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PERSONA Y SOCIEDAD Universidad Jesuita Alberto Hurtado

Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales ILADES

Concepciones de la naturaleza
y desarrollo en América Latina

Eduardo Gudynas 1

Introducción za, como referida a las cualidades y propieda-


des de un objeto o un ser; y por otro, naturale-
En América Latina, como en otras re- za, para los ambientes que no son artificiales,
giones, se está viviendo una creciente preocu- con ciertos atributos físicos y biológicos, como
pación por la temática ambiental. Cuestiones especies de flora y fauna nativas. Este artículo
como la preservación de especies silvestres, enfoca este segundo uso.
los efectos de la contaminación, o los proble- En esa línea, el concepto ha recibido
mas ambientales globales, son motivo de aten- significados tanto positivos como negativos. La
ción de políticos, académicos y ciudadanos. Naturaleza ha sido invocada como el origen de
En esta vasta discusión, la palabra Na- la riqueza de un país, pero también como un
turaleza ocupa un lugar central, y es invocado medio salvaje y peligroso, donde lluvias, terre-
desde las más variadas tiendas con distintos motos u otros desastres deben ser controlados.
fines. Sea en la preservación de sitios silves- Sobre ella se han superpuesto otros términos.
tres, como en el anhelo por mejores condicio- A manera de ejemplo se pueden recordar a la
nes de vida, se hacen continuas referencias a Madre Tierra, como proveedora de alimentos;
términos como Naturaleza, ecosistema o am- el Reino Salvaje de los primeros exploradores
biente. Pero a pesar de esta extendida discu- del continente; y otros más recientes, como
sión son muy pocos los análisis sobre el con- ecosistema o simplemente ambiente.
cepto de Naturaleza. Aunque este término re- Este artículo analiza la conceptualiza-
presenta el sujeto de buena parte de las pre- ción de la naturaleza (en su segunda ascepción
ocupaciones ambientales, no se ha profundiza- referida a un ambiente que no es artificial). El
do en sus implicaciones. estudio está delimitado en varios aspectos.
La etimología de la palabra Naturaleza Primero, considera el concepto de Naturaleza
indica que proviene del latín natura, que se en América Latina, elaborando con más detalle
refiere al "nacimiento" (natus participio pasivo y precisando ideas presentadas en Gudynas
de nasci, nacer). Desde ese contexto se expli- (1995). La revisión es somera atendiendo a las
can dos usos comunes: por un lado, naturale-

1. Coordinador del programa de investigaciones en ambiente y desarrollo del Centro Latino Americano de Eco-
logía Social (CLAES), Casilla de Correo 13125, Montevideo 11700, Uruguay. Correo-e: claes@adinet.com.uy

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Persona y Sociedad, 13 (1): 101-125, abril de 1999, Santiago de Chile.
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limitaciones de espacio, pero se presentan 1. Concepciones de la naturaleza


varios ejemplos ilustrativos. En segundo lugar,
el énfasis del estudio está en las ideas contem- La herencia europea
poráneas; las referencias históricas se realizan
a los únicos efectos de comprender mejor la Las concepciones latinoamericanas
situación actual. Existen otros estudios que son una herencia directa de las visiones euro-
analizan el concepto en un sentido histórico, peas. Por un lado, los europeos que llegaron a
comenzando por la antigüedad clásica (por América Latina impusieron sus concepciones
ejemplo, Collingwood, 1960, o Glacken, 1996). de la naturaleza sobre las culturas originarias.
En tercer lugar, el análisis se restringe a los Por otro lado, desde la colonia, los principales
conceptos de la naturaleza en sus vinculacio- políticos, empresarios e intelectuales de la re-
nes con las estrategias de desarrollo. Es una gión se nutrían educativa e informativamente
mirada a la pareja Naturaleza-desarrollo, con lo de las posturas europeas.
cual otros temas quedan por fuera del objeto Diversos estudios sobre la historia eco-
del estudio. lógica de la región, han demostrado que la
La primera sección del artículo revisa conquista y colonización descansaron en una
los conceptos tradicionales sobre la naturaleza; estrategia de apropiación de las riquezas mine-
la segunda parte hace un breve análisis sobre ras del Nuevo Mundo (entre los estudios más
cómo se articulan con las estrategias de desa- destacados se pueden citar a Gligo y Morello,
rrollo comúnmente seguidas en “la región; la 1980, Vitale, 1983, Tudela, 1990, y Brailovsky y
tercera parte considera el surgimiento de nue- Foguelman, 1991). A ella le siguieron una agri-
vas posturas y se las estudia críticamente; y cultura extractiva, de alta expoliación ecológica,
finalmente se elabora una discusión y conclu- dependiente de la mano de obra esclava, y
sión final. luego la ganadería extensiva.
En este sentido se postula la existencia Durante esta etapa inicial se difundió la
de una relación dialéctica entre los conceptos idea que la naturaleza ofrecía todos los recur-
de naturaleza y los conceptos de desarrollo. La sos necesarios, y que el ser humano debía
visión corriente ha considerado que esa vincu- controlarla y manipularla. Esta visión se inicia
lación sólo se daba en un sentido, donde las en el Renacimiento con las ideas sobre el co-
ideas sobre el desarrollo desencadenaban cier- nocimiento de F. Bacon, R. Descartes y sus
tas concepciones sobre el ambiente”. Aquí se seguidores. Estos pensadores rompieron con la
sostiene que esa relación es recíproca, y que tradición medioeval que veía a la naturaleza en
los conceptos sobre la naturaleza a su vez forma organicista, como un ser vivo, y donde
determinan los estilos de desarrollo posibles. las personas eran un componente más.
Se advierte que existen nuevas visiones sobre Esa concepción se fracturó, y la natura-
la naturaleza las que todavía no han logrado leza quedó despojada de esa organicidad y
generar contrapartes de ideas organizadas desde una postura antropocéntrica se la vió
sobre el desarrollo. Se concuerda con otros como un conjunto de elementos, algunos vi-
estudios recientes en que el concepto de Natu- vos y otros no, que podían ser manipulados y
raleza se construye socialmente, pero aquí se manejados. La naturaleza pasó a ser interpre-
pone el énfasis en que ello resulta en una plu- tada como el reloj de Descartes, constituida
ralidad de ideas sobre la naturaleza, y por lo por engranajes y tornillos, donde al conocerse
tanto diversos niveles de inconmensurabilidad todas sus partes, podría accederse a enten-
entre ellas. Como el concepto de naturaleza en der y controlar su funcionamiento. Estos y
plural son indispensables los espacios de dis- otros puntos son analizados en varios estu-
cusión social sobre ella. dios sobre la historia del concepto de natu-
raleza (especialmente Collingwood, 1960,

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Williams, 1972, Duerr, 1987, Evernden, 1992, progresivo es, en realidad, un estado feliz y
Rothenberg, 1993, y Glacken, 1996). lisonjero para todas las clases de la sociedad;
Las concepciones renacentistas a su el estacionario, triste, y el decadente melancóli-
vez son herederas de toda la tradición occiden- co". El progreso permite avanzar hacia "ulterio-
tal. Conocidos artículos, como los de Whyte res incrementos de riqueza".
(1967) y Moncrief (1970) sostienen que la vi- John Stuart Mill en su influyente obra
sión antropocéntrica tiene en realidad raíces de economía política, publicada desde 1848,
más antiguas, que uno coloca en la tradición también señalaba las ventajas del progreso
judeo-cristiana y el otro en la cultura helénica. perpetuo y el dominio de la naturaleza como su
El giro renacentista se apoyó en el ex- aspecto privilegiado. La marcha de las nacio-
perimento, promovido tanto por Descartes co- nes era concebida como "un movimiento pro-
mo Bacon, donde se introduce el novedoso gresivo que se continúa con pocas interrupcio-
elemento de la manipulación. En efecto, el ex- nes de un año a otro y de una a otra genera-
perimento no es la simple observación, sino la ción: un progreso de la riqueza, un progreso de
modificación premeditada como vía para alcan- lo que se llama la prosperidad material." Este
zar un conocimiento pretendidamente cierto. "movimiento económico progresivo" es una
Mientras la visión medioeval concebía forma de "crecimiento perpetuo" y es mediado
al ser humano como parte de su entorno, no por el dominio "ilimitado del hombre sobre la
dejaba de ser jerárquica en tanto era un interlo- naturaleza".
cutor privilegiado de Dios. Desde el cambio Smith y Mill no actuaron solos. A sus
renancentista esa distinción se acentúa, y el nombres deben sumárseles los de Turgot,
ser humano cobra un nuevo papel por fuera de Condorcet, Saint-Simmon, Comte, Hegel, Marx,
la naturaleza. La descripción metafórica es y tantos otros, quienes más allá de sus conoci-
reemplazada por la simbolización geométrica o das diferencias, mantuvieron sin embargo pos-
matemática, apelando a una abstracción cre- turas similares sobre cómo relacionarse con la
ciente. naturaleza. Todos ellos promovieron la idea del
Se manipula y apropia la naturaleza progreso, la que de "ser una de las ideas im-
como condición y necesidad para atender re- portantes de la civilización occidental pasó a
querimientos cuya meta era el progreso perpe- convertirse en la idea dominante, incluso te-
tuo. Consecuentemente, paso a paso, se rede- niendo en cuenta la creciente importancia de
finía el entorno natural, y se acentuaban los ideas como las de igualdad, justicia social y
medios de su manipulación y control. soberanía popular ..." (Nisbet, 1980).
La naturaleza quedó tan disminuida En este contexto se desarrollaron dife-
que fue reducida en los primeros estudios de rentes concepciones sobre la naturaleza. Como
economía al factor de producción "tierra". Los es de esperarse, en tanto predominaba una
recursos naturales eran considerados como visión sobre el desarrollo y el papel del ser
ilimitados, y tan sólo debían encontrarse sus humano, muchas de las concepciones sobre la
paraderos para enseguida explotarlos. naturaleza presentan caracteres comunes.
Los primeros economistas, profunda- Estas concepciones del desarrollo y la natu-
mente imbuidos en estas concepciones, pro- raleza pueden ser inscriptas dentro de una
movían tanto el progreso material, y la apropia- ideología. El concepto de ideología se lo mane-
ción de la naturaleza para hacerlo posible. ja aquí en el sentido de deformación, legiti-
Adam Smith en su texto monumental sobre la mación e integración, tal como lo analiza
"riqueza de las naciones", publicado en 1776, Ricoeur (1989). En este artículo se considera
alude específicamente a las metas de la acu- que existe una ideología del progreso, que
mulación de riqueza, mediante un progreso engloba a las diferentes escuelas sobre el
sostenido. Es una situación de progreso cons- desarrollo, las que en realidad corres-
tante la que se considera la más óptima: "El

