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INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA


POSGRADO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL

SOFTWARE LIBRE Y COMUNIDAD VIRTUAL:


EL CASO DE UBUNTU-ES

TRABAJO QUE PRESENTA

JUAN MANUEL ZURITA SÁNCHEZ

PARA EL COLOQUIO INTERNO DEL


POSGRADO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL

26 de julio de 2007

1
Software libre y comunidad virtual : el caso de Ubuntu-es

Software is like sex. It's better when it's free


Linus Torvalds

0. Presentación

En el año de 2004 el empresario Mark Shuttleworth, por medio de su compañía


Canonical Ltd., anuncia el lanzamiento de Ubuntu, una distribución GNU/Linux1
basada en Debian2 y Gnome3 que ofrece un sistema operativo libre para
computadores personales. Este logro, en apariencia individual, nace directamente
de la inquietud de un grupo de programadores expertos provenientes del proyecto
Debian, que por diversas circunstancias de organización y trabajo decidieron
apartarse del mismo.
De acuerdo con algunas experiencias de sus fundadores, Debian con el
paso del tiempo se convertiría en un proyecto demasiado burocrático, con
responsabilidades poco definidas y donde cualquier propuesta terminaba
regularmente en un mar de discusiones. Asimismo, Debian hoy día se caracteriza
por poner énfasis sólo en sus versiones estables, dejando un tanto de lado sus
versiones de prueba, lo que para fines actuales de desarrollo de software
GNU/Linux la convierten en una distribución con relativa vigencia, razón por
demás para que varios de sus programadores decidieran alejarse de ella.
Luego de haber formado un grupo interdisciplinario, los programadores
exiliados de Debian buscaron el apoyo económico de Mark Shuttleworth con el fin
de crear una nueva distribución. De inmediato Shuttleworth aceptó la propuesta, al
tiempo que decidió convertirla en una iniciativa autosostenible, combinando ello su
experiencia en la creación de nuevas empresas y el talento de los programadores
de la plataforma Linux. De este modo nace Canonical Ltd., firma encargada de
financiar económicamente el proyecto de Ubuntu4 mediante la comercialización de
servicios y soporte técnico a empresas usuarias de este sistema operativo.

1 Acrónimo recursivo que significa «GNU is not Unix», el cual da nombre al proyecto lanzado en
1984 por el activista e investigador del MIT, Richard Stallman, cuyo propósito fundamental ha
sido desde entonces desarrollar un sistema operativo completo tipo Unix bajo la filosofía del
software libre. En la actualidad dicho proyecto ha dado frutos, y junto con el trabajo de Linus
Torvalds, creador del sistema operativo Linux en 1991, el proyecto ha podido ofertar un
sistema completamente funcional y robusto tanto para computadores personales como para
servidores, generalmente conocido como GNU/Linux. Para mayor información véase el sitio
Web del proyecto: http://www.gnu.org/home.es.html
2 Debian es un sistema operativo totalmente libre que utiliza el núcleo de Linux y una serie de
herramientas básicas provenientes del proyecto GNU, el cual está disponible en:
http://www.debian.org/index.es.html
3 Gnome, proyecto impulsado por los mexicanos Miguel de Icaza y Federico Mena que ofrece un
entorno de usuario basado en ventanas completamente libre, el cual se traduce en un
conjunto de aplicaciones amigables y un escritorio de fácil utilización. Disponible en:
http://www.gnome.org/
4 Disponible en: http://www.ubuntu.com/

2
Después de varios meses de arduo trabajo y tras un breve periodo de pruebas, se
anuncia la primera versión de Ubuntu (Warty Warthog), la cual sale a la luz el 20
de octubre de 2004, con lo que se daría inicio a una familia compuesta
actualmente por más de 6 versiones y 18 sabores (flavours).
Esta peculiar distribución debe su nombre al movimiento homónimo
encabezado por el obispo Desmond Tutu, quien ganó el premio Nobel de la Paz
en 1984 por sus luchas en contra del Apartheid en Sudáfrica. Mark Shuttleworth, el
mecenas del proyecto, es sudafricano y, por lo tanto, simpatizante de este
movimiento. Por esta razón, y tras encontrar similitudes con el proyecto GNU y el
movimiento del software libre en general, es que decide aprovechar la oportunidad
para difundir los ideales de ubuntu a todo el mundo.
En términos generales, ubuntu es una ideología étnica sudafricana que se
basa en las alianzas y las relaciones interpersonales. La palabra proviene de las
lenguas Zulu y Xhosa (oo-Bun-Tu) que significa «humanidad hacia otros» [Louw,
2001, p. 15]. Ubuntu también es visto como un concepto tradicional africano que
integra cada uno de los principios fundamentales de la nueva República de
Sudáfrica, y que conecta con la idea de un renacimiento africano. Otra posible
traducción de la palabra ubuntu es «la creencia en un enlace universal de
convivencia que vincula a toda la humanidad». [Ibídem, p. 26]
De acuerdo con algunas declaraciones hechas por el obispo Desmond Tutu,
«...una persona con ubuntu está abierta y disponible para otros... no se siente
amenazada por la capacidad y bondad de otros; tiene una seguridad propia que
viene del saber que él o ella proviene de un gran todo y es disminuida cuando
otros son humillados o disminuidos, cuando otros son torturados u oprimidos.»
[Murithi, 2006, p. 28] Así es como el proyecto Ubuntu, sistema operativo basado
en el movimiento GNU/Linux, trae el espíritu de ubuntu al mundo del software
libre.
Dicho proyecto está totalmente centrado en los principios del desarrollo del
software libre,5 el cual anima a que la gente use, mejore y distribuya software de
código fuente abierto. Esto significa que Ubuntu es, y siempre será, gratuito. Sin
embargo, esto no quita la posibilidad de que Ubuntu pueda obtener alguna
remuneración. La filosofía del software libre se basa en que la gente pueda
utilizarlo libremente y de todas las formas que considere socialmente útiles. Por lo
mismo, software libre no significa únicamente que no se tenga que pagar por él,
sino que también supone que se pueda utilizar de la forma en que las personas
así lo convengan: el código que lo conforma está siempre disponible para que

5 De acuerdo con las palabras de Richard Stallman [2004], el software libre es una cuestión de
libertad, no de precio, sobre todo si cumple con las cuatro clases de libertad para los usuarios
de software:
Libertad 0: la libertad para ejecutar el programa sea cual fuere nuestro propósito.
Libertad 1: la libertad para estudiar el funcionamiento del programa y adaptarlo según
nuestras necesidades –el acceso al código fuente es condición indispensable para esto.
Libertad 2: la libertad para distribuir copias y ayudar así a tu vecino.
Libertad 3: la libertad para mejorar el programa y luego publicarlo para el bien de la
comunidad –el acceso al código fuente es condición indispensable para esto.
Por lo tanto, software libre es cualquier programa cuyos usuarios gocen de estas libertades.
Gozar de esta libertad significa, entre otras cosas, no tener que pedir permiso ni pagar por
ello. [p. 45]

