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Desarrolla Econdmice, v 23, N° 2 {eneromerco 1984) LA ARGENTINA EN LA DEPRESION: LOS PROBLEMAS DE UNA ECONOMIA ABIERTA ABTURO O'CONNELL* ‘ua Depresion de los alics ’30’y la Segunda Guerra Mundial trajerori consigo un perfodo de deciinacién en las transacciones econémicis inier: narionales y, como consecuencia, 1a adopeién de politicas orientadas hecia uns autarquia econdmica. Pern, después del perfodo de reconstruccién vie la.posguerra y una vez que ol comercio internacional y los movimientos ce capital comenzaron a florecer nuevamente, la “apertura de la economia” readquirié la popularidad qu habia perdido, Se aconsejé incesantemente,a los paises en desarrollo,el abartono de los mecanismos y politicas postula- dos en épocas ahora visualizadas como distantes y su adhesion al nuevo credo. Los afios '30, parecer‘a, a veces, insinuarse, habrian constituido una aberracion, una era patolégica. De acuerdo con esta éptica, los problemas de dicha época no se presentarian nunca més. Y, en consecuencia, no habria justificativos para ajustarse a ideas generadas en circunstancias tan excepcio- nales. Por lo conirario, la década previa —la de los afios ’20— es recordada por estos mismos sectores, en la Argentina y en otros paises relativamente desarrollados de Sudamériea, como el paradigma de una era de prosperidad asociada con la existencia de una integracion estrecha con la economia mundial y en la que el Estado, todavia, no intervenia en la conduccién de los asuntos econémicos. En el presente trabajo nos proponemos demostrar que le Argentina es un buen ejemplo que avala una vision mas general y algo distinta sobre los afios "30, a saber, que lejos de constituir un perfodo tan excepcional se trata de uno casi normal aunque tal normalidad sea, en cierto modo, bastante deprimente, Consecuente con lo anterior, también criticaremos la opinion que sostiene que la década previa fue incuestionablemente préspera y armo- niosa, Ademés, se vera que una economfa abierta, tal como la de la Argen- tina, era muy’ vulnerable a Ja inestabilidad de la economia mundial que, + Instituto Toreultto i Tella, Buenos Altes. Versiones previas de este trabajo fueron presenta das ante sendos seminarios sobre la depresion de los aflos "30, en América Latina, aus 26 levaron cabo en el St. Antony's College, Oxford, en setlembre de 1981, yen el contento del Congreso de ‘Ameticanistas, en Manchester, Gran Bretafia, en setiembre de 1984. Agradezco alos colegas asistentes 8 Gichos seminaries y en particular ala Dra. Rosemary Thorp por el estimulo y cl aporte representados bor sus comentarios y el trabajo del grupo. Una version en idioma inglés de este miamo teebeio caldrd in, Londres, 1964, Pablicads en "Latin America in the 20", oditado por Rosemary Thorp, Mac . i¢ ‘4. 482. ARTURO O'CONNELL came desde el Rio de Ia Plata a Gran Brotaiia. Los mecanismos de precios Ge Tansferencia entre las subsidiarias de estas emprcse® transnacionales, 1a se anunacibn, les gueras de precios y todas las prictioss habituales en subfactrarsones, conttibuyeron 2 desestabilizar ain més los precios y vola- menes de exportacion’. "A pesar de una cierta relacion inversa entre precip de exportacion ¥ vyolimenes, congruente con un pais que no era mero ‘tomador de precios, cea ereeado internacional, Ios valores de exportaciGn también presentaron tin grado significativo de inestabilided. Bn el periodo 1917-20, tal inesta- {aided fue mayor que en todos los perfodos anteriores © posteriores de pisgentina, muy por encima, por ejemplo, del aue experimentaron los paises en vias de desarrollo en los afios posteriores & la Segunda Guerra’. gi los precios de importacién hubieren oscilado en Ma misma direcoion y grado. que-los de exportacion, su inestabilidad ne ‘nubiese sido importante Fret e ares de eapacidad de importacion y balanza de page aunque 0 papier sido tun fendmeno neutral en Jo que se refiere 2 Si ‘efectos sobre la hhubicre Sie del ingreso dentro del pais. De todos modos, 6 sucedio fue uatamente 10 contrario, Bsto es, los terminos de) intercambio de ls Argen- instamfrieron grandes oscilaciones antes de le década, ‘del '30 y solo recupe ane el nivel anterior a la Primera Guerra Mundial en "1946-50, aunque, como raron ¢]nifejoraron considerablemente en medio mismo de ‘ia Depresion®. Los ingresos de capital, también, experimentaron oscilaciones significa sivas, © posar de estar canalizados casi exclusivamente hhacia la inversion di- teaet en servicios pablicos y a la compra de bones cmitides por distintos Sates gubernamentales 0 bien por Tas mismas empresas concesionarias de d-vtene Lizaro NEMIROVEKY: Enrucura econdraesy,orientalon pails de Ato crgentin Ben Mg, 1983, pias ez-iaa pa Ts ats de Soares ide exportaciones en eheomercio de cere ease on feigoriicas, voase ol snforme ofiisl el come oe cere teport of he Joint Commits of Ee ‘Angio-Argentine Soniunse anes arpmty ges, 1998, En 1928, a Sociedad Rural Aentne 1 publicado El poo! Meat Trade” HS Tg por Ral rebel © Ce aa eae ae fue de loe frigor eae, wee Koma te habia prtendido, el poo! transfers ala Gectinacioa de Los tuacionts Ge 10 2 tenes cuanguier aumento de os memos, Habla Tere Sustanciates entre 105, presale 2g ducaraaby ot antriades Sens 10 ee 6 ga oe en Gren brelos de experince, go uno. on igre cue se Mabie SHEN 9 ‘datos sobre Breta. En ve, eee JoFtcagcione del Conzies Asserting, ee ey ‘aguoti”™ cor, aeataba. de contiabandesr su. contabl Mle corned beef. Véase Peter Sande trata oe gnpening, Muera York, 1970, En cuanto ‘ee SMITE: Pott occl fneabt tn tle Tos presi intrmaionas 6 ‘menopoltzar Ie, aus ducal omens mento dl prods Sel st SU A oe 1s falta ental cel reso panos, io cua obliga ala Argentina vender can cosechs Tamedintamente Seep do levantaria. oe igetapiad para of ylor de ta exportaciones fue 26 26. Per a eriode oi aS: el samo fede etmado por Hae Been yarn 25 paises om © erfodo 1948-58 Pees Sato 9,06. Véate DIEGUEZ, op. city pit: 34. Fe eda intereab daminuyeron, 8 1919 2 1920 en gat von ag ens ee alar s eaer un 10 por cen on 172671727 Ac ee toa tao 00 37 Fae 7g romed, tox emis dl interenmbe ta ge festovieron un 1p a aa de nel 19335 de paso se eho LPO Pe ead dat 30 f08 27 Por one oor epael BALBOA: “Lé evoluctn del balance de patos 10 ‘Repabliea Argentina, oso fy Dero Erode. wh ohactSe gy abri.junio. 1972, donde hay series anuales de fo trminos del interenrnbio. LA ARGENTINA EN LA DEPRESION 483 servicios pitblicos. El comportamiento de estos movimientos de capital de largo plazo estaba determinado, principalmente, por las condiciones de los mercados de capital en las areas “centrales"; es decir de Londres hasta 1914 y-de-Nueva-York-despuésde-1924, condiciones que poco tenfan que ver con Ja situacion econémica o las necesidades de la Argentina. Y cuando si lo estuvieron, su ingreso al igual que el de los movimientos especulativos, de menor importancia cuantitativa, fue marcadamente desestabilizador ya que aumentaba en tiempos de auge y disminufa con las crisis”. : 1.2, Mecanismos de transmisin Las exportaciones, en el perfodo 1925-29, constituian el 24 por ciento del producto bruto interno y el 67 por ciento de la demanda final para el sector rural pampeano. Por otra parte, el capital extranjero poseia, hacia fines de la década del ’20, el 32 por ciento de todo el capital fijo y los in- gresos brutos corrientes de capital representaban mds del 10 por ciento de Ja inversi6n brata fija, principalmente, en obras pitblicas o de infraestructura, de gran efecto multiplicador y de fuerte encadenamiento hacia atrés. Por lo tanto; la inestabilidad de las exportaciones y de la entrada de capitales fue un fiierte generador de inestabilidad en la economia global a través del fun- cionamiento del sistema de ingresos y gastos*. <;- Los impactos externos, también, se transmitieron a través del sistema fiscal:y monetario, intimamente ligado a las transacciones externas. El sistema monetario del pais fue bautizado como de “patron oro esporidico”. ‘La ereacién primaria de dinero estaba regulada por ¢l flujo de oro y de di- visas extranjeras. Al no existir un Banco Central hasta 1935 (si bien el Barico de la Nacién Argentina cumplia algunas funciones de éste), a menos 1 Un ejemplo elisico de varigcién de ingresos de capital no selacionados con tas condiciones argentinat es