Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
CRIMINOLOGIA
CRITICA
Pe
Perspectivas europeas para una .
CRIMINOLOGÍA
CRÍTICA
RENÉ VAN SWMNINGEN
Profesor de C1iminología Comparada
CRIMINO LOGIA
CRÍTICA
20 1 1
S'ulr'o César Ya/ra- Editor
PRóLOGO .......... .
EL VA U
l. EL VALOR 1
En Buenos Aires, República Argentina:
:l:) Euros Editores S.R.L.
II. EL VALOR 1
Av. Congreso 4744 (C 1 4 3 1AAP) - Tel./Fax: (0054 1 1 ) 4522- 1 483 III. EL VALOR [
e-mail: eurosedi tores@fibertel. com. ar IV. EL VALOR I
www.euroseditores.com V. LAS CULTU.
VI. LAS CULTUI
En Montevideo, República Oriental del Uruguay:
VII. TIPOS IDEA
•JJ
B de F Ltda.
Buenos Aires 67 1 (CP 1 1 000) - Tel./Fax: (005982) 9 1 6-5238 VIII. LA TOLERA
e-mail: bdef@netgate. com.uy IX. ¿COERC!Ól\
www .editorialbdef.com
PRóLOGO........................................................................ XI
CAPiTULO I
INTRODUCCI ÓN
lerecho Penal y
I l. LA CRISIS DE LA CRIMINOLOGÍA CRiTICA ........................ . 7
3.S Sociales de la
l. Crisis analítica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
CAPiTULO II
4522- 1 483
IV. EL VALOR DE LAS COMPARACIONES INTERNACIONALES ........ 32
Capítulo III
l.: 4222-8040
le
l. LA EscuELA MoDERNA DE CIENCIAS PENALES INTEGRADAS
2 0 1 1 por:
EN EuROPA .................... : . . .· . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
NORUEGA ...
5 . Las advertencias de Bonger respecto del
II. Los GRUPOS
autoritarismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
IV. M ICHEL Fo u
7 . La criminología y el campo del derecho penal 108
V. E L CASO !TAL
8. Las ciencias penales integradas en Leiden . . . . . 1 10
CLASES .......
9. La Escuela de Utrecht . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 12
VI. LA LUCHA CA
1 0 . Hacia la criminología critica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 14
DEMOCRACIA
VII. Los GRuPOs
Capítulo V
l. La "Co<
EL MOSAICO DE LA
2 . BWO (<=
CRIMINOLOG ÍA CR ÍTICA E UROPEA
3 . VOICE
J. EL IMPERIO BRITÁNICO Y LA CRIMJNOLOG(A CRITICA ......... . 123
VIII. EL ACTIVISMO
II. EL GRuPo EuROPEO PARA EL EsTuDio DE LA DESVIACION IX. L.A. LUCHA CAF
Y EL CoNTROL S oc iAL . .. . .
. . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134
X. LA LUCHA CAF
· · · · · · · · · · · · ·
67
· · · · · · · · · · · · ·
70 CAPÍTULO VI
· · · · · · · · · · · · ·
72 LA J USTICIA PENAL
;;RRA . . . . .. . 77 COMO PROBLEMA SOCIAL
'liSTA . . . ... 78
l. LA EMANCIPACIÚN DE LA CRIMINOLOGÍA . . ..... . . . . ....... . . ... . . 176
'NAL ....... 80
Il. Los ANÁLISIS DE CLASE DE LA ESCUELA DE GRONINGEN . . . . 18 1
· · · · · · · · · · · · ·
85 VI. LA PERSPECTNA DE LA DECRIMINALIZACIÚN DE LoUK HULSMAN. 199
· · · · · · · · · · · · ·
91 Capítulo V II
· · · · · · · · · · · · · ·
99 Ill. GRUPOS PARA LA REFORMA PENAL RADICAL EN ALEMANIA . . . 225
· · · · · · · · · · · · · ·
1 12 VI. LA LUCHA CARCELARIA EN ESPAÑA COMO LUCHA POR LA
· · · · · · · · · · · · · ·
1 14 DEMOCRACIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . 240
)RÍA CRÍTICA 1 52
VIII RENÉ VAN SWAANINGEN
2. El se
XIII . LA DISPERSIÚN DEL "LOBBY" PENAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . 264
esp a
XIV. E L CAMBIO DE POSTURA DE LOS MOVIMIENTOS DE REFORMA
3. ¿Un:
PENAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266
4 . La de
crím
VIII
CAPÍTULO
5 . Los ¡:
E L ANÁ LISIS CR ÍTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL
ester
l. EL NEOPUNITIVISMO Y EL TEMOR AL DELITO .................. . . 270
se eu
11. Los PRINCIPALES MODELOS DEL NUEVO SISTE.MA DE JUSTICIA 6. "Lo SI
PENAL ................................................................. . 272
el Es
l. Mayor orientación hacia la víctima . . . . . . . . . . . . . . . 273
7. La pr
2. El delito como tema central del debate público 274
8. Respc
3. Del delito al temor del delito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275
9 . A mo
4. Mayor regulación administrativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . 276
l.
.
EL FEMINIS
V. EL NEOCONSERVADURISMO, LA "ALTERIDAD" Y EL POPULISMO
11. LA EMANCIF
PENAL ................................................................. . 29 1
III. EL VALOR S
VI. EL COMPAÑERO INSEPARABLE DEL MORALISMO PRAGMÁTICO 296
V. LAS NARRAT
PARTICIPATI1
Capítulo IX
l. CONCLUSiür
11. LA REAFIRMACION DE LA CRIMINOLOGIA CRITICA ............. . . 311
Bibliogra fia . . . . . . . .
"ventanas rotas ", privación, conflictos . . . . . . . . . 337
ÍNDICE iX
· · · · · · · · · · · ·
266 4. La decadencia del Estado de bienestar y la
criminalización de la política social . . . . . . . ; . . . . 34 1
·
· · · · · · · · · · ·
1E JUSTICIA
6 . "Lo social" : la comunidad, el gobierno lo cal y
272 el Estado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344
· · · · · · · · · · · ·
· · · · · · · · · · · ·
· · · · · · · · · · · ·
· · · · · · · · · · · ·
276
276 CAPITULO X
· · · · · · · · · · · · ·
· · · · · · · · · · · · ·
279 EN LA SOCIEDAD DEL RIESGO
· · · · · · · · · · · · ·
286 l. EL FEMINISMO Y LA "VICTIMALIZACION" DE LA MORALIDAD... 350
· · · · · · · · · · ·
· · 29 1 Ill. E L VALOR SOCIOLÚGICO DE LA S GARANTÍAS LEGALES ......... 358
· · · · · · · · · · · · ·
304 V. LAS NARRATIVAS, E L DERECHO FEMINISTA Y L A JUSTICIA
PARTICIPATIVA . .. . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365
EBATE
CA CAPITULO XI
R OBTENER
CONCLUSIONES
· · · · · · · · · · · ·
· 307 l. CONCLUSIONES TEÚRICAS .......................................... 38 1
· · · · · · · · · · · · ·
311 l. Los límites al instrumentalismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 381
· · · · · · · · · · · · · ·
336
guridad , Bibliografia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . .. .
. 405
tos . . . . . . . . . 337
Evitaré extenc
gar e ste libro, y e
público a René v
Holanda, y profe
ámbito latinoam
mente difundido,
ta de publica cion
España y alguna
y México ) .
El autor es un
teria que dicta en
casi irónica, ya qt
"los chinos de Eu
cia históri ca a rel
del mundo. Tal ve:
para que van Sw<
tilidad en las cor
aus culta, no sin ¡:
puedan tener sus
de Rusia hasta p,
sen cillamente im ¡:
diversidad en cult
mi cas. Sin embar
no sólo es úni ca e
ponsable contenid
opuestas, contradi
nología y el Dere cl
Personalmente,
pensamiento del
1'
PRÓLOGO
y Méxi co).
El autor es un espe cialista en criminología comparada, ma
teria que dicta e ri la Universidad de Rotterdam, una referen cia
casi iróni ca, ya que los holandeses gustan llamarse a sí mismos
"los chinos de Europa", por su internacionalismo y su tenden
cia históri ca a rela cionarse con todas las culturas y mercados
del mundo . Tal vez, esas condi ciones hayan sido fundamentales
para que van Swaaningen pueda in cursionar con tanta versa
tilidad en las corrientes y autores de los diversos países que
aus culta, no sin plantearse rese rvas sobre las limitaciones que
puedan tener sus análisis. Como él señala, E uropa abarca des
de Rusia hasta Portugal y desde Turquía hasta Islandia, y es
sen cillamente imposible para una sola persona comprender tal
diversidad en culturas, idiomas y tradi ciones políti cas y acadé
micas. Sin embargo, se podrá apre ciar que la tarea realizada
no sólo es única en la materia, sino que además ofre ce un res
ponsable contenido interpretativo del cúmulo de informaciones
opuestas, contradi ctorias y materia de polémi cas entre la Crimi
nología y el Dere cho.
Personalmente, me había interiorizado h ace una dé cada del
pen samiento del auto r, a t ravés del libro Critica[ Criminology,
XII CARLOS ELBERT
ipios clásicos, nor una postura ecléctica, asumiendo algunos de sus planteas y re
dos por categorías chazando otros, para aferrarse a la defensa de lo " Moderno" en
varias cuestiones sustanciales.
t las observaciones El autor admite la fatalidad de que las sociedades no fun
ninólogos críticos, cionan sin alguna forma de control social, y que, por l o tanto,
3.fe ctos al decons parece inútil seguir debatiendo sobre la necesidad de mayor o
tiva del derecho, y menor control social, sino que la tarea de la hora es preguntarse
la tor re de mar fil. qué clase de control social se prefiere: preventivo, integrativo,
:os tienen algo en correctivq, punitivo, represivo, etcétera.
uial: j u zgar el de Las preocupaciones éticas de van Swaaningen apuntan a
)rando su aspecto construir una política de seguridad socialmente justa, para lo
s se "simplifican" cual los "parámetros civilizatorios" de Norbert Elías son su pun
ello, la teoría nor to de referencia constante a lo largo del trabajo.
e para salvar a la Otro aspecto relevante de este libro es el lúcido tratamiento
. Sostiene nuestro que recibe el rol de las víctimas de delitos, en plena coincidencia
sociológico de las con el que planteamos, en referencia a la realidad argentina, en
humanos, la jus los casos "Blumberg" y "Cromañón" 2. Van Swaaningen destaca
:ntales narrativas algo que se olvida con mucha ligere za, esto es, que las necesi
stitu yen intentos dades de las víctimas son insaciables y la pregunta acerca de lo
noralidad, que se que debe sucederle al acusado no puede quedar sujeta a las di
ferentes reacciones (ni a la manipulación política demagógica) .
Jle y profundidad No menos relevante es el tratamiento dado a la cuestión de los
nes y de los mo derechos humanos, por considerarse actualmente los tratados en
:ts. Dentro de tal esa materia como una moral codificada, y por lo tanto, un punto
tl, y del holandés cercano a la idea del Derecho Natural. Se agrega un análisis so
f novedosos. Eso
bre el tratamiento que dieron al tema los criminólogos críticos, en
, c omo indicador, especial los esposo s Schwendinger y Alessandro Baratta.
con mayor creci Al finali zar la lectura de este libro, nos puede quedar a los la
lropa occidental! tinoamericanos la sensación de que, a diferencia del desarrollo
ias a nivel global local de la criminología crítica, donde la cohesión ideológica era
en .cuenta la co un tema fundame ntal, la evolución europea fue una cuestión
s se dirigen (con mucho más coyuntural y académica. No hubo allá un corpus
tdo cada ve z más de ideas políticas fundamentales que luego se desarrollaran de
1 los juristas crí-
modo dispar, sino, lisa y llanamente, abordajes locales, tomando
retazos teóricos que les pudieran ser útiles para cada coyuntura.
1na criminología
· una categoriza
2 ELFlERT, Carlos y otros, Inseguridad, víctimas y victimarios, Argentina
. posmodernidad
taningen adopta 2001/2007, BdeF, Montevideo-Buenos Aires, 2007.
XVI CARLOS ELBERT
INTRODUCCI ÓN
minología crítica. ¿Bajo qué conqiciones pudo desarrollarse un ticia socia l est;
contraparadigma y cómo perdió nuevamente esta posición? El med idas concr·
punto de partida analítico se encuentra, por lo tanto, en la lla cond ucida s po
mada crisis de la criminología crítica, situada en la "cumbre en algu nos me
del cambio" de la era de posguerra, signada por la "inclusión , la fesion ales que
riqueza y el conformismo", y el "individualismo, la diversidad y ser hum anitar
la reconstrucción a gran escala de los valores aceptados", predo debería ser ac(
minantes en los últimos veinticinco años del siglo XX, durante tido, tanto en e
los cuales "los pilares de la sociedad: la familia, el trabajo, la no podemos in
nación y hasta la riqueza misma, fueron cuestionados y dejaron del delito y del
de ser obvios" (Walton y Young 1966). Debe hacerse también es, al meno s, t
un análisis de los consecuentes cambios en la política criminal una realizaciór
para evaluar cuál podría ser la contribución más relevante de la abstracta de ju
criminología crítica en la era actual. nos, los que pa
En lugar de ceñirse a la crítica negativa de la política estatal comp artid os co
del control del delito -que dominó el proyecto crítico durante fundamento no
los últimos años de la década del 70-, parece un desafío ma justicia social y
yor presentar una visión alternativa de la justicia. La visión de en una aprehe1
cómo podría ser una criminología crítica revaluada -hipótesis les" e n las socü
que se desarrolla en ste libro- debería implicar un "discurso de instru ment alisJ
reemplazo", es decir, una perspectiva que "no sea simplemente Retomando
de crítica y oposición, sino que suministre una visión crítica, europea, la bú:
pero alternativa a la vez" (Henry y Milovanovic 1996: 2 05). Este notablemente ir
discurso de reemplazo comienza en las bases normativas y epis no existe un lib
temológicas de la criminología crítica: la crítica de la j usticia visiones y debai
penal debe incluir una crítica del contexto socio-político y las nerlos a un p ú
alternativas del control penal deben basarse en visiones de una más profundo e
sociedad más justa respecto de la distribución de las riquezas y peo. Así, este lit
las oportunidades. Dentro de esta premisa, tres temas centrales europea que no
en la política criminal actual, como son la prevención del delito, lector a una nu
la posición de la víctima y el valor d .las garantías legales, se que floreció en 1
encuentran sujetos a la clásica piedra de toque de la crimino
logía crítica: la demanda de justicia social. Esto implica u na l. ¿QuE ES LA CRI
lNTRODUCCION 5
::n y el desorden, ignoran otros peligros para la sociedad. En este último sentido,
:cto, la repentina la corriente principal de la criminología es criticada por prestar
lgar en el período poca atención a los delitos de los poderosos. El ímpetu con el
t serie de "descu que varios delitos de cuello blanco y de las corporaciones, de
émico, sino como violencia sexual o de violaciones de los derechos humanos por
d postrera que se parte del Estado se han transformado en objetivos comunes de
nia, "dado que es investigación , es atribuible a la criminología crítica.
revisiones funda Según los criminólogos críticos, los medios para reducir el
' Young, 1996). problema del delito deben ser una parte implícita d la política
; sostiene que las socioeconómica. Se dice que el sistema de la justicia penal hace
.1cen el problema lo contrario: reproduce la inequidad social. Parece ser que la po
llar de individuos licía se interesa principalmente por la delincuencia de las clases
orden social con sociales bajas. Asimismo, estos grupos están dramáticamente
tología describiría sobrerrepresentados en el sistema carcelario. Como modo de
libre albedrío del control social, la intervención penal sería, entonces, contrapro
:ectos patológicos. ducente, porque brutaliza y transforma en chivos expiatorios a
ibución o a la co los grupos más vulnerables de la sociedad. En contraposición
a de este enfoque al discurso etiológico individualista de los criminólogos tradi
ésta es una visión cionales, los juristas y los psiquiatras, los criminólogos críticos
1eso del problema han demostrado la selectividad y la ineficacia del sistema penal,
la propiedad, que y han revelado muchos errores judiciales. De este modo, el dis
ún defecto patoló curso concerniente al delito y al control del delito se eleva a un
elección racional, nivel sociológico superior, que excede la etiología positivista.
a un orden social
Los criminólogos críticos relacionan los análisis empíricos
escasa gravedad, con la teoría social. El adjetivo "crítico" así lo indica; deriva de
dismo, que genera la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt. Aunque se han he
va. Al describir el cho muchas referenCias implícitas a esta famosa escuela ale
·íticos quieren se- mana de sociología, sólo unos pocos criminólogos críticos han
1 delito, del propio trabajado explícitamente dentro de ese estilo. Sin embargo, el
ol. Más que estu- propio cometido de la criminología crítica tiene su raíz en los
individuos o gru postulados centrales de la teoría crítica, de que las preguntas
i, los criminólogos científicas siempre deberían reflejar preguntas sociales, y que
:lad y el desorden la ciencia puede ser un medio para cambiar el statu qua. Una
:ido más estructu inspiración teórico-política comparable -implícita pero impor
do, estudiar el rol tante- deriva del estructuralismo francés, especialmente de las
las agencias de la reflexiones de Louis Althusser sobre el marxismo, y la tradición
viación, y analizar intelectual neomarxista italiana, inspirada por Antonio Grams
ales" a definir de ci. Estas orientaciones relativas a la teoría política y social con
encía, mientras se dujeron a reflexiones macrosociológicas sobre las perspectivas
6 RENÉ VAN SWAANINGEN
de la criminología ,
un marco de referencia muy diferente. En este contexto, una re
las ciencias social<
orientación de la criminología crítica resulta muy estimulante si
gía o la psicología
vamos a crear un espacio abierto, para escenarios alternativos
y su conocimiento
que compensen el déficit democrático de una cultura "totalita
les permite a los c1
ria" y de la política instrumenta lista de ley y orden.
En la década del setenta, las grandes teorías eran dominio de sociales se relacio
los académicos críticos, pero a partir de la década del ochenta una construcción
han pasado al dominio de los criminólogos tradicionales de Nor-· y cuáles son los ef.
teamérica, quienes presentan " teorías generales" del delito (Mi social. A diferencie
chael Gottfredson y Travis H isrchi, 1990) y del "delito expropia (especialmente crí1
do" (Lawrence E. Cohen y Richard Machalek, 1988), o hasta las sideración cuestioJ
que relacionan el delito con la "naturaleza humana" (James Q. los valores de la vi!
Wilson y Richard J. Herrnstein, 1985). En la actualidad, los aca también integran
démicos críticos permanece!' en silencio respecto a cuestiones las grandes cuest:
tan importantes, y han bajado sus pretensiones. Probablemen también debe ser
te, tienen miedo de ser acusados nuevamente de diletantismo; valores humanos ¡:
sólo unos pocos se atreven a tratar las punzantes cuestiones Por otra parte, i
que exigen los desarrollos políticos cruciales de hoy en el mundo habían estudiado
occidental, tales como la criminógena exclusión de los grupos al positivismo idee
de escasos recursos de la vida social y la creación de nuevos estas políticas se i
desclasados como resultado de la privatización de los servicios competencias de 1
públicos (de los que aquellos que menos pueden pagarlos, de previas a la identif
penden más seriamente), el reemplazo de los verdaderos tra donaron ese camp
bajos por trabajo " flexible" a pedido, sin perspectivas realistas rio era continuar t
(conocidos como " McJobs"'), la automatización y la globalización Existe una larg
de la mano de obra y las políticas migratorias cada vez más res ción penal, etiqw
trictivas. Tal como puede concluirse de los diferentes "informes pánico moral, sele•
locales" de la Revista Europea de Criminología (European Joumal tes relevantes a le
of Criminology), la situación actual en la criminología europea Requieren sofistic<
adopta, en general, una orientación empírica dispersa e irreflexi las realidades actc
va sobre cuestiones concretas relativas a la efectiva aplicación e echar todas estas
la ley. Aunque la creciente atención que se le brinda a la elabora cos han sido de lo
ción empírica de temas criminológicos es definitivamente positi crimen organizado
va, los criminólogos se arriesgan a hacer desaparecer su discipli la obra Organizinf
na si le prestan muy poca atención a sus bases teóricas. El valor 1 9 8 1 ) . En los País<
do (especialmente
fugiados y a las m
transformó en un
' N. del T. : término utilizado t>n alusión a "McDonald's", asimilando el
" trabaj o chatarra" a la "comida chat arra" que comercia liza esta cadena.
criminológica (van
lNTRODUCCION 15
:te contexto, una re de la criminología como disciplina científica autónoma, al lado de
. muy estimulante si las ciencias sociales "normales" como la sociología, la antropolo
enarios alternativos gía o la psicología social, radica en su carácter interdisciplinario
y su conocimiento específico del sistema de justicia penal. Esto
1a cultura " totalita
les permite a los criminólogos mostrar cómo distintos fenómenos
/ orden.
sociales se relacionan con el delito y la criminalización , cómo
·ías eran dominio de
una construcción legal y su consolidación canaliza el pro blema,
década del ochenta
y cuáles son los efectos de una reacción específicamente penal 0
radicionales de Nor..:
rales" del delito (Mi social. A diferencia de la mayoría de los otros científicos sociales
del "delito expropia (especialmente críticos), los criminólogos también tóman en con
sideración cuestiones normativas referentes a la coerción legal;
k, 1988), o hasta las
humana" (James Q. los valores de la vigencia del derecho en un Estado constitucional
también integran las bases de la criminología. El bosquejo de
actualidad, los aca
:specto a cuestiones las grandes cuestiones morales de la coerción legal occidental
también debe ser relacionado con este postulado normativo de
iones. Probablemen
valores humanos progresistas.
nte de diletantismo;
Por otra parte, los criminólogos que durante la década del 70
1nzantes cuestiones
habían estudiado las políticas de control del delito retornaron
; de hoy en el mundo
al positivismo ideológico, precisame te en una época en la que
usión de los grupos
estas políticas se intensificaron notablemente: se ampliaron las
creación de nuevos
competencias de la policía y las intervenciones proactivas (las
ción de los servicios
previas a la identificación de sospechosos) . Vale decir que aban
ueden pagarlos, de-
donaron ese campo de estudio justamente cuando más necesa
los verdaderos tra
rio era continuar trabajando en él.
rspectivas realistas
Existe una larga tradición de estudios empíricos sobre coer
ión y la globalización
ción penal, etiquetamiento, estigmatización, criminalización,
3.S cada vez más res
pánico moral, selectividad, etc . , que todavía pueden hacer apor
diferentes "informes
tes relevantes a los desarrollos recientes de la justicia penal.
;ía (European Joumal
Requieren sofisticación, adecuación de los marcos analíticos a
:riminología europea
las realidades actuales, pero no es de ningún modo forzoso des
1 dispersa e irreflexi
echar todas estas orientacione críticas. Los criminólogos críti
::fectiva aplicación de
cos han sido de los primeros en señalar la falta de atención al
! brinda a la elabora
crimen organizado -como delitos de los poderosos- (por ejemplo,
finitivamente positi
la obra Organizing Cr ime, de Alan Block y H ill Chambliss, de
;aparecer su discipli
198 1 ) . En los Países Bajos, todo el campo del crimen organiza
.ses teóricas. El valor
do (especialmente en referencia al tráfico de drogas, a los re
fugiados y a las mujeres utilizadas en la industria del sexo) se
transformó en un campo importante de investigación y pericia
)onald's", asimilando el
crimi nológica (van Swaaningen, 2 0 06b) . En la actual idad, se
ercia liza esta cadena.
16 RENÉ VAN SWAANINGEN
l. EL VALOR DE LA CR
La pretenciosa i
logia crítica en Eu
proyecto crítico, en
Primero, el objetivo
crítica puede gener
sis representativo, 1
central. En referen
presentativa posibl·
trando un etnocer
nadas son centrale
elección, mientras ,
otros países no sor
mentará en el próx
producidos en los
forzarlos a entrar e
ración del futuro e
con mayor segurid.
el eje central de ar
de las similitudes. :
mente visible en el
En segundo lug:
rol constitutivo de 1
jetivo final de este 1
la reforma penal n
referencial. Sin ernl
llo de la crimi nolo€
En este punto, la p
CAPÍTULO I I
E L VALOR D E L A CRIMINOLOGÍA C O M PARADA
en juicios sintéticos a priori, que no derivan de ningún enun punto, pueden obte
ciado analítico. Estas premisas son tomadas como axiomas que a la narrativa pers·
permanecen fuera de la observación científica. La Crítica de la manifiestos, relato
razón pura, de Kant, enfrenta la cuestión de la constitución de presidiarios, novel<
tales conceptos. A ese respecto, Kant enfatiza la importancia de de los movimiento
la crítica como juicio crítico de las fuentes y límites del conoci encuentran los de :
miento. La teoría crítica propone sujetar las premisas precientí da realidad (penal)
ficas a la crítica de la ideología, y vincularla con las relaciones miento"s sociales se
de poder (económico) en la sociedad. no completamente
Una de las premisas de la teoría crítica es la que sostiene que diferenciada, basac
los científicos sociales no pueden confinarse a adquirir conoci de objetivos especí
miento acerca de fenómenos parciales que puedan ser descriptos, el statu quo de su :
y sobre los que se pueda operar de manera precisa y empírica, y y la tendencia a vi1
que sólo confronten al lector con problemas científicos. También social generalizad¡
deberían exponer las estructuras problemáticas de la sociedad e cial, a los movimie
involucrar al lector con los problemas sociales (Adorno 1969 : 142). presión. Si bien la
Por lo tanto, la teoría debería estar basada en la sociedad, y con parte, de otros est1
tribuir al cam)Jio de la realidad, en lugar de, simplemente, des pos de presión pe1
cribirla. Con sus famosas consideraciones acerca de los intereses dueto de entrevista
dominantes dentro del conocimiento, Jürgen Habermas ( 1968) países europeos, s
hizo una distinción entre el conocimiento para la dominación (He lineada, como así t
rrschaftswissen) y el conocimiento emancipador. El conocimiento no de los grupos d
para la dominación está afectado por intereses profesionales, co actividad "observa
merciales o políticos hegemónicos, y no cuestiona las relaciones los factores. El uso
sociales tal como son. El conocimiento emancipador desafía estos debates académico
intereses a través de la revelación de los presupuestos sobre los co, cultural y socio
cuales se basan determinados análi is, y pretende cambiar el de la teoría crítica.
statu quo. En este punto, la visión de Habermas se acomoda bas criminólogos debe1
tante bien con el argumento de Foucault, acerca de que debería las similitudes y ¿
dejarse al descubierto el llamado conocimiento descalificador, no criminología histór
É ste es el proyecto
discursivo, para así obtener una impresión más proporcionada de ,
los desarrollos históricos. Ambas estipulaciones se basan, en de
finitiva, en la noción marxista de que el conocimiento profesional
Ill . EL VALOR DEL DE
pertenece a la superestructura, y que tenemos que buscar sus Los marcos de n
fundamentos materiales. logia son, al menos
La palabra "discurso" hace referencia al conocimiento pro diferentes. Para un
fesional, estructurado coherentemente. Las fuentes capaces de ba. El sistema prev
proveer una profu ndización analítica del conocimiento no dis corte son los límit
cursivo del delito y el castigo son realmente escasas. Hasta cierto mismos . . Más allá •
EL VALOR DE LA CRIMINOLOGIA COMPARADA 27
an de ningún enun punto, pueden obtenerse de los archivos judiciales (en lo atinente
ts como axiomas que a la narrativa personal del delincuente) y también de panfletos,
fica. La Crítica de la manifiestos, relatos autobiográficos y diarios personales de los
je la constitución de presidiarios, novelas contemporáneas, mitos y la tradición oral
za la importancia de de los movimientos sociales -entre los cuales explícitamente se
y límites del conocí encuentran los de los presos- que reaccionan a una determina
> premisas precientí da realidad (penal) desde una posición de "sujeción". Los movi
la con las relaciones miento"s sociales son considerados grupos organizados, aunque
no completamente institucionalizados, con una identidad bien
s la que sostiene que diferenciada, basada en la solidaridad positiva en lá persecución
;e a adqu irir conoci de objetivos específicos, una posición de enfrentamiento contra
ledan ser descriptos, el statu quo de su situación, un perfil activista para cambiarla
precisa y empírica, y y la tendencia a vincular reclamos específicos con una reforma
científicos. También social generalizada. E ste ú ltimo elemento diferencia, en espe
icas de la sociedad e cial, a los movimientos sociales de otros grupos de interés o de
s (Adorno 1969 : 142) . presión. Si bien las observaciones empíricas derivan, en gran
:n la sociedad, y con parte, de otros estudios criminológicos, los análisis de los gru
e, simplemente, des pos de presión penal incluidos en e.ste libro también son pro
:erca de los intereses ducto de entrevistas realizadas con activistas penales en varios
n Habermas ( 1968) países europeos, sin una estructura específica previamente de
a la dominación (He lineada, como así también de mi compromiso personal en algu
tdor. El conocimiento no de los grupos de presión holandeses, aunque llamar a esta
;es profesionales, co actividad "observación participativa" seria alterar el orden de
stiona las relaciones los factores. El uso de conocimiento activista y el análisis de los
cipador desafía estos debates académicos en relación con su propio contexto históri
supuestos sobre los co, cultural y socioeconómico coloca a este estudio en el ámbito
pretende cambiar el de la teoría critica. Según John Braithwaite ( 1993a: 394-5), los
nas se acomoda bas criminólogos deben " fomentar el arte contextua! de identificar
:erca de que debería las similitudes y diferencias de otros contextos . . . , fomentar la
1to descalificador, no criminología histórica y fomentar la criminología transcultural".
É ste es el proyecto que pretendo desarrollar.
tás proporcionada de ,
nes se basan, en de
>Cimiento profesional
III . EL VALOR DEL DERECHO
mas que buscar sus Los marcos de referencia y la relevancia del derecho y la socio
logía son, al menos en su versión típica ideal-positivista, bastante
1 conocimiento pro diferentes. Para un positivista jurídico, "la verdad" viene de arri
fuentes capaces de ba. El sistema prevaleciente de reglas y veredictos de la suprema
:mocimiento no dis corte son los limites analíticos que los juristas se imponen a sí
scasas. Hasta cierto mismos . . Más allá de esta exégesis de textos, las observaciones
28 RENÉ VAN SWAANINGEN EL VAJ
jurídicas adquieren rápidamente un carácter hipotético. Para u n nal. La criminologí
sociólogo positivista, "la verdad" viene d e abajo y puede ser cons por este conocimie
truida en forma diferente si el análisis empírico así lo requiere. Si del delito. Sólo a tr
la información metodológicamente construida se manifestó, en gal específico, puec
tonces "los hechos" se tornan evidentes. Todo conocimiento que análisis y el contn
exceda estas reconstrucciones científicas es llamado especula de la naturaleza d«
ción. La evaluación empírica puede demostrar la falsedad de u na valores políticos st:
teoría sociológica pero no de una jurídica. En el ámbito del dere tende mantener el
cho una teoría se basa en una estipulación filosófica y funciona goza la criminologí
co o un estándar norm tivo, mientras que las teorías socioló En tercer lugar,
gicas se basan en análisis empíricos y funcionan como marco cas aplicables a la .
interpretativo. Estas dos tradiciones académicas diferenciadas en la reforma pena
colisionaron frecuentemente y se malinterpretaron. En la historia deraciones proveni
de las ciencias penales europeas, la idea de que el enfoque cri intersecciones, tan
minológico empírico sería útil para aumentar la efectividad de la en un estilo empíri
coerción penal ha sido un basso continuo. Aquí, daremos vuelta dicional entre el de:
la perspectiva, preguntándonos: ¿por qué el estudio del derecho logia como discipli1
debería ser útil. para los criminólogos críticos? D urante las últim<
Primero, la relación entre criminología y derecho nos ha sido novedosos afiliado
impuesta. En el continente europeo, la criminología académica tativas en el dered
surgió y se desarrolló en íntima conexión con la disciplina jurídi estudios europeos
ca. En la mayoría de los países europeos, la criminología se basa última década pro
en las escuelas de derecho. La criminología sólo ganó un estatus El objetivo de este
académico independiente como ciencia social a mediados de los del derecho y la cri:
60, y en los países mediterráneos aún es principalmente territo camino para amba
rio de los juristas. Si bien los juristas y los criminól_ogos se han En cuarto lugar
separado desde 1970 -en parte bajo la influencia de la sociología del derecho podría
angloamericana empírica-, la criminología crítica europea toda tivo, que es frecue
vía no puede ser entendida sin lidiar con sus raíces legales. Gran Mientras la sociolo
parte de los desarrollos teóricos que en el mundo de habla inglesa mente existente, el
serían considerados como pertenecientes al campo criminológico,
abrir la puerta a 1«
en el continente europeo serían realizados por juristas. conseguírselo. Las
En segundo lugar, los criminólogos empíricos tienen en la pios legales pueder
actualidad una conciencia bastante limitada sobre los debates nólogos se deslicer
y desarrollos en el ámbito jurídico. Sin embargo, la criminología con mucha frecue1
pierde su dimensión crítica si los conceptos y estructuras jurí los análisis empíri
dicas hegemónicas se dan por sentados, y lo mismo ocurre con jurídica ha sido, s:
su legitimidad e independencia como disciplina académica si se historia común, en
descuida el conocimiento concreto del sistema de justicia pe impone una reflexi
N
EL VALOR DE LA CRIMINOLOGiA COMPARADA 29
>rtodoxo marxista, los escrito, y se encuentra, especialmente en Europa del sur, arrai
érminos bastante dis gado en la criminología crítica (Zaitch y Sagardury 1992), sus
:o e ilusorio de la ley y argumentos políticos y epistemológicos básicos se asemejan a
J descartar al derecho los estudios jurídicos críticos anglosajones.
:amaron seriamente el · En sexto lugar, otra rama de la criminología crítica europea,
) advirtieron su estilo el abolicionismo -que será abordado en el Capítulo VI y elabora
y sintético comparti do en el Capítulo IX-, también halla su raíz en el pensamiento
n embargo, a menudo penas y reincidencia "tres golpes y afuera" ("three strikes and
anjeros prácticamente you are out"), o bien el folclore sureño nostálgico de las filas de
n tercer lugar, "el tra presos encadenados entre sí por los tobillos, no son vistas como
rida a la sociología de opciones viables en ninguna parte de Europa.
problema de cómo en- Otras dos marcadas diferencias son la centralidad de la "gue
negar las diferencias" rra a las drogas" desplegada por EE.UU. y la cuestión racial en la
política penal. Si bien estos ternas tampoco están ausentes en la
UE, se encuentran menos acentuados y tienen un carácter mu
:OMPARADAS cho menos agresivo que en EE.UU. En un número creciente de
países de la UE, y particularmente en los Países B ájos, prevale
:10lógica internacional
ce, en el tema del control de adicciones, un enfoque tendiente al
ente comenzar remar-
cuidado de la salud , orientado a la reducción del daño, en lugar
Es más, existen bue
de una reacción estrictamente punitiva al consumo de drogas.
glo americanos de los
Tanto respecto de lo políticamente correcto como de la abierta
la situación de Europa
discrim inación de las minorías étnicas y el proceso de gueti
ngamos a pensar en el
zación, la situación europea es también menos extrema que la
en; la diferencia entre
norteamericana. En Europa no existe una división mental entre
)mano europeo-conti
negros y blancos como puede observarse en los EE.UU. Aun
nientos básicos tienen
sistemas legales con cuando el tema de la droga también forma parte de la mayoría
por un poder judicial de los casos sometidos a los sistemas de justicia penal euro
o prefiere, por la elite peos y las minorías étnicas también están sobrerrepresentadas
mcho más relevantes, en las cárceles europeas, estos elementos no reciben la misma
rspectiva su aplicabi atención que se les brinda en los análisis norteamericanos.
ontexto europeo-con Una tercera diferencia importante entre Europa y los EE.UU
un ejercicio bastante se refiere a la cultura urbana. A los europeos, en general, les
-culturales relevantes gusta caminar y vivir en el centro de la ciudad. También suelen
te. Como veremos en ir a pubs, restaurantes y cines que se encuentran en el corazón
les diferencias dentro de la ciudad. En la mayor parte de las ciudades norteamerica
:ompara con la situa nas, el centro está ocupado por la comunidad comercial y luce
e los países europeos bastante desolado después del horario de oficina. En la mayor
parte d estas ciudades, la gente prefiere vivir en los suburbios,
)S Estados Unidos de y los restaurantes y cines se concentran en los cruces de las au
ea (UE) es el tamaño topistas. Según Adam Crawford (2002 :235), el hecho de que "las
.as tasas de encarce clases medias profesionales y la elite liberal europeas no hayan
L de 1/8 de las que se
m igrado del centro de las ciudades", sino "mantenido un profun
xiste en ningún país do lazo cultural con sus centros metropolitanos", "cuestiona se
no los campamentos riamente la aplicabilidad de la tesis de Garland más allá de los
pli naria de los delin casos de EE.U U . y Gran Bretaña". Cierto o no, lo menos que se
l de la política sobre puede decir es que arroja una nueva luz sobre el control social
36 RENÉ VAN SWAANINGEN EL VALOR
y sobre la percepción de la ciudad como un lugar peligroso. Los gran impacto para la
"no-lugares", como los paseos de compras, los cruces de autopis tización, el delito reJa
tas con concentración de supermercados y restaurantes de co Adam Crawford (200:
midas rápidas, y los aeropuertos, donde mucha gente va y viene, de control del delito s
no cumplen, por otra parte, el mismo rol que en los EE.UU. Por delo de bienestar pen e
esto, parece poco razonable aplicar los análisis de los "no-luga integradores del delitc
res", con sus estructuras implícitas y privatizadas de control, al Finalmente, parec1
contexto actual europeo (Shearing y Stenning, 1985). la criminología en Eu
Una cuarta diferencia importante se refiere a la visión de la Si la criminología no
humanidad. En EE.UU. todo lo que le sucede a una persona dominantemente emp
tiende a ser atribuido a sus propios méritos, o cargado a sus mucho más en la ve.
propios defectos. Ambas caras de este individualismo extremo el continente europeo
son mitigadas y puestas en contexto en Europa. En general, los en las escuelas de der
europeos tienden a ser menos "empresarios morales" que los mucho más el estilo e
norteamericanos. Mientras éstos hablan de "vicio" y "maldad" angloamericanos. Est
para referirse a casi todo lo que tenga que ver con el sexo, las muchas consecuenci:
drogas (y el rock and roll), los europeos defendemos, tradicional Por un lado, existe u
mente, un enfoque más liberal y pragmático. El fuerte acento institucionalizada en
sobre el castigo al que recurren los norteamericanos también consideraciones norm
puede estar relacionado con ese mismo individualismo rígido y prácticas" construida
moralista (Melossi, 2001). En este tema, prevalecen las tenden el control del delito.
cias pragmáticas en política criminal. Si bien el individualismo Los criminólogos e
moralista también está creciendo, este enfoque pragmático pro yor frecuencia que su
bablemente aún refleja mejor la realidad europea. donde realmente se d<
Relacionado de algún modo con esta cultura del "propio mé se encuentra en decli
rito-propia culpa", se encuentra el rol del Estado en la distribu vía es u na idea muy
ción del bienestar. Aun cuando el auge del E stado de bienestar transparente debería
social demócrata quedó en el pasado en la UE, el gobierno cen ción científica y no s•
tral todavía tiene un rol social mucho mayor que en EE.UU. Tie populismo y a las pr
ne gran relevancia en las políticas de vivienda y trabajo y en la mos elementos son C é
provisión de beneficios por desempleo y toda clase de subsidios. política criminal .en E
En la mayor parte de los países de la UE todavía se invierte en en este artículo. En K
escuela pública de calidad, salud pública y sistemas de trans medida que en EE .UU
porte público de acceso masivo, y se ocupan de muchas otras les dependa de ningú1
comodidades de infraestructura, que en EE.UU. son abando Si bien las cultun
nadas a las fuerzas del mercado. El hecho de que decisiones de las mismas líneas qu
este último tipo generalmente implican que los pobres no tengan rencias, sea de conter
acceso a un gran número de servicios y sean empujados más establecer hasta qué
allá de los umbrales de una vida decente tiene consecuencias de implican que el "plan
EL VALOR DE LA CRIMINOLOGÍA COM PARADA 37
n lugar peligroso. Los gran impacto para las cuestiones criminológicas como la gue
los cruces de autopis tización, el delito relacionado a la pobreza o la exclusión social.
y restaurantes de co Adam Crawford (2002 :235) observó que las políticas europeas
.u cha gente va y viene, de control del delito se han mantenido bastante dentro del mo
:J.Ue en los EE.UU. Por delo de bienestar penal. Con un marcado acento en los enfoques
. álisis de los "no-luga- integradores del delito, esta visión refleja la realidad europea.
3.tizadas de control, al Finalmente, parece importante remarcar que la posición de
:1ing, 1985). la criminología en Europa es bastante diferente a la de EE.UU.
fiere a la visión de la Si la criminología norteamericana puede caract rizarse como
ucede a una persona dominantemente empirista, los criminólogos europeos trabajan
itos, o cargado a sus mucho más en la verstehende, la tradición interpretativa. En
dividualismo extremo el continente europeo, la criminología está basada, en general,
uropa. En general, los en las e scuelas de derecho, y los criminólogos europeos reflejan
rios morales" que los mucho más el estilo de pensar normativo legal que sus colegas
de "vicio" y "maldad" angloamericanos. Este estilo normativo de razonamiento tiene
te ver con el sexo, las muchas consecuencias, de las cuales quiero mencionar dos:
endemos, tradicional Por un lado, existe u na criminología crítica más establecida e
ttico. El fuerte acento institucionalizada en la U E que en .EE.UU. Por otra parte, las
eamericanos también consideraciones normativas frenan con frecuencia las "mejores
tdividualismo rígido y prácticas" construidas empíricamente, de "lo que funciona" en
•revalecen las tenden el control del delito.
Jien el individualismo Los criminólogos europeos también trabajan con mucha ma
oque pragmático pro yor frecuencia que sus colegas norteamericanos en los lugares
uropea. donde realmente se. desarrollan las políticas criminales. Si bien
lltura del "propio rué se encuentra en declinación, en muchos países europeos toda
Estado en la distribu vía es u na idea muy compartida que una política democrática
:1 Estado de bienestar transparente debería basarse en los resultados de la investiga
t U E , el gobierno cen ción científicá y no sólo -o principalmente- en la sumisión al
or que en EE.UU. Tie populismo y a las prioridades político-partidarias. Estos últi
nda y trabajo y en la mos elementos son casi siempre incluidos en los análisis de la
::la clase de subsidios. política criminal .e n EE.UU. y recibirán mucha menos atención
todavía se invierte en en este artículo. En Europa, el delito es tema electoral en menor
y sistemas de trans medida que en EE.UU . , sin que la designación de jueces o fisca
pan de muchas otras les dependa de ningún resultado electoral.
EE.UU. son abando Si bien las culturas europeas están siguiendo, en general,
' de que decisiones de las mismas líneas que EE.UU., aún existen importantes dife
: los pobres no tengan rencias, sea de contenido o intensidad. La cuestión esencial es
sean empujados más establecer hasta qué pu nto todas estas diferencias culturales
ene consecuencias de implican que el "plan maestro" de los cambios recientes en la
38 RENÉ VAN SWAANINGEN EL VALOF
ju sticia penal no se Las formas de control social hallan su raíz en tramas cultu
m maestro" me refiero rales específicas. Se reflejan en historias, tradiciones, códigos
:1 a la vez integrador y sociales y sistemas de justicia penal diferentes. Darío Melossi
1.to de principios expli (199lb) hace una distinción entre modelos de control social (en
·encial y actuaria!, y la la interpretación crítica, orientada al Estado) dentro del mundo
:�.do diferente, a partes occidental de tipo "protestante", prevaleciente en el hemisferio
ra el delito. norte, y el tipo "católico" de los países mediterráneos. En el pri
mer modelo, el Estado, disperso y empresarial, se centra en el
autocontrol del ciudadano individual. En el último modelo, un
:da ser considerada un Estado más centralizado, indiferente, se dirige a Í a gente más
como representativo de un grupo en particular, y el control es
sten importantes dife
·a lograr un adecuado básicamente externo. La cultura del control social está fuerte
Europa, deben tenerse mente determinada por el nivel de confianza pública en la jus
. del control social. Un ticia y razonabilidad de las normas. David Nelken explica este
de control social. Stan elemento del control social comparando Gran Bretaña e Italia.
:oncepto del tipo "Mic Nelken ( 1994c: 230-1) conceptualiza la confianza de dos modos:
;; procesos sociales que como la fe en las instituciones y las personas, y como la predic
Llización infantil hasta tibilidad de las expectativas sociales, A pesar de lo diferente que
"control social" genera es el modo en que funciona la confianza en los sistemas sociales
lad. En la criminología de Gran Bretaña e Italia, no contrastan tanto. Ambos consti
' en "un concepto nega tuyen "medios generalizados de intercambio" que "sirven para
:o coercitivo del Estado, neutralizan la falta de certeza y permitir actuar al sistema".
en toda política social Más aún , el nivel de confianza en las relaciones interpersonales
ducación o el bienestar puede llegar a ser completamente diferente de la confianza que
el control social verda se tiene en las instituciones, y la confianza en algunas insti
pción del control social tuciones e specíficas puede coexistir con la desconfianza en el
ado y sus cómplice s es sistema como un todo. También la confianza entre los diferentes
tevo discurso de reem sistemas puede ser muy distinta. En Gran Bretaña, el poder
'rácticamente no refleja judicial y el sistema político y administrativo son considerados
ragmentadas y en gran como sistemas sociales que se apoyan mutuamente. En Italia,
balmente aún más). El existe una gran desconfianzft entre los tres. Lo mismo sucede
·ias instituciones y me con la confianza sobre la que se construyen las relaciones inter
lercado, cuyas mutuas nas del sistema. El sistema de justicia penal británico está basa
.bies. Adoptaremos, en do, en definitiva, en relaciones de confianza entre sus distintos
:1 Cohen (185:1): el con funcionarios. En la "red de los viejos muchachos" británica, se
en que la sociedad res permiten importantes discrecionalidades en la implementación
le considera desviada, de las políticas, mientras que en el contexto italiano, un sistema
:onftictiva o indeseable semejante sería tierra fértil para la corrupción. Los sistemas so
ciales italianos se basan en la desconfianza; hay más confianza
40 RENE VAN SWAANINGEN EL VALOF
los países tienen en común". Cuando comparamos Gran Bre bro de la barra ·, mi e
taña con el continente europeo, la situación holandesa es una parte de la magistrat
tercera realidad excelente. Los Países Bajos tienen estructuras fi scalía es la encarg:
jurídicas continentales (francesas), pero el funcionamiento y los de cargo suficientes
principios explicativos de varios sistemas sociales se hallan go contribuir a su propi
bernados por el pragmatismo anglosajón. Estas características En el common law
hacen de la situación holandesa la adecuada para ser utilizada noma, mientras que .
como "puente" entre Gran Bretaña y el continente. (idealmente) inserta ,
controlado por la fis<
VIl . TIPOS IDEALES DE JUSTICIA PENAL EN EUROPA pecto a las culturas :
maravilloso ejemplo e
Dado que la historia de la criminología se halla mucho más miento criminológico
entretejida con el derecho, las diferencias en la cultura jurídi accionar de la policíc
ca también pueden constituir factores determinantes para los desaconsejable que (
criminólogos continentales más que para los anglosajones. No perder contacto con ·
puede brindarse aquí una descripción acabada de los diferen militares, tecnológicc
tes sistemas de justicia penal. Con el fin de delinear apenas Italia, sin embargo, e
un contexto global para su comprensión, expondré algunos ti todavía son parte de
pos ideales de justicia penal. Las dos tradiciones principales del reciente . . . una de ést
pensamiento jurídico europeo no siguen una línea norte- sur. En in stitución en la que
derecho, la distinción entre el sistema del common law (con una preeminencia de un .
estructura de contradicción entre las partes del proceso) y los de los países del suc
sistemas continentales, basados en el principio de legalidad (con debilidades: las fuer:
un procedimiento más inquisitivo), es fundamental. El juicio o mente instrumentos '
debate es medular en el common law, mientras que las etapas dirigida a la represió1
de investigación preliminar son el centro de los sistemas jurí desviadas. Por otra p:
dicos continentales. En el common law, el juez sólo actúa como o los seis de Birming
un árbitro entre dos abogados que se enfrentan, confrontando control sobre la palie
testigos tácticamente. Un juez continental tiene, a través del ex mocráticas. Como ilt
pediente escrito, un conocimiento previo del caso antes de llegar pueden ser el result
al debate, e interroga activamente a los testigos, mientras no como excesiva, Nelke
existe un verdadero examen cruzado por parte de los abogados.
La atribución de responsabilidades procesales marca una im
portante diferencia. En el common law, el acusado y la defensa
N. del T.: cuerpo im
tienen un rol activo, por ejemplo, en lo atinente a la búsqueda ·
la profesión.
de pruebas de descargo y a obtener el convencimiento del juez ·· N. del T.: Hace refere1
y el jurado, mientras que en el sistema continental, la falta de se encarceló indebidamen
cooperación del acusado no tiene consecuencias formales para acus<tdo de complicidad c•
su situación procesal. En el common law, el fiscal es un miem h<-tsaron f'n la manipu laci•
!GEN EL VALOR DE LA CRIMINOLOGÍA COMPARADA 43
::amparamos Gran Ere bro de la barra ·, mientras que en los sistemas continentales es
ación holandesa es una parte de la magistratura (poder judicial) . En ambos sistemas, la
:ajos tienen estructuras fiscalía es la encargada de producir, lícitamente, las pruebas
el funcionamiento y los de cargo suficientes contra el acusado, y éste no tiene por qué
ts sociales se hallan go contribuir a su propia condena.
n. Estas características En el common law, la policía actúa de manera bastante autó
uada para ser utilizada noma, mientras que en los sistemas continentales se encuentra
ontinente. (idealmente) inserta en un sistema jerárquico de competencias,
controlado por la fiscalía y los j ueces de instrucción. Con res
WPA pecto a las culturas policíacas, Nelken ( 1994c : 2 2 1 -2) brinda un
maravilloso ejemplo de estas diferencias que orientan el conoci
ía se halla mucho más miento criminológico: " Mucha de la literatura británica sobre el
as en la cultura jurídi accionar de la policía da por sentado que nada podría ser más
determinantes para los desaconsejable que el hecho de que la policía se arriesgara a
ra los anglosajones. No perder contacto con la gente, confiando demasiado en métodos
acabada de los diferen militares, tecnológicos, impersonales del control del delito . . . En
fin de delinear apenas Italia, sin embargo, dos de las principales fuerzas de seguridad
1., expondré algunos ti
todavía son parte de las fuerzas armadas, y en una encuesta
.diciones principales del reciente . . . una de éstas -los carabinieri- resultó votada como la
una línea norte-sur. En institución en la que el público depositaba mayor confianza". La
1 common law (con una preeminencia de un estilo más militarizado de policía es típica
artes del proceso) y los de los países del sudeste europeo. Ambos sistemas tienen sus
incipio de legalidad (con debilidades: las fuerzas con matiz m ilitar han sido frecuente
1ndamental. El juicio o mente instrumentos dóciles de una razón de Estado autoritaria,
1ientras que las etapas dirigida a la represión del activismo político y otras subculturas
-o de los sistemas j urí desviadas. Por otra parte, los ejemplos de los cuatro de Guildford
el j uez sólo actúa como o los seis de Birmingham demuestran que también la falta de
..
nfrentan, confrontando control · sobre la policía tiene sus particulares deficiencias de
3.1 tiene, a través del ex mocráticas. Como ilustración del hecho de que los problemas
del caso antes de llegar pueden ser el resultado tanto de una confianza insuficiente
:; testigos, mientras no como excesiva, Nelken ( 1994c:237) sostiene: "En el Reino Unido
· parte de los abogados.
esales marca una im
::1 acusado y la defensa
· N . del T.: cuerpo institucional que nuclea a los abogados que ejercen
la profesión .
3.tinente a la búsqueda
onvencimiento del juez
·· N . del T.: Hace referencia a dos casos famosos de error judicial, en Jos que
continental, la falta de se encarceló indebidamente a inocentes, durante muchos años, tras haberlos
:uencias formales para acusado de complicidad con el movimiento terrorista IRA. Estas decisiones se
J, el fiscal es un miem- hasaron en la manipulación ilegal de archivos y expedientes policiales.
EL VALO R [
44 RENÉ VAN SWAANINGEN
elemento democrático
la abrumadora mayoría de los casos penales se deciden en la
tiza la participación pt
primera audiencia; sólo debido a una serie de errores judicia
argumento democráticc
les . . . se ha empezado a pensar en un procedimiento automático
la justicia se desbarre
de revisión. En Italia, por otra parte, muchos casos pasan por
los sentimientos prima
dos mveles de apelación y casi todos los casos penales tienen
· dicos profesionales, m <
dos instancias de juicio, donde pueden debatirse cuestiones fác
acertada entre el grade
ticas. Pero los beneficios de la confianza y la legitimidad que
o ausencia de un siste¡
se ganan al asegurárseles a todos 'un segund o mordisco a la
España, Alemania y lo
cereza', hallan su contrapartida en la pérdida de confianza en
'jurados en los casos p
el sistema que produce el consecuente retardo en la administra
utilizan en casos muy
ción de justicia".
recientemente en Italié
El common law otorga al derecho oral un lugar más central
crático del gobierno, la
mientras que la coerción penal en el continente debe ajustars
miten una amplia part
a los lín:ites impuestos por la codificación: el llamado principio
referéndum, consultas
de legalidad. Nelken ( 1994c:228) menciona esta diferencia en la
en Gran Bretaña.
cultura jurídica como una de las principales fuentes de malen
Entre los sistemas
tendidos entre Gran Bretaña y el continente. "Sorprende a un
marcadas diferencias.
británico o a un norteamericano el 'principio de legalidad' a la
Bajos, son consideradc
hora de decidir la persecución penal, que en su forma extrema,
pragmático. En Españ
como en Italia, impide autorizar cualquier tipo de discrecionali
filosóficas complejas 11
dad a la hora de decidir la persecución, sea por la policía o por el
que en los Países Bajo
fiscal", El principio de legalidad también implica una diferencia
en cuestiones de políti
entre la idea anglosajona del imperio del derecho y su equiva
procesales. En sistemc
lente continental: el rechtsstaat. El primer concepto se refiere
ción penal consiste en
a las garantías de que un "sujeto" goza contra la intervención
través de las que se br
estatal, mientras la segunda noción contiene el principio de que
jurídicos y construccit
toda acción estatal que vulnere la libertad del ciudadano debe
te hallan reflejo en la
hall r explícitamente su fundamento y legitimación en la ley
coerción penal se orie
escnta. Al hablar de la situación continental, usamos la palabra
cos. En este enfoque I
rechtsstaat (Estado de derecho), porque la traducción al inglés
mática queda frecuent'
sería demasiado larga.
España, el principio dt
El common law permite la existencia de agistrado s legos
cada etapa del procese
en la decisión de casos penales, mientras que la mayor parte
a actuar como lo pres<
de los sistemas continentales sólo prevén la actuación de jueces
_ de cada una de las eta
profesiOnales. El sistema de jurados, considerado un elemento
mismo principio deten
crucial de la justicia penal en e stos países, no es tan esencial
intervención penal, per
en el continente. Tanto la presencia como la ausencia de sis
límites de la legalidad,
tema de jurados encuentran argumentos democrátiCos. En los
a una forma de control
países del comrnon law, el sistema de jurados es considerado el
EL VALOR DE LA CRIMINOLOGíA COMPARADA 45
GEN
mado, se lo libera a la pletamente distintos. E sto debería llamarse hipocresía". Esta di
rácticamente todo acto ferente cultura para tratar las reglas explica, en gran medida, la
iebe estar regulado por recurrencia al chivo expiatorio de políticas de tolerancia de los
s permite grandes dis Países Bajos respecto del control de las drogas, que es tradicio
:leda es que en España nalmente diferente del resto de las naciones europeas (Boekhout
Jopulares, organizacio van Solinge, 2004). La mayoría de los gobiernos europeos parti
) pueden iniciar la per cipan de la idea de que los Países Bajos deben reprimir no sólo
ses Bajos es monopolio el comercio, sino el consumo de drogas por medios penales, por
lVestigado. En cuanto a que han firmado varios tratados en ese sentido, J? ientras que
Jroporciona u n estricta el gobierno holandés sostiene que su enfoque de reducción del
:unstancias agravantes daño es más exitoso respecto de la prevención del delito callejero
uy ajustado margen de y los riesgos de la salud, y por lo tanto, está en consonancia con
a holandés sólo existen el espíritu de esos tratados. Sólo cuando entendamos las impor
1a a cada caso según la tantes diferencias existentes en la cultura jurídica podremos
s del delito- es el prin- ver que no hay una visión "acertada" y otra "equivocada", sino
varias visiones culturalmente matizadas.
ts de justicia penal eu-
1 e ntre los dos modelos VIII . LA TOLERANCIA COMO CONTROL SOCIAL: EL CASO HOLANDES
ferencias en la orienta En la literatura internacional, el "modelo holandés" de con
) S continentales sí son trol social se expone frecuentemente como ejemplo de un clima
3. del principio de lega templado, de tolerancia penal. En muchos de estos análisis, el
al, en el que el Estado contexto socio-cultural es ignorado o malinterpretado como pro
o es principalmente u n ducto de un país con una población homogénea y bajas tasas
i o refleja m á s u n a es- de delincuencia. Tanto los observadores extranjeros que tratan
3. que la ley es u n me la proverbial tolerancia holandesa como ejemplo de humani s
>tas características, las mo final, como aquellos que la ven como u na actitud indiferente
n principios de política o hasta inmoral hacia las anormalid ades perniciosas, o que la
s y regulaciones muni describen como una ingenuidad sin límites, se equivocan en sus
tractos a la realidad. El apreciaciones. Los posibles contrastes en la tolerancia reflejan,
·gdrager ( 1995:9) sostu sobre todo, los contrastes socioeconómicos, políticos y culturales.
ontenido de una norma En su estudio comparativo entre Gran Bretaña y los Países Bajos
tcticable, esa norma se -"Los contrastes en la tolerancia"-, David Downes (1988a:69 -74)
e las normas a la prác rechazó la idea de u n cultura holandesa general de tolerancia,
sor en un sentido más marcada por principios. Sin embargo, existen resultados toleran
llano inclinado". En las tes de las políticas holandesas de control social. El criminólogo
re dejar las normas in noruego Nils Christie (1993:41-6) describió el modelo de control
·acticables sean, m ien social holandés como "tolerancia desde arriba" -desde una eli
l silencio. Esto encierra te más intelectual que económica-. Así, Erhard Blankenburg
::lrran por carriles com- ( 1993:363) sostiene que el control social holandés tiene u n déficit
EL VALO
48 RENÉ VAN SWAANINGEN
Estado y los ciudadanos . A pesar de todos los argumentos nor tradicional del siste:
decente, la medida de las sanciones razonable, las condiciones René Foqué ( 1995:6
de detención aceptables, el riesgo de una revuelta o escalada de el derecho y la prác
violencia disminuye, haciendo que el sistema penal se manten cho de la implement
ga manejable. Esta noción implica una intervención restringida también conlleva el ·
en los casos en que no existe una víctima individual que re co por el oportunisn
quiera la intervención estatal -como, por ejemplo, la tenencia de Tanto las tradicic
drogas, el aborto, la eutanasia, la pornografía, la prostitución, píos explicativos ju:
etc.-. Estos asuntos cargados de connotaciones morales son notablemente difere
materia de eternos debates públicos y la política de la toleran modo, el valor que
cia (gedoogbeleid) adoptada en esos campos se lleva a cabo con normativas o pragm
amplio consenso, al menos entre las "elites intelectuales" que personas o en las in
intervienen en el debate público. Esta política de tolerancia no Bretaña y en el con
implica que las autoridades piensen que estas prácticas están sur de Europa. En 1
libres de problemas, pero muestran una evaluación realista de marcos contextuale
las modestas posibilidades de efectuar ingeniería social con ins hería dejar eso en e
trumentos penales y una mirada atenta a los efectos colaterales algún modo, una "te
de la intervención penal, en lo que respecta a un control efecti tura "real" del conti
vo. Un enfoque penal relativamente tolerante es el resultado de holandesa" como m·
consideraciones pragmáticas combinadas con una ideología de paradojas de reform
benevolencia y humanismo, y en forma coincidente con otros al caso holandés. El
medios de control social como la protección de la salud, el tra co y flexible, mientrc
bajo social, etcétera. talización administr
Si bien el sistema de persecución penal holandés se basa en problema central pé
el principio de oportunidad, existe un control político sobre la halla su raíz en un <
política de persecución y el ejercicio de los poderes discrecionales peas en la segunda :
que se encuentra regulado por líneas directrices escritas de la ces, por el principio
política aplicable y al alcance público (beleid). Estas guías son
intermediarias entre el derecho y la práctica, y tienen estatus de
pseudolegislación. En su opúsculo "Cultura jurídica holandesa",
los sociólogos jurídicos Erhard Blankenburg y Freek Bruinsma
(1991 :39) describen la palabra beleid como "un término jurídico
propiamente holandés". En alemán o francés debería utilizarse
una oración completa para abarcar su significado total, mientras
que en inglés el equivalente "política" abarca sólo parte de su sig
nificado: "Como término jurídico en el sentido técnico es único".
Blankenburg y Bruinsma sostienen que beleid se ha transforma
do en una fuente jurídica adicional, trazando un puente entre el
derecho informal o de la costu mbre por un lado, y por el otro, el
derecho formalmente codificado. El filósofo jurídico de Rotterdam
>EN EL VALOR DE LA CRIMINOLOGIA COMPARADA 51
Jnable, las condiciones René Foqué (1995:62), advierte la factibilidad y el modo en que
. revuelta o escalada de el derecho y la práctica puedan armonizarse, para mayor prove
tema penal se manten cho de la implementación de políticas jurídicas. En la actualidad,
:1tervención restringida también conlleva el peligro de ser usado como instrumento políti
ima individual que re co por el oportunismo administrativista.
ejemplo, la tenencia de Tanto las tradiciones intelectuales europeas como los princi
•grafía, la prostitución, pios explicativos jurídicos y las culturas del control social son
otaciones morales son notablemente diferentes en la situación anglosajona. Del mismo
L política de la toleran modo, el valor que la gente les atribuye a las consideraciones
pos se lleva a cabo con normativas o pragmáticas y la confianza que depositan en otras
lites intelectuales" que personas o en las instituciones son bastante diferentes en Gran
:>lítica de tolerancia no Bretaña y en el continente, pero también dentro del norte y el
! estas prácticas están sur de Europa. En un libro de criminología comparativa, estos
evaluación realista de marcos contextuales deben ser enunciados. Este capítulo de
genieria social con ins- bería dejar eso en claro. D ado que los Países Bajos forman, de
3. los efectos colaterales algún modo, u na "tercera realidad" entre Gran Bretaña y la cul
cta a un control efecti tura "real" del continente, y ya que el análisis de la " tolerancia
ante es el resultado de holandesa" como modelo de control. social genera importantes
s con una ideología de paradojas de reforma penal, se le ha prestado atención especial
coincidente con otros al caso holandés. El dilema de crear un sistema jurídico prácti
:ión de la salud, el tra- co y flexible, mientras a la vez se le da cabida a una instrumen
talización administrativa, política del estado de derecho, es un
al holandés se basa en problema central para los reformadores penales. Este dilema
ontrol político sobre la halla su raíz en un debate central en las ciencias penales euro
. poderes discrecionales peas en la segunda mitad del siglo pasado. Empecemos, enton
rectrices escritas de la ces, por el principio, en el próximo capítulo.
eleid). Estas guías son
ica, y tienen estatus de
tra jurídica holandesa",
1urg y Freek Bruinsma
to "un término jurídico
ncés debería utilizarse
nificado total, mientras
-ca sólo parte de su sig
ntido técnico es único".
eleid se ha transforma
.ndo un puente entre el
m lado, y por el otro, el
J jurídico de Rotterdam
LA
C RIMINOLé
En Europa contim
en un contexto difere
las diferentes tradicic
lidades penales. En e
histórico. En el conti:
aplicado, desde 1880
la jurisprudencia y a
de texto · cirminológieo
Dei delitti e delle per.
generalmente remem<
el que los problemas
sólo reciben un luga1
Michel Foucault ha j1
to de una visión alte1
brindado incentivo pa
criminología como " u
para analizar e l rol d(
las formas modernas
secuenci a, muchas h:
terpretar a la crimine
la ley y el orden. Seg1
marse, sin embargo, <
en cambio, como un
que debe ser acompa
cional, social y cultu
presente capítulo.
CAPÍTULO I I I
cias médicas y naturales, de las que surgió una así llamada cultivo de su entorn<
antropología criminal. En 1876, el médico de prisiones Cesare la famosa frase de L:
Lombroso publicó su famoso libro 1tattato antropologico speri la delincuencia que
mentale dell'uomo delinquente (El hombre delincuente). Lombro na visión reflexiva a
so sostenía que los. delincuentes eran seres inferiores, al margen puede ser usada pa
de la evolución. Debido a este atavismo, los delitos cometidos describir, en 1893, 1
por estas personas no podían considerarse producto del libre de Versailles (cuand
albedrío, ya que esta característica pertenecía a un estadio pos proletaria, ya había :
terior en el desarrollo de la humanidad. El libro de Lombroso y detenidos) como u:
promovió el surgimiento de la que fuera conocida como Scuola La Escuela Fran
Positiva, la Escuela Positiva italiana. Lacassagne y Mano1
La oposición más importante que enfrentó esta Escuela par importante, fomenté
tió, inicialmente, de la Escuela Francesa del Entorno Social. La más sociológica. En
base intelectual de su enfoque psicológico-social del delito ha obra en la que Tan
bía sido desarrollada medio siglo antes por profesionales de las entorno eran el may
estadísticas. En 1883, el francés André Guerry demostró con importancia para el
sus estadísticas sobre moralidad qué influencia tenían sobre cial-psicológica; la 1
la criminalidad factores como la edad, el género, la estación, Sutherland ( 1930), 1
la educación, etc. Guerry desafió la creencia de que el delito trabajo de Tarde. E1
era principalmente un producto de la pobreza y se constituyó, sostuvo que el delit<
también, en el primero en efectuar un quiebre empíricamen funcional a la sociec
te fundado en el enfoque dominante en el estudio del delito: el estabilizar e integra
estudio en términos de moralidad. En 1835, el matemático bel científicos penalisü
ga Adolphe Quetelet socavó implícitamente la ideología del libre Gabriel Tarde, recb
albedrío, señalando el nivel relativamente constante del delito, Durkheim. Despué
según las estadísticas; la gran regularidad en la frecuencia de no asumirá el lidere
ciertos delitos, independientemente de las diversas reacciones derna. Las ideas de
sociales generadas, y el hecho de que cualquier persona (y no explícita por el cien1
una categoría específica) podía involucrarse en la actividad cri A la confrontacic
minal. Quetelet también puede ser visto como el padre de la cesa le siguió una
noción de "privacipn relativa" (relative deprivation), al sostener foques, cuyo eleme
que una gran inequidad entre riqueza y pobreza en el mismo que ambas teorías
lugar es un incentivo fundamental para el delito, ya que exalta identificable, que V(
las pasiones y provoca toda clase de tentaciones. micos más carenci:
En oposición al determinismo biológico de Lombroso e inspira de la actualidad hl
do en la bacteriología de Pasteur y otros descubrimientos recien vos y de rechazo. j
tes de las ciencias naturales, el médico Alexandre Lacassagne apartheid para la s·
argumentó, en 1885, que él delincuente podría ser la bacteria de burguesa de defen
la sociedad, pero que e sa bacteria no podría crecer sin el caldo de una nueva legitim;
lEN LAS PRIMERAS CRiTICAS CRIMINOLÚGICAS . . . 57
.1rgió una así llamada cultivo de su entorno. Éste es el contexto en el que debería leerse
co de prisiones Cesare la famosa frase de Lacassagne que decía que cada sociedad tiene
1to antropologico speri la delincuencia que se merece. Manouvrier muestra una tempra
? delincuente) . Lombro na visión reflexiva al sostener que la etiqueta de "delito" también
s inferiores, al margen puede ser usada para censurar moralmente actos de poder, al
, los delitos cometidos describir, en 1893, la masacre de los comuneros por las fuerzas
trse producto del libre de Versailles (cuando la comuna parisina de 187 1 , democrática y
1ecía a un estadio pos proletaria, ya había sido derrotada, y sus defensores, desarmados
. El libro de Lombroso y detenidos) como una conducta delictiva. .
conocida como Scuola La Escuela Francesa del Entorno Social, de la cual, junto a
Lacassagne y Manouvrier, Gabriel Tarde es el representante más
·entó esta Escuela par importante, fomentó el estudio del delito desde una perspectiva
del Entorno Social. La más sociológica. En especial, las Leyes de la imitación, de 1890,
o-social del delito ha obra en la que Tarde sostuvo que las condiciones directas del
'or profesionales de las entorno eran el mayor incentivo para cometer delitos, fue de gran
Guerry demostró con importancia para el posterior desarrollo de una criminología so
1fiuencia tenían sobre cial-psicológica; la teoría de la asociación diferencial de Edwin
el género, la estación, Sutherland (1930), por ejemplo, puede encontrar su fuente en el
:encía de que el delito trabajo de Tarde. En 189 5 , el sociólogo francés Emile Durkheim
lbreza y se constituyó, sostuvo que el delito debería considerarse un fenómeno natural,
quiebre empíricamen funcional a la sociedad, como indispensable factor negativo para
:-:1 estudio del delito: el estabilizar e integrar una conciencia colectiva. La mayoría de los
35, el matemático bel científicos penalistas de su época, entre los cuales se hallaba
te la ideología del libre Gabriel Tarde, rechazaron enérgicamente la tesis "inmoral" de
:e constante del delito, Durkheim. Después de su rol precursor, la Escuela Francesa ya
ad en la frecuencia de no asumirá el liderazgo en el futuro desarrollo de la Escuela Mo
:ts diversas reacciones derna. Las ideas del Entorno Social serían retomadas de manera
1alquier persona (y no explícita por el científico penalista Adolphe Prins.
rse en la actividad cri A la confrontación inicial entre las escuelas italiana y fran
) como el padre de la cesa le siguió una teoría multicausal, resultado de varios en
privation), al sostener foques, cuyo elemento de cohesión era el .determinismo. Dado
· pobreza en el mismo que ambas teorías presuponían, a su modo, una clase criminal
el delito, ya que exalta identificable, que venía a encontrarse en los grupos socioeconó
:tciones. micos más carenciados de la sociedad, los académicos críticos
de Lombroso e inspira de la actualidad hablan de estas escuelas en términos negati
escubrimientos recien vos y de rechazo. Las dos escuelas implicarían un modelo de
Alexandre Lacassagne apartheid para la sociedad (Bianchi 1980:47-75) y una ideología
)dría ser la bacteria de burguesa de defensa social que le daría a la represión penal
ia crecer sin el caldo de una nueva legitimación (Baratta, 1982 :35-44). Aunque pueda
58 RENÉ VAN SWAANINGEN LAS PR!fv
ser considerado representante del posterior enfoque francés de drían para la racione
las subculturas, no puede vincularse a Manouvrier con estas mán Franz von Liszt
ideas. Los críticos sostienen, correctamente, que las ideas de minológicos positivis
Lombroso son testimonio de una visión política autoritaria, inaugural en la Uni'
dictatorial y abiertamente racista. En los textos originales, las hablaría de la Zwec
consecuencias políticas -por ejemplo, la necesidad de la pena el derecho penal, o
capital para los incorregibles- se hacen bastante explícitas, sea cia determinados obj
en los prefacios o contratapas. El criminólogo holandés Willem para reformar el der
Bonger señaló en 1905 ( 106) los prejuicios socioeconómicos de un instrumento más
la E scuela Italiana. Las ideas de Lombroso fueron utilizadas po idea, conocida como
líticamente como una legitimación política del bajo n ivel de vida tica fundamental de •
en el sur de Italia, que obedecía, según probaba esta teoría, a la penal tendría un obj
inferioridad mental de la gente del mezzogiorno. pectiva, el derecho d
En el campo epistemológico, la historia es más compleja. como un fin. Los elen
Muchos críticos comentaron sin mayor profundidad que un de penal debían ser reer
terminismo empíricamente fundamentado también implicaba cas acerca de una co
una crítica radical de los conceptos legales clásicos dominantes naria intrasistémica
acerca de la culpa y la responsabilidad del individuo, que tenían cionamiento del deret
sus orígenes en el iluminismo liberal burgué s. Más aún, parece del castigo era, segú1
no haberse reconocido suficientemente que la hegemonía inicial instintiva e impulsiv;::
del enfoque antropológico fue reemplazada, en una fase más que "no se sustenta ,
bien temprana, por orientaciones provenientes, en su mayoría, Liszt se refirió a lo s (
del entorno social. Solamente unos pocos criminólogos en la ac prisión producían a •
tualidad le prestan atención al hecho de que un gran número de su opinión, un enfoq1
representantes de la Escuela Moderna fueron personas bastan el conocimiento cien
te críticas del orden social hegemónico y que algunos de ellos importante contribuc
fueron, inclusive, socialistas comprometidos. Bonger (1932:200) que· permitiría a los é
advirtió que la ideología de la D efensa Social de la Escuela Mo en las re acciones seg
derna no era nueva en lo más mínimo. Aunque finalmente el tes clases de delincw
castigo degenera en retribución, siempre sirvió, también, a la Los críticos argun
protección de la sociedad. Sólo en. la última parte del siglo XIX corr,ecto y subestima!
estos argumentos fueron esgrimidos de manera más explícita y dudas acerca de qué ·
muchos juristas llegaron a fomentar la defensa social como una recho penal si se seg1
legitimación oficial del castigo por sobre la retribución, mientras 1907). Vale la pena rr
que antes había sido exactamente al revés. Clásica se encontrab
lítico, y van Liszt y s
II. EL "PROGRAMA DE MARBURGO" DE FRANZ VON LISZT liberal. Si . bien consi
Quien más explícitamente señaló las consecuencias que los las medidas penales,
descubrimientos empíricos deterministas multicausales ten lación e·ntre la evoluci
1EN LAS PRIMERAS CRiTICAS CRIMINOLOGICAS . . . 59
ior enfoque francés de drían para la racionalidad del derecho penal, fue el jurista ale
Manouvrier con estas mán Franz van Liszt. Él propuso incorporar conocimientos cri
Lente, que las ideas de minológicos positivistas a la dogmática penal. En su discurso
m política autoritaria, inaugural en la Universidad de Marburgo, en 1882 , en donde
s textos originales, las hablaría de la Zweckgedanke ím Strafrecht (la idea de fin en
L necesidad de la pena el derecho penal, o sea, la orientación del derecho penal ha
Jastante explícitas, sea cia determinados objetivos), von Liszt hizo algunas propuestas
1ólogo holandés Willem para reformar el derecho penal clásico beccariano en pos de
ios socioeconómicos de un instrumento más eficiente en la lucha contra d delito. E sta
;o fueron utilizadas po idea, conocida corno el Programa de Marburgo, implicó una crí
:a del bajo nivel de vida tica fundamental de la idea dogmática clásica de que el derecho
•robaba esta teoría, a la penal tendría un objetivo teórico en sí mismo. Según su pers
>gíorno. pectiva, el derecho debía ser tratado corno un medio, más que
aria es más compleja. como un fin. Los elementos éticos y metafísicos de la dogmática
1rofundidad que un de penal debían ser reemplazados por consideraciones más prácti
Ldo también implicaba cas acerca de una coerción legal efectiva. La orientación doctri
es clásicos dominantes naria intrasistémica tendría que hacer lugar al análisis del fun
l individuo, que tenían cionamiento del derecho en la práctica empírica. La idea clásica
·gués. Más aún, parece del castigo era, según van Liszt ( 19 0 5 : 1 3 2 ) una "reacción ciega,
ue la hegemonía inicial instintiva e impulsiva", un "placer social para la supervivencia",
ada, en una fase más que "no se sustenta en una sola consideración funcional". Van
lientes, en su mayoría, Liszt se refirió a los efectos criminógenos que las sentencias de
; criminólogos en la ac prisión producían a los delincuentes primarios corregibles. En
:J.Ue un gran número de su opinión, un enfoque del derecho penal que tuviera en cuenta
teron personas bastan el conocimiento científico del fenómeno social implicaría una
y que algunos de ellos importante contribución a un control del delito más efectivo, ya
dos. Bonger (1932 :200) que· permitiría a los agentes del sistema penal hacer diferencias
Jcial de la Escuela Mo- en las reacciones según los distintos tipos penales y las diferen
Aunque finalmente el tes clases de delincuentes.
e sirvió, también, a la Los críticos argumentaron que van Listz hacía un juicio in
ima parte del siglo XIX corr,ecto y subestimaba el significado de retribución. Mostraban
nanera más explícita y dudas acerca de qué quedaría de los postulados clásicos del de
efensa social como una recho penal si se seguían las ideas de van Liszt. (van Birkmeyer
a retribución, mientras 1907) . Vale la pena mencionar que estas defensas de la Escuela
!s. Clásica se encontraban del lado conservador del espectro po
lítico, y van Liszt y sus seguidores representaban la izquierda
vON Liszr liberal. Si bien consideraba la política social más efectiva que
consecuencias que los las medidas penales, van Liszt no prestó debida atención a la re
as rnulticausales ten- lación entre la evolución de las tasas delictivas y las condiciones
LAS PR!M
60 RENE VAN SWAANINGEN
la organización podr:
económicas a nivel macrosocial, como sí lo hizo, por ejemplo, el
delito debía ser enter
estadístico bávaro Georg von Mayr en 1867. Von Liszt mantuvo
delito tenía su raíz er
demasiado su esencia de jurista como para superar los límites
tados de las investiga
de la idea de prevención individual. Por otra parte, su referencia
ser tomados en cuen
a la política social nunca le permitió deshacerse de algunos de
este sentido, la Unión
los principios legales clásicos. Von Liszt describió el principio de
un enfoque diferenci;
legalidad como la Magna Charta del delincuente, y por lo tanto,
ocasionales; 3) iriclui
de todo ciudadano, así como también del rechtsstaat (Estado
general de la coerciór
de Derecho). La ley escrita siguió siendo el umbral más allá del
y 5) el reemplazo de 1
cual la intervención penal nunca debía pasar. La ley penal, sin
ternativas; 6) La dura
embargo, ya no debería estar orientada a la conducta delicti
ser determinada por
va sino al agente, y debía prevenir el comportamiento criminal
des penitenciarias de
mediante su contribución al mejoramiento de los delincuentes
7) los delincuentes h
susceptibles a este cambio y a la neutralización de aquellos que
neutralizados tanto t
no pudieran ser reformados. Este último concepto representó el
van der Landen, 199(
punto más cuestionado y frecuentemente criticado. El Programa
nalista, hallaron cabi
de Marburgo no contenía criterios conforme a los cuales se pu
res conservadores y t
diera juzgar el nivel de corregibilidad de un delincuente y, por lo
Inicialmente, se o
tanto, aparecía poco claro a quiénes se les ofrecerían servicios
zando en Bruselas, 1
sociales y a quiénes se les deberían negar. En la práctica, todo
organización se reun
delincuente que haya reincidido dos veces es considerado delin
una última conferen
cuente habitual incorregible. Estos infractores representan un
Guerra Mundial pus
3 5% de todos los delincuentes (Naucke: 1 982)
internacional. La Un
El apoyo internacional al Programa de Marburgo cimentó las
casi todas partes del
bases de una amplia asociación internacional de científicos pe
lia, Alemania y el no
nalistas. La cuestión principal sobre la que lograron consenso,
como nota interesan1
fue que el Derecho penal se había distanciado de la realidad so
bién veníari de Euro]
cial y diluido en la doctrina. En enero de 1889, el jurista alemán
nia. Fueron notables
Franz von Liszt, el belga Adolphe Prins y el holandés Gerard van
Unión. La E scuela M
Hamel establecieron la Unión Internacional de la Justicia Penal
ña porque cuando Sl
(Internationale Kriminalistische Verinigung - u;nion International
sista, este país era g1
de Droit Pénal). Esta unión no tuvo como objetivo hacer elabora
los reyes Alfonso XII :
ciones teóricas de las escuelas francesa o italiana, sino la aplica
la ideología de la deft
ción de conocimientos criminológicos positivistas en la práctica
de carácter autoritar
penal. La unión estaba compuesta, en gran medida, por opera
pública española. En
dores del sistema de justicia de toda Europa, para quienes las
Asuntos Penitenciad
aspiraciones políticas compartidas acerca de la coer ión penal
de medidas de prever
eran el principal motivo de cooperación. El estatuto de la Unión,
legal de los detenido
entonces, se centró en este tema. En segundo lugar, la meta de
LAS PRIMERAS CRÍTICAS CRIMINOLOGICAS . . . 61
WEN
sieron fin prematuramente a estas reformas penales radicales ley y J. Bruce Thom:
(Rivera 1995:76-81). lombrosianas respec
Los intelectuales y funcionarios del sistema penal inglés nuino" en la década
también tuvieron un rol marginal en el desarrollo temprano convicto i nglés", este
de la criminología (Garland 1994:2), pero la razón de su au credibilidad también
sencia fue bastante diferente. Asimismo, debe destacarse que La crítica inglesa
el complejo penal-asistencial británico es comparable con el de práctica las ideas an1
los Países Bajos y Bélgica. Quienes apoyaban la Unión, como el delito, fue dirigida
Havelock Ellis o William Douglas Morrison, fueron mirados con la Escuela Moderna.
escepticismo por los académicos británicos, ya que sus ideas eclécticas y pragmát
no armonizaban con la tradición científica británica; una tra dores del sistema leg
dición "más modesta, más aceptable para las autoridades insti británicos, hallaban
tucionales y organizada por profesionales contratados más que en la práctica y sus
por intelectuales críticos". Inicialmente, la criminología tuvo un escritos, los represer
impacto muy bajo en Gran Bretaña (Garland 1988:4-6). León expresaron gran sim
Radzinowicz ( 1966 : 2 1) sugirió que toda la idea de "escuelas" individual y hasta al
sería ajena a la tradición legal británica. En el continente, las acusatorio en Holane
escuelas florecieron, en parte, debido a las posiciones de poder usado hasta entonce
que mantenían los académicos en la Administración de Justi y británicos pragmát
cia, lo que no sucedió en Gran Bretaña. El ambiente británico hecho de que los bri
fue gobernado por un avance confuso y pragmático más que corno europeos. La ir
por cualquier doctrina omnicomprensiva. David Garland ad amenazaba a Albion
virtió que las tendencias deterministas de la Escuela Moderna clases de morales y e
no encajaban en la cultura voluntarista británica. El Reporte desde los días del lm¡
Gladstone de 1895, en el cual se analizó la posible utilización de servadores euro-ese
••
armas penales radicales ley y J. Bruce Thomson, compartían visiones semejantes a las
!ambrosianas respecto de la degeneración y el "delincuente ge
el sistema penal inglés nuino" en la década de 1860. Para 1 9 1 3 , cuando se publicó "El
el desarrollo temprano convicto inglés", estas ideas habían perdido gran parte de su
Jero la razón de su au credibilidad también en el continente.
no, debe destacarse que La crítica inglesa acerca de la imposibilidad de poner en
es comparable con el de práctica las ideas antropológicas y sus dudosas opiniones sobre
Joyaban la Unión, como el delito, fue dirigida principalmente a los pioneros italianos de
tson, fueron mirados con la Escuela Moderna. Fue en los Países Bajos donde estas ideas
nicos, ya que sus ideas eclécticas y pragmáticas se pusieron en práctica · por los opera
:ífica británica; una tra dores del sistema legal, quienes, al igual que sus contrapartes
tra las autoridades insti británicos, hallaban una estrecha relación entre el compromiso
les contratados más que en la práctica y sus tareas profesionales. En muchos de sus
, la criminología tuvo un escritos, los representantes holandeses de la Escuela Moderna
}arland 1988:4-6). León expresaron gran simpatía por el respeto británico a la libertad
la la idea de "escuelas" individual y hasta abogaron por la adopción del sistema legal
:a. En el continente, las acusatorio en Holanda, para reemplazar el Código Napoleónico
. las posiciones de poder usado hasta entonces. El falso contraste entre europeos díscolos
dministración de Justi y británicos pragm áticos constituye una perfecta ilustración del
a. El ambiente británico hecho de que los británicos nunca se percibieron a sí mismos
· y pragmático más que como europeos. La imagen pública de "Europa" como algo que
.iva. David Garland ad amenazaba a Albion ·, virtuosa y superior, con sus diferentes
: de la Escuela Moderna clases de morales y otros peligros, se extendió con variaciones
ta británica. El Reporte desde los días del I mperio Inglés hasta éstos, en los que los con
> la posible utilización de servadores ·· euro-escépticos luchan por "proteger" a su "ancia
rno, fue suficientemente na rahída" de los " burócratas de Bruselas".
