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PREVENCIÓN Y ERRADICACIÓN
DE LAS PEORES FORMAS DE TRABAJO
INFANTIL
Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2006
Primera edición 2006
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Impreso en Bogotá
ADVERTENCIA
El uso de un lenguaje que no discrimine ni marque diferencias entre hombres y mujeres es una de
las preocupaciones de nuestra Organización. Sin embargo, no hay acuerdo entre los lingüistas
sobre la manera de hacerlo en nuestro idioma.
En tal sentido y con el fin de evitar la sobrecarga gráfica que supondría utilizar en español o/a para
marcar la existencia de ambos sexos, hemos optado por emplear el masculino genérico clásico, en
el entendido de que todas las menciones en tal género representan siempre a hombres y mujeres.
* De acuerdo con las recomendaciones realizadas por el Comité Interinstitucional del Trabajo Infantil
y Protección del Joven Trabajador, para efectos de este material comunicativo, se ha decidido hacer
distinción entre niños y niñas con el próposito de hacer más visibles las referencias al género femenino.
PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN
Corrección de Estilo
Gladys Álvarez
_________________
Esta publicación ha sido realizada con el apoyo financiero del Departamento de Trabajo de los Estados
Unidos y del Gobierno de Canadá, provisto a través de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacio-
nal (ACDI). Esta publicación no necesariamente refleja el punto de vista o las políticas del Departamen-
to de Trabajo de los Estados Unidos, ni la mención de marcas registradas, productos comerciales u
organizaciones, implica el respaldo del Gobierno de los Estados Unidos.
E LEMENTOS PARA LA IDENTIFICACIÓN,
PREVENCIÓN Y ERRADICACIÓN
DE LAS PEORES FORMAS DE TRABAJO
INFANTIL
CONTENIDO Pág.
PRESENTACIÓN ...................................................................... 9
INTRODUCCIÓN ........................................................................ 1 3
2
4.1. Constitución Política de 1991 ..................................... 49
4.2. Código Sustantivo del Trabajo ....................................... 51
4.3. Ley 188 de 1959 .............................................................. 51
4.4. Código Penal .................................................................. 51
4.5. Código del Menor (Decreto 2737 de 1989) .................. 53
4.6. Proyecto de Ley Estatutaria por la cual se expide la
Ley para la Infancia y la Adolescencia .......................... 54
4.7. Directivas y conceptos de la PGN sobre el trabajo
infantil y sus peores formas .......................................... 58
a) Aspectos relevantes de las Directivas 007, 008, 009 y
013 de 2004 .......................................................... 59
b) Directiva 013 de 2004 y concepto ante la Corte Constitu-
cional respecto de la demanda a la Ley 728 de 1997 ............ 59
c) Concepto de la PGN sobre trabajo infantil ................... 62
3
IV. POLÍTICA PÚBLICA DE
ERRADICACION DEL TRABAJO INFANTIL
4
V. EL TRABAJO INFANTIL Y SUS PEORES
FORMAS EN UNA PERSPECTIVA
DISCIPLINARIA COMO MECANISMO DE
PREVENCIÓN Y SANCIÓN
4. SANCIONES ............................................................................ 9 8
5
d) Multa, para las faltas leves dolosas .............................. 99
e) Amonestación escrita, para las faltas leves culposas ...... 99
4.2. Criterios para graduar las sanciones .......................... 99
6
7. P RINCIPALES ACTUACIONES E INSTRUMENTOS DE LA
P ROCURADURÍA G ENERAL DE LA N ACIÓN , EN EL CON -
TROL PREVENTIVO Y DISCIPLINARIO A LA GESTIÓN DE GO -
BERNADORES Y ALCALDES DE CARA A LAS PFTI .................. 117
7
8
P RESENTACIÓN
9
formación enfatizó el cumplimiento de las obligaciones que la Constitución
Política y las leyes imponen a los entes territoriales a fin de garantizar el
ejercicio de los derechos fundamentales de la infancia y la adolescencia.
10
una parte, llevó a los municipios y departamentos a examinar y ordenar su
gestión buscando la erradicación de las PFTI y, por la otra, ha permitido
establecer con precisión cuál es la realidad de la gestión en este tema a nivel
regional.
11
12
I NTRODUCCIÓN
13
estamentos de la sociedad1 , de los cuales la mayor iniciativa debe correspon-
der al Estado2 , como quiera que los pueblos a través de sus Constituciones,
leyes y sistemas políticos han dado a sus Estados el poder para que persiga
los fines colectivos de mayor envergadura, mediante la utilización de múlti-
ples instrumentos cuya naturaleza y alcance varía según el régimen de go-
bierno que se tenga en cada país.
1
Así lo reconoce el proyecto de reforma al Código del Menor que cursa en el Congreso de Colombia desde octubre de 2005, cuyo
artículo 10º, en consonancia con el artículo 44 de la Constitución Política, plantea que “Para los efectos de esta ley, se entiende por
corresponsabilidad, la concurrencia de actores y acciones conducentes a garantizar el ejercicio de los derechos de los niños, niñas
y adolescentes. La familia, la sociedad y el Estado son corresponsables en su atención, cuidado y protección”.
2
Para todos los efectos, en este documento se va entender que “[El] Estado (...) representa la formalización de una autoridad
permanente y pública que domina, por el interés general, un espacio territorial cerrado y las personas que en él viven.” MOLINA,
IGNACIO, y otros. Conceptos fundamentales de Ciencia Política. Herramientas/Ciencias Sociales. Alianza Editorial. 1998, Madrid.
3
Según el art. 17 de la Resolución 17 de 2000 de la PGN, la Delegada para la Defensa del Menor y la Familia ejerce las funciones
de los numerales 1, 3, 5, 6 y 7 del art. 24 del Decreto 262 de 2000, “...en los asuntos en los cuales se vean involucrados intereses
de los menores, adolescentes, incapaces y la institución familiar”. Esas funciones son: “1. Velar por el cumplimiento de las dispo-
siciones constitucionales y legales, así como de las decisiones judiciales y administrativas. (...) 3. Ejercer (...) control preventivo de
la gestión administrativa y de la contratación estatal (...). (...) 5. Intervenir ante las autoridades públicas, (...) para defender el orden
jurídico, el patrimonio público, las garantías y los derechos fundamentales, sociales, económicos, culturales, colectivos o del ambien-
te, así como los derechos de las minorías étnicas. (...) 6. Realizar visitas a las entidades estatales o particulares que cumplen función
pública, (...) para proteger los recursos públicos y garantizar el cumplimiento de los principios que rigen la función pública. 7. Ejercer
(...) vigilancia superior de las actuaciones judiciales (...)”.
14
Para el caso de la lucha contra las PFTI, este ejercicio se hace particularmen-
te complejo, pues exige considerar las dimensiones de tales situaciones, sus
componentes, y el grado de dificultades administrativas, económicas, logísticas
y de otras índoles que tienen que superar las entidades y autoridades públi-
cas para resolver los problemas que arrastran a la infancia hacia las condicio-
nes de explotación económica y la retienen allí.
15
16
I. E L TRABAJO INFANTIL Y SUS PEORES
FORMAS EN UNA PERSPECTIVA INTEGRAL
Hablar de las PFTI exige ubicarlas en el contexto del cual surgen, entendien-
do éste como un hecho complejo y amplio, al cual podemos aproximarnos
desde el problema general que las hace posibles.
Las causas del trabajo infantil son tantas, tan variadas y tan de distinto alcan-
ce, que realmente están presentes en prácticamente todos los niveles de la
vida social, al punto de que puede afirmarse que se confunden con ella mis-
ma. Por esa complejidad, varios investigadores y trabajadores del tema han
propuesto algunas clasificaciones que ordenan y dan claridad a dicho univer-
so.
1
OIT-IPEC y Comité Interinstitucional (2003). III Plan Nacional para la Erradicación de Trabajo
Infantil y la Protección del Trabajo Juvenil, 2003-2006. Primera edición. Bogotá.
17
agrupar algunas tipologías de las explicaciones identificadas para este proble-
ma, en el Manual del POETI. Así, se reconocen hoy en día problemáticas de
tipo económico, social, cultural, normativo, de política pública y gestión
estatal, y de conocimiento del tema.
a) Económicas
b) Sociales
c) Culturales
d) Normativas
18
Las autoridades no controlan ni sancionan la inmensa mayoría de las infraccio-
nes cometidas.
Para examinar los efectos del trabajo infantil, resulta útil el sintético plantea-
miento que al respecto trae el III Plan Nacional de Erradicación del Trabajo
Infantil, según el cual:
”Las niñas y los niños son mucho más vulnerables que los adultos porque sus
cuerpos todavía están creciendo y no están formados completamente. Quie-
nes laboran en las peores formas (...) usualmente tienen una salud física defi-
ciente porque el trabajo que ejercen los expone a múltiples riesgos [de] (...)
enfermedades y (...) accidentes. Los efectos pueden ser inmediatos, como
(...) una quemadura o un corte, [o aparecer después de un tiempo, como una
desviación de columna por cargar peso excesivo, y en ambos casos] pueden
19
tener consecuencias [transitorias o permanentes], como sufrir alguna enfer-
medad respiratoria, mutilaciones o deformaciones.
20
fantil impide, por todo lo anotado atrás, el mejoramiento y desarrollo del
capital humano del país, y concomitantemente contribuye a la agudización o
mantenimiento de la inequidad en la distribución del ingreso y de la riqueza
social. (...) como lo expresa el DANE:
2.1. Definición
5
Ibid.
6
Dicho convenio se depositó por el gobierno colombiano ante la OIT en los primeros días de 2005, con
lo cual se agotó el trámite para su ingreso al bloque de constitucionalidad. En virtud de esta figura, el
convenio tiene rango de norma constitucional aunque no esté redactado dentro de la propia Constitu-
ción Política colombiana.
21
can, en algunos casos irreversiblemente, las características más notables de la
infancia y ponen término, de forma dramática, a esta etapa de la vida.
“a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como
la venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas y la condición de
siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u
obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados;
”d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a
cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños”.
A estas formas o categorías, se suman el trabajo realizado por un niño o
niña cuya edad es inferior a la edad mínima determinada en la legislación
nacional para ese tipo de trabajo (arts. 237 y 238, Código del Menor), y el
trabajo que sea perjudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño
o niñas: en otros términos, los denominados trabajos peligrosos (art. 245,
Código del Menor).
22
2.3. Estadística del trabajo infantil y sus peores formas en
Colombia
Desde el año 2001, el DANE viene mostrando que un gran número de traba-
jadores entre los 5 y 17 años no reciben ingresos u obtienen unos de bajo
valor porque trabajan con los padres o parientes, en empresas de tipo fami-
liar, o son trabajadores independientes de los sectores de servicios o comer-
cio de muy baja productividad; esto último riñe con la lógica dominante en
los primeros ocho de los diez Convenios Internacionales sobre edad mínima
de admisión al trabajo, en los cuales se planteó sistemáticamente que una de
las condiciones en que era aceptable la vinculación de niños y niñas de bajas
edades al trabajo, era que lo desempeñaran en empresas fundamentalmente
familiares.
23
En cuanto a las PFTI en Colombia, la situación es aún menos alentadora; los
últimos datos, provenientes de fuentes distintas de las encuestas DANE,
muestran algunos estimados, así:
Entre las dificultades que surgen a la hora de contar los casos de trabajo
infantil, está la diversidad de criterios para calificar una u otra actividad como
tal, lo cual no permite dar una sola cifra al respecto. Sin embargo, los resulta-
dos de la encuesta de 2001 resultan supremamente preocupantes, como quiera
que según ..el Módulo de Trabajo Infantil de la Encuesta Continua de Hoga-
res, la población total de niñas, niños y jóvenes entre cinco (5) y diecisiete
(17) años, ascendía a 11’681.705 de ellos, 1’220.340 ejercían una ocupación,
remunerada o no, en la producción de bienes y servicios del mercado, de los
cuales 775.734 son hombres y 444.606 mujeres; además, otros 242.545 es-
taban buscando trabajo, lo que da un total de 1.462.885 personas entre 5 y
17 años vinculadas al mercado laboral.
7
OIT-IPEC Y COMITÉ INTERINSTITUCIONAL (2003): Op. cit.
8
Human Right Watch.
9
Defensoría del Pueblo.
10
UNICEF y Save the Children.
11
MINERCOL.
12
UNICEF y Save the Children
24
En el segmento de entre cinco y nueve años (3.1% del total nacional
de niños y niñas), uno de cada veinte se encuentra vinculado;
25
El alto número de trabajadores entre 5 y 17 años de edad que no
reciben ingreso o que lo tienen con un bajo valor, es consistente con
el hecho que en su mayoría trabajan para los padres o parientes, en
empresas de tipo familiar, o son trabajadores independientes de los
sectores de servicios o comercio, de muy baja productividad;
26
II. M ARCO NORMATIVO PARA LA
INTERVENCIÓN DEL PROBLEMA DE LAS
PFTI EN COLOMBIA
13
El aparte sobre bloque de constitucionalidad y los convenios de la OIT, fue elaborado por la Dra.
SONIA PATRICIA TÉLLEZ BELTRÁN, Procuradora Auxiliar para Asuntos Constitucionales de la PGN, hoy
Procuradora Delegada Disciplinaria en Derechos Humanos.
27
La Constitución es el referente normativo límite, tal como expresamente lo
señala su artículo 4º al determinar que ella es norma de normas, y que en
todo caso de incompatibilidad entre ella y la ley u otra norma jurídica, se
aplicarán las disposiciones constitucionales. Por su parte, los tratados inter-
nacionales son normas jurídicas a las cuales la Constitución les niega toda
preeminencia y supremacía sobre ella misma. Éstos, como normas jurídicas
que son, deben sujetarse a lo regulado en ella para regir en Colombia, y en
caso de incompatibilidad entre una disposición de derecho internacional y
una constitucional, debe aplicarse esta última, tal como lo manda el artículo
4º mencionado.
