Sunteți pe pagina 1din 14
itica en la historiografia JAVIER RICO MORENO fad de Filosofia y Letras, UNAM ‘de los estudios historiograficos? y gen qué con- shistoriografia? Son preguntas de poca impor- na practica equivale a simplificarla y reducir sus no puede ignorarse que estudiar y ense- iencias que requieren, asi sea de manera —més que limitacién— del objeto, procedi- es de lo que se quiere conocer, explicar y lafios propuse en un foro académico una defi- como critica; habia entrado en contacto con que, desde mi perspectiva, abordaban inte- de la cultura, de las ideas 0 del arte, pero no sprafia. Aquella propuesta? se convirtié en el {trabajo més amplio, cuyos avances llenan las trata de una investigacion que pretende recoger, ja de un ejercicio relativamente solitario (la icia el estudio de obras histor iograficas) y, ;, jlemas y preguntas que suscita la ensenan- ‘México entre estudiantes de historia. Tiene el contribucién en dos planos que considero mu- Jateoriay la didactica de la historiografia. Soy omplejo intercambio de preguntas, respues- estos —de desconcierto o de expectacion— que él salon de clase una valiosa fuente de praxis imirar con atenci6n lo que ahi sucede. distintas formas instauradas para regir el saber histéricc marear limites determinantes, los procesos que conjugan entre historiadores ados por deter ar ido entrela inoza, en Metod y, UAM-Azcapotzalco, p. 7 ‘como critica. Apuntes pa ria de la histor fico primero en Historia y Sociedad, afto XiI1, 2001-2002, ide Humanidades de la Universidad de Puerto Rico, Jos trabajos del foro en Gnimo (coords.), Reflexiones en to la histor fem {P-69-79 (Biblioteca de Ciencias Sociales y H nanidades. restos aya ratte ae eee d ta aqui un simple). La exposi presenta aqui na tere La ambigiiedad del término historia suele ser en muchas indagaciones sobre la hi insistencia injustificada, se trata de r pasado es constitutiva de la existencia realmente un pasado mas que si tiene c Que la misma palabra designe tanto la la “historia que se escribe”® es una situacion que: desde mediados del siglo XV, cuando Tomaso un nuevo elemento a las cuatro artes rE * En un plano general, ambigiedad es sinénimo, ‘equivoco, tergiversaciGn e indeterminacién. Ya la tradici6n retorica “eed dad como el defecto de un texto o discurso, el cual debia “Raymond Aron, Dimensins de laconic istic, rad de Eta Hers y Plo Villegas, México, ECE, 1992, p. 13, * Las expresiones de “historia que se vive", en tanto que la realidad historica y la "Ni toria que se escribe" se encuentran en un articulo de Carlos Pereyra. Al conjunto que ya formaban la gramatica, la n ay A el dominico italiano incluy6 a la his- fee de escribir correctamente la historia’’.* El tér- " ‘no logré la suficiente aceptacién, y se ha propuesto yfear la gratia misma de la palabra histori: escitaastcon : ’se refiere al pasado o a la realidad historica; “His- bio, hace referencia a la disciplina que tiene por objeto el ide ese pasado. La poca fortuna de esta otra solucién ha intentos por recuperar, precisar y enriquecer el término historiadores de hoy se suele aceptar que la palabra his- o realidad hist6rica, mientras que historiografia to de ese pasado. Pero, bien pensadas las cosas, jon reclama nuevas precisiones, pues la ambigiiedad, lejos se desplaz6 hacia la palabra historiografia, cuyo uso cae al menos, cuatro acepciones distintas. Pat Tugar, se hace referencia a la practica que en buena me- . ia naturaleza del trabajo del historiador y su producto. A la pregunta de Michele de Certeau (Qué fabrica el historiador cuando JT cehistoria’? En qué trabaja? Qué produce”) no basta con respon- derque éste investiga el pasado humano, pues —afiade el historiador fancés— su indagaci6n est necesariamente ligada a la escritura. Es un historiador al emprender una averiguacién sobre los acontecimientos humanos del pasado, pero —al mismo tiempo— es un historidgrafo, ya quesus indagaciones se condensan en un acto de escritura mediante el ual construye una narraci6n. Historiografia es aqui la practica 0 con- junto de operaciones que lleva a cabo un sujeto para conocer