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Centro Editor de América Latina wy | i mi i — Polémica Eanada por ot Centro. Edior de América Lating S.A, ©1971 Centro Editor de América Latina S.A Gangallo 1228 Buenos Aires aaeonihne Seccion Ventas: Rincén 87 ‘Argentina Buenos Aires Primera Historia Argentina Integral ‘acho! el depdatin te ley Impreso en fa Argentioa Printed tn Argentina El texto de In Parte General ha Sumario Parte Especial ‘sido. preparado por Haydée Gorostegul de Torres. La Parte General La educa: jentina entre edacclén final estuve a cargo oy 0 ol Departamento de Historie aitpartiadac ‘del Centro. Edltor de América La Parte Especial ha sido ada y redactada por Se terminé de imprimir en los talleres gréficos de Sebastién de Amorrortu ¢ Hijos S.A. Luca 2223, Buenes Aires. fen febrero de 1971 El progreso material: industrias EI sistema educativo elaborado on ‘décadas 1880-1900 El proyecto de Osvaldo Magnasco El proyecto de Saavedra Lames El gobierno radical y ta ensefanza media EI periodo comprendido entre los afios 1880 y 1930 tiene, para la educacion argentina, una importancia crucial: No sdlo se sancionaron alli las leyes que organizaron respectivamente los ciclos primarios y superior de la ensefianza, sino que también se produjo un debate politico-educacional cuyos términos se mantienen renovadamente vigentes. El debate demuestra, fundamentalmente, que en e808 50 afios la politica educativa argentina tuvo ante si varias de sus posibles alternativas; una, denominada ‘enciclopedista-cidsica fue impuesta primero por la oligarquia gobernante y defendida después por sus opositores. La misma oligarquia pretendid luego reformar esa orientacién introduciendo nuevas modalidades, pero se encontré, al hacerlo, con la eficaz oposicién de los sectores medios que consolidaron la vigencia de Jas primeras de las alternativas planteadas. La evolucién de este proceso 8 lo que describe el autor en el presente trabajo, destacando en particular las motivaciones de los distintos sectores de opinién que influyeron en la linea adoptada. Un pais moderno La educacion argentina entre 1880 y 1930 En el pais bésicamente agro- pecuario @ integrado al sis- tema de division internacio- nal del trabajo que es la Ar. gentina de este periodo, ol Sector Industrial ocupa un segundo plano en el campo de la actividad econémica Aparte de los condicionantes externos, concurrieron a man- tener este desequilibrio la alta productividad marginal de la tierra con sus ventajas comparativas sobre otras for- mas de inversion y la absor- cién de capitales por parte de la infraestructura ferrovia- ria; una situacién que se pro- longaré hasta comienzos de la primera guerra mundial y que sin duda limité las opor- tunidades del sector. Pese a estas circunstancias y a las dificultades derivadas de la falta de una adecuada proteccién tarifaria, la indus- tria revela un evidente creck miento desde fines de siglo. Cierto es que los avances més importantes se dan en las actividades dirigidas la transformacién de la produc- clén agricola y ganadera —fri gorificos, molinos harineros, Ingenios’ azucareros, oto — pero no se limita a ellas. En 1914, los articulos producidos por la industria nacional abar- can una gama muy amplia, reveladora de una saludable diversificacién y de un cre- ciente mercado interno. Sin embargo, un breve exe- men de los datos referidos al sector es més valioso por la importancia relativa que re- vela que por los progresos alcanzados en el interior del mismo. En otras palabras, in- teresa la comparacién con las otras medidas del progreso material que se han tomado como ejemplo, a fin de inte- grar el cuadro’socio-econémi- co de la época y encontrar un principio de explicacién a sus fuertes desequilibrios Divisiones y grupos de industrias Los 24.114 establecimientos industriales censados en 1895 se duplican en 1914. El ter- cer censo nacional arroja en efecto un total de 48.779 os- tablecimientos clasificados en cuatro grandes divisiones: industrias extractivas, manu- factureras, no fabriles © in dustrias de servicio publico En las industrias extractives se incluyen frigorfficos, inge- nios de azticar, molinos de harina, fabricas de cerveza, destilerias de alcohol, moli- nos de yerba mate y aceltes