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acisiio, como mas PENSAR'EL ENSAYO ugar a una saciones que yvenen vaturaleza v culiu ) organico y lo ino 2 sobre todo revele be de ‘Liliana Weinbers ij bigs Catal mente heteronon a interpre lac ion qt dedica al Prometeo « esto ambito cultur: »rOpio con su nueva \ Con/esion de Promet« » se acerca a la vision ¢ vo Prometeo se mani! yy ay Wy ee ies Ant “a 4 i keane A : 8 & 3 iliana Weinberg es ensayista, critica li- teraria y estudiosa de la literatura en su telacion con problemas de estética, cultura e historia intelectual en América Latina. Titu- lada en antropologia por la Universidad de Buenos Aires, obtuvo su doctorado en Le- tras Hispanicas por El Colegio de México. En la actualidad es académica del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, de la Universidad Nacional Auto- noma de México y profesora de la Facultad de Filosofia y Letras de la misma casa de altos estudios. Es autora de los libros Eze- quiel Martinez Estrada y la interpretacién del “Martin Fierro” (1992), El ensayo: entre el paraiso y el inferno (2001), Literatura latinoamericana: descolonizar la imagina- cidn (2004), Umbrales del ensayo (2004) y Situacion del ensayo (2006), asi como de numerosos trabajos criticos sobre literatu- fa latinoamericana, teoria y critica literaria, produccidn simbdlica, discurso social e historia intelectual, y particularmente en- sayo latinoamericano de los siglos xix y xx. En 1995 recibid la Distincion Universidad Nacional para Jovenes Académicos en el area de Investigacién en Humanidades de la unam, y en 1996 obtuvo el Premio Anual de Ensayo Literario Hispanoamericano Lya Kostakowsky otorgado por la Fundacion Cardoza y Aragon. En 2007 se hizo acree- dora del Cuarto Premio Internacional de Ensayo otorgado por Siglo XX! Editores, la Universidad Autonoma de Sinaloa y El Co- legio de Sinaloa. lingiiistica Y teoria literaria PENSAR EL ENSAYO por LILIANA WEINBERG Premio Internacional de Ensayo 2006 & ss ee etal) varntiun Se editores Kl siglo xxi editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 248, ROMERO DE TERREROS 04310, MEXICO, D.F. glo xxi editores, s.a. GUATEMALA 4824, C1425BUP, BUENOS AIRES, ARGENTINA siglo xxi de espana editores, s.a. MENENDEZ PIDAL 3 BIS, 28036, MADRID, ESPANA was 2007 Weinberg, Liliana Pensar el ensayo / por Liliana Weinberg. — México : Siglo XI : 2007. 225 p. — (Lingitistica y teoria literaria) Premio Internacional de Ensayo 2006 ISBN-13: 978-968-23-2718-6, 1. Ensayo. I. t. II. Ser. primera edicion, 2007 primera reimpresi6n, 2009 © siglo xxi editores, s.a. de c.v. isbn 978-968-23-2718-6 derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico impreso en encuadernacién dominguez 5 de febrero, lote 8 col. centro, ixtapaluca edo. de méxico, cp. 56530 septiembre de 2009 A Félix Weinberg, en busca de la memoria compartida INTRODUCCION: LOS MOTIVOS DE PROMETEO En 1946, apenas concluida la segunda guerra mundial y ante una Europa sumida en la miseria moral y material, Albert Camus escribe su ensayo “Prometeo en los infiernos”, donde se pregunta por el signifi- cado y el destino de ese personaje rebelde levantado contra los dioses, a la luz de una etapa de convulsién hist6rica como la suya: “:Qué sig- nifica Prometeo para el hombre de hoy? Se podria decir sin duda que este rebelde que se dirige contra los dioses es el modelo del hombre contemporaneo...” ! Pero afirma ademas, con desencanto y de mane- ra paraddjica, que si ese Prometeo, héroe del conocimiento al mismo tiempo que de la libertad, de la técnica a la vez que del arte, retornase en nuestros dias, “los hombres de hoy harian lo que los dioses de entonces: lo clavarian en la roca, en nombre mismo de este humanis- mo cuyo primer simbolo es él”.2 Camus, el ensayista, reabre el poderoso mito, lo reinterpreta desde la experiencia de posguerra y redescubre en esa figura las cua- tro dimensiones que preocupan al hombre contemporaneo: episté- mica, técnica, ética y estética. La interpretaci6n de Camus incluye un ingrediente fundamental: precisamente aquel necesario para la aper- tura de un mito: la historia. “El hombre de hoy, sin embargo, ha ele- gido la historia y no podia ni debia apartarse de ella. Pero en lugar de sojuzgarla, consiente todos los dias un poco mas en ser su esclavo. Es aqui donde traiciona a Prometeo, este hijo ‘de pensamientos atre- vidos y de corazon ligero’. Es aqui donde vuelve a la miseria de los hombres que Prometeo quiso salvar. 1 Albert Camus, “Prometeo en los infiernos”, en Ensayos, trad. y prél. de Julio Lago Alonso, Madrid, Aguilar, 1981, pp. 868-869. Leemos en el original: “Que signifie Promét- hée pour Uhomme d’aujourd hui? On pourrait dire sans doute que ce révolté dressé contre les dieux est le modéle de l'homme contemporain [. Prométhée, lui, est ce héros qui aima assez les hom- ‘mes pour leur donner en méme temps le feu et la liberté, les techniques et les arts”, Albert Camus, “Prométhée aux Enfers”, en LEvé, Paris, Gallimard, 1946, p. 79-80. 