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EL ENFOQUE NARRATIVO EN LA. Oren ghiicaeans™** total eden 11 Terapia narrativa y posestructuralismo La voluntad de verdad, Ia hipétesis represiva ylanarrativa de la emaneipacién Foucault (19882, 1988e) astrea la historia de la enestin Mload- fies eanteal dela era contompordnea on la cultura occidental {Cuil es Ia verdad de quiénes somos?» #8) asocia este interro- ante de la era contemporsnea eon la produccién de una «volun: tad de verdad, que desplaz6 a lo que podria deseribirse como la svoluntad de auto-renunelarniento- de Ia era anterior’ Esta vo Intad de verdad constituye una gran incitacién para conocer y zombrar la -verdad- de quiénes somos, In esencin de nuestro ser, de muestra naturaleza humana, Esta cuestin ha legado a ser ‘una importante preocupacién para la cultura profesional, a po- pular, En Ia historia recionte esta voluntad de verdad se dio acompa- ‘hada de In hipétass rpresve. El gran lamento de Ia ealtura oon: tempordnea es consecuencia de esta conjnneign: «{Cimo e2 que {odos empezamos como originales y terminamos senda eopias?s* asia ndagsones de Fearn ssre at tema an , auto-ae fualizaciéns y (de la ‘naturaleza humana), En yesumen, la indagacidn pasestructuralista conteibuye a una deeonstruceion de Tos sistemas de interpretacidn y compren- sin que constituyen la hipétesis represiva, Desde Ia porspectiva do In indagacién posestractaralista, estos sistemas no revelan lementos que estén en el meolla misma del yo, y la tecnologia dela documentacién y Ia meudicién asociados @ aquellos no clasifi- ‘can adacuadamente estos elementos, Por sl contrari, el 9, 10 ‘900 eo tiene por naturaleza humana, som produetos de ests sisto- tas de interpretacin y de estas tecnologias de documentaciéa y ‘medicién, Estos sistemas de interpretacién y estas tocnalogias componan la vida, eonstituyen el sujeto modern, especifican Ia Subjetividad. También tienen cierts efectos sobre la préctica te- ‘apéuties, Paso ahora a hacer una breve reseha La voluntad de verdad, la hipétesis represiva, y la narrativa de la emaneipacién: efectos sobre la préctica terapéutica 1) La confirmacién deo conocido Cuando nuestro trabajo est crientado por Ia voluntad de verdad, por la hipotesisrepresiva y por I teoria dela emanepaciin peica- giea ~es dovr, por el objetivo de ayudar alas personas a legar a ser quienes realmente son, una vex libres para serlo- se torna précticamente imposible para nosotros orientarnos hacia todos aquellos events yexpresiones de las vidas de ls personas, inclu -yondo lo que se expresa en el contexto terapéuticn, que no ge ajus- tana las grandos narrativas de la natsraleza bamans, que no re- producen maneras de ser y de pensar eulturalmente veneradas, Se pierden, entonces, todas aquellas expresiones de la vida que ‘ontradicen Ia teoria dela represisn, que no pueden ser leidas den tro de la narrativa do Ia emancipacién psicologiea, y que no son considderadas expresiones auténticas de Is naturaleza humana Porque no se ajustan a ectas propuestas normativas para ia vida. ‘Cuando esas, Jos acontecimiontos extraordinarios y las excep- clones de la vida, es decir, los ncantecimientos y expresiones que potencialmente brindan tun punto de entrada a exploraciones de tras maneras deer y de pensar en el mundo, a otros conocimien- tos de a vida y a otras habilidadea para la vida, pasan como sei los de radar en la pantalla dela eoneieneia, para desaparecer en un vaeio, Tades estos eventos y expresiones, que podrian ser sign’- fientivos para lo que sucede en las vidas eotidisnas de las perso ‘nas, no merecen la menor ateneién. Baa como perdemos oport- nidades de rewnimnos con otras porsonas en actos, vineulades a la Jormacién de las individualidades, que contradicen todo lo que en Ja cultura dominante es venerado: actos que consituyen expresio- nes de resistencia a gran parte de lo que es representative de las individualidades sauténticas» del mundo contemporaine. En talos cireunstancias, en ver de encontrar en este