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ponderían a distintos paradigmas. Seguida- destaca la figura de José Bonifacio, quien a


mente se revisarán las principales concepcio- inicios del siglo XIX, consideraba que la natura-
nes de la naturaleza referidas a la temática del leza era un "gran libro" que podía ser descifra-
desarrollo, poniendo el énfasis en las posturas do por la observación empírica y racional, no
contemporáneas. para contemplarla, sino como medio para el
progreso.
La frontera salvaje La misión se entendió como una "con-
quista" de la naturaleza, pero además será la
En el inicio de la conquista y colonia, obra humana la que permite "civilizar" a la natu-
según la información disponible, parece haber raleza, para que ofrezca sus frutos y riquezas.
predominado una concepción del entorno como Se buscaba "civilizar" espacios que se conside-
espacios salvajes. raban salvajes, tal como se justificaban buena
La naturaleza era incontrolable y se parte de las campañas de conquista, tanto en
imponía sobre el ser humano, quienes debían la época de la colonia tardía como en los pri-
sufrir los ritmos de lluvias y sequías, la fertilidad meros años de las repúblicas independientes.
del suelo, la disponibilidad de agua o las plagas Por ejemplo, en Argentina la llamada "Conquis-
de los cultivos. Los espacios sin colonizar eran, ta del Desierto", a fines del siglo XIX, se basa-
a su vez, sitios salvajes, potencialmente peli- ba en "suprimir los indios y las fronteras" para
grosos por las fieras y enfermedades que pu- "poblar el desierto". Lo que en ese momento se
dieran cobijar. llamaba desierto incluía a ecosistemas como la
Esta perspectiva era típicamente euro- Pampa, que no tenían esas características,
pea, proliferando en escritos de los siglos XVII revelando la aplicación del rótulo a lo que esta-
a XIX. Un buen ejemplo son varias secciones ba más allá de la civilidad occidental; toda la
de la enciclopedia del Conde Buffon, cuya ver- campaña se basaba en la contraposición entre
sión en castellano se distribuyó ampliamente civilización y barbarie (citas de Brailovsky y
en el continente, con afirmaciones como "La Foguelman, 1991).
naturaleza salvaje es horrible y letal" y el ser
humano es el único que puede convertirla en La naturaleza como
"grata y habitable" (véase el análisis de Glac- canasta de recursos
ken, 1996).
Esas mismas ideas se repetían en A medida que avanzaba el control de la
América Latina. Desde una fase inicial donde naturaleza, se imponía a su vez una visión
se alternaba la admiración con la belleza y utilitarista. Quedaban atrás los miedos ante el
riqueza de los paisajes, con el temor, se pasó entorno, convirtiéndose en una "canasta" de
al control y dominio de las "fuerzas naturales", recursos que pueden ser extraídos y utilizadas.
promoviéndose el cultivo de la tierra, la dese- Minerales, animales y plantas eran vistos como
cación de humedales, la construcción de cana- abundantes y al alcance de la mano. Domingo
les, la caza intensiva, la tala de bosques, la F. Sarmiento, en su "Facundo" presenta una
introducción de especies productivas o la do- Argentina donde todo se da en exceso: "in-
mesticación de aquellas salvajes que fueran de mensa la llanura, inmensos los bosques, in-
utilidad. Siguiendo la imagen de Descartes, mensos los ríos", una descripción que también
donde todo era en realidad una máquina, la se repite para otros países.
naturaleza era analizada en sus piezas (con el Los elementos de la naturaleza se los
notable ejemplo del esfuerzo de catalogación observa como "recursos", desvinculados
taxonómica de la fauna y flora del Nuevo Mun- unos de otros (por ejemplo, los recursos
do emprendida por los exploradores europeos), minerales no eran percibidos en sus co-
y desde allí proveer los medios para la manipu- nexiones con el suelo que los recubría).
lación y control. En Brasil, José Pádua (1987) El énfasis apuntaba a la efi-

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ciencia y productividad en cómo extraer esos cimiento perpetuo o con una razón instrumen-
recursos, y en cómo se los aprovecha en las tal. En realidad esas posturas no protegen la
estrategias de desarrollo. El dejar recursos sin naturaleza sino los recursos que alimentan a la
aprovechar era una forma de "desperdicio". economía (Worster, 1995).
Dentro de esta misma perspectiva se La conservación utilitarista se originó
reconocieron especies de animales o plantas en Europa, y se trasladó a las Américas. Es
"útiles", distinguidas de aquellas "inservibles", muy conocido el caso del estadounidense Gif-
"peligrosas" o "dañinas". Las primeras engloba- ford Pinchot, creador del Servicio Forestal de
ron tempranamente a cultivos utilizables (nota- ese país, quien amplió y copió la tendencia
blemente el maíz, la papa, tomate, etc.), las europea de no desperdiciar recursos. Concebía
maderas preciosas (caoba, palo-Brasil, etc.) y a la conservación como "el desarrollo y uso de
algunos animales de caza para alimentación o la tierra y todos sus recursos para el permanen-
piel (carpincho, chinchilla, etc.). Las segundas te beneficio de los hombres" (Worster, 1985).
eran una amplia categoría que iba desde los Especialmente los ingenieros agróno-
grandes felinos y zorros, a los escorpiones y mos y forestales se convirtieron en expertos en
arañas. cómo manejar las áreas naturales para obtener
Durante los siglos XVIII y XIX proliferan de ellas el mejor provecho. Esta tradición se
visiones en América Latina donde se insistía difundió en toda América Latina, en particular
que la región se mantenía atrasada, no por en la apertura de distintas áreas a la produc-
límites ambientales (como disponibilidad de ción agrícola y ganadera, y sus consecuencias
agua o baja fertilidad), sino por trabas esen- se siguen observando en la actualidad. La na-
cialmente culturales y políticas. Los "indios" y turaleza se percibe y valora en lo que resulta
"criollos" eran frenos a un mejor uso de la natu- útil, y de esa manera se fragmenta en varias
raleza, y por lo tanto se buscó atraer nuevos vertientes: hay una naturaleza para el geólogo,
inmigrantes y civilizar a la población residente otra para el promotor agrícola, y otra para el
para hacer un uso todavía más eficiente de los promotor de urbanizaciones. El brasileño José
recursos naturales. El uso de la naturaleza era Bonifacio, mencionado arriba, reaccionaba no
parte de la lucha por la civilización (Pádua, en contra de la destrucción de la Naturaleza,
1987). El concepto de culturas transplantadas sino contra el despilfarro y el desperdicio (Pa-
descritas por Darcy Ribeiro (1972) debe ser dua, 1987).
expandido, ya que también se transplantaban
concepciones sobre la naturaleza. Incluso se La naturaleza como sistema
intentaba reproducir paisajes europeos, total-
mente diferentes a los latinoamericanos, y así En paralelo a estas tendencias, desde
se realizaban plantaciones de pinos junto a fines del siglo pasado se ha venido desarro-
enjardinados que recordaban al Viejo Mundo. llando la ecología como ciencia, conjuntamente
Dentro de esta perspectiva utilitarista con otras disciplinas relacionadas (botánica,
se desarrollaron algunas posturas conservacio- zoología, geología, etc.), y posturas teóricas
nistas. Es importante este hecho, en tanto indi- que le servían de sustento (especialmente la
ca que aún dentro de una visión manipuladora teoría darwiniana de la evolución).
y utilitaria de la naturaleza es posible encontrar Sin embargo, la ecología quedó
una postura conservacionista, con lo que se igualmente atrapada dentro de la visión
hecha por tierra la presunción que cualquier cartesiana de la máquina, concibiendo a la
postura de protección de la fauna y flora, por naturaleza como una máquina. La tarea del
ella misma, ya indica otra concepción del am- ecólogo era describir las partes de
biente. En efecto, el desarrollo de una protec- ese conjunto, y comprender cómo funcio-
ción ambiental no es necesariamente incompa- naba (sobre la historia de la ecología
tible con las posturas progresionistas del cre-

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véase Worster, 1985, 1993, y Deléage, 1991). Incluso quienes rechazaban esas pos-
Bajo esta visión la Naturaleza posee turas como el propio Tansley, eran también
sus propios mecanismos y funcionamientos, utilitaristas, sosteniendo que no había diferen-
que se conciben como "leyes", y que el hombre cias sustanciales con los balances naturales
no debería violar o alterar. La naturaleza pose- logrados por otros medios, como la interven-
ía cierta unidad interna, una dinámica basada ción humana, con lo cual se desvanecían las
en el equilibrio dinámico, y un desarrollo tempo- objeciones para que las personas controlaran
ral, desde estadios iniciales a otros maduros. el entorno (Worstar, 1985).
Con la irrupción del concepto de eco- Este tipo de concepciones dominaron
sistema, por el inglés A. Tansley en 1935, se la ecología como disciplina científica durante
aplicó la noción de sistema sobre la naturaleza, gran parte del siglo XX. Se difundieron en Amé-
y en el sentido que en esa época le daban los rica Latina al amparo de los libros de texto, por
físicos. Este concepto era más que una forma lo menos desde la década de 1940. Sin embar-
de descripción sintética, también correspondía go, a pesar de que el objeto de estudio era el
a un principio organizador de comprensión de mundo natural, la ecología enseñada a los bió-
la naturaleza (Golley, 1993). En muchos casos logos no implicaba una preocupación ni por la
el término ecosistema reemplazó al de natura- conservación ni por el desarrollo. Desde los
leza. Desde ese punto de partida se pudo apli- primeros tiempos de esta disciplina se vivió una
car a la naturaleza un lenguaje matemático, tensión con aquellos que intentaban abandonar
diseccionándola en sus elementos y estudiando esas posturas, volcándose hacia un respeto no
sus vinculaciones. Por eso, como indica Golley instrumental (Worster, 1985). Hoy en día, las
(1993), el concepto de ecosistema es manipu- polémicas sobre "el científico" y "el militante" se
lativo, en contraste con otro que pudiese ser siguen repitiendo (Gudynas, 1998).
relacional. Aquellos ecólogos interesados en los
Siguiendo con las tradiciones utilitaris- temas ambientales generaron un vínculo entre
tas indicadas arriba, el ecólogo brindaría la el campo científico y su práctica ambientalista.
información de cómo intervenir en la naturaleza Los estudios sobre la extinción de especies o
para conseguir los mejores éxitos productivos. los niveles de contaminación que proliferaron
Buena parte de los primeros estudios de la desde la década de 1960, alertaban sobre una
dinámica de poblaciones de animales derivaron creciente problemática. La vieja imagen de una
en discernir los niveles óptimos y las tasas naturaleza agresiva y todopoderosa, poco a
máximas de explotación de recursos naturales poco, dio paso al de una naturaleza frágil y
renovables, en especial en los sectores forestal delicada. La naturaleza como salvaje desapa-
y pesquero. rece, y lo "natural" adquiere méritos de ser la
Estas mismas corrientes concebían situación a la que se desea regresar. A ello
que los ecosistemas se encontraban bajo con- contribuyeron varios aportes novedosos sobre
diciones de equilibrio dinámico, especialmente la naturaleza. Llegaron las imágenes tomadas
por fuerzas como la competencia. Las comuni- a la Tierra desde el espacio, donde el planeta
dades de plantas y animales, y los propios eco- aparece como una delicada esfera azul. Esa
sistemas, serían entidades reales y no una noción de totalidad explica el resurgimiento de
invención del observador. Presentarían un or- conceptos como el de biosfera, que apunta a la
den particular y una evolución temporal desde vez hacia a una perspectiva holística y la exis-
condiciones de simplicidad a otras de mayor tencia de límites.
complejidad (sucesión ecológica), que recuer- La ecología clásica al presentar una
dan la maduración de un individuo. Por lo tanto naturaleza con un orden propio, también
algunos ecólogos postularon que representa- ofrecía un marco de referencia para pro-
ban “cuasi-organismos”. poner medidas de gestión. Esto fue realiza-
do por aquellos que sí estaban interesa-
dos en la articulación con la

