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Calidad dela _ ensefianza y _ formacién del profesorado | Un cambio necesario | uy Francisco Imbernén Perse Trurve) SN lices| Francisco Imbernén HRSSR25y Calidad de la ensefianza y formacion del profesorado Un cambio necesario OCTAEDRO - ICE Coleccién Recursos educativos Titulo: Calidad de la enseftanza y formaci6n del profesorado. Un cambio necesario Primera edicién: marzo de 2014 © Francisco Imbernén Muftoz © Deesta edicion: Ediciones Octaedro, S.L. / Bailén, 5 ~ 08010 Barcelona Tel: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68 www.octaedro.com ~ octaedro@octaedro.com Universitat de Barcelona Institut de Ciéncies de I'Educacié Campus Mundet - 08035 Barcelona Tol.: 93 403 51 75 ~ Fax: 93 402 10 61 enmail: ice@ub.edu Cualquier forma de reproduccién, disteibucién, comunicacién piiblica 0 transformacién de esta obra s6lo puede ser realizada con la autorizacién de sus titulares, salvo excepcién prevista por la ley. Dirfjase a CEDRO (Centro Espattol de Derechos Reprograficos, www.cedro.org) si nocesita fotocopiar 0 escanear algiin fragmento de esta obra ISBN: 978-84-9921-521-1 Depésito legal: B. 5.833-2014 Disefto y realizaci6n: Editorial Octaedro Impresién: Novagrafik Impreso en Espafia - Printed in Spain indice Introduccién. ;Qué es eso de la calidad y el cambio on la ensefianza? Dos conceptos poliédricos, por no decir confusos El cambio en la educacion PRIMERA PARTE. El profesorado, la escuela, la comunidad y la calidad educativa Capitulo 1. El principio: la funcién y la imagen social de] maestro. Sin calidad docente no hay calidad educativa 1.1. El duro oficio de ensefiar 1.2. Diferentes maestros, diferentes épocas. . . 1.3. Los cambios en las funciones del maestro y de la maestra durante el siglo xx 1.4, La tarea y la imagen social. Mucho trabajo por hacer. 1.5. Viejas y nuevas funciones. Hacia el futuro Capitulo 2. Calidad y fragmentacién curricular en la escuela. jFragmentacién o globalizacion? 2. ¢Fragmentar o no fragmentar? Esa es la cuestién 2.2. Ensefiar y aprender el saber para aumentar la calidad educativa . 2.3. Aprender a aprender, s{, pero también aprender a integrar (y a desfragmentar) 1 13 23 25 33 36 40 46 51 54 57 59 62 [CALIDAD O€ LA ENSEMANZAY FOMMAGION EL PROFESORADO Capitulo 3. Escuela, calidad, inclusién, multiculturalidad e interculturalidad 3.1. Todos somos diferentes, gno?. 3.2, Algunas reflexiones sobre el cambio educativo y la multiculturalidad. 3.3. La multiculturalidad se transforma en las escuelas : 3.4. El espacio educativo multicultural o intercultural. Capitulo 4. La calidad educativa no solo esté en la escuela. 4.1, El necesario cambio en la organizacion dela escuela 4.2, Algunos puntos de vista en las comunidades de aprendizaje. SEGUNDA PARTE. El profesorado y su formacién como herramientas imprescindibles de la calidad educativa. Caminando hacia el futuro Capitulo 5. La profesién docente desde el punto de vista internacional. El caso de Europa 5.1. Aspectos generales 5.1.1. La docencia como carrera atractiva 5.1.2. Politicas sobre el profesorado 5.1.3. Formacién permanente del profesorado 5.14, Seleccionar al profesorado. 5.1.5. La eficiencia del profesorado 5.2. Aspectos de politica especifica Capitulo 6. La profesién docente en el contexto actual de la educacién més allé de los informes 6.1. La profesién docente del presente al futuro 6.2. La profesin docente en un contexto incierto. 6.3. Aun asf no podemos caer en un ingenuismo pedagégico 6.4. Posibles alternativas 67 73 78 79 81 85 87 89 91 93 96 96 96 97 98 99 99 - 102 104 114 118 121 Capitulo 7. La formacién del profesorado que se recibe en la universidad 74, La universidad y la formacion inicial del profesorado en las etapas de infantil y primaria. La estructura 7.2. La formacién inicial del profesorado y la universidad en la etapa de secundaria. Por fin, un master 7.3. La formacién inicial del profesorado y la universidad. La estructura: de escuelas universitarias a facultades 74, La universidad y la formacién permanente del profesorado de niveles no universitarios 7.5. La formacién del profesorado universitario en la universidad. {Una utopia? Capitulo 8. ;Qué formacién permanente para el profesorado?. 8.1 Qué aprendimos y qué tenemos que desaprender?, 8.2 ;Por dénde podriamos ir a partir de ahora? Capitulo 9. La formacién desde dentro. ;Qué es la formacién en centros y no en los centros? 9.1. El centro educativo como agente de formacién y cambio i 9.2. Condiciones y elementos précticos de Ja formacién en centros Capitulo 10. Calidad y metodologia en la formacién del profesorado 10.1. La metodologfa formativa en las modalidades de formacién Capitulo 11. Btica y valores en la formacién docente 11.1. {Qué valores? ;Qué ética? 11.2, Aprender ética y aprender éticamente. 11.3, De la identidad a la formacién de actitudes y emociones 125 126 129 131 133 136 138 140 143 146 151 153 158 163 166 167 169 173 {AUDAD DE LA EXSERANZA ¥FORMACION DEL PROFESORADO Capitulo 12. El profesorado y su formacién en Europa y Latinoamérica. jIguales, similares o diferentes, 0 de todo un poco?. 124. jFormacién 0 desarrollo profesional? iDe qué hablamos? 12.2. Bl papel del profesorado 12.3, Lo que nos une y lo que nos separa Capitulo 13. La investigacién-accién 0 el modelo indagativo de formacién como desarrollo de la calidad educativa en los centros nal 13.1, La investigacién-accién como proceso y herramienta de formacién del profesorado Capitulo 14, Redes de profesorado y de formacién para una calidad educativa. El futuro ya presente 14.1, Comunidad de practica y de préctica formativa de profesorado? 14.2. De la comunidad a las redes entre el profesorado A modo de conclusién. 2Qué est pasando hoy en dia? : Hemos hablado de profesores y profesoras, avictimas o culpables? Hablemos de las consecuencias de las politicas erréticas gubernamentales {Qué pasa? ;Por qué algunos politicos no dicen la verdad? Cantidad y calidad, dos caras de la misma moneda La calidad pasa por el compromiso con la transformacién social y educativa Bibliografia y referencias bibliograficas 176 180 182 185 ..189 193 195 196 200 205 205 207 209 210 213 215 219 INTRODUCCION eQué es eso de la calidad y el cambio en la ensefanza? Dos conceptos pali€dricos, por no decir confusos Si los conceptos no son correctos, las palabras no son correctas; si las palabras no son correctas, los asuntos no se realizan; si los. asuntos no se realizan, no prosperan ni la moral ni el arte; si no prosperan la moral y el arte, la justicia no acierta; si la justicia no acierta, la naci6n no sabe cémo obrar. En consecuencia, en las palabras no debe haber nada incorrecto. Esto es lo que importa. Confucio, donde da su visién del lenguaje, citado por Karl Kraus'en Die Fackel (La antorcha) para decir que toda forma de gobierno debe comenzar pot el respeto a las palabras. Existe una tendencia a tener un lenguaje comtin en la educa- cién que va unido a las modas del momento, y no tinicamente entre los actores del sistema educativo, sino en la Administra- cién de este. Cierto que pasa en todos los Ambitos profesiona- les, pero quizé lo que no ocurre tanto en otras disciplinas es lo que pasa en educacién: cada época tiene su lenguaje edu- cativo que acostumbra a ir unido a las sucesivas reformas promovidas por los gobiernos que en ese momento ganan las elecciones. Lo hubo en los afios noventa con las reformas edu- 1. Karl Kraus (1874-1936). Escritor y periodista austriaco de carla. sats rico Desde 1809 y durante treinta y siete afios, Karl Kraus imaging, edit y escribié casi en solitario una revisia, Die Fackel, desde la que desarroll6é una critica radical a la cultura vienesa de comienzos del siglo pasado, denuncié la corrupeién y degradacién de un lenguaje que veia banalizarse y mercan- tilizarse. Hay una reedicidn espaftola de 2011 de soleccién de articulos en la Editorial El Acantilado, de Barcelona, con el titulo de La antorcha, 1 ‘ALDAD Oe LA ENSERANZR ¥FoRMUACON DEL PROFESORADO cativas y lo hay en las primeras décadas del 2000 con las com- petencias, con la calidad (a veces con el nombre de gestién de la calidad y calidad total), con la excelencia (empoderamien- to), con el cambio, con la gestién del conocimiento, con la incertidumbre, con la gobernabilidad 0 gobernanza, etc, Ter- minologia que se pone de moda y empieza a extenderse como una mancha de aceite y se utiliza como comodines de discur- sos a veces sin saber realmente qué es lo que se esté diciendo cuando se mencionan. ‘Aunque a lo largo de este libro aparece el andlisis de varios de ellos, dos en los que queremos centrarnos un poco més son el de la calidad y el de! cambio de la ensefianza. Se dice que se ha de ir hacia la calidad educativa (0 excelencia, como uno de Jos sinénimos), y yo lo entiendo més como la coherencia entre Jo que pretendemos y lo que conseguimos. A partir de men- cionar el concepto, se viene a decir que todo ha de cambiar, ya que el mundo circundante se mueve en el cambio constante. Y a voces el lenguaje, y no la accién que comporta su préctica, provoca la percepcién de una determinada calidad o la per- cepcién del cambio mismo (a veces de tanto decir las cosas se convierten en verdades aunque sean ficticias). Pero qué es la calidad de la enseanza?, ;més documentos, normativa y bu- rocracia? {Qué diferencia tiene con la excelencia tan manida en los discursos politicos, y mas actualmente? {Y el cambio? {Significa que todo cambia para que no cambie nada, el lla- mado gatopardismo o efecto Lampedusa, o es para innovar y hacerlo mejor? ;Se puede innovar para que todo vaya a peor? Empecemos por analizar el cambio, aunque a lo largo del libro continuaré surgiendo el concepto y su aplicacién a la educa- cién préctica, que es lo que més me interesa, asf como el de «calidad. 2 wraoouccion El gatopardismo o efecto Lampodusa es un concepto politico se- giin el cual en determinados momentos histéricos se hace nece- sario crear una apariencia de cambio revolucionario con el fin til- timo de que la base, el micleo del sistema, permanezca incélume e inalterado. Todo cambia para que no cambie nada. Surge de la obra de Giuseppe Tomasi di Lampedusa,* E! Gatopardo, edicién de 2002 de editorial Edhasa de Barcelona. Fue trasladada al cine por el director Luchino Visconti, Sinopsis: Pelicula basada on la novela homéi ma de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (4958), Es la época de la unificacién de Italia en tomo al Piamonte, cuyo artifice fue Cavour. La accién se desarrolla en Palermo y los protagonistas son Don Fa- brizio, Principe de Salina, y su familia, ‘cuya vida se ve alterada tras la invasién de Sicilia por las tropas de Garibaldi (1860). Para alejarse de los disturbios, Ia familia se refugia en la casa de cam- po que posee en Donnafugata. Hasta el i : lugar se desplazan, ademés de la mujer Cartel de £1 Gatopardo aos), del Principe y sus tres hijos, el joven de Lichino Visconti Tancredi, el sobrino predilecto de Don Fabrizio, que parece simpatizar con el movimiento liberal de unificacién, El cambio en la educacion Hoy todos hablan de cambio, el cambio lo inunda todo, parece que todo cambiaré excepto el cambio. Siempre se ha tenido la percepcién de que todo cambia, y si bien es cierto que la vida pasa répida, ahora parece que es mas vertiginoso ese devenir 2, Giuseppe Tomasi di Lempedusa (1896-1957), miembro de la alta aris tocracia sicillana, vivio en Letonia, Francia y Gran Bela, y partici acti- vamente en las dos guerras mundiales. No llegé a ver publicada la obra que le ha inmortalizado, B/ Gatopardo, 7 Go aT aon® 0€ LA EuSERANZA Y FORMACION EL PROFESORADO del tiempo; que todo corre o que todos corren. Creo que lo que ha dado la impresién de esa vertiginosidad es la tecnologia; los aparatos que el humano utiliza para desplazarse, informarse, comunicarse 0 divertirse que cambian constantemente, més que la cultura, la educacién o los temas y relaciones sociales (aunque estos también han ido cambiado con el tiempo). Su répida obsolescencia (Ia de los aparatos) nos Heva a una per- cepcién del cambio vertiginoso. Hace décadas, la percepcién era menor, ya que los utensilios y los procesos cotidianos que utilizébamos duraban mucho més tiempo. Y el cambio, asi, sin més, se incorpora al papel escrito y a las declaraciones piblicas y politicas como un lugar comin, pero que dificilmente se ve trasladado a la realidad de la practica de la educacién.* ;Y por qué digo esto? Desde mi pun- to de vista, no se puede cambiar la educacién sin plantearse seriamente un nuevo concepto y una nueva mentalidad para mirarla, y eso ya es més dificil y necesita opciones politicas que muchas veces no se dan. Se han de realizar muchos cam- bios para cambiar la educacién, valga la perogrullada; lo que significa plantearse cémo establecer relaciones con la comu- nidad, con los docentes; la modificacién de estructuras, las politicas educativas, el curriculum, el papel del alumnado, Ja nueva forma de aprender mas alld de la escolarizacién, etc. Y sobre todo, supone romper ciertas inercias e ideologias ins- titucionales y politicas que Mevan a determinadas politicas conservadoras, neoconservadoras, o a la modernizacién con- servadora —como diria Apple (2002)—," que han perdurado y que en algunos paises se acenttian en los tiltimos afios con el aumento de politicas neoliberales y neoconservadoras, aun- que sea parcialmente (también en politicas de gobiernos au- todenominados de izquierda). Apple (2002, pag. 53) dice con razon: 3. Se puede leer La tercera ola, de Alvin Toffler, publicado en 1979 por la Editorial Plaza8Janés, de Barcelona. 4. Ver, por ejemplo, Lépez-Aranguren, Eduardo; Gémez Rodrguez, Car- los (2004). La retdrica del cambio en las organizaciones: un andliss aplicado. Madrid: Centro de Investigaciones Sociologicas. '5. Ver Apple. M. W. (2002). Educar «como Dios manda»: mercados, nive- les, religidn y desigualdad. Barcelona: Paidés. 4 wrRooueci% El giro a la derecha ha sido el resultado del éxito que han tenido las derechas en la formacién de una alianza de base més amplia. Y, en parte, este éxito se ha debido a que han podido ganar la ba- talla por el sentido comin. Es decir, han aunado de una manera creativa distintos compromisos y tendencias sociales y los han in- tegrado en su agenda general para la proteccién social, la cultura, Ja economfa y la educacién. Su objetivo en la politica educativa y social es lo que antes he llamado «modernizacién conservadora». Y con mencionar el cambio o introducirlo en un discurso politico no es suficiente para cambiar las cosas (algunos polf- ticos nos dan un enorme ejemplo de hablar del cambio antes de las elecciones y podemos ver qué cambios se hacen después que no sean a beneficio propio o de sus militantes). A veces son lenguajes vacios, pero parecen discursos progresistas. Dive:sos estudios acerca del discurso politico (muchos de ellos desde marcos teérico-metodolégicos tan amplios como la lingiiis- tica, teorfas de la comunicacién e incluso desde modelos mate- maticos) han aportado diversas conclusiones e interpretaciones sobre los «resortes» que mueven al actor politico a estructurar un discurso, ya sea para influir, manipular, distorsionar, confundir, persuadir, convencer, animar, motivar, y de ahf generar conclu- siones acerca de la intencién, ideologia e interés implicito 0 ex- plicito de diversos actores: lideres politicos, partidos politicos, estructuras de gobierno, entre otros. Alvaro de Gasparin (2004). Razén y Palabra, 39, México. En: http://www.rezonypalabra.org.mx/anteriores/n39/ ‘agasparin.html (consultado en noviembre de 2012). Sobre l discurto politica Y on los uiltimos aos, anexados al cambio, aparece la cali- dad como concepto poliédrico (0 mas bien serfa un constructo genérico, o sea, algo de lo que se sabe que existe, pero cuya de- finicién es dificil o controvertida) 0, como algunos lo llaman, concepto multidimensional y relativo, por no atreverse a decir confuso o ambiguo. «No tenemos calidad, se ha de trabajar para la calidad, es prioritaria la calidad...», dicen, y se otorga a ese poliédrico concepto un enfoque vago, técnico, basado en la efi- 6 {AUDAD DE LA ENSERANZA ¥FORMACION DEL PROFESORADO ciencia y efectividad, de estandares y burocratizante, de cal dad tan de moda en los tiltimos afios en aplicacién a determi nados modelos de calidad provenientes del mundo empresarial, donde nacié su origen, como si los nifios fueran objetos de una fabrica y los maestros, sus méquinas (un ilustrado ejemplo es el famoso dibujo de Frato, Francesco Tonucci, reproducido en Ja pégina siguiente). Y de aqui a hacer protocolos, encuestas, guiones, escuelas de élite, mas horas de clase, proponer la exce- Iencia basada en el logro y establecer niveles diferenciados en el alumnado, etc. Aparacen los cuestionarios o encuestas (siem- pre de papel y lépiz) que intentan medir cOmo deberfa ser la escuela partiendo, por supuesto, de una determinada visién de la realidad social, la escuela y la educaci6n. La que tiene el que hace el cuestionario o la del grupo al que pertenece. De aqui a Ja clasificacién hay un paso y a la segregacién, dos. Y al final, un objetivo subliminal: que los padres opten por quien sale me- jor clasificado. Una calidad productiva basada en conseguir los objetivos y que puede provocar segregacién de aquellos que no estén en ia norma establecida en el proceso. A veces hay solu- ciones que intentan mejorar la ensefianza que buscan y crean problemas, y no al revés, como deberfa ser. Pero si la calidad es un constructo genérico, poliédrico, re- lativo, confuso, podemos entrever que el concepto de calidad no es estético, no hay consenso sobre su concepto ni existe un tinico modelo de calidad, ya que depende de la concepcion de la escuela, del profesorado y de la educacién y ensefianza. Durante mucho tiempo, y con la llegada del mundo producti- vo empresarial, la calidad ha sido interpretada como concep- to absoluto, préximo a las dimensiones de innato y atributo de un producto. Sin embargo, jes un producto la educacion que trabaja con sujetos? Pensamos que no. Y existe el peligro de hacer unos andlisis simples y lineales, dados los condicio- nantes de intencionalidad, contexto, intereses y valores que conforman el significado de la calidad y las expectativas que suscitan. Para comprobar ese concepto poliédrico, ambiguo 0 mul- tidimensional de las diferentes aproximaciones al concepto de calidad, encontramos que, segiin nos dicen Garvin (1984) y Harvey y Green (1993) (adaptado a la educacién): * intraouceron Dibujo«La maquina de is el autor 40 anos con ojos de nino (Barcelona: Grad, 2007). Francesco Tonticel es un psicopedagogo italiano. Propone adoptar el punta de vista del niSo y dejarlo mas libre, ‘escuela como en casa. Sus viitas son conocidas internacionalmente como tun anélisis de lainfancia y In escuela, 1. Calidad como excepeién A. Calidad como algo especial, distingue unos centros de otros a pesar de que es dificil definirla de forma precisa. B. Visién clésica: distincién, clase alta, exclusividad. C. Visién actual: la excelencia. a) Excelencia en relacién con estandares: reputacién: de los centros en funcién de sus medios y recursos, b) Excelencia basada en el control cientifico sobre los productos segiin unos criterios: «centros que obtie- nen buenos resultados». 2, Calidad como perfeccién o mérito A. Calidad como consistencia de las cosas bien hechas, es decir, que responden a los requisitos exigidos: «centros donde las cosas se hacen bien», 7 [CAUDAD DE LA ENGERANEA ¥FORMACION DEL PROFESORADO B.Centros que promueven la «cultura de la calidad» para que sus resultados sean cada vez mejor evalua- dos de acuerdo con criterios de control de calidad. 3. Calidad como adecuacién a propésitos ‘A. Se parte de una definicién funcional sobre la calidad, Jo que es bueno 0 adecuado para algo o alguien. a) Centros donde existe una adecuacién entre los re- sultados y los fines u objetivos propuestos. b) Centros donde los programas y servicios responden a las necesidades de los clientes. B. Centros que cubren satisfactoriamente los objetivos establecidos en el marco legal. 4. Calidad como producto econémico A. Aproximacién al concepto de calidad desde la pers- pectiva del precio que supone su obtencién. a) Centros eficientes al relacionar costos y resultados. ) Centros orientados hacia la rendicién de cuentas. 5. Calidad como transformacién y cambio A. Definicién de calidad centrada en la evaluacién y la mejora en el mbito institucional. a) Centros preocupados por mejorar el rendimiento de los alumnos e incrementar el valor afiadido. b) Centros orientados hacia el desarrollo cualitativo de la organizacin (desarrollo organizacional). Pero huyendo de las clasificaciones, creemos que la calidad no es tinicamente la mojora del funcionamiento de la escue- la, sino la definida por los ojos del grado de satisfaccién de la comunidad educativa; pero no tinicamente como respuesta a la demanda social o del mercado. La calidad en el campo edu- cativo se deberia analizar desde la consciencia de qué y cémo el alumnado aprende en el proceso de ensefianza-aprendiza- je mediado por un profesorado y su contexto. Sin embargo, a diferencia de las posturas conservadores enmascaradas en visiones progresistas de la ensefianza que introducen indica- dores de rendimiento, est4ndares 0 protocolos de diagnéstico cerrados para comprobar la calidad de un proceso (y repito, con un modo determinado de ver la educacién «para todos»), veo la calidad como una tendencia, una trayectoria, un pro- 8 nrroouecion ceso democritico y de construccién de un proyecto continuo y compartido en la educacién basado en la igualdad de opor- tunidades y la equidad, donde todos los que participan en el aprendizaje de los nifios y nifias buscan un proceso de mejora educativa en su conjunto y de mejora de los aprendizajes del alumnado en particular. No la veo como un producto al cual se le concede una nota o un baremo que se arreglaré intervi- niendo en ellos (y a veces contra ellos) y culpabilizando a al- guien, sino como un proceso participativo de responsabilidad y autorregulacién colectiva. Por tanto, me gustarfa acercarme a un concepto de calidad de cardcter més colaborativo, mAs colectivo, que tiene la posi- bilidad de desarrollarse, en lo educativo, en una determinada comunidad de practica entre profesores y contexto, comuni- dad de préctica formativa, mediante procesos de indagacién colectiva entre el profesorado; proyectos de innovacién de los cuales hablaremos a lo largo de este libro. Una comunidad en la que el conjunto de profesores analice qué es lo que no funciona en su quehacer diario para conseguir ciudadanos de- mocréticos (y por supuesto, cultos) y en la que se propongan proyectos de cambio partiendo de las necesidades reales del profesorado, del contexto y del alumnado en una ecologia edu- cativa. Un proceso que ayude a transformer las conciencias de quienes intervienen en el trabajo en las escuelas. Partir de ellos y de sus problemas. Sugerimos hablar de la escuela no tanto como de «un lugar» que puede ser diagnosticado fria- mente con protocolos de calidad, sino como de un proceso de vida que en toda su complejidad, en toda su red de relaciones y dispositivos con una comunidad educativa que le envuelve, pretende educar a todos para mejorar y mojorarse. Y analizan- do todo ello, hacer propuestas con la finalidad de mejorar el aprendizaje del alumnado y sabiendo los I{mites que tiene La meta de la calidad es la ciudadania democrética. Para ello se han desarrollar saberes, procedimientos y actitudes que permitan dar sentido a la vida de los estudiantes para par- ticipar en la creacién de un mundo mejor. Pero scémo hacer todo esto? En primer lugar, desde mi punto de vista, y aunque sea re- petitivo y como aspecto basico, hay que considerar, por una 9 ‘ALOAD OE LA EUSERANZA Y FORMACION EL PROFESORADO parte, la experiencia personal y profesional del profesorado y de] alumnado, de sus conocimientos, motivaciones, emocio- nes, de su identidad como docentes y alumnos, asi como del medio laboral de trabajo —en suma, de su situacién de tra- bajadores del conocimiento en una institucién educativa- por otra, la participacién del profesorado en la educacién y en la toma de decisiones (curriculares, organizativas, didac- ticas...) que les conciernen directamente, y no tanto de lo que dicen otros desde fuera con un concepto de calidad determi- nada, Quienes participan en la educacién deben poder bene- ficiarse de un proceso que se adecue a sus necesidades profe- sionales en contextos sociales y profesionales concretos, en la capacidad de generar innovaciones a partir del conocimien- to préctico de todos los componentes de la escuela. Creer en ellos, en su autonomfa y que se lo crean y rendir cuentas a la comunidad. Lo intentamos explicar. La calidad de una escuela dependerd de la calidad de los alumnos a través de sus contribuciones a la sociedad, a la cali- dad de lo que se ha aprendido y la forma de aprenderlo. La cali- dad no esta tinicamente en el contenido de cosas que se han de aprender, sino en la interactividad del proceso, la dindmica del grupo, la solidaridad entre ellos, el respeto a los demés, el uso de las actividades que propician aprendizajes relevantes, el es- tilo del profesorado, el material que se utiliza y en la capacidad de formar ciudadanos y ciudadanas que participan democrati- camente en el progreso de la humanidad. De ah que el concep to de calidad sea eminentemente ideolégico, no técnico, como algunos pretenden. He abi el problema y la solucién. Este libro pretende reflexionar un poco sobre todo ello. He puesto en él, ampliando, eliminando y matizando, mis ideas expresadas en otros textos, sobre todo articulos, y le he dado un cariz reflexivo y didéctico, poniendo voz y cara a muchos autores de quienes tomamos prestado su pensamiento para ayudar a entender mejor el texto y ayudarme a mf a darle una mejor forma a lo que quiero expresar y hacer legar al lector. ‘Textos sueltos de los tiltimos tiempos que el pensamiento tar- dio y reposado ordena, amplia y actualiza, y que, lefdos de nuevo, pretenden ayudar a reflexionar sobre algunos aspectos educativos. 20 wwrmopuceon Un dfa le comentaba a una compafiera la idea de este libro: irfa intercalando ideas, recuadros, voces de Internet, citas, pe- Iiculas, libros, rostros, etc. Y me dijo que eso representaba un libro de nunca acabar, ya que siempre podrfa ir afiadiendo te- mas, definiciones, autores, ideas, voces... Es cierto. Yo lo he cerrado, pero la idea es que sea un libro abierto para el lector, donde pueda ir afiadiendo aspectos que le ayuden a matizar y ampliar lo que aqui se comenta. Lo he dividido en dos partes. En la primera parte analizamos la figura del maestro, la escuela y cémo esta puede aumentar la calidad de su ense- fianze para crear ciudadanos y ciudadanas folices, libres y de- mocréticos. En la segunda parte hablamos del profesorado y la formacién de este como elemento esencial en la calidad de a educacién (el profesorado es el més importante en la cali- dad, ya que repercutiré en el aprendizaje del alumnado) en to- dos sus Ambitos para ir descendiendo hasta aspectos nuevos, como la creacién de redes de formacién. La formacién ha sido mi pasidn en las tiltimas décadas y no podfa evitar volver a pensar sobre ello. Por eso, quien lea el texto encontraré mucho mas larga esta segunda parte. Légico, ya que es la temética en Ja cual he reflexionado més, y ese «més» me Heva a continuar siendo un ignorante de los procesos de formacién del profeso- rado y a continuar pensando en el tema. YY me gustaria que se leyera todo el libro con la idea de que ya no sirven conceptos antiguos para problemas nuevos (0 al menos, muchos conceptos). Hemos de buscar soluciones nue- vas a problemas nuevos. Se ha de deconstruir mucho conoci- miento sobre la ensefianza. Esperemos que este libro ayude a ello, o al menos a reflexionar sobre ello. Aun asi, me quedo con la duda de su validez. Quizé mi ignorancia (0 mi ingenui- dad) me ha hecho pensar que no hemos de continuar buscan- do respuestas a lo que pasa para ir encontrando instrumentos que nos ayuden a entender la calidad como una clasificacién, sino entender lo que pasa (dentro y fuera) para cambiar la educacién, o al menos para reflexionar sobre la educacién. Y ahf esté y ha estado siempre el reto on educacién de quie- hes se comprometen a cambiar las cosas, Cambian quienes se comprometen con el cambio. Un cambio para mejorar la hu- manidad. a ‘AUDAD DE LA EXSERANZA ¥FORMACION BEL PROFESORADO Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas. ;Dénde esta el limite del poder? Simplemente, no hay un Ifmite establecido. Las limitaciones son fruto de nuestro pensamiento, de pensar que no podemos conse- guirlo. Muchas cosas serfan diferentes si al plantearnos un obje- tivo realmente pensdsemos que podemos conseguirlo, que pode- mos lograrlo, que podemos triunfar. No hay nada imposible. Sergi Mateo. En: http://sergimateo.com/solamente-tu-puedes- cambiar-las-cosas/ (consultado en diciembre de 2013), 2 PRIMERA PARTE El profesorado, la escuela, la comunidad y {a calidad educativa El objeto de la educacién es formar seres aptos para gobernarse a s{ mismos, y no para ser gobernados por los demés. Herbet Spencer (1820-1903) Herbet Spencer, l6sofo inglés, destacada figura del evolucionismo Blos6fico.E) libro El individuo contra el Estado fue editedo en 1685 en version espanola por Sempere y ‘otros editores de Valencia. Hay una version de 1943 con el itulo: EI hombre contra el Estado, dela Editorial Yerbabuena, Madrid 23 CAPITULO 1 El principio: a Funcion y Ia imagen social del maestro. Sin calidad docente no hay calidad educativa Los docentes son los actores esenciales para la promocién de una educacién de calidad, ya sea en las escuelas o en programas mas floxibles basados en la colectividad; abogan por el cambio y ac- tiian de catalizadores para producir el cambio. No se conseguiré ‘una reforma educativa con resultados positivos si los docentes no patticipan de forma activa. Se debe respetar y remunerar adecua- damente @ los docentes a todos los niveles del sistema de ense- fianza; doben tener acceso a la formacién, evolucién y apoyo pro- fesional (entre otros, la educacién abierta y a distancia) y tienen que poder participer en el plano local y nacional en las deci nos relativas a su vida profesional y su entorno educativo. Los do- centes tienen que aceptar también sus obligaciones profesionales y ser responsables respecto a los estudiantes y sus comunidades. Declaracién de Daksr. Foro Mundial sobre la Educacién (pérrafo 68). Diciembre, 2000, En el afio 1900, una pedagoga americana, Ellen Key,‘ escribi6 un libro donde decfa que el siglo xx serfa el siglo de los ni- 5. 