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u vueuUuU UU DU U UD Ut tr oo 102 Teresa Aguirre y José Luis Avila idea de formar un nuevo partido, que se Hamaria partido popular, Meses después, ya afirmado Amilpa y en los marcos de la guerra fria, Lombardo, el “marxista mas importante de México”, fue expulsado de la CTM y ésta abandoné la CTAL para incorporarse a la Organizacion Regional Interamericana de Trabajadores (RIT), contro- lada por el Departamento de Estado. Lombardo fundé el Partido Popular en 1947 con Ja ayuda del PCM. En su programa, que él mismo reconoce impreciso, declaré proponer e impulsar el cumplimiento de las tareas de Ia revolucién mexicana, econoci6, ademas, que no habia ningiin distanciamiento entre él y Aleman. Clausuradas las posibilidades de unidad, la ASU se trans- formé en Partido Obrero Campesino de México (POCM) en 1951. Como el conjunto de la izquierda, el nuevo partido opinaba que en México aiin no se habian liquidado todos los rasgos semifeudales y semicoloniales, que atin no se habian cumplido todos los objetivos Mocratica; pero a diferencia del planteamiento lombardis ta, el POCM expresé en su declaracién de principios que esos objetivos s6lo podian ser alcanzados a través de un movi. miento amplio bajo la direccién del proletariado y no de la “burguesia nacionalista”. Se proponia luchar por la unidad de la izquierda y de la clase obrera y combatir en todos los frentes la politica guternamental que habia propiciado la afirmacién del grupo monopélico y proimperialista de la burguesia. El POCM logré cierta influencia entre la clase obrera y surgié en momentosen que era evidente el descon- tento popular por el curso que habia tomado la revolucion mexicana. | vu 4. Rebelién en el pri Teresa Aguirre José Luis Avila En ese ambiente popular definido por la critica abiertaa 'a politica alemanista, incluso de sectores delPRI, se desat. ban las agitaciones “prematuras” en vistas de la sucesion Presidencial de 1952. Un grupo cardenista, que reprobaba 'a politica de Aleman, recogid el sentir popular ya media. dos de 1950 publicd en los diarios un desplegado donde manifestaba su idea de que seria en las elecciones presiden. ciales donde habria de resolverse el destino final de la revolucién mexicana: continuar con la politica alemanista © volver al programa de Cardenas. Simulténeamente, la burocracia politica intensificaba la Propaganda en favor de la politica gubernamental. Se suce. dian los “reconocimientos” a la “gran labor presidencial™ se destacaba el répido crecimiento econémico y se soslaya~ ron la inflaci6n y la devaluacién de 1948, Sanchez Taboa. da, presidente del Pl, declaré a mediados de 1951 que para lograr el desarrollo del pais era necesario “alemanizar a todo México”, puesto que “alemanizar significa por anto- nomasia hacer un México mejor”, En medio de los rumores de que Aleman pretendia reelegirse, la SEP edité el folleto vue ogo oO U 0 0 0D OT eevee vewceuvuse vow uw im Teresa Aguirre y José Luis Avila Por México, en el que se exaltaba la obra presidencial y se sefialaba su caracter inconcluso; a su vez, José Rubén Romero, conocido escritor mexicano, en ocasién del ani- versario de la muerte de Obregén, declaré en julio de 1951: “La reeleccién no atenta contra la democracia cuando se trata de utilizar en bien de la patria los servicios de un hombre apto, justo y generoso™ Las ambiciones alemanistas recibieron la fuerte critica de la izquierda y de elementos del PRI. Ello obligé a insinuar que Alemén s6io buscaba la prérroga al mandato presiden. cial, o bien Ix cortinuidad de su politica mediante la pre~ candidatura de Fernando Casas Alemén, amigo personal del presidente y cercano colaborador desde que éste habia sido gobernador de Veracruz en los afios treinta. En esos momentos Casas Aleman se desempefiaba como jefe del Departamento del Distrito Federal. Contra lo que quisieron hacer creer los alemanistas, la politica gubernamental encontré la protesta popular, acti- va, en la clase obrera. El apoyo indiscriminado a la iudus- trializaci6n y a los nuevos empresarios agricolas, el acelera~ do proceso inflacionario combinado con la