El amor est en baja, haba decretado Ortega y Gasset, en sus Estudios sobre el Amor, all en 1926. No se equivocaba. Aquella figura premoderna con la que Jane Austen y Edith Warton haban edulcorado ros de tinta, y que, por otra parte, le sirviera a Byron de llave para la promiscuidad, desapareca. De esta manera, un romntico, en tiempos de postmodernidad, se alza inexorablemente a la categora de hroe ucrnico, hidalgo crdulo, pobre tipo. En efecto, una proclama romntica representa, en estos das, una declaratoria de guerra al stablishment sentimental, al libertinaje amoroso y el encuentro casual. Conviene tener en claro ese axioma antes de juzgar al Ministro Gonzales. El Ministro se ha enamorado, ha dicho en seal abierta, y con ello ha marcado distancia de la informalidad amorosa, digamos, se ha puesto en las antpodas de Mario Hart. Hay que reconocerle el coraje. El amor, sin embargo, es una justificacin peligrosa. Mejor dicho: Intil. Amar, al final del da, deviene siempre en alegato vaco, tomadura de pelo, excusa avisada. Recordemos, si no, el destino de Ana Hermoso, ex Alcaldesa de Bormujos. A veces el amor sale muy caro, le dijo al jurado, el mismo que, ms tarde, la condenara por recibir un bolso Loewe de parte de un empresario en agradecimiento a su apoyo en la aprobacin de una censura. Segn ella, haba sido un regalo amoroso, seguido de un te quiero. Mala coartada. Quizs, en el fondo, los culpables somos nosotros mismos, tan agnsticos a los designios de cupido que, cuando los vemos, nos refugiamos en el escepticismo. No sera, claramente, una reaccin injustificada. Sometidos al devenir del rechazo artero y la traicin gratuita, una coraza de incredulidad parece una decisin correcta. En cualquier caso, el Ministro ha pagado los pasivos de sus sentimientos, el resultado de la contradiccin entre sus pulsiones y sus deberes funcionariales. Esperemos, de todo corazn, que el futuro le recompense. Por el momento, no hay argumento que valga (o que acepte) un hombre enamorado. Ya lo haba dicho Cela: El amor es un estado de idiotez agradable.