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CON SAN JOSE HACIA LA FECUNDIDAD ESCONDIDA. ITINERARIO DE UN RENACIMIENTO SIN FIN VISITA A LAS HABITACIONES DE LA CASA DE JOSE Visitaremos unas cuantas estancias que ya te indico para que no te resulten tan ajenas: 1, Habitacién del silencio > en la que aprendemos a escuchar 2. Habitacién de lanoche > en la que se hace patente el sueiio de Dios 3. Habitacion del trabajo > en la que el amor se hace ereativo e ingenioso 4, Hab. del acompafiamiento > en la que nos convertimos en padres y madres de la vida 5. Habitacién del camino > en la que recuperamos la disponibilidad perdida 1. HABITACION DEL SILENCIO 1.1, Silencio de palabras 1.2. Silencio interior 1.3.Don de Dios 1.4. Silencio de poder 1.5. Silencio para la escucha 2. HABITACION DE LA NOCHE 2.1. En secreto 2.2. En los Suefios 2.3. En oscuridad 2.4. En la Sombra 2.5. Las estrellas 3. HABITACION DEL TRABAJO 4, HABITACION DEL ACOMPANAMIENTO 4.1, La confianza: no temas 4.2. Bl Espiritu: auténtico artifice 4.3, El nacimiento de Dios 4.4, Nombrar 4.5, Buscar 4.6. Saber marchar y dejar marchar 5, HABITACION DEL CAMINO 5.1, Disponibilidad 5.2. Dinamismo y proceso Palabras del angel: dinamismo del Espiritu en el camino de José: Mateo 2, 13-23 - Levéntate PONTE EN PIE... - Toma contigo al nifioyasu madre HAZTE CARGO, ASUME... - Hue PIERDETE... - Estate alli hasta que yo te diga PERMANECE, PERSEVERA... - Se levanté VUELVE A LEVANTARTE... - Seretiré a Egipto RETIRATE - Ponte en camino SAL DE AQUI HACIA... - Entré ADENTRATE... = Tuvo mi RECONOCE TU MIEDO... = Fueavivir VIVE... CON SAN JOSE HACIA LA FECUNDIDAD ESCONDIDA ITINERARIO DE UN RENACIMIENTO SIN FIN En este dia de retiro os voy a proponer imos de visita. Os invito a salir de vuestra propia casa para adentramos en otra, en la casa de José de Nazaret, y dejamos introducir por él mismo en sus rincones y explorar la sabiduria de cada una de sus estancias, la vida que desprenden sus paredes. No es principalmente un edificio, y es mas que una metafora. La casa de José es su intimidad, su hondura, en la que éi mismo, por extrafio que parezca, nps quiere conducir a nuestras propias estancias interiores. Igual que el discipulo Juan recibié desde aquella hora a Maria en su casa (eis ta idia), es decir, como explica I. de la Potterie, como propia, como suya, en su interior.! Nosotros también haremos un camino de la casa de José hacia nuestras propias estancias interiores, y le recibiremos ahi. Pasaremos el dia de retiro no como un dia de descanso 0 relajacién, sino como un dia para despertar, un dia de verdad, de mirada y escucha renovada. Auscultaremos de José su silencio y su trabajo, su confianza y su cuidado de fas cosas més pequefias de la vida... Yo ya he estado alli, con él, en su casa, que es también la casa de Maria. No sabria recotdar para ti las cosas coneretas, los detalles que adornan el interior. Tuve la sensacién de que los detalles no eran importantes, que no tenia que retener fotogréficamente nada, y dejar que actuara en mi la fascinacién de su presencia, la irradiacién de su ensefiar no ensefiando, su decir no diciendo, su hacer no haciendo; en mi memoria y en mi énimo dejé Ja huella de un viento tranquilo y removedor que ha puesto luz en mi propia casa. Pongo mi pie en el umbral y me siento invitado a un ambito donde no se me fuerza a nada, y, sin embargo, como por extrafia paradoja, ti mismo quisieras con urgencia y, sin demorar un ‘minuto més, comenzar a resolver la crucial tarea de lo esencial, de lo simple. La sensacién de la absoluta brillantez. de lo simple y 10 comin. Como si por fin encontraras ese lugar buscado donde se atinan la pobreza y la mejor poesia, la ausencia de sofisticacién y la elegancia, el trabajo intenso y la mejor acogida. Voy entendiendo por qué no dice casi nada el evangelio acerea de José, porque no es importante, no da pie a una entrevista, y te vuelves de él miréndote avergonzado a ti mismo, desmontando