1.0 el que la mayoría de Las diferencias en la cultura legal pueden constituir un fac
1ciones, son reformables, tor que contribuyó a la ambivalente actitud de los británicos
:íficas puedan implicar" respecto a la idea de ciencias penales integradas. La crítica de la
sto contrastaba con la Escuela Moderna al sistema de doctrina legal, simplemente no
delincuentes habituales puede tener lugar en el sistema del common law. En Gran Bre
1 positivista de que éstos taña, mucho más que en el continente, tanto el proceso de legis
icientes. Este escepticis- lación como la administración de justicia ha estado en manos
1 culminó en el rechazo,
>ia existencia de un tipo
1. bases estadísticas; de
N. del T.: Nombre poético de Inglaterra.
·
les diferencias genéticas
N . del T. : El autor utiliza el término "tory", que en inglés designa a los
··
an. Garland ( 1994:42-3)
:os, como Henry Mauds- miembros del partido conservador británico.
64 RENÉ VAN SWAANINGEN LAS PRIMI
Después de la Primera Guerra Mundial, Ferri trató de volver IV. LA "CIENCIA TOTALIZA
a unir a los académicos de la Escuela Moderna, pero ya no era STRAFRECHTS SSENSCHAF
posible mantener aspiraciones universales acerca de la política Franz von Liszt na<
penal en ese período. se crió en un ambiente
En oposición al propio Ferr.i, · otros académicos de la Unión marck. Con estos ante
Internacional no participaron de la Association Internationa adhesión al partido na
le de Droit Pénal en 1924, que se transformaría, después de del canciller Otto von I
la Segunda Guerra Mundial, en - la DéJense sociale nouvelle. emperador Wilhelm II,
E specialmente cuando se refierió a la obra Socialismo e crimi ·liberal, desde el cual a
nalitd, B onger ( 1 9 0 5 : 136) se mostró claramente molesto por la lamento prusiano y lu
ignorancia de Ferri acerca de elementos básicos del materia la simpatía de von Lis<
lismo histórico, a la vez que se manifestaba en contra de su nace la tentación de ce
pensamiento. "El autor ataca a los socialistas por considerar nos comparables a los
los "excesivamente acientíficos y sentimentales", mientras que diferencias entre la sitl
alaba pomposamente el "gran carácter científico de los sociólo nismo antropológico de
gos". Sin embargo, a pesar de su gran carácter científico, esto s tamente adoptado por
ú ltimos combatieron u n a doctrina que sólo conocían e n parte más a la E scuela del Er
o que desconocían por completo. Bonger todavía se ocu
Los sistemas penales tienden a reclutar su clientela de los capítulo sobre los bios
grupos más débiles de la sociedad. Para contraatacar la tenden edición inglesa de Crim
cia a criminalizar a socialistas y anarquistas, los académicos cuencia y las condicion
. italianos como Turati y el físico siciliano Napoleone Colajanni, ramente, que von Liszt ,
establecieron la así llamada Terza scuola (Tercera E scuela), que 1899 acerca de los factc
se opuso tenazmente a la idea de una ley natural metafísica. rado dentro de los part
Colajani sostuvo que la ley era una construcción humana y que, Los académicos alemar
por lo tanto, el estudio del derecho era necesariamente una par recho, fueron tradicior
·
te de la sociología. Se propuso demostrar la falsedad de la hi de Hegel y de Kant, en 1
pótesis del atavismo de Lómbroso con el estudio del modo en el de "delincuente nato
que los italianos explotaron la mano de obra barata del sur en instrumentalismo de vo
las provincias del norte. Colajani escribió en su libro Sociología dominante de la metafí
criminale, de 1889, que para Ínimizar los niveles de delito en flÚ n, los intelectuales a
una sociedad en particular deberían asegurarse los medios de en el movimiento social
supervivencia, la estabilidad económica y la distribución equita parte, la posición polítit
tiva de los beneficios sociales. Argumentó que, dado que ésta no trabajo y nunca refutó 1
era la situación en Italia, los índices de delincuencia más eleva lo hizo Ferri, pero supo
dos en el sur no debían sorprender. Tanto las tesis positivistas al espíritu de la época
acerca de la influencia criminógena del socialismo como las que que el . principio de lega
le opuso la Terza scuola fueron copiad as en versiones más mo intervención penal legít
deradas en otros países europeos. seguridad extralegales
GEN LAS PRIMERAS CRiTICAS CRIMINOLOGICAS . . . 67
ial, Ferri trató de volver IV. LA "CIENCIA TOTALIZADORA DEL DERECHO PENAL" ALEMANA (GESAMTE
1oderna, pero ya no era STRAFRECHTSWISSENSCHAFi'¡
les acerca de la política Franz von Liszt nació en u na familia vienesa acomodada y
se crió en un ambiente de simpatía y afiliación a Prusia y a Bis
tcadémicos de la Unión marck. Con estos antecedentes familiares, resultó natu ral su
ssociation Internationa adhesión al partido nacional conservador. D espués de la caída
¡sformaría, después de del canciller Otto von Bismarck y bajo el reinado autoritario del
fense sociale nouvelle. emperador Wilhelm II, von Liszt se unió al partido progresista
)bra Socialismo e crimi liberal, desde el cual accedió, primero, a u na banca en el par
ramente molesto por la lamento prusiano y luego, al Reichstag. Si se tiene en cuenta
)S básicos del materia la simpatía de von Liszt por la estrategia política de Bismarck,
staba en contra de su nace la tentación de considerar su desarrollo político en térmi
ialistas por considerar- nos comparables a los de Ferri. Sin embargo, existen notables
1entales", mientras que diferencias entre la situación italiana y la alemana. El determi
:ientífico de los sociólo nismo antropológico de la E scuela Positiva nunca fue comple
arácter científico, estos tamente adoptado por von Liszt, y posteriormente se aproximó
sólo conocían en parte más a la Escuela del Entorno Social que a la biológica. En 1905,
Bonger todavía se ocupó del pensamiento de von Liszt en su
utar su clientela de los capítulo sobre los biosociólogos, pero en una nota al pie de la
contraatacar la tenden edición inglesa de Criminality and economic conditions (La delin
IUistas, los académicos cuencia y las condiciones económicas) (19 16: 189) concluyó, lige
LO Napoleone Colajanni, ramente, que von Liszt cambió de opinión y, desde su artículo de
cz (Tercera E scuela), que 1 899 acerca de los factores sociales del delito, podía ser conside
ley natural metafísica. rado dentro de los partidarios de la Escuela del Entorno Social.
trucción humana y que, Los académicos alemanes, especialmente los operadores del de
ecesariamente una par recho, fueron tradicionalmente influenciados por el idealismo
·
ar la falsedad de la hi de Hegel y de Kant, en el cual los conceptos deterministas como
el estudio del modo en el de "delincuente nato" no tenían mucha cabida. De hecho, el
obra barata del sur en instrumentalismo de von Liszt marcó la ruptura con la tradición
ió en su libro Sociologia dominante de la metafísica racional en el derecho alemán. Más
los niveles de delito en ¡:¡.ún, los intelectuales alemanes no tuvieron el mismo liderazgo
;egurarse los medios de en el movimiento socialista que su contraparte italiana. Por otra
y la distribución equita parte, la posición política de von Liszt es menos explícita en su
:ó que, dado que ésta no trabajo y nunca refutó la esencia de sus ideas iniciales, como sí
ielincuencia más eleva- lo hizo Ferri, pero supo adaptar sus preferencias criminólogicas
1to las tesis positivistas al espíritu de la época. Von Liszt nunca abandonó la idea de
;ocialismo como las que que el . principio de legalidad era la condición absoluta de toda
s en versiones más mo- intervención penal legítima. Siempre se opuso a las medidas de
seguridad extralegales que tanto Bismarck como el emperador
LAS PRI
68 RENÉ VAN SWAANINGEN
cuyo establecimiento
introdujeron como política de coerción penal. Él no elaboró la
el miembro de la IKV
integración teórica de la criminología y el derecho penal; centró
allí en más, un asun
su atención en la política penal (Fijnaut, 1986a:13). En Alema
También a favor de vo
nia, existían mejores oportunidades de establecer un complejo
que hizo el régimen r
pena-bienestar social que en Italia, y la idea de la ciencia penal
dad, que aquél siemp
total o integrada del derecho penal de von Liszt (gesamte Strafre
quier hallazgo empíri
chtswissenschaft), que contuviera una aproximación criminoló
Bajo el gobiern o nazi
gica a la cuestión penal, encontró allí suelos más fértiles.
para regular las relac
Durante la vida de von Liszt, el Estado alemán evolucionó
y sus supuestos ene1
desde su posición de simple gendarme hasta alcanzar un ca
sentimiento del puebl
rácter profundamente intervencionista en el que los funciona
operadores del sisterr.
rios públicos, la nobleza Uunkers) y el ejército tuvieron un rol
Y abandonaron la As
central. Una elaborada legislación sobre seguridad social intro
su equivalente nazi
por Hitler en 1933, 1
ducida dentro de un sistema político militarista y conse vador
sirvió principalmente para detener el desarrollo del socialismo :
transformado radical:
Los críticos sostuvieron que las aspiraciones políticas y el enfo
estatuto. Siguiendo el
que instrumental del derecho hicieron que las ideas de van Liszt
denes de los funcioné
pudieran ser utilizadas como vía de legitimación de las políticas
el estatus de ley y la
conservadoras y paternalistas implementadas por el gobierno
constituyeron en obje1
(Foqué y ·t Hart 1990 :246) o, inclusive, que la "credulidad en
En la Conferencia :
la idea del Estado Moderno" hicieron de él "un testigo activo
logia realizada en Ber
de las leyes antisociales de Bismarck" (Stangl 1988:88). Duran
ganda, Joseph Goebb
te los primeros años de la República (socialista) de Weimar de
importancia del derecl
1 9 1 8 (cuando el emperador Guillermo I I , el agresor de la Primera
El presidente de la coJ
G erra Mundial, recibió asilo político en los Países Bajos), el
anunció la abolición e
mmistro de Justicia y filósofo del Derecho, Gustav Radbruch, .
ción del princ ipio de ,
la escuela biologicista y del "nuevo realismo fascista", que rodeó Prins veía el dere1
la conferencia, así como también de la prominencia de "ejercicios y la política penal ce
militares" para los delincuentes como medio de "reeducación to en este sentido, pue<
talitaria". Tampoco pudo valorar la fuerte presencia de Roland cha más razón que "
Freisler, el secretario de Justica del Estado alemán, quien más ral individualista del
tarde sería el presidente del infame Tribunal del Pueblo ( Volksge no consideró al Dere
richtshoj), que estuvo a cargo de juzgar las actividades en contra rada, aunque criticó
del régimen nazi (llamadas "delitos contra el pueblo alemán") . a la cuestión del libr
Di Tullio, presidente de la conferencia de la ISC, y Freisler, en optando por una po:
forma conjunta, "con vigor marcial", la fundación de la Sociedad a los límites de ciert
Internacional de Criminología, que exploraría el desarrollo poste en Tarde. Según Pril
rior de las "ciencias técnicas auxiliares de la justicia penal". Con entre el derecho pen
cierto alivio, Pompe sostuvo que "afortunadamente, la cuestión sistencia en la respo1
judía fue ignorada. En esta compañia y en esta era, un debate im el primero en usar 1.
parcial sobre este tema no hubiera sido posible". En la conclusión cual se conocería a l;
de su informe, Pompe se preguntó si esa primera conferencia de La déjense sociale e
criminología, exitosa y en muchos sentidos importante, seria la fensa social y la trw
última debido a la guerra. un sistema de justic:
sultados en el camp
V. EL "POENAAL POSITIVISME" BELGA
una política de pre'
El padre fundador de la Escuela belga moderna, Adolphe que reducirían la m
Prins, puede ser considerado, inicialmente, como el ala liberal de reintegración positiv
izquierda de dicha escuela. Sus opiniones políticas y científicas tanto, el conocimien1
no pueden entenderse por separado. Prins veía la adaptación del les se cometía un de
Derecho penal a los descubrimientos de las ciencias naturales Asimismo, debía incl
como un signo de progreso, en el sentido moral y político (Tulkens, ción de sanciones, p<
1990) . Sin embargo, la postura política de Prins no deja de ser través de su trabajo
ambigua. La base de su carrera se encuentra en la Universidad a la víctima, aun cl
Libre de Bruselas, un bastión de librepensadores y científicos mayor duración. Fe1
sociales. Prins tuvo activa intervención en los círculos políticos tablecimiento de un
liberales, pero también mantuvo estrechas relaciones con los ex víctimas.
militantes de la Primera Internacional. Consideró al proletariado Bélgica fue uno <
como un grupo criminal latente, por su inclinación al vagabun ques modernos en el
deo, pero también señaló que sólo los capitalistas industriales aspectos de la práct
sacarían provecho de una libertad ilimitada. Prins consideraba 1888 de la condena •
smo fascista", que rodeó Prins veía el derecho como una parte de las ciencias sociales
ominencia de "ejercicios y la política penal como una parte integral de la política social;
edio de "reeducación to en este sentido, puede ser considerado un criminólogo, con mu
rte presencia de Roland cha más razón que von Liszt, quien no superó el postulado libe
:ado alemán, quien más ral individualista del derecho. En oposición a los italianos, Prins
mal del Pueblo ( Volksge no consideró al Derecho Penal clásico como una ideología supe
as actividades en contra rada, aunque criticó su doctrinarismo abstracto. En referencia
üra el pueblo alemán"). a la cuestión del libre albedrío, rechazó un determinismo total,
ie la ISC, y Freisler, en optando por una posición sociológica, de relativisJ)lo, conforme
undación de la Sociedad a los límites de ciertas condiciones sociales, una idea inspirada
raría el desarrollo poste en Tarde. Según Prins, no existía necesariamente contradicción
le la justicia penal". Con entre el derecho penal como un medio de defensa social y la in
madamente, la cuestión sistencia en la responsabilidad moral del individuo. También fue
n esta era, un debate im
el primero en usar la expresión "defensa social", nombre por el
'osible". En la conclusión cual se conocería a la escuela. En 19 1 0 escribió un libro titulado
t primera conferencia de
La déjense sociale et les transformations du droit pénal (La de
dos importante, sería la fensa social y la transformación del derecho penal). Para Prins,
un sistema de justicia penal, como mecanismo para obtener re
sultados en el campo de la defensa social, debía comenzar por
una política de prevención social. Esto activaría mecanismos
dga moderna, Adolphe que reducirían la miseria socio-económica y establecería una
te, como el ala liberal de reintegración positiva de los delincuentes a la sociedad. Por lo
es políticas y científicas tanto, el conocimiento de las circunstancias sociales en las cua
1s veía la adaptación del les se cometía un delito debía ser incluido en la política penal.
:: las ciencias naturales Asimismo, debía incluirse un estímulo económico en la imposi
noral y político (Tulkens, ción de sanciones, para permitirle al delincuente ganar dinero a
·
de Prins no deja de ser través de su trabajo en prisión , con el cual pudiera compensar
tentra en la Universidad a la víctima, aun cuando esto pudiera implicar sentencias de
)ensadores y científicos mayor duración. Ferri, por otra parte, había propuesto el es
en los círculos políticos tablecimiento de u n fondo estatal para la compensación a las
as relaciones con los ex víctimas.
:onsideró al proletariado Bélgica fue uno de los primeros países que introdujo enfo
inclinación al vagabun ques modernos en el derecho penal, que afectaron importantes
:apitalistas industriales aspectos de la práctica, como, por ejemplo, la introducción en
tada. Prins consideraba 1888 de la condena condicional y de la libertad condicional. El
1asiado racionalista y el ministro de Justicia (católico) Jules Lejeune y, más tarde, tras la
:;ta del hombre. También Primera Guerra Mundial el notable ministro de Justicia socia
,eralismo y el socialismo lista É mile Vandervelde fueron dos de aquellos importantes re
• problemas sociales. formadores. La ley belga de defensa social de 1930 es considera
LAS PRIMEF
72 RENÉ VAN SWAANINGEN
ridad que se ocupaban
da la implementación práctica más consecuente del positivismo penal, que una vez en
penal, por no haber sido afectada por el fascismo. E sta ley ( Wet mismo circuito, de una
op het sociaal verweer) incluyó la regulación de órdenes hospi los desarrollos que teni
talarias, en las que el contexto de la defensa social es práctica po, van Hamel nunca p
mente dominante, como lo muestran las nociones de "anorma clásicos. Por ello, es be
lidad" de los delincuentes habituales y la amenaza general que 1905, como el jurista
representan para la sociedad. Inicialmente, Prins se centró en la los principales obstácu
prevención social y en una reintegración positiva del delincuen tres conceptos de culp
te en la comunidad, pero en trabajos posteriores fueron adqui fue un representante d
riendo creciente preponderancia los enfoques más paternalistas nis pareció sostener (C.
y represivos que marcaron la necesidad de una defensa social reemplazado la crítica
respecto de los delincuentes incorregibles, llegando a defender los juristas acerca de 1·
la intervención penal ante delictum (Vervaele 1990:378). tores de la vida real", ¡
existencia de una teor
VI . EL "NIEUWE RICHT!Nd' HOLANDÉS Pashukanis, tras la fir
El cofundador del grupo IKV-UIDP, juez penal de Amsterdam el Estado y los principi
y profesor Anton Gerard van Hamel fue el mayor defensor de emplazados por un sis
la Escuela M o derna en los Países Bajos. Van Hamel se formó protector (punto de vi
como abogado según los principios de la escuela clásica, y ejer Stalin, al ser calificadc
ció como fiscal. En su discurso inaugural en la Universidad de Tampoco parece jus1
Á msterdam, "De grenzen der heerschappij van het strafrecht" mel y Pashukanis con
lismo y materialismo, e
("Los límites del dominio del derecho penal"), abrazó con entu
bargo, es verdad que v:
siasmo los principios de la teoría legal clásica y hasta advirtió
Prins, no relacionó lo
acerca de las intenciones paternalistas respecto de la coerción
cambio estructural en
penal: "El Derecho penal no debería buscar todo aquello que
timonio de insinuador
potencialmente puede punir, sino sólo penar lo que legalmente
orden social hegemóni
debe" (van Hamel 1880:7). Van Hamel ( 1 890:534) mencionó dos
dentro de la criminolo
razones principales para el surgimiento de la Escuela Moderna:
Van Hamel temía que
el aumento de la delincuencia y la reincidencia, lo que conmo
criminología. Especial:
vió las bases del doctrinarismo interno sin referencias al siste
los antropólogos penal1
ma social de muchos operadores clásicos del sistema legal, y el
legales lo ubicaban en
atractivo de los métodos científicos de investigación naturalistas
penal integrada: "Cuar
para rastrear las causas del delito, más la posibilidad práctica
tropológico-social. . . , m:
de adaptar la coerción penal a estos hallazgos.
gros de la Escuela Clá
Van Hamel era más bien un liberal conservador que aceptó de la libertad individu:
con mayor disposición la etiología lombrosiana que von Lizst o del poder estatal, aun
Prins. Sin embargo, fue bastante crítico del sistema de justicia Lombroso llama desan
penal. Si bien alabó las cualidades humanitarias, la precisión nuestro sentido de just
y la buena educación de los operadores del sistema, vio con cla
LAS PRIMERAS CRiTICAS CRIMINOLOGICAS . . . 73
GEN
ridad que se ocupaban de accionar los engranajes del sistema
secuente del positivismo penal, que una vez en marcha reproducía constantemente el
1 fascismo. Esta ley ( Wet mismo circuito, de una manera dogmática, sin consideración de
lación de órdenes hospi los desarrollos que tenían lugar en la vida real. Al mismo tiem
fensa social es práctica po, van Hamel nunca puso en tela de juicio los principios legales
ts nociones de "anorma clásicos. Por ello, es bastante improbable que hubiera dicho en
la amenaza general que 1905, como el jurista soviético Evgeni Pashukanis sugirió, que
nte, Prins se centró en la los principales obstáculos de la criminología moderna serían los
n positiva del delincuen tres conceptos de culpa, delito y castigo. Van Hamel tampoco
osteriores fueron adqui fue un representante de la escuela sociológica, como Pashuka
oques más paternalistas nis pareció sostener (Cohen, 1988:28). Pashukanis puede haber
d de una defensa social reemplazado la crítica liberal de van Hamel al punto ciego de
oles, llegando a defender los juristas acerca de los límites del libre albedrío, "por los fac
·vaele 1990:378). tores de la vida real", para sostener su argumento acerca de la
existencia de una teoría materialista de la punibilidad. Según
Pashukanis, tras la finalización de la lucha de clases, también
el Estado y los principios clásicos se desvanecerían y serían re
.1ez penal de Amsterdam
emplazados por u n sistema legal educacional y exclusivamente
1e el mayor defensor de
)S. Van Hamel se formó
protector (punto de vista que le vali:ó la ejecución por orden de
Stalin, al ser calificado como enemigo de la Unión Soviética) .
a escuela clásica, y ejer
Tampoco parece justificado comparar la disputa entre van Ha
ral en la Universidad de
mel y Pashukanis con el debate criminológico actual entre idea
Lppij van het strafrecht"
lismo y materialismo, como hace Stan Cohen (1988:28). Sin em
enal"), abrazó con entu-
bargo, es verdad que van Hamel, a diferencia de su colega belga
clásica y hasta advirtió
Prins, no relacionó los cambios del sistema penal con ningún
. respecto de la coerción
cambio estructural en la sociedad, ni tampoco su obra da tes
mscar todo aquello que "
timonio de insinuaciones que pudieran leerse como críticas al
penar lo que legalmente
orden social hegemónico. Tampoco se mezcló en controversias
1890:534) mencionó dos dentro de la criminología -de hecho, sabía muy poco de ella-.
, de la Escuela Moderna: Van Hamel temía que el Derecho penal fuera absorbido por la
cidencia, lo que conmo- criminología. Especialmente, las contundentes afirmaciones de
sin referencias al siste los antropólogos penales acerca de las desactualizadas creencias
os del sistema legal, y el legales lo ubicaban en u na posición crítica frente a una ciencia
tvestigación naturalistas penal integrada: "Cuanto más abracemos la nueva dirección an
s la posibilidad práctica tropológico-social..., mayor debería ser nuestro respeto por los lo
llazgos. gros de la Escuela Clásica del derecho. Sigue siendo la campeona
conservador que aceptó de la libertad individual, como garantía contra el uso arbitrario
)rosiana que von Lizst o del poder estatal, aun cuando esto sea llamado justicia. Lo que
o del sistema de justicia Lombroso llama desarrollo científico. .. fue lo que Beccaria llamó
manitarias, la precisión nuestro sentido de justicia" (Fijnaut 1984b: 18).
del sistema, vio con cla-
74 RENÉ VAN SwAANINGEN LAS PRIME!
Tanto los penalistas teóricos como los operadores del siste Modderman sostuvo qu
ma penal holandeses fueron muy influenciados por la E scuela ca debería ser peor qut:
Moderna. Sin embargo, no hubo intentos de diseñar una legisla contrario, ser de un nb
ción completamente nueva, basada en los principios modernos; medidas más directas
si podía hacerse con adaptaciones, ¿para qué generar una revo ducidas bastante despl
lución? Según Fijnaut ( 1986c), el proyecto moderno fue un pa la ley penal juvenil de ·
radigma en competencia dentro del derecho antes de 1920; tuvo dena condicional en 19
una recepción variada entre 1920 y 1930 y recibió una acepta para los delincuentes ir
ción prácticamente u nánime después de 1930. El determinismo van Hamel cambiara, e
de la Escuela Moderna no encajaba en el habitus calvinista ho ·banca del partido líber
landés, que se basaba en el principio del libre albedrío. Por ello, nal holandés incluía la
los más feroces opositores a la Escuela Moderna se encontraban casi nunca fue aplicad;
entre los doctrinarios calvinistas. Sin embargo, el voluntarismo mostró una gran infl.ue;
se hallaba tan enraizado en la sociedad holandesa, que el deter advirtió un principio ge
minismo nunca fue adoptado, ni siquiera por los adherentes a la muchos sentidos, fue u
escuela. El apoyo socialista al proyecto moderno lo era sólo en opuestas del common l
términos lógicos. "Del mismo modo que nuestra teoría social ca acusatorio y del inquisi
tólica se relaciona con la de la democracia social, nuestra teoría La idea moderna dt:
penal católica se relaciona con la de la Escuela Moderna . . . El ca hacia la persona del del
rácter puramente ateo-materialista de la teoría penal moderna con el antecesor del pn
hace perfectamente comprensible que tenga una recepción tan Bajos para el mejoram:
favorable y benevolente entre los socialistas. La afinidad mutua de Jonge 199 1 : 16). La 1
es muy evidente" (van Wijnbergen 19 10: 74 - 5 ) . al cambio de orientacié
La · orientación hacia el consenso de los holandeses condujo pasó a focalizarse en 1
a una legislación ecléctica, basada en principios clásicos refi instrumento práctico p
nados con elementos modernos. La idea de reacciones penales delito y para darle forr
mínimas, por ejemplo, fue excluida de la ley que e stableció la la rehabilitación. Los i
vigencia del nuevo Código Penal de 1886, cuando casi no se el hecho de no manten1
aceptaban los pensamientos modernos sobre la reacción penal. peligrosos" y la creació
Muchos académicos holandeses, entre los cuales se hallaba ex convictos, fueron in
Modderman, uno de los principales autores del nuevo Código perciqirse la diferencie
Penal y ministro de Justicia, sostuvieron que no era correcto delincuentes así como
criminalizar el vagabundeo. Sin embargo, bajo la presión del el orden y la defensa s
senado, el vagabundeo fue tipificado como summary ojfence •.
asistencia social a las
estatal, ello no ininimi:
bía reblandecido la im
había contribuido a soc
· N. del T. : Se trata de delitos juzgados en proceso sumarísimo, sin for como mecanismo de e
malidades procesales. social, la legislación so
GEN LAS PRIMERAS CRÍTICAS CRIMINOLOGJCAS . • .
75
::>s operadores del siste Modderman sostuvo que el remedio de la intervención penal nun
nciados por la Escuela ca debería ser peor que la enfermedad del delito. Debería, por el
> de diseñar una legisla contrario, ser de un nivel moral superior. La mayor parte de las
::>s principios modernos; medidas más directas y prácticas en este sentido fueron intro
a qué generar una revo ducidas bastante después de la nueva legislación de 1 886 (como
:to moderno fue un pa la ley penal juvenil de 1905), y la mayoría de ellas (como la con
cho antes de 1920; tuvo dena condicional en 1 9 1 5 , una ley de multas en 1925 y una ley
:o y recibió una acepta para los delincuentes insanos [TBR] en 1928) aún después de que
1930. El determinismo van Hamel cambiara, en 1909, su cátedra universitaria por una
1 habitus calvinista ho banca del partido liberal en el parlamento. El nuevo Código Pe
l libre albedrío. Por ello, nal holandés incluía la posibilidad de libertad condicional, pero
1oderna se encontraban casi nunca fue aplicada. El Código de Procedimientos, de 1926,
nbargo, el voluntarismo mostró una gran influencia de la Escuela Moderna, aunque no se
holandesa, que el deter advirtió un principio general que guiara la nueva legislación. En
l por los adherentes a la
muchos sentidos, fue una conciliación pragmática entre visiones
moderno lo era sólo en opuestas del common law, inspiradas en elementos del sistema
1.uestra teoría social ca acusatorio y del inquisitivo del Derecho continental.
ía social, nuestra teoría La idea moderna de un sistema d_e justicia penal orientado
:;cuela Moderna . . . El ca- hacia la persona del delincuente ya había sido puesta en práctica
3. teoría penal moderna con el antecesor del probation service: la Sociedad de los Países
nga una recepción tan Bajos para el mejoramiento moral de los presos de 1823 (Janse
;tas. La afinidad mutua de Jonge 199 1 : 16). La Escuela Moderna le dio un gran impulso
74 - 5) . al cambio de orientación: de centrarse en la conducta delictiva,
los holandeses condujo pasó a focalizarse en el autor. La probation fue vista como un
principios clásicos refi instrumento práctico para actuar en el ámbito de las causas del
t de reacciones penales delito y para darle forma al concepto ciertamente abstracto de
la ley que estableció la la rehabilitación. Los impulsos modernos a la probation, como
86, cuando casi no se el hecho de no mantener en prisión a "delincuentes que no sean
;obre la reacción penal. peligrosos" y la creación de puestos de trabajo expiatorios para
los cuales se hallaba ex convictos, fueron introducidos en la década de 1890. Podía
tares del nuevo Código perci"Qirse la diferencia entre la represión y el cuidado de los
)n que no era correcto delincuentes así como la orientación del derecho hacia la ley y
·go, bajo la presión del el orden y la defensa social. Si bien se proporcionó abundante
>mo summary offence ·. asistencia social a las masas, desde la perspectiva del control
estatal, ello no minimizó el hecho de que la visión moderna ha
bía reblandecido la imposición de penas y, hasta cierto punto,
había contribuido a socavar el papel de las sentencias de prisión
como mecanismo de control social. La provisión de bienestar
·oceso sumarísimo, sin for-
social, la legislación social y laboral, el cuidado de la salud y la
76 RENÉ VAN SWAANINGEN LAS PRIME
educación también cumplieron funciones útiles en el control de cial, sería una simpli
las masas y en la prevención del delito (de Swaan, 1989). evitado si se hubieran
El éxito de la Escuela Moderna se debió, en gran parte, a la bre la desaparición de
facilidad con la cual sus mensajes podrían traducirse en polí penal completamente 1
ticas reales. La alianza entre provisión de bienestar social y re se logró- sostenerse q1
presión se hizo especialmente atractiva en términos políticos y -al que también aludí<'
permitió a los diferentes agentes del control social ser severos y te acerca de los valon
considerados al mismo tiempo. La ley penal dejó de ser el único legi slación de tales ca1
instrumento de control, ya que existían diferentes programas De bido a la infección f¡
médicos y educacionales a disposición. La euforia ocasionada · credibilidad después e
por esta dualidad fue muy bien descripta por un seguidor de
van Hamel, el estadístico de Roa s ( 1902 :336-7): VJI. TENTATIVAS DE INTEC
" ... El nuevo enfoque sólo pretende lo mejor. Quiere terminar Los posteriores de:
con la esclavitud penal; ya no acepta que un ser humano, que peas no pueden ser en
ha caído en el delito por una disposición mental o por circuns influencia de la Segur
tancias sociales, sea completamente degradado y embrutecido das desilusiones acere
a través del encarcelamiento, para que su aversión a la socie
la tecnología y u na gn
dad, en la que no encuentra cabida, crezca hasta transformar
se en un intenso odio, obligándolo a trabajar hasta su muerte, dos europeos. Le sigu
en lugar de tendérsele una mano para ayudarlo. Las nuevas de intentos de integra
ideas trajeron vientos de compasión hacia el ser humano en futuras guerras en el
desgracia; una compasión que, sin embargo, no retrocedía en colonización, pero tan
la imposición de severas medidas a los individuos peligrosos golpe de Estado en Pn
en defensa de la sociedad. . . Las nuevas ideas traen vientos de En este contexto, el
pureza y claridad. Higiene, exterminación de lo insalubre y de las palabras clave en
cadente, tal será el espíritu de la futura ley penal . . . " sa social" gozaba de
holandesa, la implemc
En la última parte de esta cita, salta a la vista d peligro po
que las medidas rriode
tencial del enfoque moderno: su consecuencia final sería un sis
temporal de las pena:
tema de justicia penal sin límites. A pesar de que en la práctica
la influencia progresiv
penal el pensamiento moderno se implementó de forma mode
1990, van Ruller 1988
rada y pragmática, muchos académicos progresistas señalaron
es similar a lo que, ex¡:
sus posibles peligros. En la década de 1930, en los Países Bajos,
se compartía la idea de que la coerción penal se había reblan " . . . La rigidez de la :
decido demasiado, pero las nuevas medidas alemanas para con hizo prácticamente
trarrestar esta tendencia eran rechazadas, generalmente por constructivas e imag
ser consideradas destructivas del rechtsstaat. Nos referiremos ra sido confinado a J¡
pene, prácticamente
nuevamente a esta posición ambigua en el próximo capítulo.
tan orgullosos habrí
Si miramos el dramático contexto económico en el que tuvo en conflicto con el p1
lugar el desarrollo autoritario del movimiento de la defensa so nido con precisión de
IN GEN LAS PRIMERAS CRÍTICAS CRIMINOLOGICAS . . . 77
1es útiles en el control de cial, sería una simplificación sostener que podría haber sido
(de Swaan, 1989) . evitado si se hubieran tomado con seriedad las advertencias so
iebió, en gran parte, a la bre la desaparición de todo límite al que llevaría una legislación
drían traducirse en polí penal completamente moderna, pero sí puede -y frecuentemente
L de bienestar social y re se logró- sostenerse que la falta del componente ético-normativo
a en términos políticos y -al que también aludió Pompe ( 1949) implícitamente- y de deba
mtrol social ser severos y te acerca de los valores básicos que deberían subyacer en una
)enal dejó de ser el único legislación de tales características, facilitó su desarrollo amoral.
an diferentes programas Debido a la infección fascista, la idea de defensa so.cial perdió su
1. La euforia ocasionada credibilidad después de la Segunda Guerra Mundial.
·ipta por un seguidor de
2 : 336-7): Vll . TENTATIVAS DE INTEGRACION DURANTE LA POSGUERRA
mejor. Quiere terminar Los posteriores desarrollos científico -criminológicos euro
ue un ser humano, que peos no pueden ser entendidos sin tener en cuenta la tremenda
•n mental o por circuns influencia de la Segunda Guerra Mundial. Ella produjo profun
gradado y embrutecido das desilusiones acerca del progreso civilizatorio que facilitaría
su aversión a la socie
la tecnología y una gran desconfianza entre los diferentes Esta
zca hasta transformar- '
dos europeos. Le siguió una era de reconstrucción económica,
3.bajar hasta su muerte,
de intentos de integración europea con el objetivo de prevenir
3. ayudarlo. Las nuevas
sabilidad penal, para ellos era necesario partir de la afirmación principios legales. Por
de la existencia de un relativo libre albedrío. En los trabajos de ca Federal Alemana dé
Ancel, la centralidad que la Escuela Moderna otorgaba a la pe socialista en la Repúbl
ligrosidad que se percibía en el delincuente dejó su lugar a u na te, pero escapa al alea
percepción del delincuente como una persona que, en primer Mientras que la cri
término, necesitaba cuidado y compasión. Por ello, impulsó la pulso en Inglaterra ( 1 9
idea de la resocialización a través de la probation. Para Ancel, tes alemanes con forn
los intentos de rehabilitación siempre debían respetar la digni Max Grünhut, una cri
dad y la integridad del individuo, lo que debía ser garantizado ría en Alemania hacia
procesalmente. La rehabilitación también fue presentada como Georg Rusche, de 1932
una estrategia de prevención del delito. del mercado laboral y
Ancel ( 1954) propuso un estudio crítico del sistema de justi operación con Otto KiJ
cia penal y sus valores subyacentes, y el desarrollo de un en gía Punishment and Se
foque multidisciplinario del delito, en el que todas las ciencias cial), fue mucho más fe
humanas tuvieran un rol. El respeto de los derechos humanos y donde recién lo redesc·
la dignidad del género humano eran el límite que no debía tras Gustav Radbruch , '
pasar ninguna intervención penal. Sin embargo, el enfoque del gos por los nazis y n
nuevo movimiento de defensa social implicó un procedimiento sostuvo que la protec
bastante paternalista, que ignoraba el carácter conflictivo y con debería ser la ú nica l•
tradictorio del proceso penal ( Machielse, 1979:77). contemplaciones legal
En Bélgica, Léon Cornil puede ser considerado seguidor del nung) como elemento
nuevo movimiento de defensa social. En el período de la pos berían ser olvidadas.
guerra, Cornil tuvo un papel importante en el desarrollo de la la obediencia ciega a
probation en su país y en el Congreso Penitenciario celebrado en inmorales, debería ser
La Haya, en donde defendió la abolición de la pena de prisión, respeto a los derechos
ya que constituía, en su visión, un obstáculo insalvable para la del derecho. El fin últ
rehabilitación del convicto (Franke, 1990:663) . cuencia, un código pe
del derecho penal por
IX. CRiTICAS EN IDIOMA ALEMÁN AL RACIONALISMO PENAL A principios del si¡
En una historia social de la reforma penal en Austria de pos rrolló una perspectiva
guerra, Wolfgang Stangl ( 1 985) concluyó que los enfoques cri es sometido a tratami•
minológicos tuvieron muy escasa presencia en los debates po con su contexto socia:
líticos y que la mayor parte de las reformas previas del sistema abolición del sojuzga¡
penal fueron iniciadas y llevadas a cabo sólo por operadores del nechtschaft) el estable
sistema legal. En A lemania, la situación no fue muy diferente. (Bevormundung) que :
El mundo de los penalistas dogmáticos era cerradó y casi no de trabajo comunitari·
recibió influencias del saber criminológico. Por ello, se conside La crítica más radi
raba crucial restablecer primero el rechtsstaat clásico que había el período de posguen
resultado pervertido, y reafirmar el estudio doctrinario de los trabajos del psiquiatr.
1EN LAS PRIMERAS CRiTICAS CRIMINOLOGICAS . . . 81
partir de la afirmación principios legales. Por lo menos, ésta era la visión en la Repúbli
irío. En los trabajos de ca Federal Alemana de Occidente. El desarrollo de una legalidad
ierna otorgaba a la pe- socialista en la República Democrática Alemana es muy diferen
1te dejó su lugar a una te, pero escapa al alcance de este libro.
ersona que, en primer Mientras que la criminología sociológica recibió un gran im
1n. Por ello, impulsó la pulso en Inglaterra ( 1949), principalmente por obra de inmigran
probation. Para Ancel, tes alemanes con formación legal, como Hermann Mann heim o
bían respetar la digni Max Grünhut, una criminología empírica comparable sólo surgi
: debía ser garantizado ría en Alemania hacia finales de la década de 1960. La teoría de
n fue presentada como Georg Rusche, de 1933, acerca de la relación entre lo s desarrollos
del mercado laboral y los del ámbito penal, que en 1939, en co
::o del sistema de justi operación con Otto Kirchheimer, condujo al clásico de la penolo
!l desarrollo de un en gia Punishment and Social Structure (El castigo y la estructura so
que todas las ciencias cial), fue mucho más famoso en Estados Unidos que en Alemania,
)S derechos humanos y donde recién lo redescubrieron en la década de 1980.
m ite que no debía tras Gustav Radbruch , que había sido removido de todos sus car
mbargo, el enfoque del gos por los nazis y murió cuatro años después de la guerra,
)licó un procedimiento sostuvo que la protección de los bienes jurídicos (Rechtsgüter)
rácter conflictivo y con- debería ser la única legitimación de la intervención penal. Las
1979:77). contemplaciones legales de la moralidad y la convicción (Gesin
nsiderado seguidor del nung) como elementos constitutivos del delito (Tatbestande) de
1 el periodo de la pos berían ser olvidadas. Según Radbruch, la falacia positivsta de
! en el desarrollo de la la obediencia ciega a la ley, aun cuando se basara en pilares
titenciario celebrado en inmorales, debería ser superada mediante el establecimiento del
de la pena de prisión, respeto a los derechos humanos como parámetro de la legalidad
culo insalvable para la del derecho. El fin último de la reforma penal seria, en conse
1:663). cuencia, un código penal sin sancione s penales, y el reemplazo
del derecho penal por algo mejor.
MO PENAL A principios del siglo XX, el austriaco Julius Vargha desa
rrolló una perspectiva abolicionista en la que el delincuente no
enal en Austria de pos
i que los enfoques cri es sometido a tratamiento médico y 1 delito es visto en relación
tcia en los debates po con su contexto social. Vargha propuso en su libro acerca de la
las previas del sistema abolición del sojuzgamiento penal (Die abschffung der Strafk
sólo por operadores del nechtschaft) el establecimiento de una suerte de " tutela social"
. no fue muy diferente. (Bevormundung) que se asemeja notablemente a las sanciones
era cerradó y casi no de trabajo comunitario de la actualidad (Stangl, 1984) .
:o. Por ello, se conside La crítica más radical del mundo de habla alemana durante
staat clásico que había el período de posguerra tuvo sus raíces en el psicoanálisis. Los
ldio doctrinario de los trabajos del psiquiatra progresista Otto Gross y, por supuesto,
82 RENÉ VAN SWAAN!NGEN LAS PRIMJ
Plack, el hecho de que el telón de fondo fueran cada vez más las
legitimaciones retribucionistas del sistema penal, probaba que,
dado que éste era el corazón del derecho penal, el sistema como
tal tenía sus días contados.
La criminología europea se desarrolló en un contexto legal
funcionalista. En Gran Bretaña, casi no tuvo repercusiones en
la práctica del Derecho y se desarrolló en el ámbito psiquiátrico.
La Escuela Moderna Europea de ciencias penales integradas se
basó en consideraciones políticas progresistas y conservadoras LOS PRECURSOR
por igual. Esta base política ambigua produjo una dominación
autoritaria en la década de 1930, y u na tendencia humanitaria
después de la Segunda Guerra Mundial. Ahora nos aproximare
l . Los SOCIALISTAS Y LA Jt
mos a la criminología crítica, centrándonos en las ideas de los
críticos del autoritarismo. Dado que la criminología holandesa En 1889, Ferdinanc
ofrece un amplio abanico de tales críticas, nos situaremos en bro socialista del parla
ese contexto específico en el capítulo siguiente. Justicia Ruij s de Beere
sistema penal actual",
a las víctimas de la so<
ma penal se apoyaban
Lombroso y Garófalo (
hipótesis voluntaristas
rrepresentación de la <
Asimismo, se caracteri
recibidos por los ínter
prisión, del mismo tipo
sideraba el sistema ca
da y sin sentido de en
internos, transformán<
para la coexistencia s<
con bases históricas, q
son más qlle "cuestion
1897, la revista sociali
entre los internos, con <
dado a los presos polític
tactos juristas impidier
ditada y tildada de "me
"El hecho de que lo:
a esos caballeros, tan
semejantes crueldades
WEN
1 análisis de la evolución Bon ger analizó en detalle las observaciones de otros precursores
t gente "primitiva" se las de la criminología (estadísticos, medioambientalistas, espiritua
1 social. Así, sostuvo que, listas y socialistas) y se encontraba ideológicamente muy cerca de
lemas sociales de forma la Terza Scuola socialista italiana. Sin embargo, tomó distancia
>italistas. Asimismo, esta de las observaciones retóricas, rudimentarias y emocionales de
e Lombroso. Colajann i y Turati, que no contaban con el apoyo de datos empí
se gestó un clima social ricos y no tomaban en cuenta el socialismo científico.
aumento de las oportuni Las estadísticas, que en aquella época eran más estadísticas
r (1922), esto desmoralizó jud iciales que datos surgidos de registros policiales o encuestas
. morales menos exigentes a víctim as de delitos, tuvieron un papel importante en la obra de
el delito, bajo circunstan- Bonger. Así, refutó la tesis de que el socialismo propiciaría la co
informes del Servicio de misión de delitos, comparando estadísticamente (en tiempo y por
. Mediante la educación y región) los desarrollos de la criminalidad y el número de votantes
tr la moralidad de la cla socialistas en una misma área. En su análisis no encontró una
ttidad de delitos. Por esta relación generalizable entre ambos extremos: tanto la provincia
le Probation merecía más "más socialista" (Groningen) como las provincias "menos socialis
nzar un orden económico tas" (Drenthe y Brabant) tenían un gran número de condenas por
nente los medios de pro- . delitos graves. Las tasas de canden más altas fueron halladas
. hasta ese momento sus en la provincia católica (no socialista) de Limburg y las más bajas
"optimismo basado en el en la provincia de Holanda del Norte, de carácter relativamente
ttante del socialismo uti- secular y socialista. Del análisis comparativo de las condiciones
1 Gran Bretaña -clase de socio-económicas en estas provincias, Bonger interpretó que la
:os críticos dirigieron sus relación entre delito y explotación de las clases obreras era más
;te autor, el delito no era significativa que cualquier determinación político-religiosa. Sin
no compartía la tesis de embargo, no problematizó el modo en que se construían las es
nplía una función social tadísticas judiciales y suponía que el porcentaje de delitos de
nalo". nunciados , esclarecidos y desestimados permanecían constan
>sicológico-social, Bonger tes. Asimismo , no le prestó atención a la posible selectividad del
-ancesa. Contrastando lo sistema penal, basada en criterios de clase, ni al hecho de que la
' 73:223), no es para nada tolerancia del delito fuera determinada, también, por condiciones
esis sobre el delito y las socio-económicas (Fiselier, 1976: 168-9).
>ición de teorías psicoló Según sus críticos, Bonger parecía sugerir que toda clase de
tr importante en su pro delito disminuir ía si se mejoraban las condiciones socio-econ ó
el campo en el momento micas. Sin embargo, su postura tenía muchos matices. Así, sos
8) se dedicó a refutar la tenía que los "delitos de la miseria" podían decrecer bajo mejores
conómicas eran de poca condicion es socio-econ ómicas de las clases trabajadoras, lo que,
1iveles delictivos. Criticó por otra parte, sería irrelevante en el caso de los delitos de otra
su inexactitud acerca de naturaleza -relativos a la falta de moral sexual, al alcoholismo,
e producción capitalista. a la guerra, etc.-. Por ejemplo, los llamados "delitos por codicia"
90 RENÉ VAN SWAANINGEN Lo s PRECUF
Ldística s muestran que se relacionaba con las reacciones sociales que provocaba. Sin
s económicas, m ientras embargo, al llamar "objetivo" al elemento antisocial del delito,
o de la malversación de Bonger fue inconsistente con su rechazo previo del esencialismo
:1tan c uando disminuye y sus observaciones de las grandes disparidades en la cultura
.yor de bienestar genera y en el tiempo en lo que se refería a la clase de conductas que .
de delitos relacionados eran criminalizadas. Bonger libró la misma lucha alrededor de
la definición del concepto de delito que muchos criminólogos
e los delitos profesiona retomarían después de él y no encontró una postura aceptable ·
ros, corredores de bolsa entre el relativismo y el esencialismo.
ayoría de los temas bá
mco, de Edwin Suther 2. La crítica radical a la punibilidad de Clara Wichmann
u tesis ( 19 0 5 : 599 -607). Clara Wichmann es una precursora de la criminología crítica
paron, sin embargo, de no tan conocida como Willem Bonger. Mientras que aquél era
.dora, tal como ocurrió un miembro activo del Partido Laborista, Wichmann era repre
sentante de la izquierda libertaria. Bonger nació en 1876, hijo
y burguesas sobre las menor de una familia de clase media numerosa, mientras que
Jtilizando el ejemplo de Wichmann nació en 1 885 en el seno de una familia pequeña
utor ( 1 9 0 5:379) sostuvo de inmigrantes alemanes pertenecientes a la burguesía aco
l. para los que quieren modada y, aunque no de manera abierta, estaba comprometida
:rminada". Rechazando con el movimiento obrero. Por otra parte, Bonger trabajó (hasta
:erca de qué es el delito su nombramiento como profesor en 1922) como empleado en la
tda por intereses de cla compañía de su padre, mientras que Clara lo hizo como aboga
ie que el derecho penal da defensora hasta su bancarrota, en 19 14, y luego en el Buró
la clase gobernante, y Central de Estadísticas, hasta su temprana muerte, al dar a luz
lió aún más relevancia a su hijo, en 1 92 2 . Durante sus estudios de derecho en Utrecht,
nalizaba la misma con Clara Wichmann comenzó a participar en las clases intensivas
ara él, el concepto del del profesor de filosofía de Á msterdam, Bolland, quien, cerca
: comunes. " Se justifica del final del siglo, promovió el resurgimiento en los Países Ba
>das las conductas cri jos de las teorías hegelianas, con una orientación de izquierda.
nmorales prácticamen- Ella entró también en contacto con socialistas libertarios que
3. en diferentes grados. serían .muy importantes en su futuro. Como mujer, socialista ]
robo es una conducta jurista, Clara Wichmann se sentía obligada a formar parte de
2-3) interpretó el delito la Unión para el Sufragio femenino. A través de su compromi
L inmoral", es decir, la so con esta institución, tomó contacto con el feminismo ético,
>cial. La parte inmoral acerca del cual publicó varios artículos. En la misma época, en
·o del delito y la antiso 1908, bajo la influencia de Bertha von Sutner, se transformó en
r, Bart van Heerikhui militante del movimiento pacifista. En 1 9 1 5 coordinó un mani
delito "sociológicamen fiesto contra el servicio militar obligatorio y se comprometió en
to "objetivo" del delito "matrimonio libre" con el objetor de conciencia Jonas Benjamín
RENÉ VAN SWAANINGEN Los PRECI
92
Meijer. Inspirada por la Revolución Rusa, formó parte en 1917 de bre del pueblo" a las ,
la Unión de intelectuales socialistas revolucionarios (Pit 1984). al llamar "delincuen
En 1919, Clara Wichmann relacionó sus ideas políticas con En el pensamien
su área profesional de trabajo, el derecho penal. Junto a otras nal es consecuencic:
almas gemelas del movimiento anarco-socialista, estableció el obligation ni sanctic
Comité van actie tegen de bestaande opvattingen omtrent misda fuente importante e
ad en straf(Comité de acción contra las opiniones prevalecientes penal como expresi•
acerca del delito y el castigo, conocida como CMS) 2. En su ma entre los anarquist
nifiesto de asociación, se dio por sentada la necesaria interrela que el derecho pena
ción entre ciencia y política. Como secretaria general del CMS, del Estado, que debo
Wichmann Señaló que la reforma penal estructural no se logra Estado. El CMS no 1
ría sólo a través de la teoría ni de los cambios socioeconómicos. raíz en el movimient
El potencial de la reforma estructural, para ella, residía precisa XIX. En el campo p
mente en su conexión indirecta, por lo que la teoría y la práctica y la tortura tambiér:
debían ser siempre recíprocas y el incentivo para la innovación abolicionistas. En r
debía nutrirse de los movimientos sociales. Las reacciones de la licionismo" sólo se
comunidad científica al manifiesto del CMS fueron desde tibias adelante, pero como
hasta muy entusiastas. en la belle époque.
El CMS era una plataforma de política criminal basada en las Próximas al soci
ideas de varios grupos revolucionarios y luchaba por la abolición de Tolstoi y Gandhi
penal. La oposición al derecho del E stado de castigar es tan an CMS. Para otros mi
tigua como el propio Estado. Los filósofos y escritores de finales licionismo penal se
del siglo XIX, como el alemán Friedrich Nietzche, el francés Jean riencias en prisión.
Marie Guyau o los rusos Lean Tolstoi y Meter Kropotkin propor más tarde cofunda<
cionaron argumentos abolicionistas respecto del ius puniendi, el pagar una multa qu
nifiesto contra el en<
. derecho del Estado a castigar. El abolicionismo de Nietzche es
consecuencia de su Umwertung aller Werte, la revaloración de to al que ya se aludió.
dos los valores. Su idea de la autonomía moral del iluminado "su presos políticos fue 1
perhombre" ( Obermensch) tornó ilegítimas "las mentiras en nom sideraba que existía
y el militar. Ambas
de una crueldad re]
delito con el mal del
2
Los cofundadores fueron Kees Boeke, J. Brommert, Bart de Ligt, H. E .
bral para la respw:
Kaspers, J . W. Kruyt, J o Meijeer, Lode van Mierop y Felix Ortt. El profesor castigo sería una f<
de antropología criminal y novelista de Amsterdam Amold Aletrino ( 1858 guiendo a Tolstoi, n
1916), quien también fue activista e n los círculos libertarios de izquierda, rehabilitación. Tant
lom r siano y abolicionista penal, falleció demasiado temprano como para cuales surge el deli
partictpar en este movimiento. Hubiera sido interesante ver si personas
necesitarían, según
con 1deas políticas similares pero con visiones científicas opuestas podrían
·
for mó pa rte en 1 9 1 7 de bre del pueblo" a las que recurría el Estado. Retrasó la innovación
luc ion ari os ( Pit 198 4). al llamar "delincuentes" a las fuerzas opositoras.
ms ide a s pol ític as con En el pensamiento de Guyau , la abolición del derecho pe
0 pen al. Ju nto a nal es consecuencia de su ética libertaria de una morale sans
otras
:oc ial ist a, estableció el obligation ni sanction. El pacifismo radical de Tolstoi fue una
ttti ng en o mt ren t misda fuente importante de inspiración para el rechazo del derecho
Jin ion es prevalecientes penal como expresión de violencia. Por último, Kropotkin fue,
mo CM S) 2. En su ma entre los anarquistas, el más explícito respecto de la idea de
la nec esa ria interrela que el derecho penal es uno de los instrumentos más represivos
taria general del CM S del Estado, que debería desaparecer con la abolición del propio
str uc tur al no se logra Estado. El CMS no usó la palabra "abolicionismo", que halla su
tbio s soc ioe con óm ico s. raíz en el movimiento contra la esclavitud de principios del siglo
ra ella , res idía precisa XIX. En el campo penal, los luchadores contra la pena capital
e la teo ría y la práctica y la tortura también fueron conocidos, apenas más tarde, como
ivo para la innovación abolicionistas. En relación al sistema penal, el término "abo
s. La s rea cci on es de la licionismo" sólo se usó desde finales de la década de 1970 en
v1S fueron desde tibias adelante, pero como tal, la idea seguramente "flotaba en el aire"
en la belle époque.
:ri mi na l basada en las Próximas al socialismo libertario , las ideas ético-pacifistas
tchaba por la abolición de Tolstoi y Gandhi constituyeron incentivos centrales para el
de castigar es tan an CMS. Para otros miembros, el compromiso político con el abo
Y esc rito res de fin ale s licionismo penal se inspiró directamente en sus propias expe
etz che , el francé s Jea n riencias en prisión. En 1916, Bart de Ligt y Lode van Mierop,
eter Kro pot kin propor más tarde cofundadores del CMS, fueron encarcelados por no
cto del ius pu niendi, el pagar una multa que se les había impuesto por redactar el ma
mismo de Nietzche es nifiesto contra el encarcelamiento de los objetores de conciencia,
, la revalorac ión al que ya se aludió. Su apoyo a las huelgas de hambre de estos
de to
xal del ilu mi nado "su presos políticos fue criminalizado como "agitación". El CMS con
"la s mentiras en nom- sideraba que existía una conexión directa entre el sistema penal
y el militar. Ambas serían instituciones creadas por el hombre,
de una crueldad repre,siva sin sentido. Al responder al mal del
delito con el mal del castigo, disminuiría constantemente el um
mmert, Bart de Ligt, H. E
. bral para la respuesta a la violencia, con nueva violencia. El
P Y Felix Ort t. El pro feso r castigo sería una forma de violencia insensible, y el CMS, si
tm Arn old Ale trin o ( 185 8- guiendo a Tolstoi, rechazaba su legitimidad como retribución y
libe rta rios de izquierda
, rehabilitación. Tanto las condiciones socio-económicas bajo las
1ado temprano como para
:eresante ver si personas cuales surge el delito como el tratamiento de los delincuentes
ntífi cas opu esta s podrían necesitarían, según esta visión , una respuesta mejor que la re
presión. (Wichmann 1924:92-8, 1930:81-95). Clara Wichmann
94 RENÉ VAN SWAANINGEN Los PRECURSC
relacionaba el ius puniendi con el materialismo histórico, la éti burguesa que frustraba
ca social y otros desarrollos culturales. "Todo tiene que ver con ginados. En su tesis, tr
todo, dij o Multatuli (un novelista crítico holandés del siglo XIX). con respeto, pero desü
El hecho de que uno simplemente quiera repeler algunos abusos "delincuentes natos" prc
dentro de las fronteras del sistema penal imperante, o sea de la circunstancias sociale
opinión de que el sistema penal es inadecuado en su totalidad . . . mann es tan crítica cor
en realidad, no puede ser sólo cuestión de condena j udicial. Las ses como con los positi'
cuestiones relativas al delito y al castigo no son áreas aisladas; suficiente atención a la
están relacionadas con otros temas sociales y, desde luego, con proveer mejores condici
la filosofía de vida" (Wichmann 1924: 103). Vale la pena destaca¡
fendió la Escuela Moden
3. El fundamento materialista de la penalidad moderna a la Escuela Moderna se
En 19 1 2 , en su disertación Beschouwingen o ver de historis tema de justicia penal s
che gründslagen der tegenwoordige omvorming van het strafbe prácticamente nadie def
grip ("Reflexiones acerca del fundamento histórico de la trans cuencias últimas es la 1
formación actual de la penalidad"), Clara Wichmann defendió ción, ya que la conclusié
la idea de que las manifestaciones del delito de aquel momento Por lo tanto, la soluciór
eran inherentes a la estructura capitalista de la sociedad. E scri finales, sino en buscar ¡
bió esta tesis bajo la supervisión de un representante de la Es- · deberían ser utilizadas <
cuela Moderna, procedente de Utrecht, David Simons. En el pre en el que deberían bus•
facio, Wichmann agradeció a Simons y al neohegeliano Bolland . justicia social en casos
Wichmann manifestó allí que esperaba que ambos aceptaran su académicos modernos d
gratitud por todo lo que había aprendido de ellos, a pesar de que penal en sus funciones :
había elegido un camino distinto al que éstos hubieran desea pero Wichmann criticó !
do. Si bien utilizó (con aprobación) muchas ideas de la Escuela la estructura social cap
Moderna, Wichmann promovió el debate con sus seguidores y blar del movimiento mo<
propuso incorporar una dimensión ética al pragmatismo ins unánime , Wichmann d•
trumental de esta escuela. Al respecto, propició la discusión -de lando a aquellos aspect<
los principios fundamentales del derecho penal moderno, cuya Estos elementos pueder.
ausencia era notable en la obra de muchos académicos. a las circunstancias per
Clara '?Jichmann concentró sus críticas al sistema penal en la referente a la necesidad
etapa de ejecución. Proponía la reforma penal con una orienta niles, tanto en su alojan
ción educativa. En oposición al abolicionista penal lombrosiano en la llamada prevenció
avant la lettre, proveniente de Á msterdam, Arnold Aletrino, ella control del delito; la rela
no creía que la determinación biológica del delincuente tornara acusado, y la introduce:
al encarcelamiento una opción indefendible, sino que enfatizó lidad, basado en psicolc
los factores socio-económicos que limitaban la libertad de ac metafísicas de salón (W
ción. A diferencia del "fabianista" Bonger, Wichmann rechazaba Sin embargo, Wichrr
el sistema de probation por considerarlo una suerte de caridad insuficientes para una
lOEN Los PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRITICA 95
·ialismo histórico, la éti burguesa que frustraba la lucha política de los proletarios mar
"Todo tiene que ver con ginados. En su tesis, trataba a las escuelas francesa e italiana
holandés del siglo XIX). con respeto, pero destacando al mismo tiempo que hasta los
t repeler algunos abusos "delincuentes natos" probablemente no cometerían delitos si sus
tl imperante, o sea de la circunstancias sociales fueran mejores. En este tema, Wich
:cuado en su totalidad . . . mann es tan crítica con los "ambientalistas burgueses" france
ie condena judicial. Las ses como con los positivistas italianos, por no haberle dedicado
> no son áreas aisladas; suficiente atención a la responsabilidad que tiene el Estado de
tales y, desde luego, con proveer mejores condiciones de vida al proletariado.
3). Vale la pena destacar la forma en la que Clara Wichmann de
fendió la Escuela Moderna frente a la Clásica. Las críticas clásicas
1.alidad moderna a la Escuela Moderna se dirigían a la consecuencia final de un sis
")}ingen over de historis tema de justicia penal sin límites. En realidad, según esa visión,
•orming van het strafbe prácticamente nadie defendió esta postura. Referirse a las conse
:o histórico de la trans cuencias últimas es la mejor estrategia para retardar la innova
tra Wichmann defendió ción, ya que la conclusión final de cualquier idea sería totalitaria.
elito de aquel momento Por lo tanto, la solución radicaría en no focalizar en soluciones
ta de la sociedad. Escri finales, sino en buscar prácticas operativas. Las visiones teóricas
representante de la E s- · deberían ser utilizadas como guías, cÓmo señalización del rumbo
tavid Simons. En el pre- en el que deberían buscarse medidas concretas, a saber, lograr
1 neohegeliano Bolland. justicia social en casos individuales (Wichmann 19 1 2 : 153). Los
ue ambos aceptaran su académicos modernos dieron un paso correcto al juzgar al sistema
de ellos, a pesar de que penal en sus funciones sociales en lugar de su pureza dogmática,
: éstos hubieran desea pero Wichmann criticó su ignorancia del carácter criminógeno de
J.as ideas de la Escuela la estructura social capitalista. Si bien evitó cuidadosamente ha
e con sus seguidores y blar del movimiento moderno de reforma penal como una escuela
a al pragmatismo ins
unánime, Wichmann describió su valor innovador general, ape
xopició la discusión · de lando a aquellos aspectos en lo s que difería de la Escuela Clásica.
o penal moderno, cuya Estos elementos pueden resumirse en los siguientes: La atención
os académicos. a las circunstancias personales de los acusados, en especial en lo
ts al sistema penal en la referente a la necesidad de la separ ción de los delincuentes juve
penal con una orienta niles, tanto en su alojamiento como en el proceso penal; el énfasis
.ista penal !ambrosiano en la llamada prevención social, prevención policial y un eficiente
n , Arnold A letrino, ella control del delito; la relación entre castigo y peligrosidad social del
iel delincuente tornara acusado, y la introducción del concepto de culpa como imputabi
lible, sino que enfatizó lidad, basado en psicología empírica más que en consideraciones
tban la libertad de ac metafísicas de salón (Wichmann 1923:261-5, 19 1 2 : 130-1).
Sin embargo, Wichmann consideraba que estos criterios eran
' Wichmann rechazaba
una suerte de caridad insuficientes para una visión fundamentalmente diferente del
96 RENE VAN SWAANINGEN Los PRECURSOI
derecho penal. Dentro del orden económico imperante, el cas en el invierno venidero,
tigo todavía era una forma de autodefensa egoísta de las clases con la prevención genera
gobernantes. Ella rechazaba la tendencia moderna a individua señalara los problemas
lizar los problemas sociales; con respecto a este terna, los aca durante el próximo invie
démicos modernos aprendieron tan poco de las ciencias sociales debería haber alertado <
corno los juristas clásicos. En su importante ensayo sobre el medidas sociales para t
derecho a castigar, Het Recht tot straffen, de 19 19, Clara procla retribuyó la culpa del de
mó a Cesare Beccaria verdadero "triunfador del individualismo lizó corno ejemplo para
abstracto" y lo llamó el "Adarn Srnith del derecho penal" (Wich mann consideraba que 1
rnann, 1923:248) . Cualquier idea que se preciara de moderna d·o s acríticamente por le
debería ir más allá de este racionalismo liberal. Dado que la Clásica era:n demasiado
critica moderna a los principios clásicos burgueses adoptaba, de la relación causal dir
incoherentemente, una visión individualista liberal de la propia el carácter político de l<
humanidad, la hacia propicia para ser utilizada con fines de presión eran etiquetada
defensa social. (Wichrnann, 1924:257). Wichrnann definió corno cias. En sintonía con la
"defecto ético" el hecho de que la Escuela Moderna no tratara Bonger, clasificó varios
nociones socio-económicas cruciales. Llamó "desarrollo trági delitos debidos a necesi
co" a la ceguera de los académicos modernos para ver cómo las contra las disparidades :
consecuencias de sus propias investigaciones deberían haber tarniento antisocial. Wi<
los conducido a un ataque radical al sistema capitalista, origen (que, se creía, ocurriría
de muchos de los males sociales que la escuela describía corno la primera causa del del
causas del delito. Por lo tanto, una teoría del castigo debía estar segunda, mientras que J
basada en principios histórico-materialistas. rrollarse otras reacciont
El énfasis que Clara Wichrnann puso en la relación entre el El socialismo utópic1
delito y las condiciones socio-económicas recuerda a Bonger. rechazaba la idea de <
Aquél, sin embargo, nunca se refirió a Clara Wichrnann, mien recerian todos los deli1
tras que ella describió la teoría de Bonger corno una variedad seguiría existiendo. Sir
democrática del rnedioarnbientalisrno burgués de la E scuela manifiesto y podía lirni
Francesa. También señaló que Bonger no hizo referencia a la realización del socialis
selectividad de la crirninalización en el proceso de formación turaleza del delito y, p
de las leyes penales y casi nunca se pronunció en contra de delito en general. En es
casos aparentes de justicia de clase. (Wichrnann 1 9 1 2 : 12 1-2). difería fundarnentalmeJ
Clara Wichrnann fue la primera académica penalista que rea en la línea de María Me
lizó publicaciones acerca de los intereses de clase que guían el mente pedagógicas no 1
proceso de crirninalización. Wichrnann compartía con Bonger el que debían ofrecer estí:
rechazo del castigo corno prevención general. En 19 17, a propó vidual. El intento de er
sito de una sanción especialmente severa impuesta a un robo de sería efectivo solarnent<
leña, fundada en el argumento de que debía sentarse un ejem ( W ichrnann, 1930: 103).
plo para disuadir a la gente de robar materiales combustibles ca" verdaderamente crí
1
L
IN GEN Los PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRiTICA 97
1
recerían todos los delitos. El delito había existido siempre y
)nger corno u na variedad seguiría existiendo. Sin embargo, su carácter masivo no era
, burgués de la E scuela manifiesto y podía limitarse a través de medidas sociales. La
!r no hizo referencia a la realización del socialismo, antes que nada, cambiaría la na
el proceso de formación turaleza del delito y, probablemente, disminuiría el nivel del
: pronunció en contra de delito en general. En este sentido, el análisis de ,Wichrnann no
(Wichrnann 19 1 2 : 1 2 1-2). difería fundamentalmente del de Bonger. Wichrnann afirmaba,
lérnica penalista que rea en la línea de María Montessori, que las reacciones verdadera
,ses de clase que guían el mente pedagógicas no podían ser de naturaleza punitiva, sino
1 compartía con B onger el que debían ofrecer estímulos al desarrollo de la persona indi
:eneral. En 19 17, a propó vidual. El intento de enseñarle a alguien habilidades sociales
::ra impuesta a un robo de sería efectivo solamente si se apelaba a la motivación personal
! debía sentarse un ejern ( W ichrnann, 1930: 103). Una " teoría penal dialéctico-etnológi
. materiales combustibles ca" verdaderamente crítica, según Wichrnann, necesitaba irn
98 RENÉ VAN SWAANINGEN Los PREC UR
plementar otra concepción del desarrollo histórico del derecho descartó la idea de que
penal, de la definición de delito, de la responsabilidad humana, un medio adecuado en
de la j usticia y de la educación popular. Wichmann no tuvo la tener un sistema aum
oportunidad de continuar la elaboración de estos temas, pero Esto nunca ha tenido é
volveremos a tocar cuestiones comparables a éstas, al analizar !ación a la afilada daga
el surgimiento de una "nueva criminología" a principios de la clara condena del pro¡
'
década del 70. al castigo. Victa vincit
de despedida, en 1928
4. Los aspectos humanitario y autoritario de la Defensa Social justicia tenía que ser t
Clara Wichmann no fue la única en señalar los peligros de · mons en la cátedra de
la defensa social. De Roas {19 1 1), director de estadísticas judi ( 1928: 10), manifestó en
ciales, concluyó, tras comparar los desarrollos criminólogicos que "ya la escuela fran
con los de la práctica penal, que era probable que la implemen cialmente, aunque pro·
tación de ideas criminológicas modernas en la política penal a otros seres humanos
provocara más bien su endurecimiento que un efecto mitigador. ción francesa del citoy
Aun los supuestamente benévolos representantes de la E scuela penal del abismo italia
medioambientalista, como Lacassagne y Tarde, defendieron la
aplicación rigurosa de la pena de muerte, porque las solucio 5. Las advertencias d«
nes tibias hubieran conducido a u n aumento del delito. David La contribución de ·
Simons ( 19 1 1 :35) señaló los peligros que la Escuela Moderna cas aplicables a la justi
podría implicar para las garantías de los delincuentes frente en la década del 30, cu
al Estado, si prevalecía el interés por un orden social estable. rías. Cuando Taylor, V..