2n 1900 Ellen Karolina Sofa Key (Sundsholm, 11 de diciombre de 1840-Extocolmo, 25 de abril de 1920), escritora yfomninista suoca, public libro titulado sito de los nifios, donde hace un plenteamionto muy dist tol arterioc modo de educar alos hijs, Propone tna educacion mas flexible ¥ lore, incluyendo el afecto en esa tarea de educar alos ninos. El ttulo dol Libro se tomarfa como estandarteo lema para todo ol siglo xx, siglo on ol que 4 procucen muchos avances en el mundo del nifo (a pesar de que los malos tratos en nitios, tanto fisicos, como psiquicos, como el egarioe as necosida des béscas, han aummentado considerablemente alo largo de todo ol siglo x9) Ea [AMDAD OE LA ENSEHANZA FORMACION EL PROFESORADO os (Barnets arhundrade, vols. Ly Il, 1900; en espaiiol, El siglo del niio). Y la realidad confirmé su profecta aunque atin encontramos a princi- pios del x1 muchos nifios y nifias que mueren de hambre; que son violados, maltratados u obligados a maltratar 0 a matar a otros. En el glo xx’ aparecieron los derechos de Nit trabajandoenelsigloxn los nifios y las niflas que, cuando a menos oficialmente, establecen la prohibicién de trabajar hasta una determinada edad, la esco- larizacién obligatoria, el derecho a la salud, etc. Aunque mu- chas sociedades «se lo pasan por el forro», como dirfamos vul- gar y metaféricamente, volviendo la mirada hacia otro lado, en muchos pafses. También a lo largo del siglo pasado se definié al nifio y a la nifia como consumidores, y se generé una in- dustria que nos ha nutrido de cosas titiles ¢ intitiles, como por ejemplo, juguetes industriales, ocio especffico, ropa espectfi- ca, habitaculos con muebles a medida, literatura, productos pseudoculturales, etc. Es cierto que, durante siglos, la huma- nidad habia sufrido una grave enfermedad: no tener cuidado de los mas pequeiios, de las nuevas generaciones. Habfan sido considerados hombres y mujeres en miniatura y, por lo tanto, inferiores a la categorfa adulta, aunque con capacidad de tra- bajar como ellos. Como consecuencia, la mayorfa de los nifios (de las clases trabajadoras) eran maltratados y analfabetos, pri- vados del don de la escritura y de la lectura y de todo lo que esto comporta: la falta de cultura y de libertad para discernir. Era la dominacién y la explotacién por la cultura no tenida. ‘Aunque una minora privilegiada tenfa acceso a ella y eran los futuros dominadores, ya que la falta de cultura provocaba que la poblacién fuera més vulnerable a cualquier poder. 7, También Eduard Claparéde dijo: «El siglo xx ha de ser el siglo del nifios. Psicélogo y pedagogo suizo (Ginebra, 1873-1940), catedrético en la Facultad de Psicologia de la Universidad de Ginobra, fund el Instituto J. J. Rousseau, hoy Instituto de Ciencias de la Educacién, Su obra contribuy6 a que Ginebra se convirtiera en el centro de la pedagogia moderna europea. 2 Recomendaciones clave Hay cada vez. més nifios y nifias que crecen en las zonas urbanas. Es imprescindible proporcionarles los servicios y las oportunida- des que necesitan para ejercer sus derechos y desarrollar sus ca- pacidades. Se deben tomar medidas urgentes para: 1, Comprender mejor la magnitud y la naturaleza de la pobreza y la exclusién que afectan a los nifios y las nifias en las zonas urbanas. 2, Definir y eliminar los obstaculos que atentan contra la inclu- sin de las personas menos favorecidas. 3. Garantizar que la planificacién urbana, el desarrollo de la infraes- tructura, la prestacién de los servicios y las iniciativas de amplio al- cance tendientes a reducir la pobreza y las desigualdades satisfagan las necesidades particulares y las prioridades de la nifiez Promover la creacién de asociaciones entre todos los niveles del gobierno y los habitantes pobres de las zonas urbanas, especial- ‘mente los nifios y los jévenes. 9. Aunar los recursos y las energfas de los actores internacionales, na- cionales, municipaies y comunitarios en procura de que los nifios pobres y marginados puedan disfrutar plenamente de sus derechos. Estos no son objetivos, sino medios para llegar a un fin: hacer que las ciudades y las sociedades sean més justas y acogedoras para todos, empezando por los nifios y las nifias, Estado mundial de la infancia en 2012. Niftas y niftos en un ‘mundo urbano. En: http://www.unicel.org/spanish/sowc2012/ pafs/SOWC%202012% 20Executive%20Surimary%420LoRes%20 PDF_SP_03132012.pdf (consultado en diciembre de 2013) a ‘ALoAD OF LA ENSERANZAY FORUACION DEL PROFESORADO Ellen Karolina Sofia Key (1840-1926) y su texto EI siglo de los nis. Para ir paliando esta situacién de desamparo, durante el si- glo xx (hay algunos antecedentes en siglos anteriores), muchos maestros, asociaciones, instituciones, congregaciones, etc., se pusieron manos a la obra para poner remedio a esta perversa enfermedad que dejaba a gran parte de la humanidad indefen- sa ante los poderes politicos, econémicos y sociales e impedia a los pueblos, envueltos en la miseria intelectual (afiadida a la material), avanzar, opinar y participar. No seré hasta el 20 de noviembre de 1959 cuando la Asam- blea General de las Naciones Unidas aprueba la Convencién sobre los Derechos de los Nifios, aunque hay antecedentes en la Declaracién de Ginebra de 1924, y on la de 1948 sobre la Declaracién Universal de los Derechos Humanos, que, implt- citamente, inclufa los derechos del nifio. La declaracién fue actualizada en 1989 cuando se firmé en la ONU la Convencién: sobre los Derechos del Nifio. 8 Declaracién sobre os d hos del nino ‘Articuloi Esta Convencién se ocupa de los derechos de todos aquellos que todavia no han cumplido los 18 aftos. Articulo2 Todos los estados deben respetar los derechos del niio, sin distincién de raza, de color, de sexo, de lengua, de 7 religién, de opinién politica del nifio o de su familia Articulo 3 Los intereses del nifio deben ser considerados en pri mer lugar en todas las decisiones que los afecten. El nifio tiene el derecho de recibir la proteccién y las atenciones necesarias para su bienestar, ct Articulo 4 Todos los gobiernos que firman una ley para hacer va~ Jer los derechos de los nifios deben tomar las medidas necesarias para garantizar que se cumpla, Articulo 5 Son los padres o quienes los sustituyen los que deben hacerse cargo del nifio. Articulo 6 1. El nifio tiene derecho a la vida, 2. El nifio tiene el derecho a desarrollar de modo com- pleto su propia personalidad. ‘Axticulos Todos los nitios deben ser inscritos en Tos registros de 7y8 Jas personas desde que nacen. También tienen derecho a tener un nombre y una nacionalidad, asi como a conocer 7 asus padres y ser cuidados por ellos, Articulo 9 El nifio tiene el derecho de mantener contacto con sus padres, aunque estos estén separados 0 divorciados Articulo 10 El nifio tiene el derecho de reunirse con sus padres © de permanecer en contacto con ellos cuando estos vivan en ol exteri: Articulo 11 Los nifios no deben ser sacados ——— ier Articulo 12 El nitio debe sor escuchado cada vez que se toman de- cisiones que lo afectan directamente Articulo 13, El nifio tiene el derecho de poder decir lo que piensa, an con los medios que prefiera Articulo 14 1, Elnifo tiene el derecho de libertad de ponsamiento, de conciencia, de religién. 2. Los padres tienen el derecho y el deber de guiar a sus hijos, y para tales efectos deben tener la libertad _ de llevar a cabo las ideas en las que creen, Anticulo 15 Los nifios tienen el derecho de estar junto a los otros. Asticulo 16 Los nifios tienen derecho a que se respete su vida privada, e su pais de manera a [ALDAD DE LA ENSERAKZA¥ FORUAGION Dek PnOFESORADO Pana paare ‘Articulo 17 Los diarios, los programas radiof6nicos y televisivos son importantes para el nifio; por este motivo es con- veniente que sean adaptados a él. Si un nifio no tiene padres, debe haber alguien que se ocupe de él. ‘Articulo 18. Si los padres de un nifio trabajan, alguien debe encar- 7 garse de 61 mientras sus padres estén trabajando. ‘Articulo 19 Nadie puede descuidar, abandonar, maltratar 0 explo- tar a.un nif, ni ejercer violencia sobre él. _ Articulo 20 Si un nifio no puede permanecer con su familia, debe vivir con alguien que se ocupe de él. ‘Articulo 21 El nifio tiene el derecho a ser adoptado si su familia no se puede ocupar de él. No se puede comerciar con las adopciones. ‘Articulo 22 1. El nifio refugiado tiene el derecho a ser protegido. 2. El nifio refugiado debe recibir ayuda para que se re- ‘ina con su familia. is El niiio que tiene problemas mentales o fisicos tie- ne el derecho a vivir como los otros nifios y a estar junto a ellos. 2, E] nifio que tiene problemas mentales o fisicos tiene el derecho a ser atendido, 3. El nifio que tiene problemas mentales 0 fisicos tiene el derecho de ir a la escuela, de prepararse para el a trabajo, de divertirse. a ‘Articulos Bl nifio tiene el derocho de alcanzar el maximo nivel 24y25 de salud fisica y mental y do ser bien atendido o inter- a nado cuando tenga necesidad. 7 ‘Articulo 26 Todos los nifios tienen derecho a beneficiarse con el servicio de seguridad social de su pais. ‘Articulo 27 El nifio tiene el derecho de crecer bien fisica, mental espiritual y socialment. ‘Articulo 28 El nifio tiene el derecho a la educacién. La escuela debe ser obligatoria y gratuita para todos. ‘Articulo 29 El nifio tiene el derecho a recibir una educacién que desarrolle sus capacidades y que le ensefte acerca de la paz, de la amistad, de la igualdad y del respeto por a el ambiente natural. 7 ‘Articulo 30 El nino que pertenece a una minorfa tiene el derecho de usar su lengua y de vivir de acuerdo con su cultura y-con su religién. as 30 ‘Articulo 31 El nifio tiene el derecho al jaogo, al reposo, a la diver- in y a dedicarse a las actividades que més le gusten. Articulo 32 Ningwin nifio debe ser explotado. Ningtin nifio debe realizar trabajos que puedan ser peligrosos o que le im- pidan crecer bien o estudiar. Articulo 33 El nifio debe ser protegido respecto de la droga Articulo 34 Ningiin nifio debe sufrir viclencia sexual o ser explo- tado sexualmente, Articulos Ningiin nifio puede ser coi vendi a 25936 dodoninguna formas, Psa” Yenaido 0 eK ‘Articulo 37 Ningiin nifio puede ser torturado, condenado a muerte © a prision, Ningiin nifio puede ser privado de su li- bertad de manera ilegal o arbitraria, ‘Articulo 38 Ningiin nitio menor de quince anos debe ser enrolado ms en un ejército ni debe combstir en una guerra. Articulo 39 El nifio que ha sido abandonado, explotado y malirata do tiene el derecho a ser ayudado a recuperar su salud y su tranguilidad. Articulo 40 El nifio que es acusado de comoter un delito debe ser considerado inocente hasta tanto no se pruebe su cul- pabilidad en un proceso justo. Y en el caso de compro- barse su culpabilidad, tiene el derecho de recibir un tratamiento acorde con su edad y que lo ayude para poder volver a vivir con los otros. Articulo 41 A estos derechos cada Estado puede agregar otros que ; puedan mejorar la situacién del nifio Articulo 42 Es necesario hacer conocer a todos, adultos y nifios, lo ——__quediceestaConvencién, 0 st [ALDAD DE LA ENSERANZA FORMACION BEL PROFESORADD ‘Aunque el informe de Manos Unidas del 2010 nos dice que «habra paises donde su infancia esta protegida por leyes y autoridades, pero en otros pasard desapercibido, porque no se puede celebrar el nacimiento de unos derechos que amparan a la infancia y que se incumplen sisteméticamenter, en 2010 encontramos: ‘+ Casi nueve millones de nifios mueren cada afio antes de cum- plir los cinco afios, + 101 millones de nifios no acuden a la escuela primaria. * Dos millones de nifios estén infectados con el VIH. + 215 millones de nifios deben trabajar para sobrevivir. Algu- nos lo hacen en condiciones extremas. ‘+ 18 millones de nitios sufren los efectos de los desplazamien- tos forzosos. ‘+ 14 millones de nifias son madres antes de cumplir los 19 aiios. ‘+ Unos 300 mil nifios son utilizados como soldados. De ellos, 120 mil son nifias, quienes, ademés, deben servir de esclavas sexuales. En: hitpi//www.mansunides.org/es/noticia/derechos-que-amparan- infancia-se-incumplen-sistematicamente?gclid=CLPe39r_ ga8CFcYntAodzE743g (consultado en diciembre de 2013), Situacién dela infancia en 2010 El hecho de que cada vez més nifios y niflas’ empezaran a ir a la escuela para recibir las primeras letras y los primeros niimeros supuso un gran adelanto social respecto a tiempos pasados, y a lo largo del siglo xx fue capital para configurar un nuevo modelo de sociedad. También significé la prolifera- cién de escuelas y la consolidacién de los saberes y procesos pedagégicos que se habian ido gestando en los siglos xvim y xix. Pero detrés o delante —depende de cémo se mire— de estos nifios y nifias habia una persona sobre la cual la socie- dad delegé ia educacién de la infancia, una persona que se tuvo que formar y profesionalizar para llegar a ser maestro 0 maestra de escuela, 8, Atin hay paises que segregan sin escuela més a las nifias en pleno si- glo xx 32 Edouard Claparéde (1873-1940), autor de Experimental pedagogy and the psychology ofthe child (1911), A Clapardde sole puedo considersr tino de Tos fundadores dela Dedagogia modern europea, Capardde abogs ambin pra que espera 11. El duro oficio de ensefiar Y aunque ya sé que hoy en dfa se prefiere hablar de profesor, profesora 0 profesorado, en este capitulo vamos a hablar del maestro o la maestra. La sociedad ha otorgado el titulo de maestro (magister)’ a las personas que obtenfan un grado su- premo, una sabidurfa més grande que la del resto del grupo y que eran capaces de transmitirla a los demés (bien decimos obra maestra). Todavia hoy, en muchos paises, dirigirse a al- guien como maestro es un honor que se hace tinicamente a las personas que se considera que, por su inteligencia, sabi- durfa y humanidad, nos aportan nuevos caminos y nuevos conocimientos. Y de aqu{ «maestro de escuela». Durante el ©. Mogisterdosiguaba en Ie antigua Roma a una persone que tenfe poder ‘© autoridad sobre otras. * " : 33 [AUOAD OE LA ENSERANZA ¥FoRUAGION DEL PROFESORADO siglo xx el concepto maestro fue perdiendo esta caracteristica de sabidurfa y no tinicamente fue continuando con un bajo prestigio social, sino que fue perdiendo el nombre; asf, des- de el tiltimo tercio se habla més de profesor y profesora. Sin embargo, nunca se ha perdido su uso, ni su reivindicacién, , igual que los rios siempre vuelven a su cauce, hoy con- tinuamos reclamando el titulo de maestro de escuela como un signo de una profesién que tiene la tarea més ambiciosa y dificil: educar a los hijos de los otros, como dice la tradi- cién, con la sabidurfa y la paciencia necesaria. Vengo a decir —aunque suene a perogrullada— que, aunque se lame pro- fesor o profesora, dentro hay un maestro o maestra de escue- la, o al menos deberfa haberlo en el sentido que le estoy otor- gando: compromiso, contexto y conocimiento; tres elementos fundamentales del oficio de maestro. Ser maestro siempre ha sido una tarea laboriosa y dificil. De hecho, una tarea diffcil es ser un buen maestro o una buena maestra y ensefiar bien. Aunque en el imaginario co- lectivo existe la idea de que se trata de un trabajo sencillo, poco hébil, porque se trabaja con nifios o adolescentes, faci- les de tratar y convencer, con muchas fiestas y vacaciones y de facil quehacer profesional, lo cierto es que la educacién de los nifios siempre ha sido una tarea compleja (y ahora mucho més). Cualquier persona que entre en un aula podré comprobar que ponerse ante muchos nifios y nifias no es co- ser y cantar, sino una tarea laboriosa y de una complejidad creciente. Y también un trabajo paciente si se hace bien. Y a lo largo del siglo xx y lo que levamos de xxi, la sociedad se ha hecho més compleja; por lo tanto, ejercer de maestro también ha supuesto, todavia més, grandes cotas de com- plejidad (y a veces, de perplejidad por la falta de correspon- dencia con la educacién que se recibe en la familia o en el contexte). Y esa complejidad de la profesion se realiza en un aula y una institucin impregnada de una cotidianidad invisible, puesto que se tiene que establecer una dificil convivencia en- tre vivir la realidad de lo que nos rodea para introducirla en las lecciones de cada dia; recordar el pasado porque los nifios reconstruyen su propia inteligencia a partir del que fue creado 34 por otros, y proyectarse al futuro con el propésito de que las nuevas generaciones puedan crear un mundo mejor. Y eso no es facil, aunque pueda parecerlo. Esa dificil tarea vale para todos los maestros, desde los que tienen nifios y nifias de pequefia edad, con funciones més cercanas a la asistencia vital, hasta los que los tienen més mayores, con funciones més de preparacién para la vida cotidiana o profesional. Todos sufren la angustia de pa- sar de las viejas funciones de hacer de maestro de escuela a las nuevas funciones que le pide la sociedad que rodea la escuela. Durante el siglo xx, el cambio radical y vertiginoso de las estructuras cientificas, sociales y educativas, la evolu- cién acelerada de la sociedad en sus estructuras materiales, institucionales y formas de organizacién de la convivencia, modelos de produccién y distribucién, las paradojas y con- tradicciones entre usos sociales y educativos, etc., han hecho cambiar el papel de las escuelas y las funciones de los maes- tros. Y se ha de comprender que a algunos les ha costado mu- cho y atin les cuesta, Pero a pesar de esa tarea, que es creciente en el tiempo y no tiene vuelta atrés, contimtia siendo un trabajo que todavia ani- ma a muchos y muchas j6venes a ejercerla. Hay un alto por- centaje de juventud que, a la hora de escoger profesién, elige magisterio. Y al estudiar esta profesi6n, es obligatorio echar una mirada atrés, al siglo xx, para encontrar muchas races so- bre cémo «hacer escuela» y «hacer de maestro». No se puede entender la educacién, ni tampoco la cultura, sin esta mirada atrés. Si perdemos el pasado educativo, se perderd la cultura acumulada del magisterio, que es mucha, Aunque el siglo xx y los albores del siglo xxi han sido épocas de grandes cambios educativos y de grandes avances educativos, es necesario que los maestros jévenes conozcan la historia pasada, ya que les facilitard una cultura de la que no se puede prescindir, ya sea para interpretarla, para conocerla o para cambiarla, Olvidar la historia es olvidarse de sf mismo y, como se suele decir, volver a repetirla, 36 [ALDAD DE LA ENSEIANZA ¥FORMACION DEL PRoFESORADO 12. Diferentes maestros, diferentes Epocas Como todas las profesiones que se dedican a la difusién del conocimiento, de la cultura y al desarrollo de la inteligencia, y, por lo tanto, de la libertad, los maestros y maestras no son uun colectivo uniforme donde todos hacen y piensan lo mismo, pero sf han pasado, como colectivo que son, por etapas muy di- ficiles en su trayectoria comin. El hecho de educar genera una forma determinada de ver la realidad social, de reflexionar y hacer reflexionar sobre lo que pasa. Por ese motivo, muchos maestros y muchas maestras han sido perseguidos durante el siglo xx, han sido sancionados, han sufrido depuraciones ¢ in- cluso el exilio y la muerte:"* por defender sus ideas o por en- sefiar o pregonar las ideas de otros que pensaban diferente. Y ‘como no podfa ser menos, han visto sus escuelas clausuradas” © quemadas. Recordamos al respecto que el siglo xx fue el mas cruel de toda la historia de la humanidad, donde hubo mas guerras, grendes y pequefias, y la tortura y la exterminacion fue més sofisticada. Y uno de los colectivos que mas ha sufri- do esta crualdad ha sido el de los maestros, como defensores de la cultura y de la libertad, ya que son profesionales del co- nocimiento; y eso a muchos nos les gusta si no coincide con lo que ellos quieren que se ensefie o su concepcién de lo que es el conocimiento. En la historia de la humanidad siempre hay colectivos ¢ los que les da pénico la palabra libertad, y mas a quienes intentan difundirla, 10. Recordomos la muerte por fusilamiento, en Barcelona, después de un burdo juicio, del maestro y pedagogo Francesc Ferrer i Guardia el 13 de octu- bore de 1909, Francesc Ferrer i Guardia nacié en 1859. Trabajé en el proyecto educativo Escuela Moderna, que se inauguré en agosto de 1901, 11. Recordemos que el pedagogo Célestin Freinet abandoné en 1934 la escuela de Saint-Paul-de-Vence por la hostilidad de un ayuntamiento con- servador, % Francesc Ferrer i Guardia (1859900), En el p Mederma, pubicado el 30 de octubre de 10 J patrimenio de un educido grupo de prvi Beran con mls © menos conetencia por todas las capa sociales El propose le Escuela Moderna es coedyuvar rectamente, sin complacencas con los progodimientor tredcionaes ala ensenanze pedagogice besada en les clonclas naturales Este metodo ero tnicamente real postuvo. ha eusjdo wn todos lor amos del mundo do, y cuenta con ianmoros oberes, superiors de tnteligencia y abnegadas de ‘eluntad El profesor sombra las omullas dose ieas ene ninovestas cuando cosa edad Se vigoria el cerebro, dan la or ye rato correspondents en consesancla cone ao de iniiativay Beonomta careteristica del inteligenci del educandor. er nimero del Boletin de la Escuela publics lo siguiente: «La elencia no es iades; sus iradiaciones bienbechoras CCélestin Freinet (1896-1966) y su libro La escuela popular moderna. Como cualquier colectivo, no todos los maestros de todas las. 6pocas se han comportado del mismo modo. La propia tarea do- cente de pensar y de ensefiar a pensar lleva a aceptar la diver- sidad de ideas, pero, a lo largo de la historia, muchos maestros no lo han hecho. Cada momento, cada época histérica ha tenido una forma de ver el trabajo de maestro (tradicional, revolucio- nario, religioso, conservador, autoritario, artista, propagador...) 37 CALDAD DE LA EXSERANZA ¥FORMACION DEL PROFESORAD Los componentes de la profesién de maestro han sido siempre los mismos (escuela, nifios, cuadernos, deberes, aulas, pizarra, etc), pero no la escala de valores que usamos para marcar las prioridades, Cada cual es diferente y las épocas marcan a los hombres y a las mujeres; también marcan la forma de ver la educacién y el magisterio. Pero eso no culpa a una profesién. El magisterio es un reflejo de los momentos sociales e his- toricos en que se vive: maestros tradicionales de principios de siglo que convivian con maestros que intentaban crear una es- cuela nueva 0 activa; maestros republicanos revolucionarios; maestros obreros de los afios 30 que compartfan escuela con monérquicos tradicionalistas; maestros defensores de la de- mocracia durante las dictaduras que tenfan que esconderse de los maestros fascistas del régimen; maestros progresistas de finales del siglo xx que luchaban contra maestros tecnocrat cos, etc. La historia del siglo xx ha estado lena de roturas: po- Ifticas, bélicas, ideolégicas, sociales, familiares y educativas. Y cada generacién de nifios ha tenido uma forma de ver a su maestro o maestra. Todos, por suerte, hemos tenido maestros y nos queda un recuerdo perenne no tanto de lo que nos ensefia~ ron en el aula, sino de cémo nos trataron y orientaron. De su humanidad y relacién con nosotros y nosoiras. La humanidad del maestro 0 la maestra, mas que lo que nos ensefé. El entra- fable pedagogo José Manuel Esteve" siempre hablaba de la ne- cesidad de ser maestro de humanidad. Es cierto que los sistemas politicos quieren controlar ideolé- gicamente la educacién de las personas por la importancia que tiene en ver y analizar la realidad social; por lo tanto, ven a los maestros y a las maestras como un colectivo fundamental para difundir una determinada ideologfa, con una funcién de some- timiento y dependencia a los poderes establecidos. Por eso, mu- chos gobiernos han deseado un maestro vulnerable que educara a nifios y nifias vulnerables al entorno politico. En el siglo xx, en algunas nefastas dictaduras se sustitufa a los maestros que mu- rieron, mataron o se marcharon exiliados por defender ideas di- 12, José Manuel Esteve Zarazaga (1951-2010). Amigo y catedrético de ‘Teoria de la Educacién de la Universidad de Mélaga, dedicé parte de su vida académica a estudiar la profesi6n y la formaciGn docente. 38 ree eer José Manuel Esteve Zarazaga y su libro La tecera revolucién educativa: la educacién en la sociedad del conocimiert (2003). Barcelona, aids, ferentes por otros que promocionaba el sistema politico de turno; por voceros ideol6gicos sin criterio, personas sin formacién para quienes hacer de maestro era simplemente una recompensa por sus servicios a una determinada guerra, a una ideologia o al dic- tador. También fueron maestros, pero ejercieron de otro modo, aquellos que fueron partidarios de «la letra con sangre entra», de las canciones en hilera, de las formaciones y cantos a la bande- Ta, etc. Maestros por obligacién, por la necesidad de sobrevivir en una sociedad malograda por las revanchas y los odios. Han sido maestros arrinconados en la memoria de una época que no dejé una huella grata ni en nuestra mente ni en nuestro corazén © sentimiento. En todo caso, si los recordamos, no los considera- mos maestros, sino transetintes pasajeros en nuestra vida. Y el peor castigo para un maestro o una maestra es el olvido de sus discfpulos. Transitar sin dejar huella o dejar una huella que uno siempre quiere olvidar. Fueron maestros olvidados. Recordamos, eso sf, otros maestros que nos querfan porque querfan y tenfan compromiso con su profesién (a pesar de que Ja mayoria escond{fa sus sentimientos), maestros que en algu- has zonas hacian un esfuerzo para hablar la lengua castigada, que encontraban la manera de burlar las probibiciones, que organizaban salidas para ensefiar el mundo que habia fuera de las paredes del aula, que hacfan diarios con imprentas pe- uefias, que organizaban asambleas de clase para escuchar y 34 [auDAD DE LA ENSERANA ¥ FORMACIN DEL PROFESORADO ensefiar a escuchar; o simplemente maestros que intentaban hacer agradables las largas, frias y tediosas tardes de invierno; que sabfan que una palabra dicha en el momento adecuado valfa més que todo un tratado de pedagogia. Es el recuerdo del maestro o de la maestra de escuela (de primeras 0 segundas letras, como se decia), educador o edu- cadora que posee una sensibilidad educativa (y muchas vec una gran dosis de idealismo y compromiso) y que busca nue- vos caminos para educar mejor a los nifios. El mejor tributo que les podemos ofrecer es recordarlos. La memoria es la raiz del futuro y no nos la pueden robar. Son maestros recordados. 4.3. Los cambios en las funciones del maestro y de la maestra durante el siglo xx La tarea fundamental del maestro es ensefiar (considerado como concepto amplio) en el marco de una educacién que a lo largo del siglo xx se denominaba «integral» (ahora, por cierto, término bastante olvidado); pero también aprender. No es buen maestro el que no aprende ensefiando. Esta es una de las carac- terfsticas del buen maestro y de la buena maestra. La educacién y las escueles no las hacen los Estados, si acaso las construyen y mantienen, Son los maestros y los nifios los que las llenan de ruido, juegos, loros, clases y funciones varias. Una escuela es ‘un ecosistema vivo y, como tal, lleno de vicisitudes. 13, Escuela normalmente del medio rural donde se educan un grupo de nifios con edades y niveles diferentes dentro de una misma aula. 40 Pana paar Muchos de quienes legis este texto no lo estarfais leyendo ni seridis cultural ni intelectualmente quienes sois sin la ayu- day el empujén de algtin maestro o maestra que supo o intuyé que necesitabais su apoyo para continuar andando y no que- daros parados en medio del camino, Muchos ciudadanos esco- gieron su profesién porque en un momento de su vida escolar se cruzé en su camino un maestro o una maestra que, apasio- nados por una asignatura, les traspas6 esa pasion. En el siglo xix, las leyes empezaban a extender las escuelas en todos los pafses y, a pesar de que se trataba de una corta estancia en ellas (el tiempo en la escuela fue aumentando pro- gresivamente a lo largo del siglo xx, pero sobre todo al final de Jo que serfa la tercera revolucién educativa, como dirfa J. M Esteve, ya mencionado con anterioridad), la mayoria de los ni- ios y las nitias pasaban por una escuela con una sola aula (es- cuela unitaria) 0 por un aula de una escuela més grande. Eso sf, en todas estas aulas los alumnos estaban agrupados segiin el género y solo con el tiempo se convirtieron en aulas mixtas y coeducativas. En las aulas estaba también el maestro o la maestra (estas, tantas veces olvidadas por su género) que con un trabajo constante y discreto querfan ensefiar una realidad pasada y construir una realidad futura, diferente. Y ha sido en el siglo xx cuando se ha producido la escola- rizaci6n obligatoria universal en muchos pafses (aunque atin quedan bastantes sin ella, por desgracia); o sea, la estancia prolongada de todos los nifios en las escuelas, que ademés ha ido aumentando de manera paulatina y en coeducacién (con excepciones de cardcter més religioso que educativo). Y eso se ha hecho con un gran esfuerzo por parte de los docentes. No es lo mismo ensefiar a una minoria mas 0 menos homogénea que a una gran cantidad de nifios y nifias muy diferentes. Pero no solo la escolarizacién ha obligado alos maestros a cambiar la forma de educar, sino también las reformas educativas, los vaivenes de la organizacién escolar, las nuevas tecnologfas, el cambio social, etc., que se han ido consiguiendo. Un esfuerzo, @ veces, poco reconocido profesional y socialmente. Para observar el trabajo de un maestro en una escuela uni- taria se puede ver la pelicula Ser y tener (2002): a ‘AUDAD DE LA ENSERANZA ¥FORHACION DEL PROFESORADO inopsis: Inspirado en ol fenémeno francés de la escuela unitaria, muestra la vida de una pequefia clase de un pueblo a lo largo de todo un curso, mostréndonos una célida y serena mirada a la educacién primaria en el corazén de la Landa francesa. Un grupo de alumnos entre cuatro Fy diez afios, reunidos en la misma clase, se forman en todas las mate- rias bajo la tutorfa de un solo pro- fesor de oxtraordinaria dedicacién. Maestro de la autoridad tranquila, ol profesor Georges Lopez conduce a los chicos hacia la adolescencia, mediando entre sus disputas y e cuchando sus problemas. En Francia siguen existiendo escuelas en las que se retinen nifios y nifias de todas las edades en una clase tinica en la que el pro- fesor intenta adaptar la materia a los diferentes tipos de necesi- dades. En ella los mas pequefios comparten con los mayores sus experiencias y aprendizajes. Esta es la realidad que nos muestra la pelicula Etre et avoir (Ser y tener), un documental de la mano de Nicolas Philibert. El film se rodé en un pequefio pueblo de la regién de Auvergne, en el norte de Francia. La literatura profesional sobre esta realidad no es muy abun- dante, sin embargo en este tipo de escuelas se realizan précticas innovadoras de las que otros tipos de escuela pueden tomar nota, sobre todo en lo referente a la respuesta a la diversidad que se da en la escuela unitaria, : Las escuelas unitarias destacan por su diversidad y la implica- én en la vida de la comunidad. La convivencia esté marcada por el escaso mimero de alumnos, y, gracias a este hecho, el conoci- ‘miento que tiene de ellos y de sus familias es muy profundo; esto facilita su trabajo en ol aula. Otra consecuencia de esta realidad es que su escuela es integradora; aquf todos los nifios y nifias son aceptados y necesarios pare realizar aprendizajes. 