2 «des hommes d'aujourd hui feraient comme les dieux d’alors: ils le cloweraient au rocher, au nom méme de cet humanisme dont il est le premier symbole” (p. 81). 3 [homme daujourd’hui a choisi Uhistoire cependant et il ne pouvait ni ne devait s’en détourner. Mais au lieu de se Vasservir, il consent tous les jours un peu plus a en étre Uesclave. [9] 10 LOS MOTIVOS DE PROMETEy El mito es contemplado ahora desde la historia: Camus vuelve alg tarea de la critica, esa tarea que surge ya en el mundo griego yen le edad ateniense, en la cual, como ha dicho Alfonso Reyes, “a palabra vya.en busca de la palabra” Pero a su vez, el recurso a la inscripcién del texto de Camus en e} tiempo largo del mito no nos debe hacer olvidar que a partir del romanticismo, como mis tarde de Nietzsche y Kafka, el tema prome. teico dara lugar a una larga linea de reinterpretaciones que ven en ‘una tensi6n entre naturaleza y cultura, entre el mbito de lo orgini- Co y lo inorganico, entre el orbe de lo mitico y lo historico, y que sobre todo revelan su carcter basicamente heterénomo: tal es el caso de la interpretacién que Theodor Adorno dedica al Prometo de Kafka." En nuestro ambito cultural, Max Aub hara lo propio con su nueva versin de una “Confesién de Prometeo” que en mucho se acerca a la visin de Camus.® EI nuevo Prometeo se manifiesta ai como uno de los grandes mitos contemporaneos: la relacién del hombre con la historia, la cultura y el sentido. ‘Si abundantes son las interpretaciones de la forma del ensayo que Ja asimilan a la figura de Proteo en su aspecto cambiante, inasible, movedizo, en su extrema plasticidad, en su permanente capacidad de transformaci6n,” queremos aqui, a partir de la lectura de distintos autores, ver al ensayo sobre todo en su caracter prometeico, o, para decirlo con Antonio Machado, en su esencial heterogeneidad, en su capacidad mediadora entre mundos y articuladora de experiencia. El Prometeo encadenado es permanente remisi6n a un tiempo pre- sente que, lejos de disolverse en el eterno acontecer ahistorico del mito, pone en evidencia el problematico, el dramatico acontecer anclado en la historicidad de la experiencia social: del mismo modo Catt quil taht Prométie, ce fils ‘us ensers hardis et au coeur lige’. Csi qu rut recta misére des hommes que Prométhe voulut sauver” (pp. 83-84) “Sobre la interpretacion de la obra kafkiana por Blumenberg y la critica de Ado no véase Christoph Menke, The soerignity of art; aesthetic negativity in Adorno and De- Londres, The Mit Press, 1998, esp. “On the concept of beaut Cuadernos Americanos, nin. 6 (1954), PP * Los ejemplos van desde las reflexiones de Ezequiel Martine Estrada sobre caricter proteico de la obra de Montaigne y desde ese temprano ensayo sobre el ens yo que es "Binding Proteus", de T. H. Hardison, hasta el muy conocido prog de John Skirius a su Antologia del ensayo hispanoamericano, México, rk, 1992, 0 alm reciente estudio de Pierre Glaudes y Jean-Francois Louette, Lessa, Pars, Hachet 1999, quienes también emplean la expresin “genre protéiforme”. LOS MOTIVOS DE PROMETEO. uw hay en el ensayo una representaci6n, una auténtica performacién del acto de pensar, de la experiencia intelectual, de la biisqueda de enlace entre lo particular y lo universal, entre la situacion conereta y el sentido general. Desde ese presente que a la ver corresponde al tiempo de la enunciacién y al tiempo de la interpretacién, al tiempo del pensar y al tiempo del predicar, comienzan las expansiones del ‘ensayo y se actualiza su capacidad de establecer vinculos, genealo- gias, tradiciones, por él nombradas y rediseniadas, y de inscribirse en diversas esferas, ya que el ensayo traduce y reactualiza las tensiones entre los distintos campos, particularmente entre el literario y el inte- lectual Para tomar una expresién de Montaigne, el ensayo se “enrolla” y “desenrolla” continuamente, cerrandose en su propio afin de auto- noma a la vez que abriéndose al mundo, en permanente dialéctica entre opacidad y transparencia, transitividad ¢ intransitividad. Poner un excesivo énfasis en el caracter proteico del ensayo nos puede llevar a olvidar que hay en él una organizacién de sentido y una configuracién articulada y articuladora de mundos que lo acer can también a la figura de Prometeo: esencialmente heterénomo, vinculador, mediador y articulador de mundos. Si repensamos la propuesta de Camus y la trasladamos a nuestra época y a nuestro clima cultural, coincidiremos con él en cuanto a este Prometeo cuyas dotes tienen que ver con el conocimiento te6ri co y con la practica, con la ética y la estética. Como Prometeo, el ensayo se mueve entre los mundos de la necesidad y del azar. Yes a partir de esta intuicién como pensamos en ciertos rasgos que hacen del ensayo, el cuarto género, un género prometeico: su terceridad, su cardcter interpretativo, su capacidad de erigirse como prosa mediadora entre la prosa, como discurso articulador de discursos, atenazado hoy por nuevos desaffos: cémo establecer un vinculo entre los ambitos crecientemente diferenciados y compartimentados del conocimiento cientifico y el humanistico, la reelitizaci6n del campo literario, la falsa democracia de la cultura de masas y la polarizacién entre los nuevos ricos de la especulacién financiera que quieren comprar el paraiso de los dioses y la creciente masa de pobres y des- plazados, que han perdido ya el derecho a la tierra, al aire, al fuego y al agua, que han perdido ya la esperanza de acceso a la ciudadania politica y del conocimiento prometida por un proceso de moderni- zacién y racionalizacién incompleto que acabé sepultado por un orden cada vez mis injusto y excluyente. 