucha europea entre potencias. No se puede negar que para lo- rar ese fin hayan estado interesados también en la tranquilidad fen el interior y hayan intentado procurarla, pero se tataba de quello que he lamado un interés derivado. Este interés tambign cer derivado cuando los principes de la Edad Modema ~con el fin de aumentar su poder en e| exterior, con la guetta 0 con I, diplomacia~ movillzaron los recursos internos y de esta maners ‘aumentaron la presion del poder de manera considersble, En ‘otras palabras: ls imagen que tenian de si mismes y la teoria del ‘estado de los soberanos estuvieron determinadas por y para cl ‘exeri, I infuencia interna de un monarca, al menes del estilo de [ins XIV, foe mucho mis una variable subordinada a su influencia hacia el exterior que no vice versa, el deminar en el interior no era tun fin en sf, sino que se dio en aras de los fines exteriores: gloria, ‘ganancas temitorales, conservacion de una posicién en el sistema de las porencias, obrencién de una hegemonia, etcetera. ” Baboon (15501700, un mee Una de las pruebas mejores «Ia vez que més famosas para ‘sta hipotesis es la revoeaton del edt de Nantes por Lats XIV fen el ato 1685. Difementehubo otro acontecimica poles la Puropa dela Edad Moderna que marco tanto la Ws de Ia ‘monarqta absola, Ls estados protestants alemnanes, Talat. 12, los Paises Bees, todos tomaron la revcaciony coda a poll €2 respect a los protestants del Roi Soli Rey So que bia Precedido a este acto como paicba de que lu XIV em el ar hiabsoltisa, inclso un déspotay ran. Cualeoquiea que ha- yan sido los efectos de la revoecion, por poco ue haya wlio {a pena para el rey, cualquier que festn los emores que pu. do haber cometido en ningin caso se tata de na deca fal Pensa, emoconal y espontinen kl rey, eigia slo por st Inignacion por a dsidencia eigiosa Ge los hagonotes, Alcon. trano, fue exacamentecaiulada, no slo haci et neto, Sn también hacia el exeor. Bn cuanto a ls reacciones en Fanci, lis no tenia que preoeuparse mucho, ya que est accion no fue para nada impopular en la Francia catdlica, tode lo contrario.4 Foere de duda est también el hecho oe que, desde su primera juventd,Tais XIV deseaba sn reservas la persecution 9a exe tinci6n" Ue la hese por conviceones eligiosas Pero en To que ala fecha ya los distor conenigos del eco se etre, eh exteanoro tuo sv pape. Posblemente rey evaio mal It dlureza de ins reacionts en Alemania, ls Piss 2ajos Inlet. tra, porque, de no ser as, lo mejor habia pensado mis en la conservacén de su imagen en los patses protestanes 9 habia proceeido con mls cata. Pero el detnatano del mensaje no fra la Puropa pretesant. Era ln Biropa catia la Cua, con la que habia tendon confici drsime por faora cueson de lis regalias, el Emperador que, después de la victoria sobre los turcosy como Sefer en AUS estaba = punto de contrive en €) pode atic hegeménico en el continent, tambien la cone espanol ls élesespuole as que Zu tenia que crear ‘asa del prevsibie problema de la sues ™ A tosos els har ewe Gouben, Luts 14g milion de Fangs Ps 955, 9196, Tn eontane on la tes “ear, exo 68 nay son kre por ago be, aus Pt 1986. hy 2 time Ue Roy adie, Ect game 2 ves, Pas 9, bee ‘meena grand; p. 291310, expect p92 a» psy 306, 98 _ diosa abouts? a respuesta a Nicholas Henshall bia que hacesles ver con claridad que naclie en Europa podia pre tender que existiera un monarea ms onodoxo que el rey francés, or cierto, en ningsin lugar eparte de Francia el principado y Ja resleza de la Edad Moderna estuvieron marcados de manera tan clara por la poliica exterior y de poder como en Beandenburgo- rusia. Casi todos los logros, que desde Otto Hinize y otros son fofrecides como caracteristicos del absolutismo de Brandenbur- ‘g0-Prusia, pueden presentarse sin eificaltades como motivados por 12 politica military, por lo tanco, por la poitiea exterior, y esto en la ‘epoca en la que debe comenzar un anilisis del