42 Dentro de le organizacién del aula, el agrupamiento del alum- nado es flexible, primero por necesidad y segundo por las venta- jas que aporta en cuanto a metodologias innovadoras. Los agru- pamientos se realizan por «niveles abiertos», en funcién del tipo de actividad o del aprendizaje a adquirir. Asi, un alumno puede incorporarse durante un periodo de tiempo en un contenido a un nivel inferior o superior al de su edad sin que se produzca una ruptura de a organizacién interna de la clase. Esto facilita que cada alumno mantenga su propio ritmo de trabajo y aprendizaje. Es muy importante cémo programar, ordenar y secuenciar los contenidos. Para tener una visién global se pueden utilizar los «mapas de contenidos» con el fin de identificar cémo se repiten en. los diferentes niveles y a qué profundidad. Después, selecciona, prioriza y simultanea, Cuando trabaja un contenido hace rentable su intervencién en los diferentes niveles y, para llegar a todo el alumnado, se adapta a sus caracteristicas personales. Otra nota de identidad es cémo se aprovecha el contexto social y natural, utilizado como eje motivador de nuevos aprendizajes y también para facilitar que sean asequibles a todos. Cualquier excusa sirve para propiciar la curiosidad y el interés del alum- nado. Enrique Martinez-Salanova Snchez. En: http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/ temasserytoner-htm (consultado en diciembre de 2013). Como decia, durante el siglo xx se produjeron cambios so- ciales y cientfficos tan importantes (los adelantos cientificos y tecnolégicos, la sociedad del conocimiento, la inmigracién, las aportaciones culturales de todo tipo, los cambios sociales y familiares, la globalizaci6n, etc.) que han obligado constante- mente a los maestros a plantearse nuevas formas de ensefiar. A pesar de todas las dificultades, la mayorfa ha continuado tra- bajando para analizar y entender la realidad, y para introducir estas reflexiones en sus clases y en la escuela, Una prueba de esta inquietud y de las ganas de entender el cambio y la incer- tidumbre del mundo actual es la existencia misma, a princi- ios del siglo xx1, de un colectivo de maestras y maestros muy preparados y de la importancia que se otorga a la formacién permanente y a las nuevas funciones que han ido apareciendo. 43 CALIDAD OF LA ENSENAUZAY FORMACION DEL PROFESORADO Ya hemos mencionado que las funciones han ido cam- biando, Desde la ensefianza de las primeras roglas, letras y niimeros, en una escolarizacién menguada, de pocos afios, a principios y mediados del siglo xx, en la que la familia y otras, instancias socializadoras cumplian funciones supletorias, hasta el ultimo tercio del siglo, con una més larga escolariza- cién, en que las escuelas tenfan que asumir muchas funcionas de socializacién que la sociedad que rodeaba la escuela no cu- ria y que la oficialidad enmascaraba bajo la denominacién de temas transversales del currfculo. De una funcién principalmente de instruccién se ha ido pasando a una funcién de educacién y agente social. Aunque es cierto que en pleno siglo xxt las politicas conservadoras pre- tenden volver al debate de la instruccién y de la educacién manipulando la historia. Lo desgrana muy bien Mariano Fer- néndez Enguita en su blog: Decfa una presidenta de una comunidad auténoma espafiola que Condorcet y 1a Revolucién Francesa atribuyeron al Estado la instruccién, pero no la educacién. Querfa decir con ello que no encomendaron a este le formacién moral de las personas, que quedaria en manos de la familia. Pero yerra: la distincién de Condorcet y el poder legislativo francés no era entre instruccién y educacién, sino entre instruccién y ensefianza; diferencia que correspondia a la divisoria entre primaria y secundaria (como maestro y profesor, alumno y estudiante...), y que implicaba, asimismo, la dicotomia entre la mera transmisién de conoci- mientos olementales (lectura, escritura bésica y célculo en la instrucci6n) o una cierta inmersién a fondo en el conocimien- to (literatura, historia, etc., ademés de un manejo mucho més sofisticado de la lengua —el propio de la dissertation— en la Por lo demés, tanto la Revolucién como, més tarde, la Ill Reptiblica, decidieron evacuar a la iglesia de la instruc- cién y de la ensefianza, Hasta el mismo Napoleén, que entreg6 la instruccién (primaria) a la iglesia, mantuvo a esta alejada de a ensefianza (secundaria). En: httpi/Fenguite.blogspot.com.es/2011/11/la-Instruccion-la- educacion-y-esperanza.html (consultado en diciembre de 2013), PRIMERA paar Pero a pesar de esos envites neoconservadores para justifi- car ciertas politicas de beneficio de una minoria, durante el si- glo xx se fue asumiendo la relevancia de las cuestiones socio- culturales (por ejemplo, la comunicacién, el trabajo en grupo, Jos procesos, la elaboracién conjunta de proyectos, la toma de decisiones democrética, etc.). Ha sido un cambio fundamental de la profesién de maestro. Son temas que cabe continuar de- bationdo durante el siglo xxi. El concepto de educacién a través de la historia Paton: La Republica, 1992, Madrid: Ediciones Gredos. Hemos di- cho, y con razén, que una buena educacién es la que puede dar al cuerpo y al alma toda la belleza y toda la perfeccién de que son capaces. La educacién es el arte de atraer y conducir a los jévenes hacia lo que la ley dice ser conforme con le recta raz6n y a lo que ha sido declarado como tal por los sabios y més experimentados Rousseau: Emilio 0 de la educacién, 1821. La educacién es obra de la naturaleza, de los hombres o de las cosas. La educacién es el arte de educar a los nifios y formar a los hombres. La educacién ‘no es sino la formacién de hébitos. J. Dewey: Democracia y educacién, 1971, Buenos Aires: Losada. La educaci6n es la reconstruccién de la experiencia que se aflade al significado de experiencia y que aumenta la habilidad para di- rigir el curso de la experiencia subsiguiente. G. Diruey: Fundamentos de un sistema de pedagogia, 1944, Lo- sada: Buenos Aires. Por educacién entendemos la actividad pla- neada mediante la cual los adultos tratan de formar la vida de los seres en desarrollo, R. S. Petans: El concepto de educacién, 1969, Buenos Aires: Pai- 6s. El ser educado implica el dominio de ciertas précticas, el co- nocimiento y la comprensién de principios. Para que este ideal se concrete es necesario aprender una gran cantidad de cosas di- ferentes. En consecuencia, es I6gico que comencemos a conside- rar la existencia de mas de un proceso educacional. Los procesos educacionales son: el entrenamiento, la instruccién y aprendiza- je por medio de la experiencia, la ensefianza y ol aprendizaje de Principios, la transmisién del pensamiento critico, la conversa- cin y el hombre total. 45 ALoAD DE LA ENSERANZA ¥FORMAGION DEL PROFESORADO Educacion Instruccion Tipologia Desarrollar, perfeccionar, Ensefiar, informar formar, introducir sensibi-adoctrinar, actualizar, lizar, conocimientos rele-_conocimientos estandares, vantes, valores. capacitar, adiestrar. Duracién Alta duracién. Trabajo Baja duraci6n o intensiva, jersonalizado Masivo Proceso _Bjemplos... Reglas, normas... Didlogo. Proceso concien- Individuo. Proceso depen- tizador. Comunidad. Auto- diente noma y libertad Educacién ¢ instruceién. Elaboracién propia, 14, La tarea y la imagen social. Mucho trabajo por hacer Ser maestro 0 maestra no consiste tinicamente en acudir fisi- camente a la escuela, explicar lecciones, hacer leer y poner jercicios y deberes, como piensa atin mucha gente. Cuando éramos nifios 0 nifias pensébamos que el sefior maestro o la sefiora maestra era una persona rigida, seria; no nos los imagi- nabamos como a nuestros padres (a menos que también fueran maestros); no nos débamos cuenta de que podian tener una vida «normal», como la de nuestras familias. Y por supuesto que sf la tenfan, una vida como todos. Al margen de la tarima, de la tiza y de la pizarra, muchos maes- tros trabajaban por la cultura y por la gente. En muchos pue- blos y barrios, donde la vida es més cercana, se recuerda muy bien a estos maestros. Aquel que hacfa de todo se lo of nombrar aun discfpulo hablando de un maestro republicano durante la guerra civil espafiola; le Hamaba «el maestro obrero», porque no solo ensefiaba a nifios y nifias de todas las edades a las ho- ras de clase, sino también a los adultos del barrio o pueblo, 0 redactaba al atardecer la correspondencia de personas que no sabfan escribir. Ha habido épocas en las que muchos maestros han ejercido su profesion todo el dia y parte de la noche para toda la poblacién de su entorno. Para estos su profesién era su vida. Ha habido épocas en el transcurso del siglo xx (dicta- 46 ‘Us dumple,Ealque Aves, macro de Calla de Albeide (MUlaga medio del duras, guerras...) donde para muchos la conciencia politica y social se unfa con el compromiso para ensefiar. Las personas que tuvieron maestros obreros, 0 sea, comprometidos con el cambio social, no los olvidaran nunca, aunque a veces la his- toria de la educacién sf los haya olvidado y condenado al ano- nimato. Durante el siglo xx, lucharon por cambiar la escuela; muchos de ellos anénimos 0 poco reconocidos, aunque la la- bor de todos contribuyé a tener la escuela actual. No es posible hablar de la escuela actual sin mirar la escuela y los pedago- gos que la hicieron posible durante el siglo xx. La escuela del siglo x01 es producto de las luchas sociales y educativas del siglo xx. Y atin queda mucho por hacer. _ Tampoco tenemos que olvidar la larga y negra noche de las dictaduras, en muchos paises, que introdujo en las aulas un concepto de maestro anodino, autoritario, conservador, con un integrismo religioso e ideolégico y donde la resignacién y el castigo™ ora el pan cotidiano de las escuelas. Pero también muchos de ellos, sobre todo a partir de los afios sesenta (en 14, Recordemos que actualmente al castigo fsico alos nitos y ninas es aceptado en un 87% de passes del mundo. 7 _ 47 ‘ALIOMD OF LA EUSENANZAY FORMACION BL PROFESORADO los pafses en que las dictaduras ya empezaban a flaquear aun- que otras empezaban a aparecer) ofrecieron una resistencia ya sea en el campo educativo, ya sea en el social y politico. Vaya este recuerdo como homenaje a su resistencia y a que, gracias aellos, hoy en dia tenemos las escuelas que tenemos, o, al me- nos mejores escuelas que antes. Durante las dictaduras, muchos maestros iban a ateneos, a reuniones clandestinas, a la universidad a buscar nuevas ideas de algunos profesores; formaban parte de movimientos para recuperar las ideas de la renovaci6n pedagégica.* En de- finitiva, buscaban el tesoro més preciado de la educacién: la libertad. Pensaban que hacer de maestro es algo més que en- sefiar a los nifios y a las nifias, que se tenfan que comprometer con el entorno y con las personas, que debian realizar una ta- rea politica y social con la poblacién. Aunque hoy las circuns- tancias han cambiado, la concepcién del maestro como agen- te educativo y social del territorio no solo contimia vigente, sino que ha aumentado considerablemente aunque tendamos a hablar de comunidad, ya que aprendemos de muchas formas. Una de las funciones actuales mas importantes del maestro es su papel como dinamizador importante de la cultura y de la comunidad en el territorio. ‘Aunque todo el mundo es consciente de que el maestro no tiene actualmente el monopolio del saber y que la sociedad ac- tual comparte su funcién educadora con agentes muy potentes (elevisién, entorno, familia, redes sociales, Internet, etc,), mu- chos continiian, al margen de su trabajo concreto, participando en algunas ONG, realizando tareas de cooperacién, colaboran- do en asociaciones de barrio y de maestros, y muchas otras ac- tividades pedagogicas y culturales y de formacién permanente. Un colectivo profesional tiene las caracterfsticas de las per- sonas que lo conforman. La manera de acceder al magisterio a principios de siglo xx no tiene nada que ver con la del siglo xxi. 15. Recordamos aqui Ia recuperacién del movimiento Freinet median- te la Asociacién Espafiola para la Correspondencia y la Imprenta Escolar {ACIES), fundada en diciembre de 1974, como precedente del Movimiento Cooperativo de Escuela Popular (MCEP), y la fundacién de la Asociacién Rosa Sensat el 4 de octubre de 1965, como movimiento de renovacién peda- ‘g6gica en Barcelona y de gran influencia en toda Espai 48 Prien paar Ni su imagen social. El siglo xxr ha de ser el de la superacién de la famosa frase: «Pasa mas hambre que un maestro de es- cuela» y de la formacién corta y deficiente. La subida de ho- norarios con que se ha compensado el trabajo de maestro de escuela y el prestigio que tienen sus estudios han sido una de Jas luchas constantes de la profesién. Y se ha de continuar lu- chando en todo el mundo por ello. ‘A pesar de que trabajar como maestro no ha sido nunca una profesién muy bien pagada, durante el siglo pasado se fue superando en muchos paises esta situacién lastimosa que levaba a malvivir econémicamente (0 a complementar la ali- mentacién con los regalos de los discipulos y del contexto). Pero estas conquistas han sido ganadas a pulso: reivindica- ciones, huelgas, asociaciones, sindicados, etc. Poco a poco se ha ido reubicando socialmente la importancia del trabajo y su demanda de un salario digno, aunque no del todo satisfactorio (y por supuesto, no en todos los paises). Al margen de las cues- tiones salariales, ol maestro y la maestra han obtenido siem- pre el respeto de muchos padres y madres que encontraban en ellos una ayuda o un consejo. Ser maestro siempre ha sido, socialmente, una profesién digna de respeto por el pueblo; no tanto, seguramente, por los que gobiernan, por algunos inte- lectuales vanidosos y prepotentes y por los que establecen las leyes. Siempre he pensado que los maestros tienen una per- cepcién de baja consideracién social y que ello no correspon- de con la realidad de los padres, la familia o la comunidad. Y uno de los cambios més importantes ha sido su forma- ci6n, De una formacién inicial escasa, no universitaria, donde se entraba de niiio y se salia de adolescente maestro y donde el maestro sabia «un poquito més que los nifios y nifias», a una formacién inicial que fue cambiando a Jo largo del siglo xx y mucho més en el siglo xxi, y se fue configurando una forma- cién inicial del maestros con estudios adecuados a los conoci- mientos sociopsicoldgicos y pedagégicos que avanzaron tanto durante el siglo pasado. La formacién permanente todavia ha cambiado més. Hoy en dia es imprescindible para ejercer de maestro. Cuando las, funciones del maestro eran simples, el maestro no se preo- cupaba mucho; y como la estancia de los nifios en la escue- 49 ‘CAOAD DE LA EHSEANZAY FORURCION EL PROFESORADO la duraba poco, un maestro 0 una maestra se podfa permitir el lujo de estudiar en primer lugar y después ejercer el oficio hhasta su jubilacién. Ahora se ha de estudiar y después con- tinuar estudiando. Ya desde el primer tercio de este siglo y, sobre todo, desde medios del siglo xx, el maestro tiene que es- tudiar siempre. De ahi que la formacién permanente que, his- t6ricamente, ha formado parte de la voluntariedad del maestro (y podemos decir que, al final del siglo xx, suponta tanto la propuesta por las administraciones como por otras instancias y los propios maestros) lograra una funcién esencial para la mejora de la profesién, puesto que era necesaria una asuncién de nuevas competencias profesionales inexistentes a prime- ros del siglo xx; por ejemplo, capacidades de procesamiento de la informacién, capacidad de generar conocimiento peda- g6gico a las escuelas, de hacer investigaciones sobre su préc- tica, de analizar y reflexionar criticamente. Las aportaciones de la teorfa critica nos proporcionan elementos de reflexién para analizar la dependencia sociocultural de los individuos y nos permite estar alerta para realizar una reflexion y una autorreflexién respecto a las contradicciones que aparecen en el desarrollo de la accién educativa. Permite también tener en cuenta ua principio de respeto a la diversidad y singularidad libremente escogidas por los participantes. Intenta ser un ele- mento democratizador de la educacién, ya que pretende un anélisis sobre lo que hace; desarrollar capacidades reflexivas para interpretar, comprender y reflexionar sobre la ensefianza y la realidad social de forma conjunta con sus compaiieros; trabajar con sus iguales y con la comunidad, la orientacién y el diagndstico de problemas de aprendizaje ante la diversidad del] alumnado; tomar decisiones sobre lo que se tiene que ense- fiar, evaluar, y hacer proyectos tanto laborales y sociales como educativos. Y otras muchas nuevas capacidades que antes no eran necesarias en el oficio de maestro y que, hoy en dfa, se hacen imprescindibles para ganar en autonomia y profesiona- lizaci6n y, por supuesto, para mejorar el aprendizaje del alum- nado. 15, Viejas y nuevas funciones. Hacia el futuro Ya hemos comentado que las funciones de los maestros de las escuelas ¢ incluso las del alumnado han ido cambiando a lo largo del tiempo. Como el mundo que nos rodea, De las viejas funciones de instruir a los nifios en las cuatro reglas y aprender a leer y a escribir se ha ido pasando a una educa- cién més amplia, més completa cue abarca todos los aspectos de los nifios: fisicos, emocionales, intelectuales, sociales... Los maestros ya no son aquellas personas que ensefiaban con un libro tinico o enciclopédico (para todas las materias) las cuestiones bésicas para poder acceder a la cultura, sino que ademas se han convertido, en el siglo xx1, en profesionales de la educacién y del conocimiento, porque las cuestiones sociales son muy importantes. La realidad social de las ins- tituciones escolares refleja los conflictos que se viven hoy en dia en las familias, en las relaciones, en el contexto, en los grandes medios de comunicacién, en los sistemas politicos, etc. Y los maestros los padecen, pero asumen nuevos papeles educativos, nuevos retos que reclaman estar al dia de lo que pasa en el campo cientifico y social. La mayorfa del colectivo siempre est4 buscando soluciones, ya sea en la teorfa o en la practica. Aunque muchas veces la sociedad no es consciente de ello. Las escuelas van cambiando y los maestros lo tienen que hacer al mismo ritmo. Es posible que, a la larga, muchas de las cosas que se han ensefiado en las escuelas a lo largo del tiempo se puedan aprender fuera de las paredes del aula, Pero no se podré afrontar el futuro sin ensefiar y aprender la com- plejidad de ser ciudadano y las diversas sensibilidades en las que se materializa: democratica, social, solidaria, igualitaria, intercultural y medicambiental. Y eso se aprenderé en la es- cuela. También es posible que le tarea de ejercer de maestro en algunos lugares se Ieve a cabo envuelta de una pobreza endémica; se trata de nifios 0 nifias que, por haber nacido en un determinado lugar, estén condenados a la exclusi6n social (mal persistente en nuestra sociedad, donde atin hay mucha pobreza y miseria). Ya es imposible que la educacién por si sola pueda combatir la exclusién social en un mundo donde st CAUOAD DE LA ENSERANZA YFORMACION EL PROFESORADO muchos nifios y niflas estén en riesgo de ser excluidos del sis- tema social y educativo."* Los maestros y las maestras necesi- tan que otras instancias socializadoras se impliquen, les ayu- den y extiendan el mismo mensaje. Por eso, una de las nuevas funciones de los maestros es trabajar codo con codo con la co- munidad en una nueva ecologfa educativa. Y en esta sociedad quedarén muchos aspectos importan- tes que tinicamente se podrén aprender en las escuelas; entre ellas, a ser un ciudadano que se respete a sf mismo y a los demés, sean quienes sean, y también a su entorno. Seré im- portante desarrollar en los nifios y en los maestros de escuela el respeto y la tolerancia; dos conceptos que tendrén un papel fundamental en el mundo que construimos dfa a dfa. Son cambios que repercuten en la profesién. De trabajar aislado con un aula se ha ido pasando al equipo docente. Hoy en dia no se puede ejercer de maestro sin trabajar en equipo. Los modelos relacionales y participativos son imprescindibles en la profesién de ensefiar. Y sobre todo, durante el siglo xx1 se ha ido pasando a una reflexién sobre los aspectos éticos, rela- cionales, colegiales, actitudinales, emocionales de los maes- tros, que van més allé de los aspectos puramente técnicos y «objetivos» que predominaron durante casi todo el siglo ante- rior. Son temas cada vez més imprescindibles en las escuelas actuales y en el nuevo papel de los maestros para ensefiar me- jor a las futuras generaciones. Actualmente, la profesién de maestro asume un carécter mis relacional, més cultural-contextual y comunitario, don- de adquiere importancia la interaccion entre los compafieros y todas las personas vinculadas a la comunidad o a las redes de intercambio. El siglo xxi configura una nueva forma de ser maestro, puesto que tiene que participar activa y criticamente en su contexto y transmitir a los futuros ciudadanos y ciuda- danas unos valores y unas formas de comportamiento demo- crético, igualitario; respetuoso de la diversidad cultural y so- cial, del medio ambiente, etc. Y eso cuesta mas que antes. 16. La Declaracién del Milenio fue aprobada en ia Cumbre del Milenio, celebrada del 6 al 8 de septiembre de 2000 en Nueva York, con la participa: cién de 191 paises. Uno de los objetivos era lograr la ensefianza primaria ‘universal. Y atin queda mucho por hacer. 52 Hemos repetido hasta la saciedad que hacer de maestro en el siglo xxt ha cambiado mucho. Han cambiado sus funciones: (se han aumentado y diversificado mucho) y su imagen so- cial. El siglo xx fue un siglo de cambios vertiginosos, donde muchos maestros fueron poniéndose al dia y asumiendo nue- vas funciones educativas y sociales, pero también muchos de ellos, al final del siglo, no sabian qué pasaba con los nifios, con el conocimiento cientifico, la tecnologia, las demandas so- ciales, etc. La incertidumbre y el cambio se han introducido en la profesién de maestro de escuela, y la profesién tiene que convivir con ellas. Los maestros se tienen que preparar para asumir estas nuevas funciones. Y en ello estén la mayorfa, es- toy seguro. 19. Decidimos, asimismo: * Reducir a la mitad, para el afio 2015, el porcentaje de habitan- tes del planeta cuyos ingresos sean inferiores a un délar por dia y el de las personas que padezcan hambre; igualmente, para esa misma fecha, reducir a la mitad el porcentaje de per- sonas que carezcan de acceso a agua potable o que no puedan costearlo. * Velar por que, para ese mismo affo, los nifios y nifias de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de ensefian- za primaria y por que tanto las nifias como los nifios tengan igual acceso a todos los niveles de la ensefianza. Fragmento de la Resolucién aprobada por la Asamblea General de la ONU, 13 de septiembre de 2000. En: http:/www.un.org/ spanish /milenio/ares652.paf (consultado en diciembre de 2013). Resolueién dela ONU. [ALIOAD OF LAENSERANZA ¥FORMACON DEL PROFESORADO CAPITULO 2 Calidad y fragmentacion curricular en la escuela. éFraementacion o globalizacione La cultura profesional pedagégica del profesorado, la que, segiin mi criterio, se desarrolla en las escuelas mediante la practica laboral,"” se ha caracterizado histéricamente por el aislamiento en aulas cerradas, por la individualizaci6n de la ensefianza (el celularismo escolar), por la carencia de pro- yectos compartidos (el proceso educativo de aula cerrada o la metéfora de la escuela como caja de cartén de huevos) y por la fragmentacién del conocimiento en materias y especialidades estancas (es posible que también ayude la arquitectura de los edificios escolares y la organizacién y gestién de las institu- ciones educativas) Si nos centramos en la cultura de la fragmentacién'” del co- nocimiento en las aulas (también Hamada rompecabezas, mo- 17, Schein (2004) ha definido las culturas organizacionales como «un patrén de creencias bisicas compartidas que un grupo ha aprendido acerca {de cémo resolver sus problemas de adaptacién externa e integracién interna, y que ha funcionado lo bastante bien como para ser considerado vélido, y. por tanto, se ensefia a los nuevos miembros como el modo correcto de perci- bis, pensar y sentir en relacién con esos problemas», 48, Se llama celularismo escolar al predominio del trabajo aislado e in. dividualista en la escuela, donde el profesorado funciona individualmente y cada uno desarrolla su propia metodologia de trabajo en el aula, i 419. Segdn Laura Fumagalli, «se suele identificar la fragmentacién curri- cular con la organizacién de los contenidos en disciplinas o materias. Desde festa posicién, la solucién a la fragmentacién seria sencilla, pues solo bas- tarfa elatorar disefios curriculares en los que los contenidos que hay que ‘ensefiar se presenten organizados en “éreas", o alrededor de “problemas” fo de “temas de abordaje multidisciplinario” o de cualquier otro elemento organizadar de contenidos que no tome como referencia a las disciplinas 54 saico 0 curriculum enciclopedista), esta se introdujo en una 6poca determinada de finales del siglo x1x y principios del siglo xx, cuando la especializacién parecia ser la respuesta balsémi- ca a todos los males de la sociedad, y se traspas6 a la ense- fianza con perspectivas més acadsmicistas, mas ensimismadas y centradas en las disciplinas. Un ejemplo es la endémica es- pecializacién disciplinar de la ensefianza secundaria, en cuyo marco un alumno o una alumna ve transitar més profesores por el aula durante un curso académico que un alumno univer- sitario, al que se supone que se le prepara para asimilar un co- nocimiento ms especializado. ;Es eso lo que necesitan nues- tros j6venes para vivir en la sociedad de la informacién y del conocimiento, o les acerca més a la sociedad de la ignorancia yala manipulacién, ya que se pretende que sepan muchas co- sas y posiblemente mal y ademas no relacionadas entre ellas? @Les ayuda a analizar e integrar los procesos complejos actua- les? {Sirve para establecer relaciones entre los saberes? ;Dénde ha quedado el discurso educativo de la globalizacién y de la interdisciplinariedad de decenas de afios anteriores? {Mejora Ja educacién y aumenta la calidad gracias a la especializacion de saberes o la disminuye? ;Se pueden aprender competencias fragmentando el curriculo? Son preguntas importantes, y algu- nas, de diffcil respuesta. Por todo ello, aunque parezca un debate superado, la frag- mentacién profesional debe volver al tapete de las discusiones educativas. El siglo xx nos plantea nuevos retos. Uno do ellos es la revisi6n de la ensefianza de las disciplinas, de la forma de aprender los miiltiples saberes. ;¥ esto a qué se debe? Si en una 6poca estuvo de moda la superespecializacién que llevé a una fragmentacién pedagégica o de los saberes (profesional y curricular), que se instauré en perte en la ensefianza primaria con las reformas de los afios setenta a noventa (los planes de estudio crearon multitud de maestros especialistas en prima- ria), y de manera decidida en la secundaria, parece que, en la sociedad actual, la especializacién (la fragmentacién profesio- académicas». Consultado en diciembre de 2013 en: http:/iwww.osi.es/do- centes/articulos/alternativas_superar fragmentacion_curricular_educa- cion_secundaria_fumagalli.pdi. 55 ‘cauDAD OE LA EUSERANZAY FORMACIONOEL PROFESORADO nal y curricular) puede ser un obstéculo para dar respuesta a los actuales problemas sociales y educativos de la vida coti- diana. Analicemos por qué. Mientras que la sociedad se mueve en un amplio concepto de flexibilidad y en una especializacién flexible o de compe- tencias, los procesos de ensefianza-aprendizaje contintian an- clados en una fragmentacién de los saberes y con un profe- sorado que tiene cada vez més dificultades para establecer y ensefiar las relaciones entre ellos. La fragmentacién es grave, y no es una cuestién metodolégica, sino de calado profundo, ya que provoca una deconstruccién de los saberes y, por tanto, introduce en la educacién una atomizacin, una superficiali- dad de los conocimientos. Tampoco contribuye a una buena construccién de los esquemas de conocimiento que necesitan los alumnos para entender el mundo que les rodea y las com- petencias necesarias para desenvolverse en él. Pero ,qué significa la fragmentacién curricular unida a la fragmentacién profesional del saber docente? Podemos asimi- lar la fragmentacién profesional de maestros y maestras a la especializacién 0 atomizacién académica y ver que va unida a la fragmentacién curricular que se desarrolla como conse- cuencia de la manera de organizar el curriculo en disciplinas © asignaturas (y el control de estas y del alumnado), y que comporta una distribucién desarticulada de los tiempos y de las relaciones entre contenidos de ensefianza y una nula arti- culacién entre saberes de las diversas asignaturas. Pero lo expuesto anteriormente parece, y quizé lo sea, muy simple y limitado a un anélisis superficial, ya que la fragmentaci6n podria ser interpretada tinicamente como una tecnologfa o metodologfa disciplinaria (o sea, una metodolo- gia donde separamos asignaturas). Y no es asi. La fragmenta- cién profesional y curricular es una consecuencia de politi- cas curriculares (entre otras, la fragmentacién de tareas) y de una concepcién del conocimiento y del curriculo que va més, alld de la simple distribucién de materias; es una concepcién determinada, una ideologia de la forma de aprender los sabe- res en los diversos contextos que conforman la realidad so- cial rompiendo la unidad social y educativa interna respecto a los contenidos, con un predominio de la ensefianza de he- 56 chos, datos y separando contenidos cercanos, aumentando la distancia entre el saber escolar y el cotidiano. Es una forma de ver el mundo (de estar y ver la realidad, que no correspon- de al mundo del conocimiento de los saberes) para conocer, transferir, interprotar y comprender la complejidad de la rea~ lidad que existe a través de la aportaci6n de cada disciplina y de nuevas realidades cientificas que van a apareciendo cons- tantemente. Sin embargo, para no caer en aseveraciones gratuitas o en frivolidades, hemos de analizar esa fragmentacién profesional que deriva en una fragmentacién curricular en las escuelas de primaria, y sobre todo de secundaria (sin olvidarnos de la uni- versitaria); hemos de ampliar la perspectiva del andlisis y ver si esa fragmentaci6n posibilita una mayor profundizacién 0 construccién de los conocimientos o si, al contrario, aumenta la superficialidad de estos. 