T E M A D E P O R TA D A

Carratú: "El plan era asesinar

al presidente Pérez el 4F/ 92"
El vice almirante retirado Iván Carratú Molina era el jefe de la Casa Militar durante
la asonada castrense del 4 de Febrero de 1992. En momentos en que el tema de un
presunto magnicidio nuevamente está en el tapete, Zeta conversó con el ex militar de
la Armada venezolana, para que narrara los sucesos de ese día y cómo pudo salvar
la vida el entonces presidente constitucional Carlos Andrés Pérez. El relato de Carratú
Molina, lleno de primicias, revela lo que sucedió antes, durante y después del fallido
intento golpista que fue liderado por un teniente coronel llamado Hugo Chávez Frías.
los desfiles militares del 24 de junio (Batalla de Cara-

A
Por ALFREDO CONDE
NALISTAS políticos estiman que el Gobierno
Nacional tiene poderosas razones para sospe-
char que algunos sectores del país tomen el
camino del magnicidio como salida para terminar con la
crisis política venezolana. Esos analistas toman como
base la cancelación, por parte del líder del Ejecutivo, de
El presidente Carlos Andrés Pérez en una reunión de
trabajo en Miraflores. Al fondo, con su uniforme de la
Armada, el vicealmirante Iván Carratú Molina, quien
era el jefe de la Casa Militar en febrero de 1992.
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bobo) y del 5 de julio (declaración de Independencia)
pasados. Esos analistas advierten que esto indicaría que
el Gobierno desconfía o piensa que en el ámbito militar
existen intenciones sibilinas en contra del jefe de Estado.
Y hacen un ejercicio histórico, al recordar el asesinato
del presidente egipcio Anwar el Sadat, ocurrido el 6 de
octubre de 198, precisamente en un desfile militar.
El último intento de magnicidio
El vice almirante retirado Iván Carratú Molina era
el jefe de la Casa Militar durante la asonada castrense
del 4 de Febrero de 1992. En momentos en que el
tema de un presunto magnicidio nuevamente está en
el tapete, Zeta conversó con el ex militar de la
Armada venezolana, para que narrara los sucesos de
ese día y cómo pudo salvar la vida el entonces
presidente constitucional Carlos Andrés Pérez. El
relato de Carratú Molina, lleno de primicias, revela lo
que sucedió antes, durante y después del fallido
intento golpista que fue liderado por un teniente
coronel llamado Hugo Chávez Frías.
Carratú Molina, tras la pregunta de ley, dejó de ver
el partido de semifinales del Mundial de Fútbol entre
España y Alemania y dijo: "Ok., vamos por parte". Y a
rótulo de antecedes comenzó su crónica:
-Desde 1990 que fue cuando yo llegué al cargo de
la Casa Militar, había un ambiente tenso entre los
intereses políticos, empresariales, militares y una mar-
cada presión de los medios de comunicación sobre el
presidente específicamente, no solamente sobre su
gobierno. En mi caso como jefe de la Casa Militar, yo
tenía que administrar toda una cantidad de variables
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que estaban ocurriendo, y teniendo
actualizado una forma de acción de
manera que pudiésemos evacuar al
presidente de cualquier situación
de emergencia. Por ello, se mandó
a preparar un nuevo plan y se ana-
lizó de nuevo las posibilidades de
emergencias. Se adoptó un nuevo
dispositivo de seguridad del presi-
dente tanto en el Palacio en La
Casona como en sus desplazamien-
tos vehiculares de Caracas o del
interior.
-Lamentablemente -prosigue Carratú Molina- en
los cuerpos de seguridad del Estado, me refiero DIM,
DISIP, PTJ, Comando Regional 5 y Ministerio de
Defensa, no le pasaban a la Casa Militar, en este caso
a mi persona ningún tipo de información. En varias
oportunidades yo le dije al presidente sin que fuese un
chisme ni una intriga, "mire lamentablemente este
cargo aparentemente es un cargo demasiado honorífi-
co y demasiado importante pero uno no tiene cómo
responder a cualquier emergencia, porque carecemos
de información·. La escolta Civil que está antes de mí,
no me pasaba información tampoco a mí como jefe de
la Casa Militar.