12 LOS MOTIVOS DE FROME Quienes escribimos desde la experiencia latinoamericana, sabe. mos que en los ensayos clave de José Carlos Mariategui, Pedro Hen, riquez Ureiia y Alfonso Reyes es posible encontrar este afin prome. teico por excelencia, que consiste en ingresar al ambito de la “ciudad letrada” para apoderarse de los saberes atesorados en manos de unos pocos y levarlos a las manos de muchos. En América Latina ese héroe llamado Prometeo asume una més de sus inntimeras facetay ingresa en las bibliotecas cerradas de la élite y se dedica a abrir ly libros para las mayorias, hace del libro un simbolo por excelenca vinculador de mundos: en América Latina, Prometeo se vuelve tam bign educador y editor. A partir de esta intuici6n inicial, esto es, la intuicién de que el ensayo €s un género antes prometeico que proteico, intentaremos repensar algunos de sus rasgos caracteristicos e introducirnos en algunas de sus claves de sentido. Entre las muchas y admirables interpretaciones y reinterpretacio- nes del Prometeo queremos recordar las paginas que Cornelius Cas toriadis dedica a la confrontacién entre ¢l Prometeo encadenado de Esquilo yla Antigona de S6focles.” Con muy pocos afios de diferencia, dos dramaturgos griegos ofrecen diferentes visiones de la experien- ia humana. El Prometeo de Esquilo es el que ha arrebatado los sbe- res a los dioses para entregarlos a los humanos, y es castigado por ello, La antropogenia se presenta asi en este caso como obra de Pro- meteo. En el caso de S6focles, en cambio, el hombre es ya capaz de ensefiarse a si mismo, de convertirse en su propio maestro y de este ‘modo el hombre se asocia a un proceso de autocreacién. Un siglo después Arist6teles definira al hombre como ser viviente provisto de logos y como ser viviente politico, que se enseiia a si mismo la lengua, el pensamiento y la voluntad para volverse, en palabras de Castor dis, instituyente de instituciones. En pocos aiios el imaginario ligado al anthropos ha transitado de una visiGn cerrada a una vision abierta, de una visién centrada en el respeto de la tradicién a una visién que defiende -aun a riesgo de incertidumbre= Ia libertad, Nos interesa repensar aqui el cardcter complejo, heterogéneo, del héroe rebelde, que es mucho mas que un mero personaje mediador. Prometeo es responsable de sus actos y sabe, diferencia de Hermes, que el secreto que tendra que conducir debe Gomelius Castoriadis, “Antropogenia y autocreacién”, en Figuras de lo esac Lasenrucjiadas del labeints, 1 (Va. eden francés, 1999), trad, Jacques Alas, rev. Ce Guelerman, México, rc, 2001, pp. 133, LOS MOTIVOS DE PROMETEO 13 ser averiguado por él, porque en ello radica su ejercicio de responsa- bilidad: todo acto con sentido es un acto con destino, todo acto que tiene destino es un acto con sentido. La elecciGn es la contraparte de Ia libertad. Estamos asi muy cerca y muy lejos del Prometeo cliisico, como lo est Camus cuando reinterpreta el mito desde un presente tenso que esa su ver traduccién de un momento decisivo de la historia. Camus toma entonces un simbolo y ~para emplear una primorosa imagen de Lotman- Io abre, reactualiza, se pregunta por el significado del héroe para el hombre de hoy y lo reinterpreta a la luz de los proble~ ‘mas de la rebeldia y la libertad, para a su vez volver a entregarlo a las generaciones que lo sucederan y que por su parte Hevaran a cabo nuevas interpretaciones, La propia tarea que se abre a nosotros tiene también algo de pro- meteica: repensar un género que se enfrenta actualmente a diversos desafios. Amenazado el terreno que le era propio, el del espaci ptiblico compartido, atraviesan hoy al ensayo fuerzas en aparienci contrapuestas: el peligro de una nueva forma de elitizacién y el pel gro de la banalizacién, el riesgo de la cristalizacién y el riesgo de la pérdida de limites, Atendamos entonces a este posible sentido prometeico: si.un afin por estetizar los procesos sociales ¢ hist6ricos levé a José Enrique Rod6 a plantear los Motivos de Proteo, una vision social e histérica de lo estético nos lleva hoy a preguntarnos, para pensar el ensayo, por los motivas de Prometeo CONFINES DEL TEXTO. Sin dejar de afirmar la singularidad y la especificidad propias de todo