3
pueda ser descargado, modificado y utilizado de la manera en que se crea
conveniente. Por lo tanto, además del hecho de que el software libre a menudo se
puede conseguir sin ningún coste, esta libertad también implica ciertas ventajas
técnicas, es decir, cuando se desarrollan nuevos programas, puede utilizarse el
trabajo previo de los demás y construir sobre la base del mismo. En cambio, con el
software propietario sucede lo contrario: cuando se desarrollan o crean ciertos
programas, se tiene que empezar desde cero. Es por esta razón que el desarrollo
de software libre es rápido, eficiente y, sobre todo, excitante.
Hoy día existen distintos sistemas operativos basados en la filosofía
GNU/Linux, tales como OpenSuSE,6 RedHat7 y Mandriva,8 por mencionar algunos.
Ubuntu es otro sistema operativo GNU/Linux más que viene a sumarse a esta
gran lista. Pero ¿qué es lo que lo hace diferente?
Basado en Debian, una de las distribuciones tecnológicamente más
avanzadas, Ubuntu pretende ser una distribución que proporcione un sistema
operativo Linux actualizado y coherente para la informática de escritorio y
servidores, con miras a que cualquier persona con conocimientos básicos en
computo pueda instalarlo y utilizarlo.9 Para ello, Ubuntu incluye un número de
paquetes cuidadosamente seleccionados de la distribución Debian, junto con un
poderoso sistema de gestión de paquetes que permite de forma fácil y limpia la
instalación y desinstalación de programas. A diferencia de otras distribuciones que
vienen con una enorme cantidad de software que puede o no ser de utilidad para
el usuario, la lista de paquetes de Ubuntu se ha reducido a un número de
aplicaciones importantes y de alta calidad.10
Con la mirada puesta en el servicio, Ubuntu proporciona un entorno
informático robusto y de gran funcionalidad, adecuado para entornos domésticos y
comerciales. Es por ello que el proyecto invierte el tiempo que sea necesario en
resolver los detalles más finos que conlleva a su confección, al tiempo que es
capaz de publicar una nueva versión cada seis meses con el software más actual.
Ubuntu está disponible en los sabores correspondientes para las arquitecturas
i386 (procesadores 386/486/Pentium/CoreDuo y Athlon/Duron/Sempron), AMD64
(Athlon64, Opteron y los nuevos procesadores Intel de 64 bits) y PowerPC
(iBook/Powerbook, G4 y G5), lo que la convierte en una de las distribuciones con
mayor rango de versatilidad tecnológica.
Ubuntu es mantenido por una comunidad que crece deprisa. El proyecto
está patrocinado por Canonical Ltd., empresa que aglutina en su nómina a los
desarrolladores centrales de Ubuntu, la cual ofrece a su vez soporte y servicios de
consulta a cualquier persona u organización interesada en utilizar este sistema
operativo. Sin embargo, la comunidad mundial de usuarios de Ubuntu ha visto un
rápido crecimiento en los últimos dos años, al grado de que se han conformado

6 Disponible en: http://www.opensuse.org/


7 Disponible en: http://www.redhat.es/
8 Disponible en: http://www.mandriva.com/es/welcome
9 De ahí la frase que conforma su eslogan: Lunix para seres humanos. Aunque esta frase
también refiere al concepto de humanidad propio del movimiento ubuntu, encabezado por el
obispo Desmond Tutu.
10 Por ejemplo: una suite ofimática, un navegador Web, un gestor de correo electrónico, un
reproductor de audio y video, un editor de imágenes, entre otros programas más.

4
distintas Comunidades Locales (LoCo)11 tanto a nivel regional como por hablantes
de una lengua en específico. Esto significa que actualmente hay más de 100
comunidades locales Ubuntu12 distribuidas alrededor del mundo, las cuales
trabajan de manera autónoma pero todas bajo la guía de la filosofía Ubuntu y del
proyecto GNU/Linux.
En lo particular me interesa el estudio de la comunidad Ubuntu-es,13 primera
comunidad Ubuntu de habla hispana en el mundo, anterior a sus hermanas de
Latinoamérica, España y México. Se trata de una comunidad conformada por más
de 1000 usuarios y miembros aproximadamente, que día a día generan una serie
de datos e informaciones indispensables para la vida de cualquier ubuntista. La
dinámica de participación dentro de esta comunidad va desde el planteamiento de
simples dudas hasta consejos que implican un conocimiento profundo del sistema
operativo Ubuntu, todas ellas canalizadas a través de foros de discusión y
bitácoras personales. Se trata de un espacio virtual dentro de la WWW14, que tiene
por característica fundamental el espíritu por compartir información y
conocimiento, además de su carácter meritocrático. No existen filtros ni barreras
para participar de esta comunidad, sólo el conocimiento mismo que implica haber
arrancado un sistema GNU/Linux en una PC y el deseo por compartir experiencias
con otros miembros o usuarios de la comunidad. Se puede decir que se trata de
una comunidad virtual que tiende a dar regalos que se traducen en forma de
bienes públicos [Kollock, 2003].
Es sobre este aspecto que el presente trabajo tiene como finalidad
presentar un esbozo que permita el estudio de la comunidad virtual de Ubuntu-es
desde una perspectiva antropológica a la vez que sociológica. Para ello, en un
primer momento se presentará el marco histórico-social y tecnológico que permite
explicar el surgimiento de este tipo de comunidades dentro del llamado
ciberespacio, retomando para ello conceptos como sociedad red, comunidad
transnacional imaginada virtual y hábitats de significado, sugeridos por autores
como Manuel Castells, Gustavo Lins Riveiro y Ulf Hannerz. Posteriormente se
retomarán los conceptos de ética hacker, economía de don y bienes públicos,
propuestos por Pekka Himanen, Marcel Moss y Peter Kollock, respectivamente,
para tratar de evidenciar el tipo de relaciones que se dan al interior de una
comunidad virtual como la de Ubuntu-es. Por último se tratará de explicar el
vínculo que guarda el movimiento del software libre en general y la dinámica que
sustenta a la comunidad de Ubuntu-es en particular con el concepto de
communitas de Victor Turner, con la idea de exponer el grado de ritualidad que
conlleva ser parte de una comunidad virtual en Internet. Lo anterior en su conjunto
forma parte de un esfuerzo por conocer el papel de resistencia y antihegemonía
que las comunidades virtuales adscritas al movimiento del software libre
mantienen dentro una era marcada por el uso masivo de Nuevas Tecnologías de

11 Local Community por su siglas en inglés. Se trata de un proyecto de comunidades locales que
busca promocionar el trabajo de Ubuntu a nivel regional, con el fin de integrar una red
mundial de comunidades que juntas conformen la gran comunidad mundial de Ubuntu.
Disponible en: http://wiki.ubuntu.com/LoCoTeams
12 Cfr. http://wiki.ubuntu.com/LoCoTeamList
13 Disponible en: http://www.ubuntu-es.org/
14 World Wide Web, mejor conocida como Web.

5
Información y las Telecomunicaciones (TIC) y el capitalismo financiero mundial,
fenómenos ambos que indudablemente han venido a reconfigurar nuestra idea
sociedad y comunidad en los últimos veinte años.

1. Teorías de la comunidad virtual

Desde hace más de diez años las redes informáticas han llamado enormemente la
atención del público en general. Las tecnologías de la computación que en un
principio provocaron el interés de una pequeña élite privilegiada, ahora son usadas
de forma generaliza por un número importante de personas, al grado de haberse
convertido en un debate político de interés público y parte de la cultura popular.
Estos nuevos medios de información y comunicación, cuyo mayor
exponente es Internet, han servido de base para la creación de nuevos escenarios
y espacios sociales en los que la gente puede reunirse e interactuar. Mediante el
uso de algunos medios de interacción en red, como el correo electrónico, los chat
o los weblogs, la gente ha podido formar miles de grupos de discusión sobre
diversos temas, que van desde compartir un simple consejo culinario en Internet
hasta trabajar en una amplia variedad de complejos proyectos de carácter
colectivo. No se trata, pues, de simples medios de comunicación, sino de medios
de comunicación e información entre grupos que sostienen y apoyan las
interacciones multilaterales.
¿Qué tipo de espacios sociales son los que se gestan mediante el uso de
estas tecnologías? En el principio era el computador, luego el computador
personal y por fin apareció la red que ha conectado a todo el planeta y que recibe
el nombre de Web. Desde entonces, el computador en red se ha convertido en
una poderosa herramienta que posibilita un tipo de interacción social sin
precedentes, situación que se deja notar más profundamente en el momento en
que la gente modifica la forma en que se “junta” y comunica. De este modo es
como surgen distintas organizaciones sociales basadas en un sistema de
comunicación on-line, que desarrollan un tipo de interacción específica de acuerdo
al sistema de comunicación que emplean. De ahí que existan comunidades
basadas en el correo electrónico, las listas de discusión, las BBSs,15 los chats de
texto, los MUDs16 y los sitios en la WWW. Sin embargo, el concepto de comunidad
on-line o virtual permite englobar a cada una de estas manifestaciones en tanto
que expresa los niveles de compromiso y conexión que los usuarios experimentan
al momento de emplear las comunicaciones mediadas por computador (CMC:
Computer-Mediated Communications). De acuerdo con Rheingold [1998] «...las
comunidades virtuales son agregaciones sociales que emergen de Internet cuando
suficientes personas se mantienen en una discusión pública, durante el tiempo
suficiente, con suficiente sentimiento humano como para establecer redes de
relaciones personales en el ciberespacio.»
Un elemento que permite explicar de mejor modo estos niveles de
integración social mostrados a través del uso de las tecnologías de información y
15 Las siglas BBS equivalen en inglés a Bulletin Board System.
16 Multi-User Domains o Dungeons.

