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BORGES EN DIEZ MIRADAS Premio EDENOR A escritores sin libro publicado en el género ensayo Jurado del Concurso 1999 Osvaldo Ferrari Luis Gregorich Jorge Lafforgue Fernando Lavore Enriqueta Muniz Fundacion El Libro Coneurso organizado por la FUNDACION EL LIBRO en el marco de la 25.* Exposicién Feria Internacional de Buenos Aires, I Libro del Autor al Lector BORGES Y LA INDUSTRIA CULTURAL Danilo Albero Danilo Albero, Naclo en Mendoza en 1947. Bstudlé Letras en lm Universidad Nacional de Cuyo, de donde fue expulsado ‘cuando el gope militar de 1976. Vio en Brasil entre 1976 y 1985; vuelto la Argentina obtiene Ia Licenciatura en Letras ye eolablece en Buenos Aires, Ee Ubrero y cafundador de In Tioreria Joyce, Proust & Co. Ha tradueldo del portugués auto res elasicos y contemporneos, entre otros: Machado de As Ss, Aluiio de Azevedo, Luis Femando Vertestme, Rubén Fon seca, Ha compllado Los “trues” del perfecto cuentista y otros ‘eset de Horacio Quiroga (Alianza, 1993). Como narrader, hha publieado: Estaciin Borges y otras cuentos (Beas, 1994) y| In novela Confesiones de un dandy (Sudamericana, 1997). Ha Publicado nolas, resehias y entrevsiae iWterarias en distiatos Imedios (Ambito Financia, Bl Cronista, Diario Une ¥ articulos Cepecializados en deportes de alto riesgo (Superoivencia y ‘aventura, Week Bnd, Cuerpos y mentes en el deporte. Colabo 19 en Ine revistas lilerarias Cuadernos Hispanoamerieanos, Manidtico Textual, El Aleph y V de Vian. Por sus cuentos ob- tho diversos premics nacionaies © internacionales, entre otros Concursos Play Hoy de Cuenios en Espanol, Premio Mujiea Fh erste 1088 y ater de 1940, Jor- ge Luis Borges escribe 208 articulos, en la revis- ta El Hogar. Estos trabajos, cuya extensién nunca supera las dos carillas y media, abarcan desde notas de opinion sobre el mundo cultural, biografias sinté- ticas de escritores y, de manera dominante, sucintas resenas bibliograficas. Este eonjunto de notas, pt Dblicadas a lo largo de sesenta y ocho niimeros, cons- tituye un verdadero corpus literario como lo prueba la primera recopilacién hecha por Enrique Sacerio- Gari y Emir Rodriguez Monegal con el titulo de Tex: tos Cautivos'. A lo largo de esta recopilacién se puc- den ver las bisquedas de lo que, para Borges, seria su poética y, como dice Sacerio-Gari en el prélogo: Las resefas de Borges no deseriben el Ila- mado ambiente de una obra, ni sefialan gra- tultamente hacia un catilogo de escritores pa- recidos al autor resefado. Su critica es la re- creacién de las funciones de una lectura en. busca de una coherencia intertextual. Borges sigue leyendo en El Hogar, definiendo Ia litera- tura de su época® En lo formal, esta busqueda se orientaré ha: cia a la concepcion estructural del cuento y que, 28 | Borges y ta industria cultural para él, resulta ser coincidente con el euento polt- lal clasico, tal cual lo plantea Poe, y esta impron- ‘ta permanecera a lo largo de su obra narrativa en Ia serle que arranca con el libro El jardin de los senderos que se bifurean (actualmente incluido en Fleciones), en torno al cual se dara, en 1942, una batalla estética de inusitada dureza, pero sigamos en orden cronolégico. Asi, ya en su sexta nota de El Hogar, Borges, en una resefia de Half Way House de Ellery Queen, dira: En la historia del cuento polieial (que data del mes de abril de 1841, fecha de la publicacion de Los asesinatos de la Rue Mor- gue —sic— de E. A. Poe), las novelas de Ellery Queen importan una desviacion, o un peque- Ro progreso. Me reflero a la técnica... propone como los otros una explicacion nada intere- sante, deja entrever (al fin) una solucién her- mosisima, de la que se enamora el lector, la refuta y descubre una tercera, que es la co- rrecta (la itélica es miaP. Sobre Ia base de este comentario intcial