Sunteți pe pagina 1din 3

Reseñas de libros

Prólogo a Experiencia y alteridad


en educación

José Contreras Domingo*

Decir algo sobre la experiencia, y repercusiones llenas de ambi-


como hacerlo sobre la alteridad, güedad o incluso de contradiccio-
puede llegar a ser lo mismo que in- nes. Todos hemos experimentado
tentar guardar un puñado de agua: a el difícil tránsito desde nuestras
la vez que la sentimos, que durante sensaciones íntimas, multiformes,
un momento hemos pensado que lo desordenadas, sin nombre, a su
hemos conseguido, sin embargo, al expresión en los términos no ya LARROSA, Jorge y SKLIAR,
sacar la mano del agua, sólo vemos del lenguaje disponible, sino de Carlos, Experiencia y alteridad en
cómo chorrea, cómo se nos escapa. nuestra comprensión y afectación educación, Buenos Aires, Homo
Y sin embargo, la hemos sentido, he- de lo vivido. Es como la frustrante Sapiens/FLACSO, Colección
mos podido notar la posibilidad de sensación que tenemos a veces con “Pensar la educación”, 2009, 211
tenerla, de percibir las sensaciones algún sueño cuando, al despertar, páginas.
que nos produce; mientras mante- se te deshilacha conforme intentas
níamos la mano sumergida, la he- recordarlo, retenerlo. Y sin embar-
mos ahuecado y por un momento la go, sabemos que eso que se nos
hemos sentido plena de líquido. No, escapa, que no conseguimos decir,
114 no ha sido en vano; aún conserva- para lo que cualquier expresión se
mos las sensaciones y, junto con la nos muestra insuficiente, es justo
consciencia de la imposibilidad de sobre lo que necesitamos pensar,
nuestro reto, mantenemos la viven- para lo que tenemos que encontrar
cia de haberlo hecho. palabras y sentido. Es la tensión
de la insuficiencia lo que mueve la
DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCULOS / RESEÑAS

Hablar sobre la experiencia pue- búsqueda.


de llegar a ser algo de esto, por-
que toda experiencia, si nos toca La sorpresa del otro, de la otra, el
profundamente, si nos ha hecho misterio, la dificultad de su com-
mella, tiene algo de inasible, de prensión, la imposibilidad de asi-
impronunciable; cualquier intento milarlos a nuestras visiones y con-
de decirla va acompañado de un cepciones, a no ser que lo hagamos
sentimiento íntimo de incomple- a costa de quienes son, supone de
tud, de incapacidad para expresar por sí la posibilidad de una expe-
los matices, los efectos íntimos con riencia… de una experiencia de
que fue vivida, de imposibilidad de esas para la que no encontramos
dar cuenta de todos los aspectos de expresión cabal. De aquellas que
que se compuso lo vivido, de la di- necesitan ser pensadas, para las
ficultad de explicar la forma en que que quisiéramos encontrar pala-
fue percibida e hizo trama con dis- bras, poder decir lo que nos supo-
tintas dimensiones y facetas perso- ne. Y a la vez, el encuentro con el
nales. También sabemos de nuestra otro, con la otra, puede ser ni más ni
dificultad para contar sensaciones menos que eso: intercambiar pala-

*
Dr. en Ciencias de la Educación, Universidad de Málaga; Prof. del Departamento de Didáctica y Organización Educa-
tiva, Universidad de Barcelona. E-mail: jose.contreras@doe.d5.ub.es