21. éFragmentar o no Fragmentar? Esa es la cuestion La fragmentacién profesional que comporta la fragmentacién curricular es una tendencia moderna de los sistemas educa- tivos. Se fue incrementando paulatinamente en la ensefianza universitaria y pas6, por mimetismo, a las ensefianzas medias; por iiltimo, lleg6 a la ensefianza primaria. Esta fragmentacion comporta también el rompimiento de una unidad académica de la profesién docente de maestros con grandes monélogos aislados, sin conexién entre ellos, que huyen de una mala ho- mogeneizacién profesional que los hace a todos iguales con su especializacién; de modo que surgen denominaciones di- ferentes por etapas, titulos especializados, carreras docentes diversas o menciones especializadas; lo que comporta la per- cepcién de una excesiva sobrevaloracién de lo que yo hago en Telacién con lo que hacen los otros (mi disciplina, mis nifios, mis libros, mis cosas...}. En este mismo sentido, es cierto que Ja fragmentacién puede crear la ilusién de aumentar el presti- gio de la profesién docente, ya que realiza una diferencia den- tro de la homogeneidad profesional. Pero es una percepcién que no beneficia a la ensefianza de las disciplinas y, por tanto, 97 ‘a\OAD OE LA ENSERANZAY FORUACION Det PnOFESONADO al desarrollo educativo de la infancia y la juventud por los mo- tivos esgrimidos anteriormente. Las disciplinas son constructos complejos generados a lo largo de la historia. Una disciplina es un procedimiento aca- démico que nos ayuda a entender un campo de conocimiento, pero no puede ser nunca una finalidad educativa en si misma. Supone, en todo caso, un proceso para que se aprenda lo que sucedi6, lo que pasa y lo que puede llegar a suceder. No po- demos analizar las disciplinas académicas transformadas en algunas asignaturas sin tener en cuenta la realidad (cientifi- ca, social, econémica...) que envuelve hoy al alumnado y a la escuela. Si la visi6n de lo que pas6 y de lo que pasa, el saber construido y producido, se estudia de forma fragmentaria y en un espacio de tiempo determinado, es fécil deducir que el saber docente puede convertirse en un saber més teérico (y no tanto de conocimiento practico) y que ello no posibilita una integracién intelectual; es facil también caer en el desarrollo de un conocimiento irrelevante y, por supuesto, con una mi- rada reducida y fragmentada del saber y su relacién con otros saberes. La fragmentacién curricular, y por ende profesional, com- porta analizar el disefio y desarrollo del curriculo en un tiempo y un espacio determinados, con una estructura y se- cuencia didéctica constrefiida y excesivamente pautada, ya que comporta actividades especificas en un momento concre- to y diferente entre las diversas disciplinas. Aunque parezca una paradoja, la especializacién introduce en la ensefianza una concepcién de mayor productividad en menor tiempo, y un tratamiento poco adecuado de la diversidad, pues necesi- ta homogeneizar el conocimiento y, por tanto, los sujetos que aprenden. Y ello comporta un inicio de segregacién mediante el curriculo, una educacién basada en una racionalidad técni- ca o instrumental que da més importancia al producto, a los, fines, que al proceso.” 20. Shin, D. (1998) nos dic: «La racionaidad tenia es la horencia en el postivismo en siglo xix, donde las dnicas exposiciones significativas acer a del muntlo eran aquellas basndas en a observacion yTo baseron en ele- fmontosireductibles de experiencia sensorial, empezaron aver la naturaleza ome construcciones ereadas para explicar los fendmenos abservados, y la 58. Pana aare 2.2. Enseiar y aprender el Saber para aumentar (a calidad eduicativa Como he comentado anteriormente, en la ensefianza primaria y, sobre todo, en la secundaria, la fragmentacién ha ido en au- mento. Cuando se comenta en diversos medios de comunica- cién, profesionales o no, que el alumnado actual carece, entre otras cosas, de esquemas amplios de conocimiento, de relacio- nes entre los mismos, de una determinada visién de la ciencia y la realidad, dificilmente se analiza que, entre otras cosas, es producto de la fragmentacién curricular que se ha disefiado a Jo largo de su vida escolar. Y el foco de culpabilizacién se des- plaza hacia otros vericuetos empeorando el tema, como la falta de formacién especializada de los profesores, sobre todo en len- gua y mateméticas.” La solucién que se aporta es ofrecer més formacién, més especializacién, ya que eso supondré ensefiar més y mejor. Es la falacia de que cuanto més sabe el profesor © profesora de un tema, mejor lo explicard, los alumnos apren- derén més sobre ello..., y ya integrardn ese conocimiento a lo largo del proceso educativo o a lo largo de su vida. Pero ya se sabe que no es cierto. Eso no quiere decir que no se han de saber los contenidos que se ensefian, El maestro y la maestra han de saber los contenidos, pero eso nunca es suficiente. Es cierto que cuanto més sepan, mejores maestros serdn, pero necesitan otros elementos para provocar el aprendizaje de su alumnado. Veamos algunas consecuencias de una mayor fragmenta- cién curricular y profesional, lo que nos puede dar pistas so- bre lo que est pasando en el siglo xxi en los centros de prima- tia y secundaria. Si trabajo lo mfo (mi disciplina), no necesito conocer las relaciones, ni las articulaciones que existen entre los contenidos académicos que poseo (si es que he Tlegado a iencia se convirti6 para ellos en un sistema hipotétice-deductiva donde lo empirico podia ser sustentado mediante el experimenio. La funcién de las escuelas profesionales era que los especialistas crearan teorfas y que los téc- nicos las aplicaran en la préctica. Pero esta divisién releja una jerarquia de Clases de conocimiento que también constitusa un estatus 21. Y mucha responsabilidad tienen los informes internacionales que re- brovotan une forme determinada de vor a educa, el conselmtonto a ciudadania. a * te 4 [AUDAD DE LA ENSERANZA ¥FORNACION DEL PROFESORADO entender las relaciones dentro de los que sé) y los que poseen otros colegas que explican otras cosas (por ejemplo musica, artes, pléstica, expresién...). La vida escolar queda asf frag- mentada, el saber queda atomizado y las relaciones entre los diferentes saberes deberdn ser construidas por el alumnado mediante esquemas que no posee, que no se han desarrolla- do precisamente debido a la fragmentacién curricular. No se desarrollan competencias, ya que cuesta hacer la transferen- cia a la realidad. Para que asi fuera, la fragmentacién deberfa ir acompafiada de una coherencia en las précticas docentes —que analizaremos més adelante— de los diversos profesores y profesoras que intervienen en un grupo de alumnos; pero eso tampoco lo facilita la divisién de los saberes. La fragmentacién también nos lleva a poner més énfasis en la instrucci6n, en las nociones, en los hechos, en los datos, en que eso que sé hay que incorporarlo al proceso cognitivo de los alumnos tal y como yo lo sé, tal y como yo lo programo (ya que programo mi disciplina organizando y seleccionado contenidos especializados), tal y como se estudia en los libros de forma descontextualizada (quiz4 no se ha analizado sufi- cientemente que la fragmentacién profesional comporta una dependencia del libro de texto 0 manual tinico, ya que es el que facilita el conocimiento concentrado de mi disciplina). El tiempo, el espacio dedicados a la disciplina no ayudarén a entender las diversas relaciones disciplinares y potenciarén una mayor transmisién verbal y conceptual de la disciplina enol aula, olvidando, a menudo, la perspectiva institucional y colectiva de ensefiar y aprender conjuntamente en una institu- cién educativa que prepara para la vida. Por otra parte, mientras que en la actualidad se va intro- duciendo el curriculo por competencias, para establecer per- files integrales de nuestros alumnos y alumnas al finalizar unos estudios, la préctica de la fragmentacién profesional y curricular no posibilitard desarrollar mayores competencias transversales (sean procedimentales, actitudinales 0 como les llamen), ya que la especializacién tiene una fuerte tendencia hacia los saberes y nociones conceptuales aislados y adquiri: dos por mecanismos de memoria repetitiva. Es una paradoja. Las competencias necesitan visiones globales, metodologfas 0 globalizadoras ¢ interdisciplinarias y la fragmentaci6n actual de las escuelas no lo posibilita. Ya se pueden hacer curriculos por competencias, que si no se rompe con la fragmentacién curricular, seré imposible asumir esas competencias. La sociedad ya no es lo que era antes (siempre esta cambian- do) y, como consecuencia, la ensefianza tampoco (relaciones entre sociedad, familia, comunidad, medios de comunicacién, profesorado, alumnado, etc.), asi como las situaciones que se dan en ol aula. Si la sociedad ha ido cambiando, hemos de ana- lizar si la fragmentacin ayuda o no a comprender esa nueva realidad cambiante, si permite una visién més dinémica de los saberes y si son de utilidad para el aprendizaje de los diversos campos de conocimiento. Si la fragmentacién no ayuda a ello, significa que entorpece y rechaza la perspectiva compleja de la realidad actual. Morin (2000) nos dice que la fragmentacion de saberes (naturaleza/cultura, ciencias/humanidades, sujeto/ objeto) conduce a una visién reduccionista para resolver pro- blemas globales y fundamentales. He ahf uno de los males mas peligrosos de esa especializacién en la ensefianza. Edgar Morin (1921..) __ 2% Edgar Morin, pseudénimo de Edgar Nahoum (1921... elabora la teo- ¥{a del pensamiento complejo, donde la realidad se comprende y se explica simulténeamente desde todas las perspectivas posibles, So entionde que un fendmeno especifico puede ser analizado por medio de las més diversas éreas lel comocimiento, mediante ol vontondimiente transdisciplinar», por lo qu se evita la habitual reducetén del probleme a una cuostin exclusiva do la clencia ue se profesa. Para analizar su visién de la educacidn, ver Morin, E. (2001), Los siete saberes necesarios para la educacién del futuro, Barcelona: Paid. et ‘caLDAD DE LA EUSERANZA Y FORMACION EL PROFESORADO Los siete saberes necesarios para la educacién del futuro son: + una educacién que cure la ceguera del conocimiento, + una educacién que garantice el conocimiento pertinente, ensefiar la condicién humana, + ensefiar la identidad terrenal, + enfrentar las incertidumbres, + ensefiar la comprensi6n, + la ética del género humano. exto integro on: http://www suuninter.edu.nx/doe! ‘TelegurSlorin pal Consltado en Gitombre de 2042) Los slete saberes sogin Morin, 2.3. Aprender a aprender, Si, pero también aprender a integrar (ya desfragmentar) Deberfamos repensar la fragmentacién profesional en los di- versos niveles en que se ensefia al profesorado a aprender a ensefiar: curricular, en la formacién inicial del profesorado y en la formacién permanente del profesorado. La desfragmentacién curricular es suficientemente cono- cida mediante los planteamientos alternativos de enfoques globalizadores;” multidisciplinarios’ e interdisciplinarios* (Morin habla también de transdisciplinariedad) de hace tiem: po, en un curriculum integrado y no fragmentado en discipli nas académicas. Esto es, disefiar y desarrollar el curriculum sept ee ee a re eon 62 mediante una organizaci6n en centros de interés,"* en temas o problemas o en proyectos de trabajo multidisciplinar, 0 me- diante metodologias similares.” Enfoque multidisciplinario. Modo de organizar los proceso de on- sofianza y aprendizaje centrado en el tratamiento de uno 0 varios temas desde la perspectiva o la lente de una disciplina, pero in- cluyendo contenido de otras. El estudiante es el que establece las relaciones necesarias entre las diversas aportaciones de las disci- plinas para integrar el conocimiento. (Drake, 19°39) Enfoque multidisciplinario. Bs la yuxtaposicién de varias dis- ciplinas que enfocan un problema sin la intencién deliberada de integrar los contenidos. (Mecth, 1978) Enfoque multidisciplinario. Nivel inferior de in:egracién. Ocurre cuando para solucionar un problema se busca informacién y ayuda en varias disciplinas, sin que dicha interaccién contribuya a modi- ficarlas o enriquecerlas. (Piaget, 1979) Enfoque interdisciplinario. Es un movimiento que parte de las disciplinas, que aportan contenidos de manera independiente al tema tratado. Estas aportaciones se basan en la légica interna de cada disciplina, Las relaciones entre los contenicos aportados son realizadas generalmente por el docente, y el alumno las asimila posteriormente. Las aportaciones son principalmente de cardcter conceptual, que son las que més definen a cada disciplina. (San- chez Iglesia, 1995) Enfoque interdisciplinario, Este enfoque es una experiencia de aprendizaje comprensivo que combina destrezas y preguntas de més de una disciplina para estudiar un tema central, un asunto, un concepto, una situaci6n 0 una inguiry. (Smithy Johnson, 1994) Enfoque interdisciplinario. Segundo nivel de asociacién entre disciplinas, donde la cooperacién entre varias disciplinas leva @ interacciones reales; es decir, hay una verdadera reciprocidad en los intercambios y, por consiguiente, enriquecimientos mu- tuos. (Piaget, 1979) 26, Ovide Decroly (1871-1932), baséndose en un enfoque globalizador, {introdujo los centros de interés on las escuelas a principios del siglo xx. La obra La funcién de la globalizacién y la ensefianza, de 1929, esta reeditada fn 2007'con el titulo: La funcidn de'la globalizacién y la ensefianza y otros ensayos, Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, 27, Para ampliar, ver Zabala, A. (1999). Enfoque globalizador y pensa ‘miento complejo. Barcelona: Gra6, 63 CALIDAD DE LA EUSERANZ ¥ FORMACION DEL PROFESORADO Enfoque interdisciplinario. Visién del conocimiento y enfoque curricular que conscientemente utiliza la metodologia y el len- guajo de més de una disciplina para examinar un tema central, un asunto, un problem o una experiencia. Debe utilizarse solamente cuando el prcblema presentado refleja la necesidad de superar la fragmentaci6n. (Jacobs, 1989) HildaB. Quintana En: http://ofép_rd.tripod.com/conferencia/ ‘hquintana html (consultado en diciembre de 2013). Le eeeooerr'r'vvrw'rwr- Enfoques currculares. Fases usuales del método de proyectos 1. Informar: Durante la primera fase se recopilan las informacio- nos necesacias para la resolucién del problema o tarea plantea- da, El planteamiento de los objotivos/tareas del proyecto ha de desarrollarse conjuntamente con todos los participantes del proyecto con el fin de lograr un alto grado de identificacién y de motivacién de cara a la realizacién del proyecto. 2. Planificar: La fase de planificacién se caracteriza por la clabora- cin del plan de trabajo, los procesos metodol6gicos y la plani- ficacién de los instrumentos. 3. Docidir: Se debe decidir conjuntamente cudl de las posibles es- tratogias de solucién se desea seguir. 4.Realizacién del proyecto: Durante la fase de realizacién del proyecto, la accién experimental e investigadora pasa a ocupar un lugar prioritario, La realizacién de las tareas de aprendizaje yy trabajo, debe ser de la forma més auténoma posible. 5. Soguir: Uza vez concluida la tarea, los mismos alumnas/os rea~ lizan una fase de autocontrol con el fin de aprender a evaluar mejor la calidad de su propio trabajo. 6. Valorar, reflexionar (evaluar): Una vez finalizado el proyecto se Ileva a cabo una discusién final en la que el docente y los. alumnas/os comentan y discuten conjuntamente los resultados conseguidos. ‘Adaptado de: http://www.halinco.de/html/doces/Met-proy- ‘APREMAT092001.pdf (consultado en diciembre de 2013) Elimétodo de proyectos como metodologta integradora, e4 Fases usuales de los centros de interés segiin O. Decroly Los centros de interés constan de tres fases: .! fase: observaci6n, Esta etapa consiste en observar directa & indirectamente la realidad sobre lo que trata el centro de in- torés. Esté basada en experiencias sensoriales y percepciones que ayudan al alumnado a conocer cualidades (nociones de eso, longitud...) 2 fase: asociacién. Esta etapa surge después de determinar la realidad observada. Todo lo captado sirve de base para re- lacionar lo nuevo que el alumno debe aprender sobre el tema. Establece relaciones I6gicas, espaciales, temporales y cienti- ficas entre objetos y sus cualidades, con todos estos conoci- mientos, los alumnos/as realizan comparaciones, ordenan, deducen conclusiones de causa y efecto, con todo esto forman, sus esquemas mentales. + 3° fase: expresién. En esta etapa se expresan los conocimien- tos adquiridos sobre los centros de interés utilizando diferen- tes medios de expresién oral o escrito, como dibujos, escritu- ra, canciones, gestos, etc., que comunican todo lo aprendido, _ Aparte de muchos libros que tratan el tema, se pueden ver mul- titud de enlaces web como http://ntic.educacion.es/w3//recur- sos2/orientacion/O1apoyo/op03_b2.htm (consultado en diciembre de 2013). CGlobalizecion mediante centros de interés Ovide Decroly (1971-1992). En el principio de globalizacién de De- ‘rely, las disciplinas se organizan fen Cuatro reas: Te historia, en texto asociacion con ol tiempo; la oografia con el espacio; ls a {ades exprosivas (longuaje, dibujo, ‘nisica)y Tas de observacisn, que se soncretan como exploraciéa del espacio, CALIDAD DE UA ENSERANZA ¥ FORMACION DEL PROFESORADO Es en el momento de establecer el curriculum de magiste- rio, de formacién inicial del profesorado cuando se deberia incidir en aspectos que no faciliten la fragmentacién profesio- nal, como acceder a un conocimiento pedagégico general y un conocimiento didéctico especffico que permita construir un marco conceptual, critico y explicativo amplio y de referencia de las diversas disciplinas articuladas en diferentes propues- tas curriculares mediante situaciones probleméticas multidis- ciplinares que se podrfan trabajar como casos y que ayude al futuro profesor o profesora a seleccionar y organizar conteni- dos y actividades globalizadoras e interdisciplinares integran- do los diversos conceptos de forma reflexiva y a comprender los diversos contextos donde ejerceré la profesién docente y, por supuesto, a realizar esa tarea con colegas desarrollando capacidades relacionales y de intercambio, y no de recetas didécticas. Aprender y aplicar metodologias globalizadoras interdisciplinarias ayudarfa a trasferir posteriormente meto- dologias desiragmentadoras en su prictica profesional. Por otro lado, la formacién permanente del profesorado seré fundamental también para desaprender a fragmentar. Desde hace tiempo se aboga por desarrollar procesos de estudio, de investigacién y de proyectos donde el profesorado desarrolle ‘un proceso de andlisis eritico y de reflexién dialégica sobre la préctica que le permita remover los supuestos que conforman dicha practica, autorganizandose conjuntamente con otros co- legas; que posibilite la aplicacién de curriculum integrados 0 curriculos en accién mediante unidades didécticas, proyec- tos, centros de interés o situaciones problematizadoras. Si fue- ra de la escuela no se posibilita esa desfragmentacién, habré que Ilevarla a cabo desde dentro, con los colegas, en las pro- gramaciones de las clases. A mayor desfragmentacién, mejor educacién y, por tanto, mas calidad. 6 CAPITULO 3 Escuela, calidad, inclusion, multiculturalidad e interculturalidad La diversidad de maneras de una nacién a otra me afecta sola- ‘mente por el placer de la variedad. Cada uno tiene su razén. Me parece que no he encontrado muchas maneras que no valgan tan- to como la nuestra. Montaigne, De la vanidad. La multiculturalidad. Para empezar no quiero entrar en el debate seméntico de las diferencias entre multiculturalidad, intraculturalidad, interculturalidad* y hasta multiintercul- turalidad, multiculturalismo (algunos autores prefieren este término). Depende, predominantemente, del érea de influen- cia googréfica y académica. Utilizamos el término multicultu- ralidad como un enfoque global de inclusién en el sentido de incorporar las propuestas educativas inclusivas en proyectos de carécter educativo, social, y propositivo en cuanto al esta- blecimiento de relaciones igualitarias entre diferentes cultu- ras y etnias. O sea, la no discriminacién por razones de raza 0 cultura, la celebracién y reconocimiento de la diferencia cul- tural, asf como el derecho a ella. or CALIDAD Of LA ENSEMAUZA ¥FORMAGON DEL PROFESORADO El concepto o los conceptos estén de moda. Es un término recurrente, «progresista»; y por tanto, se elaboran teorfas, mo- nogréficos, jornadas, propuestas, conceptualizaciones, mati- sobre todo en las tres tiltimas décadas. Hasta en los do- cumentos oficiales educativos y propuestas curriculares aparece de forma permanente junto al concepto inclusin, como si su proyeccién en los papeles oficiales ya satisficiera una necesidad apremiante, ya cumpliera esa exigencia de la realidad. Todo ello ha supuesto una avalancha de informacion en el sistema educativo; tanta que parece que si no «practicas» Ja multiculturalidad o la inclusién, o quieres matizar alguna cosa sobre sus practicas, puedes ser anatemizado profesional- lulticaturalismo,sogin I Wikipedia, ot un érminopolisémico que eat sjeto a dt esas y veer cotrdictorisiterprescones En su sentido mementedeserpt Puede doignar ls cooxstoncie de difrestes clara en el sono do-wna misma entidad Bolites trite, Pact toner, simismo, un sentido presriptvo normative desi Xr dioreates pulftcastolustaistan El Yrmino surg nitlmente enol mondo a {lemercane cone un modelo de pica publeay mo una flowslao pensamiento fei de renin eto ulertznle ela onion do alain, Con STedjtivo multeltoral ce sulealuir» In varedad que presotan las cltare om fa teed humana prophet nade iu, cnio ae is trlan poser puldad de postldades prs decotrllrs social acondmica yal ‘Xmento, Gon arnonta, son su racine ties religiossvdocogias es. mente en el campo de la ensefianza, Pero jqué es la multicul- turalidad?, qué significa introducirla en la ensefianza? Si aceptamos la definicién usual como el sinénimo de mu- chas culturas, de variedad, habria que definir primero esta va- riedad respecto a «qué» 0 a «quién», o simplemente, respecto ala cultura, ;Qué cultura? Serfa un craso error considerar la multiculturalidad como la unién de personas que son «nor- males» (y més proximas a nosotros) y otras que, por sus ca- racteristicas fisicas, ps{quicas, motoras, comportamentales, raciales, religiosas, culturales... son diferentes «culturalmen- te». Tampoco es multiculturalidad la cazuela en la cual se han conseguido mezclar culturas muy diferentes y que ha acabado produciendo otra nueva. El multiculturalismo es reconocer la existencia de una sociedad plural y diferenciada y la necesi dad de actuar respetuosamente, pero también es la promocién de las diferentes culturas y una relacién convivencial plena entre los diversos grupos culturales. No es diluir las culturas divorsificadas, sino respetarlas y compartirlas. Respetar las fo- réneas, pero respetar también las nativas. Sin embargo, en la balanza de la malticulturalidad encon- tramos dos platillos; por un lado, los principios compartidos, el trabajo conjunto, los grandes objetives, y por otro, el andlisis especifico, sin el cual dificilmente podremos iniciar y transfor- mar la educacién en nuestro entorno. No se puede negar que asumir la multiculturalidad es un proceso complejo cuyo ca- récter no es tinicamente técnico, sino también ideoldgico; lo cual deberfa ayudarnos a plantear un cuestionamiento constan- te del qué, del porqué y del cémo se hacen las cosas en funcién de la voluntad de cambiar y transformar los procesos sociales y educativos, sobre todo cuando alguna cultura forénea choca frontalmente con los principios de la cultura de acogida Cultura El sistema de creencias, valores, costumbres, conductas y artefac- tos compartidos, que los miembros de una sociedad usan en inte- Tacci6n entre ellos mismos y con su mundo, y que son transmiti- dos de generacién en generacién a través del aprendizaie. CcaUOAD BELA EUSEMANZA¥ FORMACION DEL PRDFESORADO Caracteristicas de Jas culturas 1. Toda cultura tiene historicidad. Esta inscrita en el tiempo y suire influencias y modificaciones a lo largo de su devenir histérico. 2. Toda cultura es compleja. Por tratarse de un conglomerado de conocimientos, normas, costumbres, creencias, creaciones sim- blicas y materiales, no se la puede reducir a un esquema légico, sino que hay que describirla como un sistema en el que estos ele- mentos interactiian y se modifican constantemente. : 3. Todas las culturas son dindmicas. Por estar insertas en el devenir histérico y en un émbito geogréfico determinado, estos factores son modificados por la propia sociedad 0 por factores externos que requieren cambios técnicos, productivos, de organizacién y jorarqufas sociales. Solo su caracterizacién exterior caricaturiza su estabilidad, transforméndolas en un todo estéti 4.Ninguna cultura esté exenta de contradicciones. Segtin se mant- fisten sus dindmicas sociales y productivas, se darén tensiones en- tre grupos ¢ individuos sobre la interpretacién de sus creencias, las discrepancias sobre el orden jerdrquico establecido, la aceptacién 0 ‘modificacién parcial de las normas de conducta social, los conflictos entre sectores productivos, geogréficos,lingiifsticos, religiosos. 5. Todas las culturas son heterogéneas. Solo el estereotipo y la ignoran- cia del observador pueden calificar a una sociedad de homogénea. En una sociedad cualquiera, en cualquier grado de desarrollo técni- co en el que se encuenttre, entre sus miembros existe diversidad de intereses, concepciones cosmogénicas, escalas de valores, necesida- des vitales, comportamientos cotidianos tan variados como los que supuestamente les diferencian y distancian de otras culturas. 6. Cada cultura estésometida infuenciasintermasy externas, Las culturas son permeables tanto a efectos positivos como negativos del contexto on el que se encuentran inmersas. La mundializacién Jes afecta a todas. Genera hegemonias, crisis de identidad, migra- ciones voluntarias y forzosas, conflictos y alianzas. 