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conservación y el desarrollo. Ese tipo de con- tiendas neoliberales y economistas neoclási-


cepciones calaron muy hondo en América Lati- cos. Incluso la CEPAL en su "transformación
na. Por ejemplo, la CEPAL en 1992 mantenía productiva con equidad", destaca que esa
la visión del "cuasi-organismo" con una suce- transformación productiva debe servir al desa-
sión ecológica, sosteniendo que existe un or- rrollo sustentable, entendido como un equilibrio
den en sí mismo en la naturaleza que brinda entre formas de capital, entre ellos el capital
referentes para evaluar los impactos humanos. natural (CEPAL, 1991). Al considerar el am-
Es importante notar que esta visión fue biente como una forma de capital es posible
cuestionada por otras más recientes que sos- promover la "internalización" de esos recursos
tienen que no existen comunidades ni ecosis- a la economía.
temas reales en sí mismos, y que la dinámica Estas posturas expanden la racionali-
de los ecosistemas no está en el equilibrio, sino dad económica manteniendo el mismo propósi-
en continuo cambio, sin un orden pre- to de instrumentalización y manipulación, así
establecido (Botkin, 1990). Bajo esta visión la como el antropocéntrismo, donde el valor de la
naturaleza sería un gran desorden, y la ecolo- naturaleza está dado por los valores de uso y
gía pierde así su capacidad para determinar cambio asignados por el ser humano. La natu-
parámetros incuestionables sobre como volver raleza se podría contabilizar en dinero, y por lo
a un estado natural. tanto la protección del ambiente en realidad
sería una forma de inversión.
La Naturaleza como capital La propuesta cepalina considera inclu-
so que se debería calcular la "depreciación" del
Un nuevo giro en las concepciones de capital natural, y agrega que "los recursos natu-
la naturaleza se inicia en la década de 1980 rales y ambientales son formas de capital y
con una perspectiva originada en la economía. que, como tales, son objeto de inversión"
Esta visión se presenta en corrientes que man- (CEPAL, 1991). A su vez, los ciclos ecológicos
tienen diferencias de importancia en otros as- (como del agua o regeneración del suelo) pa-
pectos, y que van desde posturas liberales, san a ser considerados "servicios" que pueden
neoliberales a otras ancladas en el keynessia- ser también ingresados al mercado. Bajo esta
nismo, pero han apelado a considerar a la natu- postura, la conservación abandona sus objeti-
raleza como una forma de capital. De esta ma- vos primarios y queda al servicio de las postu-
nera, la omisión de haberla reducido al "factor ras de desarrollo tradicional. Nuevamente los
de producción tierra" podría ser subsanada, criterios de eficiencia y beneficio se imponen,
integrándola a las herramientas y conceptos a más allá de los problemas formidables que
disposición de los economistas (véase por implica intentar asignar precios a los recursos
ejemplo a Anderson y Leal, 1991). naturales, como reconoce la propia CEPAL
Este intento es una "economización" de (1991). La conservación de la naturaleza tam-
la naturaleza, en el sentido de ampliar el con- poco se hace aquí en atención a valores ecoló-
cepto de capital hasta englobarla. Existe una gicos u de otro tipo, sino en función de su inci-
prolífica discusión si esa equiparación es válida dencia en los procesos productivos.
o no, en tanto no es lo mismo el capital de ori- Como esta postura ubica a la natu-
gen humano (como puede ser una maquinaria) raleza dentro del mercado, aspectos claves
con otro de origen natural (como son especies de la conservación dependerían de marcos
de árboles y animales). económicos e institucionales (como por
Más allá de esa discusión, el hecho no- ejemplo, CEPAL, 1991). Emerge así una
table ha sido la intensidad con que estas postu- notable paradoja: aunque la sustentabili-
ras se han difundido en América Latina. Sus dad de los procesos ecológicos está
promotores engloban varios pensadores desde

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determinada por una dinámica ecológica, ese nunca se entendió que era dueña de un ecosis-
hecho es minimizado, y se le atribuye esa res- tema o de toda una especie. En la nueva ver-
ponsabilidad al ser humano. Si concebimos un sión defendida por neoliberales y neoclásicos,
ambiente natural, sin ninguna interferencia la propiedad puede existir sobre un ecosistema
humana, ese ecosistema se mantendrá dentro (con ejemplos en la asignación de propiedades
de su sustentabilidad bajo sus patrones ecoló- sobre secciones de ecosistemas de ríos y cur-
gicos por sí mismo. Es necesario adelantar sos de agua), y en la forma más extrema, sobre
desde ya que la presencia humana, aún en el variedades genéticas de especies vivas (paten-
caso de que ésta sea ambientalmente saluda- tes sobre microorganismos y cultivos). En ese
ble, no es necesaria ni indispensable para caso ni siquiera el ser vivo completo es de inte-
mantener la sustentabilidad ecológica. La sus- rés, sino alguno de sus atributos genéticos, los
tentabilidad ecológica es una propiedad de los que pueden ser comercializados, y por lo tanto
ecosistemas y no del hombre. se los regula por medio de patentes y otros
El reduccionismo economicista no ne- derechos de propiedad. La reducción de la
cesariamente reconoce esta cuestión ya que al propiedad y de la gestión a nivel de los genes
ingresar a la naturaleza dentro del mercado, de es un ejemplo de una extrema fragmentación
alguna manera desarticula y anula el propio de la vida.
concepto de naturaleza. La reemplaza por tér-
minos como capital, servicios, bienes, produc- 2. Estrategias de desarrollo
tos, recursos, etc., un proceso que se analiza
con más detalle en el apartado siguiente. Desde la temprana independencia, las
estrategias de desarrollo invocadas para Amé-
La naturaleza fragmentada rica Latina también se inspiraban en Europa
como un modelo a seguir. El crecimiento mate-
Una consecuencia inevitable de varias rial no sólo era un objetivo, sino que no se du-
posturas anteriores es la erosión y fragmenta- daba de su posibilidad. La naturaleza era el
ción de la propia naturaleza. Deja de tener sen- marco que hacía posible esos sueños; se invo-
tido usar ese término por que la naturaleza caban las riquezas en cada uno de los países,
pierde cohesión, unidad y atributos comunes. los espacios vacíos a ocupar, y la calidad de la
Ella es desagregada en distintos componentes población. Para ello se diseñaban distintos
y referidas a distintos conceptos. formas de incrementar la extracción minera,
Especialmente la visión economicista, descubrir petróleo, acentuar y ampliar la explo-
en tanto utilitarista, sólo se reconoce aquellos tación agropecuaria y promover el desarrollo
elementos que posean un valor económico, sea industrial (pueden consultarse las revisiones de
actual o potencial. Este énfasis guarda muchas Nisbet, 1980; Ferrarotti, 1985; Arndt, 1987;
similitudes con las posturas utilataristas comu- Kay, 1991; Esteva, 1992 y otros citados en este
nes en los siglos XVIII y XIX. artículo).
Además, cada uno de esos componen- El acento se ponía en el crecimiento
tes debe tener dueños, proponiéndose dere- económico como generador del progreso social
chos de propiedad sobre las formas de vida y y político. Algunos no negaban que esa bús-
los ecosistemas. En especial las tendencias del queda ocasionara costos, referidos usualmente
ambientalismo neoliberal o del libre mercado al área social, sino que se los entendía como
bregan por una asignación de propiedad exten- inevitables. En cambio, los impactos ambienta-
sa sobre la naturaleza, lo que permitiría una les o los límites ecológicos no eran tenidos en
gestión económicamente más eficiente del cuenta.
medio ambiente. La naturaleza era simplemente ignorada
Tradicionalmente una persona podía o referida al medio que haría posible ese progre-
ser propietaria de una finca o un predio, pero so. Se insistía en la enorme disponibilidad

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de recursos, en la existencia de espacios vací- autores como Celso Furtado, A. Gunder


os que debían ser "civilizados" y en una amplia Frank y F.H. Cardoso.
capacidad de amortiguación de cualquier im- La perspectiva "periférica" de la teoría
pacto ambiental. En especial en el siglo XX, y determinaba una visión obligada de lo que su-
en particular desde 1940, los modelos latinoa- cedía en los países "centro". Si bien denuncia-
mericanos del desarrollo, reivindicaban las ba el carácter apropiador y desigual de las re-
ideas básicas del progreso perpetuo y el carác- laciones entre los países, lo que constituyó uno
ter subsidiario de la naturaleza. En un análisis de sus grandes méritos, de alguna manera sus
de esta problemática, Felipe Mansilla (1991) postulados buscaban cómo desprenderse de
destaca que la "desatención y la negligencia en esa dependencia, pero sin renunciar a los pre-
que están sumidos los argumentos ecológicos tendidos beneficios que se vivían en el centro
y proteccionistas de la naturaleza" se deben en industrializado. Los dependentistas también
realidad a un "preconsciente colectivo latinoa- apostaban a la industrialización, la búsqueda
mericano", para el cual los "recursos naturales del progreso económico, y la continua genera-
con que cuentan las naciones latinoamericanas ción de un excedente. Se intentaba a cualquier
son ilimitados para los proyectos más audaces precio una sustitución de las importaciones
de industrialización masiva, y las dimensiones para esa manera "independizar" económica-
gigantescas del continente, de sus selvas y ríos mente a nuestros países.
garantizan por sí solas una enorme estabilidad Los dependentistas no desarrollaron
ecológica". una visión alternativa sobre la naturaleza, o
La visión de la naturaleza que se des- sobre como articular el desarrollo con su marco
prende de estas posturas cubre una amplia ambiental. En sus estudios los recursos natura-
gama de posturas, desde la canasta de recur- les jugaron un papel muy menor, y entendían
sos hasta el capital natural. Todas ellas eran que los problemas ambientales podían ser so-
antropocéntricas, y en muchos casos la natura- lucionados por medios técnicos, demostrando
leza era algo ajeno a la problemática del desa- un notable optimismo tecnológico. A pesar de
rrollo. Para ilustrar este proceso, seguidamente que los primeros estudios de impacto sobre las
se analizan algunos casos destacados en el condiciones ambientales al desarrollo aparecie-
contexto Latinoamericano. ron a fines de los años 60, los dependentistas
siempre consideraron que la región poseía
Teoría de la Dependencia enormes espacios libres e importantes reservas
de recursos; los problemas en realidad estarían
Es necesario considerar brevemente a en las en las trabas sociales a un correcto pro-
la Teoría de la Dependencia, en tanto ella re- ceso de desarrollo.
presentó una visión propia latinoamericana Aunque sin confundirlos con los de-
sobre el desarrollo, y por lo tanto es importante pendentistas, es importante recordar que las
averiguar si poseía una concepción distinta expresiones sobre desarrollo provenientes de
sobre la naturaleza. Esta corriente, iniciada por la izquierda marxista y no-marxista tampoco
el economista argentino Raúl Presbich, en los generaron visiones alternativas sobre la natura-
años 50, postuló como ideas básicas el estruc- leza. Todas ellas compartían la fe en el progre-
turalismo y la dependencia, criticando las con- so técnico, en el manejo cada vez más afinado
cepciones clásicas y neoclásicas de la asigna- de la naturaleza, y en los avances materiales.
ción de precios y las formas de operar del mer-
cado. El concepto de dependencia parte de Límites del crecimiento
reconocer que ciertas regiones se desarrollan
a expensas de otras: un centro y una perife- En el contexto de los primeros aportes de
ria. Esta idea fue elaborada todavía más por importancia sobre temas ambientales debe des-