trabajo ‘casiones para traseender los limites de lo familiar y conoc= o, ecasiones para cuestionar los limites de nucstro pensamicnto, ‘nos encontramos confinados en una reproduecidn, ina confirms 270 cin de todo lo que ya conocames y sabemoa. Como abogados de lo feondeido, experimentamos una carga suplomentaris. Nos bemos ubicad en al finde la historia’ y nos congelamos en el tempo. Se cierra In puerta Tas oportumidades para que nuestro trabajo le- sue a ser algo que no habia sido, y para que nosotros nos eonvista- ‘mos en algo diferente de lo que fuimos. Nuestras vidas y nuastro ‘trabajo se deacriben magramente, 41) El oseurecimiento de los actos de significado No aélo a voluntad de verdad, la hipdtesis represiva ya teorin de Jaemancipacin personal hacen dffell que podamos partieipar en ‘eventos y exprosiones que no se adecuan a ns grandos narrativas de a naturaleza humana, sino que ademés impiden estimar en ‘qué modida las personas son agentes de Ia formacién de sus pro pias vidas mientras las viven. Las expresionos dela vida son ex: _Presiones de experiencia vivida que son maldeadas por ls signifi ‘eados que se les adseriben y por Ins pricticas de vida y de relaciin asociadas a esos significados. Y estas expresiones contribuyen, & su ver, ala experiencia vivida las expresiones dela vida son cons- titutivas de To que Ta vida es* ‘Los signifcados que moldean las expresiones de la experiencia vivida, aunque inevitablements histéricos y culturales, no estén estrictamente determinadlos, Las sistemas de eomprensin de la vida y del mundo son maltiples y contradictorio,y a fijacion del signifiendo es tn logro al que se lega n través de actos de nego- iain personales y comunales: el significado es determinado en el dmbito socal de la vida, y l eusstionamionto dl significado es ‘una caractoristica de ese Ambito. Debide a ello, las personas par- ticipan activamente en la modelacidn de aus propias vidas y de Ins vidas de los otros {Al hacornos olvidar que las pereonas moldean sus vidas a me- ida que las viven, la hipétosis represiva y la taoria de la emanci- pacidn personal clausuran las posibilidades de que nos unamos ‘Yease une expsiln de ddl ind la istria on Four (184. (Contac un expan mi apis d tee proceso Edward Beene y ‘Vicor Tarn Anthropol of Berens 1088 at con atras personas para desarvllar uns estimacién dela medida fen que partieipan en Ta negoeiacién del significado, de la medi da en que partcipan en la produecién de aus relat de ss expo- rioncias de vida, de la medida en que esto constituye una activi dad que moldea sus propias vidas. También desaparece para nosotros la pasbildad de unirmos @ otras personas para explorar signifieados alternativas que contradigan los que se reproducen, rratinariamente en sus vidas la hipétesiarepresivay la teoria de TInemancipacién personal ciervan Ia puerta a toda curiosidad acerca de posibles signifcados altarnativas, que pueden llegar a fer fascinantea, ‘is voluntad de verdad, la hipétesis represiva y Ia tooria de ln ‘emancipavion personal también nos niegan la apelin de reconacer ‘nueséra participacion on la nogociacén dol significado, en la for- rmacin de nuestras vidae y nuestro trabajo yen la formacién de las vidas dela personas que nas consultaa. Esto nos niega In op cin decomprometernos eansciontomente, en actos de significado, en a reformulacién de nuostras vidas y nuestro trabajo la opcién ‘do experimentar un mayor sentido de ngeneia personal i Vi ‘constrefildas ‘La reunin de esta cuestién dela verdad, la hipdtsisrepresivayla teorin dela emancipacién personal tione ol efecto de crear una ted ques fuertemente restrictiva dela interaceién terapéutica, El ‘contextotorapéutico ce evierte as en tn eontexto para el eu ‘tionamiento de la represion y para la reproduecin de las «vorda- ese dela naturales humana, Val hacerlo en nombre de la libera «in porconal estableco un artfleio que difraza lo qua realmente ¢st8 teniendo ugar: el hecho de que la terspia es un contexto para Inreproduecién de aquellaa «verdadess que