Wichmann ( 1923:260) escribió que "la idea de que esta teoría Bonger podría haber si
llevará al sentimentalismo. . . es completamente equivocada, por o con una clase de soci
que la escuela italiana conoce, al lado de una cara humani gran injusticia. El bió¡
taria, una contraparte más inescrupulosa. Notablemente, Ga ( 1987:259), formuló ser
rófalo pregonó la eliminación del delincuen-te de la sociedad a talmente anacrónicos,
través de la pena capital o del destierro ". E sta misma dureza SOna que o btenga de Sl:
puede apreciarse en las opiniones de van Hamel sobre la inca a sí misma como obser
pacitación y el tratamiento médico de los "degenerados" y en su bro Problemen der dem
defensa de la legislación de emergencia contra los anarquistas de 1 934, es UJ1a defens<
y las sanciones de duración indeterminada (Franke 1990:464; ticos y una advertenci:
Vervaele 1990:382). llevarían al totalitarisn
Estas ideas no fueron compartidas unánimemente por todos parte, ha dejado de se
los académicos modernos. David Simons, defensor de la socia quinientos millones de
lización del castigo inspirada en el humanismo basado en la viven bajo regímenes al
percepción moderna, siempre rechazó enérgicamente la idea de mocracia finalmente d'
las sentencias indeterminadas (Janse de Jonge 1985:306). Con era predominantement•
la experiencia de su práctica como abogado defensor, Simons industriales modernas
.¡GEN Los PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA 99
llo histórico del derecho descartó la idea de que las sanciones penales más duras fueran
:sponsabilidad humana, un medio adecuado en la lucha contra el delito. "Se quiere man
r. Wichmann no tuvo la tener un sistema aumentando continuamente la escala penal.
ón de e stos temas, pero Esto nunca ha tenido éxito y no lo tendrá hoy. La constante ape
.bies a éstas, al analizar lación a la afilada daga de la justicia penal es, por cierto, la más
logia" a principios de la clara condena del propio sistema. Al final, la libertad vencerá
al castigo. Victa vincit libertas" (Simons 19 18). En su discurso
de despedida, en 1928, Simons sostuvo que nuestro sistema de
-io de la Defensa Social justicia tenía que ser humanitario, o "no ser". El sucesor de Si
L señalar los peligros de mons en la cátedra de derecho penal de Utrecht, Willem Pompe
tor de estadísticas judi (1928: 10), manifestó en su discurso inaugural de ese mismo año
sarrollos criminólogicos que "ya la escuela francesa mostró que el delincuente es poten
3bable que la implemen cialmente, aunque probablemente también en la realidad, igual
las en la política penal a otros seres humanos. Por lo tanto, permaneció fiel a la tradi
que un efecto mitigador. ción francesa del citoyen y salvó, al mismo tiempo, al derecho
:sentantes de la Escuela penal del abismo italiano".
y Tarde, defendieron la
:rte, porque las solucio 5. Las advertencias de Bonger respec;to del autoritarismo
tmento del delito. David La contribución de Willem Bonger al debate sobre las políti
ue la Escuela Moderna cas aplicables a la justicia penal se tornó abiertamente explícita
los delincuentes frente en la década del 30, cuando imperaban las tendencias autorita
un orden social estable. rias. Cuando Taylor, Walton y Young ( 1973:235) sugirieron que
idea de que esta teoría Bonger podría haber simpatizado con la guerra contra el delito,
3.mente equivocada, por o con una clase de socialismo al estilo soviético, cometieron una
) de una cara humani gran injusticia. El biógrafo de Bonger, B art van Heerikhuizen
losa. Notablemente, Ga (1987:259), formuló serias objeciones a estos puntos de vista, to
cuente de la sociedad a talmente anacrónicos, injustos, groseros e incorrectos. " La per
ro". E sta misma dureza sona que obtenga de su pluma u na afirmación tal se descalifica
3.n Hamel sobre la inca a sí misma como observador serio del trabaj o de Bonger". Su li
>S "degenerados" y en su bro Problemen der democratie (Los problemas de la democracia),
L contra los anarquistas de 1934, es Ur':\a defensa fundamental de los principios democrá
1ada (Franke 1990:464; ticos y una advertencia contra las tendencias autocráticas que
llevarían al totalitarismo. A pesar de que " Europa, en su mayor
.nánimemente por todos parte, ha dej ado de ser democrática, de sus aproximadamente
1s, defensor de la socia quinientos millones de habitantes, más de trescientos millones
lmanismo basado en la viven bajo regímenes autocráticos", B onger insistió en que la de
:nérgicamente la idea de mocracia finalmente derrotaría a la autocracia. Su argumento
le Jonge 1985:306). Con era predominantemente pragmático: las sociedades capitalistas
ogado defensor, Simons industriales modernas tenían un proceso de producción vulne
1 00 RENÉ VAN SWAANINGEN Lo s PRECU RS<
rabie. Al ser demasiado sensibles al malestar y a la violencia so El tono del artículo de E
cial, sólo podían sobrevivir en un sistema democrático. É ste era el editor de la revista " 1
el único modo a través del cual se podrían controlar cambios personales, según se pt
importantes en el equilibrio del poder, sin recurrir a la violencia. culo. Bonger, sin embar
Esto hacía que la democracia fuera el sistema que mejor se ade nión. Abogados muy re<
cuaba a nuestras relaciones socio-económicas modernas. dijeron, en relación a l a
Si bien rechazó su voluntarismo y la celebración del capita penal de Berlín de 193
lismo, Bonger siempre sintió una gran simpatía por el enfoque considerarían "inexplic;
práctico y pragmático de los ingleses. Su aversión a la filosofía, vilizada hablaran sobre
a las especulaciones abstractas sin fundamento en la realidad de los campos de conce1
empírica, fue una de las razones por las cuales Bonger fue tan recho penal de Groning<
rotundamente antigermánico. Siempre vio la combinación es mayoría cuando respon
pecífica del absolutismo germánico sobre las "grandes ideas" y interpretado como una <
el "espíritu prusiano expansionista y agresivo" como un peligro pesar de la recriminacié
para la democracia (Valkhoff 1946). Cuando el discurso crimi semejant es cuestion es e
nológico y la realidad política europea fueron dominados por las que cortesía diplomátic
teorías de la superioridad de la raza nórdica y de los factores cri discutieron el nuevo on
minógenos inherentes a las "razas inferiores", Bonger escribió, que sólo fuera para exp
en 1939, un libro sobre raza y delito, en el que mostraba que no La historia de la vic
existía relación empírica significativa entre ambos. En la misma ilustra cuán profundo e
línea de sus anteriores análisis sobre el delito y la religión, expli ritarismo (de izquierda
caba las disparidades raciales en las tasas delictivas,. apelando principios democráticos.
a las diferencias en la posición socio-económica. se opuso al nuevo orde
Bonger fue muy explícito acerca de la idea de que u n indi sino que además defenc
viduo nunca debía ser sacrificado por un interés comunitario liberalización de la ley <
de defensa social. En un articulo mordaz, muy poco moderado contra de la creciente ex
-estilo inusual en él-, Bonger advirtió acerca de las dóciles ob homosexuales (Valkhoff
servaciones de apoyo de los holandeses a las nuevas visiones Comité van wciakzaamh•
alemanas de la justicia penal. Bonger sostuvo ( 1935) que aque mo. Cuando el 10 de m
llos que no veían la relación entre este derecho penal moderno y vadieron Holanda, Bong
la dictadura eran simplemente ciegos. También ,advirtió acerca serian arrestados n pril
de la Kriminalbiologische Gesellschaft, cuyo gradual desarro los salvajes paises capit•
llo la convirtió en un grupo científico de apoyo al programa de o estalinistas (Unión Se
la agenda nazi. Asimismo, criticó duramente a Nico Muller, u n mismo tiempo, a sus ses·
juez progresista y líder del servicio de probation holandés, que ta respecto a su rol en le
viaj ó por la " Nueva Alemania" para estudiar el nuevo sistema holandesa, el 14 de may<
penal en aquel país, con las siguientes palabras: "¿Qué debe Hillesum en el Museum¡
damos pensar de alguien que observó las cárceles pero olvidó conversación, que se hiz·
informarnos sobre la existencia de campos de concentración?". ella le preguntó si aúh ¡
LOS PRECURSORES DE LA CRlM!NOLOGiA CRÍTICA 101
WEN
testar y a la violencia so El tono del artículo de Bonger era tan indignado y ofuscado que
na democrático. Éste era el editor de la revista "tuvo" que borrar los ataques demasiado
jrían controlar cambios personales, según se publicó en una nota editorial sobre el artí
in recurrir a la violencia. culo. Bonger, sin embargo, no era el único que sostenía esta opi
:stema que mejor se ade nión. Abogados muy reconocidos como van Oven y Langemeijer
ómicas modernas. dijeron, en relación a la participación holandesa en el congreso
:t celebración del capita
penal de Berlín de 1935 -al que antes se hizo referencia- que
simpatía por el enfoque considerarían "inexplicable si representantes de una nación ci
;u aversión a la filosofía, vilizada hablaran sobre la justicia y el sistema penal en el país
1damento en la realidad de los campos de concentración y la Gestapo". El profesor de de
lS cuales Bonger fue tan
recho penal de Groningen Simon van der Aa fue el portavoz de la
vio la combinación es mayoría cuando respondió que permanecer alejados podría ser
>re las "grandes ideas" y interpretado como una ofensa diplomática al gobierno alemán. A
sresivo" como un peligro pesar de la recriminación de van Oven y Langemijer, de que ante
1ando el discurso crimi semejantes cuestiones de principios se necesitaban más agallas
.leron dominados por las que cortesía diplomática, muchos penalistas fueron a Berlín y
dica y de los factores cri discutieron el nuevo orden de la coerción penal alemana, aun
:riores", Bonger escribió, que sólo fuera para expresar su rech9-zo (Gradisen 1988).
L el que mostraba que no
La historia de la vida personal de Bonger es la que mejor
ltre ambos. En la misma ilustra cuán profundo era su rechazo a cualquier tipo de auto
delito y la religión, expli ritarismo (de izquierda o de derecha) y su compromiso con los
tsas delictivas, apelando principios democráticos. En el período previo a la guerra no sólo
:onómica. se opuso al nuevo orden penal alemán y su tendencia racista
la idea de que un indi sino que además defendió la descriminalización del aborto y la
un interés comunitario liberalización de la ley de divorcio. Asimismo, tomó posición en
laz, muy poco moderado contra de la creciente exclusión social y la estigmatización de los
:�.cerca de las dóciles ob
:s a las nuevas visiones
l homosexuales (Válkhoff 1946). Fue un miembro importante del
Comité van wciakzaamheid (Comité de vigilancia) contra el nazis
;ostuvo ( 1935) que aque mo. Cuando el 10 de mayo de 1940 los alemanes finalmente in
lerecho penal moderno y vadieron Holanda, Bonger sabía que estaba en la lista de los que
También ,advirtió acerca serían arrestados n primer lugar. Consideró una cobardía huir a
cuyo gradual desarro los salvajes países capitalistas (Gran Bretaña o Estados Unidos)
le apoyo al programa de o estalinistas (Unión Soviética) que siempre había criticado. Al
mente a Nico Muller, u n mismo tiempo, a sus sesenta y cuatro años, también era pesimis
probation holandés, que ta respecto a su rol en la resistencia. La noche de la capitulación
tudiar el nuevo sistema holandesa, el 14 de mayo de 1940, se reunió con la novelista Etty
s palabras: "¿Qué debe- Hillesum en el Museumplein de Amsterdam. En el curso de esta
las cárceles pero olvidó conversación, que se hizo famosa a través del diario de Hillesum
1pos de concentración?". ella le preguntó si aúh pensaba que la democracia triunfaría, ;
1 02 RENÉ VAN SWAANINGEN
Los PRECUR :
Bonger constestó: "Con certeza triunfará, pero costará más de
moderno siguió el es¡:
una generación". É stas serían sus últimas palabras. Esa noche,
centró en la educació
Bonger se quitó la vida. En una carta dirigida a su hijo escribió:
chazó la idea del deli
"No veo ningún futuro para mí y no me inclinaré ante la escoria
1908, en la que des<:
que gobierna ahora" (van Heerikhuizen 1987: 157).
psicológica de los del
Resulta realmente interesante observar cómo reaccionaron
propiedad para los qu
los colegas de Bonger frente a su suicidio. Seguramente, el miedo
muy elogiada por B on
al opresor alemán contribuyó para que no se le dedicara ni una
académicas, Muller st
palabra, pero la respuesta de varias revistas académicas es, aun
ca. Fue conocido com
así, reveladora. El último libro de Bonger, Ras en misdaad (Raza
y delito) fue reseñado torpemente por el penalista Taverne. Una
se consideró, durante
parte sustancial del artículo lo dedicó al problema del llamado por el delincuente. En
"delito judío", el que Bonger explicó principalmente como una idea dominante era q1
consecuencia de la exclusión antisemita de la sociedad. Esta económica había desf
opinión fue rechazada por Taverne, quien, a modo de conclusión hacía necesaria la ed
"sólo quiere indicar brevemente que el autor rechaza la supe frente a la "filantropíc
rioridad de la raza nórdica". La única observación que Taverne texto socio-político, M
realizó sobre la muerte de Bonger fue que este hecho le impidió educación individual
exponer algunas de sus críticas anteriores a este estudio. Vale sa social (Janse de Jo
la pena destacar que no había censura alemana sobre las re bería decirse, como lo
vistas académicas. En otra reseña, el penalista Roling ( 1940), celebración del nuevo
sostuvo que Bonger demostró la falsedad de varias creencias co decir, dos años antes
munes, pero incorrectas, sobre la raza y el delito, y esperaba que go, las objeciones de I
los criminólogos más j óvenes recordaran después de la muerte la idea de la prevenci<
de Bonger su "entusiasmo tempestuoso y la honestidad de sus de justicia, porque S<
convicciones". Después de esta reseña, el tono del artículo de mostración de poder (
conmemoración de 1942 resultó bastante llamativo. Debido a la (comunidad) era pelig
extendida práctica de la autocensura en esos días, es compren
sible que este obituario tardío no hiciera referencia a los motivos 6. Los desarrollos cri
del suicidio de Bonger. Sin embargo, Roling quiso "destacar los Después de la liber
errores e inconsistencias" en la obra de Bonger. Lo consideró ma central a tratar. 1
"prejuicioso, parcial, a veces acrítico, y ciego respecto a deter de Ger Kempe sobre
minadas áreas de la vida". Según escribió, fundamentalmente un claro reflejo del e
"trató de ilustrar su odio hacia el capitalismo con cifras que lo y consternación por
presentaban como la raíz de todos los males". En su indignado gar bajo el régimen 1
artículo sobre el apoyo de Nico Muller a la visión de la penali het spoor terug (Reto1
dad, Bonger sólo habría rechazado estas ideas porque ya no se ensayística, escrita 1
adecuaban a su era (Roling 1942 : 1 10). originada en sus tien
El desarrollo de Muller es uno de los ejemplos más ilustra
landesas debieron en
tivos de cómo la consecuente implementación del pensamiento
de resolver cómo trat;
IGEN
LOS PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA 1 03
·á, pero costará más de moderno siguió el espíritu de la época. Al principio, Muller se
.as palabras. Esa noche, centró en la educación individual de los delincuentes. Así, re
rígida a su hijo escribió: chazó la idea del delincuente irreformable. Su disertación en
inclinaré ante la escoria
1908, en la que desarrolló una clasificación con orientación
l987: 157).
psicológica de los delincuentes que cometían actos contra la
·var cómo reaccionaron
propiedad para los que se pretendían medidas alternativas, fue
' · Seguramente, el miedo
muy elogiada por Bonger ( 1932:23). A pesar de su s actividades
no se le dedicara ni una
académicas, Muller se dedicó, predominantemente, a la prácti
stas académicas es, aun
ca. Fue conocido como un hombre sincero y bonda.doso, al que
r, Ras en misdaad (Raza
se consideró, durante dos décadas, la personificación del interés
penalista Taverne. Una
por el delincuente. En la segunda mitad de la década del 30, la
11 problema del llamado
incipalmente como una idea dominante era que la magnitud del delito durante la crisis
ta de la sociedad. Esta económica había desfasado el enfoque individualista, y que se
n, a modo de conclusión hacía necesaria la educación general de las masas para hacer
autor rechaza la supe- frente a la "filantropía mal orientada del pasado". En este con
•bservación que Taverne texto socio-político, Muller acomodó sus ideas iniciales sobre la
ue este hecho le impidió educación individual a la noción de prevención general y defen
Jres a este estudio. Vale sa social (Janse de Jonge 199 1 : 1 5 -61): En defensa de Muller, de
t alemana sobre las re
bería decirse, como lo hizo explícitamente Bonger (1935), que su
penalista Roling ( 1940), celebración del nuevo orden penal alemán se produjo en 193 1 , es
:! de varias creencias co decir, dos años antes de que H itler llegara al poder. Sin embar
el delito, y esperaba que go, las objeciones de Bonger son más esenciales: consideró toda
.n después de la muerte la idea de la prevención general incompatible con algún sentido
· y la honestidad de sus de justicia, porque sacrificaba al individuo en pos de una de
el tono del artículo de mostración de poder estatal. La noción íntegra de Gemeinschaft
:e llamativo. Debido a la (comunidad) era peligrosa y sospechosa, según Bonger.
t esos días, es compren
referencia a los motivos 6. Los desarrollos criminológicos de posguerra
oling quiso "destacar los Después de la liberación, en 1945, el holocausto fue el proble
.e Bonger. Lo consideró ma central a tratar. En la criminología holandesa, los ensayos
ciego respecto a deter de Ger Kempe sobre "delito y comportamiento inhumano" son
ibió, fundamentalmente un claro reflejo del extendido sentimiento de ansiedad, estupor
1lismo con cifras que lo y consternación por la deshumanización que había tenido lu
nales". En su indignado gar bajo el régimen nazi. La obra de Willem Nagel ( 1953) Volg
:t la visión de la penal i
het spoor terug (Retomar el sendero) , más bien una contraparte
s ideas porque ya no se ensayística, escrita bajo su seudónimo literario "JB Charles",
originada en sus tiempos en la resistencia. Las autoridades ho
s ejemplos más ilustra landesas debieron enfrentar inmediatamente la difícil cuestión
.tación del pensamiento de resolver cómo tratar a los delincuentes políticos nazis y a su s
Los PRECU R ::C:
1 04 RENE VAN SWAANINGEN
colaboradores, que por aquel entonces superpoblaban las cárce lógicas radicales freud
les holandesas y los campos de concentración que aún existían. de las cárceles y su r
Bajo legislación de emergencia y la ley marcial, ciento cincuen Otros propiciaron la re
ta y dos personas fueron condenadas a la pena de muerte y alguno del encarcelam
cuarenta de ellas fueron, efectivamente, ejecutadas. Tres meses El 28 de mayo de
después de la liberación, el filólogo Piet Meertens y el penalista quiatra radical Musap
Jacob van Vemmelen fundaron un comité nacional de acción la renovación de opini
contra la pena capital para criminales de guerra (esta pena ya da por la sigla VOM S
había sido abolida de la ley penal común en 1 870) 3 ; es decir que tot vemieuwing van dE
si bien la arbitrariedad nazi produjo una fuerte reafirmación del Ellos se conocían de cí1
Estado de derecho (rechtsstaat) democrático, también se pro utópica semanal De Vi
piciaron reformas penales más radicales. A finales de 1945, se que se presentó como
fundó una asociación nacional de ex prisioneros políticos del tra las opiniones domi
régimen nazi, cuyo objetivo era una reforma penal general, hu mantener viva la crític
manitaria. Admitiendo que su situación era bastante particular, la punibilidad se origi
estos ex presos políticos advirtieron acerca de las degradantes de que, recién en aqu
condiciones de las cárceles holandesas. Su acción encontró am celado a personas de <
plio apoyo entre quienes habían sido miembros de la resistencia, de reformar el sistema
así como también entre los agentes del servicio de probation, época, la VOMS se ori
los penalistas y los operadores judiciales. En 1946, el partido la retribución, por con:
socialista utópico Bellamy ' , a tono con las tradiciones crimino VOMS organizó confen
liberación de los nazis :
coerción en u n sentido
3 Después de 1870, la pena de muerte era todavía constitucionalmente
que su recuperación ir
posible bajo legislación extraordinaria y m ilitar. Cuando el comité de Meer se desvaneció, y a que :
tens y van Bemmelen finalmente fue recibido en una audiencia por la reina
Guillermina para bregar por una. aplicación más sensible del perdón real,
ella escuchó pero no dijo una .sola palabra e insistió en refrendar las ejecu
ciones, las que finalizaron recién en 1948, cuando la hija de Guillermina,
Se conoce como "Dutcl
Juliana, subió al trono. Recién en 1984 la pena de muerte se declaró consti
partido político holandés e
tucionalmente imposible bajo cualquier circunstancia -art. 14 Grw.-.
utópico. El movimiento su1
• N del T: . Edward Bellamy fue un periodista, abogado y escritor nor
"
Rotterdam la Asociación B
'
teamericano, que ( 1850 - 1 898) alc anzó fam a con su novela "Looking bac
kward -2000 to 1887" ("El año 2000, una visión retrospectiva") publicada
no se involucró en política
dial, las autoridades alem:
en 1888, que llegó a vender más de 1 .0 00.000 de ejemplares. En la opinión
periodo, una sección del rr
de Erich Fromm , es uno de los libros más notables de los publicados en
a la política partidaria. El
EE .UU. El protagonista, un hombre de clase alta de 1 887, despierta en el
pación, se fu ndó el NBP (N
año 2000, tras un trance hipnótico, encontrándose en una utopía socia
presentó en las elecciones,
lista. La novela influyó en un gran número de intelectuales, generando un
Poco ti.empo después, com•
movim iento de masas casi inmediato después de su aparición. En EE.UU.
surgieron "Bellamy clubs", en los que se discutían y propag::l.ban las ideas
sus miembros se unieron é
del libro. Esta novela también inspiró varias comunidades utópicas. poco después, el NBP dejó
LOS PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA 1 05
}EN
lógicas radicales freudianas ya aludidas, defendió la abolición
perpoblaban las cárce-
de las cárceles y su reemplazo por dispositivos psiquiátricos.
3.ción que aún existían.
Otros propiciaron la reparación, porque nadie obtenía beneficio
1arcial, ciento cincuen
alguno del encarcelamiento (Franke 1990:633, 662 -3).
i la pena de muerte y
El 28 de mayo de 1949, Meertens creó, junto con el psi
ejecutadas. Tres meses
quiatra radical Musaph y el médico Sotrm la Asociación para
'v1eertens y el penalista
la renovación de opiniones sobre el delito y el castigo, conoci
:ité nacional de acción
le guerra (esta pena ya da por la sigla VOMS -por su nombre en holandés Vereniging
en 1870) 3; es decir que tot vernieuwing van de opvattingen omtrent misdaad en straf-.
fuerte reafirmación del Ellos se conocían de círculos en torno a la publicaci6n socialista
ático, también se pro utópica semanal De Vlam, surgida de la resistencia. La VOMS,
;. A finales de 1945, se que se presentó como sucesora del CMS (Comité de Acción con
risioneros políticos del tra las opiniones dominantes sobre el delito y el castigo), quiso
rma penal general, hu mantener viva la crítica al sistema penal. Su crítica radical de
:ra bastante particular, la punibilidad se originaba en la disconformidad con el hecho
rca de las degradantes de que, recién en aquellos momentos en que se había encar
iu acción encontró am celado a personas de clases sociales altas, se aceptaba la idea
nbros de la resistencia, de reformar el sistema penal. En sintonía con el espíritu de la
servicio de probation, época, la VOMS se orientó hacia la rehabilitación. Rechazaba
s. En 1946, el partido la retribución, por considerarla una legitimación del castigo. La
ts tradiciones crimino- VOMS organizó conferencias públicas y simposios, en los que la
liberación de los nazis se interpretaba como una liberación de la
coerción en un sentido intelectual mucho más amplio. Debido a
que su recuperación inicial del socialismo utópico rápidamente
•davía constitucionalmente
Cuando el comité de Meer
se desvaneció, y a que se adoptaron sus propuestas más concre-
una audiencia por la reina
s sensible del perdón real,
stió en refrendar las ejecu
tdo la hija de Guillermina, Se conoce como "Dutch Bellamy Party" (Partido Bellamy Holandés), al
e muerte se declaró consti- partido político holandés que pregonaba el pensamiento de este socialista
3.ncia -art. 14 Grw.-. utópico. El movimiento surgió en Holanda, en 1927, y en 1933 se fundó en
ta, abogado y escritor nor Rotterdam la Asociación Bellamy internacional. Sin embargo, ésta entidad
n su novela "Looking bac no se involucró en política partidaria. Durante la Segunda Guerra Mun
t retrospectiva") publicada dial, las autoridades alemanas de ocupación la prohibieron. Durante este
' ejemplares. En la opinión periodo, u na sección del movimiento decidió llevar los ideales de Bellamy
tbles de los publicados en a la política partidaria. El 30/05/45, semanas después del fin de la ocu
a de 1 887, despierta en el pación, se fundó el NBP (Nacional Bellamy Party) en Groningen. Si bien se
jose en una utopía socia presentó en las elecciones, no logró obtener ninguna banca parlamentaria .
. telectuales, generando un Poco tiempo después, comenzó a declinar. En abril de 1947, la mayoría de
su aparición. En EE.UU. sus miembros se unieron al "Progressive Party for a World Government" y
3.n y propagoban las ideas poco después, el NBP dejó de existir.
mnidades utópicas.
1 06 RENÉ VAN SWAANINGEN Los PRECURS<
tas para la reforma penal, tanto la VOMS como De Vlam dejaron manifiesta. El gobierno
de existir en 1952 4 • la reestructuración del
Después del bombardeo alemán del 14 de mayo de 1940 (y ciones de política crimi
de un bombardeo aliado sufrido por error en 1942), la economía radas en 195 1 a la nuev
holandesa se encontraba estancada, la ciudad de Rotterdam y condiciones carcelari
estaba en ruinas, Á msterdam perdió su característico corazón de Utrecht como una in
judío y las huellas de la destrucción eran visibles en muchas mité como en el Poder
ciudades. La esfera de reconstrucción económica y los proble la ne cesidad de un sistl
mas del gobierno holandés con el movimiento independentista sentir sobre muchos he
·la guerra arrancó a Ho:
de Sukarno en las Indias Orientales bajo dominio holandés, no
eran un punto de partida alentador para algún tipo de recons conclusión de que "el é
trucción cultural. Después de la evidente impotencia del país de Kempe de que el trat
frente a los alemanes y su incapacidad de defender de los japo vel de civilización de ur
neses a las colonias en el lejano este, tanto la posición económi por el público en genen
ca como el orgullo nacional de los holandeses se vieron seria de la experiencia de ur
mente afectados. La guerra colonial que libró Holanda (desde social era u n truco dt
1947 a 1949) en la ahora independiente República de Indonesia porque no tenía límites
fue la última convulsión dolorosa de un enano político que creyó su in genuidad política
que dominaba un imperio. Con el inicio de la guerra fría, toda la tió toda su energía en
euforia inicial se desvaneció y Holanda recurrió a las estructu (Franke 1990: 632).
ras empíricas de preguerra. La Escuela de Utred
En el campo penal, tuvieron lugar cambios importantes du autoridades legales cor
rante la década del 50. Es difícil señalar "la" causa del cambio. principal, tenían que
El escenario "oficial" aceptado -no sin oposición- era el siguien semejantes y no como l
te: bajo condiciones normales, los diseñadores de la política cri transformó en la polítil
minal no conocían la vida en las cárceles. Durante la guerra, sin 64-82). En especial, se
embargo, muchos fueron encarcelados por los nazis. Después de educado a muchos jue•
esta experiencia, el mejoramiento de las condiciones carcelarias ·nisterio de Justicia hal
y de las posibilidades con que contaban las personas antes de ción de los convictos p<
cometer un delito y después de ser liberadas, se transformaron pal propósito del encar·
en temas a los que se brindó mayo consideración, inclusive per a este desarrollo tambi
sonal. En este contexto, la influencia progresista latente de los que hizo para humani
académicos modernos de varias escuelas penales logró volverse para llevar a la prácticc
ducción de un régimen
presidiario por celda y
organización de varios
4 Hay escasos registros de reuniones posteriores de la VOMS (Tijdschrift
trabajadores sociales; :
voor Strafrecht, vol. LVIII [ 1949], p. 324; Bianchi 195 1 ; Rogier 1979; Franke
de derecho s básicos y ¡
1990:633). Toda otra información deriva de la comunicación personal con
Herman Bianchi, amigo intimo de M eertens. también recomendó el
N IN GEN LOS PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA 1 07
1MS como De Vlam dejaron manifiesta. El gobierno designó un comité (Fick) para estudiar
la reestructuración del sistema penitenciario. Las recomenda
el 14 de mayo de 1940 (y ciones de política criminal que ofreció en 1947 fueron incorpo
rror en 1942), la economía radas en 1 9 5 1 a la nueva legislación de principios penitenciarios
, la ciudad de Rotterdam y condiciones carcelarias. Entonces se consideró a la Escuela
su característico corazón de Utrecht como una influencia muy importante, tanto en el co
eran visibles en muchas mité como en el Poder Judicial, en un clima político en el que
n económica y los proble la ne c esidad de un sistema carcelario más humanitario se hizo
)Vimiento independentista sentir sobre muchos hombres notables. Ger Kempe sostuvo que
bajo dominio holandés, no la guerra arrancó a Holanda de su indolencia fataL Nos trajo la
>ara algún tipo de recons conclusión de que "el delincuente es uno de nosotros". La idea
jente impotencia del país de Kempe de que el tratamiento de los prisioneros reflej aba el ni
td de defender de los japo vel de civilización de una sociedad fue ampliamente compartida
tanto la posición económi por el público en general. La sociedad, aparentemente, aprendió
)landeses se vieron seria de la experiencia de un sistema autoritario que la peligrosidad
que libró Holanda (desde social era un truco de legitimación de la intervención penal,
.te República de Indonesia porque no tenía límites intrínsecos. Nico Müller se disculpó por
n enano político que creyó su ingenuidad política de principios .de la década del 30 e invir
io de la guerra fría, toda la tió toda su energía en la humanización del sistema carcelario
la recurrió a las estructu- (Franke 1990: 632).
La Escuela de Utrecht encontró una cálida recepción e ntre las
cambios importantes du autoridades legales convencidas de que los convictos, primero y
. lar "la" causa del cambio. principal, tenían que ser entendidos y "experimentados" como
oposición- era el siguien semejantes y no como una especie desviada. La coerción legal se
:ñadores de la política cri transformó en la política de la mala conciencia (de Haan 1990:
les. Durante la guerra, sin 64-82). En especial, se dijo que el hecho de que la escuela había
: por los nazis. Después de educado a muchos jueces y altos funcionarios públicos del M i
:ts condiciones carcelarias ·nisterio de Justicia había contribuido a reglamentar la prepara
'an las personas antes de ción de los convictos para su regreso a la sociedad como princi
,eradas, se transformaron pal propósito del encarcelamiento. La contribución de la escuela
:-�sideración, inclusive per a este desarrollo también se fundó en las propuestas concretas
1
progresista latente de los que hizo para humanizar la detención. Algunos de los medios
:las penales logró volverse para llevar a la práctica el principio rehabilitador fueron la intro
f ducción de un régimen penitenciario más "comunitario", con un
presidiario por celda y actividades comunitarias fuera de ella; la
organización de varios talleres educativos; las actividades de los
eriores de la VOMS ( Tijdschrift trabajadores sociales; la asistencia psicológica y la formulación
chi 195 1 ; Rogier 1979; Franke
la comunicación personal con
de derechos básicos y garantías de los detenidos. El comité Fick
también recomendó el reemplazo de las comisiones informales
1 08 RENÉ VAN SWAANINGEN Los PRECURSO:
de quejas por un sistema legal más formal y confiable de comi a la que representaban
tés de supervisión, que les darían a los internos el derecho a te , y Willem Pompe y el
apelar las decisiones del director de la prisión. Estos impulsos Maarten Vrij de Gronin g
para establecer un sistema que permitiera a los presos litigar se tra nsición hacia el desar
frenaron por decisión del director general del área penitenciaria, académica autónoma. [
Lamers, y su introducción se demoró hasta 1977. Gradualmente, cátedras separadas de e
se instaló la idea de que el mejor modo de preparar a un inter para finales de la década
no para su reinserción en la sociedad consistiría en restringir de Criminología (Tijdsch
sus libertades y derechos sólo lo estrictamente necesario para Herman Bianchi, la que
!
la ejecución de la pena de prisión. La agencia judicial compartió dón Independiente de C1
la idea de que el encarcelamiento, por sus efectos perjudiciales El criminólogo de Utr
y estigmatizadores, no protegía a la sociedad a la cual el interno sarrollo de la criminologí
se reintegraría. Por eso, la rehabilitación no se basaba solamente que muchos juristas pro
1
en el humanitarismo sino también en un bien entendido inte tes y menos optimistas, ;
rés propio; los internos no debían ser devueltos a las calles con de derecho, como orden
demasiado resentimiento y rencor. É ste fue el comienzo de un porque no ofrecía gran p
período ( 1950 a 1975) de reduccionismo y desprisionización. De allí en adelante se de
taat era una construccié
7. La criminología y el campo del derecho pena l los juristas doctrinario
Hasta la Segunda Guerra Mundial, la criminología holandesa Desde la psicología y las
estaba dominada por Willem Bonger. Si bien su visión podía no bio, mayores impulsos p
ser compartida ampliamente, era muy respetada y parcialmente el derecho penal eran v
aceptada, también fuera del círculo social-demócrata (van We._ sin embargo, no podían
ringh 1986: 147). Asimismo, debido a que su introducción a la ética de la Escuela Mode
criminología fue -por mucho tiempo- el único manual en idioma gún Kempe ( 1967:299), l
holandés, hizo que prácticamente todos los estudiantes obtuvie calificaciones éticas", ta
ran sus conocimientos criminológicos de Bonger. Su teoría fue , como por su introducci<
al igual que l a de Clara Wichmann, largamente olvidada, hasta humano delincuente, co
ser redescubierta en la década del 70. En la década de 1930, gía estigmatizadora de d
tuvieron lugar varias iniciativas para establecer institutos inde excluía a u n grupo de ¡:
pendientes de criminología. En 1934, Willem Pompe inauguró el rregibles". Estos criminé
primer Instituto de Criminología en Utrech, y en 1938 Jacob van bién mostraron su irritac
Bemmelen fundó el primer cuerpo profesional de criminólogos, mundo, enraizada en la
como una sección de la Sociedad Holandesa de Salud Mental. describió con ironía los
La "sección de criminología" estaba integrada, princ ipalmente, ponía incapacitar come
por abogados penalistas y psiquiatras, pero también había psi quienes, evidentemente,
cólogos, sociólogos y oficiales de probation. La primera conferen criminólogo de Leiden W
cia criminológica nacional, de 1938, con miembros de la comi afortunadamente, debe
sión como Willem Bonger y Nico Müller y la nueva generación , nariamente autoritaria
I!NGEN Los PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGiA CRiTICA 1 09
rmal y confiable de comí a la que representaban Jacob van Bemmelen como presiden
los internos el derecho a te, y Willem Pompe y el defensor de la ciencia penal integrada
a prisión. Estos impulsos M aarte n Vrij de Groningen como principales oradores, marcó la
:iera a los presos litigar se tra n sición hacia el desarrollo de la criminología como dis ciplin a
ral del área penitenciaria, académica autónoma. Después de la guerra, se establecieron
asta 1977. Gradualmente, cátedras separadas de criminología en varias universidades, y
.o de preparar a un inter para finales de la década de 1950 se fundó la Revista Holandesa
l consistiría en restringir de Criminología (Tijdschrift voor Criminologie), por iniciativa de
ictamente necesario para Herman Bianchi, la que rápidamente fue seguida p<;>r la Asocia
tgencia judicial compartió ción Independiente de Criminología (SICCO) .
· sus efectos perjudiciales El criminólogo de Utrecht Ger Kempe explicó este rápido de
::iedad a la cual el interno sarrollo de la criminología en la era de posguerra por el hecho de
•n no se basaba solamente que muchos juristas progresistas se habían vuelto más pruden
t un bien entendido inte tes y menos optimistas, al advertir que su creencia en el Estado
devueltos a las calles con de derecho, como orden moral cognitivo, había sido destrozada,
te fue el comienzo de un porque no ofrecía gran protección contra los abusos totalitarios.
o y desprisionización. De allí en adelante se debería reconocer que también el rechtss
taat era una construcción humana y que el picoteo aséptico de
cho pena l los juristas doctrinarios era una actividad socialmente inútil.
la criminología holandesa Desde la psicología y las ciencias sociales se esperaban, en cam
)i bien su visión podía no bio, mayores impulsos para la reforma penal. La criminología y
respetada y parcialmente el derecho penal eran vistos como "disciplinas diferentes que,
)Cial-demócrata (van We" sin embargo, no podían separarse" (Kempe 1968b). La crítica
que su introducción a la ética de la Escuela Moderna se tornó particularmente clara. Se
1 único manual en idioma gún Kempe ( 1967: 299), la Escuela Moderna tenía muchas "des
s los estudiantes obtuvie calificaciones éticas", tanto por su instrumentalismo riguroso
de Bonger. Su teoría fue , como por su introducción de la objetivación positivista del ser
rgamente olvidada, hasta humano delincuente, como una especie, a través de una tipolo
1. En la década de 1930,
gía estigmatizadora de delincuentes y, especialmente, porque se
stablecer institutos inde excluía a u n grupo de personas por calificárselas como "inco
ílillem Pompe inauguró el rregibles". Estos criminólogos del período de la posguerra tam
·ech, y en 1938 Jacob van bién mostraron su irritación por la visión pequeño-burguesa del
fesional de criminólogos, mundo, enraizada en las ideas de von Liszt. Ger Kempe ( 1968a)
:tndesa de Salud Mental. describió con ironía los grupos parasitarios que von Liszt pro
tegrada, principalmente, ponía incapacitar como Untermenschen (seres subhumanos),
pero también había psi quienes, ·evidentemente, debían ser excluidos de la sociedad. El
ion. La primera conferen criminólogo de Leiden Willem Nagel (1981 : 2 1 3) sostuvo que "des
:m miembros de la comi afortunadamente, debe decirse que la ciencia penal extraordi
r y la nueva generación , nariamente autoritaria que se volvió dominante en Alemania
Los PRECUR:
1 10 RENÉ VAN SWAANINGEN
cripción de las leccion
unos diez años después de la muerte de von Liszt, debería serie
cia del Holocausto y d
atribuida a su escuela". Con la consecuente pérdida de muchos
te, se apoyó en Paul R
principios normativos del proyecto de la Escuela Moderna, lle
clásicos. Sin embargo
gamos, así, a los límites del instrumentalismo.
todas las teorías crimi
Lo mismo sucedió con
8. Las ciencias penales integradas en Leiden
el fraude y el exhibido
En el I nstituto de Criminología de Leiden, Jacob van Bem zis, como la tipología e
melen y, después, Willem Nagel llevaron un paso más adelante de Exner. Su asistente
las ideas modernas sobre la justicia penal. Willem Nagel señaló · que van Bemmelen n"L
la necesidad de estudiar el delito en su contexto empírico so aclamadas antes de la
cial. La reciprocidad entre el desarrollo de la delincuencia y la samente. De todos mo·
política criminal constituyen el centro del enfoque pragmático mmelen "citaba con n
de estos académicos de Leiden. Van Bemmelen (1935:2) advirtió si fuera algo común h;
acerca de las consecuencias catastróficas que el desempleo a
él. ¿Qué podía haben
largo plazo tenía sobre los niveles de delito. Se preguntaba con ca de Franz Exner y t
desesperanza: "¿Nos daremos cuenta alguna vez de que cada
y conferencias de la é
crisis produce un aumento del delito y que es inútil responder de científicos académico:;
una única manera punitiva?". Después de la guerra, van Bem cuestión! (van Weringl
melen al contrario de muchos de sus colegas contemporáneos,
Jaquelien de Savm
no te ía muchas expectativas de que se produjera una reforma
Ancel la humanizacióJ
penal. Su visión era hacer menos daño que más bien. Dado que
lo anterior que Ancel :
el castigo, en cualquiera de sus formas, era, después de todo, un
la idea de la defensa :
mal, debía economizarse el uso del mal.
la guerra. La infiuenc
Van Bemmelen fue un importante defensor de las ciencias
en los académicos per
penales integradas y sus estudios se desarrollaron tanto en el
embargo, equívoca. Pe
campo legal como en el criminológico. Además de algunos en
fueron atraídos por su:
sayos y la observación de las consecuencias de la investigación
Moderna, pero, por otr
psicológica en el concepto legal de la culpa (1955), van Bemme
van Bemmelen y Wille
len separó ambas disciplinas. Desde su punto de vista, la rela
ternationale. La impor
ción entre el derecho penal y la criminología se parecía al matri
italianos dudosos" (Gr
monio promedio: se basaba más en buenas intenciones que en el
estándares éticos de e:
amor apasionado. Van Bemmelen sostuvo que los criminólogos
chos otros defendieran
no debían dedicarse a cuestionar la legitimidad (es decir, pro
casos de inspiración n
poner su reemplazo por modelos terapéuticos) y, viceversa, los
que los escritos de Anc
penalistas debían tener en cuenta la naturaleza empírica del
claros" que "merecen r
delito, aún si esto producía incongruencias en sus teorías.
dente que las ideas de
Van Bemmelen también escribió una segunda Introducción
lugar más prominente
a la Criminología en idioma holandés, que apareció en 1942 . El
formó en su portavoz (
prefacio de la segunda edición de 1 948 comenzaba con una des
Los PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA 111
a.NINGEN
la policía, el sistema judicial y carcelario, que el ministro de Jus palmente empírico, su dis
ticia, que había propiciado la investigación, impidió su difusión delito y la religión dentro
pública. En primera instancia, se divulgó "confidencialmente" en data de 1937, y la carrera
tre aquellos que tenían un "interés profesional". En una carta de después de la Segunda Gt
1959, Kempe y Rijksen estuvieron de acuerdo con el ministro en por esta guerra. Kempe fu
que era aconsejable una primera "evaluación profesional" del libro hasta su encarcelamientc
para preparar los cambios en la política criminal que pudieran so inaugural, Schuldig z
resultar necesarios. Cuando el libro se hizo público, los medios estaban presentes los ele1
le recriminaron su "provocación acientífica del sentimentalismo posteriores trabajos en e:
público". Sólo la reseña de Herman Bianchi (en Trow, el 7 de no gratitud al director de la
viembre de 1959) estaba en perfecta sintonía con el libro, aunque libertad durante la ocup
Bianchi no formuló objeciones a la proscripción inicial del debate tigadora sobre el régimer
público, y elogió al ministro de Justicia por su falta de prejuicios, nazis gobernaron. En la d
al apoyar la crítica e iniciar el proyecto de Rijksen. David Dow con el trabajo en el sisten
nes (1988:84-5) también señaló la gran influencia que este libro, cionado Comité Fick (Jan
conocido como "el libro verde" (por el color de su tapa), tuvo en la Utilizando en el análisi
estructura judicial. Así, citó al juez holandés que en la década de (1947:23) esbozó el dilem<:
1980 dijo: " Uno de los libros que me impresionó profundamente más adecuada del conce1
fue el "libro verde" del profesor · Rijksen . . . Para la mayoría de la gado a ponerle límite al ol
gente, el único tiempo que cuenta son las primeras semanas, los toda interacción social y ·
primeros meses en la cárcel y la primera vez que están allí, todo tablemente, perderá cont<
otro tiempo no hace ninguna diferencia. Entonces, ¿por qué los más allá de abstraccione
encarcelamos si resulta tan costoso?". En una carta sin fecha, es inútil para cualquiera
que acompañaba la edición pública del libro verde, Rijksen sos creen que pueden pasar
tuvo que "en la actualidad, el ministro de Justicia considera que blica y actúan simplemei
es importante enriquecer el debate público sobre los problemas 1951 en adelante, Kempe
penales con una voz que hasta ahora no ha sido escuchada: la de de Bonger. Se propuso m<
los internos". Fijnaut (1986:30, 55) señaló que la censura inicial autor, en cuanto fuera p<
del libro verde pudo haber sido el origen de las difíciles relaciones indicó posteriores investí¡
entre las universidades y el ministerio, que se tornarían mani su teoría determinista y e
fiestas en la década de 1970. te, en su determinismo. :
en contra del determinisi
1 O. Hacia la criminología crítica
esta naturaleza habían 1
a) Ger Kempe grupos específicos y con·
Ger Kempe siempre señaló que no era un jurista, lo que im res, Kempe ( 1952) tambi
plicaba tanto una línea de demarcación dentro de la Escuela de influencia de la Escuela <
Utrecht como una forma de oponerse a la idea general dentro de su pensamiento se había
la academia holandesa de los años 50 de que los criminólogos do diferente de la de Bon
eran juristas "disfrazados". A pesar de que su trabajo fue princi ción a la criminología.
IN GEN Los PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRiTICA 1 15
io, que el ministro de Jus palmente empírico, su disertación acerca de la relación entre el
tción, impidió su difusión delito y la religión dentro de la tradición sociológica weberiana
ó "confidencialmente" en data de 1937, y la carrera de Kempe alcanzó su punto máximo
fesional". En una carta de después de la Segunda Guerra Mundial. Su obra estuvo signada
cuerdo con el ministro en por esta guerra. Kempe fue un miembro activo de la Resistencia,
3.ción profesional" del libro hasta su encarcelamiento por los nazis en 1944. En su discur
::a criminal que pudieran so inaugural, Schuldig zijn (Ser culpable) de 1950, en el que ya
! hizo público, los medios estaban presentes los elementos que luego lo conducirían a sus
:ífica del sentimentalismo posteriores trabajos en el área social y académica, expresó su
.nchi (en Trow, el 7 de no gratitud al director de la prisión en la que estuvo privado de su
ttonía con el libro, aunque libertad durante la ocupación alemana, por su influencia mi
:cripción inicial del debate tigadora sobre el régimen y las condiciones bajo las cuales los
por su falta de prejuicios, nazis gobernaron. En la década de 1950, Kempe se comprometió
o de Rijksen. David Dow con el trabajo en el sistema de probation y formó parte del men
L influencia que este libro, cionado Comité Fick (Janse de Jonge 199 1 :9 1-6).
1lor de su tapa), tuvo en la Utilizando en el análisis sus experiencias en la Guerra, Kempe
mdés que en la década de (1947:23) esbozó el dilema del criminólogo acerca de la definición
npresionó profundamente_ más adecuada del concepto de delito.. "El criminólogo se ve obli
1. . . Para la mayoría de la gado a ponerle límite al objeto de la criminología. Si quiere incluir
as primeras semanas, los toda interacción social y conducta humana en su estudio, inevi
ra vez que están allí, todo tablemente, perderá contacto con la realidad y no podrá moverse
a. Entonces, ¿por qué los más allá de abstracciones generales sobre "lo antisocial", lo que
En una carta sin fecha, es inútil para cualquiera. Por otra parte, hay criminólogos que
l libro verde, Rijksen sos creen que pueden pasar por alto las nociones de moralidad pú
de Justicia considera que blica y actúan simplemente como contadores, nada más". Desde
blico sobre los problemas 1951 en adelante, Kempe reeditó la Introducción a la Criminología
:> ha sido escuchada: la de
de B onger. Se propuso mantener el libro fiel al pensamiento de su
aló que la censura inicial autor, en cuanto fuera posible, y se limitó a actualizado. Kempe
t de las difíciles relaciones
indicó posteriores investigaciones que demostraron la falsedad de
'• que se tornarían maní- su teoría determinista y que aquél habría insistido, probablemen
te, en su determinismo. En su propia obra, Kempe se prol).unció
en contra del determinismo debido a que, en la práctica, ideas de
esta naturaleza habían llevado a la exclusión de la sociedad de
grupos específicos y continuaría haciéndolo. Por razones simila
:!ra un jurista, lo que im res, Kempe ( 1952) también se manifestó en contra de la creciente
n dentro de la Escuela de influencia de la Escuela de Chicago. En 1967, Kempe advirtió que
. la idea general dentro de su pensamiento se había desarrollado en una dirección demasia
) de que los criminólogos do diferente de la de Bonger y decidió escribir su propia introduc
que su trabajo fue princi- ción a la criminología.
1 16 RENÉ VAN SWAANINGEN Los PRECURSOR
En sus escritos posteriores expuso sus dudas acerca de has también llegó a la conclm
ta qué punto el sistema de justicia penal podía ser influenciado de Utre cht se guió dema
por las ciencias sociales -y por el sistema de probation-. Se hizo nidad con las políticas d(
bastante crítico de "esos psiquiatras" (haciendo referencia, im (198 1 :225) formuló una ol
plícitamente, a su colega Pieter Baan) que pensaban "dentro de crítica respecto del Estac
su paternalismo estatal" que debían "tomar parte activamente en general, por el contex
en las consideraciones legales desde atrás del escritorio de la Escuela de Utrecht. Biar
estructura judicial". E ste deseo estaba reñido con la ética de la y argumentación anacró
profesión médica (Kempe 1963). La Escuela de Utrecht había gieron inmediatamente e
hecho lo suyo, pero no debía continuarse. Al criticar su carácter completamente arbitraric
paternalista e inquisitivo, Kempe declaró el proceso penal más década de 1970 ( Hoefnag
allá de toda reforma posible, debido a que "estaba estructural
mente determinado por una naturaleza discriminatoria". Bajo b) Willem Nagel
la influencia de los medios, los estereotipos sobre el delincuente Para este autor, el prc
como un ser subhumano se reproducían continuamente. Estos cho hallaba su raíz en la
estereotipos reforzaban la selectividad del sistema de justicia estamos dispuestos a cec
penal y sometían, de forma estructural, a los grupos más des tirle protegernos de la vl
favorecidos de la sociedad. En 1975, Kempe elogió por primera produce el delito? El niv¡
vez a Clara Wichmann por su rol pionero en el estudio de la lar al de los ciudadano
justicia de clases y por su rechazo radical de las respuestas pu deberían haber experim
nitivas. Según Kempe ( 19 75 : 19), el arreglo de las disputas debía en realidad la privación
ser la piedra de toque de la justicia. En 1976 propuso abando rían tener una posibilid:
nar la idea de una ciencia penal orientada a la política- crimi (Nagel 1975) Nagel tamb
nal. En un análisis de los empresarios morales responsables la legislación penal estal
de las leyes contra el vicio de 19 1 1 , concluyó que la principal autoritario y arbitrario.
tarea de los criminólogos era poner en cuestión las relaciones Nagel diferenció los e
de poder políticas y profesionales que rotulaba n los problemas y señaló la relatividad y
sociales (o los no problemas) como problemas penales. Willem Para él, el hecho de que
Nagel (198 1 : 2 15) señaló: "En 1957, sus artículos [los de Kempe] ran el adjetivo peyorati\
se titulaban 'la probation en una sociedad cambiante', al final portamientos humanos
[mediados de la década de 1970], deberíamos caracterizarlos constituía un problema
como 'visiones cambiantes de la sociedad'". Kempe, otrora un cuenta. Aparentemente,
optimista, se convirtió en un pesimista cultural. No tuvo tiempo paba o hasta se negaba E
de elaborar sus últimas ideas, pero su antorcha fue recogida, de realmente constituían "e
algún modo, por Herman Bianchi (1984a) . Bianchi siempre sos como los cometidos por
tuvo que la Escuela de Utrecht les dio un importante impulso ríos, (Nagel 1976). Al igu
a las políticas de decarcelización. D el análisis del modo en que to normativo de delito, r
los académicos de Utrecht trataron la censura inicial del libro penal. El núcleo ontoló¡
verde y la ausencia de una visión clara de la sociedad, Bianchi tacto en la tendencia a s
------- ·- · -----
1
.N IN GEN Los PRECURSORES DE LA CRIM!NOLOGIA CRÍTICA 1 17
> sus dudas acerca de has también llegó a la conclusión de que, a pesar de todo, la Escuela
:nal podía ser influenciado de Utrecht se guió demasiado por la ley y no experimentó afi
ema de probation-. Se hizo nidad con las políticas de la criminología radical. Willem Nagel
" (haciendo referencia, im (198 1 :225) formuló una observación similar. La actitud tan poco
,) que pensaban "dentro de crítica respecto del E stado de Derecho (rechtsstaat) se explica,
"tomar parte activamente en general, por el contexto de la posguerra, en el que surgió la
: atrás del escritorio de la Escuela de Utrecht. Bianchi fue acusado de moralismo injusto
>a reñido con la ética de la y argumentación anacrónica porque juzgó las ideas que emer
Escuela de Utrecht había gieron inmediatamente después de la liberación del gobierno
trse. Al criticar su carácter completamente arbitrario de los nazis con los parámetros de la
;laró el proceso penal más década de 1970 (Hoefnagels 1975; Moedikdo 1976).
a que "estaba estructural
leza discriminatoria". Bajo b) Willem Nagel
otipos sobre el delincuente Para este autor, el problema central de la vigencia del Dere
:ían continuamente. Estos cho hallaba su raíz en la dialéctica de libertad: ¿cuánta libertad
ad del sistema de justicia estamos dispuestos a ceder para darle poder al E stado y permi
ral, a los grupos más des- tirle protegernos de la vulneración de las libertades civiles que
Kempe elogió por primera produce el delito? El nivel de la tolerancia estatal debería igua
·ionero en el estudio de la lar al de los ciudadanos. Para lograr este balance, los jueces
dical de las respuestas pu deberían haber experimentado personalmente lo que significa
reglo de las disputas debía en realidad la privación de la libertad y los delincuentes debe
En 1976 propuso abando rían tener una posibilidad cierta de reintegrarse a la sociedad
entada a la política· crimi (Nagel 1975) Nagel también advirtió acerca de la tendencia que
rios morales responsables la legislación penal estaba desarrollando, proclive a un modelo
concluyó que la principal autoritario y arbitrario.
en cuestión las relaciones Nagel diferenció los conceptos legal y sociológico del delito
e rotulaban los problemas y señaló la relatividad y selectividad de los principios penales.
Jroblemas penales. Willem Para él, el hecho de que los criminólogos críticos también usa
1s artículos [los de Kempe] ran el adjetivo peyorativo "criminal" como etiqueta para com
ciedad cambiante ', al final portamientos humanos no registrados en el código penal, no
leberíamo.s caracterizarlos constituía un problema, pero los abogados sí lo tomarían en
;iedad '". Kempe, otrora un cuenta. Aparentemente, el sistema de justicia penal no se ocu
ta cultural. No tuvo tiempo paba o hasta se negaba a actuar en contra de males sociales que
J. antorcha fue recogida, de realmente constituían "delitos" graves en el sentido sociológico,
'84a). Bianchi siempre sos como los cometidos por los militares en los regímenes totalita
lio un importante impulso rios, (Nagel 1976). Al igual que Kempe, Nagel adoptó un concep
:1 análisis del modo en que to normativo de delito, más allá de las definiciones del derecho
la censura inicial del libro penal. El núcleo ontológico del delito se encontraba represen
Lra de la sociedad, Bianchi tado en la tendencia a someter a los sujetos más débiles. Nagel
1 18 RENÉ VAN SWAANINGEN Los PRECURS
sostenía que el mal estaba dentro de nosotros: "En todo hombre modernos habían "cree=
existe un miserable arrogante, un antiguo Adán, un pequeño tad, moralmente irresp
bastardo. Éste es el fascista en gestación" (Nagel 1962 :300). En la responsabilidad por
este punto, el concepto de delito de Nagel se aproximaba a lo que esencial del ser human
Johan Galtung llamaba "violencia estructural". Con este térmi mente, subhumano" (N
no, Galtung se refería al comportamiento socialmente aceptado, Nagel fue un gran ,
inclusive apreciado, que implícitamente sacrificaba a otras per ciológica. Una vez que
sonas o les causaba daño. Según Nagel (1975: 176), la coerción implementaron en cier
penal bajo el imperio democrático del Derecho podía orientarse fue el primero en soste
a la reintegración del delincuente a la comunidad, pero en re bía degenerar en el cui
gímenes militares o Estados de policía este ideal no podía per el número de hijos en
seguirse; allí, sólo podía esperarse la revolución. Nagel sostuvo meses que el padre e
que "las condiciones socio-políticas específicas de un país son rechazaba una crimir
los factores esenciales que determinan qué clase de criminolo de B", en la que las nc
gía es la más significativa". Bajo un régimen totalitario, prác turales se aplicaban ¡
ticamente no era posible ninguna criminología que valiera la Nagel sostuvo, sin eml
pena, y un criminólogo, en esta situación, en realidad sólo tenía a uno le llamen la ate
dos opciones: abandonar la profesión o abandonar el país. frecuentemente coincio
Según Antonie Peters (1983b), Nagel debería considerarse un ta condiciones ambien
criminólogo crítico avant la letre (de vanguardia) por haber sido una criminología cient
uno de los primeros en aplicar las nociones sociológicas no sólo Nagel expresó su irrita
al delito, sino también a la coerción legal en sí misma. Cyri criminológicas de pos
lle Fijnaut ( 1986b:81) sostuvo que Nagel, en su disertación de asuntos triviales que ;
1949, se aproximó a una elaboración empírica de las visiones la misma gente seguíc=
socialistas de Clara Wichmann sobre la punibilidad, al combi alemanes, como si naé
nar material etiológico orientado a la persona con análisis so que los criminólogos s
cio-etnográficos y el estudio sociológico de la selectividad d el tamente el ámbito de s
sistema penal. En 1956, Nagel caracterizó a Clara Wichmann leza conflictiva del der
como "la campeona de la Escuela Moderna", pero también puso Al igual que Kempe
en duda que ideas radicales como las de ella, que parecían tan de los aportes provenio
humanitarias, tuvieran un efecto humanizador una vez imple nología realmente podí
mentadas. La posición subjetivista de Wichmann podía desa fiar se aproximó al pesimi:
la moralidad hegemónica y, por consecuencia, el derecho penal, donó la idea de una cü
pero Nagel dudaba, en un sentido más general, si sería prudente tivas criminológica y
distanciarse de la existencia de una línea claramente marcada Urgió a los criminólog
entre el bien y el mal. En ese sentido, Nagel advirtió sobre "esos derecho porque la cri
extremistas demasiado subjetivistas de la Escuela Moderna", íntima con la sociolo
que condujeron esta "orientación prometedora hacia u na direc algún tipo de progrese
ción deshumanizante". Con su determinismo, estos académicos rídicas que no causan
IN GEN Los PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA 1 19
osotros: "En todo hombre modernos habían "creado un delincuente carente de toda liber
tiguo Adán, un pequeño tad, moralmente irresponsable, que dejó de ser humano. Asumir
ón" (Nagel 1962 :300). En la responsabilidad por los actos propios es una característica
:el se aproximaba a lo que esencial del ser humano. Un ser humano sin culpa es, decidida
uctural". Con este térmi mente, subhumano" (Nagel 1956:24-5).
tto socialmente aceptado, Nagel fue un gran defensor de la criminología empírico-so
e sacrificaba a otras per ciológica. Una vez que estuvo establecida y que sus estudios se
:el ( 1975: 176), la coerción implementaron en cierta medida en la política criminal, Nagel
Derecho podía orientarse fue el primero en sostener que la información sociológica no de
. comunidad, pero en re bía degenerar en el cuidadoso cálculo de ciertos aspectos, como
t este ideal no podía per el número de hijos en las familias delincuentes, el número de
evolución. Nagel sostuvo meses que el padre estuvo desempleado, etc. Nagel ( 1965:230)
;pecíficas de un país son rechazaba una criminología científica del tipo "A es la causa
1 qué clase de criminolo de B", en la que las nociones y los métodos de las ciencias na
·égimen totalitario, prác turales se aplicaban a cuestiones sociales. Al mismo tiempo,
minología que valiera la Nagel sostuvo, sin embargo, que "es perfectamente posible que
ón, en realidad sólo tenía a uno _ le llamen la atención los factores sociales y desarrollos
' abandonar el país. frecuentemente coincidentes en el delito o que tome en cuen
l debería considerarse un ta condiciones ambientales aparentemente fatales, sin adoptar
nguardia) por haber sido una criminología científica clásica". En distintas oportunidades,
.ones sociológicas no sólo Nagel expresó su irritación por el hecho de que las conferencias
legal en sí misma. Cyri criminológicas de posguerra, en general, trataran los mismos
sel, en su disertación de asuntos triviales que antes de la guerra y por el hecho de que
empírica de las visiones la misma gente seguía dominando la escena, incluso entre los
la punibilidad, al combi alemanes, como si nada hubiera sucedido, mientras tanto, para
persona con análisis so que los criminólogos sintieran la necesidad de cambiar comple
co de la selectividad d el tamente el ámbito de su disciplina. Para Nagel ( 1974) , la natura
erizó a Clara WiChmann leza conflictiva del derecho penal era el tema central.
:!rna", pero también puso Al igual que Kempe, Nagel también comenzó a dudar acerca
:le ella, que parecían tan de los aportes provenientes de la política criminal que la crimi
tanizador una vez imple nología realmente podía cont ner y su propio desarrollo personal
Vichmann podía des fiar se aproximó al pesimismo cultural. Gradualmente, Nagel aban
uencia, el derecho penal, donó la idea de una ciencia penal integrada porque las perspec
general, si sería prudente tivas criminológica y legal eran fundamentalmente diferentes.
nea claramente marcada Urgió a los criminólogos a independizarse de las facultades de
agel advirtió sobre "esos derecho porque la criminología necesitaba una conexión más
je la E scuela Moderna", íntima con la sociología y la psicología social si quería hacer
etedora hacia una direc algún tipo de progreso metodológico: "Hay muchas disputas ju
nismo, estos académicos rídicas que no causan ningún impacto en el criminólogo, mien
1 20 RENE VAN SWAANINGEN
l
NGEN
_
subsiguiente "izquierda rabiosa" significó liberación de la die
-- tadura y reacción contra ella. En Portugal, la trans!ción a la
democracia comenzó después de la revolución de los claveles
EL MOSA ICO DE Ll
1 22 RENÉ VAN SWAANINGEN
enc
de 1974, iniciada por el movimiento de las fuerzas armadas del phie Vidali y otros, qui
denes producid os ese añ o,
general conservador De Spinola. De allí en adelante, las fuerzas
diario Epoche, del 23 de di
de la izquierda pudieron operar públicamente. Después de cier
eles {
ta presión opositora de la derecha, proveniente del movimiento brutales en l as cárc
de De Spinola -quien se negaba a aceptar que los días del im sociale s basada s en inve
perio colonial portugués habían llegado a su fin-, se sucedieron 199 2). Dejando de lado a
una serie de gobiernos de izquierda. En Grecia (Atenas 1973), la inglés) sobre criminolo gí:
sangrienta represión de marchas estudiantiies -y el repudio in portancia, dentro de los e
ternacional de esta masacre con cientos de muertes, que mostró de los libros de Maria A
el verdadero rostro de la junta- anunciaba el colapso final del Ei Lambropoulou , mayOI
régimen militar, que ocurriría un año después. transición del enfoque dE
En Portugal, los estudios de la "criminología" crítica (obvia y sobre la teoría sistémic
mente, sobre la violencia estatal), surgieron a finales de la dé Est os dos ejem plos ¡:
cada del 70. El primer académico a mencionar es Boaventu nos hec hos históricos b
ra de Sousa Santos, cuyos estudios sobre la justicia popular sobre los desarrollos ac:
como encarnación de la dualidad del poder estatal fueron los ser radical en democrat
más conocidos internacionalmente. Apenas después, Manuel da los Países B ajos , que e1
Costa Andradé, Teresa Pizarra Beleza y Jorge Figueredo D ías
· como Ingl aterra o Alen
realizaron estudios relativos a la democracia, el socialismo y la militares en Portugal e
coerción legal (Beleza 1987). Si bien en las universidades portu también han sido muy
guesas prácticamente no se llevaba a cabo investigación crimi
nológica orientada a la sociología empírica, se discutían todos l . EL IMP ERIO BRITÁNICO .
los temas de crítica típicos, como los costados represivos de la
Sin lugar a dud as, ·
' en un desafío intelectual mencionar en primer lugar las teorías sociales europeas de Lo
berarse de su ethos utili uis Althusser, Antonio Gramsci, Jürgen Habermas y Karl Marx.
)]iándose al estudio de la El enfoque del etiquetamiento de los académicos norteamerica
sociales, atrajo el interés nos, como Howard Becker (cuyo ensayo clásico, Convertirse en un
;egundo lugar, había tam usuario de marihuana, data de 1953), Ed Lemert o Erving Goff
L en la criminología tradi
man, ejercieron también una gran influencia en la criminología
Jasatista del estilo de vida crítica. La perspectiva del etiquetarniento hizo girar el enfoque de
de tipo fabianista" (Cohen la criminología, que se orientaba al delincuente y el delito, lleván
de Europa continental no dolo hacia los controladores y las reacciones sociales ante el de
1a. En tercer lugar, los re lito. También problematizó la definición legal de delito, al señalar
:as sociales radicales pu los intereses que gobernaban el proceso de etiquetamiento.
igma competidor existían, Algunas nociones del enfoque subcultural de David Matza, o
:os de las ciencias sociales la teoría de la tensión, de Richard Cloward y Lloyd Ohlin, mar
la de muchas universida caron también a la criminología crítica. Sin embargo, al ser aso
::riminología se desarrolla ciadas, generalmente, con el funcionalismo norteamericano, no
en aquella época, estaban encajaban muy bien con la perspectiva reflexiva europea. Por
as facultades de ciencias eso, los académicos ingleses los leyeron en el contexto de la teo
, laborista inglés adoptó, ría del conflicto, tal como la había desarrollado en Europa Ralph
, mientras que en los paí Dahrendorf a finales de la década del 50 y en Estados Unidos
da ortodoxa. En términos Bill Chambliss, a principios de la década del 70. En Desviación,
L tendencia más libertaria
realidad y sociedad, de 197 1 , Steven Box propuso comenzar
ras y los programas de ac desde una perspectiva del conflicto y darle mayor elaboración
)eró mayores impulsos de con datos empíricos. Según Box ( 1 9 7 1 ) , la doctrina imperan
:JS sociales nuevos que los te en sociología, que sostenía el trabajo inverso (de la realidad
1dicales tradicionales. En empírica a la teoría), nunca se mantenía en la realidad o bien
3. cultura inglesa (ser con nunca conseguía la formulación teórica. Las visiones implíci
tstas) también facilitó una tas de la sociedad eran oscuras. Notablemente, cuando estas
:ida con la práctica social. · perspectivas de las subculturas y de la tensión se combinaron
:ivista clásico, tales orien con el neomarxismo y las teorías del conflicto y del estructura
nte como "no científicas". lismo, consiguieron tener un rol importante en la criminología
lOlarizada de los partidos crítica inglesa. En esta tradición, La resistencia a través de los
'ls constitutivo de una cri rituales, de Stuart Hall y Tony Jefferson, de 1975, y, en particu
la constelación política en lar, Políticas de crisis ( 1978, en colaboración con otros autores)
signados por las políticas es un tour de force intelectual que ejemplificó "todas las forta
ta-cristiano omnipotente, lezas y debilidades de la sociología marxista" (Downes y Rock
1988:263). Ofreció un "espectáculo fascinante" de "la dilución
se establecido en las pos epistemológica del marxismo estructuralista a través de su con
; de sus raíces intelectua frontación con el desagradable asunto de la realidad empírica"
ho tiempo atrás. Así, cabe (Sumner 1 9 8 1 :277-8). Hall analizó cómo se construía el pánico
1 26 RENÉ VAN SWAANINGEN EL MOSAICO DE Lt
moral y cómo se usaba para excluir a determinados grupos de no se tome el delito seria
la sociedad, como también para traducir los problemas surgidos es una definición legal de
de las crisis económicas en problemas penales. Además, estudió sos o molestos, otros no t;
cómo los grupos resistían su posición subordinada. to s dañosos son criminal
La teoría de la desviación surgió de la crítica al enfoque del realizados por los grupo
etiquetamiento. Los sostenedores de esta última fueron acusa algunos criminólogos crí
dos de una actitud liberal, carente de comprensión de las estruc sólo incluyen formas de d
turas de poder y del principal actor en el proceso de definición: bién las intervenciones rr.
el Estado. Jan Taylor, Paul Walton y Jock Young ( 1 9 73: 1 3 9 -7 1 ) trabajo inseguras o la ex¡
basan en esta crítica, conocida como la controversia B ecker las ganancias. En este se
Gouldner, su "teoría completamente social de la desviación". Los desde el enfoque del etiq
partidarios del etiquetamiento eran acusados de sobreenfatizar viación fue el cambio en 1
las reacciones sociales ante la desviación y descuidar las cau estigmatización a la crin
sas y los motivos. Más aún, se los veía moralmente relativistas a ser el motivo por el cu
y liberales en sus compromisos sociales. Esto es recurrente en criminalizados y otros no
la criminología: Tarde fue acusado por Durkheim de relativismo El trabajo Demonios pe
moral, los juristas clásicos alemanes hicieron lo mismo con van ( 1972), marcó la transició
Liszt y, en la década del 80, los "realistas" etiquetarían del mis la de la desviación, al den
mo modo a los llamados criminólogos "idealistas de izquierda". municación creaban "pár
Sin embargo, el padre de la teoría del etiquetamiento, Howard juveniles se etiquetaban '
Becker (1967), fue bastante explícito respecto de su compromiso estudio de Jock Young Le
cuando sostuvo que la sociología debía ser el apoyo académico tema central es la amplif
de los débiles, a quienes define como víctimas del poder. En re medios masivos y la palie
trospectiva, es difícil entender por qué entre los teóricos de la ría el comienzo de la Co;
desviación y los académicos del etiquetamiento se produjo una finales de la década del (
polarización tan marcada. Stan Cohen ( 1988:242) describió con ron a la investigación cer
acierto la criminología crítica como un "sucesor más estricto de clase y juventud: Jan Tay
la teoría del etiquetamiento". cífica posición de clase d
Si bien todavía parece justificada la crítica al enfoque del hooliganism); Stuart Hall
etiquetamiento (en tanto explica muy poco acerca de las causas los hippies; Phill Cohen y
o la creación de la desviación primaria), la acusación de que sus culturas juveniles en gen
sostenedores ignoraron " la cuestión del poder" parece ahora un movimientos estudiantil€:
tanto descabellada. En una perspectiva interaccionista, la diná ras de los motociclistas r
mica social se analiza a nivel meso y microsocial, mientras que "El nacimiento de la c1
el valor analítico de la teoría marxista y estructuralista yace ma organizada, fue la e
más a nivel macrosocial. Éstas ofrecen diferentes herramientas (NCD, por sus siglas en i:
para distintos análisis de la realidad empírica, lo que puede ser escisión de la Tercera C
perfectamente concordante con un meta-nivel. D efinir el delito e Investigación criminoló
como un comportamiento etiquetado como tal no significa que y, desde luego, del "gue·
ANINGEN EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGiA CRiTICA EUROPEA 1 27
este "Grupo de York" surgió la Conferencia Nacional sobre Des a su rol en la perpetuación
viación (NDC). Sus bases políticas se hallaban en la crítica de de clas e y el embrutecimie
la nueva izquierda a la extensión del Estado a través de sus in ba contraproducente en le
tervenciones asistenciales. Junto con movimientos de la antip supervivencia psicológica,
siquiatría como "Rata Roja", "Gente, no psiquiatría" y " Humpty fue un estudio esen cial , al
Dumpty", el grupo de presión en el área penal "Alternativas Ra del encarcelamiento por le
dicales a la Prisión", el movimiento de detenidos PROP, los "ocu Para mediados de la d
pas", the London street Commune y la organización militante ridad dentro de la N D C . L
de trabajadores sociales "Case Con", los criminólogos críticos mientras que los académi•
formaron parte de la nueva izquierda inglesa. escuela part icul ar. Sobre
Laurie Taylor y Stan Cohen, cuyos centros institucionales nología crítica (197 5), de ·
estaban en las universidades de York y Sheffield, fueron los re una crim inolo gía neom ar
presentantes del grupo durante los primeros años. El primer vid Dow nes y Pau l Roc k 1
encuentro de la Conferencia Nacional sobre Desviación (NDC) del control soci al, dado q1
convocó a veinte personas, pero para 1973 la NDC ya contaba autores, ya no quedaba g
con cientos de miembros (Taylor 1973:210). Si bien la N D C exis Taylor 1975 :22) . Por su I
tió desde 1969 hasta 1979, sus tres primeros años fueron los les Contemporáneos de E
más productivos. Durante este período, se llevaron a cabo diez en las subculturas de la
conferencias, cuyas ponencias colectivas se publicaron en 197 1 . que la idea de "darle sen
como Imágenes de la desviación (editado por Stan Cohen) y en bajo . La sepa raci ón se p
1973 como Las políticas y la desviación (editado por Ian Taylor y ración de crim inólogos n
Laurie Taylor) y Problemas sociales contemporáneos en Inglate por las observaciones gr
rra (editado por Roy Bailey y Jock Young). cas y la teoría neo mar x
A pesar de su prominente lugar en la agenda de la inves desa fío intelectual de la
tigación de la Nueva Criminología _(Taylor et al. 1973:275), la com o "inte lectu alism o" y
atención real a la investigación de la· política económica de las de la NDC por con sidere
reacciones sociales se hizo cada vez más marginal y la línea teoría marxista de la dt
tAN INGEN EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA EUROPEA 1 29
la defendió. Según Hirst ( 1975), no había lugar para conceptos llevaron a cabo una serü
no especificados de la superestructura como "desviación" en el la representación mediá1
marxismo ortodoxo, mientras que Sumner ( 1976) sostuvo que la "actividad subversiva'
el concepto de desviación tendría que ser reelaborado dentro de humanos a través de los
las categorías básicas del marxismo. Cuando la nueva derecha también sobre el sistemé
comenzó a dominar el escenario político inglés, con la victoria Los análisis sobre la d
electoral de Margaret Thatcher en 1979, se esfumó definitiva criminología crítica ingle
mente cualquier clima favorable al advenimiento de una socie cionismo prácticamente
dad poscapitalista. Tomó su lugar una gran consternación por en ese clima político hos
el surgimiento de un Estado autoritario, que privatizó u no a uno segunda generación sin
los servicios públicos y empujó a sectores sociales completos que ser confrontado con
(mineros, jóvenes trabajadores, negros, madres solteras, etc.) al modelo de un "criminólo¡
borde de la línea de pobreza. Existía una gran disparidad entre (Scraton 1987), que ya e
la retórica neoliberal sobre la democracia y el contenido mate (será elaborado en el Ca¡
rial no democrático de las políticas de Thatcher. La imagen que conflicto en Irlanda del t
se tenía de la intervención estatal en la vida privada reflejaba penal también fue anaL
el rol político del analista: " La percepción del Estado como un reforma no sólo no prod1
proveedor benevolente puede cambiar tras la experiencia de una ba las estructuras heger
investigación invasiva de la vida de quien pretende ser benefi tcheriano. Las estrategi.
ciario de la seguridad social. Para algunos, el Estado puede ser derribar el sistema (Sim
el defensor de las libertades civiles, pero tal percepción también Mientras que la "sol
depende de si el observador es un sindicalista que promueve ac transformó, de algún n
ciones directas, el dueño de la fábrica objeto de dichas acciones sada carga de refiexion
o un policía antidisturbios responsable de "defender el orden sobre Althusser, Fouca1
público" (Hillyard y Percy- Smith 198: 14). empíricos un anquilos;
Muchos de los estudios críticos sobre las agencias de la jus tar. "Uno ya no podía
ticia penal de los 80 reflejaban la imagen · de una democracia diría Ian Taylor con re:
en declive y de intervenciones estátales con un · carácter cada NDC (van den Boogaar
vez más coercitivo. Paul Gilroy, Paul Gordon y Stuart Hall, en La segunda genera·
tre otros, estudiaron la policía como institución de represión nos llevó bastante má:
contramovimientos (negros) que enfrentaban al thatcherismo en go tratados por. la crir
Brixton, Liverpool y en otros lugares. Joe si m, Mike Fitzgerald, centivo epistemológico
Mick Ryan y Tony Ward, o Phil Scraton y Kathryn Chadwick, al descubierto el impo
analizaron la política que producía mayor número de senten experiencia y conocim:
cias, condenas de cárcel más largas y sobrepoblación de pre empírica concreta. La j
sidios en condiciones inhumanas, que fatalmente condujeron ideología, según Collin
a muertes y revueltas en varias cárceles. Estos análisis fueron problemas "reales" de
aún más agudos en el caso de Irlanda del Norte, donde Paddy Estado" adquirió un 1
Hillyard, Dermot Walsh, Bill Rolston, Mike Toinlinson y otros, Sugería una suerte de
.N IN GEN EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGiA CRiTICA EUROPEA 131
tabía lugar para conceptos llevaron a cabo una serie de estudios sobre la criminalización y
ra como "desviación" en el la representación mediática de los llamados "delitos políticos" y
umner ( 1976) sostuvo que la "actividad subversiva", sobre las violaciones de los derechos
: ser reelaborado dentro de humanos a través de los conocidos como "poderes especiales" y
Cuando la nueva derecha también sobre el sistema carcelario.