7, Las culturas que estén en contacto se influyen mutuamente, sea a través de la convivencia, el conflicto, los intercambios comer- ciales, religiosos, lingliisticos o de conocimientos tanto tedricos como précticos. En todas las culturas hay infinidad de elementos «mestizos» que se manifiestan con mayor o menor fuerza segiin la relacién de poder que exista entre esas culturas en contacto. Plog y Bates (1980). Citado en Graciela Malgesint y Carlos Jiménez (1997). Guia de conceptos sobre migraciones, racismo ¢ interculturalidad (pég, 64). Madrid: La Cueva del Oso. 70 Es imprescindible considerar, en primer lugar, que todos somos diferentes, diversos en nuestro propio entorno, sea este cual sea. Probablemente lo que marca finalmente la idiosincrasia de la dife- rencia es la manera como las personas establecen relaciones con su contexto préximo, vivido de una manera global. Por tanto, asumir la multiculturalidad supone reconocer el derecho a la diferencia como un enriquecimiento educativo y social. Pero aunque todos seamos diferentes, algo nos une, y esa un:én es la cultura comin (celigiosa, doméstica, social, lingifstica, gastronémica, etc.). El de- bate esté en cémo introducir e incluir nuevas culturas en el contex- to educativo y aceptarlas sin romper los lazos de la cultura existen- teen el contexto propio. De ahi que el debate no sea la asimilacién ni la disolucién, sino el compartirlas dentro de los principios de- mocriticos y de derechos humanos. Segiin las Naciones Unidas, Jos derechos humanos internacionales estén reconocidos univer- salmente con independencia de las diferencias culturales, pero su aplicacién préctica sf exige sensibilidad respecto de la cultura. En; http://www.ohchr.org/Documents/Publications/ FAQsp-paf (consultado en diciembre de 2013). No se puede establecer una «norma» tinica educativa, y qui- 24, esta multiculturalidad habria que buscarla en las distintas normas que cada cual lleva a cabo (a veces de forma inconscien- te), sea cual sea su idiosincrasia. Por tanto, multiculturalidad también es sinénimo de pluralismo compartido, de democracia si se hace bien. Pero no podemos confundir democracia con sal- tarse principios que hemos tardado siglcs en conquistar. Es evidente que la norma escolar no fue pensada y desa- rrollada para la multiculturalidad de individuos, sino para la generalidad, la uniformizaci6n, la aplicacién de un modelo asimilacionista o segregador, privande a un colectivo de su derecho a ser educados con las mismas garantias que el res- to de ciudadanos. Es necesario, por tanto, al hablar de educar en la multiculturalidad, hablar de cambiar las actitudes del profesorado y de la escuela como institucién; cambiar las re- laciones que en ella se producen; cambiar, en fin, el proceso educativo institucionalizado. No asumir un modelo de com- Prensién cultural o de competencia cultural tecnificado, sino un modelo de emancipaci6n cultural y reconstruccién social n ‘cAUDAD DE LA ENSERANZA ¥FORMACON DEL PROFESORADO donde la cultura de grupos dispares sea un valor positivo y la educaci6n multicultural promueva la emancipacién cultural y la mejora social del alumnado, aumentando su autoconcepto y expectativas, rompiendo el cfrculo de falta de oportunidades que, a veces, envuelve a algunos grupos de cultura distinta a Ja nuestra. Y aqu{, la actitud —también las politicas educativas, por supuesto— del profesorado es fundamental. Muchos profeso- res, en el dia a dia de las aulas, se preguntan cémo introducir realmente esa multiculturalidad y respetar la diferencia on el proceso ensefianza-aprendizaje, cmo insertar en los valores y actitudes del alumnado ese respeto real a todos los que confor- man la humanidad y qué hacer con temas culturales con los que no estamos de acuerdo o vulneran ciertos principios bé- sicos en nuestro contexto. ;Por dénde empezar? Y nos lanza- mos —como siempre ocurre en la educacién—a la busqueda de soluciones que mitiguen la angustia de esa responsabilidad educativa y social que es la multiculturalidad, ya que, supera- dora de las barreras institucionales, se ha convertido en una exigencia social. La multiculturalidad y la interculturalidad no deben in- troducitse tinicamente a través de la transmisién de los con- tenidos en las aulas, como un simple refuerzo informativo, mediante técnicas educativas, libros varios, sino que debe- rfamos introducirla en las estructuras de la organizaci6n educativa. La multiculturalidad en las escuelas no se puede entende: como una simple actuacién para facilitar la inclu- sién social o aprendizajes de alumnos de otra procedencia cultural; no es tnicamente la presentacién de estrategias didécticas alternativas para estimular al alumnado desmo- tivado; no es solo dar las herramientas educativas adecuadas a cada realidad académica individual. La multiculturalidad se ha de entender como la aceptacién de realidades plurales; como una ideologia; una forma de ver el mundo, la educacién y la vida, Debemos cambiar, o poner en cuarentena, lo que parece inamovible con pequefios cambios formales desde hace més de un siglo: nos referimos, por ejemplo, a la orga nizacién de la institucién educativa en aulas; horarios; agru- paciones de alumnos por edades; organizacién espacial del n aula, tutorias; canales de comunicacién con los padres y la comunidad; adecuacién a la realidad laboral y familiar; mo- biliario; distribucién de tiempos y espacios... Es introducir una convivencia de realidades plurales que enriquezcan a la institucién educativa y al aula con las diferencias, las simili- tudes y las necesidades del alumnado, teniendo un proyecto multicultural de respeto a todas las culturas y analizando qué elementos pueden promover fricciones sociales entre el alumnado o entre la comunidad, 31. Todos somos diferentes, éno? El desarrollo pedagégico de la multiculturalidad —algunos autores, como hemos dicho anteriormente, la transforman en la educaci6n en la interculturalicad—® no nace de la nada, sino que posee una historia que se encuentra en los documen- tos y acciones de movimientos pedagégicos y de los grupos educativos mas progresistas desde hace afios. El debate sobre la homogeneizacién y los circuitos segregadores que estable- cia la educacién viene de hace un tiempo y vuelve cuando aparece una ideologia conservadora que pretende transformar el sistema educativo segiin sus intereses. Ciertamente, on anteriores épocas atin no se hablaba de multiculturalidad y la diferencia se aplicaba en términos mas restrictivos, se hablaba mds de homogeneidad. La multicul- turalidad, la integracién, la inclusién y la diversidad son tér- minos nuevos y posmodernos que provienen de otros campos sociales. En ese momento se hablaba de individualizar, per- sonalizar, compensar; de fracaso, dificultades, igualdad de oportunidades, heterogeneidad, homogeneizaci6n... El tiempo pasa y los lenguajes cambian, y ultimamente el educativo ha cambiado mucho. Era un lenguaje diferente, pero el concepto 29, Teresa Aguado (1996: 54) nos diré: «Definimos la educacién intercul- tural como un enfoque educativo holistico e inclusivo que, partiendo del re eto y la valoracién de la diversidad cultuzal, busca la reforma de la escuela Some totalidad para incrementar la equidad educativa, superar el racismo/ discriminacién/exclusién, favorecer la comunicacién y competencia inter- culturales, y apoyar el cambio social seg principios de justicia social», 13 ‘CALIDAD DE LA ENSENANZR ¥FORMACON DEL PROFESORADO y el proceso que se querfa desarrollar era el mismo... Querfa decir: ;Qué podemos hacer en las clases para no participar en una seleccién cultural y educativa, sino al contrario, para que todos los alumnos y las alumnas de procedencia diferente, de procedencia cultural diversa, sean atendidos adecuadamente y puedan interiorizar en su vida ese respeto a la diferencia, puedan vivir la democracia y no caer en la exclusién social? Qué pasa en las aulas con los que pertenecen a colectivos so- iales diferentes culturalmente a la mayoria del aula? ;Cémo desarrollar un proceso educativo para potenciar un concepto de vivir en la igualdad pero convivir en la multiculturalidad? En aquella época, como ahora, eran més que preguntas: supo- nfa todo un cimulo de problemas que habia que resolver. Y atin no hemos encontrado todas las respuestas, pues la legada masiva de muchas y diferentes culturas ha sido un fenémeno nuevo en los tiltimos afios. Mas la segregacién nunca seré la respuesta. La escuela esta desconcertada buscando respuesta a mu- chas preguntas sobre la multiculturalidad, ya que la escuela fue pensada en la modernidad para la seleccién y uniformiza- ci6n, en un concepto de negacién de la diversidad. El profeso- rado se encontraba muy bien dentro de su estatismo educativo, 0 si se prefiere también, de la homogeneizacién y estandariza- cién de la educacién. Ante la homogeneizacién, se han dado tradicionalmente diversas soluciones: escuelas diferentes para nifios diferentes, aulas distintas para nifios distintos y hora- rios distintos para nifios diferentes; y como méximo, la fol- clorizacién, 0 sea, la aproximacién a determinadas culturas mediante sus tradiciones, costumbres, leyendas y refranes po- pulares, Estas eran las «soluciones» habituales a la respuesta ala diferencia, ‘También el profesorado sabia que el ambiente influye mu- cho en el desarrollo cognoscitivo, afectivo y conativo, pero pensaban que en un momento determinado no podia influir tanto. Como consecuencia, todos los que tratan con nifios y ni- fias y adolescentes, cuando entran en las aulas se dan cuenta de que todos son diferentes, pero no iinicamente por sus ca- racterfsticas innatas; no por el ambiente, sino por la relacién que se establece entre todos. 14 PRIMERA Paar Gognoscitivo. Esta formado por las percepciones y creencias ha- cia un objeto, asf como por la informacién que tenemos sobre un objeto. El componente cognoscitivo de la actitud comprende las percepciones, las opiniones y las creencias de las personas. Se re- fiere al proceso del pensamiento, con especial énfasis en la racio- nalidad y en la l6gica. Afectivo. Es el sentimiento en favor o en contra de un objeto so- cial. Es el componente més caracterfstico de las actitudes. Aqui radica la diferencia principal con las creencias y las opiniones —que se caracterizan por su componente cognoscitivo. Conductual o conativo. Es el componente activo de la actitud. El ‘componente de la conducta en una actitud se refiere a la tendencia de la persona a actuar sobre algo o sobre alguien de una manera determinada. Las actitudes son determinantes sobre la conducta, ya que estén ligadas a la percepcién, a la personalidad y a la moti- vacién, Una actitud es un sentimiento o estado mentai positivo 0 nogativo de buena disposicién, conseguido y organizado a través de la experiencia, que ejerce una influencia éspecifica sobre la res- puesta de la persona a los demés, a los objetos y a las situaciones. En: httpi/iwww.mitecnologico.com/Main! ComponentesCognoscitivoA fectivo¥Conativo (consultado en diciembre de 2013). [a relacisn entre as personas, Todos somos diferentes por la interaccién entre lo que soy (nivel intelectual, motivacién, interés, conocimientos anterio- res...), de dénde vengo y dénde estoy (situacién social, factores actuales, el ambiente, el entorno...). Pero las respuestas a c6mo solucionar el problema de la seleccién en todos sus grados y mo concienciar al alumnado para el respecto a esa diferencia quedan pendientes. No por eso hemos de decir que todo es nuevo. La multiculturalidad recupera toda la tradicién de un con- cepto ya trabajado desde principios de siglo por el activismo, por la escuela nueva, activa, que es, por supuesto, producto de una ideologia y una visin progresista de la educacién: la in- dividualizacién (0 més bien adecuacién) y su equilibrio con el trabajo cooperativo, en contra de la clase para todos. Los te6- ricos, los libros, los grandes o pequefios tratados que intentan dar soluciones generales (cuando todos sabemos que no existen on la préctica educativa) profundizaban en ese término magico: 6 la ]OnD OE LA ENSERANZAY FORNACION Det PROFESORADO individualizacién, el contexto y su equilibrio en la coopera- cién. Hoy dia, bien entendida y con otra ideologfa social, seria el desarrollo de la multiculturalidad. Hace afios que el tema va, circulando por el discurso pedagégico. Se esté analizando me- diante un aprendizaje dialogico” que incorpora el aprendizaje cooperativo, intentando conseguir una igualdad basada en la diferencia y una lucha contra la exclusién social de las mino- rfas culturales. El derecho a la diferencia es también el dere- cho a la igualdad de oportunidades. El aprendizaje dialégico pretende potenciar el dilogo entre culturas y la comprensién yl la aceptacién de la alteridad como fundamento del modelo de interaccién entre estas en el aula y en la escuela. Paolo Freire decia: 1. Es necesario desarrollar una pedagogia de la pregunta. Siem- pre estamos escuchando una pedagogia de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han he- cho. 2. Mi visin de la alfabetizacién va més allé del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensién critica de la realidad social, politica y econémica en la que esté el alfabetizado. Enseflar exige respeto a los saberes de los educandos. Ensefiar exige le corporizaciGn de las palabras por el ejemplo. Ensefiar exige respeto a la autonomia del ser del educando. Ensefiar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad. Ensefiar exige saber escuchar. Nadie es si se prohibe cue otros sean. La pedagogia del oprimido deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogfa de los hombres en proceso de permanente liberacién. 10. No hay palabra verdadera que no sea unién inquebrantable en- tre accién y reflexion. 11, Decir la palabra verdadera es transformar al mundo. 12, Decir que los hombres son personas y como personas son li- bres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afir- ‘maci6n sea objetiva es una farsa. 30, Vor Freire, P. (1970). Pedagogta del oprimido. Hay varias ediciones actuales (por ejemplo, en 2007 en Siglo XXI, editores de México). 16 13, El hombre es hombre y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relacién permanente, el hombre trans- formando el mundo sufre los efectos de su propia transformacién. 14. EL estudio no se mide por el mimero de paginas lefdas en una no- che, ni por la cantidad de libros lefdos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas. 15. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre ol acto de educar y el acto de ser educados por los educandos. 16. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso aprendemos siempre. 17, La cultura no es atributo exclusivo de la burguesia. Los llama- dos «ignorantes» son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una «cultura del silencio». 18, Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra. 19, Defendemos el proceso revolucionario como una accién cul- tural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el es- fuerzo serio y profundo de concienciacién. 20. La ciencia y la tecnologia, en la sociedad revolucionaria, de- ben estar al servicio de la liberacién permanente de la huma- nizacién del hombre. En; http:/os.wikipedia.org/wiki/Paulo_Freire (consultado en diciembre de 2013). La ensonanza sogin P. Fee Otro tema muy conocido, producto de la misma época y ten- dencia pedagégica, y que se recupera en el debate de la multi- culturalidad, era el de la heterogeneidad en contraposicién a homogeneidad. El debate, afios atrés, consistia en responder a la pregunta: ;Hacemos grupos homogéneos o heterogéneos? Hoy en dia nos acerca a una tendencia creciente: ;Cémo introducir una individualizacién equilibrada que favorezca y pueda construir la multiculturalidad en las aulas y las instituciones educativas? Y mientras se construfa ese discurso, legaban las conse- cuencias sociales de la no multiculturalidad: racismo, xeno- fobia, intolerancia... La no multiculturalidad ya no es aquella «anéedota» de pequefios enfrentamientos en los pueblos o en los patios entre culturas diversas, sino que asume caracteristi- cas de tragedia y de vergiienza. n ‘CALIDAD Oe LA ERSENANZR ¥FORMACON DEL PROFESORADO 3.2, Algunas reflexiones sobre el cambio educativo ya multiculturalidad Decfamos que no podemos educar en la multiculturalidad sin cambiar lo que pensamos sobre la teorfa y la practica de la edu- caci6n, Pero el cambio educativo tiene dos retos fundamentals: hacer que en la educacién institucionalizada seamos capaces de ayudar al alumnado a crecer y a desarrollarse como perso- nas, permitiéndoles la adquisicién de capacidades bésicas tan- to de tipo intelectual como de autoconocimiento, de autonom{a personal y de socializacién, y facilitar que en las instituciones educativas tengan cabida y reconocimiento todas las diferentes capacidades; partir de un concepto dindmico de cultura e iden- tidad cultural, diferentes ritmos de trabajo, expectativas, estilos cognitivos y de aprendizaje, motivaciones, etnias, valores cul- turales de todos los nifios, nifias y adolescentes. ‘Adecuar la ensefianza a la multiculturalidad de los sujetos que conviven en las instituciones escolares no es tarea sencilla, y el 6xito en los resultados dependeré, en gran medida, de la capacidad de actuar auténomamente tanto por parte del profe- sorado como de los alumnos y alumnas, sujetos de este proceso. @Pero cémo introducir ese cambio en el sistema educativo? {Qué puede hacer esa institucién del sistema educativo llama- da escuela que contintia siendo muy similar a la de tiempos pasados? ,Qué se puede hacer en las instituciones educativas yen las aulas? Desde mi punto de vista, en primer lugar hay que reflexionar y superar viejos discursos. La heterogeneidad, la individualiza- cin y el trabajo cooperativo y dialégico con participacién de la comunidad educativa son tres éngulos del mismo tridngulo. La participacién de la comunidad es imprescindible para el traba- jo de la multiculturalidad, ya que esta solo es posible en un am- biente de comunicacién abierto y flexible, adaptado al contexto y que permite la libre expresién del profesorado, del alumnado y de la comunidad. Se ha de resquebrajar la antinomia profeso- rado-padres. La escuela no se ha de abrir tinicamente para dejar entrar lo externo, como siempre se ha dicho (ahora ya esté den- tro, se quiera o no se quiera), sino para confundirse con la co- munidad del exterior. Ha de romper el monopolio del saber por parte del profesorado y constituir en el contexto una comuni- dad de aprendizaje; compartir el conocimiento con el contexto. Posteriormente, cabe realizar un examen individual del tra- bajo del profesorado en el aula (lenguaje, actitudes, libros, mate- riales, comentarios...), conjuntamente con los colegas (colegia- lidad, trabajo en grupo, actividades conjuntas, comunicacién, proyectos, creacién de grupos para temas de multiculturali- dad...) y el contexto (participacién, grupos, familias, relaciones sociales, tribus, publicidad, medios de comuni tar la multiculturalidad implica facilitar la flexil Jar, cambiar la cultura de la institucién y las estructuras educa tivas. Superar la cultura del individualismo tan histéricamente arraigada en las instituciones educativas por una cultura del trabajo compartido. Pero jtoda la multiculturalidad? 3.3. La multiculturalidad se transforma en las escuelas Actualmente la multiculturalidad como concepto usual en los procesos administrativos no puede alinearse con la burocra- cia ni con la uniformizacién que tanto suele gustar a las ad- ministraciones, sino que encuentra su verdadero camino en la diferenciacién y en la adecuacién al entorno, en la autonomia, participacién y corresponsabilizacién de una gestién democré- tica con todos los miembros de la comunidad. La multicultura- lidad, ahondando en los principios de colegialidad, democra- cia y participacién, debe encontrar su importante lugar en las instituciones educativas. La participacién del profesorado y la comunidad es imprescindible para desarrollar esos procesos de multiculturalidad y para ir asumiendo una no dependencia, La multiculturalidad es una labor de interaccién colectiva, de trabajo colaborativo y, aunque se desarrolle en cualquier lugar donde pueda participar un docente, alcanza sus verdaderas ca- racteristicas en el trabajo en el interior de las instituciones edu- cativas, donde se dan unas determinadas estructuras, précticas, conceptos, intereses y valores. La labor colectiva da un sentido més duradero y real a la multiculturalidad. Ello es asf porque esté ligada a un proyecto propio, enraizado en el contexto en el que se ha planteado la discusién de los valores y finalidades y se n [AUDAD OF LA ENSELANZA ¥FORMACION DEL PROFESORADO han buscado las circunstancias més favorables para desarrollar la labor profesional. Es un proyecto compartido donde se han analizado y discutido los principios que no son compatibles con la democracia o entran en conflicto con valores importantes que hemos tardado muchos siglos en conquistar. La multiculturalidad que se pretende en la ensefianza no pue- de definirse en términos de abstracci6n, sino que, por el contra- rio, tiene que ir ligada a un andlisis de la realidad social actual {cus valores predominantes, los principios democréticos, los va- lores sociales, los rasgos més caracteristicos, las relaciones de poder, las ccntradicciones...), desde la realidad macrosocial a la microsocial. Esta iiltima es también muy significativa, ya que se ha de considerar la multiculturalidad como un proyecto socio- educativo ermarcado en un determinado contexto, y algunas de las caracteristicas de este proyecto tienen que ser la participa- cién y la autonomfa. La autonomfa no ha de ser tinicamente una reivindicacién profesional, sino un proceso educativo, porque sin autonomfa no aparece la posibilidad de actuar y elaborar cri- terios propios; por tanto, todo lo que la persona construye fuera de la autonomfa puede ser destruido répidamente. La autonomfa del profesorado es un elemento fundamental en la pedagogia del siglo xx. ¥ una conquista que atin se ha de realizar. ‘Asi pues, el andlisis espectfico de nuestra realidad educati- vay social nos ha de permitir, por parte del profesorado, com- partir la experiencia humana posibilitando aprender de los demés, y, por parte del alumnado, toner en cuenta sus carac- teristicas diferenciales y compensar aquellas diferencias que son discriminatorias, buscando diferentes estrategias didécti- cas que no perjudiquen la autoimagen del alumnado o impli- quen algiin tipo de segregacién o jerarquizacién. La construccién, elaboracién y desarrollo de los proyectos educativos y curriculares contexiualizados y al servicio de los alumnos requiere la formacién de equipos docentes cohesiona- dos, una autonom{a de las instituciones educativas tanto a nivel pedagégico como a nivel organizativo y una administracién co- Iaboradora politicamente capaz de compensar las desigualda- des socioculturales, territoriales y econémicas, de apoyar pro- yectos pedagégicos elaborados por las instituciones educativas, de ceder més poder real al profesorado y a la comunidad educa- 20 tiva. Es necesario, por tanto, una gran optatividad en el currfcu- lum, transformarlo en un curriculum multicultural. ‘A fin de que estos propésitos se conviertan en una realidad y que cada vez sean mas numerosos los profesores y profesoras con este espiritu, la institucién educativa necesita generar una actitud de autocontrol, de intercambio de ideas, de experien- cias, de propuestas, de proyectos, de materiales y de apertura ala comunidad, de dialogo con la comunidad, etc. Una actitud contraria significaria encerrarse en s{ misma, depender de per- sonas e instituciones ajenas a la practica profesional. Volver 0 permanecer en la pedagogfa del subsidio, de la manipulacién y de la hegemonfa de cualquier poder; recaer en las «buenas» teorfas con una mala préctica. Para evitar este peligro es nece- sario crear mecanismos de participacién colectiva donde el in- tercambio asuma el objetivo principal. Sin la discusién, el tra- bajo en comtin, la divulgacién entre compaiieros, la apertura al exterior y ol hecho de compartir los proyectos de la institucién educativa, las experiencias de multiculturalidad pueden pare- cer islotes en medio de un océano de indiferencia o hipocresta Si queremos que la multiculturalidad sea una labor mayo- ritaria y no de minorfas, el profesorado debe disponer de tiem- po para discutir y compartir problemas y soluciones, as{ como para elaborar los proyectos y el material que utilizaré en la intervencién educativa, lo que significa participar en el traba- jo en comin, tan necesario en cualquier actividad profesional. 34. El espacio ectucativo multicultural o intercultural Si queremos desarrollar una educacién multicultural, hemos de ampliar la nocién de aula y de las posibilidades y funcio- nes educativas de este espacio. Ya no es necesariamente el lugar entre cuatro paredes, sino cualquier ambito donde se establez~ ca una relacién educativa entre los propios alumnos y entre el profesorado y el alumnado. Dicha reconceptualizacién amplia el grado de responsabilidad y de autonomia de los profesiona- les en su gestién y destaca el papel activo que también posee el propio alumnado en la regulacién de los intercambios, asi como los pardmetros de referencia bajo los que actuian: el tiempo, los at [CALIDAD De LA ENSERANZR ¥FoRMACION DEL PROFESORADO espacios, las normas, sus referentes y los estilos comunicativos; todo ello posee un enorme potencial explicativo y de posibili- dades formativas y autoformativas sobre el profesorado. Entre las nuevas conceptualizaciones que las distintas li- neas de trabajo han hecho emerger sobre el aula, destacamos: ‘+ Las aulas deberfan ser contextos que permitan la elabora- cin, por parte de los individuos, de una cultura propia en el sono del grupo, y no solo la reproduccién estandarizada de la cultura social o académica dominantes. ‘+ Deberfa ser un contexto relevante para la elaboracién, por parte de los propios integrantes, de sus propias concepciones y practicas de ensefianza y aprendizaje, a partir de las tareas realizadas, las experiencias y las interacciones vividas. + En tanto que contexto comunicativo didédctico, las clases deberian generar miltiples situaciones de comunicacién y de uso tanto del lenguaje oral y escrito como de los diver- sos c6digos de relacién interpersonal, a partir de los nive- les, registros y cédigos del propio alumnado. * El aula deberfa ser un espacio significativo en la toma de conciencia del individuo como ser social y para la realiza- ci6n del aprendizaje de las relaciones de poder, ya sea entre adulto y alumnos o entre iguales. * Todas las personas que ocupan los espacios educativos debe- rian desarrollar papeles de agente activo en la construccién de normas, en la reelaboracién de las normas sociales, de los valores y en la construccién de reglas de relacién social. * En estos contextos se deberfan dar procesos extraordi- nariamente relevantes en la elaboracién préctica y en su interiorizacién de conceptos fundamentales para la orga- nizacién del aprendizaje: el valor de uso del tiempo y su organizacién, el uso de los espacios o las nociones de lo que se entiende por trabajo o trabajar, de lo que es ensefiar y de lo que significa aprender. + En las aulas se deberian dar situaciones que generan con- ductas de cardcter afectivo y de naturaleza psicodinémica, como el interés, la persistencia de una determinada acti- tud, la seguridad, etc.; 0 sus contrarios, los cuales van a desempefiar el papel de los aprendizajes. 22 ‘+ Los efectos de naturaleza social y afectiva que se generan en el seno del grupo son extraordinariamente importantes para los individuos, porque inciden en su propia autoes- tima y porque mitigan el impacto de una determinada ac- cién educativa o institucional sobre el individuo. Se debe potenciar el aprendizaje cooperativo. + En tanto que espacio social, el aula deberia generar en el indi- viduo oportunidades para la reelaboracién de imagenes mas © menos positivas sobre si mismo y para la reinterpretacién del ser social de cada uno de sus componentes, a partir de las situaciones vividas. Ha de permitir vivir la democracia. Todo ello ha de favorecer el establecimiento de las relacio- nes humanas entre profesorado, alumnado y comunidad, y hha de crear en la escuela espacios adecuados de convivencia, ofreciendo una accién tutorial compartida y potenciando ex- periencias de ensefianza-aprendizaje vitales. Hay que anali- zar ese cruzamiento de culturas que tenemos en la educacién practica con los alumnos: unas a favor de unos indicadores de vida construida en la multiculturalidad y otras con una gran presién externa, de indicadores por la competitividad y la in- tolerancia; hay que ver la educacién como la posibilidad de que todos trabajen segiin sus necesidades y sogtin sus posibill dades desarrollando trabajos abiertos que generen autoestima y permitan compartir principios democréticos. Decfamos anteriormente que no deberfamos ver la multi- culturalidad como una técnica pedagégica o una cuestién me- ramente metodolégica, sino como una opcién social, cultural, 6tica, ideolégica y politica que han de asumir los equipos do- centes. Estos tienen que decidir y concretar qué aspectos de la multiculturalidad cabe atender; cémo actuar delante de ella; con qué recursos, cuando y hasta cuando lo han de hacer; qué limites existen... Y lo han de explicar en sus proyectos educati vos y curriculares, La escuela deberd marcar los limites, tenien- do muy claro qué tipo de situaciones y problemas debe asumir, y cual debe de ser la colaboracién con los especialistas. No bas- ta con cambiar a las personas para cambiar la educacién y sus consecuencias, sino que hemos de cambiar a las personas y los contextos educativos y sociales. Incidiendo en las personas y en a3 cat OE CA ENSERANZA YFORNACION DEL PROFESORADO los contextos cambiaremos Ja educacién; entonces empezare- mos a cambiar muchas cosas, entre ellas a ver y a hacer ver a la humanidad cémo es: un conglomerado de diferencias, culturas, religiones, conocimientos, capacidades, ritmos de aprendizaje, etnias... que nos permite denominarnos seres humanos. En definitiva, el desarrollo de la multiculturalidad no debe ser un resultado acabado, sino un proceso de construccién de conocimiento compartido entre profesorado, alumnado y co- munidad para construir un proyecto educativo; debe ser una herramienta para la revisién de la teorfa y para la transforma- cin de la practica educativa. El andlisis critico de la realidad es un primer paso para entrever las contradicciones que se ha- lan entre la realidad social y los valores de una educacién ala medida de la persona. La multiculturalidad debe apostar por introducir el anélisis y la denuncia de estas contradicciones y establecer los caminos para un trabajo transformador, para no caer en pricticas «modernizadoras» que suelen ser igualmente reproductoras. Esto implica también no reducir la multicultura- lidad a la mera intervenci6n técnica educativa de todo revuelto, sino salir de las paredes de las aulas e instituciones educati- vas para colaborar 0 asumir protagonismos en otras activida- des sociales, Una educacién en la multiculturalidad debe ser aquella en la que se produzca intercambio, ya que solo en este intercambio se puede producir un cierto enriquecimiento y, en consonancia, un crecimiento personal, aprender tanto como se pueda a partir de aquello que ya se sabe. Pero también se ha deentender la multiculturalidad como ese proceso nunca aca~ bado de aprender a ensefiar a aprender. No hay procesos idea- les para siempre, y la diversidad cultural en el proceso educa- tivo no debe ser un elemento segregador o diferenciador, sino un elemento enriquecedor, integrador y articulador. O sea, solo cabe caminar hacia la inclusién cultural pluralista.® 431, «Bl pluralismo cultural, come ideologfa y como politi la dofensa de todas y cada una de las culturas, st preservacin allé donde estén los grupos culturales que las sustentan. La afirmacién de la fgualdad de valor de toda cultura se traduce en la conviccién de que la existencia de cada cultura solo puede asegurarse ratificando sus diferencias y particularidades con respecto a las demds. Es una légica reaccién frente al asimilacionismo uniformader, que confunde la igualdad educativa con la homogensizacién cultural» (Sales, A. y Garcfa, R., 1997, pg. 65). 24 CAPITULO 4 La calidad educativa no solo est@ en la escuela La educacién ha de servir para consolidar la democracia de los pueblos, y para ello debe favorecer un proceso democratico en sus ensefianzas. Hoy en dia queda mucho por hacer: hay que vencer las grandes desigualdades, aumentar las expectati- vas de muchos niios y adultos. La educacién ha de llegar a ser un derecho de todos y no de los privilegiados del planeta. La educacién es patrimonio de la humanidad; y todos, sin excep- cién, tienen y deben tener derecho a ella. Los acontecimientos sociales del final del iiltimo cuarto del siglo pasado llevaron a la escuela, como institucién edu- cativa, a una crisis de identidad, en el sentido de encontrar el nuevo papel que se la iba asignando, Si la escuela sufte una crisis, los profesionales que trabajan en ella la comparten y la padecen. Por eso encontramos todavia muchos maestros y maestras desorientados sobre su papel en la educacién de la poblacién. Como hemos ido repitiendo a lo largo de este libro —es un tema recurrente en él—, la escuela ya no es la que era hace atios (y no puede serlo) ni el profesorado tiene el mis- mo papel. Sus funciones han cambiado, como siempre han ido cambiando con el paso del tiempo; por lo tanto, el profesorado tiene que cambiar su forma de trabajar en el centro y en las, aulas. Y uno de los motivos de la crisis es que la escuela ha- bia perdido su «autoridad educativay. Ya no es posible educar a nifios, nifias y adolescentes en las escuelas, 0, mejor dicho, solo en las escuelas. El contexto se ha hecho mas vigoroso; no es coherente con la educacién que se pretende ensefiar en las 85 {CALIDAD DE LAENGERANZA Y FORMIACION DEL FROFESORADO escuelas, sino que la sociedad ha tomado diversos rumbos, no coincidentes en muchos casos. Por esta razén aumenta la ex- clusién social, el abandono y el absentismo escolar. Todo eso, y mucho més, provoca la biisqueda de alternati- vas ala escolarizacién democrética de toda la poblacién, y sin excluir a nadie. La escuela, tal y como la conocemos, creada en la modernidad del siglo xvm, consolidada en sus funciones de educacién de la ciudadania en el siglo xrx y renovada por los movimientos de escuela nueva durante el siglo xx, inten- ta educar a nifios del siglo xxi con maestros formados en pro- cedimientos educativos del siglo xx. No es nada extrafio que desde los movimientos mas inquietos en pro y desde la lucha por una mejor educacién de la infancia se busquen alternati- vas de cambio. Una de las posibles alternativas que ha surgido en Ics tiltimos aos es convertir la escuela en una comunidad de aprendizaje que, en términos amplios, viene a decir que se ha de contar con la comunidad que envuelve al educando —o sea, que la escuela se muestra impotente para educar ella sola a todos los nifios en una sociedad democratica—, necesita la intervenci6n, de pleno derecho, de todas las instancias de socializacién que intervienen en la educacién de los nifios en un determinado contexto (familia, asociaciones, empresas, or- ganismos oficiales, voluntarios, administraciones. altemativa para que todo el mundo logre los aprendizajes que le permitan desarrollarse en la sociedad del futuro, evitar el fracaso escolar, la desigualdad de aprendizajes y la exclusin social de muchos nifios y nifias. Y eso es perentorio en las es- cuelas: e1 medio social que las envuelve es un contexto de fra- gilidad hacia la exclusién social. Guando se habla de comunidad de aprendizaje —aunque es preferible que no haya solo un modelo, ya que no es una metodologia, sino un proceso de cambio escolar— coinci mos en que transformar o pensar la escuela como comu dad de aprendizaje es convertirla en un verdadero agente de transformacién social (la escuela es una de las principales instituciones culturales del territorio), al conseguir un mayor aprendizaje del alumnado potenciando su autoestima (y, por ‘32, También se habla de ecologfa del aprendizaje. 