comestibles, obrajes foresta les, establecimientos_vinico- las, industria de la leche, can- teras, fundiciones de minera- les, iavaderos de lana, etc. Los 14.713 establecimientos que las integran trabajan ma teria prima exclusivamente nacional, con excepcién de los aserraderos de madera, descascaradoras de arroz y fabricas de cerveza Bajo el rubro de industrias manufactureras, se agrupan 14.794 establecimientos que elaboran materia prima nacio- nal y extranjera y entre’ ellos figuran fabricas de hielo y aguas gaseosas, de chocola- tes y dulces, de fideos, de |i- cores, de calzados, carpinte: rias_mecénicas, fabricas de ladrillos, mosaicos y baldo- 1. Propaganda de una industria alimenticia de fines de siglo. FABRICA’ A VAPOR: CONFITES, DULGES,, CASA ESPECIAL pra enoarget de Campa Proves EI progreso material: industrias CUADRO Wt LAS INDUSTAIAS DE LA REPUBLICA ARGENTINA EN 1913, RESUMEN POR GRANDES GRUPOS ine Mamie ‘Indore sauce mia Emm rit mrt pio Emin WP. coamane memmo som 158.10 weoraoot Soksmae Ham 1S mao 7. se2as suey 21278 | CUADAO Nr 2 LA INDUSTRIA LACTEA EN 1095-1914 Nr de cremerfas, quosorias y fabricas ‘do manteca 37 3.530 Capital en msn 1202529 13,682.00 Valor de Ia produccién $ m/n 2.501237 Fuerza motriz, HP. 243 3317 Personal empioado 1758 14120 Fuente: £/ Desarrollo Econémico de la A. Argentina en los ditimos Cincuenta afios. Buenos Aires, £. Tornquist y Cla. Ltda., ‘920. sas, de carros, de muebles, herrerias, fabricas de jabén, de productos quimicos, de pinturas y barnices, de ciga- ros, de papeles y cartones, etc. Los 18.732 establecimien- tos que componen la division denominada industrias no f briles, son aquellos que em- plean'medios manuales. Es- tén_comprendidas las pana- derias, talleres de lavado y planchado, casas de modas, tintorerfas, zapaterias, talle- res de pintura, etc. Empresas de construcciones, de pavimentacién, de alum: brado, elevadores y depésitos de granos, cémaras frigorifi- as, etc., que totalizan 540 establecimientos, componen finalmente el rubro.“indus- trias de servicio piblico”. De la enumeracién prece- dente se desprende una pri- mera observacién referid a la cifra total de establ cimientos. En efecto, su nimero sugeriria la existen- cia. de un potencial industrial que la discriminacién se en- carga de desmentir. En rigor, deberia tomarse en cuenta a las_denominadas extractives y a algunas de las manufactu- reras, puesto que las restan- tes se ajustarian més a la calificacion de talleres arte- sanales. Sin embargo, su in- clusién os interesante por la diversidad de actividades que revela y su capacidad poten- cial de evolucionar hacia la actividad industrial propla- mente dicha. Fuera de estas consideraciones, interesan asimismo por el movimiento econdmico que generan y, so- bre todo, por la mano de obra que absorben, més importan- ‘te porcentualmente que la re- gistrada en las extractivas en relacién a los capitales y ala produccién, tal como puede observarse en el cuadro N° 1 Hemos sefialado antes que la falta de capitales y el siste- ma de imposicién aduanera EI progreso material: industrias CUADRO Nn 3 NACIONALIDAD DE LOS PROPIETARIOS DE LAS INDUSTRIAS ‘ARGENTINAS, EN 1913, POR PROVINCIAS Y TERRITORIOS Necionsiied de on propetarioe Province y Ferre Tow Avgominas Extrnjerce Mioe Capltal Federal 202 = 7869382 10.275 Provincia de Buenos Aires 3681 1062254514848 2 1318 4285208 5.809 B66 1401 552382 375 385 3 33 ™ 1975 88836, 282 280, ° ‘51 348 Das 3 64 349 425 “4 738 eer 181 aT 2555 436, 43 8 807 958, 131 1 rot 1227 129 3 1301 2033 250 4 2397 101 ot 5 197 3251051 4a 41470 TOTALES res | 314831558 | 48.770 Fuente: Tercer Censo Naclonel. 1. La Aduana de Buenos Aires en la década dol noventa. 