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tacarse el reporte, "Los límites del crecimiento" quedaron atrapados en defender a sus gobier-
preparado por Meadows y colab. (1972), en- nos, los que no eran mejores a la hora de pro-
cargado por el Club de Roma, y realizado en el teger sus ambientes naturales, y legitimaron así
Instituto de Tecnología de Massachusetts el utilitarismo sobre la naturaleza. Los depen-
(MIT). Ese estudio desencadenó una gran po- dendistas criticaron el enfoque ecológico, y
lémica en América Latina. Allí se sostiene que como respuesta lo re-interpretaron como un
la naturaleza es limitada, tanto en los recursos problema más del subdesarrollo, acuñando el
disponibles como en sus capacidades de amor- famoso slogan de que la "pobreza es el primer
tiguar impactos ambientales. Aquello que siem- problema ambiental" de América Latina.
pre apareció como inmenso, o que nunca sus- La respuesta más elaborada contra los
citó interés en buscarle fronteras, repentina- estudios del MIT provino de la Fundación Bari-
mente se evidenció como finito y acotado. Es loche (Argentina). La réplica, a cargo de Amíl-
más, y aunque hoy suene ingenuo, la econo- car O. Herrera y un equipo de colaboradores,
mía tradicional no habían reparado en que los buscó "probar más allá de toda duda legítima
procesos productivos en realidad descansan que en el futuro previsible el medio ambiente y
sobre la naturaleza, y este informe precisamen- los recursos naturales no impondrán límites
te recordaba ese hecho. físicos absolutos". Por un lado se reconoce que
El mensaje del estudio era muy claro: existe una crisis ambiental, aunque se sostiene
no podía invocarse un crecimiento económico que en realidad es el resultado de un "sistema
continuado ya que los recursos eran finitos. de valores en gran parte destructivos". Por lo
Más tarde o más temprano se chocaría contra tanto, la solución no sería la aplicación coyun-
esos límites. La naturaleza, que siempre se tural de "medidas correctivas" sino la "creación
mantuvo por fuera de la temática del desarrollo, de una sociedad intrínsecamente compatible
repentinamente toma un papel central en la con su medio ambiente".
discusión. Sin embargo, el estudio niega que sean
La reacción en América Latina contra posibles los límites al desarrollo, atacando la
esas ideas fue virulenta. Desde las más diver- idea en varios frentes. Por un lado, vuelve a
sas tiendas fueron interpretadas como un ata- invocar el mito de los recursos enormes, consi-
que directo a la base de la concepción del pro- derando que es "imposible determinar la canti-
greso continuado, y desde un flanco que se dad total de recursos no renovables existentes
consideraba menor (el ambiental). Por ejemplo, en el planeta". Por otro lado, subraya la posibi-
el destacado Helio Jaguaribe señalaba en 1973 lidad de desarrollar nuevas tecnologías que
que el continente no enfrentaba una sobre- permitan aprovechar nuevos recursos, ahora
explotación ecológica ni una sobrepoblación, y inútiles y más abundantes, con lo que refuerza
tildaba al estudio del MIT como neo- la fe en la manipulación tecnológica del entor-
malthusiano. Tanto gobiernos como intelectua- no, llegando a apelar a la energía nuclear.
les tras atacar el informe invocaban la necesi- Todavía más. La contaminación es
dad de mantener el proceso de desarrollo de la puesta en "términos de su verdadera significa-
región, considerando que los problemas am- ción", donde prácticamente todas las formas de
bientales eran propios de los países industriali- contaminación serían controlables, y sus cau-
zados y no de América Latina. sas y soluciones dependerían de decisiones
Muchos latinoamericanos estaban en lo políticas y económicas. Así es que, el estudio de
cierto cuando señalaban que en gran medida la Fundación Bariloche minimiza el límite a la
las proclamas ecológicas de los países indus- disponibilidad de las tierras de cultivo, apelando a
trializados ocultaban otros componentes, incrementos de productividad o la expansión de la
usualmente vinculados al comercio internacio- frontera agropecuaria, olvidando que todo eso
nal y la intervención política. Sin embargo, también posee efectos ambientales negativos. En

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todo caso, los diferentes aspectos son todos naturales. Antes que una nueva conceptualiza-
reducidos a un problema político, donde se ción sobre la naturaleza o los modos de rela-
cuestiona el orden económico internacional, y cionarse con ella, la conferencia de Estocolmo
se vuelve a postular un posible futuro brillante apuntó a manejar y reducir impactos ambienta-
para todos los países del Sur. les, especialmente por contaminación. Otras
La respuesta de la Fundación Barilo- perspectivas eran entendidas como "frenos" a
che, vista en su conjunto reduce a un mínimo los esfuerzos de progreso, y por lo tanto podían
toda la problemática ecológica, minimizándola, ser potencialmente peligrosos. Se insistía que
apostando exageradamente a la tecnología y a cada país tenía el derecho soberano de deter-
los contextos políticos. No hay en esas páginas minar sus prioridades económicas y políticas, y
una nueva visión, crítica y renovada, de la natu- consecuentemente sus niveles de protección
raleza o del desarrollo, sino una expresión más ambiental y cómo dispondrá de sus recursos
de las posturas desarrollistas tradicionales. naturales.
Las consecuencias de este debate fue- Desde ese momento se sucedieron im-
ron importantes, y así toda vez que se analiza- portantes aportes en varios terrenos. Por un
ba la vinculación entre ecología y desarrollo se lado, a nivel académico proliferaron los estu-
terminaba reclamando autonomía para el cre- dios sobre los impactos ambientales, la extin-
cimiento económico. Ello se conseguiría, según ción de especies, y la acción de los contami-
algunos, por medio de usos más eficientes de nantes. Por otro lado, diversas disciplinas co-
los recursos naturales. Un ejemplo de esa línea menzaron a generar corrientes de análisis des-
es el texto universitario de Juan Gastó sobre de una sensibilidad ambiental (tal como suce-
ecología, quien subraya la importancia del uso dió con la economía ecológica o la ética am-
eficiente de los recursos naturales, la asistencia biental). Finalmente, se comenzó a tomar con-
de elementos sofisticados de la tecnología, y la ciencia que graves problemas ambientales,
atención a las "leyes" de los ecosistemas. como la contaminación urbana o la destrucción
Otros enfatizaban todavía más la "contamina- de áreas naturales, igualmente ocurrían en el
ción del subdesarrollo", tal como ilustra el di- continente, como lo atestiguaban los casos de
fundido manual del argentino Santiago Olivier ciudad de México o la selva Amazónica.
(1983). En 1987, la Comisión de las Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
De Estocolmo a Rio de Janeiro presentó el estudio "Nuestro Futuro Común"
(también conocido como Informe Brundtland,
Desde 1972, con la primera Conferen- atendiendo al apellido de su coordinador), a
cia de las Naciones Unidas sobre Ambiente y partir del cual se popularizó el concepto de
Desarrollo (Estocolmo), a 1992, con la segunda "desarrollo sustentable". En su definición ese
conferencia (Rio de Janeiro), se sucede un tipo de desarrollo debía satisfacer las necesi-
prolífico debate. Parte de esa discusión se ana- dades actuales sin limitar esa posibilidad en el
liza seguidamente, mientras que otras nuevas futuro, y si bien reconoce que hay límites, ad-
concepciones emergentes durante estos años vierte que éstos no son absolutos, sino relati-
se consideran en las secciones siguientes. vos, en tanto la tecnología y la organización
La conferencia de Estocolmo de 1972 social pueden ser mejoradas para permitir una
tuvo un marcado tono conservacionista, en "nueva era de crecimiento económico".
especial promovido por los países industrializa- Esta concepción es contradictoria en sí
dos. Ello generó una crítica muy fuerte desde misma, pero sirvió para reconciliar dos posturas
los países en desarrollo, donde algunas nacio- antagónicas desde los tiempos del informe sobre
nes Latinoamericanas, como Brasil, defendie- los límites del crecimiento. Ahora, el ambiente en
ron la intensificación en el uso de recursos lugar de ser un "límite" se convierte en un "me-

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dio" para el crecimiento económico ilimitado. A en las interpretaciones que se le otorgan al