Es por ello que todo instrumento internacional debe agotar unos trámites
internos para que el Presidente de la República, como jefe de Estado, pueda
dar el consentimiento que obliga al Estado colombiano en el contexto inter-
nacional; ellos son:
28
trumento internacional. La firma que el presidente hace de esta ley, no
obliga a Colombia ante los demás países que lo hayan suscrito.
29
Americana consagra que los derechos de los niños no pueden ser limitados,
ni siquiera en estados de excepción. Y, tercero, porque, a su vez, estos ins-
trumentos desarrollan e interpretan derechos que expresamente contempla
la Constitución.
Obsérvese que el artículo 44 establece que los niños serán protegidos contra
toda forma de abandono, abuso, explotación laboral o económica o trabajos
riesgosos. Esta obligación está en cabeza del Estado, la sociedad y la fami-
lia14 , para quienes los instrumentos internacionales que señalan las medidas
estatales que deben ser adoptadas, una vez ratificados por el Estado colom-
biano, se convierten en mandatos a cumplir.
Además de esto, hay que mencionar que los convenios referidos a derechos
humanos tienen una especial consideración para efectos de integrarse al blo-
que de constitucionalidad colombiano, según lo disponen los artículos 44,
93, 100 y 214 de la Carta. Los mencionados preceptos, que se refieren a los
derechos fundamentales de los niños, a los tratados sobre derechos huma-
nos, tratados sobre límites y reglas del derechos internacional humanitario,
permiten concluir que si la materia regulada en éstos hacen parte de una de
estas categorías, la Constitución les reconoce un nivel jerárquico igual al que
tiene una norma constitucional. En otros términos, los artículos señalados
incorporan al texto constitucional las normas de los tratados a los que ellas
14
Recuérdese que este mismo precepto se retoma en el proyecto de ley estatutaria mencionado antes.
30
aluden, con las consecuencias que de ello se derivan.
15
Constitución Política, art. 25: “El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas
sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en
condiciones dignas y justas”.
31
la mujer en embarazo o del niño o niña, o del joven trabajador. Más allá de
garantizar el derecho al trabajo, esta protección busca reconocer y privilegiar
a este grupo de personas que han venido siendo víctimas de desatención y
hoy son tenidas como sujetos de derecho.
32
normas particulares sobre las generales nos pone de frente, en primera ins-
tancia, a los Convenios 182 y 138 de la OIT, incluidas las correspondientes
sentencias de la Corte Constitucional; y, en segundo término, nos deja de
cara a la Convención sobre los Derechos del Niño, marco general de la mate-
ria.
”d) El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva
a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los
niños”.
33
ticas y sociales de las más de 180 naciones allí representadas por voceros y
sus respectivas delegaciones, hacen que cada palabra de los acuerdos se dis-
cuta a fondo y cada equipo calcule con rigor las consecuencias que traería
para su país introducirla. Por esto vale la pena destacar el avance que repre-
sentan las redacciones prudentemente escuetas y precisas, como la de este
Convenio. En pocas palabras, estas normas alcanzaron un rango muy satis-
factorio de acierto al definir qué ocupaciones se sitúan natural y/o circuns-
tancialmente por fuera de lo que es justo y lo conveniente para la vida del ser
humano en sus primeras etapas, es decir para la niñez.
Pero, además, hay que resaltar que el Convenio 182 aborda el tema de dos
modos complementarios: tipifica unos casos concretos –literales a), b) y
c)– y enuncia de modo general las características de las PFTI –literal d)–
, para que cada Estado, a su criterio, dé el mejor desarrollo a los conceptos
acordados, según su propio contexto. El literal d) es clave por esto último:
porque, aunque el propio Convenio no lo diga, fija los elementos que confi-
guran una peor forma de trabajo infantil: un trabajo que por sí mismo, o por
las condiciones en que hay que llevarlo a cabo, pone en riesgo la salud, la
seguridad o la moralidad de las personas menores de 18 años. Así, en aplica-
ción de este criterio, los Estados hallan un terreno amplio para proteger a su
infancia y su juventud en estos tres ámbitos constitutivos de su ser17 .
Los programas que adopten los Estados para cumplir las obligaciones deriva-
das de este Convenio, en relación con las PFTI, deben tener, entre otros, los
siguientes objetivos:
17
La interpretación del literal d) del art. 3º, según la cual allí se establecen conceptualmente los
elementos del concepto peor forma de trabajo infantil, es propia del editor y no compromete ni refleja
necesariamente la posición de la OIT al respecto.
18
Recomendación 190 de la OIT al Convenio 182. Publicado en Trabajo, Revista de la Organización
Internacional del Trabajo, No. 30, Ginebra, Suiza, julio 1999.
34
identificar y denunciar las PFTI;
impedir la ocupación de niñas, niños y jóvenes en las PFTI o librarlos de
ellas, protegerlos contra las represalias y garantizar su rehabilitación e
inserción social con medidas que permitan atender a sus necesidades edu-
cativas, físicas y psicológicas;
prestar especial atención a los niños más pequeños; a las niñas; al proble-
ma del trabajo oculto, en el que las niñas están particularmente expuestas
a riesgos, y a otros grupos de niños que sean particularmente vulnerables
o tengan necesidades específicas;
identificar las comunidades donde haya niños particularmente expuestos
a riesgos, y entrar en contacto directo y trabajar con ellas, e informar,
sensibilizar y movilizar a la opinión pública y a los grupos interesados,
incluidos los niños y sus familiares.
19
Ibíd.
35
Frente a este tipo de trabajo, “la legislación nacional o la autoridad compe-
tente, previa consulta con las organizaciones de empleadores y de trabajado-
res interesadas, podrán autorizar el empleo o el trabajo a partir de la edad de
16 años, siempre que queden plenamente garantizadas la salud, la seguridad y
la moralidad de esos niños, y que éstos hayan recibido instrucción o forma-
ción profesional adecuada y específica en la rama de actividad correspon-
diente” 20.
20
Ibíd.
36
todas la formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud,
como la venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas y la
condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio incluido el re
clutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflic
tos armados.
la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución,
la producción de pornografía o actuaciones pornográficas, y
la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización
de actividades ilícitas, en particular para la producción y el tráfico de
estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales
pertinentes, o para la realización de actividades que supongan el porte
o el uso ilegales de armas de fuego u otras armas.
Vale la pena resaltar que la OIT acepta y recomienda que allí en donde las
PFTI no hayan sido declaradas como delitos, las autoridades competentes lo
hagan. Con esto queda claro que la condición de PFTI que tenga una ocupa-
ción, no riñe con el hecho de que en sí misma sea un acto ilícito. Simplemen-
te se reconoce que además de ser un delito, hacen parte, de una manera
perversa, de la dimensión económica de la vida de quienes se ven involucrados
en ellas. Y, además, lo hacen de la misma forma en que el trabajo en general
configura dicha dimensión: es una actividad que se hace a favor y bajo la
subordinación de un tercero, quien la remunera.
37
que infrinjan las disposiciones nacionales sobre la prohibición y la eli
minación inmediata de las PFTI, aun cuando dichas infracciones se
hayan cometido fuera de su territorio;
simplificar los procedimientos judiciales y administrativos, y velar por
que sean adecuados y rápidos;
alentar el desarrollo de políticas empresariales encaminadas a promo
ver los fines del Convenio;
registrar y difundir las prácticas idóneas en materia de eliminación del
trabajo infantil;
difundir, en los idiomas o dialectos que corresponda, las disposiciones
jurídicas o de otra índole sobre el trabajo infantil;
prever procedimientos de queja especiales, tomar medidas para prote
ger contra la discriminación y las represalias a quienes denuncien legí
timamente toda violación de las disposiciones del Convenio, crear ser
vicios telefónicos de asistencia y establecer centros de contacto o de
signar mediadores;
adoptar medidas apropiadas para mejorar la infraestructura educativa y
la capacitación de maestros que atiendan las necesidades de los niños y
de las niñas, y
en la medida de lo posible, tener en cuenta en los programas de acción
nacionales la necesidad de: promover el empleo y la capacitación pro
fesional para los padres y adultos de las familias de los niños que traba
jan en las condiciones referidas en el Convenio, y sensibilizar a los
padres sobre el problema de los niños que trabajan en esas condicio
nes.
“Las razones básicas de esta protección a los niños y a los adolescentes son,
por una parte, su naturaleza frágil o vulnerable, por causa del desarrollo de
sus facultades y atributos personales, en grado inverso a su evolución, en la
necesaria relación con el entorno tanto natural como social, y, por otra parte,
el imperativo de asegurar un futuro promisorio para la comunidad, mediante
38
la garantía de la integridad, salud, educación y bienestar de los mismos”.
Al hacer una revisión global de todos los convenios de la OIT que tratan la
edad mínima de ingreso a distintos tipos de labores, se ve que a lo largo de
sesenta años, once convenios se han celebrado para regularla. Los primeros
cuatro se concentran entre 1919 y 1921, y tratan de dicha edad mínima para
el trabajo industrial, marítimo y agrícola; los siguientes tres se celebran entre
1932 y 1937, y versan sobre la edad mínima para el trabajo no industrial,
marítimo e industrial; y los siguientes dos se separan más entre sí: en 1959 se
celebra uno sobre el tema para la pesca, y en 1965 otro para el trabajo subte-
21
Tomado de la Sentencia C-535 de 2002 de la Corte Constitucional, de revisión de constitucionalidad
de la Ley 704 de 2001, «por medio de la cual se aprueba el «Convenio 182 sobre la Prohibición de las
Peores Formas de Trabajo Infantil y la Acción Inmediata para su Eliminación»”.
39
rráneo; en 1973, se llega al Convenio 138, vigente hoy en día, que recoge y
actualiza lo dispuesto en los anteriores bajo criterios homogéneos.
40
taciones y otras explotaciones agrícolas” con algunas características
específicas (num. 3 del art. 5º).
La edad mínima de acceso al empleo no debe ser inferior a 15 años
(num. 3 del art. 2º). No obstante, admite que el desarrollo económi
co y educativo insuficiente de los países permite fijarla en 14, con la
participación de organizaciones de empleadores y trabajadores (num.
4 del art. 2º). Pero más adelante contempla que la legislación nacional
permita el empleo de niños y niñas de 13 a 15 años en trabajos lige
ros, que garanticen su salud, desarrollo y escolaridad (num. 1 del art.
7º), y que el país podrá autorizar el trabajo de niños y niñas entre 12
y 14 años para estos empleos, invocando que su economía y medios
de educación están insuficientemente desarrollados.
En relación con los trabajos peligrosos por su naturaleza o las condi
ciones en que se llevan a cabo, fija la edad mínima de vinculación en
18 años (num. 1 del art. 3º). Pero de nuevo da la opción para que la
autoridad nacional admita una edad inferior: 16 años, previa consulta
con organizaciones de empleadores y trabajadores, siempre que que
den garantizadas salud, seguridad y moralidad, y los jóvenes hayan
recibido instrucción adecuada (num. 3 del art. 3º).
Además de lo exceptuado, el convenio prevé que no se aplique a cier
tas categorías de empleos que presenten especiales e importantes pro
blemas para cumplirlo, siempre que no sean de los peligrosos (num.
1 del art. 4º).
En el num. 1º del art. 5º prevé otra vía de excepción, así: que el país,
previa consulta con las organizaciones de empleadores y trabajado
res, delimite el campo de aplicación del convenio por considerar in
suficiente el desarrollo de su economía y servicios administrativos.
Las demás excepciones consagradas son el desarrollo de las activida
des en escuelas cuando hagan parte de un curso (art. 6º), o cuando
su finalidad sea algo como participar en presentaciones artísticas
(num. 1 del art. 8º).
En términos generales, plantea que los Estados que formulen reser
vas deben precisar en un documento anexo al de ratificación, “...las
ramas de actividad económica o los tipos de empresa a los cuales apli
cará...” el convenio (num. 2, art. 5º).
41
jóvenes según este convenio:
42
el sistema educativo esté plenamente desarrollado y cabría aplicar la cláusula
de excepción prevista en el artículo 2-4 del Convenio No. 138 de la OIT.
”Los menores de edad no pueden ser vinculados por sus padres, ni por sus
representantes o por terceros, hacia la práctica de conductas prohibidas o
consideradas ilícitas por el ordenamiento jurídico, tales como la mendicidad,
prostitución, pornografía infantil, reclutamiento de niños para utilizarlos en
conflictos armados, etc. Ello supone la comisión de conductas punibles sus-
ceptibles de enjuiciamiento por las autoridades competentes”.
“Para los niños entre doce (12) y catorce (14) años, dichos requisitos son:
43
compromisos educativos. Aquí cobran importancia aquellas horas, días o
meses, en los cuales, por disposición legal, es viable la inasistencia escolar,
tales como los fines de semana, los períodos vacacionales, o las horas que
exceden a la jornada escolar diurna obligatoria. En dichos espacios de tiem-
po, sin lugar a dudas, es viable asumir un compromiso laboral, siempre que
no se vulneren los derechos al descanso y a la recreación del menor.
”Al respecto, el artículo 7-3 del citado Convenio, dispone que «La autoridad
competente determinará las actividades en que podrá autorizarse el empleo o
el trabajo de conformidad con los párrafos 1° y 2° del presente artículo y
prescribirá el número de horas y las condiciones en que podrá llevarse a cabo
dicho empleo o trabajo».