2. Distribucién regional de la industria en 1913 onto Nacona de 1918 EI progreso material: industrias CUADRO NY 4 NUMERO DE ESTABLECIMIENTOS INDUSTAIALES, CAPITALES Y FUERZA MOTRIZ UTILIZADA, Capital Federal Provincia de, Buenos Al | Santa Fe “Entre los S90. del Estero 624 Tuoumén 738 Mendoza 2.555 | San Juan ‘307 Ca Roja 1101 Gatamarea ¥36t Salta 2297 “Jujuy 197 Territorios Nacionales 1470 TOTALES wr i Fuente: Tercer Censo Nacional 1913 547952248 8317 470295247 41390 saao20767 1986 72273632 656 soasoes 197 75084368 656 6oee7a 71 wsa1087e 133 aaigeoe7 98 r7iraeaa 5342 25708719 | 425 18285000 26 ‘3353829 85 1286819 161 20720820 130 45.645.585 389 737.862295 17.915 ‘487 4.138 9785 10.148 ara757 concurrieron a limitar la ex- pansién industrial; a ellos ca: bria agregar una politica cre- diticia al servicio de las ac- tividades agropecuarias y que, por lo mismo, no favore ci6 el establecimiento de in- dustrias nuevas ni la amplia- cién de las existentes. La in- dustria azucarera constituye seguramente la tnica excep- cién, al tiempo que la frigo- rifica debe ser considerada, desde el punto de vista de la inversion de capitales, en pa- recido nivel a las inversiones fen ferrocarriles, pues en am- bos casos responden menos ‘@ una exigencia interna de in- dustrializacion que a las ne- cesidades de los paises cen trales desarrollados. EI incremento que se advier- te a partir de fines del siglo en el niimero de estableci- mientos —propiamente. in dustriales y artesanales— responderé en gran medida, como otros aspectos de! pro- ceso, al aporte realizado por el elemento inmigratorio. Este aporte es por ejemplo muy claro en la industria lechera que adquiere impulso a par- tir de los asentamientos de colonias y evoluciona desde los simples tambos a instala ciones mas complejas para la elaboracién de subproductos (Ver cuadro N° 2) Una relacién similar se ob- serve en la industria harine- ray la vinicola, Los datos confirman ademas que la par: ticipacién de los extranjeros en la actividad econémica se da preferentemente en el co- mercio y la industria (Ver cuadro NF 3) Finalmente, cabe agregar que la distribucién espacial de la industria confirma la. tenden: cia a la concentracién en el litoral y, en particular, en la Capital Federal y Ia provincia de Buenos Aires, que en 1914 producen alrededor del 65 % del total (Ver cuadro N° 4) El progreso material: industrias Juan Carlos Tedesco El perfodo comprendido entre los afios 1880 y 1930 tiene, para la educacién argentina, una importancia crucial. No ‘s6lo se sancionaron alli las leyes que organizaron respec: tivamente los ciclos primario y superior de la ensefianza, sino que también se produjo un debate politico-educacio- nal cuyos términos se man- tienen renovadamente vigen- tes. Fundamentalmente, ese debate demuestra que en e808 50 afios la politica edu- cativa argentina tuvo ante si varias de sus posibles alter- nativas; una, que podriamos denominar_ ‘enciclopedista- coldsica, fue Impuesta primero por la oligarquia gobernante y defendida después por sus opositores. La misma oligar- quia pretendié luego reformar esa orientacién introduciendo nuevas modalidades, pero se encontré, al hacerlo, con la eficaz oposicién de los sec- tores medios que consolida- ron la vigencia de la primera de las alternativas plants das. A continuacién, intenta- remos describir la evolucién de este proceso. Dada la ne- cesaria brevedad de este tra- bajo, no consideraremos una serle Importante de situacio- nes y problemas que no es- tn directamente relaciona- dos con la linea de anélisis mencionada, El sistema educativo elaborado en las décadas 1880-1900 Como se sabe, toda la ges- tién realizada por la genera- cién del 80 estuvo basada en un modelo de pafs agroex- portador, dominado por una elite central que habia asimi- lado las pautas culturales y politicas de los paises desa- rrollados. Entre los historia- dores que se ocuparon de este periodo existe un con- ‘senso bastante generalizado acerca de las notas més sa- lientes de esa politica. No os ‘oportuno repetir aqui los da- tos y las argumentaciones ya ndidas en estudios espe- cializados ', pero es necesa- rio tener presente clertas ca- racteristicas basicas que per- mitirén encuadrar la politica educativa dentro de un mar- co general. Muy esquemét camente podrfamos resumir- las en las dos proposiciones siguientes: 1. Desde el punto de vista econémico, el desarrollo. ini- ciado en ese periodo estuvo basado en una situacién de complementariedad y depen: dencia de la Argentina con respecto a los centros indus- triales avanzados. Esto moti- v6 que se concentraran los esfuerzos en la produccién agraria, desalentando los in: tentos de creacién de indus: trias locales. El auge de la produccién agraria se bas6 tanto en la incorporacién de grandes cantidades de mano de obra inmigrante como en la expansién del érea aprove- chable; sin embargo, no se modificé la estructura de la propiedad agraria, a la cual fos nuevos pobladores no tu vieron acceso. 