su amparo, los paradigmas del desarrollo tradi- concepto, y luego en los fines y mediaciones
cional se reapropiaron de muchos conceptos que consecuentemente se determinan (papel
ecológicos, haciéndolos funcionales; posible- del Estado, papel del mercado, justicia social,
mente el caso del capital natural es un ejemplo etc.).
extremo. En segundo lugar, resulta evidente un
Estas situaciones demuestras que in- apego al progreso, y la visión mecanicista de
cluso desde distintos puntos de partida se lle- una sociedad que necesariamente debe avan-
gan a similares visiones sobre la naturaleza, zar hacia logros siempre superiores. A su vez,
manteniéndose la perspectiva utilitarista ins- los avances materiales desencadenan los pro-
trumental. En otras palabras, los preconceptos gresos en otras esferas, como la política y cul-
sobre el entorno natural logran manifestarse de tural. En forma notable, la acumulación de capi-
diferentes maneras en distintos contextos teóri- tal, y el aumento en la disposición de bienes
cos y prácticos. materiales, serían los indicadores de esos
Esta larga marcha tuvo otro momento avances. A ellos se asocian los énfasis en la
de apogeo con la segunda Conferencia de las eficiencia, la productividad, la postura tecnocrá-
Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo tica, el énfasis en la ciencia de estirpe positivis-
en Rio de Janeiro (1992). Allí los gobiernos ta, etc. Predomina una racionalidad instrumen-
firmaron compromisos internacionales sobre tal, donde se abandonó la atención a los fines
biodiversidad y cambio climática, una declara- para considerar los medios (Horkheimer, 1973),
ción de principios y un plan de acción (Agenda generando así una actitud de apropiación y
21). Sin intentar agotar las temáticas allí plan- manipulación (Gudynas, 1992). Estos elemen-
teadas, basta revisar la Agenda 21 para com- tos, y los anteriores, son comunes a varios
probar que el apego por el desarrollo material y paradigmas de desarrollo, dejando en eviden-
el crecimiento continuo se mantiene en pleno cia una misma matriz conceptual que permite
vigor. referirse a una ideología del progreso. Ella
también explica su poder para legitimar unas
Estilos de desarrollo en Latinoamérica ciertas ideas del desarrollo, la deformación y
negación de las ideas que muestran sus limita-
En América Latina se han sucedido varias es- ciones y su poder de integración.
cuelas sobre la problemática del desarrollo. A En tercer lugar, en todas estas postu-
pesar de esa variedad, distintos autores han ras la naturaleza no aparece, o cuando lo hace
reconocido una serie de elementos comunes es bajo una forma subsidiaria. Se han minimi-
(como se observa en los clásicos estudios de J. zado las restricciones ambientales al desarro-
Graciarena o M. Wolfe). De la misma manera, llo, y en algunos casos se las ha combatido y
otros autores han encontrado similitudes en negado. En lugar de referirse a la naturaleza,
cómo esos estilos se vinculan con la naturaleza se apunta a dotaciones en recursos naturales,
(por ejemplo, Mansilla, 1981, 1991; Tudela, tomados en forma aislada uno de otro. Se con-
1990). Más allá de sus distintas posturas, a los cibe además que esos acervos de recursos son
efectos de este artículo es clave comprender enormes, con capacidades de amortiguación
cómo conciben a la naturaleza y las articulacio- de impactos también enormes, y que en sí
nes con ella. mismos no generan límites al progreso mate-
En primer lugar sobresale que todas las rial.
corrientes consideran el crecimiento económico La postura frente al ambiente es fuer-
como necesario para América Latina. Esto se temente antropocéntrica. La naturaleza está al
registra tanto en las posturas tradicionales de servicio del hombre. Ella no posee valores pro-
origen liberal y neoliberal, como en la izquierda pios ni derechos propios; en los planes de de-
marxista y no marxista. Las diferencias entre sarrollo es un predicado. Por esa razón se la
los paradigmas del desarrollo están, primero,

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percibe como una canasta de recursos, una cepto de naturaleza, o las variables ambienta-
máquina, un sistema, o una forma de capital. les, hace que todo el andamiaje del progreso
No existe ninguna referencia a valores propios rechine, y se generan tensiones dentro de esa
en los procesos naturales, que sean indepen- ideología.
dientes de los procesos productivos. Abundan los ejemplos de esas tensio-
Han existido esfuerzos conservacionis- nes. Un caso ilustrativo lo ofrece la definición
tas dentro de esta ideología. Los más importan- de desarrollo que brinda O. Sunkel, quien fuera
tes se vincularon al utilitarismo eficiente. Otros un destacado economista en la CEPAL, y uno
fueron acciones aisladas, sin conexiones con de los propulsores de la temática ambiental en
los estilos de desarrollo; en algunos casos fue- el continente. Dice este autor (1990): "El desa-
ron la protección de sitios por preocupaciones rrollo puede definirse como un proceso progre-
estéticas, o toleradas por su reducido valor sivo de transformación del medio ambiente
productivo, y a veces amparados por posturas natural en medio ambiente construido y artifi-
que recuerdan una caridad aristocrática. cializado. En ese proceso se crean nuevos
En los últimos años, cuando el concep- bienes y servicios que contribuyen a aumentar
to de naturaleza llama la atención a quienes el bienestar y la productividad económica de la
estudian y diseñan las estrategias de desarro- población". En el caso del desarrollo sustenta-
llo, sus preocupaciones no responden a un ble, uno de los pilares sería el crecimiento eco-
interés en el ambiente, sino a comprender que nómico (Sunkel, 1996). Se cae así en una con-
las variables ecológicas pueden afectar los tradicción, ya que si la meta es el crecimiento,
ciclos productivos. Las recientes tesis de con- el desarrollo promoverá la continua artificializa-
servación debido al valor económico potencial ción de la naturaleza, más tarde o más tempra-
de los ecosistemas (especialmente por varie- no la naturaleza desaparecerá; de la misma
dades originales de cultivos y especies de po- manera, si se intenta conservar la naturaleza
sible uso biomédico), no niegan, sino que re- se está frenando el desarrollo. De esta manera
fuerzan el uso instrumental de la naturaleza. se repite el conflicto donde la naturaleza no
Los mismo sucede frente a algunos problemas tiene cabida en el mundo del desarrollo enten-
ambientales que alcanzan dimensiones globa- dido como crecimiento y artificialización. El
les y por lo tanto pueden afectar a todo el pla- concepto de sustentabilidad tan sólo esconde
neta (reducción del ozono, recalentamiento este problema, ya que una verdadera conser-
climático). La naturaleza, que se encontraba vación (en su sentido ecológico, o sea, en la
por "fuera" del desarrollo, es ingresada; el con- permanencia de las especies y de los ecosis-
cepto de desarrollo sustentable completa ese temas en tiempos evolutivos), exige mantener
reingreso, abandonando una postura de oposi- la naturaleza.
ción entre desarrollo y ambiente. Pero esa vin-
culación sirve para mantener y reforzar la ideo- 3. Las visiones
logía del progreso. El ambiente pasa a ser una de la naturaleza
condición para el crecimiento económico.
Por esas razones, cuando se pone en A pesar de la impronta de la ideología del
evidencia que continúa el utilitarismo antropo- progreso y su concepción antropocéntrica de la
céntrico sobre la naturaleza, o que realmente naturaleza, en los últimos años se han generado
hay límites al crecimiento, no sólo se cuestiona nuevas ideas. Algunas intentan romper con las
un paradigma de desarrollo en particular. Se visiones tradicionales descritas más arriba, y a
critica también una conceptualización más pro- veces lo hacen apelando a valores propios en la
funda y extendida, la propia noción de progre- naturaleza. Estos cambios son importantes, ya
so, y el sentido de la superioridad humana que que en las conceptualizaciones anteriores la natu-
ella cobija. Los intentos de considerar el con- raleza usualmente era un predicado, y en

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estas nuevas visiones se intenta convertirla en blemas por las perspectivas economicistas,
un sujeto. En esta sección no se analizan todas enfatizando sus valores económicos.
las nuevas corrientes (algunas escapan a las
posibilidades de análisis del autor, como lo que La resignificación
ha sucedido en la literatura latinoamericana; de la naturaleza silvestre
otras requieren estudios particulares, como
pueden ser la eco-teologías). La preocupación por la extinción de es-
pecies de fauna y flora y la desaparición de
La naturaleza como biodiversidad ecosistemas emblemáticos (especialmente la
deforestación amazónica), contribuyó al redes-
El análisis de las nuevas concepciones cubrimiento de la naturaleza latinoamericana
sobre la naturaleza debe comenzar por el con- como espacios silvestres.
cepto de biodiversidad. Originado entre biólo- Esta corriente fue promovida por varios
gos preocupados por temas ambientales, cobró científicos y militantes conservacionistas, bus-
notoriedad con una publicación de la Academia cando mantener intocados distintos sitios que
de Ciencias de los Estados Unidos, editado por consideraban silvestres, y aparentemente into-
el conocido entomólogo Edward O. Wilson cadas por las poblaciones humanas. Esta co-
(1988). rriente apela a términos como silvestre o salva-
El concepto se popularizó, y en muchos je para referirse a la naturaleza. Las distincio-
casos suplantó al término naturaleza. Es impor- nes entre esas dos palabras son importantes.
tante observar, por ejemplo, que durante la Silvestre alude a los seres u objetos que ocu-
Conferencia de las Naciones Unidas sobre rren de manera natural, que no son cultivados
Ambiente y Desarrollo de 1992 (Rio de Janei- ni domesticados, y deriva del latín silvestris,
ro), se firmó un tratado internacional que no se que significa originario del bosque (silva = bos-
denominó "Convención sobre la naturaleza", que). En cambio salvaje por mucho tiempo
sino "Convención sobre la Biodiversidad". poseía un componente negativo, al referirse a
El concepto de biodiversidad encierra aquello que es primitivo, feroz o brutal. El vo-
tres diferentes tipos de elementos: por un lado cablo proviene del latín vulgar salvaticus que
a las distintas especies de fauna, flora y mi- deriva de silvaticus, y que también se refiere al
croorganismos; en segundo lugar, a la variabili- bosque. En los siglos XVIII y XIX lo que se
dad genética que posee cada una de esas buscaba precisamente era domeñar esa condi-
especies; y finalmente, a los ecosistemas, in- ción de salvaje de la naturaleza. En este nuevo
cluyendo a las especies pero también a sus redescubrimiento el concepto de salvaje dejó
elementos físicos. Es obvio que este concepto de tener un sentido negativo, y era buscado
está lejos de describir un único atributo del como la mejor opción para la conservación.
ambiente, sino que es extremadamente amplio. Todavía más, algunos apuntaron a una natura-
Sin embargo también ofrece una imagen de leza sin personas en ella.
unidad y coherencia; genera la ilusión de un Esta postura ha sido promovida tanto
todo gestionable. Pero a la vez enfatiza la par- por grupos ambientales como por algunos cír-
ticularidad de la diversidad, donde el ambiente culos académicos, y cuenta con un gran apoyo
encierra múltiples pluralidades y cada repre- en los Estados Unidos y otros países europeos.
sentación de la vida es singular y debe ser Aquí se mezcla con varias ideas comunes en
conservada. medios periodísticos, y a veces en cierta litera-
El riesgo es que no evita una visión tura que si bien es académica expresa sobre
fragmentada del entorno natural, como conjun- todo deseos y aspiraciones. Son comunes las
to de seres vivos, y en particular, a nivel indivi- invocaciones a la "Madre Tierra" como lugar
dual. Por esta razón, el concepto de biodiversi- silvestre que es "violado" y mancillado por los
dad puede igualmente ser manejado sin pro- seres humanos.

