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GEOGRAFIAS Joan Nogué Joan Romero (Eds.) Otras geograftas, otros tiempos. Nuevas y viejas preguntas, viejas y nuevas respuestas Joan Nout Universitat de Giro Joan Romeo, ogreafia Hhomena, Universitat de Valonein Caedtna de Geogyatia. stcdrade ( 1, EL FINAL DE UN “VIEJO ORDEN’, PERO EL COMIENZO DE QUE? En este brumoso inieiv de milenio los cambios en curso son de tal profundidad que ofrecen pocas certezas. A la seguridad y, pese a todo, certidumbres de las decadas de los cineventa, sesenta y setenta, los cambios que adquieren forma en los ochenta abren la puerta a un horizonto definido por ka incertidumbve, la fragmentacién, la inseguri- dad y lavulnerabilidad. Solo quienes se sitian en posiciones integristas ofundamentalistas —sea desde Oriente, sea desde Occidente— pueden exhibir argumentos sin aparentes debilidades ni dudas, pese a que los hechos se encarguen de desmentirlos dramticamente cada dia. Para la gran mayorta, sin embargo, las preguntas estin cambiando a gran Velocidad. También las respuestas, Ya no son de utilidad muchas de las grandes preguntas con las que hemos acostumbrado a encarar proble- masy desatios colectivos, Parafraseando a Octavio Paz podriamos decir que no solamente ya son de poca utilidad las respuestas tradicionales, sino que los procesos y Jos hechos ineluso nos han cambiado las pregun- tas. Vivimos tiempos precarios, Liempos hostiles, tiemposinciertos. Tiem- pos de muros y vallas. Tiempos de fronteras entrecerradas. Tiempos en los que prima la invisibilidad y la efimeralidad. Tiempos en los que se abren las pucrtas a los eapitales y las mereanciasy se cierra cl paso alas personas, T mbién son tiempos de repliegue, en los que las gentes se “refugian”, se “defienden’, se “identifican’ eadla vez mas en funcién del 16 JOAN NOGUE y JOAN ROMERO color de su piel, de su religién, en su etnia o del lugarenel que viven, mas queen funeidn de su ideologgia o do sas valores. Nadie sabe hacia donde nos va a condueir el proceso de cambio on esta aueva Bra de la informacién y la comunicacién. Algunes autores como Friedman (2005) Taman la atencion sobre las nuevas fuerzas que estin “aplanando” la ‘Tierra y cuyas consecuencias no han hecho mas que empezar a hacerse visibles. Hace ya muchos anos que loanuncio Harvey cuando hablabade la perdida de significado tradicional del tiempo y del espacio. Castells (1998) desarrollo esa idea de forma magistral anos después, Pero, may probablemente, ni ellos mismos aleanzarin a prever la verdadera, profundidad de los cambios y las imprevisibles conseeueneias que se derivan de esta forma de entender la globalizacién. Porque —y es una | idea central que planea sobre toda el libro—, si bien es cierto que la globalizacidn ha venide para quedarse, no es menos cierto que eaben, 0 de conducirla y gobernarla, J cabian, otras lormas alternabi Las explosiones de violencia periédicas en cualquier ciudad de Am rica Latina y las revueltas y las manifestaciones en Francia son un sintoma y al tiempo una metafora de cémo cambian los contextos y cudn cescasos son los instrumentos paraenfrentarsea la desesperacién y para encarar los cumbios tanto en paises pobres donde la desigualdad extrema es su go més distintivo, camo en el sena de las sociedades opulentas: nose trata demovilizaciones que propongan cambios sociales profindos o incluso revolucionarios, sino oxplosiones provoeadas por la desesperacién o movimientos sociales de replicgue impelidos por mero instinto de conservacion en el sen de sociedades donde cunde el temor yel destinimo. Por otra parte, en los territorios pobres del planeta, mas | allade ladelimitacién tradicional de unas fronteras queen ocasiones son | irrelevantes, la historia también se acelera, ¥ esa aceleracién hace que fragmentacion, segimentacin e integracion selectiva sean rasgosdistin- tivos del nuevo contexto. En uno y otro caso, los poderes publicas | evidencian una impotencia y una perplejidad ciertamente Iamativas. | iste un consenso baisico en torno al final de un “viejo” orden mundial, Incluso disponemos de algunas fechas que ya han quedado en la historia come referencia ineludible para indiear un antes y un después, La caida del muro de Berlin simboliza mejor que ninguna otra ese final. Pero los consensos se diluyen caando de intentar explicar el nuevo" orden se trata, Asi pues, hemos dejado atras el final de un viejo orden, pero {como definir esta nueva era? En este caso, la cantidad de referencias que califican el nuevo contexto son interminables: nuevo orden, nuevo desorden, nueva Edad Media, geopolitica de la comple|i- —_— OTRAS GOGRAFIAS, OTROS TIEMPOS 17 dad, yeopolitica de las fracturas, geopolitiea del eaos, segunda moderni dad, modemidad radical, modernidad liquida, postmodernidad... Esta nueva etapa geopolitiea a la que nos estamos refiriendo tiene como uno de sus hitos fundamentales el primer gran atentado de la nueva era del terror global; el hundimiento de las Torres Gemelas de Nueva York y del edificio del Pentsigono, al que habrian de seguir otros atentades como el de Madrid o Londres, Ese atentado simboliza muchas cosas y con 6] se han derrumbado otras tantas. Se ha desvanecido la cidn de seguridad interna presente en las demoeraeias oceidenta- Se ha desplomado el simbolo de la globelizacién econémica. Se han csmoronado lits bases de ln tradicional politien exterior, de defensa yde seguridad de los paises mes poderosos de la tierra. Supone el final dé las formas convencionales de afvonitar conflictos armados, para dar paso a un nuevo escenario en el que el posible enerrigo no sélo earece de rostro y territorio conereto, sino que, a modo de caballo de Troya posmoderno, | puede encontrarse viviendo y trabajando entre nosotros. Ha quedadoen cevidencia la fragilidad y yulnerabilidad del Estado-nacion para hacer | frente al terror global. Se ha derrumbado —por si quedaba alguna duda— la idea de hegemonia, de supremaeia y de triunfo definitivo de ERUU (y por extensién de Oceidente) sobre el resto del mundo, efecti, en esta nueva Era de (destorden global, de fracturas, de incertidumbres, demalestar, nopuede hablarse dehegemonia geopolitica ce un solo pats, Tras la caida del muro, muchos lo pensaron, Incluso algunos prafelizaron cl final de la historia, Sin embargo, si alguna cosa se va perfilando en este brumoso inicio de milenio es un horizonte en el ‘gue no puede imponerse cl unilateralismo de un solo pais. Ya lo explies Joseph Nye en su Parador of American Power (2002) cuando proponia analizar la distribucién glohal de poder en el mundo imaginanda una compleia partida de ajedrez en tres dimensiones, En el tablero superior, Ia fuerza militar es todavia en gran medida unipolar, eon el dominio de Estados Unidos, y su capacidad de despliegue militar global, Sinombargo, onl tablero central el poder eeondmieo es erecientemente multipolar. A la triada compuesta por Estados Unidos, Europa y Japin que representan dos tercios de la produceién mundial, ya se han unido 1a India, Brasil y especialmente un paiscomo China dispuestoa disputar la hegemonia a los poderes econémicos “tradicionales”, En el tablero inferior Ia situacion es de tal complejidad y dificultad que ya mi siquiera ests