politica de contencién salarial, los charrazos, la suspensién del reparto de tierras, la modificacién al articulo 27 constitucional, la adici6n al articulo 145 del eédigo penal por el que muchos lideres sindicales estaban presos, no sélo significaban gran- des retrocesos en lo que se habia creido conquistas irrever- sibles de los obreros y tos campesinos, sino que deteriora~ on las condiciones de vida de la poblacién. En franca oposicién a la politica gubernamental, un destacado grupo de cardenistas que militaban en el PRI.y la izquierda agrupada ya en el PCM, el PCOM yel PP, pensaban que el desarrollo del pais debia sustentarse en la continua- cién de la reforma agraria, una distribucién msequitativa del ingreso, el apoyoa losempresarios nacionalistas peque- fios y medianos, la democravia efectiva y la defensa de la soberania nacional frente a Estados Unidos. Exigian “re- orientar” el curso de la revolucién mexicana, volver al Programa cardenista. wee ee SU TUT ad, Rebelidn en el prt 10s En el interior del partido oficial, el i al, el grupo identificado sea catdenas se opuso a la posible permanencn de los Guemanistas en el poder (ya fuera por medio de Prorroga del mandato presidencial o por la candida de Casas Alemdn) y reclamaba profundos cambios en la politica Partidarios de Henriquezse dierona la tarea deformaren el : pesinas que, dirigidas por Cesar Martino y Wenceslao Labra, lograron despertar clinterés entre éste que era el sector masder ontentoconel régimen de Alemén. le ofrecieron Cardenas y Avila Camachoa Henriquez!, que “ste decidié hacer piblica su decision de avepiae postula. in como candidato a la presidencia de le repitien fu Heneral Henriques tenia gran arraigo popular una ee ss re Se vincul6 al movimiento revolucionario desde 191 ne, "Emaue Quiles Pone rela que a faeade 1980 semen "0 peceupe yo coy con une na nee SanIES 0 haremos™. Dias despucsHeniguer wate eee cn Somes “Mire mi gene sedcr te fran responsbiidad: Alm se quiere perpen ee Su pariente Casas Alemén, yeso no se lo VAMOS a permitir,.. yé estoy con sed Homies) Canes pres Behe ee ee a hema Cos Ae Nee a wo ow 106 Teresa Aguirre y José Luis Avila mando parte de la escolta de Madero, para después enrolar- seal ejército constitucionalista, Hacia 1920 contaba ya con 41 participaciones destacadas en acciones contra las fuer- zas villistas y zapatistas. Durante la administraci6n carde- nista estreché relaciones con el presidente y se encargé de sofocar los actos de violencia de Nayarit y Durango a como la revuelta de Cedillo en San Luis Potosi. En la administracién avilacamachista apoyé la politica de uni- dad nacional y se hizo cargo de la decimoquinta zona militar, estrech6 relaciones con el general Marcelino Gar- cia Barragin, gobemador de Jalisco, quien habia apoyado su frustrada precandidatura en 1946, Ademas de criticar las “agitaciones prematuras” de los henriquistas, que produjeron divisiones en el partido, la direccién del PRI pidié calma y programé la asamblea nacional para fines de 1951, cuando seria designado el candidato oficial. Los henriquistas, que conocian bien las Nicticas priistas para vetar precandidatos, optaron por buscar la candidatu-a independiente del general coahuilen- se. A partir de entonces orientaron sus esfuerzosa reorgani- var la Federacién de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM), 1a cual logré celebrar su asamblea constitutiva en marzo de 1951. En tanto, el henriquismo se definia como un movimiento de oposicién a la politica gubernamental imperante, el Estado y su partido; sin poder ahogarlo en los usuales arreglos cupulares, estimularon la separacién de los henri- quistas del partido oficial. A slo un mes de solicitar su registro, el 27 de mayo la FPPM obtuvo la aprobacién de la Secretaria de Gobernacién (cuyo titularera Ruiz Cortines); Pero en cambio se le negé al Partido de la Revolucién, del general Candido Aguilar, y al PCM, que buscaba tener acceso a la legalidad que habia perdido en los marcos de la guerra fria Durante 1951 el henriquismo se convirtié en un movi- miento nacional de oposicién. Encontré apoyo entre el campesinado y la oficialidad media. Los