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La naturaleza es puesta además como que desde hace siglos utilizan áreas naturales
un espacio idílico, donde predomina la coope- por medios que hoy se denominan como "tradi-
ración y la simbiosis entre los seres vivos, y cionales", como siringueiros, castanheiros, etc.
que debería servir como ejemplo a la humani- El énfasis en los sitios silvestres lleva-
dad. La depredación, en tanto violencia, o la ba a concebirlos como la "verdadera" naturale-
agresión y la competencia, serían la excepción. za, y en ella tanto las personas, como sus pro-
Precisamente las relaciones cooperativas que ductos (sea un predio ganadero o una parcela
dominarían en la naturaleza son las que debe- cultivada), no representaban la verdadera
rían servir de ejemplo a los seres humanos esencia de lo silvestre. Por lo tanto, se rechaza
para construir una nueva sociedad (un buen la presencia de seres humanos, y la conserva-
ejemplo de esta trasposición desde la naturale- ción queda acotada hasta restringirla a la pre-
za al mundo social es Bookchin, 1990). servación. En muchos casos, la adjetivación de
Muchas organizaciones de conserva- silvestre en realidad correspondería a percep-
ción de la región así como internacionales (es- ciones de grupos urbanos que viven lejos del
pecialmente WWF, Conservation International y contacto con la naturaleza (A. Gómez Pompa y
The Nature Conservancy) enfatizaron el trabajo A. Kaus, citado por Diegues, 1996). A pesar de
sobre "áreas silvestres". La presencia de gru- este debate, en América Latina la polémica no
pos indígenas y campesinos dentro de los par- ha avanzado más profundamente, como se
ques nacionales y áreas protegidas pasaron a observa en el hemisferio norte (por ejemplo,
ser vistas como un problema, ya que no enca- Burk, 1994; Cronon, 1995; Sessions, 1997).
jaban en su visión de una naturaleza sin perso-
nas. La recuperación de
Un examen crítico de estas posturas otras vinculaciones
muestra que, en realidad, las áreas llamadas
"silvestres" en América Latina han sido hogar Otras corrientes novedosas sobre la
de grupos indígenas desde tiempos ancestra- naturaleza se han inspirado en las concepcio-
les. Para esas comunidades esos sitios no son nes indígenas y campesinas. En ellas se presta
"salvajes", sino que son su hogar (Diegues, atención tanto a los conceptos sobre el entorno
1996). Prácticamente todos los ambientes lati- que poseen esos grupos, como a las formas en
noamericanos han sido ocupados por el ser relacionarse con el ambiente. En estas aproxi-
humano. Los bosques tropicales han sido el maciones el ser humano vuelve a ser un ele-
habitat de varios grupos indígenas por miles de mento más dentro de la naturaleza, y en varias
años; Mesoamérica y la región Andina mantu- de ellas se pone en discusión la dualidad que la
vieron y mantienen extensas poblaciones indí- separa del ser humano.
genas que han modificado esos ambientes de Estas posturas se basan en vivencias
manera intensa y extensa; y otro tanto se ob- de pertenencia y empatía con el entorno, y la
serva en las demás regiones del continente. religiosidad hacia el ambiente, encontrada en
Desde tiempos pre-hispánicos se han sucedido varios de estos grupos. Por ejemplo, en los
distintas formas de aprovechamiento humano, Lamas, de las ladera andino-amazónicas no
desde la caza y recolección hasta la agricultura hay jerarquías verticales, concibiéndose parte
intensiva asistida por terrazas y regadíos. Las de la naturaleza. Los Lamas conversan con los
poblaciones indígenas en la actualidad son árboles o la laguna, y entienden que en ese
estimadas en más de 45 millones de personas; diálogo hay cosas para decirse; los jóvenes
además el 86% de las áreas protegidas Lati- deben ir al bosque para presentarse ante él, y
noamericanas poseen poblaciones humanas en a la laguna se le habla con sigilo para no
su interior. A los grupos indígenas se les deben despertarla (Rengifo, 1995). Hay reglas de
sumar mestizos con colonizadores y descen- apropiación que se vinculan a esque-
dientes de portugueses, españoles y africanos,

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mas religiosos, mitos y sistemas de tabúes y tes creencias entre los grupos étnicos, e inclu-
prohibiciones, que en general determinan nive- so diferencias a su interior, con distintas in-
les reducidos de impacto sobre el entorno fluencias del catolicismo resultante de la con-
(Rengifo, 1995). Este tipo de informaciones han quista española. También debe atenderse que
llevado a poner en primer plano relaciones que Pacha Mama es parte de un complejo de dei-
se consideran simbióticas y equilibradas con la dades y no puede ser entendida en forma ais-
naturaleza. La recuperación de esos vínculos lada. Por ejemplo, en un estudio detallado de
anularía el antropocentrismo occidental y abri- una comunidad peruana, León Carapó (1994)
ría las puertas a una nueva relación con el am- describe que en la actualidad este sistema
biente. incluye a la Pacha Mama y una hermana geme-
Una revisión crítica de estas posturas la, Pacha Tierra, ambas femeninas, y subordi-
muestra que en algunos casos se ha llegado a nadas a dos divinidades masculinas: Ausanga-
exageraciones donde se suponía que todos lo ti, el creador del universo, de carácter bonda-
grupos indígenas correspondían a la imagen doso y protector del equilibrio de la naturaleza,
del "noble salvaje" con una relación simbiótica y Qañiqway, de emociones ambivalentes y
con el entorno. Los ejemplos positivos que se responsable de la fertilidad. La esposa de Au-
descubrían en un grupo eran extendidos como sangati es la Pacha Tierra, una divinidad de
un atributo cierto a todas las etnias (ver ade- mayor jerarquía que Pacha Mama; preserva la
más a Buege, 1996). Consecuentemente se fertilidad de la tierra, y su carácter es bondado-
creó el mito que los indígenas y campesinos so. La Pacha Mama, de menor jerarquía, posee
eran la mejor guía para entender el entorno y un carácter ambivalente, en tanto puede ser
gestionarlo, y que las concepciones occidenta- agresiva (León Caparó, 1994). En ese contex-
les debían ser re-elaboradas siguiendo su to, cuando se hacen las invocaciones a la Pa-
ejemplo. La proliferación a fines de los años 80 cha Mama en realidad se pide por una buena
de artículos de divulgación sobre los Yanomami cosecha, y en ello va implícita la alteración y
amazónicos, en el sentido de la armonía y la manejo de la naturaleza para convertirla en un
coexistencia, constituyen un buen ejemplo. espacio agropecuario.
Este apego por las posturas idílicas y El concepto de Pacha Mama está muy
edénicas de indígenas y campesinos olvida lejos de un vínculo de contemplación de una
varios hechos. Unos son históricos, y tal como naturaleza intocada. Por el contrario, en los
se mencionó arriba, en muchos casos esos Andes se enfrenta continuamente el riesgo
grupos realizaron una extensa y profunda modi- ambiental, lo que determina la pérdida de culti-
ficación del entorno. Otras son demográficas, vos, y con ello, la hambruna de la familia y la
ya que sus reducidas poblaciones determinan a comuna. Las condiciones ecológicas andinas
su vez presiones menores sobre el ambiente. limitan severamente las opciones productivas
Finalmente, las hay tecnológicas, ya que la (limitaciones en fertilidad del suelo, niveles de
tecnología a disposición de ellos también limi- erosión potenciales altos, variabilidad en la
taba las alteraciones sobre el entorno. insolación y en disposición de agua, fluctuacio-
Un ejemplo ilustrativo es la repetida in- nes térmicas importantes, etc.). Pacha Mama y
vocación de la Pacha Mama como sinónimo de el sistema del que forma parte apunta a que las
una relación equilibrada y simbiótica con la intervenciones que realiza el grupo aseguren la
naturaleza. La Pacha Mama es presentada a cosecha. Cuando no se trabaja adecuadamen-
veces como el sucedáneo a los conceptos oc- te la tierra, no sólo se pone en riesgo a la pro-
cidentales y ejemplo a seguir por todos. Sin pia familia, sino a la comuna, y ello incluso es
embargo un examen atento de la realidad andi- penado socialmente.
na demuestra un cuadro mucho más complejo. Posturas que se generan en el hemisferio
Esta concepción debe entenderse en la norte, como la que ilustra elocuentemente Apffel-
propia cosmovisión andina, donde hay diferen-

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Marglin (1998) invocando una relación diálogica Este concepto posee algunas conver-
y equilibrada con el ambiente, ejemplifican la gencias con el de biósfera, y el de cuasi-
reivindicación de ciertos aspectos culturales organismo en la ecología vegetal de principios
que sirven a las metas del discurso ambienta- de siglo. Ha tenido un reducido impacto en
lista, pero que olvida otras manifestaciones que América Latina, a pesar de la gran discusión
son contradictorias con esos propósitos. Estas académica que se sucede en el hemisferio
posiciones contribuyen a generar lo que Soulé norte. Pero es importante en tanto también
(1995) ha denominado el "mito de la inferiori- contribuye a reconocer valores intrínsecos en el
dad moral occidental", donde se presupone que ambiente.
todas las concepciones originalmente europeas
de relación con la naturaleza son las responsa- Los valores propios en la naturaleza
bles de la destrucción ecológica del Nuevo
Mundo, y en contraste con ellas, los grupos Varias concepciones comentadas arri-
indígenas y campesinos (junto a las culturas ba, junto a otras, promueven la idea de valores
orientales) serían ejemplos de coexistencias propios en la naturaleza, independientes de los
armoniosas. valores de uso o cambio que puedan asignar
No puede olvidarse que la cultura andi- los seres humanos. En ese caso se trata de
na apunta a intervenir el entorno y reducir al romper con el antropocentrismo, y generar un
mínimo el azar. Esto se expresa en el sistema biocentrismo. En esta línea, los aportes más
de creencias con la dualidad del mundo entre el relevantes y específicos son los de Aldo Leo-
ámbito del maíz (sara) o el espacio de la male- pold, un ingeniero forestal que rompió con pos-
za (cora), uno es el orden que asegura el ali- turas utilitaristas clásicas de las décadas de
mento, el otro es el desorden natural que pue- 1920 a 1940, hacia un sentido de empatía y
de llevar al hambre. Es el ser humano quien pertenencia con la naturaleza. Otros aportes
intenta forzar los destinos, siempre hacia el recientes, más elaborados, se ejemplifican con
espacio del sara (Kusch, 1986). la llamada "ecología profunda", liderada por el
Por cierto que la apelación a conceptos filósofo noruego Arne Naess (véase especial-
como Pacha Mama u otros similares, posee mente su texto de 1989).
importantes valores para ayudar a la búsqueda Los intentos de reconocer valores pro-
de alternativas, pero eso no puede justificar pios en el ambiente se repitieron en la historia
caer en reduccionismos del mismo tipo que se de la ecología, como formas de abandonar la
critican en las actitudes occidentales. razón instrumental y realizar un tránsito hacia la
consideración de los fines (Worster, 1985). El
La naturaleza como organismo biocentrismo busca romper con el uso instru-
mental del entorno, y reconoce la existencia de
En otros casos se ha generado una vi- valores propios más allá de los que puede
sión organicista de la naturaleza. Existen varios otorgar el ser humano, con lo que se abren
ejemplos a nivel de grupos indígenas, pero nuevos caminos para una ética ambiental (un
también en la tradición occidental, tal como lo tema muy vasto para analizar aquí en detalle;
ilustra la hipótesis de Gaia de J. Lovelock véase por ejemplo a Hargrove, 1989).
(1983). En América Latina esta discusión todavía
Esta idea sostiene que todo el planeta es muy reciente. Pero así como en el hemisferio
constituye un sistema que se auto-regula, con norte se ha rescatado la posición de pensadores
propiedades emergentes que recuerdan a un del siglo XIX (por ejemplo, H.D. Thoreau) e inicios
cuasi-organismo de nivel superior. La vida del siglo XX (por ejemplo, Leopold), otro tanto
misma, como un conjunto, no sólo se adapta a debería hacerse en nuestros países. En ese sen-
las condiciones del entorno, sino que es capaz tido es importante rescatar la figura del argentino
de generar sus propios ambientes. Rodolfo Kusch. Sus preocupaciones se