6
comunicación (TIC), es el concepto de transnacionalidad que Ribeiro argulle en
gran parte de su obra, denotando con ello un fenómeno de corte económico,
político e ideológico que apela a una conciencia que tiende a formar parte de un
cuerpo político global. Ribeiro [2003] entiende la transnacionalidad17 «...como el
factor que promueve la posibilidad de cambiar nuestras concepciones de
ciudadanía para hacerlas compatibles con una clara sensibilidad y responsabilidad
respecto de los efectos interconectados de las acciones económicas, sociales y
culturales en un mundo globalizado.» [p. 61]
Desde este punto de vista, las redes globales de comunicación se
convierten en el catalizador que redefine las funciones y atribuciones político-
económicas así como las representaciones colectivas de la gente al rededor del
planeta, generando con ello diferentes niveles de integración como las halladas en
las comunidades virtuales. En todo caso, el cine, la televisión y, ahora, las redes
computacionales son las que dan vida a los principales soportes simbólicos e
ideológicos que devienen en el surgimiento de la cultura y las representaciones
transnacionales virtuales. Por lo tanto, quizá uno de los cambios más significativos
en la historia del computador moderno «...sea su transformación en una potente
máquina de comunicación... volviéndose así el más poderoso medio simbólico
transnacional de intercambio de informaciones y de comunicación interactiva.»
[Ibídem, p. 177]
Es en este sentido que las tecnologías de comunicación también son
tecnologías que permiten la creación de comunidades. En su momento Anderson
[1993] demostró, en retrospectiva, la importancia del capitalismo literario para la
creación de una comunidad imaginada que se transformaría en un Estado-nación:

Podrá entenderse mejor la importancia de esta transformación, para el surgimiento


de la comunidad imaginada de la nación si consideramos la estructura básica de
dos formas de la imaginación que florecieron en el siglo XVIII: la novela y el
periódico. Estas formas proveyeron los medios técnicos necesarios para la
representación de la clase de la comunidad imaginada que es la nación. [p. 46]

Anderson continúa llamando la atención sobre el papel que tuvieron la


lengua impresa, la proliferación de las editoriales y la producción masiva de libros
y diarios en la erosión de las comunidades sagradas preexistentes, al tiempo que
también generaron un sentimiento de comunión y lazos imaginados que por
supuesto debieron desembocar en un sentido de simultaneidad entre lectores-
compañeros que gradualmente se tornaron conscientes de la existencia de
millares, sino es que de millones. Juntos formarían, en su invisibilidad visible, el
embrión de la comunidad nacional imaginada. [Ribeiro, 2003, p. 177]

Podemos resumir... diciendo que el capitalismo y la tecnología impresa en la fatal


diversidad del lenguaje humano hicieron posible una nueva forma de comunidad
imaginada, que en su morfología básica preparó el escenario para la nación
moderna. [Anderson, 1993, p. 75]

17 Una breve definición propuesta por el mismo Ribeiro sería: una situación donde el origen o
pertenencia nacional sea imposible, o prácticamente imposible, de identificar. Pero en este
contexto, el sentido de transnacional apela a una prospección sobre la contemporaneidad.

7
Del mismo modo que Anderson advirtió cómo cierta tecnología llega a ser
un factor importante en la conformación de un tipo de comunidad imaginada,
Ribeiro [2003], por su parte, sostiene que el capitalismo electrónico-informático
constituye el ambiente necesario para el desarrollo de una comunidad
transnacional imaginada virtual y que Internet es su base tecnosimbólica. [p. 73]
En pocas palabras y de acuerdo con lo expresado por este último autor, el
surgimiento de la comunidad transnacional imaginada virtual es producto de la
conformación de la red global de computadores, mejor conocida como Internet. No
obstante, este proceso de cambio tiene una base de carácter económica que es
pertinente tomar en consideración: el capitalismo electrónico-informático. Ambos
factores son para Ribeiro piezas fundamentales para entender el surgimiento de
este tipo de comunidades desterritorializadas, cuya característica principal es el
intercambio de información y conocimiento a través de Tecnologías de Información
y Comunicación (TIC). Es por este motivo que Ribeiro resalta el papel histórico de
la tecnología en tanto que ha hecho posible la transformación de los
computadores en poderosas máquinas de comunicación, que a su vez potencian
la conformación de las comunidades transnacionales virtuales –como en el caso
de Ubuntu– en relación con el surgimiento de su propia cultura y espacio,
denominados de mejor forma como cibercultura y ciberespacio. [Ibídem, p. 179]
Sobre este último aspecto, es importante reconocer la historia de las
tecnologías que hicieron posible la aparición de estos y otros fenómenos, los
cuales, indudablemente, han venido a reconfigurar el escenario mundial dando
nuevos bríos a la discusión política sobre el ejercicio de la democracia a escala
global, sin dejar de lado las disparidades que el juego del poder y el uso de
tecnologías hacen para mejorar o empeorar las relaciones sociales que de ellas se
desprenden. Por eso, he aquí una de las principales preguntas, ¿qué es lo que
permitió la aparición y consolidación de las llamadas comunidades transnacionales
virtuales dentro de la denominada Era de la Información? La respuesta puede ser
directa: el surgimiento de la Sociedad Red.

Para algunos autores hablar de Sociedad Red implica sólo una tautología,
dado que toda sociedad en cierto sentido es una red. Sin embargo, y de acuerdo
con Manuel Castells [2002, 2002b], este concepto nos remite a la idea de una
estructura social18 fundamentalmente compuesta por redes de información, cuyo
paradigma tecnológico en expansión, el informacionalismo, ha permitido una
revitalización de las redes sociales19 que históricamente habían quedado a la
sombra de añejas estructuras jerárquicas. De ahí la importancia de dejar en claro
cuál es el origen de este tipo de sociedad así como los factores que influyeron en

18 Por estructura social se entiende aquellos acuerdos organizativos humanos en relación con la
producción, el consumo, la reproducción, la experiencia y el poder, expresados mediante una
comunicación significativa codificada por la cultura. [Castells, 2006, p. 27]
19 Si bien es cierto que las redes sociales son tan antiguas como la propia humanidad, también
es verdad que estas redes han cobrado nueva vida a partir del influjo que reciben del
informacionalismo, pues realza su flexibilidad al tiempo que soluciona problemas de
coordinación y gobierno que a lo largo de la historia lastraban a las redes sociales en su
competencia con las organizaciones jerárquicas. [Castells, 2002b, p. 180]

8
su consolidación, lo que sin duda redundará en la explicación de varios fenómenos
relacionados con la creación y circulación de información digital a través de redes
de telecomunicación, entre ellos la conformación de comunidades transnacionales
virtales anunciadas por Ribeiro.
Concretamente se puede decir que la Sociedad Red tiene su origen en la
coincidencia histórica de tres fenómenos independientes, ocurridos durante la
segunda mitad del siglo XX. El primero de ellos es la revolución tecnológica de la
información, cuyos componentes principales cuajaron como un nuevo paradigma
tecnológico en la década de 1970. El segundo concierne al proceso de
reestructuración económica de los dos sistemas en competencia, el capitalismo y
el estatismo, que inevitablemente arrastraron crisis de primer orden como efecto
de sus contradicciones internas; en 1973-75 para el caso del capitalismo y en
1975-80 para el caso del estatismo. El tercero de estos fenómenos tiene su
génesis en una serie de movimientos sociales de carácter contracultural,
acaecidos entre las décadas de 1960 y 1970 alrededor del mundo, particularmente
libertarios y con un fuerte rechazo hacia las instituciones establecidas, es decir,
figuras como el Estado y la empresa capitalista [Castells, 2002b, pp. 185-187].
La coincidencia histórica de estos tres fenómenos fue totalmente fortuita,
así como su combinación específica en determinadas sociedades. Este es el
punto por el cual la forma y la velocidad del proceso de transición a la Sociedad
Red es diferente en Estados Unidos, Europa y el resto del mundo. No obstante, el
planeta hoy día no está totalmente sujeto a la dinámica específica de esta
estructura social, del mismo modo que la sociedad industrial nunca llegó a
extenderse a toda la humanidad. Pese a ello la lógica de la Red ya ha logrado
vincular segmentos importantes de la sociedad en casi todo el mundo, bajo la
forma estructural de una nueva economía globalizada. Aun así, la Sociedad Red
no es la tierra prometida de la era de la información, simplemente se trata de una
nueva y particular forma de estructura social que permite, en muchos de los casos,
modestas manifestaciones de solidaridad humana [Ibídem, p. 187]. Todo depende
de la manera y el contexto en que ésta tome su curso.