44
c) Análisis de constitucionalidad de la Corte
“...las disposiciones generales que prevén que cada Estado que decida ratifi-
car el convenio debe especificar, en una declaración anexa a su ratificación, la
edad mínima de admisión al empleo, la cual no puede ser inferior a la edad en
que cesa la obligación escolar, o en todo caso los quince años de edad, y
aquellas otras que prevén excepciones a esta norma general, resultan razona-
bles y concordes con las disposiciones constitucionales protectoras de la
infancia, en especial con el artículo 44 superior, toda vez que no sólo buscan
garantizar los derechos a la salud, la educación, la recreación y el pleno desa-
rrollo de los menores, sino que además toman en cuenta las circunstancias
presentes en algunos Estados, relativas a su insuficiencia económica o de
medios de educación, que pueden justificar las referidas excepciones”.
45
tucional y legal hasta ahora existente, viene a sumarse este nuevo instrumen-
to internacional, que contribuye a la consolidación de un mecanismo jurídico
de protección de los niños colombianos, que da garantía a su proceso educa-
tivo y de desarrollo integral.
Para examinar esta norma, seguiremos la presentación que de ella hacen las
Dras. LIGIA GALVIS y MARÍA ISABEL HERNÁNDEZ en el Estudio de aspectos lega-
les del trabajo infantil doméstico en hogares de terceros en Colombia, de la
OIT.
46
”De ese catálogo destacamos los dos primeros principios que establecen la
titularidad de derechos para todos los niños y niñas sin distinción alguna, la
especial protección que se le[s] debe brindar (…) para que puedan «desarro-
llarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y nor-
mal así como en condiciones de libertad y dignidad»22 y que el propósito de
toda acción pública o privada relacionada con la protección a la infancia ten-
drá en cuenta [su] interés superior (…).
22
Declaración de los Derechos del Niño.
47
Éstos son el derecho al nombre, a la seguridad social, a la educación, a ser
protegido contra el abandono, la crueldad y explotación de cualquiera índole
y ante todo no se deberá permitir que el niño(a) trabaje antes de una edad
mínima adecuada (el subrayado es de las autoras). Se les debe proteger contra la discrimi-
nación racial, religiosa, étnica o de otra índole.
”Otros principios especiales tienen que ver con condiciones adecuadas para su desarrollo,
como el amor y la comprensión que deben tener bajo la responsabilidad de sus padres.
Los niños no se podrán separar de sus padres si no es en circunstancias excepcionales. De
ellos se desprende también la responsabilidad que tienen los padres, en primer lugar, las
autoridades, la sociedad y el Estado en el cumplimiento de las obligaciones que garanticen
el desarrollo armónico de los niños y niñas en el país.”
“Con estos referentes se dictó la Convención aprobada en 1989, la cual le dio carácter
vinculante a los principios establecidos en la Declaración. Además de los principios fun-
damentales comentados, este instrumento contempla un núcleo normativo que asegura
el desarrollo armónico del niño y de la niña, que comprende el derecho a la educación, a la
recreación y a la participación en la vida artística y cultural y a la seguridad social, apropia-
das para su edad. Este cometido se logra a través de medidas que lo protejan contra la
explotación económica, «…el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o
que pueda entorpecer su educación, o sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico,
mental, espiritual, moral o social». Es obligación de los Estados establecer la edad mínima,
los horarios y condiciones apropiados para que los jóvenes menores de 18 años puedan
trabajar y establecer e imponer sanciones y penas para hacerla efectiva.
”Otro grupo de protección se dirige a tomar las medidas adecuadas para que la población
infantil y juvenil no sea sometida a actividades relacionadas con el tráfico de estupefa-
cientes y la explotación sexual. También prohíbe la tortura y los tratos crueles, inhuma-
nos y degradantes.
”Todas estas disposiciones forman parte del contexto general que orienta a los Estados
partes para diseñar una política integral que asegure el desarrollo armónico de los niños y
las niñas de acuerdo con los principios establecidos en los instrumentos generales y espe-
ciales de derechos humanos”23 .
“1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido con-
tra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que
pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su
23
OIT-IPEC. Estudio de aspectos legales del trabajo infantil doméstico en hogares de terceros en Colombia.
Bogotá. 2003.
48
salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.
“Los Estados Partes protegerán a los niños contra todas las formas de explo-
tación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar”.
49
En virtud de este planteamiento, los derechos que se exponen a continuación
son los de mayor valor en nuestro sistema jurídico, entendiendo que a ellos
se unen los que están en el bloque de constitucionalidad.
”Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los de-
más.
50
4.2. Código Sustantivo del Trabajo
Las normas del Código Sustantivo del Trabajo y sus reformas desarrollan los
conceptos vistos, sin reñir visiblemente con lo planteado hasta acá. En gene-
ral, consagran expresamente las condiciones en que debe desarrollarse el tra-
bajo infantil, y regulan los temas salariales y de protección social. Entre las
previsiones especiales de esta regulación, se destacan temas como las condi-
ciones seguras en que debe darse el trabajo para proteger el desarrollo psico-
lógico, físico, moral, social, etc. de niñas, niños y jóvenes; la autorización que
debe dar una Inspección del Trabajo –u otra autoridad a falta de ésta–, y la
verificación que debe desarrollar sobre el cumplimiento de las condiciones
en que consintió que el niño o la niña trabajaran; la definición de trabajos
prohibidos, y las opciones de vincularse a formas de trabajo asociado.
Sin contar con una suerte de línea definida e integral de regulación del tema,
el Código Sustantivo del Trabajo contempla una serie de especificidades para
dar un tratamiento preferencial a los menores de edad.
Art. 2º. Capacidad de las personas mayores de 14 años para celebrar con
trato de aprendizaje.
Art. 31. Trabajo sin autorización.
Art. 161. Duración máxima de la jornada ordinaria, y excepciones.
Art. 171. Edad mínima para el empleo.
Art. 242. Trabajos prohibidos.
Art. 383. Edad mínima para ser miembros de sindicatos.
51
penalmente responsable queda obligada a reparar a la sociedad y pagar con
penas como la prisión, la suspensión de derechos civiles como el de elegir y
ser elegido, y la imposición de multas convertibles en arresto.
Ante este panorama se destaca la Ley 679 de 2001, cuyo objeto, contenido
en su primer artículo, es “…dictar medidas de protección contra la explota-
ción, la pornografía, el turismo sexual y demás formas de abuso sexual con
menores de edad, (…) y la expedición de otras disposiciones en desarrollo
del artículo 44 de la Constitución”.
Participación en el conflicto
Art. 162. Reclutamiento ilícito.
52
Participación en actos ilícitos
Arts. 343 y 344. Terrorismo y circunstancias de agravación punitiva.
Art. 384. Agravación punitiva, por vinculación a menores, de los siguientes
delitos:
Art. 375. Conservación o financiación de plantaciones.
Art. 376. Tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.
Art. 377. Destinación ilícita de muebles o inmuebles.
Art. 378. Estímulo al uso ilícito.
Art. 379. Suministro o formulación ilegal (de droga).
Art. 380. Suministro o formulación ilegal (de droga) a deportistas.
Art. 381. Suministro (de droga) a menor.
Art. 382. Tráfico de sustancias para procesamiento de narcóticos.
Art. 383. Porte de sustancias.
53
fábricas de ladrillos, tubos y similares, moldeado de ladrillos a mano, trabajo
en las prensas y hornos de ladrillos, y actividades agrícolas o agroindustriales
que impliquen alto riesgo para la salud.
En seguida se hace una caracterización genérica del proyecto, y del lugar que
debe ocupar en él el trabajo infantil, especialmente sus peores formas, en los
siguientes términos:
54
“Este proyecto es comprensivo, ambicioso y moderno, y busca garantizar
los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes desde una perspectiva
holística y aplicando los principios de la protección integral, el interés supe-
rior y la prevalencia de sus derechos, dentro de una perspectiva de género.
Tiene una definida vocación pedagógica y pretende que la norma se convierta
o coadyuve como un instrumento de cambio social, a largo plazo.
55
el principio de igualdad de los adolescentes frente a los derechos de los adul-
tos que realicen las mismas actividades. En esto se recoge el principio funda-
mental de la OIT de la no discriminación”.
“El artículo 32, «Obligaciones del Estado», recoge las más importantes (…),
en concordancia con el listado de las obligaciones de la familia. Así, en el
numeral 29, que consagra como obligación «asegurar que no sean expuestos
a ninguna forma de explotación económica o a la mendicidad», se debe in-
cluir «ni a ninguna de las peores formas de trabajo infantil». Por su parte, el
numeral 32 del mismo artículo obliga al Estado a «Erradicar el trabajo de los
niños y niñas menores de quince años, proteger a los adolescentes autoriza-
dos para trabajar, y garantizar su acceso y la permanencia en el sistema educa-
tivo». Esta obligación está a tono con las medidas nacionales e internaciona-
les para erradicar todo tipo de trabajo infantil y con la importancia de la
educación como columna vertebral del desarrollo de la infancia y de la ado-
lescencia. Podría agregarse, al principio del numeral, el término prevenir, ya
que dentro de los programas nacionales de lucha contra el fenómeno, el tér-
mino es importante y hace relación a las acciones, precisamente educativas y
de otro tipo, para prevenir el problema y erradicarlo efectivamente.
”El numeral 4 del mismo artículo obliga a «Identificar a los estudiantes que
trabajan y las condiciones en que lo hacen, y adelantar las acciones necesarias
para que se garantice el proceso educativo». Esta obligación es coherente
56
con la de erradicar el trabajo infantil y proteger los derechos de los adoles-
centes autorizados para trabajar. Para que quede más completo, teniendo en
cuenta que las peores formas no se pueden tolerar, podría decirse: «Identifi-
car a los estudiantes que trabajan y las condiciones en que lo hacen, y adelan-
tar las acciones necesarias para su retiro de las peores formas de trabajo in-
fantil y para que se les garantice el proceso educativo».
”En el artículo 84, sobre las «Funciones del comisario de familia», para ser
concordantes con la competencia para autorizar el trabajo o empleo a los
adolescentes, se debe agregar un numeral, bien indicando otras competen-
cias que otorgue la ley —en términos generales— o especificando que tiene la
competencia, a falta del inspector de trabajo, de conceder autorización a los
adolescentes para el trabajo o empleo, de conformidad con lo establecido en
la (esta) ley.
”Las reglas que deben seguirse para otorgar la autorización recogen lo pro-
puesto en el anteproyecto presentado sobre los aspectos laborales, para
coadyuvar en el proyecto de ley. Sin embargo, en el numeral 6º de dicho
artículo, para que concuerde con la autoridad que autoriza (sic) el trabajo,
debe decirse: «La autorización de trabajo de los adolescentes indígenas será
57
conferida por la respectiva comunidad teniendo en cuenta sus usos y cos-
tumbres. En su defecto, será otorgada por el inspector de trabajo o por el
comisario de familia»”.
La PGN ha empezado a darle visibilidad al tema. Es así como con una notable
amplitud en las partes considerativas de las Directivas 007, 008 y 009 de
26
HERNÁNDEZ, MARÍA I. 2005.
58
2004, ha relacionado una cantidad importante de normas útiles para que la
administración departamental o municipal cumpla los preceptos asociados a
la erradicación del trabajo infantil. Igualmente, en la Directiva 013 del mismo
año, y en el concepto emitido con ocasión de una demanda de
inconstitucionalidad de la Ley 782 de 2002, el Ministerio Público, analiza la
condición de víctima de niños y niñas vinculados al conflicto y plantea las
clarísimas implicaciones de protección de sus derechos humanos en tal con-
dición.
La Directiva 013 de 2004 apunta a una faceta distinta del problema: la desvin-
culación de menores de edad de los grupos armados al margen de la ley, cuya
participación en el conflicto, como ya se ha reiterado, es una de las peores
59
formas de trabajo infantil. Inicialmente plantea que la desmovilización de
actores armados de menos de 18 años debe dirigirse a proteger sus derechos
fundamentales, y que es ineludible asumir que esta población es víctima del
conflicto armado, sin importar las razones de su desvinculación. Con base en
estas consideraciones, dispone que los policías y soldados que reciban un
niño o niña que se desvinculó del conflicto, deben dar aviso inmediato al
ICBF a través del defensor de familia más cercano o, en su defecto, del de-
fensor del pueblo o procurador provincial o regional, y que no pueden impe-
dir de ningún modo el contacto que éstos deben tener con aquéllos. Así
mismo, declara que los derechos humanos de esta población impiden que
sean sometidos a cualquier tipo de interrogatorio, y que su condición de
víctima es fundamento no sólo para que los jueces de menores, promiscuos
de familia y de circuito se abstengan de iniciarles investigaciones, sino para
que en su lugar se dicte cesación de procedimiento y se archive el proceso.
60
niñas] en un ambiente adecuado, convirtiéndolos en víctimas de un fla-
gelo de dimensiones insospechadas”. Y continúa diciendo que por eso el
interés por saber si su vinculación fue voluntaria o no se desvirtúa plenamen-
te, pues lo macabro de la práctica evidencia que no es posible creer que en
una persona de esas características, y en esas condiciones, esté “...presente el
concepto de voluntad...”.
”(…)
”En esa medida, en tanto infractores de la ley penal, los menores en tales
circunstancias sí pueden ser sometidos a un proceso judicial que respete los
principios de diferenciación y especificidad, que propenda por el logro de
una finalidad tutelar y resocializadora, que promueva el interés superior y
prevaleciente de cada menor de edad implicado así como la naturaleza preva-
leciente de sus derechos fundamentales, y dentro del cual posteriormente se
pueda conceder el beneficio de indulto cuando a ello haya lugar”. Y más
adelante agrega: “los menores son víctimas del conflicto armado, pero (…)
esta condición no los exime per se de toda responsabilidad penal. No obstan-
61
te, dicha responsabilidad está sujeta al respeto de parámetros constituciona-
les e internacionales que impiden su asimilación a la de los mayores de edad”.