ítico inglés, con la victoria Los análisis sobre la disciplina y el poder estatal dominaban la
979, se esfumó definitiva criminología crítica inglesa y la perspectiva "liberal" del interac
dvenimiénto de una sacie cionismo prácticamente no recibió más atención. E specialmente
na gran consternación por en ese clima político hostil, los criminólogos críticos radicales de
·io, que privatizó uno a uno segunda generación sintieron que el compromiso político tenía
::ctores sociales completos que ser confrontado con la acción sociaL Hasta cierto punto, el
lS, madres solteras, etc.) al modelo de un "criminólogo de abajo" contra el "Estado autoritario"
una gran disparidad entre (Scraton 1987), que ya existía con respecto al sistema carcelario
racia y el contenido mate (será elaborado en el Capítulo VII), se extendió hacia la policía, el
e Thatcher. La imagen que conflicto en Irlanda del Norte, el racismo y el sexismo. La reforma
n la vida privada reflejaba penal también fue analizada en términos de contrarreforma: la
pción del Estado como un reforma no sólo no producía resultados, sino que además reforza
- tras· la experiencia de una ba las estructuras hegemónicas del autoritarismo del Estado tha
quien pretende ser benefi tcheriano. Las estrategias contrahegemónicas debían dirigirse a
gunos, el Estado puede ser derribar el sistema (Sim 1986).
ero tal percepción también Mientras que la "solidaridad" con los grupos sojuzgados se
dicalista que promueve ac- transformó, de algún modo, en una misión populista, una pe
3. objeto de dichas acciones sada carga de reflexiones teóricas sobre Gramsci, pero también
:tble de "defender el orden sobre Althusser, Foucault y Habermas, les dieron a los estudios
14) . empíricos un anquilosamiento teórico que no pudieron sopor
Jbre las agencias de la jus tar. "Uno ya no podía ir a ninguna parte sin un diccionario",
nagen de una democracia
· diría Ian Taylor con respecto a las próximas conferencias de la
:�.les con un · carácter cada NDC (van den Boogaart y Seus 199 1 : 66).
Gordon y Stuart Hall, en La segunda generación de criminólogos radicales ingleses
o institución de represión nos llevó bastante más lejos de los temas del delito y el casti
:ntabaq. al thatcherismo en go tratados por la criminología tradicionaL Al extremar el in
. Joe Sim, Mike Fitzgerald, centivo epistemológico inicial de la criminología crítica, dejaron
üon y Kathryn Chadwick, al descubierto el importante problema analítico de la falta de
mayor número de senten experiencia y conocimiento específico basados en investigación
; y sobrepoblación de pre empírica concreta. La desviación se había transformado en una
¡ue fatalmente condujeron ideología, según Collin Sumner ( 1994) . El objetivo de revelar los
eles. Estos análisis fueron problemas "reales" de la sociedad y "los verdaderos motivos del
da del Norte, donde Paddy Estado" adquirió uri tono pretencioso, por no decir diletante.
t, Mike Toinlinson y otros, Sugería u na suerte de teoría de la conspiración, en la que hom
132 RENÉ VAN SWAANJNGEN EL MOSAICO DE LA C
bres malos, atizados por u na mujer muy mala, diseñaban po de la N D C y su "grosera in
líticas astutas y cínicas. E sto dio demasiada credibilidad a la cual el delito era tratado coi
nueva derecha, que parecía estar gobernada, principalmente, frutar el tiempo de ocio. Se
por criterios de gerenciamiento como el de la eficiencia. Stuart el h ilo conductor pasó a se1
Hall ( 1988) cambió el centro de atención de la política autorita "tomado seriamente", dado
ria de ley y orden hacia el "populismo autoritario" de la sociedad vulnerables de la sociedad.
al que apelaba esta política. Este análisis, que parece plantear la criminología crítica de Yc
un desafío más interesante que centrarse en el E stado como tal, se había vuelto insostenible
será elaborado en el Capítulo VIII, en el que se analizará el de del delito y su creación de t
sarrollo, a nivel europeo, de las políticas de ley y orden durante así como también su falta e
las décadas de los 80 y 9 0 . etiología, las estadísticas y
La NDC prácticamente anunció su obituario en 197 1 con una izquierda promovió la reev
conferencia que llevaba un título revelador: "La permisividad y esta cuestión será tratada <
el control: el destino de la legislación de los años 60". Su verda La criminología crítica i
dero canto del cisne se produjo en 1979, cuando organizó, junto portante en 1976, con la ;
con la Conferencia de Economistas Sociales, u na conferencia nología, de Carol Smart. J
sobre "El capitalismo y el Estado de derecho". Para la década tendencia en la crítica femi
del 80, con los criminólogos críticos mayormente a la defensiva, dersohn -quien comenzó
el núcleo de reestructuración del proyecto había quedado vacío ya en 1968 y continuó tra·
de significado. El consenso sobre lo negativo bien pudo haber ces- y Mary Mclntosh -qui
facilitado los sentimientos neoconservadores, dado que le fal tado dentro de la NDC-. J
taba un concepto sobre lo que "debería ser". E ste "negativismo en la criminología crítica '
ideológico" parece ser un elemento específicamente inglés en la estudios feministas que aJ
crisis de la criminología crítica. inglesa es demasiado im¡::
La compilación de Downes y Rock ( 1979) Interpretaciones de mencionaré algunos tema
la desviación puede ser vista como una respuesta interaccionista profusamente sobre los vic
a la criminología crítica neomarxista crecientemente dominante. mología; Pat Carien sobre <
El criminólogo crítico italiano Dario Melossi ( 1985: 197) sostuvo Edwards sobre las mujeres
que el enfoque microsociológico del interaccionismo y el macro sobre sexismo; Sandra Ha:
sociológico del marxismo aún necesitaban una conjunción, si se ne Gregory sobre género y
pretendía superar la crisis dentro de la criminología critica: "Es. . . ladón; Jayne Mooney sob1
con relación a este tema que podemos tratar de entender i la sobre mujeres y justicia pe
criminología crítica ha podido realmente superar la teoría del eti de inseguridad; Marcia R
quetamiento". En Inglaterra, esta separación será definitiva, pero Walklate sobre victimologí
en el continente se hicieron varios intentos de revertirla. innovador tanto en la bas(
Las perspectivas de Ian Taylor y Jock Young cambiaron pau la conceptualización del p
latinamente, desde la criminología de la clase trabajadora hacia boración empírica (victimc
el realismo de izquierda. Ha de destacarse que Jock Young ( 1975, X. Siguiendo a Carol S ma1
1979) pasó a rechazar fervientemente el "relativismo romántico" nista del Derecho.
<\NIN GEN EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGÍA CRiTICA EUROPEA 1 33
siguió, en general, la misma tivista hacia los temas políticos del día dejaba poco espacio para
iiéndose en cuatro período s: la . tradición académica reflexiva, de m ayor corte teórico-jurídico,
;¡ después de 1987. El primer en Eu ropa del centro y del sur. Más aún , los que podrían lla
nas insinuad a en Florencia' marse "tercera generación" de criminólogos críticos eran apenas
L radical de ternas más con
niños en 1968 y crecieron baj o la reacción neoconservadora a
. la reforma penal (Universi esta era, mostrando escasa afinidad con las palabras difíciles y
lo blanco (Universidad Libre lo s eslóganes revolucionarios de la segunda generación.
r delito (Viena, 1976) (Ciacci
La secretaria del grupo, la criminóloga sueca Karen Leander,
eríodo, el debate sobre el rol y los editores y distribuidores de las ponencias y trabajos -los
.os temas centrales. De este sociólogos angloirlandeses Paddy H illyard, Bill Rolston y Mike
>n de relacionar el tópico de Tomlinson- mantuvieron a flote al Grupo Europeo en aquellos
les de la escena nacional del duros momentos. En el cuarto período, se hicieron varios inten
:o en las resoluciones adop to s de reorientar la criminología crítica hacia la realidad política
no fue sorprendente que en de la década del 90, haciéndola participar de temas candentes
en un período de transición como la internacionalización del control policial, las políticas
t- se debatiera la seguridad
migratorias y el surgimiento de la "fortaleza" europea, o el nue
ania -durante el apogeo del vo significado de la ciudadanía en el orden jurídico europeo. En
ara el terrorismo y la violen este período, las actividades del grupo también se extendieron a
flster se combinaran ambos países de Europa central y del sudesté , que anteriormente no ha
bían tenido representación. Al mismo tiempo, el Grupo Europeo
ular de Irlanda del Norte, en
enfrentaba un nuevo problema: hasta mediados de la década del
lugar una huelga de hambre
80, el grupo fue un foro crítico internacional único, pero a partir
:ano Irlandés (Derry, 1981).
de entonces surgieron muchos nuevos programas europeos de
on aquellos convictos causó
estudio e investigación de sesgo más o menos crítico. Dado que
ntingente inglés, desbordan
estas iniciativas internacionales frecuentemente abarcan temas
)nstituyó una amenaza para
bastante específicos en relación a la política en materia de justi
:al.
cia penal y en tanto la "lucha social" en la década de los 90 tiene
:lararnente por la crisis en la
un tinte muy distinto a la de los años 70, se volvería prudente
s conflictos producidos den
para el Grupo Europeo adoptar u na posición programática más
arición en Inglaterra, hubie
general y centrarse en la debida reevaluación teórica y política
eo. Sin embargo, los relatos
de la criminología crítica y sus objetos centrales como tales, y
elevantes para la audiencia
abandonar su orientación hacia un activisrno démodé. ·
esuponían un conocimiento
1.glesa. A partir de entonce s, III . LA CRIMINOLOGIA CRÍTICA ALEMANA
o dejaron de ser representa-
europea. Los debates sobre El desarrollo de la criminología crítica alemana difiere bastan
o en el norte de Europa o el te del de la criminología inglesa. En Alemania, prácticamente no
constituían ternas centrales hubo criminología sociológica hasta la década del 60. La crimi
l de igual intensidad en una nología· soportaba la pesada carga política de su legado biopsico
orientación fuertemente ac lógico y debió luchar para sobrevivir dentro de las facultades de
1 38 RENÉ VAN SwAANINGEN EL MOSAICO DE Li
derecho. La orientación principal dentro de las ciencias sociales lotte Pongratz, Stephen C
se dirigía a cuestiones de doctrina legal, ya que se creía que ellas Este último describió el J
ofrecían la mejor protección contra el renovado uso político de la rrollar un contradiscurso
justicia penal. La mayoría de los profesores de derecho penal in la criminalística y el día
cluían algún contenido de criminología en sus cursos, pero adop dios empíricos. De este rr
taban posiciones bastante tradicionales: la etiología del ofensor, necesaria tradición de e:
orientada hacia la coerción penal. Se los sospechaba de tratar de trol social en las escuela:
sustituir el enfoque deductivo de la dogmática jurídica por ha sistema judicial, en el se:
llazgos empíricos. Fritz Sack ( 1969) bautizó este período como el de estudios sobre problen
del pasado no asimilado y el futuro incierto (en alemán: Unbewii.l desestigmatización de las
tigte Vergangenheit und ungewisse Zukunft) . ción-acción para la reforn
El surgimiento de la criminología crítica alemana no puede Los objetivos centrale:
ser considerado como una reacción contra la criminología admi agenda de investigación
nistrativa, como en el caso inglés, sino como reacción contra la el dominio de la crimino
dogmática penal y contra la etiología orientada al transgresor. estudios sobre el control
El nacimiento de la criminología crítica en Alemania estuvo sig expandir los alcances de 1
nado por el establecimiento, en 1969, de la Arbeitskreis Junger de los delitos tradicionalrr
KriminologenJGrupo de Trabajo de Criminólogos Jóvenes, de ahí ticia penal; cuestionar el
su sigla AJK) . El AJK cumplió una función comparable a la del los valores y resaltar el ce
foro inglés constituido por la NDC. Hoy todavía existe este gru nalización. Un punto inte
po y edita el Kriminologisches Journal, que, habiendo empezado la "solidaridad" de los cri
en 1969 como el boletín del AJK, se transformó en la prime daba por supuesto, pero ;
ra revista de criminología crítica de Alemania (Sack 1969:405; AJK utilizó u n concepto e
Schumann 1975:60) 2 . No está del todo claro quién estableció idea de práctica judicial
el AJK -su estructura quizás sea demasiado laxa como para e igualmente limitada y e
determinar ese momento-. Todo empezó con las reuniones ca mediante el entendimient
suales de algunos jóvenes académicos críticos que discutían, de su estructura histórico-s
forma individual, temas teóricos y los resultados de investiga de las prácticas hegemóni
ciones recientes. Cuando estas reuniones se transformaron en cas sociales tornaba indi:
un grupo de trabaj o permanente, nació el AJK . Las figuras cen profundo. Sin embargo, n
trales en los primeros años del grupo fueron Ma¡;¡fred Brusten, pretativo sería el más ad<
Marlis Dürkop, Johannes Feest, Hans Haferkamp, Hans-Jürgen se pretendían -se propu
Kerner, Rüdiger Lautmann, Dorothee Peters, Helge Peters, Lise lisis socio-lingüísticos, la
marxista-. Tal controven
ello no impidió la realizac
empíricos sobre las práctio
2 Otra revista de criminología critica importante fue la austríaca Krimi
ntro de las ciencias sociales lotte Pongratz, Stephen Quensel, Fritz Sack y Karl Schumann.
gal, ya que se creía que ellas Este último describió el AJK como un foro iniciado para desa
:1 renovado uso político de la rrollar un contradiscurso frente a la criminología dominante de
fesores de derecho penal in la criminalística y el diagnóstico psiquiátrico, basada en estu
ía en sus cursos, pero adop- dios empíricos. De este modo, se creó la base para una larga y
3.les: la etiología del ofensor, necesaria tradición de estudios sobre la selectividad del con
: los sospechaba de tratar de trol social en las escuelas, en las empresas, en la policía, en el
dogmática jurídica por ha sistema judicial, en el servicio social y en la cárcel y, además,
bautizó este período como el de estudios sobre problemas sociales como la estigmatización y
1cierto (en alemán: Unbewal desestigmatización de las minorías, así como también investiga
ukunft.) . ción-acción para la reforma penal (Schumann 1973 : 8 1 -2).
3. crítica alemana no puede Los objetivos centrales formulados con mayor detalle en la
:ontra la criminología admi agenda de investigación del AJK en 1973 fueron: acabar con
ino como reacción contra la el dominio de la criminología orientada al ofensor a través de
ia orientada al transgresor. estudios sobre el control social institucional y la "cifra negra";
:ica en Alemania estuvo sig- expandir los alcances de la investigación criminológica más allá
9, de la Arbeitskreis Junger de los delitos tradicionalmente procesados por el sistema de jus
r iminólogos Jóvenes, de ahí ticia penal; cuestionar el consenso acial sobre las normas y
función comparable a la del los valores y resaltar el contexto histórico y político de la crimi
ioy todavía existe este gru nalización. Un punto interesante fue el compromiso práctico, o
al, que, habiendo empezado la "solidaridad" de los criminólogos críticos. Tal compromiso se
:;e transformó en la prime- daba por supuesto, pero también se sostuvo con énfasis que el
Alemania (Sack 1969:405; AJK utilizó un concepto de "praxis" que debe distinguirse de la
todo claro quién estableció idea de práctica judicial o microsocial, puramente pragmática
jemasiado laxa como para e igualmente limitada y dirigida a mantener el statu quo. Sólo
pezó con las reuniones ca mediante el entendimiento del acto individual en el contexto de
)S críticos que discutían, de su estructura histórico-social, el AJK pudo facilitar el cambio
.os resultados de investiga de las prácticas hegemónicas. Este entendimiento de las prácti
dones se transformaron en cas sociales tornaba indispensable un enfoque sociológico más
ció el AJK. Las figuras cen profundo. Sin embargo, no resultaba evidente qué marco inter
•o fueron Ma fred Brusten, pretativo sería el rp.ás adecuado para acelerar los cambios que
s Haferkamp, Hans-Jürgen se pretendían -se propusieron la teoría de la acción, los aná
e Peters, Helge Peters, Lise- lisis socio-lingüísticos, la teoría del conflicto y la teoría social
marxista-. Tal controversia teórica no pudo ser resuelta, pero
ello no impidió la realización de una gran cantidad de estudios
empíricos sobre las prácticas sociales de varias instituciones del
tportante fue la austríaca Krimi
sistema de justicia ( Kerner y Schumann 1974 : 1 5 ; AJK 1974b).
junto con la revista Neue krimi
' Kriminologie und Strafrechtsre La base teórica de la criminología crítica alemana se preparó
l: inología critica. a comienzos de la década del 60, cuando un sociólogo durkhei
RENE VAN SWAANINGEN EL MOSAICO DE LA
140
mismo, el estudio del cont1
miano, René Konig, hizo accesibles a la audiencia de lengua ale
mana las teorías criminológicas norteamericanas. Konig inspiró chamente con los paradign
a un importante número de sociólogos jóvenes, entre los cua de la sociología.
les estaba el fundador de la criminología crítica alemana: Fritz Si se analiza la clase <
Sack. Sack ( 1 972) criticó la percepción selectiva y distorsionada gisches Journal, esta dire•
del enfoque del etiquetamiento, calificándola de grito del alma da. Los editores de la com
liberal. Él sostuvo que debía interpretársela en relación a la teo Hans-Jürgen Kerner y Kar
ría marxista, para descubrir cómo se definía el delito. Se necesi de paradigma desde el po
taba una orientación hacia la reacción social para compensar la teoría social y del etiqueta!
ideología sospechosa (Ideologieverdacht) de la criminología do enfoque del etiquetamient
minante, patologizante y orientada hacia el transgresor, que se sentación, la fuerte contrc
subordinaba a los intereses de la ley y el orden. Esta orientación tica inglesa entre los acad
había llevado a centrarse en delitos clásicos individuales como mente liberales del etiquet
el homicidio, los delitos contra la moral pública y, en primer una división dentro del AJ
lugar, los delitos contra la propiedad, mientras que los delitos los dos paradigmas surgie
contra el medio ambiente, los delitos económicos y los de gue nia. El principal defensor
rra se mantenían fuera de la atención central. La teoría social Sack, siempre recalcó la i
marxista podja servir de modelo explicativo al motivo por el cual de etiquetamiento en con
se producía la selectividad y como explicación de las nociones social. Esto hizo que un t
ahistóricas y apolíticas, asumidas como verdaderas, de la crimi desigualdad social y el del
nología tradicional (Kerner y Schumann 1974:7). El principal artículo de
Sack sostuvo que dado que los penalistas trataban cuestio interaccionista ( 1972) fue
nes y conceptos sociológicos, tales como "norma", "desviación", Opp ( 1972), quien rechazó
"sanción" y "estructura social -y no tanto temas biológicos o criminología. Sostenía qu•
psiquiátricos- una criminología sociológica sería la más apro gica no podían contestan
piada. Sack encontraba una rica tradición criminológico-socio gida a la reacción social.
lógica particularmente en los análisis de la racionalización y la y críticos) sumaron sus c<
profesionalización de los sistemas sociales de Max Weber, y en dad de la etiología y el re<
los estudios sobre la producción de creencias y valores comunes contrarrestó la crítica de
de Émile Durkheim, como también en su interpretación del de el enfoque de la reacción
lito como fenómeno socialmente útil para el mantenimiento del plicaría que la relevancia
orden social. Según su opinión, esto debía desarrollarse en una se interpretaba desde un;
criminología "normativa", de lo que ve como ejemplo La nueva gada por sus propios mér
criminología, de Taylor, Walton y Young (Sack 1969:3 1 2-4) 3. Así
L la audiencia de lengua ale mismo, el estudio del control social debía conectarse más estre
:eamericanas. Konig inspiró chamente con los paradigmas normativo-teórico e interpretativo
•gos jóvenes, entre los cua de la sociología.
•logía crítica alemana: Fritz Si se analiza la clase de estudios publicados en Kriminolo
ón selectiva y distorsionada gisches Journal, esta dirección incipiente se torna más defini
ificándola de grito del alma da. Los editores de la compilación Kritische Kriminologie ( 1974),
:társela en relación a la teo Hans-Jürgen Kerner y Karl Schum an n , hablaban de un cambio
definía el delito. Se necesi de paradigma desde el positivismo hacia una orientación a la
'm social para compensar la teoría social y del etiquetamiento. Si bien el poder explicativo del
lcht) de la criminología do enfoque del etiquetamiento fue cuestionado a poco de su pre
:lacía el transgresor, que se sentación, la fuerte controversia dentro de la criminología crí
y el orden. Esta orientación tica inglesa entre los académicos neomarxistas y los presunta
clásicos individuales como mente liberales del etiquetamiento fue tan profunda que causó
noral pública y, en primer una división dentro del AJK. E sto probablemente se debió a que
d, mientras que los delitos los dos paradigmas surgieron de manera simultánea en Alema
s económicos y los de gue nia. El. principal defensor del enfoque del etiquetamiento, Fritz
ón central. La teoría social Sack, siempre recalcó la importancia de estudiar los procesos
licativo al motivo por el Cl..l al de etiquetamiento en conexión con a teoría del materialismo
xplicación de las nociones social. E sto hizo que un tema central de investigación fuera la
•mo verdaderas, de la crimi desigualdad social y el delito (Kerner y Schumann 1974:8).
ann 1 974:7). El principal artículo de Sack sobre la criminología marxista
enalistas trataban cuestio interaccionista ( 1972) fue seguido de una crítica de Karl-Dieter
:omo "norma", "desviéi.ción", Opp ( 1972), quien rechazó la polarización entre "nueva" y "vieja"
:-> tanto temas biológicos o criminología. Sostenía que las cuestiones de naturaleza etioló
iológica sería la más apro gica no podían contestarse dentro de una orientación restrin
dición criminológico-socio gida a la reacción social. Muchos criminólogos (convencionales
is de la racionalización y la y crítico s) sumaron sUs contribuciones al debate sobre la utili
)ciales de Max Weber, y en dad de la etiología y el rechazo de la "vieja" criminología. Sack
reencias y valores comunes contrarrestó la crítica de la falta del componente etiológico en
:n su interpretación del de el enfoque de la reacción social, sosteniendo que incluirlo im
para el mantenimiento del plicaría que la relevancia del enfoque del etiquetamiento aún
debía desarrollarse en una se interpretaba desde una lógica positivista y que no era juz
ve como ejemplo La nueva gada por sus propios méritos. Esta discusión bien pudo haber
:1g (Sack 1969 : 3 12 - 4) 3. Asi-
sido el incentivo para un gran número de interesantes intentos litas de los poderosos y los
teóricos de integrar, o al menos armonizar, el enfoque interac de resistencia latente cont
cionista con las perspectivas de las subculturas del conflicto y particularmente desarroll.
la marxista. Esto evitó que la criminología crítica alemana se kamp, Rüdiger Lautman r
apartara demasiado de sus orígenes interaccionistas, como su -bastante marginal en el
contraparte inglesa. Si bien en Alemania se considera que el en riendo importancia con el ·
tudios de calidad sobre grupos de delincuentes juveniles y sobre se fabricaban de modo ta:
la política en materia de drogas, la policía y otras i nstituciones del Ejército Rojo quedaba
del sistema de justicia penal, dentro del marco del etiquetamien
to. Fueron participantes destacados Stephan Quensel, Erhard
Blankenburg, Johannes Feest y Manfred Brusten. También hay
una cantidad respetable de estudios, inspirados por la teoría del '
Fracción del Ejército Rojc
conflicto, sobre el rol disciplinario del sistema carcelario, los de cionarias (N. del T.) .
.ANINGEN EL MOSAICO DE LA CRIMINOWGÍA CRÍTICA EUROPEA 1 43
ero de interesantes intentos litas de los poderosos y los delitos de menor cuantía como forma
nonizar, el enfoque interac- de resistencia latente contra las relaciones sociales desiguales,
subculturas del conflicto y particularmente desarrollados por Heinz Steinert, Ha s Ha r
inología crítica alemana se kamp, Rüdiger Lautmann y Karl Schumann. Una onentacwn
s interaccionistas, como su -bastante marginal en el mundo anglosajón- y que fue adqui
ania se considera que el en riendo importancia con el tiempo en Alemania, es la crítica ideo
iemasiado a la criminología lógica de la teoría crítica y el estudio epistemológico de los inte
xión dentro del paradigma reses dominantes detrás de la criminalización.
erra. La mayor objeción que Una explicación posible de la orientación cada vez más teó
alemanes es haber extendi rica de la criminología crítica alemana es el hecho de que la
llá de lo aceptable, al hacer, relativa unidad en el compromiso político práctico devino impo
:neral (Kaiser 1976). sible, cuando en la segunda mitad de la década del 70 el "debate
ntra la criminología crítica sobre el terrorismo" dividió las aguas. Después de la muerte
[as ideológicas importantes en la cárcel de la activista militante Ulrike Meinhof en 1977,
sta de Falco Werkentin, Mi el movimiento idealista estudiantil del que formaba parte -que
nn (1972) suscitó el debate. ya se había vuelto más militante, después del asesinato del lí
:e subordinaba a los intere der estudiantil Rudi Dutschke por anticomunistas confesos en
nte categóricamente y sin el 1969, cuando el grupo Baader-Meinhof realizaba "acciones co
a de una sociología marxis mando"- adquirió un carácter sombrío y violento en la Rote Ar
Tollo dentro del A KJ en vez mee Fraktion, Bewegung 2. Juni y Re volutioniire Zellen'. Ciertos
nanecieron vacilantes entre criminólogos críticos querían usar el tratamiento que la policía
ía del conflicto. Fritz Sack y el sistema penal les daban a estos "activistas políticos" como
tarxista-interaccionista ini ejemplo del modo en que el derecho penal se usaba como ins
mente por Gerlinda Smaus trumento estatal para la represión de los enemigos políticos.
Otros sostenían que la violencia excesiva que estos grupos ra
rítica alemana fue tomando dicales se aplicaban a ellos mismos invitaba a las reacciones
pistemológica, dentro de la estatales represivas. Por supuesto, el ejemplo del terrorismo era
::>lvió a la dimensión política especialmente interesante para los criminólogos críticos, por
•sificación y disciplina (Hess que demostraba perfectamente cómo se utilizaba un Estado de
ntenido del Kriminologische control social muy coercitivo e intervencionista y cómo producía
tcipio puede encontrarse un errores judiciales. Mostraba, además, qué empresarios morales
:s participativ s y otros es participaban del proceso de criminalización; cómo las noticias
lincuentes juveniles y sobre se fabricaban de modo tal que la crítica política de la Fracción
::>olicía y otras instituciones del Ejército Rojo quedaba fuera de foco; cómo se introducía le
del marco del etiquetamien
; Stephan Quensel, Erhard
1fred Brusten. También hay
, inspirados por la teoría del •Fracción del Ejército Rojo, Movimiento 2 de Junio y Células Revolu
:1 sistema carcelario, los de- cionarias (N. del T.).
1 44 RENÉ VAN SWAANINGEN EL MOSAICO DE L
gislación de emergencia, pervirtiendo los principios legales bá nexo moderno entre la le
sicos, y cómo, de hecho, toda la izquierda era criminalizada por cidad para defender a la
la política del llamado Berufsverbot (interdicción laboral) -regu un "gran bluff", dado qu
laciones que hacían muy difícil para los sectores de izquierda de probarse empíricamer
encontrar trabajo, especialmente en el sector público-. Sin em (19 88:94) también se baE
bargo, cuando se trataba de responder la pregunta beckeriana pasó de la esfera privada
acerca de qué lado se estaba, la cuestión era mucho más proble mación del ofendido en u
mática. Precisamente en este ultimo punto el conflicto tomaba Con la creciente orier:
un carácter serio y personal, lo que hacía imposible la idea de toria social, de la que st
un proyecto de criminología crítica. y de la génesis de las no
La disputa intelectual llegó a su punto más delicado al acu penal concreta. Esto cor
sarse explícitamente a los criminólogos que tomaron parte de lítico. También pueden r
un proyecto de investigación sobre terrorismo, financiado por sis de la criminología CI
el Ministerio del I nterior alemán y el Departamento de Investi cuales se hallan la absm
gaciones Criminales (Bundeskriminalamt) de "colaborar con el las dimensiones episterr
Estado" (Behr et al. 1981 hasta Hess et al. 1988). posibilidades de realizar
Los debates académicos sobre las funciones disciplinarias el interaccionismo como
del derecho penal continuaron, o hasta podría decirse que au práctica, su impulso inn
mentaron, pero el campo de batalla dejó de ser el tema de los causado por la intervenc
problemas políticos del momento, como el activismo militante, sociedad perdió su fuerz:
para trasladarse a los estudios históricos y teóricos desde la de la desocupación, taml
perspectiva marxista o foucaultiana. En este contexto, también nal empezó a ser excluid
se iniciaron análisis de las famosas tesis de Georg Rusche y En la criminología crític
O tto Kirchheimer de los años 30, sobre las relaciones de pro marxismo, la balanza S(
ducción y los modos de castigo. Henner Hess y Johannes Stehr de lo que siempre suced
investigaron las condiciones históricas bajo las cuales surgió la criminología crítica tom(
noción de "delito" como con c epto del derecho público. Stephan Si bien Dietlinde Gip
Quensel relacionó esto c o n el surgimiento del Estado "hipostá muy numerosos) sobre
tico", es decir, aquel Estado que es tratado como un actor autó ya en 1969, los análisi:
nomo. El académico austríaco Wolfgang Stangl tomó la misma alemana surgieron cerc<
dirección al analizar cómo el Estado amplió su dominio sobre có sobre "terroristas" fe
un número cada vez mayor de conflictos. Stangl interpretó la una crítica feminista de
orientación funcionalista de la Escuela Moderna como un reflejo Smaus -entre sus publ:
del Estado moderno, cuyo poder debía basarse en principios ra las visiones femeninas e
cionales más que en los "mandamientos divinos del Derecho na el abolicionismo y el fen
tural" premodernos. Según Stangl (1988:88), al reemplazar las Sabine Klein-Schonnefe
especulaciones metafísicas sobre el castigo por la comprobación nologia feminista alema1
empírica del efecto de la sanción, von Liszt estableció las bases to fe rrlinista y la crimine
del "mito de la exactitud y la racionalidad" del derecho penal. El campos más diferencia(
ANINGEN EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA EUROPEA 1 45
.o los principios legales bá nexo moderno entre la legitimidad del derecho penal y su capa
ierda era criminalizada p or cidad para defender a la sociedad del delito terminaría siendo
interdicción laboral) -reg u un "gran bluff", dado que la tesis de la defensa social no pue
a los sectores de izquierda
de probarse empíricamente. La posición abolicionista de Stangl
el sector público-. Sin em { 1988:94) también se basa en el cambio de visión del delito, que
jer la pregunta beckeriana pasó de la esfera privada a la pública, y la consecuente trasfor
tión era muc ho más proble mación del ofendido en una víctima pasiva y dependiente.
, punto el confl icto tomaba Con la creciente orientación teórica e histórica hacia la his
hacía impo sible la idea de toria social, de la que surgió una teoría social de la disciplina
y de la génesis de las normas, declinó la atención en la política
)Unto más delicado al acu penal concreta. Esto condujo a un vacío en el compromiso po
,gos que tomaron parte de lítico. También pueden mencionarse otras razones para la cri
terrorismo, financiado por sis de la criminología crítica alemana en particular, entre las
1 Departamento de Investi cuales se hallan la absorción de los análisis interaccionistas en
zlamt) de "colaborar con el las dimensiones epistemológicas (lo que dificultó aún más las
et al. 1988) . posibilidades de realizar estudios empíricos) y el hecho de que
ts funciones disciplinarias el interaccionismo como tal perdió, tanto en la teoría como en la
sta podría decirse que aú práctica, su impulso innovador. El a>gumento de que el estigma
dejó de ser el tema de los causado por la intervención penal excluiría a las personas de la
1mo el activismo militante, sociedad perdió su fuerza, dado que, con el marcado incremento
:óricos y teóricos desde la de la desocupación, también la gente no sometida al sistema pe
En este contexto, también nal empezó a ser excluida de la sociedad (Hess y Steinert 1986).
; tesis de Georg Rusche y En la criminología crítica inglesa, entre el interaccionismo y el
>bre las relaciones de pro- marxismo, la balanza se inclinó hacia este último, al contrario
1er Hess y Johannes Stehr de lo que siempre sucedió en Alemania. Por ello, la crisis en la
1s bajo las cuales surgió la criminología crítica tomó diferente forma.
derec ho públ ico. Step han Si bien Dietlinde Gipser había comenzado sus e studios (no
tient o del Esta do "hipo stá muy numerosos) sobre mujeres transgresoras de la ley penal
atad o como un actor autó ya en 1969, los análisis feministas dentro de la criminología
mg Stangl tomó la mism a alemana surgieron cerca de 1978. Marlis Dürkop -quien publi
, ampl ió su domi nio sobre có sobre "terroristas" femeninas, mujeres en prisióney escribió
ictos. Stangl interpretó la una crítica feminista de la teoría del etiquetamiento, Gerlinda
.a Mode rna como un reflejo Smaus -entre sus publicaciones se encuentran las relativas a
3. basa rse en princ ipios ra las visiones femeninas de la justicia, la relación paradoja! entre
os divinos del Derecho na- el abolicionismo y el feminismo y la epistemología feminista- y
988:8 8), al reemplazar las Sabine Klein- Schonnefeld, también fueron pioneras de la crimi
3.stig o por la comprobación nología feminista alemana. En términos generales, el movimien
t Liszt estableció las bases to ferriinista y la criminología académica alemana constituyeron
idad" del derecho pena l. El campos más diferenciados que en Inglaterra.
RENÉ VAN SWAANINGEN EL MOSAICO DE J
1 46
Durante la década de los 80, sin embargo, el debate feminista ex machina de cómo est:
fue llevado por el partido verde (Die Gninen) a un nivel eminen la política referida a la j
temente parlamentario. Aunque la criminología feminista ale le sigue otra de dos tom<
mana no se desarrolló tanto como en Inglaterra, para finales un jurista y un científicc
de la década puede observarse un número creciente de estudios p enal o una cuestión jUJ
feministas, de los que mencionaré tan sólo algunos. Martina tomo s se llaman Vom 1
Althoff escribió acerca de los conceptos de feminidad e investi chaften für das Strafrec
gó cómo el feminismo se relaciona con las teorías de Foucault; de las ciencias sociales 1
Helga Cremer- Schafer le otorgó una dimensión feminista a su de gran valor académic<
trabajo sobre la representación mediática; Sabine Platt escribió sección de dos disciplir
sobre la teoría jurídica feminista y Lydia Seus publicó sobre los sobre la relación entre
prejuicios de género en el control social (Althof 199 1). Hasta la desde el rechazo compl1
década del 90 -con la aparición de trabajos sobre grupos de sandro Baratta y Wolfg
derecha como los skinheads-, son escasos los estudios sobre siempre conduce en la ·
racismo o etnia y delito, en términos más generales. nología a los intereses e
Los académicos alemanes llevaron a cabo varios debates de y, por cierto, instrumen
los años 70, aunque en versión adaptada, sin rechazar de plano mentar la eficiencia de
un debate específico ni confrontarlo con una verdad nueva (y medio, hallamos una "r
obviamente mejor). Para 1983, las discusiones sobre la teoría la socialización del den
del etiquetamiento y la teoría crítica condujeron a un interesan semer) (Blankenburg el
te debate sobre el abolicionismo. El intento de desarrollar una La cooperación en t
base teórica dentro de la criminología crítica fue una importan 1974 nunca tuvo luga
te contribución alemana al abolicionismo (en el Capítulo IX ex relevancia de los juris
tenderemos el análisis de este debate) . Se emprendieron varios ser demasiado diferent<
estudios empíricos inspirados en el abolicionismo, en el área de en solucionar problem<
la prevención del delito (Gerhard Hanak, Wolfgang Stangl, Jo servaciones dirigidas e
hannes Stehr y Heinz Steinert) y de la mediación (Hubert Beste, consistentes con la do1
Christa Pelikan y Arno Pilgram). mundo centra da en lo
Los criminólogos críticos alemanes, conscientes de su rai capaci dades sociale s, r
gambre jurídica, dieron un paso que sus contrapartes ingleses capaces de diferen ciar
jamás intentaron: reflexionaron sobre temas legales e investiga normativos. Los jurist
ron las posibilidades de establecer una renovada ciencia penal consideraban explicac
integrada sobre la base de la igualdad entre el derecho penal y los científicos sociale s
la criminología sociológica. En este debate, los intentos iniciales la tarea específi ca de
pertenecen a Fritz Sack ( 1975), junto al jurista Klaus Lüderssen. creta bajo la presión <
Luego de tres voluminosos tomos de estudios sociológicos ale modos , muchos tema:
manes y anglosajones sobre la génesis de las normas sociales y en estructuras legale:
las reacciones sociales frente al delito, un cuarto tomo, Abwei entre la coerción legal
chendes Verhalten (Comportamiento desvi ado) contiene el deus y la aplicación doctri r
EN EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA EUROPEA 1 47
rgo, el debate feminista ex machina de cómo estas visiones empíricas deben aplicarse a
en) a un nivel eminen la política referida a la justicia penal y al derecho. A esta serie,
inología feminista ale le sigue otra de dos tomos, en 1980, donde, en forma alternada,
J.glaterra, para finales un jurista y un científico social comentan un tema de dogmática
o creciente de estudios penal o una cuestión jurídica, en forma comparativa. Estos dos
sólo algunos. Martina tomos se llaman Vom Nutzen und Nachteil der Sozialwissens
ie feminidad e investi chaften für das Strafrecht (Acerca de las ventajas y desventajas
ts teorías de Foucault; de las ciencias sociales para el derecho penal). E sta empresa fue
tensión feminista a su de gran valor académico, al examinar minuciosamente la inter
t; Sabine Platt escribió sección de dos disciplinas diferentes. Las distintas posiciones
Seus publicó sobre los sobre la relación entre el derecho penal y la criminología iban
(Althof 1991). Hasta la desde el rechazo completo a una ciencia penal integrada (Ales
::>ajos sobre grupos de sandro Baratta y Wolfgang Naucke), dado que la "integración"
sos los estudios sobre siempre conduce en la práctica a la subordinación de la crimi
: generales . nología a los intereses de ley y orden, hasta el uso "demagógico"
:abo varios debates de y, por cierto, instrumental de la investigación empírica para au
, sin rechazar de plano mentar la eficiencia de la coerción penal (Richard Lange). En el
t una verdad nueva (y medio, hallamos una "recepción bien- intencionada", orientada a
tsiones sobre la teoría la socialización del derecho penal (Claus Roxin y Winfried Has
ujeron a un interesan semer) (Blankenburg et al. 1980).
J.to de desarrollar una La cooperación en términos iguales que pretendía Sack en
tica fue una importan 1974 nunca tuvo lugar. La cultura profesional y el marco de
> (en el Capítulo IX ex relevancia de los juristas y los científicos sociales resultaron
e emprendieron varios -ser demasiado diferentes. Los j uristas no mostraron real interés
:::i onismo, en el área de en solucionar problemas sociales e insistieron en formular ob
, Wolfgang Stangl, Jo servaciones dirigidas a descubrir qué reacciones eran las más
:diación ( Hubert Beste, consistentes con la doctrina legal. Mantuvieron una visión del
mundo centrada en lo jurídico, que subestimaba los factores y
:::onscientes de su rai capacidades sociales, no legales y, más aún , demostraron ser in
; contrapartes ingleses capaces de diferenciar las observaciones empíricas de los juicios
rras legales e investiga normativ,os. Los juristas no se dej aron impresionar por lo que .
·enovada ciencia penal consideraban explicaciones fragmentadas y teorías frívolas de
ltre el derecho penal y los científicos sociales, los cuales, a su juicio, no comprendían
e, los intentos iniciales la tarea específica de los juristas: adoptar una decisión con
rista Klaus Lüderssen. creta bajo la presión de los plazos (Lüderssen 1980). De todos
udios sociológicos ale modos, muchos temas sociológicos importantes se tradujeron
: las normas sociales y en estructuras legales de relevancia, indicando la disparidad
n cuarto tomo, Abwei entre la coerción legal y las decisiones judiciales, por un lado,
ri ado) contiene el deus y la aplicación doctrinariamente correcta de la ley, por el otro.
1 48 RENÉ VAN SWAANINGEN EL MOSAI
Estos estudios también apuntaron a los factores sociales que los sidades belgas. Tr
juristas generalmente descuidaban, es decir, aquellos que pre tenía una fuerte e
ceden al momento en que los problemas se vuelven jurídicamen en criminalística
te relevantes (estudios sobre la "cifra negra", la criminalización nológicos-, pero e
selectiva, la intervención y el registro policial selectivo, etc.) y ció la tradición se
aquellos que tienen importancia luego de la intervención penal tura de gobierno,
(la estigmatización, el rol escasamente significativo del derecho más un país del
penal en la prevención del delito, etcétera). ejemplo, en sus re
Sack se manifestó pesimista respecto de esta aventura legal, instituciones impc
al distinguir las siguientes etapas: en primer lugar, los crimi la confianza, la e
nólogos aceptaban las definiciones y los objetivos del sistema de consecuente clien1
justicia penal. De este modo, la criminología quedaba reducida gobierno. Lo mism
a la sociología del derecho penal. En segundo lugar, se acep de la gendarmería
taba la racionalidad del derecho penal, aunque se ampliaba la la izquierda radie
agenda a otros temas relevantes. La criminología se transfor los grupos estudi:
maba en sociología del control penal. En tercer lugar, se recha tariado, al modo 1
zaban tanto la agenda como la racionalidad del sistema penal y movimientos sacie
la criminología se transformaba en sociología del control formal al campo penal. E
. e informal de los problemas sociales. Esta separación era cau
o Doorheen Tralie
sada por el reconocimiento de que el derecho penal, por su pro
través de las rejas
pia naturaleza, nunca se interesaría por los problemas sociales
intentaron transfc
que excedían el nivel individual ni promovería cambios políti
la lucha de clases
cos importantes (Sack 1988: 23-8). La desilusión provocada por
nales sin vínculos
la imposibilidad de cambiar la agenda de la justicia penal se
otra parte, un gru
convirtió en otro incentivo para el abolicionismo. Sin embargo,
dor de la revista 1
las reflexiones sobre el derecho tuvieron una nueva chance: el
marxista sobre la
incentivo abolicionista para reconceptualizar el derecho puede
el licenciado en ci
verse como una nueva perspectiva al respecto. Volveremos sobre
Weinstock y el so
este tema en el Capítulo X.
puede concluirse ·
fuertemente signa
IV. LA coNEXIóN BELGA coN EuROPA LATINA
se reflejaran en e
Los países del sur de Europa no tienen, en general, una fuer del 60. A partir <
te tradición sociológica en criminología. Allí, la teoría crítica no tradición en estuc
pudo cambiar la orientación estadística y etiológica positivista de la esfera psiqu
dominante, lo que sí sucedió en disciplinas como la sociología, Lode van Outrive
la filosofía y la crítica epistemológica del derecho penal. rio belga desde ur
Bélgica constituye una interesante intersección entre la tra te de la rehabilite
dición del norte y la del sur. La criminología tuvo un amplio se originó en las
desárrollo como rama independiente de estudio en las univer Lovaina en 1976.
:lGEN EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA EUROPEA 1 49
Bajo la supervisión de mente inspirada en la teoría del conflicto. Michel van de Kerckho
málisis estructuralista ve ( 1987) realizó un estudio sobre la despenalización, analizando
n de control social que doc sistemas e control social alternativo, mucho menos estig
lÍa capitalista, y un es matlzantes y onentados a la figura del victimario. Las relaciones
a teoría del conflicto. A entre los desarrollos socio-políticos y el derecho penal también
tdiantes, formado tam fueron estudiadas en las universidades de habla francesa. Den
por Luc Vanheerentals, tro de estos análisis, merece destacarse el trabajo de Christian
n. En 1982 , publicaron
Debuyst sobre la definición de la peligrosidad.
1.0 penal y un comenta
A lo lq.rgo de los últimos años, aparecieron numerosas inves
reventiva. Sin embargo, tigaciones empíricas críticas sobre el sistema carcelario (Kristel
::riminología crítica. En B eyens y Sonja Snacken); los sentimientos de inseguridad y las
la punta de lanza de la políticas de prevención del delito (Pedro Colle y Hans Hofman);
os (Liga voor Mensenre- el abordaje policial del consumo de drogas, de los conflictos ra
3.pel central John de Wit ciales y del temor público al delito {Jan Capelle, Dan Kaminsky
Y Geo ·ges Kellens). Entre los estudios teóricos recientes en cri
.1 revista crítica sobre la
la Liga participó del de minf,logía crítica en Bélgica, podemos mencionar los trabajos de
mente, este movimiento Ma;_hieu Deflem sobre el "uso incorrecto" de la tesis de H aber
.ebate del abolicionismo, mas sobre la colonización de los "mundos de vida", y de Ronny
y moderada 4• Lippens sobre la influencia que la "globalización" de la economía
Y la "fragmentación" del debate normativo tienen en la políti
3. criminología crítica en
ca aplicable al sistema de justicia penal nacional. Que Bélgi
> de la ideología protecto
s de delito. Asimismo, referencias a los estudios mencionados pueden encontrarse en ese artículo.
1 54 RENÉ VAN SWAANINGEN EL MC
_ente liberal, de carac- turalismo o etnias y delito casi dej aron de tener presencia en
Déviance et Société -a excepción de la publicación de Frédéric
iiendo su perfil crítico Ocqueteau, en 1983, acerca de la actitud xenofóbica de la policía
, reforzando, en caro francesa-. Lo mismo sucedió con el tema de las drogas; más allá
ores de los 90 sí pudo del pánico moral creado por el gobierno de derecha francés con
al desaparecer los es respecto a cierto "estado narco" dentro de la Unión Europea, el
lantrópico en materia debate sobre las dr gas ha sido relegado a la disciplina médica.
;tensibles los enfoques Déviance et Société debe ser considerada una publicación
no de izquierda no fue académica. La revista Actes es su contraparte más activista. Ac
ítica política en Fran tes, en la que el ya mencionado sociólogo Pierre Lascournes tuvo
,roblemas que causa el un rol central, se fundó en 1974. Su propósito fue dar espacio
1 llamado a considerar
a un debate más militante sobre la justicia penal. Entre otras
actividades, cubrió las del pequeño movimiento abolicionista
;ocial hallaron eco en
bakuniano, los movimientos de los detenidos y otros movimien
:os de la década del 80
tos sociales. Tal como lo sostuvieron sus editores, "introdujo la
mtido, fue Renée Zau
dimensión de la lucha social y las reflexiones críticas acerca del
el campo de la victimi
Estado en la práctica legal y judicial". La cárcel fue un tema
eriores, las respuestas
recurrente, así como también el derecho y la literatura, los refu
;tas en las entrevistas
giados políticos, el derecho de famiiia, las políticas laborales y
J teórico. Su obra pos
sanitarias y la posición de la izquierda, los que fueron aborda
o hegemónico sobre la dos en una colección de gran cantidad de artículos -la mayoría
>roblema brindada por breves- escritos por académicos y activistas.
x:plicativo (Lagrange y En términos generales, puede decirse que en Francia el ob
ues Lagrange puso de jeto de la criminología fue interpretado restrictivamente, con
nseguridad de la gente una inclinación hacia la justicia penal. Sin embargo, existe una
_bilidad social como en tradición crítica en disciplinas como la sociología, la psicología
1987, René Levy y Fré social y la ciencia política, y también en el derecho, la historia y
d de las personas con la filosqfía, que alcanza también algunos temas criminológicos.
tos menores contra la La inexistencia de una base común hace difícil seguir el rastro
iales más vulnerables, de la criminología crítica francesa, pero no puede sostenerse
íctimas de una nueva que la influencia francesa en la criminología crítica haya sido
ímbolo de estatus so insignificante. Basta mencionar los debates franceses acerca del
a de las políticas de la existencialismo de inspiración maoista, los análisis marxistas o
la pobreza. Tras reali el estructuralismo y el deconstruccionismo, que dejaron claras
ones estructurales del huellas en la criminología. Desde Jean-Paul Sartre y Ja<;:ques
e prevención deberían Lacan, pasando por Louis Althusser, Ja<;:ques Donzelot, Claude
penal. Levi-Strauss, Michel Fou·cault y Gilles Deleuze, hasta las femi
-ema derecha del Front nistas Luce Irrigaray y Julia Kristeva y los posmodernos filóso
de ley y orden del pre fos como Jean-Franc;ois Lyotard, Jean Baudrillard, Pierre Bour
)re racismo, multicul- dieu, Alain Touraine o Ja¡;:ques Derrida, los teóricos franceses
1 56 RENÉ VAN SWAANINGEN EL MO
pera hallar una reacción crítica contra semejante legado. Tamar brica) , de Dario M
Pitch ( 1990:47) señaló que la criminología crítica italiana "se lugar, Gaetano de
topó con dos tradiciones muy arraigadas: el derecho y la crimi al surgimiento de
nología clínica. Si el objeto del primero es en mayor proporción socio-psicológica,
el sistema del derecho penal y su procedimiento y no el sistema malidad y desviac
de justicia penal, el objeto de la última es el delincuente". Los de estudios críticc
orígenes políticos de la criminología crítica italiana se encuen de una tradición l
tran en el movimiento antipsiquiatría de Franco Basaglia y en Baratta construyé
los movimientos de los estudiantes y los trabajadores de la dé rrolló principios ¡:
cada del 60. Reflej ó el proceso de democratización del control de sobre el Estado in
la desviación y del delito. libro Criminología
Franca Faccioli ( 1984) señaló las tres raíces de la crimino crítica y crítica de
logía crítica en la sociología italiana de la década del 50, des El estado del ce
tacando, en primer lugar, que existen numerosos estudios so discurso del conti
ciológicos sobre marginalización, subculturas y pobreza. Una La legislación per
segunda tradición está constituida por los estudios sobre re sado fascista. Se
acciones sociales a la desviación, que se originan en la sociolo quicas estrictas, 1
gía Uurídica) interaccionista. Se llevó a cabo una gran cantidad . Massimo Pavarini
de investigaciones sobre la selectividad de la administración de criminal, particul
justicia y sobre la construcción social de la delincuencia juvenil. primaria, siempre
Los experimentos antipsiquiátricos de Basaglia alentaron una y administrativas
cantidad interesante de estudios sobre las instituciones totales, mente indulgente
que se llaman instituciones de violencia estructural. La tercera dica a la creación
raíz de la criminología crítica italiana se halla en la tradición sur del país- que
intelectual, que surgió sobre las huellas de Gramsci, teórico po modos de control
lítico que fue uno de los fundadores del partido comunista ita los implementado:
liano (PCI)" en 192 1 . Un concepto central en el pensamiento de mercado laboral e
Gramsci es la "hegemonía". Aunque las estructuras hegemóni personal, más lóg:
cas modelan la realidad, no representan un estado permanente ropa del norte, co
de dominación. Al ser desafiadas constantemente por las con Según Pavarini ( 1
tradicciones de clase, se vuelven inestables. El pensamiento de ci y del PCI (más
Gramsci forma un basso continuo en la izquierda italiana. ideología que a e1.:
La criminología crítica comenzó con reflexiones macrosocio movió (también d
lógicas, neomarxistas, estructuralistas y gramscianas sobre las cialdemócrata ma
trad ic ion es dominantes en la disciplina. Se constituyó con tres una cultura popu
orientaciones principales (Ianni 1994). En primer lugar, se reali conflictivo, que in
zaron análisis de la poca atención a los delitos de los poderosos, minos de domina<
la socialización (femenina) en modelos familiares tradicionales Durante la déc
y, especialmente, el más conocido Carcere e fabbrica (Cárcel y fá entre la teoría so·
EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGÍA CRITICA EUROPEA 1 59
nejante legado. Tamar brica), de Dario Melossi y Massimo Pavarini ( 1977). En segundo
ia critica italiana "se lugar, Gaetano de Leo y Alessandro Salvini ( 1978) contribuyeron
el derecho y la crimi al surgimiento de una teoría de la desviación con orientación
; en mayor proporción socio-psicológica, de la cual su libro Normalita e devianza (Nor
niento y no el sistema malidad y desviación) es un claro ejemplo, Una tercera categoría
s el delincuente". Los l. de estudios críticos halla sus raíces en la filosofía jurídica. Des
:a italiana se encuen de una tradición fuertemente antiinstrumentalista, Alessandro
Franco Basaglia y en Baratta construyó el puente hacia la criminología critica. Desa
trabajadores de la dé rrolló principios para el imperio democrático de la ley y teorías
tización del control de sobre el Estado intervencionista, que terminaron dando lugar al
libro Criminología critica e critica del diritto pena le (Criminología
raíces de la crimino crítica y crítica del derecho penal).
a década del 50, des El estado del control social italiano es bastante particular. El
merosos estudios sa discurso del control social ha sido siempre de tipo autoritario.
turas y pobreza. Una La legislación penal italiana aún muestra los trazos de su pa
os estudios sobre re sado fascista. Se supone que funciona a través de líneas jerár
lriginan en la sociolo quicas estrictas, pero en la práctica es mayormente simbólica.
bo una gran cantidad Massimo Pavarini ( 1994:50) sostuvo que "la adopción de política
: la administración de criminal, particularmente dura en el nivel de la criminalización
1 delincuencia juvenil.
primaria, siempre ha sido contradicha por estrategias judiciales
Lsaglia alentaron una y administrativas particularmente blandas, cuando no abierta
: instituciones totales, mente indulgentes". Gran parte del gasto público italiano se de
structural. La tercera dica a la creación de proyectos de trabajo -especialmente en el
halla en la tradición sur del país- que a veces resultan completamente inútiles. Los
Gramsci, teórico po modos de control social en el norte rico varían notablemente de
tartido comunista ita los implementados en el sur "subdesarrollado". La orientación al
en el pensamiento de mercado laboral es, en el contexto italiano de clientelismo ínter
structuras hegemóni personal, más lógica que en los sistemas administrativos de Eu
m estado permanente ropa del norte, comparativamente más eficientes y autónomos.
1temente por las con Según Pavarini ( 1994:52), la gran influencia de Antonio Grams
s. El pensamiento de ci y del PCI (más comparable al partido laborista en tamaño e
quierda italiana. ideología que a cualquier otro partido comunista europeo) pro
flexiones macrosocio movió (también debido a que la nomenclatura cristiana y so
ramscianas sobre las cialdemócrata mantuvo al PCI fuera del gobierno hasta 1996),
)e constituyó con tres una cultura popular en la que "persiste un paradigma político
primer lugar, se reali conflictivo, que interpreta los problemas de orden social en tér
litos de los poderosos, minos de dominación, hegemonía; en una palabra, poder".
miliares tradicionales Durante la década del 70, un debate central fue la relación
e fabbrica (Cárcel y fá- entre la teoría social y política marxista y la criminología. De
- ---------- ____ __
__..
1 60 RENE VAN SwAANINGEN EL MOS,
estos teóricos, los más influyentes fueron Pietro Barcellona y al. 1983), se des
Norberto Bobbio. Máximo Pavarini elaboró una economía políti Franca Faccioli a
ca del castigo dentro de la criminología. Dario Melossi continuó se interpretaba, <:
con los clásicos marxistas e investigó el significado de la cues cial de la muj er, :
tión penal para la criminología. En oposición al teórico marxista asistencialista, s
inglés Paul Hirst ( 1975), Melossi concluyó que los académicos otorgarles derect
marxistas debían continuar con los análisis criminológicos, radas paternalist
porque, de lo contrario, la posición de la izquierda respecto del El interés en 1,
delito y el castigo seguiría siendo el eclecticismo liberal. Ales están por introd
sandro Baratta resaltó la tendencia burguesa del movimiento ejemplo, las nue
de la defensa social y la reproducción de la marginalidad social orientación a la ·
mediante el sistema penal . Filippo Sgubbi ( 19 75) contribuyó con tercera fase de la
las teorías de la criminalización, al señalar los intereses difusos tudios cobró fuer
subyacentes en el discurso de los derechos, ya que se limitaba penal común los
a los delitos clásicos. Sgubbi propuso, de modo similar a los cia contra las ac
Schwendinger ( 1975), una redefinición de los intereses que de Brigate Rosse (B
bían ser protegidos por el derecho penal. Sgubbi pensaba de la te el quincuagé
misma manera respecto a la salud, la seguridad en los lugares. Codice Rocco. Es
de trabajo y el medio ambiente. rencia fundamer
Los estudios sobre la desviación son algo posteriores y con La Questione Cr;
dujeron a una segunda fase en la criminología crítica italiana. redonda sobre el
Originada en la psicología social, la crítica de la desviación se dice Rocco cinqu
orientaba a su uso instrumental como concepto patológico para académicos críti<
marginar gente "dificil". En Normalita e devianza, De Leo y Sal abusivo de la pri
vini recurren a términos como delincuentes, menores, pacien retributiva de la
tes psiquiátricos, drogadictos y desviados sexuales como cate En 1980, Fran
gorías de personas excluidas de la sociedad, fuera por medios mostró cómo en (
de corrección patologizantes o represivos. Tamar Pitch ( 1 9 75) debido proceso y
extendió el concepto de desviación a la esfera del control penal. vés el uso recurn
Vittorio Cotesta analizó la determinación cultural del concepto rehabilitación o 1
de normalidad y Beppe l\1osconi estudió el significado de los penas ejemplare
análisis socio-psicológicos para llevar más lejos el debate cri Eligio Resta e
minológico crítico. Cuando se iniciaba la década del 80, estos ticas judiciales i
debates se conectaron con análisis más esctructuralistas del gencia y juicios
control social institucional disperso, de Gianvittorio Pisapia Castellano prese1
( 19 78) . Tamar Pitch ( 1983) criticó la orientación global hacia la en Italia (es decir
marginalización de la teoría de la desviación. Del mismo modo, o <:l cretos y en :
la crítica feminista de la criminología, que se transformó en una dad a la responsé
orientación bastante importante al principio de los 80 (Pitch et Baratta bosquejé
-
N EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGÍA CRiTICA EUROPEA 161
tleza extremadamente in Ferrajoli (1989:234) también señaló la inconsistencia teórica del
liante una detallada des abolicionismo, afirmando que los abolicionistas caían en la falacia
contra un profesor de la normativa de tratar de demostrar la falsedad de los principios u
quien, pese a haber sido objetivos del castigo con argumentos funcionalistas. Los acadé
:enido en prisión, bajo la micos críticos italianos adoptaron una perspectiva estrictamente
t a "colaboración con una
formalista, basada en la definición legal del delito, dado que los
nenores. El primer núme conceptos sociológicos o antropológicos flexibles no establecían
e dedicado completamen ningún tipo de límites a la intervención estatal. Los principios
ibución del propio Negri. legales clásicos ofrecían -sostuvo- la mejor protección contra el
de la legislación de emer peligro de volver a caer en la ley de la selva.
uerra y que el proceso de Esta orientación se desarrolló hasta convertirse en la perspec
· rechazado enérgicamen tiva del garantismo penal, que marca la cuarta fase de la crimi
,_
nología crítica italiana. Los garantistas partieron de una visión
rio Cotesta analizó la rea conflictiva de la sociedad, pero, al contrario de los sociólogos del
va foucaultiana, mientras conflicto anglosajones, no presentaron la desviación como una
ricola ( 1975) examinaban forma latente de resistencia a la sociedad de clases; sostuvieron
s que se llevaban a cabo que, dado que la sociedad es conflictiva a nivel estructural, la
tenciaria. Una nueva ley resistencia organizada es la ú nica lucha políticamente relevante
lidos y crear más regíme (Ferrajoli y Zolo 1977 ) . Más tarde, esta visión marxista se mo
muchos críticos temieron deró y las visiones beccarianas y benthamianas de utilitarismo
facultades discrecionales iluminista y derecho penal clásico cobraron importancia (Ferra
bitrariedad de la coerción joli 1989). También se indagó la correspondencia de la relación
cola criticó el modo espe dialéctica entre las definiciones legales del delito hegemónicas
stema de probation, como y los intereses de la clase trabajadora (Ferrajoli y Zolo, 1977),
=trse a cabo el juicio con el o como se la llamó luego, "grupos sociales vulnerables". La ley
lo que, según su opinión, (que pertenece a la categoría kantiana del "ser") y la moral (que
) a la sociedad. El amplio pertenece al "deber ser") fueron tratadas como campos diferen
lurante los 80 -principal tes que sólo podían cuestionarse desde una posición interna a ·
·avarini- debe entenderse externa, respectivamente, a la razón legal. Las posturas políti
1ntexto jurídico específico cas y morales sólo cumplieron un rol en el estadio previo a la
. e instrumentalista hacia traducción de los valores en términos legales; así, la reformu
echazo al abolicionismo. lación de los valores legales de Filippo Sgubbi (Rechtsgüter) se
os argumentos en contra adecua a la perspectiva garantista, en la que sólo los hechos
los criminólogos críticos, que causan verdadero daño social deberían ser criminalizados.
irlo en la agenda política Por lo tanto, los garantistas querían excluir el uso del derecho
t formas no judiciales de
penal como medio para estigmatizar las elecciones morales per
respuestas "sociales" (in sonales. La perspectiva garantista se transformó en un debate
de Gramatica de la déca central después de la publicación del voluminoso libro de Luigi
ín más instrumentalista. Ferrajoli ( 1989) Diritto e ragione (Derecho y razón).
1 64 RENÉ VAN SWAANINGEN EL MOS
El rol de los jueces progresistas -unidos en un foro profesio general, fue aún
nal llamado Magistratura democratica- en las discusiones pe en declinación, e
nales no debería ser subestimado. A pesar de las altas tasas de mento, sin embE
delitos graves y del viejo Código Penal positivista de origen fas señalamos en la
cista, los jueces lograron afianzar la práctica de la decarceriza de la crisis teóri•
ción, haciendo amplio uso de su discrecionalidad. E sto llevó a la que el impasse e
virtual abolición de los institutos de menores en la década de los te teórico (y no r
80 y a la reducción de las tasas de encarcelamiento entre 1984 y este contexto. Er
1990. Massimo Pavarini ( 1994: 49) señaló el contexto cultural y el terrorismo fue
político atípico en el que surgió este (efímero) "paraíso peniten minología crítica
ciario italiano". Además de una tradición crítica influyente entre tud crítica hacia
los juristas, Pavarini interpretó la práctica italiana de la decar controversia polí1
cerización como una indulgencia de la administración, y como de las brigadas r
resultado de la amplia percepción popular del delito como pro gislación de emeJ
blema político. La izquierda italiana nunca fue "blanda con el última cuestión J
delito", sino que sostuvo que se encarcelaba a las personas equi aguas entre aqw
vocadas, es decir, a los vulnerables. El delito también se percibía lencia y, por lo ta
como parte de la problemática del sur: la superpoblación de la movimientos de 1
cárceles italianas con individuos provenientes del mezzogiorno por esta " izquierc
se asemejaba a la situación de los negros en Estados Unidos. A Franca Facciol
tono con los debates antes mencionados, en cuanto a la dudosa perdió mucha relt
política de las leyes de emergencia y la legislación a través de tas convincentes :
decretos, Pavarini ( 1994:52 -3) sostuvo que el "terrorismo rojo", el debate público
que "en Italia fue interpretado como un fenómeno perfectamente rantismo tambiér
entendible en su raigambre político-cultural", favoreció el for juicios masivos s
talecimiento de una cultura de la desconfianza "inclinada a la dencia creciente <
sospecha" y que "estuvo más preocupada por los peligros de las través de la legisl<
agencias represivas que por los peligros de la delincuencia". cretos ad hoc. Se
con garantías leg
l . Crisis, ¿qué crisis? la intervención es
La crisis en la criminología crítica italiana no fue tan evi principio de legali
dente. En primer lugar, la credibilidad moral de la criminología de emergencia, ce
crítica italiana no fue muy cuestionada; por ejemplo, no se la de legalidad en to,
acusó de adoptar posiciones relativistas sobre el delito. En se y al poder judicia
gundo término, la criminología crítica no constituyó un grupo Sin embargo, exi!
tan identificable como en Inglaterra. En tercer lugar, el idealis- lado garantista e1
mo y la euforia iniciales de la criminología italiana fueron me aprecia con clarid
nos evidentes. Debido a que las relaciones materiales y políticas en que el legisladc
contrastaban más nítidamente, la posición de la izquierda, en que interprete la
---
EL MOSAICO DE LA CRIMINO LOGÍA CRiTICA EUROPEA 1 65
en un foro profesio general, fue aún más evidente que en los Estados de bienestar
las discusiones pe en declinación, de Eur pa del no:te (B a ratta 1990). Este argu
m nto, sm _ emba go, solo aphcable a la crisis externa que
de las altas tasas de
:ivista de origen fas senalamos en la mtroduccwn, pero no explica la mayor parte
;a de la decarceriza de la crisis teórica interna. El argumento de Melossi ( 1985) de
.lidad. Esto llevó a la que el impasse en la criminología crítica era fundamentalmen
s en la década de los te teórico (y no político) también se h ace más comprensible en
tmiento entre 1984 y este contexto. En el caso inglés y en el alemán, el debate sobre
1 contexto cultural y el terrorismo fue un elemento importan te de la crisis de la cri
·o) "paraíso peniten minología crítica. En Italia facilitó, en gran medida, una acti
itica influyente entre tud crítica hacia la ley y el orden, aunque también causó gran
italiana de la decar controversia política dentro de la izquierda. La actitud respecto
J.inistración, y como de las brigadas rojas debe diferenciarse de la oposición a la le
del delito como pra gislación de emergencia sobre el terrorismo. Mientras que esta
l fue "blanda con el
última cuestión fortaleció a la izquierd a, la primera dividió las
a las personas equi aguas entre aquellos que no querían ser asociados con la vio
, también se percibía lencia y, por lo tanto, los alejó de su base social potencial, y los
1perpoblación de las movimientos de presos políticos, que S!'! sintieron traicionados
ttes del mezzogiorno por esta "izquierda burguesa".
n Estados Unidos. A Franca Faccioli ( 1984: 637) sostuvo que la criminología crítica
L cuanto a la dudosa
p erdió mucha relevancia por no haber p odido formular respues
;islación a través de tas convincentes a dos de los mayores problemas que dominaron
el "terrorismo rojo", el debate público: el terrorismo y el cri men organizado . El ga
meno perfectamente rantismo también sufrió este problema. Surgió, después de los
al", favoreció el for juicios masivos sobre terrorismo, como reacción contra la ten
:�.nza "inclinada a la dencia creciente a socavar el E stado de derecho democrático, a
)r los peligros de las través de la legislación de emergencia y el gobierno mediante de
la delincuencia". cretos ad hoc. Se pensó que la codificación estricta y detallada,
con garantías legales para el acusado, reduciría la tendencia a
la intervención estatal arbitraria. Se resp ondió a la violación del
s.na no fue tan evi principio de legalidad,por la puerta trasera mediante legislación
ll de la criminología de emergencia, con una demanda de apego estricto al principio
or ejemplo, no se la de legalidad en todas las fases del proce so, liberando a la policía
bre el delito. En se y al poder judicial la menor cuota de discrecionalidad posible.
:onstituyó un grupo Sin embargo, existe más de una complicación con este postu
cer lugar, el idealis lado garantista en la situación política italiana reciente. No se
italiana fueron me aprecia con claridad el motivo por el cu al debería confiarse más
lateriales y políticas en que el legislador haga buenas leyes que en un poder judicial
de la izquie rda, en que interprete la ley. H ay un problema bastante generalizado
1 66 RENÉ VAN SWAANINGEN EL MC
en el mundo occidental respecto de la crisis del sistema político VII. Los ACADÉMJC
parlamentario, pero el caso italiano, de clientelismo político es
España es u
tructural y retribución de favores , es un claro ejemplo al respec
del d ictador gE
to. Al colapsar la nomenclatura política tradicional a inicios de
lidad, hasta de
los 9 0 , no fue el parlamento italiano sino el poder j udicial el que
cracia en 1978-
inició la operación maní pulite (manos limpias). También hay
influencias exh
u n elemento bastante perverso en el garantismo: habiendo sido
eran bienvenid<
establecido como reacción para evitar el u so instrumental de la
ciales, las que, :
justicia penal contra la izquierda, son principalmente los ma
la academia es¡:
fiosos y los causantes de otros fraudes (políticos) quienes más algunas univer
usufructúan la ley y mejor explotan las garantías legales. integrados por
Un segundo elemento de la crisis en la criminología crítica criminología", ¡::
que observó Faccioli ( 1984:637) fue que su base social en el mo La criminología
vimiento de democratización se desmoronó; muchas de estas te en España. 1
democratizaciones, en el campo de la desviación, se llevaron a el control estat
cabo hasta cierto punto. El argumento de Tamar Pitch ( 1983:6), España posfrar
de que la teoría de la desviación articuló un importante lenguaje posición establt
de resistencia, iba en esa misma dirección. Este lenguaje se hizo de la ortodoxia
obsoleto debido a su enfoque impreciso y determinista sobre la una crítica de
marginalización. "Los sucesos sociales y políticos de los últimos ca o la filosofía
diez años contribuyeron a socavar esa lectura ideológica y re central, la cultt
duccionista de la realidad. Las antiguas dicotomías se revelaron por la mentalid
falsas y de pronto se descubrió que la dinámica social no podía sa preocupació1
leerse suponiendo la centralidad de la clase obrera". instituciones se
La crisis italiana de la criminología crítica de principios la ausencia de n
de los 80 también puso en duda su determinismo económico niveles políticos
inicial. Como consecuencia, los estudios sobre las formas de por parte de la
control social que no podían reducirse a las relaciones econó protesta social <
micas -por ejemplo, las de Gaetano de Leo o Tamar Pitch- re El legado de
cibieron mayor atención. Este desarrollo acompañó la segunda forzó a la izqui«
tuvo corporizad
fase de la criminología crítica italiana. Tras un tercer período
la policía (guart
de críticas de las prácticas jurídicas, la política criminal y la
garantías legale
despenalización, siguió una cuarta fase, en la que las anterio
ral, aún puede '
res críticas negativas tomaron una dirección más constructiva
dominante. Mu'
(por ejemplo, Alessandro B aratta o Luigi Ferrajoli) . Sus estu
debate crítico se
dios sobre el derecho penal mínimo y el garantismo reflexionan contra el franqt
sobre los contenidos que debería poseer un sistema legal so sindicalista CN1
cialmente j u sto. Esta perspectiva contrafáctica se desarrollará separatistas va
en el Capítulo X. ·. ("tierra libre" en
GEN EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGIA CRiTICA EUROPEA 1 67
·isis del sistema político VJI. Los ACADÉMICOS CRÍTICOS ESPAÑOLES: GUARDIANES DEL PODER DEL EsTADO
clientelismo político es
España es un caso particular debido a que hasta la muerte
claro ejemplo al respec
del dictador generalísimo Francisco Franco en 1 9 75 -en rea
tradicional a inicios de
lidad, hasta después del período de transición hacia la demo
> el poder judicial el que
cracia en 1978- el país se mantuvo completamente ajeno a las
limpias) . También hay
influencias extranjeras. Bajo el franquismo las voces críticas no
·antismo: habiendo sido eran bienvenidas. Se impidió el surgimiento de las ciencias so
uso instrumental de la ciales, las que, hasta el día de hoy, ocupan un lugar marginal en
principalmente los ma la academia española. Y más aún respecto de la criminología: en
(políticos) quienes más algunas universidades existen departamentos, en su mayoría
garantías legales. integrados por psiquiatras y abogados, llamados "institutos de
. la criminología crítica criminología", pero casi no producen investigaciones empíricas.
::;u base social en el mo La criminología sociológica convencional directamente no exis
ronó; muchas de estas te en España. Al proponer como temas centrales el desorden y
esviación, se llevaron a el control estatal, la criminología suscitó mucho interés en la
le Tamar Pitch ( 1 9 83:6), España posfranquista, pero no ha logrado establecerse en una
un importante lenguaje posición estable, dado que las universidades son aún bastiones
•n. Este lenguaje se hizo de la ortodoxia. La "criminología" crítica está constituida por
y determinista sobre la una crítica de la justicia penal dentro de la sociología jurídi
· políticos de los últimos ca o la filosofía. Cercana a la visión jurídica como perspectiva
lectura ideológica y re central, la cultura política y académica española se caracteriza
dicotomías se revelaron por la mentalidad provinciana y la desconfianza. La sospecho
.námica social no podía sa preocupación dominante por el déficit democrático de varias
ase obrera". instituciones se torna especialmente comprensible si se advierte
a crítica de principios la ausencia de mecanismos democráticos de control en distintos
niveles políticos y de organización, y también el encubrimiento,
:terminismo económico
por parte de las autoridades, de flagrantes abusos de poder. La
os sobre las formas de
protesta social debería ser vista en este contexto particular.
a las relaciones econó
El legado de los últimos cuarenta años de dictadura, que
Leo o Tamar Pitch- re
forzó a la izquierda a operar clandestinamente y que se man
) acompañó la segunda
tuvo corporizado en los grados más altos del poder judicial y
Tras un tercer período la policía (guardia civin, explica la orientación defensiva a las
a política criminal y la garantías legales contra el accionar del E stado, al que, en gene
!, en la que las anterio ral, aún puede verse como el (potencial) enemigo, como enfoque
cción más constructiva dominante. Muchos movimientos sociales y participantes del
tgi Ferrajoli) . Sus estu debate crítico sobre la reforma penal surgieron de la resistencia
garantismo reflexionan contra el franquismo: abogados, miembros activos del anarco
!r un sistema legal so sindicalista CNT, la guerrilla urbana GRAPO y los movimientos
:tfáctica se desarrollará separatistas vasco y catalán, como Terra Lluire, Herri Batasuna
("tierra libre" en catalán y vasco, respectivamente).
----- - --
EL MOSAICO DE LA CRIMINOLOGíA CRÍTICA EUROPEA 171
La tradición
reforma penal <
sesenta y el con
la amplia recep
En la década de
to calvinista y (
zación, una rev·
y una amplia v;
a valores pasme
de la década de
relacionaba est1
J.
•
la intervención
. to antibélico, y ·
J KABOUTE:R sigl
que "lo pequeño e
bouters (gnomos)
las figuras protagé
la legislatura loca:
1996 representab;;
CAPITULO VI
LA J USTICIA PENAL C O M O PROBLEMA S O CIAL
que "lo pequeño es hermoso" y a la naturaleza ecológica, dado que los ka
bouters (gnomos) son pequeños servidores de la madre naturaleza. Una de
las figuras protagónicas de Provo, Roe! van Duyn, fue elegido para integrar
la legislatura local de Amsterdam en representación de este partido, y en
1996 representaba al partido verde.