PROPUESTA EDUCATIVA / 32
Reseñas de libros

bras; palabras que son el eco de una sustitutorios de los que ya tenemos, de nuestra programación, pero, a la
experiencia, quizás de la experien- sino aquel lenguaje que nos permita vez, asumiendo la responsabilidad,
cia misma del encuentro. explorar-nos, sentir-nos, imaginar- el deseo educativo de ese encuen-
nos. Aquel que nos prepare a que tro, esto es, la aspiración, la apertura
Paradójicamente, necesitamos pala- lo nuevo sea acogido y vivido como a que el mismo sea formativo, una
bras para darnos cuenta de su impo- novedad, a que el otro sea acogido y experiencia nueva de ser y de saber.
sibilidad de dar cuenta con ellas de vivido como otro. Necesitamos pala- No se trata sólo de poder pensar
la experiencia. Necesitamos encon- bras para recuperar el silencio, para nuestra práctica educativa como
trar la expresión de los límites de la prepararnos para lo imprevisto, para experiencia, o de mirar a nuestros
expresión al hablar de la experien- la escucha. estudiantes, o a aquellas y aquellos
cia, al intentar expresar el reconoci- con quienes asumimos responsabi-
miento del otro, nuestra experiencia Los textos que componen este libro lidades educativas, como “otros”. Se
de la alteridad. Pero necesitamos pueden ser leídos así: como la opor- trata también de si la propia vivencia
sobre todo palabras, pensamientos, tunidad para hacer una operación del encuentro educativo puede ser
relatos, diversas formas textuales, de limpieza en nosotros mismos; una experiencia para niños, niñas y
para abrirnos a la posibilidad de la como una apertura de nuevos ca- jóvenes. ¿Sería posible pensar, ex-
experiencia, para hacernos sensi- nales de relación, de comunicación; presar, vivir la educación como una
bles a ella. Doble paradoja, porque como la mirada hacia dentro de sí experiencia, como un experimentar,
lo más probable es que nuestra difi- para buscar las propias fibras sensi- sentir y aprender que no trate sólo
cultad para abrirnos a la experiencia bles. No son textos que nos dicen lo de “cosas”, de “conocimientos”, sino
y al otro se deba a nuestro exceso de que hay que escuchar, sino que son también de nosotros? ¿Experiencias
palabras, en este caso palabras que invitaciones para ponernos a escu- que pongan en juego (que nos pon-
actúan como ruido, como distorsión char, a sentir. No son textos escritos gan en juego desde) la imaginación,
sonora que llenan el espacio, que para decir lo que hay que pensar, la sensibilidad, la relación entre el
impiden el silencio necesario de la sino que están hechos para que, al hacer y el decir, la relación entre las
escucha atenta. Así pues, necesita- leerlos, nos pongamos a pensar. No palabras y las cosas, la narración y
mos palabras para aprender a silen- están aquí para decirnos quién es el nuestras historias, la pregunta abier-
ciar toda aquella palabrería que se otro, sino para suspender las certe- ta, el no saber y quedarse pensando,
interpone entre nosotros y lo otro; zas que nos resuelven la pregunta. o probando, el quedarse sorprendi- 115
entre mí y el otro, la otra, lo otro; sí, La educación es el lugar de la rela- dos, ensimismados? ¿Sería posible
pero también entre mí y mí. Nece- ción, del encuentro con el otro. Es como conversación sin guión, de-
sitamos palabras para conectarnos esto lo que es en primer lugar y por jándose llevar, abriéndose a lo que
de nuevo con nuestra capacidad de encima de cualquier otra cosa. Es cobra sentido, necesidad, libertad?
relacionarnos de otra manera con el esto lo que la hace ser, lo que le da ¿Sería posible sin dar por supues-

DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCULOS / RESEÑAS


mundo, con los otros, con nosotros posibilidad de ser. Y sin embargo, to quien cada uno o cada una es y
mismos. Llenos como estamos de participamos de una dominancia ha de ser, y abriendo y explorando
teorías, de presupuestos, de explica- cultural y de unas instituciones, que posibilidades de ser, sueños de ser,
ciones, de lenguajes-coraza, de len- se dicen educativas, en las que ese deseos de ser?
guajes-tapón, necesitamos aquellas encuentro se piensa como prede-
palabras que nos ayuden a deshacer terminado: son espacios educativos Evidentemente, todo esto es más
esos parapetos, para que lo vivido que han decidido quién es el otro, o fácil de formular, de soñar, que de
pueda ser escuchado de otro modo, más aún, quiénes son y tienen que vivir. Pero necesitamos de los sue-
más atento a lo que hay, más abier- ser quienes se encuentran, qué tie- ños, de la imaginación, para abrir
tos a dejarnos resonar. Para que la ne que ocurrir, y qué hay que espe- el deseo. Como necesitamos de la
experiencia de la relación, de los rar de ese encuentro, qué hay que exploración de nosotros mismos
otros, nos llegue no desde nuestras conseguir del otro. Es decir, lo más y de nuestra relación con lo otro y
categorías, sino desde nuestra dis- extraño a la posibilidad de la ex- con los otros para ir abriendo la rea-
posición a irlas deshaciendo. periencia: de aquello que irrumpe, lidad. Necesitamos el trabajo sobre
que nos toma por sorpresa, que nos sí para recuperar, conectar y abrir
Necesitamos palabras que nos conduce por caminos imprevistos, en nosotros estos espacios de ser y
permitan explorar en nosotros, en que nos enfrenta a los misterios del de hacer. Los capítulos que vienen a
nuestras vivencias, cómo significan vivir, de las relaciones, de los otros. continuación son también una invi-
de nuevo, qué sentido tiene aque- Por eso se nos hace urgente pensar tación a este recorrido, a este buscar
llo que vivimos, o qué necesidad (y vivir) la educación desde lo que en sí, a este pensarse-explorarse. Y
tenemos de vivir algo, de abrirnos las propias palabras de “experiencia” lo son no sólo desde el leer-pensar,
a que lo otro nos diga algo impre- y de “alteridad” nos sugieren: para sino también desde una propuesta
visto, no acuñado. Necesitamos pa- poder plantearla como un encuen- de buscar en la escritura. Necesita-
labras que nos traigan no discursos tro, sin convertir al otro en el objeto mos palabras, decía yo antes. Pero

PROPUESTA EDUCATIVA / 32
Reseñas de libros

las palabras que necesitamos no se hacen propias, sujetas a ritmo, cia, con las que sentir y pensar la
están ya todas expuestas, esperán- selladas por el dominio humano sorpresa del otro, la experiencia de
donos. Muchas de ellas las tene- de quien así las maneja… Mas las las relaciones con los otros, es ir a la
mos que buscar, que degustar, que palabras dicen algo. ¿Qué es lo que busca de secretos, a la busca de lo
probar para ver si son las que nos quiere decir el escritor y para qué que no puede decirse, de lo que no
permiten abrirnos, escuchar, estar quiere decirlo?… Quiere decir el se- nos decimos, pero que necesitamos
atentos, preguntarnos. Hay algo en creto; lo que no puede decirse con la escribirlo para abrirle una posibili-
la escritura que tiene que ver con la voz por ser demasiado verdad; las dad a los sentidos (a las sensaciones,
intimidad, con un encuentro entre ti grandes verdades no suelen decirse a los significados, a las razones de
y ti. Dice María Zambrano: hablando. La verdad de lo que pasa ser, a los sentimientos, a las orienta-
en el secreto seno del tiempo, es el ciones… al sentido). Aunque se nos
“Escribir es defender la soledad en silencio de las vidas, y que no puede escape… como un puñado de agua.
que se está; es una acción que sólo decirse. ‘Hay cosas que no pueden Aunque sólo sea vislumbrar, sentir.
brota desde un aislamiento efecti- decirse’, y es cierto. Pero esto que no Tocar con la punta de los dedos esas
vo, pero desde un aislamiento co- puede decirse, es lo que se tiene que gotas, quedarnos con la humedad
municable, en que, precisamente escribir” (Zambrano, 2000, págs. de la experiencia y del misterio del
por la lejanía de toda cosa concreta 35-38). otro en la palma de la mano, aunque
se hace posible un descubrimien- se nos escape entre los dedos…
to de relaciones entre ellas… Al La experiencia de rastrear las pala-
escribir se retienen las palabras, bras con las que decir la experien- Recibido el 20 de septiembre de 2009

Bibliografía
▪ ZAMBRANO, María, “Por qué se escribe”, en ZAMBRANO, María, Hacia un saber sobre el alma, Madrid, Alianza, 2000.
116
DOSSIER / ENTREVISTA / ARTÍCULOS / RESEÑAS

PROPUESTA EDUCATIVA / 32

S-ar putea să vă placă și