26 supuesto, la del profesorado) y permitir que se adquieran unos conocimientos y habilidades durante su escolarizacién que les proporcione una igualdad de oportunidades respecto al resto de alumnos escolarizados en condiciones mas favorables. A partir de aqui se plantea una escuela donde la participacién, la cooperacién y la solidaridad entre todos forman la comuni dad educativa con el objetivo de mejorar la educacién de ni fios, nifias 0 adolescentes. No solo se aprende en la escuela, sino en todo el contexto que envuelve a la escuela y que influ- ye en la infancia y adolescencia. El contexto es necesario, pero también la escuela deberfa convertirse en una comunidad de practica entre los profe- sionales que trabajan en ella para intercambiarse problemas, proyectos, ideas, desengaiios, éxitos, etc., asi como en una co- munidad de practica formativa cuando todos conjuntamente elaboran y trabajan proyectos de formaci6n. Eso diferenciarfa Jas reuniones burocraticas de las reuniones de trabajo. Lo tra- tamos més adelante en un capitulo especifico. 44. El necesario cambio en Ia organizacion de la escuela ‘Transformar una escuela en una comunidad de aprendizaje,” de practica y formativa comporta un importante cambio en las relaciones de poder en la misma. Es imprescindible el cambio de la organizacién de la escuela, puesto que est supeditada a los objetivos y a las tareas propuestas por todos. A partir de este momento, la organizacin esta supeditada a las priorida- des definidas por la comunidad, aunque, segtin mi punto de vista, el peso mas importante lo debe tener el profesorado, El edificio escolar como estructura arquitecténica y la for- ma de organizarse dentro de é1 corresponden, actualmente, a una escuela del pasado, de la industrializacién, pensada para enseiiar a nifios y el trabzjo del profesorado de otras épocas. El muevo proyecto educative comunitario necesita una or- 83, Ver: AA. VV. (2006). Transformando la escuela: las comunidades de aprendizaje. Barcelona: Gra6/Laboratorio Educativo. a7 ‘ALDAD DE LA ENSERANZA ¥FORMACION DEL PROFESORADO ganizaciOn diferente que busque formulas alternativas en la organizacién escolar tradicional. Es necesaria una organiza- cién escolar no estética y participativa que posibilite un mejor aprendizaje; romper el aislamiento del profesorado, la estruc- tura de aulas cerradas y que el liderazgo escolar sea compar- tido. Ello comporta posibilitar un nuevo papel del consejo escolar, del equipo directivo (es muy importante, puesto que facilita las reuniones, ofrece informacién, posibilita la comu- nicacién, valora el trabajo, delega funciones y tiene un papel clave en el desarrollo de la comunidad, sobre todo como esti- mulador y dinamizador de las medidas de transformacién que se emprenden) y un nuevo papel de las personas de dentro y fuera de la escuela que participan en todo tipo de trabajo de la instituci6n. La organizacién escolar ayudaré a que se definan las fun- ciones de todos los que participan en la educacién y a que sir- van como instrumentos de participacién de todos los miem- bros de la comunidad. Si el cambio pretende tener éxito, los individuos y los grupos de- ben encontrar el significado tanto de lo que se va a cambiar como del modo de hacerlo. Sin embargo, es dificil resolver el problema del significado cuando afecta a un gran mimero de personas... Te- nemos que saber cémo es el cambio desde el punto de vista del profesor individual, el estudiante, los padres y la administra- cién si queremos entender las acciones y las reacciones de cada uno; y comprender en su totalidad toda la escena, debemos com- binar el conocimiento conjunto de todas estas situaciones indi- viduales con el entendimiento de factores organizativos e inter- organizativos que influyen en el proceso de cambio, tales como los departamentos de gobierno, las agencias intermedias, las uni- versidades, las federaciones de profesores, los sistemas escolares y la interaccién de los centros. (Fullan, 1982, IX) El cambio en la organizacién comporta la organizacién de comisiones de trabajo, la organizacién de todo el personal que participa, la optimizacién de recursos, la delegacién de res- ponsabilidades y el aumento de los servicios del centro y la or- ganizacién del aula, porque la experiencia plantea una nueva ae configuracién de los grupos, horarios, entrada, salida, patios, comedor, biblioteca, espacios..., una optimizacién real del es- pacio escolar y del tiempo de actividades del alumnado, una metodologia basada en los agrupamientos flexibles y el apren- dizaje cooperativo. 422. Algunos puntos de vista en las comunidades de aprendizaje Desde el punto de vista social, la comunidad es una pro- puesta orientada a la construccién de escenarios educativos innovadores dentro y fuera de la escuela, mediante la par- ticipacién de varios agentes sociales™ que conforman la co- munidad: el alumnado, los equipos docentes, las familias, la comunidad local, etc. Gada uno de estos agentes aporta ele- mentos valiosos al programa que contribuyen a que este per- dure a largo plazo. Sinopsis: Daniel Lefebre, de 40 afios, dirige una escuela infantil en un barrio margi- nal de Hernaing, poblacién minera del norte de Francia, En el pequetio pueblo, el 30% de la poblacién esté en paro a causa de la crisis de la mi- nerfa, Un dia, la madre de una de las alumnas llega borracha a la escuela, sufre un colapso y dejé alli a su bebé y a su hija de cinco afios. El profesor decide tomar cartas en el asunto y so- licita la ayuda de le comunidad y de los padres de sus alumnos. La comu- J nidad salvaré la escuela. 34, Véase la pelicula del director Tabernier Hoy empieza todo, una de las experiencias actuales de comunidades de aprendizaj, co CAUDAD DE LA ENSERANZAY FORMACIN Dek PnOFESORADO Desde el punto de vista escolar, la comunidad persigue, de manera central, desarrollar habilidades socio afectivas, cognoscitivas y psicolingiifsticas en el alumnado a través de su participacién activa en comunidades educativas, cuyos miembros realizan actividades enmarcadas en un ambiente de aprendizaje. Este proceso ofrece amplias oportunidades cot dianas pare la interaccién social, la comunicacién oral y esc tay la préctica en la solucién de problemas de diversa indole. ‘Aprender con todo el contexto es una posible alternativa a la institucién escolar que pretende un mejor y mayor apren- dizaje del alumnado. Hay que evitar a toda costa que en una sociedad democrética muchos nifios y nifias queden excluidos socialmente. 50 SEGUNDA PARTE El profesorado y su formacion como herramientas imprescindibles de la calidad educativa. Caminando hacia el futuro SEGUNDA PARTE CAPITULO 5 La profesiOn docente desde el punto de vista internacional. El caso de Europa Desde el afio 2000 se han ido genarando nuevos estudios e in- formes sobre la profesién docent2 en Europa. En este mismo afio se creé un comité mixto: OIT/UNESCO, que realizé un informe sobre la situacién del personal docente.2* Posterior- mente se han realizado otros estudios e informes. Destacamos los realizados por Eurydice en 2002" y en 2003 y 2004 sobre la profesién docente en Europa” el realizado por la OCDE en 2004 también sobre la cuestidn del profesorado: atraer, capaci- tar y conservar a profesores eficientes.”* ,A qué es debido tanto estudio e informe internacional sobre la profesién docente? Hay multitud de razones que lo justifican, y aparecen en todos los informes. Se argumenta, entre las cuestiones més importantes, que la profesién docente ha adquirido una gran complejidad en esta sociedad del conocimiento, que ha aumen- 385. Comité mixto OIT/UNESCO sobrela aplicacién de la Recomendacién rolativa ala situacién del personal docente. Séptima reunién, Ginebra, 11-15, de septiembre de 2000. Informe OIT, Ginedra, UNESCO-Paris, 36, Burydice (2001). The Teaching profesion in Europe, Bruselas. En: wwweurydice.org. 37. Eurydice (2004), La profesién docente en Buropa: Perfil, tendencias y problemdtica. informe I: Oferta y demanda, Educacion Secundaria Inferior General. Madrid, Secretarfa General Técnica, CIDE. Burydice (2003). La profesién docente en Europa: Perfil, tandencias y pro- blematica, Informe Ill: Condiciones laboroles y salarios. Edueacién Secunda- 1a Inferior General, Madeid, Secretaria Generul Técivu, CIDE. 38. OECD (2004). La cuestién del profesorado: atraer, capacitar y con- servar a profesores eficientes. Resumen en espafiol, En: www.oecd.orgida- tavecd/38/36/34901371.pdf, 93, [cALDAD DE LA ENSEANZAY FORMACION DEL PROFESORADO tado la diversidad de sus usuarios, que es elemento fundamen- tal para promover la tolerancia, la solidaridad y la cohesion social, que la tecnologia apremia en este mundo cambiante, que hay més problemas de aprendizaje y disciplina, de hete- rogeneidad; que en muchos pafses se ha escolarizado a toda la poblacién en los iiltimos afios a través de una ensefianza masiva y ahora toca hacer un mayor énfasis en la calidad, y que han de cambiar las formas de evaluacién de los aprendi- zajes. Subyace, tras todo este argumentario, un concepto de deterioro de las condiciones de la ensefianza y el aprendizaje que supone un entorno poco atractivo para el profesorado. En resumen, estos serian los retos o las cuestiones fundamentales que aparecen en la justificacién de tanta inversi6n a la hora de analizar qué es lo que sucede en la profesién de enseftar. ‘Sin embargo —y es importante detenerse aquf—, en los do- cumentos aparece una tendencia a no ver al profesorado como artifice tinico de la calidad educativa, sino que también se otorga importancia al entorno en que trabajan. Es interesan- te resaltar esta cuestién, ya que desde hace tiempo hemos ido valorando (por la experiencia y las investigaciones) que para cambiar la educacién no solo es necesario cambiar al profe- sorado (impartiendo més formacién, por ejemplo, que es el instrumento més utilizado para este cambio), sino potenciar también el cambio en los contextos donde el profesorado de- sarrolla su cometido: las escuelas, las normativas, el apoyo co- munitario, los procesos de decisién, la comunicacién, etc. Pero detrés de estas argumentaciones, que pueden cons derarse elementales para todo aquel que estudia la profesion docente o trabaja en ella, hay otras de cardcter més politico que desencadenan alertas en los sistemas educativo: * una carrera poco atractiva, con un aumento de feminiza- cién sin que la igualdad de oportunidades esté garantizada en materia de promocién; * una disminucién de los salarios de los docentes, aunque parezca una paradoja, ya que han disminuido en la mayo- tia de los paises (esto hace referencia, subre todo, a Europa, puesto que en los paises en desarrollo es ya endémico que Jos salarios sean de penuria y miseria, y en ellos se da légi- camente una mayor conflictividad laboral debido al salario, las condiciones de trabajo y los recursos de las escuslas); Ja escasez de las instalaciones y de los equipos, que no evo- lucionan al mismo ritmo que los sectores més dinémicos de la sociedad. A todo ello hay que aitadir el desgaste del profesorado, el aumento de su carga de trabajo, o sea, una mayor intensifi- cacién, con la pérdida de calidad y eficacia en el desempefio profesional que lleva a una gran insatisfaccién laboral y que provoca un aumento del estrés y bajas por enfermedad. Un estudio de la OCDE de 1990 ya utiliza el término «grisé- ceo» para referirse a la profesién docente.” Y la Comisiéa Euro- pea decfa en 1995 que «la profesién docente en la Unién Europea se caracteriza por una tendencia continua al envejecimiento». Este aspecto complica més la situacién de los docentes, aunque beneficia a sus salarios, ya que aumentan en funcién de los afios de servicio (un problema presupuestario, pero un beneficio para el docente) y establece un desequilibrio entre la oferta y la de- manda en la profesin. . También se habla de la formacién y aparece el mal endémi- co de la profesién: el tener actualmente competencias y sabe- res inadecuados, o lagunas «cualitativas», para dar respuesta a la educacién presente y del futuro. Pero ademés, y aunque parezca mentira, no existe mucha preocupacion sobre este tema en los gobiernos: «numerosos paises carecen de progra- mas sistémicos de integracién de profesores principiantes»,* Los informes tratan sobre diversos paises, y, aunque sean cercanos, hay que tener en cuenta las diferencias histéricas de estructuras politicas, econémicas y educativas, e inchiso de su 2 Q9 00 Te hy, CoP 2 snes van comes ‘Skills (pg. 211). Parts: OECD, s om ae @ cy CAUDAD DE LA ENSERANZA Y FRMAGION DEL PROFESORADO costumbres sociales. Aun asi, todos los informes alardean de optimismo y retinen fuerzas positivas para instar a cambiar politicas docentes. 5A. Aspectos generales Si analizamos detenidamente algunos de los informes més importantes institucionalmente y que abarcan un mayor nui- mero de paises, encontramos muchas similitudes y algunas diferencias. Veamos cudles son las mas destacadas. 5.11. La docencia como carrera atractiva En todos los informes aparece la preocupacién internacional so- bre la escasez de profesores debido a que resulta una profesién poco atractiva. Destacan los Pafses Bajos y la comunidad fla- menca de Bélgica y Suecia como pafses donde hay una escasez mayor de profesorado. Otros paises padecen también, aunque en menor grado, esta escasez docente. En Europa es una gran preocupacién. De todos modos, no es el caso de nuestro contex- to, ya que tenemos un excedente de profesores no ejercientes y en expectativa de trabajo (y con la crisis, atin muchos més). 512. Politicas sobre el profesorado Segiin mi criterio, este es actualmente uno de los aspectos mds importantes, aunque los informes lo consideren como un aspecto que abordar posteriormente a la solucién de otras problematicas, mientras se centran més en la participacién del profesorado en los centros. Sin embargo, que los profeso- res participen en las politicas educativas, que se creen redes de aprendizaje eatre ellos, que se aumente el gasto ptblico en educacién (hay una tendencia a disminuirlo en todos los, pafses) y que se revise profundamente el conocimiento acadé- mico y préctico que deben poser son temas fundamentales desde mi punto de vista y que podrfan solventar muchos de los problemas que aparecen hoy en la profesién docente y en su relacién con los sistemas educativos. % 513. Formacion permanente del profesorado A pesar de los avances en las politicas y précticas de forma- cin permanente del profesorado, siempre ha sido una piedra angular en la profesién. Se pas6 de nada ¢ multitud de cursos, diversidad de ofertas, de actividades, etc; y ahora se necesita una pausada reflexién para enfocar las nuevas capacitaciones docentes y destacar entre ellas las habilidades interpersona- les, relacionales y comunicativas, entendidas como la facultad de que los participantes en la interaccién sean capaces de dar razén de sus actos y orientarse por pretensiones de validez, encauzadas a sor intersubjetivamente reconocidas (Haber- ‘mas 1989, pég. 373), lo que nos permite introducir la reflexion como caracterfstica de toda accién humana. Parece que nues- tros problemas son los comunes: flexibilizar y adaptar la for- macién al profesorado (y no tinicamente a las necesidades del sistema, como se acostumbra a hacer, sin tener en cuen- ta las necesidades précticas y contextuales de los docentes), que hace afios se reivindica y que ha generado experiencias y modalidades interesantes (formacién en los centros, asesora- miento a centros, descentralizacién, proyectos de centro, etc), yallas tematicas necesarias (nuevas tecnologias, resolucién de conflictos, multiculturalidad, necesidades educativas, etc.), Ya hace tiempo, un informe de Eurydice decfa que la formacién permanente del profesorado esta relacionada con el trabajo do- cente y tiene un impacto innegable en la calidad de la ense- fianza que el profesorado ofrece al alumnado.* Por ahi no se va mal encaminado, Pero lo que realmente hay que solucionar es la instauracién de una carrera docente, con una formacién y un desarrollo profesional a lo largo de toda la vida profe- sional, y un verdadero proceso de evaluacién de la formacién ‘como impacto en el desarrollo profesional y en la innovacién en los centros. Este tema esté pendiente, aunque figure en las, actuales buenas voluntades politicas. 42. Eurydice (2001). The Teaching profesién in Europe. Bruselas, Eni wwweurydice.org. ” [AUDAD DE LA EISERANZA ¥FORMACION DEL PROFESORADD 514, Seleccionar al profesorado En este apartado no hay consenso entre los diferentes paises. En los informes no se menciona que es consecuencia de las diversas opciones de contratacién: laboral (basado en el pues- to ya sea por una autoridad intermedia normalmente local 0 el propio centro educativo) 0 funcionarial (basado en la ca- rrera), como en Espafia, El modelo funcionarial (existente, por ejemplo, en Espafia, Italia, Portugal, Francia o Japén) con con- curso oposicién anterior a Ja entrada en la formacién inicial {como Francia o Lituania) o posterior (como Espaiia) permite que ciertas politicas sean de mas dificil aplicacién en una so- ciedad donde el empleo es precario y no seguro —o al menos, muy cambiante—, ya que existen problemas de adecuacién a las necesidades reales, de incentivos profesionales y se tienen que adaptar a normas funcionariales. Pero también posee sus ventajas: mayor exigencia en criterios de admisi6n, plantilla més estable o movilidad util, mayor autonomfa en el trabajo, profesién més unida a un sistema de grados que de puesto de trabajo, etc. Aunque estoy de acuerdo en la conclusién, que se encuentra en todos los informes, de que hemos de mejorar los criterios para la seleccién del profesorado, sobre todo de entra- da ala universidad. En el modelo funcionarial* de nuestro pafs habrfa que ana- lizar bien el sistema de seleccién de entrada y —creo que es lo més importante— desarrollar su autonom{a en los centros, pero no como se entiende en muchos pafses en los que se li- mita a una autonomia en la gestidn del personal, sino en una verdadera autonomfa en la gestién educativa. El informe de la Organizacién para la Cooperacién y el Desarrollo Econémico (OCDE) de marzo de 2012 cuestiona que el actual modelo de 43. «Distintos autores e informes de la OCDE se han posicionado sobre los efectos de un modelo funcionarial basado en la carrera y un modelo contrac- tual, centrado en el puesto de trabajo. Casi siempre marcando los pros y con~ tras de unos y otros. Entre los contras del modelo funcionarial han destacado laescasa motivacién para mejorar y para atender a las necesidades locales asi ‘como el escaso atractivo para el profesorado que descubre su desinterés por la doceneia, Lo dicho no hace bueno el modelo contractual frente al funciona rial», Begofia Zamora, Voces y miradas de! y sobre el profesorado. RASE, vol. 4,283, pags. 336-368. 98 yr | | educacién publica espafiola y la rigidez del sistema de acce- so funcionarial a la docencia sea el més idéneo para que los alumnos consigan unos resultados académicos éptimos. Este es uno de los aspectos donde existen mayores diferencias en- tre nuestro pats y otros paises europeos: en nuestro sistema, basado en la carrera profesional, no faltan profesores y profe- soras, mientras que los paises que tienen un sistema tasado en el puesto, como Canadé, Suiza, Suecia, Reino Unido, tienen problemas para contratar a profesores y profesoras de mate- miticas, ciencias y tecnologia de la informacién. En nuestro pais, por el contrario, se presenta un ntimero de candidatos mucho mayor que el volumen de plazas que el sistema saca a concurso oposicién, y eso a pesar de la evolucién demogrifica decreciente de la poblacién. 515. La eficiencia del profesorado Coincido plenamente con los informes en que hay que crear un modelo de evaluacién del desemperio docente. El mode’o que anteriormente explicitamos, el funcionarial, necesita, més que otros modelos que utilizan formas de empleo flexibles, control en la ejecucién del trabajo. Estamos de acuerdo en que hay que reaccionar ante los profesores ineficaces, brindar apoyo al pro- fesorado principiante y dejar autonomia al profesorado y la co- munidad (aunque en los informes no se hable de ella espectffi- camente) y en que hay que dotar al centro de mayor flexibilidad horaria, con condiciones laborales también més flexibles. En este punto, se vuelve a insistir en uno de los temas més controvertidos en educacién: la eleccién de cargos y la ges- tién educativa. Los informes abogan por un mejoramiento del acceso a cargos directivos o de responsabilidad en la gestion educativa, tema que ya empieza a plantearse. 5.2. Aspectos de politica especifica Podemos comprobar que existen politicas comunes entre los diversos paises. Todos coinciden en dar prioridad a la calidad en lugar de a la cantidad y en asegurar que ello no es fécil ” [ALDAD DE LA ENSENANZA ¥ FORMACION DEL PROFESORADO porque la docencia es un trabajo exigente —es interesante el acuerdo undnime en que esta valoracién no se corresponde con cierta imagen social y decisiones politicas. yPero cOmo aumentar la calidad de los docentes? Se con- cuerda que se conseguiré una mayor calidad educativa esta- bleciendo mejores criterios de seleccién tanto en la entrada en los estudios como en el puesto de trabajo, introduciendo una evaluacién a lo largo de la carrera docente y apoyando al profesorado con mayores recursos. En resumen, cabe poner empefio en las recompensas extrinsecas, ya que la mayorfa de docentes estén motivados por las recompensas més intrinse- cas, como su trabajo con nifios y su contribucién social. Como se ve en todos los informes, y desde hace tiempo, la profesién docante se nutre todavia de un cierto altruismo social. Otro de los aspectos es que se necesita una profesién con un nuevo perfil competencial que asuma los retos de la ense- fianza y del aprendizaje actual y de futuro. Se coincide en que hay que dotar al profesorado de mayores competencias peda- g6gicas, capacidad de trabajar con los compaiieros, y dotar de mayor responsabilidad a las escuelas con una mayor descentra- lizacién de la gestion del personal (aunque en algunos paises se interpreta como sinénimo del reparto de recursos reducidos y de mas responsabilidades entre los distintos actores). Son tres de los elementos comunes en la mayorfa de paises. Esto ultimo, que ya cuenta con alguna experiencia en nuestro pais, es inte- resante y necesario de cara a consolidar equipos de trabajo esta- bles y beneficia a las poblaciones desfavorecidas, donde cuesta més trabajo que el profesorado sea destinado y permanezca en su luger de trabajo durante un tiempo necesario para consoli- dar un equipo docente y un proyecto de centro. Se vuelve a insistir también en un aspecto que ya hace tiempo que es motivo de preocupacién en la formacién per- manente de los docentes y su desarrollo profesional; me refie- ro ala atencién del profesorado novel en su incorporacién a la docencia. Deberfa realizarse un curso de introduccién a la docencia en las escuelas que ayudara a una induccién profe- sional en la innovacién (y en la revisién de practicas laborales obsoletas), que se supone que redundaré en un desarrollo pro- fesional constante y dinémico del profesorado. 100 a Secunon pane Se considera profesorado novel al que tiene menos de cinco afios de ejercicio profesional; sus probleméticas son conocidas hace tiempo por la cantidad ingente de investigaciones reali- zadas sobre ellos y ellas. Segiin diversas investigaciones sobre Ja problemética que afecta al nuevo profesor, se disefia su la- bor a partir de los posibles errores cometidos en los primeros momentos de su profesién docente y de la reflexién sobre los aciertos en su actividad cotidiana. Los problemas més usuales con que se encuentra el profesorado novel en la actividad do- cente son (en orden de impertancia): 1, Mantener la disciplina en el aula. ‘Tratar diferencias individuales en el aula, Trabajar con insuficiente material didactico, La motivacién de los alumnos para el aprendizaje. Cémo enfocar el trato con los padres. La elaboracién de una programacién para el dia, La evaluacién de los resultados del aprendizaje. El problema de horario adecuado a los tiempos escolares. Sxos ees Si tuviéramos que resumir en unas cuantas frases dénde radica la mayor preocupacién internacional sobre la profesion docente, podrfamos mencionar los siguientes aspectos: ‘+ Estudiar las nuevas competencias que el profesorado ha de adquirir en la sociedad actual, Hacer més atractiva la profesi6n, en su entrada y desarro- lo, para reducir la escasoz del profesorado en muchos paf- ses (mejorar aspectos como el salario, la carga de trabajo, Ja seguridad laboral, la carrera, la imagen y el prestigio so- cial, etc). * Potenciar una institucién educativa mds auténoma, més responsable de su gestién pedagégica, organizativa y del personal. Son los tres vectores que cruzan los discursos de todas las. comisiones, de todas las investigaciones y de todo informe in- ternacional. 101 ‘AUoAD DE LA ENSERANZA ¥FORUACION DEL PROFESORADO CAPITULO 6 La profesion docente en 7 el contexto actual de la educacion mas alld de los informes En este capitulo ofreceré mi visién de la profesién docente al margen de los informes que he analizado en el capitulo ante- rior, aunque coincida en muchas de las teméticas desarrolla- das. Intentaré matizar su aplicaci6n en el contexto actual de la ensefianza. - El cambio es un fenémeno inherente a la persona como in- dividuo y a la sociedad como colectivo. Sin cambios no habria progreso. Cambios ha habido en todas las épocas, pero quizé la tltima generacién de maestros y maestras de todos los nive- les de la ensefianza, formados en otra época, en el siglo ante- rior, han vivido ese cambio mas intensamente (en algunos ca- sos, de manera traumética por su vertiginosidad), ya que, por Ja edad que tienen, por la sociedad en la que vivieron y como maestros y maestras en la cultura profesional docente adquiri- da, fueron educados y formados en una determinada forma de ver la realidad educativa y social y unas concretas orientacio- nes conceptuales e ideolégicas sobre la vida y la profesién de ensefiar. También esos cambios les han Ilevado en los tiltimos decenios a vivir situaciones profesionales muy diversas y qui- 26 més adecuadas a épocas anteriores, marcadas por cambios més lentos, mas dilatados en el tiempo, no tan vertiginosos como los actuales, producto de la transformacién social, edu- cativa, politica, econémica y cientifica de los iltimos decenios del siglo xx e inicios del siglo xx1. Fullan (2002) parte de que los procesos de cambio son muy comple- jos y que no puede haber un control total. Para él la propuesta de cambio pasa por ocho lecciones: 1. Lo importante no se puede imponer por mandato. 2, El cambio es un viaje, no un proyecto establecido. 8. Los problemas son nuestros amigos. 4. La visin y la planificacién ostratégica son posteriores. 5, El individualismo y el colectivismo deben tener un poder equitativo. 6. Nila centralizaci6n ni la descentralizacién funcionan. 7, Las conexiones con el entorno més amplio son esenciales para el éxito. 8, Todas las personas son agentes de cambio. El cambio sogiin Fullan (2002). Estos procesos de cambio, vividos a veces con una percep- cién de vertiginosidad, son elementos condicionantes de la for- ma de ejercer de maestro en un entorno sociopolitico y econé- mico de grandes transformaciones de las instituciones sociales y familiares, en relacién con los procesos y las finalidades edu- cativas, en una época de inicio de siglo x04 colmado de incer- tidumbres, de vigorosas mutaciones, de renovados discursos sobre la trascendencia de la educacién, pero leno de muchos simbolismos en las palabras y en las acciones y poca capacidad de incidir en la mejora de la ensefianza. En fin, un siglo de un gran desconcierto, como ha pasado en otras épocas. Dicen que del desconcierto, de la incertidumbre y de las crisis surgen las. nuevas propuestas. En nuestro caso estan por ver. Y no solo mantenemos la percepcién de que quienes diri- gen la educacién estén desorientados, sino que, debido a ellos y al entorno, las instituciones educativas también lo parecen, @ causa de las multiples consignas e informaciones que reci ben, del exceso de responsabilidad que se deposita on ellas y, finalmente, del andlisis critico del que son objeto por la obse- sién politica y mediética de los resultados obtenidos. Hay una obsesién por la medicién més que por la mejora social. Para tratar de explicar mis ideas sobre la necesidad de una nueva reprofesionalizacién* docente para una nueva educa- 44, En términos generales, la profesionalizacién en la docencia implica uuna referencia a la organizacién del trabajo dentro del sistema educative y a 103 [ALDAD OFLA ENSERANZA ¥FORMACON DEL PROFESORADO| cién del presente y del futuro, necesito, en primer lugar, situar el marco referencial de ese contexto educativo, es decir, bus- car por qué es necesaria esa nueva profesionalizacién del pro- fesorado y por qué hablamos de que existe la necesidad de ha- cer una nueva educacién que tenga como consecuencia, entre muchas otras cosas, cambiar la gramética (no la ret6rica, que ya es suficiente) del sistema educativo, las formas de hacer y irabajar en la escuela y la posibilidad de un cambio suficiente- mente radical en el modo de ver la profesién docente en todas las etapas educativas para una mejor educacién del futuro. Es la buisqueda del porqué para intentar realizar un andlisis inci- piente del futuro, partiendo del presente y del actual contexto, de la realidad de la institucién educativa y de la situacién de la profesién docente. 