completamente en manos de los Hstades, sino de otros muchos agentes legitimos eilegitimos que en ocasiones evidencia una eapacidad y un poder superior al de los propios Ustados, Hasta tal punto se suger 18. JOAN NO 1B y IOAN ROMERO enenentra disperso el poder en este nivel, subraya Nye, que carece de sentido utilizar términos como unipolar, multipolar 6 hegemonia, Ellono impide, noobstante, que en esta transicion del viejo al “nuevo orden no sigamos asistiendo a exhibiciones y demostraciones de fuerza oal mantenimiento de dobles raseros en muchas partes del mundo ¥ por partede muchas poteneina de primer y de segundo orden, Con diferentes yaras de medir se apoyan, @ conveniencia, dictaduras y teoeracias nigas” al tiempo que, con la likertad como bandera, se auspician, propician, consionten 9 toleran episodios y acontecimientos indignos. Sea on Irak, sea en Choehenia, sea en Kurdistin, sea on China, sea en El Salvador, franja de Gaza Hay una potenciaatin inigualable en el plano militar, peronecesitada de acuerdos y alianzas en el terreno politieo y econémico. Otras poten- cias emergentes on procesode recuperacién disputan a Estados Unidos espacios de influencia. Si algiin conjunto geopolitico queda algo mas desdibujado en este nuevo contexto, ése es Europa, Masalla de sugeren- tes visiones coma la de una Europa eosmopolita, como la que propone Ulrich Reck (2006), cargadas de esperanza y de voluntad de querer ser, Ruropa, como actor geopolitico global, afronta ol nuevo milenio con 1 en Sudan, eea en domasiados interrogantes ain sin resolver. Si miramos a nuestro rededor y analizamos los silencios, las alianzas implicitas y explicitas y su impotencia politica, es kigicoque algunosse pregunten si Europa es algo mas que un espacio econdmico cada vez mas amplio. A Europa le sobran gestores y le falta liderazgo politico y moral. En esos escasos momentos en los que la historia se acelera —y ahora estamos en uno de ellos—, es euando llega la hora de la politica y de las grandes decisiones. Y la nueva Europa, que ya ha sido capay de reparar las deudas contraidas con su propia historia, debe aspirar a ser un aeior politico capaz de reconstruir consensos y de devolver Ja confianza a millones de ciudadanos, de Europa y del mundo, que asistimas aténitos a este proceso de deterioro moral y de falta de principios. Europa tiene ahora la obligacion moral de ayudar a constrairuna segunda modernidad y de restiurar los puentes de encuentro eon las eulturas que otros ce han dedieado a destruir de forma sistematica F] proceso de cesidn voluntaria de soberania desde los Estados miembros a favor de una nueva realidad politica supraestatal es positi- vo. La cesién de soberania refuerza su autonomia frente a otros actores politicos y hace a cada uno de lus Estadosmas fuerte einvulnerable. Sin embargo, en momentos decisivos Europa no es capaz de actuar como un actor politivo con capacidad de liderazgo mundial. No disponede una yor OTRAS GEOGRAKIAS, OFRDS TEMPOS 19 propiani de una posicién comin. Hace tiempo que evidencid su impoten: cia on conflictos internacionales como el de Palestina e Israel ael de Lrak, © en procesos de dimension global como el de le inmigracién, Europa construye un mercado més amplio, pero a la vez se hace politicamente mds pequeiia, O cuando menos, mas irrelevante ple, Bs una vision purocéntrica miope, poco ambiciosa y no hace justicia con nuestra propia historia, Porque,enlo basico, nos mantiene como europeos en una posicién dependiente y subalterna. Miope en sus objetivos y subalterna ea las actuaciones. Son las cuestiones profundas y los valores morales Jos que movilizan a los ciudadanos. Y el actual contexto obliga sin duda a tener que hablar de valores, de ideales, de derechos, de culturas, de civilizaciones, de didlogo y de respeto, Europa tiene la obligacion de liderar ese debate, Aunque sélosea por respeto hacia aquellas personas que han empedrado él camino de la historia con sus vidas para hacer avanzar los principios de la Tustracién y los derechos basicos de cindadania, En este nuevo contexts los conilictos son de otro tipo, pero el ntimero no se reduce de forma significativa. Ahora son mas regionales, tienen lugar preferentemente en el Sur, afectan eada vex mas a civiles e incrementan el mimero de damnifiesdos y de refugiados. Son ma anénimos, pero no son menos las personas afectadas, sino que simple- mente mucren en medio del silencio y el olvido, Ahora han perdido el ropaje ideoldgice que los envolvia durante el viejo orden. Su etiologia yi no puede disfrazarse de comunismo/anticomunismo, sino que tienen como fuente la disputa por recursos y materias primas, el enfrontamien- to por razon de religion, de génere 0 por el color de la piel, No ests clare que éstas no fueran (ambien las causas ultimas en etapas anteriores, pero ahora se hacen mas visibles. Y solamente les prestamos atencién cuando algun estallido o crisis suscita el interés de algdin medio de comunicacion o cuando alguna Organizacion No Gubernamental Tama a las puertas de nuestras conciencias. Pero pasa el tiempo y las cosas wuelven a ka ‘normalidad”, Se apagan los focos mediaticos, las ONG y otvas instituciones —entre las que casi nunca faltan las religiosas— contintian con sus sileneioses pero eficaces trabajos de ayuda humani- taria, la Hamada comunidad internacional vuelve a sus rutinas, los conflietos o erisis pasan al olvido... y lis gentes siguen muriendo en silencio. =a) 20 JOAN NOGUIEy JOAN ROMERO Los pilares del nuevo contexto La crisis social ha aleanzado nivelos hasta ahora desconocidos ¢ aumenta el riesgo para la mayor parte dela humanidad, Noes neeosario invocar aqui los centenares de informes disponibles pera constatay que la brecha existente entre los que lo tienen casi Lodo y los que no tienen nada se ha agrandado a lo largo de las tres pasadas décadas. Nunca el mundo habia sido tan desigual y nunca los niveles de concentraciin de Ja riqueza habian aleanzado proporciones tan obscenas. Pobreza y desigualdad son los rasgos distintivos de un modelo secial que es eapar demantener amis de800 millones de personasenel mundoensitaacién de hambre extrema y que ademas ha visto emerger el llamado Cuarto Mundo en ol seno de las islas de seguridad, de las fortalezas, que integramos un reducido grupo de paises del planeta pertenccientes «l club de las llamadas demoeracias maduras. Aumentan las desigualds- des: entre Norlo y Sur y aumentan igualmente en el seno de las sociedades del Norte y del Sur. Las sociedades han evolucionado a lo largo de los tltimos cineuenta aiios desde estructuras en las que, come explica Castells, la distribucien de la renta se asemejaba a una forma de almendra o diamante hacia estrueturas que adopian una forma de reloj de arena. El nuevo milenio se ha inaugurada con una distribuciin de la renta que, de manera alg sarcéatica, so asemeja 2 una imaginaria forma de “copa de champan’ imagen lena de simbolismo al reordenar el mundo en dos tiniees 1s: los ganadores y los perdedores de la globalizacién (Held; 1003). Ganadores y perdedores que ya nose ajustan de manera precisa a los cldsicus esquemas de Ta geografia, porque ahora el Nort presenta cada ver mis dispersoy fragmentado y el Sur también. Memes asistido, enefecto, a