tu curiosidad y tu affin de novedad, para hacerte mirar tu propia casa con algo mis de verdad, de amabilidad. Reconoces en José, esa habilidad que tenia Jess para curar la mirada de la gente herida, y devolverles a si mismos con esa sensacién inexplicable de sentirse por fin en casa, sin huir de su realidad; pues tal era el milagro que descubrian en sus ojos. "Al pie de la cruz Jess pronuncia entre sus dltimas palabras una recomendacién que vale no s6lo para Juan, sino para todos los discipulos, encomendando su madre al discipulo. El versiculo 27b del capitulo 19 de Juan dice: “Y desde aquella hora el discipulo la reeibié en su casa”. “La tomd (digamos mds bien la acogié) en su Inimidad”, en su vida interior, en su vida de fe. Esta interloridad del diseipulo no es otra cosa que su disponibilidad a abrirse en la fe alas tiltimas palabras de Jesits ya poner en préctica su testamento espiitual, hhaciéndose hijo de la madre de Jesis, acogiéndola como su propia madre, Ignacio de la Potterie, Maria en el mmisterio de la alianza, Madrid, BAC 1993, pp. 273-274. Explica también exegéticamente todo el pasaje en su fanterir libro La verdad de Jesis. Estudios de eristologia joanea, Madrid, BAC 1979.todo el capitulo 8. 3 Eso mismo encontré yo en la casa de José, nada que hiciera juego a un interés periodistico 0 superfluo de curiosidades inttiles. Dejo, por tanto, a un lado Ja grabadora y la camara fotogrifica, primer vaciamiento, No retener nada. La simplicidad de su figura te encara con tus superfluos intereses. Por tanto, voy a invitarte a recorrer las estancias de la casa de José, pero te advierto que no sera una visita turistica, que a la vez. que entras en su casa notaras que, por increfble que parezca, ests reconociendo tu propia casa y verés como en un espejo tus tareas postergadas eternamente “para mafiana”, y notards, én algunos casos con dolor, que entrar en Ia casa de José y entrevistar a José no lo puede hacer quien no esté dispuesto a dejarse reconstruir. VISITA A LAS HABITACIONES DE LA CASA DE JOSE Visitaremos unas cuantas estancias que ya te indico para que no te resulten tan ajenas: 1. Habitacién del silencio > en Id que aprendemos a escuchar 2. Habitacién de lanoche > en la que se hace patente el sueiio de Dios 3,Habitacién del trabajo > —_ en la que el amor se hace ereativo e ingenioso 4, Hab. del acompafiamiento > en la que nos convertimos en padres y madres de la vida 5. Habitacién del camino > —_ en la que recuperamos la disponibilidad perdida 1, HABITACION DEL SILENCIO 1.1, Silencio de palabras 1.3, Silencio interior 1.3. Don de Dios 1.4, Silencio de poder 1.5. Silencio para la escucha 1.1. Silencio de palabras Lo primero que impacta al acercamos a José es el silencio que lo envuelve, porque apenas dicen nada los evangelios de él, y porque nop promuncia palabras, actia. La calidad de su silencio Ie hace respetar, no juzgar el misterio que germina en la entrafia de Marfa. Es el hombre que guarda el secteto y se echa discretamente a un lado. José es un recinto de silencio que nos invita a descalzarnos de palabras initiles y protectoras, y adentrarnos en el silencio enfrentando el panico a la desconocido de nosotros mismos y de Dios. Encontramos aqui un silencio hondo y real, del cual podemos huir refugiados en lo-sabido. “Muy pocos se atreven con este silencio de José que des-centra: tenemos miedo a la verdad que nos des-ordena, que nos des-coloca des-plazéndonos en otra direccién: la que Otro va sugiriendo. Si nos atrevemos a preguntarle a José por este silencio él mismo nos invitaré a callar, parar y escuchar nuestro propio ruido interior y nuestra velocidad. Para esto se precisa un espacio suficiente y no camuflado de soledad. Por tanto, deja espacio, respira pausadamente. Surgirén mil excusas para distraerte, pero no te desanimes, escucha tus ruidos y adéntrate en la atencién amorosa a El, a lo que El es en ii en este momento, en medio de miitiples distracciones ¢ interferencias, vuelve constantemente a esta verdad de su mirada y amor en ti. Cierto, tengo mil excusas contra el silencio de! que me habla José en su casa, lo reconozco. Me doy cuenta de que mi servicialidad y disposicién para ir y venir no siempre encierran una catidad y disponibilidad limpia, vacia de mf; con frecuencia esconde una aceleracién y huida del silencio ineémodo y despojador. Hay formas de pobreza interior que nos aterran y son condicién de posibilidad real de volver a engendrar vida nueva, capacidad imaginativa, picardfa, perspicacia creadora... Por todo ello, lo que esta en juego en el silencio es de muy alto precio: la perla preciosa, el tesoro escondido, Surgirin mil tempestades de fuera y de dentro para disuadirte de hacer silencio. Santa Teresa dice: Ahora, tornando a los que quieren ir por él (este camino de oracién) y no parar hasta el fin, gue es llegar a beber de esta agua de vida, cémo han de comencar, digo que importa mucho, y el todo, tna grande y muy determinada determinacién de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere. rabdjese lo que se trabajare, murmure quien murmurare, siquiera legue allé, ‘iguiera se muera en el camino o no tenga corazén para las trabajas que-hay en él, siguiera se hunda el ‘mundo, como muchas veces acaece con decirnos: «hay peligros», «fulana por aqui se perdiéy, «el otro se engaiiéy, «el otro, que rezaba mucho, cayéy, chacen dafio a la virtuds, ano es pard mujeres, que les rpodrin venir ilusiones», amejor seré que hileny, ano han menester esas delicadeces», «basta el Paternéster y Avemariay.? 1.2. Silencio interior: tanto si era carpintero, como si realizaba otro oficio artesanal, no era el suyo un silencio idilico, carente de ruidos y chirriar de puertas. Precisamente lo que intuimos del silencio en la casa de José es que no se trata de un silencio monastico, con fondo de miisica gregoriana. Se parece mas al silencio de una casa normal. Ruido en la cocina, ruido del nifio, ruido en el trabajo, ruido en la calle, ruido de inquietudes e incertidumbres, pero en medio de todo eso, silencio atento, que escucha cémo la vida pasa y es Dios que pasa. 1.3. Don de Dios José hablarfa muchas cosas en su vida, pero el evangelista deliberadamente le hace silencio. Un silencio que forma parte del plan de Dios y es don de Dios a su vida. Un silencio, como el de Marfa, prefiado de sentido y de direccién hacia una fecundidad més allé de si. Silencio evocador y creador de posibilidades de vida entono. Silencio que es espacio para la acogida de la vida y escucha del amor gratuito de Dios, de su iniciativa desbordante. EI silencio que se ancla en la raiz de la existencia cristiana: el loco amor de Dios encarnéndose: la gran palabra que deja en silencio a José y le hace a él mismo, en toda su vida, verbo silencioso. 14. Silencio de poder. varonil, como se usaba entonces. José cede protagonismo a la iniciativa de Dios: ‘haz esto, haz aquello, vete, vuelve...” José obedece. Este silencio del poder del hombre tiene que ver teolégicamente con la maternidad virginal de Maria, ‘sin concurso de vardn’. Se hace presente la gratuidad de Dios a través de una fuerza que no ‘cuenta, ni resulta digna de atencién para la mentalidad patriarcal de la época. La virginidad de Maria deja en silencio al poder del hombre, cuando pretende hacerse imprescindible y exclusivo, y revela la soberana fuerza de Dios que siempre cuenta con lo insignificante y hhumilde. : 1.5. Es un silencio para Ja escucha... mas alla del dolor, de la sequedad y del gusto. El silencio lleva a José siempre més alld, hacia el querer de Dios “mas adentro en la espesura”, hacia una fuente que mana y corre, aunque sea de noche. 2 Santa Teresa, Obras Completas, Camino de Perfeccién (Valladolid) 21, 2. 