I
LO QUE ES NECESARIO SABER PARA
ENTENDER A PABLO DE TARSO
1. EL PABLO ANTERIOR A SU LLAMADA. SU FORMACION
¢Cémo era realmente Pablo de Tarso antes de lo que é1 denominé la
«llamada» divina para ser apéstol de los gentiles? Responder a esta pre-
gunta es facil para algunos, aunque se confiese que la informacién es
escasa: basta con unir lo que dicen sobre ello los Hechos y los dos prime-
ros capitulos de la Epistola a los Galatas. Para otros, sin embargo, no es
tan sencilla la respuesta, pues esos dos textos muestran entre si diversas
y notables contradicciones. Para unos investigadores, en lo que respecta
al lugar de nacimiento, nifiez, 4mbito de educacién primaria y superior,
afiliacién al partido fariseo y motivos de la persecuci6n anticristiana de
Pablo, el texto de Lucas en los Hechos de los Apéstoles es sustancial-
mente digno de crédito, pues la veracidad histérica de Lucas, tan im-
pugnada por la critica liberal protestante y la Historia de las Religiones,
no admititfa duda. La aparente contradiccién entre esta obra y los datos
proporcionados por las cartas auténticas, en especial Gal 1,13ss, se re-
suelve positivamente por medio de una adecuada exégesis y la apelacién
a otros datos histéricos proporcionados por el contexto.
Opino, sin embargo, que esta perspectiva conciliadora esté llena de
dificultades que han aparecido ya en la parte I y que irdn apareciendo
de nuevo a lo largo de la lectura. Nos planteamos entonces: épodemos
saber algo cierto al respecto?
A) Lugar y fecha de nacimiento
n hombre judio, nacido en
Son los Hechos de los Apéstoles (22,3: Yo soy #1 en Cili-
Tarso de Cilicia) los que afirman que Pablo era oriundo de Tarso,
29GUIA PARA ENTENDER A PABLO DE TARSO
cia, al sur de la actual Turqufa. El Apéstol nada dice de ello en sus c:
peto no hay por qué negar la exactitud de este dato que sittia a Pablo en
la diéspora y no en Israel: me parece evidente que era un judio muy hele |
nizado, ciudadano del Imperio, no de Judea Galilea, a pesar de que hoy
dia haya investigadores que hacen de Pablo un ciudadano de Jerusalén,
de lengua nativa aramea pero de educacién griega recibida alli mismo, en
plena capital de Judea, como un Flavio Josefo, por ejemplo. Esta hipétesis
me parece poco plausible. Lo que el Apéstol afirma de sf mismo es que
su familia era totalmente judfa: Circuncidado el octavo dia; del linaje de
Israel; de la tribu de Benjamin; hebreo, hijo de hebreos (Flp 3,5). No hay
por qué dudar de ello tampoco. El que fuera ciudadano de Tarso sittia a
Pablo a priori en un contexto elevado de cultura helénica, pues la ciudad
era famosa por sus escuelas de retorica y por su cultivo en general de las
letras y las artes (Estrabén, Geografia XIV 5,13).
En lo que se refiere a la fecha de nacimiento, Pablo no lo dice en nin-
guna parte, pero debié de ser en torno al 5-10 d.C., a tenor de la lectura
global de sus cartas y también de Hch, de la que se deduce un esquema
cronolégico general. Por tanto, tendrfa unos diez 0 quince afios menos
que Jesiis. Para determinar aproximadamente la cronologia de la vida
de Pablo solo tenemos un dato: al final de una estancia en Corinto, el
Apéstol fue acusado ante el procénsul romano de la provincia griega de
Acaya, Lucio Junio Galién, de actuar ilicitamente al predicar su evange-
lio sobre Jestis (Hch 18,12), es decir, se le acusé de escdndalo de orden
piiblico, o bien de actuar contra la Lex Julia de collegiis que prohibia re-
uniones no autorizadas, Sabemos por una inscripcién hallada en Corin-
to que Galién fue procénsul de Acaya muy probablemente entre junio
del 51 y mayo del 52 d.C. Por tanto, Pablo estaba en Corinto (Hch 18)
en esa fecha. A partir de este dato hay que reconstruir, hacia delante y
hacia atrds, los sucesos principales de la vida y actividad de Pablo. Ello
se consigue a duras penas, barajando hipstesis y combinando con senti-
do critico los datos de las cartas paulinas, el principio de Gal sobre todo,
con los de Heh. Por eso la cronologfa paulina varia hasta 5/6 afios en los
diversos autores modernos.
