Ernesto Lépez
NILA CENIZA NI LA GLORIA
‘Actores, sistema politico y cuestién
militar en los afios de Alfonsin
Universidad Nacional de Quilmes1. CONCEPTUALIZACION
[Antes de iiciar el desarrollo de los asuntos sustantivos de los
que se va a ocupar este trabajo, es conveniente deslindar el
entramado conceptual dl que s¢ hard uso. Como es sabido,
la realidad social siempre es mirada a través de conceptos. Es.
to es tan inevitable como, por ejemplo, la necesidad de usar
utersilios 0 instrumentos para claborar una pintura, Asi las
cosas, los conceptos que se utilicen para enfocar la realidad,
darle forma y constituir los problemas que se van a analizar
merecen ser explictados y expuestos alos ojos —y el juicio—
de los eventuales lectoes.
Una categoria central, a mi modo de ver, es la de relacio-
nes civico-miltares, Este trabajo seguita en este cubro los lie
neamientos conceptuales que expuso Samuel Huntington en
su conocida obra El soldado y el Estado," aunque sin cefirse
a la coalidad de su planteo.
1a expresidn relaciones civico-militares, segin Hunting-
ton, alude alas relaciones que se establecen “entre los mi-
lates y el medio civil que diige una nacién” + Est haz de
* Samuel Huncingron, El soldado y Estado, cad
2 La ita pertnece al przato inl del bro de Huatington. Die: “me-
dio cil que digs uaa nacibn™. La expres podria se toma como ui
‘alate de “diigencia poles” (de una nacin}, camo en efecto se harem
est trabajo, fo que revela la presencia de una arte opine, No esti supo-
niendo nusto autor que slo el medio cv drgepolcamente 4 una a=
li? 2No etd dando por senrado que los wniformados eaccen de apestos
politicos propios? Ete asuneoveréretomado un poco mis adelante.
CCabe sala, por otra part, que de ago en mis la citas de Huntington
se refrencan ene extoy2 menconado, Solos efile a coatinuscign de
tll, vente pants, el mero de pga,relaciones es entendido como un “sistema de elementos inter-
Apendienes” (p10), lo que signifies que sus componentes
tienden a funciona ariculadamente y que, dadas modifies
Giomes en na pate o sector, tenderin a producise alteracio-
nes en Is ot
El plexo de estas relaciones esta constituido por la cuestién
del contol evil" como esque se produce cl contol politico
por porte de los diigentescviles de una nacién sobte los
Fares qué problemas se generan a raved eto
ara Huntington, la cuesti6n bisca del contol civil con-
siste en tesponder aa pregunta “de qué manera puede ser re-
dlcido un minim el poder militar" (p. 117). A su crteri,
csican dos caminos:
2) el contol civil subjetivo
b) el control civil objetivo
primero apunta ala maximizaci del poder civil como
medio para minimizar el poder militar. El segundo se orienta
{aimavimizacion dela peofesin militar.
El control civil subjetivo —segin elesquema de Hunting:
ton, toda vez que no opera sobre la reduce fisica del
aparao militar que es una de sus vciantes—, procor la
auhesign activa de los matares a algn grupo, ser, insti
Sion oimerés politico dererminado de a sociedad “cv. Es
ta adhesion puede responder a diversas casas: conveniencia
identidad, acuerdo mutuo, eteétera.
Sin embargo. y aungue parezcasorprendent, el aspecto
aque mis Ie interes a Huington mo viene que ver con el
thodo en que se constitaye el nexo entre civiles y militares,
Sino con lo que acontece entre os propios politicos. En ef
to, lejos de Interesarseprinipalmente por ef modo en que
beats la minimizaci6n del poder militar, Huntington le
presta preferencial atencin al siguiente resultado del con-
Mo sujet agar lems ntamenaimente en
fpoyo de algin secor (grupo, instiuciéno inter) el po-
aE relative de ses inerementa en derimento del de otros
Secrores. Hl control civil subjetivo repreute as sobre Ia dis
tribucign relatva del poder entre grupos policos compet-
dores.Y conllea una consecuencia: las insiucionesmilita
fer se “cilinzan” “en el sentido de que asumen ciertas
Catacterinicasydindmieas no militares sino cvicofplitcas—
2
y se politizan. Pero, vale la pena remarcarlo, se politizan —
segiin Huntington— siempre en el sentido de prestatle ser
cio a algin gcupo o sector politico, no de una manera auto~
noma, En este marco, el control civil subjetivo llega a su
‘maxima expresidn cuando hace de las instituciones militares
“el espejo del estado” (p. 121).