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originaron desde la antropología, pero com- la que es motivo de crítica por varios autores,
prendió que toda cultura presupone un ambien- con lo que se pone en cuestión la noción mis-
te, y por esa razón habla de la geocultura. En ma de naturaleza, al menos en el sentido actual
sus posturas esa geocultura se construye des- de la palabra.
de los grupos populares especialmente grupos Esta misma postura tiene antecedentes
indígenas y campesinos (analizando con deta- directos en aportes como los de la ecología
lle las tradiciones andinas), y rechazando los profunda, así como en las concepciones holís-
aportes de origen europeo (Kusch, 1986). ticas y organicistas de la naturaleza. El ser
En las tradiciones nativas de América humano sería parte de un conjunto más amplio,
Latina el mejor ejemplo que se conoce hasta la y la propia idea de una naturaleza distinta se
fecha está representado por las antiguas debe abandonar.
creencias de los guaraníes sobre el sí-mismo Autores como Evernden (1992) post-
(entendido como su concepto de persona). ulan que el dualismo es una construcción
Esta etnia se distribuye actualmente en bos- humana, y que en realidad nunca podrá ser
ques subtropicales y savanas del sur de Bolivia resuelto en tanto no existe. Según Evernden, el
y Brasil, Paraguay, y norte de Argentina. dualismo "sólo existe por nuestra propia deci-
La evidencia disponible muestra que en sión", con el propósito de crear un concepto
tiempos pre-hispánicos, este grupo presentaba "contenedor", ya agrega: "Uno puede incluso
un concepto del sí-mismo y del ambiente donde decir que no hay una 'naturaleza' y que nunca
uno contiene al otro. No existiría ni un antropo- la hubo".
centrismo ni biocentrismo ya que esa separa-
ción no se reconoce. En efecto, en los guaraní-
es el sí-mismo (teko) era inseparable del am- 4. La relación de la naturaleza
biente (teko-ha). La autodefinición de la perso-
na requería un ambiente. Este es un caso de Creación social de la naturaleza
sí-mismo expandido en el sentido de alcanzar
el ambiente inmediato, lo que era indispensable La breve revisión de este artículo de-
para la vida. Sin un habitat natural no podría muestra que hay muchas concepciones sobre
existir la persona; sin teko-ha no podía haber la naturaleza. Hay quienes la ven como un
un teko. El teko-ha era además un espacio mero agregado de elementos, otros como un
comunal, con corrientes de agua y árboles, y "super-organismo"; para algunos está al servi-
ofrecía además el sustento a otros conceptos, cio de las personas, mientras que para otros
como las normas morales (teko ñemboro'y) o la posee derechos. Esta diversidad además se
buena vida (teko bratu). Se ha documentado correlaciona con matrices culturales (no es la
bastante bien cómo la colonización cultural misma la percepción y valoración de un vecino
española modificó estas creencias, en particu- de Sao Paulo, que la de un indígena miskito).
lar por la imposición religiosa (véase Meliá, Incluso dentro de una misma matriz cultural,
1986). como es la occidental de origen europeo, hay
una tendencia a que las concepciones de la
La naturaleza no existe naturaleza sean espejo de las apreciaciones de
la sociedad (Worster, 1995). También hay dife-
El reconocer que hay una naturaleza rencias en cómo un sitio es evaluado por quie-
conlleva la noción de que ésta es distinta de las nes viven en él, y por quienes lo observan des-
personas. Aceptar que existe la naturaleza es de fuera (el paralaje cultural de Nabhan, 1995;
también aceptar una separación entre ella y los véase además la misma intuición en Porto
seres humanos, lo que constituye una forma de Gonçalves, 1990).
dualismo. Es el ser humano el que se reconoce La categoría de naturaleza es una crea-
como distinto y se separa del resto, al que lla- ción social, distinta en cada momento histórico,
ma naturaleza. Es precisamente esa distinción

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cambiante de acuerdo a cómo los hombres se Por ejemplo, la aproximación instrumental y


vinculan con su entorno. También se determina manipuladora cruza varias concepciones, de-
socialmente qué se considerará naturaleza, y mostrando el componente ideológico indicado
qué deja de serlo cuando es artificializado arriba.
(Cronon, 1995). La naturaleza resulta ser una La anulación de la visión medioeval del
categoría propia de los seres humanos. La ser humano integrado a la naturaleza como un
inversa no existe: el concepto de ser humano único ser vivo, permitió que se la "desarticula-
no es una subcategoría de la naturaleza. Como ra" y manipulara, lo que se encontraba muy
apunta Evernden (1992), el ser humano es el limitado antes, ya que destruir la naturaleza era
autor de la naturaleza, y por consiguiente el agredir al propio cuerpo. Un paso siguiente
responsable del dualismo que le permite sepa- fueron las diferentes corrientes utilitaristas que
rarse de ella. buscaban usar el entorno de la manera más
La construcción social del concepto de eficiente. El último paso son las posturas de la
naturaleza posee varias consecuencias. Prime- ecología biológica que apelan al caos y la eco-
ro, hay una relación dialéctica entre los concep- nomización del ambiente como capital, muy
tos de naturaleza y los de desarrollo, donde acordes con la sociedad capitalista de fin de
éstos se determinan mutuamente. Esto es siglo.
comprensible en tanto ambas clases de ideas De alguna manera, como advierte C.
se inscriben en una misma ideología. Tan Lewis, la naturaleza pasó a ser un concepto
humana es la naturaleza que ella no escapa a para justificar la dominación: "... reducimos las
las ideologías. Más allá de la diversidad de cosas a una mera naturaleza para poder con-
posturas sobre la naturaleza, en muchos casos quistarlas. Estamos siempre conquistando la
se pueden observar atributos comunes que se naturaleza, porque naturaleza es el nombre
relacionan con la ideología del progreso y la que tenemos para aquello que hemos conquis-
razón instrumental manipuladora. Segundo, tado en un sentido." Al separarnos del entorno,
también es evidente una pluralidad de ideas y otorgarle la denominación de naturaleza, lo
sobre la naturaleza, con una diversidad inter- ponemos todo por fuera, permitiendo que la
namente acotada dentro de la ideología del dominemos y manipulemos.
progreso, pero con otras que escapan por fuera La ideología del progreso no demuestra
de esos límites. que sea imposible otro desarrollo distinto, alter-
nativo, sino que sustenta la legitimidad del ac-
Relación dialéctica tual. De la misma manera, ciertos conceptos de
naturaleza legitiman una manera en particular
En efecto, las conceptualizaciones de de concebir del desarrollo, a la vez que anula
la naturaleza vinculadas con la temática del las capacidades para buscar otras nuevas op-
desarrollo se desenvuelven por relaciones recí- ciones, tanto en el plano del desarrollo como en
procas. Así como las concepciones de desarro- el de las relaciones con el entorno.
llo apelan a ciertas ideas sobre la ciencia o la Es importante rescatar que es evidente
política, otro tanto sucede con su visión del la existencia de una relación dialéctica entre
ambiente. Emergen de esta manera concep- muchos de los conceptos de naturaleza mane-
ciones de la naturaleza variadas, aunque con jados en la primera sección y los paradigmas
elementos comunes. Por cierto son diferentes del desarrollo, donde éstos se conforman mu-
las conceptualizaciones pre-darwinistas, de las tuamente. Ambos son parte fundamental de la
que se desarrollaron desde fines del siglo XIX, ideología del progreso. Hasta ahora la mayor
así como son distintas las que emergieron al parte de los estudios han insistido que desde una
amparo del ambientalismo contemporáneo. postura sobre el desarrollo se derivaban las con-
Pero hay elementos comunes en muchas de cepciones sobre la naturaleza. Sin embargo el
ellas como parte de la ideología del progreso. vínculo también funciona en sentido inverso,

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y es así que ciertas concepciones de la natura- reconocido adecuadamente que la construcción


leza permiten a su vez sólo ciertos estilos de de proyectos alternativos requieren muchos
desarrollo. más componentes que el ecológico; el aporte
No se han encontrado referencias de ambiental es importante, muchas veces refres-
que esto hubiese sido señalado anteriormente cante, pero por sí solo no solucionará otros
por algún otro autor. De hecho siempre se ha desafíos como la solidaridad y la justicia, que
sostenido que el paradigma desarrollista poseía siguen vigentes.
una "visión" de la naturaleza, pero nunca a la
inversa, que una "visión" de la naturaleza a su
vez desencadenara un cierto tipo de desarrollo. Pluralidad e inconmensurabilidad
En esta relación dialéctica se observa
un hecho novedoso. Algunas de las concepcio- La pluralidad de concepciones sobre la
nes recientes sobre la naturaleza si bien se naturaleza debe ser reconocida y aceptada
distancian de la ideología del progreso, todavía para avanzar en este camino. Si así se hace es
no tienen una contraparte elaborada en el importante rescatar un aporte de la filosofía de
campo del desarrollo. Son concepciones re- la ciencia referido a la conmensurabilidad.
cientes y que se mantienen en tensión con las Desde Khun (1970), se ha insistido que las
estrategias de desarrollo de la vieja ideología. teorías son inconmensurables, en el sentido de
Son muy efectivas en su crítica y denuncia, y que sólo pueden ser evaluadas dentro de los
por ello muestran atributos de borradores de límites de ellas mismas. En el campo de las
utopía. Pero aún no han logrado generar cuer- ciencias ambientales hay visiones rivales; un
pos de conocimiento y opinión más extensos y ecólogo que postula al ecosistema como flujos
consistentes en otros campos. De hecho, la de energía, concibe a la naturaleza de manera
concordancia en el cuestionamiento ha impedi- distinta a un ecólogo de paisajes. Los análisis
do advertir las diferencias entre las visiones de verosimilitud no pueden hacerse por cruces
"alternativas". El énfasis en la crítica a la ideo- entre las teorías (Feyerabend, 1986). Incluso,
logía del progreso está dejando en segundo las concepciones que parecerían referirse a un
plano esas distinciones. Se mantienen aisla- mismo dominio del conocimiento, pueden pre-
das, sin ideas propositivas elaboradas en el sentar contenidos que son inconmensurables
vasto campo del desarrollo. (Feyerabend, 1982), aunque es posible enten-
Aquí se evidencia un problema crecien- der sus semejanzas y diferencias, y realizar
te en las propuestas ambientalistas. A medida comparaciones, por medio de identificar los
que la temática cobra adeptos entre la pobla- sinónimos y las correspondencias. Las teorías
ción, se incrementan las demandas por solu- pueden ser comparables con "ayuda de un
ciones concretas vinculadas a planes de desa- diccionario" (dice Lakatos, 1983).
rrollo. Por ejemplo, no basta con criticar el im- Esta situación también se aplica en
pacto ambiental de los automóviles; ahora es cierta medida a las concepciones de la natura-
necesaria una propuesta alternativa para todo leza. No pueden establecerse conmensurabili-
el sector transporte. Pero concebir al entorno dades entre las diferentes visiones del ambien-
de otra manera no basta por sí solo para gene- te. Los contextos, significados y propósitos
rar ideas sobre políticas sectoriales. La dificul- usados para referirse a la naturaleza como
tad es mayor en tanto existen varias concep- biodiversidad son muy distintos a quien la per-
ciones distintas de la naturaleza y las propues- cibe como un mero agregado de recursos; la
tas políticas y culturales que puedan vincularse misma distancia se observa en quien la identifi-
con ellas pueden ser muy disímiles. No es lo ca como una forma de capital, o aquel que la
mismo una naturaleza como organismo vivo invoca holísticamente como un organismo vivo.
que negar su propia existencia, y seguramente Sólo es posible comparar las concepciones
desde cada una de ellas resultarán distintas entre ellas.
posturas sobre el desarrollo. Todavía no se ha En tanto los conceptos de la naturaleza