-O sea, había un ambiente que me imagino que era
el ambiente que siempre había prevalecido en Miraflo-
res con los militares y los civiles, donde la información
de inteligencia no fluía, a mí no llegó nunca información
de inteligencia importante ni el presidente me la decía
a mí tampoco, mucho menos los demás. Entonces era
un ayuno de información, que en mi caso yo tenía que
solucionar con personas que se me fueron acercando
del área de inteligencia, pero que no querían aparecer
ubicados oficialmente, individualidades que se acerca-
ban a mí, me llamaban, me mandaban cartas, en alguna
oportunidad iban a mí oficina, muy esporádicamente con
mucho cuidado iban a mí casa y me dejaban información.
Casa Militar sin apoyo alguno
-Entonces -añade el vicealmirante retirado- esa era
la precaria información que yo tenía o que se disponía
en la Casa Militar, nunca tuve apoyo de los mandos
militares ni de los cuerpos de seguridad, nunca. Al
presidente seguramente le llegaban pero le llegaba de
una manera que yo no me enteraba, aunque sabía que
había problemas de seguridad yo no me enteraba. El
que también me informaba a mí muy limitadamente era
el ministro del Interior, Alejandro Izaguirre, él siempre
que iba a Palacio me daba como ítems algunos datos:
hay esta información, se están moviendo los partidos,
la izquierda va a seguir echando, tengan cuidado con el
presidente, no se metan por sitios peligrosos, protejan
al presidente, etc.
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Así quedo una de las puertas del Palacio de
Miraflores, tras la asonada militar del 4F/92.
-Entonces yo con esas alarmas que me dieron,
reprogramé el plan de evacuación del presidente en
todas partes, desde La Casona, desde el Palacio de
Miraflores, desde los sitios que iba a hacer exposicio-
nes públicas, es decir el Poliedro, el Teresa Carreño, la
Plaza Bolívar, Fedecámaras e inclusive en las visitas
privadas que él le hacía a algunos amigos. En todas le
tenía preparado un pequeño plan de escape y se trataba
de evitar que se supiera donde estaba, pero con la
escalada presidencial, con motorizados, cinco carros,
la escolta que tomaba las calles era imposible mantener
en secreto la presencia del presidente en algún lugar.
Esos eran los antecedentes.
Incredulidad frente a un golpe
Carratú Molina deja claro que jamás pensó que en
las fuerzas armadas se fuese a generar un golpe militar.
-No lo pensé, no pensé que se presentara un
cuartelazo, que es el nombre real que se tiene eso.
Golpe militar es cuando se triunfa una facción militar y
toma el poder, o sea un cuartelazo es la salida de los
militares a amenazar a tomar el poder. Para entonces
yo tenía una comunicación muy fluida con el ministro de
la Defensa, que era el almirante Jurado Toro, pero todo
cambió, lamentablemente, cuando nombraron ministro
a Ochoa Antich, con el cual no tenía ni tuve nunca una
comunicación creíble y fluida, nunca.
-Ochoa Antich, él recibió el cargo de ministro los
primeros días del mes de julio el 1º o el 2 de julio. Él al
llegar al cargo le propuso al presidente unos cambios
militares, unos cambios militares medios raros, y yo dije:
"mire presidente, en el caso específico de la Armada
esos cambios que el ministro trae van a producir un
efecto muy negativo y se va a perder el liderazgo militar.
En la Armada los almirantes que realmente tienen
autoridad que tienen respetabilidad y credibilidad los
están sacando y están colocando a otros o piensan
colocar a otros, no realice esos cambios".
-El presidente me escuchó y no aceptó de esos
cambios. Sólo uno aceptó, y fue el de Díaz Tarazón, que
de ser inspector de las Fuerzas Armadas o de logística,
lo nombraron director de Secretaría del Consejo de
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 Uno de los tanques empleados para atacar el
Palacio de Miraflores el 4 de febrero de 1992.
Sociedad de la Defensa. Fue el único los demás se
quedaron en las fuerzas porque no los sacaron.