2. Desde el punto de vista politico, el poder se conoen- tro en ‘manos de un sector reducido que tendié a incre- mentar el margen de autori- 7 1. La Compehia Primitive de Gas de Buenos Aires. 2. El frigoritico Anglo de Zarate. 3. Planta de la Escuela Normal de Profesores, proyecto del ingeniero Francisco Tamburin 1 1 ! = dad del Estado y a impedir la renovacién legitima de sus miembros. Este hecho es par- ticularmente importante den- tro del andlisis que sigue, ya que la variable politica es la clave para la interpretacion del desarrollo del sistema educativo argentino durante el periodo seftalado. Teniendo en cuenta lo ante- rior, es fécil percibir que la preparacién de recursos hu- manos para el mantenimiento de una estructura econémica del tipo mencionado no re- quirié de los servicios de la educacién formal. La presen- cla de los inmigrantes (mu- chos de los cuales ya tenian cierto grado de formacién en su pais de origen) unido a la aocién esponténea que se produce en procesos de esta naturaleza donde la capacita- cin requerida es muy rudi- mentaria, fueron los factores que cubrieron las escasas ne- cesidades existentes. De ahi que los intentos de promover en el conjunto de la poble- cidn algtin tipo de formacién profesional o técnica realize- dos a comienzos de la déce- de del 80 tuvieran un répido fracaso. Entre ellos, los més ‘mportantes fueron, sin duda ‘os promovidos por D. F. Sar- siento y por Manuel D. Piza- "0%, Estos proyectos y otros. e menor significacién reve- fn, sin embargo, que ya ha- sie 1880 oxistia’ en el pais sa alternativa econémica sera la funcién de la edu- secién argentina, alternative qe —por otra parte— era = que estaba presente en = programa de los proserip- ss de la era rosista. Sin em- Sergo, el sistema educativo sgentino sancionado en la cada del 80 se orienté pre- Serentemente hacia la sati “secidn de necesidades y fun- apoyado pa- la politica sonémica vigente no nece- sitaba de la capacitacién téc- nica de la poblacién para su implementacién. Puede sostenerse, como lo han hecho varios autores, que esta funcionalidad politica del sistema educativo argentino se debe a que todo el siglo XIX se caracteriz6 por el in- tento de consolidar politic mente el sistema democrati- 0 de gobierno a través de la formacién del ciudadano. Sin embargo, hay dos aspectos que merecen ser tenidos en cuenta dentro de este proce- 80. El primero de ellos es que ya en la segunda mitad del siglo tiene lugar en for- ma sistemdtica la difusin y aplicacién de la_ensefianza como elemento bésico en la formacién de_mano de obra capacitada. En segundo lu- gar, si partimos de un oon- cepto de democracia un poco ‘menos abstracto que el tradi- cional y aceptamos que los regimenes asi denominados se caracterizan por ol domi- nio de una clase social sobre el resto, podemos analizar la “formacién del ciudadano” como una manera de legiti- mar ese dominio a través de la socializacién de la po- blacién dentro de determine- dos esquemas Ideoldgicos. Sin apartarnos de! caso ar- gentino, la mera lectura de los libros de texto para la escuela primaria producidos en este periodo nos permite observar claramente el énfa- sis puesto en nociones tales como la conflanza en ol go- bierno, el respeto al orden y a la propiedad, etc. ‘Sin embargo, en nuestro pais la funcién politica de la edu- cacién tuvo una nota particu- larmente importante no ya a través de la ensefanza_pri- maria sino del ciclo medio y superior. En ellos se tendi6 casi exclusivamente a la for- macién de un individuo apto para el desempefio de pape- 449 1. Escuela Industrial de la Nacion N* 4 “Otto Krause" 1. Frente del antiquo Colegio Nacional de Corrientes. 