El control civil objetivo, en cambio, se basa en el recono-
cimiento de la profesién militar auténoma. La profesionali-
zacién genera un espacio militar independiente de vincula-
ciones instrumentales con grupos 0 sectores politicos, y
convierte a las instituciones militares en “politicamente esté-
riles y neutrales” (pp. 121-122). En este caso, en lugar de
“civilinizar” se militariza (profesionaliza) las instituciones
nilitares, se tiende a nulificar su participacién politica y, en
el punto maximo, se las convierte en “hesramientas del esta-
do” (p. 121}, dtiles a los fines de su defensa. Nétese que las
expresiones espejo, utilizada para caracterizar el control sub-
jetivo, y berramienta, usada para el contol objetivo, en am-
bos casos con referencia a Ia vinculacién de las instituciones
militares con el estado, procura reflejar Ia diferenciacién en-
tre “civilinizaci6n”/politizacion, por una parte, y profesiona-
lizaci6n/prescindencia, por la otra
Hasta aqui el médico esbozo de un planteo que es rico y
complejo. Sin animo de desarrollar una revision critica pro-
funda del mismo —lo que escapa a las posibilidades de este
trabajo—, ¢s necesario sefalarle algunas debilidades, a Ia luz
de la experiencia argentina y latinoamericana, con la expecta-
tiva de recuperar de él lo mucho que tiene de adecuado a
‘nuestro contexto.
En ciernes en el parrafo inicial del libro (en el que se esta~
blecfa la distincién entre los militares y el medio civil que diri-
2 La taduecin del vosabla ing civiiation presente algunas df=
caltades, como bien has tefaladaBafign y Olds, El veto ediado pore}
Girelo Miltae us la expen “hacer mis cvs lo militares” paca ta
cil, Ban y Olmeda prefer “civiniea” —puc a expresion “chil
‘ar pose obvios inconvenientes— que es Ia vein esogida en ete eb
jo. Véase Baién, R. y Olmeda, Re La insttncin militar ev sf Estado
contemporineo, Madi, Akanza, 1985, . 11‘ge la nacién, dando casi por sentado que los primeros carecen
de apettos politicos mayores y que son “los civiles” quienes
de siyo gobiernan las naciones), y con bastante claridad en el
tratamiento de la cuestion del control civil subjetivo, la posi-
bilidad de una modalidad de intervencién politica auténoma
de los militares no es considerada por Huntington.
Desde su punto de vista, los aspectos mas sefialables de la
problematica del control slo tienen que ver con la competen-
cia entre grupos politicos distintos (y con la manera en que
puede alterarla una apoyacura en 10 militar), en un caso, ¥
con la construccién de una esfera militar profesional auténo-
sma, ene otro.
Be modo que no contempla la posibilidad de una autono-
‘mizacién politica de los uniformados. Esto escapa a su per-
cepeién, seguramente porque no tenia vigor en la experiencia
histrica que sievié de base a su conceptualizacién. La subor-
dinacién de las instituciones militares a las autoridades civiles,
‘std sobreentendida en su planteo, fanciona préeticamente
‘como dato.
Merece sefialarse por otea parte, que su concepeién acerca
del ligamen gue existiria entre profesionalidad y nulificacin
de la participacién politica es cuestionable. El concepto de
profesion en Ffuntingron se funda en la articulacién de tres
dimensiones: a) capacidad (saber especializado); b) responsa-
bilidad (en téeminos de compromiso ante la sociedad: seereto
profesional, honestidad, et.) yc) corporatvidad (espfrita de
cuerpo}. En su opinin, la dimension responsabilidad incluye,
para los hombres de armas, la subordinacién a las autorida-
des politicas del estado. El no cumplimiento de este requisito
descalifca la profesionalidad de cualquier cuerpo de oficiales,
por mis que las dimensiones capacidad y corporatividad se
satisfagan adecuadamente, Esta rigidez conduce a Huntington
a algunos excesos 0 imprecisiones, como, por ejemplo, carac-
terizar al ejército aleman de la Segunda Guerra Mundial co-
smo de baja profesionalidad.*
No resulta exagerado, entonces, extraer la conclusién que
sigue del somero examen que se ha realizado: el enfoque hun-
‘Vente op ct, caps IV.
4
aa ye. ar cee et
tingtoniano es valioso y sugerente, pero también insuficiente
como medio de abordaje del caso argentino, Nila subordina-
cin es un dato de nuestra realidad istorica ni fos ineremen-
tos de profesionalidad suponen necesariamente una mayor
prescindencia politica. Como consecuencia, la recuperacion
de los conceptos de control civil subjetivo y control civil ob-
jetivo que aqui se propondea seguidamente reconoce como
posible —y de hecho hha sido la tendencia dominante en los
fltimos lustros en nuestea sociedad a politizaci6n auténo-
rma de los militazes y rechaza la inevitabilidad del par profe-
sionalidadiprescindencia. Es decir que aqui se admite que
aun existiendo un nivel aceptable de profesionalizacién, pue-
de darse también, sin embargo, el fendmeno del intervencio-
nism mlitar$
'No obstante, sobre la base de Ia conocida diferenciacién
conceptual que plantea Max Weber entre poder y domina-
‘idn® puede elaborarse una relecrura del esquema huntingto-
niano adecuada al caso argentino. Seguidamente, haciendo
cje sobre el concepto de dominacién, se propone una reinter-
pretacin de dicho esquema en lo rlativo alos tipos posibles
de control dvil.