campesinos, su fuerza mas activa. lograron organizar, ya al margen de la wouew Uw 8 a a evra eeweowuerewvoud Geen pandidato a la presidencia al general Miguel Henn, su discurso, el divisionario coahuilense cuestiond el trayecto reciente de la revolucién mexicana, criticé la burocracia politica, su forma de ejercer of poder yel despo- tismo presidencial; del PRi observ6: “ya noes fiel vocero de 'as causas populares, ni fiador solvente de Ine promesas revolucionarias, ha caido en el desprestigio por carecer de ideales que lo sustenten y Porque su labor se ha vuelto hueca y demagégica”. Al recoger muchas de las demandas populares, cl ideario henriquista se nutrié de la Constitucion de 1917, por la Seaetalan los henriquistas, habian luchado al lade de fos y media- el hermano del candidato, istraba la fortuna familiar Ino, a Ia vez que destacados cardenistas y algunos da Inn Senerales de la revolucién abandonaron las filas del PRI Henrie vertirse en activos politicos al lado del general Henriquez, La familia revolucionaria se dividié nuevamente, pero Ghia vez la convocatoria provenia de un grupo de recomec, dos generales de la revolucién, muchos de cliog figu politicas progresistas y de indudable Prestigio nacional. La cls politica” priista se enfrenté con actores dels nro bien convertidos en experimentacos politicos que ya ha Pian ocupado altos cargos en la adninistracion liblicn. al henriquismo se sumé la plana mayor de los eardemini eevee eovvd we ad aa i 108 Teresa Aguirre y José Luis Avila muchos intelectuales destacados: Genovevo de la O, Fran- cisco J. Magica, Graciano Sanchez, Luis Sanchez Pontén, Ernesto Soto Reyes, Luis Chdvez Orozco, Mancisidor, Francisco Martinez de la Vega y Arsenio Farrell Cubillas ‘También se sumaron activamente jovenes dirigentes.como Rubén Jaramillo o activistas como Elia Cantii y Magdalena Mondragén, Se dice que los mitines henriquistas eran fre- cuentados por la esposa, el suegro y el hijo del expresidente Cardenas. En agosto de 1951 Henriquez inicié su campafia, Acudié primero a Tepic y Guadalajara, lugares donde Garcia Ba- rragin, exgobernador de Jalisco, tenia gran influencia y donde el candidato se habia desempzitado como jefe de la decimoquinta zona militar. Acudié posteriormente a Pue- bla, ahi recibié el apoyo popular, pero también la primera represin gubernamental significativa (saldo: varios muer- tos, heridos y encarcelados). En todo su recorrido por el pais los henriquistas fueron objeto de represion y hostiga- miento sistema ico, que si no mell6 suAnimo, si contribuyé a generar un ambiente tenso en el que el recurso de las armas no escase En su larga ¢ intensa gira, el divisionario de Coahuila demandé una reforma electoral que dejara el proceso en manos de la sociedad, el sufragio efectivo, el respeto a la _)soberania de los estados y la autonomia del municipio. Pensaba que la tinica manera de resolver el problema agrario y Ja miseria campesina era reactivando la reforma agraria, otorgando crédito barato a ejidatarios y pequefios propietarios y liquidando el neolatifundio que se habi expandido durante la administraci6n alemanista; conside- raba que la expansién industrial debia basarse en la iniciati- va individual, que el gobierno debia dar facilidades a todos Por igual y cuidarse de que sus recursos no beneficiaran a un reducido grupo de privilegiados; prometié elevar los salarios, la libertad sindical y el control de precios, pero observ que las relaciones obrero-patronales debian ape- garse al articulo 127 constitucional. Henriquez prometid. tambien luchar contra la carestia, la corrupcion en el go- wa dl aoa a ao Rebelién en el PRI 109 bierno y dar asistencia médica en las zonas populares; reivindieé los derechos de la mujer, la libertad irrestricta de creencias religiosas, el respeto a la familia y propugné por una educacién piiblica que en esencia fuera mexicana, Opi- né que debia buscarse que las relaciones con Estados Uni- dos fueran reciprocas y sefialé que la inversion extranjera que mostrara estricto apego a las leyes seria bienvenida, incluso estimulada. EI PRI intenté por todos los medios restar fuerza al henriquismo; no