En el centro de nuestras sociedades más desarrolladas se ubica una


revolución tecnológica de alcances inconmensurables, la cual ha venido a
transformar el paisaje social de la vida humana en la mayor parte del mundo.
Traducida en torno a unas cuantas tecnologías20 de información y comunicación21,
dicha revolución ha permitido el surgimiento de un nuevo paradigma tecnológico,
mejor conocido como informacionalismo. [Castells, 2002, p. 40]
Por paradigma tecnológico se entiende la manera en que éste organiza la
gama disponible de tecnologías en torno a un núcleo que realza el rendimiento de
cada una de ellas. Tal fue el caso de la revolución industrial que sentó las bases

20 Suele entenderse por tecnología el uso del conocimiento científico para establecer formas de
hacer las cosas, que permiten su funcionamiento de una manera reproducible [Castells, 2002,
p. 56].
21 Dentro del campo de las tecnologías de información y comunicación se consideran la
microelectrónica, la informática (hardware y software), las telecomunicaciones y la
optoelectrónica; y, a diferencia de otras definiciones, se considera también a la ingeniería
genética y su conjunto de desarrollos y aplicaciones.

9
del industrialismo, paradigma tecnológico vinculado a una serie de revoluciones
provenientes de áreas tan distintas, tales como la ingeniería mecánica, la
metalurgia, la química, la biológica, la medicina y los transportes; y cuyo núcleo
estuvo caracterizado por su capacidad para generar y distribuir energía22 por
medio de instrumentos elaborados por el ser humano sin depender del entorno
natural. Así fue como esta infraestructura tecnológica hizo posible la aparición de
nuevas formas de producción, consumo y organización social que en su conjunto
dieron forma a la llamada sociedad industrial. [Castells, 2002b, p. 170]
Esta comparación resulta útil al momento de intentar comprender el
significado que guarda el informacionalismo como un paradigma tecnológico en
expansión, sobre todo cuando éste está sustituyendo al industrialismo como matriz
dominante en las sociedades del siglo XXI. Desde luego que el industrialismo no
deja de existir de la noche a la mañana ni mucho menos en tan pocos años. Se
trata más bien de un proceso de transición histórica que avanza con la absorción
de formas sociales precedentes por parte de otras emergentes. ¿Pero cómo saber
que un paradigma tecnológico (por ejemplo, el informacionalismo) es dominante
en relación con otros? Simple: por su rendimiento superior en cuanto a la
acumulación de riqueza y poder. [Ibídem, p. 171]
Aun así no debe perderse de vista que el informacionalismo es un
paradigma tecnológico que concierne a la tecnología, no a la organización de la
sociedad ni a sus instituciones. Si bien la tecnología no determina a la sociedad,
tampoco la sociedad tiene la facultad para dictar el curso del cambio tecnológico,
ya que muchos factores, incluidos la invención y las iniciativas personales,
intervienen en el proceso del descubrimiento científico y de innovación
tecnológica, así como en las aplicaciones sociales que de ésta se hagan. Lo que
caracteriza al informacionalismo es que proporciona la infraestructura tecnológica
necesaria para la aparición de nuevas formas de producción, consumo y
organización social que en su conjunto moldean a la Sociedad Red. 23 Sin el
informacionalismo, la Sociedad Red no podría existir, mas ello no implica que esta
nueva estructura social sea producto total del informacionalismo, sino de un patrón
más amplio de transformación social.
En todo caso, lo que podría distinguir al informacionalismo como paradigma
tecnológico en expansión sería su papel central en relación con el conocimiento y
la información como formas básicas para la generación de significado, riqueza y
poder, lo que lo vincularía con el surgimiento de una nueva forma de capitalismo
informático del que ha llegado hablar Ribeiro [2003]. Sin embargo, a lo largo de la
historia ambos factores, conocimiento e información, así como sus respectivos
puntales tecnológicos, han estado estrechamente ligados con la dominación
político-militar, el bienestar económico y la hegemonía cultural al interior de varias
22 Revolución tecnológica de la energía que inicialmente estuvo vinculada con el vapor y,
posteriormente, con la electricidad.
23 Algo similar ocurrió cuando el industrialismo se asumió como el paradigma tecnológico
dominante en un número importante de sociedades, es decir, cuando estas sociedades
empezaron a encontrase plena y definitivamente organizadas en torno al eje de la producción
y de la maquinaria para la fabricación de bienes, contrario a lo que sucedía con las
sociedades de corte pre-industrial, dependientes del trabajo manual y extracción de recursos
primarios de su entorno. En otras palabras, hablamos del advenimiento de la sociedad
industrial como género y las sociedades capitalista y estatista como especies.

10
sociedades, sino es que en todas.24 «Por tanto, y en cierto sentido, todas las
economías se basan en el conocimiento, y todas las sociedades son, en el fondo,
sociedades de la información.»25 [Castells, 2002b, p. 173]
Lo que realmente caracteriza al informacionalismo en estos momentos de la
historia es su capacidad para aplicar dichos factores en aparatos de generación de
conocimiento y procesamiento de información/comunicación bajo la forma de un
círculo de retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos. En otras
palabras, significa que las TIC no son sólo herramientas que aplicar sino procesos
que desarrollar. Por ello los usuarios y los creadores pueden y suelen convertirse
en los mismos, de modo que los primeros llegan a tomar el control de la tecnología
tal como sucede con Internet. «De esto se deduce una estrecha relación entre los
procesos sociales de creación y manipulación de los símbolos (la cultura en la
sociedad) y la capacidad de producir y destinar bienes y servicios (las fuerzas
productivas). Por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza
productiva directa, no sólo un eslabón decisivo del sistema de producción.»
[Castells, 2002, p. 58]
Parte sustancial de este último punto implica suponer la existencia de un
tipo de cultura que sea característica de la Sociedad Red. Pocos son los autores
que han manifestado siquiera la posibilidad de que haya un determinado patrón
cultural que permita identificar una serie de valores, creencias y formas que
motiven un determinado comportamiento de personas o grupos al interior de esta
estructura social. Sin embargo, Manuel Castells [2006] ha puesto sobre la mesa la
hipótesis de que existe un tipo de manifestación cultural que bien podría ser
considerada como un distintivo histórico que de cuenta de los procesos de
innovación, creación, comunicación e intercambio de información dentro de la
llamada Sociedad Red.
Su hipótesis radica en la idea de que independientemente que haya una
diversidad cultural marcada por las herencias específicas de cada cultura, así
como una resignificación de la sociedad red de forma particular dentro de los
contextos locales, existe la posibilidad de que cada una de estas identidades
específicas desarrollen la capacidad de comunicarse unas con otras. La pregunta
es ¿cómo puede llevarse a acabo el desarrollo de esta comunicación entre
distintos? La respuesta apela a una serie de protocolos de comunicación aún por
definir pero que conciernen al mismo proceso de comunicación e interacción que
Castells intuye es la base para una cultura de la Sociedad Red:

24 Por ejemplo, el Imperio romano no podría ser comprendido sin la tecnología de la ingeniería
necesaria para la realización de vastas obras públicas y sistemas de comunicación, así como
sin el procesamiento de la información y la comunicación gracias a la existencia del latín
como lengua franca y desarrollada.
25 Es por esta razón que considero que el concepto de sociedad de la información no es del todo
preciso para designar una estructura social que alude a una lógica de la red, que si bien está
plenamente relacionada con una explosión de la información y con una economía basada en
servicios, según como lo exponen otros autores, no es posible ubicarla del todo desde la
acepción de este vocablo. Por ello, al igual que Manuel Castells [2002b], prefiero usar el
concepto de informacionalismo como hasta ahora lo he hecho en este trabajo: «un paradigma
tecnológico que se basa en el aumento de la capacidad humana de procesamiento de la
información en torno a las revoluciones parejas de la microelectrónica y la ingeniería
genética.» [p. 173]

11
...mi propuesta teórica es que la cultura de la sociedad red global es una cultura de
protocolos que permiten la comunicación entre diferentes culturas sobre la base no
necesariamente de valores compartidos, sino de compartir el valor de la
comunicación. Esto quiere decir que la nueva cultura no está basada en el
contenido, sino en el proceso. Es una cultura de la comunicación por la
comunicación. [p. 69]