el pasado ydar cuenta de él. Ensegundo lugar, el termino designa al conjunto de obras escritas @etralandelos acontecimientos humanos del pasado, es decir, 1o que Conuimente se identifica como libros de historia o relatos historicos seomaiec Varios criterios (que pueden ser teméticos, cronol6gicos, a académicos o ideolégicos), ese amplio conjunto de obras se —c,u'stintas formas de clasificacion, de manera que puede hablar- moe muchas otras— de las historiografias universal, del siglo eva Espafia, académica, marxista, oficial. Historiografia es “Py Eph Poetica i Meer ett “La operacion historca”, en Franek ay ‘ is (comp), Hist istituto de Investigaciones Doctor José Maria Luis Mora, 1994, p 202 LA EXPERIENCIA HISTORIOGRAFICA cescritas que resultan de la indagacion acerca aqui el conjunto de obras del pasado. érmino se refiere al estudio de los cambios que En tercer lugar el srmino te fo eonbela eae experimentan en ¢} Hemp modelos tebricos y metodol6gicos, Ia de- soacrea vance lo que es historabl, los procedimientos que validan ‘i conocimiento del pasado, los modos de explicar o las formas de ras selatoe Es una indagacion muy cercana a la filosofia y ia teorla de [a historia, pero se diferencia de ellas al colocar'su propio oa de oe Oe fesion sobre Tas onlentaciones que el coniocimiento del pesad ator flexio vtpor ditimo, la historiografla se entiende como una diseiplina con tun proposito distinto al conocimiento de los hechos del pasado. En el sentido que adquiere en los planes de estudio de historia la historio= sgrafia se perfila como un dea de estudio que tiene por objeto a las obras istoriograficas. Esta concepcién de la historiografia ha tomado una orientacion precominantemente historica, es decir, se aborda coma ia historia de la historiografia. En general, los cursos de historiogra- fia (general, universal 0 de México) se proponen revisar la sucesion de temas, objetos, métodos, paradigmas y el perfil de los historiadores, asi mo la manera en que la combinacién de esos factores da lugar a for- mas especfficas de produccién historiografica. Se desarrolla casi siem- pre como una exposicién panoramica de la produecién historiografica ¥ de su clasificacién a partir de espacios, teméticas y tiempos determi- toriografia es aqui el estudio de las obras que produce la ndagacion sobre el pasado, significado muy semejante al que tegistra «! ciccionario de la Real Academia Espafiola: “Estudio bibliografico defici to o un conj de un estudio critico cuya tarea es identifi jlidad de las representaciones del pasado ay los recursos mediante los cuales el sujeto de la enuncian #sa una determinada conciencia de la historicidad de su ser en el junto de ellos, Se icar las condiciones de a estudiar, asi como la explicar esta propuesta de la historiografia como una discipli- tarea es la critica, recurro a la analogia. Si, como se afirma la ! 1 ra de ficcio delgada pero indeleble linea que forman la referencialidad ce. aria (acontecimientos gue realmente sucedieron) y la pretension d que acompafian a la primera, entonces se justifica pensar en ahistoriografica, como una disciplina semejante a la critica lite- critica historiografica ser a la historiografia lo que la critica ala literatura. Veamos cuatro Iineas de este paralelismo.”” tica literaria es una disciplina que tiene por objeto a la obra e tal suerte que, mediante el didlogo de un lector especiali- ritico) con una obra, se produce un saber cuyo sentido es literariedad de la obra, es decir, los elementos que hacen to propiamente literario. De igual modo, sugiero que la grafica es una disciplina que tiene por objeto al texto ifico; es también una experiencia de lectura especializada de ta un saber que permite descubrir en las obras que estudia mn de la conciencia de la historicidad a través del relato, es ‘hace de ella una obra propiamente historiografica. En este iterariedad de la obra literaria es a la literatura lo que la cidad es a la historiografia e bien toda obra literaria tiene componentes afines, al interior de Blidad se manifiestan caracteristicas singulares que se refieren entos (estructurales, sintacticos, extuales, intertextuales y li- describirlos, sino revelar su i6n de sus diversos elem’ Os, lingiisticos, contextuales, extrat Bites). La critica literaria no se propone y Buena parte de D Wesinsscon car ione origina forman est Es pertinente lorar esos cédigos, saberes, co quienes seran los lectores de la critica. 