forman parte de las srandes narrativas dela naturaloza y el desarealo humanos, Segin las circunstancias y tanto en nuostro trabajo camo en. ‘nuestras vidas personales, legamos a estar més eatrechamente ligados a ns formas de la vida y del pensamiento que estan infor sades por esiaa verdades, Al ndherirnos a este proyecto para li berar la naturaleza deo que ha estado constrinéndola, nos con vertimas en cémplices inconscients de In repradueeiin de las versiones dela ideotidad dominantes y culturalmonte aceptadas, de las formas populares y veneradas de la personalidad, de las subjetividadea més conocidas y corres, Para las personas que consultan alos Lerapeutas, ol resultado de todo esto es un renovado compromiao con aquellas formas de ser roprosentadas por las -verdades> de Is grandes narrativas de In ‘aturalea humana; un doble eompromiso con las préiticas indi viduales y de relacign que se asocian con esas werdadaee;y un significative estrechamionto de las opciones para otraa maneras do pensar y de ser en Ia vida. Para nosotros, como terapettas, en tre las consecuencias se euentan las eracientasrestriccones de Jas oprianes para reconoeer las expresiones de Tos personas que ‘os eonsullan, y de las opciones para reconocer las expresiones alternativas de nuestro trabajo. Por otra parte, un renovado com: promiso con esta euostién dela wverdad limita notablemente las ‘posbildades con respecto a nuestras maneras de eer con las pot sonass que nos eonsultan. iv) La marginacin de la ética El artificio que representa a la terapia como un eontexta para la femancipacién dela naturaleza humana desalienta la vevisiga de Jas eonseeuencias del encuentro terapéutien mismo, ye] contra de los verdaderos efectos de las mancras de ser y de pensar priv: Jogiadas como resultado de este encuentro. Al definie a la terapia ‘como un proceso que cussions la represion y libera la naturaleza, sa hace innecesariorevisnr lo efectos reales de eet sobre Ins vi. ‘das de las personas que consultan a los terapeutas,y se hace in. necesaria también toda revisién permanente de los verdaderos ‘efectos sobre laa vidas y el trabajo de los tevapeutas. Cuando se ‘establecea la torapia como tun contexte para la identifiacién y ‘expresion de las verdades de la naturaleza humana, ol xito esta + determinado por la medida en que la tarapia contribuye aque las cosas sean como idealmente deherfan aeren las vidas de las por Ssonas que eonsultan @ los terapeutas, es decir, por la medida en que las personas han aribado a un punta en el que us vidas re Aajan ls estados del ser que son expresiones de las norms, re- las yloyes do esta naturaleza, ara Altomar estas normas, roglas y leyes de In naturaleza hums ‘na como ua fundamento para nuestro trabajo, ame terapeutas nos eximimos de toda eonsideracién de étiea personal: nos eximi- ‘mos del reeonorimiento yIn responsabilidad por los efuctos reales Ge este trabajo sobre las vidas y relaciones de Ins personas gine nos eonsultan, Cuando en terapia de lo quo ee trata es de lierar Ja naturaleza humana de lo que la stieta, coanda de lo. que set taes de rocuperar la autenticidad, nada hay que deba ser monito- ruado, En tales cireunstancias, no aparecen las preguntas acerea ola practica terapéutica, aceren de la eatructuras de esa prcti- ayy aeerea de Ins maneras en que esta préctiea y estas estrcii- ras forman parte de las vidas do todas las patos en la interseeidn, ‘wrapéutica. Las preguntas so simplemente irrelevantes, Para quienes eonssltan al erapeata, el resultado no es trivial Las consecuencias incluyen la eseenificaeién iieuestionable de Jas maneras de ser consagradas por las grandes narrativas de la naturalaza humana, la profunda erosin de los reeursoa narrati- vos on la udscripeicn de significado a nuestras experiencing de vi- da, y una cierta dieminucidn de In conciencia de nuestra pactici- ppacién en la produceién de Ia propia vida, Para los terapeutas, el resultado esol mismo. Y adomas, esta exencion de todo requisito de abordar las consideraciones éticas