2. HABITACION DE LA NOCHE ‘Nos parece extrafio que una habitacién no tenga luz, ni ventanas, pero hemos aprendido en la habitacién anterior a escuchar antes de juzgar, para comprender qué se aprende aqui. Y en la vida de todo creyente hay que verse en algin momento en estas estancias de tinieblas. Esta habitacién oscura de la casa de José guarda un secreto que hay que descifrar, un secreto que tiene que ver con la inquebrantable fidelidad de Dios a José y la intima fidelidad de José a Dios: el secreto del rey. En el santuario interior la noche envuelve un regalo de luz para el que sabe esperar y ver. 2.1. En secreto 2.2. En los Suefios | 2.3, En oscuridad ' 2.4. En la Sombra j 2.5. Las estrellas 2.1. En secreto: sin ser notado | Noche Oscura (San Juan de la Cruz)* ' 3. Ena noche dichosa | en secreto, que nadie me veta, ! ni yo miraba cosa, \ | sin otra luz y guia sino la que en el corazén ardia. José no hace juego a ‘orgullo herido’, no se deja llevar de ‘impulso egocéntrico’, mira hacia ella, hacia Maria su esposa y resuelve hacer algo sin juzgar, y tratando de evitar el juicio de las miradas ajenas, Decide écharse a un lado, para que la verdad salga a luz ella misma, para que el misterio se muestre en el tiempo que Dios quiera. No hay defensa, no hay excusa. El silencio exento de autoexculpacién por parte de Maria, tiene como teflejo el silencio no enjuiciador de José. Dos silencios en complicidad que provocan el asombro de Dios y el nuestro. iQué pagina tan delicada de profunda e incomprendida finura! 2.2, En los suefios (desvelamiento del profundo deseo de Dios y del hombre) Lo expresa bellamente el hithno del Oficio Divino: La noche no interrumpe tw historia con el hombre. La noche es tiempo de salvacién. 1 De noche, por tres veces, oy Samuel su nombre; de noche eran los suefios tu lengua més profunda. La noche es tiempo de salvacién. Hl Hay un realismo necesario que nos enraiza en la vida, que nos compromete con la vida, pero hay un realismo ciego que mata los suefids, que condena a lo inmediato, que anula la capacidad de creer lo imposible. En este caso e! realismo esté enfrentado a la capacidad de 3 Noche Oscura del alma, estrofa 3. 6 sofiar, el pragmatismo a la fantasia creadora. En los suefios todo es posible, las murallas de Ja suspicacia y de la racionalidad prudentemente equilibrada son derribadas, y lo inverosimil se hace verosimil. Y se comprende entonces que es cierto, que “para Dios nada hay imposible”. Entonces el suefio de Dios se hace presente en nuestro propio suefio, en forma de impulso potente, removedor, que arrostra dificultades en otro tiempo insalvables y que ahora, aun reconociendo los propios miedos, se presenfan como vencibles y allanadas. Goliat sigue siendo Goliat, pero a David le ha nacido una gonfianza que hace insignificante la prepotencia de cualquier Goliat de turno. 2.3. En Ja oscuridad, Es el tiempo del no ver, del no saber: José, ‘peregrino de la fe’, como Maria, no tiene todas las claves del camino emprendido. Se fia. A oscuras. Da un paso en la noche. Sigue la voz. de Dios y del angel que le'conduce donde, como y cuando él no sabe. Asi avanza obedeciendo en oscuridad de fe desnuda. 2.4, En la sombra: en la insignificancia, la inapariencia, el ocultamiento voluntario. Se oculta a los ojos de los demés y se descubre y hace presente para lo que importa. Esté alli donde se le necesita. San José se pierde en la sombra de la no ambicién, desaparece a los ojos comerciales y publicitarios y se entrega en cuerpo y alma a una tarea, a una sola cosa.*, José vive la historia del grano de trigo. Reflexionar a la luz de San José el comentario,de Juan de la Cruz de la cancién 29 del Céntico Espiritual, una de esas paginas de sus escritos especialmente iluminadoras: CANCION 29. Pues ya si en el efido de hoy més no fuere vista ni hallada, diréis que me he perdido; que, andando enamorada, ime hice perdidiza, y ful ganada 2, Donde es de notar que, en tanto que el alma no llega a este estado de unién de amor, le conviene ejercitar el amor asi en la vida activa como en la contemplativa. Pero, cuando ya Hegase a él, no le es conveniente ocuparse en otras obras