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A nadie en ninguna parte del mundo le resulta grato pagar sus tributos. Los
impuestos son de las obligaciones que mas repulsa provocan y tambin ilegalidades en
la mayor parte del planeta. A la vez, ningn pas, no importa donde se encuentre y como
funcione su sistema socio econmico, puede subsistir y cumplir con sus obligaciones si no
cuenta con una adecuada poltica fiscal.
La evasin del pago de impuestos es de las faltas legales y morales ms graves que
puede cometer un individuo, porque constituye el incumplimiento de un muy serio deber
hacia la sociedad. Sin embargo, en muchas sociedades de lo legal se ren y lo moral no
cuenta, porque simple y llanamente no les importa.
Es que en esa encrucijada se esconde uno de los problemas cruciales de una poltica
econmica.
Hay que partir de reconocer que las situaciones de una economa desarrollada no
son las mismas que las de las economas llamadas en desarrollo y por lo tanto los
instrumentos de una poltica econmica no pueden ser los mismos. Salvo el riesgo del
desastre.
Si en una poltica fiscal se aplica un impuesto directo sobre el ingreso que vaya
ms all de determinada racionalidad ello podra tener entonces un efecto nefasto sobre el
flujo de inversin y sobre el ahorro fuente de la inversin futura y, en consecuencia,
frenar el desarrollo e, incluso, reducir la recaudacin fiscal. A su vez, mantener de manera
creciente la presin fiscal sobre el consumo profundiza la injusticia social y puede ir
acabando con la paciencia de los sectores perjudicados como ya ha venido ocurriendo en
varios pases de la regin.
En nuestros pases tenemos que buscar y encontrar con urgencia la formula idnea
que permita estimular el desarrollo y la inversin y que, adems, el gobierno cuente con los
recursos necesarios para poder cumplir con las exigencias urgentes de la justicia social.
Para ello es necesario, con no menos urgencia, favorecer la institucionalidad nacional de
manera que los contribuyentes puedan exigir transparencia en el uso de los recursos que
aportan. Ese es otro aspecto en el que nos aventajan las naciones desarrolladas.