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son plurales, y son culturalmente construidos, especies europeas, o un lago patagónico que
no hay una "verdadera" naturaleza que sirva un embalse de riego, o en palabras de Worster
como escala de referencia. Las concepciones (1995), un sitio silvestre que una Disneylandia.
de la naturaleza son inconmensurables entre Reconocer las limitaciones de este re-
ellas. lativismo no puede significar un nuevo atrinche-
ramiento en las pretensiones de objetividad y
Gestión ambiental y política verdad; la solución no está en la imposición de
conocimientos. La solución pasa por hacer
El reconocimiento de la pluralidad de explícitas esas diferencias, problematizarlas y
concepciones sobre la naturaleza enfrenta va- ponerlas en discusión.
rios problemas. Algunos anulan el valor de esta Dentro de la discusión política no todo
diversidad apelando a la imposición científica. es relativo, ni el reconocimiento de la diversi-
Desde una actitud positivista, la ciencia (espe- dad cultural genera inmovilidad. Las distintas
cialmente la ecología), permitiría jerarquizar las modificaciones en la naturaleza no son iguales
posiciones y demostraría cuál es la "verdadera" entre ellas. No es lo mismo reemplazar un bos-
naturaleza. que de alerces andinos por pinos de origen
Otros restringen el campo de la diversi- europeo. Las modificaciones propias del fun-
dad de posturas a tipos particulares de valua- cionamiento de un ecosistema natural no son
ción. El ejemplo más extremo se observa con equivalentes a las alteraciones que realiza el
quienes consideran que la importancia relativa ser humano.
para cada persona se expresaría en su dispo- Incluso aceptando que los grupos indí-
nibilidad a pagar por la protección, o el uso de genas en tiempos históricos intervenían la natu-
la naturaleza. Concibiéndolo como una forma raleza, de manera que los ambientes actuales
de capital, el precio sería la verdadera escala son resultados de esas acciones, ello no es
de ponderación del entorno. Por lo tanto, sería una justificación válida para volver a hacer otro
administrado por análisis de costos y benefi- tanto. Si algunos grupos indígenas quemaban
cios, lo que reduciría a un procedimiento técni- las praderas, ¿hoy debemos hacer otro tanto?
co la gestión ambiental. Ello sería negar nuestra propia capacidad de
En estos dos casos, estas posturas aprendizaje y de superación, de reconocer que
anulan la riqueza en esa diversidad de concep- el ser humano puede hacer las cosas mejor, y
ciones sobre la naturaleza. La primera se basa moverse hacia nuevas concepciones.
en una pretensión de certeza científica que ha Pero además hay cambios que van
sido motivo de una amplia crítica, no sólo por lo más allá de cualquier relatividad. La muerte no
que ella misma representa, sino por alimentar a es relativa, la extinción de una especie tampo-
la razón instrumental. La segunda cae en un co es relativa. Aún en el caso de anular la dua-
reduccionismo de mercado, donde unos de sus lidad con el entorno, arribaríamos a una nueva
puntos más cuestionables es su pretensión de categoría donde igualmente persistirían plantas
mensura monetaria como marco de gestión (y y animales, rocas y aguas. "La autenticidad de
que he criticado en Gudynas, 1997). la naturaleza surge del hecho que su existencia
Finalmente, hay otra posición donde si precede a su esencia" (Hargrove, 1989). Esos
bien se acepta esta diversidad en todas sus puntos deben estar presentes en cualquier
expresiones, a partir de ella se desemboca en discusión sobre gestión ambiental, y por lo
una postura relativista. El pensamiento post- tanto es aceptable criticar las opciones que
moderno acentúa esta tendencia, donde ten- generan muerte o extinción. Consecuentemen-
drían el mismo valor un tipo de naturaleza que te, se deben defender las concepciones que
otro. Al no existir un patrón de desarrollo ecoló- promueven la vida.
gico que sirva como guía, termina siendo lo La necesidad de hacer explícita la diversi-
mismo un bosque nativo que uno plantado con

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dad de posturas convierte a la relación con la entorno, de alguna manera nuestras propias
naturaleza en una cuestión política. Pero tam- concepciones también se modifican.
bién es necesario por el punto mencionado Muchas de las nuevas ideas sirven
arriba -las nuevas visiones de la naturaleza además para poner en cuestión la ideología del
deben generar sus complementos en otros progreso. A pesar del repetido anuncio de la
campos temáticos para intentar con éxito una muerte de las utopías, el ambientalismo es uno
visión alternativa a la ideología del progreso. La de los flancos desde donde asoman borradores
construcción de nuevos modelos de desarrollo, utópicos sobre qué es el mundo, y cómo nos
que incluyan la temática ecológica, junto a relacionamos en él. Las tensiones que originan
otras más, sigue siendo una tarea política. Ella las nuevas ideas sobre la naturaleza, comenta-
no se restringe a los partidos políticos, sino que das anteriormente, muestran que constituyen
es planteada en un sentido más amplio y más cuestionamientos utópicos (Ricoeur, 1989), que
profundo, referido a la discusión colectiva sobre deben ser protegidos y amparados. Ellos sirven
cómo relacionarse con el entorno. Allí se ex- en mantener viva la idea de la posibilidad de
presan las viejas y nuevas ideas sobre la natu- los cambios, y así hacerlos posibles.
raleza. Esta condición es de gran importancia
Nuestra relación con la naturaleza en América Latina. Muchas de las estrategias
siempre se desarrollará en un contexto social, y ambientales actuales, parten de contextos cul-
la reflexión sobre sus valores propios puede turales y ecológicos de los países desarrolla-
iluminar nuestra propia conceptualización, pero dos. Se impone un estilo de desarrollo, junto
nunca logrará una "objetividad" más allá del ser con una forma de gestionar sus impactos am-
humano. Tiene valor en la medida en que es bientales (lo que ha generado réplicas como las
parte de nuestras propias construcciones socia- de Guha, 1989 -reproducido en castellano en
les, y por ello es una tarea colectiva dotar de esta revista).
contenidos y significados a la relación con el Si se logra desarticular la pretensión de
entorno (Vogel, 1997). Esto es, por definición, restringir las políticas ambientales a una cues-
una tarea política. Nuestra visión de la natura- tión técnica, se podrán recuperar los aportes
leza es parte de nuestra visiones de la socie- alternativos. Estos pueden brindar elementos
dad y del progreso, y para cambiarlas, debatir y claves, no sólo por su conocimiento de los eco-
reflexionar desde ámbitos abiertos de discusión sistemas locales, sino por ser expresión de
y debate. comunidades locales. No hay dudas en que es
El ámbito político de discusión es una necesario generar políticas ambientales que
condición necesaria para lograr políticas am- aseguren la conservación del patrimonio ecoló-
bientales y estrategias de conservación. No las gico de la región, pero a la vez deben ser adap-
asegura, ya que no predetermina las solucio- tadas a las poblaciones humanas.
nes. Pero es un ingrediente indispensable. Sin La aproximación a esta problemática
un espacio político nunca podrá existir una debe ser política, pero sin caer en los dogma-
política ambiental. Este hecho, aunque obvio es tismos. No se debería sostener en el mito de la
muchas veces minimizado, no sólo por los de- inferioridad occidental, ya que desde allí hay
fensores del progresionismo (que apelan a aportes extremadamente valiosos (por ejemplo,
soluciones que consideran únicamente técni- el surgimiento de la biología de la conservación
cas), sino incluso por ambientalistas (que sue- como disciplina científica que parte desde un
ñan con "otra" ciencia que "objetivamente" compromiso ético). Pero tampoco se debe
mostrará la "verdadera" naturaleza). promover la arrogancia occidental que impone
Si el espacio político es abierto y libre, su ideología desplazando otras visiones alter-
sirve además para promover simientes de nativas.
cambio. Con el sólo hecho de escuchar con No es posible tolerar cualquier interven-
respeto, y comprender otras visiones sobre el ción de la naturaleza por el sólo hecho se ser

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llevada a cabo por un grupo local, o desde una bre el desarrollo. América Latina posee algunas
visión crítica al desarrollo actual. Tampoco ventajas, pero también ciertos problemas en
debe olvidarse que América Latina, a diferencia esta problemática. Entre las ventajas se cuenta
de los ejemplos de Guha (1989) para la India, una tendencia a una aproximación más social y
posee áreas vacías de enorme importancia en política a los problemas del desarrollo y el am-
términos ecológicos, y debería discutirse si una biente. Pero éstas coexisten con actitudes au-
solución sería su (re)población. toritarias que dificultan la apertura del diálogo, y
Sea desde una postura occidental, o el descreimiento con los espacios colectivos de
desde una alternativa, o campesina, o indíge- discusión política, ya que la sociedad, como las
na, o cualquier otra, igualmente se mantiene el personas, son heterogéneas y muchas veces
problema sobre los sitios que deberían preser- contradictorias.
varse como esencialmente intocados, qué nivel Si la discusión política sobre la naturale-
de intervenciones humanas se permitirá en za y las formas en cómo se utilizan los recursos
otras áreas, y qué actividades llevar adelante que ella brinda, es tomada en serio, el punto de
para asegurar la atención de las necesidades partida está en reconocerse como personas
de las personas. De la misma manera se man- que están en el mundo, pero también como
tienen los problemas de pobreza y marginali- individuos que son parte de ese mundo. Las
dad, y si ellos no se atienden de manera efecti- culturas, y todo lo que se encierra en esa pala-
va hacia su solución, resultará irrisorio plantear bra, también se desarrollan en un contexto
esfuerzos colectivos de protección ecológica. ambiental. Comprenderlo permitirá que continúe
La discusión sobre la naturaleza, de es- viva esa naturaleza y que en ella germinen nue-
ta manera se confunde con una discusión so- vas opciones de cambio para América Latina.

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