-Anteriormente a eso, el general Peñaloza descono-
ció una orden del presidente, y se presentó al Congreso
a hacer una denuncia sin planteársela al ministro de la
Defensa, porque habían -esto es importante que lo
tengas como dato- serias dificultades entre el ministro
que era Jurado Toro y el comandante del ejército que
era el general Peñaloza a tal punto que el presidente lo
amenazó, o usted se queda tranquilo o lo saco del cargo,
eso fue en el 90, que fue cuando yo llegué al cargo y en
el 91 el Comandante del Ejército era Peñaloza y el ministro
de la defensa era Jurado Toro. Allí se produjo el cambio:
salió Peñaloza del cargo y entró Rangel Rojas como
Comandante del Ejército, pero quedó ese ambiente.
Golpistas con mandos
-En el discurso de salida del general Peñaloza de
Comandante del Ejército -cuenta Carratú- que fue en
el patio de honor de la academia, contrario a mi
recomendación, el presidente lo dejó hablar. Fue un
discurso prácticamente golpista, desestabilizador por
llamarlo de alguna manera, hablaba de la corrupción
política, de la corrupción militar, de la falta de autoridad
de los políticos, pero ese fue un discurso al medio
militar, un discurso totalmente político y de oposición al
gobierno de este general Peñaloza. Por cierto, el
general Peñaloza tenía y tiene todavía mucho recono-
cimiento de las personas que conspiraron contra el
gobierno en el 92, porque era parte de una conspira-
ción. Eso te lo digo como dato.
-De julio a diciembre del 91, el ministro Ochoa
produjo una serie de cambios en el ejército, y le dio los
cargos a estos militares que se alzaron posteriormente:
Arias Cárdenas a Díaz Ortiz a Ortiz Reyes, como es
que se llamaba, bueno, también a Hugo Chávez, Blanco
La Cruz, Chirinos, o sea, los colocaron en unidades
operacionales, en lugar de las unidades más que todo de
logística o de menor importancia operacional a los
cuales habían sido designados por el Ministerio de la
Defensa que dirigía y que comandaba Jurado Todo.
Ochoa, en otras palabras, revirtió algunos cambios que
se hicieron durante la gestión de Jurado Toro y colocó
a estas personas en puestos de mando.
-A mí particularmente el general Ochoa me dijo que
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El teniente coronel Hugo Chávez Frías, lideró el
fracasado golpe de Estado del 4 febrero del 92.
me iban a quitar el regimiento de la Guardia de Honor,
que esa era demasiada gente para proteger al presiden-
te. A mí me extrañó, primero porque el general Ochoa
tendría que hablar eso primero con el presidente y el
presidente es el que me iba a decir a mí; yo dependía
del presidente no del ministro, el cargo mío era
dependiendo del presidente. Nada que ver con el
ministro, el respeto militar, una cantidad de cosas, sí,
porque era ministro igual que con todos los ministros,
pero órdenes militar y cosas de esas yo no se las
aceptaba al ministro de la Defensa porque no venían
directamente del presidente.
-Entonces yo le dije al ministro Ochoa que un
almirante aquí en la Casa Militar para dirigir ocho
edecanes no se justificaba, y que prefería, si era así,
regresarme a mí fuerza. Ahí tuvimos una discusión un
punto de vista contrario que llegó inclusive a discusión,
y yo hablé con el presidente, le dije "mire presidente, el
general Ochoa quiere quitarme el regimiento y pasarlo
a la orden del ejército, si el general Ochoa me quita el
regimiento significa que yo pierdo la capacidad de
protección para usted y su familia, la Casa Militar deja
de ser una institución militar para la protección del
presidente, entonces dese cuenta lo que puede ocurrir
ya su familia no va a tener la misma seguridad, usted
tampoco, en los sitios en que usted vaya no va haber
operativos de seguridad que siempre se montan". El
presidente me dijo no se preocupe que…quién le dijo
eso, el ministro de la Defensa, él llamó al ministro y le
dijo que no…que la Casa Militar se iba a quedar como
estaba. Yo no le di más importancia a eso, porque te
digo, estaba confiado que en las fuerzas armadas había
un concepto democrático y no de conspiración.