B) Lengua materna
Es muy probable que Pablo tuviera el griego como lengua materna, pe?
segin Hch 21,40; 22,2; 26,14, hablaba también (hebreo y) arameo:
: oar
, de pie sobre los escalones, hizo seitas al pueblo con la mano, ¥
ee eae gran silencio, dirigié la palabra en lengua hebrea; Al escuchar
30LO QUE ES NECESARIO SABER PARA ENTENDER A PABLO DE TARSO
que se dirigia a ellos en lengua hebrea, quedaron més tranquilos; Caidos
todos a tierra, of una voz que me decfa en lengua hebrea.
Los pasajes dicen solamente «hebreo» (gr. hebraidi), pero es bien
sabido que los helenos no distinguian bien entre hebreo y arameo, por
Jo demas lenguas estrechamente emparentadas. No hay por qué dudar
tampoco de este dato, corroborado por pequefios detalles de sus textos
como la omisién del articulo en ciertos genitivos debido al influjo del
estado constructo del genitivo hebreo, que lo omite usualmente (con-
trdstese, por ejemplo, 2 Cor 6,7 [gr. en logoi aletheias] con Ef 1,13; 0 1
Cor 2,7 con Ef 3,10 [sophia theoii]). Por sus cartas se ve que manejaba
con notable soltura la lengua griega, y que para expresar sus ideas era
capaz incluso de crear neologismos 0 de otorgar nuevas acepciones a
términos antiguos. Es muy probable ademds que supiera algo de latin,
al menos, aunque no tenemos pruebas directas.
C) Formacién escolar de Pablo
La clave de una respuesta a esta cuestién es Flp 3,5, ya citado arriba:
circuncidado el octavo dia... fariseo... Este pasaje indica, en primer lu-
gar, que la familia de Pablo era totalmente judia, humilde, como podria
quizds demostrar el oficio de Pablo, «constructor de tiendas» o guarni-
cionero (Hch 18,3), que era propio de la clase media baja, libre. Se ha
discutido si el Apéstol siguié la ensefianza superior griega y si recibié
una formacién en los autores clasicos. Esto no parece a priori verosimil
enel seno de una familia de posible y estricta observancia judia, y de no
muchos recursos econémicos, pues suponia cultivar en exceso una lite
ratura que proclamaba la existencia y alabanza de dioses falsos, amora-
les, contrarios al Dios tinico, como los representados en Homero, en la
lirica en general y en los mitos de la tragedia. Ademés, a decir verdad,
no se encuentran en las cartas del Apéstol especiales alusiones a poetas
u otros literatos, como ocurre con cristianos posteriores. En sus escritos
solo se hallan maximas o lugares comunes de la sabidurfa popular, y en
todo caso alusiones a dichos ya popularizados de filésofos y dramatur-
80s. Incluso cuando parece citar expresamente a Menandro (Tais, 218
= 1 Cor 15,33: No os engariéis: «Las malas compaiias corrompen las
buenas costumbres»), no hace otra cosa probablemente que repetir un
t6pico literario convertido en refran (se puede citar el dicho «La religion
es el opio del pueblo» sin haber lefdo jamés a Karl Marx).
De cualquier modo, Pablo da la impresién en sus cartas de ser poco
receptivo a los modelos generales de la cultura griega. Si lo comparamos
31GUIA PARA ENTENDER A PABLO DE TARSO
con Filén de Alejandria se notaré la diferencia. Pablo es
Porque no trata de acentuar las semejanzas entre el helenismo y Crise
sino la superacion por parte de este de toda la sabiduria gtiega. Segin
esta consideracién, es poco probable que Pablo, en Rom 7,7-23 estuviera
citando la Medea de Euripides o la de Ovidio (Stowers, 1994, 269 ss).
silo hizo, fue a modo de sabiduria gnémica, o proverbial, popularizada,
Parece probable, por el contrario, que Pablo conociera los tipos y
modos corrientes de la composicion de cartas en época helenistica, técni-
ca denominada que distingue tres partes
54LO QUE ES NECESARIO SABER PARA ENTENDER A PABLO DE TARSO
hombre, cuerpo, alma y espfritu, y que consecuentemente diferencia entre
los hombres espirituales, los psiquicos y carnales —que no captan las
cosas del Espiritu, que son necedad para ellos— es una buena muestra
de esta vulgarizacion. Hay otras nociones paulinas, que sin proceder es-
trictamente del Ambito del platonismo, provienen del espiritu grecorro-
mano y no del judio comiin. Son las siguientes:
= El acto de respuesta a la proclamacién del evangelio esta pensado
como un acto intelectual, muy a lo griego = proclamacién de la Palabra
— escucha atenta —+ aceptacién por medio de la fe (acto eminentemente
intelectual, ayudado por la gracia divina desde luego) —> ortopraxia, en-
tendida como fidelidad a lo asentido por la fe.