y ejercicias, exteriores que le puedan impedir un punto de aguella asistencia de amor en Dios, aunque sean de gran servicio de Dios, porque es mds precioso delante de Dios y del alma un poquito de este puro amor y mas provecho hace a la Iglesia, ‘aunque parece que no hace nada, que todas esas otras obras juntas. Que, por eso, Maria Magdalena, aunque con su predicacién hacia gran provecho y le hiciera muy grande después, por el ‘grande deseo que tenia de agradar a su Esposo y aprovechar a la Iglesia, se escondié en el desierto treinta afios para entregarse de veras a este amor, pareciéndole que en todas maneras ganaria mucho ‘mas de esta manera, por lo mucho que aprovecha e importa a la Iglesia un poquito de este amor: 3. De donde, cuando alguna alma tuviese algo de este grado de solitario amor, grande agravio se le hacia a ella y a la Iglesia si, aunque fuese por poco espacio, la quisiesen ocupar en cosas exteriores 0 activas, aunque fuesen de mucho caudal. Porque, pues Dios conjura que no la recuerden de este amor, iquién se atreverd y quedard sin reprensin? AI fin, para este fin de amor fuimos criados. Adviertan, pues, aqui los que son muy activos, que piensan cehir al mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho més provecho harfan a la Iglesia y mucho més agradarian a Dios, dejado aparte el buen ejemplo que de st darian, si gastasen siquiera la mitad de ese tiempo en 4 Aqui se puede leer el texto de Marta y Maria aplicado a José, pero leido desde el comentario de Santa Teresa: Marta y Maria han de andar juntas. CZ. Le 10, 38-42. Cf. Santa Teresa, Libro de la Vida 17, 4; y, sobre, todo, ‘Cuartas Moradas, capitulo 4. | estarse ‘con Dios en oracién, aunque no hubiesen Uegado a tan alta como ésta. Cierto, pd harian més y con menos trabajo con una obra que con mil, mereciéndolo su oracién, y habiendo cobrado fuerzas espirituales en ella; porque de otra manera todo es martillar y hacer poco mds que nada, y a veces nada, y aun a veces daito. Porque Dios os libre que se comience a envanecer la sal (Mt. 5, 13), que, aunque més parezca que hace algo por de fuera, en sustancia no serd nada, cuando estd cierto que las obras buenas rio se pueden hacer sino en virtud de Dios. 4. 10h, cudnto se pudiera escribir aqui de esto!, mas no es de este lugar. Esto he dicho para dar a entender esta otra cancién; porque en ella el alma responde por si a todos aquellos que impugnan este santo ocio del alma y quieren que todo sea obrar, que luzca e hincha el ojo por de fuera, no entendiendo ellos la vena y raiz oculta de donde nace el agua y se hace todo fruto, ‘También en este sentido, Edith Stein escribe en la Epifania de 1940: “Jos acontecimientos decisivos de la historia del mundo fueron esencialmente influenciados por almas sobre las cuales nada dicen los libros de historia. Y cudles sean las almas a las que debemos agradecer los acontecimientos decisivos de nuestra vida personal, es algo que sélo experimentaremos en el dia en que todo lo oculto seré revelado”.* De forma especial una de esas almas a las que se refiere Edith Stein sin nombrarle es San José. 2.5 Las estrellas: Esta habitacién tiene una peculiaridad: a través de su techo se ven las estrellas. En toda noche hay estrellas que brillan y tintinean deslumbrantes. Hay estrellas en el firmamento de nuestros dias que se convierten en modelos e ideales tan deseables como intocables. Estrellas fugaces, efimeras. No vale la pena dejar en ellas prendida la mirada. Otras, sin embargo, son decisivas para apuntar sendas que orientan més alld de si mismas. Como la estrella de Belén, que habiendo conducido a los Magos hasta el portal desaparece, ha cumplido su cometido. José se compara a esas estrellas que no se quedan en su propio brillo, que conducen y desaparecen y, por eso, més que estrella nos parece sombra que arropa la vida que se le ha encomendado. Se pierde en la sombra para ganarse en el cuidado de otros, obedeciendo la voz del angel: “Toma contigo al nifio y a su madre”. (Mt 2, 13). Y siendo sombra en vida es convertido en estrella para la Iglesia de todos los tiempos. Deslumbra a base de ocultamiento: Esta vocacién de escondimiento ha quedado plasmada en la espiritualidad de Nazaret, que es sindnimo de vida oculta y dedicada a las tareas sencillas de la vida cotidiana en la contemplacién del paso de Dios. Carlos de Foucauld serfa un claro exponente de esta espiritualidad. Isabel de la Trinidad también habla de este anhelo de escondimiento y abajamiento. Y se refiere a un lugar tan escondido que nadie iré alli a buscarla.® 5 Bdith STEIN, Vida escondida y Epifania, en Obras Completas, vol. V, p. 637, Burgos, Vitoria, Madrid, Coediciones. También: “La historiografia oficial calla acerea de estas fuerzas invisibles ¢ incalculables (...) y nuestro tiempo se ve cada vez més obligado cuando todo lo demés fala, a esperar Ia dltima salvacién de estos ‘manantiales ocultos”, La Oracién de la Jglesia, en Obras Completas, vol. V, p. 118. * Ultimos Ejercicios, dia 8, n 21. “Ellos se prosternan, adoran y arrojan sus coronas”. Primeramente el alma se debe “prosternar”, sumergirse en el abismo de su nada, zamiullirse ali de tal modo que, segin la maravillosa expresién de un mistico, ella encuentre “la paz verdadera, inmutable y perfecta, porque se ha precipltado tan bajo (que nadie iré a buscarta al”. 8 Nos sobrecoge como Dios opera la irradiacién misteriosa de estrellas que no brillan a los ojos de las gentes. La luz que viene de los que estén ocultos y no necesitan exhibirse. De los que no esperan nada a cambio. Lo expresa bella y sabiamente siglos antes de Cristo Lao Tse, y son palabras que leemos referidas a José y que se convierten en espejo y pregunta para nosotros. ._ el Sabio abraza'la Unidad, y se convierte en Modelo de todo cuanto se halla bajo el Cielo. No se vanagloria, y por eso brilla; no se justifica, y por eso es conocido; no proclama sus capacidades, por ello merece confianza; no exhibe sus logros, y por eso permanece. ‘No rivaliza con nadie, y por ello nadie compte con él Ciertamente, no son palabras vanas el antiguo dicho: "Inclinate, y estards completo.” ‘Més aii: si has alcanzado realmente la plenitud, todas las cosas acudirén en tropel a ti? Quien se exhibe a si mismo no brilla. Quien se justifica a si mismo no obtiene honores. Quien ensalza sus propias capacidades no tiene mérito. Quien alaba sus propios logros no permanece.* Salimos de esta habitacién con la sensacién de haber sido aleccionados fuertemente en el desprendimiento de nosotros, comprendiendo cun torpes somos al pretender honores humanos y cudnto tiempo perdemos en la direccién equivocada de los aplausos huecos. José nos ha liberado también de esta sed de recompensas faciles. Y nos ha invitado a recuperar la confianza del trabajo hecho sin esperar recompensa. 3, HABITACION DEL TRABAJO José era conocido por sus conciudadanos como un hombre normal, un trabajador. Hay una representacién muy conocida en la tradicién del Budismo Zen que muestra en el 10° de esos cuadros al cuidador de un buey, ya sin buey, (sin guardar ganado, diria San Juan de la Cruz), vendiendo frutas en el mercado y sonriendo, sin hacer ninguna actividad especial. Es el ejemplo de la mas alta mistica para el budismo zen. ‘Al igual que en la mistica cristiana, no es lo extraordinario lo que da valor a las acciones y a la vida del santo o del creyente, sino el amor callado, Estar aqui, no hacer nada especial. Amar. No oscilar, he ahi la santidad, vivir integrados y reconciliados en el presente haciendo desde Jo que se es y siendo sin necesidad de hacer. La profundidad de todo lo humano se revela en el trabajo de José. En este sentido no es mas importante un rato de oracién que un rato de trabajo, la importancia no esta en el tipo de actividad que Hevamos a cabo, estar aqui o alli, en esto o en lo otro, sino en el cémo y desde

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