1 74 RENÉ VAN SWAANINGEN
--------- ---
}EN LA JUSTICIA PENAL COMO PROBLEMA SOCIAL 175
ando alrededor de los jme e Ronnie Dess u r -quien escribió críticas criminológicas
femm1stas- y la pubhc1sta_ Jeanne D oomen -quien para media
jando el estudio de las
bien los criminólogos dos de la década del 70 transformó el delito de violación en un
uyendo análisis desde tema clave de la política criminal-. Desde 1980 en adelante, se
L investigación empíri
llevaron a cabo numerosas investigaciones sobre temas intro
s de su participación ducidos por el movimiento de las mujeres, pero no se eviden
chi introdujo la teoría ció una perspectiva feminista. Esto pudo apreciarse con clari
.esa ( 1973). En su ins dad en 1987, cuando la Sociedad de Criminología de los Países
m incluyó académicos Bajos organizó una conferencia sobre mujeres y delito y le dio
tan y surgió un grupo una estructura bastante tradicional y tediosa. Apenas se pre
es conocido como Cri sentaron algunos trabajos sobre delincuentes femeninas, hubo
plicó análisis neomar una mayoría de estudios sobre las mujeres víctimas de delitos y
y del sistema de justi ninguna ponencia sobre epistemología feminista o críticas cri
·go, nunca existió una minológicas. Por una razón u otra, la tradición crítica casi no
. academia holandesa. obtuvo representación en el libro publicado con los trabajos del
icos incorporaron in congreso (Bruinsma et al. 1987). Esta tradición puede dividirse
crítico, prácticamente en tres categorías: 1) investigación orientada hacia el problema;
ünología radical. 2) críticas epistemológicas, y 3) estudios sobre coerción penal
tista repitió la misma (la categoría más amplia). Algunos ejemplos de la primera son
micos (especia lmente las publicaciones de Margo Andriesen sobre los clientes de las
prostitutas; el trabaj o de Nel Draijer sobre el abuso sexual de
is Loosjes a principi os
a E scuela de Utrecht), niñas; el análisis de Joyce Outshoorn sobre la sanción de la
legislación sobre el aborto; los escritos de Sari van de Piel so
res en las décadas del
amplia investigación bre prostitución de niños, y los de Renée Romkens sobre vio
lencia doméstica (ver van Swaaningen et al. 1992 :31-6). Dentro
:iente feminista en cri
tnzó a la criminología de la segunda categoría, hay un número interesante de críticas
1, Noor van Lieberge n, feministas de las ciencias soCiales o de la filología, que tocan
grupo de trabajo FRIC temas criminológicos; varías reflexiones feministas sobre aboli
cionismo (ver: Rolston y Tomlinson 199 0 : 2 1 1-84); las críticas de
:as de la Criminología)
Heikelien Verrijn Stuart a la identificación femenina con el rol
junto con mujere s del
de víctima y su defensa de la atribución de poder a las mujeres,
:pacio de alrededor de
y los trabajos de Loes Brünott, Jenny Goldschmidt, Marjet Gun
en la criminología ho
ning, Riki Holtmaat, Dorien Pessers, Ria Wolleswinkel y otros
:n de las mujere s en la
sobre jurisprudencia feminista. Dentro de la tercera categoría
nografía, sentim ientos
se encuentran variados estudios que o bien critican la falta de
lelincue ncia femenin a,
atención seria -por parte de la policía y los tribunales, o bien
ue perdiendo impulso ,
promueven un abordaje alternativo, dado que ven al sistema
tudiant es no lograron
penal como estructuralmente inútil, al estilo abolicionista. En
: la universidad. Otros
esta tradición, Roelof Haveman escribió sobre "queer bashing"
on el académico de Ni-
1 80 RENÉ VAN SWAANINGEN LA J:
t 1
1 RENE VAN SWAANINGEN
1 82 L
de Groningen, llamada "el canto del cisne de Groningen"4 , que pocos acadéJ
"explica claramente cómo son las relaciones entre la posición optó por el n
social, la criminalidad y las reacciones penales, pero después la defensa se
de leerla, todavía no sé por qué estas relaciones son así; ¿qué y de bloquea
factores explican los otros factores? mente bien ft
1 ' como un inst
1 Ill . E L GARANTISMO LEGAL DE LA NUEVA ESCUELA DE UTRECHT bía perdido
las garantías
1 En Utrecht, se mantuvo el tradicional vínculo entre la crimi que eran obj
nología y el derecho penal. Martín Moerings ( 1977) desarrolló la diferencia
empíricamente la obra de Rijksen, al analizar el efecto real del la segunda,
encarcelamiento sobre los contactos sociales externos dentro de de todo uso
las perspectivas del interaccionismo y la reacción social, según neoescuela d
las ideas de Howard Becker y Erving Goffman. Este análisis ha sino solamen
lló como contrapartida un estudio jurídico de Constantijn Kelk tal. Eligió sit
sobre los derechos de los detenidos. Kelk (1978) consideraba la se entendía 1
existencia de un sistema de litigación independiente para los neoescuela d
detenidos, como un medio para disminuir los efectos negati':'OS consecuenci<:
del encarcelamiento y como elemento necesario para un Estado defensista qu
de derecho democrático. Kelk también era miembro del comi tiones procec
té van Hattum, establecido después de los motines de Gronin En 1974, I
gen en 197 1 , para el estudio del sistema de prisión preventiva. en la perspec
Moerings y Kelk efectuaron una revisión de ediciones posterio cer, la sociolc
res de la introducción a la penología de Rijksen y se ocuparon de pautas más r;
que la Escuela de Utrecht mantuviera un fuerte enfoque sobre el tiva sería la r
sistema penitenciario y la penología. miento inicia<
La llamada "Nueva Escuela de Utrecht", fundada por Anto legales podía
nie Peters, estuvo marcada por la perspectiva del garantismo mativa, como
legal. Éste se basaba en la idea clásica del derecho penal como de este recon<
un medio protector contra la intervención estatal arbitraria. garantista ob
Reaccionaba contra el dominio del funcionalismo racional del modo, era pm
movimiento de la DéJense social nouvelle. Petérs fue uno de los clásicos sin e;
de la BegriffS;
mediante la e
conceptos y fi
4 Van Koppen usa este título dado que el libro de texto al que hace refe intrasistémic
rencia apareció en ocasión del retiro de Jongman (Jongman 1993). Para esa riamente en l
época, el departamento se había reducido sustancialmente y se había integra
do al departamento de derecho penal. Con la designación de Willem de Haan
así, un garan
como sucesor de Jongman, es posible que la tradición critica se mantenga. ción de críticc
t!
!
• 1
11
1 Inicialmente, Peters era titular de una cátedra combinada de la investigacié
1
J¡ derecho penal y sociología jurídica. Sus primeros trabajos son
de naturaleza eminentemente dogmática, pero tras su retorno
sociedad mult
ciológicos tuvi
1 1
11
a incorporar nociones sociológicas y sus actividades docentes se dios que se lle
concentraron en la sociología jurídica. En su perspectiva, "el de jurídicos, esp
1 recho y otras instituciones sociales deberían ofrecer a la gente el se aplicó a la
espacio y la oportunidad de encontrarse, pero también deberían los militares, :
evitar este encuentro, de ser ello necesario. Tener demasiados la los delincuen1
zos es malo para la gente, pero también es perjudicial que sean contribuyó de·
l muy pocos. La voz de Durkheim, como las de Weber y Marx, muchos jurist
1 i1 ser una posic
1 resuenan continuamente [en el trabajo de Peter] . . . sólo varía la
l intensidad" (Gunning et al. 1993:7). En su discurso inaugural, rición de otrc
l Peters ( 1972) sostuvo que la calidad legal del derecho penal esta tes en delitos
l ba corporizada en su función clásica de proteger a las personas conservadurü
la imaginació
T de la intervención indebida y arbitraria del Estado. Partiendo
..___________________________________________ _____
LA JUSTICIA PENAL COMO PROBLEMA SOCIAL 1 87
1
nal sería probl
esclavitud en el siglo pasado. Fundaron el movimiento abolicio sus propios fi r
1 nista penal internacional !COPA, organizando su primera confe E l abolicior
¡:
rencia en 1983, en Toronto (van Swaaningen et al. 1989). Pese a Implica una cr
que los académicos europeos utilizan la palabra "abolicionismo" cho penal en le
siguiendo el ejemplo norteamericano, su perspectiva tiene un buir positivam
origen y orientación diferentes. En comparación con la situa criminalizado
ción de Europa occidental, el abolicionismo norteamericano se
1¡
la despenaliza
basaba más en una inspiración de tipo religioso, que en con
i
acciones) y la
sideraciones sobre los efectos contraproducentes de la justicia de los problerr
penal, con mayor adhesión entre la gente común que entre los centrales. Star
académ cos y más centrada en la reforma carcelaria que en lo.s desestructura1
modos punitivos de control social, en un sentido más general. derivación al
En la Europa de comienzos de la década del 70, los movimientos ción, deslegali:
sociales abolicionistas estaban formados por agrupaciones de lización (no in1
presos y movimientos de reforma penal radical, que analizare distinguirse el
mos en el próximo capitulo. tivo de entend'
Al contrario de lo que sugiere el significado literal del verbo una forma de ;
"abolir", el abolicionismo europeo no puede ser concebido en tér el primer sent
minos absolutos . . Los abolicionistas no sostienen que la policía sustitutivo. En
o los tribunales deban desaparecer. La cuestión es que el delito los debates an
no puede ser apartado de otros problemas sociales no crimina Richard Quinr
lizados y la exclusión social de los "culpables" casi nunca brinda ría de John Br
solución a los problemas. En cambio, desde esta perspectiva los es más modest
problemas delict,ivos deberían tratarse en el contexto específico mecanismos de
de su surgimiento y las reacciones deberían orientarse hacia la espíritu comur
inclusión social. Los abolicionistas, en términos generales, no sobre la punibi
se pronuncian en contra del control social. Por otra parte, resul En sus inte1
ta difícil imaginar la coexistencia social libre de toda forma de taron sus cañc
control social. El problema radica en el carácter vertical (de arri Para la década
ba hacia abajo), represivo, punitivo e inflexible del control penal. ventajas de las
Por esta razón, el aboliCionismo incluye entre sus propuestas ban las advert(
una justicia de tipo informal, reflexiva y participativa. Los abolí res de tales sa;
LA JUSTICIA PENAL COMO PROBLEMA SOCIAL 1 89
(, se ha transformado cionistas cuestionan el calibre ético del E stado que inflige dolor
>logia crítica. a las personas intencional y sistemáticamente, y señala, a la
del movimiento anti- vez, que, dado que los objetivos mayoritariamente aceptados de
1te los cuáqueros ca prevención general y especial no pueden avalarse con datos e m
:a del movimiento an píricos, la credibilidad del funcionamiento lógico y los principios
> una institución que penales son puestos en juego. Por ello, el sistema de justicia pe
ciones sociales que la nal sería problemático en el sentido moral, y disfuncional según
l movimiento abolicio sus propios fines.
ndo su primera confe El abolicionismo tiene un momento negativo y otro positivo.
:en et al. 1989). Pese a Implica una crítica negativa de los escasos resultados del dere
3.labra "abolicionismo" cho penal en la realización de la justicia social, e intenta contri
perspectiva tiene un buir positivamente a la prevención y el control de los problemas
'aración con la situa criminalizados a través de medios sociales. En la fase negativa,
no norteamericano se la despenalización (remoción del carácter punitivo de las re
religioso, que en con acciones) y la decriminalización (remoción del etiquetamiento
ucentes de la justicia de los problemas sociales como delitos) constituyen los temas
: común que entre los centrales. Stan Cohen ( 1986a: 1 2 7-8) clasificó los "movimientos
carcelaria que en los desestructurantes" del abolicionismo como: descarcerización,
sentido más general. derivación al ámbito no institucional (diversion); decategoriza
el 70, los movimientos ción, deslegalización (fuera del ámbito estatal) y desprofesiona
por agrupaciones de lización (no intervención de expertos). En la fase positiva, debe
3.dical, que analizare- distinguirse el modo de pensar abolicionista (un modo alterna
tivo de entender el delito y el castigo) de aquel que constituye
icado literal del verbo una forma de actuar (abordaje radical de la reforma penal). En
ser concebido en tér el primer sentido, el abolicionismo es un ejemplo de discurso
stienen que la policía sustitutivo. En el segundo, relacionando el abolicionismo con
estión es que el delito los debates anglosajones, incluye la visión de Hal Pepinsky y
; sociales no crimina Richard Quinney sobre la "criminoiogía pacificadora" y la teo
.es" casi nunca brinda ría de John Braithwaite sobre la vergüenza reintegrativa. É sta
le esta perspectiva los es más modesta que la primera, dado que está orientada a los
el contexto específico mecanismos de control social más que la reconstrucción del
m orientarse hacia la espíritu comunitario, y arraigada en una posición más radical
rminos generales, no sobre la punibilidad.
Por otra parte, resul En sus intentos de despenalización, los abolicionistas apun
ibre de toda forma de taron sus cañones, en primer término, al sistema carcelario.
ácter vertical (de arri Para la década del 80, la atención gira hacia las ventajas y des
.ible del control penal. ventajas de las alternativas a la prisión. Los análisis contrasta
entre sus propuestas ban las advertencias acerca de los posibles efectos amplificado
.rticipativa. Los abolí- res de tales sanciones, con su valor potencial en la atenuación
1 90 RENÉ VAN SWAANINGEN LA JUST
que las modalidades su propio objeto de estudio. El concepto legal formal de delito
no cambiaban su ca como acto punible (strafbaar feit) -en lugar de la descripción
a central fuera la de- más normativa de acto inmoral- era un punto de partida inapro
3 preliminares (diver piado para los criminólogos. La discusión teórica, sin embargo,
ctos estigmatizantes no implicaba que el estudio de la criminología y del derecho
>mplementaba con la penal tuviera que estar separado en sus orientaciones prácticas
esal alternativa, que también. Bianchi (1958: 16) era, en suma, tan optimista acerca
de los problemas sa de las bondades de la intervención penal para la rehabilitación,
je ciertas conductas, como los académicos de Utrecht. La tarea de los criminólogos
lerecho penal. era señalar los factores que obstaculizaban la reintegración del
adémicos holandeses delincuente a la sociedad. En la década de 1950, Bianchi -al
postura es bastante igual que Kempe- se dedicó al trabajo de probation.
n a principios de la Bianchi ( 1956:209) sostuvo que "criminología" era un nombre
den haber sido más inadecuado para una "ciencia enorme e híbrida" cuyo objeti
sólo representa una vo era abordar el problema del delito en toda su complejidad.
nterlocutor serio por Para emprender análisis menos reduccionistas, el criminólogo
esto como indispen necesitaba del conocimiento de variados campos científicos. "El
Lcional. De todas for riesgo que implica esta demanda esencial es bastante obvio: el
eño grupo haya sido criminólogo debe ser consciente o deviene en un chapucero".
xtranjeros y hasta a Por lo tanto, el criminólogo debía centrarse en un nivel metafilo
e eran una mayoría. sófico, señalando las relaciones entre las diferentes disciplinas
r10 contraparadigma, relevantes para el objeto criminológico, más que incursionando
; ya existentes en la en todas. La sociología o la psicología llevaban a visiones par
ciales o u nidimensionales del delito. Bianchi esperaba más de
la antropología social y cultural, de la filosofía fenomenológica
DE HERMAN BIANCHI y moral y, por cierto, de la teología. Dado que el propio concepto
:scuela de Utrecht de de justicia era normativo, las preguntas acerca del juzgamiento
punto, por Herman de los actos problemáticos también debían responderse al estilo
Universidad Libre de normativo. Los problemas de la culpa y la responsabilidad re
<plícitamente el apo querían un abordaje fenomenológico (Bianchi 1956:7 1). Al res
endo a Kempe en su • pecto, Bianchi adoptó la postura de Kempe ( 1950, 1Q52}, y en
::cionista y en su pro 1956 sostuvo que la definición de Bonger del delito como acto
.ndependiente, en su antisocial era "parcial" ( 104) y criticó su falta de interés filosó
logia" Bianchi (1956) fico (123). En trabajos posteriores, Bianchi (1975a, 1976) elogia
ninología del regazo la contribución de Bonger al establecimiento de una perspectiva
.e los intentos de in crítica dentro de la criminología .
linado siempre en la Adherirse al sistema penal de modo empírico, sin reflexionar
auxiliar del derecho seriamente sobre las bases filosóficas de la disciplina, implicaba
:l ian que determinar para Bianchi (195:4) la eutanasia de la criminología como · disci
1 92 RENÉ VAN SwAANINGEN
1
buir a la reducción del delito. Él formuló advertencias contra los culpa propuesü;
estudios predictivos, afirmando que no sólo eran mera especula reducción del si
ción metafísica, sino que también eran éticamente insostenibles, a intervencione1
1 porque reducían la dignidad humana a categorías científicas. En reseña de Louk
• 1 resante ( 1965b),
consecuencia, Bianchi ( 1960) rechazaba las ideologías de la pre
¡ vención general y la defensa social, por ser suposiciones improba al ejercicio del I
bles y carentes de comprobación y constituir objetivos peligrosos, penal clásico, ce
ya que abrían la puerta a la utilización política del derecho penal. Según Hulsmar
Según su postura, la intervención penal no podía ser legitimada cado, porque, er
por consideraciones funcionalistas, sino únicamente por su con de separar el de
tribución a realizar la justicia, en el sentido legal clásico. En un especulativa y rr
estilo polémico, similar al de Willem Nagel, Bianchi se ocupó de idea prácticameJ
los delitos cometidos por los regímenes autoritarios que frecuen y en la lógica de
temente encontraron apoyo en las ideas de la defensa social. la crítica de Hu
Bianchi delineó la consecuencia última, abolicionista, del mo supuestas alten
delo del encuentro de Utrecht de la década de los 50. En 1964 se los aspectos má
publicó su libro La Ética del castigo (Ethiek van het straffen}, en fundadores del e:
el que criticaba las bases morales del sistema penal y proponía, Las reaccione
en cambio, un modelo de justicia reconciliatoria, que incluía las ran la paradoja e
consideraciones éticas de Utrecht del perdón y el arrepentimien ferirse al ejercic
to como medios de despejar la culpa. sin producir efe<
Si bien la Revolución Francesa repelió los peores aspectos de les? A pesar de
la inquisición, es en ella donde tienen · su origen los principios recibió, Bianchi
fundamentales del derecho penal continental. La piedra de to rechazada por a<
que del Viejo Testamento de una justicia igualitaria, (tsedeka) importantes (Po
debía reemplazar esas estructuras inquisittvas, y la anomia ge se presentar a c'
nerada por la represión penal debía ser sustituida por la euno de la Escuela de
mia, socialmente reintegradora, y por orientaciones normativas, son una versión
lo que podía incentivarse mediante intervenciones orientadas escuela. Bianch:
a la reparación (Bianchi 1964). Por otra parte, el derecho civil fenomenológico e
constituía un medio más adecuado _que el derecho penal para dad no podía ser
lograr dicha eunomia y Bianchi reconceptualizó la noción de las diferencias d
"culpa" como indicador del grado hasta el cual un acusado po ban tanto como
día aceptar su castigo. importante de lá
LA JUSTICIA PENAL COMO PROBLEMA SOCIAL 1 93
mte a nivel descriptivo Willem Pompe ( 1965) escribió una reseña moderadamente
to determinadas en el positiva del libro de Bianchi, aunque sólo fuera por la atracción
retrasó la innovación. que le producía el mensaje reconciliador y empático que con
los pocos académicos tenía. Kempe ( 1964), sin embargo, fue abiertamente negativo y
tinología podía contri señaló la injusticia a la que podía conducir la oscura noción de
dvertencias contra los culpa propuesta por Bianchi. A pesar de que éste pretendía la
o eran mera especula
reducción del sistema penal, su enfoque también podía llevar
amente insostenibles, a intervenciones que traspasaran el límite de la legalidad. La
:egorías científicas. En reseña de Louk Hulsman puso de manifiesto otra reflexión inte
.s ideologías de la pre resante (1965b), porque, si bien compartía con Bianchi la crítica
suposiciones ímproba al ejercicio del poder punitivo, defendía el estatuto del derecho
ir objetivos peligrosos, penal clásico, como había hecho el primero cuatro años antes.
tica del derecho penal. Según Hulsman, Bianchi dirigía sus flechas al blanco equivo
o podía ser legitimada cado, porque, en lugar de llegar a la conclusión de la necesidad
1.icamente por su con de separar el derecho de la moral, introducía una nueva visión
lo legal clásico. En un especulativa y metafísica de la justicia como reconciliación. Esa
., Bianchi se ocupó de idea prácticamente no tenía cabida en una sociedad urbanizada
:oritarios que frecuen y en la lógica del sistema de justicia penal.
. En lo fundamental,
la defensa social. la crítica de Hulsman -su rechazo a los juicios morales y las
abolicionista, del mo supuestas alternativas ligadas a la especulación- fue uno de
de los 50. En 1964 se los aspectos más importantes de diferenciación entre estos dos
k van het straffen), en fundadores del abolicionismo holandés.
:ma penal y proponía, Las reacciones que produjo Ethiek van het straffen rememo
atoria, que incluía las ran la paradoja de la defensa social: ¿hasta dónde pueden trans
)n y el arrepentimien- ferirse al ejercicio del poder punitivo las intenciones humanas
sin producir efectos secundarios en orden a las garantías lega
os peores aspectos de les? A pesar de las numerosas críticas positivas que también
origen los principios recibió, Bianchi sufrió la gran decepción de que su obra fuera
ntal. La piedra de te rechazada por aquellos a quienes consideraba sus ejemplos más
igualitaria, (tsedeka) importantes (Pompe y Kempe) . Si bien algún tiempo después
tlvas, y la anomia ge se presentaria como un seguidor de Clara Wichmann más que
.lstituida por la euno de la Escuela de Utrecht, sus ideas sobre la justicia reparadora
J.taciones normativas, son una versión elaborada del modelo del encuentro de aquella
venciones orientadas escuela. Bianchi (1974a) sostuvo que el encuentro meramente
)arte, el derecho civil fenomenológico que la Escuela de Utrecht pretendía hacer reali
:1 derecho penal para
dad no podía ser sincero si, en primer término, no se reconocían
)tualizó la noción de las diferencias de poder y, en segundo lugar, no se neutraliza
cual un acusado po- ban tanto como fuera posible, lo que consideraba una omisión
importante de lá Escuela de Utrecht. Hemos visto antes que la
1 '
1'
11 11
1 94 RENÉ VAN SWAANINGEN
1acrónica (Hoefnagels apoyo entre varios académicos, juristas, fiscales y jueces, como
también vicarios y rabinos, atraídos por la noción de justicia
l conclusión de que la -tsedeka- del Viejo Testamento y el derecho de las iglesias y
.a pretensión del dere sinagogas de ofrecer asilo. La simpatía popular por estas ideas
tdas sobre las normas desapareció cuando se hicieron más radicales, en el sentido de
cisiones eran impues práctica política. En la prensa, la idea del santuario empezó a
:llas se correspondían ser presentada como apoyo ideológico a los baluartes del movi
ón del problema. Para m iento okupa y a los reclamos de los inmigrantes ilegales que
, Bianchi propuso en buscaban asilo en la Iglesia de Amsterdam para evitar la extra
1ión donde las propias dición (Steenstra 1988:86-9). Luego de que fracasaran sus in
del problema durante tentos de hacer posible un sistema alternativo a la justicia penal
nte categorías penales mediante el derecho de asilo, Bianchi adoptó la distinción entre
le la verdad. Dado que reforma negativa y positiva, sugerida por Thomas Mathiesen.
:ría ser el objeto de un La obra de Bianchi es una gran invectiva contra la cárcel,
principios fundamen que comenzó en la década del 50 con una reforma gradual del
lución que satisfaga a sistema de probation y terminó en un abolicionismo no-refor
sta y más provechoso mista, orientado a las estructuras procedimentales. No obstante
nto es una modalidad ello, continuó trabajando en temas crir:ninológicos más teóricos,
, del derecho penal y propuestos en su disertación de 1956, aunque en un estilo ex
del conflicto. Ambas plícitamente radical. Estos análisis comenzaron en 1967, con
representación de los un libro de ensayos sobre la relación entre la autoridad, la ley
3ecuencias. Con estos y el orden, y la adoración ciega a este "Señor de las Moscas"·.
uncionalismo como la Aun sin muchas referencias teóricas y claramente inspirado en
ptó una posición nor la turbulencia social reinante en Ámsterdam por aquella épo
ormal, y defendía, en
( 1981), un modelo de
3. el cambio de rol del
l derecho romano an • N. del T. : El señor de las moscas (Lord of the Flies, en inglés) es la
partes a la justicia y primera y más célebre novela de Williarn Golding. Publicada en 1954, se
considera u n clásico de la literatura inglesa de posguerra. En la trama de
t iparar las diferencias
esta obra, que es una auténtica fábula sobre la naturaleza humana, un
abierto para ,el arre avión que transporta sólo a unos estudiantes británicos es derribado en
miento de santuarios periodo de guerra y se estrella contra una isla desierta, sie ndo los únicos
ios por el brazo de la sobrevivientes los niños pasajeros, que se ven obligados a sobrevivir sin
to legal en el derecho ningún adulto. Los más pequeños comienzan a tener pesadillas con una
mbajadas. Si las par- fiera que vaga por la isla. Pronto todos comienzan a tener miedo de la su
puesta criatura. Uno de los jóvenes que disputa el rol de líder aprovecha
satisfactoria, el fiscal este miedo para controlar a los pequeños, por lo que pronto el grupo de sus
1.chi 1985, 1994). Sus adeptos caza un cerdo, le cortan la cabeza y la clavan en una estaca corno
n solamente en el pla ofrenda a la "bestia". Este símbolo es luego referido como "el señor de las
rimento que encontró moscas", pues pronto las moscas rodeaban la cabeza.
196 RENÉ VAN SWAANINGEN LA JUSTIC
otro académico holandés. Él es uno de los pocos que se balanceó otra parte, requerirí;
elementos de justicia
en el borde artístico de la razón y la no-razón. Hasta 1964, su
bas categorías.
obra era de carácter balanceado y relativamente preciso, pero
Bianchi siempre t1
luego adoptó un estilo más expresionista. Aparentemente, Bian
. tencias de prisión tar
chi nunca se tentó de volver al naturalismo, tras haber sido defi
alternativas no puni1
nido como un militante, una figura extremadamente controver
tado a la despenalizc
tida y un agitador. En las décadas del 70 y del 80 fue uno de los
a diferencia de much
escasos académicos holandeses que asumió posturas políticas
de Bianchi e s -clara
explícitas (algunas radicales, pero también algunas observacio
concepto de delito ca
nes teológicas que no causaron ningún agrado a su electorado
sos en el comienzo de
de izquierda), y realmente investigó la relevancia de las nuevas
tas hacia el final); m
teorías críticas. Sus incursiones radicales de mediados de la
delito porque hubier
década del 70 estimularon el surgimiento de los mencionados
principios- de la defe
grupos de trabajo neomarxista y feminista en su instituto. El
nada, Bianchi se opc
enfoque histórico de la década del 80 fue un impulso para la
trataban estos delito:
investigación criminológica histórica sobre la abolición de la tor
tura (Sjoerd Faber) y la pena de muerte (Sibo van Ruller), los
VI. LA PERSPECTIVA DE
santuarios (Marij ke Gijswijt), el arreglo de disputas mediante
consejos de iglesia (Herman Roodenburg) y la persecución de Louk Hulsman de
homosexuales (Tjeo van der Meer). Sin embargo, resulta curioso influencia que tuvo
que Bianchi casi no tuviera afinidad con las iniciativas neomar nal. Como ex funcio
xista y feminista y que los estudios históricos practicamente no de justicia y de la d
apoyaran sus ideas abolicionistas. interna del sistema :
La elaborada edición inglesa del último libro de Bianchi, La raciones meramente
Justicia como santuario (19 94), recuperó el estilo mas preciso llevó a comprometer:
en la escritura. Contenía un sistema de notas y referencias muy sobre la cuestión del
apreciadas en el ambito académico, y otras huellas de caracter realista está bien re¡
naturalista. Sus reflexiones macroteóricas y político-radicales Universidad Erasmu:
de la década del 70 no fueron incluidas en sus ideas sobre el cht (Coerción penal, r
santuario y el asentimiento; no concordaban con su abolicio penal no era la persc
nismo, muy centrado en el individuo. En el nuevo capítulo sobre un medio de control
las estrategias de cambio, faltan las consideraciones esctructu derecho administrati
ralistas y macropolíticas sobre la viabilidad de un sistema alter Según su postura, e
nativo de control del delito. Para bien o para mal, este capítulo ciales en lo atinente é
esta dedicado a conceptos opuestos a su modelo de estrategia El estudio de la coe
emancipatoria de 1980. Un agregado interesante de esta edición analisis de otros inst
inglesa es la inclusión de un párrafo sobre los deberes huma si se_ pretendía que a<
nos como correlato de los derechos ·hu manos. Éstos requerirían consideraba que la Sé
renunciar a determinadas acciones. Los deberes humanos, por y adhirió a las ideas
LA JUSTICIA PENAL COMO PROBLEMA SOCIAL 199
-
EN LA JUSTICIA PENAL COMO PROBLEMA SOCIAL 201
t tuvo muy en cuenta penalización, señaló ( 1972) las tendencias a : 1 ) imponer convic
.zar el uso del derecho ciones morales; 2) utilizar el derecho penal como amenaza para
lo la legitimidad de la facilitar la intervención de asistentes sociales. También rechaza
al bienestar público y ba la intervención penal 3) cuando la frecuencia de los hechos
ge 199 1 : 149). Por otra tornaba imposible su control por exceder la capacidad del sistema
.icas del castigo, como o 4) cuando no contribuía a ninguna forma de bienestar, areglo
pero nunca un fin en de disputas o reparación. Como criterio relativo, señalando que
t· la posibilidad de in debía extremarse la cautela cuando se aplicaba la intervención
bles. Los límites de la penal, mencionó, entre otros factores, que la coerción penal no
aban dados tanto por debía enfocarse en actos que se concentraran en escenarios con
::>ilidades prácticas. La privaciones socio-económicas. Hulsman (197 1) se manifestó fuer
dominio exclusivo del temente en contra de la "profesionalización" del servicio de proba
de sanciones informa tion, mediante la cual se lo transformaba en un instrumento de
que servían al mismo coerción penal más que en una institución de bienestar. Mientras
jo posterior, Hulsman que el servicio de probation negociaba sus propios principios, "fa
nas no institucionali llaba" en señalar el rol aparentemente disfuncional del derecho
ba que las reacciones penal, en relación al arreglo de disputas y el bienestar social. A
en la relación afectiva esto lo llamaba "la traición de los burócratas".
nente en el comporta- La función de la justicia penal no podía reducirse a dictar
:o. sentencias condenatorias. La coerción penal debía seguir los de
.a de Marc Ancel y de sarrollos socio-culturales mediante innovaciones legislativas; el
quien desarrolló una concepto jurídico de ilegalidad debía tener la mayor correspon
Jsofía jurídica. Según dencia posible con aquello que la sociedad consideraba inde
3.d y la libertad del de seable y, junto con las sanciones que contribuían a arreglar las
eda; el objetivo central disputas, el bienestar también podía promoverse mediante la
1ás seguro posible del prevención de los conflictos disfuncionales. En lo concerniente
fulsman fue más nor a la coerción penal, este argumento implicaba que debía incre
[Ue el de ter Heide. Su mentarse el nivel de tolerancia a las formas relativamente ino
:rativo de contribuir al centes de desviación, posibilitando el debate sobre el contenido
novimiento de defensa real de las normas y los valores; también, que el derecho debía
o de manifiesto en su ocuparse de los conflictos normativos en lugar de decretar una
3. humanitaria y racio visión como "correcta" y descalificar otra como "incorrecta". Más
.le de la política penal aún, los conflictos sociales de la década del 60 demostraron que
En un libro de home la aplicación de medidas de coerción debía ser regulada más
>stuvo que el próximo detenidamente. Hulsman calificó como "frustrante" el hecho de
t delinear los criterios que esto rara vez sucediera, y sostuvo que era necesaria una
1 legítima, y delimitar orientación más decididamente enfocada en la política criminal
ie ac.tuar. El desarro que en la legislación, si se quería superar el rezago del derecho
la obra de Hulsman a penal en compa ración con muchos otros desarrollos sociales
LOS absolutos contra la (Hulsman 1967).
202 RENÉ VAN SWAANINGEN LA JUSTIC
Si se mira el contexto del clima progresista en términos polí de justicia penal preo
ticos en el que Hulsman escribió este artículo, puede compren le producía cierto opti
derse su postura y también que en la subsiguiente época de completa decadencia,
restauración muchos progresistas desearan que los desarrollos implicaba que los pro
en el derecho penal se hubieran rezagado más que los que se efectiva mediante me1
produjeron en la sociedad. Paul Moedikdo (1974:43, nota 54) control social en la o
contestó las aspiraciones políticas de Hulsman, al sostener que control del delito, el de
sú visión "técnico-política" del derecho "tiende a sobreestímar el no demasiado import:
significado de la racionalidad y las técnicas sociales" como me de amplias disparida
dio de promover la coexistencia humana. Por otra parte, agregó nal y sus representa<
que una reflexión teórica más sólida podía atemperar el opti estaban legitimadas 1
mismo con respecto a las posibilidades de hacer ingeniería so el derecho penal debí:
cial mediante la coerción social. Hulsman agregó un elemento tigación empírica den
normativo a su visión funcionalista del derecho: lo veía como un el control social y, cm
instrumento del cambio social, pero sostenía explícitamente que funcionales de sus ot
no todos los fines ni todos los medios eran aceptables. Todos te reconsideración de la
nían que pasar independientemente una prueba ética, antes de La orientación de H
que se les diera una dinámica interna en la legislación. Después intermedio hacia el al
de esto, la cuestión de la legitimidad tenía que resolverse en tér via de Hulsman hacic
minos de legalidad solamente (Hulsman 1968). influencia en el Infon
Al igual que Bianchi, Hulsman también se volvió más radical Europa, no implicaba
bajo "el espíritu del 68". En su argumento de que los instrumen una completa decrimi
tos de control social no debían crear conflictos innecesarios e Hulsman también pr1
inadecuados en relación a las normas y valores, podía percibir que significaba que e
se una influencia implícita del enfoque del etiquetamiento. Debe gal en lo formal, perc
destacarse que, a pesar del creciente desarrollo criminológico de posición se basaba e
su pensamiento en aquella época, Hulsman continuó su trabajo con anterioridad, abo
típicamente jurídico: escribir comentarios sobre jurisprudencia. de discrecionalidad d·
Mientras tanto, participaba en varios comités gubernamentales; del Consejo de Europa
lo hacía, por ejemplo, en el de decriminalización de algunos deli tales detrás de la dec1
,tos contra la moral pública, en el que pretendía el estable imiento "tipo A", ya no se cor
de una política liberal respecto del consumo de drogas blandas. nado implicara algo n
Hacia finales de la década del 60 surgió una nueva fuente de compartidas por gran
inspiración intelectual en su obra: el interaccionismo simbólico. ba que fuera tarea del
Los estudios interaccionistas de su colega próximo, Peter Hoef que estaba mal al res¡
nagel, lo llevaron a enfocarse en lo que luego llamaría "el mundo casos aún considerad
de la vida". Un primer ejemplo de este abordaje microsociológico nos, pero respecto a le
se relacionaba con la cuestión de la "cifra negra". Si bien el he más efectivos y meno!:
cho: de que la mayoría de los delitos nunca llegaran al sistema merosos estudios sob1
LA JUSTICIA PENAL COMO PROBLEMA SOCIAL 203
del delito, para que no quedasen atrapados en el discurso penal VII. LA JUSTICIA PENAL
estereotipado. Hulsman era un abolicionista pragmático, ya que
tanto las valoraciones morales como los desarrollos teóricos sólo Si bien los enfoqt
tenían un rol limitado en su obra, y utilizó eclécticamente diferen de Hulsman -funcior
tes visiones teóricas en forma aplicada, orientándose a temas de ambas "ovejas negra:
política criminal. El filósofo de Rotterdam Rolf de Folter ubicaba el puntos en común qu
abolicionismo de Hulsman dentro de la tradición fenomenológica, digno de observar el
debido a su abordaje complejo (no reduccionista). man -así como Kem1
Para comprender la realidad del problema del "delito", Huls el paso de los años.
man volvió al tuétano del asunto, como rezaba el lema de Ed Nagel se debió, en p
mund Husserl: zu den Sachen selbst. De Folter ( 1987): 188, 204) misma experiencia f1
también encontraba vínculos con las teorías post-estructuralis Bianchi y Hulsman
tas sobre la normalización, en las que la obra de Michel Foucault la década del 60 sign
tuvo una posición central. En consonancia con esta corriente período llegara al fir
particular de pensam iento, Hulsman proponía una revitaliza y Nagel- o al comien
ción de la red social y el objetivo de volver a tratar los problemas cabe destacar que du
sociales dentro del marco de las experiencias concretas vividas. tiva participación en
La discrepancia epistemológica entre el enfoque del "mundo de Bianchi y Hulsman
la vida" de Hulsman y su relación · con el post-estructuralismo pos de concentración
de Foucault no fue zanjada. consecuencia de la d(
También existía una gran relación entre el abordaje de Huls sistémicos de llevar
man y el construccionismo social de Peter Berger y Thomas abolicionismo coincic
Luckmann. Del m ismo modo, Hulsman se había inspirado no penal en Holanda, a
tablemente en las ideas de Joseph Gusfield sobre la cultura de Ni Bianchi ni Hul
los problemas sociales y la distinción de Johan Galtung entre el trol social al estilo cr
desarrollo social azul (capitalista liberal), el rojo (socialista) y el control social como d
verde (medio ambiental postmaterialista), ubicando su abolicio ban el' carácter repre
nismo dentro de esta última categoría. Su enfoque se basaba en también su estructu:
el nivel orgánico, en pequeña escala, de la sociedad (mundo de nían formas de contn
la vida), y le daba una interpretación bastante libre a la idea de abajo hacia arriba, ic
Habermas de la colonización del mundo de la vida mediante una del d bate sobre la ju
racionalidad sistémica. A diferencia de aquél, Hulsman hablaba completamente dese
de dos mundos diferentes: el mundo de los sistemas, dominado y hasta siniestras. A
por el discurso hegemónico, y el mundo de la vida, estructura que la traducción de
do informalmente, que funcionaba en forma prácticamente in salidad natural entn
dependiente de las elaboraciones discursivas. El potencial del lógica penal y tambü
mundo de la vida como red para la solución de problemas au miento podía llegar a
mentaría, según su visión, si se lo "liberaba" de las regulaciones las libertades civiles
burocráticas del mundo de los sistemas. tizados por algún or§
lEN LA JUSTICIA PENAL COMO PROBLEMA SOCIAL 209
en la idea fuerza de que, teniendo la humanidad una inclinación len mal. No obstant
hacia el mal, siendo incapaz de hacer el bien, debían restringirse de Clara Wichmanr
las concentraciones de poder, para que los abusos tuvieran efec cuencias últimas, e
tos menos dramáticos. Hulsman, por su parte, desconfiaba de los de su implementad
sistemas burocráticos, principalmente por su lógica ingoberna sustitutivo, el mom1
ble. Según su visión, una vez puesta en marcha la maquinaria, siderable valor, aur.
resultaba muy difícil cambiar su dirección. En cambio, las per desesperanzador de
sonas ind ividualmente consideradas tenían mayor capacidad de penal, sin caer nue•
cambiar su orientación cuando las circunstancias lo requerían. go, quedan aún an
La crítica abolicionista positiva al arreglo de disputas se basa Si se toman en e'
ba en cimientos más débiles que la crítica negativa al sistema pe mente seculares, ce
nal. Tanto en el modelo del asentimiento de Bianchi o en los me tante apropiado el •
canismos de autorregulación del mundo de la vida de Hulsman, de juicio final del d
se confía en gran medida en la "capacidad de la gente" de seguir debería ser el rol (e
estructuras ideales de comunicación, a través de las cuales los un conflict o. La sa
conflictos pueden dirimirse de modo racional. Los abolicionistas Hulsman es, en est
acentúan la importancia del aporte humano a los procedimientos el sistema de justici
legales y desafían el enfoque dominante de la legalidad técnica, lista y su simbolis1
que excluye a quienes no son expertos del proceso para la solu demasiada facilidac
ción de los problemas, todo lo cual sigue pareciendo un conjunto mas. Parece resulté
de frases a las que les faltan algunas partes. mente vulnerables e
Para hacer justicia a este carácter social, las personas, pri sistema penal, perc
mero y principal, debían estar en condiciones de contar su his tionable si las mujt
toria, ser escuchadas, tener participación en el modo de solu realmente algo cons
ción y poder cuestionar la universalidad de las normas antes de blemas concretos, p
que cualquier elemento formal adquiera relevancia . de reconocim iento 1
e una aparente neces
. Sin mbargo, en lo concreto, parece realista suponer que ra
gente no siempre logra acordar soluciones (aun cuando esto !oración desde el E:
pueda, desde ya, ser más sencillo que ponerse de acuerdo sobre colectivos. Puede n
la verdadera naturaleza de los hechos) y que alguien tendrá que primario, en el que
ponerle_ fin a una discusión interminable. Esto hace surgir pre hitos más allá del P'
guntas aún no contestadas: ¿quién lo hará?, ¿conforme a qué nitivas pueden ser r
estándares?, ¿cómo s puede intentar una solución sin coer pero todavía debe é
ción? Los abolicionistas todavía no se han dedicado a establecer Kees van der Vijver
límites a la perspectiva ideal de la justicia restaurativa. En este penal a los ojos del 1
.i y Hulsman es su abor
Jnales de delito, con au
::en los problemas socia
yor entidad a uno de los
recho penal en lugar de
la coerción como ultima
ienten), ¿quién controla
: una intervención pro CAPITULO V I I
ti Hulsman rechazan el L O S GRUPOS D E PRES I Ó N PARA
•oco le otorgan una im LA REFORMA PENAL RADI CA L E N E UROPA
bajos. Así, especialmen
penal se ha establecido
nento garantista general En este capítulo se analizará el desarrollo de los grupos de
bolición del sistema pe presión para la reforma penal radical en Europa y su relación con
lo también disminuirán, la criminología crítica. En el Capítulo II, el objetivo de la reforma
ariedad, dado que aún pennl era visto -entre otras cosas- como una consecuen cia del
legal) que pueda ofrecer comprom iso político de los criminólo gos críticos, y hallaba su
mejor. En este sentido, razón de ser en la circunsta ncia de que hacía posible, en buena
r desarrollada. Muchas oedida, la comparación internacional. En los dos últimos capí
si el debate abolicionis tt..l o s hemos visto que los análisis del sistema carcelario tuvie
lamente en "soluciones" ron un lugar central dentro de la criminología crítica europea.
eóricas más profundas. Como representantes de la Nueva Izquierda, los movimientos
: Capítulos IX y X. sociales incentivaron el surgimiento de la criminología crítica.
una recepción amplia Willem de Haan ( 1990:32) sostuvo que "el dinamismo y el poten
r i minología crítica. Sin cial de los movimientos sociales para identificar características
:as, como las de clase y sin diagnóstico previo de_ un determinado orden institucional y
abolicionismo, son con sus posibilidades internas . . . así como también su orientación al
s nacionales, que datan logro de proyectos nuevos siempre ha sido de vital importanc ia
mistas en especial pue para la estimulación de la imaginación sociológica". Los movi
tiones medulares de la mientos sociales también constituyen el principal objeto de es
ía crítica, se reevaluará tudio de los criminólogos críticos: las contraculturas Uuveniles);
:iad penal de hoy. los empresarios morales que exigen prisión para obtener la pro
tección penal de "las normas y valores" hegemónicos, así como
también los "empresarios morales atípicos", como, por ej emplo,
el movimiento feminista, el medioambientalista o el antirracis
ta, que utilizan la criminalización como estrategia para fines
emancipatorios (Scheerer 1986b). John Braithwaite ( 1995) les
otorgó un rol protagónico a esto s nuevos movimientos sociales
en su "criminología republicana", debido a que sensibilizaban a
216 RENE VAN SWAANINGEN Los GRUPOS DI
a los ciudadanos por las conductas dañinas (de los poderosos), convictos, familiares <
que antes permanecían fuera del ámbito del sistema de justicia Mathiesen ( 1974) man
penal. Los grupos de presión penal y los movimientos de presos eran: influenciar a la 1
demostraron las consecuencias no deseadas de la estigmatiza tal que, a largo plazo,
ción y la exclusión social. Esto incentivó la investigación cri rio por medidas más n
minológica y, hasta cierto punto, sensibilizó la visión pública, las paredes que no fue
política y científica de la cuestión penal. Hasta la perspectiva Un punto central df
abolicionista encuentra sus orígenes en el activismo penal. Otro es el principio de la m
motivo para dedicar un capítulo especial a los grupos de presión la prisión. Así, diferen
penal radicales es que estos constituyen el fundamento social zaban el sistema pena
de la política desde abajo, propuesta por la criminología crítica tipo abolicionista. De1
respecto de la cuestión penal. En especial, las narrativas perso era necesario operar e
nales de los presos revelaron, al respecto, un conocimiento no ser atrapado -en térrr
discursivo y emancipatorio. Asimismo, existen vínculos perso turas y del discurso r:
nales muy interesantes entre los foros de criminología crítica y ría la pérdida de la n:
los grupos radicales de presión penal. Sin embargo, la relación prisión. Debían desan
entre la teoría y la acción no ha sido muy frecuentemente un ob porque, dentro de la ló
jeto de estudio explícito. Abordaremos, en primer lugar, la obra reestructurante: "La :
de Thomas Mathiesen, dado que ha sido pionero en este tema. el doble sentido de la
también formuló adve
l. THOMAS MATHIESEN Y EL MOVIMIENTO ABOLICIONISTA EN NORUEGA por definición: uno po1
la crítica no podía apc
La investigación-acción, según Thomas Mathiesen, debía vaciones macropolític
orientarse a la praxis y debían explicitarse los objetivos políticos. penales concretas. El
La construcción teórica tenía que producirse como consecuen intermedia "contradic
cia de un proceso de retroalimentación surgido de la actividad tra la cooptación de le:
política práctica. Como este autor demostró en Las defensas de tra las alternativas a
los débiles (1965), la solidaridad entre los presos no era eviden alternativo del abolici
te. Por lo tanto, la lucha por los derechos de los presos tenía las circunstancias ca
que organizarse colectivamente. Con este propósito, Mathiesen rotativa hacia lo inca
cofundó, en 1968,' el grupo de presión penal noruego KROM y su misma" (Mathiesen 1 S
compromiso con este movimiento lo condujo al abolicionismo 1 • la revolución y el refo
El grupo KROM cuestionó el funcionamiento del sistema penal continua. La síntesis
En 1968, el grupo
celario en cooperació
bargo, éstas se negar
1 Mathiesen también hace referencia al grupo sueco KRUM , fundado
y mucho menos cons
en 1966, y al danés KRIM, fundado en 1 967, pero en este trabaj o sólo nos
ocuparemos del grupo noruego KROM. seos. Según Mathiese
Los GRUPOS DE PRESIÓN PARA LA REFORMA PENAL . • .
217
}EN
hacer sentir vergüenza como instrumento de control estatal. Estaba compuesto por ex
inas (de los poderosos), convictos, familiares de aquéllos e intelectuales de izquierda.
' del sistema de justicia Mathiesen ( 1974) manifestó que los objetivos del grupo KROM
movimientos de presos eran: influenciar a la opinión pública sobre el castigo, de modo
3.das de la estigmatiza tal que, a largo plazo, se pudiera reemplazar el sistema carcela
vó la investigación cri rio por medidas más modernas y a corto plazo, y derribar todas
las paredes que no fueran estrictamente necesarias.
Jilizó la visión pública,
l. Hasta la perspectiva Un punto central de la teoría de la acción penal de Mathiesen
:1 activismo penal. Otro es el principio de la naturaleza no taxativa de las alternativas a
a los grupos de presión la prisión. Así, diferenciaba las "reformas positivas" -que refor
:1 el fundamento social
zaban el sistema penal- de las "reformas negativas", que eran de
· la criminología crítica tipo abolicionista. Dentro de una política de reforma negativa,
tl, las narrativas perso era necesario operar en una estructura ajena al sistema para no
:o, un conocimiento no ser atrapado -en términos de definición- dentro de las estruc
:xisten vínculos perso turas y del discurso político hegemónicos, ya que ello importa
e criminología crítica y ría la pérdida de la naturaleza alternativa de las opciones a la
in embargo, la relación prisión. Debían desarrollarse proyectos sumamente elaborados,
frecuentemente un ob porque, dentro de la lógica penal exi tente, éstos perderían valor
n primer lugar, la obra
reestructurante: "La alternativa abolicionista está acabada en
pionero en este tema. el doble sentido de la palabra" (Mathiesen 1974: 1 3) . Mathiesen
también formuló advertencias acerca del peligro de ser excluido
por definición: uno podía ser ignorado como contrincante serio si
CIONISTA EN NORUEGA
la crítica no podía apoyarse en hechos empíricos o si las obser- .
mas Mathiesen, debía vaciones macropolíticas no podían relacionarse con cuestiones
e los objetivos políticos. penales concretas. El criminólogo noruego denominó la posición
crrse como consecuen intermedia "contradicción competitiva", única salvaguarda con
surgido de la actividad tra la cooptación de las iniciativas radicales y, por lo tanto, con
.tró en Las defensas de tra las alternativas ampliatorias del control social. El carácter
s presos no era eviden alternativo del abolicionismo yacía en su continua adaptación a
tos de los presos tenía las circunstancias cambiantes; era una "transición continua y
.e propósito, Mathiesen rotativa hacia lo incompleto", como lo es el proceso de la vida
1al noruego KROM y su misma" (Mathiesen 1974:28). Esta idea de la reforma penal entre
::lujo al abolicionismo 1 • la revolución y el reformismo implicaba una relación dialéctica
[ento del sistema penal continua. La síntesis final significaría el estancamiento.
En 1968, el grupo KROM se propuso reformar el sistema car
celario en cooperación y diálogo COIL sus autoridades; sin em
bargo, éstas se negaron a debatir con el movimiento de presos,
tpo sueco KRUM, fundado
y mucho menos considerarían seriamente sus demandas o de
'ro en este trabqjo sólo nos
seos. Según Mathiesen, esta negativa politizó al grupo KROM. Al
2 18 RENÉ VAN SWAANINGEN Los GRUPOS
polemizar con el discurso de las autoridades, el grupo optó por de menores), porque
un modelo dialéctico del conflicto. En retrospectiva, Mathiesen para el mejoramient
sostuvo que el propio concepto de lo no acabado (incompleto) era ciones totales (Math
muy peligroso y amenazante para las autoridades carcelarias te, dado que el punt·
'
porque no podían definir con precisión al grupo KROM; ¿eran omisión de indicar e
revolucionarios o reformistas? El carácter incompleto fue , preci esta razón, muchos
samente, la tentativa de superar esta dicotomía; el grupo KROM gia fueron forzados
era ambas cosas. Así, organizaba reuniones y clases públicas conclusión de que r
como seminarios abiertos sobre política criminal; los activistas ra más defensiva, ir
abogados llevaban al ombudsman algunos de los reclamos de carcelario en lugar
los condenados y seleccionaban los más significativos desde el su abolición, el gruJ
punto de vista político (casos de censura y otras vulneraciones justicia penal de ma
a derechos constitucionales, arbitrariedades de los guardiacár de la cárcel. Con el
celes y autoridades, del reglamento interno y de las condiciones ante la Corte Euro:
de trabajo, etc.), para darlos a conocer a los medios de la prensa. rechos humanos co
Con ello, el grupo pretendía revelar al público en general la rea 1990b). En la visiór
lidad penal, oculta en el interior de las cárceles. Uno de los pun KROM en la dismim
tos más fu rtes del grupo era que los intelectuales y los presos no había razón par.
cooperaban en iguales términos, luchaban por los mismos obje la comparaba con 1
cleares: los grupos
tivos y delineaban juntos la posición estratégica del movimiento.
mantener la sensib
El grupo KROM nunca utilizó información que no pudiera che
ta por ciento de los
quear y sólo confiaba en sus propias fuentes. En lo referente a
El grupo sigue orgé
los reclamos individuales de los presos, trataba de coordinar las
( Synnseter-kongres
acciones para aumentar el efecto político de cada paso (Mathie
y seminarios. Asimi
sen y Reine 1975). Junto al abolicionismo penal, los derechos de
Nytt, publica su pr•
los presos eran un tema crucial en la agenda del grupo KRO M .
mente con comenta
L o s conflictos originados e n e l "academicismo" del grupo, sin
· desarrollos dentro e
embargo, desembocaron en la fundación de una sección para
los presidiarios: SON (Straffedes Organisasjon i Norge).
II. Los GRUPOS BRITÁt
Según Mathiesen, el surgimiento del grupo KROM estuvo
muy ligado a la creencia común .de que se avecinaban vientos .Como represente
positivos de cambio. Este autor ( 1986) reevaluó la noción de re de los criminólogo
forma negativa y concluyó que la lucha por obstaculizar la cons prácticamente obvi<
trucción de cárceles merecía un lugar de mayor preeminencia RAP, por sus sigla
en la agenda. En 1990 mostró más concretamente los cambios sión) en octubre d
que se habían operado en la política del grupo KROM, que ahora académico NDC. E
se mostraba más abierto a reformas positivas. Ya no se las re amplio de personas
chazaba por amplificadoras de los efectos no deseados (en mu ciales: incluía (ex)c<
chos casos no lo eran, especialmenté en el campo de la justicia de la CND (grupo e
GEN Los GRUPOS DE PRESIÓN PARA LA REFORMA PENAL • • ,
2 19
lades, el grupo optó por de menores), porque algunas veces se tornaban indispensables
etrospectiva, Mathiesen para el mejoramiento de las condiciones de vida en las institu
.cabado (incompleto) era ciones totales (Mathiesen 1990b) . Éste fue un cambio importan
mtoridades carcelarias, te, dado que el punto más débil de la teoría de Mathiesen fue su
al grupo KROM; ¿eran omisión de indicar cómo se podía lograr la reforma negativa. Por
!r incompleto fue, preci esta razón, muchos grupos de presión que seguían su estrate
:otomía; el grupo KROM gia fueron forzados a tomar posturas defensivas, llegando a la
iones y clases públicas conclusión de que nada daría resultado. Al asumir una postu
criminal; los activistas ra más defensiva, intentando impedir la expansión del sistema
nos de los reclamos de carcelario en lugar de insistir con la política ofensiva inicial de
s significativos desde el su abolición, el grupo KROM abordó la cuestión del sistema de
a y otras vulneraciones justicia penal de manera integral, sin limitar su enfoque al tema
ades de los guardiacár de la cárcel. Con el desarrollo del derecho a litigar de los presos
·no y de las condiciones ante la Corte Europea de Estrasburgo, la temática de los de
los medios de la prensa. rechos humanos cobró creciente importancia (Mathiesen 1986,
íblico en general la rea 1990b) . En la visión de Mathiesen, aun si la influencia real del
irceles. Uno de los pun KROM en la disminución de las sentencias de prisión era menor,
telectuales y los presos no había razón para considerar que la lucha era inútil, ya que
an por los mismos obje la comparaba con la lucha contra e Í fascismo o las armas nu
·atégica del movimiento. cleares: los grupos de presión servían fundamentalmente para
mantener la sensibilidad respecto de ciertos temas. El noven
ón que no pudiera che
ta por ciento de los presos noruegos son miembros del KROM.
entes. En lo referente a
El grupo sigue organizando conferencias anuales de tres días
:rataba de coordinar las
(Synnseter-kongress), reuniones informativas locales regulares
) de cada paso (Mathie
y seminarios. Asimismo, produce un boletín informativo, KROM
::> penal, los derechos de
Nytt, publica su propia serie de libros y participa sistemática
enda del grupo KRO M .
mertte con comentarios en diarios de tirada nacional sobre los
licismo" del grupo, sin
· desarrollos dentro del campo de la justicia penal.
n de una sección para
>asjon i Norge).
Il. Los GRUPOS BRITÁNICOS RADICALES DE PRESIÓN
!l grupo KROM estuvo
: se avecinaban vientos .Como representantes de la nueva izquierda, la participación
!evaluó la noción de re de los criminólogos críticos británicos en la acción social era
or obstaculizar la cons prácticamente obvia. El surgimiento del grupo de presión penal
:ie mayor preeminencia RAP, por sus siglas en inglés, (Alternativas radicales a la pri
;retamente los cambios sión) en octubre de 1970, es la consecuencia lógica del grupo
;rupo KROM, que ahora académico NDC. El RAP estaba integrado por un grupo más
>itivas. Ya no se las re amplio de personas y no sólo por académicos y trabajadores so
)S no deseados (en mu- ciales: incluía (ex)convictos y sus parientes, activistas miembros
el campo de la justicia de la CND (grupo de campaña a favor del desarme nuclear), el
220 RENÉ VAN SWAANINGEN Los GRUPOS
Consejo de Reforma Carcelaria y varios grupos cristianos. Mien Newham (por su sig:
tras que la NDC tenía como objetivo contrarrestar la orientación ner en tela de juicio
administrativa dominante en criminología, el RAP buscaba de trabajo comunitario
safiar la orientación reformista de la Liga Howard de Reforma temente orientadas ;
Penal y la Asociación Nacional para el Cuidado y Reubicación de tarea que debían re
los Delincuentes (NACRO, por su sigla en inglés). posibilidad de mejor:
La Liga Howard se originó en la lucha contra la pena de Ryan 1978; Sim 199
muerte desde 1866 en adelante y, tras su abolición, se centró buyó a u na drástica
principalmente en asuntos correctivos y de rehabilitación. Para en la justicia de mer
1970, la Liga pareció confinarse a sí misma a temas reformistas Si bien la Liga He
menores. El NACRO, fundado en 1966 como plataforma para pos de presión pen:
los operadores del servicio social y de probation, parecía ignorar pero al mismo tiem¡
también el significado social más amplio de la reforma penal, y atrajo a un número '
adoptó una postura más pragmática que de principios respecto Tras la creciente op
de las relaciones políticas de poder hegemónicas (Downes y Mar alternativas a la prü
gan 1994: 2 0 7 ) . El RAP pretendía asumir una posición política te un curso de accic
más radical, y afirmaba que las cárceles no podían rehabilitar 269), este abolicioni
y no albergaban principalmente a personas peligrosas que de campañas autorita1
bían ser encerradas para proteger a la sociedad, sino que, en por el partido tory,
su mayoría, estaban llenas de condenados por delitos de menor errores judiciales ar
cuantía contra la propiedad, a quienes se les podía brindar so glesa (como los cua
luciones más razonables que el encarcelamiento (Ryan 1978). provocaron una crít
El RAP se inició en mayo de 197 1 como un grupo de trabajo Si bien muchos
dentro de la Acción Cristiana. Su participación en el desarrollo RAP eran compartic
de alternativas a la libertad baj o fianza y al encarcelamiento de sucedía lo mismo c<
mujeres durante 1971 y 1972 constituye un hito importante en la diferenciación pn
las acciones del RAP. Con la campaña contra el restablecimiento va y negativa, e inic
de la cárcel de mujeres Holloway y la consecu ente publicación Abolicionista. Para (
del panfleto Alternativas a Holloway, el RAP contribuyó en gran oficiales de probatú
medida a hacer visible la problemática de las mujeres detenidas había entrado en co
(la maternidad, la dependencia económica, el qui bre y la re (Ryan 1978; Ryan y
producción de roles de género, etc.). Junto con la Liga Howard ticipaban en el RAP
y el NACRO, RAP llevó a cabo, en 1975, una exitosa campaña nistas, o la idea de
a favor de la abolición de las unidades de control psiquiátrico. Cohen, respecto de
En la última parte de la década del 70, las campañas se diri Newham (NAP): " E:
gieron a la suspensión de las sentencias cortas y a la creación son . . . positivas y p<
de posibilidades para que los agresores repararan el daño cau tradicciones del si
sado y delinearan ellos mismos un plan para su rehabilitac ión. misma contestar es
Este último proyecto, conocido como el Proyecto de Alternativas posibilidades de lo¡
Los GRUPOS DE PRESION PARA LA REFORMA PENAL . . . 221
upos cristianos. M ien Newham (por su sigla en inglés, NAP), también se propuso po
lrrestar la orientación ner en tela de juicio la práctica prevaleciente de las órdenes de
1, el RAP buscaba de trabajo comunitario en Inglaterra. Éstas no estaban suficien
l Howard de Reforma temente orientadas a la situación concreta del delincuente y la
dado y Reubicación de tarea que debían realizar no les ofrecía prácticamente ninguna
inglés). posibilidad de mejorar sus habilidades sociales (Dronfield 1980;
1a contra la pena de Ryan 1978; Sim 1994). Durante la década del 80, el RAP contri
u abolición, se centró buyó a una drástica reducción en el u so de condenas de prisión
le rehabilitación. Para en la justicia de menores (Rutherford 1994b: 287 -8).
La a temas reformistas Si bien la Liga Howard y el NACRO siguieron siendo los gru
amo plataforma para pos de presión penal más poderosos, la postura más radical,
>ation, parecía ignorar pero al mismo tiempo más orientada al cliente del grupo RAP,
de la reforma penal, y atrajo a un número importante de oficiales de probation críticos.
de principios respecto Tras la creciente oposición de las autoridades judiciales a sus
:micas (Downes y Mor- alternativas a la prisión de base local, RAP adoptó gradualmen
una posición política te un curso de acción más abolicionista. Según Joe Sim ( 1994:
no podían rehabilitar 269), este abolicionismo fue una reacción al surgimiento de las
tas peligrosas que de campañas autoritarias y populistas. de ley y orden, iniciadas
ociedad, sino que, en por el partido tory, y a la crisis penal. Por otra parte, algunos
s por delitos de menor errores judiciales aparentemente estructurales de la justicia in
les podía brindar so glesa (como los cuatro de Guildford o los seis de Birmingham)
amiento (Ryan 1978). provocaron una crítica más radical.
un grupo de trabajo Si bien muchos de los objetivos a mediano plazo del grupo
>ación en el desarrollo RAP eran compartidos por todos los grupos de presión penal, no
al encarcelamiento de sucedía lo mismo con su postura política. El grupo RAP adoptó
un hito importante en la diferenciación propuesta por Mathiesen entre reforma positi
tra el restablecimiento va y negativa, e inició · la publicación de una revista llamada El
1sec uénte publicación Abolicionista. Para este momento, la posición del grupo entre los
!\P contribuyó en gran oficiales de probation (NAPO) se había tornado más marginal y
las mujeres detenidas había entrado en conflicto con su financista, la Acción Cristiana
a, el quic:;bre y la re (Ryan 1978; Ryan y Ward 1992:322). Sin embargo, quienes par
:o con la Liga Howard ticipaban en el RAP no abrazaron ciegamente posturas abolicio
una exitosa campaña nistas; o la idea de la reforma negativa. Tal como sostuvo Stan
e control psiquiátrico. Cohen, respecto de la evaluación del proyecto del grupo RAP en
las campañas se diri Newham (NAP): "Es difícil decidir de antemano qué reformas
cortas y a la creación son . . positivas y por lo tanto indeseables, por exponer las con
.
pararan el daño cau tradicciones del sistema. La historia del NAP no puede por sí
>ara su rehabilitac ión. misma contestar esta pregu nta. Sin embargo, puede mostrar las
oyecto de Alternativas posibilidades de lograr reformas, genuinamente humanitarias
222 RENÉ VAN SWAANINGEN Los GRUPOS r:
y potencialmente negadoras con los recursos más limitados" zones meramente opo:
(Dronfield 1980:6). 1983:47; Downes y Mo
"El 1 1 de mayo de 1972, los medios nacionales se reunieron té de investigación se
en una pequeña taberna . . . enfrente de la prisión de Pentonville Unido, establecido de
y escucharon a Dick Pooley describir las demandas del sindica reclamo de que se abr
to de los presos, recientemente constituido, Preservación de los las cárceles, de que se
Derechos de los Presos (PROP, por su sigla en inglés)" (Fitzgerald temporalmente la con:
1977: 136) . Según Mike Fitzgerald ( 1977: 157) -quien no solo for mayores posibilidades
maba parte del PROP sino que además fue, durante los últimos en movimientos y fac\
años de la década del 70, secretario de la NDC-, el estableci sentadas como deman
miento de este grupo fue visto principalmente como una reacción tensiones en las cárce
contra las condiciones brutales de las prisiones inglesas, sobre No obstante la orie
las cuales se tenía muy poca información de fuentes internas, y po PROP, su infiuenci
como efecto secundario de la huelga masiva de presos de 1972 y líticas adoptadas fue
la consecuente destrucción de varias cárceles durante la década éxito de ambos grupo
del 70. Con estos antecedentes, PROP lanzó, en 1979, un Esta gica. Sirvieron para é
tuto de Demandas suscripto por alrededor de diez mil internos campaña, para reché
de treinta y cinco instituciones. Este Estatuto incluía el derecho patológico individuali
a formar sindicatos; la demanda de negociar con el Ministerio ciencia de que la just
del Interior, el pago por el trabajo carcelario y el mejoramiento poder más amplias (I
de las condiciones carcelarias; el derecho de los presos a litigar dejó su huella dentn
libremente, sin aprobación previa del Ministerio del Interior; el re brindado apoyo a las
querimiento de que las decisiones sobre medidas disciplinarias y sejo Nacional para la:
libertad condicional fueran motivadas, y la introducción del dere inglés) comenzó a ha
cho a recurrir las decisiones, a las libertades civiles de comunica los presos -como herr.
ción con el mundo exterior, a la no censura de la correspondencia los criminólogos radi<
·y a la elección libre de médicos. En estatutos posteriores', PROP gua-. Dentro del RAF
también propuso la reducción sustancial de la poblaCión carcela de posibilidades pan
ria y el derecho de recibir castigo sin la interferencia de posibles principalmente un ir:
abordajes psiquiátricos o del servicio social. más que un fin en sí
Para la década del 80 surgieron nuevos grupos de, presión la adopción de un sü
reformistas, como la fundación Grupo de Campaña en pos de como Stan Cohen y M
la reforma de la justicia penal ( 1978) y de la cárcel ( 1982), del un programa originac
partido laborista. Si bien fueron exitosos a nivel legislativo, no Los grupos de pre
recibieron demasiado apoyo ni confianza de los presos, porque larizados lucían ahor
consideraban que no defendían suficientemente los reclamos de cooperación, con mat
los con:rictos frente a los altos círculos del establishment a los jantes divisiones entr•
que tenían acceso (lo que no sucedía con el PROP). Asimismo, 70, la diferencia entre:
consideraban que el Ministerio del Interior respondía sólo pcir ra de presión hoy parece
N Los GRUPOS DE PRESION PARA LA REFORMA PENAL . . . 223
1rsos más limitados" zones meramente oportunistas: evitar futuros desórdenes (Ryan
1983:47; Downes y Margan 1994). En su informe para el Comi
cionales se reunieron té de investigación sobre los servicios penitenciarios del Reino
prisión de Pentonville Unido, establecido después de los desórdenes, el PROP reiteró su
emandas del sindica reclamo de que se abriera al control público la administración de
), Preservación de los las cárceles, de que se redujera el número de internos, se aplazara
en inglés)" (Fitzgerald temporalmente la construcción de cárceles y de que se brindaran
7) -quien no solo for mayores posibilidades de educación, comunicación, participación
:, durante los últimos en movimientos y facultades de litigar, las que ya no fueron pre
3. NDC-, el estableci sentadas como demandas per se, sino como medios de reducir las
tte como una reacción tensiones en las cárceles inglesas (Taylor 1981: 142-3).
>iones inglesas, sobre No obstante la orientación más reformista y jurídica del gru
ie fuentes internas, y po PROP, su influencia directa en la opinión pública y en las po
3. de presos de 1972 y líticas adoptadas fue de tan poca incidencia como la de RAP. El
les durante la década éxito de ambos grupos fue de naturaleza más indirecta e ideoló
:ó, en 1979, un Esta gica. Sirvieron para dar el impulso necesario a otros grupos de
. de diez mil internos campaña, para rechazar enfoques que acentuaban el carácter
uto incluía el derecho patológico individualizador del delito y para hacerlos tomar con
:iar con el Ministerio ciencia de que la justicia penal también reflejaba relaciones de
io y el mejoramiento poder más amplias (Ryan y Ward 1992:327). La crítica de RAP
ie los presos a litigar dejó su huella dentro de la Liga Howard. El NACRO continuó
erío del Interior; el re brindado apoyo a las alternativas al encarcelamiento, y el Con
dictas disciplinarias y sejo Nacional para las Libertades Civiles (NCCL, por su sigla en
ntroducción del dere inglés) comenzó a hacer campañas en favor de los derechos de
civiles de comunica los presos -como hemos visto con anterioridad, la relación entre
ie la correspondencia los criminólogos radicales ingleses y el activismo legal fue ambi
:os posteriores, PROP gua-. Dentro del RAP y del PROP, el argumento de la expansión
la poblaCión carcela de posibilidades para que los presos litigaran libremente fue
rferencia de posibles principalmente un instrumento para lograr la decarcerización
más que un fin en sí mismo. Tony Ward ( 1986:76) sostuvo que
tS grupos de.. presión la adopción de un sisteii?-a de justicia por criminólogos críticos
Campaña en pos de como Stan Cohen y Mick Ryan fue "una noble mentira en pos de
la cárcel ( 1982), del un programa originado en Mathiesen".
1 nivel legislativo, no Los grupos de presión penal que alguna vez estuvieron po
le los presos, porque larizados lucían ahora como un espectro variado de grupos en
tente los reclamos de cooperación, con matices diversos. "En comparación con las ta
1 establishment a los jantes divisiones entre el RAP y la Liga Howard en la década del
el PROP). Asimismo, 70, la diferencia entre el ala radical y el ala liberal de los grupos
·e spondía sólo por ra- de presión hoy parece más sutil. El grado de consenso entre todos
Los GRUPOS
224 RENÉ VAN SWAANINGEN
última, como las relc
ellos se advierte en el hecho de que la Fundación para la Reforma
plo de ello el poder ,
Carcelaria, la Liga Howard, Mujeres Encarceladas e Inquest tra
Por lo tanto, Mick R
bajaron en colaboración -junto a otras tantas organizaciones- en
portante al rnovimie:
el Consorcio de A suntos Penales, fundado en 1989, al cual brindó
los grupos de presió1
sus servicios NACRO, y que ejerció presión para un programa
un análisis más sut
consensuado de reformas" (Ryan y Ward 1992:328) E ste consor constitución de factc
cio de veinticuatro grupos diferentes fue "una combinación pre como el grupo de tr
viamente impensable" (Downes y Margan, 1994:209) . en contra del delito
Si bien Mick Ryan y Tony Ward sostuvieron que tanto el RAP organizaron y articu
como el PROP prácticamente habían desaparecido para finales de sin necesidad de ref
la década del 80, no lo señalaron con nostalgia. De hecho, formu E sta fractura dentro
laron un interesante análisis de las razones por las cuales grupos al surgimiento de ur
como éstos se disolvieron, incorporándose a factores de presión de los derechos de la
más fragmentados y menos polarizados. RAP y PROP formaron jó las realidades y ce
parte de la contracultura británica de principios de la década del la década del 80, tar
70, época en la que un amplio espectro de grupos marginados se radicales, especialm•
concentraron en la transformación revolucionaria de la sociedad.
Este momento político pasó y el análisis que les otorgaba prima III. GRUPOS PARA LA RE
cía a estos grupos ya no fue sostenido en los círculos radicales.
El RAP, con su rechazo de la ideología de la rehabilitación, podría El desarrollo de lo
haber sido funcional a la versión de "mano dura" del modelo de manía no puede vin
justicia del partido tory. La distinción inicial entre reforma positiva contraparte británic:
y negativa ya no se consideraba "tan útil como habíamos supues presión penal alema
to" (Ryan y Ward 1992:324). La diferenciación positiva y negativa -hay escasa continu
no tenía en cuenta las sutilezas y ramificaciones de las reformas su mayor parte, a n
en particular. "La reforma, por su propia naturaleza, contiene primera agrupación
tanto posibilidades positivas como negativas" (Fitzgerald y Sim nen Gewerkschaft (D
1982: 164). Por lo tanto, la idea final de que nada daría resultado de un año, antes de j
debía rechazarse: era demasiado global y había sido la principal debido a diferencias i
causa de la espiral descendente de desesperación analítica. Tony ciera (Schumann 19í
por algunos internos
Ward ( 1991) sost;uvo que las luchas y resistencias en relación al
cipantes del movimie
poder penal eran mejor entendidas mediante el "modelo del judo"
Gewerkschaft der Ge_
de acción de Foucault (1975c) -una táctica en la que se utiliza un
(GGVU) . El Consejo d
mínimo de energía para la defensa o polarización, a la vez que se
como un movimientc
tuercen constructivamente las acciones de los oponentes hacia
de su serie de panfle1
una dirección alternativa)- que a través del modelo dialéctico de
( Engelhardt 1975). E
Mathiesen de la "contradicción en competencia".
ción del encarcelamü
Los activistas del RAP se dieron cuenta de que no todas las
miento jurídico y pn
diferencias en la sociedad podían rastrearse hasta una fuente
Los GRUPOS DE PRESION PARA LA REFORMA PENAL. . . 225
:N
última, como las relaciones de producción, siendo un claro ejem
ación para la Reforma
plo de ello el poder que los hombres ejercen sobre las mujeres.
·celadas e Inquest tra
Por lo tanto, Mick Ryan y Tony Ward le atribuyeron un rol im
:as organizaciones- en
portante al movimiento de las mujeres en la reestructuración de
:n 1989, al cual brindó
los grupos de presión penal en la década de1 80. Dentro del RAP,
)n para un programa un análisis más sutil del poder y la dominación se reflejó en la
992:328) Este consor constitución de factores de presión más fracturados y diversos,
una combinación pre- como el grupo de trabaj o RAP sobre delitos sexuales, Mujeres
1994:209). en contra del delito de violación y mujeres en prisión, los que
eron que tanto el RAP organizaron y articularon esta postura de forma independiente
1recido para finales de sin necesidad de referencias obligatorias a fuerzas materiales.
lgia. De hecho, formu E sta fractura dentro del factor de presión, que también condujo
: por las cuales grupos al surgimiento de un importante número de grupos de defensa
a factores de presión de los derechos de la gente negra, no fue negativo, sino que refle
AP y PROP formaron jó las realidades y complejidades del poder y la dominación. En
::ipios de la década del la década del 80, también la Liga Howard adoptó posturas más
grupos marginados se radicales, especialmente en el debate sobre las privatizaciones.
onaria de la sociedad.
1e les otorgaba prima IIL GRUPOS PARA LA REFORMA PENAL RADICAL EN ALEMANIA
los círculos radicales.
rehabilitación, podría El desarrollo de los grupos de presión penal radicales en Ale
:> dura" del modelo de
mania no puede vincularse tan fácilmente a la AJK como su
contraparte británica a la NDC. En primer lugar, los grupos de
entre reforma positiva
presión penal alemanes se encuentran mucho más dispersos
mo habíamos supues
-hay escasa continuidad y las iniciativas son organizadas, en
ión positiva y negativa
su mayor parte, a nivel estadual (Lander) más que federal. La
::iones de las reformas
primera agrupación alemana de presos, la Deutsche Gefange
naturaleza, contiene
nen Gewerkschaft (DGG), fundada en 1968, se disolvió después
•as" (Fitzgerald y Sim
de un año, antes de haber puesto en práctica alguna iniciativa,
nada daría resultado
debido a diferencias internas y a su mala administración finan
1abía sido la principal
ciera (Schumann 1975 :66-7 ) , En 1969, el proyecto fue retomado
ración analítica. Tony
por algunos internos y simpatizantes de l.a sociedad civil, parti
;tencias en relación al
cipantes del movimiento estudiantil en Berlín, bajo el nombre de
te el "modelo del judo"
Gewerkschaft der Gefangenen, Verwahrten und Untergebrachten
n la que se utiliza un
(GGVU) . El Consejo de Presos (Gefangenenrat) se veía a sí mismo
?:ación, a la vez que se
como un movimiento proletario -como lo demostraba el título
! los oponentes hacia
de su serie de panfletos Stimme der Lumpen (la voz del lumpen)
1 modelo dialéctico de
(Engelhardt 1975). Estos dos grupos perseguían la humaniza
tcia". ción del encarcelamiento, demandaban la provisión de asesora
1 de que no todas las
miento jurídico y programas educacionales · para los internos,
rse hasta una fuente
226 RENÉ VAN SWAAN!NGEN Los GRUP<
así como también posibilidades de inserción laboral después del que la asociación e
encarcelamiento, una mejor calidad de contactos con el mundo los objetivos gener:
exterior y salarios justos por el trabajo carcelario. La GGVU se en futura s instanc
disolvió antes de transcurrir dos años, principalmente por la educación profesio
falta de colaboradores idóneos para su organización, escasez de primeras iniciativa
recursos financieros y un continuo hostigamiento de las autori reforma penal aler
dades -se la acusó de fraude, de distraer a los niños del cuida conclusiones: las <
do paterno y ponerlos en contacto con delincuentes, y de tener cárcel para no ser
relación con organizaciones terroristas-. Algo similar sucedió ser estrictamente 1·
con el grupo de antipsiquiatría SPK {Colectivo de Pacientes S o que pudieran dañe
cialistas), ligado a un grupo de psiquiatras de Heidelberg, que los presos debía co
si bien había logrado cierta influencia, se disolvió en 197 1 , tras general, para afirm
ser acusado de contactos con el Baader-Meinhof Gruppe {Schu les y evitar el secta
mann 1975a: 67-9; Engelhardt 1975). En la segunda r
Karl Schumann {1975a:70-1) afirmó acerca de las primeras al AG SPAK, una o
etapas de los grupos de presión para la reforma penal en Ale pos borderline, fin:
mania: "Uno tras otro se disolvían. Si quisiéramos determinar el de bienestar juven
fracaso de estos experimentos dentro del enfoque de los activistas ción de sus activic
estudiantiles, deberíamos señalar, al menos, dos defectos típi miembros se most
cos de los grupos marxistas en Alemania occidental en relación mista, de trabajo
a asuntos de desviación y delito: proponían análisis dogmáticos grupo de reforma p
que excluían cualquier referencia significativa a las condiciones locales y regionale:
de vida reales de la gente y preferían las discusiones teóricas en de acción del parti
lugar de ocuparse de las necesidades inmediatas de los grupos ve Liste Berlín), qu
vulnerables". En 1974, algunos académicos de Bielefeld organiza cárceles; otras inic
ron una reunión con los sindicatos generales {DGB y OTV) para (Initiative für eine .
:ión laboral después del que la asociación con "delincuentes" fuera contraproducente para
:ontactos con el mundo los objetivos generales de los sindicatos. Tampoco pudo llegarse
:arcelario. La GGVU se en futuras instancias de diálogo a algún acuerdo para impartir
principalmente por la educación profesional a los internos. Tras la experiencia de estas
rganización, escasez de primeras iniciativas dentro de la acción de presión para lograr la
gamiento de las autori reforma penal alemana, el grupo Bielefeld llegó a las siguientes
r a los niños del cuida conclusiones: las actividades debían concentrarse dentro de la
elincuentes, y de tener cárcel para no ser absorbidas por la lucha macropolítica; debían
- . Algo similar sucedió ser estrictamente legales, para no provocar reacciones judiciales
ectivo de Pacientes So que pudieran dañar la iniciativa, y la lucha por los derechos de
:ras de Heidelberg, que los presos debía conectarse con la reforma penal a un nivel más
e disolvió en 197 1 , tras general, para afirmar el valor colectivo de los esfuerzos individua
Meinhof Gruppe (Schu- les y evitar el sectarismo (Schumann 1975b).