En otras palabras, significa también la posibilidad de tomar con mayor


intensidad la idea de ensanchar los hábitats de significado a través de las
interacciones que se entablen durante estos procesos de comunicación. Como ha
dicho Hannerz [1998]: «en el ecúmene global, algunas personas pueden, de
hecho, compartir gran parte de los mismos hábitats de significado...», pero éstos
también pueden verse enriquecidos cuando hay un entrecruzamiento de distintos
hábitats, «...lo cual dependerá no sólo de aquello a lo que en cierto modo estamos
físicamente expuestos, sino también a las capacidades que hayamos desarrollado
para salir adelante con ello de una forma inteligente: las lenguas que entendemos,
escribimos o hablamos, nuestro nivel de lenguaje con respecto a otras formas
simbólicas...» [p. 42] y, por qué no, en nuestra capacidad de tender protocolos de
comunicación con la diferencia.
El propósito de este nuevo proceso de comunicación es crear una red
abierta de significados que no sólo puedan coexistir sino que interactúen y se
modifiquen sobre la base del intercambio. Para ilustrar este proceso, Castells
apela a uno de los supuestos más originales que se han propuesto para designar
la cultura de la era de la información: la ética hacker. Para este autor, la ética
hacker tiene dos dimensiones; la primera de ellas refiere a una cultura de la
innovación basada por el simple hecho de innovar, es decir, la pasión que da el
crear y producir de manera lúdica. La segunda, refiere al simple hecho de
compartir, es decir, a la acción de ofrecer libremente conocimiento y
descubrimientos como un mecanismo esencial que se manifiesta en el proceso de
innovación dentro de la era de la información.

De este modo, la creación de redes porque sí, la disposición a aprender de los


otros y a darles lo que uno posee, podría ser la cultura de la sociedad red: creer en
el poder de la red, en el propio poder que se adquiere al estar abierto a otros y en
la satisfacción que produce la diversidad. Entre los hackers, por ejemplo, las redes
funcionan sobre la base de un valor común: el valor de la creatividad, el
sentimiento de autorrealización obtenido al ejercitar las capacidades mentales para
desafiar e inventar. [Castells, 2006, p. 70]

En resumen, la cultura de la Sociedad Red de la que nos habla Castells es


una cultura basada en la creación de protocolos de comunicación entre un número
cada vez mayor de culturas del mundo, desarrolladas sobre la base de una
creencia común en el poder de las redes y de la sinergia obtenida de dar y recibir
de los demás. De algún modo Ubuntu, como proyecto de software libre, encarna
directamente los ideales de este proceso de comunicación, que se pone en
evidencia a través de un número importante de comunidades locales que existen

12
al rededor del mundo, mismas que están dispuestas a ofertar una serie de
beneficios que van desde un sistema operativo gratuito hasta resolver dudas e
inquietudes de manera abierta y desinteresada, lo que indudablemente también es
parte del espíritu de ubuntu que poco a poco ha sido llevado más allá de las
fronteras geográficas que implica el continente africano.
A continuación se expondrá con mayor detalle parte la cultura hacker y su
ética, la cual está detrás del trabajo que permitió la creación del movimiento del
software libre y de lo que hoy es Internet, y sin el cual no podríamos hablar del
fenómeno de las comunidades virtuales y mucho menos de Ubuntu.

2. La cultura de la era de la información: la ética hacker

Dentro del movimiento de la cibercultura26 existen diversos tipos de protagonistas


conocidos generalmente como ciber-rebeldes, que defienden y promueven la
libertad de uso y acceso a la información. Uno de estos actores es particularmente
el hacker,27 quien con sus habilidades en informática hace posible la creación y
propagación del movimiento de software libre a nivel mundial.
Existe la imagen errónea y generalizada de que la actividad cotidiana de
este tipo de personas se centra en ingresar a las bases de datos del mundo para
violar códigos de acceso, con la intención de saquear o destruir la información que
estas bases contienen.28 También hay quienes piensan que la vida de un hacker
transcurre las veinticuatro horas del día a la luz de un monitor de computador,
creando los más peligrosos virus informáticos que después harán caer a muchas
de las redes de información comercial existentes en el mundo; y aunque en la
práctica esto es posible, la verdad pinta diferente.
Un hacker por lo regular resuelve problemas, construye cosas y creé en la
libertad y ayuda mutua voluntaria. Su labor se centra en diseñar programas y
software bajo el espíritu del trabajo que apunta a la pasión y el entretenimiento, ya
que la dedicación a esta actividad, según rezan los cánones, debe ser una fuente
directa de inspiración y dicha. [Himanen, 2002, p. 26] Una de las cosas que más
llama la atención de la actitud hacker es que ésta puede ser llevada más allá del
ámbito de la informática, lo que permite ser un hacker en cualquier actividad que
uno emprenda. Por ejemplo, «se puede ser un carpintero hacker. No es preciso
disponer de elevada tecnología, más bien tiene que ver con la artesanía y con el
hecho de dar importancia a lo que uno hace... Hay quien aplica la actitud hacker a
26 El término cibercultura se refiere principalmente al impacto social derivado de las nuevas
tecnologías vistas desde dos áreas: inteligencia artificial (computación y ciencias de la
información) y biotecnología (en tanto que conecta nuestros sentidos a la realidad virtual o al
ambiente artificial creado por computador, como mecanismo protésico de órganos o sistemas
fisiológicos humanos).
27 Los hackers son simplemente personas con conocimientos técnicos informáticos cuya pasión
es inventar programas y desarrollar nuevas formas de procesamiento de información y
comunicación electrónica. Para ellos, el valor supremo es la innovación tecnológica
informática. Y, por tanto, necesitan también libertad de comunicación con otros hackers,
espíritu de colaboración y de generosidad (poner a disposición de la comunidad de hackers –y
por ende a toda la humanidad– todo lo que se sabe, y, en reciprocidad, recibir el mismo
tratamiento de cualquier colega).
28 Las personas que actúan de esto modo reciben el nombre de crakers, y la cultura hacker los
rechaza.

13
otras cosas además del software, como la electrónica o la música; en realidad
cualquiera de la ciencias o de las artes muestra esta actitud en su máxima
expresión.» [Ibídem, p. 27]
Sobre este último aspecto salta a la vista los vínculos que la actitud hacker
mantiene con el mundo académico. Los científicos, por ejemplo, hacen público su
trabajo para que sea utilizado, verificado y desarrollado. Su investigación se basa
en la idea de un proceso abierto y autodepurador de errores. Este proceso de
autodepuración no es más que la piedra angular de la ética científica, la cual tiene
una correspondencia directa con las prácticas de acceso libre a la información
propuestas por los hackers. El trabajo científico «...comporta un modelo en el que
las teorías se desarrollan colectivamente y sus fallos e imperfecciones son
detectados y gradualmente depurados mediante la crítica del conjunto de la
comunidad científica», [Ibídem, p. 88] algo completamente similar a lo que sucede
al interior de las comunidades de software libre.
En una comunidad hacker, por ejemplo, las motivaciones sociales
desempeñan un papel muy importante, pero de un modo distinto. En realidad, no
es fácil comprender por qué algunos hackers dedican su tiempo libre a desarrollar
programas que acaban distribuyendo gratuitamente a través de la Web. Para Eric
Reymond –uno de los principales defensores de la cultura hacker– el móvil
principal radica en el reconocimiento de sus iguales. Para muchos de los hackers,
«el reconocimiento en el seno de una comunidad que comparte su pasión es más
importante y satisfactorio que el dinero, al igual que sucede en el caso de los
científicos de la Academia.» [Ibídem, p. 71] Se trata de un reconocimiento basado
totalmente en la meritocracia.
Este tipo de vínculos que se generan al interior de la comunidades hackers
es lo que hace que su modelo de trabajo sea tan atractivo. Los hackers se dan
cuenta de ello y de lo profundamente satisfactorio que pueden llegar a ser las
motivaciones y el reconocimiento en comunidad. Al hacerlo de este modo,
contradicen la imagen estereotipada del hacker como un nerd, un cliché que, por
lo demás, nunca fue cierto. Marvin Minsky, célebre investigador de inteligencia
artificial del MIT, ha llegado a afirmar que los hackers son, incluso, más sociables
que otras personas. [Ibídem, p. 72]
Siguiendo esta línea, uno de los aspectos más interesantes que tienen los
hackers es todo lo relacionado con su ética de libre acceso a la información y al
código fuente29, lo cual está detrás de los orígenes de Internet, Linux y la World
Wide Web. La idea de la ética hacker es plasmada por primera ocasión en el libro
de Steven Levy, publicado bajo el título de Hackers: heroes of the computer
revolution [1984], donde señala que:

• El acceso a los computadores debe ser ilimitado y total.


