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Porque yo s muy bien lo que har por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un
porvenir lleno de esperanza Palabra de Yahv
Jeremas 29,11
Nuestras vidas, estn sujetas a Cristo, quien nos fortalece y nos restaura con
su sangre derramada en la cruz. Sin embargo, existen momentos en nuestras
vidas, en que aparece un temor que nos sobrecoge, en cualquier aspecto, y
nuestra fortaleza comienza a bajar por un gran peasco. Estamos
dependiendo de un montn de cosas exteriores, y nos olvidamos de nuestro
interior, que necesita mucho mantenimiento, y solos no podemos. Es Cristo
quien acta en nuestras vidas, alagndonos con su amor, enamorndonos con
su mirada, y alentndonos con sus manos y su voz. Pero como humanos,
decaemos, y tememos.
1. El miedo
2. El temor de Dios
Gnesis 3:10 Yahv Dios llam al hombre y le dijo: Dnde ests? ste
contest: O tu voz en el jardn y tuve miedo, porque estoy desnudo y me
escond.
Si miramos el texto, el hombre comparta una muy ntima relacin con Dios,
porque oan su voz. Cuando desobedecieron a la voluntad de L, se rompi ese
lazo con el que se sentan cmodos y en paz, y entra junto con el pecado, el
miedo y la desconfianza.
El miedo es una forma con que el demonio, nos hace decaer espiritualmente,
para que en nosotros entre la duda, desesperacin, la confusin la cobarda,
etc. "El miedo a los hombres es una trampa, pero el que confa en el Seor
estar protegido" Proverbios 29,25
Pero cuando Dios nos dice no temas, l a pesar de ofrecer su mano, no nos
obliga a tomarla. Slo nos invita a acercarnos a su amor, a confiar en su
palabra y su promesa; pero somos nosotros los que decidimos.
En el amor perfecto no hay temor. El amor perfecto echa fuera al temor, pues
el temor mira el castigo. Mientras uno teme no conoce el amor perfecto. As
que ammonos nosotros, ya que l nos am primero. 1 Juan 4,18-19