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HISTORIA
La Noche de los Cuchillos Largos
Por Carmen Pulín Ferrer
A primera hora de la mañana del 30 de junio de 1934, Adolf
Hitler, acompañado de Joseph Goebbels y de un grupo de
hombres de las SS, llegaba a Bad Wiessee, una pequeña
localidad de Baviera en la que ese mismo día debía celebrarse
una reunión de la SA (Sturm Abteilung), la milicia del partido
nazi.
Dicha reunión no era más que un ardid para convocar a la mayoría de los mandos de la SA en un
mismo lugar y eliminarlos, en una operación que supuso la purga de toda disidencia –real o
potencial– en el seno del régimen nazi. Esta operación, de nombre clave Colibrí, es más conocida
como La Noche de los Cuchillos Largos.
Esa ley fue la base que permitió que se estableciera la dictadura nazi.
En medio de este panorama, se alzaron algunas (pocas) voces críticas en el seno del partido.
Gregor Strasser, líder del ala más socialista, y Ernst Röhm, jefe de la SA, eran los representantes
más destacados de estos críticos, que pretendían una "segunda revolución" tras la toma del poder.
Entre sus objetivos figuraban la nacionalización de las grandes industrias, el reparto de tierras y la
absorción del ejército por la SA. Naturalmente, el ejército, el gran capital y hasta el anciano y débil
presidente Von Hindenburg se oponían a dichos planes. En medio de este tenso ambiente, la
Gestapo y el Servicio de Seguridad (SD) lanzaron el rumor de que Röhm preparaba un golpe con la
ayuda de Strasser y gentes como el ex canciller Von Schleicher o el embajador francés. Dada la
situación, Hitler decidió eliminar a los elementos revolucionarios de su partido y, de paso,
desencadenar una represión política más allá de sus filas que le afirmara como líder único e
indiscutible de Alemania.
Los hechos así resumidos y sus consecuencias es lo que presuntamente analiza Paul R. Maracin en
La Noche de los Cuchillos Largos. No puede decirse que el contenido responda fielmente al título:
de un total de 221 páginas, la Operación Colibrí ocupa 28. ¿De qué trata, pues, el resto?
En la primera parte se nos presenta a los protagonistas de la historia. Cada uno de sus nueve
capítulos está dedicado a un personaje: Hitler, Göring, Strasser, Röhm, Himmler... Los datos
biográficos aportados son bien conocidos, y Maracin parece preferir las anécdotas (sabremos la
dirección exacta de cada una de las viviendas en las que residió Hitler en Múnich, o que Himmler
tenía una granja de pollos y su mujer se quejaba de que las gallinas no ponían) a los hechos más
trascendentes o que podrían contribuir al análisis de la purga: por ejemplo, la creación y los
objetivos de la SA y de las SS son despachadas en poco más de diez líneas.
Por fin, Maracin transmite en el epílogo su preocupación por el peligro que puede suponer la
reunificación de Alemania y el aumento de la inmigración en este país (hace hincapié en la de
origen afgano). En su opinión, estos hechos podrían conducir a la aparición de un nuevo Hitler.
Maracin, indudablemente, ha reunido muchos datos sobre su objeto de estudio, pero fracasa en su
intento de escribir una obra de divulgación que interese al lector: la información se presenta de
forma fragmentada e incompleta, omiten datos importantes, su estilo literario es flojo (abundan las
frases hechas, las sentencias lapidarias y los tópicos), y las conclusiones a las que llega son, en
muchos casos, discutibles.
Es una pena que un asunto sobre el que se han publicado pocas monografías (aún menos en
España) no haya recibido en esta obra un tratamiento más adecuado. Habrá que seguir
esperando...