• Toda la información debe ser libre.
• Es necesario promover la descentralización.
• Los hackers deben ser juzgados por su labor, no por su raza, edad o
29 El código fuente de un programa se refiere al lenguaje de programación en el que está
escrito, como puede ser Fortran o C. Está diseñado para que los programadores puedan leer y
modificar el software. [Stallman, 2004, p. 175]

14
posición.

En términos puntuales, la ética del acceso libre puede describirse del modo
siguiente:

Todo empieza con un problema o una meta que alguien define como significativo
desde un punto de vista personal. Puede que esa persona plantee sólo el
problema o la meta, pero por lo general proporciona también una solución o
versión 0.1.1, por servirnos del sistema de numeración Linux.30 En el sistema
abierto, un receptor tiene el derecho a utilizar, probar y desarrollar esta solución
libremente. Ello es posible sólo si la información que ha llevado a la solución (la
fuente) ha sido transmitida junto con ella. En el modelo de libre acceso al código
fuente, la diseminación de estos derechos comporta dos obligaciones: estos
mismos derechos deben ser transmitidos cuando la solución inicial o su versión
refinada (0.1.2) sea compartida, y los participantes siempre tienen que ser citados
cuando se comparta cualquiera de sus versiones. Todo ello es un proceso
compartido, en el cual los participantes gradualmente van pasando a versiones
mejores. En la práctica, como es natural, los proyectos siguen este modelo teórico
en mayor o menor medida. [Himanen, 2002, p. 87]

De esta forma, la labor de un hacker se centra en perpetuar la libertad de


acceso a la información en busca de beneficios personales y comunitarios. Este es
un aspecto de la cultura y ética hacker que bien puede traducirse como un caldo
de cultivo intelectual propicio para la generación y propagación de la ideas, que
constantemente se alimentan y enriquecen gracias a los mecanismos de
cooperación y circulación de información disponibles en la Web; ejemplo de ello ha
sido el surgimiento de comunidades virtuales como la de Ubuntu-es. Esta es la
ética de acceso libre a la información que los hackers y su cultura promueven a
través del movimiento del software libre.
Otro punto a destacar de la ética hacker es su rechazo por las estructuras
jerárquicas, dado que piensan que estas estructuras fomentan una mentalidad de
humillación en las personas, que a su vez se ve reflejada en el momento de
realizar su trabajo. Para un hacker es importante combatir cualquier muestra de
autoridad, pues las mentes autoritarias –advierten– se tornan un obstáculo para el
sano y libre desarrollo de cualquier individuo, pues éstas desconfían de la
cooperación voluntaria y del intercambio libre de información. Por lo tanto, una
actitud no autoritaria en un hacker es de vital importancia para su formación
intelectual.
Tanto científicos como hackers saben por experiencia que la ausencia de
estructuras rígidas es una de las razones por las que su modelo de trabajo es tan
efectivo. Hackers y científicos empiezan sólo dedicándose a su pasión y, luego,
pasan a trabajar en red con otros individios que comparten el mismo interés. Este
espíritu difiere claramente del que se halla no sólo en el mundo de los negocios
sino también en el gobierno. [Ibídem, p. 92] Sin embargo, la ausencia relativa de
estructura no significa que no haya reglas. Pese al aparente caos que prevalece
30 De esta forma son numeradas las versiones del software libre que denotan fases de desarrollo
en el proceso de creación del software. Para una explicación más amplia véase [Himanen,
2002, p. 86].

15
en el mundo de los hackers, éstos, al igual que los científicos, tienen sus figuras
guías, como Linus Torvalds, cuya tarea consiste en brindar dirección y apoyo a la
creatividad de otros.
Sobre este aspecto, resulta inevitable traer a cuento la idea de communitas
de Victor Turner, quien plantea que dentro de los ritos de paso existe una fase
liminal donde la estructura social tiende a desaparecer a la vez que aflora un
sentimiento de comunidad, algo similar a lo que ocurre dentro de las comunidades
de software libre en Internet. Para entender mejor la relación entre el concepto de
communitas y la ética hacker bien vale la pena hacer un paréntesis con el objeto
de exponer de manera breve los argumentos de Turner, en especial lo que él llama
el proceso ritual.
Turner [1988], siguiendo a Arnold van Gennep, define a los ritos de paso
como aquellos «...ritos que acompañan todo cambio de lugar, estado, posición
social y edad.» [p. 101] Asimismo, Turner deja en claro el contraste existente entre
la noción de estado y transición, con el fin de distinguir entre cualquier tipo de
condición estable o recurrente, culturalmente reconocida, contrario de los
procesos de transición evidenciados por medio de los ritos de paso. Es así como
Turner considera que los ritos de paso o transición pueden ser caracterizados por
tres fases, a saber: «separación, margen (o limen, que en latín quiere decir
“umbral”) y agregación.» [Loc. cit]
La primera fase (separación) comprende la conducta simbólica por la que
se expresa la separación del individuo o grupo de su anterior punto fijo o
estructura social, es decir, de las condiciones culturales que le implicaban un cierto
estado. Durante la fase (liminal o intermedia) las características del sujeto ritual
son ambiguas, ya que atraviesa por un entorno cultural que nada o poco tiene que
ver con los atributos de su estructura social pasada o futura. La tercera fase
(reincorporación) es la que consume el rito de paso, por lo tanto, el sujeto ritual, ya
sea individual o colectivo, se halla de nuevo en un estado relativamente estable
donde adquiere derechos y obligaciones en relación con otros que comparten la
nueva estructura.[Ibídem, p. 102] Aquí finalmente se espera que el individuo o
grupo reincorporado asuma los principios éticos que vinculan a quienes ocupan
posiciones sociales en este nuevo sistema.
Dentro de la fase liminal, los atributos que definen a los individuos son
ambiguos; los entes liminales no están en un sitio ni en otro. Esto les permite
desarrollar un sentido de camaradería o igualitarismo que los lleva, por decirlo de
algún modo, a homogeneizarse. [Loc. cit] Lo que interesa de estos procesos
liminales para los fines que se persiguen en este trabajo, es la mezcla que en ellos
se observa de homogeneidad y compañerismo.
En la mayor parte de los ritos de paso se ofrece un momento en y fuera del
tiempo, dentro y fuera de la estructura social que evidencia un cierto
reconocimiento de un vínculo social generalizado que ha dejado de existir pero
que busca, al mismo tiempo, encontrarse con una serie de vínculos estructurales.
Parecería que existen dos modelos de interacción humana, yuxtapuestos y
alternos. El primero representa a la sociedad como un sistema estructurado,
diferenciado y a menudo jerárquico, que separa a sus miembros en términos de
“más” o “menos”. El segundo, que surge directamente de la fase liminal, es el de la

16
sociedad en tanto que communitas, comunidad, o incluso comunión, sin
estructurar y relativamente indiferenciada, de individuos iguales que se someten a
la autoridad genérica de los ancianos que controlan el ritual. [Ibídem, p. 103]
Cuando los hackers argumentan su rechazo por las estructuras jerárquicas
y por las mentes que ellos perciben como autoritarias, indudablemente están
apelando, sin estar completamente conscientes de ello, a la noción de communitas
expuesta por Turner. Bajo esta óptica, la ética hacker puede ser comprendida
como un proceso continuo que tiende hacia la liminalidad, en tanto que rechaza
formas y estructuras provenientes de las grandes corporaciones de software
propietario, las cuales representan la estructura y las condiciones culturales
dominantes que implican cierto “estado” dentro del mundo del software. Por lo
tanto, ese sentimiento de cooperación y libre acceso a la información, alimentado
por la ética hacker, es lo que permite crear communitas al interior del movimiento
del software libre.31
Como bien dice Turner, la liminalidad está ahí donde la communitas ha
logrado introducirse en la estructura, y en caso de la ética hacker, la communitas
se hace presente en movimientos como Ubuntu, los cuales han logrado trasgredir
una serie de normas impuestas por las grandes corporaciones de software que
son parte de un capitalismo informacional. Sin duda esto convierte a Ubuntu y al
movimiento de software libre en manifestaciones claras de una liminalidad, que se
expresa en una serie de vínculos sociales representados por la solidaridad y el
trabajo en colaboración al interior de las distintas comunidades virtuales hackers.
Por ello, lo más innovador de la comunidad Linux en general no es su código
fuente sino toda la maquinaria social que se ha creado a su alrededor, y que forma
parte de un proceso ritual que busca perpetuar la communitas hacker en la medida
de lo posible.32
Por otro lado, y retomando el curso de la exposición de la ética hacker,
existe otro factor fundamental que habla del proceso de aprendizaje que los
hackers asumen como parte de su cultura. Se trata de un proceso ligado
completamente a la idea del trabajo en colaboración y que generalmente se
presenta cuando un miembro de la comunidad plantea un problema interesante.
Esto virtualmente se convierte en una búsqueda exhaustiva de una solución al
problema, sobre la base de un proceso de comunicación e intercambio de
información entre pares, y que culmina con la exposición de un resultado del cual
todos los miembros de la comunidad se benefician. Aprender más sobre un tema
se torna más una pasión que una obligación.
Una fuerza primordial de este modelo de aprendizaje estriba en que un
hacker, al aprender, enseña a los demás. Cuando alguien se pone a estudiar el
código fuente de un programa, a menudo lo desarrolla hasta un punto ulterior,