ol que relate Ford, Véase A. G. FORD: The Gold Standard, 1880-1914, Briain end Argentina, Oxford, 1962, cap. X, “Argentina and the eriis of 1913-14". La Guetra de lov Balesncs, 35 consecvencias en'el mercado de Londres, enero una pardiss en ia entrada de capitales¥ pro sn la Argentina ~agraveda por un posterior feacato en a covechs-, que no tenia jon desde un punto de vista foc En el periodo 1926-28, el ingreso de capitales de largo plazo constituia algo mit del 10 por lento del valor de las exportaciones y era, por lo tanto, una fuente importante de divs. Le inver si6n privada contributs con 1 41 por elento'y los exdites publicas con un 59 del total. Vénse Revista Econdmica (nueva sere), vol. 1y No 1 (4957), cusdso 6, donde eatin las catimaciones del belance de gos para la Argentina en eb * Para la conteibuci6n de las exportaciones en el PBL y en ta produccién del sector rurel parm peano véase NACIONES UNIDAS ‘de Asuatos Econsmiicor y Sociales: Andlctr y royecciones del desarrollo econémico, V, “El desarrollo econtomico de Ia Argentina” (estudio 2ado por la Secretaria de la Comision Econémies pars América Latina), México, 1955, evadro 1, Piz. 18, y cuadro 20, pég. 23. Para la partieipacion del capital axtranjero en el total del capital 190 Véaze cuadco 27, pin. 28, y cuatro 28, pig. 29, para is cifras sobre entradas brutas de capital de iaro plaz0, aei como. el cuadto XI, og. 144, pera iat cifras sobre formacion Gel capital bouto fio, todos Para el periodo 1925-29. Las stras en petos de 1950 se hen convertide a dolaros de 1950, usaade ol tipo de cambio de paridad de dicho afo, es decir, 6,30 pesos por dolar extadounidense, En términos nétos, si se deduce el sorvicio y la selide de capitalos, Ja conteibucién det extranjero, en el mismo periodo, fe strictu senso claramente negative, La slice anual neta fae de 249 millones de d6lares, fo que representabs un 4,7 por ciento del PBI. Datos del mismo eusdro 28, ig. 29, para movimionios de capital y el cuadro 24, pig. 26, para el PBI; se utllz6 el mismo Sino de cambio que ef de mis arziba para la conversion de pesos en doleres. De agui en més me referee ‘este Informe como CEPAL (1983). 484 ARTURO O'CONNELL que los bancos tuvieran una politica deliberadamente compensatoria de uso de reservas en efectivo, los préstamos y la expansion secundaria del dinero quedaban rigidamente Felacionados con los altibajos de la balanza de pagos”. ‘Ademas, el sistema fiscal ‘argentino dependia excesivamente de las variaciones en la balanza comercial. Las tres cuartas partes de todos los in- gresos corrientes del gobierno se originaban en los aranceles y en otros gravamenes @ la importacién. Los perfodos de auge en el comercio exterior, por lo tanto, inducian una expansion fiscal y compromisos de gastos pt blicos (multiplicados por ¢l aumento de emision de bonos piblicos que normalmente los acompafiaba) que probaban ser bastantes inflexibles al ‘ocurrir un posterior descenso '®, 1,3. La vulnerabilidad externa y' la autonomfa de la politiea econdmica Como todo pais:deudor, Ja Argentina se enfrentaba cada afio con una ‘carga fija substancial sobre sus ingresos de divisas. Aur antes de-la Primera, Guerra Mundial, estas cargas eran superiores al saldo de Ja balanza comercial; Por Io tanto, el pais necesitaba de nuevas entradas de capital cada afio para evitar problemas serios en.la balanza de pagos y las consiguientes perturba- ciones internas!? 8 Alberto Hueyo, ministra de Finanzas desde marzo de 1932 hasta jul de 1933, fue quien acuRé esta expresion dil “patrén or esporadico™. Sus palabras pueden leorse en MINISTERIO DE HACIENDA: ior accion de emergenciz en ef problema manetario, Buens Alves, 1932, plx. 6. A partir de comlenzos del siglo XX gi. cv el pafe al patron oro hasts agosto de 1914 y luego desde paseto de 1027 hate dleiombre de 1939. La vuelta al patron oro, tanto en 1889 como cn 1927, fue ‘Sigiia por ei sector de intereves exportadores caando se eaftento con wn pesp en franea aprociacin Por to. Contrario, los inversares extranjeros favorecian al peso “fuexte” para convertis @ divisas ext ‘amsanclas on pesos Ta opinibn adversa de sir Otto Niemeyer con respecto a la relacin rigide entre balanza de ‘pasos y exeacion de dinero puede Leste en Revist2 Feondmlce, vol 7, NO 5-8, 1934. © VYéase Revista Econdmioa, vl. 5, NO 9, octubre de 1932, *Desarollo y estruct sen inpositivo en el pais”, cuado 6, et co 478, que consigna ciras de Srapuestos de distintas fuentes. 