La asonada militar estaba
prevista para diciembre 91
Carratú Molina dice que el golpe militar estaba
preparado para el 10 de diciembre de 1991, en un acto
de la Fuerza Aérea en Maracay, aunque desconoce la
causa cierta de su aplazamiento
-Se han dicho muchas cosas, pero ninguna tiene
credibilidad. Que fue suspendido porque se enfermó
uno de los alzados o Chávez o Arias Cárdenas, le dio
lechina una enfermedad de esas eruptivas, viruela algo
de eso, y no se llevó adelante. Pero los medios de
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 Tanques de guerra en las vías de acceso
hacia Miraflores. 4 de febrero de 1992.
inteligencia no dijeron nada no alertaron nada o sea no
funcionó la inteligencia o no… le negaron la informa-
ción al presidente.
-¿Se refiere a la DIM y a la DISIP?
-No, en ese caso la comunidad de inteligencia eran
todos. El gabinete de seguridad lo conformaba el
ministro del Interior, ministro de la Defensa, alto mando
militar y todos los cuerpos de seguridad; DIM, DISIP,
PTJ, Comando Regional 5, Ministerio de la Defensa,
Dirección de Inteligencia del Ejército, Inteligencia de la
Armada, Inteligencia de la Guardia e Inteligencia de la
Intervención, todos ellos conformaban la estructura de
seguridad del presidente encabezada por los dos minis-
tros: Defensa y Relaciones Exteriores.
-Pero qué pasó ¿no lo sabían o simplemente
callaron y lo ocultaron?
-Callaron no, yo creo que ahí había un juego
malévolo, aunque no del todo. Entonces en enero del
92 en una reunión del gabinete de seguridad, el
general de división Heinz Azpúrua y por eso es que a
Heinz ahora lo están persiguiendo, director de la
DISIP para entonces, le informó al presidente que
había una conspiración en el ejército y que él como
general pero director de la DISIP no tenía injerencia
en las fuerzas armadas, pero que él le recomendaba
que se tomasen medidas inmediatas para conjurar la
conspiración que se estaba gestando o estaba gestada
en el ejército. Yo estaba presente. Eso no fue que lo
leí o me lo contaron…
-El presidente, después que Heinz le dice esa
información, se dirige al ministro de la Defensa y al
Comandante del Ejército, o sea Ochoa Antich y Rangel
Rojas, y les dice que está cansado de esos chismes y
novedades de conspiración, ruido de sables, golpe
militar, asonada. Les dijo "yo le exijo a ustedes dos que
para mi regreso a San Cristóbal me tengan la informa-
ción exacta de que es lo que está ocurriendo, y le
entrega el sobre a Ochoa, eso fue en el Salón de los
Espejos del Palacio de Miraflores, entre el 6 y el 8 de
enero de 1992, no me acuerdo exactamente la fecha.
La tengo anotada por ahí, pero no me acuerdo exacta-
mente.
Golpe en marcha
-Entonces -prosigue Carratú- en ese momento se
me prendieron las luces, las luces rojas. Nosotros
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Efectivos militares y un tanque en las inmedia-
ciones de Miraflores. 4 de febrero de 1992.
íbamos para San Cristóbal y después estaba el viaje
para Davos en Suiza. Entro para el Palacio para que me
prepararan los previos de evacuación y seguridad del
gobierno del presidente mucho más estrictos, que me
los revisaran y me fui con el presidente para San
Cristóbal. Ocurre que en San Cristóbal estando en la
Feria de San Cristóbal (27-28 de enero del 92) se muere
el hermano del presidente que estaba muy grave y en
lugar de regresar ese mismo viernes nos quedamos
hasta el domingo. En San Cristóbal fue el entierro del
hermano del presidente, aparte de que para allá se
mudó al consejo de ministros. Luego, nos venimos a
Caracas el domingo y el lunes nos fuimos para Europa
en la tarde, o sea el presidente estuvo sólo 24 horas en
Caracas; no sé si habló con el ministro o si el ministro
(Ochoa) habló con él. De regreso ocurre el golpe,
nosotros veníamos de Suiza vía Nueva York aterriza-
mos en Maiquetía a las 10:10 y ya el golpe estaba en la
calle porque ya las tropas estaban en la calle desde las
10:00 de la mañana desde ese día. El golpe había sido
denunciado en la mañana por el general Delgado Gaiza,
director de la Academia Militar, se nos informó y
también a otros oficiales, el general Rangel Rojas, el
general Valero, que el ministro estaba en Maracaibo y
él dijo que no le informaron. Yo no me como esa coba,
el ministro está informado de todo al momento, al que
no le informaron fue al presidente.