la emergencia de muches Nortes yde muchos Sares, Afirma Reck que hemosconstruido un modelo de sociedad que noest awogurada, ni puede estarlo, porque los peligros son incuantificables, incontrolables, indeterminables e inatribuibles, El nuevo contexte globalizady entra nucves desafios para loe Bstados y el riesge de que la globalizacién no pueda ser gobernada demoeraticamente, El process do globalizacién ha evidenciado Ta impotencia de la estructars del Kstado-nacion nacido en Westfalia para controlar democraticanenie procesos que eseapan ail mbitode decision politica de los Estados y para abordar cuestiones que son determinantes para garantizar la sostenibilidad y que no conocen fronteras. Los Estados, en un proceso de profunda transformacion, han perdido autonomia y han cedido sobere- categort MeGre OTRAS GROGRAFIAS, OTROSTHEMPOS, 21 ja. Nuevos actores y nuevos poderes, especialmente las empresas raltin ampliado dramaticamente su capacidad de ma- niobra. Como dirfa Daniel Bell, ante la profundidad de los cambios on puareba y de Ios riesyos que entraian, la estructura de los Estados que hasta ahora hemos conocido empieza a ser “demasiado grande para resolver pequenas cosas y demasiado pequefia para resolver grandes slines". Y est ademas, no conviene olvidarlo, la interminable relacion de Estados imposibles, inviables 0 fallidos. © eionales, ha Deotra parte, se cuestiona la gran capacidad de decision queostentan ceterminados organismos internacionales o instituciones globales que, sun gozando de cierta legitimidad demoeratica indirecta, tienen atribui- ca una eapacidad de decisién y de influencia muy superior a la de muchos Hstados, afectando con sus decisionesa las vidas de millones de personas del pl pela, sin que éslus puedan hacer nada para evitarlo, Encl mismo nivel global existen procesos sobre los que parece que no existe posibilidad o voluniad alguna de atribuir responsabilidades y de ejercer un aceptable grado de control demoerstico. El abrumador movi- iniento diariode transaceiones financiers especalativas queeseapan al control fiseal de los respectivos gabiernos y que son capaces de provocar \ crisis eeanémica y social da regiones enteras, provocande el estrangu- \amienta de sus economias ¢ incluso el colapse (Stiglitz, 2002), es buena nuestra de ello, El sistema de produccién empleado por determinadas jnpresas multinacionales, que utilizan mano de obra infantil o adulta en condiviones de semiesclavitud, reclama algin tipo de reglamentacion internacional global que trascienda la frontera de los Estados. Un simple repaso de los recientes aceidentes medioambientales durante la ultima década es suficiente para hacerse una primera idea de como grandes companias aprovechan reglamentaciones diferentes y “zonas de sombra” en las normativas de los patses para hacer negocio, explotan- do personas y recursos al margen de cualquier control demoeréitico slobal, Esos poderes econémices globales plantean nuevos desafios a los Pstadas (Martin; Schumann, 1996; Beck, 2000) y obligan a abrir el debate acoren de ensilesel grado de sutonomiade los Estados en relacién con esas fuentes de poder ilegitimas y, a.su vez, a explorar formas mas ofectivas de demoeracia (Holden, 2000) y de cooperacisn entre Estados. La profundidad de los cambios en curso ha propiciado también una situacién paradgjies en nuestras suciedades satisfechas (Galbraith, 1992), la consolidacion del propio Estado de Bienestar, garantia de seguridad eeonémica y social para la mayoria de la poblacién en las mocracias maduras, no nos protege de las amenazas y de los peligros AOAN NOGUE y JOAN ROMERO que nosotros mismos hemos creado, en parte para mantener el propio modelo de “desarrollo”, Es mas, la crisis de los sistemas de bienestar aumenta el grado de inseguridad porque se debilitan los niveles de cohesién social, elemento biisieo de sostenibilidad, Las profundas transformaciones ocarridas en los mereados de trabajo en los paises occidentales, unido a la dinémica de la poblacién y alos cambios sociales y culturales y sus repercasiones, on Ja estructura de la familia tradicional, abre, por ver primera desde la Segunda Guerra Mundial, un horizonte distinto, mas incierto, de mayor riesgo, de menor seguridad, también en aquellos pocos paises que hemos sido capaces de construir, antes 9 después, el Estado de Bienestar. Tlasta hace una década, nunca habiamos estado mas seguros y, a la vez, minca habiamos empezado a estar tan insegures. Disponemos todavia de un amplio elenco de derechos basicos de ciudadanta (eduea- cién, sanidad, pensiones, cobertura contra el desemplea), por el simple hecho de haber nacido en un determinado pais, pero estamos a mereed de un conjumto de riesgos eada vez mayores. De una parte, aquellos que dorivan de la ineortidumbre que provoca cl hecho de quo el empleo sea mas precario, peor retribuide y mas inestable; de otra, los que se relacionan con el hecho de que no exista certeza de que va a poder garantizarse un nivel de pension sceptable a la hora de la jubilacion; por ira parte, aquellos que se relacionan con la reduccisn 0 el reeorte de algunos derechos hasicos hasta ahora universales; por ultimo, aquellos riesgos relacionados con Jos procesos de produccién y de la sociedad de consumo, de los que en buena medida atin desconocemossus efectospara nosotros y para las generaciones venideras. ¥ nuevocontexto globalizacto aumenta tambien los riesgos para una eficaz garantiadela“biodiversidad cultural” Gonzailez,2003). Los prepotentes intentos de uniformizar, de colonizar, de suprimir, por diferentes vias, a| “Oro”, es decir, a las diversas expresiones de renovados sentimientos identitarios, suponen nuevas fuentes de conflicto y riesgo de desencuentros. ¥ también se incrementan los riesgos para la democra- cia, Rn Jas democracias maduras hace Liempo que se asiste con preocu- pacién a une: crisis de representacion y, en las jovenes democracias, la fragilidad del sistema es ain mayor, Las razones que lo explican estan relacionadas con los eambios en la estructura de las sociedades, con el ineremento de la inseguridad que enfrenta a las sociedades 2 nuevas y desconocidas situaciones de riesgo y eon la pereopeién instalada entre que hacemos mencidn a los riesgos, hay que reconocer que el OTRAS GROGRAFIAS, OfROS TIEMPOS 28 udadanos de que los Hstados tienen cierta impotencia para comba. tir las situaciones de precariedad, nueva pobreza y exelusién social Bn el caso de las democracias maduras, existe el riesgo de que la sueva siluacion pueda favorecer el resurgimiento de particularismos esivos y que se produzea un desplazamiento del centro de gravedad favor de expresiones politieas de derecha autoritaria y xendfaba (Paramio, 1997), Existe igualmente el riesgo de que el lugar que dejan los partidos y los parlamentos sea ocupado por lo que Dahrendorf (2002) define como las “nuevos mediadores’, es decir organizaciones 0 corpora- ciones (como medios de comunieacion, Agencias u Organizaciones no Gubernamentales) que no se someten 4 ningun control demucritico Existe igualmente el riesgo uteritaria o la consolidacién def icv a favor de diferentes expresionos, m do presidencialismo (Bovero, 2002), ‘0 menos populistas, En el caso de las jovenes demueracias, la reduccién del mimero de cludadanos que confia en la democracia se corresponde con el aumento de quienes estiman que es indiferente que exista democraciao dietadu- ra. Bsta situacion aumenta el riesgo de aparicién de experiencias presidencialistas”, “populistas” 0 incluso tentaciones autoritarias, se debilita la ya fragil estructura de partidos, aumenta Ia inestabilidad politica y la posibilidad de reacciones explosivas de las poblaciones, ae favurece la aparicisn de territorios “gobernados” por nuevos pode: an definitiva, la coinci- neia de crisis eoonémica, social ¢ institucional se traduce en una notable crisis de gobernabilidad democratica que deja en situacion atin ausente. criminals en los que el Estado. mss preeitria, a amplios sectores de la sociedad de esos paises (Romero: Nogue. 