31 Este es un aspecto que es importante desarrollar en próximos trabajos, pues se trata de una
teoría que permite explicar los procesos rituales que se dan al interior del movimiento del
software libre y que ponen de manifiesto una serie de ritos de paso que un aspirante debe
sortear para formar parte de una comunidad de software libre como la de Ubuntu-es.
32 Sobre algunos tipos de communitas, Turner [1988] ofrece un capítulo completo al estudio de
la sociedad como un sistema de oposiciones sociales, en la que la communitas es parte de
esa oposición, y que tiene que ver con los tiempos de duración la misma, [cap. IV] lo que en
algún momento de esta investigación será más que importante considerar.

17
dejando constancia visible de su trabajo para que otros puedan aprender de él.
Sobre la base de los distintos problemas planteados, se organiza un debate
continuado, crítico y de constante evolución. Y la recompensa por el hecho de
participar en estos debates, que contribuyen a la solución de los problemas, es el
reconocimiento de los iguales. [Himanen, 2002, p. 94]
Esta es la manera en que la cultura y ética hacker ponen de manifiesto su
necesidad de compartir experiencias y conocimientos que redundan en resultados
concretos, de los cuales un gran número de personas saldrá beneficiado tanto
directa como indirectamente, ya que son puestos de manera pública a través de la
Web utilizando mecanismos de comunicación social. Esto nos remite
concretamente al fenómeno de los bienes públicos y de los dones que se ofrecen
a través del ciberespacio, dado que son parte central de un sistema de ayuda e
interacción on-line que son característicos de las comunidades virtuales y de la
ética hacker.
No se trata de explicar el conflicto que se supone existe en Internet en
relación con la falta de colaboración, de decoro y de información útil que lleva a
imaginar que la Web está llena de basura digital, sino la gran cantidad de cosas
que se comparten y el grado de colaboración que se da entre las comunidades
on-line, de las cuales los hackers son parte representativa y sustancial. Por lo
tanto, ¿cómo explicar el grado de colaboración y ayuda que las comunidades
virtuales hackers muestran al momento de intercambiar información y software
bajo la forma de código fuente, lo mismo que cuestiones técnicas que en términos
de asesoría y soporte costarían una importante suma de dinero?
Para tratar de responder parcialmente a esta pregunta, a continuación se
expondrá de manera breve los argumentos que implican el reconocimiento de una
economía de regalo característica de la ética hacker, quien ha logrado extender
parte de ese espíritu de generosidad intelectual dentro y fuera del ciberespacio
gracias a su movimiento de software libre.

3. La economía del don en el ciberespacio

Históricamente, los sistemas de intercambio recíproco o de reciprocidad han sido


una constante en todo tipo de sociedades y dominios de la vida en comunidad.
Estos sistemas fueron caracterizados por Marcel Mauss [1979] como un «hecho
social total» en tanto que están presentes y actuantes en cada parte de la
estructura social. [p. 160]
De acuerdo con Mauss este tipo de intercambios siempre han formado
parte de toda colectividad, sin embargo, la economía del don o del regalo, como
también así la refiere, predomina ahí donde los grupos de parentesco –para
reproducirse– necesitan formar parte de un sistema de endeudamiento que les
asegure la mutua dependencia con los demás.
Entonces, ¿cómo es posible que una economía de este tipo se haga
presente en forma de ayuda gratuita y de información compartida en diversos
espacios virtuales y comunidades on-line donde las personas son casi siempre
desconocidos y difícilmente se vuelven a “ver”?

18
Una posible respuesta sería que estos intercambios recíprocos, traducidos
en forma de regalos cibernéticos, no son sólo un mecanismo de circulación de
bienes o servicios sino la condición misma de producción y reproducción de las
relaciones que constituyen el tejido social y que caracterizan los vínculos entre
personas y grupos [Barabas, 2006, p. 150] al interior de las comunidades virtuales.
De algún modo esto confirmaría lo que Rheingold [1998] describió con anterioridad
al tratar de caracterizar la interacción de una comunidad on-line como una
economía de regalo, en la que se ofrece ayuda e información sin esperar algo a
cambio de forma directa o inmediata.
¿Pero qué es un regalo? Según la definición clásica dada por Mauss, un
regalo es una transferencia obligatoria de objetos o servicios inalienables entre
transactores relacionados y obligados mutuamente.33 Si se analiza esta definición
tenemos que la transacción de un regalo implica una obligación –difusa y
habitualmente no especificada en ninguna parte– de devolver el regalo en algún
momento futuro. [Kollock, 2003, p. 261] En otras palabras, toda forma de
intercambio recíproco conlleva tres obligaciones: dar, recibir y devolver. [Mauss,
1979, p. 169] La entrega de los regalos es lo contrario de lo que sucede en una
transacción de mercancías, en la que no existe ninguna obligación después de
que se ha consumado el intercambio. Otro aspecto que hace diferente a los
regalos de las mercancías es la forma en que las personas pueden aumentar los
beneficios de sus intercambios. En la economía de regalo, por ejemplo, «...los
beneficios proceden de la mejora de la “tecnología de las relaciones sociales” a
través del aumento de la variedad y diversidad de la red social. En las economías
de las mercancías, los beneficios proceden de la mejoras realizadas en la
tecnología de la producción.» [Kollock, 2003, p. 261] Es por ello que las
economías de regalo las mueven las relaciones sociales mientras que las
economías de las mercancías las mueven los precios.
Por lo tanto, y después de haber revisado estas definiciones, ¿se puede
entender como regalo el hecho de compartir información y asesoramiento en
Internet? Sí, pero no de la misma manera en que se da cuando dos personas cara
a cara mantienen un sentido de obligatoriedad. En el caso de las comunidades
virtuales los regalos de información y de consejo se ofrecen comúnmente no a
personas individuales sino al conjunto que conforma un grupo. El anonimato
relativo que supone esta actividad es lo que más llama la atención de las personas
que envían de manera voluntaria información valiosa por la Web, pues siendo un
tanto realistas, la persona no puede contar con la reciprocidad del receptor en el
futuro para equilibrar el regalo que se le ha ofrecido. A pesar de ello, existe la
sensación en las comunidades virtuales de que el equilibro tendrá lugar tanto
dentro del grupo como en un futuro mediato.
Este sistema de reciprocidad que se da en Internet y que también es parte
de la ética hacker, «...en el que el beneficio proporcionado a una persona es
reciprocado no por el receptor sino por alguna otra persona del grupo, se conoce

33 Sobre este aspecto cabe mencionar que los regalos pueden extenderse a todo tipo de cosas,
seres, hechos, comportamientos y actividades en cualquier campo de la vida social. [Barabas,
2006, p. 149]