V i v o o p rree f e r i b l e m e n t e m u e r t o
-Había un operativo -recuerda el vicealmirante
retirado- para agarrar al presidente preso en Maique-
tía. Ese operativo no funcionó. Hubo un operativo
montado para asesinar al presidente o capturarlo preso
en el túnel de desembarco, operación con el nombre de
"ratonera", dirigida por algunos militares retirados algu-
nos efectivos y civiles involucrados en la conspiración.
Después hubo otro intento de agarrar preso al presi-
dente en La Casona y eso estaba dirigido por el ahora
general Rodríguez Torres. Y el último intento de
asesinarlo, el más fuerte y el más mortal diría yo, fue en
Miraflores. Esa noche, estando el presidente solo, llegaron
213 soldados y 15 o 16 tanques Dragón, rodearon el
Palacio y lo invadieron, disparando contra matas, árboles,
sillas, puertas, paredes, ventanas; o sea, fue un ataque
masivo al Palacio.
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 -Para mí como militar que pre-
sencié y sufrí ese ataque y después
de lo que he investigado posterior-
mente, porque he estado investi-
gando todo este tiempo, puedo ase-
gurar que la idea y el plan era
eliminar al presidente el 4F/92. Unos
de los ideólogos del golpe era un
señor, creo que era profesor de la
universidad de Los Andes, llamado El vicealmirante retira-
Kleber Ramírez. do, Iván Carratú Molina. premura era ahí en el Palacio. Enton-
-Hay un libro que produjo Catalá
en el que están los 17 o 18 decretos
una vez que el presidente fuera eliminado o fuera hecho
preso. Particularmente yo creo que el presidente Pérez
no se iba a dejar agarrar preso, él iba a defenderse de
los ataques de los conspiradores, por la vía de las
armas.
El Alto Mando militar
Se escondió el 4F/92
-Ese enfrentamiento personal, o sea frente a frente-
cuenta Carratú- no se llevó a cabo porque salimos del
Palacio. Entonces en cuanto a magnicidio eso es lo que
estaba preparado.
-¿Y cómo lograron salir de Miraflores?
-Voy con la parte del escape: Cuando yo llego al
Palacio le pregunto al sub jefe de la Casa Militar que
llegó conmigo y al edecán de guardia, sobre el plan de
evacuación del presidente. Apenas llegaron los tan-
ques eso fue inmediato, activar el plan de evacuación
porque la Casa Militar no está hecha para enfrentar
ataques. Pero cuando yo mando a preparar el plan de
evacuación resulta que no había nadie para ejecutarlo,
no había chofer, no habían los carros, no estaba el
edecán encargado de la evacuación, el edecán de
servicio estaba con el presidente, el segundo edecán
estaba en otro sitio del Palacio defendiendo el Palacio
que estaba solo, el sub jefe estaba conmigo.
-Al presidente había que sacarlo porque pedí ayuda
al comando del ejército general Rangel Rojas y me dijo
que no me podía dar ayuda en dos oportunidades que
se la pedí, llamé al ministro de la Defensa, nunca lo
conseguí en su despacho ni en ninguna parte, llamé al
comandante de la guardia me atendió el general Maya
Cardona y me dijo: "Carratú hay un golpe militar y yo
te voy a apoyar pero en dos horas, y le dije que no
aguantábamos dos horas, que en esta vaina nos matan
y le dije que iba a actuar, sin entrar en detalles. A los
demás miembros del Alto Mando militar no los conse-
guí, algunos me dijeron después que estaban escondi-
dos y te lo digo porque yo me sentí como una hormiga
cuando me dijeron que los carajos estaban escondidos,
en lugar de asumir sus funciones de comandantes. Eso
me marcó a mí, esa indagatoria que hice yo después
para saber dónde estaban, dónde estaban escondidos.