en nuestro trabajo reduce Jas oportunidades para que nos asumomos responsables ante las personas que nos consultan y ne ante las verdadea» de la natura Jeza humana. Esto disminaye nuestras posibilidaces de elegir en tre diversas opciones al encarar los posibles efectos negatives de la rlacién de poder dea torapia, y nos dospoja de una fuente de re novacién en nuestro trabajo: de lo que podria contribuir a que ‘nuestro trabajo Megara a ser diferente de lo que ev. ¥) El ocultamiento dela relacién entre poder y conocimiento . ‘La conjuncidn de werdadess de la naturalera humana, hipstesis represiva y narrativa de la emancipacidn oscurece el hecho del poder, Equivalea sugerir que la «verdad se opone al pote. Equi vale a proponerel arvibo a certo estado del ser asociad con ma nneras de conocer que estan libres de las operaciones del poder, a4 bres de las téenicas del yo que forman ae yo, y bre de las pri teas de relacién de la cultura contemporaine Esta propuesta oscurece el vineuil entre conocimiento y poder. Oscurece adomiis el hecho de que la produecion de la «verdade y su reproduccisn en las vidas do Ins personas es posible a travis de Jas relaciones de poder (Foucault, 1979, 1980), Cuandowste vinew- Jo entre conocimiento y poder se desdibuja, aos resulta imposible ‘anosotre, los terapevtas,identificar las maneras en que se to- man las «verdades» de le naturalees humana en lagrelaciones de poder, como también establecer la tarapia como un tontexto para lilueidar los efectos reales de estas relaciones de poder. vi La disolucién de la historia {La conjuncién de verdades de la naturateza humana, hipétesis e- presiva y narrativa de la emancipacién, inevitablemente formula Ja historia en términoa problemations. La represidn es la materia de las fueraas histérieas. Para que las personas puedan sentirse Iibres de ser quienes realmente son, a veces us preciao deshacer la historia, reglvorla. ¥en ese process, Ia conseenencin dela resol cin de las fuerans dela historia ese logro de cierto estado ideal tuna vida que sea expresin de las averdadese de la naturaleza hu ‘mana, La historia se convierte entonces en algo que debe ser no silo resuelto, sino también disuelto (Foucault 1984). Al reeuperar el sorignale a través dela resolucin de la historia, la historia de- Jnde tener relevancia, Habiondo llegado al original por medio de Ta rosolucidn de la historia, ve aapira a na disolucién de Ia histo ria, de modo que el futuro pueda ser igual al presente, un presen- toimparmeable alos estragns del tiempo, Es esta un presente que ‘serd para siempre, un presente en ef que el tiempo ya no infisirs sobre Ia manera ea que se vive la vida. Asi, la consecucion de este ‘estado ideal de ser depende del fin de la historia Bh la préctica esto nos limita ~y limita a Jas personas que nos consultan~a relatos dela historia saturados por el problema o ‘entradas en ol deficit. ¥ eato se epic tanto Ia historia de quie- ‘nes nos consultan como a las historins de nuestro propio trabajo dems, en una terapia dominada porla ides de reeolver las fuer 2s de la historia afin de borrar sus efectos, se rostringen fuerte: 275 ‘mente nuestras posibilidades de wnirnos con otras personas y eon nnuestras propias vidas en nuevos compromisos creativos con la, historia, Bs entonees enando ee tornan inasequibles los nuevos compromitos con Ia historia que podrian contribuir a quo las vi as do las personas y de los tarapeutas puedan ser deseritas con ‘maa viqueza’ En el contexto terapéutico, al avanzar hacia el fia, 4e la historia a propia historia se torna indeseable. ‘Terapia narrativa y «verdad» En mil obya eserita, como también en mi trabajo dcentey de con- sult, al examinar las précticas nerrativas be dedueido algunas de las opciones posibles para decontrair lag historias de identidad ominantes que constituyen las vidas de las persimas en formas, ‘que ellas jargan sin salida. También aislé algunas de les opciones ‘para le idontificacién y la deseripelén rica de laa historias slter- nativas de las vidas de