2, Escuela elemental de nifias y varones de Ja calle Rodriquez Pefa, a fines de siglo. les politicos; esto se puso de manifiesto a través de los programas enciclopedistas de los Colegios Nacionales y del apoyo a las carreras tradicio- nales dentro de la Universi- dad. Al fijar de esta manera su objetivo, la ensefianza se convirtié en patrimonio de una elite, porque el personal politico que admite cualquier sistema —y més atin un sis- tema oligérquico como el de entonces— es necesariamen- te reducido. Sin embargo, el proceso s0- cial impulsado por el grupo gobernante comenzé a produ- cir consecuencias no previs- tas originariamente. En lo que aqui atafie, interesa destacar que el crecimiento urbano trajo aparojada la aparicién de un sector medio cada vez més importante. A su vez, el propio régimen oligérquico de poder produjo a su alrededor tun sector de desplazados que presionaban constantemente por la apertura de la vida po- itica. Unos y otros percibie- ron al sistema educativo tr icional como un camino efi- caz tanto para el ascenso so- ial como para la capacitacion politica. Fueron precisamen- te estos sectores heterogé- eos los que pusieron de ma- nifiesto la crisis del sistema produciendo la Revolucién el 90. Los andlisis que mereciera este movimiento coinciden —en general— en asignar un sepel importante a la juven- oud universitaria local, aliada con sectores de politicos des- Slazados de la esfera de po- er. La Unién Civica, como se sabe, no superé en sus Sienteos los reclamos de mo: “=I administrativa, respeto a = Constitucién y sufragio Siversal; el contro del ata- sve lo constituyé el aparato solitico del gobierno, donde = haba producido un fend- ‘meno de concentracién de po- der en pocas manos y donde no existia ninguna garantia de renovacién democratica de funcionarios. Desde el punto de vista del sistema educati vo podria afirmarse que la ori- sis de 1890 es también en buena medida su propia ori- sis. Fue entonces cuando se puso de manifiesto que se es- taba produciendo una canti- dad de personal politico dis- ponible que el aparato oficial no podfa absorber. Ante esta situaci6n, la alternativa que un sector de la oligarquia concibi6é como solucién fue la diversificacién de los estu- dios hacia modalidades técn'- cas que apartaran del camino politico a un sector importan- te de los que accedian a la escuela media. Y es aqui donde se vuelve a comprobar el carécter oligarquico de la politica educativa de la épo- ca. Si la funcién de los Cole- gios Nacionales y la Univer- sidad era formar una elite di- rectiva, la funcién de la frag mentacién del sistema en va- rias escuelas profesionales especializadas era ta de ale- jar de esa elite directiva a otros nicleos en ascenso. Este hecho permite explicar no solo los intentos oligér- quicos de modernizar el sis- tema educativo con la intro- duccién de nuevas carreras sino también la oposicién que mostraron frente a esto los sectores medios representa: dos principalmente por la Unién Civica Radical. No es casual, entonces, que sea a partir de 1890 cuando se pro: duce el auge del movimiento favorable a la reforma del sis: tema educative hacia orien- taciones técnicas. Las me- morias ministeriales de Juan Balestra, Antonio Bermejo y luis Beléustegul _reflejan ideas y contienen proyectos que, con diferentes alcances, tienden a lograr esa modifi- cacién. El producto inmedia to de este movimiento fue la creacién de las primeras es- cuelas comerciales e indus- triales en Buenos Aires y Ro- sario, cuyo crecimiento —en los primeros afios de vida— si bien no fue exorbitante, al canzé para justificar su crea- El proyecto de Osvaldo Magnasco La expresién més_orgénica de este movimiento la cons: tituy6 la accién de Osvaldo Magnasco desde el Ministe: rio de Instruccién Pablica a partir del afio 1898. El 31 de mayo de 1899, con la firma de Julio A. Roca y del propio Magnasco, se elevé al Con- ‘reso un proyecto de Plan de Fnsefianza General y Univer- sitaria, acompafiado por un mensaje en el cual se expo- nian las lineas fundamentales de la politica educativa que se intentarfa llevar a cabo. En ese mensaje se presenta: ban como propésitos empe- fiosos del gobierno la elimi- nacién del enciclopedismo y la reorientacién del sistema ‘educativo hacia modalidades técnicas. Un afio después el Congreso recibfa otro proyec- to de ley en el cual se inten- taba —ya en forma concre- ‘ta— suprimir varios colegios nacionales y_transformarlos en escuelas de tipo préctico. Solamente seguirian funcio- nando los colegios nacionales existentes en Concepcién del Uruguay, Rosario, Tucumén, Mendoza y los cuatro de C= pital Federal. El proyecto también establecia que las provincias se harian cargo de los institutos