ensayo, procuraremos atender al mismo, no como un texto proteica- mente inasible ni tampoco como una formacién cristalizada rest tante de una suma de procedimientos aislados, sino como una cont guracion de sentido que establece prometeicamente inmimeras relaciones con distintas esferas y Orbitas sin por ello disolverse en. ora cosa y sin nunca perder su caricter francamente vinculante y articulador, para mostrar que, en efecto, es necesario atender a aque- Ho que Hamaremos un més acd y un més allé del texto. En el primer caso, esto es, su. mds acd, atender a su propia i rip: “4 108 MOTIVOS DE PRoMEtEO | pesinas hasta llegar a nosotros; son un catilogo de los destinos que puedes | ppadecer un hombre o una mujer, sobre todo porque hacerse con un destino | | ¢s precisamente parte de la vida [...]. Yen este exiguo diseito, todo (1) sobre todo la sustancia unitaria del todo ~hombres, bestias, plantas y cos, 1a infnita posibilidad ce metamorfosis de todo lo que existe (p- 19).”° En un proceso narrativo e interpretative perfecto, se ha consume do la metamorfosis del propio estudioso, que comprende ahora st destino a la vez que descubre el enigma de los cuentos de hadas: ‘enigma puesto mas acd y mas allé del simple recuento de rasges? 2 ‘Soma, rae ate nse, nla seme ripetuta esempre varia cassia dee sme ein i atin nat iol einai et sg det ce rsa om 8 oma frit rl pre da he appt fan dn dain En us sted tat ent pr pa a mnepiddbcvone eae womini beste piante cose, Uinfnita possi ABRIR EL ENSAYO a1 motivos folkl6ricos, Se trata, a través del reconocimiento de la expe: Tifeidad de la obra de arte, de reencontrarnos con ese punto dor In ética se toca con Ia estética, donde el ser humano, en su vor cole tiva, tata de poner orden al caos, de dar respuesta al enigma, al onde colindan naturaleza y cultura, abismo y consuel sis perpetua y deseo de orden, en esa zona del se tamorfor fido que colonizae mos también con la imaginacién, en ese lugar donde nos hacemos precisamente humanos (contemplanmos los posiblesdestinos, esta Pros los posibles comportamientos, damos nombre a las principales pasiones y valores): all doncle incidimos para encontrar un order ia del todo y un sentido en “la de metamorfosis de todo lo que existe” Para descubrir el sentido de su indagacion, el ensayista ha debido seguir las demandas propias de la narrativa (tanto del cuento tradicio- nal como del relato contemporaneo): su interpretacién ha cobrado forma. El proceso de entender y abarcar un tema se plantea como pro- ceso de descubrimiento; el ensayista es aqui un héroe curioso aunque fatigado por el antiheroico escepticismo del hombre moderno y del cientifico; el viaje intelectual es un viaje a lo desconocido ¢ inabarcar Jos antagonistas del héroe son en este caso los prejuicios, os reduc cionismos y los lugares comunes; la ayuda magica es su propia pasién por el tema y su capacidad de acercarse empaticamente a él; el sentido de la indagacién se plantea como un enigma de origen que el prota- nista finalmente resuelve. Dificil es por lo tanto pensar en la reli cién entre el ensayista y su tema como una pasiva relacion sujetoobje- to: el propio objeto incluye ya una buena cuota de dotacion de sentido ylaindagacién una buena cuota de aventura. Insstimos: el ensayista es asi protagonista de un viaje intelectual que lo leva a internarse de lo ‘conocido en lo desconocido, midiendo sus fuereas —como el héroe un poco valentén y desmedido de los relatos tradicionales- con el rasero sin fondo de la imaginacién. ELENSAVO: UN VIAJE INMOVIL Si una de las caracterizaciones mas afortunadas del ensayo es la que 4o parangona con un viaje intelectual, nos encontramos aqui ante un Particular desaffo: qué sucede cuando el propio ensaista hace, 2 Uavés de su texto, el elogio de un viaje inmovil? Este caso extremo y ABRIREL FNS 92 co nos lleva a recordar que el ensayo es otra forma de vg Lees snsamiento y la jimagit ms cia “he un ensayo del gran escritOr BrIego Odi, ese ei dara mecedoras aventuras”.” er lens se torn. 28 wn ref. ala far €5 del hombre y de si mismo, a la vez que nado wae a fr pie la moderna ect tant el ely Fagus del turismo como el cuto antiburgués de ot tipo de tris tho para iniciados, cuya obsesin primera es diferenciarse de aquél ‘Fronto cl poeta entabla un dilogo en un complejo juego por el ual el se dexdoblay se ditige a un ti que, si por una parte designa ‘otra se confirma como didlogo consigo mismo: al lector, por la een vera enunexperineno dee ipo en Toque conse eScret ae ru enel mun exterior, por 20s ¥ 1s hecho, we es aemeal qu Torn por tremeconesy us iealesen oda rece scbes Er nportant a coherencia no solamente; el fancions wise de loss comuniantesTo que interes. Que el mister rele en Toe expacion gumente pal (252) Yaiiade: Que todos los derivados de Ia sonoridad secreta que realiza la escritura encuentren st analogfa en el nivel de las relaciones humanas. De tal modo que incluso Ia unién de las palabras, aproximaciones de la adivinacién, ‘encuentre proporcionalmente su aplicaci6n en tus actos y vinculos posibles mis alli de la racionalizaci6n, si se puede decir eso [...]