2004), El reciente informe del PNUD sobre La demoeracia en America Latina (2004) es el mejor ejemplo sobre el estado de salud de la democraciat en el subcontinente y deja poeas dudas al respeeta, Ineluso con los paises que gozan de mayor estabilidad y mayor nivel relativo de cohesicn sociztl, como Chile, un porcentaje muy elevadodeciudadanos se «nsidera indiferente ante el hecho de que cl gobierno sea una demoera- cia o una dictadura. Nada debe extranar, por tanto, la erisis de los partidos tradieionales y mucho menos la facilidad con la que emergen liderazgos de corte populista eomoaltemativa, tan frdgiles como incier- tos. Jn otras regiones la transicidn hacia sistemas democraticos también presenta demasiadas zonas de sombra. No hay mas que ver la reciente historia de las republiews: nacidas tras la implosién de ia URSS para | 24 JOAN NOGUE, JOAN ROMERO, constatarlo, Por eso algunos hablan de democracia de baja intensidad, de democracia virtwal, de demoeracia formal, de democracia funcional en ocasiones de ausencia de democracia sin mas, Por otra parte, no sabemoa muy bien como evolucionaran los intentos de democratizacion de los paises de tradicién iskémiiea, en los que, como es sabido, religion ¥ politica estén estrechamente unidos. Kn definitiva, como apuntaba- mos hace un momento, mas preguntas que respuestas en este inicio de milenio, mareado de manera especial por los atentados del 11 de septiembre de 2001 ¢Hacia un supuesto choque de civilizaciones? Pese u la euforia proclamada durante las pasadas décadas por los ideologos del pensamiento tinico, las cosas no van bien. La pobreza se Feduee en términos relativos, pero el numero de pobres mmenta. La pobreza y la exclusion social ya no son caracteristicas exclusivas de los paises pobres, pero no hay duda de que la gran mayoria de los easi tres mil millones de personas que viven por debajo de los limites de la dignidad, residen en ellos. ¥ mas alla del debate moral axin pendiente, ladesesperanza, la frustracién, la sensacién de humillacion y la falta de de millones de personas (en especial los us propias élites politicas, les inelina @ abrazar cualquier opciéa allernativa, Unos, en especial en paises de tradicion jslémica, abrazan la religion como ultima esperanza, Iracasadas todas las deinds soluciones;otrosprefieren optar por liderazgos de corte populista horizontes de centenar jovenes) en lox paises pobres, alejadas de Culpan al Estado de su situaciéa por las negativas consecuencias de las politicas desreguladoras, de ajuste y de reduecién de los programas sociales, siguiendo las recomendaciones, hasta hace poco tiempo ind eutibles, de los organiamos internacionales controlados por las demoer cias eeidentales. La influencia cultural de Oceidente ha provocado que millones de personas utilicen la religion como elemento de diferenci cin de una identidad que pereiben amenazada, como iltimo refugio y mecanismo de resistencia, mas alla o al margen de fronteras estatales. Este proceso de (rejeonstruceién de identidades colectivas sobre bases roligiosas o culturales, pero que adquieren expresién politiea, es uno de los heehox mas signilicativos en paises tan diversos como Iran, Argel Marraceos, gipto, Turquia, Pakistin, la India, Afganistin, Indonesia, Malasia o Palestina OTRAS GROGRAFIAS, oTROSTIEMPOS 25 En eate contexte adquieren pleno significado las premonitorias pala- bras de Amin Maalouf (1999) en su bello libro Identidades asesinas Cuando la modernidad Heva la marea del Otro, noes de extraniar que algunas personas enarbolen los simbolos del areaismo para afirmar su diferencia (...) Si en cada paso qne dan en la vida chocan con una decepeién, una desilusiin, una humillacién, ,edmo no van a toner la personalidad magullada?, jesmo no van a sentir que su identidad esta umenazada?, je6mo no van a tener la sensacién de que viven en un mundo que los pertencee a otros, que obedece a unas normias dictadas por los otros, un mundo en el que ellos tienen algo de huérfanos, de extranjeros, de intrusos, de parias?, ,edmo evitar que algunos tengan la impresion de que lo han perdido todo, de que ya no tienen nada que perder, y que Heguen a desear, al modo de Sansén, que el edificio se derrumbe, joh Senor}, sobre ellos y sus enemigos?” (pp. 89-91) Afos miis tarde, aungue en este caso reforido al conjuntodeexpresio hes integristas, Zygmunt Bauman (2005) ha insistido con idéntica contundeneia en esta misma idea en su espléndide libro Mdentidad: Algunos tipos de iglesias fundamentalistas resultan especial- mente atractivas por la parte sometida a privacién y empobrecida dela peblacién, y los que se ven humillados y desprovistos de su dignidad hum nite que no puede hacer otra cosa que observar con una nezela de envidia y resentimiento el exeeso consumista y la desenvoltu- rasuperficial de lox mas bienestantos(...).A esta gente, las congregacio- nes fundamentalistas le ofrecen un refugio tentador y. bienvenidoque no encuentran en ningin otro lugar. Estas congreyciones reemprenden los trabajos y los deberes que ha abandonado el Estado social en relirada, También ofrecen el ingrediente de una vida humana decente, que es lo que mas dolorosamente echan en falta, y que la sociedad en general les ha negado: lasensacion de tener un proposito, que su vida (o su muerte) tiene sentido, que cuentan con un lugar dignoy justo dentro del esquema global de las cosas, También prometen defender a sus fieles coutra las “identidades” forzadas, estercotipadas y estigmatizadoras que les imponen las fuerzas que gobiernan el “mundo de fuera”, hostil inhéspito, o incluso devuelven las aeusaciones contr los acusadores, prockamando que “el negro es bello” y transformando ast los supuestos auravios en ventajas...”