se van tejiendo a lo largo de Textos Cautivos una se- ric de opiniones y teorizaciones afines, donde va relacionando la forma y estructura del cuento cla- sico (tal cual se Io toma a partir de los ensayos de Poe} con el cuento policial. Este “orden narrativo" ¢s principio, medio y fin, con un remate que sor- prenda al lector. Ademés, este remate (se trate de ‘un cuento policial 0 no}, es uno solo y sus claves deben estar dadas en la estructura narrativa. Esta liaison, planteada en los articulos de El Hogar, sera una constante en Ia estética de Borges, a la que el paso de los aos ayudara a pulir y ganar en concisidn. Asi, cuarenta anos después de sus articulos en El Hogar, en una conferencia en la 24 / Danilo Albero Universidad de Belgrano, dira, a propésito: del ‘cuento polictal: De Edgar Allan Poe de quien deriva el simbolismo de Baudelaire, que fue discfpulo suyo..., surgen dos hechos que parecen leja- nos y que sin embargo no lo son. La idea de una literatura como un hecho intelectual y el relato policial. El primero —considerar la lite- ratura como una operacién de la mente, no del espiritu— es muy importante. El otro es minimo, a pesar de haber inspirado a grandes escritores (la itélica es mia}! Este rumbo trazado en Jo estético lo Hlevara en lo ficcional a una reescritura de otro clisico de la novela policial, me refiero a “The Killers", de He- mingway, traducido como “Los asesinos", eleccion no muy acertada a mi parecer ya que killer nos Temite, con muy poco vuelo imaginativo. al mata~ dor del arte taurino (traténdose de un obsesivo y un puntilloso de Ia concisién y la palabra, Hemin- gway podria haber titulado su cuento “The Murde- rers", los asesinos, sin embargo opts por “The Ki- llers". los matadores). Es justamente en su libro Death in the Afternoon —ensayo sobre la tauroma- quia y reflexion sobre el arte de narrar y su empa- ia con la pintura y la dignidad humana—, donde Hemingway explicita por primera vez su “teoria del iceberg’. Pero sigamos con “Los asesinos”. en este cuento aparecen todos los elementos caros a Bor- ges: economia narrativa, precision verbal y un montaje estructural de orfebre. Pero tiene un in- conveniente, una paradoja casi “borgeana”, es como el manifesto literario de la “teoria del ice. berg” y es considerado un texto eanénico en los seguidores de los amados cuentos de final abier~ to. Sea como fuera, el 27 de agosto de 1950 Bor- 25 / Borges y la industria cultural ae eas to onc etn sect te ans a final cerrado donde el asesinato del principal pro feted pr ts ef seg i ee ee eee mre sane po aa so wel tema en donde él cruza el género fantastico fern Se si ny an wo itn me fa eleccién temética, el género fantastico. Este ta s ninguna novedad ya que Poe tral a ta eet oda su narrativa, y tambien Yo babian se on aad aco fen cl a ns We de condi eita falsas y 1a bibliografia apécrifa; gle ri oe ss tte in s de 1940 apuntaba hacia otros rumbos. Fee asa em Se wane ame jn oe ae Ron ses = Se es Ge ta le sear Be 2 haere cra ee er ico Tg ae et on mnte que derivé en una infeccién que 10 acne a ase 26 / Danilo Albero tal cual venia haciendo en El Hogar, y fracasaba significaba que estaba terminado intelectualmente, En cambio, al probar con un genero que no habia intentado antes, eso no seria tan doloroso. Esta suma de accidente y racionalizaeién culmina con “Pierre Menard autor del Quijote", originalmente publicado en Sur en 1939, seguirdn una serie de cuentos, todos publicados en la misma revista y estos son: “Tlén, Ugbar, Orbis y Tertius" (mayo de 1940), “Las ruinas circulares" (diciembre de 1940), “La loteria en Babilonia” (diciembre de 1941), “Examen de la obra de Herbert Quain" (abril de 1941), “La biblioteca de Babel” (cuyo texto precur- sor fuera publicado como "La biblioteca total” en. ‘Sur en 1939), el nico texto que permanecia inédi- to