En la segunda mitad de la década del 70 este grupo se acercó
:�.cerca de las primeras al AG SPAK, una organización que cobijaba proyectos para gru
reforma penal en Ale pos borderline, financiados en gran parte por el departamento
siéramos determinar el de bienestar juvenil. AG SPAK, a su vez, buscaba la reorienta
:nfoque de los activistas ción de sus actividades asistenciales en las cárceles. Muchos
nos, dos defectos típi miembros se mostraron disconformes con la orientación refor
t occidental en relación mista, de trabajo de caridad. AG SPAK deseaba impulsar un
an análisis dogmáticos grupo de reforma penal y quería concentrar algunas actividades
:ativa a las condiciones locales y regionales ya existentes en ese campo -como el grupo
discusiones teóricas en de acción del partido ambientalista de Berlín (Grüne Alternati
nediatas de los grupos ve Liste Berlín), que perseguía obstaculizar la construcción de
>s de Bielefeld organiza cárceles; otras iniciativas comparables en los estados de Hessen
ales (DGB y OTV) para (Initiative für eine bessere kriminalpolitik), de Renania del Nor
tder los intereses de los te-Westfalia (Kriminalreform Nordrhein Westfalen), y los grupos
argumento de la razón de presos como el Arbeitskreis Kritischer Strafvollzug. Cerca de
ir esta tarea como parte 1980, el grupo para la reforma penal del AG SPAK, Kriminalpoli
1ayor parte de los inter tische Arbeitskreis (en lo sucesivo, KRAK), tomó como modelo al
rabajadora; que las cár grupo noruego KROM (Papendorf 1985: 142 ) . El proletario Gefan
nas de trabajo y que las genenrat Frankfurt se mantuvo fuera del marco reformista.
l servicio penitenciario, La respuesta teórica a estos desarrollos, como en el caso de
to, también mejorarían KROM, prácticamente no tuvo lugar en Alemania. La historia
: mejoraban. Los sindi interna de KROM y KRAK relatada por Knut Papendorf en Ge
de tomar una posición sellschaft ohne Gitter (sociedad sin rejas) de 1985, es principal
:unos oficiales no veían mente descriptiva y declaratoria, ofreciendo unas pocas pistas
tividades propias de la analíticas. En su introducción a la traducción alemana del
hazaban, pues temían libro de Mathiesen La política de la abolición, Überwindet die
228 RENÉ VAN SWAANINGEN Los GRUPOS ;
publica muy poca información sobre las cárceles; es una de las era una institución ir
regiones ocultas de nuestro sistema social, una de las áreas encuesta realizada e1
oscuras de nuestras vidas. É sta es la razón por la cual, junto explícitamente: "No n
con un número de magistrados, abogados, periodistas, doctores para la reforma. No s
y psicólogos hemos fundado el Groupe d'informations sur les Pri mos que la realidad
sons" (Macey 1993:258). despertarse y permar
La creación de GIP fue incitada por la huelga de hambre de narios tenían que er
doce maoístas en la cárcel parisina Santé, que querían llamar porque en Francia est
la atención del público sobre su encarcelamiento por razones po ción. Los activistas d(
líticas. Estos maoístas unieron a los radicales de izquierda y a simpatía de las larga:
los detenidos. La mayor parte del apoyo a esta acción maoista sólo querían ver a su
provino de los estudiantes, Secours rouge (ayuda roja) -en la cual partir los cuestionari•
se hallaba involucrado Jean-Paul Sartre- y Gauche prolétarien Una segunda encues
ne (izquierda proletaria). Cuando las revueltas se extendieron a internos con el sisten
varias cárceles francesas, estos grupos formaron una red junto se, pero la iniciativa J
a los detenidos comunes, sus parientes y trabajadores (Donze los entre el GIP y lo:>
lot 1975; Lambrechts 1982 :96). El fin último de Secours Rouge y Derecho. Foucault ce
gauche prol tarienne era unir el movimiento de los detenidos y un adecuado contact
el de los trabajadores en una fuerza revolucionaria. Para GIP, el asociación de jueces 1
objetivo era mostrar la intolerable práctica del sistema carcelario cesas de mayo del 68
en sí misma. Si esto, al final, conducía a "la revolución", era otro Gracias al compro
tema. A veces, estas dos formas diferentes de compromiso político GIP pudo publicar los
chocaban. Cuando qauche prolétarienne argumentaba que tal o masivos -Magazine L
cual acción era políticamente incorrecta, que los trabajadores de Modemes, Esprit, o 1
Renault no entendían el apoyo a los motines en las cárceles (la públicos, llamados Ce
piedra de toque final para los maoístas) o que los voceros del GIP penales específicos c<
eran "tan insuficientemente proletarios", Foucault insistía en que tiones, se trató la ne:
"éste es el GIP, no Secours rouge o Gauche prolétarienne» (Macey a dos convictos sente
1993:264). Nunca se situó como un intelectual ajeno a un mo- · psiquiatra de Toul. C
vimiento social, sino que fue el verdadero motor del GIP. En su carar la cárcel deján
biografía de Foucault, David Macey describió vívidamente cómo intolerable, ganó mue
este aclamado profesor del prestigioso College de France enviaba Toul, Edith Rose, des•
cartas, hacía numerosas llamadas telefónicas, repartía volantes, infantiles a los que lo!
escribía panfletos, organizaba oscuras reuniones en su domicilio buena conducta, obs
particular y era arrestado, mientras su carrera académica con variadas formas de te
tinuaba con el ritmo habitual. Nada en su vida anterior lo había te sobre los débiles m
preparado para los años que estaban por venir. suicidios. Por otra pa:
La principal estrategia de GIP fue recolectar y publicar infor de aislamiento y de ce
mación sobre las condiciones carcelarias descriptas por los de mediante correas; cor
tenidos. Sus horripilantes relatos hablarían por ellos: la cárcel propios excrementos <
:N Los GRUPOS DE PRES!ON PARA LA REFORMA PENAL. . . 233
sólo porque no e staban casados con las madres. Así, concluyó recho a un adecuado !
en que los llamados "reincidentes peligrosos" eran prácticamen de apelación y de defe
te creados por el propio sistema (Macey 1993:275). Edith Rose Gauche prolétarienne
reveló estos "secretos" en una carta abierta al inspector general lucha, pero Foucault
de la administración carcel ria, al presidente de la República, al considerarlos política!
ministro de justicia y al presidente de la orden de los médicos. mandas y la batalla ce
Su carta fue ampliamente citada por la prensa, publicada en La a los internos no tien<
cause du peuple -j'accuse (la publicación de Gauche prolétarien mente el reconocimier
ne) y reeditada como solicitada en un periódico nacional de gran movimientos políticos
tirada, Le Monde, el 26 y 27 de diciembre de 197 1 . Foucault in tidianos de la vida -la
mediatamente recogió su mensaje, no sólo porque convalidaba el trabaj ador y su jefe,
los relatos de los internos, sino también porque veía su informe reprime la sexualidaé
como el compromiso político par excellence de los intelectuales: familia, la penalizacic
la persona que habló en contra de lo intolerable en base a su que todos ellos confor
conocimiento personal. De este modo, Foucault se manifestó im en este momento, acci
plícitamente en contra de que los que hablaban en nombre de Luego de moviliza
otros -como Sartre o Gauche prolétarienne-. Asimismo, enfatizó demandas, el GIP y e
la importancia de ser concreto e hizo un paralelo con la guerra prisión era el símbolo
de Argelia: "Una cosa era decir que el ejército empleaba la tortura justicia de clase. Al en
y otra muy distinta decir que el Capitán X había torturado a Y dos y minorías étnica
o que se habían sacado muchos cadáveres de una comisaría en el CAP, "las cadenas e
particular. La doctora Edith Rose fue lo suficientemente valiente que no tienen poder s
para hacer esto último" (Macey 1993:277). Rose fue obligada a sibles. Los detenidos,
dejar su trabajo en la cárcel. Dentro del sistema, su denuncia fue aislarlos en sus lucha
recibida con un silencio total. Su ira es la tuya" (Dor
Más tarde, el GIP demandó el derecho a la información y a de Foucault, el derecl
la correspondencia irrestrictas y libres de censura, el derecho a una "economía de ilef
agremiarse y asociarse y á la admisión de visitas de familiares el proletario inútil es •
y de adherentes políticos. Esta tarea fue continuada enseguida entre los trabajadores
por la rama de los detenidos del GIP, el Comité d'Action des Pri expiatorios, a los qw
sonniers (por su sigla, CAP), fundada en 1972 por Serge Livrozet. explota el temor públ
Su fundador no quería diferenciar al CAP de la línea impuesta público general un a¡:
por el GIP, pero sostuvo que era cuestión de los propios deteni del GIP demuestra cu;
dos agremiarse y continuar las revueltas que habían comenza cisma entre las masa
do detrás de las paredes y en los techos (Macey 1993:288). El do se intentaba inclu
CAP tenía otras demandas, como la abolición de los anteceden más amplio, la difen
tes penales, la expulsión y las sentencias perpetuas y a pena demasiado fuerte. La
de muerte, y en última instancia, la abolición de las cárceles con los trabajadores f
y de la prisión preventiva. Asimismo, formuló demandas más proletaria dudaba del
modestas, como la reorganización del trabajo carcelario, el de munista ortodoxo y le
!GEN Los GRUPOS DE PRESION PARA LA REFORMA PENAL. • •
235
luchas sociales, dentro de las cuales el sistema penal era visto , informazione practicó
principalmente, como u n instrumento de dominación clasista. acción en las cárceles
Las revueltas que se sucedieron en varias cárceles italianas fue tadas en un llano estil
ron, al principio, pura rebelión, violencia y destrucción. Sirvie consecuentemente, de
ron para atraer la atención del público hacia problemas penales toridades carcelarias
como la sobrepoblación, los errores judiciales y las deficientes o, directamente, como
condiciones sanitarias de las cárceles. E stas protestas espon este fenómeno como re
táneas y descoordinadas de los detenidos marcaron la primera · atrapada entre el imp1
fase en la lucha carcelaria italiana. Hacia finales de 1969, con la de vincularla con un
participación de los militantes de la izquierda extraparlamenta de la sociedad. La carr
ria -originada en el movimiento estudiantil- se inició la segunda reformas de 1975 aisl:
fase. Muchos de esos militantes fueron, a su vez, detenidos bajo vínculo con la lucha d
leyes de emergencia antiterroristas, y sus camaradas apoyaron ció muy poco después
las acciones llevadas a cabo desde la sociedad. E sto motivó al En busca de mayo:
gunas declaraciones públicas de las autoridades responsables, cenzo Ruggiero sostu
respecto de los serios problemas existentes en las cárceles ita lianas veían su lucha
lianas y, también, sobre las frecuentemente dudosas políticas te como una lucha e
con tendencias clasistas de la administración de justicia penal. disciplinada: dado qu
En su tercera fase, alrededor de 1973, "la reforma se convirtió de las clases sociales
en la clave" (Rauty 1976, 1975 : 120). Los detenidos comenzaron a una metáfora del rol !
formular demandas más concretas sobre las condiciones carce ral. La cárcel no esta
larias. En primera instancia, lucharon por una amplia amnistía, sino para las masas
mientras esperaban la reforma penal sustancial, que incluiría la eslabón en la cadena
abolición de la prisión preventiva y la reincidencia como circuns disciplinada 4• Ruggie
tancia agravante de la condena; el derecho a trabajar fuera de la sobre estas iniciativa
cárcel obre la misma base contractual y por los mismos salarios lación antiterrorista,
que los trabajadores en libertad; el derecho a la educación, á la más adecuado para S•
libertad de reunión, a la libertad de comunicación epistolar y algu carcere imperialista, r
nos otros derechos constitucionales y a la abolición de ciertas prác y otras publicaciones
ticas inhumanas, como el confinamiento en soledad y los chalecos fletas de los comités <
de fuerza (Invemizzi 1975). Los grupos de presión se orientaron poco material disponi
más al individuo e intentaron crear posibilidades de reintegración Si bien la idea de lc:
social para los detenidos, que, básicamente, consistían en ayuda bres jóvenes, desocup
material como alojamiento, trabajo, contactos, etcétera.
Algunas de las demandas fueron satisfechas por las reformas
penales de 1975, pero ello no terminó con la rebelión. Para los
4 La información sobr
activistas carcelarios fue prueba de que el problema principal presentación de Vincenz<
no estaba dentro del sistema penal, sino en el sistema social de en Haarlem, Países Bajo
marginalización y exclusión que representaba. En 1979, Contra d a con este autor.
/
stema penal era visto, informazione practicó el inventario de los numerosos comites de
! dominación clasista. acción en las cárceles italianas y diseñó ,tesis estratégicas, redac
cárceles italianas fue tadas en un llano estilo "trabajador", en las que los detenidos son,
y destrucción. Sirvie consecuentemente, descriptos como lumpenproletarios, y las au
cia problemas penales toridades carcelarias como agentes de la represión institucional
:iales y las deficientes o, directamente, como fascistas. Giuseppe Mosconi (1978) analizó
:stas protestas espon- este fenómeno como resultado de una estrategia de cambio social,
> marcaron la primera ·
atrapada entre el impulso racional a la reforma y la imposibilidad
finales de 1969, con la de vincularla con un cambio mayor de la composición de clases
::rda extraparlamenta de la sociedad. La cambiante situación de las detenciones tras las
il- se inició la segunda reformas de 1975 aislaron a la lucha carcelaria de su pretendido
su vez, detenidos bajo vínculo con la lucha de clases. El movimiento carcelario despare
; camaradas apoyaron ció muy poco después de estas reformas.
iedad. Esto motivó al En busca de mayores explicaciones sobre su desarrollo, Vin
>ridades responsables, cenzo Ruggiero sostuvo que, en 1970, los grupos de presión ita
:es en las cárceles ita lianos veían su lucha contra el sistema penal fundamentalmen
mte dudosas políticas te como una lucha contra la metáfora central de la sociedad
ción de justicia penal. disciplinada: dado que las cárceles estaban llenas de personas
'la reforma se convirtió de las clases sociales más bajas, el encarcelamiento constituía
etenidos comenzaron a una metáfora del rol social del proletariado en el mercado labo
las condiciones caree ral. La cárcel no estaba pensada ante todo para los detenidos,
. una amplia amnistía, sino para las masas del exterior: la cárcel era solamente un
ancial, que incluiría la eslabón en la cadena a través de la cual la clase trabajadora era
::idencia como circuns disciplinada 4• Ruggiero afirmó que el escaso acceso al material
> a trabajar fuera de la sobre estas iniciativas se debía a su destrucción: bajo la legis
>or los mismos salarios lación antiterrorista, los registros de tales acciones no eran lo
10 a la educación, a la más adecuado para ser encontrado. Tras la aparición del libro Il
cación epistolar y algu carcere imperialista, revistas como Assemblea, Critica del Diritto
JOlición de ciertas prác- y otras publicaciones no académicas, publicaron algunos pan
1 soledad y los chalecos fletos de los comités de detenidos, pero, en general, existe muy
! presión se orientaron poco material disponible (Gallo y Ruggiero 1989).
idades de reintegración Si bien la idea de la cárcel siguió asociada a la figura de hom
:e, consistían en ayuda bres jóvenes, desocupados y de la clase trabajadora, para 1980
tos, etcétera.
echas por las reformas
n la rebelión. Para los 4 sobre la que no se brindan referencias proviene de la
La i nformación
el problema principal presentación de Vincenzo Ruggiero en la Conferencia del Grupo Europeo
en el sistema social de en Haarlem, Países Bajos, en 1990, y en comunicación personal manteni·
taba. En 1979, Contra- da con e ste autor.
240 RENE VAN SWAANINGEN Los GRUPOS
había dejado de ser vista como un aparato disciplinante, aun por cárceles españolas. I
quienes originalmente apoyaron esta noción. En la actualidad, las blica, para no ser olv:
cárceles sólo son una metáfora de sí mismas, privadas de su co los únicos medios a
nexión con la sociedad. La composición de la población carcelaria cía. Al principio, las
italiana también cambió sustancialmente. Ya no puede sostenerse por brigadas militan
la idea de los detenidos "políticamente conscientes". La población grupos clandestinos
carcelaria italiana no sólo se duplicó en el período 1991- 1992 -tras paratistas vascos y e;
la aplicación de criterios de decarcerización-, sino que la cifra de Lliur) tuvieron un rol
drogadictos aumentó en el mismo período del veinte al sesenta por En el área de Madri•
ciento. La tradicional resistencia pública a las duras campañas movimientos sociale:
de ley y orden fue resquebrajada por la crisis de la izquierda y la franquismo, como lo
glorificación del Poder Judicial en la lucha contra la mafia (Pa las mujeres, los hom
varini 1994:57). La creencia pública en la posibilidad de cambio tos grupos publican
social (y, por lo tanto, de la reforma penal) colapsó y, aunque más letín titulado "¡Quier
no fuera con alcance simbólico, algunos "grandes delincuentes" palabra(s) la(s) tomar
fueron puestos tras las rejas, lo que también volvió más aceptable En octubre de 19
políticamente a la administración de justicia. que perdonaba a lo
En este contexto, el principal recurso disponible para redu esta ley, varios acadc
cir la población carcelaria fue la intervención en el campo de sin embargo, que la
las adicciones. En Italia los grupos de presión penal tienden, comunes era bastan
actualmente, a superponerse con aquellos que despliegan ac muchos de esos pre
ciones en esa área. Por lo tanto, a pesar de la profunda crisis movimientos de trab
política, no puede decirse, con injustificada nostalgia, que Italia debido a la gran co¡
experimenta un debilitamiento de su compromiso con el asunto típica de las cárceles
carcelario. Los grupos de presión tuvieron un rol especial en afirmaban que debid
el desarrollo histórico, y en la actualidad puede observarse un vanecería la atenciór
cambio ta to en el enfoque como en la lógica de los derechos de 1977, formaron COF
·
disciplinante, aun por cárceles españolas. Los detenidos querían atraer la atención pú
n. En la actualidad, las blica, para no ser olvidados en el proceso de democratización, con
tas, privadas de su co los únicos medios a su alcance: la destrucción y la desobedien
la población carcelaria cia. Al principio, las revueltas fueron reprimidas violentamente
Ya no puede sostenerse por brigadas militares especiales -Brigadas antidisturbios-. Los
scientes". La población grupos clandestinos anarco-sindicalistas (CNT, GRAPO) y los se
1eríodo 1991-1992 -tras paratistas vascos y catalanes de izquierda (Herri Batasuna, Terra
n-, sino que la cifra de Lliur) tuvieron un rol central en la coordinación de tales acciones.
lel veinte al sesenta por En el área de Madrid, el movimiento de los detenidos se unió a
a las duras campañas movimientos sociales de otros grupos "marginalizados" bajo el
sis de la izquierda y la franquismo, como los movimientos de los derechos humanos de
.a contra la mafia (Pa- las mujeres, los homosexuales y los pacientes psiquiátricos. E s
posibilidad de cambio tos grupos publicaron en conjunto, entre 1976 y 1978, un bo
colapsó y, aunque más letín titulado "¡Quienes no han tenido jamás el 'derecho' a la(s)
"grandes delincuentes" palabra(s) la(s) toman ya!" (Rivera 1995:95-6).
!n volvió más aceptable En octubre de 1977, se sancionó la Ley de amnistía política,
:ia. que perdonaba a los presos políticos. Durante el desarrollo de
d isponible para redu esta ley, varios académicos y movimientos sociales sostuvieron,
:nción en el campo de sin embargo, que la distinción entre presos políticos y presos
Jresión penal tienden, comunes era bastante artificial en el contexto español, porque
os que despliegan ac muchos de esos presos comunes también eran activistas de los
. de la profunda crisis movimientos de trabajadores y estaban encarcelados realmente
ia nostalg ia, que Italia debido a la gran conciencia social y la solidaridad mecánica,
tpromiso con el asunto típica de las cárceles españolas. Los presos "comunes", a su vez,
·on un rol especial en afirmaban que debido a estas amnistías limitadas pronto se des
l puede observarse un vanecería la atención pública sobre su situación. En febrero de
:tica de los derecho. s. de 1977, formaron COPEL (Coordinadora de los Presos Españoles
en Lucha), cuyo objetivo esencial era la lucha por una amnistía
total (Marti 1977; Bergalli 1995: 150).
CHA POR LA DEMOCRACIA 5 El parlamento español (Cortes) no hizo lugar a los reclamos
de amnistía general, e ignoró el problema carcelario. La des
n penal en España se · '
apoyaron la presenta españoles no pedían jaulas de oro sino que habían emprendido
:enía, entre sus justas una lucha por la democracia (COPEL 1978:69-70). El 26 de sep
¡mana y al respeto de tiembre de 1979, las Cortes aceptaron unánimemente la nueva
>a el derecho a no ser ley penitenciaria (Ley orgánica general penitenciaria), la que -al
niento); una adecuada menos en lo relativo al reconocimiento de los derechos de los de
tción del trabajo de los tenidos y a la administración democrática de las cárceles- fue de
s; comida más sana y las más progresistas en Europa. Muy poco tiempo después de la
miliares; servicios mé implementación de esta ley, COPEL dejó de existir.
erinarios; mejoramien Más allá del progreso experimentado en 1979, no todas las re
mo no hubo respuesta gulaciones resultan en la práctica del mismo modo que son con
ias se intensificaron en cebidas en los docume tos. Esther Giménez-Salinas ( 1991 :568)
nscurso las fugas de la manifestó: "Tenemos presos que, desde el punto de vista material,
le julio de 1977, le d ie están en una posición típica de un país latino, mientras que el
cel, un convicto miem sistema y el respeto por sus derechos humanos refleja a un país
> Agustín Rueda Sierra escandinavo". Los grupos para la reforma penal de la década del
golpiza propinada por 80 tenían una naturaleza muy distinta de COPEL; mayormente,
lespués (¡!), el director, se inclinaban a la realización de las garantías legales y el mejo
)O médico de la cárcel ramiento de las condiciones carcelarias. En primer lugar, se for
1a semana después de maron varias organizaciones de autoayuda de los detenidos y sus
instituciones peniten familiares en las distintas regiones del país. El movimiento más
nado en un ataque del activo fue el grupo vasco Salhaketa, palabra vasca equivalente
a "denuncia". Salhaketa surgió de la iniciativa de una coopera
.ó claro que la situación tiva de familiares de presos comunes de la cárcel de Bassauri,
.e algo con el problema abogados y psicólogos, en 1981 . Salhaketa denunció la violación
:ante, ya que brindaron continua de los derechos de los detenidos; el mal funcionamiento
de los detenidos y sus de la vigilancia penitenciaria; la falta de alternativas a la prisión
t año antes había apo y al sistema penal en su conjunto. La abolición de la cárcel fue
ado director general de un objetivo implícito en un meta nivel, pero su punta de lanza
eneró grandes expecta fue la masiva sobrepoblación, la gran cantidad de detenidos sin
> trabajo con una serie condena (procesados); la formación de grupos de apoyo para los
::as, para experimentar d rogadictos, detenidos H IV-positivo y con s Ída, y el modo en que
hacer un inventario de se obstaculizaba el servicio de asesoramiento jurídico a los pre
incluirlas en una nueva sos (frecuentemente se les negaba la admisión, con el argumento
1y impresionado por las de que inducían a los detenidos a comportamientos subversivos
n número de suicidios y y a la rebelión).
) factores criminógenos El debate sobre el terrorismo fue un tema que Salhaketa tuvo
ó que sólo unos pocos que tratar de forma implícita, porque, al igual que en Alemania,
:�.sos significativos para Irlanda del Norte e Italia, pervirtió el carácter democrático del
:regando que Jos presos sistema de justicia penal, mediante la implementación de las
Los GRUPOS
244 RENÉ VAN SWAANINGEN
reforma penal se m<
llamadas leyes antiterroristas, que si bien surgieron como legis por la defensa legal,
lación de emergencia contra el ala militante del partido separa ganizada, a cargo de
tista vasco de izquierd a Herri Batasun a, Euskadi ta Askatas una de abogados de Bar
(Liberación del País Vasco, de allí ETA), fueron incorporadas al Defensa. Asimismo,
Código Penal (común) nacional . Desde entonces , pudieron apli nacional, igualment
carse regulaciones más inquisitivas, concebidas para terroris Servicios de Orienta
tas, a todo tipo de delitos. La incorporación al Código Penal de primer paso en la i
las leyes y decretos de emergencia les daba una fa lsa imagen de regionales que, al of¡
normalidad, como una legislación democráticamente sanciona tituyeron un grupo <
da (Balmace da y Carrera 1990) 6. En la actualidad, las activida hubo intentos de in
des de Salhaketa incluyen publicaciones como un manual legal dentro del campo pe
para los presos, Defenderse en la cárcel, de 1989. a nivel nacional en 1
Hasta finales de 1990, la probation no tenía estatus legal sociales de apoyo a _
·-- -·---·---------
Los GRUPO!
246 RENÉ VAN SWAANINGEN
diciales y cumpliera
En España, el temor a los abusos de poder por parte de las
las actividades de le
autoridades estatales era demasiado grande como para permitir
El lobby penal 1
una estructura legal más flexible, con facultades más discrecio
quierda. Varios gn
nales y con la consiguiente posibilidad de aplicar el criterio de
ganizaciones de tn:
oportunidad. La opción era, en realidad, ampliar las posibilida
(BM), los "locos" (P;
des de introducir reformas humanitarias o impedir legalmente
cas, los homosexua
desarrollos autoritarios, tanto como fuera posible. Al mirar la
(VVDM) y, en especi
historía española reciente, no resulta sorprendente que los acti
su situación. Con l
vistas penales eligieran la segunda opción.
tas, los centros de a
de profesionales co
VII . Los GRUPOS DE PRESIÓN HOLANDESES por los Derechos Ht
El lobby penal holandés consistía de unas cien organizacio lograron, exitosam
nes voluntarias 7 . Los grupos radicales de trabajadores sociales emancipación (Jan
como Sosjale Joenit, Release Work y JAC provocaron numerosos
cambios legales durante los años 70. Quienes participaban en l . La "Coamhert Li!
trabajo de campo, grupos de iglesia, servicios de probation y pro n este contexto,
yectos de voluntarios para asistir a las víctimas, también llevaron bajo sobre la justic
a cabo importantes acciones en el ámbito jurídico. Los grupos sas. En 1969, una
que participaron de las campañas penitenciarias, como los gru diJ lugar al establ
pos de (ex) convictos, familiares de presos, de mujeres convictas, estudiantes sobre j1
proyectos de visitantes o grupos que brindaban ayuda material Nederlandse Vereen
y alojamiento a quienes recuperaban su libertad, se unieron en · Volckertsz Coomher
BONJO (Belangen Overleg Niet Justitiegebonden Organisaties forma eran organiz<
-Plataforma de intereses de las organizaciones no gubernamenta en cooperación con
les-). Algunos recibían pequeños subsidios de las autoridades lo penal. Siguiendo el ,
cales y del servicio de probation, mientras que las organizaciones desarrolló, en casa <
de base eran sostenidas por las iglesias. Otro importante grupo ideas sobre las tare
de campaña de la década del 70 estaba formado por periodistas nacional de reforma
unidos en la agencia de prensa específicamente judicial Argos y estaba formado por
por la revista crítica del servicio de probation KRI. Llevaron a cabo ter Herman Bakker
profundas investigaciones que pusieron en evidencia errores ju Hulsman y Constan
bros de este comité
que invitaron a los r
7 Si se incluyeran otros grupos de protesta no gubernamentales en el
al movimiento de de
área semipenal, como los sindicatos de adictos y otros grupos de presión la Coomhert Liga.
en el ámbito de las drogas, los grupos de interés de pacientes psiquiátricos, En su primera rr
los sindicatos de prostitutas, los proyectos de voluntarios para asistencia a Liga estableció com<
las víctimas, los grupos étnicos, los comités carcelarios de detenidos, etc.,
Todos aquellos que t
se superaría el número de 150 grupos de presión penal.
Los GRUPOS DE PRESJON PARA LA REFORMA PENAL. . . 24 7
}EN
diciales y cumplieron un importante rol en la difusión pública de
poder por parte de las
las actividades de los grupos de presión penal.
nde como para permitir
El lobby penal holandés surgió en el seno de la nueva iz
::ultades más discrecio quierda. Varios grupos olvidados, con escaso apoyo de las or
:le aplicar el criterio de ganizaciones de trabajadores tradicionales, como los menores
ampliar las posibilida (BM), los "locos" (Pandora), los presos (K69), las minorías étni
.s o impedir legalmente cas, los homosexuales y las lesbianas, los okupas, los soldados
:ra posible. Al mirar la (VVDM) y, en especial, las mujúes, se organizaron para mejorar
prendente que los adi su situación. Con la ayuda de grupos de abogados progresis
)n. tas, los centros de asistencia jurídica gratuita y las plataformas
de profesionales como la NJCM (Comité Holandés de Juristas
por los Derechos Humanos), estos movimientos emancipatorios
unas cien organizacio lograron, exitosamente, movilizar el derecho para sus fines de
ie trabajadores sociales emancipación (Janse de Jonge et al. 1983).
provocaron numerosos
uienes participaban en l. La "Coomhert Liga" para la reforma penal
icios de probation y pro Sn este contexto, los estudiantes organizaron grupos de tra
:timas, también llevaron bajo sobre la justicia penal en varias universidades holande
[to jurídico. Los grupos sas. En 1969, una conferencia sobre el proceso sancionatorio
!nciarias, como los gru di J lugar al establecimiento de la plataforma nacional de los
s, de mujeres convictas, estudiantes sobre justicia penal y criminología, conocida como
ndaban ayuda material Nederlandse Vereeniging voor straafrecht en criminologie Dirck
libertad, se unieron en · Volckertsz Coomhert (Drogt 1990). Los objetivos de esta plata
gebonden Organisaties forma eran organizar una conferencia anual y comprometerse,
[ones no gubernamenta en cooperación con el movimiento de detenidos, en la reforma
)S de las autoridades lo penal. Siguiendo el espíritu de estas conferencias, una noche se
:; que las organizaciones desarrolló, en casa de Louk fiulsman, un activo intercambio de
Otro importante grupo ideas sobre las tareas y las posibilidades que tendría una liga
formado por periodistas nacional de reforma penal. Además de los estudiantes, el grupo
amente judicial Argos y estaba formado por académicos y los abogados en ejercicio Pie
ion KRI. Llevaron a cabo ter Herman Bakker Schut, Pe,ter Baauw, Herman Bianchi, Louk
en evidencia errores ju- Hulsman y Constantijn Kelk. El 3 de junio de 197 1 , los miem
bros de este comité se reunieron en un café de Amsterdam, al
que invitaron a los miembros de la plataforma de estudiantes y
al movimiento de detenidos. Todos estos grupos se asociaron en
no gubernamentales en el
s y otros grupos de presión la Coornhert Liga.
; de pacientes psiquiátricos, En su primera manifestación pública masiva, la Coornhert
)luntarios para asistencia a Liga estableció como objetivo centra1 la reforma penal radical.
rcelarios de detenidos, etc., Todos aquellos que tuvieran una actitu d critica hacia el sistema
)n penal.
Los GRUPOS
248 RENÉ VAN SwAANINGEN
minólogos más o me¡
de justicia penal fueron invitados a participar. La liga quería
Coornhert Liga en es
continuar el trabajo de la CMS de Clara Wichmann y tomaba
eran excelentes y la
la Liga Howard (inglesa) como su principal ejemplo organizati
sobre el delito fue m
vo, pero se sentía ideológicamente más cerca del grupo n ruego
bada" por los todos :
KROM, por el compromiso de los presos en sus estrateg1as re
a la ley de litigación
formistas. Asimismo, querían concentrar la insatisfacción exis
litigación más compl
tente, latente y difusa, causada por el sistema de justicia penal y
Sin embargo, este
transformarla en acciones efectivas (Bakker Schut et al. 197 1 :2).
Liga era vista como 1:
La defensa de los derechos constitucionales y las libertades civi
mediáticas. Los ex 1
les eran las principales metas de la Liga. La intervención penal
rían en "esa clase de
debía limitarse a aquellas áreas en las que pudieran justificarse
había transformado
racionalmente como socialmente indispensables y la coerción
ninguna acción con<
penal debía orientarse al arreglo de las disputas, ocasionando el
ex convictos se cent
menor daño posible para todas las partes involucradas. La Liga
ner papel membreta•
se propuso presentar cada año un presupuesto altern tivo l del
_ Liga, en vez de invol
Ministerio de Justicia. Otros objetivos eran la orgamzac10n de
7 ) . Finalmente, los
conferencias y reuniones de estudio; la publicación, en los me
contacto. La Liga ac
dios de comentarios sobre errores judiciales; la defensa de los
inte;eses de las personas sujetas a control penal o victimizadas
se separaron en 197
por las actitudes negativas de la sociedad -en áreas don e to? o
tro de BWO -el "sine
ironía, Gerard de Jm
ello no estuviera suficientemente hecho por otras orgamzaclO
ahora en adelante, 1<
nes- y la introducción de cambios en la formación en ciencias
mente decente, la q1
sociales en las universidades.
sistema de justicia ¡:
La liga consideraba el sistema de justicia penal como uno de
y el BWO siempre si¡
los grandes problemas sociales, por su tendencia a castigar a los
A mediados de 1
sectores más vulnerables de la sociedad. La descriminalización,
bastante tranquilid<
la despena:lización, la deslegitimación, la reducción de las con- ·
ca iniciativas maym
denas a prisión, los pedidos de litigación independiente de los
de burós de reclame
detenidos y la mejora cualitativa y cuantitativa del sistema de
instancias de los es
asesoramiento jurídico constituían la orientación central de la
principales iniciativ<
Liga. Sus primeras actividades fueron, tras una serie de presu
tivo, que ahora estal:
puestos de la administración de justicia alternativos (Alternatie
lidad, siguiendo exp
vejustitiebegrotingen) , la publicación de un contrainforme sobre
y Kneepkens 1975);
el análisis oficial de las revueltas carcelarias de 197 1 en Gro
vas gubernamentale
ningen y la organización de una conferencia sobre la legitimi
1978, y la conferenc
dad del sistema de justicia penal en 1972 . Asimismo, distribuyó
se analizaron sus pl
un boletín de noticias, Plakkaat, para informar a sus miembros
relativa inmediatez e
sobre sus actividades y otros temas y eventos relevantes en el
para el arreglo de la
campo de la justicia penal. En realidad, todos los juristas o cri
Los GRUPOS DE PRESION PARA LA REFORMA PENAL. . . 249
NGEN
L
250 RENÉ VAN SWAANJNGEN Los GRUPC
liento. Las principales que u n punto débil, porque la Liga probó ser capaz de combinar
neral, de la introduc un enfoque legal realista con otro abolicionista más utópico, con
1 posible aumento del centrado en acciones concretas. En 1984, se publicó el último
gales para el acusado. presupuesto de justicia alternativo, que incluyó una crítica de la
rma penal habían sido dramática restauración del discurso de ley y orden que estaba
as de Stanley Cohen, teniendo lugar en el ámbito de las políticas implementadas, el
ornhert Liga 1980). encarcelamiento y la probation (de Jonge et al., 1983). A la organi
)TI nuevas acciones en zación le llevó seis años lograr un reemplazo viable de esta ilustre
:uando prácticamente colección. En 1989 comenzó a publicarse una serie de anuarios
espuesta a la cuestión criminales (Crimineel Jaarboeken) en los que se analizaban la
nte la década del 70 y nueva legislación y jurisprudencia en la materia, así como tam
>rden para contrarres bién medidas de política penal implementadas. Este cambio se
:ún su presidente por hizo necesario porque "la fórmula de los presupuestos alterna
Liga había perdido la tivos parecía desgastada, los puntos de vista ya eran demasiado
lel sistema de justicia conocidos, demasiado predecibles y el rito anual de recurrir a la
citamente abolicionis plegaria alternativa tras la apertura de las sesiones parlamen
la organización decía tarias, era cada vez menos funcional" (de Jonge et al. 1989 :3).
nplica solamente una Detrás de esta transición de los presupuestos alternativos hacia
1 0 de la Liga, dado que
los comentarios críticos -de los cuales se publicaron más ejem
·acionales" (Coornhert plares que de los antiguos presupuestos- podía verse un 1cambio
que defendía de Jonge político, que iba de un tono optimista (cuando todavía se creían
ías legales y la critica . posibles cambios para mejor) a otro mucho más pesimista.
islación e instruccio En sus primeras propuestas de cambio, la liga adoptó una
tivo del abolicionismo. clara postura de defensa de las alternativas a la detención. En
)líticas a implementar retrospectiva, Gerard de Jonge ( 1990:250) sostuvo que "era de
ro de que un enfoque temerse que la Liga contribuyera a la incorporación de una nue
a relegitimación de la va sanción principal, por ejemplo la de realizar trabajos no re
1986:34). El miembro munerados de interés público (orden de servicio comunitario) .
n "abolicionismo prag La introducción de este producto importado no sólo llevó a la
atismo moral de Stan expansión de la red judicial sino también a una perversión del
cual la " política de la servicio de probation, que se transformó en controlador para
tte. el Ministerio Público Fiscal". El servicio comunitario era visto
la ambigüedad de la como un caso típico de cooptación y amplificación de la red,
se concentraba en el dado que no logró hacer retroceder las penas cortas de prisión
)erspectiva garantista, que pretendía reemplazar. Por lo tanto, debía evitarse -más que
rategias abolicionistas promoverse- la incorporación de medidas alternativas en aquel
scribía esta diferencia escenario penal. El diagnóstico parecía conducir a una visión
Utrecht y la de Rotter contradictoria del reclamo de la liga respecto de las medidas al
, un punto fuerte más ternativas. Si bien en 1993 se intentó reevaluar las propuestas
252 RENE vAN SwAANINGEN Los GRUF
:ntre reforma positiva y el staff reducido y con menor experiencia; la regulación dé las
ías legales parecía aho visitas, que se tornó más problemática; el empeoramiento de las
lcia abolicionista. E ste condiciones laborales, etc. Estos problemas constituyeron los
1 establecido de activis
principales temas de interés en la segunda mitad de la década
,9 -70) llegó a decir que, del 80 y principios de los 90. Durante este período el sindicato
l BWO fueron logrados sufrió una dramática reducción de miembros. Los problemas
ar tanta energía en la personales entre los miembros de la comisión directiva y las
illaba explicación en el irregularidades financieras hicieron que el BWO prácticamente
ie la institución fueron dej ara de existir para 1993, y el B ONJO asumió sus actividades.
'
! de Jonge encerraban
1 instrumental del éxi
9 N.del A.: según comunicación personal con Erik van der Maal.
iirecto -por ejemplo, el
Los GRUPOS
256 RENÉ VAN SWAANINGEN
por parte de la sociec
Mientras que el BWO quebraba debido a las acciones fraudu cooperación con el s:
lentas de su tesorero, irónicamente, el BONJO afirmaba: " BWO funcionarios, se pen
logró al fin alcanzar u no de sus objetivos: amplia cobertura me una "tercera" tarea,
diática. Los miembros de la comisión de directiva se insultan parar informes sobr·
mutuamente y mientras tanto, la caja queda vacía" (BONJO-Bu reo de las órdenes de
lletin vol. 8, 1994, no 5 , pp. 7 y 8) Un comité de investigación diversion. Al mismo
analizó las irregularidades, con apoyo de sus miembros . Por entre los beneficiaric
aquel entonces, el servicio de probation dejó de subsidiar las ac oficiales en "parte de
tividades del BWO hasta que se aclarasen las irregularidades. cuando salían de la '
La disparidad en1
3. VOICES: el momento positivo en la crítica penal
dentro del servicio
El término VOICES es la abreviatura que, en holandés, se incentivo para form
ñala la asociación para el apoyo de iniciativas en el campo del gonista central en la
delito y la sociedad. Intentaba servir de apoyo a alternativas que sabían poco del
"reales" al abordaj e penal de los problemas sociales. VOICES voluntarios y operad
se formó cuando la Coornhert Liga asumió una posición más ficas. La idea de Wie1
inclinada a la defensa legal y comenzó a cuestionar si las alter alternativo, orientad•
nativas eran-verdaderamente deseables. VOICES se originó en el cía de Ja queline de
servicio de probation . Tradicionalmente, a pesar de su financia sarrolló este objetivo
miento gubernamental, estos servicios tenían en Holanda una cer algo que excedie1
posición bastante autónoma respecto del sistema de justicia pe tion, como la mediac
nal. Estaban integrados por voluntarios y, generalmente, eran grupo de trabajo est
monitoreados por juristas progresistas o vicarios. A finales de miembros de la comí
la década del 60, la mayor parte de las iniciativas privadas se jo carcelario parroq1
profesionalizaron y fusionaron dentro de un marco nacional, el tar Humanitas (que
ARV, que no conformó un servicio completamente estatal, sino nacional de apoyo
una asociación independiente de servicios privados, integrada autoridades carcela1
por alrededor de m il cien miembros. Además del Ministerio de académicos y polítiCI
Justicia, contó con muchas otras fuentes de financiamiento, oficialmente. Parafn
como, por ejemplo, la Iglesia y ciertas organizaciones humanis ción anuales, los ob:
tas, y una colecta nacional para los servicios de probation, lle la víctima y el acus.
vada a cabo entre la población. Un rasgo único de los servicios conflictivas criminal
de probation holandeses fue el objetivo de que la reinserción so unir a todas las org:
cial de los delincuentes fuera llevada a cabo por la comunidad. nal; restablecer la b:
En la década del 80, varios funcionarios públicos de distintos la creación de una 1
órganos administrativos relacionados con la justicia señalaron la necesidad profesic
que la sociedad e staba menos comprometida con las políticas del bienestar y la fe
penales progresi stas y que los servicios de probation habían per mostrando que el de
dido su credibilidad. Así, hablaban de una pérdida de confianza
Los GRUPOS DE PRESION PARA LA REFORMA PENAL. . . 257
NGEN
por parte de la sociedad, que debía recomponerse ampliando su
J a las acciones fraudu cooperación con el sistema de justicia penal. Según los citados
BONJO afirmaba: " BWO funcionarios, se pensaba que los servicios de probation tenían
)S: amplia cobertura me
u na " tercera" tarea, después de brindar asistencia social y pre
de directiva se insultan parar informes sobre encuestas sociales, que sería el manito
1ueda vacía" (BONJO-Bu- reo de las órdenes de trabajo comunitario y otros programas de
comité de investigación diversion. Al mismo tiempo, se había socavado su credibilidad
J de sus miembros. Por
entre los beneficiarios del servicio al haberse transformado sus
dejó de subsidiar las ac oficiales en "parte del sistema" y al no tener nada para ofrecer
;en las irregularidades. cuando salían de la cárcel.
La disparidad entre los que ostentaban puestos gerenciales
ritica penal dentro del servicio y los trabajadores de campo fue el mayor
ra que, en holandés, se incentivo para formar VOICES. Gradus Wiersma fue un prota
ciativas en el campo del gonista central en la crítica a los nuevos "yuppies" del servicio,
de apoyo a alternativas que sabían poco del trabajo y apartaron deliberadamente a los
lemas sociales. VOICES voluntarios y operadores que llevaban a cabo las tareas especí
.umió una posición más ficas. La idea de Wiersma era establecer un servicio de probation
a cuestionar si las alter- alternativo, orientado al trabajo social general. Bajo la presiden
. VOICES se originó en el ·
cia de Ja queline de Savornin Lohmiln, un grupo de trabajo de
a pesar de su financia
,
sarrolló este objetivo y sostuvo que VOICES también debía ofre
tenían en Holanda una cer algo que excediera el ámbito típico de los servicios de proba
:!l sistema de justicia pe tion, como la mediación entre las víctimas y los acusados. Este
> S y, generalmente, eran grupo de trabajo estaba constituido por oficiales de probation y
o vicarios. A finales de miembros de la comisión directiva del BWO, de BONJO, el traba
s iniciativas privadas se jo carcelario parroquial, la organización humanista de bienes
le un marco nacional, el tar Humanitas (que ofrecía importantes recursos), el programa
pletamente estatal, sino nacional de apoyo a las víctimas LOS, así como también por
cios privados, integrada autoridades carcelarias, abogados defensores, fiscales, jueces,
demás del Ministerio de académicos y políticos. En mayo de 1988, VOICES se constituyó
ntes de financiamiento, oficialmente. Parafraseando lo expresado en sus planes de ac
rganizaciones humanis ción anuales, los objetivos de VOICES eran: la mediación entre
rvicios de probation, lle la víctima y el acusado, para lograr la solución de situaciones
o único de los servicios conflictivas criminalizables antes que llegasen a los tribunales;
ie que la reinserción so unir a todas las organizaciones de voluntarios en el campo pe
cabo por la comunidad. nal; restablecer la base social del trabajo de probation mediante
os públicos de distintos la creación de una red de voluntarios activos, que no tuvieran
on la justicia señalaron la necesidad profesional de crear urgencias dentro del "mercado
netida con las políticas ·
del bienestar y la felicidad", y cambiar la opinión pública, de
je probation habían per mostrando que el delito podía tratarse mejor de una forma com
na pérdida de confianza
258 RENÉ VAN SWAANINGEN Los GRUPOS
ducir el sistema carcelario y luego se apoyan otras medidas. Otro de justicia penal, ¡,
fenómeno generalizable es que este último paso normalmente no fensistas como pa1
se da, porque los activistas temen ampliar la red penal.
Se pueden distinguir cuatro etapas dentro del activismo pe IX. LA LUCHA CARCE
nal: la primera consiste, simplemente; en dirigir la atención ha ·
Una noción fur
cia las deplorables condiciones carcelarias; por ejemplo, en las
la forma y el propo
fases iniciales de los movimientos de presidiarios del sur de Eu
la formación del I
ropa. La segunda está conformada por las luchas por la eman
de presión penal <
cipación y por los derechos de los detenidos. É sta puede apre
tamente estas teo:
ciarse prácticamente en todos los grupos de presión penales de
alrededor del trae
Europa, aunque no al mismo tiempo. La tercera se caracteriza
por la consolidación de los logros previos . Esto sucede cuando de que la lucha p(
se lograron importantes objetivos (como en Italia y España, des clases. Ni en el co
pués de la introducción de nuevas leyes penitenciarias) o cuan vilizar a los trabaj
do la situación en el frente penal empeora (como en el noroeste con conciencia poi
de Europa durante la década del 80) . La cuarta consiste en apo rialista ya no exis
yar medidas alternativas a la privación de la libertad. É ste ha su mayor parte, er
sido el cas_o en los países del norte de Europa entre 1975 y 1979. tes. La adquisiciór
Después, se puede observar un retroceso a la tercera etapa. de conciencia pen
Dado que las campañas de ley y orden de la década del 80 ya no Después de 1980,
ofrecen una base común sólida para la introducción de medidas dejaron de dirigir::
alternativas, este retroceso también puede hallar su explicación vínculos con la izc
en el hecho de que las medidas que alguna vez se apoyaron fueron sos" a los grupos d
implementadas de forma diferente a la que pretendían los reforma ja adecuadamente
dores. En estos períodos, la batalla penal se profesionaliza -espe otras fuerzas socic
cialmente mediante los abogados-. Mick Ryan y Tony Ward obser implícito. Desde es
varon que, en Inglaterra, las feminista s independientes, los negros en un período deü
y el debate sobre las privatizaciones cambiaron al lobby penal. Este momento. Por lo te
desarrollo prácticamente no se observa en otros países. La mayoría nostalgia. La impo1
de los grupos de presión penal continentales casi no reflejaron és sión también pued(
tos ni otros "nuevos" fenómenos del ámbito penal, como el cambio sus reclamos son i:
victimológico, la prevención del delito o el crimen organizado. Este
"descuido" puede deberse a la posición dominante de los juristas: X. LA LUCHA CARCELI
tales temas están fuera de su incumbencia profesional. Esta tesis Después de las
encuentra apoyo en el hecho de que los comentarios críticos sobre ciones centrales de
los desarrollos legales son ad hoc y orientados a la jurisprudencia. dalidades sanciona
El impulso proveniente de la ciencia social de llevar estos temas a cu lturales. El libro
un nivel macropolítico permanece llamativamente ausente. Debido nitenciarios de los
a su enfoque dominante, basado en el análisis crítico del sistema una perspectiva acc
- -
NGEN Los GRUPOS DE PRESION PARA LA REFORMA PENAL. . . 26 1
•oyan otras medidas. Otro de justicia penal, los grupos de presión se volvieron demasiado de
mo paso normalmente no fensistas como para ser verdadera mente innovadores.
iar la red penal.
dentro del activismo pe IX. LA LUCHA CARCELARIA COMO LUC HA DE CLASES
en dirigir la atención ha Una noción fundamental de las teorías penale s radicales es
trias; por ejemplo, en las
la fo rma y el propósito del cambio en las sanciones, conforme
esidiarios del sur de Eu- a
. -las luchas por la eman la formación del Estado y el desarrollo económ ico. Los grupos
de presión penal del centro y sur de Europa reflejaban implíci
nidos. É sta puede apre tamente estas teorías. Los intento s de sindicalizar a los presos
•OS de presión penales de
alreded or del trabajo ofrecían esc aso apoyo empíric o a la idea
La tercera se caracteriza de que la lucha penal podía libra rse como parte de la lucha de
ios. Esto sucede cuando clases. Ni en el contexto latino ni en Aleman ia fue posible mo
J en Italia y E spaña, des
vilizar a los trabajadores para lograr la reforma penal. El preso
s penitenciarias) o cuan
con conciencia política, a quien se dirigía la lucha penal mate
'ora (como en el noroeste
rialista ya no existe, y el proble ma del delito se transfor mó, en
:t cuarta consiste en apo
su mayor parte, en el problema de las drogas y de los inmigra n
:1 de la libertad. É ste ha
tes. La adquisición de concienc ia política entre los detenidos y
uropa entre 1975 y 1979. ·
de conciencia penal entre los sindicatos no tuvo mucho éxito.
so a la tercera etapa . Después de 1980, las acciones de los grupos de presión penal
. de la década del 80 ya no
dejaron de dirigirse a las masas, y, además, los debilitaron los
introducción de medidas
vínculos con la izquierda radical. Puede definirse como "exito
de hallar su explicación
sos" a los grupos de presión penal radicales si su crítica se refle
1a vez se apoyaron fueron
ja adecuadamente en una situación política penal concreta , y si
te pretendían los reforma-
otras fuerzas sociales hubieran recibido su influenc ia de modo
1 se profesionaliza -espe
implícito. Desde esta perspectiva, un movimie nto social exitoso
Ryan y Tony Ward obser
en un período determinado puede volverse inadecuado en otro
:ldependientes, los negros
momento. Por lo tanto, no deberíamos ver su desaparición con
1iaron al lobby penal. Este
nostalgia. La importancia de un tipo específico de grupo de pre
1 otros países. La mayoría
sión también puede disminu ir cuando una parte significativa de
ales casi no reflejaron és
sus reclamos son incluidos dentro de la política implementada.
ito penal, como el cambio
. crimen organizado. Este
X. LA LUCHA CARCELARIA COMO EXPONENTE DEL PROCESO CIVILIZATORIO
ominante de los juristas:
ja profesional. Esta tesis Después de las teorías materialistas, una de las interpreta
omentario s críticos sobre ciones centrales de la reforma penal es que el cambio de las mo
ados a la jurisprudencia. dalidades sancionatorias resulta del cambio de las estructuras
::tl de llevar estos temas a culturales. El libro de Herman Franke sobre los desarrollos pe
vamente ausente. Debido nitenciarios de los últimos dos siglos en Holanda, escrito desde
1álisis crítico del sistema una perspectiva acorde con el pensamiento de Elias, muestra un
262 RENÉ VAN SWAANINGEN
Los GRUPO
marcado contraste con los análisis de la línea de Foucault y de
distintas del sistema
Mathiesen. Desde su punto de vista, no es la sindicalización de
las alternativas, unc:
los detenidos la que promovió los cambios penales, sino más bien
tras, incontrolables,
una llamada "ofensiva de la civilización penológica" de parte de la
ras del entramado s
burguesía. El aumento del respeto por los derechos (civiles) de los
peor aú n, dispersare
detenidos llevó a su gradual emancipación (Franke 1990). Esta
medidas alternativa
visión es apoyada por el argumento de Gerard de Jonge, acerca
significativo cuando
de que es mejor poner la energía en la defensa legal de lós recla
estas sanciones com
mos concretos, que en la sindicalización. Si el surgimiento de los
ma penal y cuando :
grupos de presión penal es un elemento de la ofensi':'a e la civi
de bienestar, comen
lización penal, su declive, en la década del 80 es un md1cador de
la estrategia de la r•
que el proceso de civilización se ha invertido. Sin embargo, parece
aconsejable. Esto lle·
justo decir que los grupos de presión penal contribuyeron a au
. nada daría resultad
presión. En la fase i
mentar la sensibilidad hacia la cuestión penal entre los liberales
civilizados. Desde este punto de vista, su virtual desaparición en
fueron advertencias
la década del 80 se debería, parcialmente, a sus estrategias más
demasiado entusias
modestas, realistas y pragmáticas, dado que éstas son menos
inicios, la obra de M•
apropiadas para llegar a los problemas normativos y emocionales
mente compartida d
de la pena Íidad. El etiquetamiento de la Coornhert Liga en los
hay ejemplo concret
medios masivos como "organización respetable" (Drogt 1990:30)
que pueda competir
no resulta, precisamente, un cumplido.
penales se quedaror
El aumento de la sensibilidad hacia el sistema legal aflictivo
Maeve McMahon
y el cuestionamiento de su legitimidad normativa son elementos
gumento sobre la a1
fundamentales de la estrategia abolicionista. Numerosos grupos
tenciarios lo utiliza!
de presión penal se han presentado a sí mismos como abolicio
discontinuar progra
nistas. Su desarrollo -en prácticamente todos los países- de
excusa para recorta:
muestra que el abolicionismo puede no haber tenido una in
go es el precio justo,
fluencia directa en la política criminal, pero si la tuvo entre los
decentes. Si, de todo
habilitación de los e
operadores del sistema penal. Sus enfoques alternativos sobre
la justicia restaurativa y las sanciones indemnizatorias dieron
operar de alguna fo
un primer impulso al desarrollo de sanciones no privativas de
·. la libertad y de programas de prevención del delito en muchos fase del debate crític.
la reafirmación pruc
paises, aunque su desarrollo práctico haya hecho que muchos
man en buenos "pra
abolicionistas hayan querido olvidar este parentesco.
tos deben reconocer
los valores y principi
XI . LAS ALTERNATIVAS A LA PRISION, LA REFORMA NEGATIVA Y LA AMPLIACJON
DE LA RED PENAL
XII. D E L COMPROMISO
Tras una fase idealista, en la que los criminólogos críticos apo
Después de la dé·
yaron varias iniciativas para derivar los casos a otras instancias
les adoptaron la poli
;EN
Los GRUPOS DE PRESIÓN PARA LA REFORMA PENAL. . . 263
línea de Foucault y de
distintas del sistema penal, tuvo lugar u na fase pesimista en que
s la sindicalización de
las alternativas, una vez implementadas, se consideraron sinies
penales, sino más bien
tras, incontrolables, amplificadoras de la red penal y debilitado
:nológica" de parte de la
ras del entramado social, que no redujeron el uso de la cárcel y,
derechos (civiles) de los
peor aún, dispersaron el control social dentro de la sociedad. Las
)n (Franke 1990) . Esta
medidas alternativas a la prisión sólo se implementaron a nivel
erard de Jonge, acerca
significativo cuando la crisis penal y fiscal hicieron necesarias
fensa legal de los recia
estas sanciones como medio más económico de expandir el siste
Si el surgimiento de los
ma penal y cuando la "ética del cuidado", originada en el Estado
le la ofensiva de la civi
de bienestar, comenzó a declinar. En estas tierras poco fértiles,
:1 80 es un indicador de la estrategia de la reforma negativa de Mathiesen se volvió des
io. Sin embargo, parece aconsejable. Esto llevó a los reformadores penales a la idea de que
tal contribuyeron a au
nada daría resultado, lo que, de hecho, paralizó a los grupos de
>enal entre los liberales
presión. En la fase idealista, las recomendaciones de Mathiesen
virtual desaparición en
fueron advertencias bien recibidas para los reformadores penale s
, a sus estrategias más
demasiado entusiasmados, pero los tiempos cambiaron. En sus
. que éstas son menos inicios, la obra de Mathiesen respondía a la problemática amplia
rmativos y emocionales mente compartida de la reforma penal, pero no ahora, porque no
Coornhert Liga en los hay ejemplo concreto de reforma que sea solamente negativa y
O!table" (Drogt 1990:30) que pueda competir con el sistema, por lo que los reformadores
penales se quedaron con las manos vacías.
l sistema legal aflictivo Maeve McMahon (1992 :222) señaló otro efecto perverso del ar
•rmativa son elementos gu mento sobre la ampliación de la red penal: los oficiales peni
sta. Numerosos grupos tenciarios lo utilizaban, no pocas veces, como argu mento para
mismos como abolicio- discontinuar programas potencialmente reduccionistas o como
todos los países- de excusa para recortar los recursos dentro de la cárcel. Si el casti
haber tenido una in go es el precio justo, no hay necesidad de mantener instalaciones
· ero sí la tuvo entre los decentes . Si, de todos modos, el sistema penal contribuye a la re
ues alternativos sobre habilitación de los condenados, en un sistema racional ello debe
ndemnizatorias dieron operar de alguna forma. Este reconocimiento augura la tercera
:iones no privativas de fase del debate crítico sobre las alternativas a la prisión: la fase de
1 del delito eri muchos
la reafirmación prudente, en la que los reformadores se trans or
Lya hecho que muchos man en buenos "practicantes de judo", conforme a Foucault. Es
parentesco. tos deben reconocer que, a pesar de todo, se deberían reevaluar
los valores y principios que fundan la justicia informal.
NEGATIVA Y LA AMPLIACION
XII . DEL COMPROMISO SOCIAL A LA POLITICA DE LOS DERECHOS
minólogos críticos apo Después de la década del 80, numerosos movimientos socia
:tsos a otras instancias les adoptaron la política de los derechos . La influencia de los ju
RENÉ VAN SWAANINGEN Los GRUPOS
264
tambié n es las mujeres sólo repr
ristas en los grupos de presión para la reform a penal
país en particu lar. En este ción carcelaria, la n
producto de la cultura legal de cada
el discurs o de la ley y los explícitamente es de
sentido, Inglaterra es la excepc ión. Allí,
hacia tas fueron las prime:
derechos sólo encontr ó eco entre los académ icos críticos
del 80. En el contine nte europeo , los crimi Dentro del lobby :
finales de la década
discurs o el desarrollo de una
nólogos críticos fueron menos despect ivos respect o del
abogad os intenta ron anticip ar tes grupos y una dis¡
jurídico y los fo ros críticos de los
s en más de un sentido . prácticas dentro del
el signific ado colectiv o de los derecho
enfatizó repetida mente la importa ncia son Refonn 'Irust y e1
Michel Foucault también
ria. dentro de NACRO. En
de incluir al sindica to de la magistratura en la lucha carcela
ercicio tuvieron drogas. Esta cuestión
Así, por ej emplo, en E spaña los abogad os en ej
reforma penal en la a
un papel central dentro de los grupos de presión penal.
sociales ligados al co1
Una de las primeras organizaciones de este tipo, la Penal Re
de la política de prohi
fonn Intemational, fundada en noviembre de 1989 por el ya aludido crisis de legitimidad e
director general del D epartamento de Asuntos Penitenciaras ho
principalmente, por e
landés de la era del reduccionismo, Hans Tulkens, y la presidenta
las consecuencias ca1
de NACRO, Vivien Stern, mantuvo un enfoque fu ertemente legal. drogas tiene en sus co
En sentido práctico, el activismo legal tiene un rol importante
su legalización parece
en el lobby penal. Los abogados son conocidos por su campo prác
tura política internaci
tico de acción; si bien pueden resultar menos "profundos" en el mitación de la perturt
pensamiento que los sociólogos, son mucho más inteligentes para la principal razón par.
encontrar soluciones y lograr acuerdo s. En este aspecto, pueden de la menor infl.uenci
ser eficaces para superar la desesperación analítica y política. Sin la política sobre droga
embargo, la inclinación a la defensa de los logros del pasado puede en términos más gen(
llevar fácilmente a otro anquilosamiento, vale decir, a la pérdida, se encuentren, finaln
por parte de los grupos de presión, de su rol innovador, de su capa que llegaron respecto .
cidad de proponer nuevos temas a nivel analítico y político. después de haber esta
implementadas, se trc
XIII. LA DISPERSION DEL " LOBBY" PENAL sobre drogas librada <
Pocos grupos de presión penal en el continente se ocuparon es igual a una política
de dos temas centrales en el debate académico crítico en In recursos sanitarios ad
glaterra: género y etnia. Probablemente esta afirmación no sea de marcar estas difere
correcta, ya que también puede argumentarse que enfrentamos la agenda de reducció1
una dispersión generalizada del lobby penal en movimientos zando que una visión
que se ocupan de un único tema. Los movimientos de mujeres mente la multiplicacióJ
e inmigrantes surgieron en todos los países europeos, pero casi mente vegetativos tiene
no se ocuparon de la cuestión penal. Sin tener en consideración tener de la justicia soc
ses europeos, pero casi mente vegetativos tiene muy poco que ver con la idea que se puede
í
ticipar del debate en Holanda se pronunciaron en contra de la estas visiones es el e
profesionalización predominante y de la cooptación judicial del La Fracción del E
lobby a avor de la víctima, y defendieron una postura más au o RAF), también cor:
tónom de la víctima de delito en el marco del derecho civil. La apellido de sus dos 1
orienta , ión a las víctimas parece exclusiva del caso holandés y se las organizaciones 1
present como una posibilidad de modificar el efecto negativo que vas de la República
suscita los movimientos reformistas al ser considerados simples
grupos de interés de los convictos. El reemplazo del compromiso
soci la_ redominantemente materialista por una solidaridad con
· 1 .
las v1c mas nos confronta, s1n embargo, con nuevos problemas,
de los ue nos ocuparemos en el Capítulo X.
y
res: sir en para mantener viva la sensibilidad ante esos temas y
son est mulos importantes para "recargar las baterías críticas".
La cue tión es saber si esto es suficiente, especialmente si tene
¡
mos en cuenta que la base social del lobby penal se ha reducido
consid rablemente. ¿Cuál es el valor agregado de un grupo de
presió penal en comparación con la agitación individual? Los
t
observ torios institucionalizados que monitorean los derechos de
los detenidos, como el comité de apelaciones de la litigación de los
presid i · ríos a nivel nacional , la Corte Europea de Derechos Hu
manos, el Comité para la prevención de la tortura y otros tratos
r
y casti : os degradantes del Consejo de Europa, el Observatoire
Internafional des Grisons e, incluso, Amnistía Internacional a ni
vel glo l , cumplen, e n la actualidad , el rol que antes ejercían los
grupo s de presión penal. Aquéllos fueron esenciales en el esta
blecim nto de estos custodios institucionales. Su tarea actual
es observar lo que sucede, efectuando críticas y recomendaciones
'
a n ivel nacional y sensibilizar a la opinión y a los operadores
l
respec b de "nuevos" temas como el control policial internacio
nal y las políticas inmigratorias (como ya hace State Watch), o
la d isp rsión del control social med iante la privatización de las
agenciJs de justicia penal. Así, no resulta aconsejable apegarse a
3EN Los GRUPOS DE PRESION PARA LA REFORMA PENAL . • .
267
íctimas de delitos, otro una actitud de simple defensa. Como vanguardia, los movimien
apenas unos pocos gru tos sociales no sólo deben analizar los nuevos acontecimientos,
a explícita. Los que par sino también visualizar realidades alternativas. El desarrollo de
mciaron en contra de la estas visiones es el objetivo del resto de este libro.
cooptación judicial del La Fracción del Ejército Rojo (en alemán Rote Armee Fraktion,
n una postura más au o RAF), también conocida como la banda Baa d er Meinhof(por el
-
To del derecho civil. La apellido de sus dos componentes más significativos), fue una de
a del caso holandés y se las organizaciones terroristas radicales de izquierda más acti
ar el efecto negativo que vas de la República Federal de Alemania en la posguerra.
er considerados simples
mplazo del compromiso
>or una solidaridad con
con nuevos problemas,
l X.
La crisis en la crimil
dió con otras crisis: la f
estar, la de la adminis1
pública en los gobierne
tramos distintas evalu:
analítica, dentro de la
que el clima penal de
lagos críticos a la dese
penales a un estado de
etiológico de la nueva a
quedara subdesarrolla
de especial urgencia, eJ
tra la propiedad se inc
crecimiento económicc
necesitaba cierta sofist
criminología en este se
conservadoras de la el
se volvieron cada vez 1
Desde mediados de 1980, el leitmotiv de las campañas de ley nos-. El temor al "o·
y orden dominaba todos los países de Europa occidental. Así, se los (potenciales) ten
afirmaba que el delito se estaba yendo de las manos y que la los musulmanes od
social" fue visto como la indispensable corporización de los valo (Zaitch, van Swaanir
res colectivos que impedían la desintegración social, ahora sólo En la actualidad,
reflejaba un obstáculo molesto al desarrollo individual. El temor pero las condiciones
creciente al delito callejero y la preocupación por las víctimas ron las nuevas políü
fueron los principales argumentos para anunciar programas el caso italiano, el d(
de prevención del delito, para imponer penas más duras y para sión de la legislación
"ampliar la red" de controles policiales. En su libro Inventando no, a la vieja usanzé
el temor al delito (Inventíng Jear of crime), Murray Lee (2007) pre una década después
senta un excelente relato de cómo la "política de la angustia" se ha fortalecido por lo
convierte en un factor determinante en el desarrollo de la justicia pulite, que tuvo com1
penal. El temor a "los que no son como uno" y que tienen el há corruptas, objetivo v:
bito de cometer delitos callejeros dio pie al revanchismo urbano. italiana (Faccioli 198
GEN EL ANÁLISIS CRITICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 27 1
Ldores penales también Ese término, acuñado por Neil Smith ( 1996), hace referencia a
1 á s útil que los modelos la estrategia urbana de "reconquistar" la ciudad para el capital
lucha. Si bien los aca y para las clases medias, desplazando a los "pobres urbanos"
mas h istóricos, huyeron -entre ellos, muchos inmigrantes- que han deteriorado la vida
optaron po sturas defen social a tal punto que las clases medias (blancas) tuvieron que
ación de la criminología huir a los suburbios . En ese contexto, las autoridades locales se
Jenal actual, es preciso han hecho menos sensibles a las demandas de sus habitantes
ley y el orden. vulnerables y recurren cada vez más a e strategias punitivas para
reorganizar la ciudad según los gustos e intereses de las clases
medias -comprometiéndose en la lucha contra los pobres urba
nos-. El temor al "otro" terminó, después de 2 0 0 1 , en el temor a
de las campañas de ley
los (potenciales) terroristas islámicos. Así, surgió la idea de que
uropa occidental. Así, se
los musulmanes odian a los occidentales; odian nuestro estilo
de las manos y que la
de vida "decadente", nuestra sociedad abierta y, por supuesto,
1edios blandos" de la dé
también nuestro dominio económico y político. Esta idea fue ali
.ecesitaba una respuesta
mentada por numerosos ataques en el nombre de Alá. Tras los
gnificaba dureza con los
1 la punibilidad crecía a
ataques a las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, los
musulmanes radicales volaron una discoteca en la isla indonesia
1al estaba en crisis. Los
de Bali, embajadas occidentales en Estambul, centros turísticos
je y los políticos usan el
en Turquía y Egipto, centros culturales en Casablanca, trenes
rales, generando grandes
locales en y alrededor de Madrid, líneas de subterráneo y colec
·ealizable". El sistema no
política, comete errores tivos en Londres. Estos espantosos acontecimientos provocaron
::: ión europea, el sistema conmoción, y en estado de shock no resulta difícil implementar
o de Renania por el an respuestas draconianas -que frecuentemente no se condicen con
>r la creencia asegurada los principios de las sociedades liberales y abiertas-. Se descono
cado. La imagen pública cieron -prácticamente, derogaron - numerosos derechos civiles
; mientras alguna vez "lo bajo un equivocado "derecho de protección" contra los terroristas
:orporización de los valo (Zaitch, van Swaaningen y Geelhoéd, 2007).
ración social, ahora sólo En l a actualidad, el escenario general e n Europa es similar,
ollo individu al. El temor pero las condiciones sociales específicas bajo las cuales surgie
tpación por las víctimas ron las nuevas políticas de ley y orden varían de país en país. En
ra anunciar programas el caso italiano, el debido proceso ha tenido que soportar la pre
penas más duras y para sión de la legislación de emergencia contra el "terrorismo" (inter
En su libro Inventando no, a la vieja usanza de izquierda) de la década del 70. Más de
, Murray Lee (2007) pre una década después, la creencia pública en la ley y el orden se
olítica de la angustia" se ha fortalecido por lo s ju icios contra la mafia, y la operación maní
!l desarrollo de la justici a pulite, que tuvo como objetivo acabar con todo tipo de prácticas
uno" y que tienen el há- corruptas, objetivo vital para el funcionamiento de la burocracia
al revanchismo urbano. italiana (Faccioli 1984; Pavarini 1994). El delito organizado tras
272 RENÉ VAN SwAANINGEN EL ANÁLIS
años, cada uno de estos fenómenos habría parecido altamen son comu nes en Eur
te improbable, aun para el observador mejor informado y más Un fenómeno bas1
actualizado". H oy, tenemos u n sistema de justicia penal muy de las autoridades d•
diferente del de hace unos treinta años atrás, y hasta podemos cumple un rol margi
afirmar que la lógica completa de la justicia penal ha cambia muchos otros mecar
do. D esde los análisis del control social, podemos derivar cinco consecuente con la r•
distinciones analíticas que pueden ayudarnos a explicar qué ha zación neoliberal, el e
pasado. Generalmente, se distingue entre: 1 ) control social for no a la empresa privé
mal e informal; 2) control organizado desde el Estado y control nueva visión de la jt
privado; 3) control posterior a los hechos y proactivo; 4) control delito, en el nuevo m
coercitivo y persuasivo, y S),control en la esfera pública y en la colaboración entre le¡
esfera privada (Scheerer y Hess, 1 9 9 7 ) . El "buen y viejo" enfo es capaz de reasumí
que punitivo del Estado n o h a perdido terreno en Europa: aún control. ¿Cuáles han
se puede hablar de un "neopunitivismo" en muchas partes del cambio en el control :
mundo occidental (Pratt et al., 2 005), pero, aun cuando el nivel
general de punitivismo ha aumentado, en realidad la balanza l . Mayor orientación
en el control del delito se ha inclinado hacia formas de control Un primer factor e
más informales, privadas, proactivas y persuasivas y hacia una se encuentra en lo qu·
mayor intervención en la esfera privada. tima". En el derecho I
EN EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 273
cometidos son más graves y el temor por el delito ha crecido aún activa que incluye
GEN EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 275
asociaciones en el control del delito. Una de las primeras oracio decisiones más ii
nes del White Paper (Ministerio de Justicia, 2001:3) holandés de en las dependenc
2001 (instrucciones del Ministerio de Justicia) reza: "El control justicia penal m,
del delito es una tarea que deben llevar a cabo la Administración, de que realmenü
la sociedad, la comunidad de los negocios, los ciudadanos, .la po trol proactivo" st:
licía y el poder judicial por igual". La política de la prevención del control ex post fa
delito es un excelente ejemplo de la estrategia de la responsabili bien conocidos de
zadón. El aumento de la industria de la seguridad privada, desde reciente y probab
la vigilancia hasta la producción y venta de cerraduras y disposi vancia de los llarr
tivos electrónicos también puede explicarse mediante la enorme mapas de situaci
popularidad del discurso de la seguridad. con gran concent
riesgo y de posibl
4. Mayor regulación administrativa
La cuarta tendencia es que las autoridades de la justicia pe 6. El rol de las n
nal han advertido que, en muchos casos, las medidas adminis Las técnicas e
trativas resultan mucho más eficaces como medio de control del delito son realmt:
delito que la intervención penal. Gradual pero inexorablemente, merosas técnicas
la primacía del Estado de Derecho está haciendo lugar a la pri · pulsaras más im¡
macia del Poder Ejecutivo. En el campo del orden público es descriptos en el te
donde las medidas administrativas son más utilizadas que las como una caractc
penales para controlar situaciones potencialmente criminóge Puede observarsf
nas. Asimismo, se ha generalizado la práctica administrativa de co, de nuestros a
condicionar ciertas actividades al otorgamiento de licencias que delito. Todas nw
pueden ser retiradas después de una infracción a las normas. webs que visitam
Las infracciones de tránsito, como conducir con exceso de velo den, en principio,
cidad, prácticamente se han autonomizado y se tratan en juz vimientos más an
gados administrativos. También se ha generalizado la c o erción movimientos físic
administrativa en el control del delito corporativo: si una empre cos, e scolares, la
sa viola las leyes impositivas o las leyes de protección del medio ciertas condicione
ambiente, pueden imponerse astreintes hasta que la compañía El rol de las té
c:tdecue su conducta a lo dispuesto por las normas. En casos no puede subesti
extremos, por ejemplo, una empresa que contamina el medio
grandes memoria
ambiente o se niega a tratar sus efluentes, puede ser clausura que ocurren en d
da. Esta práctica ha demostrado ser mucho más eficaz que el perfil promedio de
procesamiento de algunos empleados o del director de la firma. cálculo de la corre
"zonas calientes" :
5. Intervención más proactiva volcarse en un m;
La qu inta tendencia es que la coerción penal se está tras cargados del cumJ
ladando a las fases preliminares del procedimiento penal. Las blica -y privada, d
GEN EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 277
.,
EL ANÁLISIS CRiTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 279
}EN
la policía efectivamente
negativa de limitar el riesgo (Beck1986). En una sociedad ta , la
-
solidaridad ya no se basa en el sentimiento positivo de conex10n,
improbable que pudiera
sino que se expresa en un temor común; se abandona la idea de
. arresto (Ditton, 1999) .
que puede hacerse algo bueno y la toma de decis ones e basa
.cil establecer la partici
en los análisis de costo-beneficio sobre el modo mas eficiente de
:
edó registrada.
gerencia de la sociedad, proceso que se describe como mbio
volución" de los perfiles
del idealismo al realismo. La acción estatal ya no esta mfor
ttil para un sospechoso
mada por principios normativos sino por números estadísticos.
ando un cabello o u na
La visión subyacente de la humanidad ha girado del ciudadano
tte. No obstante ello, no
responsable al objeto irresponsable de control. La nfrac iones
ean la utilización de la
legales ya no son j uzgadas en términos de culpab1hdad smo en
!stado en determinado
términos de riesgo potencial para el orden social.