Puedo señalar que parte del alto mando de la Fuerza
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Aérea estaban presos, pero el del
Ejército, los generales del ejército,
los otros almirantes de la Armada y
de la Guardia Nacional, no sé dónde
estaban y no estaban en sus puestos
de mando.
-Bueno -añade el ex jefe de la
Casa Militar-, en ese momento uno
no puede estar pendiente de dónde
estaban y llamándolos porque la
ces yo fui a hablar con el presidente,
salí de mi oficina me metí por el
comedor del consejo de ministros, ahí había una puerta
que comunica a un pasillo interno hecho para que el
presidente entrara y saliera por ahí, ese fue un pasillo
abierto nuevo o sea construido en el 91, no para escapar
ni mucho menos, sino para facilidad de estacionamien-
to del presidente en el despacho en el Palacio. Me metí
por ese pasillo y llegué al despacho presidencial en la
parte trasera y me conseguí al presidente arriba mon-
tado en el descanso de la escalera que da desde el
despacho a su privado, lo que llaman la Suite Japonesa,
en esa escalera que es una escalera de doble dirección.
En ese descanso estaba parado el presidente junto a
Alfaro Ucero y Virgilio Ávila Vivas y su edecán.
-¿Cuándo lo vio el presidente qué le dijo?
-El presidente estaba nervioso, estaba con una ame-
tralladora en la mano muy alterado y me dice: "¡Que
vaina pasa con los militares no joda, un golpe militar,
facinerosos, bandidos!" O sea molesto, incómodo, y yo
le indiqué que iba a sacarlo del Palacio. "¡Yo no voy a
salir de aquí por el poder político en el Palacio, yo no
puedo abandonar mi puesto político!" Presidente, le dije,
no es el puesto político es su vida la que está en juego y
la de todos la que estamos aquí, yo vengo a sacarlo del
Palacio. Entonces él se quedó pensando como un minu-
to, 30 segundos, no sé, algo rápido y me dijo. Ok tienes
3 minutos para sacarme. Bueno espéreme aquí.
-Antes de yo irme el presidente se asomó por una
ventana para ver que se veía hacia fuera hacia la calle.
Esas ventanas del lado izquierdo del Palacio viendo
hacia el Ávila. Todos esos ventanales habían sido
transformados en ventanas de seguridad contra dispa-
ros, eso lo hizo Reinaldo Figueredo cuando fue ministro
de la Secretaría en los primeros meses del gobierno. Si
no es por esos vidrios de seguridad al presidente lo
matan ahí, porque cuando él se asomó por la ventana
a ver que veía, recibió una ráfaga grande de ametralla-
doras que prácticamente destrozó los vidrios, pero
como es de seguridad las balas no penetraron las balas
los proyectiles quedaron pegados y rebotaron pero
rompieron el vidrio pues, los astillaron los estallaron
entiendes. Si esos vidrios de seguridad lo hubiesen
matado a él y a nosotros, a todos los que estábamos ahí,
porque fue un volumen de disparos grandísimos. Yo no
creo que lo hayan visto desde la calle porque los vidrios
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 T E M A D E P O R TA D A

eran muy oscuros polarizados, pero bueno se produje- controlar el ejército y para tener una seguridad extre-
ron los disparos. ma se contó también con la Casa Militar, se desplazó
toda hacia Carabobo y, aparte de ello, contó con el
El gran escape respaldo de la fuerza aérea, con 6 aviones Bronco y
-Entonces yo preparé personalmente la evacua- 6 helicópteros.
ción, yo fui, busqué el chofer, busqué los soldados, -Para finalizar ¿usted cree que eso está
busqué el vehículo que era de Lusinchi, un Ford LTD planteado en la actualidad, con base en lo que
grande cuerpo ancho, que estaba en el Palacio en el pasó ahora el 5 de julio?