era el cuento que daba titulo al libro. Las razones de la presentacién del libro Bl jar din de los senderos que se bifurcan al Premio Na- cional de Literatura no obedecian sélo a motivos estéticos, Borges se desempené entre 1938 y 1947 como bibliotecario de la Biblioteca Munteipal Mi- guel Cané con un sucido inicial de doscientos diez pesos. El escritor recordar, afos después, este periodo como de inmensa penuria econémica y humillacion, por un lado su nombre crecia y em- pezaba a ser conocido, por otro seguia siendo un funcionario casi ignorado en una biblioteca, Los 20.000 pesos del primer premio, 12.000 del se- gundo y los 8.000 del tercero del Premio Nacional de Literatura consistian en un aliciente extralitera- rio nada desdefiable. Los resultados de ese con. curso se dieron conocer en julio de 1942: primer premio para Eduardo Acevedo Diaz por su novela Cancha Larga, segundo para César Carrizo por Un laneero de Facundo, crénica novelada: y tercero Para Pablo Rojas Paz por su coleccién de relatos El patio de la noche. El jurado estaba formado por Alvaro Melian Lafinur, Eduardo Mallea, Enrique 27 / Borges y ta industria cultural Banchs y Roberto Giusti, el director de la revista literaria Nosotros. Borges sufri6, con aparente resignacion, este veredieto. No asi sus amigos nucleados en torno a ‘Sur que prepararon un acto de desagravio que con sistid en dedicarle el volumen de julio de 1942, el niimero 94, cuya edicién fue cuidadosamente pre- parada ya desde el color de la tapa. A Borges no le Bustaba el color verde, por Io tanto la portada lucia tin vistoso color rojo sangre de buey. El namero fue titulado “Desagravio a Borges", ¢ incluia veinti- 6s articulos firmados por colaboradores de la re- vista. Coincidentemente Roberto Giusti crey6 opor~ tuno hacer algunas aclaraciones sobre los parece- res del jurado en un largo articulo del nimero de jullo de Nosotros. Veamos las palabras de Giusti: Se ha hecho particular hincapié en Ia ex- clusion del libro de Jorge Luis Borges El jar- din de los senderos que se bifurcan. Alguna explicacion tendré el hecho de que siendo in- dudablemente conocida y respetada la perso- nalidad de Borges por los miembros del jura- do, su tiltimo libro de cuentos, con ser muy ingenioso y estar escrito con admirable pericia artistica en una prosa de notable precision y elegancia; no haya obtenido ni un solo voto.. quizés quienes se decidan a leer el libro ha~ len su explicacion en su caracter de literatu- ra deshumanizada, de alambique, mas atin de ‘oscuro y arbitrario juego cerebral que ni si- quiera puede compararse con el juego de aje- rez... Si el jurado entendié que no podia afre- ‘cer al pueblo argentino, en esta hora del mun- do, con el galardén de la mayor recompensa nacional a una obra exética y de decadencia que oscila, respondiendo a ciertas desviadas tendeneias de la literatura inglesa contempo- 28 | Danilo Albero ranea, entre el euentofantisticn, Ia Jactancto- Sa enidiion ronda la narraciog potent escura hasta resular a veces tenebrose past Gbalqaer lector. am pars el mi culo ox Sluts aloe nis en esta Teva tga (la itdlica es mia)’. ae 2 otc gu ioc 3 din de los senderos que se bifurcan, algunos. de Soe ener a eae ee eee eae eer orien a pate sen nn er coon es eur sa Sr ae a pate See Eee ds rye mt son te cr el socialista Giusti. = = _ BE Rican haya gue Dura en sn i bee a en ut i ae a Teese ge ee ce nate gc Sow ny Sa Spice, Sle and crete sl noe aa area one ge ae Ha SP Sot goa ia soph am as ey il oo FD ate cea seins far se seat sy Sin a ga ne 29 / Borges y ta industria cultural munistas ortodoxos, revisionistas histéricos de de fecha, germandfilos pro nazis y antisemitas. Sin ‘embargo, los resultados del Premio Nacional de Li- teratura y las desafortunadas declaraciones de Giusti en Nosotros lograron que la reversion de tsa tendencia