sélo se denuncié en desplegados la gran fortuna de la familia Henriquez, sino que muchas de sus empresas fueron embargadas (alegindose evasidn fiscal) y la radio que utilizaba en su campafia para mantener contac- to con el interior del pafs fue intervenida. A los militares que solicitaran licencia para enrolarse al henriquismo se les concedié su permiso, pero con caricter “ilimitado”, y a la burocracia media se le ofreci6 perdonar su “defeccidn” y mejores puestos y salarios en el proximo sexenio. No obs- tante, el henriquismo siguié creciendo. Gané simpatizantes entre los amplios sectores descontentos con la politica gu- bernamental. “A partir de la oposicién al PRI y al gobierno, otras candidaturas intentaron sostenerse. El Partido de la Revo- lucién postulé en noviembre de 1951 al general Candido Aguilar, yerno de Carranza. En un discurso que dicté et ea ocasiOn, Aguilar manifesté que lo fundamental en esos momentos era “saber cOmo se vana restablecer las institu- ciones de la repiblica; c6mo se va a devolver al pueblo su soberania, actualmente confiscada por la oligarquia en el poder; cémo va a ejercer la ciudadania sus derechos demo- eraticos en los comicios, cémo va a volverse a losideales de la revolucién”. Su programa, similar al de Henriquez, tuvo como lema: revolucién, democracia y constitucién; Céndi- do Aguilar decliné su candidatura poco después en favor de Henriquez. En el PAN logré imponerse la corriente que pugnaba por la participacién en los procesos electorales como un medio de ampliar la base social del partido y fortalecer la concien- war ar ar ddd ay oh ar OF BF BP at ah a aE BP BP Bh at ay ra Teresa Aguiree y José Luis Avila cia civica, lo cual, se pensaba, terminaria por minar las bases del monopolio del PRi. Efrain Gonzalez Luna, miem. bro fundador del partido, fue designado candidato a la presidencia de la repiiblica. De este modo, Accién Nacional Particip6 por primera vez. con un candidato propio en los Comicios presidenciales y, segiin se dijo comenz6 a cumplit “‘logica y moralmente” con su programa e ideales civicos Accién Nacional sabia que no ganaria las elecciones por lo ue, precis6, se propuso luchar por “objetivos trascendentes”™ mis alla de la simple conquista del poder politico. Los Panistas creian, como lo deelaré Gomez Morin, que en las clecciones de 1952 se enfrentaban en realidad solo dos candidaturas que representaban verdaderas corrientes ideologicas (In de! PAN y la de la izquierda, representada por Lombardo) y qué las demés eran “degeneraciones de las del regimen”. Durante su campaiia presidencial Gonzalez Luna critics insistentemente la corrupcién del régimen alemanista, y no dejé de sefialar que a la existencia del “sistema faceioso de gobierno” se ha sumado la “centralizacién personalista (que) ha llegado a extremos increibles de desprecio hacia arriba y de abyecta sumisién abajo”. Declaré quela miseria campesina ¢s resultado de una equivocada politica guber- namental que contzaviene el espiritu original de la Consti- tucién de 1917. Demandé una poiitica flexible que, estimu- ando el desarrollo, fuera capaz de elevar el nivel de vida de 12 poblacion, exigié la titulacién de las parcelas ejidales y apoyo financiero al campo, autonomia del municipio, libre éducacidn, respeto a la familia y una reforma electoral que acabara con el fraude del que se valia el PRI para mantener. se en el poder. El ?AN desplegé una modesta “campafla viea™ que a la postre le permitié consolidarse como el Unico partido estable de oposicién. tanto los candidatos de la oposicién se definian con relativa rapidez (excepto el PP, que en asamblea nacional decidido presentar candidato pero atin no lo determi- aba), en el partido oficial la correlacién de fuerzas comen. 