Así las cosas, la condición de víctimas señalada por la PGN debe reconocerse
dentro de los procesos judiciales que se sigan a esta población.
62
por un lado, el derecho a la subsistencia, esto es, el derecho a la vida misma,
y, por el otro, el derecho a la educación y a otros derechos fundamentales.
Tensión, destaca, que ha de ser resuelta por el intérprete de la Carta, optan-
do por el bien jurídico de mayor valor dentro de la escala axiológica estable-
cida en la Constitución, que no es otro que la vida, sin el cual el disfrute de
los demás derechos no es posible.
”Lo que es más, advierte la Vista Fiscal, que de atenderse positivamente las
exigencias de la demanda en el sentido de excluir del ordenamiento jurídico
la norma que autoriza el trabajo infantil en los mínimos de edad allí previstos,
se produciría lo que la Corte Constitucional ha denominado el fenómeno del
efecto no deseado por el accionante, pues al pretender éste que se declare la
inexequibilidad de una norma con miras a que se restablezcan los derechos
negados a los niños por la misma, con tal declaratoria [sucedería] que la situa-
ción presuntamente anómala que se quiere remediar no sólo no se lograría,
sino que se agravaría y en manera tal que los valores jurídicos vulnerados no
serían sólo los reivindicados, sino también otros de mayor importancia para
los mismos niños.
63
ca y los trabajos riesgosos, contra los cuales se ordena allí la protección del
Estado, la familia y la sociedad. (...)
”Sin embargo, se advierte en este punto que, de conformidad con las normas
de dicho convenio, tal autorización sólo es admisible si los trabajos autoriza-
dos son trabajos ligeros, que no perjudiquen la salud o desarrollo de los ni-
ños y que no sean de tal naturaleza que puedan perjudicar su asistencia a la
escuela (numerales 1, 2 y 3 del artículo 7 del Convenio mencionado). (...)
”(...) el Jefe del Ministerio Público concuerda rotundamente con las Confe-
rencias Internacionales sobre trabajo infantil celebradas en Ámsterdam y Oslo
sobre el derecho a la educación, sólo que haciéndolo extensivo a los demás
derechos fundamentales: todo trabajo que dificulte el disfrute de los derechos
fundamentales de los niños deberá ser considerado inaceptable.
64
III. C OMPETENCIAS Y RESPONSABILIDADES
PARA INTERVENIR EL PROBLEMA DEL
TRABAJO INFANTIL EN SUS PEORES FORMAS
1. N IVEL NACIONAL
65
”Las demás entidades o instituciones públicas o privadas que están
llamadas a prestar el servicio público de bienestar familiar de acuer
do con su objeto de constitución o a mandato de ley o reglamento a
garantizar la prestación del servicio público de bienestar familiar”27 .
participación social;
corresponsabilidad, y
descentralización.
66
el Ministerio de la Protección Social
el Ministerio de Educación Nacional
el Ministerio de Comunicaciones
el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural
el Departamento Administrativo Nacional de Estadística
(DANE)
el Departamento Nacional de Planeación
el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)
COLDEPORTES
el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA)
la PGN
la Defensoría del Pueblo
la Confederación General de Trabajadores Democráticos
(CGTD)
la Central Unitaria de Trabajadores (CUT)
la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC)
la Asociación Nacional de Industriales (ANDI)
el Instituto Colombiano de Geología y Minería
(INGEOMINAS)
la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores
(ASOCOLFLORES)
la Confederación Colombiana de ONG
UNICEF
la OIT-IPEC.
67
aplicación del Plan Nacional.
Según el art. 11 del Decreto 1137 de 1999, “En todos los departamentos y
distritos, como condición para la articulación funcional de los agentes del
sistema nacional de bienestar familiar en la respectiva jurisdicción, se confor-
marán consejos o comités para la política social”. Y con base en el art. 13,
“En todos los municipios (...) se conformarán consejos o comités para la
política social. La integración y fijación de funciones de tales consejos serán
de competencia del alcalde, pero, en todo caso, deberán encargarse, entre
otras materias, del análisis y políticas de infancia y familia”.
68
sos de cofinanciación con rentas parafiscales”.
69
70
IV. P OLÍTICA PÚBLICA DE
ERRADICACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL
1. P LAN DE DESARROLLO
“H ACIA UN E STADO C OMUNITARIO ”
El Plan Nacional de Desarrollo “Hacia un Estado Comunitario”, adoptado
mediante la Ley 812 de 2002, ordenó formular “un nuevo plan nacional de
prevención y erradicación del trabajo infantil, que defina los instrumentos
específicos de intervención para prevenir y atender la problemática, sobre
todo en sus peores formas”, y planteó que “se buscará que los niños y las
niñas trabajadores disfruten de la infancia mediante actividades lúdicas y re-
creativas, y se integren al sistema educativo para fortalecer su capital huma-
no”. En estas formulaciones, las entidades involucradas en la lucha contra el
trabajo infantil encontraron una base explícita para trazar el actual Plan Na-
cional para la Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección del Trabajo
Juvenil 2003-2006.
71
“El trabajo (...) a nivel nacional se ha ejecutado a través de tres planes nacio-
nales con vigencias 1996-1999, 2000-2002 y 2003-2006. El Primer Plan tuvo
como objetivo primordial hacer visible la problemática sensibilizando a la
población, realizando un diagnóstico y estableciendo lazos de compromiso
con las organizaciones públicas y privadas. Gracias a las labores realizadas se
logró avanzar en el reconocimiento de la problemática en los sectores claves,
estableciendo corresponsabilidades entre las instituciones con competencia
en el tema. También se avanzó en la caracterización de los contenidos y su-
puestos de cada línea de acción. Este Primer Plan permitió construir una
base sólida para las acciones posteriores.
”En 2003 se ratificó el Tercer Plan Nacional con vigencia de 3 años, es decir,
hasta 2006. Su objetivo es continuar fortaleciendo la lucha contra las PFTI a
través de la consolidación de las políticas públicas y el desarrollo de activida-
des de prevención y restitución de derechos. En particular, en este plan se ha
dado un énfasis fundamental a la descentralización de la política a fin de
lograr que cada vez más las autoridades municipales y departamentales
emprendan acciones efectivas que permitan superar el problema.
28
OBREGÓN ESPINEL, LILIANA (Coordinadora Nacional OIT-IPEC) (2004): Lineamientos propuestos por la
OIT-IPEC para revisar el tema de trabajo infantil en el Tratado de Libre Comercio en Colombia.
72
2.1. Líneas de acción
Los tres planes han asumido unas líneas de acción que han concentrado sobre
ellas el trabajo, con la idea de generar avances consistentes en direcciones
claras; en el III Plan las líneas de acción son: investigativa, formativa, políti-
cas públicas, acción normativa y proyectos integrales.
a) Investigativa
Esta línea se refiere al conjunto de acciones que tienen como propósito pro-
ducir conocimiento sobre el tema del trabajo infantil y juvenil. Comprende
lo relacionado con la elaboración de caracterizaciones y diagnósticos, identi-
ficación de causas, desarrollo de sistemas de información y sistematización
de experiencias.
b) Formativa
c) Políticas públicas
d) Normativa
e) Proyectos integrales
73
dominante de dirigirse directamente a ella.
Acerca del trabajo regional, el análisis de la política resalta las siguientes debi-
lidades, cuya identificación marca una ruta para que la Procuraduría se una al
trabajo de fortalecimiento local ante estas necesidades:
29
OIT. Universidad Nacional de Colombia-Observatorio sobre infancia (2003): Análisis de la política
nacional frente al trabajo infantil en Colombia 1995-2002.
74
Estas indicaciones deben servir para apuntar los esfuerzos hacia su solución.
Las líneas de acción deben desarrollarse por medio de acciones, pero éstas
deben darse no de cualquier modo, sino de la forma más articulada y comple-
mentaria posible. Para ello se ha promovido la formulación de planes de tra-
bajo que ordenen la gestión actualmente dispersa e inconexa. Se trata de una
tarea de organización de la oferta actual de bienes y servicios útiles para la
erradicación del trabajo infantil, y de complementación con acciones faltantes
dentro del repertorio disponible hoy en día.
El III Plan asumió que las acciones que pueden acometerse, son susceptibles
de organizarse en tres campos: prevención, restablecimiento de derechos y
protección y calificación del trabajo juvenil.
a) Campo de la prevención
75
jo infantil y que por lo tanto se hallan en situación de vulneración de sus
derechos, con el propósito de restituírselos mediante su desvinculación de la
actividad laboral y la inserción en los sistemas educativo y de salud, así como
la integración a un medio familiar y social que promocione su desarrollo
integral”31 .
“En este campo de acción se incluyen los programas y acciones que estén
dirigidas a los jóvenes trabajadores y que tengan como finalidad garantizar el
cumplimiento de las especiales condiciones laborales que establece la ley
para el rango de edad de 16 a 17 años y de su protección y aseguramiento, así
como a brindarles formación y capacitación en los derechos que les concier-
nen y para ampliar su horizonte de posibilidades laborales y su proyecto de
vida”32 .
31
OIT-IPEC Y COMITÉ INTERINSTITUCIONAL (2003). Op. cit.
32
OIT-IPEC Y COMITÉ INTERINSTITUCIONAL (2003). Op. cit.
76
de este documento son los primeros los que han empleado esta metodología,
para mostrar a su población y a la PGN los resultados que cada entidad u
organización espera con su gestión en el año de la formulación del plan y en
el siguiente.
77
3.5. Creación y articulación de nueva oferta para atención
integral
Finalmente, habrá que reparar en las causas que quedaron sin atención en la
Peor Forma de Trabajo Infantil priorizada, para formular las gestiones nece-
sarias que en el largo plazo permitan su remoción.
Según el art. 399 de la Constitución, los planes de desarrollo deben tener dos
partes: una general y un plan de inversiones.
En virtud de lo dispuesto por el art. 5º de la Ley 152 de 1994 que los regula,
la parte general debe contener:
78
”c) Las estrategias y políticas en materia económica, social y ambiental que
guiarán la acción del Gobierno para alcanzar los objetivos y metas que se
hayan definido;
79
sentido y naturaleza del plan o de sus proyectos o acciones, para insertarlo
dentro de las actividades que desarrollan facetas específicas de ese tema. Así,
por ejemplo, un capítulo referido a la familia es un terreno propicio para
ubicar allí las iniciativas formuladas.
“Una vez formulada la oferta institucional que hay que gestionar, se debe
tener en cuenta que para ejecutarla hay que seguir unos procedimientos que
deben terminar en la inscripción de la acción o servicio nuevo en los planes
operativos anuales de inversión de la entidad territorial. (...)
”Para lograrlo, las nuevas iniciativas deben cumplir unos requisitos de políti-
ca pública y de competencia técnica, y contar con recursos para ejecutarse.
”Cumplir con la política pública quiere decir que la gestión a proponer coin-
cide con el plan de desarrollo de la entidad territorial, en alguno de sus ejes
temáticos, prioridades, líneas de acción o, en general, criterios y conceptos
gruesos que estructuran el plan, y ser coherente con él. Asimismo, debe
estar dentro de las responsabilidades y competencias de la entidad que quiera
ejecutarlos, y estar formulado de manera que responda técnicamente al pro-
blema que va a ayudar a resolver. Además, su formulación debe cumplir unos
requisitos metodológicos. La verificación de estas características la hace la
autoridad local de planeación competente para eso, y su trámite se debe pe-
dir a la instancia de planeación de la entidad que presenta la propuesta. Vea-
mos los pasos en que se desarrolla el cumplimiento de estas condiciones.
80
dad y su remisión a la instancia de planeación local;
e) obtener de Planeación el registro de la iniciativa en el Banco de Proyec-
tos del lugar. Para ello Planeación revisará que la iniciativa se ajuste al
plan de desarrollo local y al plan de acción de la entidad, y que sus obje-
tivos, actividades, metas y presupuesto estén bien formulados. [Esta ins-
cripción puede hacerse aun si la iniciativa no tiene recursos dentro del
presupuesto, pues a estas alturas solo se ha cumplido un requisito de
política pública y de acierto técnico.] En este punto, si desde el principio
del trámite había recursos para asignarle, se omite el paso siguiente;
f) gestionar la asignación de recursos de una o más de las siguientes formas:
1. con movimientos de dineros dentro del presupuesto de la enti-
dad, si allí hay;
2. reuniendo recursos de varias entidades de la misma entidad terri-
torial (municipio o departamento), destinados a proyectos seme-
jantes, si ellas tienen recursos;
3. presentando la iniciativa a entidades territoriales de nivel supe-
rior (departamentos o nación) que puedan interesarse en
financiarlo;
4. presentarlo al sector privado.
g) si los recursos obtenidos son de entidades públicas, incluir la gestión
propuesta en el Plan Operativo Anual de Inversiones del municipio o
departamento al que corresponden esas entidades, ante la respectiva au-
toridad de Hacienda;
h) pedir disponibilidad presupuestal para ejecutar.
4. P ROYECTOS INTEGRALES
81
solver algunos aspectos específicos (causas, efectos, dinámicas, etc.) del tra-
bajo infantil en la ciudad, para la cual fueron diseñadas. Ambas características
implican que los POETI tratan de solucionar inmediatamente algunos de los
elementos de toda la complejidad del trabajo infantil de los que concreta-
mente daban cuenta los proyectos y demás tipos de gestión que las entidades
ya habían formulado y que el POETI armoniza.
34
Año en que los actuales alcaldes dejan las administraciones municipales.