. Todo junto y cada uno por separado (p. 2538) El texto da un giro sorpresivo: la reflexién sobre el destino de ‘extranjeria y de viaje en las palabras del poeta. Leemos: “Tal ver ¢s Oulseas Ets, “Avante despacio" (199), reproducido en Prova, Sis ensyes wad. del griego de Francisco Torres Cérdova, prl. de Hugo Gutiérrer Vega, México, ‘0.04 2001, p25, Nsx30 agar ELE a goo de Dios que el poets notes iy tre siempre con las méquinas e seen saberlo, hice, que de puerto rip. pete sae r mas, el mat Pero traténdose de un exctito, ee aan Lina norosidad en el descubrimiento de prijs ede ee gegen conn apron lope de vena asi una red metaforica apoyada en el recoride cena, i aeons ee gue ra marina, por la cual a er ls palabras propia de en piega recuperan su memoria ancestral sempre ligada en n'maray ead cn puerto legaee fe ence! ecesitan 1 gran piélago son cinco o seis mil palabras. ¥mi nave un espacio de apro- simadamente quince pasos de largo que asciende y desciende sin cen y ‘entre Herdclito y Pindaro con direceién a la Acropolis, y; mis alla. avant Filiro y Egina. Palabras venidas de mucho tiempo atras, u otras mis nueva, incluso smodismos, se agotpan en la punta de tu pluma, se remueven come s pide: yan algo, saltan hasta el punto de incluso salpicarte el rostr, mientras la prosa se hunde en los sucesos y las gots del chapoteo legan hasta la cubier tn te empapan, te pegan en la frente consignas de manifestaciones, emble- mas de partidos, clamores. Continuamente es necesario que rechaees, que hiegues, que elijas, que adoptes (pp. 254255) La palabra personal, quehacer del poeta, se encuentra con las palabras de la tibu, y para expresarlo apela el autor a metiforas Imarineras, Mis atin: recordemos que el sentido originario de metio- 1a, presente en el griego clasico, es el de traslacion, La palabra se ‘encuentra con la experiencia intima, ligada a los sentidos: Por desgracia, el hombre ficilmente adquiere gran educacion y en lo que slo exige cerebro se distingue. Sin embargo, en lo que exige que partcipen los sentidos, dormita, Sus Srganos sensoriales, en estado permanente de hipotermia, son incapaces de transformar la fuente de estimulo en imagen 4que proporcionalmente se refleje en el espiritu (pp. 256257). De la mostraci6n, de la exposicién de palabra y sensibilidad, hemos pasado casi imperceptiblemente y en pocos renglones a oo “escal6n’: la interpretacién de un estado de cosas, y aun a otro esc on mas, consistente en la critica al intelectualismo contemporiineo: ABRIR EL 94 0 De ahi el famoso intel vincul todlos los hilos que 08 ambre de abrazosafectuosos Y verdade Jecwatismo de nuestra EpOct, qUE COTE UNO ay fan con la vida inmediata ¥ NOs condena g yr ras ligrimas (p. 257). " Jo ete atsbo de erica, regen ese ques apenas planteado ese . “ete a ree ans mages desta com Geng seine “pots je inmost et am emuantey pelos que a Pot 9 ac dice, Iran ca hn imperceptible de las flores ye ic invierte entonces el *valor” del movimien, cor eaplaramiento, caracterstico de todo viaje, puesto que el ee ie aay interior y el mundo es tambien wna ere ding thea, El punto de artculacién de este viraje es, de todos modos, ung metifora, la del barco en el mar: avante despacio, es una experiencia no meng, que un viaje de explor y aventura: “Ya me asoma ala ventana, ‘compiten con el viento. S J. Afortunadamente mi carga es pes El arco se levanta y golpea las ola [.. 7 ora no ha habido nadie day aérea. Pesada por una oposicin que hasta ah jue la adopte. Yligera por los trazos de vivencias a las que {que la reconozca, q ‘sw santificacin, el contenido temporal, y han Megadoa Stes sun SErclememos inl almento de abe, rami de an mar borascos yen conta de 1s tempor yas mods un segundo, de ore epee, Ho, odo ala al que me lao de rhe emeyjo ts sper ent aos mdajoven en a concepein debs CaN lo mutate qu eepeseman Es der el ada et ater qe sprint par tga oa fo permanente que oclan (p25) Después del tema del “viaje solitario”, pasa el autor a otro que se engarza con el anterior, y se suma a él sin que ninguno sojuzgue a otro: el hibito del orden, la frugalidad y la contencién por parte de "muchos escritores no radica sino en el arte de cortar, sujetar, acotar ¢l devenir del tiempo ala ver que permitir,en el recorte de los bienes materiale, la muliplicacion de las vivencias, Sigue una variaci sobre el mismo tema, que lo completa, enriquece y a la vez modifica, en cuanto nos conduce al milagro poético yal elogio de la manera de decir poética: Al subordinar tus dos naturalezas al mismo principio, a veces Hlegan tl punto de ideniicacion que la poética precede a la cotidiana, Yeso const REL ENSANO anu . yueiio milagro. Que en cierto modo el poema se fs de tu vida. Yno con lo que dice, sino con nan ne ‘manera en que lo ye un pea te de Suet dice (p- 260) gue de all otro tema, el de la