20 4 volverse adversi a los alemanistas, sobre todo a partir a! aa! a a a a! a! al al Rebelién en el PR: ut del segundo semestre de 1951, cuando las criticas a la Supuesta reeleccién de Alemén y ala candidatura de Casas Alemén se agudizaron. La situacién desfavorable para los alemanistas quedé evidenciada cuando ningin grupo del PRI apoyd Ia proposicién de solicitar la prorroga de tres afios al mandato presidencial, que plantes Morones en agosto de 1951 en la xx convencién de la CROM. En un intento de atemperar el clima politico, Miguel Aleman declaré en su V Informe Presidencial: "Me sera satisfacto. entregar el poder que recibi del Pueblo, a quien libre- mente, el pueblo haya elegido” Luego de las declaraciones presidenciales comenzé a la precandidatura de Adolfo Ruiz Cortines, Quien era apoyado por la CTM y un importante grupo de gobernadores. La virtual derrota de los alemanistas en la contienda preelectoral desvanecié. las “fricciones” en el partido oficial. A partir de entonces los arregtos cupulares favorecieron al secretario de Gobernacién, quien por lo demas habia dado muestras de disciplina y estricto apego a las directrices oficiales. C: rdenes anoté en sus “apuntes” que el 14 de septiembre recibié aun enviado del presidente Aleman (Adolfo Orive), quien le informé que el “medio Oficial se inclina por el secretario de Gobernacién, Adolfo Ruiz Cortines. Que los amigos mas cercanos del presidente rechazan la candidatura del li nciado Fernando Casas Aleman”, cuando meses antes las ciipulas priistas lo habian apoyado con entusiasmo. La esperada asamblea nacional det PRI se celebré a mediados de octubre. En ella se volvié a la representacion Por sectores (obrero, campesino y popular), segiin lo dic. Puesto por la asamblea nacional en febrero de 1950. En otro de sus rituales politico-burocraticos, el PRI designd candidado a la presidencia a Ruiz Cortines, quien ademas recibié el apoyo del Partido Nacional (de la derecha cleri- cal) y declar6, para sorpresa de muchos, no tener un pro- grama definido. Durante su campatia presidencial, Ruiz Cortines insistio en que la nota invariable de su futuro gobierno seria la wd! af a al dt a Le Le ape LL Le A na Teresa Aguirre y José Luis Avila honradez, la decencia y la moral. Se propuso luchar contra la corrupcién, combatir la carestia y oftecié conceder dere. chos politicos plenos a la mujer, quien todavia no tenia derecho al voto. En materia laboral recordé que el derecho de huelga debia ser respetado, pero que antes de recurrit a él los obreros debian buscar Ia conciliacién, pues el aumento de salarics no era la nica forma de elevar las condiciones de vide; consideré prioritario estimular la in. dustrializacién, pero creia que no debia ser en perjuicio de las masas rurales, a las cuales habia que redimir con una reforma agraria, eréditos y educacion. En una deslucida campafia, Ruiz Corsines eludié temas como el relacionado con la politica alemanista y el programa de la revolucion mexicana 0 el de la posicién de México frente a Estados Unidos y sus inversiones en la industria nacional, y se Preocupé mis por ratificar su fe en las instituciones y por reclamar la unidad de todos los mexicanos a fin de lograr el Progreso del pais, Definido el candidato del PRI y en plena campaia, el PP intent6 negociar con el presidente Aleman “un candidato de unificacién de todos tos elementos revolucionarios del pais”. Ante la negativa del presidente?, a mediados de diciembre de 1951 elPP decidid postular como candidato a la presidencia a Lombardo Toledano, quien inicialmente fue apoyado por el PoM y el PocM. El lider del PP, que no abriga esperanzas de ganar las elecciones, se propuso reali 2ar una campaia cuyos objetivos eran denunciar los aspec- tos negativos del régimen alemanista y crear consenso so. bre la necesidad de poner en marcha la revolucion mexicana, como tinico camino para lograr el desarrollo autonomo y democratico que redundaria en la elevacién de las condiciones de vida de la poblacién. Del régimen alema. {_En su entrevista con Wilkie, Lombardo recuerda: “yo entrevisté al presidente Miguel Alemén para decile que era todavia tiempo para bus, ST an gandidato de unificacion... Alemén me dijo que ya era tarde. que Cl pueblo mexicano habia tlegado a un grado importante de madoney Pentica ¥ due. en consecurneta, era necesario ya que todos los partidos lucharan de una manera abierta, legal Rebelién en el PRI 113 nista criticé las reformas a los articulos tercero y 27 consti- tucionales, la ampliacién del articulo 145 del eédigo penal, la