82
5. Conclusión
El trabajo infantil es tan cotidiano que desde siempre nos ha parecido natu-
ral, propio de la condición humana y social. Pero no es así. Tan no lo es, que
desde sus inicios ha golpeado severamente la etapa de mayor fragilidad de la
vida de hombres y mujeres que se han quedado sin saber qué es exactamente
la niñez, y han asumido roles adultos generando una gran confusión en el
discurrir de la vida individual y colectiva. Ningún factor de confusión es
realmente deseable, y por eso el trabajo, propio de las etapas en las que las
personas usamos lo acumulado interior y exteriormente, debe llegar a nues-
tra vida cuando estamos listos para él.
No obstante esa normalidad, hemos empezado a abrir los ojos. Aún hay que
hacer esfuerzos concientes por darle un lugar en las agendas de la administra-
ción estatal, la sociedad civil y las dinámicas comunes de la cotidianidad na-
cional. Así, hoy por hoy tenemos en Colombia una institucionalidad
estructurada para dar cuenta de sus causas y consecuencias. Desde ella, po-
dremos avanzar en la “cogida por los cuernos” del problema, echando mano
cada quien del cuerno que le corresponde. Ahora la PGN ha levantado la
mano como no la había hecho antes y quiere sumarse al esfuerzo
interinstitucional por prevenir y erradicar las PFTI.
Su trabajo no es fácil puesto que las PFTI, como acaba de verse, no surgen de
la nada ni resultan de hechos simples y de fácil remoción. Las autoridades
cuya gestión será disciplinariamente controlada, tienen unas obligaciones y
unos recursos para poner lo mejor de sus capacidades al servicio de esta
prioridad mundial: la prevención y eliminación de las PFTI. Por eso confia-
mos en haber dado una idea clara del problema, su regulación y los dispositi-
vos institucionales creados para enfrentarlo, uno de los cuales son los pro-
pios criterios y conceptos de la PGN en relación con el tipo de trabajo
esperable de parte de las administraciones locales.
83
84
V. E L TRABAJO INFANTIL Y SUS
PEORES FORMAS EN UNA PERSPECTIVA
DISCIPLINARIA COMO MECANISMO DE
PREVENCIÓN Y SANCIÓN 35
35
Todo el bloque de derecho disciplinario ha sido elaborado por el Dr. ESIQUIO MANUEL SÁNCHEZ HERRERA,
Procurador Auxiliar para Asuntos Disciplinarios, hoy Procurador Delegado para la Sala Disciplinaria de
la PGN, y por las Dras. MARÍA CLARA VELANDIA ARANGO y LILIANA VILLAMIL GÓMEZ, Asesoras de la
Procuraduría Auxiliar para Asuntos Disciplinarias.
85
1. F UNDAMENTOS DEL DERECHO DISCIPLINARIO
Han sido múltiples las discusiones que en este punto se han suscitado; ello se
revela de la lectura de los criterios auxiliares de las distintas corporaciones
judiciales que han querido abordarlo, al igual que de los doctrinantes y ope-
radores jurídicos como la PGN, el Consejo Superior de la Judicatura y las
Oficinas de Control Interno Disciplinario.
Las más fuertes corrientes de divergencia apuntan a estimar que esta discipli-
na, por ser sancionatoria, es una especie del derecho administrativo, y otra
que es del derecho penal. Independientemente de ellas, las diversas posicio-
86
nes han concluido que la Constitución de 1991, erigió el derecho disciplina-
rio como una ciencia autónoma e independiente y con identidad propia36, de
tal manera que, luego de su promulgación, más con fines preventivos que
represivos, se han promulgado las Leyes 200 de 1995 y 734 de 2002.
Por ello la Corte precisó que, conforme al principio de legalidad, en las con-
ductas delictivas se exige mayor precisión a efecto de cumplir con el princi-
36
Doctrina del doctor CARLOS ARTURO GÓMEZ PAVAJEAU (Dogmática del Derecho Disciplinario); Sentencias
C-417 de 1993, C-244 de 1996, C-280 de 1996, C-708, C-769 de 1999, C-155, C-181 y C-948 de
2002 de la Corte Constitucional.
87
pio lex certa, por la importancia de la categoría de tipicidad en la dogmática
del derecho penal, en tanto que en el derecho disciplinario aquel postulado
tiene el carácter de norma de reenvío, toda vez que, si bien el legislador
señaló el núcleo de la conducta prohibida o elementos mínimos constitutivos
de la falta, es al operador jurídico a quien corresponde complementarla y
definirla.
Para ello, toda persona que aspire a desempeñar una función pública, bien
como servidor o como contratista, debe tener claros los conceptos generales
88
de aquellas categorías o normas subjetivas de determinación, para prevenir
su inobservancia.
Esto último porque, para el caso particular, la función pública que prevé el
artículo 209 de la Constitución Política, es el norte que guía a los servidores
públicos, en razón o con ocasión del servicio que prestan en cualquiera de
los entes estatales que forman parte de la estructura del Estado.
37
Corte Constitucional, Sentencia C-489 de 1996.
38
ATEHORTÚA RIOS, CARLOS ALBERTO. Inhabilidades, control y responsabilidad en la Contratación Estatal.
1ª ed., Medellín. Biblioteca Jurídica Diké, 1995, pág. 57.
89
impuestas por razón del ejercicio de una función pública, condicionadas a su
cumplimiento imperativo, limitadoras de la libertad de actuar por virtud de la
subordinación con el Estado, determinadoras de cómo actuar, hasta dónde
llegar, qué es prohibido y los efectos represivos de su inobservancia sustan-
cial, esto es, que por su incumplimiento sin justificación alguna se genera
responsabilidad disciplinaria.
La Ley 734 de 2002, en sus artículos 34 y 35, enlista los deberes y prohibi-
ciones de todo servidor público, a los cuales se suman, como ya se anotó, los
establecidos en la Carta Política, en el régimen especial de determinado des-
tino público y los reglamentos expedidos al interior de cada entidad. Esto
último no se aplica a las prohibiciones puesto que, por reserva legal en la
materia, la Corte Constitucional declaró su inexequibilidad en la Sentencia
C-328 de 2003.
Si bien la Ley 200 de 1995 contempló esta figura dentro del régimen de
90
inhabilidades e incompatibilidades, no definió su alcance, como ahora lo hace
la Ley 734 de 2002 a través del artículo 40.
Las bases que estructuran la falta disciplinaria, en cuya incursión podría deri-
varse responsabilidad e imposición de la consecuente sanción para un servi-
dor público o un particular que ejerza función pública: A ellas ha de agregarse
que, según la dicción del normado 27 de la Ley 734 de 2002, las faltas disci-
plinarias se realizan por acción u omisión, lo cual complementa aquella
estructura en cuanto la conducta del ejecutor se relaciona directamente con
el incumplimiento o infracción de las plurimencionadas categorías.
De ahí que las omisiones pueden ser propias o impropias; por las primeras ha
39
Sentencia C-053 de 2001.
91
de entenderse, en términos sencillos, aquéllas en que el servidor público
omite el deber contenido de forma expresa en una disposición; por ejemplo,
cuando omite denunciar hechos delictivos de los cuales tiene conocimiento,
cuando los gobernadores y alcaldes omiten su deber constitucional de pla-
near y desarrollar acciones para aminorar el problema del trabajo infantil.
Entre tanto, por omisión impropia o comisión por omisión se entiende aque-
lla en que el servidor público, teniendo el deber de hacer, por encontrarse en
posición de garante, omite el deber. El criterio para imputarla no deviene del
incumplimiento de un deber expresamente contenido en la ley, sino de no
impedir un resultado que estaba en posibilidad de evitar. Este sería el caso de
algún funcionario del ICBF o de una comisaria de familia que, teniendo co-
nocimiento del hecho, omita denunciar casos de PFTI. De igual forma, po-
dría suceder si los funcionarios de la procuraduría correspondiente omiten
su deber de verificar que se tomen medidas en contra del trabajo infantil,
especialmente de las PFTI, o si las inspecciones de policía, que pertenecen a
las secretarías de gobierno de los municipios, incurren en una conducta se-
mejante.
2.6. Culpabilidad
a) Alcance
92
comete la conducta ilícita, y el conocimiento eventual concierne a la cantidad
de conocimiento.
Así las cosas, los grados de culpabilidad responden al siguiente análisis pre-
vio:
Culpa grave (C.C., art. 63, Negligencia grave o culpa lata). Cuan-
do se incurre en falta disciplinaria por inobservancia del cuidado necesario
que cualquier persona del común imprime a sus actuaciones.
93
3. F ALTAS DISCIPLINARIAS
Dentro de las faltas gravísimas del artículo en comento, existe una que en
verdad es una especial herramienta contra todo comportamiento corrupto o
delictivo. En el numeral primero de esta disposición se considera falta
gravísima la realización del tipo objetivo de un delito, siempre que ello se
haya producido en razón, con ocasión o como consecuencia de la función o
cargo, o abusando del mismo. Tal descripción plantea, de inmediato, varias
94
situaciones que es preciso identificar, en la tarea de unificación de criterios.
Por una parte, es bueno señalar que no se requiere para la imputación de esa
conducta, una previa condena o investigación penal por esos hechos. Tampo-
co se requiere, para instar la acción disciplinaria, cuando el delito sea
querellable, la formulación de la queja por parte del querellante legítimo,
puesto que bien puede realizarse la actuación de manera oficiosa. Además, el
desistimiento, la indemnización integral o la reparación en su caso, produci-
da en el proceso penal, no vincula al operador disciplinario, salvo lo que
corresponda a la graduación de la sanción.
95
El precepto determina que la conducta se debe cometer en razón, con oca-
sión o como consecuencia de la función o cargo, o abusando del mismo, para
indicar que es necesaria la relación funcional para efectuar la incriminación.
Ello supone que en la mayoría de los casos el tipo objetivo del delito sea uno
que afecte la administración pública, empero no necesariamente tiene que
ser así, toda vez que la ley entroniza, también, el concepto de “abuso del
cargo”. La falta debe estar configurada a partir de la previa relación funcional,
esto es, debe surgir en razón o con ocasión del cargo o la función, es decir,
debe surgir como consecuencia del incumplimiento de las tareas o cometi-
dos oficiales de la entidad en que labora el disciplinable, o de las que devienen
del ejercicio del cargo que se ostenta. Así, por ejemplo, si un servidor públi-
co emite imputaciones deshonrosas contra otro de sus compañeros, no se
podrá imputar la falta si aquella imputación no tiene nada que ver con el
servicio, con la función o no implica abuso del cargo.
96
3.3. Las otras faltas del régimen unificado
97
4. S ANCIONES
40
Sentencia C-948 de 2002 “bajo el entendido que se aplica exclusivamente cuando la falta sea la
comisión de un delito contra el patrimonio del Estado conforme a lo dispuesto en el inciso final del
artículo 122 de la Constitución Política”, esto es, “el servidor público que sea condenado por delitos contra
el patrimonio del Estado, quedará inhabilitado para el desempeño de funciones públicas”.
41
Ibíd.
98
c) Suspensión, para las faltas graves culposas
99
Haber devuelto, restituido o reparado, según el caso, el bien afectado
con la conducta constitutiva de falta, siempre que cualquiera de dichas
acciones no se hubiere decretado en otro proceso.
5.1. Etapas
100
relativo a la praxis y el formalismo legal. En este apartado, se la analizará
desde un prisma que consulte su fundamento y su esencia. Para ello, es me-
nester dejar sentado, desde ya, que la indagación preliminar en la Ley 734 de
2002, se encuentra regida por unos principios procesales que sustentan su
existencia y aplicación al interior del proceso disciplinario.
b) Principios
101
de indagación preliminar, surge, para la persona en quien recae la
imputación, la posibilidad de ejercer el derecho de defensa. Para ello
podrá ser escuchado en exposición libre, y a partir de esa diligencia
adquiere la calidad de investigado y ostenta todos los derechos y ga
rantías de un sujeto procesal.
Por su parte, la exposición libre está regida por los principios de contingen-
cia, espontaneidad y limitación. Es contingente, por cuanto no es imperativa
su disposición; espontánea, toda vez que es libre de apremio y juramento; y
limitada, ya que en principio está circunscrita a la consecución de la indivi-
dualización o identificación de los intervinientes en los hechos investigados.
Empero, como es una forma de vinculación al proceso, se convierte en me-
dio de defensa y de convicción.
102
par en la práctica de pruebas. La falta de la notificación personal de la
indagación preliminar no genera nulidad, si se demuestra que el
disciplinable de alguna manera conoció de su existencia, participó en
la práctica de pruebas, las solicitó o no hubo indefensión. En esta
etapa preprocesal el quejoso también puede hacer efectivos los dere
chos que la ley le reconoce.
Debe advertirse que el aparte del artículo 150, que sujetaba la extensión de la
indagación a la individualización del actor, fue declarado inconstitucional por
la Corte, mediante la Sentencia C-036 de enero 23 de 2003, por considerar
que al no fijarse un término cierto para esa etapa se viola el debido proceso,
entre otras razones, porque uno de los fines de la indagación preliminar es
precisamente despejar las dudas acerca del autor de la falta y, además, porque
el debido proceso impone adelantar una actuación sin dilaciones, que hace
103
indispensable que se establezcan períodos determinados para las etapas pro-
cesales.
104
oportunamente por parte de éstos, excepcionalmente es factible que las mis-
mas puedan valorarse siempre y cuando se reciban dentro del período en el
que corresponde hacer la evaluación respectiva y previa a la adopción de la
decisión que deba proferirse, sin que de manera alguna deba ello entenderse
como la prolongación del período probatorio establecido para los efectos
descritos pues, como se anotó, los señalados por el legislador para estos fines
son de obligatoria observancia para quienes tramitan los procesos de esta
naturaleza.