critica dl afin letra por sect isiicario todo, conta el aor de comtempla eases tendo, con tu cuerpo pensable el ‘cuerpo que tramcurte’ pies eg vierviet”(P- 260). El tema de la experiencia via tan difchde oe ‘sige un Lema ecurrene en la exeritiacontemporines zn ocasiones miras ts vivencasalejarse a gran profundidad con una pers: tiva claramente onirica,y en otras volver de nuevo al primer plano, mts fue distingues los poros de tu piel (p. 260) Las nuevas estaciones de este viaje inméuil son asi ls vivencias, las ‘evocaciones, que buscan recuperar las imagenes vvidas de una casa fevestida de rosa y blanco, una falda de color durazno, el aroma de jana verbena: sensaciones primigenias evocadas por la memoria invo- quntaria que se combinan a su vez, en el preciso azar de las analogias, para confluir en haces de correspondencias, como esl caso del ono preciso de un color que evoca a su vez un sabor y que es capar de vin- ular elementos tan distantes como la falda de una mujer y la porta da de un libro de poemas: En pocas palabras, lo que atrapa tu mente y lo que atrapa tu mano hecho tuna sola cosa. A veces pesado, leno de sensaciones primigenias a veces lige- 0 0 aéreo, como las lineas lejanas de las montatias que al fondo distingu- mos mientras navegamos. Que ni se atrapan, ni se tocan, ni sabes si algo ocul- tan tras de sf (p. 261). En el final de viaje propio de este ensayo nos espera la imagen de otro final de viaje: Ahora la aguas parecen més serenas, ha amainado el vento ys escuchan imi acre las miquinasy los lads de mi ora [1 Ning pero nos recibe ya, Gino camino que nos queda ahora es el peligro [.-J- Ns qudamos Actenidos en medio de ata mar. Su soledad es interminable y amar. Se extiende hasta los mas extremos limites de horiaonte, parecer que ens << ABRIREL Exp = mo de nuestra EPOCH, GUE COTA UNG & yng ia vida inmediata y nos condena a mas (p- 257) ects incu con i via i erdaders gti De ahi el famoso intel todos Ts hilos que 108 vit hhambre de abrazosafectuos0s ¥ ste atisbo de critica, regress 6 a es una experiencia no men ts tet “ y aera "me cans de cep dels Mores qu tnica EL punto de articulacin de este vraje , de todos modos, una ‘metifora, la del barco en el mar: co elvan golpea las ola... Afortunadamente mi carga es pes. Be pi que ht ahora no ba hai na Gels secononc, que ln aopte liga por los trazos de vivencias a as ue sees satrap, tra sn santiieacén, el contenido temporal, y han Negado ser elementos inasibles,alimento de abe. En medio de un mar borrascoso y en contra de los tiempos y fas mos, tun segundo mundo, de otra especie, Bud, todo aflora, al que me lanzo de ‘abera yemerj ala superficie weinte aos més joven en la concepcién dels cosas y lo mudable que representa, Bs decir, el caudal de la materia que es Jmprescndible para lear y toca lo permanente que ocultan (p. 257 Después del tema del “viaje solitario", pasa el autor a otro que se ‘engarza con el anterior, y se suma a él sin que ninguno sojugue a otro: el habito del orden, Ia frugalidad y la contencién por parte de muchos esritores no radica sino en el arte de cortar, sujetar, acotr el devenir del tiempo ala ver que permit, en el recorte de los bienes ‘materiales, la muliplicacién de las vivencias. Sigue una variacin sobre el mismo tema, que lo completa, enriquece y a la vex modi. én cuanto nos conduce al milagro poético y al elogio de la manera de ees 170 postico yal elogio de la ma Al subordinar tus dos naturalezas al mismo principio, a veces legan 2 punto de identificacion que la pogtica precede a lacotidiana. ¥ eso consti 95 milagro. Que en cierto modo el poema se wha el Intrpre. era en que lo yeun pea yee Suefios de tu vida, ¥no con To que dic, sno con la man dice (p- 260) Sigue de allf otro tema, el dela critica del afin letrado por entene derlo y clasificarlo todo, contra el valor de contemplar la vida como ‘in enigma. Para el poeta se trata de “un esfuerzo por sustituin, exert, biendo, con tu cuerpo pensable el ‘cuerpo que transcurre’ para evi tar la veje2” (p. 260). El tema de la experiencia viva, tan diffell de as yy consignar, es un tema recurrente en la escritura contemporénea: zn ocasiones miras tus vivenciasalejarse a gran profunddad con ana pene pectiva claramente onirica, y en otras volver de nuevo al primer plano, unto, ‘que distingues los poros de tu pel (p. 260). Las nuevas estaciones de este viaje inmévil son asi las vivencias, as evocaciones, que buscan recuperar las imagenes vividas de una ¢asa revestida de rosa y blanco, una falda de color durazno, el aroma de una verbena: sensaciones primigenias evocadas por la memoria invo- Iuntaria que se combinan a su vez, en el preciso azar de las analogias, para confluir en haces de correspondencias, como es el caso del tono preciso de un color que evoca a su ver un sabor y que es capaz de vi cular elementos tan distantes como la falda de una mujer y la porta da de un libro de poemas: En pocas palabras, lo que atrapa tu mente y lo que atrapa tu mano hecho ‘una sola cosa. A veces pesado, leno de sensaciones primigenias; a veces lige- 10 0 aéreo, como las lineas lejanas de las montafias que al fondo distingui- ‘mos mientras navegamos. Que ni se atrapan, ni se tocan, tan tras de sf (p. 261) sabes i algo ocul- En el final de viaje propio de este ensayo nos espera la imagen de otto final de viaje: Ahora las aguas parecen mis serenas, ha amainado el viento y se escuchan 'nds fuerte las maquinas y los latidos de mi corazén (...]