11 yéage Vernon Lovell PHELES: Tie Dnternotional Economte Postion of Argentina, Filedol fia, 1938, apondice ty cvadeo 1, part Ia iftes de ia balanza de pagos, cn pesos 010, para todo el perfo- fo" 1914:38. Las cftas, en pesoa coreientes, para 1926-36, esidn en Revists Econdraica (nueva serie), ‘Jou T, Ne 1 (1987), euadto 6. Ei peso oo argentino, como lo define la ley de 1891, tenia 1.4si,e1 Ine de oro fino y era gual sie para 47,56 peniquss, # francos fanceres 0 0,965 dots Eenues. Le Ley de Converelbn ds. 3899 definio el peso papel como el equialente a 0,84 pesos oro. “véase también Viegl SALERA: Exchange Control end the Argentine Market, Nueva York, 1941, pas. 21, que cvbre el perfogo previo sla Primera Guerra Mundial. El gran endeudamichto de a Argentina habla llamado la stensign do Keynes: vease J. M, KEYNES: The Esonomle Consequences Of the Peace, Londces, 1919; pig. 263. £1 servicio del capital éxtraniero nen de CEPAL (1959). Sere i pueios mayorstas a2 etrleoa de avis eons, wos MANES data cet {ath fe res de camo. La ren dopa ene 3 48a a or ia de a mina fuente 2 pet on mbembre de 1981. Medides por ol nivel global de press ‘ayorsta, sneoredos continuaron declinando hasta noviessbre 401933. ‘® bid. para precios rurales y.n6 sural LA ARGENTINA EN LA DEPRESION 498 de 1982, Por lo tanto, las tasas de interés real para productores no rurales distaban mucho de ser bajas, si bien la depreciacin del peso, al inflar sus precios (principalmente en 1930/81) contribuy6 a aliviar su situacion. Pero _ con- aquella~ cafda~de-los precios agropecuariog 68 fécil imaginarse lo que signified el peso de la deuda para los productores rurales, Las dificultades de 10s terratenientes también fueron considerables (s6lo el 35 pot ciento de les tierras pampeanas estaban en manos de sus productores), ya que la mayor parte de los arrendamientos se pactaba en dinero efectivo ¥ éstos se vieron teducidos entre 30 y 40 por ciento, En tanto que las hipotecas no solo mantenfan su valor nominal sino que pagaban las altas tasas ya mencionadas: De manera simulténea, los precios de la tierra rural disminuyeron entre 30 y 50 por ciento, depen?.~ndo de la regién. Las propiedades urbanas, ast como jos alquileres, fueron w.ectados de un modo similar®4, Existen datos, aunque algo incompletos, de que las firmas de exporta- cién. monopélicas tuvieron gran éxito en transferir el descenso de los precios extemnos hacia Jos productores, Por ejemplo, mientras que las tasas de ganancias para Jas sociedades anénimas.en su ‘conjunto disminuyeron en promedio de 8,4 por ciento en 1928 a 1,8 en 1982, las de los frigorificos subieron de 6,7 a 8,3 por ciento en el mismo periodo. Firmas de exportacion de cereales como Bunge & Bom o de Ridder estaban arrojando, en 1932, tasas de ganancias de 10,9 y 8,8 por ciento, respectivamente, Cabe destacat “Que, ‘hasta este aio, los bancos también lograron mantener con éxito sus niveles de ganancias®. Sobre la base de nuestros datos sobre disminueién del ingreso nacional entre! el quinquenio previo a la Depresin y el primero de la Depresién, se puede. estimar que el sector rural debié soportar casi solo la carga de los ajustes frente a los sectores urbanos, a pesar de una sustancial depreciacion del peso. De hecho, el poder adquisitivo de la produccién rural cayé en el mismo perfodo mas del 25 por ciento. Dado que el sector rural era casi la tercera parte del PBI, esta disminucién se traduce en més del 8 por ciento del ingreso nacional, lo cual asciende a casi 9/10 de la cifra que hemos dado de caida del ingreso naciotial. La informacién que se posee s6lo aloanzaria para formular conjeturas excesivamente aventuradas en lo que se refiere a la distribucion de la cafda de ingresos rurales entre peones, chacareros y estan- cleros, terratenientes tentistas y acreedores™*, De acuerdo con lo anterior, 1oé ingresos urbanos deberfan haber, préct camente, mantenido su valor total. No parece que se hayan producido grandes cambios en su distribucién én sueldos y ganancias. La informacion 2 Lg cifras sobre tases de interSt oe obtuvieron de Revises Bcondmice, varios nGmeros; las de propiedad de ta tetra se tomaron dal Censo Agreio de 1937. Para presios de a tetra véase SOGIE- DAD RURAL ARGENTINA, op, cit, y para lor ferronos urbanot } alquilers véaee Revista Booms. ‘mice, vol. (nueva serie), Ne 2, pie. 73. 