represi6n a los lideres obreros, el apoyo desmedido a la burguesia y la claudicacién frente al imperialismo nortea mericano, Lombardo sostuvo que con Aleman se habia iniciado un nuevo periodo, pero que al futuro presidente le corresponderia decidir si el gobierno iba a servir a los intereses de la burguesia y el imperialismo, 0 a los del pueblo y la nacién, de ahi la importancia que le otorgaba a las elecciones presidenciales, Para el lider deirP, un gobier- no al servicio det pueblo y la nacién era aquel que se comprometia con las nuevas tareas de la revolucion mexi. cana, es decir, con la industrialization con base en el capital Privado nacional, la reforma agraria, la elevacion de los niveles de vida de las clases populares y el fortalecimiento de la democracia y la independencia nacionales Los programas de Henriquez y Lombardo coincidian en demandar la “reorientacién del curso de la revolucion mexicana’ y, por ello, también concordaban en sus criticas a la administracién alemanista. En los primeros meses de 1952, en un ambiente definido por la Ilegada del henriquis- mo y los frecuentes enfrentamientos entre éste y las fuerzas Priistas, Lombardo, Henriquez y Candido Aguilar, inten- taron unir sus fuerzas, elaborar una plataforma electoral comiin y definir un candidato iinico de la oposicién, Desig- faron comisiones especiales pare tales fines. En abril de 1952 se reunieron los tres lideres, revisaron los trabajos de las comisiones y ratificaron su decision de conformar una Plataforma comin y claborar listas de candidatos comu- nes. Uno de los puntos mas debatid frente a Estados Unides y las nacionalizaciones que pedia el prs Henriquez sostuvo que las nacionalizaciones tenian que limitarse porque frenaban el desarrollo empresarial. Por encima de las diferencias programaticas, la veticen- cia de ambos lideres para negociar su candidatura parece ser la oposicidn que exigia reorientar el “curso de la revolu- cién En la ya citada entrevista con Wilkie, Lombardo declaré, eal None a wuvewd eee na Teresa Aguirre y José Luis Avita que Henriquez habia ido a visitarlo para pedirle que se definicra el problema de la candidatura tinic: 1. ¥ le hizo ver que, por los compromisos que habia adquirido con el pue- blo en sus dos afios de contacto (electoral), le era imposible renunciar a su candidatura. Lombardo, por su parte, le recordé que él ya llevaba 30 aftos de contacto. conel pueblo, que le impedian declinar su candidatura. Dividida la oposi, ci6n, sus posibilidades de dar una batalla electoral dismrinuy. yeron drasticamente En un ambiente tenso, producto de los enfrentamientos entre henriquistas y prifstas, los cuatro partidos conten dientes y los cinco millones de electores se preparaban para las elecciones celebradas el 6 de julio de 1952 La revista Hoy, ¢n su numero del 5 de julio, describe asi el ambiente: “Como si la ciudad de México fuera a convertirse dentro de , nas horas en una plaza acosada por el rigor de un sitio. militar, los ultimos dias dela semana pasada se caracteriza- ‘ron por la discreta actividad de la zona militar del valle de México... los jefes militares encargados de la vigilancia despacharon sus érdenes respectivas. Ello hizo que horas des ués, en lugares que han sido vedados a ojos indiscretos, se iniciara una concentracién importante de vehiculos blin., dados. De Puebla, por ejemplo, se trajeron tanques, Por otra parte, desde p-incipios de la semana fueron concentra- das en la guarnicion de la plaza, para de ahi ser distribuidas Posteriormente, fuertes cantidades de armas automaticas” Alcaer la tarde del 6 de julio, los henriquistas denuncia- ron el robo de urnas, “anomatias” en el padrén electoral y violencia en cl interior del pais. Seguros de que el gobierno no reconoceria su triunfo, en un intento Por presionar a la Comisién Nacional Electoral, 1os henriquistas llaman a un mitin para la tarde del dia siguiente. Reunidos en la Alame- da varios miles de simpatizantes del general Henriquez, y antes de que hicieran uso de la palabra Francisco J. Miigies € Ignacio Ramos Praslow, irrumpié la policia por la aveni- da Juarez con el batallén motorizado y patrullas