. Ningin puerto nos recibe ya El tinico camino que nos queda ahora es el peligro [..}. Nos quedamos ddetenidos en medio de alta mar, Su soledad es interminable y amargs. Se ‘xtiende hasta los mas extremos limites de! horizonte, pareceria que se tens®, EI E'TAT 96 ABRIREL ENSu0) se atiranta, hasta que en tun momento dado toque tu mente st otro extrem, ideal que yace mds alld, pero con el que en esencia linda, como ocurre con todos los contrarios en su mayor intensidad. En efect ahora siento que eso, cerca, que casi “tiento”aquello que narran los vijos marineros sobre tna vasa ignota claridad, en la que tu peso no cuenta, y donde la Iz no es la del Sot o cuerpo celeste o artificial. Esa hud que my "quiere pasar por lo ojos para hacérsete sensible (pp. 261-262), ue conocemos nila de ningtin o Alapelar, como metafora del viaje, al mar y las naves, Elytis re una larga tradicion cultural y a un patrimonio del imaginario que Grecia legé a la humanidad. El viaje de Odiseo en pos de Taca es arquetipo de todos los viajes, reales ¢ imaginarios, y ha tenido, como es claro, enorme desarrollo en la tradicién cultural clisica y moderna Apela también Elytis a filésofos y poetas de la tradici6n griega, a layer que evoca autores europeos modernos que forman parte de la tra cién cultural en que se inscribe como escritor. Hay un sutil trinsito centre referencias cultas y referencias populares, entre alusiones liters rias figuras ligadas al quehacer cotidiano de un pueblo que, como el sgriego, se relaciona estrechamente con el mar; En el final todos los, hilos se encuentran, y las imagenes literarias, cotidianas, existenciales, se refinen en una declaracién que es un nuevo exhorto al viaje: Asi, pues, viaje todo a la derecha y avante de frente al peligro (...]- Que nadie se apoque. Las manos sobre el timén [...]. Avante, Avante despacio Ihacia lo no turbo, lo ineludible, lo desnudo, lo caro, lo comprensibleen si mismo, lo inalerable (p. 262) EL ENSAVO YLA TRADICION “Entre todas las disciplinas culeurales ~anota Tinianow~ la historia lit raria conserva el estatuto de un terrtorio colonial”: en efecto, por muchos aios la historia literaria sustituy6 los problemas artistcos pro- piamente dichos y los examin6 mediante enfoques deterministas “que llevaron a confundir “ka “historicidad’ del fenémeno literario con el “historiismo’ inherente a su estudio” Es asi como el concepto de % lurk Tinianox, “Sobre la evolucién literaria” (1927), en Taetan Todor (comp.), Tera dela ieratura des formals rss, trad. de Ansa Maria Nethol, Mex, Sig XXI, 2002, pp, 89. |ABRIR EL ENSAYO 7 stradicién”, que fue por mucho tiempo una nocién fundamental de la sicja historia literaria”, habria resultado apenas, segin el crtico rus, via abstraccién ilegitima de uno o varios elementos literarios del sste= ma en el que se emplean y donde desempeiian determinado papel", ‘en cuanto no hizo sino reducir fendmenos especificos de la serie y el sistema literario a cuestiones de historia general. Hoy no s6lo somos conscientes de estas cuestiones, sino también de que la obra lteraria fofrece a st vez una mas o menos explicita reinvencidn de la tradicién, de la gencalogia de discursos, obras y autores en las que se inserta De este modo, en ese clima de renovacion y reconfiguracién del campo literario propio de las primeras décadas del siglo xx en el cual desempeniaron tan especial papel las vanguardias y los experimenta- lismos, el critico ruso logra a su ver validar la idea de especificidad de la serie literaria vinculando de manera original este tema con la nocién de tradicién. Otro tanto hard casi paralelamente en México Jorge Cuesta, en un proceso de normalizacién y aclimatacion de algunos hallazgos de las vanguardias -como su nuevo sentido cosmo- polita~ en el que participard también Alfonso Reyes, asi como, algu- nos afios mas tarde, para Argentina, Jorge Luis Borges. “La historia de la poesia mexicana es una historia universal de la poesia”: de esta manera contundente se abre el ensayo de Cuesta, que lleva por titulo “EI clasicismo mexicano”: Lahistoria de la poesia mexicana es una historia universal de la poesia; pudo haber suceslido en cualquier otro pais; tiene una sgnificacién para cualquier cspititu culto que la considere y aspire a comprender los idealesa que ha ser sido y que la han caracterizado, Estos ideales que, en un espacio geogratico limitado -México-, dentro de una sociedad particular la mexicana~ya tra vés de una época hist6rica definida, fascinaron a diversos temperamentos, han sido, también por la variabilidad de sus apariencias, también por lavaria- bilidad de sus formas, los mismos ideales que ha perseguido la poesia de ‘cualquiera otra nacién moderna, Hasta cuando, siguiendo las miltiples ten- dencias romanticas, sus productos han sido los més particulares o los mis «xéticos, la poesia mexicana no ha podido sustraerse de verficar, de esta ‘manera, un destino universal de la poesta.