4. El critico de la literatura puede ser all ANAUISIS Y CRITICA EN LA HISTORIOGRAFIA 209 sus vinculos con otros sal i Petioahistariogratica da mee, tradiciones culturales. De Siege a= integrar los clomentos intense fexto.con sus condiciones de posibilidad Una tarcs acne, eee alidadl para percibirla interaccién dntnae es realtura? n dindmica entre histo- net que Ia historiografia es una disciplina de 4 nos coloca frente a otra situacion Mi en para qué hacer critica historiografica? La criti epeentico, es r ee istoriogr ctitica historiografica, eineluye a la historia de la historiografia, tiene — por supue en didactico semejante al de los estudios de Reed Gdl ate ae losofia, de la psicologia, de la antropologia. De ahi que un curso shistoriografia deba contemplar, entre otros objetivos, el de educar, ar la mirada para emprender esa lectura especializada, Alfo idefinié a la critica literaria como “la reaccion del sentido litera- vante obras determinadas’ ,"# lo que permite otra analogia:la critica ogréfica es una reaccién del sentido historiogréfico ante obras cificas. Pero ese sentido al que se alude no es innato, debe ser do, educado. "Ahora bien, en tanto que la critica es siempre valorativa, su razon Ede serradica on valorar las obras. No se trata de asignarle valor & his ‘obras, sino de hacerlo explicito. Su propésito no es clasificar la obras fin su grado de valor, o en seleccionar ‘obras valiosas y desechar la no lo fueran, pues, en estricto sentido, todas tienen al menos un or; el de expresar una forma de conciencia de la historicidad: aah rr del texto, en primera instancia, pero tambien de la comunidad Gocultural a la que pertenece y, acaso, de la 6poce, & gence y su ahora. ‘ 5 es teas eondiiice a otra cuestion por resolver: 14° pe ‘es a A etal taxta hiistoriogrético?, 0 bien zcudles som Be cas pre ‘ritico espera encontrar mediante su est dio? La respuesia a estas Phe 7 . eala historiograf ja como u Pins tiene que ser relativa. Si se concibea tt ice de produccién literaria, la critica pondré Grice ura nar is formales del discurso, particularmente oP tt eran predomi: de esta perspectiva, los valores 44° ofrece « como forma de pro antemente estéticos. Al concebirla, en camy'o” n los ele *Tampoco la critica historiografica escapa 2 !® pistoricidad h 0 la ertica historiografics ¢ ES itéficas ectard en funcion del estado 44° BN Sasi como del horizonte historiografico y $0 Alfonso Reyes, "Breve resefia historia 0 Ln. 4, julio-agosto, 1962, F LAEXPERIENCIA HISTORIOGRAFICA 210 duceién de conocimiento el estudio se concentraré en 10s elemene, que se consideran necesarios 0 idoneos para validar el conocimiens, di ot que el texto entrega: coherencia argumentativa, racionalian, wea explicaci6n y pertinencia de las fuentes, entre otros; desde e serada, los valores que ofrece el texto son predominantemente de or den epistemol6gico. : : ‘Chmo podra apreciarse, el critico se encontrarfa aqui ante 1 disyuntiva que parece forzarlo a elegir entre dos tipos de produccign enize dos conjuntos de valores. Dado que esa eleccién es anterior, de ell, depende, incluso, la direccién del andlisis. No obstante, todo parece indicar que se trata de una falsa disyuntiva, pues las representacio historiograficas no pueden ser sOlo literatura (arte) 0 s6lo conocimients (ciencia). La historiografia como conocimiento del pasado no puede dejar de ser una construccién literaria (narracion, relato), y lo literar; asu vez, expresa ya los rasgos de ese conocimiento. En sintesis, se de reconocer que la historia es ciencia y arte al mismo tiempo Hay, por lo tanto, una tercera forma de concebir el tipo de produc. cin al que pertenece la histor iografia. A partir del estudio de Ej Cassirer'’ sobre la construccién de sistemas simbélicos —que define