-(p. 119) Eun esta obra no se comparten las conocidas lesis de Huntington que udvierten acerea del riesgo de chogue de civilizaciones. Por el contrario, se coincide con aquellos otros, como Gilles Kepel o Amartya Sen que 26 JOAN NOG Bx JOAN ROMERO dofiendon el reconacimiento de la diversidad y el valor de la democracia como pilares del reconocimiente del “Otro”, del progreso social y del reconocimientode ladiversidad. ¥ ereemos que, mientras nose construe an nuevas y silidas bases que saquen de la desesperacion y de la ausencia de futuro millones de personas, que han dejado de creer en las fracasadas promesas “modernizadoras” de sus Estados después de la descolonizacion, la religion sera en muchas regiones la tinica expresién politica susceptible de canalizar su des inza. Y en esas condiciones siempre existiran unos miles de fanatizados martires dispuestos a sembrar el terror en cualquier parte del planeta. Parafraseando a Beck, sino democratizamos la riqueza y las oportunidades, se “democratiza- vain” lasamenazas.y nuestra exposicidin alas crisis y, eventualmente,las cons del terror global no se reducirin, sino que aumentardn, Las raices de muchos de los nuevos conflictos geopoliticos no se tacan con solucicnes militares, en cualquiera de sus versiones. La paz Sun bien escaso y la democracia, todavia mas, AhiestaelsigloXX para corroborarlo, La impesicién o la ocupacién debieran dejar paso al dialogo, al respelo mutuo y a la cooperacion, La injusticia, la falta de libertad y la violencia de Estado son el mejor vivero para legitimar xpresiones de violencia. La mejor forma de defender los valores demo- eraticos y el modelo social que alumbra la Tustracién es eontribuyendo 8 que las libertades politicas y el desarrello econémieo y social sean también patrimonio de aquellos paises (1a mayoria) que nolos disfrutan. No hay forma mis efieaz para deslegitimar y aislar socialmente las expresiones de violencia y terrorismo. Geopolitica y nuevo (des)orden mundial. Irak como ejemplo de “mala politica” Despucs de la primera guerra del Gollo pas a enbrar mas importan- cia la teoria de los conflicts regionales. De acuerdo con ella, se fue abriendo camino la idea de que las nuevas amenazas procederian de un conjunta de Estados hostiles como Irén, Irak, Corea del Norte 0 Libia, relativamente bien armados y en poder de armas quimicas 0 nucleares, ‘gue obligarfan a Estados Unidos a mantener el clevado nivel de gastos efensa para poder ser el yarante de la seguridad mundial y para estar en condiciones detener que afrontar simultaneamente la eventua- lictudl de dos o mes eonflietos regionales, Pese a todo, no existian argumentos contundentes como para inere- mentar el nivel de gastos militares a niveles comparables a los de la OTRAS GROGRAPIAS, OTROS TIEMPOS 27 etapa Reagan. Sin embargo, los atentados del 11 de septiembre de 2001 vinieron en ayuda provideneial de los “haleones” del Pentatyono y de la administracion Bush. Con ocasion del atentado se eliminaron todas la dilicultades para incrementar sin limites los gastos militares y para. peder desarrollar, sin complejos y sin el menor respeto a la legalidad internacional, las teortas de los eonflictos regionales, muy centradas en amenaza del islam. In supuesta nue A.cllo hay que anedir la otra gran preocupacién tradicionalmente manifestada por la administraeién norteamericana: el control de los recursos naturales del golfo Pérsico y de la region del Caspio. Si uno lee atentamente algunos informes (se sugiere al lector el conocido como Informe Cheney, de mayo de 2001), comprobara facilmente que esta nueva intervencion militar en Irak estaba decidica de antemano, antes incluso del atentado a las Torres Gemelas y al Pentagono y con el aval de lt comunidad internacional o sin él, Las razones de fondo que justifican esta intervencidn son de caréeter estratégico y muy vineula- das al control de los recursos naturales de Ia zona, Uno de los rasgos caraeteristicus de esta intervencién es la ereaeidn de ‘espacios de excepeidn’ por parte de las potencias oecidentales inva- soras, lo que, mas alla de la degeneracién y miseria moral que ello implica, ha puesto en evideneia la nule legitimidad de la propia inter- veneion. Se ha creado, enefeeto, wna autentica geogratia de ka excepeibn, en linea con el argumento central de |a obra del fil6sofo politico italiano Giorgio Agamben, En Lo gue queda de Auschwitz: el archivo yel testigo (2000) yauinmasen stadodeexcepcién (2004), Agamben muestra emo estin surgiendo a nuestro alrededor espacias de excepeiin y, lo que es. peor, sin apenas darnos cuenta. Son mucvos espacios situados entre el orden y el desorden: espacios que de alguna forma se han artografiada” porque se hain visto substraidos a la norma. Espacios en el “limbo juridieo” y 1 existeneia es més » menos conoeida, pero on los que no se sabe exaclamente qué oeur pacios de excepeisn no estan sometides J ninguna normaty ello nos desarma en todoslos sentidos,en especial en el terreno moral. “dos indoterminades, extraterritoriales, al mang Guantanamo, el enclave norteamericano en Cuba, es sin duda el paradigma de espacio de exrepeion, Sus moradores no son prisioneros en clsentido elisieo del término, Son, simplemente, individues detenidos she die, sin cargos eoncretos, a los que se va a mantener en el umbral centre el sery el ne ser, en un espaeie sin tiempo, on ur tiemposin espa Guantanamo roprosenta masque munca la quintassencia del umbral, en 28 JOAN NOGUE y JOAN ROMERO, un sentide que podriamos ealificar de biopolitico, mas incluso que de geopelitico, poryue es el propiocuerpohumano el que se vesituadoentre el orden y el desorden, el interior y el exterior, la luz y la oscuridad, la vida y Ix muerte. Es el estado de excepeiin convertido en espacio de excepcidn: en el primer caso, en el estado de excepeion, asistiamos a la supresién de la norma sin localizacién, mientras que ahora asistimos a la localizacién sin norma, es decir a un lugar como espacio permanente de excepcion, El orden de los factores si altera aqui —y mucho— el producto final, que debe ser interpretado como una premonicién nada deseable de lo que puede dar de sila nueva geopolitics que emerge de la cultura dela insaguridad y el miedo. La experiencia que se desarrolla en Guantanamo es grave en tanto que representa la conculeacién impune de los derechos humanos y del derecho internacional por parte del propia orden establecido, algo a lo que no estabamos acostumbrades. Guantanamo en Cuba, Abu Ghraib en Trak o Bagram en Afganistan, asi como algunas careeles y otros espacios de excepcién parecidos cuya existencia quizd nunca llegaremos, a conocer, emergen discretamente a nuestro alrededor con relativa impunidad, quizs porque, ademas de contar con silencios eémplices, se aprovechan tanto come pueden de su opacidad e hibridez y, ain més, de su deslocalizacién. Como afirmaba hace poco el escritor Manuel Rivas, Jos lugares huyen, se deslocalizan, se vuelven nomadas {Donde estit hoy Guantanamo? Aparece y desaparece, Bs un endema que cambia de sitio en la piel del planeta...”, Asistimos, en efecto, a una nueva modalidad de deslocalizacion (alguien ha legado a hablar de la “deslocalizacion de la tortura”), pero en esta ocasion ya no es industrial ranciera: es ética, Después de conocer s6lo algunos episodios de tortura, de violacién de derechos y de asesinatos en nombre de la libertad y de la demoeracia, el odio al “Dire”, a Oecitlente, se vat a acentuatr. ¥ estaremos mats inseguros vremos mils yulnerables. Il terror institucional desplegado y la Falta de observancia de regkas y tratades internacionales van a relorzar la geografia delterrorismo y del odio, Al primario de los abjetivos(el eontrol estralegico de recursos) siguid la oportunidad del negocio de la recons truccion para los mismos que habian arrasado el pais. En uno y otro caso encontraron el rechazo mayoritario de una poblacién que no se resigna yen cuyo seno