“Tal como se ha sefalado precedentemente, Huntington si
tsa Ia temitica del control civil en la rita que segiin las de-
finiciones de Weber corresponde al poder; su pregunta incial
es: “de qué manera puede set reducido al minimo el poder
militar” (véase azrbas el subrayado es mio, EL). Con apego
alas condiciones y caracteristicas de nuestro caso, parecetia
sin embargo mais conveniente abordar la cuestion por el carrl
dle la dominacién. La pregunta central seria entonces cémo es
posible conseguir la subordinacién de las isttaciones milta-
tes los poderes constituidos (entendiendo esta subordina-
+ En un seni serie ha agamentado Joh S.Fch en su “Peofesio
ralismo mia, seguridad acional y democracia: ensedanzs de a experien
a lanoamercana”y mimeo, 1991,
El concepo de poder alude ala postbdad de imponer la peopia dec
sién en una reli soil, mientras que domrinaién ale ala pesibidad
Ale encootrarobedienia a un mandato de dtenminado ip. El primer tiene
qe vee con ls imposiin, ints que la segunda ree ala tomsea del
onsentimicto, ease Economia 9 sociedad, México, PE, 43.
25wre,
cién como un problema vineulado al consentimiento) y no s6-
Jo cémo minimizar su poder. Si a esta clase de subordinacién
no se la considera sobreentendida 0 dada, sino que, por el
contrario, se la convierte en el nudo problematico de la cues-
tién, Ia posibilidad de la intervencién politica auténoma de
los miliares queda como una cuestién abierta y la peofesio-
nalizacién no necesariamente se convierte en sinénimo de
prescindencia. Concomitantemente, también se convierte en.
luna problemétics a ser trabajada por la dirigeneia politica (y,
por qué no, abierta a la preocupacién yo consideracién de la
ciudadanta en general).
En este marco, entenderemos aqui el control civil subjetivo
como aquellatentativa de elaborar la subordinacién castrense
sobre la base de una adhesién particularsta de los uniforma-
dos a alesin grupo o sector politico civil. Los motivos de esta
adhesin particularista podrian ser: la identidad o semejanza,
de opiniones, la lealtad personal, la conveniencia material ins-
titucional individual y el acuerdo de partes entre otros. Fre-
‘cuentemente, pero no exclusivamente, este tipo de tentativa cs
desarrollada por los partidos que han obtenido el control del
aparato del estado, o sea gue es una modalidad predominan-
temente utilizada por los partidos de gobierno. Como ya ha
sido mencionado, en nuestro caso la “civilinizacién” no ope-
ra en el contexto de sobreentendimiento de la subordinacion
ue planteaba Huntington, ra26n por la cual el efecto de su-
bordinacién que busca producir no esté garantizado de ante-
mano. Por el contrario, dicha “eivilinizacion” puede alentar 0
reforzar una tendencia a la politizacién aurénoma de los uni-
formados y a un incremento de su capacidad para proyectarse
sobre la escena politica de manera autnoma, a partir de con-
sideraciones y erterios propios.
Por control civil objetivo entenderemos aquella tentativa
de elaborar la subordinacién castrense a los poderes const-
tuidos sobre la base de la vigencia de una legitimidad del tipo
racionaVlega.” En este caso se obedece a la normativa vigen-
te, a aguello que marca la ley. La obediencia no reposa sobre
7 Pats los concepos de lepitimdad yd raconaidadlegliad como fun
mento de legit vse bid pp 1709.
26
Pe aT ee Te Te ay ane eo
tuna adhesién fundada en motivos particulares sino en el res-
peto a las normas. Los uniformados deben obediencia a los
poderes constituidos porque lo marca la ley, porque rige en el
‘estado nacional un orden normativo abstracto e impersonal
‘que establece que las Fuerzas Armadas deben estar subordi-
nadas a la conduccién politica del mismo. En este contexto es
esperable —mas no inevitable— que una mayor profesionali-
zacién de las instieuciones castrenses redunde en prescinden-
cia politica y en subordinaci6n.
* fcesantes abordajes de est tema de rigambrehuntngrsiana 50
bee el contol ivi se encuentran en J, Pte, “Integrating the mailary",
FlorvardInterntinal Review, vol. Yl nm. mayo unio de 1986,» “Tor
ward democratic made! of cwi-miliary rons for Lain America" po
tenia presentadn en ls Conerencia Internacional sobre Fatras Aemadas
Democtacia, Quito, 46 dejulio de 1988. a
7