61. La profesion docente del presente al futuro jProfesién? Una profesién es una actividad especializada del ‘trabajo. El concepto de profesién ha evolucionado a través del tiempo. Los antecedentes sobre el origen de este concepto se encuentran en antiguos textos hebreos en donde se sefiala que esta palabra era usada con relacién a funciones sacerdotales, los negocios en servicio del rey o de un funcionario real, pues- to que el vocablo significa mandar o enviar, lo que representa- ba realizar una misién. Sin embargo, el concepto en el sentido actual no puede remontarse mas alla de la época preindustrial, puesto que es producto de la industrializacién y de la divisién del trabajo. Se establecfa una profesién cuando existia un cuer- po especffico de conocimientos para actuar en una realidad social organizada, y la profesién es una forma especial de or- ganizacién ocupacional basada en un cuerpo de conocimien- to sistemético adquirido a través de una formacién especifica. Pero actualmente, aunque la profesién se base en conocimien- Ja dindmica externa del mercado de trabajo. Por tanto, ser un profesional 0 una profesiona! implica dominar capacidades y habilidades especializadas {que nos hacen ser competentes en un trabajo determinado y que, ademés, nos lunen a un grup profesional. 104 tos especializados y técnicos, es también un fenémeno socio- cultural en el cual intervienen un conjunto de conocimientos y habilidades, tradiciones, costumbres y précticas que dependen del contexto econémico, social y cultural en el que surge y se desarrolla. Por tanto, el concepto de profesién ya no es tan res- tringido, sino que se amplia considerablemente.* En principio, he de decir que intentar predecir el futuro nos obliga a efectuar un acto de prospectiva siempre arries- gado, un esfuerzo de imaginacién no exento de posibles y grandes equivocaciones generadas, en primer lugar, por la in- terpretacién que yo haga de los indicadores que estan a mi al- cance; en segundo lugar, por la manera subjetiva de percibir la actualidad que logicamente tengo y, en tercer lugar, porque tinicamente me puedo arriesgar a intentar prever el futuro in- mediato, el que parece més previsible, y ser incapaz de ver més all para no caer en la ciencia ficcién o en la ucronfa."* Es més dificil atin cuando el ejercicio de cariz «profético» tiene lugar sobre un futuro marcado por ese cambio vertiginoso del que hablabamos anteriormente, que desborda toda prediccién, y por la incertidumbre del mundo en el que nos ha tocado vi- vir donde lo que hoy consideramos «verdad» se pone en duda solo instantes después. As{ pues, es desde ese riesgo, esa in- certidumbre y esa duda desde donde planteo un posible ané- lisis sobre cémo podria, deberia o podria ser el futuro de la profesién docente. Tal vez no tinicamente me repita volviendo a decir lo que han dicho otros —si es interesante lo dicho, no tendrfa im- portancia—, sino que me repito a m{ mismo que quizé en los uiltimos afios ya se haya dicho todo lo importante, 0 casi todo, 45. Algunas ideas han surgido de: btp/chnsourblogspot.com/2007/07 qu-esunaprofesin tml (consultadoen dienbre de 2000. “6. Une uetonia es una especulacin coherente a partir de un cambio on Jahistoria paca para cre una fealidad alternative, Fus ecuador Brimora voz po el solo francés Renouvier y vendrfa' so sa utopa en Al tompo> La cronia transcurre on un presente alternative, y suslevomer Como punto de partida un acontecimientohiteico significative yrelevante (denominade «panto Jonbars) para espevula acorea fo lg poses conse cunclas do un osultado diferente que habria alterado deforma notable tos tcontotelontos histércos siguiontes, Por este motive son muy sugerentes par los excites do cionca fcc 105 {ALDAD OF LA ENSENANZAY FORMACION DEL norEsoRADO e incluso de una manera reiterada como una noria, Seguro que atin se ha de decir mucho mas. Y cuando miro qué se ha dicho observo que se han remarcado los aspectos més tedricos (ten- dencia usual en la educacién cuando hablan los que no traba- jan en la préctica) y se han dado pocas soluciones a la préctica de la profesién docente y a su situacién en las instituciones educativas. Serén otros quienes deberén buscar esas nuevas palabras y alternativas. Cuando se vive el presente, uno no es tan consciente de lo que pasa fuera de sf mismo, ya que esté inmerso en él y en Jo que le pasa dentro de sf mismo; es la vivencia del momento. Quizé dentro de unos afios, cuando se pueda hacer una retros- pectiva hist6rica de lo que ha sido esta época de las primeras décadas del siglo xxi, se vea con mayor nitidez y precisién lo que ocurrié (como cuando una persona mira hacia atrés, ana- liza su pasado y cémo fue ese trénsito, ese andar por el cami- no). Pero volviendo a la profesién encontramos que, situados en la realidad actual, el discurso sobre la profesién docente se muestra borroso y complejo. Por eso, desde esta panorémica y desde esta forma de organizar las ideas me introduzco en el tema; he de ver si soy capaz de encontrar alternativas de me- jora 0 cambio. Y si eso no fuera posible, he de analizar lo que est pasando y cudl deberfa ser el camino. Empiezo por una primera idea, una idea que siempre me ha preocupado en las escuelas. No conviene analizar la profesion docente de una manera aislada, hablando del maestro o de la maestra como individuo en su clase, en su escuela y con sus nifias y nifios, sino que hemos de situarlo en dos grandes mar- cos: uno mas externo y otro més interno, que son la referencia para establecer las nuevas consideraciones profesionales. Pa- semos a analizarlos con més detenimiento. En el marco externo encontramos que es sumamente dificil efectuar un andlisis y elaborar un discurso sobre la profesién docente sin debatir sobre la actualidad del concepto que hoy se tiene de profesi6n. Atin estamos en una época que considera la profesién docente como una semiprofesién o profesin restrin- gida, mas cercana a un oficio; se dice que atin no retine todas las caracteristicas que los tedricos de las profesiones conside- ran como rasgos profesionales. 106 Hargreaves (1996) nos dice que el profesionalismo docente ha te- nido cuatro edades, aunque se han ido solapando. Las cuatro eta- pas son: la edad preprofesional, la edad del profesional auténomo, la edad del profesional colegiado y la edad postprofesional. Carac- terizando la tltima como por el nuevo liderazgo del docente en las escuelas y comunidades, nuovas dreas de comunicacién con los padres y el fortalecimiento de las comunidades profesionales de docentes como estrategia para el mejoramiento del aprendizaje profesional contintio. Aunque cada vez menos sea un debate te6rico més socio- l6gico y académico que social y el concepto de profesién haya ido variando y ampliéndose en el iiltimo siglo con el naci- miento de nuevas profesiones, el concepto de semiprofesional © similar aplicado al docente perdura en el imaginario social permaneciendo esa percepcién de poco prestigio; es el ima- ginario social de ver la profesién de maestro como de tono «bajo» (por decir alguno que indica que existe una percepcién social y del profesorado de falta de consideracién social; no tanto de desprestigio, como dicen algunos). Mas yo considero que esa percepcidn es exagerada; la tienen maestros y maes- tras, y tengo la teoria de que, entre otros aspectos histéricos, siempre se ha pensado que ser maestro o maestra era facil comparado con otras profesiones. Esto cuesta cambiarlo. Actualmente considero al profesorado como un profesio- nal” del conocimiento més allé de un profesional de la en- sofianza (aunque siempre un trabajador de la ensefianza). Es cierto que ha habido una evolucién a los largo del siglo xx: Ja asuncién de estudios universitarios, como ha ocurrido con otras profesiones y con su misma duracién —que ha costado més de lo que deberfa haber costado—, la captacién de deter- minadas personas, el aumento de los rasgos que van caracte- 47. Cuando hablamos del docente o de la docente como profesional, nos referimos a una actividad laboral permanente, Por tanto, el profesor como profesional seré sinénimo de profesor trabajador (y trabajador del conoci- ‘miento). Un profesional que trabaja en un: id puiblica que emite jui- cios y que toma decisiones en circunstancias sociales, politicas y econémi- ‘cas. Un profesional que se enmarca en un contexto que le condiciona y que requiere una formacién especifica en diversas capacidades. ‘07 ‘CAUOAD CELA ENSERANZAY FORMACION EL PROFESORADO rizando las profesiones del siglo xx1, los cambios sociales res- pectoa la especializacién, etc. Todo ello ha ido cambiando las, consideraciones de las profesiones, y entre ellas, la docente. Pero atin queda mucho por avanzar en cuanto a mejorar el ac- ceso a la formaci6n inicial y a la profesién, la concepcién so- cial que lleva a tareas nuevas, la carrera docente como motiva- cién y desarrollo profesional, y sus consideraciones laborales. Creo que a lo largo del siglo xx1 sera decisivo para asumir ese papel profesional que merece la profesién docente. O esa es mi esperanza. ‘Tampoco podemos tratar el tema de la profesién docente sin considerar lo que sucede fuera de las aulas y de las insti- tuciones educativas, es decir, sin analizar los grandes cambios que se han producido en los tiltimos decenios en el conoci- miento cientifico, en la tecnologia, las estructuras familiares y otres instancias de socializacién primaria, en las asociacio- nes, las redes sociales, los movimientos a favor y en contra de la mundializacién y la globalizacién, en los flujos migratorios, el asentamiento de democracias con mayor 0 menor protago- nismo de los ciudadanos, el propio concepto de ciudadanfa, las polfticas de los diversos gobiernos, las nuevas sensibilida- des que se ocultaban o son negadas y, seguramente, en otros factores de cambio social, econémico, cultural, etc., que influ- yen, légicamente y de gran manera, en la profesién docente, porque que este no es tinicamente un trabajo educativo sino un trabajo social por excelencia, Y no es tan facil asumir esos cambios o prepararse para asumirlos constantemente; cambios que se dan en contextos multiculturales, multilingiies y multiétnicos, cambios episte- molégicos en diferentes ambitos de conocimiento, cambios de las formas de ensefiar y aprender, cambios tecnolégicos. Todo ello comporta una nueva socializacién profesional. Y para ello hay que reconstruir la formacién, las estructuras, los incen- tivos, las situaciones laborales, las nuevas profesiones educa- tivas, etc. Es posible que las nuevas generaciones estén mas acostumbradas a ello y no les suponge tanto problema como a las generaciones anteriores de profasores y profasoras. Tedo esto sin olvidar los nuevos papeles que se demandan a las instituciones educativas en las diversas etapas del sis- 108 SEGUNDA Pane tema educativo. La demanda actual también ha evolucionado respecto a la del pasado. E} cambio ocasionando en las ins- tancias usuales de socializacion (familia, barrio, comunidad, iglesia, asociaciones...); la eparicién de las tecnologfas de la informacién y la comunicacién con internet y las redes so- ciales han afectado a todo lo que estamos comentando, pero sobre todo a las funciones del sistema educativo, que ha ido asumiendo la transmisién de saberes nuevos sin saber cémo y, por otra parte, ha perdido el monopolio del saber del conoci- miento cientffico bésico, que era lo fundamental en una época determinada. Por tanto, ha habido una desconcentracién de los conocimientos en unas instituciones que los posefan y dis- tribufan. Actualmente, muchos saberes que eran patrimonio casi exclusivo de las escuelas o de cualquier institucién edu- cativa se pueden encontrar en diversos lugares (sobre todo en los grandes medios de comunicacién e informacién y a través de mtltiples canales cuyo referente es Internet y todo lo que la red posibilita). Aunque, por supuesto, siempre habré nuevos saberes y nuevas sensibilidades propias de la escuela que seré dificil distribuir por la red global (por ahora). Este nuevo pa- pel de qué ensefiar, cémo ensefiarlo, qué contenidos, qué cu- rriculum, etc., y la forma de organizarlo en las instituciones educativas provoca una gran inquietud en la profesién docen- te. Desde hace tiempo han ido apareciendo diversas peliculas donde se trata ese nuevo papel del profesorado tanto en las escuelas como en las aulas. Parece que, a principios del siglo xxi, el sistema educativo ya no es importante. La educacién sf, por supuesto, pero el sis- tema educativo es otra cosa, es ese tojido que garantiza la edu- cacién obligatoria y regula la oferta publica de ensefianzas. La educacién sigue siendo importante, como se comprueba en todo discurso politico institucional. También lo es desde el punto de vista social; basta con echar un vistazo a los anun- ios que ofrecen formacién continua, propuestas extraescola- res, aprendizaje informal, idiomas, etc. Que el sistema educative no sirve puede parecer una afir- macién demasiado atrovida, pero las evidencias estén patentes en las politicas educativas, como se desprende cuando ana- lizamos la capacidad de decision y el poder de las personas 109 [AUDAD BELA ENSEMANZ ¥FORMACION DEL PROFESORADO que ocupan los cargos politicos en educacién, y sobre todo, el escaso incremento del presupuesto destinado en los uiltimos ais al sistema educativo. En los discursos ya ni aparece esa frase feliz, y en otros tiempos recurrente, «invertir en el sis- tema educativo es invertir en el futuro». La teorfa del capital humano (la relacién entre educacién y redistribucién social o entre formacién de la fuerza de trabajo e ingresos) ya no se aplica al sistema educativo, aunque sf a otros sectores formati- vos ajenos a este. Quizé es que ya hemos alcanzado todos los objetivos posi- bles: todos los nifios y adolescentes escolarizados, una escuela piblica y privada (la mayorfa financiada con fondos puiblicos) que cubren la funcién que la sociedad les ha encargado, o sea, mantener a los nifios y adolescentes en las aulas y transmitir- les la cultura bésica. De la cultura especifica ya se encarga- 74 la educacién fuera de la escuela, Por supuesto, quien tenga més medios tendré mas oportunidades y quien tenga menos medios deberé conformarse con la escuela. Es una politica se- gregradora y selectiva. Nos viene a decir que la desigualdad no se puede superar en la escuela. El pais de las oportunidades esté fuera. Pero si queremos una educacién igualitaria, que significa una igualdad de oportunidades para todos, hemos de reforzar el sistema educativo y conseguir una mayor participacién de la comunidad. Y cuando hablamos de comunidad no nos referi- mos tinicamente a madres y padres, sino a todas las personas e instituciones que tienen una influencia educativa (municipios, empresas, asociaciones, voluntarios...). Tampoco nos referimos a una mera representacidn en un 6rgano decorativo, sino a una verdadera participacién activa en todos los émbitos de decision ligados a la educacién de sus hijos. La escuela para todos, la es- cuila del futaro-es una escuela diferente que hay que empezar a construir ahora. Después seré demasiado tarde. Sin embargo, no hay que olvidar los cambios sufridos en alumnos y alumnas, distintos en la forma de ser, de ver la rea- lidad y de aprender. Los cambios intergeneracionales se han hecho més cortos entre las edades. E] alumnado ha sido siem- pre diferente, pero el cambio generacional era més lento; ahora se precipita, y en muy poco tiempo se dan cambios radicales 10 entre alumnos y alumnas muy cercanos en edad. Es posible que las actuales instituciones educativas, herederas de un pa- sado que siempre es resistente al cambio en algunos aspectos, no sean del todo adecuadas para ensefiar y aprender en esa heterogeneidad de alumnado y en el marco de un cambio ge- neracional constante. Algunos ejemplos de textos histéricos de los cambios intergene- racionales: * Los j6venes de hoy aman el lujo, son maleducados, menospre- cian la autoridad, no tienen ningin respeto para los mayores y hablan en vez de trabajar. (S6crates, 470-399 a.C.) + Los jévenes de hoy no parecen tener respeto alguno por el pasa- do ni esperanza ninguna para lo porvenir. (Hipécrates, S. 1 @.C) * La juventud es perezosa e irreligiosa, no es como la juventud de antes y seré incapaz de preservar nuestra civilizacién. (Ta- Dlilla de arcilla babil6nica fechada en el afio 3000 a.C.) Y por iltimo, aunque seguramente existen muchos més elementos que influyen ¢ influirén en la profesién, destacaria el andlisis de la situacién laboral y la carrera docente del pro- fesorado. Conquista dura y larga; esté costando muchos afios, alcanzar una solucién. Desde el primer cuarto del siglo xx se esté pidiendo para los ensefiantes una mayor autonomfa, un c6digo profesional y nuevos elementos de motivacién. Son lu- chas constantes. El profesorado esta mal retribuido en muchos patses, sin carrera profesional o con carreras casi totalmente planas y desmotivadoras, con un corporativismo que benefi- cia a los que se esfuerzan poco, etc. La situacién laboral y la carrera influyen en el trabajo del colectivo; por tanto, influ- yen en la profesién docente. La creacién de una carrera con la posibilidad de promocién profesional vertical y horizontal, © sea, hacia arriba y hacia los lados, con la posibilidad de va~ lorar el esfuerzo de los que innovan, investigan, se forman, etc., serfa un elemento importante de motivacién profesional. Ultimamente se han hecho esfuerzos no tanto por parte de las administraciones, sino de los colectivos de docentes, que ven necesario establecer cédigos éticos, morales y deontolégicos. tt ‘CAUDAD DE LA ENSERANZA ¥FORUACION DEL PROFESORADO La eterna utopia: la carrera docente La actual carrera del docente es plana, 0 sea, con poca promoci6n. Si cualquier docente quiere promocionarse (ganar més econémica y socialmente), lo tiene que hacer saliendo de la escuela o del instituto, accediendo a profesiones educativas diferentes a la de dar clases a los nifios (inspector, profesor/a de universidad, asesor psicopedag6- gico, orientador, administracién educativa, etc). La carrera actual no desarrolla a la persona ni como profesional ni como miembro de un centro educativo, puesto que no mejora su situacién laboral, el cono- cimiento profesional ni las habilidades y actitudes de los trabajado- res de la escuela. jEs esto justo? {Es bueno para el sistema educativo que personas valiosas en los centros tengan que marcharse si quie- ren promocionarse social, econémica o personalmente (es legitima cualquiera de las tres cuestiones}? No, es penoso y lamentable. Hace tiempo que decimos que la carrera del docente, su desa~ rrollo profesional tendrfa que tener dos ejes: vertical y horizontal. Me explico. Vertical (lo més usual en las carreras profesionales) es la posibilidad de promocionarse hacia arriba, hacia cargos de nivel diferentes pero de estatus supuestamente superiores (al me- nos, econémicamente): inspeccién, asesoramiento externo, admi- nistracién, universidad etc. Son cargos que potencian un desarro- Mo profesional fuera de la escuela. La persona tiene que dejar la clase para asumir el nuevo cargo, normalmente més retribuido, sin nifios y nifias y con un mayor prestigio social, dentro del pres- tigio social que tienen las profesiones educativas. ‘La promocién horizontal es aquella que permite a los ensefiantes desarrollarse dentro de las escuelas e institutos. La promocién hori- zontal permitiria que se quedaran muchas personas valiosas en las, escuelas y ganarfa el sistema educativo con personas de més calidad. También dentro de este sistema promocional horizontal se po- drfan encontrar profesores y profesoras que, debido en su larga trayectoria educativa y cuando se hacen mayores, forman a los j6venes 0 los acompafian en sus primeras précticas (mentores 0 mentoras), asumen tareas de asesoramiento a centros o asumen otras tareas no directamente relacionadas con la docencia con los nifios, pero dentro de la escuela, ‘Una cartera profesional horizontal potenciarfa un mayor de- sarrollo profesional de los ensefiantes, sobre todo de aquellos que quieren quedarse a las escuelas y continuar trabajando por la innovacién. No puede ser que el desarrollo profesional de los 12 maestros se realice solo verticalmente. Ello convierte la carrera profesional en una aspiracién individual y no en un desarrollo colectivo y de mejora social. Si nos adentramos en el marco més interno de lo cue pasa en la educacién, también podemos destacar algunos 2jes que recorren la profesién docente y que impulsan ese gran cambio en la profesion, Un primer elemento es el acceso masivo de la poblacién a la educacién. El alargamiento de la escolarizacién* obligatoria es un gran avance de la humanidad, pero a la vez esté plan- teando algunos problemas a una profesién que no estaba pre- parada para ello ni profesional ni organizativamente. Asimismo, los flujos migratorios que hacen las escuelas multiculturales e interculturales, aunque aportan muchos elementos de riqueza, como comentabamos en otro capitulo, también aportan elementos preocupantes, pues muchos ense~ fiantes no saben cémo actuar. Las nuevas demandas educativas que han ido apareciendo en los tiltimos afios son demandas a las que es posible que la institucién educativa tenga que dedicarse con més ahinco, ya que el alumnado podré aprender fuera de la escuela otros 4m- bitos del conocimiento —como hemos comentado anteriormen- te— mediante las tecnologias. Me estoy refiriendo a la educa- cién en el contexto, a la educacién para el desarrollo humano sostenible, la educacién en valores y en ciudadanfa responsa- ble, la educacién para el desarrollo del pensamiento comple- jo y para la autoformacién en la sociedad de la informacion y del conocimiento; una educacién que permita la igualdad de oportunidades a todos los que acceden a ella y no conformarse con estructuras del pensamiento que pretendan justificar que la desigualdad es una situaciGn ética y socialmente aceptable. La profesién ha de ser desarrollada de forma més educativa y social que técnica, con el fin de alcanzar los aprendizajes bé- sicos. Pero esto también comporta sus peligros, puesto que el 48. J. M. Esteve (2003) llama al proceso de la escolarizacién total de la poblacién la «tercera revolucién educativa», ya comentada anteriormente. El libro con el mismo titulo fue editado por Paidés, Barcelona. 13. cauoAo O€ LA ENSERAKZA Y FORNACION 9. PROFESORADO aumento de exigencias puede llevar a una intensificacién del trabajo educativo (trabajar mucho y hacer muchas cosas mal) ya una cierta desprofesionalizacién originada por una falta de delimitacién clara de las funciones de los maestros. Y no podemos olvidar que la accién docente se realiza en un contexto democratico (en aquellos pafses que se ha gene- rado una democracia), pero a la vez de valores contradicto- ios entre los individuos, el progreso social y los medios de comunicacién, donde la Hamada sociedad de la informacion ha provocado un aumento de la desigualdad y la exclusién so- cial (digital e informativa) de grandes capas de la poblacién e incluso de pafses enteros. Muchas tareas y muy significativas tiene que realizar la profesién docente. El principal recurso del sistema educativo es el profesorado. He aqui un lugar comtin que una y otra vez se invoca, pero del que raramente se sacan las debidas consecuencias. Se afirma con rei- teracién que el sistema descansa sobre los profesores, que su labor es esencial, que tal o cual politica 0 reforma solo saldré adelante ‘con su apoyo, etc., pero al mismo tiempo se evita con el mayor cuidado una discusi6n realista sobre la naturaleza y las condicio- nes de su trabajo y su carrera profesional. Ferndndez. Anguita, En: http://enguita blogspot.com.es/2005/01/ l-trabajo-y-la-carrera html (consultado en diciembre de 2013), 6.2. La profesiOn docente en un contexto incierto Todo lo que hemos ido comentando nos obliga a repensar las funciones de la profesién docente. Més que un nuevo maqui- Maje de reformas para establecer la formacién y los perfiles —siempre he creido que no existen perfiles, sino marcos pro- fesionales en contextos especfficos—, las funciones o compe- tencias de la profesién, deberfamos definir una verdadera re- profesionalizaci6n, volver a pensar la profesién y enmarcarla en el contexto del siglo xxr con todo lo comentado en el aparta- do anterior, volver a realizar una verdadera deconstruccién de lo que ha sido la profesién para reconceptualizarla; disefiarla y construirla de nuevo. 16 Quizé uno de los aspectos importantes para poder ir en- tendiendo toda esa nueva forma de ejercer de docente es de- sarrollar en la profesién una mayor capacidad de relacién, de comunicacién, de colaboracién, de transmitir las emociones y actitudes, de compartir con los colegas la problemitica origina- da por lo que sucede y lo que me sucede; aspecto que destaca- remos posteriormente como uno de los elementos fundamenta- Jes de cambio en la profesién docente. Esa comunicacién y ese aprender juntamente con los colegas deberfan ayudar a romper el aislamiento celular del maestro. Puede que la estructura ar- quitect6nica no ayude, y por eso se han de cambiar las cons- trucciones escolares, pero el aislamiento histérico del maestro no perjudica tinicamente al desarrollo de la profesi6n, sino a los propios maestros cuando la situacién educativa se vuelve més conflictiva. El aislamiento genera, a menudo, desasosiego, ansiedad y enfermedad, porque no hay nadie que ayude ni que coiga lo que le sucede al otro. No compartir mis problemas hace que esos problemas se hagan angustiantes. Otra de las cuestiones que pueden ayudar en la profesién es —como decfamos en un capitulo anterior— abrir las puer- tas de las instituciones educativas al contexto, a la comunidad, que se ha hecho mucho més influyente y poderosa, y establ cer alianzas con sus agentes para defender los mismos valores educativos. La alternativa de un proyecto educative comunita- rio se vislumbra como una de las mejores alternativas para los tiempos que nos toca vivir. Compartir criterios, complicidades, alianzas y defender los mismos valores con la comunidad seré cada vez més imprescindible para evitar la exclusién social de algunas capas de la poblacién. Recordemos que a nifios, nifias y adolescentes no les educa ya winicamente la escuela, sino el contexto donde se desarrollan, y que cada vez es més potente y contradictorio con lo que la institucién escolar quiere ensefiar. ‘Todo ello comporta una demanda a la profesién de un ma- yor mimero de funciones y de competencias. Si analizamos lo que se dice y lo que se escribe (oficial y académicamente), en- contramos un supermaestro o una supermaestra con grandes dificultades para conseguir realizar estas competencias en la realidad de la educaci6n actual y de la estructura de los siste- mas educativos. Veémoslas: 16 ‘CALIDAD DE LA ENSERANZA ¥FORMACON DEL PROFESORADO mediador/a més que instructor; conocedor/a disciplinar; educador/a con pensamiento critico; con capacidad profesional auténoma; que atiende a la diversidad; con actitud colegial, de comunicacién y procesos colaborativos; que propone valores; que soluciona problemas, conflictos y toma decisiones; trabajador/a con la comunidad, conocedor/a del entorno; conocedor/a del vivir diario. Pero esa retahila de guiones que intentan decir qué compe- tencias son ideales no nos sirve. Son de manual para maestros que no saben lo que es la educacién real o se forman para cono- cerla desde la teoria. Y si ademas nos introducimos en una pro- fesién comprometida con el cambio social, se le pide al profe- sorado que no sea un reproductor acritico de la ideologia social imperante, sino que sea capaz de educar en un nuevo orden so- cial y para el mismo; que considere un contrato social, ambien- tal, cultural, ético, entre otros. Muy bonito. Quizé sea necesario e imprescindible para realizar una buena tarea docente, pero las circunstancias institucionales no favorecen el desarrollo de esas competencias. Para ir asumiendo esas nuevas competen- cias profesionales necesitamos plantearnos, como minimo, va- rias cuestiones; algunas coinciden, por supuesto, con los guio- nes competenciales de los manuales docentes. Una de ellas es la reconceptualizacién curricular de la educacién. En la sociedad actual existe la tendencia a dar més, importancia y prioridad a las competencias que hay que desa- rrollar en las personas, que al ciimulo de sabidurfa o dominio de saberes. Ello implica una discusién sobre qué es lo que hay que ensefiar en las diversas etapas del sistema educativo y un profesorado mejor preparado para realizar esa labor transver- sal, de gran importancia en la formacién del ciudadano/a, ‘También es cada vez més necesario asumir el papel de ser un agente social comprometido en el territorio y establecer alianzas con todos los agentes de la comunidad que intervie- nen en la educacién de la infancia. Implica creerse que los te profesores pueden ser verdaderos agentes sociales, planifica- dores y gestores de la ensefianza-aprendizaje, y que pueden intervenir, ademés, en los complejos sistemas que conforman. Ja estructura social y laboral del territorio donde actdan. Y otra cuestién es una nueva cultura en la institucién educativa. El profesorado ha de ser capaz. de romper el aisla- miento, el celularismo escolar —tratado anteriormente en otro capitulo— y compartir los significados ée la préctica y la teo- rfa con los colegas, y ha de creer que él 0 ella, junto con los compaiieros en la institucién educativa, es capaz de generar conocimiento innovador, de realizar practicas alternativas adecuadas al contexto donde se ubica la educacién. Para ello es muy importante que no se trate de una profesin subsidia- ria y dependiente del conocimiento experto exterior, sino que se aplique el pensamiento préctico que da la experiencia y se desarrolle la imaginacién en los procesos educativos. Hay que autoconcienciarse de la capacidad que poseen para hacer cam- bios con los colegas sobre la practica educativa Y seguro que me dejo cosas, pero estas tres son importantes para mf: curriculum, compromiso y contexto. Luchar contra la tradicién educativa que imbuye una determinada