”La Corte considera que el término fijado sería inconstitucional si fuera cierta-
mente insuficiente para realizar una indagación preliminar. Un término exce-
sivamente abreviado impediría realizar una indagación con posibilidades de
ofrecer resultados concretos y ello convertiría a la indagación preliminar en un
trampolín para garantizar la impunidad en los casos en que se considerara ne-
cesario agotar esta etapa. Sin embargo, un término de seis meses no aparece
prima facie como insuficiente para practicar la indagación preliminar, puesto
que el objeto de esta no es adelantar la investigación y el juicio mismo, sino
establecer si se presentó una actuación que podría constituir una falta discipli-
naria y a quién podría imputarse la autoría de esa conducta.
105
”Esas consideraciones adicionales permiten apreciar que el término no es a
primera vista insuficiente: la primera es que el lapso de los seis meses no com-
prende el tiempo necesario para la evaluación de las pruebas recopiladas du-
rante la indagación preliminar, lo que permite que ese período sea utilizado
íntegramente para la recopilación de las pruebas.
106
torio mínimo que ofrezca certeza sobre la persona que se encontraría com-
prometida en los hechos irregulares, y que serían objeto de la subsiguiente
etapa procesal, en la que debe estar identificada en debida forma, porque la
falta que podría imputársele es eminentemente personal y relacionada con el
incumplimiento del deber funcional.
107
servidor con competencia, o por quien haya sido delegado para ese efecto y
debe contener los aspectos señalados en el artículo 154 del C.D.U. En algu-
nos eventos, si el servidor que profiere el auto carece de competencia, esa
actuación estará afectada de nulidad, así por ejemplo si un servidor en la fase
de indagación preliminar comisiona a otro para que practique unas pruebas
fuera de la sede de aquel, y éste una vez practicadas esas pruebas decide
proferir la apertura de investigación disciplinaria, ese auto estará viciado de
nulidad por la falta de competencia.
En esta fase instructiva la PGN puede ejercer el poder preferente, por tal
motivo es necesario que si el auto de apertura de investigación es proferido
por un órgano de control interno disciplinario se comunique a la Procuraduría,
para que determine si ejerce o no el poder preferente.
Investigación disciplinaria
Objeto: verificar:
Ocurrencia de la conducta
Tipicidad
Motivos determinantes
Circunstancias de modo, tiempo y lugar
Perjuicios
Responsabilidad
6 meses desde la apertura
durante 1/3 parte:
varias faltas
varios implicados
108
5.4 Evaluación de la investigación disciplinaria-pliego o
archivo
ESQUEMA DE LA EVALUACIÓN DE LA
INVESTIGACIÓN DISCIPLINARIA P ROCEDENCIA :
a) Descargos y pruebas
En esta etapa, desde luego y en ejercicio del derecho de defensa y del contra-
dictorio, podrá solicitar el decreto y práctica de pruebas, al igual que aportar
aquellas que estime conducentes, pertinentes y útiles para el esclarecimiento
de la situación por la cual se le acusa. En este mismo estadio procesal, el
funcionario de conocimiento tiene la potestad oficiosa de ordenar la incor-
poración de los elementos demostrativos que considere válidos para la reso-
lución del asunto.
109
b) Traslado a los sujetos procesales para alegaciones previas al fallo
43
Sentencia C-1076 de 2002.
110
tigación estuvieren dados los requisitos sustanciales para proferir pliego de car-
gos, se citará a audiencia”.
Al respecto, debe entenderse que la expresión “En todo caso” que significa
“en cualquier caso o circunstancia”, no se refiere a las eventualidades descri-
tas en los dos primeros incisos del artículo 175 eiusdem, sino que es inde-
pendiente y, por el contrario, agrega otra causal para adelantar el procedi-
miento verbal.
a) De acuerdo con el artículo 268 del Decreto 2737 de 1989 (Código del
Menor), corresponde al ICBF sancionar a las entidades vinculadas con he-
chos relacionados con la promoción o realización de la adopción de niños y
niñas sin el cumplimiento de los requisitos legales para adelantar programas
de adopción o utilizando prácticas irregulares lesivas para el menor.
111
nor tiene derecho “a la atención integral de su salud cuando se encontrare
enfermo o con limitaciones físicas, mentales o sensoriales, a su tratamiento y
rehabilitación”, el que ha de ser procurado por el Estado a través de sus
autoridades.
44
Artículo 277.El Defensor de Familia es funcionario público al servicio del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y le
competen las siguientes funciones:
1. Intervenir en interés de la institución familiar y del menor en los asuntos judiciales y extrajudiciales, de conformidad con lo
establecido en el artículo 11 del Decreto 2272 de 1989 y en el presente Código.
2. Asistir al menor infractor en las diligencias ante el juez competente y elevar las peticiones que considere conducentes a su
rehabilitación.
3. Citar el presunto padre para procurar el reconocimiento voluntario de un hijo extramatrimonial.
4. Aprobar, con efecto vinculante, cuando no haya proceso judicial en curso, las conciliaciones entre cónyuges, padres y demás
familiares, sobre los siguientes asuntos:
a) Fijación provisional de residencia separada;
b) Fijación de cauciones de comportamiento conyugal;
c) Alimentos entre cónyuges, si hay hijos menores;
d) Custodia y cuidado de los hijos, padres o abuelos y alimentos entre ellos;
e) Regulación de visitas, crianza, educación y protección del menor.
Fracasada la conciliación o al no poderse llevar a cabo y en caso de urgencia, el Defensor de Familia podrá adoptar las medidas
provisionales que sean necesarias, sin perjuicio de la competencia atribuida a los Jueces sobre las materias citadas en este numeral.
5. Conocer y decidir los asuntos relacionados con menores que requieran protección por hallarse en cualquiera de las situaciones
irregulares establecidas en este Código.
6. Conceder permiso a menores para salir del país, de acuerdo con lo establecido para el efecto por el presente Código.
7. Presentar las denuncias penales ante las autoridades competentes, por la comisión de delitos donde aparezca como ofendido un
menor.
8. Autorizar la adopción del menor en los casos señalados por la ley.
9. Solicitar la inscripción o corrección del nacimiento en el registro del estado civil, de los menores de dieciocho (18) años en
situación irregular.
10. Solicitar la práctica de los exámenes antropoheredobiológicos para preconstituir la prueba en los procesos de filiación.
11. Solicitar a las entidades oficiales y privadas las certificaciones, informes, dictámenes y demás pruebas necesrias para el cumplmiento
de sus funciones.
12. Otorgar autorización para la venta de inmuebles de menores en los casos señalados por la Ley 9ª de 1989 de Reforma Urbana,
siempre que no se vulneren los derechos del menor.
13. Conocer privativamente de las infracciones a la ley penal en que incurran los menores de doce (12) años y de las contravenciones
cometidas por menores de dieciocho (18) años.
14. Ejercer las funciones de policía señaladas en este Código.
15. Emitir los conceptos en las actuaciones judiciales o administrativas ordenados por la ley.
16.Solicitar a los jueces y funcionarios administrativos, la práctica de pruebas que sean necesarias en el cumplimiento de sus
funciones.
Las demás que expresamente le señale este Código, la ley.
112
competentes en la función de proteger a los niños y niñas que se hallen en
situación irregular.
Por su parte, el numeral 5°, del normado 299 ibídem, impone a tales despa-
chos la función de recibir a prevención las quejas o informes sobre aquellos
aspectos relacionados con conflictos familiares, atender las demandas relati-
vas a la protección del menor, especialmente en los casos de malos tratos y
explotación, y atender los casos de violencia familiar, tomando las medidas
de urgencia que sean necesarias, mientras se remiten a la autoridad compe-
tente.
e) No se puede pasar por alto que en el artículo 30 del Código del Menor se
determina cuándo éste está en situación irregular y, en el numeral 8°, se dice
“sea trabajador en condiciones no autorizadas por la ley”, de tal suerte que si
esa condición da lugar a irregularidad y en ese entorno gira el Código del
Menor, todas las autoridades que incurran en omisiones que tengan que ver
con la prevención de tales irregularidades, también son disciplinables por
esta vía y, por tanto, posibles autores del reato de prevaricato por omisión
que, como se anotó, en materia disciplinaria constituye falta disciplinaria
gravísima.
f) El artículo 24, numeral 19, de la Ley 136 de 1994, modificada por la Ley
617 de 2000, señala que los alcaldes deben ejecutar acciones tendientes a la
protección de las personas vulnerables, niños, indigentes, y a su integración
a la familia, y a la vida social, productiva y comunitaria.
113
les y demás señalados por la ley, corresponde la guarda y promoción de los
derechos humanos según el precepto 118 Superior.
114
h) El Ministro de la Protección Social, conforme al artículo 208 de la Cons-
titución Política, es el jefe de la administración en esa cartera y le correspon-
de, bajo la dirección del Presidente de la República, formular las políticas
atinentes a su Despacho, dirigir la actividad administrativa y ejecutar la ley.
De acuerdo con ello, el Decreto 205 de 2003, que determinó los objetivos,
estructura y funciones del Ministerio de la Protección Social, facultó a su
titular para reasignar competencias, fijando en el Coordinador del Grupo de
Prevención, Inspección, Vigilancia y Control, a través de la Resolución No.
951 del 28 de abril de 2003, la facultad de imponer las sanciones previstas en
los artículos 262 y 263 del Código del Menor, incluido el cierre temporal o
definitivo del establecimiento, para quienes violen o reincidan en el quebran-
to de las disposiciones vigentes sobre el trabajo de menores de edad, o de las
empresas que hayan puesto en peligro la vida del menor o atente contra la
moral o las buenas costumbres.
a) Recomendaciones
115
niños y niñas en los procesos de la justicia ordinaria, ponga en cono
cimiento del respectivo Consejo Seccional de la Judicatura, el he
cho constitutivo de ilícito sustancial por afectación de los debe
res funcionales de los Jueces de Menores o de los Promiscuos de
Familia.
b) Conclusiones
En esa medida todas las autoridades que tienen como deber la protección y
promoción de los derechos de los niños y niñas, deben ejercer sus funciones
teniendo como norte la protección fundamental de los derechos de la niñez
por mandato del Estatuto Superior.
116
que, además, haga todo lo que esté a su alcance para mejorar el
servicio que se ha obligado a prestar, ello en beneficio de la in
fancia y de los derechos que asisten a los niños y niñas, para el
fortalecimiento de la institución familiar, y así el logro de una
mejor sociedad.
De esa manera podemos concluir que la Ley Disciplinaria es un
especial instrumento para que los Procuradores Judiciales dele
gados para la defensa del menor y la familia puedan lograr una
intervención justa y eficaz para la erradicación del trabajo infan
til en Colombia.
Los resultados que aquí interesan son los relacionados con el trabajo infantil
y, ante todo, sus peores formas. El IPEC-OIT, aplicando nuevos criterios
de análisis de la información recopilada en el estudio, los cuales son compar-
117
tidos con la PGN, revisó el grado de formulación de diagnósticos y
programas de intervención en trabajo infantil y algunas de sus peores
formas. Para ello se tomaron en cuenta los planes aprobados en los 32
departamentos del país y en las 32 ciudades capitales, incluido el Distri-
to Capital. Los siguientes son los temas incluidos y analizados: a) Tra-
bajo Infantil; b) Explotación Sexual Comercial Infantil; c) Niños y Ni-
ñas Vinculados a Grupos Armados Irregulares, y d) Formación de Jó-
venes para el Trabajo.
DEPARTAMENTOS CAPITALES
DIAGNÓSTICO PROGRAMAS DIAGNÓSTICO PROGRAMAS
Amazonas 0 0 Leticia 0 1
Antioquia 1 1 Medellín 1 1
Arauca 1 1 Arauca 1 1
Atlántico 0 1 Barranquilla 1 1
Bolívar 0 1 Cartagena 1 1
Boyacá 1 1 Tunja 1 0
Caldas 0 0 Manizales 0 0
Caquetá 1 1 Florencia 1 1
Casanare 1 1 Yopal 0 0
118
Cauca 1 0 Popayán 0 0
Cesar 0 0 Valledupar 0 0
Chocó 0 0 Quibdó 1 1
Córdoba 1 1 Montería 1 0
Cundinamarca 0 1 Bogotá, D.C. 1 1
Guainía 0 0 Puerto Inírida 1 1
San José del
Guaviare 1 0 Guviare S.I. S.I.
Huila 0 1 Neiva 0 0
La Guajira 1 1 Riohacha 1 0
Magdalena 1 1 Santa Marta 0 0
Meta 0 1 Villavicencio 0 1
Nariño 1 0 Pasto 0 1
Norte de
Santander 0 1 Cúcuta 1 1
Putumayo 0 0 Mocoa 1 1
Quindío 0 1 Armenia 0 1
Risaralda 0 1 Pereira 0 1
San Andrés 1 0 San Andrés S.I. S.I.
Santander 1 1 Bucaramanga 1 1
Sucre 1 0 Sincelejo 1 0
Tolima 1 1 Ibagué 0 1
Valle del
Cauca 1 1 Cali 0 0
Vaupés 1 0 Mitú 1 0
Puerto
Vichada 1 0 Carreño 1 1
No incluye 0
Sí incluye 1
S.I. sin información
La tabla nos indica que los planes de once (11) departamentos y diez (10)
ciudades capitales contienen integralmente tanto un diagnóstico, como pro-
gramas o proyectos que atiendan el problema identificado. Por otra parte,
siete (7) departamentos y cinco (5) capitales tienen en cuenta el tema en el
diagnóstico pero no establecen alguna acción para abordarlo. Ocho (8) de-
partamentos y seis (6) capitales sí formulan un programa o proyecto aunque
no tienen diagnóstico. Y, finalmente, cinco (5) departamentos y seis (6) ciu-
dades capitales no incluyen ni lo uno ni lo otro.