précticos crea dos en reemplazo de los Co- legios Nacionales y de las Escuelas Normales para lo cual el Poder Ejecutivo esta- blecfa un tipo especial de subsidios. EI debate que este proyecto originé en la Céma- oe a a Twa {> fa i i. 1. Colegio Nacional de Concepcion del Uruguay. ra de Diputados es un buen indicador para apreciar las posiciones con las cuales se apoyaba 0 se rechazaba esta reformulacién de objetivos educativos en nuestro pais. Consecuentemente con lo ex- Puesto hasta ahora, la oposi- cién a un proyecto tendiente a modificar los objetivos del sistema educativo tendria que realizarse en términos politi- cos. A través del debate par- lamentario se aprecia que. efectivamente, este aspecto del problema estuvo presen- te en gran parte de su desa- rrollo. La intencién oficial fue calificada de antidemo- crética por Alejandro Carbé, el principal vocero opositor. Segiin Carbé, el proyecto de Magnasco estaba inspirado en los principios antidemo- créticos de Richelieu y Napo- le6n. Para solventar su argu- mentacién, cité profusamente @ autores europeos, en algu- nos de los cuales’ —Lamar- zelle, por ejemplo— aparece explicitamente planteada la ‘cuestién de la ensefianza t6o- nica como un elemento eficaz para desviar la ola de ascen- 30 popular hacia alternativas diferentes a las tradicionales Indicadores de este tipo pue- den encontrarse también en os discursos que el diputado Castellanos pronunciara en ese debate. Alli se admitia el cardcter clasista de la en- sefianza y la necesidad de crear escuelas téonicas para los hijos de las clases popu- fares, reservando los Cole- gios Nacionales para los sec- tores pudientes. El proyecto de Magnasco fue finalmente rechazado, lo cual no impidié que posteriormente y desde diferentes sectores se insi tiera sobre la necesidad de intentar algin tipo de refor- mas que tendieran a solucio- nar el problema sefialado. Los educadores —fundamental- mente los inspirados en el pensamiento positivista— all- mentaron doctrinariamente estos reclamos y comenzaron asi_a_producirse una serie importante de documentos libros, articulos, informes, proyectos de ley, etc.) que coincidian en general sobre la necesidad de revisar la es- tructura de la ensefianza in- corporando nuevos conteni- dos y nuevos métodos. Sin embargo, el problema més apremiante no parecia ser ya —como lo fue para Magnas- co— la reorientacién de la poblacién escolar hacia espe- ializaciones técnicas sino la limitacion del acceso del sec- tor relativamente amplio que seguia estudios secundarios, a la Universidad. A pesar de lo exiguo que resultaba nu- méricamente el grupo que efectivamente terminaba el ciclo medio y aspiraba al su- perior, la presencia de estu- diantes provenientes de cla- se media o de inmigrantes présperos comenzaba a per- turbar el tradicional monopo- lio ejercido por los descen- dientes de las clases altas tradicionales. De ahi que con posterioridad al rechazo del proyecto Magnasco se pusie- ra el acento en la elaboracién de formas tendientes a crear un sector dentro de la ense- fianza media especializado en preparar a los aspirantes a la Universidad. Después del alejamiento de Magnasco, y luego de un breve periodo en que Juan E. Ser tuvo el mi- nisterio a su cargo, Joaquin V. Gonzélez Hlevé a cabo una politica que encuadraba den- tro de los lineamientos recién enunciados. Tal como lo ex: presara en su discurso del 28 de mayo de 1905 en La Plata, ..."El Colegio Nacio- nal Argentino, 0 sea la ense- fianza media, debe ya sefia- larse por la doble tendencia: la moderna, para la inmensa masa del pueblo culto y labo- rioso que elabora la riqueze y constituye la fuerza social y civica colectiva, y la clasi- ca, més restringida y selecta, que mira hacia las altas pro- fesiones liberales y tiende a formar los espiritus direct. vos, no a designio preconce- bido ni por privilegio, sino por virtud de la seleccién natural que el sistema educativo ree- liza en su propio desenvolvi- miento” ® Dejemos de lado ta alusion darwiniana al principio de se- leccién natural en la diferen- clacién social, alusién que pone de manifiesto el caréc- ter ideolégico de algunos principios cientificos de la 6poca, Interesa mas —en el contexto de este trabajo— la referencia a las dos formas de ensefianza media. La