las personas, opeiones estas que abren, ‘nuevas posibilidades para la accin en el mundo. Bsas opeiones, {que permiten identficary deserbir con viqueza las historias alter~ nativas de las vidas de las personas, sientan las bases de Ins eon= ‘vorsaciones de re-eecritura de la vida. Yen las conversaciones de "El nuevo eprom con a haa que una carer de a conver ‘como une coaversacién averca de certs aconteimientae dela vida de uns pee ‘ona quemeraments proves une erspeciva fren aspect do wos oven {os Las conversacones de r-seritura que provers la bean porn este aueve ‘ins dea personas Bans zene deeeeadenan reverberation ue Tce ‘den exporincins do dtorminadoe eventos de Ia historia personal: ls expe- ‘Mencas de dlernaadon hethos do I hileria prerel semenan 3 20, {ests le ua pesos patpan ew expreines Gaus experiencia do ‘ncn ds as xperonla, El eropeutapariga de a een oe ‘reertacln de dfranten mantras can ome tatge eter gue pct pen actor de geen y denorpea nr impartante onl etna 4s algunos de lor oclunes de ede alerustiva qu 0 exroen ena 76 ro-eseritura so deducon doscripeiones altornativas de identidad personal y relacional. A medida que se dusonyuelven las conver. ‘suciones, ls descripciones alternativas empiezan a wcompletar- las diversas categorias de identidad. Por ejemplo, las eategorias {eo idontidad de deseo, cualidad personal, anhelo, necesidad, ca- ppricho, motivo, propdsita,inteneién, valores, ereencia, objetivos, fesperanzas, aspiraciones,etestera, ‘Muchas de las deseripeiones que surgen en estas conversacio- 10s do ro-escritura contradicen significativamente las descrip cionea que abitan las eatogorias de identidad de las historias de vida saturadns por el problema. Y muchas da las précticas indivi usles y de relaciin asociadas a tales descripeiones de identidad alternativas contradicen las préctieas individuales y de velacién ‘asociadas con las descripeiones de identidad de esas historias turadas por al problema. En ningiin momento tostuve que Ins deseripciones de identi= dad y las préctieas individualas y volacionales alternativas rove: lasen la werdads de los deseo, necosidades, nlenciones, molivos ‘y cualquier otra catogoria de identidad de las personas. Ni sos- tango tampoco que estas deseripciones alternativas ae refieran Ins expresiones reales, naturales o auténticas del yo o de la nate raleza hunnana. Me he referido siempre a estas deseripefones eo- ‘mo relatos o descripciones» de deseo, motivo, intencién,stestera, pero munca como deseos, motivoa ointenciones per se. Batiendo ‘gae.en la vide somos tan multi-deseantes, multi-motivadas y mul- {sintensionados como nuestras vidas son multi-narradas, Por otra parte, en ningiin momento propuss come hipétesis ‘que las préeticus narrativas faoson exteriores a la cultura tal eo- mo se la conoce, Nada de revolucionario hay en estas practicas nnarrativas: no se sitian fora de los diseursos de Ta cltsra, Tox ‘memos, por ejemplo las conversacionea de re-eseeitura que pro- ducen deseripeiones alternativas que presentan eategorias de ‘dontided de deseo, motive, propésito etastera. Negociar dascvip- ‘ones de identidad como estas es inevitablemente una actividad, cultural, yal participar en ella junta con otras personas estamos regociando aquellas maneras de enmprenaign que conatituyen el rasgo distintiva de la cultura occidental contemporsnea, En estas conversaciones reprodicimos laa concepeiones del yo de esta cul tura, y laeformas do vida a ella vinewladas. Sin embargo, no por a7 hacer esta afirmacién creo que las précticas narratives estén ne- cosariamente atadas ala eultura. Hay eultras que no negosian deseripciones que se vineulen con las eategorias de identidad que reproducen un sentido occidental del yo; val participar en conver- saciones narrativas con personas de esas culturas se da pricridad 8 otras categorins de identidad, culturalmente especifieas, Por «ejemplo, al sostoner convereaciones nazrativas con indigenas aus- ‘allianos, las categorias de identidad que invariablemente se pi vilogian