— La nocién de sacrificio vicario, si se admite que este es el sentido
de la muerte del Mesias en el Apdstol, es griega y no judia. La muerte ex-
piatoria en general, por ejemplo, de los mértires, es perfectamente judia
pero no el concepto de morir vicariamente para que otro no muera.
~ El concepto de adopci6n, importante en Gal y Rom, es entendido
en Pablo de un modo totalmente grecorromano.
~ Se comprende mejor en el Ambito griego que en el judio la sustitu-
cién, para los gentiles conversos al Mesias, de la ley «carnal», la de Moisés,
por la ley «espirituals; y la de la circuncisién «carnal», la de Moisés, por la
circuncisi6n «espiritual>, la de la fe en Cristo, sellada por el bautismo.
Ya no necesitan los gentiles hacerse judios para salvarse plenamente.
El estoicismo en si, como sistema filoséfico, materialista, monis-
ta, pantefsta y racionalista, que explica el universo de una manera ra-
dicalmente diferente a la de la Biblia hebrea, nada tiene que ver con el
pensamiento profundo de Pablo, estrictamente tefsta, creacionista, pro-
Videncialista, etc., judfo en una palabra. Hoy dfa, vistos y corregidos al-
gunos excesos de la corriente comparatista de principios del siglo Xx,
que produjo numerosos libros en los que s¢ estudiaban y comparaban
las doctrinas estoicas y las del Nuevo Testamento, se ha llegado a un
cierto consenso en admitir una conclusién fundamental: dos cosmovi-
siones tan dispares y contrarias como la del judeocristianismo y la del
estoicismo corrieron paralelas por el sigho 1 d.C., sin influenciarse mu-
tuamente en las concepciones fundamentales acerca de la naturaleza y
Su origen y la divinidad.
___ Pero, ala vez, cuando nos referimos al
siglo 1, debemos admitir que asi como la filosofia popular en la ¢poca
o ig eireniaae vulgarizado, del mismo modo la ética popular estaba
del pate a por las sentencias, aforismos, maximas, one ita
Ro fuer, cismo popularizado. El judafsmo anterior 4 Pablo, y él mis! 4 a
‘on inmunes a la propaganda de normas morales por parte de
mundo helenistico de Pablo del
5SGUIA PARA ENTENDER A PABLO DE TARSO.
los filésofos estoicos,
de los mercados yen
que se encargaban de extenderla en las charig
cualquier ocasi6n propicia. Estas normas pags?
Fon a la moral popular como ampliamente aceptadas. El neoplaténicg |
Estobeo (siglos v y vi d.C.) nos ha conservado frapmentes de «cédi. |
Bos de conducta» helenisticos de Herodas, fildsofo estoico,
Ponden a diversas situaciones vitales: c6mo servir a la divini
Patria, a los padres, a los parientes; sobre el amor a los her
Cuidado de la casa, el matrimonio y los hijos.
menes de estas listas para su propio
sion en el mundo antiguo, Listas si
‘Manos, e}
Estobeo hizo unos Testi.
hijo porque fueron de amplia dify,
tnilares se hallan en autores paganos
io. El judaismo asimilé totalmente
encuentran catdlogos semejantes.
Fablo y los estoicos coinciden en ciettos principios de comporta-
miento, como vivir conforme a la naturaleza~-racignal Para unos; ra-
cional y espiritual, y divina del ser humano para
£n adoptar una actitud resignada ante las materiae indiferentes para la
vida (la muerte, el dolor y el placer, los bienes adquiridos, la reputa-
cidn, los cargos), i
ntos enviados por una Providen-
al mundo
‘mas resulta indiferen
doctrinas variadas; en el de época
mortalidad no solo en el recuerdo
social de la mujer),
Por mejorar la condiciéa
Fes humanos indep
ala vez que ambos predican |
endientemente del
ico-cinico, que es compartido por Pablo,
quien ha aprendido a o X eee
a 5 te sebrado (F £n Considerar a los cristianos como cue”
po de "isto (1 Cor 12), nocion esta del cuerpo social comada de los
¥en la necesidad del buen omportamiento social y la uni6®
en Pablo (en muchos lugares, por ei"