mo- derna, més especializada y utilitaria, estaria destinada a aquellos que no debian aspl- rar a integrar la olite dirigen- te, para la cual la preparacion clasica tradicional era suma- mente adecuada. Este siste- ma se articulaba organizativa- mente con la anexién a cada universidad de un colegio Na~ ional que preparara a los fu- turos universitarios; el resto de la poblacién escolar asis- tiria a colegios nacionales “modernos” desde los cuales seria sumamente dificil tener acceso a la Universidad. Paralelamente, en el émbito del Congreso Nacional tenia lugar la presentacién de pro- yectos de ley que aportaban diferentes tipos de solucién, siempre dentro de la misma linea. El 12 de mayo de 1905 Gouch6n presenté un proyec- to que representa un anticipo del que once afios después presentara Saavedra Lamas y en junio de 1910, Lucas Aya~ rragaray present6 otro ten- diente a incrementar la ense- fanza técnica destinada a los hijos de obreros. Llegamos asi al final de la primera década del siglo. Desde 1890, como vimos, el problema central de la polf- tica educativa parecié consis- tir en estructurar una forma adecuada para la incorpora- cién al sistema educativo tra- dicional de ciertas orientacio- nes modernas. La necesidad de esta incorporacién no apa- rece como producto exolusi- vo de los requerimientos de la estructura de produccién: parecerfa, inclusive, que éste fue un motive menor compa rado con los provenientes de los problemas que planteaba la expansién de un sistema escolar cldsico en el marco de una estructura politica oli- garquica. En este contexto, la incorporacién de las orien- taciones modernas en la en- sefianza estuvo llamada a ju- gar un papel distinto al que habitualmente se le otorga; este papel consistiria, basica- mente, on desviar a los sec- tores recientemente incorpo- rados al sistema educativo hacia alternativas distintas, de tal manera que los estu- dios clésicos_permanecieran en manos de Ia elite tradicio- nal. A partir de este esquema de andlisis podria explicarse tanto el origen oligarquico de los proyectos de reforma co- mo la oposicién surgida en los sectores marginados de la elite de poder pero con as- piraciones para ingresar en ella. Donde se observa con mayor claridad este fenéme- no es en el debate surgido a raiz del proyecto de reforma presentado por Saavedra La- mas en 1916, que seguid mente intentaremos analizai El proyecto de Saavedra Lamas A primera vista, pareceria que el esquema descripto hasta ahora no es adecuado para explicar el intento de reforma de 1916. Puede sos- tenerse —con sobrados mo- tivos— que la situacion de bloqueo comercial que pro- dujo el estallido de la guerra implicé la necesidad de lo- grar cierto autoabastecimien- to econémico que condujo a alentar la produccién indus trial local y —por lo tanto— la preparacién técnica de los recursos humanos indispen- sables. SI bien este cambio en la situacién internacional afecté la situacién interna, es evidente que —al margen de los deseos que en esos mo- mentos pudieran tener algu- nos sectores de los grupos dirigentes— el pais no esta- ba preparado para afrontar la nueva situacion en el sentido de producir un cambio signi- ficativo en la orientacion de la politica econémica. La apa- ricién de industrias destina- das a suplantar las importa- ciones de productos manufac- turados no pudo ser instan- ténea debido, precisamente, a la falta de condiciones pre- vias para responder a las nue- vas necesidades. Faltaban técnicos, méquinas y la pro- pia materia prima para hacer- lo‘, Las estadisticas relati- vas a los cambios producidos ‘en el comercio exterior de la época indican que los rubros més afectados fueron preci samente los més necesarios para el desenvolvimiento in- dustrial: madera, combusti- bles, hierro, metales en ge- neral, etc., mientras que en los articulos de consumo di- recto la merma no fue dema- siado importante. Este con- junto de factores explica las razones por las cuales el de- sarrollo Industrial de estos afios fuera escasamente re- levante y se perdiera con pos- terloridad a la finalizacién de la guerra. Sin embargo, el estallido del conflicto y sus consecuencias inmediatas alentaron cierto auge en los POEORVASYYBA

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