19
como “intercambio generalizado”.»34 [Ibídem, p. 262] Esta forma de compartir es a
la vez más generosa y arriesgada que el intercambio tradicional de regalos.
Muchos de los regalos que se obtienen en el ciberespacio comparten la
cualidad de ser bienes de carácter público, es decir, son bienes que cualquiera
puede beneficiarse sin que haya contribuido o no a su producción. La definición de
bien público viene marcada por dos características. La primera: un bien público no
presenta rivalidad en el sentido de que su consumo no reduce la cantidad de la
que dispone otra persona. Por ejemplo, la visión que se puede tener de un castillo
de fuegos artificiales no reduce lo que otras personas puedan ver. La segunda: un
bien público es, hasta cierto punto, no exclusivista, dado que es casi imposible
impedir que algunas personas se beneficien de ese bien. [Ibídem, p. 263]
Ahora bien, si en las comunidades virtuales el intercambio de regalos se da
en forma de bienes públicos, estos bienes desde luego acarrearán otra cualidad,
es decir, se tratarán de bienes digitales. Como en el ciberespacio el escenario es
una red de información digital, los regalos y los bienes públicos por añadidura
tendrán que ser digitales. De entrada esto supone cambios significativos en los
costes de producción de los bienes públicos, en el valor de los mismos y en la
función de su producción.35
Una consecuencia directa de estos cambios ha sido una reducción en los
costes, así como un aumento en los procesos de colaboración on-line, de lo cual
se desprende una serie de motivaciones que impulsan cada vez más a la decisión
de colaborar y trabajar en grupo para crear bienes públicos digitales.
Si en algún momento nos preguntamos ¿qué es lo que motiva a las
personas a dar, recibir y devolver?,36 en el mundo del ciberespacio estas
motivaciones se ven potenciadas por la relativa facilidad que implica crear bienes
públicos por computador. En cierta medida estas motivaciones mantienen una
correspondencia directa con la ética hacker, pues la apuesta del trabajo en grupo
de los hackers y su búsqueda de reconocimiento así lo evidencian. Veamos, pues,
cuáles son esas motivaciones.
Motivación por una reciprocidad anticipada. Se expresa cuando una
persona está motivada a proporcionar información valiosa al grupo, con la
expectativa de que esta información útil le será devuelta. Durante este proceso es
importante que las actuaciones de la persona queden registradas, por ejemplo,

34 Existen diversas clasificaciones de tipos y formas de reciprocidad. Una de las más aceptadas
es la que propuso M. Sahlins bajo un esquema tripartito: generalizado, equilibrado y negativo.
35 Estos tres factores suelen marcar la diferencia entra la producción de un bien digital y un bien
analógico. Un ejemplo fehaciente de este cambio ha sido el mismo proyecto de Linux, el cual
no hubiese sido posible sino existiera la red de computadores que soportara una
comunicación y un intercambio de información de carácter digital, que afectan directamente
a la coordinación y la disminución de procesos. Basta tan sólo imaginar la inviabilidad de un
proyecto como Linux si éste hubiese tenido que ser plasmado en papel. Este es un punto que
necesariamente tendrá que ser desarrollado en un trabajo posterior para comprender de
mejor forma el comportamiento del movimiento de software libre y de la comunidad de
Ubuntu-es.
36 La obligatoriedad del don y del contradon ha sido uno de los temas más controvertidos de la
economía basada en regalos. Las interpretaciones son múltiples, pero una de las que más ha
tenido aceptación es aquella que dice que «...la obligación reside en las sanciones sociales a
las que se hace acreedor quien no contribuye, ya que es considerado inmoral e implica la
muerte social.» [Barabas, 2006, p. 152]

20
asegurándose de que sus colaboraciones sean vistas por el conjunto del grupo o
facilitando archivos de las actuaciones y participaciones pasadas. [Ibídem, p. 269]
Este tipo de prácticas son bastante conocidas dentro de las comunidades de
usuarios de GNU/Linux. En el caso de Ubuntu-es, el mayor número de
colaboradores trabaja sobra la base de una discusión documentada, misma que
puede ser recuperada incluso si ha pasado un largo tiempo.
Motivación sobre la propia reputación. Este tipo de motivación tiene que ver
directamente cuando un miembro de la comunidad está dispuesto a proporcionar
información de calidad, amplios detalles técnicos sobre la base de sus respuestas
y voluntad de ayudar a los demás, con el propósito de incrementar su prestigio
dentro de la comunidad. [Ibídem, p. 270] Esta motivación es clara de un hacker,
sobre todo cuando su trabajo implica la búsqueda de un reconocimiento de sus
iguales.
Motivación como resultado de una sensación de eficacia. Se hace presente
cuando una persona tiene una sensación de que su trabajo aportado ha producido
un efecto positivo sobre el entorno o la comunidad, lo que lo motiva a colaborar
más frecuentemente y con mayor calidad. [Loc. cit.] Este tipo de prácticas se notan
claramente dentro de las comunidades de software libre, particularmente cuando
un miembro ha impactado con su trabajo de manera visible en favor de la
comunidad, por ejemplo, la labor de los moderadores de un foro virtual o el
webmaster encargado de la imagen del sitio Web.
Motivación por apego o compromiso. Esta motivación se presenta cuando
una persona siente particular apego o simpatía por un grupo o una comunidad en
especial. Generalmente se traduce en una devoción total hacia el grupo, ya sea
porque comulga totalmente con los ideales o la filosofía de la comunidad o porque
simplemente se siente bien ahí. [Ibídem, p. 271] Este fenómeno suele ocurrir
cuando una persona busca y prueba diferentes comunidades hasta encontrar la
que mejor cumple con sus expectativas.
En su conjunto estas motivaciones dan cuenta del código moral y cultural
que impulsa la generación de bienes públicos digitales dentro del ciberespacio. Sin
embargo, la importancia de este ejercicio de análisis radica en que se ponen de
manifiesto los aspectos económicos, tecnológicos y sociales que son parte activa
de una ética del don propia de esta nueva circunstancia tecnológica, y que
comulga plenamente con los principios de la ética hacker, de la cual ya se ha
tenido oportunidad de hablar. Por lo tanto, no resulta disparatado señalar,
finalmente, que existe una correspondencia directa entre los ideales que dan vida
al movimiento del software libre, las prácticas propias de una economía de regalos
y la hipótesis de Castells [2006] sobre una cultura particular de la Sociedad Red,
todo ello con la idea de mantener vivo el argumento de que una ética del don
posmoderna permitirá dilucidar las relaciones sociales que se dan dentro y fuera
de las comunidades virtuales.

21
4. A manera de conclusión

A lo largo de este trabajo se han expuesto una serie de conceptos y argumentos


que pueden ser convertidos en utillaje intelectual para la descripción teórica de la
comunidad virtual de Ubuntu-es. Algunos de ellos son los siguientes:

• Comunidad transnacional imagnada virtual


• Sociedad red
• Hábitats de significado
• Ética hacker
• Communitas
• Economía del don
• Ética del don
• Bienes públicos digitales

En lo general pienso que este grupo de conceptos son suficientes e idóneos


para abordar de manera teórica la naturaleza compleja de las comunidades
virtuales basadas en software libre. No obstante, se han dejado en el tintero
aspectos de carácter metodológico que pudieran arrojar luz para la elaboración
una etnografía virtual de la comunidad Ubuntu-es. Esta omisión se debe
principalmente a que son pocas las referencias bibliográficas que documentan de
manera clara y completa un ejercicio etnográfico que permita retomar técnicas e
instrumentos necesarios para llevar a cabo dicho trabajo de “campo”.
Salvo los trabajos de Christine Hine [2004, 2005], Adolfo Estalella [2005] y
D. Hakken [1999, 2003], que proponen de manera estructurada el ejercicio de una
etnografía virtual, la demás bibliografía muestra sólo una preocupación por
abordar dichos parajes cibernéticos. Muestra de ello ha sido la preocupación
temprana de Arturo Escobar [1994] por estudiar de manera más cercana las
nuevas formas de construcción de la realidad que en aquél momento llamaría «los
tecno-espacios». [p. 214] Recientemente esta preocupación sigue en pie con
autores como Appadurai [2001] que buscan emprender la redacción de una
etnografía cosmopolita y de paisajes étnicos, centrada en un punto –que si bien no
es del todo nuevo, sigue siendo interesante y poco abordado–: la imaginación. [p.
67]. En fin, las propuestas siguen siendo muchas pero las soluciones aún están
por escribirse.
Lo que para mi es rescatable de este trabajo es el descubrimiento de las
relaciones que guardan entre sí el concepto del don, la ética hacker y los bienes

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públicos digitales, pues sin duda este trinomio me será de suma utilidad al
momento de redactar la etnografía, fruto del trabajo de campo, de la comunidad
on-line de software libre “Ubuntu-es”.

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