saturadas de guardias vestidos de civil. Rodeada la Alameda, desde la tribuna se pidié calma a los manifestantes. Al tiempo que eevevue suv ueus ur Rebelién en el PR Is los lideres henriquistas discutian con ta policia, se dio ta orden de fuego. Oficialmente se registraron siete muertos, 67 heridos y 500 detenidos, muchos de estos acusados del delito de disolucién social En fos dias posteriores muchos lideres henriquistas fue- ron encareelados, entre ellos el general Candido Aguilar, y los militares que volvieron al servicio activo fueron cuida- dosamente reubicados. De este modo, el movimiento fue desmembrado y, poco a poco, desorganizado. Los resulta- dos oficiales de las elecciones otorgaron a Ruiz Cortines 2.713 745 votos (74.31 por ciento), a Miguel Henriquez 579 745 (15.87 por ciento), a Gonzalez Luna 285 555 (7.82 por ciento) y a Lombardo Toledano 72 482 (1.98 por cien- to). Las denuncias de fraude electoral no se dejaron espe- rar, pero el momento critico habia sido superado. La “fa- milia revolucionaria” rebasé asi su dltima fractura, no sin mostrar patéticamente el caracter despético y represivo del Estado. Liquidados o disciplinados, los elementos progre- sistas del partido oficial, la burocracia politica y su proyec- o desarrollista se afirmaron, dejando claro que ya no era viable la tan afiorada “vuelta al cardenismo”. Adquiria una nueva dimensién aquel articulo de Jestis Silva Herzog, escrito tres afios antes, en el que advertia que la revolucin mexicana era ya un hecho histérico, Pot lo pronto, la burocracia politica se apresuré a borrar Jas huellas del proceso electoral. En su tiltimo informe de gobierno, Miguel Aleman tuvo la audacia de escamotear la verdad: “El 6 de julio se efectuaron las elecciones ordina- tias para la renovacidn de los poderes legislativo y ejecutivo de la federacion en un ambiente ce libertad, tranquilidad y orden” En 1954 la Secretaria de Gobemacién cancelé el registro de la FPPM, argumentando que habia quebrantado la ley con los disturbios sucedidos después de la manifestacién del 5 de febrero a la que llamé el Partido Constitucionalis- ta, afiliado a la federacién. Henriquez se sumid en un silencio de dos décadas y no fue perdonada su “defeccién™ sino hasta 1971, cuando Luis Echeverria, antiguo ruizcorti- ow wuuuvudvue eeu uu 1G Teresa Aguirre y José Luis Avila nista, lo distinguié con la ‘medal ” militantes activos del henriqui inecomoMareeGeea Barragin 0 César Martino, decidieron reincorporarse al PRI y volvieron a tener acceso a puestos importantes; fin i" mente, para otros como Rubén Jaramillo 0 Celestino Gas, ca la violenta represién suftida por el henriquismo y los movimientos obreros en 1957 y 1958 les indicaron que lag grandes reformas que exigia el pueblo no podian ser alcan. zadas por la via electoral. Se abria entonces un perfodo de crisis en la versién oficial de la ideologi: eure logia de la revolucién weve vue vue ueUvud Los obreros sin cabeza Arturo Garmendia El contraste entre el combative movimiento obrero mexi- cano de los aiios veinte y treinta con el acosado movimiento de la década de los cuarenta o el sojuzgado movimiento de los primeros afios cincuenta es radial; pero lo que ademas sorprende es lo abrupto de este proceso: casi sin transicién se pasa de una situacién de movilizacién incesante, aguda lucha politica a escala nacional y defensa de las mejores causas nacionales e internacionales, durante la que la clase obrera consolida su,organizacién sindical, desarrolla una nueva estructura legal a partir de la cual puede reivindicar sus derechos como fuerza de trabajo e influye en el aparato del Estado impulsando sus propios intereses, a un periodo de dispersin sindical, pérdida de cohesién nacional ¢ inde- pendencia ideolégica, tregua y finalmente sometimiento a fa enemigo de clase mediante su incorporaci6n forzosa al partido del Estado. Mucho se ha escrito sobre algunas de las causas (guerra mundial y politica de unidad nacional, claudicacion ideoldgico-politica del PCM y otras fuerzas de izquierda, encumbramiento a la burocraca sindical reformista, vio- "7 ov on

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