cultura profesional que dice, y repite machaconamente, que hay que jerarquizar y negar a muchos alumnos, ea lugar de que la edu- cacién es un elemento de cohesién social, para defender que la agrupacién homogénea no beneficia a la profesién y tampoco ayuda a que el alumnado desarrolle el maximo de sus poten- cialidades. Hemos de cuestionar la graduacién escolar como estrategia educativa, ya que nos afsla y nc se asumen responsa- bilidades compartidas; no nos permite ver que en la educacién caben todos; no debe ser selectiva, Hay cue trabajar conjunta- mente en un paradigma de la colegialidad y la participacién, porque la profesién educativa es una profesién social donde el ejercicio individual perjudica al desarrollo personal, insti- tucional y profesional. ¥ el contexto ha asumido tanta impor- tancia que es necesario establecer alianzas externas al centro educativo para realizar una buena tarea educativa. Pero... He aqui un ejemplo de colegialidad participativa en una pelicula, 1 CAUDAD DE LA EISERANZA Y FORUAGION EL PROFESORAO Sinopsis Pelicula colombiana de 1993 dirigida y producida por el cineasta y director Sergio Cabrera. La obra es una come- dia-drama y relato de ficcién sobre la libertad y la solidaridad, una metéfo- del teono inmobiliari, inspirada en un hecho real. La pelicula trata de las penurias de las familias de bajos ingress en Bogott. La brecha entre e a ricos y pobres y sus interacciones en Sneha ctt tun sistema social altamente estratifi- =) cado. Los temas més importantes de la LOESENCSI IE police son la ocupacion y propiedad Beal de vivienda y el acoso inmobiliario. Los vecinos de uno de los barrios mas pobres de Bogoté luchan para evitar el derribo de la casa donde viven, que es propiedad de ‘un millonario sin escripulos. Aunque su lucha contra la especula- cién y la corrupcién parece perdide de antemano, ponen en préc- tica una original estrategia ideada por don Jacinto, un viejo anar- quista espaiiol, 63. Aun asi no podemos caer en un ingenuismo pedagdgico Hace tiempo que digo que no serfa ético analizar la profesién educativa y su futuro cayendo en un ingenuismo pedagogic donde es facil decir y escribir las cosas, pero donde es mucho més diffcil evarlas a la préctica, Caer en lo que se critica, La profesion docente arrastra una cultura determinada, se socializa en unos determinados émbitos e instituciones y vive una cultura laboral en un contexto especifico (las escuelas y los institutos); eso también ha de cambiar radicalmente si ‘queremos una nueva forma de trabajar la educacién. Debido a todo ello —y seguro que me dejo otros elementos en el tinte- 10—, los cambios en la cultura profesional del magisterio son lentos y no podemos precipitarlos. Pero esa lentitud comporta también una necesidad de vivir personalmente la experien- cia de cambio. Las transformaciones de los otros no favorecen 18 necesariamente el cambio de uno mismo. Ello no implica no realizarlos, sino ser conscientes de que las nuevas estructuras profesionales se irén generando con el paso del tiempo, y no de forma inmediata, Pero lo que no se inicia ahora nunca lle- garda ser. Actualmente hay que luchar contra parte de esa cultura adquirida que niega muchos de los valores que deberfan de- fenderse, y para ello hemos de establecer nuevos procesos de andlisis que nos permitan un revulsivo crftico, una decons- truccién de lo aprendido, e intentar proporcionar elementos para superar las situaciones perpetuadoras que se arrastran desde hace mucho tiempo. Nos encontramos con una sociali- zacién profesional, tanto inicial como permanente, donde se han desarrollado hist6ricamente componentes que hay que ir cuestionando y eliminando de la cultura profesional del magisterio, Y también en esa cultura encontramos el predominio de una ldgica del mérito individual ligada a la racionalidad téc- nica que ha imbuido la ensefianza durante el siglo xx: yo, mi clase, mis nifios y nifias, mi mesa, mis programaciones, mi ca- rrera..., que va acompafiado de un modelo de puerta cerrada y de falta de comunicacién y aislamiento, confundiendo la ati- tonomia pedagégica con «hacer las cosas a mi manera en mi clase», comportando una mayor valoracién de la innovacién individual que de la institucional. Es el valorar més la expe- tiencia de innovacién individual que la experiencia de inno- vacién colectiva. Aunque es cierto que, a veces, esto ha sido provocado por una formacién eminentemente personalista, con una limita- da —por no aplicar otros calificativos— formacién inicial y un modelo aplicacionista (chaz lo que yo digo y funcionaré») y reproductor en la formacién permanente; por un exceso de formacién transmisora sin tener en cuenta el contexto ni la institucién. Una formacién que comporta una visién de que todos han de saber lo mismo, ya que las realidades educati- vas son tinicas. Falsedad esta que ha perjudicado mucho la percepcién que tienen los docentes de la formacién perma- nente, 9 CALOAD De LA ENSERANZA ¥FORMACION DEL PROFESORADO El enfoque aplicacionista o normativo supone la existencia de so- Iuciones elaboradas por especialistas, formadores 0 formadoras sin la participacién de los formados. Desde afuera. Descontextua- lizado. Tradicionalmente se trata de lecciones-modelo y se basa en la imitacién de lo que hacen o hicieron otros. En su versién tecnocrética se trata de herramientas formativas deducidas del andlisis de los contenidos disciplinares. El principio de la acti- vidad formativa es, en este caso, la reproduccién centrada en el tratamiento nocional. Su enfoque antagénico es el enfoque regulativo 0 descriptivo, caracterizado por situar a las personas en situaciones de partici- pacién, suscitando la inventiva y su capacidad de regularla seguin sus ofectos. La capacidad de elaborar itinerarios diferenciados con distintas herramientas con un carécter abierto y generador de dina- mismo y situaciones diversas. Este modelo supone una orientacion hacia un proceso de reflexién basado en la participacién (casos, debates, lecturas, trabajo en grupo, incidentes criticos, situaciones probleméticas...) y exige un planteamiento critico de la formacién, un andlisis de la préctica profesional desde la perspective de los supuestos ideolégicos y actitudinales que estén en su base. Meirieu, PH. (1987). «La formacién continua de los ensefiantes entrada en los problemas practicos de Ia clase». En: MEC. Formacién permanente del profesorado en Europa: experiencias 'y perspectivas. Madrid: Ministerio de Educacién y Ciencia. Enfoques de formacién segin Meirieu. Al final aparece una falta de motivacién por el escaso de- sarrollo de una carrera docente que potencia més a quienes se van que a quienes se quedan, y que desmotiva a quienes se esfuerzan més. Para ir reconstruyendo una nueva forma de pensar la profe- sién se necesita una cultura que desarrolle un nuevo proceso de la formacién inicial y de la permanente; una nueva forma- cién inicial més reflexiva, més préctica; una mayor formacién permanente contextual y basada en proyectos de innovacién. Hay que realizar proyectos de innovacién y recibir formacién para Ilevarlos a cabo. La formacién también ha de servir para destruir précticas laborales basadas en el sexismo, la xenofo- bia, la intolerancia, el autoritarismo y el individualismo (no la individualidad que es necesaria en educacién) y, por el con- 120 trario, para establecer practicas solidarias de colaboracién, de mayor comunicacién, de democracia, etc. Y para todo ello es necesario un mayor apoyo a la labor del profesorado. No podemos olvidar el desarrollo de la persona, el sujeto docente como un factor importante en la profesién. Desde mi punto de vista existe una estrecha relacién entre el desarrollo individual, el institucional y la profesionalizacién, Esto nos lleva a considerar la gran importancia que tiene el aprendizaje, en el profesorado, de la relacién, la convivencia y la interaccién de cada persona con el resto del grupo que reali- za tareas similares; as{ como a desarrollar una carrera docente que favorezca la progresién horizontal dentro de las institu- ciones educativas y la motivacién para realizar proyectos de innovaci6n, de investigacién, de desarrollo profesional més allé del emolumento econémico segiin la formacién recibida 4Seré posible ese cambio? La funcién del profesorado no ha sido una de las més tratadas en el campo de la innovacién, quizé a causa del predominio del enfoque técnico-cientffico que considera al profesorado como un ejecutor del curriculo (y como un adoptante de la innovacién) y al que, por tanto, no le concede margen de libertad para la innova- cién, O quiz desde el profesorado se ha percibido la innovacién como algo artificial y separado de los contextos personales e ins- titucionales en los que trabajan. «La innovacién es eso que hacen los de arriba y que nos dicen que tenemos que hacer» puede ser la respuesta hist6rica de una parte del colectivo de profesores y pro- fesoras. Pero en los tiltimos afios han ido apareciendo interesantes trabajos de sintesis en los que se analiza la importancia del profe- sor y de su «pensamiento» en los procesos de innovacién. Profesorada e innovacién 6A. Posibles alternativas Para comentar las posibles alternativas, las he subdivido en aquellas que inciden directamente en el profesorado y las que inciden indirectamente a través de las instituciones educati- vas. Como decia anteriormente, no podemos separar el desa- a [ALIDAD BELA ENSENANZA Y FORNACION 0 PROFESORADO rrollo personal y profesional del profesorado y el desarrollo de la instituci6n donde ejerce su cometido. Lo primero, la colaboracién. Respecto al profesorado desta- co la necesidad de la colaboracién con los otros profesionales. Es necesario interactuar y aprender con los iguales. Delante del paradigma de la competicién, del individualismo, de la automarginacién escolar, hemos de anteponer el paradigma de la colegialidad. Y ello comporta necesariamente aumentar Ta comunicacién. Lo que le sucede a uno acostumbra a pasar a casi todos. Esconder las emociones siempre es peligroso en una profesién como la educativa, ya que puede comportar el caer en situaciones de malestar docente. Y olvidéndose de la vieja demanda endémica de «lo prac- ticista» o de la receptologta educativa («dime cémo tengo que hacerlo»), es necesario recibir teoria para no caer en practicas reproductoras. La teoria ayuda a repensar la préctica, a com- partir dudas, problemas. La teoria ayuda a desarrollar capa- cidades reflexivas, una de las competencias imprescindibles en la profesién docente. Ayuda a saber por qué se hacen las cosas y a plantearse cuestiones y capacidades reflexivas im- prescindibles en el campo educativo. Ayuda a incrementar la conciencia de que ensefiar y aprender es complejo y que la en- sefianza esté imbuida de mucha diversidad. Para ello, conocer las necesidades del alumnado y del contexto seré fundamen- tal para un buen desarrollo de ia profesién. En las culturas de colaboracién, las relaciones de trabajo en equi- po entre los profesores tienden a ser: + Esponténeas. Surgen, ante todo, de los mismos docentes, en cuanto grupo social. Pueden estar apoyadas por la Adminis- tracién y promovidas gracias al establecimiento de un horario adecuado, fomentadas por los directores para cubrir las horas de clase, por ejemplo, por la conducta de los Iideres educativos. En este sentido, la espontaneidad de las culturas de colaboracién no es absoluta y dichas culturas no son independientes de cierta ar- tificialidad administrativa de carécter facilitador. No obstante, en tiltimo término, las relaciones de trabajo en colaboracién evo- lucionan y se mantienen gracias a la misma comunidad docente. + Voluntaria. Las relaciones de trabajo en colaboracién no surgen a partir de ninguna limitacién o imposicién administrativa, sino del valor que los pzofesores les reconocen, derivado de la experiencia, la inclinacién o la persuasién no coactiva de que el hecho de trabajar juntos es, a la vez, entretenido y productivo. * Orientada al desarrollo. En las culturas de colaboracién, los profesores actiian juntos sobre todo para desarrollar sus propias iniciativas para trabajar sobre iniciativas apoyadas impuestas desde fuera con las que se comprometen. En las culturas de co- laboracién, los profesores fijan, con mucha frecuencia, las tareas y fines del trabajo conjunto, en vez de someterse a implementar los objetivos de terceros. En este caso, los docentes son personas que inician cambios en igual o mayor medida que reaccionan a ellos. Cuando tienen que responder a imposiciones externas lo hacen de forma selective, fundéndose en su confianza profesio- nal y su juicio discrecional en cuanto comunidad. Omnipresente en el tiempo y en el espacio. En las culturas de colaboracién, el hecho de trabajar juntos no suele circunscri- birse a un horario de actividad (como una sesién regular de planificacién) que pueda fijar la Administracién para que se produzca on un momento concreto y en el lugar designado al efecto. Las reuniones establecidas en el horario y las sesiones de planificacién pueden formar parte de las culturas de cola- boracién, pero no predominan sobre el resto de las situaciones en las que se trabaja en grupo. En las culturas de colaboracién, gran parte de las formulas que utilizan los profesores para ac- tuar juntos suelen consistir en encuentros informales breves y frecuentes, que pasar casi desapercibidos. Pueden adoptar una forma consistente an temas como intercambios de pala- bras y miradas, alabanzas y agradecimientos, ofertas de inter- cambio de clases on momentos dificiles, sugerencias de ideas, nuevas, didlogos informales sobre nuevas unidades de trabajo, puesta en comtin de problemas o reuniones. Hargreaves, Andy (1990) Profesorado, cultura postmodernidad: cambian los tiempos, cambia él rofesorado (pg 218), Maid: Ediciones Morata Golturas de colaboraciéa, Y por supuesto que hemos de introducirnos en las tecnolo- gfas de la ensefianza cuando hablamos de alumnos digitales, con profesores y profesoras inmigrantes digitales o nativos 123 analégicos. No podemos dejar desasistidos a muchos nifios y niflas cuando en su futuro seré necesario tener un marco de conocimiento tecnolégico. La expresi6n «nativos digitales» ha sido lanzada por Marc Prens- ky en oposicién a los inmigrantes digitales legados tarde a las TIC, en un ensayo publicado en 2004 bajo el titulo La muerte del ‘mando y control, Prenski dice: iCémo debemos llamar @ estos «nuevos» estudiantes de hoy? Al- ‘gunos los refleren como N-GEN por generacién en red, o D-GEN por generacién digital. Pero la designacién més itil que he encon- trado para ellos es «nativos digitales». Nuestros estudiantes son hoy todos «nativos» de la lengua digital de juegos por computado- 1a, video e internet. ZY ol resto de nosotros? Nosotros, los que no nacimos en el mundo digital pero tenemos algiin punto de nues- tras vidas adaptado a la mayorfa de aspectos de la nueva tecnolo- ‘a, somos inmigrantes digitales. Mare Prensky (2012). Ensefar a nativos digitales. Madrid: SM, Para el cambio y la mejora de la profesién docente seran ne- cesarias muchas cosas, pero, por tiltimo, quisiera destacar el papel protagénico que deberia asumir el profesorado para es- tablecer los caminos que le permitan ir conquistando mejoras pedagégicas, laborales y sociales e iniciar y profundizar en el debate entre el propio colectivo profesional. No hay mejor co- lectivo que el que reflexiona sobre si mismo para mejorar. Y el profesorado es el protagonista del cambio. Las reformas y las leyes ayudan (0 no), pero si se quiere cambiar la educacién, el que cambia siempre ha de ser el docente. 124 CAPITULO 7 La formacion del profesorado que Se recibe en la universidad EL titulo de este capitulo no deberfa llevar a engafio. Pretende efectuar un andlisis somero de la relaci6n entre dos conceptos: por un lado, la formacién del profesorado de cualquier etapa de la ensefianza; y por otro lado, la funcién que debe cumplir la universidad en la formacién y el desarrollo de ese profesorado. Por tanto, se refiere tanto a la formacién inicial como a la forma- cién permanente. La primera reflexién que surge, por obvia, es que esa relacién tendrfa que ser mucho mas estrecha, deberfa poner mas énfasis en el desarrollo profesional y, por su trascen- dencia, tendrfa que tener una mayor relevancia institucional. Y una vez més, lo obvio, lo que indica el sentido comin no parece ‘cumplirse, puesto que esa relacién ni es tan estrecha ni se pro- duce un trasvase de «valor» entre una estrategia vital para el sistema educativo (la formacién del profesorado) y una de las instituciones (la universidad) que deberia ser una referencia permanente. Pero eso es muy normal en las areas educativas y en la falta de reconocimiento sobre su aportacién, No obstante, la universidad interviene directa e indirec- tamente en la formacién del profesorado de todas las etapas educativas. Otro tema serfa analizar cémo se materializa esa formacién, o los procedimientos que se llevan a cabo, es de- cir, cémo se estructuran sus componentes (desde el andlisis de necesidades hasta la evaluacién de su impacto); pero aunque algo diremos, no es la finalidad de este articulo. Analicemos, pues, la relaci6n entre la formacién del profesorado y Ia uni- versidad en cada etapa educativa. 25 CALIDAD O€ LA ENSERANEAY FORNACION Dek HOTESORADO 7A. La universidad y la Formaci6n inicial del profesorado en las etapas de infantil y primaria. La estructura En la mayorfa de pafses europeos y muchos latinoamericanos, a partir de la década de los afios 1990, la formacién inicial del profesorado fue objeto de grandes debates y transformaciones, tanto por lo que se refiere a los contenidos de los planes de estu- dio como a la estructura, ya fuera por la necesidad de adecuar el sistema a una situacién econémica y laboral cambiante, res- pecto de la que existia en los afios ochenta, o ya fuera por el in- Alujo de los cambios socioculturales, tecnolégicos y cientificos. Las reformas educativas siempre conllevan un replanteamiento de la formacién del profesorado; no es posible cambiar la edu- cacién sin modificar las actitudes, la mentalidad, los contextos, laborales y la manera de ejercer la profesién del profesorado. Y ese reenfoque solo es posible desde la formacién inicial o des- de la formacién permanente. También sucedié asi en Espafia, por supuesto. En los uiltimos afios, en el debate de los nuevos planes de estudio de Magisterio para adaptarse al nuevo es- pacio europeo,** las universidades se vieron limitadas por las directrices estatales (y por los cambios constantes de esas di- rectrices) que obligan a impartir unas determinadas materias en areas especificas. Se restringié el grado de autonomia que se concedia a otras titulaciones. Vuelve a aparecer, asi, el control social sobre los estudios de Magisterio. Donde tiene mayor incidencia la universidad es en las eta- pas de infantil y primaria, ya que, como en todos los pais le corresponde a ella (o a determinados centros de educaci superior) la formacién inicial del profesorado de infantil, pr maria y secundaria. A partir de la aplicacién del Espacio Euro- peo de Educacién Superior, la llamada Declaracién de Bolonia (documento firmado en Bolonia el 19 de junio de 1999 que dio pie a esa unificacién europea de los estudios superiores),* las in 49, El Espacio Buropeo de Educacién Superior es un plan que han pues- to on marcha los paises europeos para favorecer en materia de educacién la convergencia europea, Ver: hitp:/www.cees.es, 50. Vor: hitp://www.eees.es/pdf/Bolonia_ES.pdf. 126 titulaciones de Infantil y Primaria son de grado con cuatro afios de estudios, lo que incrementaba en un curso la antigua diplo- matura vigente desde 1970 (que tenfa siete especialidades: Au- dicién y lenguaje, Educacién especial, Educacién fisica, Educa- cién infantil, Educacién musical, Educacién primaria y Lengua extranjera). En la actualidad, el grado de maestro cuenta con Magisterio en Educacién Infantil o Magisterio en Educacién Primaria, un modelo orientado exclusivamente a la docencia, donde el profesorado recibe el contenido de las materias y su didactica (de todos modos, hay acuerdo en la duracién pero no en la titulacién, que varia segtin la universidad ya que la Ley Organica de Educacién —LOE, artfculo 100.4 de 2006— sefiala que el titulo de Maestro de Educacién Primaria o titulo de gra- do equivalente se adaptaré al sistema de grados y postgrados del Espacio Europeo de Educacién Superior). El tiltimo cam- bio reciente es el Real Decreto 1594/2011, de 4 de noviembre de 2011, que vuelve a establecer las especialidades docentes del cuerpo de maestros (que aparecen como menciones): Educacién infantil, Educacién primaria, Lengua extranjera: Inglés, Lengua extranjera: Francés, Lengua extranjera: Aleman, Educacién fisi- ca; Mitsica; Pedagogfa terapéutica, y Audicion y lenguaje. Pero volviendo a la duracién, es cierto que aumenta un cur- 80, aunque, como sabemos, una mayor duracién no asegura ni mas prestigio ni més calidad en la ensefianza; de todos modos, algo aporta a la mejora del magisterio y a su equiparaci6n uni- versitaria. En su momento, hasta la Hegada del Espacio Europeo de Educacién Superior, surgieron dos discursos contradictorios para resistirse a aumentar la duracién de la formacién de los maestros: * Uno decia que la formacién era corta, demasiado esténdar, muy directivista y técnica, poco flexible, y no era adecuada a la realidad educativa del siglo xx, tan omnipresente en los discursos politicos. * Yenel otro, los gobernantes de diversos paises europeos se Jamentaban de que los candidatos a profesores no reunfan las condiciones necesarias ni asumfan la responsabilidad que les correspondia. a ‘atoao DE LA ENSERANZA ¥FORUACION DEL PROFESORADO Paradéjicamente, en lugar de establecer e impulsar los cri- terios de mejora de esa profesién, la reducfan a una profesién secundaria o subsidiaria, incluso en relacién con otras profe- siones vinculadas al Ambito de lo social. Esperemos que ese curso de més y el cambio curricular permitan impartir una formacién en la que la reflexion y los procesos de toma de de- cisiones estén vinculados a la practica docente y no resulten solo eminentemente tedricos. El hecho de que los maestros y maestras de educacién in- fantil y primaria cursen unos estudios de grado deberfa signi- ficar un aumento del tiempo de reflexién en una carrera en la que este es un bien escaso, dado su extenso curriculum; tiem- po también para sedimentar conocimientos y para organizar unas précticas en los centros escolares mucho més espaciadas y elaboradas. Y no podemos olvidar un aspecto fundamental, Ja necesidad de atajar desde el inicio uno de los males que aquejan a la docencia: la desprofesionalizacién y la actividad esponténea basada en sus preconcepciones sobre la educacién. Los informes disponibles no muestran cambios significativos en el niimero total de horas de trabajo de los docentes en los iltimos afios. [...] Al mismo tiempo, existe un declive generalizado en el entorno de la ensefianza y el aprendizaje. Los maestros han deja- do de sentirse respetados y seguros en su entorno de trabajo. [Los] docentes en los paises miembros de la OCDE informan que desti- nan una gran cantidad de su tiempo al manejo de los cursos y ala disciplina de los alumnos, en lugar de destinarlo a la enseftanza. [Los] educadores en los paises en desarrollo expresan sentimier tos de aislamiento profesional y falta de apoyo |... ademés de. crecientes niveles de inseguridad l..1 Tales condiciones de trabajo son pcco motivadoras y constituyen una de las razones principales por las que tanto los docentes jéve~ nes como los docentes experimentados abandonan la profesién. El Comité Mixto estima que tales condiciones son alarmantes |...) {y llevan] hacia una desprofesionalizacién constante de la docencia. Comité mixto OIT/UNESCO de expertos. Informe sobre La aplicacién de las recomendaciones relativas al personal docente», Parfs, 28 de septiembre-2 de octubre 2009. En: http://unesdoc.unosco. ‘org/images/0018/001869/186988s.pdf (consuitado en diciembre de 2013), Desprofesionslizacicn 18 72. La formaci6n inicial del profesorado y (a universidad en la etapa de secundaria, or Fin, un master Durante décadas, la formacién inicial del profesorado de se- cundaria ha sido el eslabén més débil, denotaba una gran des- preocupacién y una falta de voluntad de las administraciones para asumir una profesién que estd prefiada de valores mo- rales y éticos, que se enfrenta a un contexto y a un alumna- do que vive situaciones problematicas muy diversas. Era pre- ocupante que se mantuviera una formacién escasa mientras aumentaba el mimero de cursos en la secundaria y mientras observabamos una creciente problemética social y educativa. En el caso de la formacién del profesorado de secundaria, Es- pafia siempre ha optado (como la mayorfa de paises europeos, y a diferencia de muchos latinoamericanos) por un modelo suce- sivo 0 consecutivo que supone, en primer lugar, alcanzar un co- nocimiento disciplinar, obtenido en una licenciatura o grado en la universidad, y, en segundo lugar, se accede a una formacién para la docencia. En la ley general de 1970 se instauré un curso, el tan famoso como denigrado CAP (curso de aptitud pedagégi- ca), que solfan impartir los institutos de ciencias de la educa- cidn de las universidades. Se trataba de un curso de corta du- racién, que solo se podia cursar tras finalizar una licenciatura, En sus més de 40 afios de existencia demostr6 sobradamente su ineficacia (con honrosas excepciones). Esta formacién present6 multitud de problemas, ya fuera por carencia de presupuesto, por masificacién de las aulas, por ser inicamente un trdmite administrativo, 0 porque los formadores contratados para im- partirlo no estaban motivados o se limitaban a transmitir una perspectiva muy técnica de la educacién. El CAP fue modificado por la LOCE, en 2003, por el titulo de Especializacién Didactica, después por la LOE, 2006, con la calificacién de postgrado. En 2008 se publicé el Real Decreto 1834/2008, de 8 de noviembre, basado en la LOE de 2006, que cre6é un master universitario en Formacién de Profesorado de Educacién Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formacién Profesional y Ensefianzas de Idiomas, master oficial de 60 cré- 19 [ALIOND O€ LA ENSERANZAY FORMACION OL. PROFESORADO ditos que habia que realizar como minimo en un curso acadé- mico universitario. Es el master que se imparte en la actuali- dad y que podriamos decir que esté en periodo de pruebas, Profundicemos un poco en ello. Como decfamos anteriormente, en la mayorfa de pafses europeos la formacién de los profesores de secundaria esta basada de un modo predominante en los «contenidos cienti- ficos», es decir, son licenciados en un drea del conocimiento y posteriormente acceden a una formacién en conocimiento psicopedagégico. Por el contrario, en la mayoria de los paises latinoamericanos la formacién de profesorado de secundaria sigue un modelo parecido al que hemos establecido para in- fantil y primaria, y esta integrada en una carrera que mezcla los contenidos académicos y los pedagégicos. Hasta mediados del siglo xx, los profesores de secundaria no recibian ninguna formacién en materias psicopedag6gicas. Saber era poder hacer, y con el saber cientifico se suponia que los profesores asumfan ya las competencias para ensefiarlo (es una idea que atin predomina en algunos colectivos). Mas tarde, la mayoria de los paises europeos optaron por una for- macién «complementaria», el modelo consecutivo o sucesivo, sobre todo por el avance del conocimiento en la psicologia de la adolescencia y por el reenfoque que, después de la Segunda Guerra Mundial, se dio a la educacién de los nitios y jévenes. Excepciones aparte, la formacién del profesorado de se- cundaria esté marcada por los «contenidos cientificos». Son licenciados o licenciadas en una area del conocimiento (que paradéjicamente a menudo no es la que ensefian) que, con pos- terioridad, realizaban un corto periodo de formacién centra- do en conocimientos psicopedagégicos (predominantemente técnicos). Si se me permite la generalizacién, tras sufrir una mala formacién psicopedagégica, los profesores de secundaria no se consideran, a partir de ese momento, profesores de una materia, como deberfa ser, sino licenciados que ensefian; y en. su metodologia predomina lo que lamamos el pensamiento esponténeo, basado en cémo le ensefiaron a él. 'Y para ensefiar, sabemos que dominar la asignatura es importante pero no suficiente. Es obvio que el profesorado de secundaria (y de todas las etapas) tiene que dominar los, 180 «contenidos», y por ello es l6gico que se establezca un sistema que le permita estudiar durante unos cuantos afios las éreas de conocimiento, pero es cierto también que necesita asimilar unos conocimientos psicosociopedagégicos, que precisamente serén los que necesitard més en su etapa profesional. Y este conocimiento no se adquiere en un corto periodo de tiempo, como se pretendia hasta ahora. Pero el verdadero problema est en el fondo de la cuestién, Sea cual sea su duracién, jserd capaz de generar una nueva formacién inicial del profesorado de secundaria? jLa nueva formacién inicial pivotard sobre el eje: la relacién entre la teo- ria y la préctica educativa? Tememos que no sea asf a causa del disefio del curriculum formativo. Sin embargo, a pesar de las normativas y constricciones, esperamos que el nuevo méster sea un sistema en espiral que tenga como eje los temas psi- copedagégicos, en el que los futuros profesores y profesoras de secundaria reciban una visién holistica de las materias, ya sean de contenido cientifico o psicopedagégico y a partir del conocimiento y reflexién de la teoria y practica docente. De momento, no parece ese el enfoque, sino que se empieza a vis- lumbrar una acumulacién curricular de didacticas especificas donde el aparato técnico es més importante que el reflexivo y el préctico. Su reciente puesta en marcha impide realizar una exhaustiva evaluacién y hemos de esperar a que, tras finalizar el méster, un nuevo profesorado se incorpore a la practica de la educacién secundaria. 7.3. La Formaci6n inicial del profesorado y la universidad. La estructura: de escuelas Universitarias a facultades En primer lugar, hemos de decir que en Espafia no hay acuer- do en la denominacién de las instituciones universitarias de formacién docente. Algunos centros se denominan facultades de formacién del profesorado; denominacién no muy extendi- da en el émbito universitario en comparacién con las ama- das facultades de educacién, ciencias de la educaci6n y otras. Conviene recordar que, antes de convertirse en facultades, 131

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