se abre ahora la posibilidad de un conflieto eivil suscep- ible de ampliarse a buena parte de la regién = RAS GEOGRAPIAS, OTROS TIEMPOS 29 I La necesaria reconsideracién de las politicas de desarrollo Algunas voces autorizadas como la del Promio Nobel Amartya Sen reclaman desde hace tiempo una profanda revisién de los planes y programas denominados de “desarrollo”, hasta ahora elaborados 0 sugeridos desde organismos internacionales comoel Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Y si se reclama esta profunda revision | esporqne, como senala elJnforme avbre Desarrollo Humano de 2005," tasa global de convorgeneia esta disiminuyend su ritmoy, para un grupo grande de paises, la divergencia se esta transformando en la norma” Masta cl propie Banco Mundial reconove que muchas de las politicas impuestas han sido erréneas, En este sentido, el ex-Vicepresidente del Bane» Mundial y Premio Nobel -loseph Stiglitz aboga por una completa reestructuracidn de los objetivos del desarrollo, las politicas ¥ los instrumentos. Frente a quienes en su defensa del Estado minima han ddesmantelado los ineipientes sistemas de proteccién social, se defionde denuevo el papel imprescindible del Estado, la importancia fundamen. tal de las politicas socfales piblieas y la equidad como pioza fundamen talde cualquier estrategia de crecimiento compartido. Porque la pobre. za acaba por erosionar la eredibilidad en los partidos y en las institucio. nes ¢ incrementa la desafeccidn politica, lo que se expres a menudo en mnabajaadhesisn ala demooracia, Bn este sentido, cabetraer a colacion/ tuna eneuesta de PNUD sobre la calidad de la democracia en Chile ent 1999: s6lo un 45% preferia la democracin a cualquier otra forma de sobiemo; a.m 314 le daba lo mismo un gobierno democrético que ung no democratieo, y un 19% pensaba que en algunas eireunstancias ub gobierno autoritario podia ser mejor que uno democratico. i ‘América Latina en su conjunto, por cierto, os la regin mas desigual del mundo, como constatan la mayoria de organismos oficiales en susinformes, El 10% de los hogares mas ricos de todos los paises de la zona concentran mas del 806 de los ingrewes. Por el contrario, el 40% de los hogares mes Prbres recibe entre el 9% y el 15%. Al inal de la decada de los noventa, la proporsidn del ingreso total eaptade por el 10% de los hogares de mayores recursion superabat 19 veces el reeibido, en promedio, por el 40% de los hhoxures mas pores. Un reciente informe de Naciones Unidas seriala que eneluiltimo decenio las recesiones mas intensas perjudicaron sobretodeal 10¢r mass pobrede los hogzares, mientras queel LO% de los hozaresmésrieos consiguid tumentar su participacién en el ingreso total y mantenorla cuando no aerecentarla— en las etapas de crecimiento. Por otra parte, ol aumento del gasto sacial publico y el efecto redistributive ha sido menor-en los paises mas rievs, como Argentina y Ch (cc 30 JOAN NOGUE y JOAN ROMERO Otros informes recientes de Naciones Unidas, de la CEPAL¢ incluso de] Banco Mundial, tambien senalan que la pobreza ha crecido eonside- rablemente en la region. Entre el 60% y el 80% de la poblacién de Centroamérica es pobre. K1 43.5% de la poblacién gana menos de dos délares diarios en Brasil, E] 48% de la poblacion argentina de las provineias del noreste y el noroeste son pobres. HI desempleo, especial- mente en el grupo de jovenes de menos de 24.afios, ha aumentado entre 1990 y 1997, especialmente en las grandes urbes de la miseria. Ha erecidoel desempleoy el empleo informaly ha aumentadola precarizacién de las condiciones de trabajo. Coma consecuencia, la nueva pobreza y la oxclusién social aleanzan incluso 2 sectores erecientes de las clases medias. La estructura soeial se parece cada vez. mas a un imaginario reloj de arena con la base eada vez mas ancha, el centro més delgado y una pequena parte superior que concentra la riqueza. Las pésimas condiciones en las que viven 220 millones de personas en esa region (de los que 117 millonesson ninosy adolescentes menores de 20 afios)exigen sin duda un replanteamiento radical de las politicas de deserrollo de corte neoliberal, si bien es verdad que no puede obviarse el negativo papel de las propias élites politicas, dedieadas a menudo al saqueo sistematico, a la corrupcidn generalizada, al bloqueo de iniciativas de modernizacién y a la oposicién a toda tipo de reformas. Y si saltamos de América Latina a Africa, el panorama es ain mas desolador, Africa, como bien explican varios de los autores que eseriben en este libro, es un continente a la deriva, consumido por la pobreza extrema, la maldicion biblica del SIDA y otras enfermedades como la malaria, laserisis alimentarias y los conflictos interminables, especial- mente encl Africa Subsahariana, He ahi un continente en e! que se hace muy dificil salir del circulo infernal definido por la corrupeién de sus rapaces élites, la inseguridad, la falta de inversiones, cl imparable crecimiento demogréfica y la impotencia de unos Estados frégiles ante Lantos retos. Afrien cs el continente de los “moribundos sin voz”, en «da y cantundente definieién de Jefirey Sachs (2005) ‘nalmente, la otra region del planeta en la que se observan situacio- hes preocupantes y retrocesos muy marcados corresponde a un amplio grupo de paises que integraron en su dia la Unién Sovietica. A Rusia corresponde ostentar la marca mts llamativa de pais que ha descendido 48 lugares en la clasificacion de la esperanza de vida en el mundo enel periode 1990 a 2003, OTRAS GEOGRAFIAS, OTROS TEMPOS: at De muros, fronieras y fortalezas Mis de 180 millones de personas viven en el mundo fuera de sus paises de orien. De ellos, en torno a 90 millones son inmigrados cconimicamenteactivosy el resto esta integrado porsus familiares y por nomenosde20 millones derefugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos 0 apatridas, tutelados por ACNUR, que huyen de la violencia y que muestran el rostro mas amangode muchos de los conflictos que son ‘nnulizados en este mismo libro, Lomas llamativo de este procesoes que, can los anos, cambia la localizacién, pero no se reduce su ntimero. Quedan pordeterminar lasdecenas de millones de inmigrantes ilegales, dificiles de cuantifiear por razones obvias. No es éste un proceso nuevo, actual situaeién si depara muchas novedades importantes y, cle todo, eonstituye uno de los desafios mas formidables a los que « desarrollades en las proximas décadas. pero debertins enfrentarse los pais: Las gentes emigran por la misma razén de siempre: la necesidad, el hambre y la miseria, Desde sus particulares infiernos a los supuestos paraisos, En algunos casos, como en Bstados Unidos, la afluencia continuada de nuevos inmigrantes, sobre todo ilegales, cayo ntimero subrepasa ya los doce millones, ha reabierto en profundidad enconados debates. En el caso de Europa occidental, la direecién de algumos flujos hn cambiado de forma radical y exo abre nuevos eseenarios. Europa occidental, ineluida la Europa mediterranea, asiste a una renovada capa de reciente inmigracién procedente desus fronteras. Africa, por su parte, soporta unos flujos internos de migrantes dificiles de cuantifiear, pire en cualquier caso de una gran dimensi6n, Diee Andrés Ortega (2006) que