:�.mente haya cometido
280 RENÉ VAN SwAANINGEN E L ANÁLISIS CRi'
· Esta tendencia se anunciaba bastante tiempo atrás. H ace colrn Feeley y Jonathan :
veinte años, el teórico jurídico Filipo Sgubbi ( 1990) sostuvo que en caracterizar estos de:
una proporción creciente de delitos de la sociedad moderna se la que acuñaron el térmi
trataba como una cuestión de simple trasgresión, en la que los El adjetivo "actuaria!'
intentos de responsabilizar al acusado moralmente cedieron actuarios son quienes ca
su lugar a la pura regulación administrativa. Por su parte, el me a ellos, determinan 1<
criminólogo alemán Sebastian Scheerer ( 1986a: 105-6) sostuvo, penología "halla su raíz
aún mucho antes, que er derecho penal estaba perdiendo su y por conceptos como c1
identidad en la medida en que se c aracterizaba cada vez más como también diagnóstic
por la política simbólica a nivel retórico y por el apoyo adminis gresor individual". La " n
trativo en el plano práctico. Diez años después, Scheerer ( 1 996) actuaria!. El delito es U J
concluiría que la cárcel se transformó en un "depósito" para tral e s gerenciarlo de la
los que son demasiado pobres para ser castigados financiera esta cuestión es el cálcul
mente y demasiado marginales para ser integrados (refugiados, de identificación, clasific
europeos del este, solicitantes de asilo político, etc . ) , pero, al tegorizados en orden a
mismo tiempo, comenzó a perder su lugar corno reacción cen personifica el centro nel
tral frente a los delitos comunes de la población autóctona, para empresa privada se ha tr
cuyos miembros · Se estableció una amplia red de mecanismos penología. Los "antiguos
de control dentro de la sociedad, presidida por la lógica de la coerción penal, mientra
seguridad, de carácter cada vez más invasivo. Los criminólo justicia son actuarios de
gos holandeses Hans Noutellier y Bas van Stokkom ( 1995) lo "La j usticia actuaria!
interpretaron como el surgimiento de una política orientada a la ticia actuaria! involucra
seguridad comunitaria en el marco de una sociedad de riesgo, so sobre la política crim:
cuyo orden moral real se basa en el deseo cívico de seguridad y en el sentido estricto de·
reducción del riesgo. En 1995, la publicación francesa Déviance constriñen a la acción . I1
et Société dedicó un número completo (vol. XIX, n° 2) al creci a u n a tecnología específi
miento de la industria de la seguridad dentro de la política de tos. D e tod o s modos, es :¡:
prevención de las soCiedades de riesgo. de una ideología bien a1
Stan Cohen afirmó en 1994 que "la nueva partida del juego tecnología específica" (F
'el fin de las ideologías' dejó su impronta en los sistemas de con actuaria! consiste en nu
trol social y las ideologías . . . en el negocio del control, se observa prácticas y nuevas funcio
el predominio del estilo gerencial, administrativo y tecnocrático. yace en las combinacior
Las antiguas ideologías liberales (tratamiento, rehabilitación , corporadas en las nueva
reforma social) están desacreditadas. El objetivo es mantener rnon 1 9 94 : 1 74 ) . La idea d
el sistema de j usticia penal razonablemente en forma. Los di presente en la orientació1
rectores de las cárceles ya no son los 'arquitectos morales' de Moderna en la década de
principios del siglo diecinueve, como tampoco lo son los profe da el enfoque de la defer
sionales de la época de auge de la ideología del tratamiento; es En la actualidad, ya no s
posible que ahora sólo sean· contadores" (Cohen 1994:72). Mal plícita del castigo, sino q·
INGEN EL ANÁLISIS CRlTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 281
ante tiempo atrás. H ace colm Feeley y Jonathan Simon ( 1 9 9 2 , 1 994) fueron los primeros
.gubbi ( 19 9 0) sostuvo que en caracterizar estos desarrollos como "nueva penología", para
: la sociedad moderna se la que acuñaron el término "justicia actuaria!".
trasgresión, en la que los El adjetivo "actuarial" deriva del negocio de los seguros. Los
do moralmente cedieron actuarios son quienes calculan los riesgos potenciales y, confor
strativa. Por su parte, el me a ellos, determinan los premios de los seguros. La "antigua"
er ( 1986a: 105-6) sostuvo, penología " halla su raíz en la preocupación por los individuos
nal estaba perdiendo su y por conceptos como culpa, responsabilidad y obligación, así
acterizaba cada vez más como también diagnósticos, intervención y tratamiento del tras
o y por el apoyo adminis gresor individual". La " nueva" penología tiene una orientación
después, Scheerer ( 1 996) actuaria!. El delito es un fenómeno normal y la cuestión cen
LÓ en un "depósito" para tral es gerenciarlo de la manera más eficiente. La respuesta a
er castigados financiera esta cuestión es el cálculo del riesgo "interesado en las técnicas
::r integrados (refugiados, de identificación, clasificación y gerenciamiento de grupos ca
lo político, etc.), pero, al tegorizados en orden a su peligrosidad". El Estado de derecho
ugar como reacción cen personifica el centro neurálgico de la "antigua" penología y la
>oblación autóctona, para empresa privada se ha transformado en la metáfora de la nueva
1plia red de mecanismos penología. Los "antiguos" juristas estaban preocupados por la
:;idida por la lógica de la coerción penal, mientras que los "nuevos" administradores de
invasivo. Los criminólo justicia son actuarios de la sociedad de riesgo.
s van Stokkom ( 1995) lo "La j usticia actuaria! es nebulosa pero significativa. La jus
ma política orientada a la ticia actuaria! involucra nuestra concepción y nuestro discur
: u na sociedad de riesgo, so sobre la política criminal, pero no constituye una ideología
seo cívico de seguridad y en el sentido estricto de- un conj u nto de creencias e ideas que
cación francesa Déviance constriñen a la acción . Implica prácticas pero no es reductible
, (vol. XIX, n° 2) al creci a u n a tecnología específica o a un conj u nto de comportamien
i dentro de la política de tos . D e todos modos, es poderosa y significativa, porque carece
de una ideología bien articulada y de identificación con una
t nueva partida del juego tecnología específica" (Feeley y Simon 1 9 9 4 : 174 ) . La j u sticia
:a en los sistemas de con actuaria! consiste en nuevos modelos de racionalidad,nuevas
:io del control, se observa prácticas y nuevas funciones para viejas formas,. "Su novedad
inistrativo y tecnocrático . yace en las combinaciones y microprácticas particulares in
tamiento, rehabilitación, corporadas en las nuevas funciones que ejecutan" (Feeley y Si
El objetivo es mantener mon 1 9 9 4 : 1 74). La idea del gerenciamiento del riesgo ya estaba
:mente en forma. Los di- presente en la orientación hacia la defensa social de la E scuela
'arquitectos morales' de Moderna en la década del 80. Sin embargo, durante esta déca
ampoco lo son los profe da el enfoque de la defensa social tenía otras características.
)logía del tratamiento; es En la actualidad, ya no se presenta como una legitimación ex
s" (Cohen 1994:72). Mal- plícita del castigo, sino que es o scurecido mediante un d iscur
EL ANÁLISI
282 RENÉ VAN SwAANINGEN
en los alrededores. L<
so pragmático, gerencial, que no aborda las cuestiones de legi
iluminación de las ce:
timidad. El riesgo, las molestias, la eficiencia y la credibilidad
cios de departament<
son las claves de e ste discurso.
tal modo que la gent
Richard Ericson y Kevin Carriere ( 1994: 102 -3) distinguen
minada y visible, co1
tres lógicas del riesgo que marcan el discurso y la práctica de la
oscuros" y con rutas
justicia actuaria!: en primer lugar, se halla la lógica de la crea
los criminólogos sean
ción de temor a las amenazas y peligros mediante la construc
· nuevos. Se ve aquí el;
ción de enemigos adecuados. En segundo término, se encuentra
lo que Shearing y Ste
la idea de que lo irracional puede ser controlado por medios
de control social "Di:
racionales. Ahora, que se ha abandonado el ideal de una socie
implícita y relativame
dad posible de construir, "el miedo se transforma en la base de
taculizar las posibilid
la acción racional". Finalmente, existe la lógica del seguro, que
Con el objetivo de
es central en la racionalización del riesgo. Estas nuevas lógicas
les de riesgo se utiliza
del riesgo también implican nuevas formas de interferencia en la
duro" de los delincue
vida privada de la gente. Mientras los mecanismos de control so
una vez que tienen res
cial informal, interpersonal, se debilitaron durante las décadas
delitos más graves. La
del 60 y el 70, se intensificó el control institucional mediante
carreras delictivas ge1
los registros de datos personales almacenados en los sistemas
factores como familia
computarizados de las dependencias municipales, organismos
ciente intelectual bajo,
públicos destinados a la vivienda, servicios sociales, servicios
de salud, policía, etc. Los análisis de rie sgo se utilizan, en la conductas intimidator
área en la que se utili:
actualidad, en todo el sistema de justicia penal, desde la policía
El perfil del abusador 1
hasta el sistema carcelario y desde programas de prevención de
acusado cuando come
delitos menores hasta en la lucha contra el lavado de dinero.
ciones que tuvo con lé
Dentro del sistema carcelario, los perfiles de riesgo se usan
etc. Si existe un númer
para determinar el tipo de cárcel más conveniente para alojar a
un detenido. Los celadores mantienen Un registro del comporta alguna forma de inten
miento de cada interno -peleas, inte ntos de fuga, colaboración Un último ejemplo
bancaria y la comuni
con el personal penitenciario, relación con los compañeros, etc.-.
Junto al expediente penal, este dossier penitenciario determina, de dinero, los bancos
por ejemplo, si un interno puede ser transferido a un régimen toda transacción "inu
ridad. Asimismo, sirve para decidir el otorgamiento de salidas banco cien mil euros
En la prevención del delito, los perfiles de riesgo se utilizan negocios son una más
para determinar dónde debería iniciarse algún tipo de programa comer al paso son fre
en particular, a quien debería dirigirse, y también para ver cómo el lavado de dinero prc
cos. Esto último, generalmente, implica cambios arquitectónicos industria del' tratamie
1EN EL ANÁLISIS CRiTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 283
las cuestiones de legi en los alrededores. Los arbustos espesos se podan y se mejora la
encia y la credibilidad iluminación de las calles para aumentar la visibilidad. Los edifi
cios de departamentos y las sendas de acceso se construyen de
994: 102 -3) distinguen tal modo que la gente se vea obligada a seguir una ruta deter
lucrada en casos de disposición ilegal de residuos tóxicos. Por mayor parte de los ni!
ello, estas ramas son controladas preventivamente. En e special, tienen problemas con
si una empresa obtiene réditos inusuales o está por quebrar, es cometen fraude hubie1
signo de alarma para la policía, como también lo son la contabi la mayor parte de las <
lidad poco clara o la cultura de prácticas poco honestas de las ganan simplemente qt:
firmas come ciales. Dentro de la comunidad de los negocios, se delictivas que puedan
ha establecido un sistema completo y novedoso de inteligencia lo tanto, ¿qué es lo qw
interna corporativa, con departamentos para el cumplimiento Un claro punto dél
de las imposiciones legales, seguridad en la tecnología de la in nal es el discutible ve
formación y las comunicaciones y auditorías forenses . creemos demasiado en
Todos estos perfiles, basados en investigaciones indudable penal -su selectividad
mente sólidas y mayoritariamente etiológicas, en registros poli clusión- pueden adqui
ciales y estudios de probabilidades (estadísticas) son utilizado s determinista. Durante
para desarrollar sistemas d e intervención temprana. S e quiere la selectividad y la est
intervenir antes que algo salga mal. Con respecto a la legitimi efectos colaterales ind
dad de estas intervenciones, la primera pregunta es cuán con de la nueva lógica actu
fiables son realmente estos perfiles de riesgo. Sin embargo, esta "verdadero villano" sor
cuestión no es tan fácil de resolver. Para llegar a u na respuesta tíficos. Esto hace que
apropiada, debería analizarse la investigación en la que se basa: efectos colaterales ind
¿qué relaciones causales son sobreestimadas y qué factores re riesgo son relacionado:
ciben menor atención en estas investigaciones eminentemente neralmente, su elabora
etiológicas? Esto excede las posibilidades de este libro. Sin em grosos. En un contextc
bargo, debe tenerse presente que las expectativas cifradas por ción escolar, los barrio
los operadores encargados de la coerción legal en las ciencias fo sociedad convencional
renses parecen sobreestimadas. Aun cuando los científicos son rían enfrentarse desde
bastante modestos, los j ueces, políticos y el público en general ción sino simplemente
-
tienden a tomarlas demasiado en serio. En su deseo de u na "rá riesgo para la segurida
pida solución" para el problema del delito y debido su falta de Durante los último
conocimiento sobre las nuevas técnicas forenses, se abrazan a cia al modo en que lo
ellas y no quieren ser molestados con preguntas acerca de lo que confían en los progra1
realmente nos dice un perfil de A D N o sobre las posibilidades ción (por ejemplo, Ha1
·
e residuos tóxicos . Por mayor parte d e los niños a l o s que s e diagnostica A . D . D. nunca
:ivamente . En especial, tienen problemas con la policía, y aun si todas las empresas que
: o está por quebrar, es cometen fraude hubieran tenido extraordinarias pérdidas antes,
1bién lo son la contabi la mayor parte de las compañías que pierden más dinero del que
s poco honestas de las ganan simplemente quiebran y no caen presas de organizaciones
:iad de los negocios, se delictivas que puedan resolver temporalmente su problema. Por
>Vedoso de inteligencia lo tanto, ¿qué es lo que verdaderamente sabemos?
para el cumplimiento Un claro punto débil de la lógica actuaria! de la justicia pe
L la tecnología de la in nal es el discutible valor predictivo de los perfiles de riesgo. Si
ías forenses . creemos demasiado en ellos, los antiguos problemas de la justicia
stigaciones indudable penal -su selectividad y estigmatización, sus tendencias a la ex
;icas, en registros poli clusión- pueden adquirir un carácter aún más estructural y más
i ísticas) son utilizados determinista. Durante la década del 70, los antiguos problemas de
n temprana. Se quiere la selectividad y la estigmatización se consideraban mayormente
respecto a la legitimi efectos colaterales indeseables de la intervención penal. Dentro
Jregunta es cuán con de la nueva lógica actuaria!, muchos de los viejos estereotipos del
sgo. Sin embargo, esta "verdadero villano" son "racionalizados" mediante hallazgos cien
llegar a una respuesta tíficos. E sto hace que resulte bastaq.te difícil descartarlos como
.ción en la que se basa: efectos colaterales indeseables. Especialmente si los perfiles de
l.das y qué factores re riesgo son relacionados con clase social y etnia, como sucede ge
ciones eminentemente neralmente, su elaboración y desarrollo parecen sumamente peli
: de este libro. Sin em grosos. En un contexto así, las familias monoparentales, la deser
Jectativas cifradas por ción escolar, los barrios carenciados o la ausencia de lazos con la
egal en las ciencias fo sociedad convencional ya no son vistos como problemas que debe
ndo los científicos son rían enfrentarse desde la perspectiva del bienestar y la emancipa
r el público en general ción sino simplemente hay que abordarlos porque representan un
n su deseo de una "rá riesgo para la seguridad de la sociedad "convencional".
o y debido su falta de Durante los ú ltimos años; ha habido una creciente resisten
orenses, se abrazan a cia al modo en que los operadores del sistema de justicia penal
:u ntas acerca de lo que confían en los programas actuariales y los estudios de predic
:obre las posibilidades ción (por ejemplo, Har ourt, 2 0 0 7 ) . Es importante que los cri
minólogos críticos se pronuncien en contra de los estudios de
nvestigación etiológica predicción y los perfiles, aun cuando el señalamiento de riesgos
sales como para consi pueda, en principio, ser el comienzo de enfoques más estruc
)rados. En retrospecti turales -en el caso de que se intente hacer algo acerca de los
mal, ¿pero eso implica factores como tales, más allá del contexto delictivo-. Se corre un
Aun si fuera un hecho gran riesgo de que la elaboración de perfiles y predicciones se
con mayor frecuencia transforme en mera legitimación científica de la estigmatización
:bemos admitir que la y de intervenciones selectivas. Por lo tanto, sería más fructífero
286 RENÉ VAN SwAANINGEN EL ANÁLISIS
III, Franz von Liszt y su E scuela Moderna de Ciencias Penales donado su "monopoli<
también habían propuesto, a finales del siglo XIX, una orienta la igualdad ante la le:
ción funcionalista similar, en lo que llamaron la defensa social. que la culpabilidad e
Sin embargo, el modo en que ahora se habla de j usticia penal es determinan la reacci<
sustancialmente diferente del que era común en aquellos días. el efecto que determir
En lugar de ser considerada la magna charta de los derechos habilidades sociales e
civiles que alguna vez fue, en la actualidad se la percibe como causa de que una pet
u na empresa que debe producir orden y sanciones con la me dad policial, este acu
jor relación costo-beneficio. La cita del plan de política criminal mejorar estas habilid
del ministro de Justicia holandés (2001 :5) resulta muy ilustrati delitos equiparables 1
va de este cambio semántico: "La cadena pe ri al es una unidad ; problemática, recibirá
mayor vigilancia e investigación conducen automáticamente a El nuevo sistema e
mayor cantidad de casos penale s. . . Por lo tanto, la inversión nado por nuevos prir
en vigilancia e investigación debería llevar a inversiones en los control y racionalizac
próximos eslabones de la cadena penal (fiscalías, tribunale s , guían una amplia gar
cárceles , probation, centros d e j usticia barrial, protección d e la lo que se conoce come
infancia y asistencia jurídica) para poder procesar el esperable 1996) . Este proceso e
aumento de casos". En los Países B ajos, las instrucciones de del proceso de racione
política criminal para cada "rama" del sistema de justicia penal
tienen en cuenta, en primer término, la organización interna de
la "compañía". La relación de las reformas con las cuestiones 1 De la sigla en inglés e
constitucionales o con las funciones sociales y los efe ctos de la organizaciones semipriv¡
justicia penal quedan, en gran medida, fuera de su atención. al E stado.
EL ANALISIS CRITICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 287
al dentro de la crimi Casi todas las nociones clásicas beccarianas del derecho pe
Jroblemas de la selec nal ya pertenecen al pasado. El carácter posdelictual del derecho
actuarial de hoy día. penal definitivamente está menguando. El principio de la sospe
cha individual, en relación con el de culpabilidad también están
)S perdiendo su lugar central. El principio de legalidad (la noción del
derecho romano de que la intervención penal sólo tiene lugar en
mativos, del derecho
casos descriptos en los códigos penales y sólo del modo que éstos
:ictica del control del
prescriben) ya nó constituye el límite más allá del cual ningún
empíriCas de efectivi
tipo de coerción penal puede llegar. Se amplía así su objeto al ge
e funciona", es decir,
renciamiento del riesgo ante delictum y al control de todo tipo de
icas" evaluadas como
disturbios, incivilidades y, desde luego, temores. Hasta un funcio
lito, puede observar
nalista como von Liszt consideraba estos principios clásicos del
' 1997). El postulado
derecho penal como u mbrales absolutos de la intervención penal.
penal como garantía
En la actualidad, dado que entre los operadores del control del
sido reemplazado por
delito se incluye la industria de la seguridad privada, la sociedad
1ciedad.
civil y organizaciones quango 1 , el Estado prácticamente ha aban
rimos en el Capítulo
donado su "monopolio de la violencia". Asimismo, el principio de
de Ciencias Penales
la igualdad ante la ley perdió gran par_te de su significado ahora
lo XIX, una orienta
que la culpabilidad del acusado y la gravedad del delito ya no
:on la defensa social.
determinan la reacción que seguirá, sino que lo que cuenta es
a de justicia penal es
el efecto que determinada reacción puede producir. Si la falta de
ún en aquellos días.
habilidades sociales o el escaso autocontrol se perciben como la
arta de los derechos
j se la percibe como
causa de que una persona haya tenido problemas con la autori
anciones con la me dad policial, este acusado tendrá que participar de cursos para
l de política criminal mejorar estas habilidades. Otros, que también hayan cometido
esulta muy ilustrati delitos equiparables pero a los que se haya diagnosticado otra
e ri al es una unidad; problemática, recibirán otro tipo de pena.
automáticamente a El nuevo sistema de justicia penal gerencial se halla gober
1 tanto, la inversión nado por nuevos principios: eficiencia, cálculo, predictibilidad,
a inversiones en los control y racionalización. Estos principios, que en la actualidad
iscalías, tribunales, guían una amplia gama de instituciones sociales, han originado
·ial, protección de la lo que se conoce como "Me D onaldización" de la sociedad (Ritzer
rocesar el esperable 1996). Este proceso es el sucesor de las postrimerías modernas
as instrucciones de del proceso de racionalización weberiano, adaptado a la realidad
ma de justicia penal
mización interna de
con las cuestiones I De la sigla en inglés quasi-autonomous non-gouernmental organizations:
:s y los efe ctos de la organizaciones semiprivadas que realizan actividades que corresponden
·a de su atención . al Estado.
______..._._________________ _ .._
RENÉ VAN SwAANINGEN EL ANALIS IS
288
suposición de que los servicios público s pueden y deben geren la escasa comprensió:
ciarse como una cadena de hamburgueserías. El tratamiento gico de los valores púl
individual de cada acusado es reemplazado por un proceso de lógica de la j u sticia p(O
producción penal altamente estandarizado, elaborado según di En la actualidad, n
rectrices que, además de la jurisprudencia y de las prioridades que escape a la nueva
políticas, hallan su origen en e studios de probabilidad e stadís al mercado, de la mf
tica. La pregunta fundamental en la política criminal actual es los negocios vino a r
"si una determinada medida logrará reducir la tasa delictiva". habían informado a le
En este contexto politizado, los operadores de la justicia pe que la mayoría de este
nal apoyaron estas directrices e standarizadas para establecer tes caros, que saben ¡:
prioridades racionales y uniformes respecto a qué delitos serán gerencian, y dejaron c'
perseguidos y cuáles podrán dejar de serlo (baj o ciertas condi nor para la gente que
ciones), dado que el aumento de casos hizo imposible tratarlos que todas estas reorg
a todos del mismo modo. Según el filósofo del derecho holandés penal" -como la llamé
August't Hart, el desarrollo de esta orientación en la década del penal D ato Steenhuü
80 la acercó a la eisernen Kii.fig de Weber, la j aula de hierro de justicia penal sea, en
la burocracia, en la que el fiscal transformó la mayor parte de mer lugar, la cadena p
su rol magisterial en puro gerenciamiento. La nueva metáfora débil, en segundo térn
de la j usticia penal es constituir una empresa con cierto núme socios "responsabiliza
ro de sucursales -policía, fiscalías, Poder Judicial, servicio de laborar, sin embargo, •
probation, sistema carcelario. D entro de la "remodelación" de la finalmente, es un erro
justicia penal, estas sucursales deben conectarse más e strecha penal saben qué es lo
mente para que la compañía funcione con mayor eficiencia. E ste El servicio de proba
proceso e stá imbuido de un lenguaje completamente nuevo. ber perdido el paso de 1
En una época c aracterizada por la celebración del "libre penal. E ste servicio, ce
mercado" deben esperarse términos y metáforas derivados de de 1993, debía transfo
la empresa privada. Aumentar la eficiencia de la policía y de flexible, orientada a l1
las fiscalías para evitar la futura expansión de su capacidad y amplia delegación de J
para aumentar los elementos, retributivos de las sanciones no perfiles y la priorizac
privativas de libertad para hacerlas más adecuadas con miras damente las demanda
a reemplazar las sentencias a penas de prisión, no constituye 2000: 100). Con todos '
un razonamiento estúpido. Sin embargo, comparar la "unidad aclarar en dónde se or
de producción" Justicia con cualquier otra empresa implica una del servicio de probat1
visión completamente instrumentalista de la justicia penal, en cado o quiénes son su
la que dimensión de crítica al poder del debido proceso no tiene organización de traba:
lugar. El glosario del discurso controlador de esta "empresa" de zación a un órgano del
ju sticia penal parece derivar dire'ctamente del manual de "ase monitorea sanciones r
EN EL ANÁLISIS CRITICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 289
tatales se han privati- soramiento gerencial para principiantes". El hecho de que este
.o, elaborado según di En la actualidad, no hay institución en toda la j usticia penal
:ica criminal actual es los negocios vino a reemplazar a las teorías sociológicas que
cir la tasa delictiva". habían informado a la política criminal con anterioridad . Dado
lores de la justicia pe que la mayoría de estas reformas produjeron demasiados geren
zadas para establecer tes caros, que saben poco del contenido de lo que se supone que
:to a qué delitos serán gerencian, y dejaron como resultado un presupuesto mucho me
-lo (bajo ciertas condi nor para la gente que realmente hace el trabajo, es dable temer
izo imposible tratarlos que todas estas reorganizaciones de los actores de la "cadena
ación en la década del penal D ato Steenhuis (1986) - hayan hecho que el sistema de
. la jaula de hierro de justicia penal sea, en realidad, muchq más ineficiente . En pri
·mó la mayor parte de mer lugar, la cadena penal no es más fuerte que su eslabón más
to. La nueva metáfora débil, en segundo término, se supone que muchos de los nuevos
•resa con cierto núme socios "responsabilizados" en la lucha contra el delito deben co
r Judicial, servicio de laborar, sin embargo, hay escasa evidencia de que eso suceda y,
tectarse más estrecha- penal saben qué es lo que el otro está haciendo.
mayor eficiencia. E ste El servicio de probation holandés es una clara víctima por h a
adecuadas con miras damente las demandas del mercado" (cita de van Swaaningen
prisión, no constituye 2000: 100). Con todos estos clichés del gerenciamiento, se olvida
comparar la "unidad aclarar en dónde se origina " la demanda del mercado" respecto
1 empresa implica u na
del servicio de probation, quién es el superintendente del mer
e la justicia penal, en cado o quiénes son sus clientes. Su reciente transformación de
organización de trabajadores sociales dedicados a la resociali
ebido proceso no tiene
r de esta "empresa" de z¡:¡.ción a un órgano del ámbito ejecutivo que predominantemente
lógica dominante de bablemente sea más racional -en el sentido de Max Weber- que
• ya no se justifica, se el derecho penal clásico. Las prioridades , simpatías o aversiones
:nos dos de las tareas personales del oficial de policía, el fiscal o el juez son menos im
1.cia a los presidiarios portantes ahora que siguen directrices precisas. Sin embargo,
ran su libertad. en el abordaje gerencial, altamente estandarizado, existe una
cepciones meramente menor posibilidad de expresar el sentimiento público. Aquí, lle
dio de llevar a cabo la gamos a un punto difícil, ambiguo en el análisis de la nueva ló
lógica del proceso de gica de la justicia penal: la creciente participación de la víctima
llo, la burocratización y el debate sobre la seguridad urbana agregaron a la coerción
190: 184)- en un "cam- penal nuevos elementos irracionales, mientras que los desarro
Al mismo tiempo, "la llos actuariales y gerenciales buscan una mayor racionalización
. . alcanzado un punto del sistema. Esta situación parece paradoja!. Podría decirse que
:es de redefinir el sig la creciente influencia de los hallazgos científicos y empíricos
ncia de este proceso, han alej ado al sistema de j u sticia penal de su función simbólica
tdo el modo en que el de e stablecer ejemplos morales de lo que la sociedad considera
: los argumentos fun bueno o malo. Así, llegamos a los límites del discurso funciona
. los principios norma lista pragmático de "lo que da resultados" (Sherman, 1 9 9 7 ) . Una
:linación del principio "empresa eficiente" simplemente no es lo que la gente entiende
lo de pensar. Ya no se por Justicia, con mayúscula. Por otra parte, un sistema que
;ado por haber dejado solamente establece símbolos al dictar sentencias draconianas
funcionó". Así, se llegó en algunos casos marginales , tampoco es muy creíble, simple
ción de principios con mente porque no ayuda a reducir la tasa delictiva. El derecho
mtrafácticos son cru penal habría desaparecido hace tiempo si hubiera sido j uzgado
tinua entre el "ser" y el en términos de su efectividad. Evidentemente, hay algo más en
1a permanente reduc juego; quizás el hecho de que la "credibilidad" de la coerción
. Sin embargo, el estilo penal parece cada vez más ser j uzgada por su mensaj e punitivo
:rial torna mucho más pueda ser interpretado como la consecuencia de ambos, como
factor de estímulo y reacción dialéctica. En última instancia,
>a social en el contexto
esto nos lleva nuevamente a la idea de Durkheim de que el dere
los operadores del sis
cho penal encarna nuestra conciencia colectiva.
:nto, la gente, sean fis
J.tion, tienden a actuar
V. EL NEOCONSERVADURISMO, LA "ALTERIDAD" Y EL POPULISMO PENAL
la. Su rol personal, su
.sticia queda fuera de Alrededor de 1980, la primera ministra de Gran Bretaña,
iento. En un ambiente M argaret Thatcher, lanzó un pedido de retorno a los valores vic
podría ser visto como torianos . Muy poco después, el primer ministro Ruud Lubbers
rencialismo se vuelve m anifestó que Holanda se había transformado en un país dejado
ieología. de la mano de Dios, cuyos ciudadanos habían perdido el sentido
, con todós sus méto de las normas y los valores morale s . Se hacía necesario orien
:tción de perfiles, pro- tar la política del Ministerio de Justicia hacia un resurgimiento
292 RENE VAN SwAANINGEN EL ANÁLISIS CRIT
ético de la ley y el orden para compensar el vacío moral entre la , punitivas, más prevenció
población que había crecido a partir de la década del 60. Se in los límites del debido proc
vitó a los ciudadanos a asumir sus propias responsabilidades en En el siglo XX no hul
el control del delito y a condenar moralmente las anomalías de dora en la política holan
· la sociedad. Con esta "estrategia de la responsabilización" (Gar presentante del populism1
land 1995:2001) se esperaba reforzar el consenso moral acerca en nuevos pedidos neocor
de un orden social convencional. El hecho de que otras "nuevas" vencionista, que rebatiera
morales, con respecto a la conciencia ambiental, las relaciones desde la década del ·90. <
de género, el derecho de autodeterminación, el respeto de los es proclamaba ser el partida
tilos de vida diferentes de las estructuras familiares tradiciona "vivible" (leefbaarheid), qu
les, las responsabilidades sociales y la integridad (financiera) de agenda política. Bajo esta
las autoridades y empresarios, y la protección de las personas interpretó, casi exclusivar
vulnerables en relación de dependencia, cobraron importancia llos que amenazaban los
dentro de este mismo período pero no recibieron mayor atención Además de la gente que r
desde esta visión, centrada en la declinación de las normas y incluye entre los indeseab
' "adictos que rechazan tra
valores morales. stuart M ay (1988) llamó "victoria del populis
mo autoritario" a la consecuente, renovada, hegemonía de las que el ciudadano respetw
crudas diferencias marcadas por la clase media entre los que tisociales" (van Swaaning
están dentro de la sociedad (la clase conformista) y los que es ridad y la necesidad de b
tán fuera de ella (desocupados, delincuentes y extranjeros) . Sus define cada vez más en ti
resultados son una creciente xenofobia y la menor tolerancia de blancos- contra "ellos" -lo
los estilos de vida no convencionales. cada vez más desagradab
En los Países Bajos, puede verse esta tendencia populista implícitamente como un ¡:
autoritaria desde principios de la década del '90. Con la orienta más que como un proble
ción política introducida por el White Paper "La ley en marcha", económicas, una visión ce
se le dio un tono más moralista al discurso gerencialista, im de Jock Young ( 1999)- u n
d inclusión hacia otra d e ex
plementado cinco años antes. Tradicionalmente, los ocumen
tos holandeses sobre implementación de políticas describían el En el debate político E
delito de forma bastante neutral, pero desde allí en adelante no se distingue entre el d1
sería condenado explícitamente. La idea de un Estado neutral, códigos penales) de las rr
racional, que generaba y promovía respeto en la década del 60, sólo las molestias, incivili
comenzó a perder apoyo y los políticos empezaron a demandar dos como delitos, sino qu
el rol de empresario moral por parte del Estado. La apelación las actividades de inteligE
a la "mano dura contra el delito" se convirtió, gradualmente, e stán volviendo borrosos -
en una cuestión clave en las campañas electorales. Para 2002, "guerra al terrorismo (mu,
todos los partidos políticos, desde l a derecha hasta l a izquierda Garland (2 001), quien di:;
radical, tenían en sus plataformas electorales un párrafo bas por una parte, se "define
tante elaborado respecto del delito y la inseguridad. Más aÚ n, hacia abajo", conforme al •
estos párrafos tenían una orientación similar: más respuestas que en Holanda el proces•
:N EL ANÁLISIS CRITICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 293
de que otras "nuevas" vencionista, que rebatiera las ideas neoliberales que gobernaban
biental, las relaciones desde la década del '90. Cuando en 2002 el partido de Fortuyn
n, el respeto de los es proclamaba ser el partido de la ley y el orden, acuñó el término
familiares tradiciona "vivible" (leefbaarheid), que se transformó en el nuevo cliché de la
:gridad (financiera) de agenda política. Bajo esta consigna, la política de la seguridad se
::ción de las personas interpretó, casi exclusivamente , en forma de acción contra aque
::obraron importancia llos que amenazaban los sentimientos de seguridad ciudadana.
)ieron mayor atención Además de la gente que realmente amenaza o roba, también se
ción de las normas y incluye entre los indeseables a los mendigos, las prostitutas y los
"victoria del populis- "adictos que rechazan tratamiento": en definitiva, todos aquellos
da, hegemonía de las que el ciudadano respetuoso de la ley consideraría factores "an
: media entre los que tisociales" (van Swaaningen 2005). El debate actual sobre segu
ormista) y los que es ridad y la necesidad de brindar condiciones de vida "vivible" se
es y extranjeros). Sus define cada vez más en términos de "nosotros" -los holandeses
a menor tolerancia de blancos- contra "ellos" -los extranjeros que hacen nuestras vidas
cada vez más desagradables-. Por lo tanto, se describe el delito
L tendencia populista
implícitamente como un problema externo a " nuestra" sociedad,
.el '90. Con l a orienta más que como un problema ligado a las relaciones sociales y
r La ley en marcha",
..
económicas, una visión común . Se puede observar -en términos
rso gerencialista, im de Jock Young ( 1999)- un cambio que va desde una sociedad de
inclusión hacia otra de exclusión.
lmente, los documen
En el debate político actual sobre el "delito", prácticamente
)Olíticas describían el
no se distingue entre el delito real (tal como está definido en los
esde allí en adelante
códigos penales) de las meras molestias o contravenciones. No
le un Estado neutral,
sólo las molestias, incivilidades y el desorden general son trata
) en la década del 60,
dos como delitos, sino que los límites entre el control policial y
1pezaron a demandar
las actividades de inteligencia en relación a actos de guerra se
Estado. La apelación
están volviendo borrosos -especialmente en lo concerniente a la
virtió, gradualmente,
"guerra al terrorismo (musulmán)"-. En comparación con David
ectorales. Para 2 0 0 2 ,
Garland (2 0 0 1 ) , quien discierne un proceso en el que el delito,
:ha hasta l a izquierda
por una parte, se "define hacia arriba" y, por la otra, se "define
rales un párrafo bas
hacia abajo", conforme al contexto político, nosotros sostenemos
tseguridad. Más aú n,
que en Holanda el proceso de definir el delito hacia abajo, aun
1ilar: más respuestas
294 RENÉ VAN SWAANINGEN EL ANÁLISis e
que sin uniformidad, tuvo lugar en la década del 80 (en e special, no se integraron a la s
respecto de la delincuencia de poca monta), pero en los 90 y en la cohesión social y el
los primeros años de la década de 2000 se observó una tenden san problemas". Tres s
cia continua a definirlos hacia arriba. La criminalización de los llamar un clima social
mendigos, del consumo de alcohol y marihuana, y la reunión de las Torres Gemelas en J
grupos de personas sin techo o jóvenes en determinadas áreas populista de derecha,
urbanas, son ejemplos de e sta tendencia en el dominio público. cal en 2002, y el asesi
Definitiva mente, en Holanda existe una tendencia a "gobernar -un hombre provocad<
a través del delito" (Simon 2006; van Swaaningen 2 005). Este naturaleza misógina d·
desarrollo, en el que - el delito y la inseguridad constituyen los sulmán fundamentalis
temas centrales del debate político, fue acompañado por un giro y Geelhoed, 2007). El e
desde un descreimiento bastante generalizado en la efectividad jeron a u na islamofobi
de las sentencias privativas de la libertad hacia una renovada a las mujeres que usa:
creencia en la cárcel como reacción lógica y firme al delito. "La u n "freno a la inmigra·
cárcel da resultado". . . , aunque sea principalmente como símbolo diferente para los jóveJ
de la condena colectiva y no tanto por sus efectos reales sobre ves, y hasta incluyen 1
el delito. El enorme crecimiento del sistema carcelario holandés de iglesias, mezquitas
es un símbolo importante de este nuevo vigor. En Holanda, en vez más estrictas para
2006, existían 135 detenidos por cada 100.000 habitantes. Con inmigrantes, y la nue\
cifras de 33 en 1987 y 18 en 1973, Holanda es hoy el país con el un importante grado d<
aumento más marcado en el número de detenidos de Europa oc Hasta la década del
cidental . Las principales causas de esta escalada las constituyen problemas sociales cor
las sentencias más largas, el castigo extra para los reincidentes, principios. E ste tabú e
la intensificada "guerra a las drogas", la mayor cantidad de inci columnas en los perió
dentes violentos y la aplicación extendida a mayores casos de la la vía pública, patotas
calificación "delito con violencia grave", el encarcelamiento de la cen referencia al origer
·
gente de la calle que no puede pagar las multas que se les impo- ·
criminológicos de un
nen, por constituir una "contravención" en el dominio público." respecto de las minorí¡
"Gobernar a través del delito" coincide con la tendencia a ubi pués de 1990 y, de proj
car el problema del delito en el á mbito de los "otros"; es decir, demuestran la mayor
gente que no son como "nosotros". Mediante este proceso de "al rías étnicas, aun cuan
teridad", las respuestas punitivas resultan mucho más obvias diferencias demográfic
que si se ve al acusado como u na persona que es, básicamente, blico, las altas tasas d•
como uno mismo. Dado que las minorías étnicas son las más número de inmigrante
proclives a sufrir e sta "alteridad", se torna necesario prestarle 90 los políticos se u nie:
debida atención al cambio de actitud hacia los inmigrantes en son los responsables de
Holanda. A comienzos del nuevo milenio, se consideró que el porque "ellos" nunca q1
ideal multicultura l había desembocado en u n drama multicul blemente, el cambio mÉ
tural, en el que se decía que la mayoría de las minorías étnicas cad a del 80, la sobrerre
EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 295
punitivo o excluyent·
el sistema penal podría haberse explicado como el resultado de
políticos. Las cruza
una justicia penal selectiva junto a la p osición vulnerable de
existe una mano du
muchos grupos de inmigrantes mientras que, en la actualidad,
un rol de vital impo1
se acepta sin cuestionamientos que e sto es un auténtico reflejo
de justicia penal y el
de la sobrerrepresentación real en el comportamiento delictivo
por parte de estos grupos. land (1990: 187): " La
sivo está constituidc:
VI. EL CO PAÑERO INSEPARABLE DEL MORALISMO PRAGMÁTICO involucrado en el cor
social. Mientras que
Entre las dimensiones simbólica y pragmática de la justicia do los sentimientos
penal puede observarse una bifurcación tan amplia que, prác penales conforme a e
ticamente, podríamos hablar de dos sistemas diferenciados, sable del mismo mo.
con funciones diferentes, dirigidas a diferentes audiencias, con sentimiento público
clientelas diferentes y hasta con un lenguaje distinto. La idea recursos del modo qt
de que pasamos de un sistema de control social "inclusivo" a En segundo térmi
otro "excluyente" es solamente un aspecto de la cuestión (Young, La clientela del sister:
1999). Ciertamente, existe u na tendencia creciente a excluir a gar, de un número C•
ciertos grupos -especialmente quienes no son ciudadanos de haber cometido un h
la Comunidad Europea- de la sociedad, pero, al mismo tiempo, necesita, como respu•
se ha intentado la integración a la sociedad convencional. En Estos casos, sirven ce
otras palabras: la "sociedad inclusiva" no ha desaparecido sino grave", "esto no puec
que adoptó otra forma. Godfried Engbersen, Eric Snel y Afke
pensar en primer tén
Weltevrede (2005) introdujeron el término "reconquista social"
narios, banqueros o {
(sociale herovering) para definir esta nueva política de inclusión
de, pero especialment
social cuyos objetivos son: 1) aumentar la condición de "vivible"
de las drogas, del ab
y la seguridad del espacio público; 2) la realización de una es
_ delitos extremamente
tructura comunal balanceada, y 3) la formulación de reglas de
del sistema simbólico
conducta cívica. E ste nuevo enfoque de la seguridad pública se
dos" (outsiders) de la
basa en el "redescubrimiento" de los problemas urbanos y con
yen a la sociedad de
siste en: a) más elementos represivos que antes; b) u na esencia
o buscadores de asilo
más moralista, y e) mayor determinación a interferir en la pri
minorías étnicas "no
vacidad de las personas. Por. lo tanto, la inclusión y la exclusión
problemáticos consurr
social coinciden y la comparación de Jock Young ( 1999) de la
y speed). La clientela
interrelación entre ambas con la bulimia parece una metáfora
por todos los demás; J
muy adecuada a nivel socio-cultural. Para entender cómo fun
ciona este mecanismo al nivel más práctico de la justicia penal, tenciales delincuentes
y, por lo tanto, son coi
debemos hacer algunas distinciones y relaciones.
los funcionarios, banc
En primer lugar, es necesario reconocer que el discurso in
clusivo y el excluyente están dirigidos a diferentes audiencias. tos o estafadores acm:
La audiencia de lo que podríamos llamar el sistema simbólico, como ejemplos para l;
EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 297
1
302 RENÉ VAN SWAANINGEN EL ANÁLISH
No sólo desde un punto de vista etiológico, sino también res por la oficina a la qu
pecto del control social, la creencia ilimitada en la capacidad de los carteles y monitc
autorregulación del mercado es criminogéna. Para aumentar las cas se establecen en
ganancias, los locales comerciales han despedido parte de su los administrados pl
personal y adoptado medidas de eficiencia aumentando el tama rosas ciudades occic
ño de los locales y a través de la automatización. Esta desperso empalmes de tránsi
nalización llevó a la disminución del control social. E sta pérdida en estacionamiento
se compensó mediante la contratación de seguridad privada, la colonizado por el tn
prevención técnica y con el consumo, gratuito, del producto "se "otro" deviene un e_¡.
guridad" estatal, por el cual le pasan los costos de sus ganancias Las principales caus
privadas a la comunidad. La falta de control sobre los dueños de activamente por la ol
los negocios ha permitido a las reglas del mercado cambiar los Es una gran para·
centros históricos de las ciudades por una gran cartelera, una apela al fortalecimiei
sucesión de cadenas de comidas rápidas, salones de juego, casas pedido en una época
de cambio, negocios de venta de productos de segunda mano, tras otro. La estimul
regalerías y porno-shops. Esto creó una masiva canalización del por el establecimient
ambiente urbano con el que se hizo imposible identificarse, por maximización de su
lo que no re-sultan sorprendentes fenómenos como el graffiti y el Kees Schuyt (1991) so
vandalismo. Los negocios bancarizados y a través de internet tie no sólo se ha retirad<
nen total libertad para seducir a la gente, que contrae así deudas tiempo, ha pisoteado
que nunca podrá pagar. La especulación inmobiliaria retrasó la logros del Estado de 1
renovación urbana. Dado que muchas casas viejas y en mal esta más indiferente al bi
do permanecieron vacías por largo tiempo, facilitaron situaciones intereses personales,
delictivas y el rápido cambio de la composición de los barrios, de que el individuo t
cada vez más pobres (Uit Beijerse y van Swaaningen 1993). social con lo colectivc
Según el filósofo del derecho belga Koen Raes ( 1995:82), la volverá en contra del ,
primacía económica en la organización de la sociedad es tam Tanto la idea de ur
bién la principal c au sa del sentimiento subjetivo de inseguridad. · gente como objetos ir
Un elemento central en esta cuestión es "la erosión del espacio del Estado severo de <
público anónimo". Para sentirnos seguros, debemos poder per paso atrás en el proc(
cibir la calle, como un territorio natural, donde continuamen de la "punibilidad pu
te encontramos extraños, en escenarios anónimos. El modo en debería ser interpreté
que la sociedad está actualmente organizada hace que ya no y de autoridad inade<
tengamos que encontrar extraños. Dado que nos movernos casi "la estrategia de la r
exclusivamente en auto, nos apartamos de toda vida social; los te deshacerse de las :
supermercados han alejado el contacto personal en los-comer una nueva forma de !
cios y los restaurants de córnida rápida en los que se puede or menos en este campo
denar sin bajarse del auto tampoco son lugares sociales ideales; land 1995). Según lo:
en los edificios públicos ya no se le pregunta a un ser humano ring y Philip Stennin¡
}EN EL ANÁLISIS CRITICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 303
)gico, sino también res- , por la oficina a la que queremos llegar sino que basta con mirar
tada en la capacidad de los carteles y monitores que lo indican; las instituciones públi
;éna. Para aumentar las cas se establecen en las afueras de las ciudades de manera que
despedido parte de su los administrados puedan llegar fácilmente en auto, etc. Nume
a aumentando el tama rosas ciudades occidentales se han convertido en gigantescos
tización. Esta desperso empalmes de tránsito y las calles y plazas se transformaron
trol social. Esta pérdida en estacionamientos muertos. Así, el espacio público ha sido
.e seguridad privada, la colonizado por el tránsito motorizado. Como consecuencia, el
üuito, del producto "se "otro" deviene un extraño, y la ciudad, un lugar inquietante.
costos de sus ganancias Las principales causas de la inseguridad subjetiva son creadas
trol sobre los dueños de activamente por la obsesión de la eficiencia.
el mercado cambiar los Es una gran paradoja de la política de ley y orden actual que
ma gran cartelera, una apela al fortalecimiento del espíritu comunitario, que lance este
salones de juego, casas pedido en una época en la que se privatiza un servicio público
:tos de segunda mano, tras otro. La estimulación de este espíritu requeriría comenzar
masiva canalización del por el establecimiento de servicios públicos que no persigan la
lOSible identificarse, por maximización de sus propios beneficios. El sociólogo jurídico
:nos como el graffiti y el Kees Schuyt (1991) sostiene que, desde la década del 80, el Estado
' a través de internet tie no sólo se ha retirado como servicio público, sino que, al mismo
, que contrae así deudas tiempo, ha pisoteado enérgicamente muchos de los importantes
1 inmobiliaria retrasó la logros del Estado de bienestar. El gobierno se ha vuelto cada vez
sas viejas y en mal esta más indiferente al bienestar de sus ciudadanos, cuyos propios
J, facilitaron situaciones intereses personales, por otra parte, los han alejado de la idea
posición de los barrios, de que el individuo tiene, necesariamente, una responsabilidad
3waaningen 1993). social con lo colectivo. La declinación del Estado de bienestar se
<:oen Raes (1995:82), la volverá en contra del compromiso con el Estado como tal.
de la sociedad es tam Tanto la idea de u na sociedad de rie sgo, en la que se trata a la
ubjetivo de inseguridad. · gente como objetos irresponsables de control, como la metáfora
; "la erosión del espacio del Estado severo de control social externo punitivo implican un
·os , debemos poder per paso atrás en el proceso de civilización según Elías. El aumento
ll, donde continuamen de la "punibilidad puede representar un símbolo de fuerza pero
: anónimos. El modo en debería ser interpretado como un síntoma de controles débiles
nizada hace que ya no y de autoridad inadecuada". Asimismo, debería enfatizarse que
) que nos movemos casi "la estrategia de la responsabilización no implica simplemen
de toda vida social; los te deshacerse de las funciones estatales . . . Más vale, constituye
personal en los comer una nueva forma de gobernar a distancia, lo que representa, al
en los que se puede or menos en este campo, un modo nuevo de ejercer el poder" (Gar
lugares sociales ideales; land 1995). Según los criminólogos canadienses Clifford Shea
?;Unta a un ser humano ring y Philip Stenning ( 1987:322), el futuro del control social es
304 RENÉ VAN SWAANINGEN
-- -
------- -
EL ANÁLISIS CRÍTICO Y LA NUEVA REALIDAD PENAL 305
EN
l . Los CRIMINOLOGOS C
NUEVA RELEVANCIA
El objeto del est1
conforme al clima p
del 60, la orientación
inspirada en el agres
ta medida, debido a <
dividuales y ambien
los criminólogos cor
criminógenos del prc
la estigmatización y
las funciones y los e
tribunales y la cárce
cambio de enfoque.
blemas sociales (de !
y corporativo, corru¡:
integración de la com
de partida. Al mismc
adoptó un carácter rr
gía crítica -como pro:
Desde ya, el análi1:
tampoco ofrecía "la"
cesaría que los estudi
yor atención. La dese;
(principalmente el enf
da moralmente relativ
CAPiTULO IX
LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA Y EL D EBATE
·echo. En este sentido, se me ocurren. Dado que las cuestiones del delito y del control
del delito están muy relacionadas a las cuestiones de las relacio
licionismo, el feminis
nes interpersonales, la hegemonía y la distribución de la riqueza
tento de Stuart Henry
-tanto dentro de las sociedades occidentales como a nivel glo
ner el posmodernismo
bal-, las "antiguas" críticas de la criminología crítica al interac
ica. Su llamado a una
cionismo, al materialismo histórico y a la justicia social pare
el rechazo posmoder
cen más actuales. En cuanto a su lado positivo, los académicos
Jstruccionismo". Stan posmodernos tienen cosas interesantes que decir para aquellos
problema del posmo
deseosos de abrirse camino a través de su lenguaje pomposo e
nte irrealista sino que impenetrable. Aun así, la defensa del proyecto crítico moderno y
:oria o la muerte de la la política posmoderna de la "reconstrucció n mediante un dis
mayor parte del mun- curso de reemplazo" no son necesariamente contradictorias.
injusticia manifiesta,
física brutal, todavía 11. LA REAFlRMACION DE LA CRlMINOLOG!A CRiTICA
o, sólo ser un sociólo
:a y honestamente, es En el Capítulo V, llegamos a la conclusión de que mantenía
su validez el principio de la criminología crítica que sostenía que
zo escéptico por par no debía evadirse la cuestión moral, la política y la social, sino
de dominación omni que debían ser incluidas en la crítica y el análisis de las ciencias
llamado a narrativas sociales. El reconocimiento de que ciertos problemas como el de
:iva. No voy a adoptar lito y el control del delito están ligados a prioridades y elecciones
porque creo que vale políticas (por ejemplo, las políticas sobre pobreza, salud pública
temente moderno (cfr. y vivienda, la descomposición del control informal mediante me
istemológica escéptica didas de eficiencia, la alimentación de la xenofobia a través del
·ece ser tan novedoso. pánico moral por el " fundamentalismo musulmán" a la vuelta
) de I mre Lakatos a la de cualquier esquina, la actitud ambivalente ante el tráfico de
1ue la palabra posmo armas, la obsesión con ciertas drogas, etc.), también es de gran
l entre los arquitectos
valor. Asimismo, concluimos que la crisis de la criminología crí
tica no fue tan profunda en el continente europeo, dado que allí
iecoristruían la reali
se mantuvo mejor el vínculo con el interaccionismo simbólico y
urrir al lamento bíbli
:omo intentar atrapar el rol socio-político del derecho en la protección de los valores
normativos democráticos y de los grupos más vulnerables fue
ond ición . posmodern a
claramente reconocido.
3. y alcanza con decir
Volvamos entonces a lo que sostuvimos en el primer capítulo:
osos académicos pos
la reafirmación de los enfoques materialista e interaccionista
en el pasado resulta
halló su motivación en la necesidad de contrarrestar las tenden
izada por la " teología
cias de moda dentro de la criminología que bloquean su desa
santísima trinidad de
rrollo académico. Es igualmente importante poner de relieve qué
lCión, las observacio
intereses gobiernan los procesos de criminalización. Todavía
o de la "diversidad" y constituye un medio poderoso para cuestionar la idea cada vez
ts más poderosas que
312 RENE VAN SWAANINGEN LA CRIMI
------- - - -- -
-----
- --------
-
N LA CRIMINOLOGÍA CRÍTICA Y EL DEBATE SOBRE . . . 315
terés en mantener buenas relaciones con el público general, las materia de segurid;
que habrían empeorado debido a que la policía se habría centra Patrick Hebberecht
do demasiado en la represión y, por lo tanto, especialmente en quierda más explíc
las áreas en que el patrullaj e comunitario sería más necesario, inseguridad y la pr•
es visualizada como el opresor. La democratización de la policía Las. reacciones ,
y su abstención de ejercer control arbitrario y practicar opera mente negativas. E
ciones encubiertas son vistas como la principal condición para por ser, intelectual
mejorar esas relaciones. Las investigaciones que demostraban anteriores y por cor
que la policía, con frecuencia, no hace mucho para solucionar atraer fondo s para :
problemas sociales, lo que constituye tanto un incentivo como neoliberales de la
una consecuencia del delito, llevaron gradualmente a los realis Steinert ( 1986:7 ), 1<
tas de izquierda de u n enfoque centrado en la policía a otro mul visión pobre de la
tiagencial. El entusiasmo inicial por los esquemas de vigilancia democrático y la p
vecinal se atenuó tras su evaluación empírica, dado que ésta les, despu és de que
reveló que sólo funcionaría en los barrios de clase media, que el rol normalizadm
ya tienen una cohesión social relativamente importante y que carcel ario. Media n
genera más bien temor al delito que la disminución del mismo. ción que formula D<
Por otra parte, no tendría un efecto práctico en la cuestión del pública en las insti1
delito (Lea et al. 1987:30). seo de someterla a :
En Holanda, los criminólogos críticos aplaudieron al realismo europ eo, por un lad
de izquierda como intento de reformular los compromisos políti miento de una may
cos en una nueva era (Durieux 1984), y lo descalificaron como de los britán icos. E
sumisión a la ortodoxia conservadora (Hulsman 1986). A finales peculi aridades de 1<
de la década del 80, Willem de H aan y yo recibimos con bene Similar argumer
plácito la incentivación por parte de los realistas de la investiga acrítica del realism
ción empírica acerca de las consecuencias sociales del delito y ción. Según John L(
la recuperación de las cuestiones socio-económicas etiológicas. delito sería simplem
Sin embargo, rechazamos la adopción del discurso penal popu un Estado autoritar
lista de "mano dura" que proponían, el uso acrítico del concepto vasta proporción de
de delito, la sobreestimación de las posibilidades de la policía y corno "divaliosas", y
el descuido de la cuestión penal. Estas críticas explícitas de la occidentales, la crin
perspectiva realista son, no obstante, bastante excepcionales: era Heinz Steinert ( 1985
muy común que los criminólogos holandeses adoptaran de ma ca del alto nivel dem•
nera ecléctica algunas perspectivas realistas sobre victimología, que las leyes laboral
inseguridad y prevención del delito, sin tomar en cuenta el marco y la legislación antit<
socio-económico dentro del cual los realistas ubicaban explícita cia por los socialdem
mente sus estudios. En Francia también se puede observar un la gente realiza los j
enfoque similar, implícito, aunque más conséiente de la raíz so ción menos concreta
cio-económica del sentimiento de inseguridad y de la política en un problema determ
LA CRIMINOLOGIA CRÍTICA Y EL DEBATE SOBRE . . . 317
el enfoque casi exclusivo de los realistas en los delitos callejeros denominó -provoca
comunes de las clases bajas, dado que no tratan los delitos de una nueva gran na¡
los poderosos. Según el criminólogo crítico italiano Gaetano de El incentivo real
Leo ( 1986:457), los realistas confirman la noción proveniente del análisis empíricos e
sentido común de que sólo las clases bajas cometerían delitos. cindarios concretos
Por lo tanto, el control policial no puede considerarse como una sultó desafortunade
solución a ciertos problemas como la violencia sexual, en tanto problema del castig
sucede, la mayor parte de las veces, en situaciones de la vida do enfocarse en el com
méstica y no en la calle. Los realistas afirman que gran parte de delito y la policía),
las causas de los delitos callejeros son problemas estructurales, esta cadena finalm
socioeconómicos, respecto de los cuales el control policial tampo nas reafirmaciones
co constituye una solución (Pitch 1 986:473), Steinert 1989 : 1 73 -9). alternativas a la pri
Sin embargo, la idea de que el realismo de izquierda implica una gún liberal bienint•
ruptura dramática con el pasado (Scraton 1987; Smaus 1993:87) adscribían a la pos1
no parece correcta. Existe u n desarrollo bastante lógico. Al igual al rechazo de la en
que los realistas, los teóricos de la desviación aceptaron el delito to para casos bord.
como concepto viable (al menos, no lo rechazaron) . Taylor y Young aceptación más so:
ya defendían una etiología social del delito en La Nueva Crimi
sin víctimas y "no-1
nología, de 1973. El próximo paso, mediante el artículo de Jock
dado que los realist
Young sobre la criminología de la clase trabajadora, de 1975, en
mún para la disua!::
el que tomó partido contra el relativismo moral respecto del delito
mento de la punitiv:
y la presunta idolatría de la desviación -hasta su conversión al
típicamente ignorac
realismo alrededor de 1979-, no marcó una brecha significativa.
De hecho, el realismo de izquierda se remonta a algunas de las Tras su indiscuti
raíces teóricas de la misma criminología crítica: algunas veces, el de la criminología e
paralelismo entre los análisis del realismo de izquierda y la teo cada de los 80, pan
ría de la tensión de Richard Cloward y Lloyd Ohlin de la década momento de gloria e
del 60 resulta particularmente sorprendente. A principios de la libremente, sin may
década del 80 existían buenos motivos para aceptar la invitación en serio el delito y '
de los realistas de izquierda a ocuparse de realizar estudios sobre No había necesidac
las causas y el impacto del delito en las comunidades de la clase sido repetidas por te
trabajadora. Asimismo, existía una necesidad real de salir del da y media. Las exp
gueto de las opciones imposibles -como sugerían los realistas-, penal ya se habían
pero si debíamos por eso traducir nuestra lucha en términos de tación de un abord
políticas sigue siendo una pregunta sin respuesta. Existían, tam del delito. Por lo tar
bién, buenas razones para utilizar el concepto de delito nueva explorar, nuevamen
mente, dado que representaba u na relevante categoría histórica den de un modo má
y sociológica de comportamiento. Sin embargo, no es de ningún la construcción de l
modo seguro que por eso la noción de desviación fuera u na· reduc podríamos agregar
tio ad absurdum, como sostenía Jock Young. Caro! Smart ( 1990) el gobierno global (L
lEN LA CRIMINOLOGÍA CRITICA Y EL DEBATE SOBRE . . . 3 19
siendo una p erspectiva sensibilizadora, que demuestra que es a algo más . Sin n
posible pensar las cuestiones del delito y el castigo sin adoptar poder, algu ien p ue
un vocabulario penal, y que la justicia penal no tiene un rol de pode r en otra.
central dentro del control social, dejando ver que la crimino abolicionistas sigue
logía puede moverse más allá de las críticas funcionalistas, y logia crítica, que P<
que pueden introducirse cambios en el campo penal sin esperar neomarxistas de fi:
que se produzca la revolución . Más que anticriminología, como es una anom alía:
lo ha llamado Stan Cohen (1988:8), el abolicionismo es una cri nista origi nal, no r
minología de la liberación (de Haan 1 988) , por analogía con la lejos de ser nihi list;
teología de la liberación latinoamericana. como curio sament(
· Junto con estos elementos, la importancia teórica del aboli que la orientación i
cionismo se halla en su reflexión radical sobre aspectos del en tica haya perm anec
foque del etiquetamiento y el constructivismo social. "Asume el Gran Bret aña o Ita
relativismo de la teoría del etiquetamiento y su insistencia acerca fue más popu lar eJ
del estatus problemático de las etiquetas de la desviación, pero una fuer te trad iciór
va más allá de las cuestiones interaccionistas del estigma y la tas, se adop tó la fa
identidad, hacia un sentido históricamente informado de delito positiva fue ampliar
como forma única de control social. Asume el ataque de la escue expa ndir el alcance
la crítica a la criminología convencional y su teoría alternativa principalmente al "
del derecho y el Estado, pero en lugar de buscar una criminolo ción marxista de M
gía y una política criminal socialista . . . , prevé el abandono final del abolicionismo, r
del delito y la criminología como construcciones viables" (Cohen nistas de Christie er
1986b:3). El abolicionismo ayuda a "ver los límites del derecho, A mediados de la
para tratar el delito de forma consistente con los ideales de justi manes desarrollarOJ
cia social" (Hudson 1993: 14). Según Bárbara Hudson ( 1993: 1 3), nismo, como perspe
los abolicionistas marxistas afirmarían que "la justicia legal en miento y la teoría rr:
una sociedad socialmente injusta" es imposible. Desde mi punto nivel teórico su pen
de vista, los abolicionistas sostienen, sin embargo, lo opuesto a nista con una politic.
los marxistas, esto es, que la justicia social puede ser facilitada si (1989), el mensaj e li
nos avenimos a abandonar la lógica penal. La primera generación podría llevar a los e
de abolicionistas, en especial, mantuvo silencio respecto de las especial, en una épc
condiciones estructurales para el cambio. cos (realistas de izqt
¿Cómo encaj a el abolicionismo dentro de la criminología crí en el derecho penal,
tica? Lo primero que viene a la mente es el "cambio foucaultia lograr más que peq1
no" en la perspectiva crítica. La crítica abolicionista no encaja hubiera resultado pe
muy bien con el concepto unidimensional marxista del poder, de la criminología cr
pero se adapta muy bien a la noción foucaultiana de la micro abolicionista del sist
física multidimensional del poder, que no se encuentra en un para impedir una f1
grupo o capa social específica, sino que sólo existe en relación vida y para desarroll
EN LA CRIMINOLOGiA CRITICA Y EL DEBATE S OBRE . . . 323
g_ue demuestra que es a algo más . Sin negar las macroestructura s hegemónicas del
.
el castigo sin adoptar poder, algUlen puede ser poderoso en una situación y carecer
penal no tiene un rol de poder en otra. Un segundo elemento fac ilitad or es que los
o ver que la crimino abolicionistas siguen la tradición interaccion ista de la crimino
ticas funcionalistas, y logía crítica, que podría contrarrestar las tendencias distópicas
mpo penal sin esperar neomarxistas de finales de la década del 70. "El abolicionismo
mticriminología, como es una anomalía: si bien comparte el impul so deconstruccio
)licionismo es una cri nista original, no puede ser acusado de escepticismo negativo;
), por analogía con la lejos de ser nihilista, la mayoría de los abolicionistas son vistos
como curiosamente optimistas" (Cohen 1990: 18) . El hecho de
mcia teórica del abolí que la orientación interaccionista dentro de l a criminología crí
sobre aspectos del en tica haya permanecido más viva en Alemania y Holanda que en
ismo social. "Asume el Gran Bretaña o Italia también explica por qué el abolicionismo
y su insistencia acerca fue más popular en estos dos primeros países. En Italia, con
de la desviación, pero u na fuerte tradición marxista entre los intele ctuales progresis
listas del estigma y la tas, se adoptó la fase negativa del abolicionismo, pero su crítica
te informado de delito positiva fue ampliamente rechazada por engendrar el peligro de
= el ataque de la escue expandir el alcance del sistema penal y cond ucir, en la práctica,
y su teoría alternativa principalmente al "sustitucionalismo" . En Noruega, la orienta
buscar una criminolo ción marxista de Mathiesen se centró en el momento negativo
revé el abandono final del abolicionismo, mientras que las reconstrucciones abolicio
ciones viables" (Cohen nistas de Christie eran más comunitarias que marxistas.
os límites del derecho, A mediados de la década del 80, los criminólogos críticos ale
:on los ideales de justi manes desarrollaron un interesante discurso sobre el abolicio
•ara Hudson (1993: 13), nismo, como perspectiva de acción entre la teoría del etiqueta
ue "la justicia legal en miento y la teoría marxista. Gerlinda Smaus ( 1986b) conectó a
)Sible. Desde mi punto nivel teórico su perspectiva combinada materialista-interaccio
embargo, lo opuesto a n ista con una política criminal abolicionista. Para Heinz Steinert
l puede ser facilitada si ( 1989), el mensaje libertario del pensamiento marxista original
La primera generación podría llevar a los criminólogos a la postura abolicionista. En
ilencio respecto de las especial, en una época en la que también los académicos críti
cos (realistas de izquierda) parecían tener grandes expectativas
de la criminología crí en el derecho penal, a la vez que era prácticamente imposible
e! "cambio foucaultia lograr más que pequeñas reformas, una postura abolicionista
bolicionista no encaja hubiera resultado por sí misma evidente. Respecto del futuro
11 marxista del poder, de la criminología crítica, Steinert ( 1984) sostuvo que la crítica
;aultiana de la micro abolicionista del sistema de justicia penal es la mejor garantía
o se encuentra en un para impedir una futura colonización penal del mundo de la
3ólo existe en relación vida y para desarrollar formas autónomas de arreglo de dispu
RENÉ VAN SWAANINGEN LA CRIMINe
324
La crítica principa
tas que hagan retroceder a la lógica penal desde abajo. Según
foque casi exclusivo
Karl Schum ann ( 1985), el abolicionismo debería ser la agenda
te desviación secund
política lógica del enfoqu e del etiquetamiento. Mientras los aca
causas como de las e
démico s del etiquet amient o sólo se preocup an por entender la
decir, la perspectiva
realida d y quieren hacer visibles las subcul turas desviad as, los
esta crítica muy en se
abolicionistas formulan las conclus iones políticas que surgen
nición del problema p
de esos análisi s. Si la intervención penal sólo estigmatiza y, por
nueva lógica procedil
lo tanto, incita a la reincid encia, sería una conclusión lógica
emanciparse de su r
rechazar el rol del sistema de justicia penal y pronun ciarse a
los neoabolicionistas
favor de mecan ismos de control social menos estigm atizant es.
desviación formuló a
"En la primera página de todo libro de texto sobre la desviac ión
enfoque del etiquetar
y el delito está la verdad que sólo el movimi ento abolicio nista
marginalización y la
ha tomado en serio: el sistema de justicia penal no es la única
posibilidades de los m
forma de control social " (Cohen 1988:2 28).
delito, fuera como act
Desde la perspec tiva del etiquetamiento, los abolicionistas
les iniciales sobre las .
también adoptaron la centralidad del lenguaj e como mecani s
de la vida y sobre la "e
mo de exclusión social, o inclusive hasta como mecani smo de
gún los neoabolicioni
construcción de la realidad. Al igual que el enfoque del etiqueta
y el delito coincidan f
miento, el abolicionismo es consid erado idealista. Dario Meloss i
que poner énfasis en •
( 1985 : 198) señala que "para caracterizar como idealist a a un
y aceptar, implícitame
teoría centrada en el lenguaj e, es necesa rio pensar al lengua
ma individual, es una
je como algo que es recibido pasivamente, como un no-acto ".
resultaría inútil desar
Louk Hulsma n sostení a la postura más radical en relación a
riamente a qué proble1
esta primacía semánt ica. En lugar de "delito", él hablaba de .
¿Cuáles serían las
"suceso s problemáticos", evitando así el concepto de desviación
sea considerado una
que, según algunos críticos (Summe r 1994), era insostenible.
cuestión penal, la críti
En Alemania, todo el debate sobre idealismo versus realismo fue
y elaborada. Según est
llevado a cabo dentro de la perspec tiva abolicionista. Los abo
formales tanto como :
licionistas "idealis tas" eran más absolutos en su rechazo a las
los mecanismos de co;
sanciones (penale s), mientras que los abolicionistas "realist as"
la implementación de
estaban más orienta dos a la práctic a de la derivación a otras
aplicarse sanciones, é
instancias no judicia les (diversion) y sanciones alternativas a
de exclusión social y e
la privación de la libertad (Haferkamp 1984) . Los acusad os de
tima y la integración s
convertirse en "idiotas útiles" por contribuir al endurecimiento
la idea de haber hechc
del clima penal rechazaron esta visión por considerarla un con
el ritual del castigo, s
traste ficticio. Haferkamp sugirió una influencia política directa
(Bianchi 1994; Christü
que los criminólogos críticos no tenían y, aún más, corrió el ries
Willem de Haan hi
go de reafirmar el rol de la cárcel como institución terapéutica
cesaría liberación de l
válida (Feest 1984).
LA CRIMINOLOGiA CRiTICA Y EL DEBATE SOBRE . . . 325
1 desde abajo. Según La crítica principal del abordaje del etiquetamiento fue su en
.ebería ser la agenda foque casi exclusivo en las reacciones penales y la consiguien
tto. Mientras los aca te desviación secundaria. Esto impidió el análisis tanto de las
!pan por entender la causas como de las consecuencias de la desviación primaria, es
lturas desviadas, los decir, la perspectiva de la víctima. Los abolicionistas tomaron
políticas que surgen esta crítica muy en serio y acentuaron la importancia de la defi
>lo estigmatiza y, por nición del problema por parte de la víctima. Así, propusieron una
1a conclusión lógica nueva lógica procedimental, en la que la parte agraviada podía
al y pronunciarse a emanciparse de su rol pasivo de víctima. De la misma forma,
:-tos estigmatizantes. los neoabolicionistas hicieron suya la crítica que la teoría de la
J sobre la desviación desviación formuló a los déficits estructurales y materiales del
miento abolicionista enfoque del etiquetamiento. Consintieron que el desempleo, la
Jenal no es la única marginalización y la pauperización incidían fuertemente en las
posibilidades de los más vulnerables de entrar en contacto con el
J, los abolicionistas delito, fuera como actores o como víctimas. Las nociones libera
:1aje como mecanis les iniciales sobre las capacidades de autorregulación del mundo
:omo mecanismo de de la vida y sobre la "diversidad" son puestas en perspectiva. Se
nfoque del etiqueta gún los neoabolicionistas, el hecho de que el deterioro económico
dista. Dario Melossi y el delito coincidan frecuentemente llevaría a la conclusión de
amo idealista a un que poner énfasis en la criminalidad como núcleo del problema
J pensar al lengua- y aceptar, implícitamente, el castigo como solución para la vícti
como un no-acto". ma individual, es una postura reduccionista. Del mismo modo,
tdical en relación a resultaría inútil desarrollar alternativas sin tomar en cuenta se
lito", él hablaba de riamente a qué problemas responden estas alternativas.
cepto de desviación ¿Cuáles serían las vías posibles para que el abolicionismo
), era insostenible. sea considerado una perspectiva criminológica? Acerca de la
versus realismo fue cuestión penal, la crítica abolicionista es la más clara, poderosa
licionista. Los abo y elaborada. Según esta visión, es necesario evitar las sanciones
:n su rechazo a las formales tanto como sea posible, mediante la estimulación de
:ionistas "realistas" los mecanismos de control social existentes en la comunidad y
derivación a otras la implementación de políticas sociales adecuadas. En caso de
mes alternativas a aplicarse sanciones, éstas deberían implicar un nivel mínimo
) . Los acusados de de exclusión social y estar orientadas a la reparación de la víc
al endurecimiento tima y la integración social del agresor. Asimismo, sostiene que
1nsiderarla un con la idea de haber hecho justicia no debe simbolizarse mediante
tcia política directa el ritual del castigo, sino por el mismo procedimiento público
más, corrió el ries (Bianchi 1994; Christie 1 9 8 1 ) .
tución terapéutica Willem de Haan hizo u n a contribución im p o rtante a l a ne
cesaria liberación de la lógica pun itiva de exclu sión, al intro
326 RENÉ VAN SWAANINGEN
LA CRJIV!
su crítica comunitaria. Habermas le asigna al Estado (y a sus que los logros más imp
sistemas) un rol más central y social que los comunitaristas consecuencia de estas
(angloamericanos). Sin embargo, la crítica comunitaria del hi ción al delito, más que
perliberalismo muestra numerosas similitudes con la crítica de errores) a ser sometida
Habermas al instrumentalismo (legal) político (van der Brink, cionistas". En especial
1993; 1\veedy y Hunt, 1994:305). El individualismo liberal y el sostenido por Nils Chrü
instrumentalismo político tienen en común la percepción del in la comunidad parecen,
dividuo como ser aislado, autista, más que como una entidad Braithwaite. Sin embar
social; un zoon politikon, que le da forma a su individualidad "en su creencia de que ,
conforme su entorno. Zygmunt Bauman ( 1995a:276-7) sostiene conductas por ser deli
que la noción de "comunidad", que "alguna vez fue rechazada y Mugford 1994: 139).
por restrictiva", ya no puede simplemente ser "proclamada como thwaite, en la reintegra•
la capacidad facilitadora". Resulta así una "clara contradicción ésta debería ser una d
entre la 'narrativa comunitaria' y el verdadero estado de cosas centralidad podría ha!
que narra". Adoptar una postura moral a este respecto signifi el castigo como "herraJ
ca, según Bauman (1995a:267), "asumir responsabilidad por el institucional. Esto tam
Otro; actuar sobre la suposición de que el bienestar del O tro es a preguntas como quiét
algo precioso, que necesita del propio esfuerzo para preservarlo es avergonzante y cuál
y reforzarlo". Esta crítica encuentra su contraparte criminológi En Europa, las visio
ca en la visión de John Braithwaite (1995:279) de la concepción putas han sido declar:
liberal de la libertad. Este autor la llama " libertad negativa", de moda: ya no vivimc
porque consiste, simplemente, en el derecho de alguien a ser de la gente trata informal!
jado solo. La libertad positiva "se define socialmente y en térmi thwaite contesta esta <
nos de relación". Esta libertad, que Braithwaite llama "dominio", es una forma de centre
requiere "un mundo social que provea al individuo de una serie la modernidad, con el e
de reaseguros intersubjetivos de libertad". Por lo tanto, el ba obsta nte ello, el nivel e
lance de responsabilidades sociales del E stado hiperliberal, em familia y los vecinos h
presariaJ y sus ciudadanos individualistas, indiferentes, al qu e nales. Las personas sie:
hicimos referencia en el capítulo anterior, debe ser reevaluado. llos que consideran rea
Las teorías de Braithwaite sobre la vergüenza reintegradora y también la función de
una criminología "republicana", que encuentra su punto de parti de las audiencias de r
da en el concepto de ciudadano surgido de la Revolución Francesa, estos grupos de apoyo ¡
tiene mucho para ofrecer en cuanto a la elaboración de la crítica amigos, colegas respete
"comunitaria" del abolicionismo. El enfoque penal estigmatiza al pública. Braithwaite ta
autor como una mala persona, mientras que la idea de Braithwai este sentido, al "activisr
te (1989) del esquema de la vergüenza, practicado por los grupos los grupos de presión 1
allegados a la víctima y al ofensor, contribuye a la reintegración las autoridades por ma
comunitaria del victimario, dado que sólo se desaprueba el acto, En las ú ltimas décadas
pero no a la persona. El "prejuicio teórico -de Braithwaite- es o Am nesty lnternatiom
N LA CRlMlNOLOG!A CRÍTICA Y EL DEBATE SOBRE . . . 329
1a al Estado (y a sus que los logros más importantes de las estrategias integradas son
e los comunitaristas consecuencia de estas partes de las estrategias que son reac
l. comunitaria del hi ción al delito, más que cuestiones (problemas de vida, conflictos,
udes con la crítica de errores) a ser sometidas al diálogo, como pretenderían los aboli
lítico (van der Brink, cionistas". En especial el enfoque moralizante del control social
idualismo liberal y el sostenido por Nlls Christie y su apelación a las potencialidades de
1 la percepción del in la comunidad parecen, en este sentido, haber signado la obra de
le como una entidad Braithwaite. Sin embargo, éste afirma d iferir de los abolicionistas
l a su individualidad
"en su creencia de que es correcto avergonzarse de determinadas
L995a:276-7) sostiene conductas por ser delictivas en ciertos contextos" (Braithwaite
1.a vez fue rechazada y Mugford 1994:139). Si u no se detiene en el enfoque de Brai
:er "proclamada como thwaite, en la reintegración, no resulta claro el motivo por el cual
l "clara contradicción
ésta debería ser una diferencia crucial. Una cuestión de mayor
_dero estado de cosas centralidad podría hallarse en su aceptación final del delito y
este respecto signifi- el castigo como "herramientas" viables, y del statu qua social e
esponsabilidad por el institucional. Esto también podría llevar a diferentes respuestas
bienestar del Otro es a preguntas como quién determina qué clase de comportamiento
erzo para preservarlo es avergonzante y cuál es el rol del E st.a do.
ttraparte criminológi- En Europa, las visiones abolicionistas sobre el arreglo de dis
279) de la concepción putas han sido declaradas románticas, nostálgicas y pasadas
a "libertad negativa", de moda: ya no vivimos en pequeñas comunidades en las que
.o de alguien a ser de la gente trata informalmente sus problemas. Sin embargo, Brai
cialmente y en térmi thwaite contesta esta crítica: el esquema del avergonzamiento
vaite llama "dominio", es u na forma de control social que se ha incrementado durante
ndividuo de u na serie la modernidad, con el crecimiento de las interdependencias. No
' . Por lo tanto, el ba obstante ello, el nivel de dependencias varió desde aquel de la
tado hiperliberal, em familia y los vecinos hacia foros más institucionales y profesio
s, indiferentes, al que
nales. Las personas siempre odiarán fracasar a los ojos de aque
debe ser reevaluado. llos que consideran realmente importantes en sus vidas; ésta es
üenza reintegradora y también la función de los grupos de allegados que participan
ttra su punto de partí de las audiencias de reintegración. Según las circunstancias,
- Revolución Francesa, estos grupos de apoyo pueden e star constituidos por la familia,
l.boración de la crítica amigos, colegas respetados, un movimiento político o la opinión
penal estigmatiza al pública. Braithwaite también asigna un rol muy importante, en
e la idea de Braithwai
este sentido, al "activismo social". En el Capítulo Vli vimos cómo
:ticado por los grupos los grupos de presión penal radicales han hecho avergonzar a
uye a la reintegración las autoridades por mantener condiciones carcelarias indignas.