son las del parentescoy la expritualidad, Practica narrativa y relacién entre conocimiento y poder 1a pritica narrativa no puede reelamar un lager exterior al dis- eurso cultural, ¥ por Io tanto tampoco queda fuera de los campos ‘dol conocimiento y el poder. Las eategorias de identidad que se presentan on este trabajo, y loa modos alternativos de vida y pen- samiento que estdin asocisdes con elas y que son deseritos con ‘mayor riqueza en laa convereaciones de re-eeritura, no son exte= riores a los campos del conosimiento y el poder. Esto se aplica también a cierias entegorins de identidad, como «pertenenciae, ‘ast como a las versiones mas corrientes que se discuten en otra parte de este trahajo. Estos modos de vida y pensamniento tienen ‘una trayeetorin que puede rastrearse través de la historia dela ‘cultura: estn constituides por ennoeimientos y préctieas de vida ‘que son histéricos. ‘Aunque en diferentes momentos de este libro he deserito el trabajo que ayuda a las personas a rechazar ls subjetividadesin- formadas por précticas de la administrucin enleolada del yo, ¥ el ‘rubajo que da origen a experiencias de cubjetividades alternat vas, e0 ningtin momento he abrigado Ia usin de que esas subje tividades altemativas representan una ruptura radieal eon mo- dos de vida y pensamiento eulturales,o que sean exteriores a los ‘sampos del conocimienta y el poder. Si hien no debemos ser eém- plicesinconseientes en la roproduecién de las subjtividades que han sido impuostas sobre nuestras vidas desde hace varios siglos (Poucault 19880), ls modos alternatives de vida y de pensamien- toque dan origen a subjetividades alternativas son inevitable- 78 ‘mente historios. Bsos modos existen en los eampos disenrsivos, lestin formados por conocimientos, por téeniens dl 0, por précti ‘as de relacin y por las relaciones de poder dela cultura Esta conclusion acorea de la inevitabilidad de las relaciones de poder no constituye una celebracién de ese hecho, Ni tampoeo la inevitabilidad de las relaciones de poder provee una excusa para reproduci, constiente o incanscientemente, elaciones de poder nuestro trabajo. En cambio, esta consideracisn contribuye a la toma de conciencia de que nada hay en la pritctieas narrativas que nos exima de la repraduccién de las relacionés de poder, y ademas nos alienta a acoplar la responasbilidad de inearporar a ‘nuestro trabajo ciertos procesos, que podrian servir para identifi ‘ar tales relaciones de poder, y que podrian eontribuir al control de los verdaceros efectos do las relaciones de poder sobre Ins v- das de las porsonas que nos consultan y también sabre nuestras vidas y nuestro trahajo, La identifiecién de esas relaciones de poder, y la supervisiin de sus ofoctas reales, brinda a los terape- {as Ta oportunidad de participar en acios que pongam limites los excesos de estas relaciones de poder, que cucstionen los aapectos de esas rolaciones que podrian tener efectos perjudiciales, que contribuyan a desestabilizarlos y que los hagan vulnerables re vocaciones 0 inversiones, de un modo que ayude a genevar una ‘mayor diversidad de rolacionos de poder Son estos lasts y Ine pricticas que estructuran el contexta terapséutien camo mids igus Titario de To que de otro mode serta Enel trabajo narrativo ae han establecido diversas peécticas ‘que estan informadas por esta eonsideracién, Entre ellas Siguran: tun principio de transparencia (White 1991) que alienta al tera: puta a doconstruir su trabajo; las que hacen explicable este tra- bajo ante las personas que concultan alos terapeutas; Jas que es tuin moldeadas por un compromise con Ia deconstruccién de los ‘moos de vida y pensamiento que se deseriben con mayor riqueza ‘en este trabajo; y Tas que ya describ lamandolas wprécticae de 1e- cepeién y dovoluciéns. Y aunque os de desear que estas practicas establezcan la terapia narrativa como un eontexto para atenuar, * Vinee ua expan qe dating ls ubieunrlaiones pdr daa cut redo uscotadededaninssi on

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