la historia esta Mena de muros para marear limites y diferenci verse de invasiones. Parecia que con la caida del Muro de Berl a.una nueva etapa presidida por la climinaeién de diehos muros. Sin embargo, nunca como ahora se hu hablado tanto de muros y de vallas para impedir que las gentes que yiven al oto lado puedan aleanzar lae fortalezas do la sociedad del bienestar. Son los muros de la globalizacién. Mares en forma de arancel, de restrieciones, de controles de fronteras..., pero también son muros fisiens y fosos de resonancias medievales que se levantan en las fronte- ras. Is la gran paradoja del nuevo contexto globalizado, Se apuesta por la libre circulacion de capitales y, a la vez, se cierran las fronteras de las fortalezas recreciendo vallas, construyendo nuevos fososy proponiendo, como en Estados Unidos, la construecin de un muro de mas de 1000 kilometros para proteger la frontera Sur, También Europa se enfrenta 32 JOAN NOGUE s JOAN ROMERO en su frontera Sur auna presién ineontenible, seneillamente porque el Sur de Europa marea la linea de fractara més profunda que existe en el mundo enire el Norte y el Sur. Por eso vendran, como dice Sami Nair, aunqueel peaje que deberan pagar, como nos recuerdan Juan Goytisolo y el propia Sami Nair (2000), sea el de su propia vida. En ocasiones, como el easo de los minztemen 0 grupos civiles armados nortenmericanos que vigilan la frontera mejieana, hay cabide para expresiones radieales y xen6fobas que evideneian una patologia social de imprevisibles consecuencias, En otros casos, la eontradieeién tantas voces resaltada entre Estados y mercados, entre la esfera de la politica siempre sensible a la opinion publica y las nevesidades crecientes de manu de obra barate y precaria de sectores productivos, se resuelve mirando para otro lado hasta que la situacion se hace insostenible. En casi todas las situaciones se ignoran derechos basicos de ciudadenia consolidanda esa distincion, tan inmoral como insustenible, entre perso- nas y eiudadanos. ¥ lueqo esta la otra modalidad de deslocalizacién: la“deslocalizncién del asilo”, consistente, como deseribe de forma excelente Sami Nair (2006), en subcontratar el control y la represion de lainmigracion ilegal a paises situados fuera delas fronteras de Europa, Tanto en las fronteras del Este (Hungria, Polonia, Rumania, Uerania) como en la periferia mediterranea (Ceuta, Melilla, Malta y Ia isa de Lampedusa) o Marrue- cos, Argelia, Turguia e bran. Como reparar brechas de desigualdad tan obsconas; emo eonstrait puentes on lugar de muros; edmo afrontar las relaciones inmigracién! derechos de ciudadania, inmigraci6n/integracion, inmigracion/identidad eulcural, como hacer posible el acomodo de la diversidad en tanta que rete civilizatoriv: he abt algunos de los grandes desafios que nos planeta el futuro inmedi:tio en este terreno, Y todo ello sabiendo, como expresa Joaquin Arango (2001), que en esta epoca de “Ironteras entrecerradas” no exislen soluciones ficiles ni mégieas y que dificilmente se avanzaré en la construecién de sociedades democritieas multiculturales sin cl respeta mutuoaladiversidad, sin ka zeeptaciin por todos de derechos y deberes, sin Ja tolerancia reciproca y la aplicacién del principio de trato igual, eVidas desperdiciadas? Mientras se lee el desgarrador libro de Zygmut Bauman que llevaese mnismo titulo (Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias), es OTRAS GEOGRARIAS, OTROS TIEMPOS, 383 dificil no recordar el bien conoeido articulo escrito por Richard Rorty hace easi diez afos y titulade 2Quiénes somos? Universolismo moral y selecoién eeonémiva, Ambes reflexiones vienen a coineidir en lo basico; ene) mundo actual no ce trata tanto de reflexionar acerea de cudntos individuos somos, sing de quiénes comor nosotros y cudintes son ellos. FI propio Rorty sugiere utilizar el término triage para proponer su veflexién sobre el ellos y el nosotras. Un término eicrtamente adecuado porque evoca significados similares en lrancés ¢ inglés y ala vezesmuy parecido a nuestro destrio castellano, Cierto que con algunos matices interesantes: los diccionarios eastellanos lo asncian al proceso de sepa- rar granos o frutos; los ingleses lo utilizan igualmente para clasificar de acuerdo con la calidad, pero también para exprosar el hecho de decidir ‘orden a la hora de proporcionar tratamiento a personas heridas 0 fin, también refieren el hecho de clasificar, pero un posible significado lo asocian al hecho de separar 0 agrapar \Vagones de tren para formar conveys. Rorty se inelina por el segundo de los significades en ingles y plantea el dilema moral de qué hacer en el caso de que silo pudieran ser atendidos (o alimentados, 0 curados, 0 prosistos de necesidudes basicas) solo algunos de estos vagones. ¥ la uestion eseneial, que tanto desconcierta, bien podria ser formulada de yuiente manera: en esta especie dedestrio social global que opera a . las personas apartadas que viajan en vagones situados fa muerta son ands que los que quedamos en el vagin de los elegidos. na seravin mais en las proximas tres déeadas, porque mas del 95% enfermas; los franceses Jas personas que han de nacer lo hardin en tres de los cuatro mundos ibles: ol Tereer Mundo tradicional, el Hamado Segundo Mundo | integrado por los restos dela ex —Unién Sovistiea y satélites y el Cuarto | Mundo, aquél que vigjaen el quinto vagén de kus sociedades opulentas $i uno analiza con cierto detenimiento algunos de los informes mas recientes sobre la situacién de las poblaciones del mundo, puede enten- der lag razones del desconcierto hoy reinante en institueiones, en yobiernos, en organismos no gubernamentales, en instituciones finan- Gioras globales y en la propia ciudadania. Nunca como ahora, al menos deade la década de los eineuenta del siglo XX, han proliferado tantas re tructuracién,descon- fanz, dosesperanca, desarraigo, desintegracién, desconcierto...), easi siempre asociadas a algunos de los procesos que la globalizacién ha propiciado (deslocalizacién, desindusirialigacién, desregulacion). Los datos dejan poces dudas y escaso margen para la esperanza. No hay mas que leer con atencianel fnjorme sabre Desarrolte Humano 2005, editade nciasa palabras queempiezan pordes(des —b 3 JOAN NOGUE v JOAN ROMERO por Naciones Unidas y ya eitado mss arriba, para constatar los eseasos avances y los incomprensibles retrocesos. Lu mayor parte de las brechas entre ellos y nosotros se agrandan y los grandes objetivos dejan paso a niveles do desigualdad tan obscenos come injustificables. En cuanto a los paises desarrollados, no hay mas que releer algunos informes recientes sobre exclusion social 0 sobre el binomio inmigracién-exelu- sidn/segregaciin, para entender las periédicas explosiones sociales en algunas de nuesiras eiudades, Definitivamente, ademas de “tiemposhostiles” en acertada descripelin de Sami Nair, vivimos tiempos precarios. Desde la sociologia, desde la ‘geografia, desde la ciencia politica, son muchas las voeos que se hacen eco de esta nueva realidad. Y uno de los rasygos mais destacables de esta nueva, geografin delos “superiluos’, como diria Beck, es que los espaciosextramu- ros no ve corresponden ya tinicamente con Ja tradicional distincion Norte! Sur, sino que