35 Las cis de tasas de ganancio pueden consutarse en Revista Eeonéintee, vitios nimeros. {Los bancos mantuvieron mérgenes bastante altos entre tases de fateréeactvasy pasivas, do mado que sus tasas de ganancia seutan tna torprendente estebiidad hasta 1931, esto es, 4 ubicaron por encima, 7 por ciento. % Para los datos sobre produccién roral vlase CEPAL (1958), eusdro 20, pfs. 23, 9 pars loe precios mayoristas ralatives, Revistz Feonémtea, varios némeros. 2G 494 ARTURO O'CONNELL sobre sucldos nominales es escasa, pero la que existe muestra que, en prome- Gio, la disminucién durante el primer quinquenio de la Depresi6n es similar a ta del costo de vida, es decir un 20 por ciento, Pot lo tanto, los sueldos reales habrian mantenido sus niveles anteriores a la Depresiéu, Lamentablemente, no se ha podido encontrar informacion sistemética sobre el desempleo. Si éste hubiese aumentado significativamente, como sostienen algunos sobre la ase de pruebas algo precarias, implicaria que, en el total, se habria pro- ducido una redistribucién del ingreso a favor de Jas ganancias en Jos sectores urbanos*”, oe Un dato importante, en la Ifnea de razonamiento que trata de Mega # una estimacién. de Jos cambios que se produjeron en los niveles de vida de Gistintos sectores sociales, es el crecimiento de la poblacion. La poblacion crecid casi un 13 por ciento entre 1925-29 y 1980-84. Por lo tanto, el jngreso nacional bruto per cApita cayd enel mismo perfodo alrededor de un 20 por ciento®*, 2.8.4. La recuperacion En Ja Argentina, al igual. que en otros pafses agrarios como los de la ‘euenca del Danubio, el crecimiento industrial estimulado por uma caida en las importaciones —provocado. a su, vez por la situacion de la balanza de pagos— jug sin duda un cierto ro} en Ja recuperacion econémica. Sin embar- £0, como veremos, en nuestro caso; por lo menos, la tasa global de ereci- miento de la industria“ert la década del ’80 no fue excepcionalmente alia. in realidad, ademés de los efectos de algunas medidas de politica eco- nomica, la principal fuerza motriz. de la reouperacin fue, una vex més, el impacto externo, En esia ocasion, se tratd de un aumento de los precios de ‘exportacin en medio del mismo periodo de la Depresion*?. Los precios de exportacion erecen repentinamente, un 43 por ciento en el period 1933-34 y, después de un. aio de estabilidad casi completa, aumentan, nuevamente, Un 21 por ciento en 1935-36 y un 22 en 1936-37. Durante la misma época, los érminos del intercambio para la Argentina mejoraron, ptimero, un 17 por ciento, Iuego se estabilizaron y aumentaron otra vez 24 y 11 por ciento, respectivamente, en los afios siguientes. En 1937 Jos términos del intercambio para la Argentina hab{an vuelto al nivel de 1928 ¥, por lo tanto, al de 1918, el més alto por muchas décadas, El motivo de tal aumento de precios, a pesar de ia depresion agraria y la situacién bésica, bastante critica, de los mercados mundiales para cereales y 137 pare Jas cifras de"atlitios y costo de vida, véase LEAGUE OF NATIONS: Statistial,Yeor: book, 1940, Ginebra, 1941, cundros 16 y 9 38 Véese CEPAL (1959), cuadro 11, pég 15, para os datos de poblacién. 7 3 incluso aquellos que estaban interesadoe prima facie en atrjbulrse la responsabilidad de ln secuperacibn gracias la politica econémies apllcada, tavieron fa gran honestidad de aseveret que Ia ‘erdn principal dela rocupesacon estaba en el surnento de fos precioe mundiales para los productos Br exportacion argentinos véase Revista Heondiuea (serie WD, vol T, N® Ay pSB. 1- ‘2 Véuse BALBOA, op. cit. para las cifras de precios de exportacién e importacién en dolares ‘eeadounidenses.

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