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La descripcin comn de esta escena refiere que los grabados que la roca lleva sobre
s representan aves de tipo cndor, con las alas extendidas. El cndor es, en estas c
ulturas sudamericanas, un mensajero de los dioses, capaz de sobrevolar las cumbr
es mas escarpadas y de atravesar las barreras que cordilleras y montaas colocan e
n el paisaje. Es, pues, una figura mtica, relacionada con el agua y con el aire.
Sin embargo, ms all de los parecidos formales, los motivos insertos en los petrogl
ifos deberan ser contemplados desde una perspectiva distinta. Mira hacia donde na
die mira. Ve lo que nadie puede ver. Si obedecemos a nuestra intuicin, mejor que
a la vista o al anlisis superficial, podramos encontrarnos ms bien frente a dos ser
es sobrenaturales saliendo de una hendidura, perfectamente sealada entre ellos po
r una linea ascendente, con los brazos, eso s, extendidos.
Hay una figura, en la parte superior izquierda, segn se mira, que semeja un anima
l, tal vez un felino, destrozado en apariencia. Tambin un extrao sol con piernas una de ellas, doblada, como para caminar - y unas radiaciones saliendo de su pe
rmetro que pueden abundar en las referencias a esa fuerza expansiva unida siempre
a este tipo de fenmenos. Aqu la interpretacin tradicional coincide, en efecto, en
atribuir a esta figura el carcter de signo solar.
Podramos acudir a no pocos ejemplos para ilustrar la oportunidad, al menos, de es
tas interpretaciones nuestras. Dos seres sobrenaturales cruzando una linea espec
ialmente resaltada, los efectos de una energa casi inconcebible transformando aqu
ello que toca, signos solares, lenguajes ya perdidos que todava siguen resonando
en nuestros corazones... Aqu tenemos otra muestra: brazos extendidos, espirales c
omo signos de la luz y el fuego que animan la Transformacin, puertas secretas, cr
uces y swastikas misteriosas... Estamos en las montaas Coso Range. California. Pe
ro ahora nos iremos mucho ms lejos, en el espacio, y en el tiempo.