los nuevos espacios en blanco, las nuevas tierras incdgnitas, los vertederas de residucs humanos, se ajustan a territorios, grupos de poblacién y personas que, con independencia del lugar, estan mas omenos conectadas a los procesos globales de integracion sclectiva. Naturalmente, sigue habiendo escalas, pero locierto es que uno puede quedarextramaros lane en Marruceos, Kenya, Brasil, Guatemala, Rusia 0 Kazajstan, eomo en un barrio de Dettuit, de Paris, de Hamburgo, de Madrid o de Valencia EI hecho verdaderamente nuevo cs que, a diferencia de spocas cdentes, miles de millones de personas en los paises mas pabres y en los Ilamados paises de capitalismo pobre no tienen esperanza de que Jas progresen. No son necesarias y no lo van aser en el finturo, Se havfan en las ciudades integrando un éxodo rural incontenible de magnitudes hasta ahora desconacidas, en gran medida provoeads por el mismio proceso de modernizacion selectiva de las zonas rurales. En cuanto a los paises desarrollados, valga una lectura de eualauieradelos | recientes estudios monogriificos sobre la inmigracién en Europa, para j ! entender eémo esta segunda modernidad también ha dejado en via muerta a su quinto vagén, en el que viaja easi la euarta parte do la poblacién total de nuestras soeiedades, Una via muerta donde la ausen~ cia de referentes, de valores positivos y de alternativas, son expresién del frneaso del Estado y expliean la frustracién y la anomia social. Pi Laotra gran novedad es que ya no sirven las soluciones tradicionales ¥ no parecen existir respuesias politiens convincentes. Precariedad, dependencia y desconcierto van, por lo general, muy unidas. Una circunstancia quees particularmente visible en los paises desarrollados. Como ha escrito Beck (2006); t Mo OTRAS GEOGRAFIAS, CTROS TIEMPOS 35 Las élites de la economia y de la politica no desisten de la idea del pleno empleo. Por eonsiguiente, les afocta un oxtrano daltonisme que les inpide medir a dimensién de la desesperacion que se extiende en los quetos superfluos, los cuales se ven aislados de una vida segura y ordenada mediante un trabajo remunerado, Tanto los partidos de la rqttierda como los de la derecha, los nuevos y los viejos socialdemdcra- tas, los neoliberales y los nostalgicos del Estado social no quieren «lmitir que en un contexto de aumento del desempleo hace tiempo que el trabajo ha pasado de ser un “gran integrador” a convertirse en un meeanismode marginacién, Evidentemente, es falso afirmar que no hay suficiente para todo el mundo, pero el trabajo que antatio creaba coyuridades que se consideraban adquiridas disminuye répidamente, inchiso detrais de Ia fachada del pleno empleo. Por todas partes hay nuovas formas de desempleaoculto, Algunos lo llaman lero job’otros formacion’, y aun otros, “hacerse autinomo Ms precarios (en especial los mas jovenes), mas vulnerables y mats solos, Por eso cobran cada vez més importaneia las geografias persona- ies, Lo ha expresado muy bien Joan Subirats (2006) a proposito de las revueltas de la banadiew: condiciones Las estructuras de produceién on més pequefias, de irabajo de los companeros son muchas veces distintas. Distintas on cuanty @ horarios, salarios 6 duracién de contratos. Las relaciones con empresarios y clientes son mas directas, la presion mas grande, las oportunidades de sindieacion mas pequenas. La posibilidad de identifi- cur problemas comunes, de hallar salidas conjuntas, se reduce. (...} Lo yeor os enfrentarse a todoclio con la nostalgia de modelos ya superados. Nila nostalgia "republicana’ ni la nostalgia radical acabaran sirviendo de mucho, Necesitamos seguramente nuevos instrumentos de andlisis social ,Que es trabajo hoy? Qué nuevos equilibrios podemos encontrar entre las exigencias del mercado y las necesidades sociales? {Como relacionar instituciones y personas? {Cémo enfrentarnos a la ereciente grouacidn territorial y social? Algo Lonemos que hacer con rapidez, ya nos advierten de que los peligros de fractura que los euceson de Francia yeneracionalerecen diaa dia, on un claro movimiento deeriminalizacién planteados que a une no Je los jovenes. Tenemos tantos interrogante: deja de sorprenderleel grosor y lasignificacion estratégica de loque esta en juego yen cambio, lo liviano queresultael debate politico en relacén con estos asuntos, Fay vidas despordiciadas de las que la geografia también debe ocupa ras muchas geografias, O mejor, centenares de millones de ¢ ae 36 JOAN NOGUF'y JOAN ROMERO Estiin Jas gaografias del trabajo infantil, del trabajo informal, de la diseriminacién y sogregacién por razén de sexoo del color de la piel. Son las geografias de la supervivencia, Esas geogratias cotidianas de los pobres,en gran medida silenciadas, ignoradas oconsentidas, unicamen- te sacadas a la superficie por algunos organismos publicos y especial- mente por Organizaciones No Gubernamentales. Son las geografias cotidianas de los meis de 218 millones de ninos de los que habla ol ultimo informe de la OIT aobre La eliminacién del trobajo infantil (2006), atrapados on situaciones de trata y de explota- cién sexual de ninos y nifias, de trabajo infantil doméstico y en indus- (riggs manufactureras, de nifios utilizados en conflictos armades 0 en actividades ilicitas, de nifios y ninas obligados a trabajos forzosos y a servidumbre por deudas, Mas de la cuarta parte de los nitios y nifias del Africa subsahariana entre 5 y 14 anos y casi el 19 por cien de ese mismo grupo en Asia (mas de 170 millones sélo entre esas dos regiones del mundo) estsin atrapados en esa situacién, La mayoria trabaja en el sector informal, sin proteceién legal y reglamentaria, ymasdela mitad ‘o hace en trabajos peligrosos. Pero es también la geografia de los jovenes enire 15 y 24 anos, que tienen una tasa de desempleo entre dos y tres veces superior a la de los adultos, que encuentran en el sector informal hasta un 93% de sus oportunidades laborales con salarios un 44% mds bajos que en la economia formal. Bs igualmente —como informa la propia OIT— la geografia de mas de la mitad de la poblacién mundial que no tiene ningiin tipo de proteccion de seguridad social, con diferen- cias que oseilandesde el 100 por cien en los paises industrializadoshasta las reqsiones de Africa subsahariana y Asia meridional donde se estima que sélo del 5 al 10 por ciento de la poblacion activa dispone de seguridad social Estan también las geografins del trabajo precario de contenares do millones de mujeres en la economia informal y en las cadenas de produccién globales, como ha denunciado reiteradamente Interndn Oxjam (2004) y ha oxplicado la propia OTT (2005). Bsas geografias cotidianas en | 8 que, por ejemplo, mas de la mitad de las mujeres con empleo en América Latina trabajan en el sector informal o en las que el 71% de Jas mujeres negras de Brasil trabajan en el sector informal (en todos los casos con salarios ligeramente superiores a la mitad del percibido por los hombres. Y casi siempre en trabajos eventual precarivs, sin horarios, sin respeto a las reglamentaciones laborales internacionales, O las geogralins de la exclusién de las poblaciones indigenas. O las geografias del acceso desigual de las nifias a los

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