*! *" Jonge Cuesta, “El casicismo mexicano”, publicadooriginarament en Elie 9 Inu, agosto de 1984, pp. 367-378, y eproducido ex Ensayor et, intro. de Masia Swoopen, México, UNAM, 1991, pp. 435-449, ep. p. 435 ABRIREL AN, " sas, un claro ordenamiet™0 7 Ngatos historicos: en un primer grup, cel anslisis ¢ interprets dad de la poesia mexicana en cutanio de deny arma al europe 9 0 NCD con Sh prtenenca an poeta oe enembocan en sey eatin pal may defend el vnculo de a pry, universal, En seguil ‘CHa sido un compromiso para la histori, pas de inmediato a plantear una pregun, ala y Fas profundo ie. “Las Obras de dn, que m0 ancon y sor Juana Inés de la Cruz, pertenecen ala lit rata espaol puter ey apunta 8 encONra n cana2™ (p30). Et cue oo cones nacional mg recalls er Urea, quien via en Alarcon al pre aoa eer meaicano, Revisard més adelante en detalle la cuestion mer escrtor me sia i en México, para con fc la existencia 0 no de una poe J lo amplar el concepto de clasicismo hasta hacerlo sindn de a literatura mexica tura clisica espaiiola’ de este mo mo de universalismo: ‘Todo clasicismo es una tradicin transmigrante. En el pensamiento espaol {que vino a América de Espaia, no fue Espaiia, sino un universalismo el que émigré, un universalismo que Espatia no fue capax de retener, puesto que dej6 de emigrar —intelectualmente. No s6lo México; toda la América naciéa favor de la pasién universal que encendi al espiritu europeo en los siglos sbriéndole los ojos ala naturaleza, despertandole la curiosidad de li avivindole la avidez de conocer profundamente sus pasiones. La influencia de América fue profunda en Europa desde el porvenir y desde ly distancia. La idea de América lego a ser el mas vivo fe rio, destruyendo las fronteras habituales del mundo, sélo con el poder de st imaginacion (pp. 438-439) nento revolucions Cuesta y otros autores se ocupan de rebatir los preconceptos nnacionalistas y miopes que se vinculaban en su época a la idea de tr dicin para reexaminarla a la luz de cuestiones que tienen que ver con la especificidad del quehacer literario, AI hacerlo asi, el escritor repiensa las respectivas tradiciones y genealogias, a la vez que su pro" ome #1ENSAVO 5 en ellas y asf vuelve a trazar su propia afi ve 6m en laliterae tur si. por ejemplo, Cuesta revisara la relacion de pa del siglo 38 con cl academic y el romantcmo, sherk rmente qu “el academicismo ha sido un clascisma sant hic un clasicismo particulary dé que “cl romanticimo'hte a fimor de To particular en elarte™(p. 440). Examinard la alianrs sae seademicismno y romanticism en Manuel oxé Othon y Saladon be Miron, “clasicistas, latinistas, francesistas, modernos y amenear oe {ibid.). Se detendra en la poesia de estos autores, para d ismodernismo afrancesado” de Gonzilez Martines, Yeo Ia demostracion de que 1a poesia mexie tn mexicaninmo en nuestra poesia contempornea noe sno un “nodernig tno" aplicado al paisaje de Mexico, Todos os mexicanismos en muse re fatura no han sido sino aplicaciones al paiaje, es decir, no han tenide sing tm puro carcter ornamental. Ademis, han podido exis slo sag ne ia extranjera, por nt inclinacion alo parcul e hy poesia ae Par ‘se ha prestado a recibir Ip -mexicano” como objeto (p. 448), Desemboca en una conclusién contundente: “la literatura méexie canista no ha sido una literatura mexicana, sino el exotismo de tna literatura extranjera”, Y cierra el ensayo con una relectura de Lopez Velarde, quien, sien su juventud se inclina por la pintura del paisaje social, resulta pronto un “decepcionado del paisaje”. ¥ dice: En Ramén Lépez Velarde la poesia mexicana se reflexiona apasionadamen- te, repuidia sus artificios y adquiere una conciencia de sus propdsitos que es ‘comparable, por su penetracién, a la conciencia inmortal de Baudelaire [.-]. En este gran poeta, prematuramente muerto, la experiencia poética de México se aisla, se resume y se purga; sorprende profundamente el carter americanocle su destino, y se destina a la universalidad (p. 449) A partir de operaciones tan radicales como éstas ~que en aparien- cia parecen obedecer a una mera revisién historico-titica pero que son en realidad audaces tomas de posicién y permanentes reinter Pretaciones de los sistemas y tradiciones literarias, ai como de la ins Cripeién de la propia obra en ellos somos hoy conscientes de que, al keer un ensayo de esta magnitud podemos llegar a entrever la propia reinterpretacion que hace su autor de la tradicién literaria e intelec-

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