;;e desaprueba el acto, En las últimas décadas, los grupos de presión como Greenpeace
) -de Braith,>.;aite- es o Amnesty lnternational han logrado con bastante éxito hacer
330 RENE VAN SWAANINGEN LA CRIM!t
avergonzar a las multinacionales y a los gobiernos -con el indis una actitud indifere:
pensable protagonismo de los medios masivos de comunicación-. y Mugford 1994). E
Asimismo, debe tenerse en cuenta que también han cambiado a modelo de justicia ac
través del tiempo los asuntos que la gente encuentra vergonzan la misma linea, And:
tes. Hoy día, son pocos los que se refieren en términos morales que el cambio desde
a la homosexualidad, al aborto, al sexo fuera del matrimonio, hacia un "credo gen
al divorcio o al consu mo de marihuana (al menos en Holanda), a una menor obedie
mientras que la sensibilidad moral hacia el abuso marital, la ford esperaban efect
violencia sexual, la discriminación racial o de género, el fraude o Por otra parte, el
la contaminación ambiental parece haber aumentado. Cuando los defectos del abo
a aquellos que tienen algo que perder en la sociedad (empleo, a casos en los que
pareja, amigos, familia, etc.) se les hace sentir vergüenza por que las víctimas y 1
asuntos vinculados a estos temas, tratan de presentarse a sí poseen dominio del
mismos como eljl a mejor de la clase du rante algún tiempo. de hacerlo- confiar t
El reforzamiento del autocontrol a través del esquema del aver ofrece pocas garantí
gonzamiento trae a la memoria la teoría general del delito de Mi y puede ampliar fác:
chael Gottfredson y Travis Hirschi, pero a diferencia de estos dos casos más difíciles ;
criminólogos tradicionales, la "teoría general" de Braithwaite no suficientemente en e
es prescriptiva sino explicativa: analiza el modo en que las cere cos y simbólicos que
monias de reintegración pueden reforzar los lazos sociales. Dado der de castigar; ignc
que el esquema de avergonzamiento se produce a través de los la indiferencia cívica
"grupos de allegados" que se interesan por el ofensor, se restauran delitos y de temer 1<
los lazos sociales en lugar de quebrarse. Braithwaite contrasta miento y ha dismim
estas audiencias con los análisis de Harold Garfinkel sobre las nías de reintegraciór
ceremonias de degradación encarnadas en los rituales penales. que alientan la comí
Estos últimos etiquetan al autor como un extraño y transforman ambiguas o el racisr
la identidad total del individuo rebajándolo a una posición inferior que las personas, e1
dentro del esquem-a grupal de tipos sociales. Las ceremonias de (como la coexistenci
reintegración exitosas deberían ser la antítesis de esto. La des sociedad multicultu
aprobación no se dirige a la persona sino al acto. En referencia mente se le niega el :
a las experiencias de Australia y Nueva Zelanda, Braithwaite de Para los sostene
mostró que el enfoque reintegrativo lleva a una mayor obediencia integrativo, esta cr
a la ley y a una mayor satisfacción de los participantes de las au para quienes defien
diencias de las que produce el escenario policial o de tribunales.
Un segundo criterio para una reintegración exitosa es el va
lor de lo que -con términos algo anticuados- podríamos llamar N.del T.: Estos "ere·
compasión, compromiso o empatía. Si se pretende que el esquema tor comenta en su s obs
del avergonzamiento sea exitoso, las personas involucradas en la libro Rutherjord clisting¡
desaprobación del acto deben demostrar su interés genuino y no sistema penal: 'gpn:n cic
LA CRIMINOLOGiA CRITICA Y EL DEBATE SOBRE . . . 33 1
definitiva, Braithwaite acepta la lógica penal mientras que los El análisis de Summer
abolicionistas, en realidad, pretenden sustituir todas las inter por los abolicionistas , !
venciones excluyentes y punitivas por formas de control social mo social. La dimensió:
·
tendientes a la reintegración. Según Braithwaite, el concepto bién torna necesaria l¡
de delito puede resultar útil para reforzar el esquema del aver mediante el cual se co
gonzamiento si fracasa el acuerdo que los participantes bus enfrenta el abolicionisJ
can. Al permitirse decir: "Caballeros, estamos hablando de un Braithwaite y combina
delito", se acentúa la necesidad de avanzar en la negociación. es una tarea sencilla, 1
En segundo lugar, el concepto de delito establece un límite (le acabar con la idea obv
galidad) más allá del cual la conducta no puede ser sujeta a través del castigo. La e
ceremonias de avergonzamiento. En tercer término, la amena normas será retomada
za penal garantiza el carácter voluntario de las ceremonias de
reintegración, dado que los ofensores siempre pueden apartar V. LA. SEGURIDAD PÚBLICA: !-'
se de este esquema y elegir un proceso penal "normal". Todos En la era moderna,
estos elementos ponen en perspectiva el momento positivo del han desarrollado en ínt:
abolicionismo: sus estrategias de avergonzamiento han estado glo, podemos hablar del
orientadas principalmente a la intolerable práctica de la justi Conforme a la penologíc:
cia penal, y por lo tanto, al momento negativo, mientras que la orientaban al ofensor iJ
teoría de Braithwaite se dirige al delito, como también lo hace el década del 70, cuando 1
realismo de izquierda. Si se pretende dar una base más sólida al cieron mayor hincapié e
momento positivo del abolicionismo, será necesario desarrollar Tras la bifurcación de 1<
este enfoque en el delito, en los sucesos problemáticos (de este década del 80, el enfoqt;
punto nos ocuparemos en el párrafo sobre la seguridad social). superficial" del sistema
El avergonzamiento constituye, además, un concepto útil en a la pena de prisión-. E
la crítica del abolicionismo al sistema penal, pero en este sen a observarse una nuev
tido debe agregársele una nueva dimensión a la idea. El con penal, aunque ya no mi
cepto de "censura" formulado por Colín Su mmer (1983) podría sino a la intervención se
cumplir esta función: se refiere al valor social productivo (en nal. Esto se denomina
el sentido de Foucault) del etiquetamiento y la estigmatización, del delito". La priorizacié
que los criminólogos críticos han descripto generalmente sólo surge de muchos estudi
en términos negativos. Así, dado que el estigma penal bloquea , Dentro de la perspec
la reintegración social del detenido que recupera su libertad, re delito ha sido impulsad
sulta contraproducente respecto de la prevención del delito. Por izquierda, mientras que
otra parte, la censura de la desviación sirve a la creación de una menos institucionalizad
conciencia colectiva en el sentido propuesto por Durkheim, esto comunitarios, como el e
es, implica una expresión ritual de lo que la sociedad considera da tuvieron un rol pian
malo, antisocial o problemático. En este punto, la censu ra so ción de (in)seguridad, <
cial expresa a nivel sociológico un valor moral comparable con el tos y víctimas. Estos e s
que produce el esquema del avergonzamiento a nivel individual. el sentimiento de inseg-
<EN LA CRIMINOLOGÍA CRiTICA Y EL DEBATE SOBRE • . .
333
>enal mientras que los El análisis de Summer demuestra, al igual que los propuestos
tstituir todas las inter por los abolicionistas, grandes similitudes con el constructivis
rmas de control social mo social. La dimensión política de las cuestiones morales tam
·aithwaite, el concepto bién torna necesaria la permanente reflexión sobre el proceso
Lr el esquema del aver mediante el cual se construye la "normalidad". El desafío que
los participantes bus enfrenta el abolicionismo es mantener el enfoque idealista de
tamos hablando de u n Braithwaite y combinarlo con el escepticismo de Summer. No
.zar e n l a negociación. es una tarea sencilla, pero la clave para la solución podría ser
::stablece u n límite (le acabar con la idea obvia de que el reproche debe alcanzarse a
no puede ser sujeta a través del castigo. La cuestión de la afirmación pública de las
:er término, la amena normas será retomada en el próximo capítulo.
> de las ceremonias de
:mpre pueden apartar V. LA. SEGURJDAD PúBLICA: HACIA UN NUEVO BALANCE DE RESPONSABILIDADES
penal "normal". Todos En la era moderna, el derecho penal y el bienestar social se
. momento positivo del han desarrollado en íntima conexión. Desde hace cerca de un si
nzamiento han estado glo, podemos hablar del complejo penal/bienestar (Garland 1985).
le práctica de la justi Conforme a la penología moderna, los programas de bienestar se
sativo, mientras que la orientaban al ofensor individual. Este desarrollo culminó en la
omo también lo hace el década del 70, cuando los enfoques centrados en el bienestar hi
una base más sólida al cieron mayor hincapié en el discurso integral de la justicia penal.
i. necesario desarrollar Tras la bifurcación de la pol ítica relativa a la justicia penal en la
problemáticos (de este década del 80, el enfoque penal/de bienestar se limitó a la "parte
·e la seguridad social) . superficial" del sistema -especialmente, las medidas alternativas
i.s, un concepto útil en a la pena de prisión-. En sintonía con la nueva penología, volvió
nal, pero en este sen a observarse una nueva intervención de bienestar en la esfera
:;ión a la idea. El con penal, aunque ya no más orientada a los ofensores individuales,
Summer ( 1983) podría sino a la intervención social previa a la coerción del derecho pe
· social productivo (en nal. Esto se denomina "enfoque multiagencial de la prevención
o y la estigmatización, del delito". La priorización de la intervención social sobre la penal
.pto generalmente sólo surge de muchos estudios criminológicos .
estigma penal bloquea . Dentro de la perspectiva crítica, la política de prevención del
:cupera su libertad , re delito ha sido impulsada con mayor fuerza por los realistas de
vención del delito. Por izquierda, mientras que los abolicionistas propusieron -de modo
ve a la creación de una menos institucionalizado- soluciones comunitarias a problemas
;to por Durkheim, esto comunitarios, como el delito callejero. Los realistas de izquier
: la sociedad considera da tuvieron un rol pionero en la elaboración empírica de la no
punto, la censura so ción de (in)seguridad, al realizar varias encuestas sobre deli
oral comparable con el tos y víctimas. Estos estudios se centraron en la relación entre
::nto a nivel individual. el sentimiento de insegu ridad de la gente y el verdadero riesgo
l
334 RENÉ VAN SWAANINGEN LA CRIMIN
7. La privatización
Resulta paradoja! que el llamado a profundizar el espíritu co
munitario se lance en u na época en la que los servicios son pri
vatizados u no tras otro. Para estimu- l ar el espíritu comunitario
sería necesario establecer servicios públicos que estén concebi
dos, en primer término, para maximizar sus propios beneficios.
La privatización fue impuesta con el argumento -prácticamente
irrefutable para la gente común- de que de esta forma se re
ducían los gastos del Estado. Desde mediados de los 90, este
argumento ha empezado a ser criticado por altos funcionarios y
políticos -incluso por aquellos que inicialmente la apoyaron-. Si
bien esto pudo haber tenido algún efecto mitigante, la privatiza
ción de las provisiones colectivas ha llegado demasiado lejos. El
Estado que hoy tenemos es muy distinto del que conocimos y el
"gobierno a distancia" y la "sociedad en red" se han convertido
en eslóganes políticos establecidos. Si bien las consecuencias
en el control del delito no pueden analizarse aquí (Crawford,
1998:252-5), hay u n ejemplo concreto: existe un claro problema
de seguridad en las estaciones de tren. En su esfuerzo por hacer
que los costos de la "compañía" sean más eficaces, la privati
zada " Dutch Rail" (ferrocarriles holandeses) sustituye al per
sonal por máquinas expendedoras de boletos en las estaciones
más pequeñas, y así se prescinde, por razones económicas, de
un importante medio de control social informal. A los nuevos
problemas de seguridad que se originan como consecuencia de
346 RENÉ VAN SwAANINGEN
9. A modo de conclusión
Durante la década del 80, las corrientes materialista e in
teraccionista de la criminología crítica han sido reevaluadas
..
348 RENÉ VAN SWAANINGEN
•N. del T. En idioma inglés, tanto pain (dolor) como punishment (castigo)
encuentran su origen en la palabra poena.
354 RENÉ VAN SWAANINGEN
l. CONCLUSIONES TEÓRICAS
los años 80 y 90. Por otra parte, si bien abren la puerta a prác
ticas incontrolables, también ofrecen incentivos de carácter
potencialmente progresista para la reforma penal. La inclusión
en este libro de las visiones modernas sobre el sistema penal
se juzga -con la debida prudencia- positiva. En la misma línea,
las ideas basadas en sanciones no privativas de la libertad y la
prevención del delito -con el mismo recaudo- también son com
partidas. Lo m ismo puede decirse en relación al dilema entre
la justicia formal o la informal: las visiones románticas de la
justicia informal y el Derecho reflexivo no se justifican, porque
dejan demasiado espacio librado a incontrolables cuestiones
de poder, pero el peligro de (sobre)enfatizar "de este modo" los
aspectos formales del Derecho lleva a situaciones indeseables
e insolubles, al estancamiento y a una completa dependencia
de los profesionales y las burocracias. Así, se crea un sistema
en el que la responsabilidad personal y la ética profesional son
puestas al margen, y quedan sujetas a la lógica burocrática,
dentro de la cual u no es sólo un fu cionario anónimo del siste
ma, bajo las órdenes de sus superiores. Esto amerita una nue
va reflexión acerca de la justicia informal. Por mi parte, intenté
en el Capítulo X, poner de manifiesto las ventajas de este tipo
de justicia, sin reproducir sus desventajas. En cuanto a los
derechos hu manos, éstos pueden servir de estándar ético que
establezca lo s límítes a un instrumentalismo absoluto, asegu
rando suficiente espacio para el pluralismo normativo de las
sociedades democráticas. Las cuestiones de moralidad no pue
den resolverse en detalle sin imponer u n falso consenso. Los
derechos humanos resultan lo suficientemente globales como
para evitar este peligro. Como reglas concretas, encarnan un
u mbral ético formalizado, m á s allá de l cual no puede avan
zar una intervención estatal legítima. Si el Estado reduce su
estándar de moralidad y lo somete a la lógica de la eficiencia,
nos introducimos en u na espiral descendente de desesperación
violenta, en una carrera armamentista sin fin entre los "delin
cuentes" y los que los combaten. Además, una cultura de los
derechos humanos también promueve la intervención estatal
positiva , señalando lo que el Estado debe proveer para mate
rializar esos derechos. Cuanto más detalladas se vuelven las
cuestiones morales, más procedimental debe ser la orientación:
384 RENÉ VAN SWAANINGEN
ro equilibrio de res desafío prevalezca sobre las perogrulladas respecto del delito y
d. El individuo debe su control. D e todos modos, no puede sobreestimarse la influen
· que cause a otras cia directa de la investigación criminológica sobre la política pe
l hacer el mayor es nal: especialmente si los análisis criminológicos señalan en una
m reducidas a una dirección distinta a la querida por las orientaciones de las polí
;ontenerse de hacer ticas prevalecientes, "el discurso opositor es tan constitutivo de
la realidad existente como el discurso de apoyo" ( H en ry y Milo
vanovic 1996:204). En lugar de intentar convencer a quienes
diseñan las políticas con argumentos racionales, parece más
párrafos anteriores realista comenzar desde la postura de que las decisiones políti
la criminología crí cas no se basan en consideraciones racionales o investigaciones
raciones acerca del científicas sino en sentimientos, ideología partidaria y conve
trafraseando el ar niencias políticas. Por lo tanto, sería mejor que los criminólogos
' la tarea de los so críticos se centraran en visualizar realidades alternativas, en
·imera cuestión es destruir los e stereotipos hegemónicos e, implícitamente, en con
lbre el delito de tal cientizar a la opinión pública. Los dos capítulos previos son un
1nidad crítica sino intento de contribuir en ese sentido. En segundo lugar, resulta
1encidos. Dado que crucial una relación más estrecha entre los criminólogos y los
nportante, las pro juristas académicos, tanto en lo referente al aspecto normativo
ntarse como análi como al idealista de la criminología crítica. E specialmente du
)gos críticos debe rante el último cuarto de siglo, las herramientas jurídicas se
tido, realmente no han utilizado para traducir compromisos políticos. Después de
::s verdades" de la que numerosos movimientos sociales adoptaran una política de
rativas menos pre derechos, los criminólogos críticos también abandonaron su ac
criminólogos críti titud tradicionalmente despectiva hacia el lenguaje de los dere
:oabolicionistas se chos -como algo perteneciente a una superestructura elitista,
1 a comprometerse anacrónica, ideológica y hasta irrelevante-. La criminología sur
r otra parte, tam gió en la segunda mitad del siglo XIX para salvar al derecho
cas de ley y orden penal de una muerte segura como doctrina que ha perdido con
•lo, sus causas es tacto con la realidad social. En la actualidad, la teoría normati
e los que se ocupa va, jurídica, parece, a cambio, necesaria para salvar a la crimi
al demostrar con nología de un ethos enteramente utilitario. En sentido puramen
tos de la pobreza, te técnico, ambas disciplinas tienen su propia metodología y
os son criminóge marcos de relevancia, pero en lo que respecta a las cuestiones
ue podrían tratar fundamentales (y a las propias cuestiones prácticas de imple
:riminalizados. Si mentación) el derecho penal y la criminología cada vez más son
:retos de políticas estudiadas de modo integrado. Los precursores de la criminolo
ternativas, el ma g ia no pudieron prever los drásticos cambios de las relaciones
; rad ica en que el entre el derecho penal y la criminología durante el transcurso
398 RENÉ VAN SWAANINGEN
ment as react ivos ,
de un siglo. Debe destacarse especialmente la actual atención
crim inolo gía críti
-más positiva- que se le brinda al aspecto protectivo del derecho
sobre los problem<:
entre los criminólogos críticos anglosajones, dado que la orien
teoría parti cular y
tación jurídica les es, históricamente, bastante ajena. Los rea
super ada. Por ello .
listas de izquierda descubrieron -siguiendo las huellas de los
de refere ncia par
nuevos movimientos sociales- que tomar los derechos en serio
más apropiados. r
es la ú nica alternativa que le queda a la izquierda ahora que ya
realizan investiga<
no puede esperarse una acción política apasionada desde las
mayor variedad d
bases (Donzelot 1984). Si bien la política de los derechos huma
distint os problema
nos de los Schwendinger prácticamente no evidenció una visión
más importa nte p
específicamente jurídica, sí creó una base común para una pos
A este nivel, se tm
terior influencia de las observaciones jurídicas críticas de los
para destruir las
derechos humanos dentro de la criminología crítica (Cohen
para remarc ar qu
2 0 0 1 ; Morrison 2 006). A través de este redescubrimiento del de
delito están basad:
recho, se va cerrando gradualmente la brecha entre la crimino
política de valores
logía crítica anglosajona y la europea-continental. Sin embargo,
ve necesario hacer
aún deben hacerse más explícitas las lecciones epistemológicas
porque la desespe r
de este desarrollo. Un modo de pensar contrafáctico, utilizando
tendido relativismc
principios como piedras de toque normativas, puede poner en
para la crimino lo
evidencia los límites de los valores como el pragmatismo, la efi
idea general era q1
ciencia o la utilidad. Si tales consideraciones hubieran determi
tenecía al dominio
nado nuestra historia, no se hubieran construido catedrales o
fendía una visión r
majestuosas ciudades, no se hubieran hecho pinturas o escul
digma de cambio <
turas, no se hubiera escrito música o poesía ni se hubiera esta
blecido alguna democracia. Deberíamos estar felices de que birse sin hacer ex¡:
gas críticos no ten
nuestros ancestros se hayan guiado por consideraciones menos
utilitarias. Al tomar los medios como fines, los políticos actuales justicia actuaria!,
mente lo que los c1
ignoran los aspectos "inútiles" (en el sentido de no cuantifica
sistema de justicif
bles) que determinan la satisfacción de la gente con su mundo
real. Esto nos recuerda la preocupación de los positivistas por posible. Sin embar.
la burocratización
las cuestiones metodológicas, mientras excluían las teorías
reproductivas de iC
axiomáticas construidas según su modelo. Al formular explíci
no halla respuesta
tamente un marco de trabajo normativo -como la justicia so
"El moralismo, den
cial- los académicos críticos evitaron que la agenda fuera deter
minada por el discurso hegemónico en materia de políticas. Para
nos años, una acü
poder idear nuevos caminos y una-estructu ra alternativa de re tagonistas de la le
mientras que sus ,
levancia, parece más beneficioso adoptar un enfoque más pro
activo, concientizador, que segu ir intentando desafiar los e ste suerte de vacío libl
reotipos hegemónicos relativos al delito -y el castigo con arcru
mente claro que yo
b
CONCLUSIONES 399
1
CONCLUSIONES 40 1
e la llamada frag desarrollo de las normas, sino que llevará -por vía procesal- a
moderna, cada vez evitarlas, lo que, en última instancia, erosiona completamente
:tra ética, peró esta su significado. Si el derecho no se orienta hacia cuestiones axio
;ideramos que una lógicas, y se basa en análisis de costos y beneficios, incita al
jemasiado mínima fraude y al engaño. Braithwaite también reforzó el argumento de
jad negativa de los la criminología crítica que resalta los principales defectos del
rística de la socie control punitivo: la estigmatización y la exclusión impiden la
lidado y la respon reintegración social de los penados y su posibilidad de desarro
l995a) brinda más llar vínculos que prevengan el delito. En ese sentido, el derecho
mdo en la justicia penal en sí mismo es un incentivo para la comisión de conduc
le las garantías le tas delictivas. En cuarto lugar, ya se ha sostenido que no resul
la ju sticia partici ta muy útil a los criminólogos críticos considerar al Estado como
rrativas facilitado mero instrumento de represión o de cuidado paternalista. En
tentos de formular este aspecto, daremos un paso más: dado que el negativismo y
ue se adecue a la la sospecha en e sta materia se habían vuelto prácticamente
emuestra cómo el condiciones reflejas, la crítica de la criminología crítica se tornó
:ales de la justicia tan globalizadora y predecible que ya casi no podía tomarse en
mplícitamente, un serio. Habría que analizar si la orientación fundamentalmente
y visiones de una macrosocial (aunque nacional) de la criminología crítica fue tan
a moral, especial fructífera. E ste disenso no implica un simple retorno a los aná
·ientados a las au lisis micro y mesosociales, ni a modelos de sociedad como las
frecuentemente a comunidades de familiares y vecinos protectores y tampoco a
s -deber, vergüen- teorías posmodernas globales en las que el 'Estado' ha desapa
3.rse estos concep recido por completo. Sin embargo, se hace necesario estudiar la
popular del delito justicia tanto a nivel comunitario como global. En un mundo
lló el intento pro globalizado, el enfoque a nivel supranacional resulta obvio, pero
.a desviación. Así, sigue siendo igualmente importante a nivel comunitario. Nume
efendió la reintro rosas políticas de prevención del delito están orientadas a la
:ticia y tolerancia. comunidad y, con cierta imaginación sociológica, hasta sería
avergonzamiento posible darle un nuevo significado a la noción de "comunidad".
sociológica a esas Una comunidad puede ser una organización política, profesio
s que suenen más nal o de estudiantes, un movimiento social, un grupo étnico o
sensibilidad, pero u n vecindario, un club deportivo o un círculo de personas que
mto a su enfoque se comunica por I nternet. Todas las ideas de avergonzamiento
análisis también reintegratlvo, justicia participativa y moral pluralista que ha
sino flexibles. El llan su raíz en pequeñas narrativas se originan en e stas nuevas
tenido sustancial ideas de comunidad. Los foros alternativos Uurídicos) guiados
ente técnica diri por estos principios deberían tener funciones si m bólic a s con la
uá por sí sola un misma fuerza que el derecho penal, sin reproducir los aspectos
402 RENÉ VAN SWAANINGEN
------ --- -
CONCLUSIONES 403
BALMASEDA RJPERO, Juana M . /CA R R E R A GoNZÁLEZ, M. José ( 1990), "Salhaketa; - (1995) " Publieke g<:
support association to Euskadi prisoners", ponencia presentada een rechtsstaat;
. en la XVIII Conferencia del Grupo Europeo para el estudio de la en Blad, John; •
.l
BIBLIOGRAFÍA 407
( 1990), " Salhaketa; - ( 1995) " Publieke geloofwaardigheid: een gevaarlijk beleidsargument in
: encia presentada een rechtsstaat; het beleid rond alternatieve sancties als voorbeeld"
ra el estudio de la en Blad, John; Cleiren, Tineke; Hulst, Jaap van der; Koopmans:
,, 7 de septiembre. Erik; Mevis, Paul & 8os, Wouter (eds.) ( 1995), Met recht op de vlucht.
: und Kriminolo Arnhem: Gouda Quint, pp. 1- 10.
ls einer gesamten - (2007) " Non- Custodiál Sanctions: rehabilitation reaffirmed", en
1r die gesamte M iranda Boone & Martin Moerings (eds.), DutchPrisons. Cullompton:
. Willan (en prensa).
nal. Madrid: Siglo BEMM I:: L EN, Jacob M. van ( 1935), "Het juridisch jaar 1934", en Weekblad
van het Recht 1935, n° 1 2 . 849.
Funktion in der - ( 1942) Criminologie; leerboek der misdaadkunde aan de hand van
:Jgraphie, Heft 49, nederlandse gegevens en onderzoekingen. Zwolle: Tjeenk Willink
(edición 1948).
eine Theorie der - ( 1955) "De psychologie en de begrippen van opzet en schuld", en Op
es Strafrechts", en de grenzen van het strafrecht. Haarlem: Bohn.
g in den achtziger
BERGALLI, Roberto ( 1980), "Origen de las teorías de la reacción social;
1x Planck Institut.
un aporte al análisis y crítica del Label/ing Approach", en UAB 1980,
·evista en Mau ricio
Bogotá: Temis. pp. 49 -96.
- ( 1992) " Resocialización y medidas alternativasr; extravíos conceptuales,
:ys in postmodern políticas sinuosas y confusiones piadosas en la práctica
penitenciaria de España y Catalunya", en Associació Catalana de
te welfare state to Ju ristes Demócrates (ed.), Política penitenciaria y doctrina oficial; la
o 3, pp. 2 1 0-2 1 8 . intolerante resistencia a la critica. Barcelona: ACJD, pp. 17-38.
- ( 1995) "The Spanish attempt to build a democratic criminal justice
a new modernity. system", en Ruggiero et al., 1995, pp. 149 - 168.
BERGALLI , Roberto/BooELóN GoNZALEZ, Encarna ( 1992), "La cuestión de
n Social Problems las mujeres y el derecho penal simbólico", en Anuario de Filosofia de
Derecho Madrid, vol. IX, pp. 43-73.
:LO, Sabine; NAFFIN, BERGALLI, Roberto; Bustos RAMIREZ, Juan; MIRALLES, Teresa ( 1983), El
ific discoveries for pensamiento criminológico, vol. 1, Un análisis crítico. Barcelona:
1; on the effect of Península.
sten & Ponsaers
BIANCHI, Herman (1951), ·" Rechten vergelding", en De Vlam, 9 de junio,
p. 8.
1jwachting van ... ? - (1956) Position and subject-matter of criminology; inquiry concerning
:tm). theoretical criminology. Amsterdam: North Holland Publishers.
torous temptation - ( 19 58) Waar en waarom misdaad. Amsterdam: Noordhollandsche
.e Dutch women's U itgeversmij .
1aljustice system", - ( 1960) De strafrechteren de bescherming van de samenleving.
Amsterdam: Calvinistische Juristen Vereniging.
3ocial control as a - ( 196 1 ) Strafsancties en geestelijke volksgezondheid. Amsterdam:
:ficit", en Social & Noordhollandsche Uitgeversmij.
- ( 1 964) Ethiek van het straffen. Nijkerk: Callenbach.
- ( 1967) De vliegengod; opstellen over gezag, recht en arde. Alphen a/d
p't eind; een op de
Rijn: Samsom.
:f op alternatieven
- ( 1 9 7 1 ) Stigmatisering. Deventer: Kluwer.
408 RENÉ VAN SWAANINGEN
?rlands Tijdschrift B LOM, Tom/ BLAD, John R. ( 1996), "Van drugsbeleid naar drugbeleid; het
primaat bij justitie", en A lmelo, Lex van; Blad , John; Boek, Jacco;
1 Tijdschrift voor Boor, Cecilia; lppel, Pieter; Wiewel, Pieter (eds.), Coornhert Liga
crimineeljaarboek 1 996. Nijmegen: Ars Aequi Libri, pp. 19-34.
en de Folter et al. BLOM, Tom/ MASTRIGT, Hans van ( 1994), "The future of the Dutch model
in the context of the war on dru gs", en Leuw & Haen Marshall (eds.),
er: Van Loghum Between prohibition and legalization; the Dutch experiment in drug
policy. A msterdam: Kugler, pp. 2 55 -283.
t het slachtoffer in BoDELON GoNZÁLEz, Encarna ( 1993), " Les amistats perilloses; les dones i
les estratégies de criminalizació", en Revista Demó. n° 17.
t of crime control. BoEK HOUT VAN SouNGE, Tim (2004), Dealing with Drugs in Europe. An
investigation of European drug control experiences: France, the
75), Deviance and Netherlands and Sweden. The Hague: Bju.
BOKOS, Vassilis; KOULOURIS, Nikos; STATHOULOPOULOU, Eugenia; TS!RONIS,
6), Abolitionism; Gregory; VIDALI, Sophie; ZAPHIROPOULOU, Eleni ( 1992), " Prisoners'
;msterdam: Free struggle, governmental manoeuvres, and social inertia in the '90s:
the neutralization of abolitionist tendencies and the intervention of
criminologists - the Greek case", en Chronika (criminologicaljournal
Strafrecht übrig;
University of Thrace) vol. 5 , pp. 1 3 3 -145.
frecht. München:
BoNGER, Willem A . (1905), Criminality and economic conditions. Boston:
Little, Brown & Co. (edición inglesa 19 16).
t", en Foqué et al.
- ( 1909) "Cesare Lombroso", reimpreso en Bonger 1950, pp. 3 - 1 3 .
- ( 1 9 1 1 ) "Misdaad en socialisme", reimpreso en Bonger 1950, pp.
te beschouwingei1
83- 1 2 1 .
n: Gouda Quint.
- ( 1 922) Over de evolutie der moraal. Amsterdam: Ontwikkeling.
:shandhaving en - ( 1 932) Inleiding tot de criminologie. Haarlem: Bohn.
é Korthals Altes. - ( 1 934) Problemen der democratie; een sociologische en psychologische
studie. Groningen: Noordhoff.
A. (eds.) ( 1987a), - ( 1935) " Het 'nieuwe ' strafrecht", en Rechtsgeleerd Magazijn vol. 54,
t: an abolitionist pp. 236-266.
& II. Rotterdam:
- (1936) " De criminologie in het Tijdschrift voor Strafrecht 1886-1 936",
reimpreso en Bonger 1 950, pp. 1 2 1 - 1 3 3 .
lad et al. 1987a, - ( 1939) Ras e n misdaad. Haarlem: Tjeenk Willink.
- (1950) Verspreide geschriften l. Amsterdam: Arbeiderspers.
de tolerantie in BooGAART, H ilde van denfSEUs, Lydia (199 1 ), Radikale Kriminologie;
die Rekonstruktion zweier Jahrzehnte Wissenschaftsgeschichte
Grof$britanniens. Pfaffenweiler: Centaurus.
410 RENÉ VAN SWAAN!NGEN
B RJCOLA, Franco ( 1975), " Política criminale e política penale dell'ordine 67-92 .
pubblico", en La Questione Criminale vol. 1, n° 2, pp. 2 2 1 -288. - ( 1985) Visions 1
BRJCOLA, Franco; SsRICOLLr, Mario; NEPPJ MoooNA, Guido; SEPPJ LLI, Tullio; Cambridge: p,
l NGRAO, Pietro ( 1975), " Per una política criminale del movimento - ( 1986a) "Comm
operario", en La Questione Criminale vol. 1 , n° 3, pp. 485-514. & van Swaan:
- ( 1986b) " Editor
BRJNK, Bert van den ( 1 993), "Jürgen Habermas; gemeenschapsdenken,
. - ( 1987) "An in
maar dan anders", en van Klin k et al. 1 993, pp. 1 1 1 - 1 22 .
Ca.nadian Cri
BRUINSMA, Gerben; LEuw, E d ; LJsSENBERG, Ellie; VuET, Annelies van (eds.) - ( 1988) Against ·
"erschap; de morele BuRG, Wibren van der/ RIJEN, Willem van ( 1988), " De plaats van de 'Tanner
cultuur. Nijmegen: Lectures' in het oeuvre van Jü rgen Habermas", en Habermas 1988,
pp. 9-47.
n overheidsbeleid", BuRUMA, Ybo (2007), " Dutch Tolerance: On Drugs, Prostitution and
n.
Euthanasia", en Michael TonryjCatrien Bijleveld (ed.), Crime and
"Consumptie van Justice in The Netherlands. Chicago: The University of Chicago
:aat", en Justitiele Press, pp. 73- 1 14.
CASTELLS, Manuel (1998), End of Millennium. Oxford, etc. : Blackwell.
:rdienen beter", en CAVADINO, Michael/DIGNAN, James ( 1992), The penal system; an
283. introduction. London: Sage.
Ion: Holt, Rinehart CHRISTIE, Nils ( 1 975), Hvor tett et samfunn? Oslo: Universitetsforlaget.
- ( 1977) "Conflicts as property", en British Journal of Criminology vol.
·ation. Cambridge: 1 7, n° 1, pp. 1 - 1 9 .
- ( 1 98 1 ) Limits to pain. Oxford: Marti n Robertson .
.extual integrated - ( 1986) " Su itable enemies", en B ianchi & van Swaaningen 1986, pp.
i Delinquency vol. 42-54.
- ( 1993) Crime control as industry; towards gulags Western style?
:al of Crirninology, London: Routledge.
CIACCI, Margherita/SIMONDI, Mario (1977), "Un courant novateur de
en Hagan, John/ savoir criminologique: l'experience de. l'EGSDSC", en Déviance et
alo Alto: Stanford Societé, vol. 1, n° 1, pp. 1 09- 1 1 7.
CtEIREN, Tineke P. M. (1989), Beginselen van een goede procesorde. Arn
ions of successful hem: Gouda Quint.
-iminology vol. 34,
CoHEN, Stanley ( 1972), Folk devils and moral panics; the creation of
mods and rockers. London: MacGibbon & Kee.
Jate lives; the poli- - ( 1 979) "Guilt, justice and tolerance; sorne old concepts for a new
criminology", reimpreso en Cohen 1988, pp. 1 14 - 146.
al justice and a - ( 1 98 1 ) " Footprints in the sand; a further report on criminology and
p. 133-148. the sociology of deviance in Britain", rei mpreso en Cohen 1988, pp.
penale dell 'ordine 67-9 2 .
pp. 2 2 1 -288. - ( 1 985) Visions of social control; crime, punishment and classification.
-
lo; SEPPILLI, Tu!lio; Cambridge: Po1icy Press.
le del movimento - ( 1986a) "Community control; to demystify or to reaffirm?", en Bianchi
Jp. 485-514. & van Swaaningen 1 986, pp. 1 27- 1 3 2 .
- ( 1986b) "Editorial", en Contemporary Grises vol. 1 0 , n° 1 , pp. 3 y 4 .
enschapsdenken, - ( 1987) "An interview by Maeve McMahon & Gail Kellough", en
1 1- 1 22.
Canadian Criminology Forum vol. 8, n° 2 .
n nelies van (eds.) - ( 1988) Against criminology. New Brunswick: Transaction 1 988.
t: Boom. - ( 1990) Intellectual scepticism and political commitment; the case of
State control on radical criminology. Amsterdam: Bonger Institute UvA .
)l; working-papers - ( 1 993) "Human rights and crimes of the state; the culture of denial",
: EGSDSC. en Australian and New Zealand Journal of Criminology vol. 26, pp.
97- 1 15.
'n de gevangenis;
schappij. Meppel: - ( 1994) " Social control and the politics of reconstruction", en Nelken
1994a, pp. 63-88.
412 RENÉ VAN SWAANINGEN
- (20 0 1 ) States of Denial: Knowing About Atrocities and Suffering. - ( 1984) L'invention
Cambridge: Policy Press. Paris: Fayard.
CoHEN, Stanley/TAYLOR, Laurie ( 1975), "From psychopaths to outsiders; DowN ES, D avid ( 1 9E
British criminology and the National Deviancy Conference", en the Netherland s
Bianchi et al. 1975, pp. 3-33. - ( 1 9 88b) "The S<
1960 - 1987", en
CooRNHERT LIGA ( 1980), Rechtsomlegging. Utrecht: Ars Aequi.
- (1986), "Toekomstig beleid", en Plakkaat; bulletin van de Coornhert DowNES, David/ MOl
Liga, August. of law and order
1994, pp. 1 83-2
COPEL (1978), Rebelión en las cárceles. DonostiafSan Sebastián:
Hordago. DowNES, David/ Ro<
the sociology of
COSYPE ( 1983), "Mouvement des prisonniers; une nouvelle donn en
Justice", en Journal du Syndicat de la Magistrature, pp. 3-5. DowNES, David /Sw,
- ( 1 985), " Pour le congres sur l'abolition de la prison", ponencia no Changes in the
publicada, para la International Conference on Prison Abolition, & Catrien B ijle
Amsterdam, 1985. Chicago: The U
CRAWFORD, Adam ( 1 998), Crime prevention and community safety; DRAYER, Elma/Jmn
politics, policies and practices. London: Longman. rechters reager
- (2002) 'The growth of crime prevention in France as contrasted with n° 14, pp. 22-2!
the English experience", en Gordon Hughes, Eugene McLaughlin & DROGT, Annemiek(
John Muncie (eds.), Crime Prevention and Community Safety; new Coornhert Ligc
directions. London: Sage 2002, pp. 2 14 -239. strafrechtelijk .
DAVIS, Mike ( 1998), "Beyond Blade Runner", en id. , The ecology offear; Willem Pompe •
Los Angeles and the imagination of disaster. New York: Holt & Co. DRONFIELD, Liz (1 <
DELEUZE, GillesfGuATTARI, Félix ( 1972), Anti-oedipus; capitalism and Alternatiues Pn
schizophrenia. Minneapolis: University of M innesota Press (ed. DuRIEUX, Hugo (19l
inglesa 1983). en KRI vol. 14,
DIJK, Jan J. M . van ( 1981), "Verschillen en overeenkomsten tussen ENGBERSEN, Godfri
praktische en academische criminologie", en Justitiele Verkenningen herovering in
vol. 7, pp. 3-24. wijken. Amster
- ( 1989) " Penal sanctions and the process of civilization", en International
ENOELHARDT, Knut (
Annals of Criminology vol. 2 7, pp. 1 9 1 -204.
en Kritische Ju
DIJK, Jan J. M . van; HAFFMANS, Charles; RüTER, Frits; SCHUTTE, Julian;
ERICSON, Richard
STOLWIJK, Simon (eds. ) ( 1986), Criminal law in action; an overview of
criminology", e:
current issues in Western societies. Arnhem: Gouda Quint.
ERICSON, Richard '
DITTON, Jason ( 1 999), The effect of Closed Circuit Teleuision on recorded
Oxford: Cla,r;en
crime rates and public concern about crime rates in Glasgow. ¡::\\
Edinburgh: HMSO. EuROPEAN GRouP' F·
"Manifesto", er
DoELDER, Hans de ( 19 9 1 ) , "Een toekomstvisie op ons gerechtelij k
vooronderzoek", e n Nederlands Juristen Blad n° 9 , pp. 353- 359. FACCIOLI, Franca (
DoELDER, Hans de/ HART, August 't ( 1993), "Vertrouwenscrisis", en origini della cr
Nederlands Juristen Blad vol. 68, n° 16, p. 604. vol. l, n° 1 , pp.
DONZELOT, Ja¡;ques ( 19 75), "The prison movement in France", en Bianchi FALANDYSZ, Lech (1
et al. 1 975, pp. 1 0 9 - 1 1 5. Lasocik et al. .
BIBLIOGRAFÍA 4 13
es and Suffering. - ( 1 984) L'invention du social; essai sur le déclin des passions politiques.
Paris: Fayard .
>aths to outsiders; DowNES, David ( l 988 a) Contrasts in tolerance; post-war penal policy in
,
t
- ( 1 995) " l ntegrale veiligheid; beleidsvernieuwingofbeleidsvervaging?",
of criminology in
en Justitiele Verkenningen vol. 2 1 , n° 5, pp. 25-48.
Rethinking recent HAAN, Willem J. M . de/ SwAANINGEN, René van ( 1995), "lntegrale veiligheid
lLeague's seminar en ju stitiele moralisering; een reactie", en Justitiele Verkenningen
vol. 2 1 , n° 8, pp. 89-92.
!er in contemporary HABERMAS, Jürgen ( 1968), " Erkenntnis u nd Interesse", en id., Technik
und Wissenschaft als Ideologie. Frankfurt ajM: Suhrkamp, pp.
ntismo; discutendo 146-164.
( 1 973) Legitimationsprobleme im Spatkapitalismus. Frankfurt aj M:
en Zyl Smit, Dirk Suhrkamp.
- ( 1 98 1 ) Theorie des kommunikativen Handelns. 2 Bnd. Frankfurt a/
lay and tomorrow;
l prison conditions.
M: Suhrkamp.
- ( 1988) Recht en moraal; twee voordrachten (en inglés: The Tanner
lectures on human values) . Kampen/Kapellen: Kok Agora/DNB
)fessionele actoren Pelckmans.
ieve aanpak van
rten; op zoek naar
HAFERKAMP, Hans ( 1984), "Herrschaftsverlust u nd Sanktionsverzicht;
'igheidszorg. PhD-
kritische Bemerkungen zur Theorie des starken Staates, der
neuen sozialen Kontrolle und des ideellen Abolitionismus", en
Kriminologisches Journal vol. 1 6 , pp. 1 1 2 - 1 3 1 .
:an: sociology and
HALL, Stuart ( 1988), The hard road to renewal; Thatcherism and the
!ay, pp. 103- 16.
crisis of the left. London: Verso.
York: Basic Books.
HALL, Stuart; CRITCHER, Chas; JEFFERSON, Tony; CLARKE, John; RoBERTS,
5; een confrontatie
Brian ( 1978) , Policing the crisis; mugging, the state, and law and
·echt en kritiek vol.
arder. London: McMillan.
HAMEL, Gerard A. van ( 1 880), De grenzen der heerschappij van het
990), De moderne
strafrecht. Amsterdam: Van Kampen.
ontwikkelingen en
- ( 1 890), "De tegenwoordige beweging op het gebied van het strafrecht",
en id., Verspreide opstellen. Leiden: Brill 1 9 1 2 , deel 1 , pp. 523-55 1 .
igenze di política
HANAK, Gerhard; JoHANNE:S, Stehr; STEINERT, Heinz ( 1989), Argernisse und
Criminale n• 2/3,
Lebenskatastrophen; über den alltaglichen Umgang mit Kriminalitat.
B ielefeld: AJZ.
193), " Voorwoord",
H ARCOURT, Bernard E. (2007), Against Prediction: Profiling, Policing, and
Punishing in an Actuaria[ Age. Chicago: The University of Chicago
:lissingsmomenten Press.
HARDT, Michael/ NE:GRI, Antonio (2000), Empire. Cambridge MA: Harvard
;criminologie; een University Press.
HART, August e 't ( 1993), Totale instituties en het totalitaire. Arnhem:
links realisme en
'-77.
Gouda Quint.
Den Haag: Sdu.
- ( 1994), Openbaar Ministerie en rechtshandhaving; een verkenning.
'1d penal abolition.
Arnhem: Gouda Quint.
;tion in terms", en HARTMANN, Arthur/RussEN GROEN, Peter van ( 1994), "Van strafrecht naar
bestuursstrafrecht; de derde decriminaliseringsgolf?", en Moerings
: Ministry of the 1994, pp. 145-163.
418 RENÉ VAN SWAANINGEN
loog en socialist. ( 1969) " Straftoemeting", en Enschedé, Ch. J.; Hulsman, L. H. C. &
: Den Haag: Bert (197 1 ) " Reclassering en strafrecht", en Rossen, F. van (ed.),
'.l.tive criminology;
(1 972) "Kriteria voor strafbaarstelling", en Strafrecht terecht? Over
Jlogie; zw6lf Jahre (1975) " Défense sociale nouvelle et critéres de décriminalisation",
!:ERER, Sebastian; hommage d Marc Ancel, JI. París: Pedone, pp. 19-33.
; Staates; soziale ( 1986) " Critica! criminology and the CQncept of crime", en Bianchi &
·ercive state; the HuLSMAN, Louk H . C./B E RNAT D E CELI8, Ja<;queline ( 1982), Peines perdues;
le systéme pénal en question. París: Le Centurion. En holandés: Af
ing en rechtsbe- scheid van het strafrecht; een pleidooi voor zelfregulering. Houten:
1ing", The Hague, Wereldvenster 1 986.
" Publieke Moraal HuLSMAN, Louk H . C . / N IJBOER, Hans F. ( 1993), "Criminal justice sy
pp. 9-28. stem", en Chorus, J.; Gerver, P. H . ; Hondius, E . ; Koekkoek (eds.),
'
ply to Taylor and lntroduction to Dutch law for foreign lawyers. Deventer: Kluwer, pp.
309-358.
ologie. Deventer: HuMPHRIES, Drew ( 1974), " Report on the conference of the EGSDSC", en
11 inversion of the
Crime & Social Justice n° 1 , pp. 1 1- 17.
HuNINK, Maria; KLOOSTERMAN, Jaap; RoGIER, Jan (eds.) ( 1 979), Voor Arthur
htse School", en Lehning, Baarn: Het Wereldvenster.
lANI, Luca ( 1994), La criminología critica in Italia; origini, sviluppi e
e samenwerking prospettive .future. Unpublished 'laurea' thesis. Roma: Facolta di
en enparticuliere psicología, Universita La Sapienza.
lNVERNIZZI,Irene ( 1975), "Class struggle in the prisons; practica! and
e beveiliging", en theoretical problems", en Bianchi et al. 1975, pp. 1 29-132 .
JANSE D E JoNGE, H a n ( 1 985), " David Simons ( 1 860-1930); advocaat van
eminist analysis vrij heid en humaniteit", en Delikt en Delinkwent vol. 15, pp. 306
326.
:ce. Basingstoke: - ( 1 9 9 1 ), Om de persoon van de dader; over straftheorieen en voorlichting
door de reclassering. Arnhem: Gouda Quint.
420 RENÉ VAN SWAANINGEN
JANSE DE JoNGE, Han; PRAKKEN, Ties; Roos, Theo de (1983}, "Action and law KELK, Constanti
in The Netherlands", en Contemporary Crises vol. 7, pp. 1 13 - 1 33. ( 1 976), Recht
JANSSEN, OttofSwiERSTRA, Koert ( 1 980), Heroinegebruikers in Nederland; KELLING, George
een typologie van levensstijlen. Groningen: Kriminologies lnstituut restoring ord
RUG. Free Press.
JoNES, Trevor; MAcLEAN, Brian; YouNo, Jock ( 1986), The Islington crime KEMPE, Ger Th.
survey; crime, victimisation and policing in inner-city London. oorlog; opste,
Aldershot: Gower. - ( 1 950) Schuldi
JoNES, Trevor/ NEWBURN, Tim, " Urban change and policing; mass prívate - (1952) "Crimin
property reconsidered", en European Journal on Criminal Policy and voor Strafrec
Research vol. 7, pp. 2 2 5 -244. - ( 1963) " D e crir
JoNGE, Gerard de (1990), "De Coornhert Liga; een beschaafd luisje in voor Strafrec
the pels van justitie", en Proces vol. 69, n° 9, pp. 242-250. - (1964) " Rece
- ( 1 994) , Strafwerk; over de arbeidsverhouding tussen gedetineerden berechting e1
en Justitie. Breda: Papieren Tijger. - ( 1 967) Inleidin
JoNGE, Gerard de; KNAP, Job; M ICHEL, M arijke; MoLs, Gerard; RoMBOUTS, - ( 1968a) " Fran:
Petra; SI MOSN, William; VERPALEN, Rino; VER RIJN STUART, Heikelien; VRI ES, nw. reeks 31
Teun de; VRIJDAGHS, Constance ( 1 983), Alternatieve Justitiebegroting - ( 1968b) " Herd
1 984. Maastricht: Coornhert Liga. 26 juli 1968'
- ( 1975) " De put
JoNGE, Gerard de; MoLs, Gerard; VLIET, A nnelies van (eds.) ( 1989), Coorn
enkele inleic
hert Liga crimineeljaarboek 87-88. Breda: Papieren Tijger.
strafrecht. U
JoNGE, Gerard de/VERPALEN, Rino J. M . ( 1992), Bajesboek; handboek - (1976) " Uitvoe
voor gedetineerden en ter beschikking gestelden. Breda: Papieren
KERCHOVE, Mich
Tijger.
dépénalisati
JoNGMAN, Riekent W. (ed.) ( 1978), Klasse-elementen in de rechtsgang. des Facultés
Groningen: Kriminologies lnstituut.
KERNER, Hans-.
- ( 1993), De armen van vrouwe justitia; sociale positie, criminaliteit en
kritischen K
justitiele reacties. Nijmegen: Ars Aequi.
in der Krimi
JoNGMAN, Riekent; D ROST, Thea; ScHILT, Taco ( 1977), "Het klasse-effect;
KERRUISH, Val
verschuiving van de discusie naar methodologische strijdpunten",
Routledge.
en Nederlands Tijdschrift voor Criminologie vol. 19, pp. 165-182.
KINSEY, Richard
JONGMAN, Riekent W./TI M M ERMAN, Harrie ( 1985}, "Criminaliteit als verzet;
motivatie en remmingen", en Tijdschrift voor Criminologie vol. 27,
crime. Oxfor
pp. 303-319. KLINK, Bart va:
KAISER, Günther ( 1976}, "Was ist eigentlich kritisch an der 'kritischen Gedeelde no
Kriminologie '?", en G. Warda et al. (eds.), Festschrift für Richard Willink; pp.
Lange zum 70. Geburtstag. B erlín: de Gruyter, pp. 52 1 -539. KoPPEN, Peter J.
KALMTHOUT, Anton van ( 1990}, "De moderne richting en het Nederlandse CriminologiE
sanctiestelsel", e n Groenhuij sen & van der Landen 1990, pp. KosTo, Aad (19
195-2 2 1 . LAAN, Peter H .
KELK, Constantijn ( 1978), Recht voor gedetineerden; een onderzoek naar maatschap¡:
de beginselen van het detentierecht. A lphen a/d R_ijn: Samsom. VerkenningE
- ( 1988}, "Bianchi's belligerente bespiegelingen over strafrecht en LAGRANGE, Hugu
penologie", e n van Swaaningen et al. 1988, pp. 33-57. les politique:
BIBLIOGRAFÍA 42 1
3), "Action and l aw
KELK, Constantijn; MOERINGS, Martín; JORO, Nico; MoEDIKDO, Paul (eds.)
7, pp. 1 1 3-133.
( 1 976), Recht, Macht en Manipulatie. Utrecht: Spectrum.
cers in Nederland;
KELLING, George L./COLES, Catherine ( 1 996), Fixing Broken Windows;
nologies Instituut
restoring arder & reducing crime in our communities. New York: The
Free Press.
he Islington crime
KEMPE, Ger Th. ( 1947), Misdaad en wangedrag voor, tijdens en na den
tner-city London.
oorlog; opstellen over criminologie. Amsterdam: Querido.
- ( 1 9 50) Schuldig zijn. Utrecht: Dekker & v.d . Vegt.
:ing; mass private - ( 1 9 52) "Criminologie in existentialistische doorlichting", en Tijdschrift
·iminal Policy and voor Strafrecht vol. 6 1 , pp. 166 y 1 86 .
- ( 1963) " De criminoloog en het werk van d e strafrechter", en Tijdschrift
:schaafd luisj e in voor Strafrecht vol. 62, pp. 279-292 .
42-250. - ( 1 964) " Recensie Ethiek van het straffen", en Maandblad voor
en gedetineerden berechting en reclassering pp. 194-195.
- ( 1967) Inleiding tot de crirninologie. Haarlem: Bohn.
rerard; ROMBOUTS, - ( 1968a) "Franz von Liszt en de criminologie", en Mededelingen KNA W,
·,Heikelien; VRIEs, nw. reeks 3 1 , n° 3 .
Justitiebegroting - ( 1968b) " Herdenking Willem Petrus Joseph Pompe 1 0 maart 1 893 -
26 juli 1968", en Jaarboek KNA W 1 968-1 969.
ls.) ( 1989), Coom- - ( 1975) " D e publieke opinie en de strafrechter in de laatste h alve eeuw;
1 Tijger.
enkele inleidende opmerkingen", en pilemma's in het hedendaagse
strafrecht. Utrecht, pp. 5-22.
sboek; handboek - ( 1 9 76) " Uitvoerder of kruisvaarder?", en Kelk et al. 1 9 76, pp. 47- 66.
Breda: Papieren
KERCHOVE, Michel van de (1987), Le droit sans peines; aspect de la
dépénalisation en Belgique et aux États-Unis. Bruxelles: Publications
n de rechtsgang.
des Facultés Universitaires Saint Louis n° 4 1 .
itieken. Nijmegen: LüoERSSEN, Klaus/SACK, Fritz (eds.) ( 1 980), Einleitung zu Vom Nutzen und
Nachteil der Sozialwissenschaften für das Strafrecht. Frankfurt a/
:lopment of ltalian M: Su hrkamp.
15- 176. LYOTARo, Jean Fram;ois ( 1986), Le Postmoderne expliqué aux enjants;
"a crítica. Maqrid: correspondance 1 982-1985. París: Galilée.
MACEY, David ( 1 993), The lives of Michel Foucault. London: Hutchinson.
ía. Madrid: Siglo MACHIELSE , AdJ. ( 1979), " Défense Socia le", en Tijdschrift voor Criminologie
vol. 21, n° 2, pp. 67-82.
adrid: Trotta.
MAGUIRE, M ike; MoRGAN, Rod; REINER, Robert (eds.) ( 1994), The Oxford
na (eds.) ( 1 99 1 ), handbook of criminology. Oxford: Clarendon.
tinking. Warsaw: MARCUSE, Herbert ( 1969), An essay on liberation. Boston: Beacon Press.
MARTI, Oriol (1977), " La COPEL, historia de una lucha silenciada", en El
porary Crises vol. Viejo Topo no 13, pp. 35-38.
M ATHIESEN, Thomas ( 1965), The defences of the weak; a sociological
Jresentado en el
study of a Norwegian correctional institution. London: Tavistock.
ice and Critica!
- ( 1 9 74) The politics ofabolition. Oslo: Universitetsforlaget.
- ( 1986) "The politics of abolition", en Contemporary Crises vol. 10, n°
zlist Criminology.
1 , pp. 8 1 -94.
- ( 1990) " K ROM - Norwegian association for penal reform", paper
.tt law and arder? presentado en la 1 8'h annual Confer nce of the European Group
for the Study of Deviance and Social Control, Haarlem, The
u and arder; fiue Netherlands, 7 de septiembre.
y. MATHIESEN, Thomas/ ROINE, Wiggo ( 1 975), "The prison movement in
ience criminelle; Scandinavia", en Bianchi et al. 1975, pp. 85-97.
MATTHEWS, Roger ( 1987), " Decarceration and social control; fantasies
gy and politics of and realii:ies", en Lowman, John et al. (eds.), Transcarceration;
essays in the sociology of social control. Aldershot: Gower.
sua spiegazione; MATTHEWS, Roger/YouNo, Jock (eds.) ( 1986), Confronting crime London:
·
- (1956) Het strafrecht en de onmens. D e n Haag: Bert B akker. 3, pp. 525 -55:
- (1958) " Sociologische criminologie", en Sociologisch Jaarboek vol. 1 2 , - ( 1 994) "The nev
pp. 58- 1 09. British Jouma
- (pseudónimo: J. B . Charles) ( 1 962), Van het kleine koude front. - ( 1995) "Note s1
Amsterdam: De Bezige Bij. penalita", en L
- ( 1 965) Het voorspellen van krimineel gedrag; een rapport uitgebracht PETERS, Antonie P
aan het Ministerie van Justitie. Den Haag: Staatsuitgeverij. reproducido e1
- (1974) " Politiek en kriminologie", en Waarde, macht, kriminologie -studium - (1976) " Recht a
generale Rotterdam n° 3, Den Haag: Martinus Nijhof, pp. 3-24 239-264.
- (1975) "De Dialektiek; 'jouw vrijheid/mij n vrijheid' in de nationale - ( 1979) "Recht al
rechtsorde en in de 'orden' van de subkulturen", en Praesidium - (1983a) "RechteJ
Libertatis. Deventer: Kluwer, pp. 1 67- 177. en Peters 199:
- ( 1976) "De tijd en de kriminoloog", reproducido en id., Het betrekkelijke - ( 1983b) "In me
van kriminahteit. Alphen a/d Rijn: Sarnsom 1977. Criminologie v
BIBLIOGRAFiA 425
1trol; reflections on - ( 1981) " De nieuwe Utrechtse School", en Beginselen; opstellen over
:ultures concerning strafrecht aangeboden aan GE Mulder. Arnhem: Gouda Quint, pp.
no 4 , pp. 403-424. 207-22 5 .
:ontrol and interna! NAUCKE, Wolfgang ( 1982), " Die Kriminalpolitik des M arburger Programms
H illyard 1983, pp. 1 882", en Zeitschrift für die gesamte Strafrechtswissenschaft vol.
.
94, pp. 525-564.
naliteitsbeheersing; NELK EN, David (ed.) ( 1 994a), The futures of criminology. London: Sage.
'ustitie; alternatieve PA PENDORF, Knut ( 1 985), Gesellschaft ohne Gitter; eine Absage an die
; Aequi. traditionelle Kriminalpolitik. München: AG SPAK.
m and the New -( 1 993), "Ausgrabungen ausder bundesrepublikanischenaboli(tioni)stischen
l Context. London: Frühzeit", en Papendorf & Schumann 1993, pp. 65-84.
PAPENDORF,Knut/ SCHUMANN, Karl F. (eds.) (1993), Kein schdrfer Schwert,
azionalizzazione e denn dasfür Freiheit streitet! Eine Festschrift für Thomas Mathiesen.
no 1 , pp. 177-195. B ielefeld: AJZ.
3), Volg het spoor PAVARINI, Massimo ( 1985), "Il sistema della giustizia penale tra
riduzionismo e abolizionismo", en Dei delitti e delle pene vol. I I I , n°
t B akker. 3, pp. 525-553.
t Jaarboek vol. 1 2 , - ( 1994) "The new penology and politics in crisis; the Italian case", en
British Journal of Criminology vol. 34, n° especial, pp. 49 - q l .
eine koude front. - ( 1995) "Note sulle concezioni amministrative e tecnocratiche della
penalita", en Dei delitti e delle pene II series, vol. IV, n° 3, pp. 157-167.
1pport uitgebracht PETERS, Antonie A . G . ( 1 972), "Het rechtskarakter van het strafrecht",
1itgeverij . reproducido en Peters 1993, pp. 1 5-34.
'11inologie -studium - ( 1 976) " Recht als vals bewustzijn", reproducido en Peters 1993, pp.
f, pp. 3-24 239-264.
1' in de nationale - ( 1 979) "Recht als project", reproducido en Peters 1993, pp. 265-288.
"
1 , en Praesidium - ( 1983a) " Rechten van de mens: emancipatie van de mens", reproducido
en Peters 1993, pp. 305-321.
, Het betrekkelijke - ( 1983b) " I n memoriam professor m r W H Nagel", en Tijdschrift voor
"Criminologie vol. 2 5 , pp. 1 6 1 - 172.
426 RENE VAN SWAANINGEN
rl
- ( 1986) " Main currents in criminal law theory", en van Dijk et al. QuENSEL, Stephar
1986, pp. 19-36. eine interdisz
- ( 1 990) " Strafrecht en beleid; de constitutionele dimensie", en Fij naut Bibliographie v
& Spierenburg 1990, pp. 2 1 1 -225. RADZINOWICZ, Leon
- ( 1 993) Recht als kritische discussie. Arnhem: Gouda Quint. social and hist.
PIR ET, Jean-Marc (2000); "Veiligheid en rechtsstatelijkheid; RAES, Koen ( 199:
rechtsfilosofische en ideeenhistorische beschouwingen", en Delikt & over de inte1
Delinkwent vol. 30, n° 1 , pp. 3 1-49. verantwoordeli:
- (1994) " Contn
PISAPIA, Gianvittorio ( 1978), Contributo ad un'analisi sociocriminologica
rechtstheorie",
della devianza. Padova: CEDA M .
- ( 1 995) " De naa
PIT, Klaas ( 1984), Clara Gertrud Wichmann 1885-1 922; de antwikkeling maar vertrouv.
van haar maatschappij-filosofische en . politiek-theoretische 2 1 , n° 5, pp. 6
denkbeelden vanaf 1 91 6. unpublished manuscript, Hilversum.
RAUTY, Raffaele (1 S
PITCH, Tamar ( 1 975), La devianza. Florence: La Nuova Italia. en Bianchi et e
- ( 1983), "Adequacy or obsolescence of the notion of deviancy", en - ( 1976) " Lotte ca1
Squires & H illyard 1983, pp. 5-9. en La Questior
- ( 1 986) " Viaggo attorno alla 'criminología'; discutendo con i realisti",
REIWALD, Paul (194
en Dei Delitti e Delle Pene n° 3, pp. 469-488.
- ( 1990) Limited responsibilities; social movements & criminal justice. RIJKSEN, Rijk (ec
London: Routledge (ed. inglesa 1995). strafrechtsplef
PITCH, Tamar; FACCIOLI , Franca; PIA, Maria; CASARINI, Maria; ThASFORINI, RITzER, George (1 9
Antonietta; GRAZIOSI, Marina ( 1983), " Donne, devianza e controllo CA: Pine Forg€
sociale", Dei delitti e delle pene vol. 1 , no 1 , pp. 9 1 - 166. RIVERA BEIRAS,
PIZARRO BELEZA, Teresa ( 1987), "A moderna criminología e a aplica<;:ao do
fundamenta/e:
una cultura dE
direito penal", en Revista Jurídica, pp. 39-68.
Barcelona).
PLACK, Arno ( 1974), Pladoyer für die Abschaffu.ng des Strafrechts. - ( 1 994) " El dere•
München: List. ¿otro derecho
PoLITOFF, Sergio l. ( 1987), " Decriminalisering en rechtsbescherming i n Bar, 1 1 de ma:
wisselende contexten", en Recht en kritiek vol. 13, p p . 1 59-170. - (ed.) ( 1 995) La
Barcelona: Bo
PoMPE, Willem P. J. ( 1928), De persoon des daders in het strafrecht.
Utrecht: Dekker & van de Vegt. RosERT, Philippe
- ( 1 940) " Het eerste internationale congres voor criminologie te Rome 3 - 8 passage a l'act
october 1938", en Tijdschrift voor Strafrecht vol. 50, p p . 1 3 1 - 160. Sociologique v·
- (1954) "De misdadige mens", e n Tijdschrift voor Strafrecht vol. 62, n° ROBERT, Philippe/
.
1, pp. 153- 1 7 1 . Europe; état do
- ( 1957) "De mens in het strafrecht", en RM Themis no 2, pp. 88-109. L'Harmattan.
- ( 1963) Strafrecht en vertrouwen in de medemens. Utrecht: Dekker & assessment a.
van de Vegt. & Joanna Sl
- ( 1965) " Recensie van Ethiek van het straffen", en Mens en maatschappij Research 199!
pp. 74-77. RocK, Paul (ed.)
PRATT, John; BROWN, David; BROWN, Mark; HALLSWORTH, Simon; MORRISON, University Pre
Wayne (red. ) (2005), The Neiu Punitiveness: Trends, theories, RoGIER, Jan ( 197
perspectives. Cullompton: Willan. et al. 1979, p¡:
BIBLIOGRAFIA 427
:n van Dijk et al. QUENSEL, Stephan ( 1989), " Krise d e r Kriminologie; Chancen für
eine interdisziplinare Renaissance?", en Kriminalsoziologische
tensie", en Fijnaut Bibliographie vol. 16, n° 62, pp. 1 - 3 1 .
RADZJNOwicz, Lean ( 1966) , Jdeology and crime; a study of crime in its
a Quint. social and historical context. London: Heinemann.
!chtsstatelijkheid; RAES, Koen ( 1 992), "Grondrechten en sociale solidariteit; notities
ngen", en Delikt & over de interdependenties tussen mensenrechten en morele
verantwoordelijkheid", en Recht en kritiek vol. 18, no 2, pp. 102-12 5.
sociocriminologica - ( 1 994) "Contrafacticiteit en geldigheid; Habermas' discursieve
rechtstheorie", en Recht en kritiek vol. 2 0, n° 2, pp. 93- 1 10 .
- ( 1 995) " D e naakte samenleving; pleidooi voor e e n onpersoonlijke
?; de antwikkeling
maar vertrouwde publieke cultuur", en Justitiele Verkenningen vol.
litiek-theoretische
2 1 , n° 5, pp. 62-95.
t, Hilversu m.
RAUTY, Raffaele (1975), "Introductory note to the prison revolts in Jtaly",
L Italia. en Bianchi et al. 1975, pp. 1 1 5 - 1 24.
of deviancy", en
- ( 1976) " Lotte carcerarie e problemi dell'informazione e delle riforma",
en La Questione Criminale vol. 2 , n° 2, pp. 47 1 - 488.
do con i realisti",
REJWALD, Paul (1947), Die Gesellschaft und ihre Verbrecher. Zürich: Pan.
> criminal justice. RJJ KSEN, Rij k (ed.) ( 1958), Meningen van gedetineerden over de
strafrechtspleging. Assen: Van Gorcum.
VIaria; TRASFORJNJ, RITZER, George ( 1 996), The McDonaldizatiorí of Society. Thciusand Oaks
ianza e controllo CA: Pine Forge.
166. RIVERA B E I R AS, lñaki ( 1 993), La devaluación de los derechos
a e a aplica¡;:ii.o do fundamentales de los reclusos; la cárcel, los movimientos sociales y
una cultura de la resistencia. (tesis no publicada, Universidad de
Barcelona).
des Strafrechts.
- ( 1994) " El derecho de defensa y asistencia letrada de los reclusos;
¿otro derecho de segunda categoría?", ponencia en la Barcelona
:sbescherming i n Bar, 1 1 de marzo, no publicada.
pp. 159-170. - (ed.) ( 1 995) La cárcel en el sistema penal; un análisis estructural.
in het strafrecht. Barcelona: Bosch.
RoBERT, Philippe ( 1973), " La sociologie entre une criminologie de
1logie te Rome 3-8 passage a l'acte et une criminologie de la réaction sociale", e n Année
', pp. 1 3 1 - 160. Sociologique vol. XXIV, pp. 4 4 1 - 504.
ifrecht vol. 62, n° RoBERT, PhilippefOuTRIVE, Lode van (eds.) ( 1993), Crime et justice en
Europe; état des recherches, évaluations et recommandations. París:
2, pp. 8 8 - 1 09. L'Harmattan. En inglés: Research, crime and justice in Europe; an
trecht: Dekker & assessment and sorne recommendations (coeditado Tony Jefferson
& Joanna Shapland). Sheffield: Centre for Criminological and
: en maatschappij Research 1995.
RacK, Paul (ed .) ( 1988), A history of British criminology. Oxford:
)imon; MORRISON, University Press.
rends, theories, RooiE R , Jan (1979), "Aspecten van het weekblad De Vlam", en ·Hunink
et al. 1979, pp. 377-419.
1
_ _L
RuLLER, Sibo van ( 1 988), " Ideeen over misdaadbestrijding in de jaren SAVORNIN LOHMM
gund abweichendes
SJM, Joe; RuooJ ERO, Vincenzo; RYAN, M ick ( 1 995), " Punishment in Europe;
perceptions and commonalities", en Ruggiero et al. 1 995, pp. 1-23.
kriminologischer
p. 8 1 -96. SIMON, Jonathan (2006), Goveming Through Crime. New York: Oxford
m contributions by University Press.
tctivists during the SJMONS, David ( 1 9 1 1 ) , Het Wetboek van Strafrecht van 1881 en de
' · 1975, pp. 59-76. bestrijding van de misdadigheid. 's Gravenhage: Belinfante.
afvollzug an?", en - ( 19 1 8), " Crisisrechtspraak", en Weekblad van het Recht, n° 1 0 . 248, 24
de mayo, p. 4.
sen und Foucault - - ( 1 929) Problemen van het strafrecht. Amsterdam: Wereldbibliotheek.
'Jindet die Mauem!; SMALE, Gerard J. A. ( 1 97 7 ) , Slachtoffers van ernstige vermogens- en
Modell politischer geweldsmisdrijven. Deel I, De materiele problematiek, Groningen:
1-23. Kriminologies I nstituut Deel JI. De immateriele problematiek,
hes Strafen; zur Groningen: Kriminologies I nstituut 1980.
!imer, en Kritische
S M A RT,Carol ( 1 989), Feminism and the power of the law. London:
Routledge.
n Krim inologisches
- (1990) " Feminist approaches to criminology or postmodern woman
meets atavistic man", reimpreso en Law, crime and sexuality; essays
an de verzorgings- in feminism. London: Sage 1 995, pp. 32- 48.
SMAUS, Gerlinda ( 1 986a) , "Gesellschaftsmodelle in der abolitionistsichen
Nijboer 1993, pp.
Bewegung", en Kriminologisches Journal vol. 1 8 , n° 1 , pp. 1 - 18 .
- ( 1 986b), " Versuch um eine materíalistisch-interaktionistische
•rder or guardians Kriminologie", en Kriminologisches Journal vol. 18, 1 Beiheft, pp.
146. 179 - 199.
uthoritarian state; (1 989) " Feministische Beobachtung des Abolitionismus", en
Open University Kriminologisches Joumal vol. 2 1 , pp. 182-194.
- ( 1 993) " Mit Thomas Mathiesen gegen die Ohnmacht der kritischen
;i diffusi'", en La Kriminologie", en Papendorf & Schumann 1 993, pp. 8 5 - 1 0 2 .
SMITH, N e i l ( 1 996), The New Urban Frontier: Gentrification and Revanchist
1no. City. London: Routledge.
From panopticon - ( 1994), " D e harde uitspraken van een procureur-generaal", en Vrij
en A. Doob & E . Nederland 1 5 January 1994, pp. 1 4 - 1 6 .
Ontario: Canada SN/\CJ.:EN,Sonja; BEYENS, Kriste; TusEx, H ilde ( 1995), "Changing prison
populations in western countries; fate or policy?", en European
>0 Mickey Mouse", Journal of Crime, Criminal Law and Criminal Justice vol. 3, no 2 ,
pp. 3 1 7-324. pp. 18-53.
'
·ansnational and SoLA DuEÑAS, Ángel de ( 1 980), " Desarrollo democrático y alternativas
ress. político-criminales", en UAB 1980, pp. 2 1 5-242.
Jhat works, what SoRGDRAGER, Winnie (1994), " Strafvordering en criminaliteitsbestrijding;
National Institute preadvies over het onderwerp 'herbezin ning op (de grondslagen van)
het Wetboek van Strafvordering '", en Handelingen Nederlandse
ns and politics in
Juristen Vereniging vol. 1 24, n° I, Zwolle: Tjeenk Willin k, pp.
191 -242 .
. 6, pp. 4 1 - 6 3 .
- ( 1995) "Nederlands gedoogbeleid; pragmatisch en effectief", en
!ctive", en Duff et Justitiele Verkenn ingen vol. 2 1 , n° 8, pp. 9 - 14.
_ _l
SPAR KS,Richard ( 1 994), " Postmodernism and misgivings about human SWAANINGEN, René
rights", paper American Society of Criminology, Miami, noviembre, westerstranden
1 7 pp. - ( 1 9 89) " Feminisr
SQUIRES, Peter/ HILLYARD, Paddy (eds.) ( 1 9 83) , Disputing deviance; International Jc
experiences of youth in the '80s - working papers in European - ( 1995) " Sociale c•
criminology n° 4, Bristol: EGSDSC. sociaal rechtva
vol. 2 1 , n° 3, p¡:
STANGL, Wolfgang ( 1984), " Kriminologie als Apologie der Macht;
- ( 1 996) "Justitie :
über Traditionen der Kriminologie am Beispiel Osterreichs", en
Nederland", en
Kriminologisches Journal vol. 16, pp. 287-300.
- (2000) " Back to ·
- ( 1985) Die neue Gerechtigkeit; Strafrechtsreform in Osterreich
service", en Pe
1 954-1975. Wien: Verlag für Gesellschaftskritik.
Policy in Transi
- ( 1988) Wege in eine gefangnislose Gesellschaft; über Verstaatlichung
- (2002) "Hacia
und Entstaatlichung der Strafjustiz. Wien: Staatsdruckerei,
Revista Catalar.
reseñado en inglés: "Who has the right to prosecute? The reform of prevención en E
criminal procedure in the 1 9'h century and the abolitionist trend - (2005) " La politi
in contemporary criminology", en Rolston & Tomlinson 1 989, pp.
con el miedo", ,
160-172 . n° 3, pp. 1 -2 1 .
STEENHUIS,Dato W. ( 1986), "Coherence and coordination in the admi - (2006a) " I n S{
nistraban of criminal justice", en van Dijk et al. 1986, pp. 229-245. en Matthieu D
Sietse ( 1 988), "Vijfendertig jaar criminologie aan de VU", en
SrEENSTRA, Research: Vieu
van Swaanin·gen et al. 1 988, pp. 77-90. Crime, Law anc
- (2006b) "Coun
STEINERT, Heinz ( 1 978), "Can socialism be advanced by radical rhetoric
European Joun
and sloppy data? Sorne remarks on Richard Quinney's latest
output", en Contemporary Crises vol. 2, pp. 303-3 1 3 . SWAANINGEN, René V
TAYLOR, Laurie ( 1973), "A note on the National Deviancy Conference", - ( 1 9 9 1 ) " Red iscov
en Taylor, Ian & Taylor, Laurie (eds.), Politics and deviance.
. pp. 160-163.
Harmondsworth: Penguin, pp. 2 09 -2 14. WENTHOLT, Klaartje (
ToMLINSON, Mike; VARLEY, Tony; McCuLLAGH, Ciaran ( 1988), Whose Law & perspectief voor
Order? Aspects of crime and social control in Irish society. Belfast: pp: 367-38 1 .
Sociological Association of Iteland. WERINGH, Koos van
TouRNIER, Pierre ( 1994), "The custodia! crisis in Europe; inflated prison Gids, pp. 530-5·
populations and possible alternatives", en European Journal on - ( 1 9 86) De afstanc
Criminal Policy and Research vol. 2 n° 4, pp. 89- 100. Nederlandse cri;
TRAA, Maarten van (ed.) (1996), In.zake opsporing (fifteen volumes report WER!-;ENTIN, Falco;
of the parliamentary enquiry committee, including those of the " Kriminologie a
criminological research-group of Cyrille Fijnaut, Frank Bovenkerk, Kriminologie?"',
Gerben Bruinsma & Henk van de Bunt) . The Hague: Sdu .
W!CHMANN, Clara (19
TuL o;ENS, Fran¡;:oise ( 1990), "De I KV en de strafrechtswetenschap i n der tegenwoord1
Belgie", en Groenhuijsen & van d e r Landen 1993, pp. 97- 1 1 3 . - ( Meijer) ( 1923)
ThRK, Austin ( 1 969), "Introduction", en Bonger, Willem, Crime and Slaterus.
economic conditions (abridged). Bloomington: Indiana University - ( 1 924) Bevrijding.
Press. - (Meijer) (1930) Mi
TwEEDY, John / HuNT, A lan ( 1994), "The future of the welfare state and WIJNBERGEN, A. Bar
social right:;; ; reflections on Habermas", en Joumal of Law and strafrechtsleer?
Society vol. 2 1 , n° 3 , pp. 288-316. W!LES, Paul (ed .) (
UAB (Universitat Autónoma de Barcelona) ( 1980), Sociedad y Delito, Britain: vol. 2 T.
revista de sociología n° 1 3, Barcelona: Península.
W! LLEMSE, H . M . ( 1 9
VALKHOFF, J. ( 1946), "Willem Adriaan Bonger", en de Nieuwe Stem vol. e n Justitiele Ve1
1, pp. 107- 1 13.
W!LSON, William Ju
VERPALEN, Rino J . M. (ed.) ( 1994), Druk en tegendruk; constructieve the Underclass '
VIJVER, Kees D. van der ( 1 993), De burger en de zin van strafrecht. You NG, Alisan/Rus
Lelystad: Vermande. realism; think
1994a, pp. 154
VINGTRAS, Ja¡;:ques ( 1972), " 'Rote H ilfe' und Politische Justiz in
Frankreich", en Kritische Justiz vol. 5, pp. 24-42. YOUNG, Jock ( 1975)
pp. 63 -94.
WALTON, Pau ljYouNG, Jock (eds.) (1 996), The new criminology revisited.
- ( J 979) " Left ide:
London: MacMillan.
to Ma rxism", er.
WARD, Tony ( 1986), " Symbols and noble lies; abolitionism, 'just deserts' & Young, Jock
and crimes of the powerful", en Bianchi & van Swaaningen 1 9 86, theo ry to Ma rxi
pp. 73-82.
BIBLIOGRAFIA 435
zin van strafrecht. YouNG, Alison/RusH, Peter ( 1994), "The law of victimage in urbane
realism; thinking through inscriptions of violence", en Nelken
1994a, pp. 154 - 172.
·litische Justiz in
1 YouNG, Jock ( 1975), "Working-class criminology", en Taylor et al. 1975,
pp. 63-94.
iminology revisited.
( 1 979) " Left idealism, reformism and beyond; from new criminology
to Ma rxism", en Fine, Bob; Kinsey, Richard; Lea, John; Picciotto, Sol
& Young, Jock (eds.), Capitalism and the ru.le of law; from deziiancy
nism, 'just deserts'
Swaaningen 1 986, theory to Marxism. London: Hutchinson, pp. 1 1 -29.
436 RENE VAN SWAANINGEN