Jo humano del mundo—, en la que distingue la religion, el mito lenguaje, la ciencia, el arte y la historia, puede pensarse que la cultu es el Ambito natural de la historiografia. Todos los momentos de! nomeno historiografico — desde la seleccién de un tema y la interpre- tacién de los documentos, hasta la interpretacién que el lector lleva cabo en su encuentro con el texto historiografico— se producen en el ambito de la cultura. El de la cultura es el Ambito natural de la! riografia, pues las inquietudes del historiador, las preferencias 0 prejuicios de los lectores y las orientaciones de las instancias que d ciden hacer piblicos los textos no son inmunes a los procesos de sig nificacién del mundo. La concepcién de la historiografia como una forma de produccién cultural tiene la ventaja de ser incluyente, pues requiere incorporar las perspectivas estética y epistemol6gica cc parte, justamente, de los procesos de significacién. Dicho de otro pensar en la historiografia como producci6n cultural y en los textos que de ella resultan como productos culturales, impl lo que hay en ellas de conocimiento y lo que hay de arte, de m2 que, en virtud de su combinacién, resulta un proceso de simbol de la temporalidad. En consecuencia, hay entonces un terce valores que ofrece el texto historiografico: los valores simbélicos, © Emst Cassirer, Antn Cassirer, Antropol México losdfica, trad. de Eugenio Imaz ANALISIS Y CRITICA EN LA HstoRocp lOGRARIA au gsefunda su capacidad para simbolizay ait periodos histOricos, yPrase que constituyen el andlisis y 4 Personajes, acont / Acontecimien a bas , a critica perm, _perspectivas y 108 alcances de los estudio y aiones. La primera de ellas puede ¢ ilir’n ampliay 8 historiograficos en dos ae n Mlarse dior de una corriente, de los dliversos textos bis tecencias identificables en una époea, de las fuenten ih aun tema, de lineas de interpretacion de un acontecimen ae Miondela historia y, en fin, de las maltiples posibilidades de nahi Frigrafia comparada, La segundla se orienta hacia otras forme en sentacion del pasado en las que la escritura no es el elemento de i6n, aunque la presuponen: rituales y ceremonias, la iconogratia paidiscurso monumental de la arquitectura y la escultura, En ente caso, destudio historiografico se despliega sobre la base de considerar tales jones como textos, pero textos que se configuran con lenguajes scbdigos especificos. 4 la produccién de Sobre un mismo tema, BIBLIOGRAFIA ABBAGNANO, Nicola, Diccionario de filosofia, trad. de Alfredo N, Galleti, 2a ed, México, FCE, 1974, ARON, Raymond, Dimensiones de la conciencia historica, trad, de Efrain Huer tay Paloma Villegas, México, FCE, 1992, aN Helena, Diccionario de retorica y pottica, 8a. ed., México, Porraa, 997 GGHTEAL, Miche! de, “La operacién historica” en Franoise Perus (com) Historia y literatura, México, Instituto de Investigaciones Ye Luis Mora, 1994 =. Emst, Antropologéa filosfca, trad. de Eugenio Ima 7, México, FCE, affa, México, Finoza, Julieta, Metodologia 1, La tensién historia-historiog FAzcapotzalco. Mona, José, Diccionario de filosofia, 4¥., 64: € Bs, Alfonso, Bias, aio .d,, Madrid, Alianza, rica”, en Cuadernos Amer , “Breve reseha histérica de la ertica”» en © XXL, v. CXL n. 4, jullio-agasto, 196% 212 LA EXPERIENCIA HISTORIOGRAFICA RICO MORENO, Javier, “La historiografia como critica: ‘AP URIS sia teoria de la historiograffa”, en Historia y Sociedad, Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de la Universiciad de Petts Rico, 2001-2002, afto XII, p. 141-152 nistoriografia como critica”, en José Ronz6n y Satil Geronimo. coords), Reflexiones en torno a la historiografia contemporanea Mexico, 4M-Azcapotzalco (Biblioteca de Ciencias Sociales y Humaniciadless Serie Historia/Historiografia), p. 69-79. REAL ACADEMIA ESPANOLA, Diccionario de la lengua espanola, Macrigl, 199% [1996]. RICOEUR, Paul, Tiempo y narracié trad. de Agustin Neira, México, Siglo XXI Editores, 1995. WHITE, Hayden, “La enElc tiestion de la narrativa en la teoria historiogratica nido de la forma, Barcelona, Paidés, 1992, p. 41-749

S-ar putea să vă placă și