proceso de forma- ‘in del estado prusino: bajo el Gran Hleecor (1640-1688), Justa- ‘mente, si se observa Ia manera de accuar sumamente pragraica de ‘se principe en sus conllicios con los estamentos de sus esados, ‘onfitos en cuyo tanscurso se desarollé a dable estructura cons- tinaconal que en el firuro marearia el eino de Prusia la cima del ‘estado fuerte y una ampli estructura de dominio noble-estamental igualmente fuerte, se ve que el fin de su acuacién poltica no ert el dominio por st mismo en el sentido del paradigma del absoluis- ‘mo, sino Ia conservacion ¥ expansion estatal del fil conglomers- do de paises unido en unin personal bajo un cetzo, desde el du ‘ado de Prusia en el este hasta el ducido de Cléveris en el oes. Con un concepto de poder que aspiraba ala suborinacion de los ‘estamentos no se pod legar muy lejos, sien cambio eon un com Poramiento que justamente mosinba hacia el exesior una y ota ‘vez que la poli de ese esiado se habia de medir con los mistnes patrones concepeusies que esaban a alza en toda Buropa en el s- flo XVil la raz6a de estado, el interés de los estados, predominio, flora, pero ante todo soberinia, maiesas ~este concepto constitu: ‘onal dave de la poca, que primero, en el siglo XVI tard de Bo- din, habia tenido un signifeado interior y uno exterior, de los cua~ les, sin embargo, después de las guestas civilesreligiosas desde el ‘glo XVIL, sobre todo, el significado exterior mantenia su relevan- ‘ia politico-concepual. Séio hay que leer a Pufendorf o también los tesamentes polices de algunos principes para captar la impor- tancia del argumento de a poltea de poder. 2, Poderes grandes, medianos y pequeiios, Del trasfondo de esa orlentacién principal de las grandes » Bh absoltsme (1550-1700) un mito? monarquias europeas hacia la potica exterior y expansionista desde el siglo XVI, sobresile, sin embargo, una dierenciacion . fuday, pro sin poder argument con a eapraoa de gue teulos fogioospor todo lo qe ys ha cho En lntBiropa de ‘Edad Nodemay no examos act vn si sem plo comingate eos lor pases por ul, como Schubersimpyeso 2 col todoe ks eadon de Pato eben So odo tern, y qu eo tds panes foncnat sgn os ‘Msmos pune, Ls mnquas Gropeas Toman una buena pane Jeu Tepnactn del fondo detain aspect ‘Emin, ue fue en boos pre blade y modes, ero 90 eoestonads por Reforms en el nglo 3. Peo no se pucde CSercsar dua ranenttnforme que fuera vida. fos fave, con sper conan de sno, reg cede auelas nonarqins katon eng dominio n= ‘Speco toto 2 oo eeu in beta y como 1. fran lever cabo cambio ea dec reforms, condo fuera ecco. in dude 4 fo lego dela Bdad Modem, eeeron tus eetian, que @ potion! debemos eateyortat como Spunando ena na decsign, i de a preliseria el ead modern. Guien io rege, cot Guo Schols Hensal procive hace sosperkons de vrlas costs de una manera ae Sian de aque songs conocimienos hie mac. ven, Peo dest tls efrau, por ejemplo en fo de Tmtiuones nacan no nos penne suponer que esonces he ronnon de a mana manent de a que oy ceemos que de flan haber funcionado, No slo es importante el que tales totes yun mii, sno eb x pregantasobre cn tranchon vumcnaiane, ston de, ea poo ts be mpleados no so por on reyes © mines so nn, fori nin des, pops camaro tes en say orc oti ober in genoa visa e a stacon ena Gen, hve tigacon de ls ites “emtendas ene seat soclGpeo™ a 2 yeanse see ido losis comet de lane Gat sabe - usin ee estado 7 socked eu Hae el Agno Regine en en Rohe, ies Prompts Econ Bigine 9p 2520. 105 absolutism (15501700) mi? ‘quiere de nuevo una gran importancla, Mientras que dominaba la idea de que cl logro principal del absolutismo era la nivelacion de la comunidad de los sablitos, este aspecto'se podia dejar de tun lado; pero cuando esti claro que, por ejemplo, a otorgaciin de privilegos, incluso en grado extremo, parte del siste- ‘ma, directamente se plantea la cuestion decisiva:

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