se hiciera visible y los escritores de izquierda pasaron a ver con simpatia a Borges ‘su escritura por el solo hecho de ser un escritor proseripto de la “literatura oficial". La prueba mas Cvidente la da el ntimero de julio de ese ano de Ia revista Conducta, dirigida por Le6nidas Barletta, el otrora apologista de Galvez. En su niimero de ju- lio, Conducta le hace un homenaje a Roberto Arlt, {que acababa de fallecer. Ninguno de los once arti- Gulistas coinciden con los que desagravian a Bor~ ges pero El jardin de los senderos que se bifurcan es mencionado en dos oportunidades y siempre de ‘manera elogiosa 0 positiva. ‘Hoy, agosto de 1998, a poco mas de medio si- slo de esta batalla que se dio en Argentina, es po- Sible ver en ella ecos de lo que esté ocurriendo a nivel continental y mundial. Es bueno recordar que en 1941 los Estados Unidos entran en la gue~ fra y la casa editora Farrar & Reinhart de Nueva, York lanza su "Concurso de Novelas Inéditas Lati- noamericanas”. No es aventurado ver detras de este concurso otros intereses, mas afines con la Spolitiea del buen vecino" de Roosevelt que con 10 meramente literario, Esta politica cultural de acer~ camicnto de la América al sur de su frontera a la causa allada y a la posicién de los Estados Uni- Gos, configura un verdadero “proto boom” de cul- ura iberoamericana, desde el apogeo de Ia brastle~ fla Carmen Miranda, cuyos discos y peliculas tu~ vieron extraordinario suceso en la época. al viaje fde Walt Disney por Iberoamérica y la inclusion de personalidades nativas y personajes folkléricos en Su iconografia filmica, Como muestra de este viaje 30 J Danilo Albero baste recordar al Pato Donald bailando con Car- ‘men Miranda y a Ze Carioca en Los tres caballe- ros y también la amistad de Disney con nuestro compatriota Molina Campos y su posterior contra. to como dibujante de sus esiudios, (Los trazos 5- tilisticos de Molina Campos dejaron una impronta cn las peliculas de Disney, el parentesco de sus gauchos de los “Almanaques de Alpargatas” con Jos personajes latinos o los villanos de Disney es evidente: desde el capitan Garfio de “Peter Pan” a los cantineros itallanos de “La dama y el vagabun- do) Toda esta politica de los Estados Unidos para relevar y ordenar su “patio trasero" trajo aparejada la necesaria basqueda y definicion de arquetipos, asi la consigna parecié ser "vamos todos juntos pero no entreverados” y el reconocimiento de una cultura latinoamericana implicé la definicion de un “género latinoamericano” y esto se hace evidente en los productos culturales que fueron consumi- dos, aceptados 0 premiados. Ahora volvamos al ‘Concurso de Novelas Inéditas Latinoamericanas" de Ia editora Farrar & Reinhart de Nueva York. En 1942 la revista Nosotros —cuyo staff hacia la preseleccion para Argentina y Uruguay del “Concurso de Novelas Inéditas..."— anuncia, con motivo a su segunda edicion: Concurso que se ha organizado por el condueto de la Oficina de Co- operacién Intelectual de la Unién Panamericana, contando al mismo tiempo con la colaboracién de importantes organismos culturales de las Republi- cas Americanas y Puerto Rico®. No es dificil aventurar la identificacion de Giusti y de la revista Nosotros con los nuevos cé- nones estéticos sobre “Io latinoamericano” que se estaban gestando en la Oficina de Cooperacion In- telectual de 1a Union Panamericana mencionada. En Io formal los criterios de ese concurso pueden deducirse por el primer premio, en 1941 corres 31 / Borges y la industria cultural pondié a El mundo es ancho y qjeno de Ciro Ale- Bria, hoy considerada una obra epigonal del ciclo Ge novelas de la tierra, y uno de los finalistas: Carlos Onetti por su novela Tiempo de abrazar. ‘Quizas en descargo de las desafortunadas de- claraciones de Giusti con respecto a El jardin de tos senderos que se bifurcan, podemos