Imaginmonos este cuadro:

La Biblia ensea que hubo unos hombres que enseaban a la Iglesia llamados
Himeneo, Fileto y Alejandro. Pero cuando empezaron a desviarse de la verdad
de las Escrituras, al apstol Pablo no le tembl el pulso para decir que la
palabra que ellos estaban predicando era como una gangrena, y por esto
mismo el apstol declara que l los entreg a ellos a Satans, debido a que
estaban torciendo las Escrituras.
No me imagino yo al apstol Pablo haciendo lo mismo en este tiempo, sin
que le cayeran encima, todos aquellos que se creen ms
misericordiosos y justos que Dios, dicindole al apstol cosas como
estas:
Dnde est el amor de Dios en tu vida Pablo? En vez de entregarlos
a Satans deberas tener misericordia de ellos, pues ellos tambin
son siervos de Dios. Cmo se te ocurre una cosa de esas Pablo? En
vez de criticarlos de esa manera deberas orar por ellos. Ms bien
deberas tener cuidado con lo que dices Pablo, pues recuerda que
dars cuenta a Dios de todo esto, y eso de que son como gangrena y
entregarlos a Satans, ya es la tapa.
Adems Pablo, por qu atacas a aquellos que son miembros del
cuerpo de Cristo tambin? Claro, tu ves la paja en el ojo de tu
hermano, en vez de ver la viga que hay en el tuyo. Acaso no te das
cuenta que cada uno es parte importante en la Iglesia, por eso en vez
de estarlos atacando deberas orar por ellos y dedicarte a predicar del
amor de Dios, recuerda Pablo, no juzgues para que no seas juzgado.
No toques a los ungidos del Seor.
Y as como las anteriores, muchas ms retahlas que se suelen usar
hoy para excusar lo inexcusable y permitir que los falsos ministros
sigan engaando.
Como est escrito: "Los profetas profetizan mentira, y los sacerdotes
dirigen por mano propia, porque mi pueblo se los permite. Y qu
harn cuando llegue el fin?" (Jeremas 5:31).
"Acaso no saben ustedes que los santos son los que han de juzgar al
mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por ustedes, no son
capaces de juzgar cosas mucho ms pequeas? O no saben que aun

a los ngeles hemos de juzgar? Cunto ms entonces deben juzgar

las cosas de esta vida?" (1 Corintios 6:2-3).