119
incluye algún nivel de diagnóstico de las PFTI, tal como se indica en la gráfica
siguiente.
G RÁFICA 1
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE LAS PFTI EN LOS DEPARTAMENTOS .
Esta gráfica nos muestra diversos asuntos. Primero, que los departamentos
que diagnostican problemas de PFTI y además formulan proyectos para re-
solverlos (40%), duplican –por separado– tanto a los que solo diagnosti-
can el problema (21%), como a los que formulan proyectos sin tener diag-
nósticos (18%), y a los que ni diagnostican el tema ni le formulan proyectos
(21%).
120
G RÁFICA 2
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE LAS PFTI EN LAS CIUDADES CAPITALES
Esta gráfica nos muestra, además, que en las capitales ocurre prácticamente
lo mismo que en los departamentos cuando se examinan en términos globales.
Primero, aquellas que diagnostican PFTI y además formulan proyectos para
resolverlas (41%), duplican –por separado– tanto a los que solo diagnosti-
can el problema (21%), como a los que formulan proyectos sin tener diag-
nósticos (17%), y a los que ni diagnostican el tema ni le formulan proyectos
(21%).
121
de las ciudades los establecen. No obstante lo que esto tenga de positivo,
también podría indicar la necesidad profunda de ampliar la oferta de solucio-
nes a la situación de menores de edad vinculados al trabajo, en particular en
sus peores formas.
Por último, vale la pena aventurar la conclusión de que si hay tal semejanza
entre los resultados de capitales y departamentos, hay una altísima influencia
de unas sobre otros, o viceversa. Esto debe aprovecharse trabajando conjun-
tamente con ambas clases de entidades territoriales en aquellas regiones en
donde no se ha logrado aún avanzar en institucionalizar la prevención y elimi-
nación de las PFTI.
En relación con la gráfica que sigue, vale la pena decir que si tenemos en
cuenta de manera desagregada los cuatro temas (Trabajo Infantil, Explota-
ción Sexual Comercial Infantil, Niños y Niñas Vinculados a Grupos Arma-
dos Irregulares y Formación de Jóvenes para el Trabajo), vemos cómo los
resultados tienden a cambiar, tanto en la inclusión de diagnóstico como en la
formulación de programas o proyectos. Veamos.
G RÁFICA 3
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE T RABAJO I NFANTIL EN LOS DEPARTAMENTOS
También debe hacerse notar que el 21% de departamentos que no tenía diag-
nósticos ni programas o proyectos para el caso de las PFTI, aumentó a un
27% para el trabajo infantil. Esto significa, necesariamente, que el concepto
de PFTI goza de un 6% más de atención, por lo cual puede deducirse con un
122
buen grado de certeza que éstas se han posicionado en la planeación por
encima de la noción genérica de trabajo infantil, lo cual es supremamente
positivo por todas las razones vistas hasta ahora. En este punto cabe resaltar
que como esta variable no está desagregada, no es posible saber a qué tipo de
trabajo infantil se está haciendo referencia, pero se debe dar por sentado que
no es a las PFTI incluidas en este estudio.
G RÁFICA 4
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE T RABAJO I NFANTIL EN LAS CIUDADES CAPITALES
En esta gráfica se nota una gran diferencia entre las ciudades que solo formu-
lan programas o proyectos, y las que hacen (o no) lo demás. Las primeras son
solo el 7%. Afortunadamente se les suman las que además diagnostican el
problema (28%), y así tenemos que el total de las que formulan proyectos es
del 35%. No obstante, vuelve a ser razón de tranquilidad el hecho de que
estas mismas ciudades presentaron resultados más altos cuando se trató de
las PFTI, y no la variable amplia de trabajo infantil. Al contrario de lo que se
podría pensar, sería factible asumir que la diferencia conceptual entre las
PFTI y el trabajo infantil nos dejaría sumar ambas magnitudes, y así obten-
dríamos resultados aún mejores.
G RÁFICA 5
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE E XPLOTACIÓN S EXUAL C OMERCIAL I NFANTIL
(ESCI) EN LOS DEPARTAMENTOS
123
Sobre la variable Explotación Sexual Comercial Infantil (ESCI), esta gráfica
muestra que mientras el 33% de departamentos (11) incluyen el diagnóstico
de esta variable en sus planes de desarrollo, el 39% (13) incluye programas o
proyectos. Verificando los datos específicos de la tabla del inicio, llama la
atención que departamentos como Caldas, Quindío o Valle del Cauca, que
se sabe que deben enfrentar esta problemática, no incluyan su diagnóstico en
sus planes de desarrollo. Sin embargo, Quindío y Valle incluyen formulación
de programas o proyectos sobre esta variable en los mismos. Es de esperar
que cuenten con diagnósticos aunque el plan de desarrollo no los use para
justificar las intervenciones en el asunto.
De otra parte, preocupa la indiferencia frente a este tema: casi la mitad de los
departamentos (43%) carece de diagnóstico del problema y de intervencio-
nes específicas previstas en sus planes de desarrollo. Por fortuna una cifra
muy semejante (39%) incluye la formulación de proyectos.
G RÁFICA 6
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE E XPLOTACIÓN S EXUAL C OMERCIAL I NFANTIL
(ESCI) EN LAS CIUDADES CAPITALES
En cuanto a las capitales, los resultados muestran que entre ellas la situación
es muy similar a la de los departamentos entre sí, pero más grave al comparar
una con otra. Entre las ciudades, es levemente mayor el porcentaje de for-
mulación de programas y proyectos sobre ESCI que el diagnóstico realiza-
do. Igualmente es interesante ver que ciudades como Cali, Armenia o Santa
Marta, no diagnostican ni formulan programas o proyectos en torno a esta
problemática, a pesar de conocerse la incidencia del problema en esos si-
tios45 . Pereira, sin embargo, aunque no diagnostica, sí hace alguna formula-
45
OIT-Fundación Renacer, Barquito de Ilusiones. Programa para la Explotación Sexual Infantil en
Cartagena de Indias y Barranquillera, Bogotá, D. C., 2001.
124
ción de proyectos para hacerle frente a esta situación.
G RÁFICA 7
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE N IÑOS Y N IÑAS V INCULADOS A G RUPOS A R -
MADOS I RREGULARES EN LOS DEPARTAMENTOS
125
G RÁFICA 8
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE N IÑOS Y N IÑAS V INCULADOS A G RUPOS A R -
MADOS I RREGULARES EN LAS CIUDADES CAPITALES
En las ciudades capitales la situación es aún más crítica: solo dos de ellas, el
7%, incluyen en sus planes diagnóstico para estas PFTI: Florencia y Medellín.
Mientras tanto, otras dos (otro 7%) formulan programas o proyectos: Ibagué
y Puerto Inírida. Esto significa que el 86% de los departamentos no incluyen
en su plan de desarrollo las PFTI como parte de la descripción de su situa-
ción, y que el 93% de ellos no diganostica el tema, la misma proporción
(93%) tampoco formula proyectos para resolverlo, y el cien por ciento (100%)
de ellos no hace las dos cosas en simultánea: diagnosticar el lío y formular
proyectos para resolverlo.
G RÁFICA 9
I NCLUSIÓN DE DIAGNÓSTICO Y FORMULACIÓN DE PROGRAMAS Y
PROYECTOS SOBRE F ORMACIÓN DE J ÓVENES PARA EL
T RABAJO EN LOS DEPARTAMENTOS
126
Armados Irregulares.
G RÁFICA 10
C APITALES QUE INCLUYEN DIAGNÓSTICO Y FORMULAN PROGRAMAS
O PROYECTOS SOBRE F ORMACIÓN DEL J OVEN PARA EL T RABAJO
127
partamentos y las ciudades capitales. El 39% de los departamentos lo inclu-
yen en su diagnóstico o en la formulación de programas o proyectos, y sola-
mente el 40% incluye la temática de una manera integral, diagnosticando y
formulando. En cuanto a las ciudades capitales, la situación es casi idéntica: el
38% plantea el tema en sus planes de desarrollo, bien sea en el diagnóstico o
formulando programas o proyectos, mientras solamente el 41% aborda de
manera integral la situación. La labor emprendida por la PGN redundará, con
seguridad, en un mayor contenido del tema en los planes de desarrollo que
deberán ser aprobados con las nuevas administraciones a posesionarse el 1º
de enero de 2008.
El protocolo, que se anexa al final de este texto, consta de una primera sec-
ción en la que está su justificación, en la cual se destaca el sentido orientador
y homogenizador que tiene para la PGN de disponer de una herramienta que
indica, paso a paso, cómo proceder ante las autoridades locales en la solicitud
de la información de su gestión. Este efecto ordenador, por supuesto, tam-
bién beneficia a las gobernaciones y alcaldías. En su segunda sección se en-
cuentra la serie de definiciones conceptuales y operativas de los elementos
que entran en juego al aplicar el protocolo: niño o niña, PFTI y edad mínima.
En su tercera sección aparece el objetivo del protocolo, para que se tenga
claro hacia dónde apunta su uso. En la cuarta y última sección está el proce-
dimiento que se debe seguir en la verificación de la gestión controlada.
128
sos asociados a las PFTI; tercero, que existe POETI o algún tipo de plan que
organiza y focaliza esa acción institucional en el ámbito de las PFTI; y que los
Planes Operativos Anuales de Inversión (POAI), incluyen la programación
de los gastos que exigen los proyectos que nos interesan, y que están en los
planes de desarrollo departamentales y municipales, en los planes de acción
de las entidades de los respectivos departamentos y municipios, y en los
POETI.
129
130
P ROTOCOLO PARA EL CONTROL DEL
AVANCE DE LA POLÍTICA PÚBLICA
DE ELIMINACIÓN DE LAS PEORES FORMAS
DE TRABAJO INFANTIL Y LA PROTECCIÓN
DEL JOVEN TRABAJADOR
JUSTIFICACIÓN
131
trola la conducta de los servidores públicos, defiende el orden jurídico y
protege los derechos humanos asegurando su efectividad.
132
de alcanzar una verdadera inclusión de la infancia, la adolescencia y el am-
biente sano, desde un enfoque de garantía de derechos y de ciclo de vida.
DEFINICIONES
El Convenio 182 indica que los tipos de trabajo a que se refiere el apartado
133
d) deben ser determinados por la legislación nacional o por la autoridad com-
petente. En este sentido Colombia, a través del Ministerio de la Protección
Social, con el aval del Comité Interinstitucional, elaboró la lista correspon-
diente, definiéndose como trabajos prohibidos las siguientes categorías:
Por otra parte, el Convenio 138, aprobado en Colombia según Ley 515 de
1999, establece como edad mínima de admisión al empleo o al trabajo los 15
años de edad. Para la aprobación, Colombia acogió la excepción establecida
en el Convenio, definiendo los 14 años de edad como límite para la incorpo-
ración de los menores de edad al trabajo.
Para efecto del presente Protocolo se entiende como niño o niña toda perso-
na menor de 18 años de edad, y como joven cualquier persona, hombre o
mujer, entre los 16 y 17 años de edad.
OBJETIVO
PROCEDIMIENTO
134
Formas de Trabajo Infantil (PFTI) y Protección al Joven Trabajador (PJT),
se cumplirá a través de dos formas básicas de actuación:
135
iv. Que se encuentre identificada la población objeto de pre
vención, eliminación y/o protección y/o sus familias.
v. Promover y/o verificar la existencia de bases de datos o
cualquier otra fuente de información que identifique los
niños y/o niñas en condición de prevención o retiro de
las PFTI.
136
LISTA DE TRABAJOS PROHIBIDOS
EN COLOMBIA
137
INDUSTRIA MANUFACTURERA
Operarios de máquinas y trabajadores relacionados, procesamiento de metales y minerales
Trabajadores del prensado, forja, estampado y laminado del metal (pulvimetalurgia)
Trabajadores para el procesamiento de metales (galvanizado, zincado, cromado...)
Operarios de máquinas y trabajadores relacionados, elaboración de productos químicos,
plástico y caucho
Trabajadores dedicados a la elaboración de productos derivados del petróleo (dióxido de
azufre, cáusticos, oxido de nitrógeno y monóxido de carbono, ácido sulfhídrico, agua amarga,
ácido sulfúrico, ácido fluorhídrico, catalizadores sólidos, combustibles e n general (gas de
petróleo licuado, gasolina, queroseno, residuales
Operarios de máquinas y trabajadores relacionados con el procesamiento de la madera y
producción de pulpa y papel
Operarios de máquinas y trabajadores relacionados con la fabricación de textiles
Operarios de máquinas y trabajadores relacionados con la manufactura de productos de piel
y cuero
Oficiales y operarios del procesamiento de alimentos y afines
Carniceros, pescaderos y afines
Trabajadores de mataderos y/o sacrificio de anima les
Panaderos, pasteleros y confiteros
Operarios de la elaboración de productos lácteos
Operarios de la conservación de frutas, legumbres, verduras y afines
Trabajadores de la producción, envasado y distribución de bebidas (se compone de dos
categorías principales y 8 subgrupos).