decir que ni siquiera Borges escapa a esta manera de ver nuc- Vas tendencias ya que su nombre aparece ligado a ‘Onciti y a su estética ese mismo afo (1941), uno como juez el otro como creador. Borges fue, junto con Norah Lange, jurado en un concurso organiza Go por Editorial Losada y cuyo primer premio le fuera otorgado a Bernardo Verbitzky por su novela Es difiell empezar a vivir, que nadie recuerda aho- fa, y el segundo premio le correspondié a Onettt por Tierra de nadie. Como vemos, en materia de fuevas corrientes literarias es tan facil ser victima ‘como vietimario y Borges leyo a Onetti de la mis- ma manera que el jurado del Premio Nacional de Literatura leyé su Jardin de los senderos. ‘En 1941 empezaron a dividirse las aguas y en. nuesiro pais se dan una serie de hechos sugesti- vos. Muere Arit. Se publica Bl jardin de los sende- yos que se bifurcan. Nacen Ricardo Piglia y Rodolfo Fogwill, dos de nuestros escritores contempora~ neos Mas significativos. Dentro de este contexto el miimero 94 de Sur puede ser leido como una de- Claracion de principlos y es revelador el articulo de Bioy Casares con respecto a Bl jardin de los sen- deros que se bifurcan, que fue publicado en el né- mero 92, en mayo de 1942, donde se aprecia, cla~ Tamente, el rechazo que esta surgiendo en torno a Jas “novelas de la tlerra” y el realismo literario, Dice Bioy Casares: ‘Tal vez algan turista 0 algin distraido aborigen inquiera si este libro es “representa- 82 | Danilo Albero tivo"... colaboran en la tendencia las ideas fas- cistas (pero mas antiguas que ese partido} de que deben atesorarse localismos, porque en cellos descansa la sabiduria, de que la gente de tuna aldea es mejor, més feliz, mas genuina que la gente de las cludades, de la superiori- dad de la ignoraneia sobre la educacion, de lo natural sobre lo artificial... la idea de que todo Iiterato tiene que ser labrador o, mejor ain, un producto de la tierra... Son también est mulos de esas tendencia la fortuna Iiteraria que han logrado algunas selvas del Continen- te... Creo, sin ninguna vanagloria, que pode mos decepeionarnos de nuestro folklore... po- demos prescindir de certo provincialismo del que adolecen clertos escritores europeos. Es natural que para un francés la literatura sea Ia literatura francesa. Para un argentino es natural que su literatura sea toda la buena li- teratura del mundo... y de la Argentina posi- ble y quizés venidera que le corresponde, este libro es representativo’. Con respecto a Borges, no hay duda que los resultados del concurso lo marearon profunda mnente, en To personal se toma una venganza lite- farfa en gu eutento “Aleph publicado en Sur en 945 donde hay algunas referencias concretas a hombres y temas que fueron protagonistas del in- tidente de 1942, fn lo eatetico resultara en “BL tsritor argentino Ia tradicién’,conjunto de con- ferencias dictadas en el Colegio Libre de studios Superiores entre enero y marzo de 1953, ensayo al cual la generacion de escritores, embanderada en to que se Hamé “el boom reconoce como tn texto Candnico, Para esta epoca, los libres’ de Borges son conocidos en aqueas ediciones de Emecé de tapas grises y dos afos después, en 1955, cuando 98 | Borges y ta industria cultural €l oficialismo golpista de la “Revolucién Libertado- ra" reivindique sus méritos lterarios, la izquferda se uniré a su enemigo visceral, el peronismo, para atacarlo. “dg tle Bore, er Cn. ane eas on Hogar (late-1ad0) Burnoe Aires, Enrique Saceo‘Garl & Ear tige Mooegst Batres, Tequcte, 1986 age Saceto-Gar. Ob. pat 0. Ss pa 40. ‘Bonde Jonge Lala. Borges Oral Buenos Ales. Breck-Bao- sat dg Blan, : Cee ee ee eI me A EL Atego, 1997, pase 286-280 34 | Danilo Albero BORGES Y LA VOZ DEL OTRO Alicia R. Benjamin Fermin Adrian Rodrigues: Argentino, Nacido

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