mantenimiento. Paré el carro frente a una salida del -Yo no creo que esté planteado eso, lo que ocurre
Salón de los Espejos, averigüé que puertas estaban es que el malestar que existe en el ejército o en las
bloqueadas por teléfono, me dijeron la única puerta que fuerzas armadas, el malestar que existe por la presen-
está libre es la puerta que da hacia la alcabala 3, fui a cia cubana y una cantidad de cosas aleatorias, la
buscar al presidente, nos venimos caminando Alfaro calidad de vida, los ascensos, el trato de las fuerzas
Ucero, Ávila Vivas, el presidente, Hung Díaz, el ede- armadas, el respeto que antiguamente había por las
cán de servicios, y yo, cuando llegamos notamos que el fuerzas armadas, la aceptabilidad y el respeto que las
chofer que yo había designado, que fuerzas armadas tenían en el pueblo
era un comisario de la DISIP se venezolano, la sociedad, todo eso se
había escapado, huyó. Entonces perdió.
coloqué un soldado de la caravana -¿Hay algunos que si son
un sargento, métete en el carro "A los demás responsables?
voluntario, voluntario si, métete en -Bueno yo tengo mi manera de
el carro y nos fuimos. Salimos por la miembros del Alto pensar…
puerta de la alcabala 3 la única que Mando militar no los -¿Sin generalizar no?
no estaba bloqueada con un tanque, -Lo podemos discutir en otra opor-
las demás estaban tapadas con tan- conseguí, algunos me tunidad, pero el sentimiento existe
ques y soldados. Así fue que sali- dijeron después que porque a mí me lo han dicho oficiales
mos del Palacio, realmente una sa- en la calle cuando me paran y ni yo
lida fortuita, sortaria, sin mucha pla- estaban escondidos". los conozco ni sé el nombre, mire mi
nificación, pero había que sacar al almirante nos están jodiendo, nos
presidente del Palacio. están echando la culpa a nosotros.
Este carajo está jodiendo el país a
La amenaza de otro atentado Venezuela, o sea hay un malestar,
Carratú Molina revela que para el 24 de junio de que no es por sueldo ni por corrupción, porque los que
1992 se conoció que tenían un plan para atentar contra están robando son pocos, pero son los más importantes.
la vida del presidente Carlos Andrés Pérez en el -Yo lo que creo es que como ellos planificaron en el
Campo de Carabobo. pasado algo parecido, ellos temen que ahora pueda
-Se hizo un operativo, lo dirigí yo personalmente, haber algo. Entonces para mí lo que hay es un temor
sin el conocimiento del presidente, donde yo movilicé manifiesto del malestar que como las fuerzas armadas
el regimiento de la guardia nacional con. El presidente se sienten ofendidas y como ellos trataron de hacerlo
dijo que él iba para la parada y que él consideraba un en el pasado, ellos piensan que otros puedan tratarlo de
irrespeto para el ejército y para el país no ir al hacerlo en el presente. Pero yo realmente, dentro de mi
tradicional desfile que diera el ejército, entonces ese ingenuidad, digo ingenuidad entre comillas, porque
desfile iba y como el presidente dijo que él asistiría, se como estoy retirado y no tengo contacto con militares,
extremaron la medidas de seguridad para evitar esa no creo que eso esté planteado, aparte de que el
información que me fue entregada a mí personalmen- sistema de seguridad que tiene el presidente es muy
te. Le iban a hacer un atentado con militares que iban superior al sistema de seguridad y restricción que tenía
a estar en la formación, similar al que le hicieron a el presidente Pérez en su época.
Sadat en Egipto. -¿Cuántas veces superior?
-Se planificó todo de manera que los militares que -Yo te voy a decir lo siguiente, el sistema de
estaban en la formación y que desfilarían fueran sin seguridad que tenía el presidente Pérez le daba un 60%
armas. Se les quitó las pistolas, se marcó todo por lista de seguridad. Yo creo que este tiene un 70 o 75%.
y nombres con un distintivo en el pecho a todos los que Ningún sistema de seguridad es totalmente seguro,
estaban involucrados en el desfile, quien no llevaba el ninguno, sea por cubanos, sea por lo que sea, porque
distintivo era sacado del desfile, fila por fila antes de la gente que va a tomar una medida de esta naturaleza
que llegaran al frente de la Casa Militar. Ese apoyo estudia su objetivo y pasa un año, dos años analizándo-
me lo dio a mí la Guardia Nacional, el Comando lo, y en el primer momento en que falla la seguridad,
Regional Nº 3 que está en Valencia. Ese apoyo para ¡pum! viene el carajazo… Z
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