Trabajadores de la producción de bebidas sin alcohol:
• Fabricación de jarabes de bebidas refrescantes
• Embotellado y enlatado de agua y bebidas refrescantes
• Embotellado, enlatado de sumos de frutas
• Industria del café
Trabajadores de la producción de bebidas alcohólicas
Operarios de máquinas de impresión y de artes gráficas
Oficiales y operarios de la metalurgia, la construcción mecánica y afines
Moldeadores, soldadores, chapistas, caldereros, montadores de estructuras metá licas y
afines
Herreros, herramentistas y afines
Mecánicos y ajustadores de máquinas
Trabajadores y fabricadores de baterías, cables eléctricos, electrodomésticos
Trabajadores de la producción de vidrio y productos de vidrio y trabajadores de la fabric ación
de productos de cerámica
Alfareros, operarios de cristalería y afines
Trabajadores de la industria pirotécnica
Operadores de cadenas de montaje automatizadas y de robots industriales
Trabajadores de la fabricación de vehículos automotores, locomo toras, aeronaves
SUMINISTRO DE ELECTRICIDAD
Trabajadores y operarios en la generación, captación, transmisión y distribución de energía
eléctrica
138
CONSTRUCCIÓN
Oficiales y operarios de la construcción (obra gruesa) y afines
Oficiales y operarios de la construcción (trabajos de acabado) y afines
Pintores, limpiadores de fachadas y afines
Trabajadores de la cimentación y demolición (incluir todas las del sector de la construcción)
TRANSPORTE, ALMACENAMIENTO
Transporte por vía férrea
Transporte urbano colectivo e intermunicipal regular de pasajeros (por carretera)
Transporte municipal e intermunicipal de carga por carretera
Transporte marítimo y fluvial
Manipulación de carga, almacenamiento y depósito
Trabajadores de servicio directo a pasajeros
SALUD
Técnicos de nivel medio de las ciencias biológicas, la medicina y la salud
Profesionales de nivel medio, de la medicina moderna y de la salud
Personal de enfermería y partería
Practicantes de la medicina tradicional y curanderos
DEFENSA
Fuerzas Armadas
Actividades de defensa (guardaespaldas, compañías de seguridad)
TRABAJOS NO CALIFICADOS
Limpiabotas y otros trabajos callejeros
Personal doméstico y afines, limpiadores, lavanderos y planchadores
Conserjes, lavadores de ventanas y afines
Mensajeros, porteadores, porteros y afines
Recolectores de basura y afines
Jardineros
Otros oficios no calificados que no se encuentran en las tablas estandarizadas
Manipulador de animales
Mecánico automotriz
Soldador
Operador de calderas
Trabajadores de clubes nocturnos, bares, casinos, circos y casas de juego
Vidriero
Conductor de automóvil
Carpintero
Trabajadores de lavanderías y tintorerías
Comercio minorista
Trabajadores de plazas de mercado
Trabajadores de bombas de gasolina
Trabajadores d e empresas dedicadas a actividades deportivas profesionales de torero y/o
cuadrillas de ruedo, paracaidistas, corredores de automotores de alta velocidad, alpinistas,
buceadores, boxeadores, motociclistas, ciclistas y similares
Reparador de aparatos eléct ricos
139
140
G UÍA PARA EL CONTROL DEL
DESARROLLO DE LA POLÍTICA PÚBLICA DE
ELIMINACIÓN DE PFTI Y PJT
Esta guía se propone para oficiar a los alcaldes o gobernadores a fin de que
suministren la información requerida para efectuar el control al cumplimien-
to de las normas que establecen la eliminación de las PFTI y la PJT.
SI______ NO______
SI______ NO_______
SI_______ NO_______
141
Trabajo Infantil Doméstico___
Mercado__
Niñez y Cultivos Ilícitos___
Agricultura Comercial___
Explotación Sexual Comercial Infantil___
Comercio Callejero y Plazas de Mercado___
SI____ NO____
SI____ NO____
SI_______ NO_______
SI________ NO________
SI________ NO________
142
10. ¿En el Plan se encuentran definidas metas de eliminación de las PFTI?
SI________ NO_______
En caso afirmativo, por favor anexe apartado del Plan donde las define.
SI_________ NO_________
SI________ NO________
SI________ NO________
SI________ NO________
SI_______ NO_______
143
16. ¿Se ejecuta el gasto propuesto en el Plan?
SI____ NO____
144
B IBLIOGRAFÍA
ATEHORTÚA RÍOS, CARLOS ALBERTO. Inhabilidades, control y responsabilidad
en la Contratación Estatal. Primera Edición. Biblioteca Jurídica Diké. 1995.
Medellín.
GALVIS LIGIA y HERNÁNDEZ MA. ISABEL (2003). Estudio de aspectos legales del
trabajo infantil doméstico en hogares de terceros en Colombia. OIT-IPEC.
Bogotá.
145
OIT-UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA-OBSERVATORIO SOBRE INFANCIA
(2003). Análisis de la política nacional frente al trabajo infantil en Colombia
1995-2002.
N ORMAS Y JURISPRUDENCIA
De origen nacional
146
Ley 188 de 1959
Ley 7ª de 1979
Ley 50 de 1990
Ley 136 de 1994
Ley 152 de 1994
Ley 200 de 1995
Ley 734 de 2002
Ley 679 de 2001
Plan Nacional de Desarrollo 2002-2006: “Hacia un Estado Comuni-
tario” (Ley 812 de 2002)
Código de Procedimiento Penal
Código del Menor
Código Disciplinario Único
Código Nacional de Policía
Código Penal
Código Sustantivo del Trabajo
Decreto 2737 de 1989
Decreto 859 de 1995
Decreto 1137 de 1999
Decreto-Ley 262 de 2000
Decreto 205 de 2003
Proyecto de reforma al Código del Menor (085-2005 Cámara de
representantes
Acumulado 096-2005)
De origen internacional
147
Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos
Páginas WEB
http://www.icbf.gov.co/espanol/sistema.asp
148
A NEXOS
DIRECTIVA No. 0007
TENIENDO EN CUENTA,
Que la Constitución Política en los artículos 339 a 344 señala que las entida-
des territoriales elaborarán y adoptarán de manera concertada entre ellas y la
comunidad, en ejercicio del principio de autonomía, los planes de desarrollo
con el objeto de asegurar el uso eficiente de sus recursos y el desempeño
adecuado de las funciones que les haya sido asignadas por la Constitución y
149
la ley; igualmente, dispone que en las entidades territoriales habrá también
consejos de planeación según lo determine la Ley.
150
EL ORDEN JURÍDICO LE IMPONE A LA PROCURADURÍA GE-
NERAL DE LA NACIÓN, Y AL PROCURADOR GENERAL DE LA
NACIÓN EN ESPECIAL, COMO DEFENSOR DE LOS DERECHOS
HUMANOS Y REPRESENTANTE DE LA SOCIEDAD, DEBERES Y
OBLIGACIONES INELUDIBLES, ASÍ:
2. Los numerales segundo y séptimo del artículo 7º del Decreto 262 de 2000
disponen que en cumplimiento de sus funciones, lo faculta para “formular las
políticas generales y criterios de intervención del Ministerio Público en ma-
teria de control disciplinario, vigilancia superior con fines preventivos, ac-
tuación ante las autoridades administrativas y judiciales y centros de concilia-
ción, y promoción, protección y defensa de los derechos humanos” y “Ex-
pedir los actos administrativos, órdenes, directivas y circulares que sean ne-
cesarias para el funcionamiento de la entidad y para desarrollar las funciones
atribuidas por la ley”.
4. El artículo 11 del Decreto 1137 de 1999 dispone que en los entes territo-
riales se conformarán consejos o comités para la política social, cuya integra-
ción y fijación de funciones será de competencia de los gobernadores y alcal-
des, pero deberán contar con un subcomité o subcomisión permanente, en-
cargados del análisis y políticas de infancia y familia.
151
TA, POR VIRTUD DEL DEL CONTROL PREVENTIVO Y CON EL
FIN DE ASEGURAR EL EJERCICIO CORRECTO DE LAS “FUNCIO-
NES PÚBLICAS” Y “PREVENIR LA COMISIÓN DE FALTAS DISCI-
PLINARIAS” (NUMERAL 36 DEL ARTÍCULO 7 DEL DECRETO 262
DE 2000) EN LA ÓRBITA DE COMPETENCIA DE LOS SERVIDO-
RES PÚBLICOS A QUE SE REFIEREN LAS NORMAS SEÑALADAS
EN LA PRIMERA PARTE DE ESTE DOCUMENTO,
DISPONE:
CAGP/AQM.
152
DIRECTIVA No. 0008
TENIENDO EN CUENTA,
Que la Constitución Política en los artículos 339 a 344 señala que las entida-
des territoriales elaborarán y adoptarán de manera concertada entre ellas y la
comunidad, en ejercicio del principio de autonomía, los planes de desarrollo
con el objeto de asegurar el uso eficiente de sus recursos y el desempeño
adecuado de las funciones que les haya sido asignadas por la Constitución y
la ley; igualmente, dispone que en las entidades territoriales habrá también
consejos de planeación según lo determine la Ley.
153
del artículo 44, ibídem señala que los derechos de los niños prevalecen sobre
los derechos de los demás.
2. Los numerales segundo y séptimo del artículo 7º del Decreto 262 de 2000,
en cumplimiento de sus funciones, lo faculta para “formular las políticas ge-
nerales y criterios de intervención del Ministerio Público en materia de con-
trol disciplinario, vigilancia superior con fines preventivos, actuación ante las
autoridades administrativas y judiciales y centros de conciliación, y promo-
ción, protección y defensa de los derechos humanos” y “Expedir los actos
administrativos, órdenes, directivas y circulares que sean necesarias para el
154
funcionamiento de la entidad y para desarrollar las funciones atribuidas por
la ley”.
4. El artículo 11 del Decreto 1137 de 1999, dispone que en los entes territo-
riales se conformarán consejos o comités para la política social, cuya integra-
ción y fijación de funciones será de competencia de los gobernadores y alcal-
des, pero deberán contar con un subcomité o subcomisión permanente, en-
cargados del análisis y políticas de infancia y familia.
155
TERCERO. Hacer seguimiento y vigilar el cumplimiento del plan de inver-
siones.
CAGP/AQM
156
TENIENDO EN CUENTA,
Que la Constitución Política en los artículos 339 a 344 señala que las entida-
des territoriales elaborarán y adoptarán de manera concertada entre ellas y la
comunidad, en ejercicio del principio de autonomía, los planes de desarrollo
con el objeto de asegurar el uso eficiente de sus recursos y el desempeño
adecuado de las funciones que les haya sido asignadas por la Constitución y
la ley; igualmente, dispone que en las entidades territoriales habrá también
consejos de planeación según lo determine la Ley.
157
plir las leyes y normas que regulan el manejo de los recursos económicos
públicos, o afectos al servicio público”. El artículo 50 ibídem, prescribe que:
“Constituye falta disciplinaria grave o leve, el incumplimiento de los debe-
res, el abuso de los derechos, la extralimitación de las funciones, o la viola-
ción al régimen de prohibiciones, impedimentos, inhabilidades, incompatibi-
lidades o conflicto de intereses consagrados en la Constitución o en la ley”.
2. Los numerales segundo y séptimo del artículo 7º del Decreto 262 de 2000,
en cumplimiento de sus funciones lo faculta para “formular las políticas ge-
nerales y criterios de intervención del Ministerio Público en materia de con-
trol disciplinario, vigilancia superior con fines preventivos, actuación ante las
autoridades administrativas y judiciales y centros de conciliación, y promo-
ción, protección y defensa de los derechos humanos” y “Expedir los actos
administrativos, órdenes, directivas y circulares que sean necesarias para el
funcionamiento de la entidad y para desarrollar las funciones atribuidas por
la ley”.
4. El artículo 11 del Decreto 1137 de 1999, dispone que en los entes territo-
riales se conformarán consejos o comités para la política social, cuya integra-
ción y fijación de funciones será de competencia de los gobernadores y alcal-
des, pero deberán contar con un subcomité o subcomisión permanente, en-
cargados del análisis y políticas de infancia y familia.
158
POR LO ANTERIOR, EL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN
COMO SUPREMO DIRECTOR DEL MINISTERIO PÚBLICO,
COMO DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS Y ESPECIAL-
MENTE LOS PREVALENTES DE LOS NIÑOS, EN LO CUAL TIENE
SIGNIFICATIVO INTERÉS LA SOCIEDAD, A QUIEN REPRESEN-
TA, POR VIRTUD DEL CONTROL PREVENTIVO Y CON EL FIN
DE ASEGURAR EL EJERCICIO CORRECTO DE LAS “FUNCIONES
PÚBLICAS” Y “PREVENIR LA COMISIÓN DE FALTAS DISCIPLI-
NARIAS” (NUMERAL 36 DEL ARTÍCULO 7° DEL DECRETO 262
DE 2000) EN LA ÓRBITA DE COMPETENCIA DE LOS SERVIDO-
RES PÚBLICOS A QUE SE REFIEREN LAS NORMAS SEÑALADAS
EN LA PRIMERA PARTE DE ESTE DOCUMENTO DISPONE QUE
LOS PROCURADORES REGIONALES, PROVINCIALES Y JUDICIA-
LES EN MATERIA DE FAMILIA, EN EJERCICIO DEL CONTROL
MENCIONADO, ADELANTEN LAS SIGUIENTES ACCIONES:
CAGP/AQM.
159
DIRECTIVA No. 013
2 de julio de 2004
TENIENDO EN CUENTA:
160
aunada a su calidad de víctima, como expresamente lo reconoce el inciso final
del artículo 6° de la Ley 782 de 2002,
DISPONE:
SEGUNDO: El término de treinta seis (36) horas para la entrega del menor
de edad al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar debe entenderse como
el término máximo de permanencia de éste en las instalaciones militares. En
consecuencia, los servidores mencionados en el numeral anterior deben ges-
tionar lo necesario para la entrega inmediata del menor de edad.
161
ción, que hagan referencia al aviso que debe darse a las autoridades judiciales
cuando de menores desvinculados se trate, han de entenderse como una ga-
rantía de protección reforzada del Estado frente al menor de edad.
PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE,
162
E ste libro fue compuesto en
caracteres Garamand Classic en 11 puntos
e impreso sobre papel propal de 75 gramos,
y encuadernado con método Hot Melt,
en junio de 2006,
en Bogotá, D.C., Colombia
Servigraphic Ltda.